7/29/2019 ¿Adónde va Venezuela?

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¿Adónde va Venezuela? 

Por Alberto A. Zalles

“Para un justicialista no puede haber nada mejor que otro justicialista.”  

(Juan Domingo Perón, Las veinte verdades del justicialismo.)

La catarsis que vive Venezuela: un gobierno que se legitima en elsentimiento de piedad que merecen los funerales de su caudillo, no es más que

un hecho que muestra cuan frágil es la democracia cuando está instrumentaliza

por una oligarquía que cultiva y administra su mayoría electoral a través de la

propaganda mediática, la distribución discrecional de los recursos del Estado y

gracias al silencio ciudadano.

Chávez instrumentalizó de esa manera la democracia y es por ello que

conmueve a sus seguidores, porque ahora nadie les asegura sobre la eficacia deun nuevo benefactor. Pero, conmueve asimismo a quienes no lo aprobaban,

porque se sienten de repente en el desenlace de una puesta en escena

dramática, que prometía ser duradera.

¿Tuvo carisma Chávez? ¿Puede considerársele un ser fascinante dotado

de un don especial que arrastraba multitudes tras de sí? ¿Dejó un credo o una

doctrina política? Estas son las preguntas que habría que resolver para

desencantar este fenómeno que pocos en Latinoamérica se explican de maneracrítica

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Chávez era muy mortal y su carisma lo inventó recurriendo a las rentas

petroleras que las uso como quien dilapida la fácil herencia recibida de una tía

rica. ¿Sedujo a los venezolanos? Sin duda. Nadie, con las falsas notas de su voz,

se habría atrevido a cantar un joropo sin despertar sonrisas de empatía entre

las masas suburbanas llegadas desde las sabanas tropicales. Sin embargo, más

allá de los llanos venezolanos, la popularidad que adquirió era únicamente

proporcional a la generosidad de los regalos y al magnánimo sostén material

que ofrecía, especialmente entre la izquierda.

Allende, dos sucesos desencantaron la aureola carismática que Chávez se

adjudicó pagando a consultantes en marketing político. Primero, cuando el

Monarca español lo mando a callarse. Segundo, cuando los “soldaditos

bolivianos” se negaron a responder, como él quería, a la consigna de “Patria o

Muerte”; quizás, estos últimos, con el temor de convertirse nuevamente en

carne de cañón, en una guerra que no les incumbe. Aquellas dos de sus

representaciones como huésped revelaron la dimensión terrenal de su

cacicazgo.

De otro lado, Chávez no dejó ninguna doctrina, ningún credo práctico,

duradero y escrito. La trayectoria política que siguió carece de esfuerzos

teóricos como los que realizaron Fidel Castro, Juan Domingo Perón o los

Sandinistas2. Chávez fue un anti-intelectual, y dio continuidad a la audacia

iletrada de los viejos caudillos militares que parecían desterrados de América

Latina; en ese sentido fue anacrónico, y muy bien pudo haber compartido

época con el general René Barrientos Ortuño o el general Juan Velasco

Alvarado. En breve, tuvo un discurso político elemental que, en su estilo, es

homólogo al que nos ha acostumbrado la publicidad en nuestra sociedad de

consumo: mensajes cortos, repetitivos, que apelan a lo emocional y a lossentimientos. En ese ámbito, la eficacia del mensaje depende del medio de

comunicación que lo vehiculiza y no del argumento del contenido. De ahí la

fascinación que le producía twittear por internet.

En otra perspectiva, y cosa que confirma la pompa de sus funerales, el

fenómeno Chávez es la muestra extrema de la intención de sustituir la

ideología por la religión, naturalmente, con el objeto de afirmar una

dominación duradera. De todas formas, hay que decir que, ideología y religióncomparten el mismo nicho que la magia, en las estructuras mentales de los

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hombres, y este atributo es tan universal como son la lógica, la razón, la duda

filosófica y el deseo de refutación empírica; aunque, lo ultimo, está ubicado en

otro territorio de la geografía cerebral, del pensamiento humano.

Venezuela vive una catarsis y la transición ofrece nuevamente laalternativa para el reordenamiento del imaginario y de la acción política y

ciudadana: o se continúa percibiendo el mundo de la política como una

realidad fantástica, mágica, facilitándose la vida; o se arriesga a concebir la

realidad como un hecho inteligible, con el esfuerzo que demanda la

responsabilidad ciudadana: sin infantilizarse ni delegando potestad a profetas

que se empoderan a nombre de los desposeídos.

La casi inesperada transición política es una oportunidad, para que losvenezolanos se exorcicen de sus fantasmas familiares y de los fantasmas

colectivos.

1  Para una visión crítica ver: Fernando Mires, “A Venezuela le falta Dios”, 8 de marzo, El Nacional, Caracas.

Mario Vargas Llosa, “La muerte del Caudillo”, 10 de marzo de 2013, La república, Lima. Jorge G. Castañeda, “Elnaciente culto a Hugo Chávez”, 11 de marzo de 2013, El País. Carlos D. Mesa Gisbert, “La América Latina de

Chávez”, 11 de marzo de 2013, El País. Joaquín Villalobos, “El chavismo llegó para quedarse”, 11 de marzo de

2013, El País.

2La obra de Castro es extensa y sólo bastaría citar La historia me absolverá para ilustrar su preocupación

teórica. Respecto a la obra de Juan domingo Perón ver, por ejemplo, Conducción política, Buenos Aires,

Ediciones Mundo peronista, 1952. De otra parte, dos sandinistas marcaron la reflexión ideológica en Nicaragua:

Sergio Ramírez, Pensamiento vivo de Sandino, Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1981, y Jaime Wheelock,

Raíces Indígenas de La Lucha Anticolonialista, México, Siglo XXI, 1980.