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    Si, como seala el autor, hemos asistido a un renacimiento de la reflexinesttica en Francia, q u significa ese adisq ue encabeza el ttulo del libro?La respuesta es que la despedidano se refiere a la reflexin esttica comotal, a la reflexin sobre el comportamiento o sobre los fenmenos estticos,

    sino a la esttica como doctrina filosfica, ms particularmente a cierta doc-trina, a la concepcin que ha dominado la reflexin esttica durante casi dossiglos y que ha llegado a ser prcticamente sinnima de la esttica filosficaen general. Paradjicamente, el diagnstico sobre la vida (sobre el agota-miento) de tal doctrina se desprende del mencionado renacimiento, debido ados rasgos interconectados que ste ha presentado. Por una parte, la separa-cin entre el dominio esttico y el artstico, por otra, el protagonismo de lascuestiones sobre los fenmenos estticos ms que sobre la doctrina esttica (osobre la esttica como disciplina filosfica).

    Pero, de qu doctrina hablamos, especficamente? El autor ofrece tres

    indicado res para su identificacin, si bien, a veces, da la impresin de ser unaespecie de tipo ideal; a unq ue se dice expresamente que se tra ta de una figurahistrica concreta de la f ilosof a(15), la de la religin del arte(16). Estosindicadores son: 1). la reflexin esttica se estanca en el prob lema de la ob-jetivida d o la va lidez del juicio esttico, 2). la f ilosof a del arte se empe-a en endo sar a la o nto loga de las obras criterios de valor, 3). la d imensinesttica se ve reducida a es decir, identificada con la dimensin artstica(15). Sin embargo, el criterio es ms bien laxo, ya que no todos los autoresvinculados a la doctrina tienen por qu cumplir las tres condiciones (como es

    el caso de Kant, quien distingui entre la dimensin esttica y la artstica).Frente a este tipo de concepciones estticas el polmico y provoca dor adisa la estticaencierra en realidad todo un programa esttico condensado en

    JEAN

    -MARIE

    SCHAEFFER

    Adis a la esttica

    Madrid: Antonio Machado, coleccin La balsade la medusa, 2005. Traduccin de JavierHernndez.

    por Alfredo MartnezUniversidad de M alaga

    [email protected]

    RESEAS AISTHESIS N 39 (2006): 169-172 ISSN 0568-3939 Instituto de Esttica - Pontificia Universidad Catlica de Chile

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    unas pocas pginas: una esttica descriptiva y naturalista. Descriptiva por-q ue la t area de la reflexin esttica es identifica r y comprender los hechosestticos, y no proponer un ideal esttico o criterios de juicio(21). Naturalis-ta, en un doble sentido: metafilosfico y antropolgico. La filosofa vive unmomento crucial q ue es fruto de causas internas, pero t ambin externas, comoefecto de los desarrollos cognit ivos en o tros campos. Concretamente: aq ue-llo que las ciencias no dejan de ensearnos desde hace ms de un siglo respec-to al ser humano como ser biolgico exige una redefinicin total de las cues-tiones que estuvieron en el centro de la f ilosofa moderna : la teora del sujeto,la teora del conocimiento y la tica, e implica igualmente una revisin delesta tuto mismo del discurso filosfico(24). Encont ramos a q u, en la d isposi-cin de un marco para la reflexin esttica, una concepcin general de lafilosofa y una definida a puesta antropolgica: el ser humano. .. es ntegra-

    mente resulta do y cont inuacin de una historia q ue es la de la evolucin de lavida sobre el planeta Tierra . Si ta l es el caso, entonces su ser mismo incluidosu estatuto de ser social que construye mundos culturales debe ser aprehen-dido dentro de una perspectiva naturalista(25).

    Con estas premisas, Schaeffer se aplica a elucidar esencialmente dos no-ciones: el comportamiento esttico y el juicio del gusto. Respecto al primero,la posicin del autor no parece muy novedosa, ya que se define mediante laconjuncin de un elemento cognitivo y un elemento emociona l o a fectivo. Pro-bablemente, el aspecto ms destacado de la argumentacin sea la insistenciaen distinguir lo esttico de lo artstico, tal y como se aprecia en la relacin de

    ejemplos de la que parte el autor. As, junto a casos familiares de recepcinartstica, encontramos tambin al asistente a un concierto de Led Zeppelin, alos campesinos que escuchan a un griot africano, a un nio viendo dibujosanimados, o a una joven japonesa del siglo IX contemplando un jardn cubier-to de escarcha, as como a un maestro de t ponderando y escrutand o un bo lde t despus de haber ingerido su contenido(29). A pesar de la diversidadque estos ejemplos quieren mostrar es posible encontrar en ellos una estructu-ra comn, independiente del objeto. Finalmente, la estructura comn que de-fine cualquier comportamiento esttico consta de dos elementos: 1) la aten-

    cin, o discriminacin, cognitiva y 2) un componente afectivo. Este compo-nente es el placer asociado al primero, ms exactamente, un cierto grado de(in)satisfa cin (es decir, puede ser una experiencia de sat isfaccin o de insat is-fa ccin), por ta nto una experiencia esttica desagra da blesigue siendo unaexperiencia esttica. El tratamiento de la cuestin del placer esttico resultaalgo expeditivo, pero en cualquier caso la unin del componente cognitivo(atencin cognit iva , actividad d e discernimiento) y del afectivo (in/satis-faccin) ha de producirse de modo que el primero est regulado por el segun-do, y que ste tenga su origen en aquel. Slo si se cumplen estas condicionesestaremos ante un comporta miento esttico. La defensa d e que la experiencia

    o el comporta miento estticos superan histrica y culturalmente el mbito delarte resulta convincente; sin embargo, la propuesta de la ampliacin de lanocin de arte parece menos elaborada : nuestra nocin de arte debe ser

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    ampliada , con el fin de hacerle sitio t ambin a pr cticas que en las socieda desno occidentales estn funcionalmente emparentadas con lo que para nosotrostiene que ver con el arte(75, el primer nfasis es original, el segundo nuestro).

    El autor est interesado en mostrar cmo la conducta esttica se puedeinscribir en un tipo de conductas biolgicamente identificables y explicablesen trminos cientficos (por tanto, alejado de una descripcin inefable). En elcaso de la conducta esttica estaramos ante una versin de los comporta-mientos cognitivos no ligados a una utilidad pragmtica, que tienen su origenen la ruptura del automatismo entre la recepcin de la informacin y la pro-duccin de una reaccin motriz. La especificidad, lo q ue diferencia el compor-ta miento esttico, sea la un punto f rgil en la argumenta cin de Schaeffer, yaque encontramos conductas de activacin endgena (es decir, sin finalidadpragmtica directa) en las que se da una atencin cognitiva y un placer o

    (in)satisfaccin asociados que, sin embargo, no son estticas (como en la re-solucin d e un problema). Las conducta s de este tipo, no estticas, se caracte-rizan porq ue el placer es producido por la fina lizacin de la secuencia cognitiva(por la resolucin del problema) y no aparece como regulador del desarrollode la a ctivida d misma, como s ocurre en el comporta miento esttico (la lectu-ra de una novela).

    El an lisis del comporta miento y de los hechos estticos conduce a la mani-festacin de su carcter intencional. El comportamiento esttico tiene siem-pre un referente, un objeto , a l q ue podemos llamar objeto esttico siempre quetengamos presente que la propieda d estticoq ue le a tribuimos es una pro-

    piedad relacional, no una propiedad del objeto en cuanto tal. En este sentido,no existen verdaderamente objetos estticos, sino ms bien una relacin est-tica. Por otra parte, el origen de la (in)satisfaccin esttica no es el objeto ens, sino la actividad representacional correspondiente, de manera que un mis-mo objeto puede hacer posibles diversas representaciones (entendidas comoactividad cognitiva). En tanto que efecto directo de la actividad cognitivarepresentacional la (in)satisfaccin precede a todo acto de juicio (y no a lainversa). Con la precedencia del factor emocional o afectivo con respecto aljuicio se introduce un elemento fundamental de la concepcin de Schaeffer en

    este punto. En realidad, el autor no considera q ue la cuestin del juicio sea ens misma de especial importancia, su relevancia en los debates estticos de losaos noventa se debe a la crisis del discurso de legitimacin del arte contem-porneo. El origen de la sobrevaloracin del juicio esttico radica en la ten-dencia a identificar o a confundir apreciacin y juicio (otro factor sera lainfluencia de Kant). Esta inflacin del juicio va asociada igualmente a la con-fusin entre arte y esttica, es decir, la importancia concedida al juicio au-menta cuando la esfera esttica se identifica con la artstica, o cuando sesubestiman los comporta mientos estticos no artsticos. El a utor entiende porapreciacin el esta do a fectivo causado por la a tencin cognitiva(si bien la

    relacin entre la causa y el efecto es ms bien un bucle), mientra s que el juicio,juicio evalua tivo, es el acto int encional que concede ta l o cual va lor a l obje-to(80). El juicio esttico y la experiencia esttica no slo son independientes,

    ALFREDOMARTNEZResea deAdis a la estticade Jean-Marie Schaeffer

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    sino q ue el primero es secundario con respecto a l fenmeno fundamenta l q uees la experiencia de (in)satisfaccin cognitiva. No puede haber juicio sin apre-ciacin, sin relacin esttica, pero si puede haber comportamiento esttico enausencia de juicio evaluativo. Esta afirmacin puede sostenerse si, como es elcaso, se utiliza un concepto restrictivo de juicio, como un proceso a posteriori,deliberado, y separado de la apreciacin intrnsecamente comprendida en elcomportamiento esttico. Pero la (in)satisfacin es ya emotivo-cognitiva eimplica norma lmente a lgn tipo de evalua cin. Esta concepcin se manifiestacuando el autor a firma q ue la cuestin del juicio slo se plantea cuando noscomunicamos con los dems acerca de nuestras experiencias estticas(80).Lo q ue Schaeffer llama juicio evaluat ivoo juicio de gustose parece bas-ta nte a lo q ue en otro registro podra llamarse crtica. Una pista: salvocuando ejercemos la profesin de crtico (y an as...), no desarrollamos un

    comportamiento esttico con el fin de poder fo rmular un juicio del gusto , sinosencillamente porque esperamos se tratar de una experiencia satisfactoria(82). Incluso, cuando en un comportamiento esttico, tomo conciencia de misatisfaccin o insatisfaccin an no he atravesado el umbral del juicio. Eljuicio no incumbe, en este sentido , a mi relacin con la s obra s, sino ms bien ala relacin de stas con el arte como problema terico y axiolgico.

    El examen del juicio podra ser ms preciso, sobre todo a causa de la ten-dencia a identifica rlo con la crtica, con el arte del crtico(108) y a l aspectopolmico de la defensa de su carcter subjetivo. Probablemente, nos encon-tremos ante un proyecto cuya ambicin no se corresponde con su envergadu-

    ra fsica y editorial, a pesar del estimable esfuerzo de sntesis realizado por elautor. A pesar de ello, su lectura nos plantea de manera viva e inteligentealgunas de las cuestiones cruciales de la esttica contempornea, tratando deatender a los fenmenos mismos ms que a comentar otros textos o al ensi-mismamiento de la propia escritura.

    Para terminar, una observacin sobre la versin espaola: si bien el resul-tado general puede considerarse satisfactorio, en la pgina 108 han desapa-recido, con respecto al original francs, algunas lneas, lo que hace incom-prensible un fragmento, por otra parte, puede confundir que los aos noventa

    en el original (quatre-vingt-dix) se conviertan sistemticamente en los aosochenta(22).

    FECHADERECEPCIN : JULIO D E2006FECHA D EACEPTACIN: AGOSTO DE 2006

    AISTHESIS N 40 (2006): 169-172