adiós al supermercado

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1 ADIÓS AL SUPERMERCADO De Mariana Rincón Lugo (De la colonia Filadelfia de Gómez Palacio) “La cárcel misma no es sino un símbolo, porque es la ciudad cárcel, la sociedad cárcel; el supermercado mismo no es sino un símbolo, porque es la ciudad supermercado la sociedad supermercado.” J. R. y Yo. PERSONAJES: MARTHA SOBERANES LARA, cajera GERARDINA NOMERUEGUES DE VALDEZ, clienta UBALDO VIDEGARAY CASTRENS, supervisor ANDREA RIVERA LAGOS, clienta FLORENCIO MARTÍNEZ ALMANZA, cliente VOCES de clientes LA ACCIÓN SE DESARROLA EN UN SUPERMERCADO CAJERA.- ¿Quiere redondear los centavos? GERARDINA.- Sí. CAJERA.- ¿Recarga tiempo aire? GERARDINA.- No. CAJERA.- ¿Encontró todo lo que buscaba? GERARDINA.- Sí.

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Teatro breve. Autor Macario Rueda Lozano, bajo un seudónimo. Durango, Durango, México. Radio Universidad. TEl: 618 1672083.

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Page 1: Adiós Al Supermercado

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ADIÓS AL SUPERMERCADODe Mariana Rincón Lugo (De la colonia Filadelfia de Gómez Palacio)

“La cárcel misma no es sino un símbolo, porque es la ciudad cárcel, la sociedad cárcel; el supermercado mismo no es sino un símbolo, porque es la ciudad supermercado la sociedad supermercado.” J. R. y Yo.

PERSONAJES:

MARTHA SOBERANES LARA, cajeraGERARDINA NOMERUEGUES DE VALDEZ, clientaUBALDO VIDEGARAY CASTRENS, supervisorANDREA RIVERA LAGOS, clientaFLORENCIO MARTÍNEZ ALMANZA, clienteVOCES de clientes

LA ACCIÓN SE DESARROLA EN UN SUPERMERCADO

CAJERA.- ¿Quiere redondear los centavos?

GERARDINA.- Sí.

CAJERA.- ¿Recarga tiempo aire?

GERARDINA.- No.

CAJERA.- ¿Encontró todo lo que buscaba?

GERARDINA.- Sí.

CAJERA.- ¿Va a llevar algo con puntos?

GERARDINA.- Lo que se pueda.

CAJERA.- Déjeme ver…mmm… No se puede nada.

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GERARDINA.- Entonces nada, pues.

CAJERA.- ¿Paga con vales, tarjeta o efectivo?

GERARDINA.- No. Con dinero.

CAJERA.- Son quinientos ochenta y nueve cincuenta. Con el redondeo, quinientos noventa.

GERADRINA.- Está bien.

SE ACERCA UN SUPERVISOR.

SUPERVISOR.- Señora, permítame un momento. Usted tiene algo en la bolsa…

GERARDINA.- Sí. Esta pluma.

SUPERVISOR.- Usted iba a salirse sin pagar esa pluma.

GERARDINA.- Soy cleptómana. Es una enfermedad. Cleptómana, ¿entiendes? Mi mano agarra las cosas sin que yo me dé cuenta…

SUPERVISOR.- Lo siento, pero tendré que llamar una patrulla.

GERARDINA.- Soy cleptómana. Es una enfermedad reconocida por la Secretaría de Salud…

SUPERVISOR.- Eso se lo tendrá que decir ante juez administrativo. ¿Cómo se llama?

GERARDINA.- Gerardina Nomerruegues de Valdez.

SUPERVISOR.- ¿Cómo? ¿No sabe que ya prohibieron esos nombres raros?

GERARDINA.- Soy miembro de la etnia tepehuán, en mi comunidad no hay nombres prohibidos. ¿Cómo se llama usted?

SUPERVISOR.- Ubaldo.

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GERARDINA.- ¡Ja! ¿No le da vergüenza? ¡Es alcohólico y lo presume en su nombre!

SUPERVISOR.- Más respeto, señora.

GERARDINA.- ¡Más respeto para mí! Vengo a pie, atravesando la Sierra Madre para comprar en tu supermercado, y me quieres echar a la policía…

ANDREA.- Déjela, no sea aprovechado.

FLORENCIO.- ¿Qué sucede? ¿Quería robar esta mujer?

SUPERVISOR.- Una pluma…

FLORENCIO.- ¡Y por una pluma haces tanto argüende! ¡Qué bruto!

ANDREA.- Ya déjala ir. No seas necio. ¿Por una pluma te vas a quemar?

SUPERVISOR. Ya viene la policía.

GERARDINA.- ¡Está bien! No quieres entender. Te pago la pluma, ¿cuánto vale?

SUPERVISOR.- ¿Cuánto vale, señorita?

CAJERA.- ¿Me permite la pluma, señora?... Quince pesos.

SUPERVISOR.- Quince pesos. Pero se los pagas al juez administrativo. Mi obligación es llamar a la policía para que te remitan.

FLORENCIO.- “¡Es mi obligación, es mi obligación!” Ora échale la culpa a tus jefes.

ANDREA.- ¡Si, muy valiente, muy valiente! Te aprovechas porque es mujer. ¡Pero no está sola! A ver, señoras, vénganse, vamos a defender a una de las nuestras.

VOCES.- ¡No te dejes! ¡Yo te apoyo! ¡Las mujeres tenemos derechos! ¡Yo también soy mujer!

SUPERVISOR.- Discúlpenme, esto no es asunto de ustedes. La señora está robando al supermercado.

Page 4: Adiós Al Supermercado

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FLORENCIO.- ¡Ladrón que roba a ladrón…!

GERARDINA.- ¿Cuánto crees que llevo en el carrito? ¡Más de quinientos pesos! La pluma vale quince pesos. ¡Ándale, pues! Te pago la pluma. Quince pesos. Pero ahí te dejo el carrito con quinientos noventa pesos. Y ni para cuando vuelvo a comprar en tu supermercado.

SUPERVISOR.- ¡Señora, por favor, no!

ANDREA.- ¡Sí, yo tampoco compraré aquí!

FLORENCIO.- ¡Mejor nos vamos al mercado de abastos!

ANDREA.- ¿Quién quiere irse al mercado de abastos con nosotros?

VOCES.- ¡Yo! ¡Yo! ¡Vámonos a la fregada! ¡A la fregada el supermercado!

ANDREA.-El supermercado nos causa puras enfermedades.

FLORENCIO.- La carne está podrida. ¡Yo aquí la tiro!

ANDREA.- ¡Las verduras tienen químicos que nos dan cáncer! ¡Ahí se ven!

FLORENCIO.- ¡Aquí venden alimentos transgénicos! ¡Fúchila!

SUPERVISOR.- No, señora, ya no siga alborotando a la gente.

GERARDINA.- ¿Yo, qué? Yo no hice nada. Se alborotaron por ti, porque quieres abusar de una enferma cleptómana como yo…

SUPERVISOR.- Guárdese la pluma, señora Gerardina, escóndala, que ya no la vean estas personas. Es más, considérela un regalo. La pluma es un regalo que la tienda le hace por ser buena clienta…

ANDREA.- ¡Ahí’ta, ahí’ta! ¿No que muy valiente? ¡Mh, pa’ eso me gustabas! Vámonos, muchachas, este ni pa’ pelear sirve. ¡Pobre leña de pirú, que no sirves ni pa’rder!

SUPERVISOR.- Yo no tengo la culpa, señora, son órdenes superiores…

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FLORENCIO.- ¡Ya no le compongas, compadre! ¡Ni con su nunca vuelvo a comprar en tu supermercado!

ANDREA.- ¡Yo no vuelvo a comprar en ningún supermercado!

GERARDINA.- Yo menos. No volveré al supermercado. Voy a promover con las mujeres de la sierra mejor sembrar nuestras verduras y criar pollos y marranos, para no tener que engordar a estos cerdos capitalistas…

FLORENCIO.- Vámonos, Gerardina, yo te acompaño, para que no te lleven los policías.

VOCES.- ¡Yo la acompaño también! ¡Todas, vamos todas, para protegerla de los polis! ¡Vamos!

VOZ.- Como dijo el garrotero: ¡Váaaaaamoooonooos!

ANDREA.- ¡Adiós al supermercado!

FLORENCIO.- ¡Al Diablo el supermercado!

VOCES.- ¡Sí se puede, sí se puede, sí se puede!

SALEN MARCHANDO Y GRITANDO…