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  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

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    Clínica y Salud

    ISSN: 1130-5274

    [email protected]

    Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

    España

    MONTERO GÓMEZ, ANDRÉS

    Síndrome de adaptación paradójica a la violencia doméstica: una propuesta teórica

    Clínica y Salud, vol. 12, núm. 1, 2001, pp. 5-31Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

    Madrid, España

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618320001

      Cómo citar el artículo

      Número completo

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    Sistema de Información Científica

    Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

    Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618320001http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=180618320001http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=1806&numero=18320http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618320001http://www.redalyc.org/revista.oa?id=1806http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=1806http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618320001http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=1806&numero=18320http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=180618320001http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618320001http://www.redalyc.org/revista.oa?id=1806

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    ARTÍCULOS

    Síndrome de adaptación paradójica a laviolencia doméstica: una propuesta teórica

    Paradoxical adaptation to domestic violence: atheoretical framework pr oposal

    ANDRÉS MONTERO GÓMEZ*

    RESUMEN

    Se presenta una hipótesis para concep tualizar una nueva catego ría psicopato - lógica, el Síndrome de Adaptación Paradójica a la Violencia Doméstica (SAPVD).No se trata de una teoría sobre las causas o el mantenim iento de la violencia doméstica, sino una aproximación tentativa a cómo se relacionan determ inadas variables y m omentos psicológicos para producir un escenario fenomenológico concreto e identificab le, el SAPVD. Este síndrome será desc rito como un conjun - to de procesos psicológicos que culmina en el desarrollo paradójico de un víncu - lo inte rpersonal de protecc ión entre la mujer víct ima y el hombre agreso r a través 

    de la induc ción de un modelo mental que estará dirigido a la recuperación de la homeostasis fisiológica y el equilibrio conductual, asícomo a la protecc ión de la integ ridad psicológica, en la víctim a. Los e lement os definito rios del síndrome será caracterizados por un patrón de cambios cognitivos, su funcionalidad adap - tativa resultado de un proceso psicológico reac tivo en la víctima.

    ABSTRACT

    A hypot hesis for conc eptualising a new psychop athological category, the Paradoxical Adap tation to Domestic Vilence Syndrome (PADVS), is p resented.

    * Organización: Universidad Autónoma de MadridDirigir la correspondencia a : Andrés Montero Gómez, Departamento de Psicología Biológica y la

    S a lud , Universida d Autonom a d e Mad rid, 28049 Madrid (Espa ña ). Tlf : 606363675. E-ma i l:a [email protected] ecimientos : Al P rof. Dr. J os é Antonio Ca rrobles, q uien d irige la investiga ción pa ra la verifiica ción

    empírica del modelo teó rico

    Clínic a y Salud , 20 01 , vo l. 12 n°. 1 - Págs. 5- 31 

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    It is not a theory on the c auses and maintenance of domestic violence, but a tentative app roach to how certain variables and psychological steps are put in relation to each o ther to p roduce a phenomenological scenery, specific and identifiable, the PADV syndrome. The PADV will be described as an interper - sonal bond of p rotection bu ilt betw een a victim woman and a man aggressor,within a traumatic and stimuli restricted environment, through the induct ion of a mental model that will be aimed at the victim’s physiological and behavioru - ral balance recovering and p sychological integrity protect ion. The feature of the syndrome would be determined b y a pattern of cognitive changes and its adaptive functionality as a fresult of a psychological reactive process in the vectim.

    PALABRAS CLAVE

    Vínculo t raumático, modelo m ental induc ido , violencia doméstica, Síndro - me d e Adapt ación Paradójica a la Violencia Doméstica.

    PALABRAS CLAVE

    Traumatic bond , induced m ental model, dom estic violence, Paradoxical Adapt ation to Domestic Violence Syndrome .

    Síndrom e d e adap tación p aradójica a la violenc ia doméstica: una prop uesta teórica 

    6 CLÍNICA Y SALUD

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    INTRODUCCIÓN

    Un factor que añade un elemen-

    to de dificultad al estudio de la vio-

    lencia c ontra la mujer en el seno de

    relaciones de pareja -en su mayo-

    ría heterosexuales- es que única-

    mente una mín ima par te de los

    casos de malos t ra tos es denun-

    ciada. Al igual que ocurre en las

    diversas aproximaciones efectua-

    das al problema del abuso sexual

    en la in fanc ia , e l mal t ra to de l a

    mujer po r pa reja s o co mpa ñero s

    se ntimentales ofrece re c o n o c i d a s

    restricciones al conocimiento de la

    s it u a c ió n p o r p a r t e d e a c t o r e s

    ext ernos a l a nillo prima rio de re la -

    ciones de la víctima. Incluso, en un

    alto porcentaje de los casos, los

    detalles del maltrato no salen del

    ám b i to d i ád i c o e xc l u s i v o d e l a

    p a re ja d o n d e s e p r o d u c e n . U n

    aspecto que pudiera parecer para-

    d ó j ic o e s q u e e s t e s ile n c io n o

    s i e m p re c orrelac iona co n mujere seconómica o socialmente depen-

    dientes de sus parejas sentimenta-

    les, sino que a veces mujeres que

    podrían ser autosuficientes en el

    t erreno laboral o personal continú-

    an en el domici l io o contexto de

    c o n v i v e n c i a d e l a p a re j a d o n d e

    están siendo maltratadas, alimen-

    tando así una extraña dinámica de

    traumát icas consecuencias . Así ,

    comenzando las primeras agres io-

    n e s d u r a n t e e l n o v i a z g o o l o s

    meses iniciales del matrimonio, lousual es que el escenario de vio-

    lencia se prolongue durante añosh as t a qu e l a m u j e r e s c ap az d e

    rea c ciona r o uno de los miembro s

    de la pareja muere. Alguna macro-

    encuesta de orientación sociológi-

    ca estima en cinco años la perma -

    nencia de la mujer en el contexto

    doméstico donde está expuesta a

    la violencia (Instituto de la Mujer,

    2000), mientras estudios en entor-

    nos clínicos elevan esta cifra a los

    d i e z a ñ o s (E c h e b u rú a , C o r r a l ,

    S a r a s u a , Zu b iz a r re t a y S a u c a ,

    1990; Echeburúa, Corral, Sa ras ua y

    Z u bi za rreta , 1996).

    A pesa r de q ue algunos estudios

    establecen un vínculo representati-

    vo entre maltra to do méstico y lesio-

    nes sufridas por las mujeres (Son-

    kin, Martin y Walker, 1985; Stark y

    Flitcraft, 1988), sólo una minoría de

    estas lesiones es la que finalmente

    se registra en centros policiales,

    judiciales o de atención a la mujer

    como efecto de la violencia domés-

    tica. En la literatura se llega a esti-mar que el rango de incidentes de

    a g resión domé stica denuncia dos

    se e n c u e n t r a e n t re e l 1 0 % y e l

    30%, aunque son datos cuya vali-

    dez es complicado precisar.

    Otra característica a considerar

    en este fenómeno es la importante

    p ro p o rc ió n d e s itu a c i o n e s e n

    donde la s denuncias pre s e n t a d a s

    ante las autoridades judiciales o

    policiales son retiradas por las pro-

    pias mujeres objeto de maltrato ,antes de que se inicie el correspon-

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 7

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    diente procedimiento legal sancio-nad or o preventivo . El s ob re s e i-

    m i e n to d e u n a c au sa p e n a l p o r

    maltrato , como consecuencia del

    perdón al agresor o la retirada de la

    denuncia por pa rte de la víctima, ha

    s ido eva luado cuan t i ta t ivamente

    por algún estudio en un 63’5%,

    representando el total de sobresei-

    mientos un 30% del global de cau-

    sa s judicia les po r maltrato (Themis,

    1999).

    PLANTEAMIENTO GENERAL Y MARCO CONCEPTUAL

    La violencia contra mujeres en el

    m a rco de re la ciones a fectivas da

    lugar a l a man i fes tac ión de una

    gran variedad de procesos psico-

    l ó g i c o s , l a m ayo r í a d e e l l o s d e

    evolución pato lógica debido a la

    naturaleza traumática del contex-

    to . Alg u n o s d e e s t o s p ro c e s o s

    consti tuyen categorías diagnósti-ca s reconocida s en la psicopa tolo-

    gía siendo clínica mente obs erv a -

    dos y tratados aunque en muchas

    ocasiones sin conocer completa-

    mente la s com pleja s es tru c t u r a s

    del problema real.

    A pesar de l a p revalenc ia de l

    silencio en las víctimas en la vasta

    m a y o r ía d e c a s o s d e v io le n c ia

    d o m é s t ic a , l o s t e ra p e u t a s h a n

    identifica do una serie de des órd e-

    nes clínicos as ociad os a esta clas e

    de maltrato. Por parte del hombre

    a b u sa d o r, los estud ios en la litera -tura s e re f i e ren c omúnme nte a

    t r a s t o r n o s d e la p e r s o n a lid a d

    ( H a m b e rger y Ha s t ings , 1986),

    siendo el trastorno antisocial de la

    personal idad y l a depres ión los

    más detectados (Dinwiddie, 1992),

    c o m p lic a d o s o n o c o n a b u so d e

    sustancias. S i se toma en conside-

    ración a la mujer víctima, las cate-

    goría s diag nóstica s más frec u ent es

    son depresión (Campbell, Sullivan

    y D a v i s o n , 1 9 9 5 ; E c h e b u r ú a ,

    C o rra l, Amor, S a ras úa y Zubiza rre-

    ta , 1997) y d iversos cuadros de

    an s i e d ad ( S a to y H e i b y , 1 9 9 1 ) ,

    e n t re los q ue des tac a el trast orn o

    d e e s t ré s p o s t rau m át i c o (Ho u s-

    kamp y Foy, 1991).

    No obstante, si bien la diagnosis

    psicopatológica realizada post-hoc

    puede da r c uenta, pa rc i a l m e n t e ,

    del impacto de la violencia sobre el

    equilibrio psicofisiológico de la víc-

    t ima, su uti l idad será en cambio

    marginal en el momento de ofreceruna explicación acerca del porqué,

    en má s d el 70% de los c a so s (Insti-

    tuto de la Mujer, 2000), la mujer

    maltratada permanece en una rela-

    c i ó n d e a b u s o d u r a n t e a ñ o s

    sufriendo las consecuencias aversi-

    vas y traumáticas de la vio lencia

    e j e rcida co ntra ella por su pa re j a .

    En este punto, se podrían mencio-

    nar tentativamente tres grupos de

    factores que, ya sea de modo uni-

    tario o en combinación, e influidos

    o no por la presencia de distorsio-

    Síndrom e d e adap tación p aradójica a la violenc ia doméstica: una prop uesta teórica 

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    nes cogn i t ivas producto de unas erie de mitos c ulturales y re li g io-

    so s , c o ad yu v an a m an te n e r a l a

    mujer en silencio sobre el maltrato

    q ue es tá sufriendo: 1) diverso s pro-

    c e s o s p a ra l iz a n t e s g e n e ra d o s y

    mantenidos por el miedo; 2) la per-

    c e p c i ó n p o r l a v í c t i m a d e u n a

    ausencia de vías de escape o sali-

    da de la situación de tortura; 3) y la

    c a renc ia de rec urso s altern a t i v o s ,

    s o b re todo en el c a so de mujere s

    con hijos que no vislumbran, por

    causas variadas, un apoyo externo

    viable. Sin embargo, en no pocas

    ocasiones se observa que mujeres

    a quienes se supone una indepen-

    dencia personal o ec onómica y una

    pos ibilida d de a cc eso a re c u r s o s

    con t inúan en re lac iones ín t imas

    dond e s ufren violencia . Esta s muje-

    res , que desarro l lan ac t iv idades

    sociales o profesionales que sugie-

    ren a su entorno inmediato que no

    están paralizadas por el miedo, o

    q ue incluso llega n a e mprender conéxito iniciativas en varios ámbitos

    de sus vidas, parecen sin embargo

    incapaces de denunciar a sus agre-

    s o res, con q uienes siguen co nvi-

    viendo, y mucho menos de aban-

    dona r la rela ción.

    En muchos casos es te t ipo de

    mujeres, de perfil social considera-

    do más independiente, y aquellas

    otras de dependencia más ligada a

    un núcleo familiar del tipo que sea,

    c o m p a rten la rea cc ión para dó jic a

    de desarrollar un vínculo afectivo

    gradualmente más fuerte con susa g re s o res, lleg and o a a sumir la s

    excusa s esg rimida s por el a gre s or

    tras cada episodio de violencia y

    a ce pta ndo s us a rre p e n t i m i e n t o s ,

    r e t i r a n d o d e n u n c i a s p o l i c i a l e s

    cuando han tenido un momento de

    l u c i d e z y l a s h an p re se n t ad o , o

    deteniendo procesos judiciales en

    m a rcha a l dec la ra r a favor d e sus

    a g re s o res antes de q ue sea n con-

    denados.

    Algunas investigaciones han tra-ta do de a rroja r luz so bre la oc urren-

    cia de estos vínculos paradójicos

    entre víctima y agresor, fundamen-

    t a l m e n t e a p e l a n d o a l a s c l a v e s

    afectivas o emocionales que apare-

    cen en el contexto d el entorno tra u-

    mático y, en algún caso, utilizando

    descripciones similares a las pro-

    puesta s pa ra el denomina do «sín-

    drome de Estocolmo», un conjuntode mecanismos psicológicos que

    determinan la formación de un vín-

    culo afectivo de dependencia entrelas víctimas de un secuestro y sus

    c a p t o res y, sob re t odo, a la as un-

    ción por parte de los rehenes d e la s

    idea s, creencias , motivos o razo nes

    q ue es grimen s us sec uestradore s

    para llevar a cabo la acción de pri-

    vac ión d e libertad (S trentz, 1980;

    M o n t e ro, 1999). No ob sta nte, los

    escasos modelos teóricos se han

    concentrado en los elementos más

    salientes del trauma que convertirí-

    an a la víctima en un receptor pasi-

    vo de la violencia, dejando de pro-

    And rés Mont ero Gómez 

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    fundizar en la cadena de procesosp s i c o l ó g i c o s i m p l i c a d o s y , p o r

    tanto, obteniendo al final un dibujo

    ses ga do de l fenómeno. Tal vez la

    u rg e n c i a p o r e n c o n t r a r m e d i o s

    paliativos ante el sufrimiento de las

    m u j e res ma ltrata da s ha ya influido

    en la circunstancia de presta r aten-

    ción a las señales más evidentes,

    sin preg unta rse a q ué re s p o n d í a n

    determinados síntomas. Pero, en el

    fondo, e l éxi to en interpretar la

    complejidad de la reacción de una

    víctima en un escenario de agresión

    co ntinuad a re q u i ere una compren-

    sión rigurosa del aparato psicológi-

    co involucrado en la formación del

    tipo de vínculos paradójicos men-

    cionados, con el propósito final de

    desactivarlos y abrir más oportuni-

    dades a la acción de procedimien-

    tos legales o a sistenciales.

    Aunque existen teorías que tra-

    tan de explica r a spec tos parc i a l e s

    del proces o de l maltrato cuya men-

    ción sobrepasa el foco de análisisde este estudio (para una revi s ión,

    Villavicencio y Sebastián, 1999a),

    dos han sido los modelos postula-

    d o s p a ra e n saya r u n a h i p ó te s i s

    s o b re la naturaleza y emerg e n c i a

    de los vínculos paradójicos en rela -

    ciones íntimas de componente vio-

    lento (figura 1). En uno de ellos,

    Dutton y P a inter (1981) ha n des cri-

    to un escenario en el que dos fac-

    t o res , el d ese q uilibrio de pode r y la

    i n t e rmite nc ia en e l t ra t a mien to

    bueno-malo, generan en la mujer

    maltratada el desarrollo de un lazotraumático que la une con el agre-

    sor a través de conductas de doci-

    l idad. Según Dutton y Painter , e l

    abuso crea y mantiene en la pare ja

    u n a d i n á m i c a d e d e p e n d e n c i a

    d e b i d o a s u e f e c t o a s i m é t r i c o

    s o b re el e q uilib rio de pod er, siendo

    el vínc ulo traumá tico prod ucido por

    la a lternanc ia de re f u erzos y casti-

    gos. Sin embargo, esta teoría des-

    c a n s a a p a r e n t e m e n t e s o b r e l a

    base del condicionamiento instru-

    mental que, desde mi perspectiva,

    es válido para dar cuenta de algu-

    nos a spectos del rep ertorio de vic-

    t i m i z ac i ó n ( p r i n c i p a l m e n te d e

    aquellos referidos a la indefensión

    a prendida y al efecto sobre la vícti-

    ma de los períod os de arre p e n t i-

    miento del agresor), pero falla en

    cubrir la compleja ca dena funcional

    de procesos psicológicos as ocia da

    a este tipo d e vínculos pa rad ójico s.

    Se gún se expondrá aq uí, la incerti-

    d u m b re inherente a la vio lenc iarepetida e intermitente es un ele-

    mento clave en el camino hacia el

    d e s a rrollo de l vínculo, pero no su

    causa única. Además, la teoría no

    toma en consideración que alguna

    esfera de desequilibrio de poder es

    en cierta medida una c a ra cterística

    común a muchas relaciones huma-

    nas (Dobash , Dobash , Wilson , y

    D a l y, 1992): e n las pa rejas traumá -

    t ic a s n o p a r ec e s e r un a c o n s e -

    c u e n c i a s i n o u n an te c e d e n te a l

    a buso.

    Síndrom e d e adap tación p aradójica a la violenc ia doméstica: una prop uesta t eórica 

    10 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    8/28

    O t ro m o d e lo q u e p la n te a u n a

    i n t e r p retac ión pa ra el c ompo rt a -

    miento pa radó jic o de la s mujere s

    maltratadas es el tratamiento facto-ria l de G raham so bre re a c c i o n e s -

    t i p o - s í n d rome de Es toc olmo en

    mujeres jóvenes q ue mantienen rela-

    ciones de noviazgo (Graham, Raw-

    lings y Rimini, 1988; Graham et al,

    1995). Su modelo factorial toma la

    forma de una escala de evaluación

    de 49 ítems alrededor de un núcleo

    caracterizado por distorsiones cog-

    nit ivas y estrategias de coping, y

    dos dimensiones secundarias deno-

    minadas ‘daño psicológico’ y una

    más amb igua ‘amor- d ep e n d enc i a ’ .

    La teoría de Graham, de propósitos

    evalua t ivos , per f i l topográ f ico y

    metodología correlacional, fue dise-

    ñada para detectar la aparición de

    síntomas del síndrome de Estocol-mo en mujeres jóvenes sometidas a

    abuso por parte de sus compañeros

    sentimentales, y está basada en la

    idea de que el síndrome es el pro-

    ducto de un tipo de estado disocia-

    tivo que lleva a la víctima a negar la

    p a rte violenta del co mporta m ie n t o

    del agresor mientras desarrolla un

    vínculo con el lado que percibe más

    positivo, ignorando así sus propia s

    necesidades y volviéndose hipervigi-

    lante a nte las de s u ag resor (Graha m

    y Ra w lings , 1991). Sin emb arg o ,

    mientras esta explicación puede ser

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 11

    FIGURA 1Esq uematizac ión de los mod elos teórico s d e Dutton y P ainter, 1981 y

    Graham et al, 1995

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    9/28

    válida para describir alguno de losprocesos globales implicados en el

    síndrome, no proporciona una hipó-

    tesis teórica sobre la naturaleza del

    p ro c e so t rau m á t ic o m ás a l lá d e

    algunos de sus elementos constitu-

    yentes. Igualmente, el modelo de

    Graham está afectado por un sesgo

    metodológico inicial derivado del

    hecho de que tanto la extracción

    empírica del cues tionario q ue utiliza

    para la contrastación teórica, como

    los resultados que arroja, proceden

    d e in v e s t i g a c i o n e s q u e u t iliz a n

    muestras de mujeres de una deter-

    minada franja de edad y nivel edu-

    ca tivo (univers ita ria s ), c ircunstancia s

    que comprometen las propi eda des

    del instrumento de medida y dificul-

    tan la generalización de los resulta -

    dos .

    Por otra parte, hasta donde llega

    el conocimiento del autor, en Espa-

    ña no se han realizado investigacio-

    nes que abordaran la presencia de

    rea cc iones parad ójica s en víctimasde violencia doméstica. Los traba-

    jos q ue han explorado a ctitudes o

    es tructuras cognitivas de interpreta -

    ción de la realidad violenta en ámbi-

    tos de a gresiones de género s e han

    co ncentrado en des cribir la existe n-

    cia de distorsiones cognit ivas en

    a g re s o res intrafa milia res (Fern á n-

    de z-Monta lvo y Echeb urúa , 1997), o

    en dar cuen ta de jus t i f i cac iones

    a cerca de la violencia en conductas

    de a gresión s exual en re l a c i o n e s

    h e t e rosexua les entre jóvene s uni-

    vers i ta r ios (S ipsm a , C a rro b l e s ,Montorio y Everaerd, 2000). En este

    último se encontró que un 17.5%

    de los varones de la muestra acep-

    taba algún tipo de c oac ción en con-

    ductas sexuales en base a determi-

    nadas justificaciones, mientras que

    ese porcentaje era de un 6.3% en el

    caso de las mujeres .

    Alternativamente, en orden a facili-

    tar una explicación teórica para el

    comportamiento pa ra dójico obs erva-

    do en determinadas mujeres maltra-tad as , se propone q ue un determina-

    do tipo de víctimas de violencia en el

    ámbito de la pareja, cuyas caracte-

    rísticas habrá que determinar en la

    consiguiente investigación, sufren la

    manifestación de un síndrome glo-

    b a l, e l S í n d ro m e d e Ad a p tac ió n

    Paradójica a la Violencia Doméstica

    (SAPVD), generado como una reac-

    ción psicofisiológica y conforma do

    en una serie de modificaciones cog-

    nitivas ante un entorno traumático

    d e n t ro de un c onte xto re f e re n c i a l ,cual es el medio doméstico.

    El síndrome AP VD, c omo nuevo

    concepto, proviene de la aplicación

    al ámbito de la violencia contra la

    mujer en el entorno doméstico del

    mode lo teór ico desarro l lado por

    Montero (1999, 2000a, 2000b) para

    el síndrome de Estocolmo clásico. El

    s í n d rome AP VD será des crito aq uí

    como un conjunto de procesos psi-

    cológicos q ue, a través d e la s d imen-

    siones de respuesta cognitiva, con-ductual y fisiológico-emocional, cul-

    Sínd rome de adap tación paradójic a a la violencia doméstic a: una prop uest a teórica 

    12 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    10/28

    mina en el desarrollo paradójico deun vínculo interpersonal de protec-

    ción entre la mujer víctima y el hom-

    b re a gre s o r, en e l ma rco de un

    ambiente traumático y de restricción

    estimula r, a través de la inducción de

    un modelo mental, de génesis psico-

    fisiológica, naturaleza cognitiva y

    anclaje contextual, que estará dirigi-

    do a la recuperación de la homeosta-

    sis fisiológica y el equilibrio conduc-

    tual, así como a la protección de la

    integridad psicológica, en la víctima.

    Desde esta perspectiva, el síndrome

    APVD es un mecanismo activo de

    a dapta ción ha bilitado para amorti-

    gua r y/o e vita r la incidenc ia ma siva

    de estresores amenazantes sobre la

    víctima, que se aproximaría a este

    cuadro psicológico a través de cua-

    tro fases s ituad as en un continuo.

    FASES SINDROMICAS

    1 . Fase DESENCADENANTE(figura 2). Originad a e n la presenta -

    ción del escenario traumático, esto

    es, cuando la mujer recibe la primera

    expresión d e violencia física de parte

    de su pareja sentimental. A pesar de

    que se hubieran producido discusio-

    nes previas o incluso algún nivel de

    ma ltra to psicológico en la pa re j a ,

    cons idera mos la primera a gre s i ó n

    física como el elemento disparador

    clave de todo el proceso. Esta vio-

    lencia inaugural tiene el efecto trau-

    mático de una ruptura del espacio

    de seguridad y confianza construido

    sobre la base de la relación afectiva.

    Después de la agresión, los límites

    de seguridad y peligro se entremez-

    clan y sus señales se difuminan.

    And rés M ont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 13

    FIGURA 2Mapa conceptual hipotetizad o pa ra la fase des enca dentante del SAP VD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    11/28

    A pa rte la s bien c onoc ida s re a c-ciones neuroendocrinas de estrés

    comunes a todo e ntorno de intensa

    amenaza (Se lye , 1956; Soko lov ,

    1963; Neufe l, 1984; Sa nd ín, 1995),

    desde una perspectiva cognitiva se

    puede afirmar que el aspecto más

    signif icat ivo de esta fase será un

    e s t r e c h a m i e n t o d e lo s c a n a l e s

    atencionales (MacLeod, Mathews y

    Ta ta , 1986), sesg ados y comprome-t i d o s h ac i a l a p e rc e p c i ó n d e l a

    amenaza (Williams, Watts, MacLe-

    od y Mathews, 1988; MacLeod y

    R u t h e rf o rd , 1992), q ue te nd rá

    re percusiones en una consecuente

    limitación de los imputs estimulares

    que alcanzan el nivel de conscien-

    cia. Debido a la focalización aten-

    cional, los procesos perceptivos y,

    a través de ellos, las vías esta ndari-

    zadas de juicio y razonamiento se

    verán puntualmente desestabiliza-

    das por la evaluación de la amena-

    za y la inevitable adjudicación de

    recursos a su afrontamiento.Emocionalmente, aunque en otra

    clase de ataques violentos contra

    m u j e res (p. ej. viola c ione s ) el c on-

    tacto inicial y repentino entre vícti-

    ma y ag res or origina una re a c c i ó n

    primaria de miedo, genuina en el

    se n t i d o i n s t i n t i v o j am e s i an o

    (J a mes , 1983) y previa a c ualq uier

    valoración cognitiva del hecho, el

    miedo en este contexto y después

    l a a n s i e d a d e s t a r á n a l t a m e n t e

    modulados por un sentido de pér-

    dida. La mujer siente que algo se

    ha roto, q ue una pa rte en su interiorse ha perdido. Además, el impacto

    g lobal de l a rea l idad t raumát ica

    p e rcibido a tra vés de una evalua-

    ción sesgada por la desorientación

    derivada de la circunstancia d e q ue

    el agresor es la pareja afectiva de la

    víctima, desencadenará una miría-

    da de emociones, principalmente

    negativas. Una vez la agresión ha

    f inal izado y la mujer es dejada a

    solas, el resultad o má s proba ble es

    q ue la víctima entre en un angus tio -

    so e s t ad o d e an s i e d ad d e c u rso

    p ro g res ivo, q ue pro b a b l e m e n t e

    correlacionará con accesos ocasio-

    nales de ira que revertirán hacia el

    e s t r é s c o m o e l e m e n t o a ñ a d i d o

    ( L a z a rus, 1968; Dia mo nd , 1982).

    Ta nto la inca pa cida d d e la víctima

    de actuar eficazmente para modifi-

    car su entorno, como la acumula-

    c ión de a fec to negat ivo y , sobre

    todo, la consolidación del senti-

    miento de pérdida, favorecerán el

    avance hacia un posterior cuadrodepresivo.

    2 . Fase de REORIENT A C I Ó N(figura 3). Cuando la mujer dispon-

    ga del momento de reevaluar tras la

    primera a g resión fís ica , la ru p t u r a

    d e l e sp ac i o d e se g u r i d ad h ab rá

    p roducido un pa trón g enera l de

    desorientación, responsable de la

    instauración de un estado de incer-

    t idumbre donde previamente había

    p ro t e c c ió n . S i c o n s id e r a m o s e l

    hog ar co mo un a mbiente re f e re n-

    cial en lo concerniente a la identi-

    Síndrom e d e ad aptación p aradójica a la violenc ia doméstica: un a pro puesta teórica 

    14 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    12/28

    dad individual, es viable suponerque la incertidumbre, junto al miedo

    y al sentido de pérdida, coadyuvan

    a bo rra r los límites de la ins erc i ó n

    de la víctima en su núcleo primario

    de relación, el lugar donde ella se

    siente a salvo. Es de esperar que

    tal reversión tenga una repercusión

    en los esquemas del se l f y en la

    autoestima de la víctima. Además,

    o t ro elemento s ignifica tivo en la

    es tructura d e referentes d e la mujer,

    su marido o compañero sentimen-

    tal, ha modifica do ab ruptamente su

    definición, convirtiéndose en una

    am ena za impred ec ible (re v e r s i ó n

    de re f e rentes ). De es te mod o, laprimera consecuencia derivada de

    la ruptura del espacio de seguridad

    es la exposición a un riesg o q ue se

    si túa en el in terior mismo de un

    entorno de referencia bá sica para el

    sujeto . El poder disruptor de un

    p e l i g ro incierto, junto a l ma nteni-

    miento de la violencia en casa, con-

    tr ibu irán de un modo no tab le a l

    d e te r i oro psicofísico de la víctima.

    La presencia continuada de estre-

    s o res a mbientales en un c ontexto

    referencia l subs ta nciará la recurren-

    cia de un estado de ansiedad que

    seguramente irá creciendo en cro-

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 15

    FIGURA 3Mapa conceptual hipotetizado para la fase de reorientación del SAPVD.

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    13/28

    nic idad y que podr ía degenerar ,como se verá, en la formación de

    un cua dro d epres ivo . Tod o es te

    proceso de desorientación y ruptu-

    ra se verán potenciados en mujeres

    sin ocupación profesional o aficio-

    nes fuera del hogar, debido al peso

    específico del entorno doméstico

    en la definición de sus estruc tu ra s

    espac io- tempora les bá s ica s y en

    su autoconcepto.

    Unidas a las insidiosas cualida-

    des de la ansiedad y originadas enla fase previa como reacción adap-

    tativa a la percepción de la amena-

    za, las anormalidades atencionales

    s e r á n m a n t e n id a s c o m o v ía d e

    optimización de recursos. Algunos

    a u t o res (Will ia ms et a l , 1988;

    E y s e n c k , M a c L e o d y M a t h e w s ,

    1987; Eysenck, 1991) han encon-

    trado evidencia que apoya la afir-

    mación de que los individuos afec-

    t a d o s p o r e s t a d o s d e a n s ie d a d

    desarrollan una clase de sesgos en

    el procesamiento preatencional dela información ambiental que favo-

    recen, de modo a utomático, la c ap -

    tación de estímulos amenazantes.

    En nuestro ca s o de re f e rencia , los

    ca nales para e l normal pro c e s a-

    miento de imputs estimula res e xter-

    nos (a los que añadimos los intero-

    ceptivos) se estrechan hasta que-

    da r pro g res iva mente limitado s a la

    p e rcepción d e la amena za . Es te

    tipo de buc le a tencional , cre a d o

    por la situación ans ióge na, s uminis-

    tra un sustento para la ansiedad y

    conduce al sujeto a una forma dec írculo vic ios o q ue e s re tro a l i me n-

    tado a través del patrón general de

    desorientación de la víctima. Inclu-

    so podríamos contemplar una s uer-

    te de restricción estimular en el

    sentido d e q ue la mujer está vivien-

    do permanente en el seno de una

    configuración amenazante, similar

    en cua nto a un principio de percep -

    ción de no-hay-salida al aislamien-

    to sensorial producido en situacio-

    nes de secuestro (Montero, 1999).

    As í, la mujer s ufre de una re s t r i c-

    ción estimular en clave de aisla-

    miento que, añadida a los sesgos

    atencionales, cercena claramente

    s u c a p a c i d a d d e c o m un ic a c ió n

    hacia otras personas.

    S i s uponemos q ue las ag re s i o-

    nes tienen un curso intermitente y

    repetido (Dutton y Painter, 1981;

    Echeburúa et al. 1990), el manteni-

    miento de intensos niveles en la

    respuesta de estrés, la incapacidad

    que percibe la víctima para manejarun entorno hostil con la evidente

    in fe r io r idad de sus recursos , l a

    des orienta ción deb ida a la re v e r-

    sión de refe rente s y, fina lmente, la

    adicción de factores de influencia

    p e rturba do ra co mo la incert i d u m-

    b re y la s ensa ción de nega tivida d,

    todos ellos se agruparán para con-

    solidar el inicial proceso agudo y

    reactivo de estrés hacia uno cróni-

    co y sostenido de ansiedad, perju-

    dicial de es e modo para el orga nis-

    mo. Este estadio en la evolución de

    Síndrom e d e ad aptación p aradójica a la violenc ia doméstica: un a pro puesta teórica 

    16 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    14/28

    la situación traumática es complejo,pues l a fo rmación crón ica de l a

    reacción de ansiedad coincide en la

    víctima c on la b úsq ueda d e estrate-

    gias de coping en orden a adaptar-

    se al nuevo contexto.

    Una vez sobrepasada la fase ini-

    cial de miedo reactivo modulado

    por l a sensac ión de pérd ida , l as

    interacciones víctima-agresor que

    o c u rra n en aus encia de violencia,

    serán posicionadas por la mujer en

    el marco de la dinámica de reorien-tac ión e n la q ue es tá compro meti-

    da. Aunque posibles acercamientos

    entre los actores implicados duran-

    t e la q u e h e d e n o m in a d o ‘ fa s e

    d e s e n c a d e n a n t e’ p u e d a n e s t a r

    marcados por conductas de recha-

    zo y aislamiento en el lado de la

    v íc t i m a (i .e . n e g a t iv as a h ab la r,

    retracción motora, etc.), la apertura

    conductual de la mujer en esta fase

    de exploración favorecerá una dis-

    tensión en la relación, quizás coin-

    c id i e nd o c o n a lg u n o s s ig n o s d ea rrepentimiento en el c ompa ñero

    a g res or (Wa l k e r, 1984). Aq uí, s in

    e m b a rgo , la mujer com enza rá a

    añadir indicadores de vulnerabili-

    da d a los ya emergentes s entimien-

    tos de culpabilidad.

    En efecto, durante los compases

    iniciales del proceso de violencia la

    tendencia en la mujer será autocul-

    parse por los golpes recibidos. Una

    vez la ira ha desaparecido o se ha

    i n t roye c ta do (Wa l k e r, 1984), y elpatrón de d esorientación y los ses-

    gos atencionales se han estableci-do, los canales cognitivos centra-

    dos en evaluar la amenaza sugeri-

    rán a la mujer que debe de haber

    una razón para las agresiones, que

    la violencia pudiera ser un castigo

    p ara a l g u na c la s e d e c o m p o rt a -

    miento impropio en que ha incurri-

    do . La mujer se sentirá culpable

    p o rq ue sus vías de ra zonamiento,

    comprometidas por la hipervig i la n-

    c ia y los sesgos a tenc ionales , l a

    conducen hacia la conclusión más

    autorreferencial: el castigo está ahí

    para corregir algo que ella ha hecho

    mal. De esta forma, la víct ima se

    autoinculpa, pronunciándose esta

    tendencia en mujeres que conser-

    ven estructuras de creencias basa-

    das en pautas de comport a m ie n to

    tradicionales, ya sean fundamenta-

    das en ejes religiosos, culturales o

    sociales, que primen adhesiones

    incondicionales de f idel idad a la

    pareja o ideas irracionales sobre el

    a m o r, entre o tra s . P ero , a demá s,otra fuente de culpa y verg ü e n z a ,

    bastante más inconsciente y laten-

    te, la constituye el hecho de que el

    a g reso r es a lguien q ue la pro p i a

    mujer eligió un día pa ra c ompa rt i r

    su vida: esta es una culpa determi-

    nada por una frustración de expec-

    tativas y metas.

    La ruptura del espacio de seguri-

    dad, más pronunciada si se produ-

    ce en el seno de una unión matri-

    monia l , qu iebra en la mujer l as

    e xp e c t a t i v as e n u n p ro ye c to d e

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 17

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    15/28

    fu tu ro junto a su pa reja . Es te co n-ce pto era un elemento pro b a b l e-

    mente ya incorporado a los esque-

    m as d e i d e n t i d ad d e l a m u j e r y

    ahora, en un contexto de violencia,

    se torna en factor disonante que

    colisiona con el mantenimiento del

    estatus marital o afectivo. En esta

    f a se d e re o r i e n t ac i ó n , l a m u j e r

    busca introducir un equilibrio entre

    su sistema de creencias, la f rag-

    menta da es truc tura de re f e re n t e s ,

    la autoestima dañada por la auto-

    culpabilización y la realidad violenta

    en el hogar. La víct ima entonces

    producirá un reajuste de expectati-

    vas y un realineamiento cognitivo

    sobre la base del principio de con-g ruenc ia a ctitudinal, to do ello en

    orden a evita r la disona ncia (Festin-

    g e r, 1957) entre su co nduc ta de

    elección y compromiso con la pare-

    ja, de una parte, y la situación trau-

    mática en la que está viviendo, de

    otra. Intentando compaginar estos

    elementos con un mermad o pa q ue-

    te de recursos, la mujer entrará en

    la fase d e coping.

    3 . Fase de AFRONT A M I E N T O

    (figura 4). En este punto, la víctimadedica su l imi tada capac idad de

    inf luencia a log rar una inse rc i ó n

    más funcional en un entorno refor-

    Síndrom e d e adap tación p aradójica a la violenc ia doméstica: una prop uesta teórica 

    18 CLÍNICA Y SALUD

    FIGURA4Mapa conceptual hipotetizado para la fase de afrontamiento del SAPVD.

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    16/28

    mulado. En este punto, las posibili-dades de coping estarán modula-

    das por las variables personales y

    contextuales asociadas a la víctima

    en c ad a ca so part i c u l a r, entre la s

    cuales mencionamos los estilos de

    a f ronta miento (Witkin y G ood e-

    nough, 1981; Lazarus y Folkman,

    1984), el apoyo social real (Saran-

    son y Saranson, 1985) y perci bid o

    (Hoff, 1990), y el propio estado psi-

    cofisiológico general de la mujer,

    sin olvidar el peso específico juga-

    do por los factores de vulnerabili-

    dad de la víctima ante el maltrato

    (Mittc hel y Hod s on, 1986; Wa l k e r,

    1984; Dutton, 1992), en cuya cate-

    goría destaca la exposición general

    de la víctima a violencia durante la

    infa ncia /a do lesc enc ia (Vil la v i ce n ci o

    y Sebastián, 1999b).

    A lo largo de esta fase de afron-

    tamiento en una relación violenta

    que ha perdido los límites definito-

    rios y referenciales afectivos que la

    i n i c i a ron, los proce so s de va lora-ción cognitiva del medio ambiente

    se convierten en el elemento pros-

    pectivo preponderante. Si durante

    la exposición inicial a una coalición

    de e streso res la eva luac ión prima ria

    de las dema ndas contextuales es la

    que tiene prioridad en la formación

    de respuesta de resistencia ade-

    c u a d a , e n c u a n t o c o n c ie r ne a l

    co ping la c uestión predo minante es

    un ciclo de evaluación secundaria,

    esta vez concentrado en la valora-

    ción permanente de los recursos de

    la víctima para hacer frente a lasd e m a n d a s c o n t e x t u a l e s . E s t e

    mecanismo bifásico de evaluación

    co gn it iva des cr ito por Laza rus y

    Folkman (1984) implica someter a

    continuo contraste la estimación de

    la s d emanda s situac ionales frente a

    la percepción de los propios recur-

    sos, de tal manera que ello produz-

    ca una progresiva retroalimentación

    en donde la información originada

    en el medio ambiente marque el

    ri tmo de las medidas puestas en

    marcha para lograr el ajuste indivi-

    dua l. En un es ce na rio de ru p t u r a

    del espac io de seg urida d, expuesta

    la víctima a restricción estimular y

    afectada por sesgos atencionales,

    es viable considerar que la habili-

    dad de la mujer para llevar a cabo

    u n a e v a l u a c i ó n s e c u n d a r i a c o n

    garantías está básicamente distor-

    sionada.

    Si la mujer carece de vías salu-

    dables para la expresión emocio-

    nal, la configuración depresiva delestrés crónico avanza (por tanto ,

    involucrando una dinámica c irc ula r

    n e g a t iv is t a e n l a p e rc e p c i ó n

    ambiental –Beck, 1976) y, sobre

    todo , la inac ción determinante e n la

    v í c t i m a e s t á c r e c i e n d o , l o s y a

    e m e rgentes sentimientos de culpa

    y vergüenza serán promocionados;

    y el drástico descenso en la auto-

    estima debido a las conductas de

    docilidad se verá pronunciado.

    La culpa es atribuida en la litera-tura a la influencia de difere n t e s

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 19

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    17/28

    f a c t o res (Ca st illa del P ino, 1991),aunque su génesis bien puede ser

    limitada a un par de áreas: la per-

    cepción, por parte del sujeto, de

    q ue no es tá cumpliendo c on re fe-

    rentes normativos externos, deter-

    minados por religión-moral, educa-

    ción, cultura (Kohlberg, 1981); o la

    presunción de q ue está excediendo

    criterios re f e renc iales internos del

    autoconcepto (Rogers, 1951). En

    es te ámbi to y l igando los sen t i-

    mientos de culpa a la mencionada

    circularidad del proceso depresivo,

    es posible suponer una culpa estre-

    chamente asociada a autoevalua-

    ciones corrompidas por el proceso

    de desorientación y la hostilidad del

    ent o rno, afec tand o directa mente a

    la búsqueda por parte de la mujer

    de elementos de ayuda en el exte-

    r i o r, una bús q ueda q ue fina lmente

    la conducirá al itinerario más carac-

    te r ís t ico de l SAPVD, su f ase de

    adaptación.

    A es ta c lara incapac idad de l amujer pa ra lograr recursos efectivos

    por ella misma -siempre teniendo

    en cuenta una víctima que ha llega-

    do a este punto sin conseguir un

    a f rontamiento a da ptat ivo-, pode-

    m o s a ñ a d ir la e l e va d a c a rg a d e

    in c ertidu m b re inherente a a gre s i o-

    nes intermitentemente administra-

    da s. A modo d e a gente des esta bili-

    za d o r, la incert i du mb re tend rá una

    influencia s ustantiva en es ta etapa ,

    puesto que es en esta fase cuando

    la incertidumbre se manifiesta más

    claramente en su coincidencia conla autoevaluación de recursos en la

    víctima y sus intentos por construir

    e s t r a t e g i a s d e c o n t r o l s o b r e e l

    entorno. Según el argumento clási-

    co de Kelly (1955), la de termina ción

    de la conducta está basada en la

    capacidad de la persona para anti-

    cipar apropiadamente la ocurrencia

    de eventos a su alrededor, consoli-

    d á n d o s e e l a j us t e p e r s o n a l po r

    medio de la previsión de acciones

    llevadas a cabo desde la observa -

    ción de las regularidades en la rea-

    lidad. En el entorno traumático y

    a m e n a z a n t e q u e s e a n a l iz a , lo s

    contornos para la anticipación son

    borrosos y las intenciones del agre-

    sor difícilmente predecibles.

    La producción de mode los de

    rea lida d, es cenarios para la ac ción,

    por parte de la mujer se transforma

    en un proc es o extre m a d a m e n t e

    c o n s t reñido po r la reversión de

    referentes y subordinado a la cons-

    tante probab ilida d de una ag resión.La incapacidad para la anticipación

    se une a la inacción para erosionar

    el autoconcepto, sujeto a una pre-

    sión m ultidimensional a limenta da

    por las dinámicas cognitivas circu-

    la res y los sesgos mencionados, y

    por un patrón de notable deterioro

    psicofísico. De este modo, la per-

    cepción de estar en posesión de

    conducta s inefica ces para a fro n ta r

    el contexto a versivo y la importante

    ca rga de incertidumbre que c ondu-

    ce a sentimientos de incontrolabili-

    Sínd rome de adap tación paradójic a a la violencia doméstic a: una prop uest a teórica 

    20 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    18/28

    dad, se traducirán en la víctima enel desarrollo de lo que se conoce

    como conducta de vict imización,

    e sp e c i a l m e n te a so c i ad a c o n l o s

    principios de la teoría de la indefen-

    sión aprendida de Seligman, que

    co mprende el esta blecimiento en la

    m u je r d e c o n d u c t a s d e e n t re g a

    pasiva bajo la inevitabilidad de las

    c o n s e c u e n c ia s d e riv a d a s d e l a

    situación aversiva (Seligman, 1975;

    Abra ms on, S eligm a n y Te a s d a l e ,

    1978; Peterson y Seligman, 1983).

    Tam b ién, la a usenc ia de c ontro l

    s o b re los e lementos traumá ticos

    estaría impulsada por lo que Hoier

    de nomina «a prendiza je traumá tico»

    (Hoier et a l, 1992), q ue provend r í a

    de la exposición de la mujer a una

    superposición de programas con-

    currentes de aprendizaje, definidos

    por el refuerzo positivo de las res-

    puestas de la víctima d esead as por

    el agresor y e l cast igo para cual-

    q uier conducta de resistencia.

    En este estado de cosas, el pro-ceso de cron i f icac ión de l es t rés

    liga do a fases previa s, las cog nicio-

    nes depresógenas y el distrés sin

    coping, se unirán para estabilizar

    un incipiente estado depresivo en

    la víctima, que evolucionará hacia

    un patrón d istímico q ue s ería válido

    situar como el último eslabón en

    continuo dimensional estrés-ansie-

    d a d - d e p resión-dis timia (Kenda ll y

    Watson, 1989; King, Ollendick, y

    Gul lone , 1991; Cra ig y Dobson ,

    1995). La generación de analgesia

    medida por la liberación de opioi-des endógenos, probada en estrés

    ( Va n d er Kolk, G re e n b e rg y Orr,

    1989) y estrés sin coping, puede

    contribuir -además del aumento en

    el umbral dolor- al embotamiento

    emocional y a la reducción de la

    sensibilidad, todo lo cual fortalece-

    rá l a s c o n d u c t a s d e p as i v i d ad e

    indefensión en la víctima.

    4. Fase de ADAPTACIÓN ( f igu-ra 5) . Este estadio es una exten-

    s i ó n d e l a f a s e d e c o p i n g e ndond e, ba jo el prisma de la re s i s-

    tencia pasiva, la víctima comienza

    a s o m e t e r s e a la s c o n d i c io n e s

    e x t e rna s , a ad ap tarse de manera

    p a r a d ó j i c a a l a v i o l e n c i a d e s u

    a gresor. De este modo, bajo la pro-

    ba ble premisa de l dete rioro psicofi-

    siológico, sumergida la mujer en tal

    a mbiente de duda so bre su pro pio

    b ie n e st a r, co n un s istema de refe-

    rencias fracturado, consciente de

    una situación de inferioridad que la

    hace dependiente de su agresor ysin elemento s fia bles d e juicio pa ra

    abrigar esperanzas reales de cam-

    bio, la víctima s e c omprometerá en

    una búsq ueda de nuevos factore s

    q ue pueda n s uminis trar e sta bilida d

    y equilibrio. Ello la llevará a mover-

    se hacia el lugar donde se concen-

    tra el mayor porcentaje de poder

    en es e momento, el a gre s o r, c on

    quien comenzará a desarrollar un

    víncu lo paradó j ico de d inámica

    similar al síndrome de Estocolmo

    ( Mo n t ero, 1999, 2000a).

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 21

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    19/28

    E n e f e c to , d u ran te l a f a se d e

    a d a p t a c i ó n l a v í c t i m a b u s c a s u

    i nse rción c on el máximo g rad o deajuste en un entorno cuyas propie-

    dades de cambio sobrepasan los

    recursos que tiene la persona. La

    mujer asume que el mantenimiento

    de un contexto hostil y adverso es

    independiente de los medios que

    ella pueda poner en práctica para

    m o d i f i c a r l o , e n t r a n d o d e e s t a

    manera en un estado cercano a la

    indefensión a prendida des crita por

    Seligman (Seligman, 1975), que en

    nuestro ca so sería del tipo personal

    a utoinculpa torio (Abrams on et a l,

    1978).

    No obstante el período de victi-

    mización, lo que transforma verda-

    deramente al SAPVD en un cuadrodiferencial con respecto a otro tipo

    de desórdenes explicados en parte

    sobre la base de la teoría de Selig-

    ma n (por ejemplo, e l PTS D), es q ue

    durante el desarrollo de la fase de

    adaptación la víctima logra sobre-

    pasar la indefensión aprendida en

    orden a situarse en posiciones que

    marcarán el ritmo de su reintroduc-

    ción en un marco redefinido por los

    nuevos referentes impuestos por el

    con texto . La mujer abandona la

    inde fens ión a pre n d i d a - p e r s o n a l

    principalmente a través de un pro-

    Síndrom e d e adap tación p aradójica a la violenc ia doméstica: una prop uesta teórica 

    22 CLÍNICA Y SALUD

    FIGURA 5Mapa conceptual hipotetizad o pa ra la fase de a da ptac ión del SAP VD.

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    20/28

    ce so de «identifica ción traumá tica »

    c o n e l ag re so r y p o r m e d i o d e l

    cambio de atribuciones personales

    i n t e rnas (so bre la s q ue se funda-

    menta el mod elo re f o rmula do de

    Seligman) a externas y universales,

    ambas en el sentido causal de Wei-

    ner (1972).

    El proceso de identificación se

    construye sobre la base proporcio-

    n ad a p o r l a e m e rg e n c i a d e u n aespecie de formación delirante o

    pseudodelirio , hacia el cual la vícti-ma dirige sus mínimos recursos en

    o rden a proteger el autoc oncepto

    por medio de un desplazamiento

    de la culpa hacia el mundo externo

    a su hábitat -precisamente hacia

    quienes el agresor haya declarado

    como sus enemigos o re s p o n s a -

    bles de la situación-, conteniendo

    así la percepción de relaciones de

    no-contingencia e incontrola b ili da d

    (ahora existen responsables causa-

    les y están fuera). Los estudios de

    O’Leary apoyarían esta tesis cuan-

    do encuentra que el 75% de las

    mujeres maltratadas no perciben su

    relación como problemática y atri-buyen las causas de las agresiones

    recibidas a elementos externos al

    m a l t r a t a d o r, s in reco noc er s us

    intenciones de ser vio lento o de

    hacer daño (O’Leary et al, 1989).

    P or lo ta nto, el proc es o de identi-

    ficación víctima-agresor arranca de

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 23

    FIGURA 6Previsión de tres dimensiones atribucionales de la víctima en las fases de

    afrontamiento y adaptación del SAPVD.

    AUTOEFICACIA LOCUS DE LOCUSPERCIBIDA CONTROL DE CAUSALIDAD

    afrontamiento ba ja externo (a gresor) Interno

    adaptación ba ja externo (otros) Externo

    • la autoefica cia (Ba ndura, 1977) percibida responde a las expectativas q ue

    tiene el sujeto d e emitir una respuesta con éxito en una s ituac ión d etermi-

    nada

    • el LOC, en el sentido d e Weiner (1972), responde a la pregunta d e ¿ ba jo

    control de qué o de quién está la situación?

    • el locus de causa lidad responde a la pregunta de ¿dónde está situada la

    ca usa d e la situación? o, lo q ue es igual, ¿q ué o quién ca usa la situación?(eq uivaldría a la percepción de respons a bilida d)

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    21/28

    un estado de ruptura del espaciode seguridad y confianza y de la

    superac ión de la indefensión apren-

    d i d a , p a r a l l e g a r a c o n s t ru i r u n

    modelo mental inducido a partir de

    la naturaleza traumá tica del contex-

    to y sus repercusiones, un modelo

    q ue enca rna un ma rco re f e re n c i a l

    p ropio, q ue po d ría mos denominar

    «m a rc o re f e rencia l d e tran sic ión»

    –transición derivada del carácter

    i n s t rumenta l de l mod elo-, y una

    identidad de compromiso, ambos

    elementos adoptados por la víctima

    en el transcurso de su adaptación

    al trauma.

    La identidad de compromiso es

    una iden t idad d isoc ia t iva a d hoc

    f o rma da por es q uemas q ue incor-

    poran las premisas cognitivas del

    a g re s o r. A tra vés de es ta nueva

    h e rram ienta c og nitiva, la víct ima

    e n s a y a la c o m p o s ic i ó n d e u na

    espec ie de al ia nza con su pare j a

    a busiva para intentar a frontar, para-

    dójicamente, la espiral de agres io-nes . E l mode lo menta l inducido

    recoge las ideas, razonamientos y

    a rgumentos del ma ltrata dor pa ra

    modelar un tipo de escenario ope-

    racional . Este conjunto de ideas

    constituirá el pretendido escenario

    mental donde conseguir diversos

    niveles subjetivos de seguridad y

    confianza.

    El modelo mental inducido, que

    conceptualmente podemos si tuar

    c e rca no a un es q uema contextualde procedimiento, quizás como un

    esquema explicat ivo con Fiske yTa ylor (1991) o s imilar a un es q ue-

    ma de razonamiento pragmático en

    el sentido de Holland et al (Holland,

    Holyoa k, Nisbe tt y Thaga rd, 1986),

    es un a lgo ritmo c ogn itivo q ue opera

    sobre la base adaptativa de sobre-

    vivir a las posibles consecuencias

    negativas del entorno traumático,

    cuyas expectativas adversas son de

    ese modo congeladas y evi tadas;

    también tiene un propósito de ajus-

    t e a l a m b i e n t e a m e n a z a n t e p o r

    medio del nuevo marco referencia l.

    La identida d d e co mpromiso traba ja

    a modo de eje del proceso de iden-

    tificación, condicionado por un prin-

    cipio de congruencia cognit iva y

    sostenido en esa mencionada clase

    de formación delirante cuyas fun-

    ciones so n evita r la disona ncia (Fes-

    tinger, 1957) y llenar de sentido los

    vínculos de la víctima con el agre-

    s o r. La s líneas de la identida d de

    c o m p romiso ac túan sesg ada s por

    la selectividad atencional, que enestas circunstancias filtra la infor-

    mación negativa en orden a incor-

    porar al marco de identificación úni-

    camente los elementos de la con-

    ducta del agresor que parezcan ser

    positivos, generalmente ideas , a rgu-

    mentos o inst a ntes de a rre p e n t i-

    miento y reconcilia c ión.

    El concepto de formación deli-

    rante no alude aquí estrictamente a

    la catalogación de un delirio según

    la perspectiva c lás ica de J a spers

    (1975), pues to q ue mi pro p u e s t a

    c a rec e de los elementos de falso

    Síndrom e d e ad aptación p aradójica a la violenc ia doméstica: un a pro puesta teórica 

    24 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    22/28

    juic io o evide ncia s ob re una re a l i-dad imposib le que requer i r ía l a

    aproximac ión diagnóstica a un tras -

    t o rno delirante. Al c ontra rio, c on

    f o rmac ión de lirante se pre t e n d e

    referir cierta arrogación cognitiva

    q ue la víctima realiza ac erca de las

    idea s motiva ntes del agresor, de su

    universo argumental, al modo que

    o c u rriría en un c a s o d e «folie à

    deux»(Gralnick, 1942). Desde esta

    perspectiva y para evitar connota-

    ciones confusas, quizás sería más

    a p ropiad o incluso proponer una

    formación ideativa o ideacional, en

    vez de delirante, sobre la cual se

    apoyarían la identidad de compro-

    miso y el modelo mental construi-

    dos por la víctima.

    El fenómen o de la re e s t ru c t u r a -

    ción cognitiva producido en la vícti-

    ma es de tal magnitud que genera

    un nuevo modelo mental de induc-

    c ión s ituac iona l -co n e l a g re s o r

    como estímulo de referencia nucle-

    a r- q ue s e convierte en un fac torg o b e rnante en la co nducta de la

    mujer, debido especialmente a que

    su re pe rtorio cond uct ual es tá des-

    p rovisto de sentido: la víctima se

    e n f ren ta a una d is to rs ión en su

    estatus de relación con ella misma

    y co n el mundo, y sus perc e p c i o-

    nes son f i l t radas a t ravés de los

    e s q u em a s d e u n a id e n t id a d d e

    c o m p romiso , que son esq uemas

    auto-referenciales establecidos con

    el agresor y la situación traumática

    co mo referentes.

    Fina lmen te, s e pued e utiliza r lateoría de la identidad de Schlenker

    (1982) para respaldar la hipótesis

    expuesta d e q ue la mujer pro t e g e

    su autoconcepto modif icando su

    inicial actitud de rechazo hacia el

    contexto por una nueva de acepta-

    ción, asumiendo el modelo mental

    de su pareja y proyectando la culpa

    al exterior. Schlenker afirma que

    una persona cambiará sus actitu-

    des c uando se crea responsa ble de

    ac c i o n e s av e rs i v as , t o d o e l l o a l

    objeto de introducir un ajuste entre

    co mp ortamiento y actitudes. En el

    modelo que se presenta, la mujer

    comienza autoculpándose por la

    situación traumá tica , pero a da ptati-

    v am e n te m o d i f i c a su ac t i tu d d e

    rechazo desarrollando un vínculo

    cognitivo con su agresor pasando

    por un modelo mental de anclaje

    contextual.

    VERIFICACION DE LA HIPOTESIS

    El proceso de vinculación trau-

    má tica expuesto para el Síndro me

    de Adaptación Paradójica a la Vio-

    lencia Doméstica podría tener raí-

    ces bio lógicas l igadas a una base

    filogenética, que conectarían ade-

    más con las tesis defendidas por la

    teoría de Bowlby para el apego en

    n iño s (Bow lb y , 1969). No se r ía

    arriesgado especular con la posibi-

    lidad de que exista una progra ma -

    ción biológica, en el repertorio con-ductual no-aprendido de la especie

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 25

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    23/28

    humana, que prepara al individuopara reac cionar en a lgún modo a fi-

    liativo en contextos de dependen-

    cia pa ra la supervivencia. Ta l como

    se ha pla ntead o c on el des arro l l o

    d e u n m o d e l o m e n t a l in d u c i d o

    como eje nuclear para la emergen-

    cia del s índrome, así uno de los

    elementos del apego de Bowlby es

    la construcción de lo que él deno-

    mina «mod elos d e tra b a jo». Es to s

    son re p res en tac iones cog n it ivas

    e s t ructurad a s so bre la experiencia

    del niño con la figura de apego, y

    co ntienen re c u e rdos, conc eptos ,

    expecta t ivas y una visión a cerc a

    del mundo físico y social que sirve

    para poner en contexto la re la c ión

    con la figura de referencia. La prin-

    cipal diferencia entre la teoría de

    B o w l b y y l a h i p ó t e s i s p a r a e l

    SAPVD, además del hecho de que

    en Bow lby el apeg o es un concepto

    d o t a d o d e d e m a s ia d a p o t e nc ia

    explicat iva, es que el in terés del

    niño por la figura d e a peg o es origi-nal e innato, mientras en el ámbito

    de la violencia contra la mujer el

    vínculo paradójico es secundario e

    instrumental.

    De otra pa rte, a pes ar de a lgunos

    de los conceptos que se han utili-

    zado para elaborar la hipótesis son

    difíciles de operacionalizar, una vía

    óptima para contrastar si responde

    o no a una realidad psicológica y

    p a r a v a l i d a r e m p í r i c a m e n t e e l

    modelo teórico es diseñar un cues-

    tionario para la detectar la presen-

    cia del S AP VD en mujeres ma ltrata -da s. Ta l instrumento, que es tá s ien-

    do desarrollado en la Universidad

    Au t ó no m a d e M a d r id p o r J o s é

    Antonio Carrobles y el autor (Mon-

    tero y Carrobles, 2000) traduce en

    ítems de extracción teórica los pro-

    cesos nucleares del síndrome, tra-

    tando de representar los conceptos

    menos operac ional izab les desde

    una perspectiva funcional. El cues-

    t ionar io es tá s iendo re f inado en

    muestras piloto de diversas pobla-

    ciones -población normal, mujeres

    maltratadas denunciantes en cen-

    tros de asistencia, mujeres maltra-

    tad as en primer contacto c on la red

    de asistencia policial, social o sani-

    taria- para evaluar sus propiedades

    psicométrica s y de d etecc ión, y ser

    posteriormente sometido a un aná-

    l is is f a c to r ia l p a r a c o n f i rm a r y

    explorar la estructura del SAVD y

    para eva luar su cons is tenc ia . Se

    espera así mismo que la investiga-

    ción empírica contribuya a ajustare l mode lo teór ico has ta hacer lo

    más parsimonioso.

    E v i d e n t e m e n t e , n o t o d a s l a s

    mu jeres que permanecen en entor-

    n o s d e v i o l e n c i a d o m é s t i c a l o

    hacen por estar afectadas por un

    p roc eso q ue pudiéram os des cribir

    como similar al Síndrome de Adap-

    ta ción P a ra dó jica a la Vi o l e n c i a

    Domés tica . A igua l q ue sugiere n

    Fuselier (1999) y Montero (1999)

    para la variante clásica del síndro-

    m e d e E s to c o l mo , a l c o n s i d e ra r

    Síndrom e d e adap tación p aradójica a la violenc ia doméstica: una prop uesta teórica 

    26 CLÍNICA Y SALUD

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    24/28

    que el desarrollo del síndrome deE s t o c o l m o e n u n a s it u a c i ó n d e

    cautiverio no se llega a producir en

    la mayor ía de los escenar ios de

    s ecues tro, ca be s eñalar aq uí q ue la

    incidencia de este cuadro clínico

    puede no ser tan común como la

    presencia de otros condicionantes

    en la casuística que rodea a la per-

    manencia de la mujer en un medio

    donde está siendo sometida a mal-

    trato constante. Algunos de estos

    co ndiciona ntes podrá n es ta r re fe ri-

    dos a diversos tipos de dependen-

    c ia distintos d el S AP VD (a fect iva ,económica), miedo combinado con

    expectativas de d esa mparo, desór-

    denes de la personalidad o a otra

    clase de circunstancias de índole

    personal o familiar, algunos de los

    cuales pueden ejercer como facto-

    res predispo nente s y/o fa cilita do re s

    p a ra u n e v e n tu a l d e sa r ro l l o d e l

    SAPVD. Futuras investigaciones

    tendrán que d i luc idar has ta qué

    punto están presentes en contex-

    t o s r e a l e s l o s e l e m e n t o s a q u í

    m o del iza dos .

    And rés Mont ero Gómez 

    CLÍNICA Y SALUD 27

  • 8/20/2019 adaptacion paradojica

    25/28

    Síndrom e d e ad aptación p aradójica a la violenc ia doméstica: un a pro puesta teórica 

    28 CLÍNICA Y SALUD

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