ACUERDO GENERAL SOBRE

ARANCELES ADUANEROS Y COMERCIO

RESTRICTED

BOP/R/168/Add.l 30 de octubre de 1987

Distribución limitada

Comité de Restricciones a la Importación (Balanza de Pagos)

INFORME DE LA CONSULTA DE 1987 CON LA INDIA

Addendum

ANEXO

Declaración del representante del Fondo Monetario Internacional

A principios de los años ochenta, la India emprendió un programa de desarrollo a largo plazo destinado a promover un mayor crecimiento, mante­niendo a la vez la estabilidad financiera del pais y la viabilidad de la balanza de pagos. La estrategia de base requería una rápida expansión de la oferta de productos nacionales y al mismo tiempo un control de la demanda global, la promoción del ahorro interno para financiar una alta tasa de inversión, y una reasignación de recursos al sector de la expor­tación. Las medidas clave de política para alcanzar estos objetivos eran la atenuación de la reglamentación de la industria y de las restricciones a la importación, la reforma fiscal y financiera y la utilización activa de las políticas de precios para mejorar la eficacia de la producción a la vez que la situación financiera de las empresas públicas. Las políticas de gestión de la demanda estaban dirigidas hacia la generación de altas tasas de ahorro interno y hacia la restauración de la estabilidad de los precios. Estas medidas se recogían en un programa de reajuste económico apoyado en recursos provenientes del Fondo en el marco de un acuerdo prorrogado (1981-84).

En virtud del programa de reajuste se alcanzaron en general los principales objetivos macroeconómicos. Pese a las condiciones climáticas adversas registradas durante parte del periodo en estudio, el crecimiento económico se mantuvo por encima de sus niveles históricos, con un aumento de las inversiones públicas y un alivio de los estrangulamientos infraes-tructurales. Los considerables reajustes de ciertos precios dirigidos de importancia decisiva contribuyeron a fortalecer la movilización de recursos del sector público, sobre todo durante los primeros años de aplicación del programa. La inflación cedió en respuesta a una gestión prudente de la demanda y al nivel moderado de los precios internacionales. La balanza de pagos mejoró, en parte por los progresos sustanciales alcanzados en la sustitución de importaciones en los sectores de la agricultura y la energía. Sin embargo, los resultados de las exportaciones siguieron siendo insatisfactorios, debido a que la rentabilidad insuficiente desalentó la transferencia de recursos al sector exportador.

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En 1985/86 (el ejercicio fiscal se inicia en abril) siguieron aplicán­dose reformas para apoyar el Séptimo Plan (1985/86-1989/90), en el cual se prevé un rápido crecimiento económico basado en una fuerte expansión de las exportaciones. Para alcanzar estos objetivos se requiere redoblar los esfuerzos para promover las exportaciones y aumentar la eficiencia de la economía mediante regímenes más liberales en la industria y el comercio, una reforma fiscal y mejoras en el sistema financiero.

Por lo que se refiere a la reglamentación del sector industrial, se adoptaron medidas destinadas a reducir el alcance de la legislación que rige la expedición de licencias industriales y las prácticas comerciales restrictivas, simplificar los procedimientos destinados a ampliar las capacidades, alentar las inversiones y la cooperación extranjeras, y reducir la excesiva protección de las industrias de pequeña escala. Asimismo se adoptaron nuevas medidas para liberalizar las importaciones; se aflojaron los requisitos para la obtención de licencias, se dio un mayor acceso a las importaciones de bienes de capital y se simplificaron los procedimientos de importación.

Las reformas fiscales de 1985/86 y 1986/87 fueron concebidas para promover el crecimiento del sector privado, dinamizar los ingresos y reducir el efecto acumulativo de los impuestos indirectos, que socavaban considerablemente la competitividad y la rentabilidad del sector expor­tador. En el presupuesto de 1985/86 se redujeron los impuestos sobre la renta de las empresas y las personas físicas, se aumentó el limite de exoneración y se rebajaron algunos derechos de importación. A finales de 1985, el Gobierno anunció un programa de reforma fiscal a largo plazo, que incluía la introducción gradual de una variante del impuesto sobre el valor añadido; las primeras fases de este programa entraron en vigor con los presupuestos de 1986/87 y 1987/88. Conjuntamente con las reformas fiscales se ha previsto la aplicación de medidas para liberalizar el sector financiero; el objetivo de las mismas es facilitar el control del creci­miento monetario, mejorar la asignación de créditos, y promover la inter­mediación financiera. Un primer paso en este sentido consistió en aumentar los tipos de interés de las obligaciones oficiales para contribuir a reducir las rigideces estructurales de los tipos de interés. Asimismo, durante este periodo, se recurrió de manera más activa a la política de tipos de cambio; el valor efectivo real de la rupia se depreció aproxima­damente un 24 por ciento entre mediados de 1985 y mediados de 1987.

Si bien el impacto global de las recientes medidas de liberalización podrá apreciarse solamente a mediano plazo, los resultados económicos de 1985/86-1986/87 fueron, en términos generales, alentadores. Pese a las malas condiciones climáticas, eí crecimiento real del PIB alcanzó un promedio superior al 5 por ciento, reflejando asi un aumento de la capa­cidad de recuperación de la producción agropecuaria, un aumento de las inversiones privadas, y la pujanza de la producción industrial; esta última se debió en gran medida a la expansión de nuevas industrias (elec­trónica e informática), que se hablan beneficiado de la liberalización industrial y comercial y de la depreciación de la rupia. La inflación se

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moderó como resultado de una mejora de la situación de la oferta. Las reformas tributarias, que redujeron considerablemente la evasión fiscal, contribuyeron a aumentar en gran medida los ingresos públicos. Sin embargo, el aumento de los gastos presupuestarios y la erosión de los excedentes de las empresas públicas provocaron un incremento del déficit del sector público. El aumento de la financiación nacional del déficit produjo una expansión relativamente rápida de las liquideces.

En 1985/86 el déficit exterior por cuenta corriente se incrementó a 5.000 millones de dólares (2,6 por ciento del PIB), debido a un impor­tante aumento de las importaciones registrado tras la adopción de medidas de liberalización, mientras que las exportaciones permanecieron estacio­narias. Sin embargo, en 1986/87 el déficit se redujo a 4.000 millones de dólares (1,9 por ciento del PIB); las importaciones se beneficiaron de la calda de los precios del petróleo, y, pese a los efectos de la intensifi­cación de las medidas de protección aplicadas en el extranjero a las exportaciones de manufacturas clave, tales como los productos textiles y de metal, las exportaciones se fortalecieron como consecuencia de un aumento de la rentabilidad. El aumento de la asistencia exterior, las mayores entradas de depósitos de no residentes y los importantes incrementos por valoración de las reservas en monedas distintas del dólar de los Estados Unidos permitieron que la posición global de la balanza de pagos registrara importantes superávit (en dólares de los Estados Unidos) tanto en 1985/86 como en 1986/87. Las reservas oficiales brutas, con inclusión de las reservas de la India en el FMI, siguieron siendo holgadas en relación con los niveles anteriores y con las importaciones. A finales de 1986/87 se calculaba la deuda exterior en 41.000 millones de dólares (19 por ciento del PIB); los pagos del servicio de la deuda aumentaron hasta alcanzar un 22 por ciento de los ingresos corrientes brutos, en parte por el aumento de los reembolsos al Fondo.

En 1987/88, la peor sequía de los últimos tiempos ha causado daños generalizados a las cosechas del verano y ha reducido seriamente el sumi­nistro de energía. Las informaciones acerca de la importancia de los daños siguen siendo fragmentarias, pero actualmente se estima que el crecimiento real del PIB no sobrepasará el 3 por ciento y que aumentarán las presiones inflacionistas. Si bien las existencias de cereales son suficientes para impedir una escasez grave de alimentos, será necesario importar cantidades de aceites comestibles considerablemente superiores a las previstas y las exportaciones de algunos productos agrícolas se verán afectadas. Por lo tanto, se prevé un aumento del déficit por cuenta corriente y, pese a que continúan las considerables entradas de capitales, la situación global probablemente se agravará. Por lo que se refiere al sector fiscal, en el presupuesto del Gobierno central para el ejercicio 1987/88 se previo una disminución del déficit; el Gobierno, intentando no alejarse de sus objetivos, anunció recientemente recortes en los gastos previstos en el Plan para compensar los desembolsos efectuados con motivo de la sequía; además, se añadieron recargos temporales a los impuestos sobre la renta, de las personas físicas y de las empresas, a los derechos de aduana auxiliares y al impuesto sobre el patrimonio. Es probable que los resultados de la

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economía en 1988/89 sigan viéndose afectados por la reciente sequía debido a la lentitud de la respuesta de los precios y a la necesidad de reconstituir las existencias de cereales.

El Fondo señala que la economía india ha obtenido buenos resultados durante los años oche, ta y que se han hecho considerables progresos por lo que respecta a los objetivos a largo plazo consistentes en promover un mayor crecimiento sin comprometer la posición de los pagos al exterior. Las importantes reformas estructurales, en particular en los sectores de la reglamentación industrial y de la política comercial y, más recientemente, la sustancial depreciación de la rupia, han desempeñado un papel crucial en este proceso. La respuesta inicial a estos cambios ha sido alentadora; se incrementaron las inversiones privadas y, más recientemente, aumentaron las exportaciones. Aún queda mucho por hacer para reducir el carácter restric­tivo y la complejidad del sistema cambiarlo y comercial. Será necesaria una liberalización continua, al mismo tiempo que una disminución de la reglamentación industrial, para mejorar la eficiencia, canalizar más recursos hacia el sector exportador y alcanzar los objetivos relativamente ambiciosos del Séptimo Plan. Estos cambios deberán apoyarse en un uso prudente de las políticas financieras que tenga en cuenta el impacto de aquéllos sobre la balanza de pagos. En meses recientes, la India ha experimentado una grave sequía que tendrá efectos vastos y adversos en la economía. Este revés hará difícil emprender reformas estructurales y financieras. El Fondo acoge con agrado el empeño de las autoridades por alcanzar los objetivos del Séptimo Plan y espera que puedan seguir haciendo progresos en la introducción de los cambios necesarios en las políticas comercial, industrial, y financiera. Independientemente de estos esfuerzos, la facilidad de acceso a los mercados extranjeros será funda­mental para el desarrollo de la exportaciones de la India, y por ende, para sus perspectivas de crecimiento.