acto por la memoria

5
Acto por la memoria. 24/03/1976 Joven de aproximadamente 25 años, embarazada, estudiante de sociología, vivía sola. Relato de como fue el secuestro, como fue llevada al campo de concentración y como fue torturada. Relato del parto, como lo tuvo, donde, por quien fue ayudada. Era una noche fría de julio del 77, estaba bien tapada cuidando a mí bebe, protegiéndolo como toda madre quiere proteger a su hijo. Me había acostado tarde porque tuve una reunión en la casa de mi amigo, Juan. Esa misma noche, mientras trataba de dormir pensaba en todo lo que me quedaba por hacer al día siguiente. Tenía que ir a la facultad y charlar con los pibes del centro, después iba a tirar currículms en algún que otro negocio del centro, necesitaba buscar un laburo que nos mantuviera. Unos minutos después me dormí. A eso de las cuatro de la mañana empecé a sentir ruidos pero no les presté atención, pensé que eran los perros que se estaban peleando en la calle. Seguí con mi sueño. Oí otro ruido, este era más fuerte y se escuchaba más cerca, me asusté y abracé mi panza. Con temor quise olvidar e intentar dormir. Sentí la puerta abrirse y unos firmes pasos, me desperté de un salto, con temor, agitada. ¿Que era? ¿Qué sucedía? ¿Quién estaba? ¿Qué querían? me agarraron de los pelos, me pegaron y me amenazaron con sus armas. Bajaron conmigo del departamento y me subieron a un falcón verde, y eso fue lo último que vi antes de que me taparan los ojos con un trapo sucio. Arriba del auto conté tres, más el que conducía. Hablaban por lo bajo, daban muchas vueltas, ahora me doy cuenta de que querían que no supiese donde me llevaban, que me perdiera en mi propio barrio. Al rato llegamos y me bajaron del falcon, me volvieron a pegar pero esta vez, a diferencia de las anteriores, fue en la panza. Lloré, no por mí, sino por mi hijo, temía por su vida. Entraron a un lugar con un fuerte olor a humedad, el silencio inundó mis oídos. Me sentaron en lo que supuse que era una pieza, ya que a los segundos sentí unas rejas moviéndose y una llave encerrándome en aquel lugar frío y sucio. ¿Dónde estaba? Escuché un leve

Upload: jairo-hernandez

Post on 05-Dec-2015

216 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Acto por la memoria

TRANSCRIPT

Page 1: Acto Por La Memoria

Acto por la memoria. 24/03/1976

Joven de aproximadamente 25 años, embarazada, estudiante de sociología, vivía sola.

Relato de como fue el secuestro, como fue llevada al campo de concentración y como fue torturada. Relato del parto, como lo tuvo, donde, por quien fue ayudada.

Era una noche fría de julio del 77, estaba bien tapada cuidando a mí bebe, protegiéndolo como toda madre quiere proteger a su hijo. Me había acostado tarde porque tuve una reunión en la casa de mi amigo, Juan. Esa misma noche, mientras trataba de dormir pensaba en todo lo que me quedaba por hacer al día siguiente. Tenía que ir a la facultad y charlar con los pibes del centro, después iba a tirar currículms en algún que otro negocio del centro, necesitaba buscar un laburo que nos mantuviera. Unos minutos después me dormí.

A eso de las cuatro de la mañana empecé a sentir ruidos pero no les presté atención, pensé que eran los perros que se estaban peleando en la calle. Seguí con mi sueño. Oí otro ruido, este era más fuerte y se escuchaba más cerca, me asusté y abracé mi panza. Con temor quise olvidar e intentar dormir. Sentí la puerta abrirse y unos firmes pasos, me desperté de un salto, con temor, agitada. ¿Que era? ¿Qué sucedía? ¿Quién estaba? ¿Qué querían? me agarraron de los pelos, me pegaron y me amenazaron con sus armas. Bajaron conmigo del departamento y me subieron a un falcón verde, y eso fue lo último que vi antes de que me taparan los ojos con un trapo sucio.

Arriba del auto conté tres, más el que conducía. Hablaban por lo bajo, daban muchas vueltas, ahora me doy cuenta de que querían que no supiese donde me llevaban, que me perdiera en mi propio barrio. Al rato llegamos y me bajaron del falcon, me volvieron a pegar pero esta vez, a diferencia de las anteriores, fue en la panza. Lloré, no por mí, sino por mi hijo, temía por su vida. Entraron a un lugar con un fuerte olor a humedad, el silencio inundó mis oídos. Me sentaron en lo que supuse que era una pieza, ya que a los segundos sentí unas rejas moviéndose y una llave encerrándome en aquel lugar frío y sucio. ¿Dónde estaba? Escuché un leve sollozo a mi lado, pude notar que era una chica. Le pregunté dónde estábamos y porqué nos encontrábamos ahí, pero no me contestó, lo único que hacía era llorar. Pasó la noche y no pude dormir. Horas más tarde, cuando intuí que ya había amanecido, volví a escuchar la reja abrirse, me agarraron de los pelos y me llevaron al cuarto de al lado, no quiero ni recordarlo, me torturaron, me violaron, y me usaron como a un trapo; me gritaban que delatara a todos los subversivos que conocía, no supe de qué me estaban hablando, lo único por lo que tenía certeza era de las ganas que tenía de salir corriendo de ahí con mi hijo vivo todavía adentro mío.

No se imaginan las cosas que me hicieron, ni yo me lo imaginaba. Solo recuerdo que no quería ir más a ese lugar, a “la sala del quirófano” como ellos le llamaban, y que por desgracia yo iba muy frecuentemente. Y mi compañera también, pero creí que ella ya no sentía nada. Era tan valiente. Ni siquiera la escuchaba llorar, solo gritar enojada cuando venían a buscarnos reclamando por su vida y por la mía, aunque eso solo empeoraba las cosas, ella soportaba la situación envidiablemente; en cambio, yo lo único que quería hacer era morir, ni pensar, ni vivir, ni respirar. Pero las patadas de dolor de mi hijo me mantuvieron con vida. Solo quería que naciera y que no

Page 2: Acto Por La Memoria

sufriera nada de lo que estaba pasando. No sé cuánto estuve, solo sé que no se terminaba nunca y que fue mucho tiempo.

Iban y venían personas, en aquel sector la mayoría que pude distinguir eran mujeres, algunas embarazadas, lo supe cuando gritaban pidiendo piedad no por ellas, sino por sus bebés. No las tenían tanto tiempo como a mí. Creo que las trasladaban. De algunas charlas que pude tener con mis compañeras entendí lo que pasaba, yo me había enterado de algo, pero no sabía cuán grande era la tortura. Juntas nos dábamos fuerzas para seguir adelante y con la esperanza de que algún día saldríamos. Los días pasaban, sentía mi cuerpo delgado. Muchas veces Horacio, el único hombre que estaba con nosotras, me daba su plato de comida, sabía que yo tenía mucha hambre y que mi bebé más. Mi panza estaba cada vez más grande. Pero me explotaba la cabeza con solo pensar qué iba a hacer con él/ella cuando diese a luz. Simplemente preguntarme dónde iba a nacer o quién me iba a atender me ponía loca.

Esa noche estuve con contracciones, de los gritos que pegaba me fueron a ver. Me llevaron a una sala que no conocía y después de seis meses me destaparon los ojos, pude ver que fui atendida por médicos, pero en el parto tuve problemas y fui trasladada a un hospital. Allí me tuvieron a la noche, y cuando estuve un poco mejor me llevaron de nuevo. Esa noche estuve con mi bebe pero al día siguiente se la llevaron, me dijeron que lo iban a cambiar, que habían donado ropa nueva. Debería estar anotado en algún lado el record de tardar 39 años cambiando a una beba, porque hasta el día de hoy, estoy esperando que me regresen a mi hija Emilia, hoy ya una adulta. Sí, ese día fue el último en el que la vi y hoy casi cuatro décadas después la sigo buscando. Lo único que deseo es que esté bien. A mí me tuvieron 4 años detenida, pero al final me largaron, me dijeron que no servía para nada, pero que se habían divertido conmigo. Les volví a preguntar dónde estaba la nena desde el día en el que me la sacaron de los brazos, nunca obtuve respuestas. Si alguna vez lees esto, tenés que saber que te sigo buscando, y te voy a encontrar, algún día te voy a encontrar.

El objetivo del siguiente acto, es mostrarles a ustedes, a través de un pequeño relato, un suceso ocurrido en el Proceso de Reorganización Nacional. Esto nos lleva a conocer los sentimientos, los miedos, los dolores, las tristezas, las valentías de las personas detenidas/desaparecidas. Para ello, quisimos demostrarlo a través del teatro ciego, lo que significa que mediante un relato y sonidos, con ojos vendados, ustedes puedan imaginarse y sentir esos sucesos. Como centro de estudiantes pensamos en incorporar nuevas formas didácticas para transmitirles un mensaje, fuerte y doloroso. Este relato fue pensado por nosotros, pero no quita que esto no le haya sucedido a muchas personas que pasaron por esa situación.

Como muchos de ustedes saben el 24/03/1976 denominado Proceso de Reorganización Nacional, las Fuerzas Armadas protagonizaron en la Argentina un nuevo golpe de Estado. Interrumpieron el mandato constitucional de la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, quien había asumido en 1974 después del fallecimiento de Juan Domingo Perón, con quien en 1973 había compartido la fórmula en calidad de vicepresidenta. El gobierno de facto, constituido como Junta Militar, estaba formado por los comandantes de las tres armas: el general Jorge Rafael Videla (Ejército), el almirante Emilio Eduardo Massera (Marina) y el brigadier Orlando Ramón Agosti (Aeronáutica). La Junta Militar se erigió como la máxima autoridad del Estado atribuyéndose la capacidad de fijar las directivas generales del gobierno, y designar y reemplazar a la Presidenta y a

Page 3: Acto Por La Memoria

todos los otros funcionarios. La madrugada del 24, la Junta Militar en una Proclama difundida a todo el país afirmó que asumía la conducción del Estado como parte de «una decisión por la Patria», «en cumplimiento de una obligación irrenunciable», buscando la «recuperación del ser nacional» y convocando al conjunto de la ciudadanía a ser parte de esta nueva etapa en la que había «un puesto de lucha para cada ciudadano». El mismo miércoles 24, la Junta tomó las siguientes medidas: instaló el Estado de sitio; consideró objetivos militares a todos los lugares de trabajo y producción; removió los poderes ejecutivos y legislativos, nacionales y provinciales; cesó en sus funciones a todas las autoridades federales y provinciales como así también a las municipales y las Cortes de Justicia nacionales y provinciales; declaró en comisión a todos los jueces; suspendió la actividad de los partidos políticos; intervino los sindicatos y las confederaciones obreras y empresarias; prohibió el derecho de huelga; anuló las convenciones colectivas de trabajo; instaló la pena de muerte para delitos de orden público e impuso una férrea censura de prensa, entre otras tantas medidas. Asimismo, para garantizar el ejercicio conjunto del poder, las tres armas se repartieron para cada una el 33% del control de las distintas jurisdicciones e instituciones estatales (gobernaciones de provincias, intendencias municipales, ministerios, canales de TV y radios). El país fue dividido en Zonas, Subzonas y Áreas en coincidencia con los comandos de Cuerpo de Ejército, lo que implicó la organización y división de la responsabilidad en la tarea represiva sobre aquello que denominó «el accionar subversivo». Amplios sectores sociales recibieron el golpe militar en forma pasiva, otros lo apoyaron, otros lo impugnaron y unos pocos lo resistieron. Era una nueva interrupción del marco constitucional que, una vez más, prometía dejar atrás el «caos» imperante y retornar al siempre enunciado y anhelado «orden». En esta oportunidad, la búsqueda de «orden» supuso comenzar a instrumentar un feroz disciplina miento, en un contexto caracterizado por la creciente movilización social y política. La sociedad fue reorganizada en su conjunto, en el plano político, económico, social y cultural. La dictadura se propuso eliminar cualquier oposición a su proyecto refundacional, aniquilar toda acción que intentara disputar poder. El método fue hacer «desaparecer» las fuentes de los conflictos. Desde el punto de vista de los jefes militares, de los grupos económicos y de los civiles que los apoyaban; el origen de los conflictos sociales en Argentina y de la inestabilidad política imperante luego de 1955, estaba relacionado con el desarrollo de la industrialización y la modernización en sentido amplio. Estos sectores afirmaban que se trataba de un modelo sostenido artificialmente por la intervención del Estado. Entendían que esto motivaba un exagerado crecimiento del aparato estatal y el fortalecimiento de un movimiento obrero organizado, dispuesto y capaz de defender sus derechos 122 e intereses por diversas vías. En la Conferencia Monetaria Internacional de México, realizada en mayo de 1977, el Ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, dijo que el cambio de gobierno constituía «la transformación de la estructura política y económica social que el país tuvo durante casi 30 años». Desde esa perspectiva para sentar las bases del nuevo modelo «era necesario modificar las estructuras de la economía argentina. El cambio propuesto era muy profundo; no bastaba con un simple proceso de ordenamiento, sino que había que transformar normas y marcos institucionales, administrativos y empresariales; políticas, métodos, hábitos y hasta la misma mentalidad», según escribió Martínez de Hoz en las «Bases para una Argentina moderna: 1976-80». Para alcanzar este objetivo la dictadura ejerció dos tipos de violencia sistemática y generalizada: la violencia del Estado y la violencia del mercado.

Page 4: Acto Por La Memoria