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ACTIVIDAD Y ESTRUCTURAS PECUARIAS EN LA COMUNIDAD DE ALBARRACÍN (1284-1516) Juan Manuel BERGES SÁNCHEZ

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  • A C T I V I D A D Y E S T R U C T U R A S P E C U A R I A SE N L A C O M U N I D A D D E A L B A R R A C Í N

    ( 1 2 8 4 - 1 5 1 6 )

    Juan Manuel BERGES SÁNCHEZ

  • ACTIVIDAD Y ESTRUCTURAS PECUARIAS EN LA COMUNIDAD

    DE ALBARRACÍN

    (1284-1516)

  • ACTIVIDAD Y ESTRUCTURAS PECUARIAS EN LA COMUNIDAD

    DE ALBARRACÍN

    (1284-1516)

    (Este trabajo obtuvo para su realización una Ayuda a la Investigación del Instituto de Estudios Turolenses en el año 1999).

    Juan Manuel Berges Sánchez

    2009

  • Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín. Colección Estudios, 5

    Primera edición, 2009

    © Juan Manuel Berges Sánchez, 2009

    Edita: Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín (CECAL)C/ Magdalena, s/n.44112 Tramacastilla (Teruel)

    Prólogo: © María Isabel Falcón PérezPrólogo: © Germán Navarro Espinach

    Diseño de cubierta:© Mª Carmen Martínez Samper

    Fotografías: © Vicente Aparicio Villén, © Jaime Lahoz Vicario y © Juan Manuel Berges SánchezFotografía de portada: © Fernando Lorenzo MolpeceresMapas, gráficos y tablas: © Juan Manuel Berges Sánchez

    Depósito legal: TE -175- 2009ISBN: 978-84-692-6233-7

    Impreso en España. Printed in Spain.

    Imprime: Perruca. Industria Gráfica.

    Queda prohibida cualquier forma de reproducción, distribución y transformación de esta obra, incluido el dise-ño de la cubierta, sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual.

  • A Antonio Gargallo Moya

    y María Isabel Falcón Pérez,

    ambos, por su magisterio.

    A Miguel Tolosa Sancho,

    por los desvelos que sólo

    un buen amigo puede ofrecer.

    A mis padres, por su confianza.

    A mis hijos, María y Borja

    y a mi esposa María Jesús

    por el precioso tiempo

    que me han prestado.

  • Si las muertas fueran vivasy las perdidas halladasno faltarían rebañosen las cañadas

    (Popular. Ángel Pérez Villa, ganadero,Cella (Teruel)

    …por causa de la dicha tierra seyer estéril e seca e muycircundada de nieves de grandes fridores e en part desabita-da de pura necesidad, conviene a los vecinos e havitadores enla dicha ciudad e tierra que tienen ganados, assi gruessoscomo menudos, en el tiempo de la yvernada levarlos a pas-turar fuera de sus términos e tierra a las partes calientes etempradas donde no continuan nieves, yeladas, vientos fuer-tes ni frios, a erbajar sus bestiajes, ansi en el reyno de Aragóncomo de Valencia…

    (6 de abril de 1469. Privilegio de Juan II. Ap. Documental, núm. 281).

  • Este trabajo de investigación pretende ser un home-naje de pastores, ganaderos y personas ligados a la gana-dería con las que he tenido el placer de encuestar, conver-sar y cultivar la amistad. Su testimonio oral queda aquíplasmado como homenaje de quienes han dignificado laactividad ganadera a lo largo de su vida. Algunos por des-gracia no podrán ver ni leer los contenidos de esta publi-cación por la que tantas veces se han interesado, pero gra-cias a su información desinteresada he podido completar,entre otras cuestiones, el complejo mosaico del itinerariode las vías pecuarias de la Sierra de Albarracín y aproxi-marme siquiera a los atrayentes fundamentos de la cultu-ra pastoril que pretendo compartir con el lector.

  • En agradecimiento a

    Albarracín (Manuel Aguirre Sáez, Cristobal, guardade las dehesas, José el de Adela, Ernesto Lorenzo Vicente).Arroyofrío (Juan José Vizcarra Navarro). Bezas (LeoncioMartínez Pérez). Bronchales (Isidoro Rueda Gil, PedroDobón Barquero). Cella (Ángel Pérez Villa, MiguelGómez Martínez, Pedro Hernández Iritia, FranciscoMuñoz Lorente). Collado La Grulla (Cecilio BarreraSánchez). El Villarejo (Segismundo Soriano), Frías deAlbarracín. Valle Cabriel (Juan José Sánchez Jordán,José Blas Sánchez García). Gea de Albarracín (LeoncioPérez Ramos, Lázaro Alamán Martínez, Miguel MeléndezMalo, Andrés Pradas). Griegos (Casimiro Sorando Pérezy Manuel Pérez Domingo). Guadalaviar (Alejandro deGracia Sánchez, Benito Mora). Jabaloyas (Jesús VizcarraDomingo y Cristobal Yague). Masegoso (Felipe GiménezDomingo, Constantino Soriano Giménez). Masía de LaNava (Francisco Lafuente Perales). Masía de LosAlamanes. Masía del Membrillo (Ruperto Gil Soriano).Masía del Perduto (los hermanos Antonio, Basilio, Eliasy Justo Domínguez Pérez). Masía de Toyuela (los herma-nos Marcelino, José Alejandro y Mariano LorenzoSoriano). Moscardón (Ramiro Villarroya Royuela,Cecilio Pérez Andreu). Orihuela del Tremedal (MillánSánchez Sánchez, Enrique Montón Cavero). Ródenas(Francisco Sánchez Hernández, José Moya, Juan BallesterIsarría, Antonio Remiro Nicolás). Royuela (los hermanosMauricio y Elías Lozano Valero). Saldón (AntonioSilvestre, Emiliano Alpuente Romero). Santa Eulalia delCampo (Miguel Hernández Remiro, “El Chulilla”,Miguel Maorad Lafuente). Terriente (Luciano SorianoSoriano, Juan Miguel Jordán Codes, César Chico). Toril(Miguel Royuela Domingo). Valdecuenca (RamónLópez Rodríguez, Antonio Soriano Soriano, Pedro JoséSoriano Valero). Valle San Pedro (José Luis SorianoPérez, Victoriano Soriano Saz), Villar del Cobo(Feliciano Domingo Lacasa, Alfredo Fornés Martínez,Lázaro Martínez).

  • SIGLAS UTILIZADAS

    ACA, Archivo de la Corona de AragónACAL, Archivo de la Comunidad de AlbarracínA.CAT.A., Archivo Catedral de AlbarracínA.CAT.V., Archivo Catedral de ValenciaACGE, Archivo Capítulo General EclesiásticoACGZ, Archivo Casa de Ganaderos de ZaragozaADA, Anuario de Derecho AragonésADP, Archivo Diputación de ZaragozaADT, Archivo Diocesano de TeruelAELEM, Revista Aragón en la Edad MediaAEM, Anuario de Estudios MedievalesAFA, Archivo de Filología AragonesaAHDE, Anuario de Historia del Derecho EspañolAHES (Gual Camarena)AHN, Archivo Histórico NacionalAHPT, Archivo Histórico Provincial de TeruelAMA, Archivo Municipal de AlbarracínA.M.Bezas, Archivo Municipal de BezasA.M.Bronchales, Archivo Municipal de BronchalesA.M.Cella, Archivo Municipal de CellaA.M.Gea, Archivo Municipal de Gea de AlbarracínA.M.Monterde, Archivo Municipal de Monterde de AlbarracínAMOT, Archivo Municipal de Orihuela del TremedalAMP, Archivo Municipal de PozondónA.M.Ródenas, Archivo Municipal de RódenasA.M.Terriente, Archivo Municipal de TerrienteA.M.Torres, Archivo Municipal de Torres de AlbarracínA.M.Tra, Archivo Municipal de TramacastillaAMVC, Archivo Municipal de Villar del Cobo

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    ARV, Archivo del Reino de ValenciaBHGBA, Boletín Histórico Geográfico del Bajo AragónBNM, Biblioteca Nacional de MadridBRAH, Boletín de la Real Academia de la HistoriaBSCC, Boletín de la Sociedad Castellonense de CulturaCAI, Caja de Ahorros de la InmaculadaCECAL, Centro de Estudios de la Comunidad de AlbarracínCECBA, Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón (Caspe), Centro deEstudios Caspolinos.CECV, Centro de Estudios de las Cinco VillasCEDDAR, Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de ÁreasRuralesCEIP, Centro Europeo de Promoción y Formación del Medio Rural en la RiojaCEM, Centro de Estudios MudéjaresCEMA, Grupo de Investigación de Excelencia, José Ángel Sesma Muñoz, inves-tigador responsable.CESBA, Centro de Estudios del Bajo AragónCET, Centro de Estudios TuriasonensesCHDE, Cuadernos de Historia del Derecho EspañolCHE, Cuadernos de Historia de EspañaCHCA, Congreso de Historia de la Corona de AragónCSIC, Consejo Superior de Investigaciones CientíficasDGA, Diputación General de AragónEEMCA, Estudios de la Edad Media en la Corona de AragónEHSCA, Estudios Históricos sobre la Comunidad de AlbarracínFEPMA, Fundación para la Ecología y la Protección del Medio AmbienteHID, Revista Historia, Instituciones y DocumentosICE, Instituto de las Ciencias de la EducaciónIEA, Instituto de Estudios Altoaragoneses. Instituto de Estudios Albaceteños.IEM, Instituto de Estudios ManchegosIET, Instituto de Estudios TurolensesIFC, Institución Fernando el CatólicoITEA, Asociación Interprofesional para el Desarrollo AgrarioIUEM de la UAB, Instituto Universitario de Estudios de la Mujer (UniversidadAutónoma de Barcelona)JEAESA, Jornadas sobre el Estado Actual de los Estudios sobre Aragón

  • SJuan Manuel Berges Sánchez

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    MAPA, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.MCV, Melanges de la Casa de Velázquez MDLICSFA/ MICFA, JICFA, JMICSFA Metología de la InvestigaciónCientífica sobre Fuentes AragonesasMMM, Miscelánea Medieval MurcianaRDP, Revista de Derecho PúblicoRSEAAP, Real Sociedad Española de Amigos del PaisSAET, Seminario de Arqueología y Etnografía TurolensesUAB Universidad Autónoma de BarcelonaUCM, Universidad Complutense de MadridUJI, Universidad Jaume I (Castellón)UZ, Universidad de Zaragoza

    Act., ActualmenteAdmón., AdministraciónAp., ApéndiceAp. Documental, Apéndice DocumentalArt., artículoAyto., AyuntamientoBco., BarrancoCifr., CifradoCit., citadoCoed., CoediciónCol., ColecciónConf., Confirmado, confirmaciónCoord./s, Coordinador/esD., DonDir., DirectorDoc./s, documento/sDpto., DepartamentoDr., doctorDs., dinerosEd., edita, edición, editorialEds., editoresExcma., excelentísima

    kFasc., Fascículo/os.Ff., florinesFol., fols., folio/sId., IdemIlmo., IlustrísimoKgs., Kilogramos, KilosLeg., LegajoLgte., LugartenienteM., miajaM. I. D., Muy Ilustre Doctor/DonMs., manuscrito, maravedísNtra., nuestraNúm./s, número/sOrd./s, ordinación/esPág., pp., págs., página/sPerg., pergaminoPdor. procuradorPub., publ., publicaReed., reediciónReg., Rgtro., registroRRCC, Reyes CatólicosRev., revista

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S18

    S. I., Santa IglesiaS. L., Sociedad LimitadaS.M., Su MagestadSr./a., Señor/a.Ss., siglosSs., sueldosSs., siguientesSE, SuresteSO, SuroesteSW, Suroeste

    t., tomoTip., Tipografíav., vueltoVid., véaseVol./s, volumen/esVVAA, Varios Autores& (sigla utilizada para designar elnúmero de ordinación de una senten-cia arbitral)

  • PRÓLOGO

    Supone para mi un honor y una gran satisfacción prologar el trabajo del Dr.Juan Manuel Berges Sánchez.

    Mi relación con el autor comenzó en el lejano curso de 1980-81, cuan-do fue alumno mío en la asignatura de Instituciones Medievales, de la especiali-dad de Historia. Posteriormente, en junio de 1983, presentó en esta Facultad deFilosofía y Letras de Zaragoza su Memoria de Licenciatura que tituló “La gana-dería en la Comunidad de Albarracín durante la Baja Edad Media (siglos XII-XV)”. Pues bién, este primer esbozo sobre el tema ganadero en la comarca deAlbarracín se ha convertido, pasados más de veinte años, en julio de 2007, en unamagnífica tesis doctoral.

    El primer impulso para convertir aquel trabajo inicial en algo más com-pleto se lo dió a Juan Manuel el malogrado y llorado profesor D. AntonioGargallo Moya, cuyo imprevisto fallecimiento en enero de 1996, a una tempra-na edad y cuando le quedaba tanto por hacer por la historia de su amada ciudady provincia de Teruel, nos llenó de dolor e impotencia. No cabe duda de que lasorientaciones de Antonio Gargallo fueron decisivas para que el proyecto de inves-tigación de Berges tomara cuerpo y perspectivas. Luego me correspondió a miejercer de guía de esta investigación, hasta culminar en la presentación y defensade la tesis doctoral.

    El trabajo está basado en unas fuentes cuantiosas y muy dispersas, cuyaingente y ardua tarea de recopilación no ha supuesto un obstáculo para la incan-sable voluntad del autor, más encomiable si tenemos en cuenta que ha debidocompaginarlo con su labor profesional y que no ha contado con ningún tipo debeca o ayuda para su realización.

    Estamos ante un trabajo inmenso, largo en el tiempo, en el que se mani-fiesta el minucioso conocimiento del territorio en el que se enmarca la tesis,demostrado en los gráficos, mapas y fotografías que ilustran el libro. El manejode las fuentes, impresas y manuscritas, muy abundantes y procedentes de diver-sos fondos locales pero también del Archivo de la Corona de Aragón, se caracte-riza por un estricto rigor en su interpretación. La colección documental presen-ta una selección de mas de 400 piezas. Finalmente la abundante bibliografía queha utilizado puede decirse que tiene tintes de exhaustividad.

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    El estudio se distingue por su claridad expositiva. Cada capítulo se ini-cia con una presentación de objetivos y se cierra con unas conclusiones sobremetas alcanzadas. Los aspectos que trata son muy variados: análisis del territoriode la Sierra de Albarracín, su organización en la Comunidad de aldeas, el orde-namiento jurídico, partiendo del Fuero de Albarracín y siguiendo con las poste-riores ordenanzas de la ciudad y de la comunidad, análisis de la ganadería, conalusiones a la Mesta local y descripción de los distintos tipos de ganados estanteso trashumantes, organización de la trashumancia, léxico pastoril, formas deexplotación de la tierra (fundamentalmente de secano), estructura socioeconómi-ca de los ganaderos, producción y comercio lanero y muchos otros aspectos degran interés. Todos estos puntos son tratados con objetividad, sin que sufran enabsoluto el rigor y escrupulosidad histórica, lo que junto con la capacidad de sín-tesis y profundidad de juicio hacen del autor un auténtico investigador.

    Termino este prólogo con la afirmación de que, a mi juicio, el trabajodel Dr. Berges constituye una valiosa aportación para el estudio del territorio deAlbarracín desde todos los ángulos en los siglos XIII al XVI y de las condicionesagropecuarias bajomedievales así como una aportación sustancial para el conoci-miento de la ganadería medieval en Aragón, que se añade al panorama presenta-do por Jose Antonio Fernández Otal sobre la Casa de Ganaderos de Zaragoza.

    María Isabel Falcón PérezDirectora de la tesis

    Universidad de Zaragoza

  • NOTA HISTORIOGRÁFICA

    Es costumbre que el prólogo de un libro que sintetiza una tesis doctoralcorra a cargo del director o directora de la misma. Así ocurre aquí con el proe-mio de la profesora María Isabel Falcón, quien me ha precedido en el uso de laescritura. Lo que ya no es tan habitual, sin embargo, es que uno de los miembrosdel tribunal que juzgó dicha tesis sea invitado por el autor a añadir otras palabrasde presentación. Sólo la generosidad de Juan Manuel Berges lo hace posible.Quiero, pues, comenzar agradeciéndole su insistencia en que compartiera con sumaestra un lugar tan reservado como éste, ni más ni menos que el pórtico que daentrada a la que siempre será su principal obra académica, esto es, la publicaciónde su tesis doctoral, haga lo que haga después. Sin embargo, prefiero llamar a mitexto “nota historiográfica” antes que “prólogo” porque haciéndolo así me sientomás cómodo a la hora de satisfacer el encargo recibido.

    Han pasado unos veinticinco años desde 1983 en que Berges presentó sutesis de licenciatura sobre la ganadería medieval en Albarracín y sus aldeas. Yviendo las cosas en perspectiva, no creo que la defensa pública de su tesis docto-ral ampliando ese mismo tema haya supuesto un punto de llegada, porque nisiquiera el presente libro que la resume lo es. En este tipo de actividad como enotras parcelas de la vida nunca se llega a la meta, siempre se hace camino. Andarincesantemente, muy poco a poco, ése es el verdadero objetivo del historiador.Desde luego, la reflexión madura que deben permitir tantos años de dedicacióna un tema de estudio marca una diferencia importante entre libros como éste ylas obras que son resultado de una beca de investigación predoctoral de cuatroaños de duración, al final de la cual lo lógico es concluir el proyecto de tesis sub-vencionado. En efecto, la obra de Berges que el lector tiene ahora en sus manoses de lenta manufactura. Fruto de un gran esfuerzo personal de años y años enlos que, por supuesto, la familia de Juan Manuel se ha convertido en compañerainseparable de viaje dentro de este tren de larguísimo recorrido que ha sido sutesis doctoral, en muchas ocasiones sin saber con certeza cuándo se llegaría a laestación de destino. Pero Juan Manuel Berges ha alimentado su largo camino deinvestigación con una fuerte motivación personal centrada en una implicaciónfirme con el tema de estudio elegido. Nacido en Orihuela del Tremedal, en plenaSerranía de Albarracín, ha convertido su pueblo natal y la comarca que lo envuel-ve no sólo en un tema de investigación para la tesis sino también, muy especial-

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    mente, en un ámbito potente de iniciativa cultural. Estamos ante un activista dela historia que preside el Centro de Estudios Comarcal y que colabora con elInstituto de Estudios Turolenses en la defensa y difusión del patrimonio históri-co de estas recias tierras. La unión entre el autor y su observatorio es clave paracomprender lo que se escribe en este libro y cómo se escribe, porque lo que dicelo conoce muy bien, es un espacio vivido, sentido, querido por el autor.

    Intuyo que cuando el profesor Antonio Gargallo le orientó hacia el tema dela ganadería en Albarracín tenía puestas mayores expectativas en la sugerencia.Tal vez se imaginaba que un buen día Juan Manuel Berges podría colmar con cre-ces el encargo y buscar más allá. Desgraciadamente la muerte le sorprendió y nopudo verlo, pero si pensó así no se equivocó. De hecho, en este libro, con la excu-sa de la ganadería el lector encontrará una descripción general de la historiamedieval de Albarracín y sus aldeas que recuerda bastante el modelo de análisisiniciado por el profesor José Luis Corral en su tesis doctoral sobre la comunidadde aldeas de Daroca o por el propio Gargallo en su historia de los orígenes de lacomunidad de aldeas de Teruel. En ese sentido, he aquí uno de los principalesvalores del presente libro, la reivindicación de un observatorio historiográficoregional falto de estudios monográficos de gran calado. Por eso la perspectiva glo-bal que ofrece nos permite por fin colmar una carencia historiográfica latente queahora queda subsanada para la región de Albarracín y sus aldeas.

    Tampoco la ganadería es una temática inédita en la historiografía medievalaragonesa. Otros autores han anticipado pasos importantes. Entre las investiga-ciones publicadas por el profesor José Ángel Sesma y la tesis doctoral de JoséAntonio Fernández Otal sobre la Casa de Ganaderos de Zaragoza hay mucho iti-nerario recorrido por el medievalismo en Aragón. La peculiaridad de la obra deBerges radica tal vez en primar su interés personal por un observatorio geográfi-co concreto, dejando en un segundo plano el análisis económico y social de laganadería en perspectiva comparada con el resto de Aragón, ni se ha dejado lle-var en otro sentido por una sobrevaloración de la ganadería como actividad eva-luable por sí misma, descontextualizada de la sociedad que la impulsa. Yo diríamás bien que el autor se ha cogido de la mano de este sector económico por suprotagonismo fundamental en la zona estudiada para entrar de lleno sin comple-jos en todas las otras realidades de la vida medieval en el mundo rural. En otraspalabras, que este libro pesa más como estudio histórico regional que como his-toria económica sectorial. Las puertas abiertas y los problemas planteados sonbastante mayores y por ello desbordan el objetivo inicial.

    Más aún, cuando la interpretación de una fuente de riqueza fundamentalpara el observatorio estudiado de Albarracín y sus aldeas, como es la ganadería,deja paso a la historia de la vida de quienes se benefician de su explotación, de

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    quienes trabajan día a día en ella, el presente “estudio histórico regional” basculaademás hacia la historia social. Y si la evolución de las estructuras pecuarias serelaciona con el gobierno de la comunidad de aldeas o con el poder del concejode Albarracín el asunto se arrima a la sociología política. Economía y política otravez cogidas de la mano inevitablemente. Qué decir cuando el autor pretendedocumentar la mentalidad de los ganaderos, el complejo mundo que rodea la vidade los pastores. Pues que el autor coge la senda de la historia de la vida cotidianay de la ideología campesina y la dificultad aumenta. Pero sólo intentarlo merecela pena. El “estudio histórico regional” se transforma así en “ensayo de historiaglobal”, toda una utopía, un sueño inalcanzable –dirían algunos-. Algo que honraal autor en su afán de dar respuestas complejas a fenómenos complejos.

    Juan Manuel Berges no proporciona una visión localista ni comarcalista eneste libro. Siempre tiene los ojos abiertos a los espacios vecinos de Castilla oValencia. Conjuga un amplio volumen de fuentes escritas de orígenes geográficosdiversos (locales, comarcales, extrarregionales) y naturalezas jurídicas heterogéne-as (archivos municipales, notariales, privados), unido todo ello a un arduo traba-jo de campo en el análisis territorial, etnológico o de historia oral. Todos esosmateriales documentales han terminado por volcarse especialmente en la confec-ción de una prosopografía de las familias ganaderas dominantes de la Sierra deAlbarracín, contribuyendo de esa manera a desenterrar del olvido a tantas perso-nas anónimas que durante la Edad Media vivieron en aquellas montañas. Y meparece relevante también que siguiendo el hilo de la prosopografía haya entradoen el análisis microeconómico de las familias campesinas: las heredades, las masí-as, las cabañas ganaderas, el minifundismo pastoril.

    No menos valiosa será para los filólogos su aproximación a la cultura gana-dera y campesina a través del vocabulario específico que ha encontrado en ladocumentación, las prácticas descritas, los saberes tradicionales y populares detoda la vida, que vuelven a la luz tantos siglos después, algunos de ellos no fácil-mente inteligibles. Por no hablar de la terminología fiscal que se recoge o las acti-vidades artesanales y comerciales afines a la ganadería que también son tratadasconvenientemente: herrerías, tipos de cultivos, el negocio de la lana. Ningún pes-punte parece quedar suelto en el bordado complicado y minucioso que desplie-ga este libro, aderezado más, si cabe, por el estilo denso y concienzudo de laredacción, el tono prudente de las ideas reflejadas y el enorme volumen docu-mental inédito que lo sustenta.

    Germán Navarro EspinachProfesor Titular de Historia Medieval

    Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Zaragoza

  • LAS BASES DE PARTIDA

    El estudio que presentamos bajo el título “Actividad y estructuras pecuariasen la Comunidad de Albarracín (1284-1516)” pretende analizar la problemáticadel pastoreo en el territorio de esta institución histórica en los últimos siglosbajomedievales. Más aún, aspira a diseñar cómo se articula la organización delespacio pastoril de esta zona montañosa1.

    El parámetro temporal abarca desde la conquista de Albarracín por elmonarca aragonés Pedro III en 1284 hasta la muerte de Fernando II de Aragónen 1516. Durante este período asistimos a unos cambios profundos que se pro-ducen fundamentalmente en la sociedad, en las instituciones y en las relacioneseconómicas de las tierras de Albarracín como consecuencia de su definitiva vin-culación a la corona aragonesa.

    Esas transformaciones se irán consolidando hasta principios del siglo XVI,cuando estas tierras atraviesan un período económico expansivo favorecido por elincremento de la demanda de los mercados exteriores, pero también por lasolidez de su estructura socioeconómica que adaptó la ordenación de su territo-rio a los intereses de las economías periféricas dominantes.

    El propio título denuncia el marco espacial objeto de estudio. LaComunidad de aldeas nace, se desarrolla y se consolida durante el marcocronológico analizado, por lo que se establece un paralelismo entre la evoluciónde las actividades pecuarias y la afirmación de esta institución en el ciclo tempo-ral señalado. Las diecisiete aldeas que integraron la Comunidad de aldeas deAlbarracín en este período dependieron jurídicamente de la ciudad y aunqueexisten situaciones especiales dentro del término de Albarracín, como SantaCroche, Gea, Saldón y Bezas, su estudio nos ayudará a comprender las dificul-tades políticas que impidieron mantener un equilibrio de fuerzas necesario parafavorecer el desarrollo del territorio.

    1 Recientemente el Grupo de Investigación de Excelencia C.E.M.A de la Universidad de Zaragozaha publicado las últimas tendencias sobre la articulación en este caso desde el punto de vista socialdel territorio, algunos de cuyos artículos se ciñen al espacio temporal que nos ocupa: La perviven-cia del concepto. Nuevas reflexiones sobre la ordenación social del espacio en la Edad Media, (J. ÁngelSesma Muñoz y Carlos Laliena Corbera, coords.), Universidad de Zaragoza, 2008.

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    Contamos con un condicionante previo: la inexistencia de estudioseconómicos sobre este período en el marco territorial que tratamos. Tan sólo elfuero de Albarracín, la diócesis de Albarracín y Segorbe y la Comunidad de aldeashan sido objeto de estudios rigurosos. Este hecho ha sido uno más de los motivosque me ha animado a introducirme en la amplitud temática y en la complejidadque ofrece la investigación de la ganadería en este espacio.

    Otra de las razones que ha condicionado nuestro trabajo es la existencia deuna documentación muy dispersa, no seriada y en ocasiones muy concentradaen períodos concretos como el primer tercio del sigo XIV y la mitad de la cen-turia siguiente. Se trata de islotes de información que dan paso a lagunas queinterrumpen la comprensión de la sucesión de los hechos.

    Esta aleatoria disposición de las fuentes impide que tengamos una visiónhomogénea de la evolución de la actividad ganadera y dificulta que analizemosen profundidad y con el apoyo documental deseado, determinados períodos quehubiesen facilitado la comprensión de algunas situaciones que nos parecen bási-cas para interpretar determinadas sentencias, singulares acuerdos o fenómenossociales no del todo esclarecidos. Estos altibajos de intensidad informativadefinen de forma genérica la situación de los fondos documentales relacionadoscon el pastoreo.

    Merecen una referencia especial los contenidos de la reglamentación foral,los archivos municipales de la zona y su entorno, en particular de Albarracín, Geade Albarracín y Terriente así como el archivo de la Comunidad de Albarracínsituado en Tramacastilla. Destacan los cartularios, las ordinaciones y sentenciasarbitrales, pero también los Libros de Mayordomía de la ciudad y los Libros deCuentas de la Comunidad de aldeas, las sentencias del Libro de Pasos de 1326 ylos protocolos notariales. En relación con la documentación eclesiástica, al mar-gen de otros inventarios de menor entidad, se han consultado los catálogos depergaminos de las catedrales de Albarracín y Teruel realizados por César TomásLaguía y el Archivo Diocesano de Teruel.

    Estos fondos archivísticos han aportado una información amplia y consti-tuyen uno de los ejes de la tesis doctoral que presentamos, que se complementacon los registros de Cancillería y Maestre Racional del Archivo de la Corona deAragón, los Libros de Collida de mediados del siglo XV del Archivo de laDiputación de Zaragoza, el Archivo de la Casa de Ganaderos de Zaragoza, losLibros de la Manifestación de los Ganados del Archivo del Reino de Valencia,Archivo Histórico Provincial de Teruel, Archivo de la Comunidad de Teruel,Archivo de la Comunidad del Real Señorío de Molina, Archivo Municipal deCuenca, AHN y Biblioteca Nacional. De los fondos privados quiero destacar ladisposición de dos grandes apasionados de la historia como Manuel Navarro

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    Cameo y Carlos Muñoz de Ródenas, quienes me han facilitado la consulta de susarchivos particulares y por su volumen el Centro de Documentación Ibercaja“Palacio de Larrinaga”.

    Conscientes de la amplitud de la información consultada hemos diseñadotres bases de datos jerárquicas. Los protocolos notariales han sido vaciados en1.731 fichas escalonadas en 18 campos que nos ha permitido procesar más de31.000 segmentos, los Libros de Collida con una selección de 309 fichas desga-jadas en 15 campos y los movimientos de ganado inscritos en el Archivo delReino de Valencia, aunque lamentablemente estas ultimas noticias se reducen acuatro ejercicios de comienzos del siglo XVI. El amplio juego de posibilidadespara establecer comparaciones, listas temáticas, individuales, mixtas o combi-nadas, nos ha exigido ser selectivos para no perdernos en el bosque del dato ais-lado.

    Para una mejor comprensión de los contenidos que se van incorporando yanalizando he insertado en el texto los gráficos, mapas, tablas y fotografías rela-tivos a dichos aspectos. Se trata de que el lector comprenda con claridad a travésde una visión rápida los comentarios que únicamente con la explicación verbalson más difíciles de comprender.

    Al estudio que presentamos se incorporan una serie de apéndices que com-plementan y refuerzan el análisis de los contenidos de los distintos temas trata-dos. Se han confeccionado 62 cuadros sobre aspectos relevantes del pastoreo.Con el fin de facilitar su comprensión se han numerado en un apéndice especí-fico bajo el título “Cuadros”, de modo que el lector puede consultar dicha infor-mación de manera conjunta y con más precisión, aunque los datos que aportanestén analizados en el tema correspondiente.

    Se han seleccionado a su vez un total de 405 documentos que están recogi-dos por orden cronológico en su correspondiente apéndice documental. El acce-so a la información que contienen se facilita a través de dos índices: uno delugares, que recoge todos los topónimos, y otro de personas, que permite rastreara los protagonistas de este estudio y aquellas expresiones ligadas al pastoreo.

    Este elenco documental se complementa con la transcripción del Libro dePasos, donde se contiene el proceso de una serie de sentencias promulgadas en1326, pues hemos considerado que, por su especial relevancia, merecía incluirseen un apartado específico con sus índices complementarios.

    En el apéndice documental hemos incorporado algunos documentos queno están comprendidos en el marco temporal que tratamos. Su carácter inéditoo el interés de la información que nos aportan por su estrecha relación con eltema objeto de estudio nos ha inclinado a incluirlos. El apéndice documentalcontiene los documentos y el Libro de Pasos con sus índices respectivos y los

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    Cuadros. Hemos considerado que de esta manera los investigadores o quienesestén interesados sobre algún aspecto concreto tendrán a mano una herramientaeficaz para ampliar su información.

    En cuanto a la larga lista de agradecimientos que no puedo hacer extensiblea todos ellos, sería injusto omitir a mis compañeros del CECAL en especial a JoséLuis Castán y Raúl Ibáñez. A determinados profesores de la universidad deZaragoza por las continuas consultas en ocasiones al límite de lo razonable quehan derivado en acertados consejos, en especial José Manuel Latorre, MaríaDesamparados Cabanes y Germán Navarro. También debo agradecer la ayuda delos compañeros de Departamento, en especial María Luz Rodrigo y ConchitaVillanueva. A José Luis Argudo por sus sugerencias de carácter jurídico.

    Aunque el abundante material fotográfico recopilado ha sido fruto de misnumerosas idas y venidas por la Sierra de Albarracín, no podría dejar de citaralgunas instantáneas que han sido producto de la labor de campo que he com-partido con Jaime Lahoz Vicario (Drakis). No hay que esforzarse demasiado paraidentificar la excelente calidad de las imágenes captadas por el objetivo de sucámara. Algunas unidades aisladas han sido facilitadas por Carlos Barragán,Vicente Aparicio o proceden del archivo del recordado y reciéntemente reivindi-cado fotógrafo local Rafael Berges. La portada corresponde a Fernando LorenzoMolpeceres, quien también aporta una pequeña selección de fotogramas.

    Respecto a la logística de la confección de la tesis (mapas y gráficos) el méri-to corresponde a Carlos Lacasa, Pablo Perruca, Raúl Ibáñez y José Luis Castán.Y sin duda un lugar especial le corresponde a Miguel Tolosa Sancho quien desdehace muchos años ha sufrido mis nuevos cambios de guión. A él se debe el acier-to de la presentación de la misma y la incorporación de diferentes y complejasbases de datos. Sus desvelos desinteresados sólo podrían proceder de un buenamigo.

    Con este trabajo pretendo dar un homenaje a una persona ya desaparecidaque lo dio todo por Teruel, Antonio Gargallo, quien me animó a introducirmeen este proyecto y a la profesora Maria Isabel Falcón, directora de esta tesis.

  • 1. EL TERRITORIO Y LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS

    1.1. EL MARCO FÍSICO. EL TÉRMINO DE ALBARRACÍN2

    No podríamos realizar con el suficiente rigor un análisis de las actividadespecuarias en el marco espacial que hemos establecido sin un conocimiento pre-vio aunque sea superficial de los factores que determinan la personalidad especí-fica del medio físico.

    La sierra de Albarracín ocupa una extensión territorial que supone el 11%de la provincia de Teruel. Su situación fronteriza entre las regiones aragonesa,valenciana y castellana ha conformado su evolución histórica y las relaciones eco-nómicas con sus vecinos.

    Su territorio forma parte de la rama castellana o interna de la cordillera ibé-rica donde emergen macizos paleozoicos aislados y alineados de noroeste a sud-este con crestas cuarcíticas en las cotas más altas (sierras de San Ginés, Tremedal,Nevera, Carbonera y Collado La Plata) donde destaca el pico del Caimodorro,(1921 metros), como punto más elevado.

    Estas sierras están rodeadas por afloramientos de materiales mesozoicosdonde predominan las margas y las calizas, lo que ha propiciado una apreciableerosión en las altiplanicies calcáreas situadas entre las cotas 1500/1800 metroscuya superficie está sometida a una intensa karstificación.

    2 Estas breves notas que a continuación exponemos sobre las características que definen el relievede la sierra de Albarracín las hemos extraído fundamentalmente de: PEÑA MONNÉ, J. L., “LaComunidad de Albarracín”, Geografía de Aragón, Antonio Higueras Arnal, director, GuaraEditorial, tomo 4, Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, Zaragoza, 1983, pp. 213-235.Del mismo autor junto a José María CUADRAT PRATS y Miguel SANCHEZ FABRE, El climade la provincia de Teruel, Cartillas Turolenses, 20, Instituto de Estudios Turolenses, Teruel, 2002.GUTIERREZ ELORZA, M., La Geología y los Recursos Minerales de la provincia de Teruel, CartillasTurolenses, núm. 1, IET, Teruel, 1985. GUTIERREZ ELORZA, M. y PEÑA MONNÉ, J. L., Lasformas de relieve de la provincia de Teruel, Cartillas Turolenses, 7, IET, Teruel, 1990. ALMAGROGORBEA, M., Urbanismo y arquitectura en la sierra de Albarracín, Cartillas Turolenses, 14, IET,Teruel, 1993. VILA VALENTI, J., “El paisaje humano en la Sierra de Albarracín”, Teruel, 7,(Teruel, 1952), pp. 25-94. CALVO PALACIOS, J. L., “Geografía humana y económica de la sie-rra de Albarracín”, Teruel, 49-50, (Teruel, 1973), pp. 33-66.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S30

    Otras formas de relieve la constituyen las areniscas rojizas del triásico infe-rior situadas en el espacio conocido como el Paisaje Protegido del Rodeno y enel sector Ródenas-Almohaja, mientras en el límite con las tierras de Cuenca aflo-ran materiales cretácicos que conforman las típicas muelas (muelas de San Juan,de Frías, Saldón, Valdecuenca, Jabalón) bordeadas por valles de relativa extensiónpero de gran interés ganadero (Vega del Tajo, Valle Cabriel, Valle de San Pedro,Valmediano, Valtablado).

    Su red fluvial le confiere un rango hidrográfico de primer orden pues en susaltas estribaciones se localizan las cabeceras de importantes ríos de la vertientemediterránea (Guadalaviar, Cabriel, Júcar, Ebrón) y atlántica (Gallo, Tajo). Encambio la trayectoria de los cursos fluviales ha transformado la suavidad de susaltiplanicies al abrirsen paso a través de estrechos cañones y gargantas que hanobstaculizado el acceso de las vías de comunicación.

    El clima está condicionado por la relativa altitud media. De tipo mediterrá-neo con rasgos de carácter continental, esta característica del clima favorece unalto grado de oscilación térmica anual con inviernos largos y muy fríos frente aunos veranos frescos y agradables.

    Las precipitaciones no se corresponden con sus valores de altitud. Las locali-dades situadas a mayor altura reciben en torno a los 800 mm. de lluvia anual mien-tras las ubicadas en el fondo de los valles registran poco más de la mitad. Los valo-res más elevados se alcanzan en primavera cuando se originan precipitaciones porconvección y en el otoño cuando penetran los frentes procedentes del atlántico.

    Este medio físico donde se conjugan una relativa altitud media y unas con-diciones climáticas en ocasiones extremas no favorece el asentamiento de lapoblación por las negativas condiciones que se presentan a las tareas agrícolas. Lascosechas son irregulares y muy tardías debido a las consecuencias del rigor térmi-co. Se localizan en los valles ensanchados de los ríos y donde afloran glacis y fon-dos aluviales. Aun así la superficie cultivada actual apenas supera el 10% de laextensión.

    El regadío puede considerase testimonial pues no alcanza el 5% de las tie-rras de cultivo. Se localiza en reducidas huertas próximas a zonas húmedas y cer-canas a las poblaciones donde discurre algún curso fluvial. En siglos pasados sellegó a cultivar la quinta parte de la superficie aprovechando tierras con acusadapendiente, de escasa productividad, lo que ocasionó un incremento de la acciónerosiva y la pérdida de tierras objeto de pastoreo. El cultivo por excelencia es elcereal porque es el que mejor se adapta a las condiciones edafológicas de la sierrade Albarracín.

    Sin embargo las posibilidades se incrementan de forma notoria con respec-to a los aprovechamientos forestales porque el bosque ocupa el 54,6% de lasuperficie territorial (de cuya extensión el 70% son pastizales de variada calidad),

  • SJuan Manuel Berges Sánchez

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    mientras los recursos ganaderos se ven favorecidos a su vez por amplias zonas depastos en los valles de modelado periglaciar cuaternario.

    Las mejores zonas de pasto ocupan el 20% de la superficie. No obstanteexiste un fuerte desequilibrio entre los pastos de invierno y de verano. Sólo estosse aprovechan en el período estival localizados en las zonas de sotobosque y pra-dos anexos a zonas forestales. Por ello el ganadero sólo puede recurrir al estabu-lado durante el dilatado período invernal como modo de explotación pecuariaante la permanente amenaza de la nieve y el hielo. Esta opción fue difícil de man-tener en siglos pasados por los elevados costes a que ascendía el mantenimientodel ganado con el forraje almacenado cuando sólo en escasas ocasiones podíasacarse a ramonear a los prados más próximos.

    El medio físico y el clima también han condicionado la localización y for-mas de poblamiento. Mientras en los pueblos situados a más de 1.400 metros dealtitud predomina el poblamiento concentrado resguardado de los vientos delnorte aprovechando a su vez las defensas naturales que ofrece el relieve y organi-zado en función de las necesidades ganaderas, en cotas inferiores se ha desarrolla-do el hábitat disperso, la masía, la masada, como modelo de unidad de explota-ción agropecuaria.

    Recientemente María Asenjo González ha resaltado tres características quedefinen la extremadura castellano-aragonesa: el influjo del medio natural (en unasociedad agropecuaria con unas formas de poblamiento propias que aspira a par-ticipar en el juego de las relaciones de poder), la nueva jerarquía de la caballeríavillana y la importancia de los estímulos y contactos exteriores que dinamizaron laeconomía de estas tierras3.

    Por estas causas el término de Albarracín ha sufrido oscilaciones espacialesa lo largo del proceso histórico. Los límites territoriales de la Taifa de Albarracínfueron reducidos paulatinamente hasta quedar consolidados definitivamentedurante el siglo XIII bajo dominio de los Azagra4. Un hecho parece pues deter-

    3 “Los concejos de frontera en el Reino de Aragón. Desarrollo económico y social de un ámbitoregional en los siglos XII al XV”, XVII CHCA, Barcelona-Lleida, 2003, pp. 30 y 31.4 El II Seminario de Historia Medieval abordó este tema bajo el monográfico Las sociedades de fron-tera en la España medieval, en sus sesiones de trabajo organizadas por la universidad de Zaragoza,Departamento de Historia Medieval, Zaragoza, 1993. Destacamos el artículo de SEGURAGRAIÑO, C., “Una reflexión sobre las fronteras en la Edad Media: implicaciones sociales, políti-cas y mentales”, Aragón en la Edad Media, XIV-XV, Homenaje a Carmen Orcástegui Gros, II,

    k

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S32

    minante cual es la estabilidad del entorno geográfico del término de Albarracíncuando se redacta el Fuero. La posterior carta de población impulsada por PedroIII poco antes de la conquista de Albarracín -4 de julio de 1284-, supuso el últi-mo intento serio de la monarquía para poblar estas tierras con el fin de frenar lainfluencia castellana5.

    Si bien la heredad de Santa Croche permaneció integrada en el término deAlbarracín, aunque no pertenecía a la comunidad de aldeas, la villa de Gea seseparó definitivamente al constituirse en señorío jurisdiccional de la familiaFernández de Heredia, aunque en los documentos se cita como término deAlbarracín tal vez como reminiscencia de una reivindicación todavía latente6.

    En este caso se reproduce una situación similar a la existente en otros espa-cios castellanos donde coexisten dos formas de ordenación del territorio bien dis-tintas. Se trata de los modelos de concejo de villa y tierra junto con espacios deseñorío laíco7.

    Por ello no debemos confundir ni identificar el espacio territorial quedepende del señorío urbano, con el ejercicio jurisdiccional que en el mismo rea-liza el concejo de Albarracín. Porque las aldeas tenían su propio término demar-cativo; era su área de expansión territorial por definición donde sus vecinos podí-an proyectar la acción roturadora. Los vedados para el ganado mayor estabansituados en las mejores áreas de pasto y cada aldea se fue proveyendo de los espa-cios suficientes para sostener los rebaños estantes de sus vecinos.

    Los señores de Albarracín y el propio concejo, conscientes de esta proble-mática, expidieron privilegios de concesión de dehesas a los concejos aldeanos, yes paradójicamente a través de su trazado como los límites aldeanos se conforman

    (Zaragoza, 1999), pp. 1487-1500. Recientemente la revista Recerques en su núm. 43 ha dedicadoun monográfico sobre Fronteres i colonies a l edat mitjana, 2001, de la misma forma StudiaHistorica. Historia Medieval en sus números 23 y 24 de los años 2005 y 2006 aborda el temaFronteras y límites interiores. 5 Pub. ALMAGRO BASCH, M., “El señorío soberano de Albarracín bajo los Azagra”, Historia deAlbarracín y su Sierra, III, IET, Teruel, 1959, doc. 95.6 Esta falta de uniformidad jurídica dentro del término se observa en otros espacios: FALCONPEREZ, Maria Isabel, “El término municipal de Zaragoza”, CHCA, IX, IV, Nápoles (1973),[Palermo, 1984], pp. 189-202.7 MONSALVO ANTON, J. M., “Las dos escalas de la señorialización nobiliaria al sur del Duero:concejos de villa-tierra frente a señorialización “menor” (estudio a partir de casos del sector occi-dental: señoríos abulenses y salmantinos)”. En Les senyoriés medievales. Una visió sobre les formes delpoder feudal (E. Guinot, coord.), Rev. d Historia Medieval, 8, 1997, pp. 275-338. GARCIACAÑON, P., Concejos y señores. Historia de una lucha en la montaña occidental leonesa a fines de laEdad Media, Universidad de León, 2006.

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    definitivamente. La abundancia de la masa forestal que contrasta frente a unosíndices demográficos exiguos facilitó la permanencia de un espacio intermedio,los montes de Albarracín, que no recibieron afortunadamente la acción devasta-dora del hombre.

    Intercaladas entre estas sierras se hallan ubicadas numerosas heredades queeran propiedad de la oligarquía local y de pecheros enriquecidos. Esta amplia franjaserá administrada conjuntamente por la ciudad y las aldeas desde fines del siglo XIV.

    En Albarracín sólo existe un término territorial y jurisdiccional que estásupeditado a la ciudad. Cuando los documentos mencionan Albarracín y suTierra se alude al territorio que depende administrativa y jurídicamente de la ciu-dad8. Por este motivo las aldeas funcionan como unidades económicas, contribu-tivas, en particular de la pecha forera, un subsidio que se satisface por el aprove-chamiento de sus tierras, de su término.

    Este carácter usufructuario condicionará las relaciones históricas de ciu-dad/aldeas/comunidad, porque esa posición superior de la ciudad le permitirávedar incluso los términos de las aldeas, a excepción de los boalages, cuando las

    MAPA DE SITUACIÓN

    8 En tierras castellanas: BARRERO GARCIA, Ana María, “Los términos municipales en Castilla enla Edad Media”, Actas II Symposium de Historia de la Administración, (Madrid, 1971), pp. 139-160.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S34

    necesidades económicas así lo requieran o bien autorizar la explotación de espa-cios adehesados en áreas de pasturaje universal.

    Además de controlar la explotación del terrazgo en su demarcación, el con-cejo municipal tendrá la facultad de recaudar los rendimientos correspondientesal aprovechamiento de los pastos de las rastrojeras (pena de los términos o de lassiete semanas prohibidas) en virtud de su supremacía económica y jurídica. A finde cuentas el control fiscal del territorio era la finalidad más atrayente.

    La monarquía percibió sus derechos por el aprovechamiento de los montescomunes hasta el privilegio de 1391 cuando la ciudad y la comunidad de aldeasreciben el refrendo real para administrar los impuestos del montazgo y herbajesobre este espacio. Esa fecha se convierte en un hito histórico en tierras deAlbarracín pues las instituciones asentadas en el territorio tendrán acceso a unanueva vía de financiación.

    A partir de entonces la ciudad y sus aldeas fijaron los espacios vedados den-tro del término donde exigirán el impuesto del montazgo. Se crea así una socie-dad económica participada que preservó hasta nuestros días la explotación indis-criminada de las sierras comunes, de los montes de Albarracín, y será el origen dela administración singular de la comunidad de Albarracín.

    A partir de 1391 el espacio intercalar entre las aldeas, los montes comunes,será amojonado con el fin de definir el ámbito de aplicación del impuesto.Posteriormente en el siglo XVI será objeto de un proceso planificado de adehe-samiento a lo largo de todo el término. Pasaremos de unos montes universales aespacios individuales parcelados, dehesas privativas, producto de una racionaliza-ción del territorio que pretende dar cobijo a los numerosos rebaños que acudenregularmente a los pastos veraniegos de la Sierra para sanear las finanzas locales.De un espacio acotado, uniforme, único y exclusivo, las sierras comunes, pasare-mos a vedados individualizados, fragmentados, que serán objeto de arriendo porlos ganaderos. Esa es a grandes rasgos la evolución del término de Albarracín.

    Esta es una breve respuesta a la explicación de cómo en la actualidad la ciu-dad de Albarracín no posee término municipal propio. Tras la separación de ciu-dad y comunidad, las aldeas recibieron su propio término jurisdiccional.Mientras, la ciudad ha seguido teniendo junto con la comunidad de aldeas latitularidad sobre el espacio de explotación colectiva de los montes comunes, delos montes universales, como reminiscencia de aquel dominio que ejerció sobreellos en los últimos siglos bajomedievales9.

    9 Sobre estas cuestiones: BERGES SANCHEZ, J. M., “La Comunidad de Albarracín: orígenes yevolución durante la Baja Edad Media”, Estudios históricos sobre la Comunidad de Albarracín, JoséManuel Latorre, coord., I, (Zaragoza, 2003), pp. 160-172.

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    1.1.1 Los términos aldeanosEl inicio de la emancipación jurídica de las aldeas con respecto al centro

    urbano de Albarracín de quien dependen, o dicho de otro modo, el señorío de laciudad comienza a manifestar síntomas de debilidad cuando la sentencia de 1395concede a los poderes periféricos, al jurado del concejo de la aldea, la facultad deintervenir en procesos de hasta 30 ss. Esta nueva situación se traduce en lasiguiente lectura: las circunscripciones rurales adquieren carta de naturaleza jurí-dica a fines del siglo XIV.

    El concejo de las aldeas hasta ese momento no existe jurídicamente y suscompetencias hasta esa fecha se limitan a nombrar representantes para quedefiendan los intereses de la colectividad, así como emitir disposiciones meno-res relacionadas con la marcha económica de sus habitantes además de raciona-lizar la recaudación de la pecha forera. Ello fue consecuencia de la fijación delespacio de aplicación del impuesto del montazgo a los ganados foráneos tras laconcesión de dicho privilegio por Juan I en 139110. Por este motivo su estudioserá básico para aproximarnos al estudio de la propiedad en tierras de Albarracínen el siglo XIV.

    Las aldeas tenían su propio término integrado en el amplio espacio del alfozterritorial de Albarracín pero sujeto a los poderes delegados de la ciudad11. Son lacélula inferior de la organización espacial de las tierras de Albarracín, que sirvencomo nexo de unión de otras instituciones jerárquicas situadas en un planoascendente y permiten la ramificación de poderes concentrados en la administra-ción urbana y en el propio organismo de la comunidad de aldeas.

    Los oficiales locales, jurado, regidores y mayordomo, ejercían su autoridaden aquellas materias que afectaban a la marcha económica de la comunidadrural, pero estaban supeditados a las autoridades urbanas. Sin embargo, los jura-dos no tenían poderes para efectuar mojonaciones o revisar deslindes, pues seráel juez el oficial competente en estas materias. La ciudad es la propietaria del tér-mino12.

    Sin embargo, las aldeas tenían suficiente capacidad para suscribir capitula-ciones, hermandades o acuerdos recíprocos con aldeas vecinas sobre explotaciónde pastos y extracción de leñas, aunque perteneciesen a otro reino o estuviesen

    10 Ap. Documental, núm. 138.11 Panorama similar al establecido en Castilla: Cifr. FERNANDEZ VILADRICH, J., “LaComunidad de villa y Tierra de Sepúlveda durante la Edad Media”, Anuario de Estudios Medievales,8, (Barcelona 1972-3), pág. 211.12 Ap. Documental, núms. 209 y 110.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S36

    sometidas a otra administración13. En ocasiones podían vedar su propio términopara proteger sus particulares intereses económicos14.

    Ese grado de dependencia aldea/ciudad todavía se observa a fines del sigloXV en la sentencia de 1493 donde los jueces dictaminan que se veden los térmi-nos de las aldeas por el tiempo que se crea conveniente para paliar la maltrechaeconomía de la ciudad15. Un ejemplo palpable de que la comunidad aldeana noha recuperado todavía la plena propiedad jurídica sobre su término rural. Enotros ámbitos ni siquiera la concesión de espacios vedados eludía esa dependen-cia respecto a la ciudad16.

    1.1.2. La Visita de términosEn tierras de Albarracín será el juez quien tendrá plenas competencias en

    esta materia hasta el siglo XVI cuando la Mesta de Albarracín asume parte deestas funciones. Aunque la injerencia interesada de la monarquía obedeció a unapolítica favorable a la Casa de Ganaderos de Zaragoza como ya veremos. Estasituación no es nada extraña pues si hacemos un muestreo comparativo en Jaénla visita de términos la desempeñaba el alcalde de la Cofradía de Santo Domingode los Pastores17. En tierras segovianas no se reconoce a la Tierra hasta 1577 lafacultad de revisar las áreas de explotación colectiva18.

    La comunidad de aldeas no asume la responsabilidad de controlar los mon-tes comunes hasta que suscribió con el monarca el arriendo del montazgo el 19de diciembre de 139019. El infante Juan, futuro Juan II de Aragón, ordenó el 24de septiembre de 143820 que las visitas, no sólo de las dehesas y heredades sino

    13Ibídem, núm. 104.14Ibídem, núm. 94.15BERGES SANCHEZ, J. M., “Sentencia arbitral de las Sierras o del Montazgo”, en Estudios histó-ricos sobre la Comunidad de Albarracín, (José M. Latorre, coord.), II, (Zaragoza, 2003), pp. 49-54.16 CARLE, M. del C., “La ciudad y su contorno en León y Castilla (siglos X-XIII)”, Anuario deEstudios Medievales, 8, (Barcelona 1972-1973), pág. 93.17 RODRIGUEZ MOLINA, J., “La ciudad de Jaén. Centro agroganadero, comercial e industrial(siglos XV-XVI), Actas del coloquio sobre La ciudad hispánica durante los siglos XIII al XVI (LaRábida, Sevilla, 14-19 de septiembre de 1981), T. III, Universidad Complutense de Madrid,(Madrid, 1987), pág. 295. Vid. CORONAS VIDA, L. J., La economía agraria de las tierras de Jaén1500-1650, Universidad de Granada, 1994, pág. 319-320.18 SANTAMARIA LANCHO, M., “Del concejo y su término a la comunidad de ciudad y Tierra:surgimiento y transformación del señorío urbano de Segovia (siglos XIII-XVI)”, Studia Historica,Vol. III, núm. 2, (1985), pág. 115.19Ap. Documental, núm. 136.20Ibidem, núm. 211.

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    de los pasos y abrevaderos del término, fueran realizadas por el juez deAlbarrácín. En conclusión, el juez tenía la misión de visitar el estado de la infraes-tructura agropecuaria como máxima autoridad concejil, pero diversas causas leimpiden cumplir con su cometido. Esta situación se reproduce de nuevo en laLey de Sumisión de Juan II en 146121.

    Años más tarde perduraba el mismo problema. Según privilegio suscrito enTeruel el 27 de febrero de 1488 Fernando II de Aragón confirmó al juez la obli-gación de la visita y conservación de los pasos, dehesas, términos y abrevaderos22.En dicho documento se aplican las penas ya establecidas en el Libro de Pasos yel mismo monarca ordenó años más tarde en Sevilla, el 30 de abril de 1490, quelas sanciones aplicadas en las visitas del juez a los escaliadores de pasos y sierrascomunes fueran destinadas a reparar las murallas de la ciudad23.

    El 8 de enero de 1511 el monarca autorizó a Juan Agustín del Castillo,regente de la Cancillería de Aragón, para realizar la visita de los términos segúnla apelación de Pedro Hernández, síndico de Jabaloyas, con alusión a lo dispues-to en 1488. Una disposición que atentaba contra la línea de flotación sobre la quese sustentaba la foralidad de Albarracín. Todavía el propio rey envió una carta el8 de julio de 1511 al juez Juan Antonio de Monterde, dado que existían quejasporque dichos magistrados no realizaban dicha visita24. No obstante su esposaGermana de Foix, reina de Aragón, revocó dicha orden el 4 de julio del añosiguiente por ir contra lo dispuesto por el infante Juan II en 143825. Todavía lasposteriores ordinaciones de Juan Sora de 14 de junio de 1564 recogen estas cues-tiones26.

    En el Libro de Pasos se plasma la aplicación de la fórmula de visita de amo-jonamientos. El rey Jaime II nombró en 1325 una comisión formada porRodrigo Gil Tarín y Alfonso Muñoz, con el fin de revisar los límites de las dehe-sas concejiles, de las propiedades particulares y de aquellos elementos que confi-guran la infraestructura pecuaria de Albarracín, es decir, pasos de ganado y abre-

    21BERGES SANCHEZ, J. M., “Ley de Sumisión”, en Estudios Históricos sobre la Comunidad deAlbarracín, II, (Zaragoza, 2003), pp. 44-48. 22Ap. Documental, núm. 301.23TOMAS LAGUIA, C., “La geografía urbana de Albarracín”, Teruel, 24, (Teruel, 1960), pág. 91. 24 AMA, Sección I-1, núm. 4, ff. 9-12.25 Pub. ALMAGRO BASCH. M., Las alteraciones de Teruel, Albarracín y sus Comunidades endefensa de sus fueros durante el siglo XVI, IET, Teruel, 1984, doc. núm. 2. (AMA, Sección I, núm.1, fol. 32 y ACAL, Sección I-2.1, núm. 15).26 LATORRE CIRIA, J. M., “Las ordinaciones de Juan Sora de 1564”, Estudios históricos sobre laComunidad de Albarracín, José M. Latorre, coord., Zaragoza, 2003, II, pág. 204.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S38

    Aldeas de la Comunidad de Albarracín siglos XIV-XV

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    vaderos, con motivo de la mutación de mojones e irregularidades producidas enel aprovechamiento de vedados27.

    Conocemos con detalle el acto de la visita de términos a través del libro decorte del justicia Ferrán Gómez Zahorejas del año 149228. El concejo y comúniniciaba las diligencias al requerir al juez para realizar la visita. De inmediato estemagistrado citaba a los procuradores de la ciudad y sus aldeas en una fecha pre-fijada para proceder a la visita de pasos, dehesas y abrevaderos del término, asis-tidos por testigos conocedores del terreno y por dos diputados de ambas instan-cias que previamente prestaban juramento.

    1.1.3. Los límites del término. Conflictos demarcativos29

    Los límites del término de Albarracín no son citados en la carta foral por laescasa densidad demográfica de su población y porque en ese momento aparecenconsolidados debido fundamentalmente a que el núcleo urbano de Albarracín noes de nueva creación, antes bien ya tenía una dilatada andadura urbana y prota-gonismo histórico desde época musulmana30.

    La propia dinámica del avance colonizador impulsado por Pedro III tras laconquista de Albarracín, propició el desarrollo de conflictos en los límites del tér-mino con comunidades vecinas donde se gestaba simultáneamente este proceso.Por ello cuando este factor se invierte surgen los primeros síntomas desestabiliza-dores en las áreas más extremas motivados por varias causas:

    En el momento que se abandonan las formas tradicionales de aprovecha-miento colectivo de la tierra y se deriva hacia formas de explotación privada.

    En cuanto los intereses de la caballería villana se vuelcan hacia el desarrollode la actividad pecuaria.

    O bien cuando se producen los condicionantes necesarios para favorecer elincremento de la población en función del alza de la demanda de productos pro-pios en los mercados exteriores.

    Esta conjunción de situaciones desemboca en la suscripción de numerososconvenios que en la mayoría de los casos derivan en la profusión de deslindescomo fórmula precisa para resolver estos litigios.

    Este fenónemo, por otra parte, no es exclusivo de las tierras de Albarracín,ya que es un hecho generalizado en otras zonas vecinas tanto del reino de

    27Ap. Documental, serie II, fols. 1-2.28 ACAL, Sección VII-2.29 Vid. Mapa núm. 1.30 CORRAL LAFUENTE, J. L., “Las ciudades de la Marca Superior de al-Andalus”, SimposioInternacional sobre la ciudad Islámica, IFC, (Zaragoza, 1991), págs. 253-287.

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    Aragón31 como de Castilla32, así como corresponde a un proceso similar que seobserva en algunas zonas europeas33.

    Para el caso de Castilla José Luis Martín Martín34 trazó las líneas generalesque caracterizan los cambios sufridos en los siglos XIV-XV en relación con lausurpación de espacios públicos cuyas reflexiones trasladamos a fenómenos simi-lares acaecidos en tierras de Albarracín:

    Los actos de violencia se inician en el siglo XIV pero se recrudecen en el XV.(Traducido en tierras de Albarracín la lucha de bandos que desemboca en la sen-tencia de 1395).

    La delimitación de términos es uno de los escenarios donde afloran conintensidad estos conflictos por desconocimiento del punto exacto de la divisoriade límites. Las áreas de montaña son las más proclives a este tipo de litigios (dis-puta de Jabaloyas y Tormón).

    Aparición de “cartas de vecindad” para resolver las disputas por aprovecha-mientos comunales antiguos. (En Albarracín destacan las Hermandades suscri-tas entre Orihuela-Motos, 1347, Albarracín-Beteta, 1449, Almohaja-Pozondón,1481).

    En ocasiones se fijaron zonas de seguridad: Cañada Lobosa y CañadaAlfardas entre Albarracín-Molina, Muela Gayubosa entre Moya y Albarracín,Valdelagua y Patio del rey don Jaime entre Teruel y Albarracín.

    Abusos de “prelados, cavalleros e personas poderosas” en las explotacionescomunales que se advierten en el Libro de Pasos (1326).

    Las infracciones se observan en dos direcciones: limitación a determinadosaprovechamientos comunales a los vecinos y restricción de los derechos a unapropiedad.

    El término de Albarracín limitaba por el S.E. con las tierras de la posteriorbaronía de Santa Croche, propiedad de los López de Heredia, y con la villa de

    31 En efecto, las tierras de Teruel soportan por estas fechas las consecuencias del avance roturadory del desarrollo ganadero en los extremos de su término. Ya en 1292 se observan estas tensiones conAlbarracín: GARGALLO MOYA, A., El concejo de Teruel en la Edad Media (1177-1327), I, IET,Teruel, 1996, págs. 291 y ss.32 De forma genérica para el caso de Castilla: CABRERA, E., “Del Tajo a Sierra Morena”, enOrganización social del espacio en la España medieval. La Corona de Castilla en los siglos VIII a XV,Barcelona, 1985, pág. 154.33DUBY, G., Economía rural y vida campesina en el occidente medieval, editorial Península,Barcelona, 1973, pág. 397. Este autor fija, sin embargo, hacia 1300 los primeros síntomas delretroceso del espacio agrícola.34 Cifr. “Evolución de los bienes comunales en el siglo XV”, Studia Historica, vol. VIII, (1990),pp. 17-23.

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    Gea, solar de los Fernández de Heredia35. Las rivalidades entre las casas de Gea ySanta Croche fueron una constante en la historia política local y condicionaránel desequilibrio de las relaciones de las familias influyentes asentadas enAlbarracín, sobre todo en el siglo XV36.

    Las aldeas de la comunidad de Teruel: Alba, Santa Eulalia, Cella, Villar delSalce, granja de monasterio de Piedra. Y de la comunidad de Daroca: Almohaja,Peracense y Villar del Saz, ocupaban el sector oriental de la Sierra.

    El resto del territorio era limítrofe por el S.O. con Abuán, el Campillo,Rubiales y Tormón. Ya en tierras castellanas el marquesado de Moya y la ciudade iglesia de Cuenca, y más al norte la comunidad de Molina. Nos vamos a dete-ner en analizar las relaciones con estas comunidades vecinas.

    1.1.3.1. Santa Croche37

    Como ya hemos mencionado, Santa Croche era una heredad situada dentrode los límites del término de Albarracín, sin embargo su posición jurídica era biendistinta en relación con las aldeas porque no pertenecía a la comunidad de aldeas38.

    El origen semántico de esta heredad parece proceder de tierras riojanas. Nocabe duda que su denominación fue producto de la repoblación de los Azagra39.La referencia más antigua que poseemos es la concesión de la citada heredadjunto con Villalba por Fernando Ruiz de Azagra, señor de Albarracín, a Lope deVarea el 3 de abril de 118940.

    Ya fallecido Lope de Varea, en agosto de 1242 se redacta un acto de acuer-do entre Sancha, su hija Milia y el esposo de ésta Miguel de Grez con el maestrede la orden de Santiago. En dicho documento aparecen citadas sus propiedadessituadas en la propia villa de Albarracín y las heredades de La Vega,Monteagudillo, Villalba y la propia Santa Croche41.

    35 ARROYO ILERA, Rafael, “División señorial de Aragón en el siglo XV”, Historia, Institucionesy Documentos, 19, pub. Universidad de Sevilla, (Sevilla, 1992), pp. 65-102.36 SARASA SANCHEZ, E., Sociedad y conflictos sociales en Aragón siglos XIII-XV. Estructuras depoder y conflictos de clase, ed. Siglo XXI, Madrid, 1981, pág. 109.37 Parte de este episodio se analiza en BERGES SANCHEZ, Juan Manuel, “Los López de Heredia:señores de la baronía de Santa Croche y Gaibiel”, Rehalda, 6, (Teruel, 2007), pp. 15-32.38En Aragón la ciudad de Zaragoza es el caso más característico ya estudiado por FALCON PEREZ,I., Zaragoza en el siglo XV. Morfología urbana, huertas y término municipal, IFC, Zaragoza, 1981. 39ALMAGRO, M., Historia de Albarracín y su Sierra..., III, págs. 43-44.40SAINZ DE LA MAZA, R., La Orden de Santiago en la Corona de Aragón. La Encomienda deMontalbán (1210-1327), IFC, Zaragoza, 1980, pp. 126-131.41MUR Y RAURELL, A., La Encomienda de San Marcos. La Orden de Santiago en Teruel. (1200-1556), Teruel, 1988, pp. 79-80.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S42

    La Orden santiaguista tuvo acceso a las tierras de Albarracín según dispusoPedro Fernández de Azagra en su testamento42. Pero su presencia en estas tierrasduró escaso tiempo. El 11 de enero de 1261 se permutaron con Anaya López,vasallo del infante de Aragón, las heredades situadas en Albarracín y Tormón quehabían sido propiedad de don Lope de Varea y de doña Sancha Pérez de Azagrapor tierras cercanas a Sevilla43.

    Participaron directamente en la conquista de Albarracín y en la guerra conCastilla por el problema sucesorio en la intersección al siglo XIV, circunstanciasque aprovecharon para aumentar su patrimonio y su cota de poder. Por elloostentaron la máxima autoridad militar en estas tierras desde la conquista deAlbarracín –1284– hasta el inicio del siglo XV. Algunos hechos claramente lodemuestran. Ferrán López de Heredia, escudero, junto con el juez Pedro Sánchezde Bonacha, tuvo el honor de solicitar a Jaime II el 21 de abril de 1300 en nom-bre del concejo de Albarracín la confirmación de sus fueros y costumbres44. Unosmeses después, el 29 de junio, está presente en la concesión a Albarracín del títu-lo de ciudad45.

    Fernando López de Heredia interviene en varios contenciosos por cuestiónde límites. En la mojonación realizada en 1308 por Jaime II de los límites deTeruel y Albarracín46, en 1311 junto con representantes del concejo de Albarracíncontra las acciones desarrolladas por vecinos de Santa Eulalia para extraer leñasen los montes, tal vez en los límites de la dehesa de Rubielos que linda con dichaaldea de Teruel, uno de los cuartos de hierba de Santa Croche47. El propio monar-ca le encomendó el 23 de mayo de 1309 la difícil tarea de apaciguar los ánimosde los bandos enfrentados en la vecina población de Teruel48.

    En 1310 defiende los derechos de sus sobrinos, hijos de su hermano IñigoLópez de Heredia, ya fallecido, sobre la jurisdicción de Gea49. Y en 1313 en cali-

    42 GARCIA EDO, V., “Un nuevo testamento de Pedro Fernández de Azagra, señor de Albarracín (2-IV-1241)”, Los Fueros de Teruel y Albarracín, J. M. Latorre, coord., (Teruel, 2000), págs. 129-133.43MUR Y RAURELL, A., La Encomienda de San Marcos..., doc. 134.44 ACA, Registro Cancillería, 197, fols. 107v-108.45ZURITA, Anales de la Corona de Aragón, IFC, Zaragoza, 1978, V-LXIII, pág. 586. 46 Ap. Documental, núm. 48.47 Ibídem, núm. 52.48Pub. GARGALLO MOYA, A., El concejo de Teruel en la Edad Media, 1177-1327, IV.Documentos, Ayuntamiento de Teruel, de Escucha, IET, Departamento de Educación y CulturaGobierno de Aragón, Teruel, 2005. doc. 313.49 Ap. Documental, núm. 50.

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    dad de alcaide interviene en la mojonación de los términos de Cella yAlbarracín50.

    Esa concentración de poder se pone de manifiesto en el contencioso inicia-do por el concejo de Albarracín contra Fernando López de Heredia, Juan deEspejo y Pedro López de Espejo, caballeros, porque explotaban dehesas sin auto-rización51.

    Su vinculación más estrecha con la monarquía fue el desempeño del cargode alcaide de las fortalezas de Albarracín. En atención a sus servicios el monarcaconcede en 1337 a Pedro Fernández de Heredia, hijo de Fernando López deHeredia, el derecho a recaudar el monedaje de Daroca52. Los López de Herediaprestarán homenaje al infante Fernando y como tales vasallos ocuparán la alcai-día de las fortalezas de Albarracín. Fueron ratificados en su cargo por Pedro IVtras su muerte53.

    En 1367 interviene en calidad de alcaide en el conflicto que manteníanJuan Ximénez de Heredia, señor de Pelpuz, y el concejo de Bronchales54. El pro-pio monarca le autoriza para mediar en el conflicto surgido por el embargo de unpotro en Báguena a Ferrán Martínez, vecino de Cuenca55.

    En 1383 su sobrino Fernando López de Heredia, hijo de Francisca Lópezde Heredia y Juan López de Gurrea, formaliza un contrato de suministro de salcon los procuradores de la comunidad de aldeas como propietario de la heredady salinas de Valtablado56.

    Fernando fue nombrado ujier de armas por el monarca. A principios desiglo recibió varios encargos de la monarquía. Entre 1402-1406 intervino en lamojonación entre las comunidades de Molina y Albarracín. Tal vez por estos ser-vicios Martín I le autoriza en 1406 para introducir en el Reino 2.000 cabezas deganado menudo procedentes del reino de Castilla, lo que vendría a demostrar suparticipación en los circuitos de pastoreo trashumante57.

    50 Ibídem, núm. 54.51 Libro de Pasos. Ap. Documental, serie II, pp. 1-2. En doc. original vid. folios 85-85v.52 ACA, Real Patrimonio, Maestre Racional, núm. 1939, fols. 100-101v.53 SINUES RUIZ, A. y UBIETO ARTETA, A., El patrimonio real en Aragón durante la EdadMedia, Anúbar Ediciones, Zaragoza, 1986, doc. 00092, 1367, noviembre, 18. (Vid. AMA,Cartulario, docs. 27-29-32-33).54 Ap. Documental, núm. 110.55 Ibidem, núm. 112.56 Ibidem, núm. 129.57 Ibidem, núm. 161.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S44

    Le sucedió Lop Ximénez de Heredia, escudero. Su esposa Teresa Ruiz deMolina descendía de una familia molinesa de recio abolengo58. Su padre JuanRuiz denominado el caballero viejo de Molina creó un extenso patrimonio en tie-rras molinesas e intervino en el conflicto de límites entre las comunidades deMolina y Albarracín de 1407 junto a Ferrán López de Heredia59.

    Ferran López de Heredia, señor de Santa Croche y Gaybiel, redactó su tes-tamento el 13 de diciembre de 145460. Su hijo sostuvo enconados enfrentamien-tos con Juan Fernández de Heredia, el mayor, señor de Mora, que fueron zanja-dos el 22 de diciembre de 1472 por los diputados del reino, quienes obligaron alos contendientes a firmar la tregua foral61.

    Por otra parte, consiguió que Fernando II le autorizase a amojonar el térmi-no de Santa Croche en 1488 frente a la negativa de los oficiales de Albarracín62.Acerca del contencioso con la Comunidad de aldeas sobre la invasión de sus pas-tizales obtuvo cédula real favorable que le daba derecho a percibir 15.000 ss.,63

    logró que sus súbditos no pagasen sisas en 1492 y más adelante pretendió que lossarracenos instalados en sus tierras no quedasen exentos de tributación (26 de sep-tiembre de 1493)64.

    Casado con Isabel de Palomar, tuvo al menos dos hijas. Isabel, casada a suvez con Pedro Torrero, miembro de una importe familia de comerciantes zarago-zanos vinculados con la lana, quienes realizaron un importante convenio con lacomunidad de aldeas en el año 1500 y Honorata de Heredia, casada con Juan de

    58 Vid. LALIENA CORBERA, C., IRANZO MUÑIO, M. T., “Poder, honor y linaje en las estra-tegias de la nobleza urbana aragonesa (siglos XIV-XV), Rev. d Historia Medieval, 9, Valencia, 1998,pág. 62.59 CORTES RUIZ, E., “La constitución de un patrimonio mixto castellano-aragonés en tierras deAlbarracín y Molina a fines del siglo XV”, Actas XV CHCA, (Jaca 1997), II, págs. 74-84. LOPEZBELTRAN, J. J., Síntesis histórica de mi tierra. Señorío de Molina, sus Sexmas y pueblo de El Pedregal,editorial F. Domenech, Valencia, 1980, pág. 120. LAFUENTE URIEN, A., Inventario del archivode los Condes de Priego. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, Ministerio de Educación yCultura, Madrid, 1999, doc. 456. 60 AMOROS PAYA, L., Los inventarios del antiguo archivo del convento de San Francisco de Teruel,IET, Teruel, 1960, cajón 4, legajo 2.61 LOPEZ POLO, A., Catálogo del Archivo del Capítulo General Eclesiástico, IET, Teruel 1965,perg. 293, doc. 360. Vid. LAFUENTE URIEN, A., Inventario..., doc. 587. Vid. también AMO-ROS PAYA, L., Los inventarios ..., cajón, 4, leg. 1, 2 pág. 63. Sobre el conflicto con Juan Fernándezde Heredia: FALCON PÉREZ, M. I., Zaragoza en el siglo XV..., pág. 171, nota 734.62LAFUENTE URIEN, A., Inventario..., doc. 540.63Ap. Documental, núm. 323.64 LAFUENTE URIEN, A., Inventario..., doc. 543

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    Heredia, quienes desempeñaron el cargo de alcaides de Santa Croche65. También poseyeron el señorío sobre las tierras de Gaybiel, en tierras de

    Segorbe, por ello en numerosos documentos se alude a la baronía de SantaCroche y Gaybiel. Este vinculo lo instituyó Lope Ximénez de Heredia según tes-tamento de 1441.

    Las tierras de Santa Croche estaban situadas dentro del término deAlbarracín; así lo expresa un documento que le concede la categoría de aldeafechado el 29 de junio de 145766. Sin embargo, no tenían representantes en laComunidad de aldeas sencillamente porque no pertenecían a esta institución. Enconsecuencia sus propietarios no tenían derecho a pastar con sus ganados y extraerleñas en las sierras comunes, si bien establecieron un coto redondo dentro del tér-mino de Albarracín en una de las áreas de pastizal más importantes de la Sierra.

    Así pues, las tierras de Santa Croche mantienen un status específico si ana-lizamos la composición interna del término de Albarracín. Están sujetas al domi-nio temporal de su señor, pero éste no tiene plena jurisdicción civil sobre su terri-torio ya que será el juez de Albarracín quien ejerza estas competencias.

    El solar de Santa Croche, antesala de la ciudad de Albarracín, está situadoen un pequeño promontorio al lado del curso del río Guadalaviar. El castillo allíconstruído fue en su día una de las fortalezas que precedían la casi inexpugnableplaza de Albarracín67.

    La población que habitaba en Santa Croche era en su mayoría mudéjar yjudía68, hecho que corroboran algunos contratos de arriendo de ganado y cereal69.Según el fogaje de 1495 tan sólo se registran 3 fuegos. Habitaban allí el alcaideJuan de Heredia, la viuda de Mahoma Musayre y Braym Farag70. La cancillería de

    65 Sobre su trayectoria posterior: QUINTANILLA RASO, M. C., “El condado de Priego deCuenca. Un ejemplo de estrategia señorial en la Baja Edad Media castellana”, Historia, Institucionesy Documentos, 19, 1993, pp. 381-402. Noticias que hemos extraído del testamento suscrito porambos conyuges el 8 de enero de 1502 (DE AULA Y ARAGUES, J., Ilustración genealógica e inclu-sión, entronque y parentesco que tienen con algunas familias antiguas de Albarracín y pueblos de su par-tido los hijos y descendientes de Dn. Juan de Aula y Aragüés y Dña Joaquina López Morón, vecinos dedicha ciudad (Ms. del Archivo del Obispado de Teruel), Albarracín, 1809, fol. 149v).66Ap. Documental, núm. 255.67 GONZALEZ PALENCIA, A., “El castillo de Santa Croche en Albarracín”, Aragón, 14, 1926,pp. 229-230.68CANELLAS, A, “El reino de Aragón en el siglo XV”, Historia de España dirigiada por MenéndezPidal, XV, Espasa Calpe, (Madrid, 1964), pág. 333, nota 20.69Ap. Documental, núm. 357. 70 SERRANO MONTALVO, A., La población de Aragón según el fogaje de 1495, I, IFC, Zaragoza,1995, pág. 270.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S46

    Aragón les obligó a tributar a fines del siglo XV. Era usual la formalización depactos de vasallaje entre los habitantes de Santa Croche y su señor cuyo conteni-do analizaremos más adelante71.

    Las tierras cercanas al castillo se regaban gracias a la existencia de un moli-no harinero situado aguas arriba del río Guadalaviar que la documentación citacon frecuencia: azud de Santa Croche, azud viejo –1439–. Isabel de Heredia,señora de Santa Croche, arrendó el molino a Pedro el Moxo por un año el 29 deseptiembre de 1502 por 33 fanegas de trigo, lo que nos puede dar una idea de suimportancia económica dentro de la hacienda72.

    La riqueza piscícola y hortofrutícola que proporciona el río Guadalaviar asu paso por Santa Croche gracias a los canales de irrigación construídos, fueroncampo abonado para las infracciones. En 1453 se indica al señor de Santa Crocheque no peniorasse desuso del açut y así lo manifiestan las disposiciones de la senten-cia del año 1500 al respecto73.

    Castillo y huerta de Santa Croche.

    71Ap. Documental, núm. 365.72A.M.Gea, Sección III-1, 12, fols. 15-15v. 73 Libro de Mayordomía, 1453, fol. 238v.

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    Los señores de Santa Croche tenían propiedades en la ciudad de Albarracín,donde alternaban la residencia con su solar de Santa Croche; incluso tenían supropia capilla en la catedral bajo la advocación de San Miguel74. La vivienda dela ciudad aparece citada en un documento posterior fechado el 13 de diciembrede 1599. El señor de Santa Croche vivía a la derecha de la calleja de la Cruz deHierro. La sentencia arbitral de 1500 puede servirnos de gran utilidad para cono-cer los territorios pertenecientes al dominio del solar de Santa Croche en tierrasde Albarracín75:

    1.- Las Cabezas.En la actualidad esta dehesa pertenece a la finca de Santa Croche situada

    sobre el paraje denominado el Fraile, por donde bordea la vereda del paso ElQuitao que se dirige al paso del Tocón. Su denominación es posible que proven-ga de varios cerros situados sobre el propio solar. Aparece citada en la fijación delos lugares de aplicación del impuesto de asadura.

    2.- Dehesa del Campillo.Limita con la heredad de Toyuela y Masía Alta. Aparece también citada en

    el arriendo de sus pastos concertado con Gil Catalán el 19 de marzo de 150876.Posteriormente en el siglo XVI la comunidad de aldeas estableció la dehesa delCampo Toyuela.

    3.- Olmediella de allá y acá del río.Encontramos este topónimo en la mojonación de Cella y Albarracín de

    131377. Su nombre denuncia la presencia del olmo. En 1326 esta heredad perte-necía a Juan Fernández Marín, adalid, caballero de Juan Núñez de Lara.

    Encontramos alusiones en la donación que hizo Toda López de Gurrea delas heredades de Gea y Tramacastiel a su hijo Juan Fernández de Heredia el 26 dejulio de 141978. En 1465 aparece citada en el Libro de Mayordomía79 y en lamojonación de El Plano de Gea descrita en la sentencia de García de Moros de1483: barranco que baja al Olmediella80.

    74 TOMAS LAGUIA, C., “La geografía urbana…”, pág. 60 y “Las capillas de la catedral deAlbarracín”, Teruel, 14, (Teruel, 1955), págs. 174-176.75 Vid. Mapa núm. 276 Ap. Documental, núm. 371.77 ... Et fiere a la penyella entre la pieca que fue de don Xemeno del Omediella...78 Ap. Documental, núm. 177. 79 Cifr. fol. 434v.80 Ap. Documental, núm. 298.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S48

    Esta propiedad lindaba con El Plano de Gea y la Senda Salinera por dondediscurre la vereda en el límite de Gea y debido a su importancia dentro de la explo-tación de la hacienda Fernán López de Heredia consiguió autorización de FernandoII (28 de octubre de 1490) para transitar por el camino que atravesaba este para-je81. Ya no aparece citada en la mojonación realizada el 4 de noviembre de 155782.

    4.- Dehesa de La Casilla de Sancho Martínez.En otras ocasiones denominada Casilla de la dehesa El Moral, limítrofe con

    el término de Cella83.5.- Dehesa El Moral.Citado pozo el Moral en la mojonación de 1313 entre las tierras de Teruel

    y Albarracín, limitaba con la heredad de Toyuela. Valdelagua era limítrofe con losmojones de Villar del Salce84. En el siglo XVI se cita la casilla El Moral, cerro elMoral, por cuyo término se entabló pleito con Cella según la sentencia de 1557.

    En la actualidad este topónimo no se identifica; puede situarse en torno alas masías de El Palomo y Los Gatos, en cuyos alrededores se encuentra el pozo elCanónigo. Nos basamos para ello en la venta realizada el 1 de marzo de 1522 porAgustín Pérez de Toyuela de los pastos de su heredad de Toyuela a Isabel deAgustín y Hospital, viuda de Juan Agustín del Castillo. Al manifestar los mojonesde dicha dehesa se indica que linda con la dehesa el Moral, la dehesa de Matallanade la aldea de Monterde y con Cañadas Pardas, dehesa de Santa Croche85.

    6.- Casa y Monte de Rubielos.En 1422 Rubielos aparece citada como propiedad de Lope Ximénez de

    Heredia, señor de Santa Croche, en la carta de venta de la heredad de Villar delSalze propiedad del monasterio de Piedra a la localidad de Cella86.

    La calidad de sus tierras lo evidencian algunos de los contratos de arrenda-miento. Es posible que el área de pastizal se dividiese en diferentes cuartos.También aparece denominada Torre Rubielos en la sentencia de 1557.

    Estas dehesas ya citadas constituían una especie de coto redondo pues todaslas propiedades estaban unidas entre sí lo que permitía una explotación racional

    81 LAFUENTE URIEN, A., Inventario..., doc. 541.82 A.M.Terriente, Sec. I, 19, I-1. ACAL, Sección I-2.5, 93, fols. 241-253. AMA, Concejo, I-5,doc. 69.83 Ap. Documental, núm. 371.84 DELER HERNANDEZ, P. P., La heredad de Villar del Salze o Las Granjas (Apuntes históricos.Años 1195-1819), Imprenta Perruca, Teruel, 1996, pág. 5.85 Archivo particular de Manuel Navarro Cameo. Sin inventariar.86 A.M.Cella, perg. 5, doc. 9, pág. 82.

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    del pastizal y de la zona agrícola, pues los vedados se fragmentaban en cuartos dehierbas que eran arrendados a los ganaderos. Además en estas tierras crece unavegetación, la carrasca fundamentalmente, que favorece el pastoreo invernal y lacría de animales salvajes, por lo que la caza se convirtió en otra fuente de ingre-sos de esta vasta heredad tal y como puede observarse en la actualidad.

    7.- Valdecabriel.En 1326 esta heredad era propiedad de Ferrant López de Heredia, caballe-

    ro; limitaba con la propiedad de Gómez de Cañigral. Se identifica con la actualmasía de La Leria, pues el Libro de Apeos (1666) cita que pertenece al conde dePriego87.

    Al sur de esta heredad estaban situadas las Cerradillas en el paraje denomi-nado hondo de Valdecabriel (patio debaxo de Valdecabriel). Fueron objeto de liti-gio con la ciudad y el común de las aldeas por causas que desconocemos, proba-blemente por aprovechamiento de pastos. Sabemos con certeza que este conflic-to se resolvió en una sentencia que gestionó en 1502 el bachiller Pedro Pérez deToyuela. Gil Catalán defendió los intereses del señor de Santa Croche.

    En realidad el importe de la sanción se pagó en varios plazos, uno inicial de600 ss. y el resto en partidas de 300 ss. bajo el epígrafe sentencia de las Cerradillas,

    87 AMA, Sección I-5, 94, fol. 49.

    Valle Cabriel.

  • Actividad y estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516)S50

    nombre con el cual se conoció el acuerdo. No obstante se presta a confusión puesen ocasiones algunos apuntes justifican el pago por la compra de las Cerradillas¿se trata del arriendo de pastos, de la compra de esta parte de la propiedad o dela indemnización por la entrada de ganados sin la correspondiente autoriza-ción?88. No obstante hemos comprobado como sus pastos se arrendaron en 1508por 500 sueldos lo que vendría a confirmar la primera hipótesis89.

    8.- Valtablado.Pedro Ruiz de Azagra, señor de Albarracín, concedió al obispo Julián el valle

    y salinas de Valtablao una vez conquistada la plaza de Cuenca (1177)90. La reinaLeonor, madre del infante Fernando, declara Valtablado término de Albarracínen la donación a Lope de Concut de 27 de julio de 132991.

    A estas heredades ya señaladas debemos añadir la dehesa de Matallana limí-trofe con el término de Monterde, que aparece citada en el arriendo efectuado porGil Catalán en 150192 y la Hoya Sabinosa93 situada entre Cuesta Blanca y SendaMuerta, según se desprende del acuerdo formalizado en 1602 con la villa de Gea94.

    Los señores de Santa Croche y Gaybiel tenían otros intereses económicosno menos interesantes en la vecina ciudad de Teruel, que quizás hay que relacio-nar con la fundación de la Encomienda de San Marcos por Sancha Pérez deAzagra95. Lop Ximenez de Heredia rearrienda la Encomienda hospitalaria deVillel96 donde percibía el onceno de las ventas97. Además estaban muy ligados almonasterio de San Francisco de Teruel, pues pocos años más tarde según su tes-tamento (3 de junio de 1441) funda una capellanía bajo el patronato del arzobis-po de Zaragoza98.

    Como ya hemos comentado eran señores de Gaibiel, población próxima aSegorbe, donde vivía una numerosa comunidad mudéjar99. Su excelente situación,

    88 Libro de Cuentas de la Comunidad, 1502, fols. 38, 41, 44, 45v. Y datos de los ejercicios 1503-1506. 89 Ap. Documental, núm. 371.90 Cifr. ALMAGRO, M., Historia de Albarracín y su Sierra, III, ..., pág. 48.91ACA, Registro Cancillería 479, ff. 130/130v. 92 A.M.Gea, Sección I-13, fol. 18.93 De ahí procede el actual nombre de la caseta la Sabinosa y la masía el Sabinar.94 AMA, Sección I, 77, fol. 7v.95 A.M.Gea, Sección Concejo III-1, 10, fols. 51-51v.96 MUÑOZ GARRIDO, V., La ciudad de Teruel de 1347 a 1597, Teruel, 2000, págs. 189-190.971430, febrero, 28. AHPT, Sección 14/7, fols. 21v-23v.98 LAFUENTE URIEN, A., Inventario..., docs. 584 y 585.

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    abundancia de agua así como su benigna climatología favorecen la producción decualquier producto en especial la almendra y el olivo. Gaibiel se beneficia de unmicroclima que la convierte en un paraje ideal para residir durante el invierno.

    El señor de Santa Croche Ferrán López de Heredia sostuvo en el últimocuarto del siglo XV continuas controversias con la ciudad y la comunidad dealdeas sobre irregularidades cometidas por los habitantes comuneros en los pas-tos y tierras de labor de sus heredades. Ya en 1475 el rey obliga a las autoridadesde Albarracín a indemnizar a Ferrán López e Isabel de Palomar con 1.200 ss. porlos daños ocasionados en la huerta. No obstante, los señores de Santa Crocherehusaron la entrega de este importe100. Todavía los apuntes de 1487 se hacen ecode este contencioso101. Para su pago la comunidad de aldeas aplicó una derramaespecial por puestas que recibió el baile como garantía de pago. De esta maneravemos como Juan de Monterde entrega 150 ss. de censo de los 1.300 ss. a queascendía dicho depósito se