actas i congreso de la ref vol. 6

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Actas del I Congreso internacional de la Red española de Filosofía Los retos de la Filosofía en el siglo XXI Volumen VI

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Actas I Congreso de la REF vol. 6

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ndice Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 1-6. 1 Actas del I Congreso internacional de la Red espaola de Filosofa Los retos de la Filosofa en el siglo XXI Volumen VI ndice Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 1-6. 2 Red espaola de Filosofa (REF) Paseo Senda del Rey 7, 28040 Madrid http://redfilosofia.es Publicacions de la Universitat de Valncia (PUV) Arts Grfiques 13, 46010 Valncia http://puv.uv.es Primera edicin: octubre 2015 ISBN: 978-84-370-9680-3 Depsito legal: CD realizado por ndice Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 1-6. 3 Actas del I Congreso internacional de la Red espaola de Filosofa Los retos de la Filosofa en el siglo XXI Coordinacin general Antonio CAMPILLO y Delia MANZANERO Coordinacin de los volmenes J uan Manuel ARAGUS, Txetxu AUSN, Fernando BRONCANO, Antonio CAMPILLO, Neus CAMPILLO, Cinta CANTERLA, Cristina CORREDOR, J ess M. DAZ, Catia FARIA, Anacleto FERRER, Delia MANZANERO, Flix GARCA MORIYN, Mara J os GUERRA, Asuncin HERRERA, J oan B. LLINARES, J os Luis MORENO PESTAA, Carlos MOYA, Eze PAEZ,J orge RIECHMANN, Roberto RODRGUEZ ARAMAYO, Concha ROLDN, Antoln SNCHEZ CUERVO, J avier SAN MARTN, Marta TAFALLA, Pedro J ess TERUEL y Luis VEGA Volumen VI Seccin temtica 5:Filosofa, poltica e historia Coordinacin Antonio CAMPILLO y Delia MANZANEROUniversidad de Murcia y Universidad Rey J uan Carlos

Publicacions de la Universitat de Valncia Valncia, 2015 ndice Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 1-6. 4 ndice Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 5-6.5 NDICE Pginas I. FILOSOFA, POLTICA E HISTORIAHistoria de la filosofa y accin poltica: Apuntes a partir de la7-21ontologa hermenutica Marco Antonio HERNNDEZ NIETOLas ciencias polticas, son ciencias humanas? 23-31Vctor PRAMO VALERO Platn y Maquiavelo. En torno a la posibilidad de una noble mentira en poltica33-45Fernando A. PEIR MUOZ El concepto de lo poltico a la luz del nacionalsocialismo47-61Javier LEIVA BUSTOS Mara Zambrano: La democracia humanizada 63-68Paola COPPI La separacin entre lo poltico y lo doctrinal en el liberalismo poltico69-78de J ohn RawlsJuan Antonio FERNNDEZ MANZANODe la coaccin de la muerte a la coaccin de la vida: dos dimensiones de la79-89violencia en la obra de Hannah ArendtAgustina VARELA MANOGRASSO Anlisis de las relaciones afectivas primarias en la teora del reconocimiento91-100de Axel Honneth Alfonso FABREGAT ROSAS La concepcin mesinica del tiempo histrico en La Estrella de la101-108Redencin y su alcance jurdico-poltico Roberto NAVARRETE ALONSOAceleracin social y carencia de experiencia. Sobre la semntica de los109-117tiempos histricos de Reinhart Koselleck Manuel OROZCO PREZ ndice Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 5-6. 6 La memoria en Tzvetan Todorov: una cuestin personal, terica y poltica 119-132Gregorio SARAVIA MNDEZ La alienacin y sus trazos ontolgicos 133-140Javier MNDEZ-VIGO HERNNDEZ El mundo en que vivimos: un anlisis marxista. Una teora de teoras141-153sobre la "globalizacin"Venancio ANDREU BALD Sobre la Declaracin de M. Hardt y A. Negri: la emergencia de nuevas 155-168subjetividades para la propuesta y puesta en marcha de un proceso constituyente. Un anlisis del nuevo ciclo de luchas en el contexto de la crisis actualMiquel ngel MARTNEZ I MARTNEZ y Josep ARTS GIL Repercusiones de la crisis actual en el trabajo169-183Antnia CERD FIOL La decolonizacin del conocimiento (filosfico) como reto de la185-190filosofa (poltica) del siglo XXI Miguel MANDUJANO ESTRADALa idea de dignidad entre el Occidente y las culturas de modernidad reciente. 191-200Una macrocomparacin de la comprensin del derecho a la dignidaden los pases del BRICSDiva Jlia Sousa da Cunha SAFE COELHO El ave de Minerva emprende su vuelo en el crepsculo. Filosofa, poltica e historia201-206 Marlene SEWER La disputa por la educacin ciudadanista 207-222Joaqun VALDIVIELSO NAVARRO Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 7 Historia de la filosofa y accin poltica:

Apuntes a partir de la ontologa hermenutica

Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Universidad Nacional de Educacin a Distancia Presentacin En este trabajo se pretende enfocar algunas de las actuales tensiones intrnsecas al campo de la Historia de la Filosofa, en especial las tensiones de ndole poltica, cuya envergadura en el contexto presente resulta muy relevante para la agenda filosfica contempornea, y que conllevan el replanteamiento de la pregunta por el sentido de la tarea del historiador de las ideas.Paraello,escogemoscomoterrenodeestudiolaconcepcinhermenuticadela historiografa y de las lecturas del pasado. Dentro de esa condicin hermenutica, H.-G. Gadamer entenda que la Historia de la Filosofa es la ocasin de un reencuentro en ltima instancia,incluso,reencuentroontolgicoconunpasadoalqueyapreviamente pertenecemos pero que (nos) llama a ser una y otra vez actualizado y aplicado, siempre deunamaneradiferente,aunquetambinsiemprecomounretornodeMnemosyneydel sentido. Cules son las consecuencias polticas de ese peculiar retorno hermenutico? Hacer HistoriadelaFilosofanoscondenaaseguirrecurrentementeleyendoydiciendolo mismo?CulessonloslmitesdetransgresinpolticaquelaHistoriadelaFilosofa permite y/o no permite cruzar? Historia de la filosofa y accin poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 8 Lo que aqu planteamos es trazar un gesto, por as decir, autocrtico: una reflexin sobre la Historia de la Filosofa misma, sobre su legitimidad y tarea polticas. En ese sentido, se pretende atender tambin a la materia general del Congreso, intentando hacernos cargo de un destacadoypersistenteretofilosficoenelsigloXXI,despusdeltensodebatedela postmodernidad:elproblemadellmitequelaFilosofaencuentracuandodialogaconsu propia tradicin, en especial los dilemas polticos que envuelven a ese dilogo, y en los que se hacen patentes los confines y aporas del crculo hermenutico del historiador y del filsofo, ese crculo del comprender que adems, con M. Heidegger, Gadamer y Vattimo, acontece comouncrculoontolgicoy,correspondientemente,polticoelucidarprecisamenteesa correspondenciayesaproblematicidaddelavinculacinentreontologa,historia (temporalidad) y poltica es uno de los propsitos vertebradores de estas pginas. Se trata de volver sobre una cuestin que desde el siglo XIX es cada vez ms destacada y quehallegadoenlasltimasdcadasaunpuntolgido:quhacerenlapoca contemporneaconlahistoriadelpensamiento?Interrogantesurgidoantelapatenciadel dursimo balance que el pensamiento reciente ha hecho de los veinticinco siglos de filosofa, culturaycivilizacinquenospreceden.Eslaproblemticaquelleva Th. AdornoyM. HorkheimerahablardeladialcticadelaIlustracin,yqueenelmarcoactualdel capitalismo mundial integrado (F. Guattari, E. Alliez) se nos enfrenta en forma de apora: cmo salir de una realidad sociopoltica hostil sin recaer en ella e incluso reafirmarla conmsfuerza?Este dilemaafectadellenoalaHistoriadelaFilosofa,quesiemprese construye en dilogo con los textos del pasado, y que por tanto ha de equilibrar sus fuerzas en una tensin entre lo ya dicho y lo que queda por decir. Gadamer era perfectamente consciente de aquella tensin limitante, y de hecho sus ms clebres conceptos (fusin de horizontes, historia efectual, pertenencia, aplicacin, crculo de la comprensin, etc.) se nutren de ese trance. Si bien para el autor de Wahrheit undMethodenohayunmsallepistemolgiconimetafsicoconrespectoalcrculo hermenutico y sus anticipaciones, Gadamer no renuncia a la posibilidad ni a la necesidad de un criterio normativo ontolgico en el interior del crculo. Un criterio muy complejo, con lacontrovertidaconciliacindecaracteresheideggerianos(historicidaddelcomprender; verdad como aletheia) y hegelianos (al cabo, se trata de Mnemosyne), y sobre todo con el hndicap (reiteradamente denegado por Gadamer) de cargar en sus espaldas con una sospecha poltica denunciada desde la orilla de los distintos enfoques que han abundado en la dura crtica al humanismo occidental (postestructuralismo, teora crtica, e incluso antecedentes de la corriente hermenutica como Heidegger y Nietzsche). Aspues,enelmarcodenuestrassociedadesdecapitalismomundialintegrado,qu significarlapertenenciahermenutica?PuedeodebelaHistoriadelaFilosofasalirdelcrculodecomprensinhistricaytomardistanciasconrespectoalpuro reencuentro con las voces del pasado? Caben la crtica, la accin poltica y la subversin dentrodelcrculohermenutico,yportanto,dentrodeldilogoqueeslaHistoriadela Filosofa? De qu manera? Ser provechoso, creemos, por tanto, presentar todas estas complejsimas preguntas-tareas en dilogo con la ontologa hermenutica. Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 9 La ontologa hermenutica y la temporalidad Hastatalpuntolareddenexoshermenuticosesamplia,yhastatalpuntoelplexo hermenutico es adems cualitativamente significativo a la hora de abordar el pensamiento actual, que ya a finales de los ochenta Gianni Vattimo declar1 que la hermenutica vendra a ser la nueva lengua comn o koin no solo de la filosofa contempornea sino tambin de la culturadenuestrotiempo,enconcretodelasdcadasdelosochentaydelosnoventa (Vattimo, 1991; y 1995, 37). Pero Vattimo se apresur, asimismo, a subrayar la necesidad de hacerunalecturaprudenteycrticadeaquellacondicindekoinquelatribuyeala hermenutica. Y en este sentido, la advertencia de Vattimo no puede ser ms oportuna, al insistirenlaindeterminacinylaambigedad,enelsentidovagoydemasiado genricoodesledo,enlaciertaimpresindevacuidadqueafectanalakoin hermenutica2. El precio de la omnipresencia de nexos hermenuticos, o incluso, si se quiere, elpreciodelarecurrenteoperacinurbanizadoraadoptandolaclebremetfora habermasianaenelcampodelahermenuticaestalvezeldelatrivializacindelsello propiamentehermenutico3,oalmenoselcosteeseldeunapatenteconversindela hermenuticaenunalenguanoyacomn,sinodispersa,enelsentidodequesetorna ambigua, borrosa, confusa.Ahora bien, el autntico y profundo problema derivado del carcter a la par confuso y rico de la koin hermenutica aparece, pese a todo, cuandosequierepensarhermenuticamente y/ointervenirconunaorientacinypraxishermenuticas.Aesenivelesdonderesulta determinante hilar muy fino. Lapreguntaqusignificapensarhermenuticamente?tieneunarelacinmuy interesante con la pregunta Washeisstdenken?, que Heidegger aborda en 1954. Merece la penaprestaratencinaestasealadarelacin.Heideggerseplantetansealada interrogacinenelcontextodelaKehre:lasuyapropiayladelpensaroccidental.La cuestin es qu significa pensar despus de la metafsica, despus de un pensamiento onto-teo-lgico que no ha pensado el ser. Qu significa, pues, pensar por primera vez el ser, pero esto tambin quiere decir: pensar antes del nacimiento de la metafsica. Aquel antes y este por primera vez se imbrican y son fundamentales en lo que se refiere al Ur-sprung y al retorno al pensar originario, que a su vez no pueden entenderse sin las tambin complejas nocionesheideggerianasdeEreignisyGelassenheit,unaesperaountodava ontolgicos(nonticos,niteolgicos,niportantotampocometafsicos)quetambinse integran en el controvertido gesto de la temporalidad heideggeriana. Qu significa ese pensar despus-antes-todava 4? No daremos cuenta de esta cuestin, aqu inabarcable, pero s iremos de su mano, en la medida en que nos sale al encuentro, justo en el momento en que tomamos conciencia, con Vattimo,dequelahermenuticadeberedefinirsedemaneramscoherenteyrigurosa, 1 El clebre texto a tal respecto es su ensayo Hermenutica: nueva koin, traducido al castellano en su obra tica de la interpretacin (1991, 55-72). 2 Vattimo, 1991 y 1995: en diferentes pginas, de modo reiterativo ciertamente es ste un problema que ha preocupado recurrentemente al filsofo italiano. 3 Y de su impronta filosfica: justamente ello es lo que preocupa a Vattimo: la hermenutica de hoy en da se presenta como demasiado poco caracterizada filosficamente, y por eso puede parecer tan aceptable, urbana e inocua (Vattimo, 1995, 38; cf. tambin Ibd., p. 41.) 4 Cf. p. ej. Protocolo de un seminario sobre la conferencia Tiempo y ser (Heidegger, 2011, 55-94). Historia de la filosofa y accin poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 10 siendo ciertamente necesario responder a las exigencias que su nueva condicin de koin le plantea5,antetododecaraapoderpensarhermenuticamente,apoderelaboraruna intervencin hermenutica. Para Heidegger, uno de los grandes filsofos de la hermenutica, pensar (aquel pensar despus-antes-todava)significapensarelser.ElpensamientoesDenkendesSeins.En unaspginassobradamenteconocidas,Heidegger(2006,12-16,ascomolaspp.90-91) apunta todo ello, apelando adems, de modo decisivo, a la mutua imbricacin de genitivos (subjetivo y objetivo, siempre a la vez, en juego ontolgico recproco6) presente cuando habla de pensar del ser, casa del ser, lenguaje del ser, verdad del ser, escucha del ser, etc. Genitivo doble que aqu destacamos en cursiva y que hay que entender a travs de la doble por decirlo de algn modo relacin entre el ser y el hombre, en cuyo nexo relacional ontolgico se juegan el pensar/decir, el lenguaje y la casa/verdad/escucha. En ese nexo se dan una relacin ontolgica de pertenencia (Zugehrigkeit,gehren) y otradeescucha(hren):pertenenciaalseryasmismoescuchadelser,peroteniendo adems en cuenta que esta ltima, la escucha, es tambin un trazar surcos, un diferenciar7: Heidegger no se refiere a la escucha, desde luego, en un sentido pasivo; por muy laborioso que resulte, e incluso por muy tenues que parezcan los surcos del pensar-escuchar, en el lenguaje del filsofo y del poeta, se consiguen abrir con paso lento (como en la labor del campesino curiosa analoga) las manifestaciones del ser. En la ventana (valga la metfora, otrora ya presentada8), donde no se puede decir que uno est dentro o fuera, ni si ah acaban o empiezan la casa y la patria, ni tampoco portantosiporeselugarserecibeosedespidealaluzyalhabitante, caemos en la cuentadequepensarsignificainterpretarenelclaro,habitarenlacomprensinyenla escucha mismas. Pensar significa pensar hermenuticamente:cf. Heidegger, 2006, 49-50, unaspginasnuclearesenlasqueseapreciamuybiendequmaneraelestatutoyla temporalidad del pensar tienencarcterhermenutico, en el sentido de que se entiende el pensarcomounatareadecomprensineinterpretacindelser,unatareaenlaquese constata la pertenencia al ser y adems su escucha-enunciacin-diferencia. Esta doble ocasin y temporalidad del acontecimiento del pensar se articula como nexo9 en el que se experimentaelhabitaryelasumirlaproximidaddelser,ahdondeelserse ofreceensumorada.Esunnexoventanaontolgico,peroprincipalmentehayque entenderlo como nexo hermenutico, que ha de responder a la pluridimensionalidad (Ibd.: 14) de la verdad del ser e interpretarlo en los dos sentidos hermenuticos del concepto de interpretacin,notanfcilmentediscerniblescomopudierasuponerse(yaloexplic magnficamente Gadamer10): a) comprender-escuchar el acontecimiento y b) ponerlo en obra, 5 Vattimo, 1991, 61 y 70 respectivamente; cf. tambin p. 38. Esto Vattimo propone lograrlo haciendo que la hermenutica retome su propia inspiracin original (Ibd.,p. 61), que para l se encuentra en la vocacin nihilista radicada en Heidegger y Nietzsche. 6 Entrelazamiento ontolgico que, huelga decir, deja atrs la distincin de la metafsica y la epistemologa tradicionales entre sujeto y objeto. 7 La teorizacin articulada de pertenencia y diferencia, en esa terminologa precisa, se la debo a la artista madrilea Nerea Ciarra Tejada. Con quien estoy en condicin de incuantificable agradecimiento. 8 Cf. Hernndez Nieto, 2013a. 9 Utilizo repetidamente esta palabra, que empleo en sentido ontolgico, en dilogo crtico con aquel otro gran hermeneuta, W. Dilthey, que usaba Zusammenhang con vocacin epistemolgica. 10Nosolamenteensupresentacinprogramticadelacomprensinhermenuticacomoaplicacin (Gadamer, 2003, 370 y ss.), sino de un modo especialmente notorio en su teora de la experiencia esttica como experienciahermenutica,enlaquelaobradearteseentiendecomorepresentacin,involucrandolas Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 11 representarlo,enelsentidodellevarloaejecucin,hacerleacontecer,dejarlehablary silenciar. Esto supone poner sobre la mesa una senda fundamental, definitiva y definitoria para la hermenutica filosfica en prcticamente la totalidad del plexo hermenutico (y sus temas y autores):ladelproblemadelacomprensin-interpretacin,yeltpicohermenuticopor antonomasiadelcrculodelacomprensinocrculohermenutico.Pensar hermenuticamenteconsiste,sinduda,enhacersecargodeestaagudaproblemtica,tan caracterstica de las racionalidades hermenuticas, y tan extraa e incluso insustancial para otros modelos de racionalidad. La plurivocidad que acontece en la escucha del ser y en su comprensininterpretacin danlugaraunasdelasclavesquepersiguenuestrainvestigacindoctoral:pensar hermenuticamente significa comprender (verstehen), y significa asumir el problema (muy complejo, y de diversas facetas, que aqu no ha lugar a su presentacin) a nivel ontolgico y poltico de que el ser es interpretacin, y de que ser es interpretar; un problema que no solo aparece a nivel terico, sino que es ante todo un reto prxico muy complejo (planteado, v. gr., a su manera, por Gadamer, 2002:118;odemodomsclsicoypese a ello, an por re-escuchar,porpartedeltnlgetaipollachs de la ontologa aristotlica: Met.,IV, 2, 1003a 33 1005a 18). El acontecer hermenutico del ser se da en el ahaltheiade los lenguajes del ser, en los cuales el decir permanece puro en el elemento de la verdad del ser y dejaquereinelosimpledesusmltiplesdimensiones(Heidegger,2006,14).Elpensar circulaporlaventana:sereconoceensucalidaddepertenecientealhogaryalafuera-diferencia del hogar. Latareaeslacomprensindelavozpluraldelser. Yenconsecuencia,latareaesla interpretacin.Nohayhechos,sinoslo interpretaciones11,peroestasltimas(ytanto mejor que as sean, que se trate solo de interpretaciones; e incluso que esto mismo sea una interpretacin12unaformadeproximidadovecindadconelser,dichoahoraen terminologa heideggeriana; una aproximacin ontolgica), tales interpretaciones, decimos, constituyenademsnuestrapraxis,yahresideprecisamentelagravedad,bellezay honestidad del problema hermenutico. La historia, Geschick: I) El peso del envo Todo esto (que, en sus bases, habra de ser fundamentado con mucha mayor amplitud), todo lo dicho no ha sido sino para arribar al punto de que pensar hermenuticamente, e incluso pensar (en este momento, en nuestra poca, y acaso se puede decir, con Vattimo: despus de Nietzsche y Heidegger) significan hacerse cargo del reto que supone una ontologa de la interpretacin. Ahora bien, este problema no hay que esperarlo, como se espera la llegada de un viajero en una estacin. Este agudo problema ya nos ha llegado; o al menos en una de sus formas de nociones de juego, mediacin total, ejecucin, etc. (vase todo segundo subapartado de la primera parte de Verdad y mtodo, titulado La Ontologa de la obra de arte y su significado hermenutico: Ibd., pp. 143-222; as como tambin Gadamer, 1998b, 302-302; y Gadamer, 2002, 89 y ss.) 11ClebretesisdeNietzsche,tanimportantesiempreparaVattimo,quelareanudaensupropuesta hermenutica. Cf. Vattimo, 1990, 117, donde Vattimo se remite a los fragmentos pstumos de Nietzsche, en concreto al fragmento 7 [60] (segn la edicin Colli-Montinari, seguida por el filsofo italiano, y en concreto lo refiere al volumen VIII, tomo 1, y p. 299). 12 Vattimo, loc. cit. En este caso, Vattimo remite al aforismo nietzscheano nmero 22 de Ms all del bien y del mal. Historia de la filosofa y accin poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 12 presentacin ya se ha convertido en uno de los problemas filosficos por antonomasia. Es el problema de la historia, y de su legado; el problema de cargar con el peso del pasado, acaso ese grteSchwergewichtdel que hablaba Nietzsche en su clebre aforismo 341 de La gayaciencia;asunto ste en el que la cuestin del crculo hermenutico del ser-interpretar presentaunadesuscarasmsinteresantesparanosotros.Veamosenquconsistela problemtica. En el crculo hermenutico del ser-interpretacin,la dimensin proyectiva o de sntesis de futuribles (como filosofa de la historia) est imbricada con su dimensin yecta o de sntesisdememorables(comohistoria).Estosuponequelatpicadepensar hermenuticamente, tratada en las pginas precedentes, si la desarrollamos a travs del tema de la temporalidad y de la historia, nos ofrecer una concepcin de la historia que poco tiene queverconelmodotradicionaldeunatemporalidadentendidalinealmente,yuna historiografa entendida positivista y/o historicistamente (a la manera ilustrada, al cabo, como mostr Gadamer, 2003, 338-344), as como tambin se alejar de una concepcin del devenir absoluto de los tiempos entendido como progreso de la civilizacin y/o del espritu, la razn, etc.. Dice Gadamer, en una de esas magnficas premisas a las que nos ha acostumbrado, que hermenuticaeselartededejarquealgovuelvaahablar(Gadamer, 1998b, 259, la cursiva es nuestra). Bajoestadefinicinampliapodrallegaradecirsequelafilosofanotieneotra metodologaquelaaqullamadahermenutica,yqueelpensarnotieneotraformade hilvanarse que justamente en esa relacin circular segn la cual la voz del filsofo se teje en la urdimbre de la escucha de las voces del pasado.Pensar es dialogar con el pensamiento y continuar una conversacinhace mucho tiempo iniciada en la Grecia presocrtica (Gadamer, 2006: 114). De manera que el pensar crece dentro de un hbitat que viene ya dado, aunque no se trate de un estado de cosas inmutable, saturado, que en s mismo se reproduzca y traiga al presente siempre de la misma manera (si es que tal estado de idealidad de la cosa es incluso posible, como pretenden sostener las epistemologas fuertes tradicionales), sino que ese hbitat de conceptos, teoras, preguntas y posicionamientos tiene que actualizarse en cada conversacin, y en suma, en cada acto de interpretacin13. Asentendido,elpensamientosellevaacaboapartirdelaproveniencia,cuandono podamosdeciryendomslejosque,incluso,elpensamientoesunaformade proveniencia.Vattimo(cf.1995)havistoenelloelcaminocerterodelahermenutica, exprimiendo al mximo tanto la concepcin heideggeriana de la historia del ser cuanto la tesis nietzscheana de no hay hechos, sino solo interpretaciones. Toda interpretacin y todo pensarsonentendidoscomorespuestasaunaapelacinquehablaeneldestinarquese oculta a s mismo, en el Se da el ser (Heidegger, 2011, 37). En efecto, lo peculiar del ser, aquello a donde pertenece y en donde permanece retenido, se muestra en el Se da y en el dar de ste como destinar (loc.cit.). La circularidad del crculo hermenutico nos permite tener en cuenta la necesaria pertenencia a este destinar, el ineludible prs hn del interpretar, aquel doble genitivo ontolgico (hermenutico) que vimos antes a propsito de la Cartasobreel humanismo.Pertenecemosalainterpretacin.Ennuestrasacciones,interpretacionesy ofrecimientos participa por decirlo de alguna manera lo que nos es dado (tanto igual o ms que nuestra propia accin subjetiva que da). Como bien apunta Heidegger, al comienzo del pensar occidental es pensado el ser, mas no el Se da como tal. ste se retira a favor del 13 Vulvase supra sobre la nota al pie n 10 y el contexto al que anotaba. Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 13 don, que Se da (Ibd.,35). Pues bien, ese pensar el se da, que quedaba pendiente de ser abordado,esprecisamentelatareadelahermenutica,eslaracionalidaddelcrculo hermenutico. Pertenecemos a la historia (del ser), se nos da la historia, o mejor dicho, sus voces, sus interpretaciones. De modo que se vuelve apremiante la pregunta siguiente: qu significaenfilosofadejarquealgovuelvaahablar? Qu significa el dilogo filosfico con el pasado? Lo que satisface a nuestra conciencia histrica dijo tambin Gadamer es siempre unapluralidaddevocesenlascualesresuenaelpasado.stesloapareceenla multiplicidaddedichasvoces(2003,353,cursivama).Puesbien,enquconsiste escucharlasvocesdelpasadoenfilosofa? Se puede identificar acaso lo que dicen esas voces, o nuestros odos son ya un filtro cuya traduccin desvirta el mensaje original? Pero, hay algo as como un mensaje original en esas voces? Son las voces del pasado o las voces de nuestro pasado tal y como nos pesan a quienes las escuchamos?Yademsseuneaestouncomponente poltico especialmente caro a Gadamer,y llo sabe y le planta cara a su manera,con la rehabilitacin del pensar de la tradicin:Ibd.,20-21.Sicomprenderlasvocesdelpasadotienequeverconnuestropoderser(ySein und Zeit de Heidegger dedica algunas de sus pginas centrales a tamaa relacin), entonces la cuestindelaescuchadelahistoriadelpensamientohadequedarunidaaladela construccin de nuestro futuro, y el problema que en un principio se nos podra antojar como sola y limpiamente una cuestin de historia o incluso historiografa, se convierte por tanto en un vivo problema de filosofa de la historia, de ontologa y de poltica: hacer sonar la voz que queremos que suene no solo hoy, sino tambin maana, y pasado maana.Lapreguntanecesariapasaaserentonces:quhacerhoyconlasvocesdelpasado? Pueden y deben decir algo para la actualidad? Son voces que ciertamente nos hablan. Pero: cul es su derecho o legitimidad a hacerlo en el estado de cosas actual? Cules deben ser elegidas y prolongadas, y cules, por su parte, acalladas? Segn Sloterdijk, la historia de la filosofa occidental ha de entenderse con una metfora que resulta extraordinariamente lcida, y muy fructfera para nuestra investigacin doctoral. Es la metfora, en realidad acuada por el literato J ean Paul, de los envosepistolaresentre amigosdelhumanismo.LahistoriadeOccidenteeslahistoriadelhumanismo,yesto tambin significa que es la historia de un envo de cartas filosfico poltico, se en el que Gadameradviertelahuelladelesprituylaoportunidadderecrearnosenl;oenelque Platn adverta la oportunidad de hacernos con los estribos del carro en las llanuras del ser; o en el que Kant resuelve los postulados de la razn prctica para otorgar al ser humano unos ideales regulativos de la accin que estn a la altura de la dignidad que est por germinar en sus disposiciones naturales; etc. Pero segn Sloterdijk, el tema latente del humanismo, tal y como leemos en su ensayo, no es sino la domesticacin del hombre; y su tesis latente es exactamente sta: las lecturas adecuadas amansan (Sloterdijk, 2011, 202). En nombre del progresodelarazn,ydelbelloyautocomplacienteepistolariofilosfico-polticodelos amigosdelhumanismo,tansolosepuedeacometerajuiciodeSloterdijkunatarea zoopoltica (Ibd., 217, entre otros muchos lugares). De modo que esta condicin histrico-destinal, esta historia de los envos, a la que en curiosa coincidencia Vattimo tambin se ha referido (haciendo de ello un enclave muy importante de su produccin filosfica, al que sesuele referirjugandoenalemnconlostrminosgeschicklich,Geschick,geschichtlich, Geschichte[cf.Vattimo,2002,237],retomandodesdeluegoaHeidegger),llegahasta nosotros en el siglo XXI con el siguiente lgubre olor a obsoleto14: 14 Conviene hacer lectura paralela de ese pasaje de Sloterdijk con el de Blumenberg, 2000, 19. Historia de la filosofa y accin poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 14 Lo que nos ha quedado en el lugar de los sabios son sus escritos en su spero brillo y su creciente oscuridad;todavasenosofrecenenedicionesmsomenosaccesibles,ytodavapodramos leerlos si tan slo supiramos por qu deberamos abrir sus pginas. Su destino consiste en ocupar silenciosasestanteras, igual que las cartas en la lista de correos que nadie recoge ya copias o espejismos de una sabidura en la que ya no conseguimos creer los contemporneos, remitidas por autores de los que no sabemos si todava pueden ser nuestros amigos. Lasmisivasque ya no son entregadas dejan de ser envos a posibles amigos: se convierten en objetos archivados () sumidos en el silencio gris de los archivos (Sloterdijk, 2011, 220; cursivas nuestras). El contexto de la tesis de Sloterdijk es bien conocido: el de la afectacin an por la onda expansiva de las zozobrantes experiencias polticas de los ltimos siglos, y tras el sesmo que enlavidaintelectualhaprovocadoelfindelosgrandesrelatos(enclebreexpresinde Lyotard) y de la metafsica, fin en el que fue una pieza clave la recepcin de las filosofas de Heidegger y de Nietzsche. La tradicin de la cultura occidental sufre en las ltimas dcadas durasamonestaciones,bajolaclavedelecturadelaincesanteautodestruccindela Ilustracin (Horkheimer y Adorno, 2005, 52, cursiva nuestra), de tal manera que la tela de araa de la dominacin ha llegado a ser la tela de araa de la razn misma, y esta sociedad est fatalmente enredada en ella (Marcuse, 2008, 196). Segnestastesislasvocesdelpasadoparecequesolopuedensergritos,alientoso huracanes atroces que, bajo el rostro de progreso cientfico-tcnico, dejan a su paso crudas relaciones de dominio (la ya muy rescatada interpretacin benjaminiana de la acuarela de P. Klee suele ser paradigmtica de este tipo de discursos).Endefinitiva,laincertidumbre,oalmenosymsbienunadelasgrandes incertidumbresquenostocapensar,despusdeNietzscheyHeidegger,puedequedar enunciada de la siguiente manera: qu hacer con ese pasado hostil? Cmo escuchar hoy las voces del pasado, cmo escucharlas despus de haber desenmascarado en ellas ciertos cantos aciagos y violentos15? O tal vez no merecen volver a escucharse jams? Sea como fuere, lo ciertoesquepertenecemosaellas.Cabereinterpretarlas?Cmointerpretarloque proviene? Cmo hacernos cargo de nuestra proveniencia? Tiene acaso sentido partir con 15 El problema no solo de la violencia en la historia, sino de la violencia dela Historia en s misma, como discurso,comodispositivodesaberydepoder,sabidoesquehasidounodelosmscaractersticosdel pensamiento contemporneo. Hay presupuestos no propiamente historiogrficos que empero la Historiografa (cierto tipo de Historiografa) puede llegar a asumir de modo no crtico, tornndose con ello profundamente violenta su labor. Se trata de presupuestos a tres niveles, al menos: i) nivel de epistemologa y teora del lenguaje (proclamacin del imperio de los hechos y de los datos; objetividad; verdad; y un lenguaje puro capaz de ganar para el sujeto la totalidad de ese reino de la objetividad; etc.); ii) nivel poltico (nexo verdad-poder; relato de vencedores relato de vencidos; utilizacin de la historia como venganza; etc.); iii) nivel de ontologa deltiempo(cuantificacinyperiodicidadartificiales;teologayteodiceadelprogreso;etc.).Es,enfin,una temtica muy amplia, que se comprende adems a la luz de todo lo que ha sido la Kulturkritik en el siglo XX, y que aqu no podemos sino esbozar/insinuar. Tuvimos ocasin de presentar oralmente la gravedad de esa cuestin en el VI Congreso Internacional organizado por AJ HIS en Salamanca, 11-13 de marzo de 2015, y que giraba en torno a Lasviolenciasylahistoria.Nuestra comunicacin se titul Violencia en la historia, violencia dela historia. La crtica a la Historia en el pensamiento postmoderno, y hemos de lamentar el hecho de que fue recibida con agresiva hostilidad y escasa inteligibilidad por cierta parte del foro de oyentes que se congreg, en su mayora formado por historiadores (estudiantes, investigadores e incluso algn profesor). Esperamos poder contar con ms ocasiones para perfilar con ms detalle una cuestin tan importante como sa. Por lo dems, remitimos a los dems trabajos ya redactados al respecto (vase Bibliografa, infra). Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 15 esa turbadora temporalidad planteadaenelestupendoperocasiextenuantepoemade MarioBenedettitituladoQuemarlasnaves,tanextensibleporciertoalsentirgeneral? Cmo escuchar el pensar del ser, el pensar del que provenimos, voces de la proveniencia que en muchos casos han domesticado el tiempo, el ser, la interpretacin, y por tanto tambin, la vida en la polis?Habrquequemarlasnavesinclusoaunquenohayamosllegadoa puerto? Tierra!, tierra! (). El peor puerto ser siempre mejor que volver a dar tumbos en esa infinitud escptica carente de esperanzas (Nietzsche, 2010, X, 129). Cmo hacer esto? Cmo proceder, si partimos del honesto crculo hermenutico16 que nos recuerda ante todolaprovenienciaopertenencia?Esacasoposiblelootroylodiferente17?Cmo puede el pensar un pensar hermenutico cambiar el mundo? La historia, Geschick: II) El envo, la interpretacin y el agradecimiento Ahorabien,quizsunamanera,digamos,derrotistaocatastrofistadeescucharla temporalidad no sea precisamente lo que corresponde al llamado (Geschick)de esta poca posterior a Nietzsche y Heidegger, ycon ellos. Escuchar las voces del pasado, tal y como conviene a lo que hemos definido ms arriba como pensar hermenuticamente, poco tiene que ver con una configuracin triunfalista o heroica de los tiempos (que es el reverso de aquel derrotismo). Ya Lyotard prefera (a nuestro parecer con muy buen tino) hablar de que la tarea es reescribir la modernidad, ms bien que acometer una epilogal (dicho sea con el adjetivo nietzscheano) posmodernidad. Hablar de posmodernidad es una forma ms de ejercer control sobre el tiempo, una forma, de hecho, muy moderna de hacerlo, teniendo en cuenta que el pensamiento moderno se teje sobre una temporalidad escatolgica del progreso. EstedetallequeapreciaLyotardconagudezaesverdaderamenterelevante.Nadams moderno que recurrir al prefijo post- y discriminar pocas en una lnea geomtrica. Por constitucin, y sin tregua, la modernidad est preada de su posmodernidad (Lyotard, 1998, 34;cf.tambinIbd.,34-37).Siiniciarotropensarexigeuncambiodetemporalidad, entonces, con l, tambin habr que acometer un cambio en laformadehacerhistoria no solo en el presente y hacia el futuro (filosofa de la historia), sino tambin hacia el pasado: en laformadehacermemoria.Elcambiodetemporalidadimpeleunareconstitucindela filosofadelahistoriaydelahistoriadelafilosofa.Enesto,entreotrascosas,vienea consistirloquevenimosdenominando,conVattimo,pensardespusdeNietzschey Heidegger. Que se contrapone, por ejemplo y estricta y literalmente as: por poner solo un ejemplo,aestamodalidaddecomprensindelpasado,enlaque,comoenelprecioso poema de Benedetti, se queman las naves: 16 Cf. Gadamer, 2006, 111 y 178-179. Tambin de Gadamer, a ese mismo respecto, cf. 2003, 376-377. 17 Dicho de otro modo: es posible pensar el ser sin referencia a la metafsica (Heidegger, 2011, 53)? El propio Heidegger atiende con un compromiso y profundidad probablemente inigualables a esa pregunta, que tambinrecorrelassiguientespalabrasdeDerrida:Inclusoenlasagresionesoenlastransgresiones,nos sostenemos con un cdigo al que la metafsica est irreductiblemente ligada, de tal suerte que cualquiergesto transgresivonosencierra,exponindonos,enelinteriordelaclausura (). Uno no se instala nunca en una transgresin, ni habita jams en otra parte. La transgresin implica que el lmite est siempre presente (). Al trminodeunciertotrabajo,elconceptomismodeexcesoodetransgresinpodraparecersospechoso (Derrida, 1976: Entrevista con H. Ronse, cursivas nuestras). Por su parte, el final de la conferencia Tiempo y ser de Heidegger (2011, 54) es una extraordinaria forma de presentar el crculo hermenutico, con su colapso y su honestidad, as como con su impeler a la accin interpretativa, al pensar, al amar o al querer (Heidegger, 2006, 16-17), a la senda ineludible para la polis del pensar la interpretacin. Historia de la filosofa y accin poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 16 Lo que redunda en beneficio de la vida humana de la observacin de los astros, de la descripcin de la Tierra, de la medida del tiempo, de las largas navegaciones (); en fin, lo que diferencia al tiempo presente de labarbarieantigua, casi todo se lo debemos a la geometra. Porque lo que debemos a la fsica ella se lo debe a la geometra. Y si los filsofos morales hubieran desempeado su oficio con parecido xito, no veo cmo el esfuerzo del hombre habra podido contribuir mejor a su felicidad en esta vida (); y el gnero humano gozara de una paz tan slida que no parece que hubiera que luchar en adelante (). Pero ahora que la guerra con las armas o con la pluma no cesa () todo eso es un signo manifiesto de que lo que han escrito hasta ahora los filsofos morales no ha servido de nada para el conocimiento de la verdad (). A esta parte de la filosofa le sucede lo mismo que a las vas pblicas por las que todos transitan y van y vienen, en las que unos se recrean y otros discuten, pero en las que no se siembra nada (Hobbes, 1999, 3; cursivas nuestras) Esta forma de comprender el vector de los tiempos es un buen ejemplo de la violencia de la onto-teo-loga; y una bella muestra de lo que, frente a ello, puede significar la premisa de pensardespusdeNietzscheyHeidegger.Porquprecisamenteellos,Nietzschey Heidegger,ynootros?ParaVattimonocabedudadequeNietzscheyHeideggerhan modificadoprofundamente,muchomsquecualquierotropensadorpresenteennuestro horizontecultural,lanocinmismadepensamiento,porlocualdespusdeellospensar asumeunsignificadodistintodelqueantestena (Vattimo, 2002, 7-8; cursivas nuestras). Cul ser ese nuevo significado? Por de pronto, sera un nuevo significado que, ante todo, tiene que ver con el paradigma del ser entendido como interpretacin(el no hay hechos, sinosolointerpretaciones,unavezms).Nohayexperienciadeverdadapunta Vattimosinocomoactointerpretativo(1995,41,cursivanuestra),enelsentidode arriesgar interpretaciones (Ibd., 43-44), de cara no a lograr que unas interpretaciones sean superiores objetivamente a otras (ese contrasentido nos devolvera a la metafsica), sino ms bien con vistas a hacer posible un marco coherente y compartible, a la espera de que otros propongan un marco alternativo ms aceptable (Ibd., 49), vale tanto decir, ms habitable. Y al cabo: ms interpretable,en beneficio de una praxis de la fraternidad. Hasta el momento apunta VattimoreformulandolafamosaTesisoncemarxianalosfilsofoshancredo describir el mundo, ahoraeselmomentodeinterpretarlo (1995, 52, cursiva nuestra18). Esto es lo que posibilita la recepcin y lectura nihilista (as llamada por Vattimo, en un sentidomuysuigenerisqueaquexcederaloslmitesexplicar)delpensamientode HeideggerydelpensamientodeNietzsche;omejordicho:lalecturaconjuntadelnexo hermenuticoNietzsche-Heidegger.Vemoslo,muybrevemente,yparaelcasoque literalmente nos ha trado hasta aqu: el caso del envo (Geschick) de las voces de la historia. Primero, fijmonos en Heidegger. Esto es, en la lectura que Vattimo hace de Heidegger para la problemtica de la historia. La clave est, dice Vattimo reinterpretando a Heidegger (y a tal respecto, esto no solo nos arrojar algo importante sobre la temtica de la historia, sino tambinenloreferidoalproblemadequsignificapensar,conelqueempezamos; recordemos una vez ms la Cartasobreelhumanismo), en no entender la proveniencia o pertenenciahermenuticacomoloigual(dasGleich),sinocomolomismo(dasSelbe), abrindose as el espacio a la diferencia y esto quiere decir: a la diferencia ontolgica que tradicionalmente ha sido olvidada por el pensamiento occidental: 18 Vase tambin, significativamente, una de sus ltimas obras publicadas: Vattimo y Zabala, 2012, 198. Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 17 DasSelbeque atraviesa la historia es el hecho de que la historia significa berlieferung, trans-misin de mensajes, Gesprch en el que cada palabra es ya siempre Entsprechung, respuesta a un Anspruch, a una apelacin que como tal es siempre tambin trascendente respecto de aquel que la recibe.SloconlareferenciaaestanocindeloMismosepuedehablar,paraHeidegger,de historia: que no es ni historia de cosas (obras, existencias individuales, firmas, con su concatenarse en la vicisitud del nacer y morir) ni evolucin hacia un telos, ni puro retorno de lo igual; sino historia de mensajes, en la cual la respuesta no agota nunca jams la apelacin, entre otras cosas, porque,dealgnmodo,dependeprecisamentedeella.Todaslasimplicacionesdeesta modelizacinhermenuticadelahistoria,sinembargo,nohansidoanesclarecidas,nipor Heidegger ni por sus intrpretes y seguidores. () En la historia como transmisin de mensajes, lo Mismo es lo no pensado que en cada anuncio se hace presente como reserva, como ese residuo de trascendenciaqueelanuncioconservarespectodetodarespuesta;esconestonodicho,no pensado, que el dilogo con el pasado se pone en contacto, porque en tanto no pensado no es nunca pasado, sino siempre porvenir (Vattimo, 2002, 244-245; cursivas nuestras). Pero este afn de porvenir y de apertura, este pathosde pensamiento de la diferencia, no pueden entenderse en Vattimo sin su dilogo con Nietzsche (Vattimo, 2001), persistente desde sus primeras obras en los aos 60-70, y simultneo a su interpretacin de Heidegger (con la quesehermana,enunenriquecimientobilateralrecurrente,NietzscheaHeideggery Heidegger a Nietzsche, por decirlo de alguna manera). En su IIIntempestiva,Nietzsche plantea que la temporalidad solo es til para la vida si se equilibra la pasin de Mnemosyne con el poder del olvido, si se equilibran por tanto las tres formas de relacionarnos con el tiempo y la historia que, bajo esos lmites y limitaciones, Nietzsche considera como viables y saludables:lasformasanticuaria,monumentalycrtica(Nietzsche,2010,IIyIII).Todas ellas, condicionadas a la experiencia de la temporalidad del eterno retorno, conforme a la cual no hay salvacin en el proceso, ni en una resurreccin, ni en un dar marcha atrs y enmendar lo ya hecho, ni tampoco en un poner la mira en un horizonte futuro que resuelva lo nunca jams hecho; en efecto, el mundo est completo y logra su fin en cualquier momento particular.Pues,qupodrandiezaosmsensearquenohayanenseadolosdiez anteriores?(Ibd.,I,49,cursivanuestra).Sealojapuesaqulaposibilidaddeuna redencin de la temporalidad con respecto al espritu de venganza que caracteriza a la temporalidad histrica de Occidente (cf. Vattimo, 1990, 110 y ss., as como 79-80), como hemosvistoenelejemplodeHobbes.InterpretandoyprosiguiendoaNietzsche,apunta atinadamente Vattimo que el hombre que siga perpetrando dicha temporalidad tradicional es el hombre que se desmorona bajo el peso de la piedra del pasado y de su fue, contra el que lavoluntadnadapuede,ysevengainfligindoseasmismoyalosdemstodotipode sufrimientos, los que constituyen la crueldad de la moral, de la religin, de la ascesis (Ibd., 111). Frente a esto, la propuesta nietzscheana se cifra en los trminos de, por una parte, saber llevar de modo justo la carga histrica del pasado, saber mirar hacia atrs y comprenderlo conforme al criterio de la temporalidad del buen temperamento (Ibd.,79-81). La carga del pasado es una piedra indigesta y enfermiza si no sirve a la vida, como memoria joven (aprciese la dificultad de semejante movimiento paradjico), como memoria equilibrada con el olvido en la proporcin justa. Pero entonces, obviamente, ah residir el colosal problema filosfico: en determinar esta justa proporcin y este criterio que delimite el sano juego con la temporalidad del pasado (en el que se concilie el recuerdo con una arquitectura de futuro). ParaNietzscheelcriterioesinmanenteeinherentealapropiasaluddelavida19:lo 19 Este criterio tambin forma parte de la ltima filosofa nietzscheana: cf. Vattimo, 1990, 128 y ss. Importa repararenlaimportanciacapitaldenoconfundirestecriterioconcualquierreivindicacinconstruidaen Historia de la filosofa y accin poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 18 importante es que si el pasado duele pueda pese a ello integrarse en la vida. No es una Aufhebung. El criterio nietzscheano es ms corporal, por decirlo de alguna manera (y sin queellosupongaeldualismoespritu-cuerpo,queprecisamenteseponeaquentelade juicio). La herida ha de curarse; no en virtud de un proceso-promesa-progreso, sino en virtud del vivir, de la salud aqu y ahora, e incluso del honesto, brioso y enrgico agradecer en la lnea de Heidegger20. Segn la fuerza plstica de cada individuo o comunidad, as se marcar el lmite en que hay que recordar/olvidar ms o menos de lo pasado, siendo siempre lo fundamental que ese pasado histrico sea asimilado y transformado ensangre (cursiva nuestra),enhorizontevital,dondesepuedadarlajovialidad,labuenaconciencia,la alegraenelactuar,laconfianzaenelfuturo, que es lo prioritario y primario (Nietzsche, 2010, I, 43-45, cursiva nuestra), habindose de evitar ante todo cualquier repliegue entregado aloens,loidentitario-racialosociopoltico,loesencial,etc.,hechossiempreen detrimento del crculo hermenutico y de la creatividad del interpretar y del agradecer. La redencin,apostilla Vattimo,sedaslocomomodificacinradicaldelmododevivirel tiempo, tal que Nietzsche no quiere simplemente la aceptacin resignada de las cosas como son; quiere un mundo en que sea posible desear el retorno eterno de lo igual (Vattimo, 1990, 112, cursiva ma; cf. 119-120). Todo ello, eso s, siempre en nombre y en favor de una praxis que cuida el ser y cuida a los seres, especialmente a quienes ms precisan nuestra solidaridad. En esto consistira el envo (Geschick) en que se traduce la tarea de pensar-interpretar hermenuticamente; una tarea de hermanos herederos (Vattimo, 1995, 150) en el cuidado del ser. se es el reto que ofrece la imponente premisa pensar despus de Nietzsche y Heidegger, y con ellos, en el afn de una labor de interpretacin (y puesta en obra) del significado mismo del interpretar, del devenir nietzscheano, de la diferencia ontolgica heideggeriana, que no pueden leerse hoy si no es como praxis que cuida a los diferentes y que renuncia al crculo vicioso de la violencia y la venganza: La memoria del ser es mantener abierto el lugar de las diferencias nticas para que algo nuevo aparezca. () La gran novedad de mi vida en estos ltimos aos es la idea de conectar el silencio del ser de Heidegger con el silencio de los vencidos de Benjamin. El ser es olvidado en la medida que hay excluidos que no tienen la palabra. Cuando se intenta escuchar al ser hay que escuchar la voz de los excluidos. Esto implica tambin la hermenutica como filosofa de la praxis. () Por estollamoamiontologahermenuticanihilista,porqueesunaontologadelserquenose afirma luminosamente como triunfal, sino que se reconoce en las esquinas, en los mrgenes. () Yo creo que incluso la idea del nihilismo como prevalencia de lo que todava no est y nos falta,eslanicaposibleontologaquenosespera,puesestinclusoalabasedecualquier interpretacin. nombredelarazaodelapurezaontolgico-poltica,algo que de hechollevaraainterpretar lapostura nietzscheana en trminos de un chorisms del que precisamente Nietzsche se aleja a toda costa con su rechazo al platonismo, en nombre ms bien de una apologa del pensamiento como baile (Nietzsche, 2004, 89-90) y como agradecimiento. 20Alpensamientoyasuspensamientos,alGedanke,perteneceelagradecimiento(Dank),textode Heidegger citado por Derrida en (2009) Carneros. El dilogo ininterrupido: entre dos infinitos, el poema [Trad. Irene Agoff]. Buenos Aires, Amorrortu; p. 25. Derrida cita el texto remitindonos en nota al pie a la obra de Heidegger (1954) Was heisst Denken?, Tubinga, Niemeyer, p. 91, y hacindose deudor de la traduccin francesa (1959) de A. Becket y G. Granel: Pars, PUF, pp. 144-145. La cita del texto de Heidegger viene precedida por una interesante sugerencia en la que Derrida subraya que tanto en latn como en francs, pensar es tambin pesar,compensar,contrabalancear,comparar,examinar.Para esto, para pensar y pesar, es preciso pues llevar (tragen, quiz), llevar en s y llevar sobre s (2009, loc. cit.). Marco Antonio HERNNDEZ NIETO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 7-21. 19 Mientras que si el ser fuera un super-ente, un macro-ente o un gran mastodonte dormido, de l no habra nada que interpretar (Vattimo, 2013, 502-503). Si hay an alguna posibilidad de que los viejos stanos de los envos se conviertan en claro(Sloterdijk,2011,220),oinclusocabradecir:sihayalgunaposibilidaddeque, quizs ahora s y ahora ms que nunca, acontezcan como Lichtung, esa posibilidad tal vez paseporrecibiresasvocesdespusdeNietzscheyHeidegger:enlapocayclavede lectura que ellos mismos, como tan brillantemente muestra Vattimo, hacen posible. Para no tenerquequemarlasnaves(nilosenvos)decualquiertiempo,nideltiempo,puesel tiempo es don (Gabe). PensardespusdeNietzscheyHeidegger(ynosolodespus,sinoconellos) significa pensar hermenuticamente; y esto es: significa otra forma de pensar, y por ende otro tipo de praxis. Vattimo lo ha llamado, en los ltimos aos, comunismo hermenutico. Pero la mostracin de tan espectacular21 lectura y recepcin del nexo Nietzsche-Heidegger es el centro de nuestra investigacin doctoral, y no hay aqu ya lugar sino nicamente para darlo a conocer, y remitirnos a la ocasin de otros trabajos, ya realizados o an venideros. Bibliografa Derrida, J . (1976), Posiciones [Trad. de M. Arranz]. Valencia, Pre-Textos. Daz Burillo, Vicente J ess y Hernndez Nieto, Marco Antonio (2013), Europa: memoria estril?, en Eurisaces Editora: Ensayos: Historia y hermenutica (ubicado en la pgina web delaEditora:http://www.eurisaces.com/colaboraciones/inicio/26/entrada/130.Disponible desde mayo de 2013; URL actualizado a fecha 15 de marzo de 2015). (2015),ElnonleganturdePars,sigloXIII.Leer,ointerpretar(con)textos?,en Eurisaces Editora: Ensayos: Historia y hermenutica (ubicado en la pgina web de la Editora: http://www.eurisaces.com/colaboraciones/inicio/26/entrada/274. Disponible desde febrero de 2015; URL actualizado a fecha de 15 de marzo de 2015). Gadamer, H.-G. 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Vctor PRAMO VALERO Universitat de Valncia El objetivo del presente trabajo consiste en averiguar si las ciencias polticas son o pueden ser ciencias humanas o si, como en la actualidad se ha tendido a considerar, son ciencias cuyo modelodeconocimientodebeimitaraldelascienciasnaturales.Nosbasaremosenla aportacin realizada por uno de los filsofos ms influyentes del siglo XX: H.-G. Gadamer, quien desarroll una hermenutica de carcter filosfico a partir de la cual ha realizado, en obras posteriores a Wahrheit und Methode (1960), una crtica al positivismo y al historicismo, dos corrientes de pensamientos que han predominado en la filosofa del siglo XX y que nos han provisto de una imagen de las ciencias y el saber en general muy distinto al que nos haba brindado la tradicin del humanismo pero tambin a la antigua filosofa griega platnica y aristotlica. Ambas referencias sirven como punto de partida de la recuperacin gadameriana del modelo de saber prctico (donde se incluye el saber moral y el saber poltico) como modelodeconocimientocientficoparalascienciashumanasactuales.J untoaGadamer, defenderemos la cercana del saber moral y el saber poltico a dichas ciencias humanas. Las ciencias polticas, son ciencias humanas? Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 24 Introduccin Enlafilosofaantigualapolticaeraconcebidacomounaactividaddelaquepodan participarsloalgunosdelosindividuosquevivanenlapolis:losquedisponandela condicindeciudadano.Polticoeraaquelquepodaparticiparactivamenteenla construccin de la poltica. El trmino poltica hace referencia en griego tambin al saber que se ocupa de eso en lo que participan activamente slo los que gozan de la condicin de ciudadanos.LapolticaeraparaAristtelesunafilosofaprctica,dentrodelacualse encontrabanotrossaberesprcticoscomolaeconoma1.J untoalaticaylaretrica,la poltica y la economa eran las principales filosofa prcticas. El logos (razn) de la poltica era por tanto un logos prctico (razn prctica), tal y como ha mostrado Gadamer2. En la Modernidad hay una transformacin fundamental del saber poltico cuyo inicio suele situarse en la obra de Maquiavelo. Antes que Maquiavelo haba habido otros pensadores heterodoxos con respecto a la tradicin teolgico-poltica iniciada por San Agustn en su obra magna De civitateDei. En efecto, pensadores como Marsilio de Padua en Sobre el poder del imperio y del Papa haban iniciado ya un cambio en el modo de comprender los fundamentos del saber poltico. Pero sin duda en Maquiavelo encontramos una nueva visin del saber poltico y una nueva visin del quehacer poltico mismo. Uno y otro aspecto estn relacionados ntimamente en el pensamiento de Maquiavelo. Puede decirse que el pensador italiano configura una nueva visindeestesaberyqueesenldondecobraelgradodecientificidadquehaido adquiriendo de forma exponencial hasta nuestros das.El objetivo del presente trabajo consiste en realizar una investigacin sobre la naturaleza delascienciaspolticastalycomoestnconfiguradasenlaactualidad.Elloimplica preguntarse por la influencia que han recibido de las ciencias naturales, del mtodo empleado por stas e incluso del modo en que presentan los resultados de las investigaciones. Para ello, no nos remontaremos a la tradicin de pensamiento poltico inaugurada por Maquiavelo y otros pensadores modernos que han determinado el camino que ha seguido el saber poltico hasta la actualidad, sino a otra perspectiva que, en el siglo XX, se ha consolidado como una posicin crtica contra el positivismo que algunos pensadores han fundamentado precisamente enlacienciapolticadeMaquiavelo.Nosreferimosalaperspectivaquehaabiertola hermenuticafilosficaenelcampodelareflexinsobrelanaturalezadelasciencias humanasy,enparticular,sobrelanaturalezadelsabermoralypoltico.H.-G.Gadamer estudio la tica y de la esencia del saber moral en el pensamiento griego clsico desde los inicios de su trayectoria intelectual. Uno de sus primeros trabajos de investigacin que han tenidogranimpactoensupropiopensamientoestabadedicadoalaticadialcticade Platn3.Posteriormente,enVerdadymtodo,recuperarelmodelodeconocimientodel saber moral y del saber prctico en general (que incluye el saber poltico o la ciencia poltica) en Verdadymtodo como modelo hermenutico de conocimiento. Nos proponemos estudiar la naturaleza de la ciencias polticas desde la perspectiva que nos proporciona la hermenutica filosfica de Gadamer, que considera que el mtodo de las ciencias naturales y experimentales no es el nico y ni el ms adecuado acceso a la verdad. La hermenutica no es un mtodo, peropretendeaccederalaverdad.Nonecesitaserunmtodoparaaccederaella,como 1 Aristteles, Poltica, Gredos, Madrid, 1995. 2 Gadamer, Hans-Georg, Problemas de la razn prctica, en VerdadymtodoII, trad. de M. Olasagasti, Sgueme, Salamanca, 2005, pp. 309 y ss. 3 El estudio gadameriano de la filosofa de Platn se mantendr hasta el final de su trayectoria intelectual. Cf. Gadamer, Hans-Georg, Plato's Parmenides and Its Influence, Dionysius, Vol. VII (1983): pp. 3-16. Vctor PRAMO VALERO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 25 tampoco lo es la obra de arte. La interpretacin no es simplemente un mtodo con el que acceder a la verdad. Es algo ms, si bien sirve para acceder a la verdad. La interpretacin ha sidoconsideradapor W.Diltheyelmtodoconelquelascienciashumanasaccedenala verdad. Sin embargo, Gadamer piensa que no hay que comprender la interpretacin como un mtodo cientfico. Piensa que la interpretacin es algo ms fundamental, y que no por no ser un mtodo dejar de tener acceso a la verdad. Las ciencias del espritu o ciencias humanas (en alemn,Geisteswissenschaften)nonecesitanfundamentarsuaccesoalaverdadenun mtodo. 1. Gadamer y la fundamentacin de las ciencias humanas Gadamer no confunde enmodo alguno el concepto de ciencia con el de tcnica. Tiene presente que existe una clara distincin entre ambos. Su visin de la ciencia de expone a partir desureflexingeneralsobreelpapelquehajugadolareflexinsobrelametodologa cientfica en la hermenutica de Dilthey. Este ltimo autor, ms conocido por su filosofa de la vida-queinfluydeformadecisivaenHeidegger-elaborunaconcepcindelmtodo cientficoydeladivisinqueexisteentrelasreascientficassegnsusobjetosde conocimiento, mtodos empleados y resultados que se alcanzan que, a pesar de la originalidad y descubrimientos realizados, qued relegada a un segundo plano debido a la escisin interna que se produjo en su pensamiento debido al surgimiento en l de un conjunto de aporas que procedandenohaberpodidoevitarlainfluenciadelcartesianismoepistemolgico, doctrina a la que pretenda superar. Diltheyestabainfluidoporlaescuelahistricacontrapuestaalafilosofaidealista,as como por las distintas escuelas neokantianas que surgieron durante el siglo XIX. No obstante, tantoelhistoricismo-queGadamercritica-comoelneokantismorelegaronaunsegundo plano las aportaciones de Dilthey. Gadamer trata de recuperar la aportacin de Dilthey a la hermenutica,nosinmostrarlasaporasalasquenoshemosreferido.Adiferenciadel pensamientopredominanteduranteprincipiosdesigloXXenmateriadefilosofadela cienciayepistemologa,GadamerconsideraaDiltheyunprecursordelahermenutica filosfica, aunque ello no es suficiente razn para no criticar su pensamiento. Gadamer ve en Dilthey a un precursor de su propia labor como hermeneuta. El intento de fundamentacin epistemolgica en Dilthey es uno de los que Gadamer se propone retomar, pero quiere hacerlo desde un nuevo planteamiento, que no es ya epistemolgico sino hermenutico. El final del captulo de Verdadymtodo dedicado a Diltheynos da las claves para interpretar esta tarea que Gadamer considera imprescindible y sobre la que tiene su propio punto de vista. Piensa queparallevarlaacaboserequieredesprendersedelospresupuestosepistemolgicos cartesianos que siguen latiendo en la filosofa de Dilthey: El conocimiento de las ciencias del espritu4 no es el de las ciencias inductivas [es decir, las ciencias queemplean una determinadaversin delmtodoinductivo,comoelmtodo hipottico-deductivo], sinoqueposeeunaobjetividadmuydistintayseadquieretambindeformamuydistinta.La fundamentacin ditheyana de las ciencias del espritu en la filosofa de la vida, as como su crtica a tododogmatismo,incluidoelempirista,habaintentadohacervalerprecisamenteesto.Peroel cartesianismo epistemolgico, al que no logra escapar, acaba siendo el ms fuerte, y la historicidad de la experienciahistricanollegaaserrealmentedeterminante.ADiltheynolepasinadvertidala significacinquetienelaexperienciavitaltantoindividualcomogeneralparaelconocimiento 4Enlaactualidadeltrminociencias del espritu hacadoen desuso.Seempleaeltrminociencias humanas. Las ciencias polticas, son ciencias humanas? Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 26 espiritual-cientfico; pero ni lo uno ni lo otro alcanza en l ms que una determinacin privativa. Son induccin ametdica e incapaz de verificacin5. Gadamer pone de manifiesto su propia visin del problema al que se enfrenta Dilthey y quenolograresolver.Dejaverenestaslneasquenohaymododefundamentarel conocimientoqueobtienenlascienciasdelesprituporlavaquehabaseguidoel neokantismo;asaber,elcartesianismoepistemolgico.Enefecto,Kantyelneokantisimo haba mantenido esta lnea epistmica. Kant lo haba empleado para las ciencias naturales y la matemtica, lo cual Gadamer no cuestiona. Lo que s cuestiona es que se haya tomado el mismo camino para fundamentar el conocimiento que alcanzan las ciencias humanas como la historia o la filologa. Dilthey haba tratado de prescindir del cartesianismo epistemolgico al elaborarunafilosofadelavidaenquefundamentarelconocimientocientfico-espiritual, pero no logr conseguirlo. Por eso Gadamer piensa que dicha fundamentacin, en el caso especfico de las ciencias humanas, no puede realizarse como Kant lo haba hecho con las ciencias naturales y la matemtica. Dilthey se propona realiza una de las aportaciones ms importantes de la filosofa del siglo XIX al tratar de realizar con las ciencias humanas lo que Kant hizo en la Crtica de la razn pura con las ciencias naturales y la matemtica. Gadamer hapuestodemanifiestolaimposibilidaddellevaracaboenelmbitodelateoradel conocimientounafundamentacindelascienciashumanas.Sololahermenutica,quese desprende de los propuestos de la teora del conocimiento moderna, puede acometer una labor semejante. Algunos autores como Rorty han visto en Gadamer una culminacin de la labor iniciada por Heidegger, esto es, de la crtica de la hermenutica a la teora del conocimiento. Rorty ha mostrado la validez de la hermenutica filosfica como una disciplina que no se oponealateoradelconocimiento,sinoqueemanadespusdehaberabandonado completamente al teora del conocimiento6. EnloscaptulosdeVerdadymtodoposterioresalaexposicindelasaporasenel pensamientodeDilthey,Gadamerproponeunafundamentacinhermenuticadel conocimiento cientfico-espiritual desde un desde un enfoque distinto al de Dilthey, libre de las aporas producidas por el remanente del cartesianismo epistemolgico. Es precisamente el concepto mencionado hacia el final del prrafo citado ms arriba el que sirve como punto de partida de la fundamentacin hermenutica: la historicidad de la experiencia histrica. El problema reside en cmo es posible la objetividad en las ciencias humanas, dado que es una objetividad diferente de la que logran las ciencias naturales y abstractas. Gadamer lo dice alcomienzodelfragmentocitado.Esaobjetividadnopuedefundamentarsesinoenla historicidad de la experiencia histrica, en la experiencia vivida, tanto la individual como la general. La escisin interna en la fundamentacin diltheyana de las ciencias del espritu (es decir, de la objetividad del conocimiento que alcanzan las ciencias del espritu) se produjo al tratar de realizar una fundamentacin distinta a la del neokantismo -que haba credo poder realizar conlascienciashumanasexactamentelomismoqueKanthabahechoconlasciencias naturalesylamatemtica-partiendodelospresupuestosfilosficosenquesebasabael neokantismo. Gadamer cree que esto se debea que Dilthey se mantiene dentro del marco del pensamientometdicodelacienciamoderna7yqueporellolatareaqueurgeala 5 Gadamer, Hans-Georg, Verdadymtodo, trad. de A. Agut y R. de Agapito, Sgueme, Salamanca, 1977,p. 304 6 Rorty, Richard, La filosofa y el espejo de la naturaleza, Ctedra, Madrid, 2012, p. 315 7 Gadamer, Verdad y mtodo, ed. cit., p. 304. Vctor PRAMO VALERO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 27 hermenutica filosfica -y que se deja ver en el ttulo de la obra de Gadamer- es repensar la relacin entre verdad y mtodo cientfico: si puede haber una verdad diferente que la que obtiene la ciencia; por ejemplo, la verdad en la obra de arte8. La tarea de la hermenutica filosfica no puede ser otra que describir ms adecuadamente la experiencia operante en las ciencias del espritu y la objetividad que en ellas puede alcanzarse9. Gadamer trata de elaborar una hermenutica filosfica libre de los errores cometidos por la hermenuticadelascienciashumanasdeDilthey10.Gadamertratadeevitaridentificarla verdad en general y la verdad ms esencial, la verdad en el sentido ms fundamental de la palabra, con la verdad obtenida por mtodos cientficos. El positivismo haba llevado a cabo precisamente lo contrario: haba reavivado la concepcin cartesiana del conocimiento y de la verdad, lo cual haba significado excluir la verdad del arte y la verdad obtenida por saberes enlosquenosepracticaelmtodocientficodelmbitodelaverdadengeneral. Alser consideradacomogenuinaverdadsololaverdadcientfica,seexcluyenotrostiposde antiguasverdades(estoes,aquelloquelostradicionesdepensamientoanterioresa Descarteshabanconsideradoqueeralaverdad).Elconocimientocientficoobtenido mediantemtodosqueconducenaverdadesseguraseselparadigmadeconocimiento humano,deacuerdoconelmarcodepensamientodelcartesianismoepistemolgico.Esta cuestin, con respecto a la cual Gadamer adopta una postura crtica, da, de nuevo, ttulo a Verdadymtodo.Ladistancia crticadeGadamerconrespectoaestaidentificacinentre conocimiento humano genuino y conocimiento cientfico, entre verdad y verdad cientfica, se establece al comienzo de la obra con estudio de algunas nociones estticas renacentistas- y se mantiene a lo largo de la obra. Gadamer analiza la experiencia que opera en las ciencias y descubre un nuevo concepto de experiencia -la experiencia hermenutica- en que fundamentar el conocimiento cientfico-espiritual. Pero para exponer este concepto debe realizar primero una crtica del concepto de experiencia que ha predominado en las teoras filosficas de la ciencia, labor que acomete en el captulo undcimo de la obra11. La clase de saber que versa sobre lo que es posible, es decir, sobre lo que puede ser de otra manera, a diferencia del saber sobre lo necesario, es decir, la episteme, que tiene como modelo de razn (logos) a la episteme, no puede sino tratar con objetos que, como seala Gadamer, afectan directamente al ser humano. La vida poltica, la vida social, la vida moral no pueden ser tratados, sin caer en una falacia, como objetos y hechos distanciados, separados delavidahumana.Nopuedenserconsiderados,aunsiselohacepormordeunmayor conocimiento, precisin y profundad en l, como objetos fsicos, ni tampoco como objetos de estudiocomolosdelabiologa.Encasodequeseanestudiadoscientficamentebajola influencia de esta falacia, se obtiene el resultado contrario al que se esperaba: se reduce la realidad del objeto, con lo cual no se lo conoce propiamente, sino solo desde una ptica falsa. Falso objetivismo, como lo denomina Gadamer, quiere decir en este contexto el tratamiento cientfico de objetos que concierne a la vida social, poltica y morales del ser humano y que son tenidos como algo completamente distinto y ajeno al desarrollo de tal vida. El resultado, como hemos indicado, no es otro que el de no alcanzar si quiera a conocer una faz del objeto 8 A esta cuestin dedica la primera parte de Verdad y mtodo. 9 Gadamer, Verdad y mtodo, ed. cit., p. 304. 10 Dilthey, Wilhelm, Introduccin a las ciencias del espritu, trad. de E. Imaz, FCE, Mxico, 1998. 11 En dicho captulo realiza una crtica de las distintas concepciones filosficas de la experiencia que han desarrollado pensadores como Aristteles, Bacon o Husserl. Piensa que todos ellos toman como referencia a la experiencia operante en las ciencias de la naturaleza. Las ciencias polticas, son ciencias humanas? Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 28 en cuestin, ya que el punto de vista adoptado es errneo en s mismo. Esto es, tiene lugar una reduccin tan perniciosa para el conocimiento del objeto tal y como es en s mismo que ni siquiera se puede conocer una parte del mismo. El conocimiento obtenido de este modo es falso conocimiento del objeto. Hegel ya haba puesto de manifiesto esta idea al sealar, contra la teora kantiana del conocimiento, que el conocimiento de una parte de la realidad es falso conocimiento, porque al ser considerada tal parte separada del todo al que pertenece, no es sino tergiversada. Si no se considerada a la parte como parte, es decir, como una pieza de un todo mayor, la parte no ser conocida propiamente, y, claro est, tampoco lo ser el todo real al que pertenece12. 2. Las ciencias polticas, son ciencias humanas? El modelo de conocimiento de la phrnesis, la cual el paradigma del saber prctico, que tiene por base a la razn (logos) prctica, se contrapone con el modelo de conocimiento de la episteme no slo por la diferencia que existe entre ambos en lo concerniente a los objetos sobre los que versan, sino tambin por emplear mtodos distintos. Para comprender cul es la concepcin gadameriana de las ciencias polticas, del saber prctico en general y de su posible insercin dentro del mbito de las ciencias humanas era necesario examinar la importancia que el filsofo alemn otorga al conocimiento humanstico, que, siguiendo a Dilthey, contrapone al conocimiento de las ciencias naturales. Por otro lado, Gadamer,adiferenciadeDilthey13,consideraerrnealapretensin,presentedesdeel comienzoensuhermenutica,metodista.stehasido,comohemossealado,unodelos puntoscentralesdelacrticadeGadameraDiltheyenVerdadymtodo.Dichacrticase propona mostrar que en Dilthey se mantiene, como en la filosofa moderna, la idea cartesiana de un conocimiento cientfico seguro y con fundamento, un conocimiento hallado mediante unmtodo.Elmtodogarantizalaobtencindeunconocimientoindubitable.Aunque GadamernocriticaexplcitamenteaDescartes,ssedistanciadeloqueldenomina cartesianismo epistemolgico. El problema ms grave que encuentra, en este sentido, en la filosofadeDiltheyeslapresenciadeestaclasedepretensinepistemolgicaligadaal mtodocientfico.Gadamercritica,portanto,queunapretensinpropiadelateoradel conocimientosehayaintroducidoenlahermenutica.Supropsitonoesotroqueelde liberar a la hermenutica del mtodo. Esta liberacin dar lugar a una hermenutica filosfica al modo en que l la caracteriza, donde el concepto de experiencia y otros conceptos no tienen matices exclusivamente cientficos.Gadamerseocupadecriticarlaconcepcinquehasidoelaboradaydesarrolladapor pensadores que han tomado a la ciencia como paradigma de conocimiento. La liberacin de la influenciadelpensamientometdicotienecomoresultadolaconstruccindeunanueva hermenutica. Cul es la relevancia de esta seccin de la extensa argumentacin de Gadamer en Verdadymtodo? Precisamente est ntimamente relacionada con el problema planteado en este trabajo. Las ciencias del espritu o ciencias humanas deben ser concebidas bajo un nuevomodelodeconocimientopropiodelahermenuticafilosfica.Lainterpretacin-el mtodo propio de las ciencias del espritu, a juicio de Dilthey- no necesita del mtodo. En estas ciencias la interpretacin debe operar de otro modo. La interpretacin, como mostrar 12 Hegel emplea la metfora del cuerpoy las partes del cuerpo. Cf. Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, Fey saber, trad. de V. Serrano, Biblioteca Nueva, Madrid, 2007, Introduccin. 13 Por descontado, este juicio se deriva de la propia visin que Gadamer tiene de la filosofa de Dilthey. Otras interpretaciones de su pensamiento podran sealar algo muy distinto. Vctor PRAMO VALERO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 29 GadamersiguiendoaHeidegger,noesalgoespecficodelconocimientocientfico.La interpretacinesalgomsfundamental:esalgopropiodelaexistenciahumana.Esto significaque,lejosdecreerquelosresultadoscientficosobtenidosatravsdela interpretacin. Si las ciencias polticas toman como modelo de conocimiento al conocimiento obtenidomediantemtodosespecficosdeotrascienciascomolasmatemticasycomo modelo de experiencia a la experiencia humana del mundo, es decir, si establecen que la interpretacinesalgopropiodelaexistenciahumanaynouncaminoespecficoparala obtencindeconocimiento,elmododeconocerenestascienciasseampliar significativamente,reconociendoenotrosmodosdeexperiencianoespecficamente cientfico-naturales. Las ciencias polticas sern ciencias del espritu -en el sentido romntico y humanstico del trmino, que es el que recupera Gadamer- en caso de que lleven a cabo esta ampliacindemirasyampliacinenlosprocedimientosatravsdeloscualesobtienen conocimiento.Sin duda Gadamer haba mostrado que la experiencia, la interpretacin y la comprensin no son solo medios de conocimiento cientfico sino algo propio de la existencia humana y que se expresan en mbitos distintos al de la ciencia. Esto afecta a la concepcin de la objetividad delconocimientocientficopredominanteenlascienciashumanas:elconocimientono metdicotambinposeeobjetividad,perohartodistintadeladelascienciasnaturalesy sociales. De ah que indique lo siguiente: La experiencia histrica, tal y como Dilthey la entiende, en el fono no es un procedimiento, y no le es propio el anonimato de un mtodo14. Cierto que se pueden deducir de ella reglas generales (), pero su valormetodolgicasnosereldeunconocimientodeleyesbajolascualessedejensubsumir unvocamenteloscasosqueaparezcan15.Lasreglasdelaexperienciarequieremsbien16unuso experimentado y en el fondo slo son lo que son en este uso personal17. Gadamernoseocupespecficamentedelascienciaspolticas,perosdelasciencias humanasydelsaberprctico,delqueformaparteelsaberpoltico.Almismotiempo, encontrenlafilosofaprcticaaristotlica(ydeellodancuentasusnumerososestudios sobre Aristteles) un modelo de conocimiento que hoy sin duda ha desaparecido en el mbito delaciencia.Parecehoyparadjicoreconocerquetambinlamoralylapolticanoson susceptibles de un estudio cientfico-metdico, y que pueden ser (como lo fueron en antiguo) formas de saber (logos) sobre lo que es posible, es decir, sobre lo que no es necesario. El saber poltico no era para Aristteles episteme (el saber sobre lo que no puede ser de otra manera, sino un saber prctico. El modelo de conocimiento del saber poltico en Aristteles es estudiado por Gadamer en el captulo X de Verdad y mtodo. Es precisamente en esta parte de la obra donde seala, al hilo de lo expuesto en el pasaje citado arriba, que: El problema hermenutica se aparta evidentemente de un saber puro, separado del ser. Hemos hablado de la pertenencia del intrprete a la tradicin con la que se confronta, y veramos en la comprensin 14EstaltimaideaperteneceaGadamer,noaDilthey:paraGadamerlaexperienciahistricanoes intrnsecamente un procedimiento a travs del cual obtener conocimiento cientfico; la experiencia histrica es, ms fundamentalmente, aquello en lo que se encuentra el ser humano por el hecho de serlo. 15 Gadamer critica la idea de experiencia cientfica en el captulo sptimo de Verdad y mtodo., y contina y desarrolla esta crtica en el captulo undcimo. 16 Ntese que Gadamer quiere proponer como modelo de conocimiento para las ciencias humanas -tambin para las ciencias polticas- la phrnesisy no la episteme, frente a lo que ha predominado en el pensamiento filosfico-cientfico.Cf. Aristteles,ticaaNicomaco,trad.deJ .MarasyM. Araujo,CentrodeEstudios Polticos y Constitucionales, Madrid, 1985, libro VI. 17 Gadamer, Verdad y mtodo, ed. cit., pp. 303-304. Las ciencias polticas, son ciencias humanas? Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 30 misma un momento del acontecer. El enorme extraamiento que caracteriza a la hermenutica y a la historiografadelsigloXIXporrazndelmtodoobjetivadordelacienciamodernasenoshaba mostradocomoconsecuenciadeunafalsaobjetivacin.Elejemplodelaticaaristotlica18podr ayudarnos a hacer patente y a evitar esta objetivacin, pues el saber moral [del mismo modo que el saber poltico] tal como lo describe Aristteles no es evidentemente un saber objetivo19 , esto es, el que sabe no se enfrenta con una constelacin de hechos que l se limita a constatar, sino que lo que conoce le afecta inmediatamente. Es algo que tiene que hacer20. Es claro que ste no es el saber de la ciencia. En este sentido, la delimitacin de Aristteles entre el saber moral [y el saber poltico] de la phrnesis21 y el saber terico de la episteme22 es bien sencilla, sobre todo si se tiene en cuenta que para los griegos lacienciaparadigmticasonlasmatemticas,unsaberdeloinalterablequereposasobrela demostracin y que en consecuencia cualquier puede aprender23. Precisamente lo que se deriva del planteamiento de Gadamer, que retoma el de Aristteles, eslaconcepcindelascienciaspolticasbajounmodelodeconocimientocercanoala phrnesisyalejadodelaepisteme.Esdecir,lossaberesprcticos,paraserpropiamente humansticos, no deben operar como las matemticas, pues por su propio objeto (lo que es posibleoloquepuedeserdeotramanera,ynoloqueesnecesario)ynaturalezason distintos.Elsaberpoltico,comoelsabermoral,requierephrnesis:poresonopuede aprenderlo cualquiera.Este modelo de conocimiento para las ciencias polticas, sin duda hoy desaparecido, es el que se propone desde la hermenutica de Gadamer. Conclusiones Hemos planteado un problema relativo al alcance del modelo de conocimiento cientfico que en la actualidad se considera paradigmtico. Desde el punto de vista hermenutico, se afirmaqueesnecesariodesplazarelpuntodemiradelaepistemologa:loespecficodel conocimiento cientfico es en realidad una sofisticacin, modificacin y reduccin de lo que se da de suyo en la experiencia humana del mundo. El positivismo y cientificismo contra el que reacciona Gadamer -como indica l mismo al trmino de Verdad y mtodo, en el Eplogo- concibe al conocimiento cientfico desde la ptica inversa: lo especfico y grandioso del conocimiento cientfico es su diferencia y superioridad con respecto al conocimiento que se tiene por medios rudimentarios. En efecto, la ciencia ha implementadosucapacidadyprecisinparaobtenerconocimientocientficovlido universalmente gracias a que dispone de medios avanzados para ello. Las ciencias que no adopten tales mtodos no estarn en condiciones de progresar, de obtener un conocimiento cada vez ms preciso en reas sumamente especficas.Lahermenuticafilosficatratadeponerdemanifiestoenelprocesodedesarrolloy mejoramientodelconocimientocientficonosehaproducidosinounamodificacindel 18 Y tambin de la poltica, pues la tica es en Aristteles, como es sabido, una tica-poltica, una tica en plena conexin con la accin del hombre en la polis, del mismo modo que la economa es un saber inscrito en el terreno de la poltica. 19 Es decir, un saber al modo en que se comprende a la ciencia en la actualidad. 20 Es algo que se encuentra en su propia vida, y no algo especfico del conocimiento cientfico, de un mbito separado de la vida. La separacin entre vida y conocimiento cientfico es uno de los blancos de la crtica de Gadamer a la introduccin del pensamiento metdico en la hermenutica 21 Es el modelo de conocimiento del saber prctico en general: retrica, economa, poltica, tica. 22 Que tiene como modelo de conocimiento a las matemticas, tal y como indica Aristteles en la ticaa Nicomaco. 23 Gadamer, Verdad y mtodo, ed. cit., pp. 385-386. Vctor PRAMO VALERO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 31 mundo de la vida (Lebenswelt) y de la experiencia humana del mundo. Todo ello implica adoptar un punto de vista ajeno a la mentalidad del cientfico contemporneo: el conocimiento cientfico en su estado actual es equiparable epistemolgicamente al que se obtiene a travs de saberesquenopertenecenalgrupodecienciasmaduras(poremplearlaexpresinde Kuhn): las ciencias de la religin, la filologa o la historia son saberes que, aunque no se sirvendemtodostanavanzadoscomolosdelascienciasexperimentales,sinembargo tambin elaboran un conocimiento objetivo. Gadamer emplea la expresin falsa objetividad para apuntar a la presunta objetividad que se deriva de la aplicacin de un mtodo cientfico a todos los saberes humanos. Gadamer critica, por tanto, El ideal de objetividad segn el cual stapertenecesoloalmbitodelascienciasnaturalesyformalesydequelasciencias humanas tienen que adoptar los mtodos aqullas para poder obtener conocimiento objetivo. Este modelo de conocimiento no es vlido para ciencias como la Poltica o el Derecho. En lugardeadoptarelmodelodeconocimientopredominanteenlascienciasnaturalesy formales, esos saberes, como suceda en la antigedad, pueden ser concebidos desde un punto devistacompletamentedistintoalpresente.Estosignificaquelascienciaspolticasolas ciencias jurdicas no necesitan proceder como las ciencias naturales para progresar y obtener conocimiento objetivo.Porestarazn,esposibleincorporarlegtimamenteenlascienciaspolticas(yotras ciencias similares que se consideran en la actualidad parte de las ciencias humanas) al modelo deconocimientoqueantaoposeanlossaberesprcticos,estoes,lossaberesquetienen como objeto aquellos mbitos en los que se desarrolla la praxis humana. Referencias bibliogrficas Aristteles, tica a Nicomaco, trad. de J . Maras y M. Araujo, Centro de Estudios Polticos y Constitucionales, Madrid, 1985. Aristteles, Poltica, Gredos, Madrid, 1995. Dilthey, Wilhelm, Introduccinalascienciasdelespritu, trad. de E. Imaz, FCE, Mxico, 1998. Gadamer, H.-G., Verdadymtodo, trad. de A. Agut y R. de Agapito Sgueme, Salamanca, 1977. Gadamer, Hans-Georg, Problemas de la razn prctica, en Verdad y mtodo II, trad. de M. Olasagasti, Sgueme, Salamanca, 2005. Gadamer, H.-G., Plato's Parmenides and Its Influence, Dionysius, Vol. VII (1983): pp. 3-16. Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, Fey saber, trad. de V. Serrano, Biblioteca Nueva, Madrid, 2007. Rorty, Rirchard, La filosofa y el espejo de la naturaleza, Ctedra, Madrid, 2012. Las ciencias polticas, son ciencias humanas? Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 23-31. 32 Fernando A. PEIR MUOZ Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. VI (2015): 33-45. 33 Platn y Maquiavelo

En torno a la posibilidad de una noble mentiraen poltica

Fernando A. PEIR MUOZ Universidad Autnoma de Madrid Introduccin Todo aquel que haya pretendido explorar las relaciones entre gobernantes y gobernados, cualquiera que haya sido su propsito o su poca, ha tenido que atender a la voz de la mentira. Ahora bien, al igual que la idea de poltica ha variado a la largo de la historia, la mentira asociada a ella, no debe ser entendida de forma univoca. Aunque inevitable en cualquiera de sus concepciones, sera un error definirla de forma extrnseca a la propia nocin de poltica quesemaneja.Y,entodocaso,aunqueestafuesecompartida,habraquetomaren consideracin los presupuestos y los fines de cada autor y cada obra si, efectivamente, se pretende ser riguroso a la hora de emplear un calificativo tan delicado. Pocos autores han planteado el uso de la mentira en relacin a cmo se organiza -o debiera organizarse- una sociedad de forma tan abierta como lo hicieron Platn y Maquiavelo. No son, desde luego, los nicos, pero s dos de los ms representativos. Tanto es as que es en Repblica (390-370), uno de los dilogos ms polmicos del primero de ellos, donde se acua porvezprimeralanocindementiranoble()1; fundamental para entender el contenido de dicha obra y que definir una relacin particular entre mentira y poltica. Esta conexin deber ser entendida dentro de la proyeccin idealizada de una polis 1 Platn, Rep. III 414c Platn y Maquiavelo. En torno a la posibilidad de una noble mentira en poltica Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vo