aces_semanas del mes de febrero de 2015

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38 ¿Entiendes lo que lees? “Acudiendo Felipe, lo oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: ‘Pero ¿entiendes lo que lees?’ ” (Hechos 8:30). 1 o febrero E l eunuco era un oficial de la reina Candace de Etiopía. Había ido a Jerusalén a adorar en el templo, lo que hace suponer que se trataba de un prosélito judío. Un ángel del Señor pidió a Felipe que se encontrara con él en el camino. Felipe escuchó lo que estaba leyendo y le preguntó: “¿Entiendes lo que lees?” A lo que el eunuco respondió: “Pero ¿cómo podré, si alguien no me enseña?” En otro relato, el de los caminantes de Emaús, Jesús les reprendió por no haber asociado los luctuosos hechos de aquel viernes con las predicciones proféticas y luego les citó las Escrituras: “Comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Luc. 24:27). La traducción más correcta sería: les interpretaba (del verbo diermeneuo) de donde viene el término hermenéutica o ciencia de la interpretación de las Escrituras. La lectura atenta de estos pasajes nos sugiere algunas preguntas: ¿Es nece- saria realmente una hermenéutica de las Escrituras tratándose de una revela- ción divina? ¿Podemos acceder todos a un conocimiento suficiente de la Biblia o es privativo de unos pocos intérpretes de los cuales dependemos para saber lo que dicen? ¿Qué método de interpretación usó Jesús en su explicación a los discípulos de Emaús? Aunque sea una revelación divina, la Biblia requiere una técnica interpre- tativa porque es la obra literaria de unos escritores inspirados que usaron dife- rentes lenguas, vivieron en distintas épocas con diferentes culturas y emplearon diversos géneros literarios. Dios nos ha prometido la asistencia del “Espíritu de verdad, que os guiará a toda verdad”, de modo que el mismo Espíritu que inspiró a los profetas en la recepción y redacción de las Escrituras, interviene después en la interpretación de los creyentes. A esto le llaman los teólogos el testimonio interior del Espíritu Santo, que ilumina al creyente posibilitando el principio del libre examen, frente al magisterio infalible de los católicos, que limita la inter - pretación solo a los obispos. Y mientras el libre examen debe conducir a los cre- yentes al consenso u opinión común, el magisterio infalible establece la potestad doctrinal otorgada únicamente al papa y los obispos. Pero el libre examen no significa la libre interpretación. El creyente debe mantener una disposición abierta a la iluminación del Espíritu, seguir el prin- cipio interpretativo de Jesús: la Escritura se interpreta a través de la Escritura. Cualquier sistema de interpretación deberá tener en cuenta este principio. Pídele a Dios que te ayude a entender su Palabra. Él no te fallará.

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  • 38

    Entiendes lo que lees? Acudiendo Felipe, lo oy que lea al profeta Isaas,

    y dijo: Pero entiendes lo que lees? (Hechos 8:30).

    1o febrero

    El eunuco era un oficial de la reina Candace de Etiopa. Haba ido a Jerusaln a adorar en el templo, lo que hace suponer que se trataba de un proslito judo. Un ngel del Seor pidi a Felipe que se encontrara con l en el camino. Felipe escuch lo que estaba leyendo y le pregunt: Entiendes lo que lees? A lo que el eunuco respondi: Pero cmo podr, si alguien no me ensea?

    En otro relato, el de los caminantes de Emas, Jess les reprendi por no haber asociado los luctuosos hechos de aquel viernes con las predicciones profticas y luego les cit las Escrituras: Comenzando desde Moiss y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de l decan (Luc. 24:27). La traduccin ms correcta sera: les interpretaba (del verbo diermeneuo) de donde viene el trmino hermenutica o ciencia de la interpretacin de las Escrituras.

    La lectura atenta de estos pasajes nos sugiere algunas preguntas: Es nece-saria realmente una hermenutica de las Escrituras tratndose de una revela-cin divina? Podemos acceder todos a un conocimiento suficiente de la Biblia o es privativo de unos pocos intrpretes de los cuales dependemos para saber lo que dicen? Qu mtodo de interpretacin us Jess en su explicacin a los discpulos de Emas?

    Aunque sea una revelacin divina, la Biblia requiere una tcnica interpre-tativa porque es la obra literaria de unos escritores inspirados que usaron dife-rentes lenguas, vivieron en distintas pocas con diferentes culturas y emplearon diversos gneros literarios. Dios nos ha prometido la asistencia del Espritu de verdad, que os guiar a toda verdad, de modo que el mismo Espritu que inspir a los profetas en la recepcin y redaccin de las Escrituras, interviene despus en la interpretacin de los creyentes. A esto le llaman los telogos el testimonio interior del Espritu Santo, que ilumina al creyente posibilitando el principio del libre examen, frente al magisterio infalible de los catlicos, que limita la inter-pretacin solo a los obispos. Y mientras el libre examen debe conducir a los cre-yentes al consenso u opinin comn, el magisterio infalible establece la potestad doctrinal otorgada nicamente al papa y los obispos.

    Pero el libre examen no significa la libre interpretacin. El creyente debe mantener una disposicin abierta a la iluminacin del Espritu, seguir el prin-cipio interpretativo de Jess: la Escritura se interpreta a travs de la Escritura. Cualquier sistema de interpretacin deber tener en cuenta este principio.

    Pdele a Dios que te ayude a entender su Palabra. l no te fallar.

  • 39

    La lista verdeHasta hoy Jehov no os ha dado corazn para entender, ni ojos para ver, ni odos para or. [] Las cosas secretas

    pertenecen a Jehov, nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre

    (Deuteronomio 29:4, 29).

    2 febrero

    Durante mi perodo como estudiante del programa ministerial en el venturoso y heroico Seminario Adventista de Espaa, no tenamos aulas, ni biblioteca, ni dormitorios, ni comedor; recibamos las clases en las casas de los profesores y, mientras, les acompabamos en su trabajo pastoral. As, en aquella escuela peripa-ttica, sentados, como Pablo, a los pies de Gamaliel en nuestro caso del pastor Isidro Aguilar, un gran maestro en el arte de dar estudios bblicos, aprendimos a discernir y explicar la Sagrada Escritura. A veces, nuestras constantes preguntas de chicos vidos de saber ponan en verdaderos aprietos al profesor Aguilar. Cuando no tena respuesta, nos deca: Apunten esto en la lista verde. Cuando estemos con Cristo, en el reino de los cielos, l nos lo explicar. Y aquella perpleja lista verde iba creciendo, da tras da, con preguntas sin respuesta.

    No todos los misterios de la ciencia de la salvacin nos han sido revelados. En el versculo de esta maana, Moiss reconoce las insuficiencias del pueblo de Israel durante el xodo para comprender el plan divino, y el apstol Pablo nos dice: Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conocer como fui conocido (1 Cor. 13:12). Tambin el erudito apstol tena su paradjica lista verde de pre-guntas sin respuesta cuando dijo: Profundidad de las riquezas, de la sabidura y del conocimiento de Dios! Cun insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!, porque, quin entendi la mente del Seor? o quin fue su con-sejero? (Rom. 11:33, 34).

    Pero ante el silencio del cielo, en esta vida, con respecto a verdades que no acabamos de entender, la divina Providencia ha previsto y prometido que en la eternidad, en la escuela del cielo, no cesaremos de descubrir y conocer las ncli-tas respuestas a las preguntas de nuestra lista verde. Dice Elena de White sobre la escuela del ms all: Se ofrecer al estudiante una historia de alcance infinito y de riqueza inefable. [] Entonces sern esclarecidas todas las perplejidades de la vida. Donde a nosotros nos pareci ver solo confusin y desilusin, propsitos quebrantados y planes desbaratados, se ver un propsito grandioso, dominante, victorioso y una armona divina (La educacin, pp. 303, 305).

    Un da todas las dudas y perplejidades que te angustian sern respondidas. Preprate hoy para ese da.

  • 40

    El rumano de la BibliaCnticos fueron para m tus estatutos

    en la casa en donde fui extranjero (Salmo 119:54).

    3 febrero

    Siendo yo pastor de la iglesia central de Madrid, se empez a formar un numeroso grupo de inmigrantes rumanos, que se reunan por la tarde, a quienes atenda ayudado por intrpretes que traducan mis predicaciones. Un da, uno de los ancianos me dijo que un hermano recin llegado, llamado Ilie Ancu, de unos 58 aos, haba sufrido un grave accidente de trabajo y se encon-traba ingresado en un hospital de Madrid. La situacin era muy delicada por-que Ilie llevaba ms de un mes hospitalizado y no tena permiso de residencia ni de trabajo, adems, no hablaba espaol y careca de recursos econmicos. Tan pronto como lo supe, fui a visitarlo al hospital pero ningn intrprete me pudo acompaar. Cmo iba a comunicarme con l? Por otra parte, cmo se iban a pagar los gastos mdicos? Perplejo y preocupado, me dirig al hospital pidiendo ayuda a la providencia del Todopoderoso.

    Cuando llegu, result que todo el mundo conoca al rumano de la Bi-blia, as le llamaban en la planta correspondiente del enorme hospital. Me enter de que tanto el servicio de nefrologa como el equipo quirrgico haban buscado a una doctora rumana que les estaba sirviendo de intrprete; tanto el mdico jefe de servicio como las enfermeras y el resto del equipo facultati-vo me dijeron que Ilie Ancu era una persona encantadora. Siempre sonriente, amable, agradecido, optimista, y en todo momento con su Biblia, la cual estu-diaba cada vez que poda. Despus de pedir informacin sobre su estado, supe que su situacin segua siendo muy delicada y que deba quedarse all, bajo supervisin mdica, uno o dos meses ms.

    Cuando me acerqu a la cabecera de la cama de Ilie, nuestro primer in-tercambio fue con el lenguaje de los gestos, de la simpata, de la fraternidad, del agradecimiento a Dios. Luego, yo le mostr un versculo en mi Biblia y l lo busc en la suya, y as, sealando unas veces palabras, otras veces frases, mantuvimos un dilogo de ms de una hora de duracin en el que el vehculo de expresin fue la Palabra de Dios. El rumano de la Biblia sali del hos-pital dejando una estela de confianza en la Biblia como Palabra de Dios y de seguridad en la Providencia divina. Adems, el hospital nunca trat de cobrar aquella abultada factura!

    Pero hay un Dios en los cielos cuando estamos lejos de casa y ni siquiera podemos comunicarnos con los dems porque no dominamos el idioma local. Dios no nos abandona y protege a cada uno de sus hijos.

  • 41

    Y la Biblia tena razn Santifcalos en tu verdad: tu palabra es verdad

    (Juan 17:17).4

    febrero

    El ttulo de nuestra reflexin de hoy es el de un libro singular escrito por Werner Keller en 1981. Y la Biblia tena razn pretende probar a travs de los descubrimientos arqueolgicos que la Escritura nos habla de hechos y personajes verdicos y que, para ciertos perodos de la historia antigua, ha sido durante siglos el nico documento que poseamos. Las excavaciones arqueol-gicas han hecho hablar a las piedras respondiendo satisfactoriamente a una serie de preguntas que muchos oponan al contenido histrico de los libros sagrados, extrayendo de entre los escombros multitud de testigos mudos de los relatos bblicos.

    El Seminario Adventista de Collonges public en 1980 Cuestiones discutidas del libro de Daniel, donde se abordan algunos enigmas histricos presentados por este libro que se consideraban errores histricos. Por ejemplo, Nabucodonosor es mencionado como el constructor de la nueva Babilonia (Dan. 4:30), pero ninguno de los historiadores clsicos Herodoto, Estrabn o Plinio hacen mencin de ello. Pero los hallazgos arqueolgicos han corroborado la afirmacin de la Biblia con expresiones similares en acadio a las que usa el profeta Daniel. Tampoco la locura que padeci Nabucodonosor durante siete aos haba sido comprobada por fuentes extrabblicas y los comentaristas del libro sealaban que el autor se haba confun-dido con la enfermedad de otro rey caldeo, Nabonido, descubierta en un cilindro de arcilla llamado La oracin de Nabonido. Pero una tableta cuneiforme que se guarda en el Museo Britnico permite confirmar que Nabucodonosor padeci alteraciones mentales que le impidieron llevar los asuntos de la corte. Y lo mismo podramos de-cir del rey fantasma Belsasar que Daniel presenta como el ltimo rey de Babilonia y que ningn documento antiguo hablaba de su existencia. Pero otro descubrimien-to de la poca de Nabonido demuestra, sin sombra de duda, que Belsasar existi y fue hijo de Nabonido, agregando explcitamente que el rey confi a Belsasar la realeza cuando enferm y se retir a Telma para curarse. Qu gozo confirmar la veracidad de la Biblia! Tu palabra es verdad (Juan 17:17).

    Dietrich Von Hildebrand, filsofo cristiano, aade: Nunca podr haber con-tradiccin entre la verdad revelada y la ciencia. No los descubrimientos cientficos como tales, sino las errneas interpretaciones filosficas de los mismos pueden ser incompatibles con la verdad revelada.[] Todas las contradicciones entre los des-cubrimientos cientficos y la verdad revelada no son ms que contradicciones apa-rentes (El caballo de Troya en la ciudad de Dios, pp. 46, 47).

    Vive con la seguridad de que la Biblia es la verdad de Dios para este mundo.

  • 42

    Una espada de dos filosPorque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es ms cortante

    que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo ms profundo del alma y del espritu, hasta lo ms ntimo de la persona;

    y somete a juicio los pensamientos y las intenciones del corazn (Hebreos 4:12, DHH).

    5 febrero

    El pastor Javier Moliner tuvo una conversin prodigiosa. Era sargento prime-ro del ejrcito del aire, piloto de helicpteros e instructor de tropa en un des-tacamento militar de Sevilla. All conoci a dos soldados adventistas que lean la Biblia, pretendan guardar el sbado y daban testimonio de su fe. Tratando de mantener en su unidad la disciplina militar, se opuso abiertamente a los dos jve-nes y les hizo la vida imposible con arrestos, persecuciones y humillaciones. El suboficial Moliner era un hombre soez, bebedor, violento y profano, pero haba en l un recndito sentimiento de admiracin por aquellos chicos que, en medio de semejante hostilidad, se mantenan fieles a sus principios. Un da, uno de los soldados adventistas, habl con l de la Biblia y Moliner fue impresionado por el Espritu Santo, de forma que en un viaje a Sagunto, su ciudad natal, entr en contacto con Francisco Domenech, profesor del colegio adventista local, quien lo instruy en las principales enseanzas de la Biblia. Javier Moliner y su esposa se convirtieron al evangelio. l dej el ejrcito, estudi el curso ministerial y cambi la milicia por el ministerio pastoral. Su espritu haba sido penetrado, transformado por la espada de dos filos.

    La Biblia es el libro de la historia de la salvacin en la que Dios est comprome-tido a resolver el problema del pecado en este mundo. La Biblia presenta un extenso repertorio de las acciones de Dios obrando en la transformacin de los efectos del pecado en el ser humano. Esta transformacin es la concatenacin de los tres agen-tes implicados en el proceso de la revelacin: primeramente, Dios, el Autor de la Biblia que ha convertido el texto literario humano en un encuentro con su propia Palabra; en segundo lugar, el Espritu Santo, cuya influencia positiva obra en el es-pritu del lector, convencindole de pecado, de justicia y de juicio; y en tercer lugar, el hombre en el ejercicio de su libertad incuestionable, escudriando las Escrituras, recibiendo la Biblia como Palabra de Dios, aceptando su autoridad soberana y po-niendo en prctica sus preceptos.

    Elena de White dice: Esta palabra imparte poder; engendra vida. [] Trans-forma la naturaleza y vuelve a crear el alma a la imagen de Dios (La educacin, p. 122).

    Dios te puede transformar hoy a ti tambin a travs de su Palabra. Estdiala con fervor!

  • 43

    La Biblia y la libertadDijo entonces Jess a los judos que haban credo en l:

    Si vosotros permanecis en mi palabra, seris verdaderamente mis discpulos; y conoceris la verdad y la verdad os har libres

    (Juan 8:31, 32).

    6 febrero

    Conoc a Jean Henri Weidner en los actos de clausura de nuestra Facultad de Teologa de Collonges (Francia). Horrorizado por el exterminio de miles de judos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, Weidner organiz en su juventud una red secreta no violenta, la Dutch-Paris, para salvar judos introducindolos clandestinamente en Suiza.

    Mientras buscaba una nueva ruta para llegar a Espaa y luego huir a Inglaterra, Weidner y otra persona fueron detenidos en Toulouse (Francia) y encerrados en el cuartel general de los Milicianos, cuerpo militar francs colaboracionista. Despus de ser brutalmente torturados, los arrojaron en un calabozo en el quinto piso del edificio. Algunas horas ms tarde, entr un oficial quien le pregunt reciamente:

    Es usted protestante? Soy adventista del sptimo da respondi Weidner. Pero por qu me hace

    esta pregunta?He encontrado esta Biblia en el bolsillo de su chaqueta dijo con firmeza el

    militar. Yo soy catlico y tengo mucho respeto por la gente que lee la Biblia. Es-tudi en la universidad de Montpellier con compaeros evanglicos y ellos lean diariamente la Biblia. Yo los admiraba.

    Al escuchar esas palabras, Weidner se alegr de tener la costumbre de llevar siempre su Biblia consigo. Entonces, otro oficial se acerc para comunicar a los prisioneros que los alemanes vendran a buscarles al da siguiente para ejecutarlos. Pero cuando el oficial catlico y l se quedaron de nuevo solos, este les dijo:

    Quisiera hacer algo por vosotros pero Entonces, Weidner se arm de valor y le dijo:Aydenos a escapar! Trasldenos al entresuelo del edificio! Desde all podre-

    mos acceder a las ventanas que dan a la calle. As lo hizo. A las seis de la maana, Weidner y su compaero de prisin salta-

    ron desde un balcn a la calle y huyeron, alcanzando la libertad propiciada por la Providencia divina.

    Pero hay un Dios en los cielos cuando todo parece perdido y no se vislum-bra ninguna esperanza. Para Dios no hay nada imposible. Y, as como libr a Jean Weidner de una segura ejecucin, puede librarte este da de cualquier contrariedad que est agobiando tu vida.

  • 44

    La Palabra del Seor permanece para siempre

    Toda carne es como hierba y toda la gloria del hombre como flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae,

    mas la palabra del Seor permanece para siempre (1 Pedro 1:24, 25).

    7 febrero

    Cuando visit por primera vez las tierras bblicas, fue una experiencia inol-vidable. Recuerdo nuestra visita al Museo del Libro de Jerusaln, donde se exhiban los famosos manuscritos del Mar Muerto. Mientras los observaba con enorme emocin, me preguntaba cmo se descubrieron? A quines per-tenecieron? Cul era su antigedad? Cul fue su aportacin a los estudios de las Sagradas Escrituras?

    En 1947, cuando los ataques de los eruditos de la alta crtica ponan en tela de juicio la autenticidad de muchos libros de la Biblia, Mahoma Dib y Ahmed Maho-ma dos beduinos que buscaban una cabra perdida por la rocosa ribera occidental del Mar Muerto se toparon con una cueva donde encontraron ocho jarras de cer-mica. En una de ellas se guardaba un rollo grande y dos pequeos. Emocionados por el hallazgo, los llevaron al campamento. En das sucesivos siguieron visitando la cueva y encontraron nuevos fragmentos de otros rollos que vendieron a un an-ticuario de Beln. Los siete rollos encontrados en la primera cueva fueron Isaas (completo), Isaas (fragmentario), Comentario a Habacuc, La regla de la comuni-dad, Apcrifo del Gnesis, La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas e Himnos. Despus de muchas peripecias, cuando los manuscritos llegaron a manos de especialistas, se iniciaron excavaciones sistemticas en la zona y se acredit que haban pertenecido a los esenios, una comunidad religiosa de Qumrn, y haban sido escritos durante el siglo II a. C.

    El descubrimiento de los rollos del Mar Muerto atrajo la atencin de muchos eruditos y fortaleci la investigacin de los textos sagrados. Asimismo, las posterio-res versiones de la Biblia tomaran en cuenta varios datos de gran valor lingstico que proveeran una gran ayuda a la ciencia de la interpretacin de las Escrituras. Hoy tenemos la certeza de que el texto bblico es confiable y corresponde al que conocieron los antiguos hebreos. Dios, en su providencia, preserv el texto bblico de alteraciones durante ms de mil aos.

    Pero hay un Dios en los cielos cuando se duda de la autenticidad de la Biblia y se le ataca despiadadamente. S, el Padre celestial es quien ha inspirado las Escritu-ras y sabe cmo defenderlas. No hay por qu desconfiar de la Biblia. Y cada vez que se levanten ataques contra la autoridad de la Palabra de Dios, el Seor responder oportunamente para establecer la veracidad de sus dichos.

  • 45

    La Palabra de Dios es suficienteToda palabra de Dios es limpia [] No aadas a sus palabras,

    para que no te reprenda y seas hallado mentiroso (Proverbios 30:5, 6).

    8 febrero

    Alguna vez has escuchado que hay ciertas versiones de la Biblia que incluyen ms libros que otras? Se trata de los libros apcrifos (Judit, Sabidura de Salomn, Tobas, Eclesistico, Baruc, 1 y 2 Macabeos). En su mayora, dichos textos datan del perodo intertestamentario. Sin embargo, aun-que los judos nunca los aceptaron como parte del Antiguo Testamento, en la iglesia cristiana hubo una serie de controversias en torno a su valor inspirado. Finalmente, en la cuarta sesin del Concilio de Trento, el 8 de abril de 1546, se coloc a los libros apcrifos en un nivel de igualdad con los otros libros inspirados de la Biblia, y hasta hoy el mundo catlico los reconoce como ins-pirados.

    Cito dos versculos de 2 Macabeos: Por esto hizo el sacrificio expiatorio por los muertos, para que fuesen librados del pecado (2 Macabeos 12:46, Biblia Bo-ver-Cantera). Adems, hay una nota en esta parte que dice: Este fragmento afirma valientemente el dogma de la resurreccin, la existencia del purgatorio y la utilidad de las oraciones y sufragios por los difuntos. Onas (Sumo sacerdote difunto) ha-ba dicho: Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo y por la ciudad santa, Jeremas, el profeta de Dios (2 Macabeos 15:14, Biblia catlica de Jerusaln). Aqu tambin se inserta una reveladora nota: Este papel otorgado a Jeremas y Onas es la primera comprobacin de una creencia en una oracin de los justos difuntos en favor de los vivos. Acaso no son extraas estas doctrinas? En qu parte de las Sagradas Escrituras encontramos refrendo a las mismas? El purgatorio, los sufragios por los muertos y la intercesin de los santos difuntos por los vivos, son creencias catlicas que solo encontramos en libros apcrifos aadidos al canon de las Escrituras hebreas.

    Por otra parte, sus contradicciones, el carcter grotesco de sus relatos, los errores histricos y las variantes textuales confirman su falta de inspiracin. Deca Lutero: La iglesia no puede dar ms fuerza y autoridad a un libro de la que l mismo tiene en s. Un concilio no puede hacer que sea Escritura lo que no es Escritura (citado por Jos Flores, Escribiendo la Biblia, p. 267).

    Nadie debe aadir o quitar a la Palabra de Dios. Esta Palabra prevalece a todas las contingencias histricas del pueblo de Dios, por lo cual el salmista dice: Para siempre, Jehov, permanece tu palabra en los cielos. De generacin en generacin es tu fidelidad (Sal. 119:89, 90).

    Agradece hoy a Dios su santa Palabra.

  • 46

    La Palabra de Dios no est encadenada En el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor;

    pero la palabra de Dios no est presa (2 Timoteo 2:9).

    9 febrero

    El templo adventista de Valladolid (Espaa) est situado en la calle Lope de Vega, junto a lo que fue la casa de la Santa Inquisicin y muy cerca del quemadero, el lugar donde se ejecutaba a los condenados a muerte, en la puerta del Campo, hoy plaza de Zorrilla. All, el 8 de octubre de 1559, se llev a cabo un auto de fe en presencia del rey Felipe II frente a miles de testigos: Don Carlos de Seso, gobernador de la ciudad de Toro, uno de los primeros representantes del protestantismo castellano, fue ejecutado. Era un hombre de origen italiano que, posiblemente, haba aceptado la fe evanglica en Npoles, en el grupo del humanista Juan de Valds. Durante el famoso proceso inquisi-torial contra el arzobispo Bartolom de Carranza, primado de Espaa, alguien lo delat, para luego ser apresado y juzgado por la Inquisicin de Valladolid. Antes de morir en la hoguera, conminado a abjurar de su fe luterana, registr el notario de la Inquisicin: Digo y concluyo que en solo l confo y a l adoro, en l me abrazo y a l tengo por nico tesoro mo; y puesta mi digna mano en su sacratsimo costado, voy por el valor de su sangre a gozar las promesas por l hechas a sus escogidos por ello no quiero morir negando a Jesucristo (Ignacio Tellechea, El Arzobispo Carranza, I, pp. 147, 148).

    Aunque el inquisidor general, Fernando de Valds, detuvo el avance de la Re-forma protestante en Espaa durante el siglo XVI, la Palabra de Dios no pudo ser encadenada ni quemada en la hoguera. Apareca en el ndice de libros prohibidos de 1551, pero sigui siendo introducida furtivamente desde el centro de Europa por buhoneros, como Julin Hernndez, Julianillo, en el doble fondo de toneles de vino. Espaa no se qued sin la esperanza de las Escrituras! Y hoy, en la misma calle que alguna vez fue una zona de terror, se proclama fervientemente el pronto regreso de Jess a este mundo.

    Nada podr someter a su Palabra! La palabra de Dios no est presa cuando otras prisiones y otras cadenas pretenden impedirle su entrada en los corazones hu-manos.

    Deja que el poder de la Palabra te fortalezca y te brinde la orientacin, la actitud y el valor que necesitas para conducir tu vida.

  • 47

    10 febrero

    Perdidos en ParsLmpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino

    (Salmo 119:105).

    Mis padres, aunque ambos eran espaoles, se conocieron y casaron en Pa-rs (Francia), y all residieron durante quince aos. La mayor parte de mi familia haba emigrado a Francia donde, debido al bloqueo que los pases europeos hicieron a Espaa al terminar la Segunda Guerra Mundial, no pudi-mos viajar durante unos cuantos aos. Pero en 1954 las fronteras se abrieron y mis padres decidieron que mi hermano mayor y yo de 16 aos hicisemos un viaje a Francia para visitar a nuestros familiares. Conocer Pars me llenaba de emocin.

    El pastor de nuestra iglesia nos dijo que en Pars haba una comunidad adventista muy importante y nos facilit la direccin: Boulevard de lHpital 133. As que decidimos llevar un bandern como un regalo y recuerdo de la So-ciedad de Jvenes adventistas de Zaragoza a la Sociedad de Jvenes adventis-tas de Pars. El primer sbado que pasamos en la capital francesa, decidimos ir a la iglesia y hacer la entrega del obsequio, pero nuestros familiares trabajaban y no podan acompaarnos. Tomar un taxi resultaba extremadamente costoso para nosotros, as que nuestros primos nos explicaron con todo detalle cmo llegar usando el tren subterrneo. Y, muy contentos, aunque un tanto incons-cientes de la complejidad de nuestra aventura en aquella enorme ciudad, con ms entusiasmo que prudencia, salimos rumbo a la Iglesia Adventista de Bou-levard de lHpital. Como era de esperar, nos perdimos en la intrincada maraa de la red del metro. No hablbamos ni entendamos francs, de modo que, de pronto, nos dimos cuenta de que estbamos en una situacin preocupante.

    Una vez ms recurrimos a la providencia divina y, poco despus, vimos en la estacin a una anciana que llevaba una Biblia en su mano y que se dispona a tomar el prximo tren. Qu hacer? Era sbado y sin duda se trataba de una hermana adventista que se diriga a la iglesia. Decidimos seguirla, transbordar en las estaciones donde ella lo hiciera y bajarnos en la misma estacin. Y as lo hicimos, la Biblia de aquella hermana fue para nosotros, como dice el texto, lmpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino. Qu alegra sentimos cuando el director de Jvenes recibi de nuestras manos el bandern! Con cunta gratitud saludamos a la seora que, con su Biblia en la mano, nos haba llevado hasta la Iglesia Adventista!

    No necesitas extraviarte en este mundo. La Biblia es una lmpara segura para conducir tu camino a puerto seguro. Encindela todos los das!

  • 48

    Hambre y sed de la Palabra de DiosCiertamente vienen das, dice Jehov, el Seor, en los cuales enviar hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua,

    sino de or la palabra de Jehov. [] y no la hallarn (Ams 8:11, 12).

    11febrero

    En los grandes desiertos, el agua y los alimentos son muy escasos o inexis-tentes. Agotadas las reservas, de no encontrar un oasis donde avituallarse se puede llegar a un punto sin retorno, es decir, no sobrevivir. Ams, hombre de campo, conocedor de este peligro en los desiertos que rodean a Palestina, ilustr con esa imagen la situacin de Israel.

    El contexto en el que el profeta Ams pronuncia estas palabras es un tiem-po en el que el pueblo de Israel, debido a su pertinaz desobediencia, haba per-dido la posibilidad de reconciliarse con su Dios escuchando y obedeciendo su Palabra. El punto sin retorno, la dramtica situacin en la que queriendo volver a or la Palabra de Dios, ya no sera posible. A esto llama el profeta hambre y sed de or la palabra de Jehov; hambre y sed irremediables, imposibles de satisfacer, angustiosas, mortales espiritualmente. Ahora bien, no es que Dios se aleje de los pecadores, ms bien, son ellos quienes, exhibiendo una actitud obstinada, insisten en seguir por el camino de la desobediencia.

    El alcance escatolgico de las palabras de Ams parece evidente. Hoy, el pueblo de Dios, que se prepara para las escenas finales de la historia de este mundo, debiera sentir hambre y sed de or la Palabra del Seor. Elena de White advierte lo siguiente: Estn por sobrecogernos tiempos que probarn las almas de los hombres; los que son dbiles en la fe no resistirn la prueba de aquellos das de peligro. Las grandes verdades de la revelacin deben ser estudiadas cuidadosamente, porque todos necesitaremos un conocimiento inte-ligente de la Palabra de Dios. El estudio de la Biblia y la comunin diaria con Jess nos darn nociones bien definidas de responsabilidad personal y fuerza para resistir el da de prueba y tentacin. Aquel cuya vida est unida con Cristo por vnculos ocultos ser guardado por el poder de Dios mediante la fe que salva (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 253).

    Pero hay un Dios en los cielos cuando tenemos hambre y sed de la Pala-bra divina. Hoy es el momento para que seamos saciados a travs de un estudio sensato de las Escrituras. El tiempo que hoy perdemos en actividades irrele-vantes maana nos har falta para estudiar la Biblia. Recuerda que llegar un da en que muchos buscarn el consejo divino y entonces ser demasiado tarde.

  • 49

    Un encuentro con DiosFueron halladas tus palabras, y yo las com.

    Tu palabra me fue por gozo y por alegra de mi corazn; porque tu nombre se invoc sobre m, Jehov, Dios de los ejrcitos

    (Jeremas 15:16).

    12 febrero

    La vocacin proftica de Jeremas se produjo cuando todava no haba naci-do: Antes que nacieras, te santifiqu, te di por profeta a las naciones (1: 5), y recibi el don proftico y la orden divina de comenzar su misin cuando era un muchacho. l se resisti: Yo no s hablar, porque soy muchacho! (1:6), pero el Seor le asegur su ayuda: Extendi Jehov su mano y toc mi boca, y me dijo Jehov: He puesto mis palabras en tu boca (1:9). Ms tarde, l cuenta lo que signific en su vida aquel encuentro personal con la Palabra de Dios: Fueron halladas tus palabras, y yo las com. Tu palabra me fue por gozo y por alegra de mi corazn (15:16).

    El ministerio de Jeremas no fue fcil. Fue llamado a ser profeta en tiempo de apostasa y crisis poltica en el reino de Jud, debiendo comunicar al pueblo rebelde mensajes de parte de Dios que les anunciaban duros castigos. Su nimo decay frente a la oposicin de todos y quiso dejar la Palabra de Dios, pero no pudo!: Me sedujiste, Jehov, y me dej seducir! Ms fuerte fuiste que yo, y me venciste! [] No obstante, haba en mi corazn como un fuego ardiente metido en mis huesos. Trat de resistirlo, pero no pude (20:7-9).

    La experiencia de Jeremas se puede aplicar al encuentro que tenemos con Dios al leer su Palabra. En las pginas de la Biblia, Dios habla al hombre, nos interpela, nos reprende, nos conmina a dejar un estilo de vida, nos muestra su voluntad, nos anuncia sus planes, fortalece nuestra fe y esperanza; y nosotros reaccionamos interpelando a Dios con confianza o duda, con devocin y con sacrificio, con fidelidad y con amor. Pero, en todo caso, si nuestra bsqueda de Dios es sincera y si el encuentro es real, la lectura de la Palabra de Dios nunca nos puede dejar indiferentes. Dice Elena de White: Aquel que con espritu dcil y sincero estudia la Palabra de Dios para comprender sus verdades, se pondr en contacto con su Autor y, a menos que sea por propia decisin, no tienen lmite las posibilidades de su desarrollo (La educacin, p. 112).

    Crees que puedes tener un encuentro con Dios y experimentar el poder de la Palabra? brele la puerta de tu corazn y sers testigo de grandes milagros en tu vida.

  • 50

    Estaba escrito en su Biblia Con qu limpiar el joven su camino?

    Con guardar tu palabra! (Salmo 119:9).

    13 febrero

    Israel Moyano Herrero era un joven adventista de 20 aos oriundo de Barce-lona (Espaa). Haba sido estudiante de bachillerato en el Colegio Adven-tista de Sagunto. Un da decidi ir a Estados Unidos para matricularse en un curso de piloto de aviones y servir como piloto-misionero. Yo mismo le arregl los documentos para que postulase como misionero. Pero cuando estaba rea-lizando la ltima clase de prcticas de vuelo, sobrevolando los alrededores de Los ngeles (EE. UU.), la avioneta cay al mar causando la muerte del ins-tructor, de Israel y de otro joven espaol. Sus padres, su hermano, Joel, y todos los que lo conocamos nos quedamos perplejos. Sus padres, desconsolados, viajaron a Arizona (EE. UU.), donde viva, para recoger sus enseres personales y all encontraron su Biblia en ingls, la que llevaba los sbados a la iglesia.

    Israel era un joven vinculado a la iglesia, pero sin grandes manifestaciones espirituales. En ocasiones, sus padres tenan la impresin de que le interesaba ms vivir y disfrutar su juventud que prepararse para el advenimiento de Jess. Pero Israel lea su Biblia. Cuando los padres ojearon aquella Biblia, pudieron sentir las vibraciones de la fe de su hijo desaparecido, su espiritualidad, su espe-ranza, su compromiso con Dios y la profundidad de su experiencia personal con Jess. Esa Biblia fue para ellos una especie de testamento espiritual de Israel.

    En aquel ejemplar de las Escrituras, no solamente haba muchos pasajes subrayados, sino tambin notas personales manuscritas en los mrgenes. Toda una serie de reflexiones espirituales, pensamientos y aspiraciones que mostra-ban lo que pensaba de Dios, del servicio cristiano, de la experiencia religiosa. Copi algunas de esas frases directamente de su Biblia, la mayor parte escritas en ingls; pero la principal escrita en espaol, la lengua que sus padres podan comprender, como si hubiera tenido al escribirla una premonicin de la trage-dia que lo iba a arrancar del lado de su familia: Seor, qu puedo hacer hoy por ti?; Dios mo, no me siento capaz de conducir este coche estacionado; Nuestra situacin ante Dios no depende tanto de la cantidad de luz que ha-yamos recibido como del uso que estemos haciendo de la luz que poseemos; Seor, dame la sabidura necesaria para aprender a orar, el valor para tratar de orar y la perseverancia para continuar orando; Dios no siempre desea que comprendamos todo, sino que confiemos todo a l.

    Como Israel, escribe en tu Biblia tu dilogo con Dios, tu fe y confianza, tus luchas, y el Espritu Santo que inspir ese libro transformar tu vida.

  • 51

    Creados para amarPor la palabra de Jehov fueron hechos los cielos;

    y todo el ejrcito de ellos, por el aliento de su boca. [] porque l dijo, y fue hecho; l mand, y existi

    (Salmo 33:6, 9).

    14 febrero

    Hoy se celebra el Da del Amor y la Amistad en diversas partes del mundo. Por lo general, se asocia con los enamorados, pero hay algo ms en esto. En los textos antiguos de diversos pueblos sobre el tema de la creacin, los dioses destruyen y tienen relaciones sexuales como parte del proceso de crear a los se-res humanos. Con el tiempo, dichos conceptos generaron una serie de prcticas inmorales entre los vecinos de Israel, curiosamente asociadas con el amor de las deidades y la creacin: prostitucin masculina y femenina, hermandades de homosexuales reconocidas, orgas en templos y lugares altos, sacrificios de ani-males y hombres, mutilaciones y heridas en tiempos de dolor y duelo.

    En cambio, en la Biblia Dios crea con solo hablar. No necesita tener relacio-nes sexuales para crear. La revelacin bblica comienza con el acto creador de Dios: En el principio cre Dios los cielos y la tierra (Gn. 1:1) y termina con otro acto creador: Yo hago nuevas todas las cosas (Apoc. 21:5). Entre ambas declaraciones bblicas, la revelacin tiene cientos de referencias a la Creacin divina tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y jams se insina que Dios pudiera servirse de un proceso evolutivo. El verbo hebreo bara, usado en Gnesis 1:1, traducido por crear, tiene siempre por sujeto exclusivo a Dios, lo cual hace que no guarde ninguna concepcin supuestamente mtica o con conno-taciones paralelas a una actividad humana. Usado principalmente en el lenguaje de la adoracin, se trata de un trmino propio para referirse nicamente a la ac-cin creadora de Dios y para distinguirla as de toda obra y realizacin humanas. Y aunque de por s, el verbo no designa una creatio ex nihilo, viene a significar precisamente lo que en otras mentalidades se quiere asegurar por medio de la expresin ex nihilo, de la nada, es decir, la creacin extraordinaria, soberana, personal, sin esfuerzo y completamente libre por parte de Dios.

    Es difcil entender la naturaleza del amor humano si no se reconocen sus verdaderos orgenes. Incluso, el bendito don del amor se puede desvirtuar hasta prcticas inmorales que nada tienen que ver con los propsitos originales del Padre celestial en cuestiones del amor. Desde este punto de vista, el ser humano necesita vincularse con Dios para vincularse afectivamente con sus semejantes.

    En este da tan especial te invito a reconocer que somos seres creados por Dios para amar.

  • 52

    La creacin de los cielos y la tierraEn el principio cre Dios los cielos y la tierra

    (Gnesis 1:1).15

    febrero

    Este primer versculo es como un prembulo o ttulo del relato de la semana en la que Dios hizo posible la vida en el planeta Tierra: En el principio cre Dios. Es la indicacin de un hecho positivo que comprende todo lo que sigue: Dios cre, produjo la materia primera y universal de la cual han sido sacados los cielos y la tierra. De este modo se niega, ante todo, la existencia independiente de esta materia que, en todos los sistemas cosmognicos de la antigedad, se consideraba eternamente coexistente con la divinidad.

    La palabra bereschith, en el principio, no est seguida aqu, como ocurre de ordinario, de un complemento porque designa el comienzo absoluto, como en Juan 1: 1. Es el comienzo del tiempo, as como de todos los seres que se desarrollan en l, los seres finitos. En cuanto al verbo bara, cre, signifi-ca originalmente cortar, y no implica necesariamente, como nuestra palabra crear, la ausencia de una materia ya existente. Pero cuando este verbo desig-na una accin ejercida sobre una materia existente, se utiliza otra forma verbal y tiene por sujeto a un ser humano y por complemento la materia misma en la cual se ejerce el trabajo, mientras que en la forma empleada aqu, tiene siempre como sujeto a Dios y por complemento la palabra que designa el resultado de la accin cumplida. Puesto en relacin con la idea del principio absoluto, como ocurre en el versculo de hoy, la accin verbal de bara no puede significar otra cosa que la formacin misma inicial de la materia. Por ltimo, la expresin los cielos y la tierra designa siempre en el Antiguo Testamento al universo en su totalidad. Por consiguiente, el primer versculo de la Escritura afirma categricamente que Dios cre el universo.

    Pero hoy es demasiado fcil dudar de que Dios creara los cielos y la tierra. Casi no se le menciona entre la gente. Adems, cuanto ms grandes son las obras del ser humano menos se aprecian los prodigios divinos. Incluso, por momentos, la desafiante retrica actual se parece a la de los constructores de la torre de Babel, quienes creyeron que sus avances tecnolgicos los facultaban para contender con el Padre celestial.

    Pero hay un Dios en los cielos cuando el mundo niega su poder creador. Ah est l, dispuesto a intervenir en la vida de los seres humanos cuando estos pretenden desafiar su autoridad, como sucedi en la construccin de la torre de Babel.

    Reconoce la autoridad divina. Eso te ayudar a organizar mejor tu vida.

  • 53

    En tu luz veremos la luzDijo Dios: Sea la luz. Y fue la luz.

    Vio Dios que la luz era buena, y separ la luz de las tinieblas. Llam a la luz da, y a las tinieblas llam noche.

    Y fue la tarde y la maana del primer da (Gnesis 1:3-5).

    16 febrero

    En varias ocasiones me han preguntado sobre el significado del misterio de la luz del primer da de la Creacin. Sin luz no puede haber vida. Entonces, cul era la naturaleza de esta luz? No podemos pensar en la luz solar, que aparece el cuarto da.

    Las tres primeras acciones creadoras de Dios evocan el principio de sepa-racin. Es as como el Seor separa la luz de las tinieblas, las aguas superiores de las aguas inferiores y la tierra de los mares. Ahora bien, mientras que en to-das las cosmogonas que conocemos el mundo es una emanacin del ser o del pensamiento de la divinidad, en el relato del Gnesis es el producto de un acto libre de la voluntad de Dios. Esto es lo que indica la expresin dijo Dios, que aparece ocho veces en la narracin. La palabra es la manifestacin exter-na de la voluntad. Moiss emplea esta imagen para definir la Creacin como resultado de la voluntad divina. Aqu hay una diferencia significativa entre el primer versculo del Gnesis y los que siguen. En el primero, cre Dios. No sabemos bien cundo ni cmo. En los restantes, el acto creador de cada da co-mienza con dijo Dios, subrayando que el Seor cre por medio de la palabra.

    Cuando el Gnesis dice: Sea la luz no se refiere a la luz del sol. Esta luz, cuya aparicin viene tras la poca de tinieblas que rodeaban la Tierra, nos es presentada como proviniendo de Dios mismo, fuente de luz: Dios es luz (1 Juan 1:5). As ser tambin en la tierra nueva. Sus habitantes no tienen nece-sidad de luz de lmpara ni de luz del sol, porque Dios el Seor los iluminar y reinarn por los siglos de los siglos (Apoc. 22:5).

    La separacin de la luz y las tinieblas el da primero dio lugar a una di-visin del tiempo en tarde y maana, da y noche, todava no regulada por el movimiento de traslacin de la Tierra. La intencin del autor es subrayar que la duracin de cada da de la semana de la Creacin era de veinticuatro horas y no perodos de miles o millones de aos.

    Es la gracia de Dios la que permite que podamos ver la luz de cada da. Como dijo el salmista: En tu luz veremos la luz (Sal. 36:9).

  • 54

    La creacin de la atmsferaLuego dijo Dios: Haya un firmamento en medio de las aguas,

    para que separe las aguas de las aguas. E hizo Dios un firmamento que separ las aguas que estaban debajo

    del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue as. Al firmamento llam Dios cielos. Y fue la tarde

    y la maana del segundo da (Gnesis 1:6-8).

    17 febrero

    La expansin de la que habla aqu Moiss designa la envoltura atmosfrica de nuestro planeta. Si las aguas de debajo son aquellas de las que estn formados los mares, las aguas de arriba no pueden ser ms que aquellas que contienen las nubes. Las nubes no estn por encima de la atmsfera, pero flotan en general por encima de la porcin de la atmsfera, donde se halla el aire que respiramos.

    Podemos imaginarnos la obra de ese da de la siguiente manera: la Tierra estaba rodeada de una atmsfera espesa, pesada, fuertemente contaminada. Lle-g el momento en el que las sustancias gaseosas de las que estaba saturada se depositaron en estado lquido o slido, de forma que el planeta qued rodeado de esa envoltura transparente y ligera que llamamos atmsfera, esto es la expan-sin. Por encima de la capa ms prxima a la Tierra se elevaron vapores, ms ligeros que el aire, que se condensaron al llegar a regiones ms fras formando la techumbre de nubes que rodean el globo; estas son las aguas de arriba.

    El oxgeno que respiramos debajo, las nubes y el vapor de agua en el medio y la capa de ozono de la atmsfera, arriba para protegernos de las radiaciones solares. As fue determinado por Dios para hacer posible el equilibrio y la mesura del clima sobre la tierra. Hoy, cuando la actividad irresponsable de la humanidad est debilitando o destruyendo esa capa de ozono, el cambio climtico que se est produciendo puede traernos catstrofes naturales enormes, la desertizacin de zo-nas importantes del planeta, la descongelacin de una parte de los polos con el aumento correspondiente del nivel de las aguas marinas y la inundacin de muchas zonas costeras. Dios hizo bien las cosas el da segundo, pero el hombre las est estropeando alterando aquel equilibrio original.

    Pero hay un Dios en los cielos cuando los seres humanos parecen haber acabado con su maravillosa creacin, cuando la contaminacin cubre el cielo y el mar. Es su misericordia lo que nos permite vivir y disfrutar de los espacios de felicidad que nos otorga cada da, a pesar de tanta destruccin que ha trado la sobreexplotacin del planeta.

    Pide a Dios que te ayude a contemplar hoy su amor a travs de su creacin.

  • 55

    La tierra, el mar y las plantas verdesDespus dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde,

    hierba que d semilla; rbol que d fruto segn su especie, cuya semilla est en l, sobre la tierra. Y fue as

    (Gnesis 1:11).

    18 febrero

    Resumiendo hasta aqu la actividad creadora de Dios, comprobamos que el primer da dio nacimiento a la luz vivificante por medio de la separacin de la luz y las tinieblas; el segundo, a la atmsfera respirable por medio de la separacin de las aguas de arriba y de las aguas de abajo; en el tercero vemos aparecer el suelo habitable por medio de la separacin del agua y la tierra. El relato presupone que la tierra ya exista y que, al juntarse las aguas, la dej aparecer (Sal. 104:6-8). La formacin de los continentes llena la primera parte del tercer da; la creacin de las plantas, que los cubren como un manto, llena la segunda. Este es el punto culminante de la primera parte de la semana de la Creacin: para esto servan las obras precedentes, ya que la fuerza orgnica de los vegetales est por encima de la materia bruta.

    La aparicin de ese primer ser vivo organizado es atribuida al poder divino: Dios dijo, pero tambin a la tierra, de la que Dios se sirve para producir las plantas: Produzca la tierra. Dios muestra de este modo que ha dotado a la na-turaleza de una fuerza propia que le pertenece, y que es como un precursor de la libertad otorgada, ms tarde, al hombre. El suelo cultivable era bueno como condicin para la existencia de las plantas y estas eran buenas como condicin de toda vida animal posible, porque las plantas extraen del suelo las materias inorgnicas transformndolas en orgnicas. Cuntas maravillas prodigiosas en la organizacin de la vida en el planeta!

    La Biblia tambin se refiere al bendito don de la fecundidad. Produzca la tierra: Dios ha concedido a los seres vivos el don de la reproduccin para que continen y completen la obra del Creador. Pero la fecundidad no es una fuerza divina a la que rendir culto, como crean los antiguos; en el relato de la Crea-cin, es una bendicin, como tantas otras, otorgada por la providencia de Dios.

    As como la tierra produce, los seres humanos estamos llamados a ser pro-ductivos en los diferentes mbitos de nuestra vida.

    Vive hoy para edificar a los dems y hacer de este mundo un lugar mejor para vivir.

  • 56

    La Tierra entra en los ciclos del sistema solar

    Dijo luego Dios: Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el da de la noche, que sirvan de seales

    para las estaciones, los das y los aos, y sean por lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra. Y fue as

    (Gnesis 1:14, 15).

    19 febrero

    Cuntas veces has observado un atractivo atardecer o una luna esplendo-rosa en el firmamento? En mi caso, cada vez que lo hago evoco aquel momento en el que Dios daba forma a este mundo.

    El cuarto da comienza la segunda mitad de la semana de la Creacin. Hay una curiosa correspondencia, no simplemente literaria, entre las dos mitades de los seis das de la Creacin: el primer da, Dios cre la luz; en el cuarto, los cuerpos celestes que iluminan la tierra. En el segundo da cre el agua y el aire; en el quinto da los peces y las aves. En el tercer da apareci el suelo, la zona seca; en el sexto da, los animales terrestres y, entre ellos, el hombre como el colofn o broche final no solo de esta segunda parte de la obra creadora, sino tambin de toda la Creacin. Magnfico diseo! No te parece? S, la Creacin es una gran obra de diseo, no el resultado del azar ciego.

    Es el momento en el que aparecen el sol, la luna y las estrellas. Se podra dar aqu a la orden divina un sentido ms dbil: Que aparezcan los astros como lumbreras en el firmamento de los cielos, dando por supuesto que ya existan desde ese comienzo ignoto cuando Dios cre los cielos y la tierra, pero que fue solamente a partir del cuarto da cuando Dios orden que pudie-ran determinar los ciclos astronmicos de nuestro sistema solar e iluminar la Tierra al ser disipada la masa acuosa que la envolva. Quiere ensearnos el Creador que el desarrollo de los cielos en su relacin con la tierra fue gradual como el de nuestro planeta? Tal vez.

    En todo caso, el relato no pretende especular acerca de la relacin de los astros que nos alumbran con el resto del universo. Su intencin es centrar todo el proceso creativo en la tierra donde vivir el hombre. Y si usa la expresin hizo las grandes lumbreras es para mostrar que los astros, adorados como dioses por los pueblos vecinos, eran simplemente criaturas de Dios al servicio del hombre.

    Recuerda que si Dios tuvo la facultad de crear el sol, la luna y las estrellas, tiene poder para resolver cualquier tipo de problema que hoy tengas. Confa en l!

  • 57

    Creacin de los peces, los reptiles y las aves

    Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en el firmamento de los cielos.

    Y cre Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron segn su especie,

    y toda ave alada segn su especie. Y vio Dios que era bueno. Y los bendijo Dios, diciendo: Fructificad y multiplicaos,

    llenad las aguas en los mares y multiplquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la maana del quinto da

    (Gnesis 1:20-23).

    20 febrero

    El quinto da de la Creacin es el turno de la fauna marina. En realidad, hay quien asegura que en el fondo del mar estn los paisajes ms atractivos de este mundo, incluyendo por supuesto a los seres vivos. En hebreo, la expresin seres vivientes significa literalmente almas vivientes, como en Gnesis 2: 7, cuando se presenta la creacin del hombre. El alma viviente de los animales, como la de los seres humanos, no es un componente constitutivo de la natura-leza de los seres vivos, sino una resultante de insuflar a un organismo fsico el soplo de vida que solo Dios puede dar. Es algo comn a todos los seres vivos aunque tiene manifestaciones muy diversas desde los animales ms inferiores hasta el hombre. As por ejemplo, en el ser humano, el alma viviente tiene una dimensin vital nica que es la vida intelectual y espiritual.

    El quinto da apareci en esta tierra el misterio de la vida sensible, de la vida en movimiento, de la vida especializada y adaptada a un biotopo, una pin-celada de formas nuevas y de color. Elena de White declara una de las grandes verdades sobre la Creacin: Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de la creacin. Fue Cristo quien extendi los cielos y ech los cimientos de la tierra. Fue su mano la que colg los mundos en el espacio, y model las flores del campo. l asienta las montaas con su fortaleza, suyo es el mar, pues que l lo hizo. Fue l quien llen la tierra de hermosura y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra, del aire y el cielo, escribi el mensaje del amor del Padre (El Deseado de todas las gentes, p. 11).

    Una vez ms, la Creacin nos recuerda que cada uno de los seres vivos con la notable excepcin del ser humano vive para dar: El ocano, origen de todos nuestros manantiales y fuentes, recibe las corrientes de todas las tierras, pero recibe para dar (ibd.).

    Sigue hoy el ejemplo de la naturaleza: vive para dar.

  • 58

    La corona de la CreacinEntonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,

    conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra

    y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra (Gnesis 1:26).

    21 febrero

    Te has preguntado alguna vez por qu cre Dios al ser humano? Qu pro-psito tena en su mente al crear semejantes criaturas a su imagen y seme-janza? De acuerdo con la Biblia, el hombre fue creado para dar gloria a Dios, pero no porque el Seor lo quisiera para formar un coro csmico de alabanza perpetua. En realidad, el ser humano contribuye a la gloria de Dios debido a que fue diseado de la manera ms honrosa para gozar de una comunin amo-rosa con el Padre celestial.

    Despus de cinco das de la semana de la Creacin, lleg el turno para los animales terrestres y el ser humano. El relato sagrado dice que cada uno de los animales fueron creados segn su especie. En efecto, la enseanza que pode-mos extraer de la expresin segn su especie es el principio de la diversidad y multiplicidad de los seres vivos creados por Dios, excepcin hecha del ser humano, como veremos despus. Este principio, reiterado en el relato, es abierta-mente contrario al postulado transformista de la escala sucesoria de los seres ms sencillos a los ms complejos, que es el fundamento de la teora de la evolucin, de forma que hace completamente incompatible evolucin y creacin. Dios cre la vida ya diversificada, no sujeta a la macroevolucin de la transformacin de una especie en otra. Fue posible despus, y todava ocurre, la microevolucin, es decir, las mutaciones menores, los cambios y adaptaciones dentro de la especie.

    Una vez creada la tierra con su abundante vida vegetal y animal, fue intro-ducido en el escenario el hombre, corona de la creacin para quien la hermosa tierra haba sido preparada. A l se le dio dominio sobre todo lo que sus ojos pudiesen mirar [...]. Aqu se expone con claridad el origen de la raza humana []. No hay fundamento alguno para la suposicin de que el hombre lleg a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Estas enseanzas rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y terrenales concepciones humanas (Patriarcas y profetas, p. 24).

    Adn fue creado para relacionarse con Dios como una Persona, para vivir en una comunin amorosa con l, y seguir al Seor como su modelo de carc-ter, fuente de inspiracin y sabidura.

    Esa misma oportunidad la tienes ahora mismo. Aprovchala!

  • 59

    Mayordomos de este mundoY cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre;

    varn y hembra los cre. Los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla;

    ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra

    (Gnesis 1:27, 28).

    22 febrero

    Esta es la ms original, la ms sinttica, la ms profunda declaracin que pueda hacerse acerca de la antropologa bblica. En ella estn contenidos todos los misterios de la naturaleza humana: su individualidad, su libertad o libre albedro, su responsabilidad moral, su capacidad intelectiva, su voluntad, sus intuiciones y aspiraciones innatas.

    En realidad, el Creador dio a los seres humanos autoridad, una de las conno-taciones de lo que implicaba ser creados a su imagen y semejanza. Dios tiene au-toridad y quiso compartirla con los seres humanos para que mantuvieran un sano equilibrio en este mundo. Adn fue coronado rey en el Edn (La maravillosa gracia de Dios, p. 40). El mundo estaba a sus pies para aprovechar sus recursos. Haba he-redado una enorme riqueza. Ahora, era necesario depender de Dios para darle a este planeta el rumbo que requera. Adems, fue dotado de las capacidades necesarias para ejercer su potestad: Creados para ser la imagen y gloria de Dios, Adn y Eva haban recibido capacidades dignas de su elevado destino. De formas graciosas y simtricas, de rasgos regulares y hermosos, de rostros que irradiaban los colores de la salud, la luz del gozo y la esperanza, eran en su aspecto exterior la imagen de su Hacedor. Esta semejanza no se manifestaba solamente en su naturaleza fsica. Todas las facultades de la mente y el alma reflejaban la gloria del Creador. Adn y Eva, dotados de dones mentales y espirituales superiores, fueron creados en una condicin un poco menor que los ngeles, a fin de que no discernieran solamente las maravillas del universo visible, sino que comprendiesen las obligaciones y res-ponsabilidades morales (La educacin, p. 19).

    Pero no obedecieron al Padre celestial. No respetaron su autoridad y quisieron tomar lo que no les perteneca: el fruto del rbol prohibido. A travs de ese acto, manifestaron su desconfianza en Dios y reconocieron el seoro de Satans en este mundo, volvindose as sus sbditos. Esa mala decisin acarre destruccin y mi-seria. Desde entonces, el ser humano se dedica a destruir: primero, a la naturaleza (depredacin del medio ambiente, contaminacin); luego, a su prjimo (guerras y conflictos); y, finalmente, a s mismo (vicios, desenfreno, inmoralidad).

    Hoy es tiempo para volver a Dios y reconocerlo como Soberano y Salvador de este mundo.

  • 60

    Monumento de la CreacinEl sptimo da concluy Dios la obra que hizo,

    y repos el sptimo da de todo cuanto haba hecho. Entonces bendijo Dios el sptimo da y lo santific,

    porque en l repos de toda la obra que haba hecho en la creacin(Gnesis 2:2, 3).

    23 febrero

    En una de mis visitas pastorales, un feligrs quiso hablarme de la difcil situacin que viva en su hogar. Su esposa era una ferviente catlica, cuyo director espiritual era el prroco de la iglesia ms importante de la ciudad. Este clrigo inspiraba en ella una actitud intransigente respecto a la fe de su esposo, lo cual haca imposible la convivencia pacfica en aquella familia. Entonces, se me ocurri lo siguiente:

    Dgale a su esposa que el prximo sbado me invite a comer y que invite tambin a su director espiritual.

    Habla en serio, pastor? pregunt el hombre.Por supuesto que s respond con seguridad.As lo hizo y, en torno a aquella mesa, nos encontramos el prroco, el ma-

    trimonio y yo mismo. Entonces, lanc la siguiente pregunta:Qu podemos hacer nosotros, dos ministros del evangelio, para que estos

    esposos se lleven bien? El sacerdote eludi la respuesta inmediata y, en un determinado momento,

    me hizo la siguiente observacin: Por qu los adventistas dais tanta importancia a la observancia del sba-

    do? Lo importante es apartar un da en la semana en el cual encontrarse con Dios y rendirle culto, no es verdad?

    Tena que darle una respuesta convincente as que, despus de reflexionar, re-cord aquellas palabras que escribi J. N. Andrews en su History of the Sabbath (Historia del sbado): La importancia del sbado, como institucin conmemora-tiva de la Creacin, consiste en que recuerda siempre la verdadera razn por la cual se debe adorar a Dios porque l es el Creador, y nosotros somos sus criaturas.

    Elena de White, apostillando esta idea, dice: Si el sbado se hubiese obser-vado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habran dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoracin, y nunca habra habido un idlatra, un ateo, o un incrdulo (El conflicto de los siglos, p. 433).

    El director espiritual de la esposa de nuestro hermano no replic, la comida termin amigablemente y, durante algn tiempo, hubo paz en aquella familia.

    Esta semana dale al sbado el sitio que le corresponde. No te apropies de l.

  • 61

    Lo que se ve de lo que no se veaPor la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se vea

    (Hebreos 11:3).

    24 febrero

    La Creacin, que no siempre podemos comprender, fue la manifestacin del infinito poder y sabidura de Dios. Tanto en este texto como en alguna declaracin de Elena de White, a la obra creativa de Dios, no le precedi nada: La teora de que Dios no cre la materia cuando sac el mundo a la existencia no tiene fundamento. Al formar el mundo, Dios no se vali de materia preexis-tente. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, comparecieron ante el Seor a la orden de su voz y fueron creadas para el propsito de l. Los cielos y todo su ejrcito, y todas las cosas que contienen, son no solo la obra de sus manos, sino que llegaron a la existencia por el aliento de su boca (Tes-timonios para la iglesia, t. 8, p. 270).

    La Creacin que narra el Gnesis no fue una operacin realizada sobre una materia preexistente. Creacin de la nada y evolucin a partir de una materia ya existente son dos conceptos irreconciliables y antagnicos en diversos aspectos:

    1. El tiempo. Dios cre en seis das; la evolucin necesita millones de aos. 2. El instrumento. Dios cre con la palabra de su boca; la evolucin a

    travs de mutaciones y seleccin natural, es decir, muerte.3. El propsito. Dios cre con un diseo, un plan, un propsito; la evolucin

    lo deja todo al capricho del azar. 4. Los resultados. Dios se goz de todo lo que haba creado porque era

    bueno en gran manera; la evolucin gener una mecnica de muerte e imperfeccin: la seleccin natural.

    5. La creacin del hombre. Dios cre al hombre a su imagen y semejanza; en la evolucin Dios tuvo que recurrir a un mono antropoide como eslabn previo a los homnidos.

    6. La salvacin o rescate del ser cado. Dios rescata al ser humano por medio de la cruz, mediante una intervencin directa e histrica del Dios-hombre. En la evolucin, el proceso de restauracin del hombre se hace por medio del dominio y prevalencia de los ms fuertes.

    7. Cielos nuevos y tierra nueva. Dios proceder a la creacin de cielos nuevos y tierra nueva (1 Cor. 15:52); en la evolucin el proceso se debe realizar tras miles, millones de transformaciones intermedias.

    Recuerda que si Dios tuvo poder para crear el universo tambin tiene poder para transformar tu vida.

  • 62

    Todo fue creado para el hombrePor la palabra de Jehov fueron hechos los cielos; y todo el ejrcito de ellos, por el aliento de su boca

    (Salmo 33:6).

    25 febrero

    Y dijo Dios. Esta es la frase que constituye la espina dorsal de todo el relato. Es el estribillo, repetido diez veces en este magnfico poema. Decir es a la vez pensar y querer. En el hablar de Dios se encuentra el poder legislativo de su inteligencia y el poder ejecutivo de su voluntad. Esta palabra por s sola revela un principio luminoso, un diseo inteligente y bueno en la base de todo lo que existe. Detrs de ese velo del universo visible que nos deslumbra, detrs de la regularidad de las estaciones y de las leyes fijas que las rigen y que podran arrastrarnos a no ver en todo esto otra cosa que el desa-rrollo de la necesidad, esa frase, y dijo Dios, nos revela un brazo poderoso, un ojo que discierne, un corazn lleno de benevolencia que nos busca, un Ser providente que nos ama.

    El rayo de luz que al llegar a nuestra retina dibuja delante de nosotros con nitidez un paisaje esplndido, realiza su funcin porque Dios le ha dicho que brille. El aire que aspiran nuestros pulmones cumple su cometido porque l le ha dicho que nos d respiracin y vida. Las flores y los frutos que cosechamos durante la mayor parte del ao, que nos encantan con sus fragancias, que nos deleitan con su sabor fueron sembradas por l para nosotros en el hermoso jar-dn de la tierra. El sol que determina la largura de los aos, de los das y de las horas; la luna que divide los aos en meses y los meses en semanas, lo hacen porque Dios dirige sus movimientos en la bveda del cielo.

    La infinidad de animales que llenan de vida las aguas, el aire y la tierra, y los animales domsticos con los que compartimos nuestra morada existen por-que l nos ha rodeado de ellos bien para estimular nuestra actividad tratando de vencer su resistencia, bien para aprovechar su dcil cooperacin. Y, final-mente, si nosotros mismos estamos aqu como la obra maestra de la Creacin, si podemos llamar Padre a Aquel que cuenta los ciento cuarenta mil cabellos de nuestra cabeza y los miles de astros que circulan en el firmamento, es porque l se dign hacernos a su imagen y poner en nosotros un rayo de su propio Espritu.

    T tambin eres parte del proyecto divino de la Creacin. No te asles de su presencia. l tiene un plan para ti en este da. Escucha su voz.

  • 63

    26 febrero

    Todo era bueno en gran maneraY vio Dios todo cuanto haba hecho,

    y era bueno en gran manera(Gnesis 1:31).

    El relato de la Creacin insiste en afirmar que la obra realizada por Dios era sumamente buena. El adjetivo bueno que tiene varios significados en el Antiguo Testamento, desde lo moralmente correcto hasta lo bello, agradable y til, subraya particularmente en el relato que todo lo que existe es bueno porque procede de Dios y corresponde al propsito para el que fue creado, es decir, que el efecto producido por el acto creador coincide con el pensamiento y la voluntad del Creador. Esta idea est en abierto contraste con los mitos paganos que hablan de un mundo creado por dioses caprichosos, o con la teo-ra de un universo errante que existe sin propsito alguno o maligno porque representa una amenaza permanente para la tierra.

    Nada imperfecto ha salido de las manos de Dios. Todo lo que l hace es bueno en gran manera. Toda cosa, substancia y forma, apareci por la voluntad creadora, libre, providente y todopoderosa de Dios. El mundo creado no es el mejor de los mundos posibles ni el nico bueno. La posibilidad de su alteracin pertenece incluso a su perfeccin; pues sin ella no habra libertad moral.

    Cuando sali de las manos del Creador, la tierra era sumamente hermosa. La superficie presentaba un aspecto multiforme, con montaas, colinas y lla-nuras, entrelazadas con magnficos ros y bellos lagos. [] El aire, limpio de impuros miasmas, era saludable. [] La hueste anglica presenci la escena con deleite, y se regocij en las maravillosas obras de Dios. [] La creacin estaba ahora completa. [] El Edn floreca en la tierra. Adn y Eva tenan libre acceso al rbol de la vida. Ninguna mcula de pecado o sombra de muerte desfiguraba la hermosa creacin. Cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios (Job 38:7). [] El gran Jeho-v haba puesto los fundamentos de la tierra; haba vestido a todo el mundo con un manto de belleza, y haba llenado el mundo de cosas tiles para el hombre; haba creado todas las maravillas de la tierra y el mar (Patriarcas y profetas, pp. 24, 26).

    Desde la Creacin, todas las criaturas, tanto el diminuto insecto como el hombre, dependen diariamente para su subsistencia y bienestar de la divina Providencia.

    No olvides que, cuando parece que sus bondades estn lejos de tu experien-cia espiritual y cuando sus misericordias te resultan difciles de contemplar, ah est l. Siempre poderoso para salvarte y mostrarte sus maravillas.

  • 64

    27 febrero

    Cristo CreadorPorque en l fueron creadas todas las cosas,

    las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de l y para l.

    Y l es antes que todas las cosas, y todas las cosas en l subsisten (Colosenses 1:16, 17).

    Estos versculos afirman no solamente que Cristo fue uno con el Padre en la obra de la Creacin, sino que adems es l tambin quien asegura su subsistencia. S, como hemos visto, la Providencia divina en favor del hombre se manifest con todo su poder y prevencin durante la semana de la Creacin; la misma Providencia y el mismo poder sostienen aquella obra para que no se destruya. El objeto y fin de la Creacin fue el ser humano, quien deba ser beneficiario del equilibrio csmico que hizo del planeta Tierra la morada de un ser a la imagen y semejanza divinas. Despus del pecado, esa intervencin providente de la Deidad se hizo todava ms necesaria para que la redencin del hombre cado llegara a su trmino final antes de que las fuerzas de la natu-raleza, como consecuencia de la actividad rebelde e inconsecuente de la huma-nidad, pudieran ser alteradas y convertir en caos la obra perfecta del Creador. Cristo fue y sigue siendo nuestra divina Providencia.

    La Biblia dice al respecto: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de l fueron hechas, y sin l nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplan-dece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron (Juan 1:1-5).

    En l subsisten el poder que mantiene con precisin matemtica los inmensos astros del universo en sus rbitas sealadas, el poder que sostiene las partculas del tomo en sus rbitas predeterminadas. En l subsisten tambin la gracia y la misericordia que mantienen la nueva criatura en el horizonte de la salvacin.

    Pero hay un Dios en los cielos cuando olvidamos que Jesucristo es Dios poderoso, Creador del mundo y Sustentador del universo. Sus maravillosos ojos se posan hoy sobre nuestras vidas para darnos grandes bendiciones.

    Deja que su poder transformador repare las heridas que hay en tu concien-cia y te brinde una paz integral.

  • 65

    28 febrero

    El pecado originalSabemos que la Ley es espiritual; pero yo soy carnal,

    vendido al pecado. Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago

    (Romanos 7:14, 15).

    El 20 de abril de 2007, la Comisin Teolgica Internacional de la Iglesia Ca-tlica, bajo el pontificado de Benedicto XVI, decidi eliminar la creencia del limbo, lugar donde, segn la tradicin catlica multisecular, iban a parar los nios que moran antes del bautismo, condenados por todas las penas atribuidas al pecado original. Es verdad que el limbo nunca lleg a ser dogma de fe, pero durante siglos fue defendido en los tratados de teologa y enseado en los cate-cismos: Para ser buen catlico habr que admitir esto que a causa del pecado del primer hombre, todos los hijos de Adn vienen al mundo con un verdadero pecado, que slo puede remitir el bautismo (Henri Rondet, El pecado original, p. 218). La confesin protestante de Ausburgo, de 1530, deca ms o menos lo mismo: Ese pecado original es verdaderamente un pecado que condena a la maldicin y a la clera eterna de Dios a todos los que no nacen de nuevo por el bautismo y el Espritu Santo (ibd., p. 212, nota 12).

    No! No podemos entender as el pecado original. De hecho, la Escritura jams emplea la expresin pecado original. Nadie es culpable desde el mo-mento de nacer. Si nacisemos culpables, se cuestionara la viabilidad de la justicia divina. Lo que el nio trae al nacer es el germen mrbido del pecado, la tendencia a pecar, pero ser inocente hasta que, mediante actos personales, libres y conscientes, haya ofendido a Dios. Lo que Adn nos ha transmitido es la desviacin moral, la disposicin viciosa resultante de su acto culpable, estar vendido al pecado, el pecado que est en m, como dice Pablo, es el germen del pecado, el pecado potencial, que, si no interviene el Espritu Santo, se desarrollar fatalmente en pecado de responsabilidad, en pecado de culpa.

    Esta concepcin pesimista del hombre que justifica la necesidad de la sal-vacin en Cristo, no es hoy compartida por la psicologa contempornea, que considera al hombre esencialmente bueno, con capacidad innata para desarro-llar un carcter noble, de modo que el pecado solo es un accidente resultante de una educacin viciada o una herencia gentica enferma. Pero no es as, Dios nos sigue diciendo, como una advertencia providencial, lo que dijo a Can an-tes del asesinato de su hermano Abel: El pecado est a la puerta, acechando. Con todo, t lo dominars (Gn. 4:7).

    Pide a Dios que te libre de cualquier actitud pecaminosa. l te ayudar a salir vencedor.