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Presentamos este trabajo especial del Correo del Orinoco sobre los sucesos del 11, 12 y 13 de abril de 2002, fechas en las que la derecha venezolana asestó un Golpe de Estado contra el presidente Constitucional Hugo Chávez, rescatado horas después por el valor de dignos militares y del pueblo.

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2 Viernes 13 de Abril de 2012

El alto mando golpista se quedó sin tropa, enfatizó

Wilmar Castro SoteldoLa madurez del pueblo evitó una guerra civil

T/ Manuel LópezF/ Héctor LozanoCaracas

El hoy gobernador del estado Portuguesa, Wilmar Cas-tro Soteldo, no duda en ca-

lificar los hechos del 13 de abril de 2002 como algo heroico.

“Se rescató de manos del im-perio la primera reserva petro-lera mundial, que es lo que es-taba detrás de todo eso. Eso lo hizo el pueblo venezolano junto con la Fuerza Armada, sin de-rramar una gota de sangre”, aseguró.

El final feliz de ese episodio tuvo un preámbulo macabro: “Los terroristas sembraron la muerte a mansalva para gene-rar el caos y la confusión el 11 de abril de 2002”.

Meses atrás antes de esa fa-tídica fecha de la historia ve-

nezolana, se habían registra-do movilizaciones en algunas bases aéreas. “Recuerdo que la compañera María Cristina Iglesias me había llamado para alertarme sobre estas acciones y preguntarme si sabía algo, al igual que Julio Montes, Mari Pili Hernández y otros compa-ñeros del Gobierno y diputados de la Asamblea Nacional que estaban atentos a los rumores”.

Las manifestaciones de las fuerzas opositoras en el país y la acción violenta contra el Presidente de la República “nos agarraron fuera de base”, reco-noció.

EL 11-AEl 11 de abril de 2002, Castro

Soteldo llegó hasta el Fuerte Tiuna, dejó su carro y tomó un taxi rumbo al Palacio de Mi-raflores, para constatar qué estaba pasando, pero no pudo avanzar más allá de la sede de Radio Caracas Televisión, en la esquina Bárcenas. “Me fui caminando hasta Miraflores. Pude constatar la importante concentración de la oposición al Gobierno. Pude llegar hasta el Palacio Presidencial, donde

indicó que podría haber un sec-tor que no estaba con el orden constitucional”, rememoró.

De allí se trasladó a la ofici-na en Prados del Este en la que despachaba como presidente encargado de Avensa; recogió sus cosas y se fue a su casa. “Le pedí a mi señora que se fuera con los niños junto a su mamá. Eran como las 5:00 pm y comen-cé a realizar algunas llamadas para ver si podíamos organi-zarnos, aunque no sabíamos lo que se avecinaba. Más tarde, transmitieron por televisión el pronunciamiento de los gene-rales en contra del Presidente, y anunciaron las acciones que iban a tomar. Eso me obligó a buscar un resguardo y estable-cer contactos”.

-¿Cree que la marcha for-maba parte del plan precon-cebido para salir del presi-dente Chávez?

-No tengo duda de que la gente llegó a la plaza Caracas totalmente engañada; quizá un grupo muy pequeño tenía plena conciencia de lo que iba a hacer. Usaron a la gente como carne de cañón. Ese mismo pueblo opositor después fue contundente contra los golpis-tas, en el sentido de que no los salió a apoyar y dejó que el pue-blo chavista saliera a defender al Presidente, sin actos de vio-lencia. Fue una expresión de mucha madurez política, tanto de quienes salieron a la calle pacíficamente, como de quie-nes se quedaron en casa para no confrontar.

¿UN GOLPE ANUNCIADO?-¿Por qué los organismos

de inteligencia del Estado no actuaron ante los fuertes ru-mores de golpe de Estado?

-Yo no estaban en posiciones de Gobierno; apenas gerencia-ba una empresa en la que tenía una pequeña participación el Estado, pero mantenía estre-chas relaciones, por razones de trabajo, con el presidente de Petróleos de Venezuela en esa época, el general Guaicai-puro Lameda; y con el director de aeropuerto internacional de Maiquetía, general Ovidio Poggioli. Avensa tenía deudas considerables con ambas insti-tuciones y nos reuníamos para buscar alternativas y reflotar a la aerolínea. En una de esas reuniones me llamó la atención que comenzamos con el tema político, cuando a ellos nun-ca les había oído hablar de ese

El actual gobernador de Portuguesa fue a La Orchila a buscar al Presidente de la República, a fin de regresarlo sano y salvo al Palacio de Miraflores al amanecer del 14 de abril de 2002

también permanecía una con-centración importante de mis compañeros en apoyo al Presi-dente. Escuchamos el discurso del Primer Mandatario trans-mitido por televisión desde el Salón Ayacucho”.

Ese día, al hoy gobernador del estado Portuguesa le llamó la atención lo libre que esta-ba el tránsito; no había aque-llas restricciones que existen en condiciones normales. “Le manifesté a la ministra Ma-ría Cristina Iglesias lo cerca que estaban los opositores. Me pareció una situación crítica, había caído la primera víctima muy cerca del lugar donde está-bamos, en la avenida Urdaneta. Me fui caminando solo hasta la Plaza Sucre, donde conseguí un taxi que me trasladó de nuevo al Fuerte Tiuna”.

Castro Soteldo pudo ver una columna de tanques que cruza-ban el túnel de El Cementerio. “Al llegar a Fuerte Tiuna me identifiqué y le pregunté a uno de los soldados qué significaba el brazalete que llevaba puesto en el brazo. El soldado se limitó a responder que estaban apo-yando al Presidente. Eso me

De la FANB a la política

El 11 de abril de 2002 Wilmar Castro Soteldo era el presidente encargado de la empresa Avensa.

El actual gobernador del estado Portuguesa es miembro del Parti-do Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Participó en la rebelión militar del 4 de febrero de 1992, con el grado de teniente coronel. Fue condenado a 27 años y 6 me-ses de prisión, y el presidente Ra-fael Caldera lo indultó.

Después del triunfo electoral de Hugo Chávez, fue electo constitu-yente. Ocupó las carteras de Pro-ducción y Comercio, y de Turismo.

El 12 y 13 de abril de 2002 Wil-mar Castro Soteldo fue uno de los hombres que cumplió con la mi-sión de viajar a La Orchila y res-catar con vida al presidente de la República, Hugo Chávez Frías..

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tema. Cuando les mencioné la actitud bastante cuestionable del general Manuel Rosendo al ridiculizar el tema de la ges-tión de la Revolución, eso frenó la conversación política y pasa-mos al tema de la reunión.

-¿Recuerda la fecha?-Eso sucedió semanas antes.

Lo que quiero significar es que había actores que tenían certe-za plena de hasta dónde iban a llegar, y otros que no sabían. Es esta la manera como se traba-jan las conspiraciones.

-Esos militares procla-maban loas a la Revolución en los desfiles y discursos. ¿Hubo exceso de confianza?

-No había plena confianza en las instituciones, pero sí en el trabajo que hacían. Funda-mentalmente en la alianza en-tre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y el pue-blo. El Plan Bolívar 2000 fue expresión de esa estrategia del comandante Chávez. Más allá del exceso de confianza que se haya podido tener, pienso que la determinación del Presiden-te de la República fue funda-mental, y por supuesto la ac-ción de los compañeros leales al Comandante en Jefe. Es ne-cesario destacar la actitud de coroneles y generales que fue-ron conminados a enfrentar al Primer Mandatario, pero que mantuvieron una actitud fir-me en defensa del orden consti-tucional, junto con las fuerzas de choque del pueblo que evita-ron un derramamiento de san-gre mayor del que provocaron los terroristas.

-Hay quienes sostienen que los altos mandos permitie-ron que los hechos se desen-cadenaran para que el Pre-sidente pudiera depurar la Fuerza Armada de sus ene-migos. ¿Cuál es su opinión?

-Los procesos sociales son difíciles de predecir, funda-mentalmente cuando hay gente enardecida y engañada. Como todo evento compulsivo, se dio un momento de caos, de anar-quía, que como todo proceso social era necesario dejar de-cantar para saber hacia dónde iba. Pero creo que el exceso de confianza de muchas institu-ciones y de seguidores del Pri-mer Mandatario agarró fuera de base a muchos. Ese momen-to, por fortuna, fue breve. Re-salto las horas previas al resca-te. Vi a niños, madres, adultos mayores cuando tomaban de la mano a coroneles, a coman-

militares, y pude palpar como había que mantener una posi-ción fuerte con algunos jefes de guarnición para que cumpliera lo que establecía la Constitu-ción. Otros dudaron.

-¿Cómo era el ambiente cuando llegó a La Placera?

-La amistad que habíamos mantenido con el general Ba-duel y dos generales que esta-ban allí -Luis Acevedo Quinte-ro y Pedro Torres Finol, de la Fuerza Aérea, lamentablemen-te fallecidos después del 11 de abril- me dio mucho ánimo para articular con el sector civil que estaba afuera. Me acompañó en esa tarea de búsqueda de alia-dos el camarada Roger Capella. Me sorprendió la cantidad de gente que estaba apostada alre-

dantes y a generales en Fuerte Tiuna (Caracas) y en la Placera (base aérea en Maracay), donde la gente exigía al general Isaías Baduel que se pronunciase. Eso demuestra que hay una raíz bien sembrada.

-¿Fue determinante ese pronunciamiento del pue-blo?

-Sí.-¿Era lo que estaban espe-

rando los leales de la Fuerza Armada Nacional Bolivaria-na?

-Si no se hubiera dado la mo-vilización del pueblo, es posible que algunos compañeros hu-bieran sentido la tentación de irse al bando contrario. Llegué a La Placera el 12 de abril muy temprano con los compañeros

dedor del cuartel general de la Brigada de Paracaidistas. Re-cuerdo a un compañero de ar-mas que no estaba con nosotros cuando lo conminaba a que no utilizara los aviones caza para bombardear al pueblo que esta-ba ahí. La determinación de la gente le hizo comprender que su acción no hubiera tenido éxito. Igual estaba pasando en las distintas guarniciones del país.

ALTO MANDO SIN TROPA-Hay quienes sostiene que

lo que marcó el fracaso del golpe de Estado fue que los militares no lograron po-nerse de acuerdo con el pre-sidente de facto, Pedro Car-mona.

-Hay que preguntarse qué mi-litares, porque la gran mayoría de quienes tenían poder de ac-ción y mando se replegaron. El alto mando golpista se quedó sin tropa. Era un jarrón chino. La tropa la venían controlan-do los cuadros medios y bajos, afectos al presidente Chávez. El caso de la Guardia de Honor fue emblemático. Sin perder la línea de mando de su Coman-dante en Jefe, se reagruparon y los comandantes naturales lograron tomar el control del Palacio de Gobierno. Fue una estratagema que se llevó a los distintos cuarteles, sobre todo al Fuerte Tiuna y a la Guarni-ción de Maracay, que es una de las de mayor capacidad de fue-go. Los que estaban con Carmo-na se pusieron de acuerdo con él, de eso no tengo dudas. Lo que pasa es que la mayoría de los militares no estaba con el alto mando.

-¿Por qué dejaron que se desbordaran los aconteci-mientos e hicieran prisione-ro al Presidente?

-Fueron acciones del alto mando militar golpista. No-sotros pensamos lo peor, pero a la vez estábamos buscando aliados para hacer fuerza y poder avanzar. Recuerdo que en horas de la noche del 11 de abril le planteé por teléfono a Julio Montes irnos de Caracas a otro lugar. “Vamos al sitio de origen”, le planteé, y Julio no entendía que mi idea era llegar a Maracay, donde estaban mis excompañeros y hermanos de la Fuerza Aérea. Quería verlos de frente para saber con quién estaban.

-Un caso por esclarecer es el de los francotiradores.

-Fueron capturados y luego los sacaron del país. Es una tarea pendiente que tiene la Re-volución: identificarlos y apre-sarlos donde quiera que estén.

-Tampoco se ha esclarecido el caso de los autores intelec-tuales.

-Cierto, aunque el Tribunal Supremo de Justicia dictaminó que fue un vacío de poder. Creo que el trasfondo de ese fallo era la procura de abrir un espacio de paz y tranquilidad para el país. De hecho, el Presidente así lo entendió cuando reasumió la Primera Magistratura e hizo un llamado a la reconciliación; cosa que pisotearon nuevamen-te los opositores.

Al rescate de ChávezEl 12 de abril de 2002 Wilmar

Castro Soteldo tomó la iniciativa de movilizarse hacia Maracay, pues allí estaba la fortaleza de la Fuerza Aérea Venezolana (FAV) y le era factible contactar a com-pañeros de promoción que se desempeñaban como coman-dantes generales de brigada.

“Había una enorme concentra-ción en los alrededores del cuar-tel, pero pude entrar y comencé a hacer contactos con compañe-ros del Ejército, especialmente con la Brigada de Paracaidistas, que para ese momento estaba al mando del general Raúl Isaías Baduel”, comentó.

Relató que desde Maracay se monitoreó la ubicación del pre-

sidente Chávez, y se conminó a distintas unidades de la FAV a respetar el hilo constitucional y a aglutinar fuerzas para rescatar al Mandatario Nacional.

Una vez localizado donde es-taba el Primer Mandatario (La Orchila) Castro Soteldo partici-pó en los contactos con la FAV, con el propósito de garantizar el transporte a quienes irían a res-catar al presidente Chávez.

Decidieron utilizar helicópteros porque tenían menos autonomía de vuelo y eso impediría que los militares golpistas pudieran se-cuestrar al presidente Chávez y llevárselo a otro país, contó Cas-tro Soteldo.

La misión de rescate salió con tres helicópteros. Castro Soteldo iba en una de esas naves. Su mi-

sión: garantizar que la tripulación estuviese comprometida con el rescate y cumpliera a cabalidad con la tarea que se le había sido encomendada.

Al llegar a La Orchila, en una operación comandada por el ge-neral Alí Uzcátegui, una comisión se trasladó desde la pista hasta el sitio donde estaba prisionero el Presidente. Al cabo de media hora, aproximadamente, llegó un vehí-culo con el Mandatario a bordo.

“Nos dimos un fuerte abra-zo; su primera expresión fue: ‘¿Qué carajo estás haciendo tú por aquí?’. Respondí que esta-ba intentando garantizar que al menos regresara con vida a Ca-racas, y le dije que mucha gente esperaba por él. Lo demás es historia”.

Continúa en la siguiente página

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4 Viernes 13 de Abril de 2012

-Si el golpe de Estado hu-biera prosperado, ¿se habría prefigurado un ambiente de guerra civil en el país?

-Creo que sí. El pueblo no se iba a calar ese esquema que de manera compulsiva impuso Pedro Carmona. Hubiera sido muy trágico; por eso creo que el pueblo se adelantó para que eso no se diera, y la Fuerza Ar-mada secundó la voluntad po-pular. De lo contrario, segura-mente todavía tuviéramos un conflicto importante.

LA OPOSICIÓN NO QUISO RECTIFICAR

-¿La actitud del presidente Chávez con los militares gol-pistas fue decisiva?

-Especular sobre lo que te-nían en mente sería osado. Por el tiempo que lo conozco -con más de 25 años en estas lides, con su visión de humanista y de luchador por la justicia social- creo que Hugo Chávez no se plantearía una decisión que atentase contra la digni-dad, la moral y la integridad física de otro ser humano. Prueba de ello fue la decisión de pedir perdón y de perdonar cuando reasumió la Primera Magistratura el 13 de abril de 2002. Ante la actitud perversa de los extrabajadores de Pdv-sa, la CTV y Fedecámaras en diciembre, él demostró que es-taba muy por encima de ellos. Ahí están los resultados: la gran transformación que se llevó a cabo en la industria, y nadie puede decir que no se le dio la oportunidad de recti-ficar. Igual pasó en la Fuerza Armada Nacional Bolivaria-na: se terminó de depurar con los sucesos de la plaza Alta-mira (también en 2002); tal vez si se hubiera alargado un poco más habrían salido unos cuantos más.

-¿La oposición aprendió la lección de política que le dio Hugo Chávez?

-Serían bien torpes si no lo hicieran. De hecho ese apren-dizaje les ha permitido ensayar otros mecanismos. Parece que no quieren abandonar la vio-lencia, aunque utilizan artima-ñas más sofisticados.

-Algunos oposicionistas prefiguran elementos venta-josos para vencer a los revo-lucionarios. La enfermedad del Presidente sería uno de ellos. ¿Cuál es su opinión a este planteamiento?

-Así como hay condiciones favorables para ellos, también las hay para nosotros. Hoy existe una mayor madurez en cuanto a la gestión del Go-bierno, una mayor fortaleza del pueblo desde el punto de vista ideológico. También hay un aprendizaje revolucionario

como ejecutores de la volun-tad popular. Cuando nosotros lanzamos el tema de la refor-ma constitucional, se pensaba que estaban dadas las condi-ciones objetivas para avan-zar en tres grandes frentes y acelerar la transformación. El resultado no fue el espera-

do, pero el Presidente repuntó nuevamente y asumió la ini-ciativa de los cambios. Esta es la realidad.

-¿Las instituciones están preparadas para dar esa ba-talla?

-Es una tarea pendiente. Cada institución ha asumido los cam-bios, cada una con su propio ritmo. Se ha venido gestando una nueva institucionalidad, pero es cierto que se arrastran vicios de la vieja. En la medida en que nosotros impongamos el ritmo, se van a ver los resulta-dos. Debe estar más cercana de la voluntad del pueblo. Hay un Consejo Federal de Gobierno que le da herramientas de auto-gobierno a las comunidades or-ganizadas. Ya tiene poder real. Es un proceso que se viene dan-do de manera progresiva.

-Cuando el Presidente afir-ma que la Fuerza Armada es chavista, ¿está interpretan-do ese proceso?

- Es un planteamiento políti-co que han venido asimilando todas las instituciones del Esta-do; inclusive, la Fuerza Arma-da Nacional Bolivariana.

-¿Los hechos del año 2002 desencadenaron la acelera-ción del proceso de cambios?

-Los teóricos de las ciencias políticas establecen que las revoluciones se tienen que dar sobre la base de crisis perma-nentes; de lo contrario se ale-targan. El actual proceso elec-toral es una crisis más, porque la oposición tiene la violencia como principio. Quieren gene-rar una situación de caos; es-tán botando gente en el sector de la agroindustria, e igual en la banca privada. Por eso la importancia de ganar para dar un salto cuantitativo y cualita-tivo que permitirá desmontar la crema de la crema de la ul-traderecha en el país. Estamos en proceso de lucha de lo vir-tual contra lo real. El oposicio-nismo se mueve en el ámbito de lo virtual, y la Revolución en el de los hechos concretos. Por eso hablo del salto cualita-tivo que vamos a dar a nuestro favor.

-Después de 10 años, ¿cree que quedaron cabos sueltos?

-La contrarrevolución sigue conspirando. Mientras el pue-blo venezolano, el presidente Chávez y la Revolución Boliva-riana se planteen la firme deci-sión de ser soberanos e indepen-dientes, las élites del mundo no descansarán para impedir que esto se haga. Buscan apoderar-se de espacios perdidos de ex-plotación y de especulación; de muerte, incluso, porque tenían la potestad de matar a quien les daba la gana, como la matanza del 27 de febrero, la masacre de Cantaura, el asesinato de tanto dirigente campesino. Esa gente que ha perdido ese poder va a procurar reagruparse, y noso-tros simplemente estaremos alerta.

-¿Es factible un ambiente de convivencia de contra-rios?

-La convivencia se da con sus altos y sus bajos. Somos noso-tros quienes hemos abierto los espacios. Ellos han negado esa oportunidad. El 11 de abril y el 2 de diciembre de 2002 son ejemplos de ello. Por eso es fun-damental elevar la conciencia de clase. Mientras no se supri-ma el sistema de explotación por otro modo de producción, no habrá convivencia posible.

Viene de la página anterior

“La contrarrevolución sigue conspirando. Mientras el pueblo venezolano, el presidente Chávez y la Revolución Bolivariana se planteen la firme decisión de ser soberanos e independientes, las élites del mundo no descansarán para impedir que esto se haga.”

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5Viernes 13 de Abril de 2012

El equipo periodístico de la emisora casi logró entrevistar al Jefe del Estado antes de que los militares se lo llevaran a Fuerte Tiuna

La esposa del Presidente denunció la persecución a la que fue sometida

Por Radio Fe y Alegría la Primera Dama informó que Chávezno había renunciado

T/ Alex CarmonaF/ Cortesía Ninoska RomeroCaracas

Durante el operativo que cumplió el equipo de traba-jo de Radio Fe y Alegría del

11 al 13 de abril de 2002, una lla-mada telefónica a María Isabel Rodríguez, la entonces esposa del presidente Hugo Chávez, fue el canal principal para que bue-na parte de la población supiera que el líder no había renunciado.

Rodríguez estaba en Barqui-simeto para escapar de la per-secución. Dijo que todo el día había rodado con sus hijos, para que no la consiguieran.

Las y los periodistas de la emi-sora fueron tejiendo una especie de red de fuentes que poco a poco los llevó hasta Rodríguez; inclu-so, hasta el propio Presidente, con quien estuvieron a tres mi-nutos de conversar antes de que los militares se lo llevaran a Fuerte Tiuna.

“María Isabel Rodríguez buscó refugio en un lugar seguro. En la entrevista se dirigió, principal-mente, a la comunidad interna-cional para que supieran el esta-do de salud de sus hijos, además de informar que estuvo durante todo el día rodando para buscar un sitio, ya que había recibido muchas amenazas. Dijo sentirse muy entristecida por la actitud de los medios de comunicación que estuvieron trabajando para tapar el golpe”, explicó Alexan-

der Hernández, periodista que la entrevistó vía telefónica.

TRABAJOHernández y Rogelio Suárez

acompañaron a Javier Barrios en la organización del trabajo pe-riodístico que desarrollaron esos días entre Caracas y Maracaibo.

Ambos cuentan que sus pau-tas de trabajo se fueron gestan-do mientras se desarrollaban los acontecimientos en Caracas, pese a que ya tenían el análisis de los posibles escenarios que se podían presentar.

“Ya teníamos indicios sufi-cientes para estar atentos. Los militares disidentes, las mar-chas, entre otras cosas nos man-tuvieron siempre alertas. Co-menzamos a darle seguimiento a la situación desde inicios del año 2002”, dijo Hernández, quien en la actualidad hace una maestría de radio en Barcelona, España.

“Después hubo mucho silen-cio, porque todos esperaban te-ner las cosas claras”, acotó, al recordar el momento más fuerte que vivieron en su operativo.

En medio de la confusión el equipo de trabajo se planteó la idea de tratar de llegar lo más le-jos posible; la insistencia fue su principal argumento.

“La noche del 11 de abril, Chávez casi habla por la red, pero en ese justo momento se lo estaban llevando preso. Cuando ya habíamos cuadrado con el jefe de prensa de Miraflores de ese entonces, Carlos Javier Ro-jas, los militares lo estaban sa-cando del Palacio y no pudimos dialogar con él”, relató Suárez.

Entre el 11 y el 12 de abril de 2002, cuando a Chávez se lo ha-bían llevado a Fuerte Tiuna y Carmona Estanga tomaba po-sesión, los esfuerzos por buscar la información se intensificaron hasta llegar al segundo objetivo: María Isabel Rodríguez.

Al respecto, Suárez agregó que pudieron hablar con la entonces Primera Dama gracias a las in-vestigaciones que hicieron por medio de los políticos y colegas que ayudaron a conseguir su nú-mero de teléfono; sin embargo, el contacto se dio en la madrugada del 13 de abril.

“No hicimos algo excepcional; sencillamente informamos, que era nuestro trabajo”, dijo Suárez.

En medio de la dinámica y veloces reuniones el equipo de trabajo se dio cuenta de que esta-ban frente a sucesos históricos, razón suficiente para llevar a cabo un plan de trabajo que cum-pliera con “informar lo que dice la gente”.

“La adrenalina se dispara a chorros, y cuando vimos aque-lla multitudinaria marcha, las imágenes de Puente Llaguno que repetían constantemente las televisoras, así como a los mili-tares, los rumores y la supuesta renuncia de Chávez, caímos en cuenta de que algo impredeci-ble se acercaba”, explicó Suárez, quien sigue cumpliendo labores en la red de radio.

PREPARADOSHernández contó que las fuen-

tes buscadas daban suficiente información, “hasta que llegó el momento de los muertos”.

“Disfrazaron un golpe”

La entonces primera dama de la República, María Isabel Rodríguez de Chávez (M.R.), habló desde Bar-quisimeto la madrugada del 13 de abril y confirmó que el presidente Chávez no había renunciado.

Rodríguez conversó con el perio-dista Alexander Hernández (A.H.), quien la contactó vía telefónica en nombre de Radio Fe y Alegría.

-A.H.: Vamos a hablar con Ma-ría Isabel Rodríguez de Chávez. Buenas Noches María Isabel.

-M.R.: Buenas noches.-A.H.: María Isabel de Chávez,

¿cómo están las cosas en este momento?

-M.R.: Tengo mucha fe en que se establezca la normalidad de las instituciones en nuestro país. La-mento mucho este episodio por el que pasa mi país. Digo yo, de des-obediencia constitucional. Se llamó al desconocimiento de unas autori-dades elegidas legítimamente por el pueblo soberano, y se pretendió

vulnerar ese sagrado derecho de todos los venezolanos que logra-mos a través de la Constitución que entró en vigencia el año 2000.

-M.R.: Logramos despertar a la comunidad internacional, que ha sido un factor clave para retomar las garantías. Si la comunidad in-ternacional y los medios interna-cionales no se hubiesen hecho eco de nuestra súplicas y peticiones, no sé qué hubiese pasado, porque se le estaba negando el derecho a saber qué ocurría en el país.

-A.H.: María Isabel.-M.R.: Dígame.-A.H.: Quisiera que nos comen-

taras cómo están tus hijos.-M.R.: Mira, mi hija (Rosa Inés)

en estos momentos está dormida en mis piernas. Mi hijo está bas-tante cansado. Hemos estado todo el día rodando en la misma ciudad, tratando de escondernos de aque-llas personas que nos han estado amenazando y amedrentando. Yo tengo un día y medio escondién-dome en mi ciudad (Barquisime-to), porque nos han estado ame-nazando. He recibido amenazas

muy feas. En la casa en Caracas tomaron todas nuestras pertenen-cias, las embolsaron; tuvimos que sacar algunas muy rápido. Las su-puestas autoridades iban a tomar la casa y me pareció tan injusto, porque parece egoísta pensar en las cosas materiales, pero yo ana-lizo: si esto no los hacen a noso-tros, con nuestras pertenencias, las cosas de mi hijo, hija, mi ropa, la del Presidente, qué estarán ha-ciendo con el resto del país.

-M.R.: Con estos saqueos ins-titucionales y con el aval, lo digo con mucha responsabilidad, de los medios de comunicación social y de las televisoras que se prestaron para tapar este de golpe de dere-cha, disfrazaron un golpe con una renuncia que nunca sucedió. Creo que ya no puedo seguir teniendo miedo. Estos días han sido muy terribles y he pensado en mi vida, en la de mis hijos y en amigos que me protegen, pero ¡basta! porque si yo no le decía a la comunidad internacional lo que estaba suce-diendo, mi conciencia no me iba a dejar tranquila.

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6 Viernes 13 de Abril de 2012

“Basta conocer la personalidad del Presidente para saber que no renunciaría”

Jorge García CarneiroA las pocas horas de haberse autojuramentado Pedro Carmona perdió el apoyo de golpistas

T/ Vanessa DaviesF/ Luis FrancoCaracas

Lo del 11 de abril fue un gol-pe de Estado, y evidente.

En los años 1999 y 2000 comenzaron a sentirse cambios sustanciales en la inflación. Ve-níamos de una inflación de más de 50% (en la Cuarta Repúbli-ca), y nosotros ya íbamos para un dígito. Pero empezaron el sabotaje, la escasez de alimen-tos, y un trabajo de desestabili-zación que se concretó en 2002 con el golpe de Estado.

La verdad es que yo no me planteé que ocurriría un golpe de Estado. Pero fui designado comandante de la Tercera Di-visión de Infantería, y empecé a observar un recalentamiento en todas las calles. Había mar-chas y contramarchas, comen-zaron los cacerolazos en distin-tas zonas del este de Caracas. Hubo muchos eventos que nos llamaron la atención.

En marzo de ese año se me ordenó por escrito que todo el comando participara en un ejercicio, del 7 al 19 de abril, en el sur del Lago. Ellos hicie-ron un estudio de personalidad de cada uno de los jefes mili-tares, y detectaron que en la Tercera División de Infantería difícilmente iban a conseguir apoyo para esas acciones que habían planeado. Con “ellos” me refiero a los altos oficiales,

Ese grupo de oficiales estaba trabajando con la CIA estado-unidense; se habían vendido al Diablo. Da la casualidad de que todos los oficiales que rea-lizaron cursos en territorio es-tadounidense fueron captados por ellos. Si analizas su perfil, todos asistieron a la Escuela de las Américas. Hay una co-nexión directa entre los oficia-les que estudiaron en Estados Unidos y el golpe de Estado.

En Fuerte Tiuna teníamos el edificio de la misión mili-tar estadounidense; teníamos oficiales agregados en cada componente, con su oficina, su despacho. Cada comando tenía un oficial de enlace estadouni-dense. En todas las escuelas de armas había oficiales instruc-tores del Ejército estadouni-dense. ¿Qué pasaba allí? Que ellos identificaban los cinco mejores oficiales de cada arma para captarlos. Ahí comenzaba el adoctrinamiento. A mí no me captaron porque yo no estaba entre los primeros de cada cur-so; además, ellos sabían a quién podían dominar. Yo no era cap-table.

DESCONOCIMIENTO DE LA AUTORIDAD

El 11 de abril de 2002 durante el día hubo un desconocimien-to de la autoridad. El general Manuel Rosendo no atendió el llamado del Comandante en Jefe. Yo escuché la insistencia del Presidente para comuni-carse con Rosendo, y entonces le hablé al Mandatario, le dije que tenía la fuerza disponible para el Plan Ávila. Él pidió que mandaran varios tanques para el Palacio de Miraflores. Pero ya se había activado, por parte de los golpistas, la toma de las alcabalas 3 y 5 de Fuer-te Tiuna. La policía de Chacao y el comandante logístico del Ejército trancaron la Autopista Regional del Centro y metieron todo el tráfico a Fuerte Tiuna. Fue una maniobra para que no pudiéramos sacar los tanques. Quiero aclarar que el Plan Ávila es para la disuasión, no como fuerza de choque, y con él se busca proteger los puntos críticos más importantes de la ciudad.

En la tarde llegué a Miraflo-res. Nelson Merentes (miembro del Gabinete) me preguntó qué sucedía, y le dije que había un golpe de Estado, que los man-dos medios no obedecían a sus comandos naturales. Empe-

“Hay una conexión directa entre los oficiales que estudiaron en Estados Unidos y el golpe de Estado” del 11-A, aseguró el hoy gobernador del estado Vargas, en un relato en primera persona sobre la batalla de abril

como Efraín Vásquez Velasco (comandante del Ejército), Ma-nuel Rosando (jefe del entonces Comando Unificado de la Fuer-za Armada Nacional) y otros. A mí querían sacarme del juego, porque veían que estaba muy plegado al proceso de cambios del país.

¿LA MANO DE LA CIA?En abril de 2002 decidimos

apoyar al Presidente mediante un comunicado oficial y a viva voz por los canales de televi-sión. El Presidente lo aprobó, y preparamos ese apoyo para el día 9 de abril, pero se presentó una situación incómoda porque cuando teníamos todo listo, el Alto Mando amenazó al gene-ral Lucas Rincón, inspector de la Fuerza Armada: que si había un pronunciamiento nuestro, ellos renunciarían. Yo dije que no me bajaba de la tarima, por-que iba a apoyar directamen-te al Comandante Presidente. Eso hizo que el general Rincón me llamara para conversar; le expliqué que yo iba de frente, y Rincón me dijo que los co-mandantes de fuerzas harían el pronunciamiento a favor del Presidente. Efectivamente lo hicieron, pero muy escueto. Me generó desconfianza porque no fue contundente, sino cantin-flérico.

“El general Enrique Medina Gómez me dijo que todo estaba bien planificado, que debía entender que era una necesidad para el país que Chávez se fuera, y que ellos habían acordado que el Alto Mando Militar haría los pronunciamientos y que los muertos los pondrían los civiles”

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7Viernes 13 de Abril de 2012

zaron a llegar los tanques al Regimiento Guardia de Honor. Yo pedí permiso para volver a Fuerte Tiuna. Esa noche del 11 de abril, el general Vásquez Velasco dio la orden de que los tanques regresaran a Fuerte Tiuna. Toda el área del túnel de El Paraíso estaba tomada por la Policía de Chacao, que le había quitado las llaves a los vehícu-los. Nos fuimos a la Disip, pero ya estaba tomada por los gol-pistas. El director de ese orga-nismo recurrió a una artimaña para que yo pudiera salir.

El general Lucas Rincón es-taba de nuestro lado. No sé por qué dijo que el Presidente había renunciado. Yo estaba con las tropas, no le creí y mantuve mi posición.

NO RENUNCIÓPoco después de la media-

noche (12 de abril) llegué a la Comandancia del Ejército. Me llevaron a la habitación del co-mandante, y el general Enrique Medina Gómez me dijo que todo

yo monté tropas en la azotea del comando, y me mantuve allí a la espera. Nunca me buscaron, y yo estaba preparado para no de-jarme aprehender. Hablé con va-rios comandantes de unidades, les manifesté la necesidad de co-nocer si en verdad el Presidente había renunciado, y que si era así, que nos mostraran el escri-to de su renuncia. Basta conocer la personalidad del Presidente para saber que no renunciaría. Era difícil, además, que el pueblo permitiera que eso ocurriera.

LA GESTA DEL 13 DE ABRILLos golpistas convencieron

al general Vásquez Velasco para que hiciera una reunión, el 13 de abril, con todos los comandantes de unidades de Fuerte Tiuna. El pueblo estaba en la Alcabala 3, a la 1:00 pm, pidiendo que el Presidente re-gresara. Yo llegué de primero a la reunión con los comandan-tes de unidades, aunque no me habían convocado. Llegaron Ovidio Poggioli, Guaicaipuro Lameda y todo el Alto Mando que estaba con el golpe de Esta-do. Uno de ellos dijo que Chávez había renunciado al cargo, que tenía los Círculos Bolivarianos armados, que había desconten-to. Yo tomé la palabra y les dije que era falso que había Círcu-los Bolivarianos armados, y que era falso que el Presidente había renunciado.

Ellos decidieron hacer un do-cumento en el que expresaban que no estaban de acuerdo con la autojuramentación de Car-mona Estanga. Ya había un descontento en el sector militar que dio el golpe. El documento

estaba bien planificado, que de-bía entender que era una nece-sidad para el país que Chávez se fuera, y que ellos habían acor-dado que el Alto Mando Militar haría los pronunciamientos y que los muertos los pondrían los civiles. Yo le respondí que no estaba de acuerdo con lo que ocurría. Él tenía su posición, y yo la mía. A Medina le avisaron que estaba por llegar “el presi-dente Carmona”. Llegó Carmo-na y vi el espectáculo: estaban celebrando con júbilo, con ale-gría, con fiestas, con sonrisas, el triunfo que ellos habían obte-nido. Me le acerqué a uno de los generales y le dije que habían cometido un error, que ellos pensaban que todo estaba ter-minando pero que para mí es-taba comenzando, y me retiré.

Al amanecer del 12 de abril de 2002 ingresé con varios oficiales a Fuerte Tiuna. Allí me infor-maron que estaba destituido, y que debía cumplir una orden de reclusión. La orden de captura la emitió el fiscal militar. Pero

lo estaba redactando el mis-mo Efraín Vásquez Velasco, y se decía que el Alto Mando no estaba de acuerdo con las medidas que se habían toma-do, como la destitución de los gobernadores electos. Estaban de acuerdo con algunas cosas, pero no con otras. A las pocas horas de haberse autojuramen-tado Carmona ya había perdido el apoyo de un grupo de los gol-pistas. Vásquez Velasco se reti-ró de la reunión.

Nosotros no sabíamos dón-de estaba exactamente el Pre-sidente. Yo no escuché sobre planes para matar al Presiden-te, pero quien se autonombró como comandante de la Guar-dia Nacional dijo “a Chávez me lo juzgan aquí”. Un grupo que-ría sacarlo fuera, y otro quería juzgarlo aquí.

Todos los comandantes de unidades buscamos a Vásquez Velasco y le dijimos que re-gresara a la reunión. Cuando íbamos de nuevo al salón, le en-tregué el documento que había-mos hecho para que lo leyera en vivo. Entonces nos dijeron que no había señal para salir en vivo, y se pidió el apoyo de CNN para leerlo.

Carmona Estanga estaba en el Ministerio de la Defensa, y todos los oficiales se fueron para allá. Yo me fui para la Al-cabala 3, donde el pueblo espe-raba respuesta del paradero del Presidente. El general Montilla hizo una señal que alegró a la gente: el puño izquierdo golpea la palma derecha. Esa gente se alegró, gritó. Había mucho en-tusiasmo. Como no teníamos una tarima, me monté en un

tanque, me pasaron el megáfo-no, y dije que la Fuerza Arma-da en pleno había decidido el respaldo al presidente Chávez y que estábamos exigiendo su re-greso. La gente festejó, celebró.

Cuando supimos que todos los oficiales golpistas estaban en el quinto piso del Ministerio de la Defensa, ordenamos su detención. Los hicieron presos, les quitaron los teléfonos ce-lulares. Estuvieron detenidos toda la noche, hasta el amane-cer del 14 de abril.

Yo no hablé con Carmona Es-tanga. Apenas llegó el doctor José Vicente Rangel (ministro de la Defensa) le informamos que los oficiales y Carmona estaban detenidos, y él se les presentó y les dijo cosas muy fuertes, muy duras.

“Si hay que hablar de heroísmo, hay que hablar del pueblo”

Lo que hizo posible que el presidente Hugo Chávez regre-sara fue la presión por parte del pueblo. Si a alguien tenemos que reconocerle nosotros algo, es al pueblo. El pueblo que des-de el primer momento se fue a los cuarteles; no solamente en Caracas, sino en varios estados del país. El pueblo que le pidió a la Fuerza Armada que inter-viniera. Si hay que hablar de heroísmo, hay que hablar del pueblo. Nosotros cumplimos la misión que nos correspondía. La presión popular fue funda-mental para que los golpistas se doblegaran.

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8 Viernes 13 de Abril de 2012

El titular de Comunicación e Información recalcó que las televisoras, las radios y los periódicos privados fueron artífices del atentado contra la democracia

La censura impuesta por los medios intentó legitimar la dictadura, explicó

Andrés IzarraQuienes dieron el golpe de Estado envenenaron el periodismo venezolano para siempre

T/ Várvara Rangel HillF/ Andreína BlancoCaracas

Desde el golpe de abril de 2002, en el campo de ba-talla de la política, quedó

en evidencia que el periodismo venezolano está “envenenado” y que solo acepta posturas ma-niqueas. Como consecuencia de esa guerra también mediática el público ha aprendido a releer a los medios entre “contrastes”, que ofrecen cada uno visiones opuestas del país.

Esa es la evaluación de la profesión que hace el titular del despacho de Comunicación e Información, Andrés Izarra, quien experimentó en carne propia la transformación del periodismo venezolano hace 10 años, cuando era gerente de producción del noticiero El Ob-

servador de Radio Caracas Te-levisión (RCTV ).

El comunicador reconoce que el 11 de abril de 2002 el canal de Quinta Crespo “estaba montado en el golpe de Estado, usando el medio como un articulador y un propulsor de ese atentado con-tra la democracia”.

-¿Cómo participó RCTV en el golpe?

-RCTV formó parte del con-glomerado mediático que se ar-ticuló en un plan para derrocar al Presidente legítimamente electo por las venezolanas y los venezolanos para ese momento, el comandante Hugo Chávez. El papel de RCTV fue con su capa-cidad informativa, al hacer un despliegue de toda la semana previa al golpe, las protestas que se dieron en Chuao y luego la gran marcha que fue desvia-da a Miraflores. Esa gran cober-tura que se dio a las protestas no se correspondió con la reacción que se vio luego. Una vez que se llevan a Chávez preso y sale el pueblo a la calle, los medios de comunicación privados en una acción coordinada, concertada y utilizando a los periodistas -que

ponsalía en Maracay, teníamos la rueda de prensa completa y fue censurada. La declaración que dio el Canciller fue censu-rada. Isaías, el día 12, convocó a una rueda de prensa con el justificativo de que iba a renun-ciar y el canal tomó en vivo esa declaración, montó una micro-ondas y cuando salió en vivo no renunció sino que condenó el golpe de Estado. Yo estaba en la cabina cuando recibimos la instrucción: ¡Sáquenlo del aire! En la grabación se ve que el an-cla (en el estudio) se queda en el aire, perdida porque de pronto se interrumpió abruptamente la declaración por la instrucción del cero chavismo en pantalla, que ocurrió también en el resto de los canales y en las radios. Una censura impuesta por el es-fuerzo mediático de legitimar la dictadura que se había instala-do en el país.

-¿Fue eso un golpe mediático?-No, fue un golpe de Estado

impulsado desde los medios o en el que los medios fueron articu-ladores, fueron artífices, fueron protagonistas en todo ese aten-tado contra la democracia.

-¿Con ese protagonismo de los medios no hay una deuda de la justicia?

-Los medios privados en Vene-zuela, luego de esos hechos han perdido mucho, han perdido credibilidad, han perdido mu-cha capacidad de manipulación y esto ha ayudado a escribir una nueva historia, a sembrar una nueva conciencia. Este pueblo ya no es tan fácil de engañar como era en ese momento, la suprema-cía de lo mediático ha mermado, no es que no la tengan, todavía tienen una gran influencia y capacidad de manipulación, de mentir, de desestabilizar. Pero, ¿Llegar a los niveles de poder dar un golpe de Estado? Lo veo difícil, este pueblo ha avanzado mucho y hay mucha conciencia crítica, mucha capacidad de re-flexión que se ha alimentado con una educación intensiva.

UN SALTO DE CONCIENCIA-Los periodistas son seres hu-

manos y cuando se está en una situación excepcional como el golpe no sabe necesariamente cómo reaccionar. ¿Usted se au-tocensuró en esos días?

-No, me fui (risas). Hace 10 años era otro, era más joven, más ingenuo. Creía que podía hacer un periodismo equilibra-do. Fue muy indignante para algunos el uso de los equipos

trabajábamos allí como carne de cañón para las aventuras políti-cas de sus dueños- se sumaron a atentar contra la voluntad del pueblo, contra la voluntad de un Presidente que fue electo por el pueblo y contra la reacción po-pular que fue desaparecida de la pantalla. Cero chavismo en pantalla fue la instrucción que se nos dio a nosotros los perio-distas al día siguiente del golpe de Estado, el 12 de abril.

-¿Quién le dio esa orden?-Esa instrucción vino de las

más altas directrices del canal.-¿Ese fue el momento en que

pusieron comiquitas?-No, las comiquitas fueron el

13 de abril. El cero chavismo en pantalla fue en la reunión de pauta del día 12 y fue lo que se mantuvo todo ese día cuando vimos los ataques a la Embajada Cubana, vimos al gobernador (Henrique Capriles) Radonski liderizando ese ataque contra la embajada, vimos al señor (Mi-guel) Dao al frente de la enton-ces PTJ reprimiendo al pueblo por doquier, especialmente al de Caracas que estaba manifes-tando, comenzamos a conocer de las protestas populares: en la autopista Caracas-La Guai-ra, en el 23 de Enero y en Catia. Conocíamos esas protestas y eso fue silenciado. Ese silencio se hizo estridencia el día 13 de abril. (Pedro) Carmona había convocado a los periodistas para la juramentación de su nuevo gabinete y estuvo RCTV cubriendo eso y a pesar de que sabíamos, que teníamos el ma-terial, con la gente huyendo por la recuperación popular del Palacio de Gobierno, la infor-mación no salió. Incluso sabía-mos dónde estaba el presidente Chávez, porque uno los pilotos de uno de los helicópteros le dijo a uno de nuestros reporteros que lo llevaban a La Orchila. Sabíamos inclusive de la rueda de prensa que dio (Raúl) Baduel desde Maracay, porque RCTV era el único canal con corres-

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periodísticos como carne de ca-ñón para los planes políticos de los dueños de los medios. Me fui el 13 en la mañana, cuando era ya insoportable. Aristóbulo (Is-túriz) me llamó como a las 11:00 pm (del día 12), y me dijo:“Tú no sabes nada, aquí estoy y tú es-tás diciendo en tu canal que me están persiguiendo, que estoy preso, que Freddy Bernal está muerto. Le he dicho a Eladio Lares…” Lloré esa noche, Aris-tóbulo (Istúriz) con su llamado a la conciencia me hizo llorar y me afectó mucho. Amanecí muy contrariado y desde el 12 estaba protestando por la cobertura que se estaba dando, hasta que el 13 simplemente me sublevé en la redacción y mi jefe me dijo: “O te pliegas o te vas”. Le respondí: Me voy, lo que ustedes están haciendo es indignante, es una cosa que atenta contra toda éti-

bre. Venía de afuera, hice casi toda mi carrera fuera del país, RCTV fue mi primer trabajo y no había vivido muchas cosas como quizás las vivió otra gente. También representó un salto de conciencia distinto.

-¿Cuánto tiempo tenía en ese empresa?

-Tenía casi tres años, pero no es por el tiempo, sino que venía con otra idea de cómo se hacía el periodismo.

-¿En qué periodismo cree ahora?

-Creo que en Venezuela el periodismo está contaminado, muy intoxicado y tiene que ser así porque aquí nos estamos ju-gando el futuro del país. Quie-nes han usado el periodismo como arma política, que hasta un golpe de Estado dieron han envenenado el periodismo en Venezuela para siempre. El pe-riodismo hoy en Venezuela es de contrastes: por un lado hay una línea editorial que resalta ciertos valores, que resalta cier-ta conciencia, ciertos intereses y por otro lado estamos los que resaltamos la patria, el colecti-vo, la democracia, el juego lim-pio. Entre eso está el debate del país. El periodismo en Venezue-la refleja lo que es el país, los dos proyectos en disputa.

Ese periodismo impoluto, ob-jetivo, no existe. Lo que sí exis-te es el periodismo que intenta balancear lo intersubjetivo, que todos los sujetos que ten-gan una historia tengan de al-guna forma su representación. Lo intentamos todos los días, hacemos un esfuerzo en medio de la batalla política que exis-te. El periodismo en Venezuela está bajo la tutela de la batalla política y tiene que ser así, no hay de otra.

-Una de las cosas más polémi-cas de RCTV es que dividió la pantalla en la transmisión con-junta de radio y tv que ofreció el Presidente antes del golpe.

-No fue solo RCTV, fueron to-dos los canales.

-¿Qué pasó en ese momento? ¿Quién dio la orden?

-Eso no era una cosa que ha-cía prensa. Yo era gerente de producción de prensa, y eso fue desde el máster, fue una instruc-ción directa que vino desde arri-ba. Fue una acción concertada de todos los canales privados, antes del golpe y durante los días del golpe. No fue solamente RCTV la pantalla que transmi-tió caricaturas, fueron Venevi-sión, Televen, todos los canales

ca, contra toda dignidad, contra un pueblo. Conmigo se fueron algunos periodistas que siguen estando del otro lado, pero que por dignidad se fueron y que luego no se atrevieron a denun-ciarlos.

Los que se quedaron en el canal tramaron un plan para defenderse sacando la cámara y denunciando cuando viniera el pueblo chavista a agredirlos y salir al aire con eso. Estaban todos con un ataque de pánico: creo que los alcanzó la concien-cia del mal que habían hecho. Luego aparecieron unos perio-distas en un apartamento di-ciendo que no informaban por-que los chavistas no los dejaban salir, con un show francamente patético, denigrante. Fue un mo-mento muy duro, para mí fue un momento de mucho crecimiento personal y significó un quie-

privados y las radios igual. La información fue censurada.

SIN PRECEDENTES-¿El pueblo le pasó factura a

RCTV el 13 de abril?-Sin duda.-¿Estaba justificado?-La protesta fue una acción

reivindicativa, una acción de rechazo de la forma más con-tundente a las agresiones que ese canal venía haciendo contra todo un pueblo, contra toda una cultura política, contra toda una historia. Lo que hicieron aquí los medios de comunicación pri-vados no tiene nombre ni prece-dentes en la historia del mundo. Como dijo (Noam) Chomski, que

si en Estados Unidos los medios de comunicación privados se hubieran atrevido a hacer lo que hicieron aquí estuviera más de uno condenado penalmente.

-Por eso le pregunto nueva-mente, ¿los medios no tienen pendiente una deuda con la justicia?

-Bajo el marco legal que había en ese momento era poco lo que se podía hacer. Hubo un dicta-men del Tribunal Supremo de Justicia que dijo que no hubo golpe sino unos militares preña-dos de buenas intenciones que tenían al Presidente custodiado. Todo el marco legal estaba para impedir o dificultar cualquier acción legal.

Hegemonía de la democracia

El ministro del Poder Popular para la Comunicación y la In-formación, Andrés Izarra, negó que luego del golpe de Estado de 2002 el Estado venezolano tenga una hegemonía comuni-cacional, aunque admitió que es una aspiración.

-¿Es necesaria esta hegemo-nía?

-Hay gente que ha malinter-pretado o manipulado el tema, de que se le va a quitar la voz a las personas, a la oposición, a la disidencia. Creo que la hegemo-nía política que se está tratando de construir en Venezuela es la de la democracia radical, de los que cada vez tengan más voces y más posibilidades de participar.

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10 Viernes 13 de Abril de 2012

“Le dije a mi compañero que nos matarían, pero que si al Presidente lo metían en nuestra lancha lo llevaríamos a La Ciénaga”, rememoró el entonces sargento primero Luis Del Pino

En Maracay y Valencia la gente salió a la calle a defender al presidente Chávez

Desde Turiamo se desmontóel argumento del golpe de Estado

TyF/ Luis Tovías BaciaoTuriamo

Los relatos de fantasmas y espantos alimentan el ideario de los escasos mo-

radores de la bahía de Turia-mo, del estado Aragua. Entre la oscurana y la tupida fron-dosidad que bordea el recinto militar, enclavado a la falda de una pequeña serranía, uno que otro sonido mecánico acentuó su hálito misterioso la madru-gada del 13 de abril de 2002.

El sargento primero Luis Del Pino, quien era operador de embarcaciones menores para entonces, montaba guardia en la penumbrosa estancia. Junto a él, numerosos jóvenes dor-mían en un camarote, donde ahora se erigen los apartamen-tos de la brigada de Operacio-nes Especiales.

Adormilado, Del Pino sin-tió que tocaron la puerta. Se levantó y abrió la entrada del compartimiento pasada la medianoche; vio a un marine-ro vestido de azul con gorro blanco. A Del Pino se le erizó el cuerpo, pues creía que se tra-taba de una aparición del más allá. Percibía y escuchaba a esa figura nublada que le daba cuenta del arribo del presiden-te Hugo Chávez a la base.

El marinero se retiró y cerró la puerta tras de sí. Del Pino se persignó. La cosa con los aparecidos es seria aquí. Dio la vuelta, de espaldas al acce-so, y se iba a acostar de nuevo, pero le picó la curiosidad… En Turiamo cualquier cosa puede pasar, pensó.

Salió a la calle que da frente al comando y distinguió una formación castrense. Se devol-vió a ponerse su braga negra, y trotó hasta allá. Ahí, los man-dos comenzaban la distribu-ción de los hombres a los pun-tos correspondientes al rol de defensa.

¿Qué está pasando?, se inte-rrogó mentalmente Del Pino. Se hallaba adormilado aún. ¿Sería

sinar a Chávez en este paraje remoto. El siseo de la brisa marina se mezclaba con el su-surrar de los efectivos; la ma-yoría desaprobaba semejante intento.

La posible consumación de un magnicidio en Turiamo gene-raba presiones grupales, apre-tar de puños y miradas descon-fiadas. No pocos demandaron al cielo que iluminara con sus luceros de esa profunda noche los juicios de los captores.

“Creo que la historia con-temporánea de Venezuela em-pezó aquí en Turiamo. Gracias a Dios que no se cayó ni un pocillo metálico de la mesa, porque todavía estuviésemos recogiendo muertos. Había mucha tensión; el más tran-quilo ese día estaba trasforma-do. Uno no pensaba en familia ni en nada de eso. Queríamos defender al Presidente y poner fin a la injusticia”.

Llegó la mañana con el au-mento de la inquietud. El per-sonal militar sollozaba por el desayuno a las 10:00 am. Del Pino, pese a la dureza del mo-mento, bromeó con sus cole-gas: “¡Ah! ¡Yo se los dije! Mír-enme aquí comiendo cambur, naranja y pan”.

A las 2:00 pm, momento del cambio de guardia, Del Pino pudo divisar a Chávez, quien caminaba por el patio princi-pal, detrás de la enfermería donde lo mantenían retenido. Más tarde se lo llevaron en he-licóptero, rememoró el ahora sargento mayor de segunda.

LA VERDAD ENTRE BOMBONAS DE GAS

El señor Pablo Tovar divisó desde su casa el descenso de los helicópteros el 12 de abril en la noche; bajaron a la zona des-pejada de la base de Turiamo. Ignoraba lo que acontecía: el golpe de Estado y la presencia de Chávez allí.

De hecho, Tovar no supo nada hasta unas horas después, cuando el cabo de la Guardia Nacional Juan Rodríguez le interrogó sobre qué hacer para sacar una carta del Mandata-rio Nacional en cuyas líneas desmentía su renuncia a la Pri-mera Magistratura.

El uniformado sentía ner-vios a decir de su cara, men-cionó Tovar, quien le aconsejó un plan: salir de la base con el pretexto de ir a comprar unas cuantas bombonas de gas. Seguro que nadie chistaría,

un sueño? La duda se le disipó cuando le ordenaron buscar su fusil. “Yo no fui por el fusil pri-mero; lo que hice fue aprovisio-narme de logística adelantico. Llegué a la cava y agarré cam-bur, naranja y pan. En la braga tengo bolsillos por todos lados. Después de eso tomé mi fusil y me fui con mi marinero”.

El sargento primero se pre-sentó en un santiamén en el muelle. “Después de varios movimientos nos convencimos de que era verdad que tenían a Chávez allí. Le dije a mi com-pañero que nos matarían, pero que si al Presidente lo metían en nuestra lancha lo llevaría-mos a La Ciénaga. Mi lancha contaba con 22 puestos de pa-sajeros. Estábamos decididos, porque al transportarlo a ese punto la gente nos apoyaría. No queríamos que muriera el pro-ceso revolucionario”.

En el aparcadero reinaba la impotencia entre gran parte de los presentes. Del Pino percibió una empatía casi general con el Presidente; sin embargo, se percató de la animadversión de otros. “La cuestión es que todos estábamos armados. No sabía-mos quién era quién”.

Los rumores propagaban la versión de un plan para ase-

La celebración del 14-A

En la madrugada del 14 de abril de 2002, la multitud cele-braba la llegada del Presidente al Palacio de Gobierno. Desde Maracay y Valencia la música de Alí Primera dio paso a las esperadas palabras de Hugo Chávez. Sin duda, el único que podía devolver a la gente a su casa.

Chávez era quien podía cal-mar a ese pueblo que se des-plegó entre plazas, calles y avenidas. Al escuchar la voz del líder, cuando declaró que esta-ba bien física y mentalmente, las heroínas y los héroes anó-nimos respiraron profundo.

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11Viernes 13 de Abril de 2012

puesto que cuando se habla de implementos para las comidas nadie pone trabas; menos aún en ese paraje alejado.

“Yo no leí la carta. No podía-mos ponernos sospechosos. Es-tábamos tres: mi papa, mi her-mano y yo, que siempre hemos vivido aquí en una casa dentro de la base. Le di esa idea de las bombonas. Le montamos seis bombonas en una camioneta azul. Le di las llaves, arrancó y se fue”.

Chávez metió esa carta en una papelera, la sacaron de la enfermería y apareció en su vi-vienda, refiere Tovar. Este nun-ca imaginó que desde ahí se adelantaría una comunicación de magnitud histórica para el país.

“En ese instante pensaba de todo. Sin embargo, debíamos voltear el golpe. Se acababa lo que teníamos. La gente aguar-daba silenciosa”, enfatizó To-var, quien partiría más tarde, ese 13 de abril, hacia Maracay; específicamente a la Brigada de Paracaidistas.

Un hormigueo le ocupaba el estomago a Tovar. “Nos ubi-camos allí en la guarnición de Maracay. Sentí temor, pero al ver la aglomeración de gente uno se llena de guáramo. No contábamos con armas, no sa-bíamos contra qué luchar. Sin embargo, si nosotros habíamos votado por el Presidente, ¿cómo es eso de que no los iban a qui-tar así? Fui chavista, soy cha-vista y moriré chavista”.

“Ahí vimos los autobuses de las universidades. Los es-tudiantes se concentraron en diferentes lugares militares de Maracay. De la brigada siempre salía un oficial de alto rango para darnos ánimo y pedirnos calma también. Nos decían que el Presidente no había renun-ciado, que pronto se rescataría. Y yo era parte de esa noticia”, contó Tovar.

La noche del 13 tomó con bríos al pueblo aragüeño. El tumulto se compactaba más y más en las proximidades de las instalacio-nes castrenses de Maracay. En casi todas las calles y calzadas de mayor anchura se rumorea-ban las consignas como un des-ahogo colectivo.

EN CARABOBO, PASO A PASOEntretanto, en Carabobo, un

hervidero de gente indignada por la pérdida de la democracia se concentró en la redoma de Guaparo, punto limítrofe en-

como si fallara la electricidad. Al costado de la vía, desde unos pequeños edificios, cuyos propie-tarios son mayoritariamente de clase media, lanzaron botellas de vidrio hacia la concentración bolivariana. “Fuera de aquí, tie-rrúos”, vociferaban al unísono desde diversas ventanas.

El humo de fogatas encendi-das en la puerta principal de las instalaciones castrenses y los lemas efusivos, exteriorizaron el malestar acumulado por las horas de desinformación. Las autoridades de la 41 Brigada no

tre los municipios carabobeños Valencia y Naguanagua.

El 12 de abril, durante la tras-misión de la autojuramentación de Carmona Estanga, el lugar fungía como bastión de los gru-pos opositores; era una réplica de Pdvsa Chuao de Caracas. La policía de Carabobo se encar-gó de cuidar y asegurar que la manifestación antichavista no sufriera contratiempos.

No obstante, el 13 de abril fue lo contrario. Autobuses de la Universidad de Carabobo (UC) y del Tecnológico de Valencia compartieron con decenas de vehículos y motos alrededor de tarimas improvisadas, a las afueras de la 41 Brigada Blin-dada del Fuerte Paramacay (ubicada a escasos metros de la redoma).

Estudiantes, políticos y miembros de organizaciones sociales reclamaban el regreso del presidente Chávez. Ante el mutismo mediático de las em-presas de difusión privadas, la refutación del pueblo llano re-sultó categórica: el boca a boca, la radio bemba, el mensaje de texto inflamaron de optimismo a las seguidoras y los seguido-res de la Revolución.

A juicio de Luis Martínez, quien salió la noche del 13 a la redoma de Guaparo, la chispa incendiaria de la pradera fue la noticia de que el presidente Chávez se encontraba secues-trado. “No te voy a negar, ha-bía miedo en el interior de las comunidades. Con amargura vimos el circo de los golpistas en Miraflores. También distin-guimos el odio en sus caras”.

“Volvió mi felicidad cuando desde Maracay llegó informa-ción sobre unos militares que se declararon en contra del golpe. En mi casa empezamos a brin-car de alegría y cogimos calle a ‘mover el paltó’. Sabíamos que teníamos que echar el resto para completar la restitución del Co-mandante”, refirió.

CONTRACOMUNICACIÓNLas cornetas y los megáfonos

multiplicaron la voz de las ra-dios que notificaban los porme-nores en Miraflores y el posible paradero del Mandatario. “Era otra angustia, porque se escu-chaba que el Comandante ha-bía recibido un disparo en una pierna o lo habían malogrado”, cuenta Martínez.

Las luces tenues de la aveni-da Universidad, que bordea el Fuerte Paramacay, titilaron

revelaban con claridad su posi-ción ante el golpe.

La actual diputada del Conse-jo Legislativo del estado Cara-bobo, Betsabé Arroyo, recuerda su participación en la moviliza-ción. Para la fecha, ella tenía 15 años de edad. “Mi papá y yo nos vinimos desde Los Guayos, con muchas esperanzas de tumbar la tiranía derechista. Él decía que Chávez no debía terminar como Allende en Chile”.

“Las comunidades en el mu-nicipio Los Guayos fueron otras protagonistas ese 13. Como guerrilleras y guerrilleros se activaron las y los compatrio-tas de los sectores populares. En Guataparo se juntaron las y los camaradas de la zona sur de Valencia con todo y lo peligroso del ambiente. Porque los Salas desplegaron su policía con el objeto de no descuidar los pa-sos de los revolucionarios”.

Arroyo rememoró los suce-sos en la plaza de Los Guayos. “Los Círculos Bolivarianos combatieron a los guarimbe-ros. Tuvimos enfrentamientos contra los grupos de choque de Proyecto Venezuela que inten-taron quemar unos espacios que eran de la comunidad”.

“En ese clima, no fueron pocos los que partieron en autobuses con destino a Caracas. Yo misma me encaminé con mi papá, pero mi mamá me mandó a buscar. Ella decía que yo estaba muy pequeña para exponerme a esos peligros”, detalló Arroyo.

“Creo que la historia

contemporánea

de Venezuela empezó aquí

en Turiamo. Gracias a

Dios que no se cayó ni un

pocillo metálico de la mesa,

porque todavía estuviésemos

recogiendo muertos. Había

mucha tensión; el más

tranquilo ese día estaba

trasformado.

Uno no pensaba

en familia ni en nada

de eso. Queríamos defender

al Presidente

y poner fin a la injusticia”Pablo Tovar

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12 Viernes 13 de Abril de 2012

A decir de los fundadores de Catia TV, Wilfredo Vásquez y Ricardo Márquez, durante la intentona golpista contra el presidente Chávez los medios privados intentaron confundir a la población y participaron activamente en contra de la Revolución Bolivariana

Hace 10 años el pueblo venezolano dejó de “creer en mentiras”

Abril de 2002:cuando la radio bemba les ganóa las corporaciones de la comunicación

T/ Luis Jesús González CovaF/ Héctor Rattia-Loel Henríquez Caracas

Para Wilfredo Vásquez, uno de los fundadores del ca-nal comunitario Catia TV,

abril de 2002 debe recordarse “como el mes en que el pueblo venezolano dejó de ser pendejo y dejó de creer en las mentiras que dicen las grandes corpora-ciones que manejan los medios de comunicación”. Ese día “en-tendimos que la comunicación es un arma muy poderosa, y ellos todavía la usan para men-tir y manipular”.

El comunicador popular, como él mismo se califica, sostiene que los pocos medios alternativos y comunitarios que existían por esos días, así

como documentalistas y otros profesionales independientes, develaron cosas que los cana-les de televisión, las estaciones de radio y la prensa escrita, pertenecientes a corporaciones “ocultaron deliberadamente”.

Durante esas tres fechas, dice, “no solamente se violaron los derechos ciudadanos”, sino que además “los medios de co-municación (privados) se con-virtieron en jueces, opinaban como en un tribunal y estaban alegres cuando vejaban a per-sonas perseguidas como Ra-món Rodríguez Chacín”, en ese entonces ministro de Interior y Justicia.

“AQUÍ ESTÁ PASANDOALGO RARO”

Luego de una breve búsqueda en su memoria, el comunicador Wilfredo Vásquez rememoró que la noche previa al 11 de abril de 2002, la hoy llamada Esquina caliente, cercana a Puente Llaguno, comenzó a calentarse con las canciones

que además se usaron en la Asamblea Nacional, en el caso de las interpelaciones para de-terminar a los responsables de los hechos delictivos ocurridos el 11 de abril de 2002.

Ricardo Márquez, actual pre-sidente de VIVE TV y también fundador de Catia TV, recuerda con amargura haber visto caer a los compatriotas revoluciona-rios abaleados por francotira-dores, cuando “en cuestión de minutos los canales de televi-sión privados los estaban mos-trando como si fueran de las personas que venían de Chuao. Y esos eran muertos nuestros (chavistas)”.

El presidente de VIVE TV está convencido de que los fran-cotiradores tenían entre sus objetivos especiales disparar a quienes estuvieran registrando el hecho. “Le dieron a un fun-cionario de la entonces Disip y a Jorge Recio, que tenían cáma-ras. Incluso Wilfredo Vásquez estaba grabando cuando un compañero cayó justo al lado de él. Nosotros presumimos que el objetivo era él (Vásquez), porque tenía una cámara”.

OTRAS CLAVESDE LA MISMA MASACRE

En la tarde del 11-A, a los fun-dadores de Catia TV les infor-maron que efectivos de la Poli-cía Metropolitana pretendían allanar la estación.

“Fueron a cerrar una esta-ción comunitaria con un trans-misor de apenas 25 watts, pero representaba en ese momento una molestia”. Venezolana de Televisión estaba fuera del aire y Catia TV podía ser un canal para informar la verdad de lo que estaba sucediendo. “En ese momento era la primera televi-

de grupos culturales que se dieron cita en el lugar, en parte como respuesta a las “alhara-cas que hacía la oposición en Chuao, pero principalmente para acompañar al presidente Chávez, que iba a estar ahí en Miraflores”.

Cuando llegó el 11, la con-vocatoria para la actividad cultural continuaba. La mani-festación opositora iba a estar lejos (en Chuao) y no pidieron ningún permiso para marchar hasta Miraflores. “Nosotros te-níamos pensado estar ahí con amor y alegría y no pensába-mos que ellos iban a llegar con su odio planificado”, sentenció Vásquez.

Ya entrada la tarde le llegó información de que los mani-festantes de Chuao se dirigían a Miraflores. Sin embargo, se percataron de que “algo raro estaba pasando”, cuando un pi-quete de la Guardia Nacional, “supuestamente” fiel al hilo constitucional, se apostó entre el Ministerio de Relaciones Ex-teriores y el antiguo Correo de Carmelitas.

Cuando algunos manifestan-tes de Chuao llegaron a la ave-nida Baralt, y los canales pri-vados transmitían imágenes de unos “pistoleros” supues-tamente disparaban a los que venían del este de la ciudad, las cámaras de Catia TV y las de los documentalistas Ángel Palacios y Liliane Blaser, entre otras, capturaban otra versión. En ella se veía a los guardias nacionales y a la Policía Metro-politana (PM) “traicionando no solo a Chávez, sino a todo el hilo constitucional”, consideró Vásquez.

Incluso, las imágenes capta-das por las cámaras del canal comunitario sirvieron, no solo para completar esclarecedores trabajos de investigación como los documentales Claves de una masacre, de Ángel Palacios, y La Revolución no será transmi-tida, de factura irlandesa, sino

Sin saqueosEl 13 de abril de 2002, Ca-

tia TV capturó imágenes de la Policía Metropolitana arre-metiendo contra el pueblo, en Catia, que intentaba impedir los saqueos emprendidos por la comunidad confundida, con el recuerdo de El Caracazo aún fresco en la memoria popular.

“Hubo enfrentamientos y es-taban comenzando a saquear, pero la gente entendió que eso la perjudicaba”, contó Wilfredo Vásquez.

Wilfredo Vásquez

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13Viernes 13 de Abril de 2012

sora comunitaria inaugurada por el presidente Chávez y era de señal abierta y pública”, ar-gumentó Márquez.

“El que nos avisó fue el jefe civil de La Pastora, de apellido León. Y puedo decir con toda responsabilidad que ese jefe ci-vil y el del 23 de Enero, Carme-lo González, no estuvieron de acuerdo, no se voltearon”, contó Vásquez.

En ese entonces Catia TV funcionaba en las instalaciones del Hospital General Doctor Je-sús Yerena, de Lídice, y gracias a los trabajadores de esa insti-tución sanitaria la policía no pudo realizar el allanamiento.

Por razones de seguridad personal, ninguno de los co-municadores populares entró a las instalaciones de la estación comunitaria. Las trabajadoras y los trabajadores del centro asistencial los mantenían in-formados de todo lo que ocurría cerca del canal y avisaron de la constante vigilancia de los uni-formados, cuya presunta inten-ción era capturarlos.

De manera que la acción de la PM, al servicio de la Goberna-ción del Distrito Capital duran-te la gestión de Alfredo Peña, al

ron los teléfonos celulares: con cadenas de mensajes de texto se concretó una convocatoria para un cacerolazo en apoyo al presidente Chávez, aun cuando los medios de comunicación pri-vados mantenían un mutismo absoluto con respecto a lo que ocurría realmente en las calles y se preparaban para transmitir la barbarie que significó la des-aparición momentánea de todos los poderes públicos y la autoju-ramentación como presidente de Pedro Carmona.

SE CONSOLIDÓLA UNIÓN

A decir de Ricardo Márquez, aquel cacerolazo marcó el co-mienzo del rescate de la demo-cracia: “Yo creo que el punto que marca la reconquista de lo per-dido hasta ese momento y lo que levantó la moral al pueblo, fue ese cacerolazo. Nos sentimos mi-llones que estaban conectados, a través de esos ruidos. Yo creo que ese fue un hecho comunicacional que algún estudioso debería revi-sar, porque yo he conversado con algunos compañeros que pien-san lo mismo, que ese cacerolazo marcó el comienzo de la retoma del hilo constitucional. Y se con-vocó apenas en unas horas”.

Con ese optimismo infundado por el cacerolazo amaneció el 13 de abril, y la gente de Catia TV, continuó con sus registros de lo que sucedió. Aparte de los equi-pos que tenían cuando la PM intentó allanar al canal comu-nitario, lograron sacar otras he-rramientas con el apoyo de las trabajadoras y los trabajadores del Hospital General de Lídice.

Mucha gente estaba en la ca-lle protestando y pidiendo ver al presidente Chávez, asunto que se perpetuó en las citas de las cámaras de Catia TV. No obs-tante, la gente tenía cierto temor junto con la rabia, según piensa Vásquez.

menos impidió que alguien tras-mitiera esa otra perspectiva de lo que pasó en Puente Llaguno ese 11 de abril de 2002.

El 12 de abril fue muy poco lo que pudieron hacer los co-municadores populares. Con las herramientas que tenían registraron el ambiente de ese día e intentaron instalar algu-nos aparatos en Guarenas y en Catia, para intentar llegar, vía radio, a la población de esas localidades y así comunicar la realidad. Esto no pudo concre-tarse. No obstante, se mantu-vieron en la calle.

“Luego de las experiencias con las dictaduras en Latino-américa, teníamos claro que lo que venía era una gran repre-sión y la búsqueda de gente que apoyó el proceso, como en efecto sucedió”. “Cargamos nuestras baterías, tomamos nuestras cintas y nuestras cámaras para grabar lo que pudiéramos. Y ese día lo dijimos de esta manera: En algún momento de la histo-ria podremos contar la verdad. Y cada uno por su lado se montó en hacer algunos registros”, re-lató Ricardo Márquez.

Lo que sí funcionó al día si-guiente de aquel 12 de abril fue-

Fue en ese momento cuando, junto con muchos otros colec-tivos populares y compañeros revolucionarios, emprendieron acciones de agitación.

“En la laguna de Lídice estaba un señor vendiendo plátanos en un camión. Le pedimos que nos ayudara, en contra del golpe y el secuestro del Presidente. Necesi-tábamos a la gente y estábamos silenciados. Y el tipo comenzó: con el megáfono vendía sus plá-tanos y hacía un llamado dicien-do que había que salir a apoyar al presidente Chávez. Fue un héroe anónimo. Nos dijeron que estuvo todo el día por La Pastora, Lídice, Los Frailes haciendo llamados a la gente”, rememoró Márquez.

Por su parte, Wilfredo Vásquez estuvo en los alrededores de Mi-raflores y notó que unos guardias nacionales les hicieron señas. “Había desconfianza, yo estaba arrecho, no creíamos en nadie, pero nos hacían señas y nos de-cían que lleváramos a la gente. Ahí nos empezamos a abrazar”.

“¡QUEREMOS VERA CHÁVEZ!”

Como no tenían capacidad de trasmitir eso, hicieron lo único que estaba a su alcance. “Fui-mos a la avenida Sucre, a Los Frailes y le enseñé a la gente lo que nos estaban diciendo los soldados: que estaban con no-sotros. Con eso invitamos a la gente y así fueron varios a Mi-raflores, porque los militares estaban con nosotros. Esa cinta la retrocedí miles de veces para que la gente lo viera”, afirmó el comunicador popular.

Sumado a esto, siempre con el apoyo de mucha gente, tomaron el sonido que estuvo la noche del viernes cerca de Miraflores y lo montaron en un camión. Se trasladaron al Balcón del Pue-blo con la amenaza de que aún estuvieran los francotiradores escondidos. A su propio riesgo comenzaron a gritar consignas y a arengar a la gente que se fue acercando hasta formar una multitud.

Márquez recuerda especial-mente que llegaban muchos pa-peles con palabras de la gente a favor del presidente Chávez. Los leían y luego de cada men-saje gritaban consignas para elevar los ánimos. Así pasaron por esos altoparlantes persona-lidades como Isaías Rodríguez, Wilian Lara, Aristóbulo Istúriz, Ana Elisa Osorio y muchos más que salían del palacio y trataban de explicar la situación.

De ese mismo momento, uno de los recuerdos más claros de Vásquez es que hubo un momen-to en que la gente no quería escu-char más discursos y solo grita-ba: “¡Queremos ver a Chávez!”. “No importaba quién se subiera, la gente lo que quería era ver al Comandante”.

Uno de los instantes más im-portantes de ese momento fue cuando llegó a manos de Már-quez una copia de la famosa car-ta del presidente Hugo Chávez, en la que escribió que en efecto no había renunciado. “Ese fue un gran placer que me regaló la vida. Y esa imagen esta en algu-nos videos. Fue de mucho orgu-llo. Para mí será inolvidable”.

Finalmente, con Venezolana de Televisión al aire y la demo-cracia recuperada, los medios comunitarios permanecieron frente al Palacio Blanco, hasta la última consigna, ya en la ma-ñana del 14 de abril, en la que la multitud coreó: “¡Preparen el café que Chávez no se fue!”.

LA GRAN LECCIÓNLos acontecimientos de los

días 11, 12 y 13 de abril de 2002 demostraron la necesidad de te-ner una diversidad de medios de comunicación conducidos por el pueblo y no solo en manos de entes privados y del Estado. “La comunicación pública, por ser un derecho importantísimo, no se puede mantener solamente en manos de pequeños grupos”, sostuvo Ricardo Márquez.

“Hasta el 11 de abril del año 2002, quien se había resteado con los medios comunitarios era el Presidente, por esa visión estra-tégica, su inteligencia y su visión a largo plazo. El hecho de que se hubiese inaugurado Catia TV, los aportes por órdenes directas del presidente Chávez para que los medios comunitarios comenza-ran a desarrollarse, era una vi-sión muy de él y de un grupo muy pequeño de funcionarios que es-taban en su entorno”, afirmó.

Si se intentara repetir lo ocu-rrido en 2002, Márquez opina que sería más complicado aca-llar la verdad, por la cantidad de medios alternativos creados a partir de entonces. “El 11, 12 y 13 de abril de 2002 fue cuan-do la radio bemba les ganó a las grandes trasnacionales de la co-municación. Esos días el heroico pueblo venezolano, sin transmi-sor, ni la potencia de millones de kilovatios, pudo echar del poder a un usurpador y a un grupo de fascistas”, reflexionó.

“Cargamos nuestras baterías,

tomamos nuestras cintas

y nuestras cámaras para

grabar lo que pudiéramos.

Y ese día lo dijimos de esta

manera: En algún momento

de la historia podremos

contar la verdad. Y cada uno

por su lado se montó en

hacer algunos registros”

Ricardo Márquez

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Probablemente Jesús Romero Anselmi evitó la pérdida de vidas inocentes durante el golpe de hace 10 años contra el presidente Hugo Chávez

En abril de 2002 el canal del Estado recibió amenazas de un ataque armado

VTV ahora está blindadacon tecnología de punta y con el compromisode sus trabajadoras y trabajadores

T/ Luis Jesús González CovaF/ Héctor Lozano-José Luis DíazCaracas

Desde que ocurrió la rebelión del 27 de noviembre de 1992, el canal del Estado, Vene-

zolana de Televisión (VTV), se convirtió en un blanco sensible en situaciones de inestabilidad política. Así se confirmó en abril de 2002, cuando un plan de secto-res opositores intentó sacar del poder al presidente electo consti-tucionalmente, Hugo Chávez.

Sin embargo, en esa oportu-nidad ocurrieron algunas par-ticularidades, especialmente en cuanto a la forma cómo la esta-ción de televisión salió del aire. Lejos de lo que mucha gente argumenta, en esa oportunidad no hubo propiamente un asalto, ni tampoco se intentó controlar la señal desde los dispositivos externos que distribuyen la trasmisión a todo el territorio nacional.

El 11 de abril de 2002, la Poli-cía Metropolitana de entonces, controlada por el gobernador Alfredo Peña, y la de Miran-da, bajo las órdenes de Enrique

Mendoza, mandatario regional de ese momento, logró entrar al canal de todas las venezolanas y los venezolanos, sin necesidad de disparar una sola bala. Así lo confirman las declaraciones de algunos trabajadores de VTV que ejercían sus labores ese abril de hace 10 años.

Una de las figuras principales de esta historia es el fallecido veterano de la comunicación so-cial en Venezuela, Jesús Romero Anselmi, para ese entonces pre-sidente del principal canal de te-levisión del Estado. Aunque afir-marlo sería una especulación, los trabajadores consultados opinan que muy probablemente Romero Anselmi salvó varias vidas ese 11 de abril, y evitó un enfrentamiento entre los traba-jadores de VTV y grupos arma-dos de asalto.

“La situación en el país ya se estaba tornando muy tensa an-tes de ese 11 de abril y había una ola de rumores muy fuertes. Ese día (11 de abril), el señor Romero Anselmi había recibido algunas informaciones y amenazas que decían que si no sacaba al perso-nal para cierta hora, un grupo

puestamente resguardando el canal, entraron al control cen-tral poco antes de las 2:00 pm, para decir “que no se hacían responsables de salvaguardar la vida del personal”.

Poco después, como a las 7:00 pm, según recuerda Michael Corona, hoy jefe de Máster del canal, el grupo militar supues-tamente encargado de la seguri-dad en VTV, se retiró del lugar y dejó las instalaciones a merced de cualquier grupo armado. En ese momento, por órdenes de Jesús Romero Anselmi, y con la intención de salvaguardar la integridad de los servidores pú-blicos de la estación, las instala-ciones estaban casi vacías.

COMO EL CAPITÁN DE UN BARCOEn el grupo que se quedó hasta

el final el día 11 de abril, estaba precisamente Corona. Recuerda que ya de noche, el presidente de la televisora insistió en que “por resguardo de nuestras vidas era mejor retirarse”. No obstante, como un capitán de barco que se hunde con su nave, Romero Anselmi no quería abandonar el canal.

“Le dijimos que la única forma de irnos era que él se fuera con nosotros. Y así fue. Al final pu-simos la marcha del canal con el sinfín y no nos retiramos hasta no ver qué él salía. Romero An-selmi salió de último. Hasta que él no estuvo seguro de que ya no quedaba nadie, no se retiró. Esta acción dice mucho de su perso-nalidad y de su calidad como ser humano”, consideró Corona.

Horas más tarde, cerca de las 10:00 pm, cada uno de ellos, en las pantallas de televisión de sus casas, miraron con lágrimas e indignación cómo la empresa Globovisión trasmitía imágenes de las instalaciones de VTV.

“Se pasearon por el canal di-ciendo epítetos horribles y que la estación estaba abandonada. Cuando Globovisión trasmitió eso me imagino que se activó un grupo de la Policía Metropoli-tana y los de (Enrique) Mendo-za tomaron el canal”, intuyó la actual gerente de ingeniería de VTV.

De esta manera, a decir de Medina, se fueron abandonando las operaciones. En ese momen-to no existía ningún protocolo o un plan de contingencia para enfrentar ese tipo de aconte-cimientos y, además, algunas trabajadoras y trabajadores re-cordaban los hechos violentos ocurridos en noviembre de 1992.

militar pesado llegaría con la intención de usar la fuerza”, de-claró quien en ese momento se desempeñaba como supervisor de transmisiones del canal 8.

MUJERES, NIÑASY NIÑOS PRIMERO

“El 11 de abril estuve hasta las 5:30 pm en el canal”, recordó Mardy Medina, actual gerente de ingeniería de VTV. “Romero Anselmi dio una instrucción, fue algo así como ‘mujeres y ni-ños primero’. A eso de las 11:00 am, pidió que todo el personal administrativo se retirara. Y como a las 2:30 pm, dio la ins-trucción de que se fueran todas las mujeres. Yo era jefa de Con-trol Central y no podía abando-nar mi responsabilidad en ese momento y me quedé hasta que Anselmi casi me agarró por una oreja y me puso en la puerta del canal”, contó la dama.

Los niveles de tensión por aquellos días eran tan altos que incluso un grupo de la Guardia Nacional custodiaba las insta-laciones del canal. No obstante, ese día, según recuerda Medina, los uniformados que estaban su-

Michael Corona

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15Viernes 13 de Abril de 2012

Hoy en día, y gracias a esa expe-riencia de hace una década, las cosas son diferentes, porque “el canal esta blindado con tecnolo-gía de punta y con el compromi-so, porque los trabajadores que-remos mucho a nuestro canal”, sostuvo Michael Corona.

CARA A CARACON LOS INVASORES

El día 12 de abril de 2002, los servidores públicos de Venezo-lana de Televisión establecieron entre ellos una red de comunica-ción y un buen grupo se acercó a Los Ruices con la intención de rescatar el canal.

La imagen que se trasmitía era un negro y las policías Metropo-litana y la del estado Miranda tenían tomadas las instalacio-nes, con la orden de impedir el acceso a cualquier trabajador de la planta televisiva. Al igual que muchos otros de sus compañe-ros, Medina y Corona lograron llegar a la sede de Los Ruices sorteando dificultades propias de esos días, desde El Junquito y Guatire, respectivamente.

A eso de las 11:00 am del 12 de abril, según Corona, un grupo, en el que estaba también Me-dina, logró convencer a “una señora que era algo así como asistente de Enrique Mendoza, o encargada (de la invasión al ca-nal) por parte de la gobernación

a explicar qué era lo que pasa-ba. Se notaba que le decían que nos sacaran del canal. Incluso recibió una llamada de Men-doza y se notaba que le estaba armando un lío por habernos dejado entrar”, contó el actual jefe de la sala de operaciones de VTV.

Cuando aún estaban en la sala de equipos, se presentó el mismo Enrique Mendoza. “No-sotros con todo el susto –pensa-mos que nos podían hacer pre-sos–, insistimos en que nuestra intervención era netamente téc-nica, explicamos de nuevo todo: que era necesario trasmitir algo para no dañar los equipos”, rela-tó Corona.

A su vez el entonces goberna-dor de Miranda también reci-bió llamadas. Según Corona se notaba que Mendoza estaba re-cibiendo la orden de sacar a los técnicos de las instalaciones del canal 8 no si antes quitar la mar-cha y el sinfín. Dejaron entonces unas barras y en horas de la tar-de la señal volvió a negro.

“Estuvieron a punto de sacar-nos por la fuerza”, recordó el especialista en trasmisiones. Fi-nalmente, ese día los trabajado-res permanecieron a las puertas del canal tomado por la Policía Metropolitana y Polimiranda, sin poder hacer mucho más.

HASTA LA VICTORIA SIEMPREEvidentemente, las traba-

jadoras y los trabajadores de VTV nunca perdieron la fe en que las cosas iban a mejorar. Al día siguiente, el 13 de abril, regresaron a Los Ruices para ver cómo podían recuperar la estación.

El camarógrafo Efraín Castro recuerda que como a las 3:00 pm, luego de permanecer todo el día a las puertas de VTV, muchos comenzaron a irse. “Alberto Alonzo, Antonio Vilera, Teodo-ro Martínez, Félix Martínez y yo nos retiramos pero nos que-damos cerca”. Como una hora más tarde regresaron y logra-ron entrar al canal.

No sabían ni qué, ni cómo, pero estaban dispuestos a trasmitir algo desde el Estudio 3. Luego de acomodar todo, cuadrar las luces, encender los aparatos y balancear blancos, no pudieron trasmitir. Luego, frustrados y dominados por los nervios, sa-lieron de nuevo.

Dispuestos a regresar a sus casas, desmoralizados por todo lo que estaba pasando en el país, se acercaron a un supermercado

de Miranda” para que los dejara entrar a VTV.

“La convencimos de que téc-nicamente el canal podía sufrir varios daños. En cuestiones de trasmisión un negro o un blanco hacen que el trasmisor trabaje a su máxima potencia y eso puede dañarlo, lo cual no era mentira, y la persuadimos para poder pa-sar, ordenar y poner en la señal al menos unas barras para que el trasmisor no sufriera”, reme-moró Corona.

Una vez adentro, se percata-ron de varios daños que habían hecho los invasores: se lleva-ron equipos, rompieron cintas, desaparecieron los máster con las alocuciones del presidente Chávez del día anterior, entre otros.

Los técnicos, luego de poner las barras, decidieron trasmitir algo más, como la marcha del canal y un sinfín animado con el logo de la estación. Pensaron que tal vez aquella “travesura” podía servir como un mensaje para indicar que el canal esta-ba operativo, pero que ocurría algo.

Lamentablemente, quien se puso alerta fue el grupo que intentaba sacar al presidente Chávez del poder. “Cuando pu-simos el sinfín, fue como una angustia para ellos. La señora comenzó a recibir llamadas y

para adquirir algunos víveres, cuando escucharon a la gente gritando que “por ahí venía una turba”. Cuando llegaron a la avenida Francisco de Miranda, se encontraron con una masa de gente dispuesta a ir a Miraflores para exigir el regreso del presi-dente Chávez al poder.

“Nos fuimos caminando con nuestras bolsas de comida hasta Miraflores. Cuando estábamos en Puente Llaguno era difícil pasar, pero pensé que así fuera por última vez iba a llegar hasta el Balcón del Pueblo”, rememoró el camarógrafo.

Mientras todo esto pasaba, Michael Corona había llegado a su casa cuando lo llamaron para que regresara una vez más para rescatar VTV. “Ro-mero Anselmi entró al canal con muchas otras personas. Prendió un estudio y comenzó a llamar a los técnicos para salir otra vez al aire. Con la gente de Catia TV lograron poner a fun-cionar todo, pero no consiguie-ron balancear blancos, porque teníamos equipos muy obso-letos. Esa fue aquella primera imagen saturada del presidente del canal cuando logramos sa-lir al aire de nuevo”, apuntó.

Cuando el entonces supervi-sor de trasmisión llegó a Los Ruices, se consiguió con gente de la comunidad, de canales co-munitarios y mucha gente cola-

borando con la retoma de VTV: “Ya como a las 11:00 pm, comen-zamos a salir al aire con todo en orden, diciendo que se estaba rescatando el hilo constitucio-nal. Activamos la microondas de Miraflores para esperar al Presidente”.

Mientras tanto, luego de cua-tro horas de caminata, el ca-marógrafo Efraín Castro llegó hasta las puertas del Palacio Blanco abriéndose paso entre la multitud. Cerca de las 7:00 pm “salió de Miraflores, desespera-do, el periodista Ricardo Durán buscando camarógrafos. Así fue como nos dejaron entrar para montar las cámaras de VTV que estaban ahí. A las 9:00 pm tenía-mos todo listo, luego llegó otro equipo del canal, entre ellos Da-vid Ramírez, el director, y luego, pasadas las 12:00 pm, llegó el presidente Chávez”, precisó el camarógrafo.

Castro tuvo la responsabi-lidad de hacer el plano medio del presidente Hugo Chávez cuando salió por primera vez luego del secuestro: “Cuando yo lo vi que se quedó un rato callado, me pregunté qué esta-ría pensando, qué iba a hacer con los golpistas. De pronto veo que saca el Cristo y pide perdón y llama a la revisión. En ese momento pensé que eso solo lo podía hacer él. Cualquier otro hubiera tomado represalias”.

Mardy Medina

Efraín Castro

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