abbott, stanley - remanso tranquilo

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Remanso tranquilo Stanley Abbott

Cuando llevaba ya varios meses recorriendo Malasia en busca de material para un libro que tena en mente, de repente un da me sent asqueado de todo y experiment la imperiosa necesidad de alejarme de aquel calor empapado de humedad y de la comida picante de los nativos. Incluso aquellos colores brillantes y perturbadores y el verdor exuberante que en un principio me haban parecido tan atractivos y fascinantes me resultaban ahora insoportables. Necesitaba un cambio. Anhelaba el crujido del otoo en el norte de California. Para embarcarme en el pequeo vapor costanero que parte dos veces al mes rumbo a Singapur, cog un prahu ro abajo hasta Tanah Solor. Esta localidad era poco ms que una aldea, con varios centenares de malayos, dayakas y el inevitable barrio chino, apiados todos junto al ro. Ms arriba, los bungalows de la poblacin blanca aparecan dispersos en torno a un inmenso padang. Pareca un csped comunal ingls magnficamente cuidado, con excepcin de las altas casias que lo rodeaban y que daban sombra a los bungalows. Deba esperar casi una semana y la idea de pasar tanto tiempo en aquel remanso soporfero, que daba la impresin de no haber cambiado en los ltimos cien aos, me aterraba. Me dispuse a pasar una tediosa estancia en un bungalow que perteneca al oficial de la regin, Jeff Hawkins. Hawkins era soltero y se ofreci a alojarme. Era ingls hasta la mdula y tena un aspecto muy militar con su camisa y sus pantalones cortos de color caqui. Nos llevamos bien en seguida. Durante el da tena que ocuparse de su trabajo, pero al atardecer nos reunamos en el porche, donde el criado nos serva unas bebidas. Despus de un par de ginebras, si nos apeteca, nos acercbamos paseando al club a jugar una partida de bridge. El club era un bungalow adaptado a tal fin donde solan reunirse los dueos de las plantaciones con sus esposas para tomar una copa. Fue all donde una tarde Jeff Hawkins me present a los Thornton y les invit a jugar una partida con nosotros. Harry Thornton acept, pero su esposa no deseaba jugar. En realidad, estaba a punto de marcharse, pero cuando Jeff sali en busca de un cuarto jugador, se puso a hablar conmigo. Yo me alegr, ya que su marido no pareca tener gran cosa que decir, y tambin porque haca mucho tiempo que no tena la suerte de contemplar a una mujer tan encantadora. Harry Thornton tena aspecto de persona inteligente, pero un par de arrugas muy marcadas en las comisuras de los labios le daban cierto aire de amargura. Aunque teniendo una mujer tan hermosa, no alcanzaba yo a entender cul poda ser el motivo de su resentimiento. La mayora de las mujeres que haba conocido en aquella parte del mundo tomaban el clima y el alejamiento de la civilizacin como excusa para descuidar su aspecto fsico. Pero Julia era una excepcin. Su maquillaje era impecable, y el azul oscuro de sus ojos y el castao

del cabello quedaban perfectamente resaltados por un vestido de lino rosa. Me cont que llevaban aproximadamente diez aos all. Posean una plantacin de caucho y ahora que ya no haba problemas con las guerrillas comunistas, todo iba a la perfeccin. El caucho se venda a buen precio y no haba motivo de queja. Excepto, dijo riendo, que no lograba acostumbrarse a guardar la barra de carmn en el frigorfico. Me descubr deseando que Harry Thornton no estuviera all. Cuando le dije que viva en San Francisco, se mostr encantada, pues era su ciudad natal y estaba ansiosa por or hablar de ella. Mientras charlbamos, advert que no cesaba de dirigir miradas a su marido. Tal vez se tratase de un hbito nervioso, pero me dio la impresin de que le tena miedo. Jeff Hawkins regres acompaado de un hombre alto al cual me present una vez que se hubo marchado Julia. Se llamaba Peter Endrik y era holands, segn supe ms tarde. Era apuesto, aunque de un modo llamativo, y aparentaba poco ms de treinta aos, pero mostraba todas las huellas del bebedor empedernido. No me gusta prejuzgar, pero reconozco que no me cay bien. Tuve que formar pareja con l, y cada vez que cometa algn error, intentaba hacer creer que se haba marcado un farol. No estuvimos a la altura de Jeff y Harry Thornton, que sacaron buen partido de sus oportunidades. Al cabo de una hora, nos cansamos del juego y no qued otra cosa que hacer que pagar y adoptar un aire de amabilidad. Jeff Hawkins tena un compromiso, de manera que me dirig a la sala de billares con Harry Thornton y me vengu jugando al snooker. De vez en cuando llegaban unas carcajadas procedentes del bar y, cuando ya nos marchbamos, Peter Endrik se acerc a nosotros. Llevaba un vaso en la mano y se tambaleaba. Quiere jugar una partida, Harry? Otro da, Peter. Tengo que ir a casa replic Harry Thornton mientras nos abramos paso. Tiene que ir a casa con su mujercita, eh? Endrik puso una mano sobre el hombro de Harry para mantener el equilibrio. Bien, dle un carioso saludo de mi parte. Eso le gustar Y solt una carcajada. Harry Thornton se puso rgido. Luego apart a Endrik y dirigindose a m dijo: Salgamos de aqu. Detesto las peleas, pero me sorprendi que le tolerara un comentario as acerca de Julia. Las burlonas carcajadas de Endrik seguan resonando cuando abandonamos el lugar en silencio. Debo decir que admiro el dominio que tiene de s mismo coment. Harry Thornton le quit importancia encogindose de hombros. No es ms que un borracho intil. Pero haba una sombra de tristeza en su mirada profunda y apenas dijo nada durante el camino de regreso.

Al anochecer, Jeff Hawkins y yo nos acomodamos en las tumbonas del porche. Era agradable aquella placidez. Corra una brisa fresca y la luna, que acababa de salir, mostraba la silueta de la selva que se extenda hasta la desembocadura del ro en la orilla lejana. Jeff se volvi hacia m con una mueca en su cara rubicunda. Supongo que est profundizando en el romanticismo y el misterio de la selva malaya. Haba cierto tono burln en su voz, pero no me molest. Como escritor, estaba habituado a este tipo de comentarios, y honestamente no poda culparle, considerando la gran cantidad de mala literatura que se ha escrito sobre Malasia. No, en absoluto repliqu. Ya se ha hecho hasta la saciedad. Y prosegu: Esta tarde hemos tenido cierto alboroto en el club Y le narr lo ocurrido con Endrik. Me encantara que alguien le diera una buena paliza dijo Jeff. Peter es corpulento pero no est en buena forma, y estoy seguro de que Harry podra con l si quisiera. Hay algo raro en l expliqu. Tengo la sensacin de que es como un resorte demasiado apretado, como contenido a la fuerza. Entiendo lo que quiere decirreplic Jeff. Desde que llegaron aqu, Harry ha sentido celos de cualquier hombre que haya bailado o hablado con Julia. Y ella es la mujer ms bonita en muchos kilmetros a la redonda. Qu puede esperar l en un lugar como ste? Por supuesto, Peter juega esta baza. Sabiendo que Harry no tiene sentido del humor, se desquita convirtindole en el blanco de sus bromas crueles. Un criado sali sigilosamente al porche con una nota para Jeff. ste la ley, escribi una respuesta y se la devolvi al muchacho. Parece que ha causado buena impresin. Maana por la noche estamos invitados a cena y partida de bridge en casa de los Thornton. De pronto las luces languidecieron, luego volvieron a subir para apagarse definitivamente. No le d demasiada importancia explic Jeff. Ocurre con cierta frecuencia. Tenemos un generador viejo que es un trasto y no hay dinero para comprar otro. El criado apareci con una lmpara de aceite y la dej encima de la mesa que nos separaba. Me temo que Peter es la manzana podrida del cesto sigui Jeff. Y lo ms curioso es que cuando est sobrio no es un mal muchacho, pero a ese paso no durar mucho. Este clima ha acabado con otros mejores que l. Adems, va demasiado tras las chicas malayas. Le he advertido muchas veces que alguna noche oscura se encontrar una daga en la garganta. Jeff golpe la pipa y bostez. Es hora de ir a la cama. Maana tengo que levantarme temprano. En casa de los Thornton, la noche siguiente, se encontraban tambin un ingls y su esposa, a quienes ya haba conocido en el club. Se

llamaban Barwell. Pens que si los dos jugaban al bridge, tendra la oportunidad de charlar con Julia. Dos sirvientes malayos con chaqueta blanca nos sirvieron un rijstafel excelente. Pero la conversacin no estaba a la altura de la cena. Harry Thornton, como siempre, tena poco que decir. Pero en cierto momento, surgi el nombre de Peter Endrik y la seora Barwell se volvi hacia Julia y le dijo: Querida, haba olvidado comentrtelo: te has enterado de lo que ocurri anoche en el club? Barwell indic que no tena mucha importancia, pero ella no se detuvo. No pude evitar la sensacin de que haba cierta satisfaccin en su comentario. Y a que no sabes qu le hizo Harry a Peter Endrik? pregunt. Pues sencillamente hizo como si no existiera. Yo creo que estuvo magnfico. Usted no, seor Manson? pregunt dirigindose a m con la sonrisa de los Borgia pintada en su rostro rollizo. Thornton se encogi de hombros y dijo: Estaba borracho. Julia dej el cuchillo y el tenedor en el plato y le mir furiosa, mientras se produca un silencio embarazoso. Suspir aliviado cuando terminamos de cenar y regresamos al saln. Los Barwell jugaban los dos al bridge, de manera que se decidi que ella jugara la primera partida y despus yo ocupara su lugar. Julia sugiri que nos sentramos en el porche, que circundaba la casa, y se dirigi hacia el extremo ms apartado, desde donde se disfrutaba de una vista sobre la desembocadura del ro. Me pareci que no estaba dispuesta a mantener ninguna conversacin banal, de modo que le ofrec un cigarrillo y nos sentamos en silencio contemplando las lucirnagas que revoloteaban entre los arbustos. Me sorprendi su pregunta: Cree que encontrara trabajo si volviera a casa? No respond de inmediato, pues intu que la pregunta significaba algo ms de lo que pareca a primera vista. Tan mal van las cosas? pregunt amablemente. Me mir y asinti con la cabeza, como si no se atreviera a hablar. Aguard mientras ella retorca despacio el pauelo entre los dedos. Despus empez a explicarse. No me dirige la palabra desde hace seis meses. No se puede imaginar lo que es eso. Da mensajes a los criados o deja notas, pero no me habla. No s qu hacer, se lo aseguro. A veces pienso que voy a volverme loca. Supona que haba algo extrao en Thornton, pero aun as me sorprendi. Me costaba creer que utilizara un mtodo tan cobarde de intimidacin mental. Siempre ha sido as? pregunt. Al principio no. Siempre ha sido muy celoso, pero ahora, cada vez que bailo con alguien o hablo ms de una docena de palabras con un

hombre, imagina lo peor. Antes sola romper cosas y me pegaba. Ahora no me dirige la palabra. Una vez estuvo as durante casi un ao, pero ahora ya no puedo aguantarlo ms. Volvi la cabeza de manera que no pudiera verle la cara, pero bajo la luz mortecina logr ver el destello de las lgrimas. Puse mi mano entre las suyas: deba de ser el primer gesto de afecto que reciba en aos. En el porche resonaron unas pisadas. Julia se levant precipitadamente y se march, mientras Harry Thornton bajaba los escalones. Evidentemente no quera que notara que haba llorado. Quiere tomar algo? me pregunt, pero sus ojos perseguan a Julia. Le importaba poqusimo lo que yo quisiera. No gracias. Ya he bebido bastante respond. Thornton se me qued mirando fijamente unos momentos que me parecieron largusimos. Me pregunt qu deba de estar pensando. De repente se me ocurri que me daba lo mismo lo que pensase. Estaba dispuesto a levantarme y hacerlo saltar de su porche de un puetazo. Por suerte dio media vuelta y se march sin decir una palabra. Julia no volvi a aparecer, y cuando nos marchamos, Thornton dej bien claro que no le importara no volver a verme ms. Jeff debi de imaginar algo, pero no hizo ningn comentario y llegamos hasta el bungalow en silencio. Nos fuimos a acostar en seguida, pero me cost mucho dormirme. Era obvio que Julia necesitaba ayuda, o de lo contrario no me habra hablado como lo haba hecho. Y tambin estaba claro que no estaba enamorada de Thornton. Pero entonces, por qu no le abandonaba? Tal vez se tratara de un problema de dinero, pero en este caso, el asunto tena fcil remedio. Yo poda prestarle el importe del pasaje y tena muchos amigos en San Francisco que se ofreceran a alojarla y la ayudaran a conseguir un trabajo. Intent no mezclar ningn sentimiento que pudiera inspirarme Julia, pero no pude evitar pensar en lo que estara sucediendo en su bungalow en aquel momento, y mi imaginacin se desbord. Haba amanecido ya cuando por fin pude conciliar un sueo intranquilo. Haba decidido hablar con Jeff acerca de lo ocurrido, ya que necesitaba su consejo. Aquella tarde, mientras tombamos una copa, le cont lo que me haba dicho Julia. Nunca habra imaginado que fuese tan mezquino coment en voz baja. Lo que no comprendo es por qu no le ha abandonado o pedido el divorcio. Su situacin sera an peor dijo Jeff. En este pas obtendra una miseria, apenas lo suficiente para vivir. Le cont que haba pensado ayudarla con el pasaje y con la colaboracin de mis amigos de San Francisco. Me mir de hito en hito unos instantes antes de observar: Supongo que eres consciente de lo que haces. Iba a replicarle cuando a travs del aire quieto de la noche reson

algo parecido a un petardo. Probablemente era un tiro disparado a lo lejos. Nos quedamos un momento alerta, escuchando. Debe de ser Peter Endrik explic Jeff. Se dedica a perseguir cocodrilos en los lodazales con una linterna sujeta al rifle. Parece muy emocionante. Demasiado, para mi gusto. Un paso en falso y se acab. Nos quedamos un buen rato contemplando el ro. Jeff acababa de llenar otra vez las copas cuando omos unos pasos apresurados que se acercaban por el padang. Casi inmediatamente apareci bajo el porche un sirviente malayo con chaqueta blanca y una linterna en la mano. Tuan, ven rpido jade. Rpido. Bajamos presurosos del porche y cruzamos corriendo el padang en direccin a las luces de un bungalow. El muchacho nos gui a travs de un amplio porche y nos hizo entrar en el saln. En el suelo, junto al sof, estaba Peter Endrik. Le haban disparado un tiro en el pecho. Jeff le rasg la camisa y le examin. Est muerto musit. Peter estaba tendido de espaldas y un poco ms all haba un revlver de seis balas. Jeff se arrodill y lo observ sin tocarlo. Un treinta y ocho dijo. Por el momento ser mejor dejarlo donde est. Habl con el sirviente en un dialecto que me resultaba ininteligible y, cuando a travs del jardn se dirigieron a la parte trasera de la casa y al sendero que rodeaba el padang, fui tras ellos. Estaba oscuro y Jeff examinaba el suelo con una linterna. El muchacho dice que la puerta principal estaba cerrada cuando ha llegado hace pocos minutos. De manera que quien haya disparado contra Endrik, tiene que haber entrado por esta otra puerta. Pero no vimos nada especial y regresamos al interior. La primera cosa que advert al entrar fue un ligero olor a almizcle, extrao y, sin embargo, familiar; la segunda, que el revlver que antes estaba en el suelo haba desaparecido. Salimos corriendo al porche y, aunque miramos atentamente y nos paramos a escuchar, no omos nada. Habamos estado ausentes diez minutos escasos, pero haban bastado para que alguien se deslizase en el interior y cogiera el revlver. Me dara de bofetadas por idiotase lament Jeff. Se qued un buen rato observando el cuerpo de Peter Endrik, absorto en sus pensamientos. Luego se dirigi a m: Voy a ir a casa de los Thornton. Te importara acompaarme? Su bungalow estaba en la parte ms alejada del padang. Cuando nos acercamos, vimos que tenan las luces encendidas. Jeff me murmur al odo: Si no te importa, creo que preferira hablar yo solo con ellos. Pero me gustara que oyeras nuestra conversacin. Asent y Jeff se dirigi a la puerta. Esper a que hubiera entrado y

luego me arrastr hacia el porche para ocupar un lugar desde el que pudiera observar a Harry Thornton y a Julia. Jeff ya les haba contado lo ocurrido. Pero Jeff deca en aquel momento Harry, no creers que hemos tenido algo que ver en el asunto, verdad? Por supuesto que no, Harry. Slo quera saber si habais odo o visto algo, pero si habis estado toda la tarde aqu, es imposible. Yo he llegado hace aproximadamente media hora, Jeff explic Julia. He odo el disparo cuando sala de casa de los Barwell, pero he credo que era Peter Endrik que persegua cocodrilos en el lodazal. Por qu camino has venido? quiso saber Jeff. Por el del padang, como hago siempre; es ms corto que el sendero y no est tan oscuro. Entonces el punto ms cercano al bungalow de Endrik por el que has pasado est a un centenar de metros. Has visto si estaban las luces encendidas? Que yo recuerde, no. Haba luz en varios bungalows, pero no puedo asegurar que me haya fijado en el de Endrik. Jeff se volvi hacia Harry Thornton. Dices que no has salido en toda la tarde? Exacto asinti Thornton. Sin embargo un sirviente, no dir cul, te ha visto cerca del bungalow de Endrik asegur Jeff. Thornton se irgui en su asiento inmediatamente. Abri la boca dispuesto a decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, Jeff le interrumpi. No te precipites, Harry. Ser mejor que pienses detenidamente antes de hablar. Harry observ con expresin dura a Jeff durante unos instantes. Luego baj la mirada. Lo haba olvidado murmur. Es cierto que he salido, pero slo algunos minutos. Estaba preocupado por Julia. He salido a ver si la vea venir. Julia le mir boquiabierta. Se hizo un silencio prolongado. De repente, las luces languidecieron y se debilitaron cada vez ms hasta apagarse por completo. O a Thornton que deca: Esperad. Voy a buscar una lmpara. Luego o un estruendo, al que sigui un silencio interminable, y cuando ya empezaba a preocuparme, o la voz de Jeff que preguntaba: Ests bien?. Se oy el chasquido de un fsforo y vi a Thornton que encenda la lmpara. Me he dado contra esta maldita puerta explic, mientras colocaba la lmpara encima de la mesa. Se frotaba la mano derecha. No est en casa vuestro sirviente? pregunt Jeff. Julia se apresur a responder. He dado permiso a Hassan para que fuera a pasar la noche a su

kampong. Thornton le lanz una mirada irritada. Se puede saber por qu lo has hecho? Ha dicho que su padre estaba enfermo. Jeff se dirigi a Thornton: De manera que cuando has salido a buscar a Julia, Hassan no estaba aqu? Eso mismo. Y Julia, estaba en casa cuando has regresado? pregunt Jeff pausadamente. Thornton mir a su mujer. No, no estaba. Con gran sorpresa por mi parte, vi que Jeff se pona de pie y se disculpaba por las molestias ocasionadas. Sali y, cuando nos habamos alejado unos pasos, Jeff se detuvo y se puso un dedo sobre los labios. Oamos voces procedentes del bungalow, pero no entendamos lo que decan. De repente Thornton empez a gritar y Jeff coment: Me temo que esto va a acabar mal. Retrocedi y se agazap junto al porche. Yo le segu. Julia y Thornton estaban de pie, uno a cada lado de la mesa, con la lmpara entre ellos. Thornton tena una expresin terrible con aquella luz verdosa. Has mentido! Estabas en el bungalow de Endrik. Te he visto entrar all grit. Y qu si estaba all? le espet Julia. He ido a hacer lo que deberas haber hecho t si fueras un marido como es debido: a decirle que hiciera el favor de no insultarme. Pero no haba nadie. Eres una mentirosa! l era tu amante, verdad? Responde! grit Thornton. Lo era? No es cierto, y si no estuvieras tan obsesionado con tus malditos celos, lo sabras. Entonces, por qu lo mataste? Estabas celosa de su amiguita malaya, no es as? Julia solt un grito sofocado y se puso plida. Antes de que pudiera decir nada, Thornton se inclin hacia ella por encima de la mesa y pregunt: Es que no te das cuenta de lo que podra hacer Jeff Hawkins si lo supiera? Julia se qued en silencio unos instantes; luego dijo en voz baja: Si esto es una amenaza, tal vez tambin te gustara contarle lo que hacas t all afuera oculto en la oscuridad. Thornton movi los labios pero no emiti ningn sonido. Le haba puesto en un brete. Balbuceaba de rabia y la miraba como un tigre al acecho. Desde donde yo estaba le vea una vena que le surcaba la frente, hinchada y palpitante. No quiero pensar que le tirara la lmpara intencionadamente, pero debi de perder el control de sus actos, porque de repente la cogi de la mesa y, al hacerlo, le resbal

de la mano. Intent atraparla, pero dio contra el canto de la mesa y cay junto a sus pies. Al instante qued envuelto en llamas. Se oy un alarido estremecedor. Permanecimos unos instantes paralizados por el horror. Julia haba cado al suelo mientras trataba de huir. La recogimos y la arrastramos hasta el porche en el preciso momento en que el aceite que cubra el suelo se encenda con gran estruendo. Tratamos de volver a entrar, pero no fue posible. Las llamas se extendan fuera de todo control. Tuvimos que contemplar desde una distancia prudencial el bungalow que arda como una antorcha. Mucho ms tarde, cuando ya habamos dejado a Julia al cuidado de los Barwell, Jeff dijo algo que inconscientemente yo intentaba no afrontar. Habamos regresado a su bungalow y preparaba las bebidas. Si hubiera sabido cmo iba a terminar todo esto, no lo habra hecho dijo. Pero quera decirle a Thornton, delante de Julia, que saba muy bien que menta, que saba que haba salido. Ahora no ser fcil decidir cul de los dos mat a Endrik. Crees que ha podido ser Julia? pregunt. Quin sabe! respondi mientras me alcanzaba el vaso. Cuando uno ha pasado veinticinco aos aqu, tiene la sensacin de que todo el mundo es capaz de cualquier cosa. Pero la verdad es que no imagino a Harry Thornton arriesgndose tanto. Sea como sea, ahora todo ha terminado. Endrik ha tenido su merecido y Julia podr hacer lo que quiera con su vida a partir de ahora. Me mir como si esperase algn comentario de mi parte, pero no dije nada. El vapor costanero sala al da siguiente por la tarde. Me costaba decidir si ira a ver a Julia o no antes de marcharme. Aplac la decisin hasta el ltimo momento y, cuando ya fue demasiado tarde, le escrib una nota y sal rumbo a Singapur, donde cog un avin hasta Manila. Pensaba pasar dos o tres semanas all, pero al cabo de unos das ya no poda ms. Mand un telegrama a Jeff comunicndole que sala hacia Hong Kong para coger un barco que me llevara a los Estados Unidos y pidindole que me enviara el correo al hotel Palace. No poda dejar de pensar en Julia, y me senta incapaz de decidir si se alteraran mis sentimientos hacia ella en caso de que hubiera matado a Endrik. Luego, una maana, cuando estaba leyendo mi correspondencia sentado en el vestbulo del hotel Palace, entr Julia. George Manson! grit. Casi no puedo creerlo Acababa de llegar y an no haba subido a su habitacin. Te parece bien que nos encontremos dentro de una hora? pregunt. Tena un aspecto radiante y feliz. Costaba creer que lo hubiera olvidado todo en tan poco tiempo. Quera hacerle una pregunta de la cual necesitaba saber la respuesta, de manera que le suger el jardn en la terraza del ltimo piso, que sola estar desierto por la maana. Cuando Julia se reuni conmigo, estaba tranquila y muy atractiva.

Hablamos de Tenah Solor. Haba vendido la plantacin en muy buenas condiciones a una empresa anglo-americana. Cuando me inclin hacia ella para encenderle el cigarrillo, me lleg una vaharada de su perfume y tuve que hacerle la pregunta. De momento no saba cmo enfocarla, pero luego decid que el nico modo era hacerlo con toda franqueza. Por qu volviste a buscar el revlver la noche que mataron a Erik? le pregunt. El color se le fue de las mejillas y se me qued mirando con los ojos muy abiertos. Cmo lo sabes? Su voz era apenas un susurro. Por tu perfume. Ahora comprendo por qu te marchaste sin despedirte de m. Creste que haba matado a Endrik. Asent. Era la pistola de Harry explic. Por eso fui a buscarla. No, l no mat a Erik, ni siquiera saba nada del asunto, pero yo tena que protegerle. Fue Hassan, nuestro sirviente. Hassan? exclam. Cmo lo supiste? Ment a Jeff dijo. Regres a casa antes de lo que le dije, y sorprend a Hassan que sala de la habitacin de Harry. Se precipit hacia la puerta de una manera tan sospechosa que comprend que tramaba algo. Busqu en la cmoda de Harry y vi que haba desaparecido la pistola. Era de dominio pblico que Peter Endrik flirteaba con la hermana de Hassan. Hassan me haba dicho que iba a casarse con ella, aunque por supuesto Endrik no tena ni la ms mnima intencin de hacerlo. Los malayos toman este tipo de cosas muy a pecho, y slo hay una respuesta posible. Pero, qu poda hacer yo? Si yo estaba en lo cierto, no podra detenerle aunque fuera tras l. Estaba sola y no haba tiempo para ir en busca de nadie. Entonces, cuando oste el disparo, estabas en casa? Ella asinti. Entonces record la pistola. Si Hassan la haba dejado all, comprometera a Harry. Por mucha aversin que sintiera hacia l, no poda permitir que le acusaran de asesinato. Por eso me arriesgu de aquel modo. Sent un inmenso alivio, y tambin vergenza de haber dudado de ella. Estoy convencido de que Jeff Hawkins cree que lo hiciste t dije. Te aseguro que no me quita el sueo dijo riendo. Me acerqu ms a ella y la rode con el brazo. Estoy perdonado? pregunt. Asinti con la cabeza y apoy la cabeza en mi hombro. Me parece increble la manera en que se han cruzado nuestros caminos dije. Un da ms, y yo me habra marchado. Es el destino, querido murmur ella. Sonre para mis adentros, pues Jeff me haba mencionado en una

carta que Julia haba ido a despedirse y le haba preguntado dnde estaba yo. Pero no dije nada. Y an hoy, Julia no lo sabe. Despus de todo, hay cosas que es mejor no decir nunca a una mujer, especialmente si es la propia esposa.