abad, pepe - el maquiavelo de leon (biografia de rodriguez zapatero)

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EL QUIAVELOJOS GARCA ABAD

Cmo es realmente Zapatero

4a edicinPrimera edicin: febrero de 2010Cuarta edicin: marzo de 2010Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra slo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, wiimcedro.org si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

5 Gestin y Asesoramiento Editorial, S. L., 2010 La Esfera de los Libros, S. L., 2010 Avenida de Alfonso XIII, 1, bajos 28002 Madrid Tel.: 91 296 02 00 Fax: 91 296 02 06 www.esferalibros.com ISBN: 978-84-9734-941-3 Depsito legal: M. 12.462-2010 Fotocomposicin: IRC Fotomecnica: Unidad Editorial Imposicin y filmacin: Preimpresin 2000 Impresin: Cofas Encuademacin: De Diego Impreso en Espaa-Prtned in Spain

INDICEAgradecimientos ...................................................... Introduccin .............................................................. I. Zapatero como persona ....................................................... IL Del pacto de la mantecada a La Moncloa ......................... III. El Mesas que nadie haba anunciado ...................... IV. Lo importante es el poder, gobernar es secundario ............................................................ V. Mi reino por un titular o una buena foto .................. VI. El da que Zapatero se la jur a Cebrin .................. VIL Tres o cuatro principios .................................................. VIII. El gobierno es cosa de uno ...................................... IX. El palacio del Presidente Sol ................................... X. Javier de Paz, el correo del zar ................................. XI. Aprendiz de brujo de los negocios ........................... XII. La beautiful people del leons ................................... XIII. Miguel Sebastin, seduccin a primera vista .... XIV. Luis del Rivero llama a Moncloa.............................. XV. ZP enva a Solchaga, besa a Merkel y se casa con Prodi.................................................... XVI. La fabulosa transformacin de Sonsoles Espinosa ................................................ XVII. Despus de Zapatero, qu?...................................... ndice onomstico .................................................... 11 13 23 43 63 81 97 115 133 149 163 179 199 219 235 247 265 279 295 311

Quiero expresar mi reconocimiento y admiracin ms profundas a las fuentes que han tenido la generosidad y el valor de confiarme datos y opiniones rompiendo la omert, la ley del silencio que se ha impuesto en los aledaos del poder socialista contrariando los usos y costumbres del partido de Pablo Iglesias. Han sido fuentes de agua bendita.

AGRADECIMIENTOS

Agradezco a los compaeros de los semanarios que me digno editar: El Nuevo Lunes y El Siglo que, con su probada profesionalidad, me han proporcionado material de suma utilidad para mis investigaciones; han cubierto mis ausencias durante la absorbente tarea que ha exigido este libro y han logrado que la calidad y el buen funcionamiento de ambos semanarios no se viera afectada por ellas. Como en todos mis libros anteriores, tambin en ste he contado con la ayuda inestimable de mi esposa, Carmen Arredondo, y he encontrado en La Esfera de los Libros un aliento extraordinario para mi tarea y una pulcritud extrema en la edicin, diseo y presentacin de la obra.

INTRODUCCIN

o es sta una biografa de Jos Luis Rodrguez Zapatero, ni un juicio sobre la poltica del segundo presidente socialista de la historia de Espaa. Mi propsito ha sido, simple y llanamente, averiguar y explicar lo que prometen ttulo y antettulo: cmo es en realidad el hombre que nos gobierna, a quien me he permitido presentar como el Maquiavelo de Len. Si digo cmo es en realidad no es por redundancia, sino porque parto de la hiptesis, compartida cada vez con ms gente, de que este hombre aparentemente sencillo no es lo que parece, o lo que nos pareci cuando alcanz el poder. Espero llegar a vislumbrar qu es lo que esconde su enigmtica sonrisa, ms all de la primera impresin que transmite de ingenuidad y bonhoma. No tengo dudas de esta ultima, pero tampoco de que no existe en l ingenuidad alguna. Dentro de su aparente ingenuidad, el personaje ofrece muchos pliegues y recovecos. No es desde luego un alma cndida, aunque tampoco el personaje falso y taimado que se empean en creer sus ms acerbos enemigos, quienes compartiran la opinin expresada por un correligionario paisano del leons, Aniceto Melcn, Tito, a la sazn alcalde de Benavides de rbigo: Ni una mala palabra ni una buena accin. Devotos y detractores admitirn que al menos la mitad de la frase es cierta: de su boca no ha salido una mala palabra. Respecto a la segunda parte de la oracin, las discrepancias son abismales, y no slo como corresponde a la brecha ideolgica que separa a la derecha de la izquierda, sino tambin entre sus propios correligionarios. Es ste un fenmeno que no sorprende, porque en poltica el compaero es, con frecuencia, un lobo para el compaero, en una lucha por la supervivencia en la que no siempre sobrevive el mejor, sino el ms

apto para las escaramuzas partidarias. En esa lucha por la supervivencia dentro de su partido, Zapatero es un maestro a quien Nicols Maquiavelo habra dedicado unas lneas, o al menos un pie de pgina en El Prncipe, su obra magistral. Ciertamente, no recibira del florentino la atencin que le suscit Fernando el Catlico, a quien alab por sus muchas maldades al servicio del Estado, pero reconocera la capacidad del leons para mantenerse en el poder a toda costa y a cualquier precio, negociando con ngeles y demonios y, llegado el caso, engaando a todos. Es adems un artista del disfraz y un virtuoso en el manejo del ilusionismo y de las nubes de humo. Para l, lo ms importante no es el producto, sino la venta del mismo; la doctrina y el proyecto poltico quedan supeditados a la cosecha de votos, al marketing, a lo que indiquen las encuestas. Su mayor impostura, con la que ha dejado pequeos a otros Maquiavelos que no han faltado en nuestro pas, ha sido la tergiversacin sobre la marcha del discurso y la bandera con las que irrumpi en la batalla nacional. Desde que Zapatero llega a Madrid, a los 26 aos, como el diputado ms joven del hemiciclo, hasta que alcanza el poder y se instala en el palacio de La Moncloa, predica la buena nueva de la renovacin generacional, que l pareca encarnar divinamente con su juventud y prestancia personal. El y la gente que le aupa proclaman que ha llegado el momento del cambio, la hora del rejuvenecimiento de la poltica, del advenimiento de un nuevo Suresnes, como el que haba propiciado Felipe Gonzlez con mano de hierro para relevar a los socialistas histricos, a los Llopis y compaa. Ciertamente, sus primeros apstoles, la gente que le encumbra por medio de la Nueva Va, creen a pies juntillas en esa misin histrica, pero estn muy lejos de sospechar que esa idea no era ms que un instrumento de trabajo para el leons, una palanca para el ascenso, pero no su verdadero proyecto. El leons demuestra con esta historia que puede engaarnos a todos durante mucho tiempo, lo que contradice las clebres palabras de

Kennedy: Se puede engaar a todos poco tiempo, se puede engaar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engaar a todos todo el tiempo. Nos hizo creer, con sus inigualables dotes ilusionistas, que haba procedido a la disolucin de la vieja guardia. Yo mismo le califiqu en mi libro Las mil caras de Felipe Gonzlez como el Rey Herodes al revs, pues a diferencia del infanticida judo no mat a los nios menores de 2 aos, sino a los adultos mayores de 45. Ahora es el momento de confesar mi ingenuidad. Con todo el asunto de la degollina de la vieja guardia, que tuvo un alcance mnimo, el leons pretenda, y lo consigui plenamente, distraer a la gente de su verdadero propsito. Hoy ha quedado claro, como podr comprobar el lector, que lo de la vieja guardia era una cortina de humo para disimular una operacin magistral: cargarse a los de su propia generacin, a aquellos que podan disputarle el poder o hacerle sombra. Zapatero no se ha cepillado a sus socialistas histricos, para seguir la comparacin con el precedente felipista, como lo demuestra que sus tres vicepresidentes actuales y el defenestrado Pedro Solbes son sexagenarios, que uno de sus ministros ms importantes, Alfredo Prez Rubalcaba, aunque slo tiene 58 aos, es uno de los representantes ms genuinos del felipato; y otro tanto puede decirse de quienes ocupan cargos tan importantes como la presidencia del Congreso de los Diputados, Jos Bono, el candidato del aparato del partido en el XXXV Congreso; Miguel ngel Fernndez Ordez, el actual gobernador del Banco de Espaa, y tantos otros cargos que mencionar en el lugar oportuno. En realidad, lo que ha hecho el Maquiavelo leons es promocionar a la vieja y a la joven guardia. A la primera porque ya slo promete para el pasado, y ni quieren ni pueden regatearle el liderazgo. Y a la joven guardia, a la que la revista El Siglo denomin la quinta del bibern, porque an no estn preparados para disputarle el poder, porque todos ellos le veneran y le necesitan para afianzar sus respectivas posiciones.

De la carnicera perpetrada entre la gente de su generacin y de los movimientos de resistencia que se estn organizando, de momento en la clandestinidad, dar informacin cumplida ms adelante. Como deca antes, Zapatero cuenta para sus propsitos con un poderoso instinto y con dos instrumentos que domina a la perfeccin: el primero es su prodigioso olfato para apostar por el caballo ganador; el segundo es su prodigiosa habilidad, ya insinuada, para la reconversin de las alianzas. Es rpido, como Julio Csar en la guerra de las Galias, para acudir presuroso en socorro del vencedor. En sus primeros escarceos polticos se situ en el bando de los crticos de Felipe Gonzlez, en las cercanas de Izquierda Socialista; despus se hizo felipista; ms tarde coquete con los guerristas y se pas a los renovadores, para finalmente, en el congreso que le llev a la cumbre, servirse de renovadores y guerristas, de Felipe Gonzlez y de Alfonso Guerra. Tal maestra en el arte de seguir la lnea triunfadora se explica, en parte, en el hecho de que este hijo y nieto de socialistas no se ha ganado un euro fuera del PSOE. Tras acabar la carrera, slo permaneci unos meses como penene de Derecho Constitucional en la Universidad de Len, donde el sueldo no le dara ms que para tomarse unos cafelitos. A partir de ah slo ha vivido de la nmina del partido. Es, pues, un poltico profesional, y un poltico profesional est perdido si pierde. Vivir de un partido genera una angustia profunda, pues, a diferencia de lo que ocurre en el mundo de la empresa, donde uno siempre tiene la oportunidad de ofrecer los servicios a otra compaa, en poltica, salvo que se tenga alma de trnsfuga, no es decente fichar por la competencia. Tampoco es fcil crear uno su propio partido, como la experiencia demuestra. Las cartas estn echadas y no es frecuente la posibilidad de abrirse camino fuera de los carriles prefigurados. Slo conozco el caso de Rosa Diez, que ha logrado un pequeo xito en el intento que posiblemente no tenga un desarrollo mucho mayor; es un partidito de

lite para selecta gente de ciudad, al que no creo probable una fuerte implantacin nacional. La consideracin de la trayectoria de Zapatero como hombre de partido, que nunca ha salido del partido, y su experiencia a lo largo de casi dos dcadas como dirigente del PSOE leons, es ms importante de lo que pueda parecer para entender su forma de gobernar el pas. Zapatero gobierna Espaa con los mismos criterios con los que se ha mantenido siempre a flote en su tierra, la federacin socialista ms complicada de Espaa. La segunda habilidad a la que he aludido es la de la reconversin de las afianzas. En esta tcnica, Zapatero ha podido contar con una experiencia impagable en los quince aos de actividad poltica en Len, donde se ha mantenido siempre en la direccin, pactando con unos y con otros, salvado a veces por la diferencia de un solo voto y en otra ocasin memorable, la del pacto de la mantecada, pactando con sus adversarios ms temibles, aquellos que preparaban su defenestracin definitiva. A todos us y, con contadas excepciones, los fue dejando en la cuneta. El joven leons fue dejando a su paso un impresionante reguero de vctimas. En todo caso, ms all de las habilidades descritas, la figura de Zapatero no se presta al simplismo maniqueo. No es el Bambi con el que se le design inicialmente, pero tampoco el lobo disfrazado de ciervo que pretenden sus adversarios. Quizs habra que clasificarlo como un animal intermedio en el proceso tan sabiamente descrito por Darwin: un lobambi perfectamente adaptado a los nuevos tiempos, como se adaptaron en el suyo los anfibios. Debo aclarar desde el principio que no me he ocupado en abrir un juicio moral a Zapatero, ni mucho menos en facilitarle la autocrtica. Mi perspectiva ha sido la del entomlogo social, si es que existe tal profesin. Me he acercado al personaje, en la medida en que me ha sido posible, deconstruyndole pieza a pieza, como en Desmontando a Harry,

la deliciosa pelcula de Woody Alien, aunque de forma menos divertida. He tratado de desmontarle sin ms pasin que la que implica la busca de la verdad, que no es poca pasin, pero sin apriorismos polticos, sin suspicacias de tipo generacional, que abundan entre quienes han sido desplazados, pero que no me afectan como mero observador del apasionante espectculo de la poltica. El avisado lector ya habr adivinado que semejante tarea no sera muy productiva sin los testimonios de quienes le conocen, bien por amistad o por haberle acompaado en su itinerario poltico desde los montes de Len al palacio de La Moncloa, en el oeste de Madrid, donde se inicia la A-VI que lleva al viejo reino desde donde vino hace diez aos. El libro est edificado, pues, sobre ancdotas significativas, de las que llevan a la categora, de las que ayudan a entenderle, dejando fuera el puro cotilleo. Como el lector se habr maliciado, este mtodo slo es viable si no identifico a algunas fuentes. De haber recogido sus opiniones en una grabadora habra salido una obra muy diferente, un canto de salmos, pues no son muchos los que se atreven a decir lo que piensan, sobre todo si siguen ocupando altos cargos pblicos, si esperan obtenerlos o, simplemente, si temen las represabas, ya que en lo que coinciden los colaboradores del presidente del Gobierno, incluso los ms ntimos, es que Jos Luis Rodrguez Zapatero es un personaje amistoso y hasta tierno en el trato personal, pero rencoroso en lo poltico. El que la hace la paga, ms tarde o ms temprano. Todos los que llegan a la presidencia del Gobierno tienen alma de killer y Zapatero no es una excepcin a pesar de su inofensivo aspecto. Como me dice un ex ministro: Si l estima que se la haces, pone tu nombre en la bala. Se toma su tiempo, pero finalmente dispara. Las balas las tiene contadas y no derrocha ninguna. Pero tenlo seguro: ni olvida ni perdona.

Finalmente debo avisar contra un error que se presenta con la misma frecuencia que el de su aparente candidez y que est relacionado con ella: me refiero al que cometen quienes le consideran endeble, de poca talla y escasa preparacin; el de quienes, en definitiva, piensan que no tiene media hostia poltica, que lo suyo es suerte y oportunismo puro y duro, sin mezcla de idea alguna. La insoportable levedad del ser, que dira Miln Kundera. No son pocos los amigos que han coincidido en una reaccin, asombrada, cuando les he dicho que estaba escribiendo un libro sobre Zapatero: Pero, Pepe, t crees que este hombre da para un libro entero? No bastara con un folletito?. Espero justificar lo que digo entre mis amigos, conocidos y los lectores, amigos en la distancia. Ese error, el de considerarle poca cosa, lo han pagado Jos Bono, que le disput el puesto en el PSOE, y Mariano Rajoy, que lo hizo en dos elecciones generales. En ese error han incurrido gente como Juan Luis Cebrin y, en general, la gente del grupo Prisa, que esperaba poderle manejar sin dificultad, como puede verse en el captulo: El da en que Zapatero se la jur a Cebrin. Como dice Juan Jos Laborda, ex presidente del Senado, que fue su jefe de filas como secretario general de Castilla y Len: Espaa es un pas suficientemente complejo como para que ningn idiota pueda llegar a La Moncloa. Es verdad que no es un idelogo profundo, ni un dirigente poltico de los que marcan nuevos caminos a la izquierda; no es en ese sentido un lder histrico de los que jalonan un antes y un despus, pero es un poltico de cuidado, un virtuoso en la cosecha de votos. Es, en resumen, un poltico puro o un puro poltico, y en ese terreno es difcil ganarle; por lo que he dicho de su capacidad para los pactos ms inverosmiles, para la reconversin de las alianzas y tambin por su extraordinaria capacidad para sacar nuevos seuelos cuando se le agotan los antiguos. Por lo dems, en su entorno nadie pone en cuestin que es un hombre de izquierdas fiel a unos cuantos principios.

Jos Luis Rodrguez Zapatero no es, en mi opinin, un ingenuo ni un malvado. Tampoco es ms soberbio de lo que fueran Jos Mara Aznar y Felipe Gonzlez. Lo que puede parecer soberbia no es ms que la manifestacin de su mesianismo. El est convencido de que ha sido ungido con un don especial, que es portador de un destino manifiesto, para cuyo cumplimiento se vale l solo. Est persuadido de que lo que no han conseguido otros, l lo puede lograr sin esfuerzo, lo que explica que elija tan mal a sus ministros; a l le ha ido muy bien en la vida y cree que puede arreglarlo todo con su varita mgica. As que estima que puede permitirse ser caprichoso en la eleccin de sus colaboradores. No es que no sea capaz de formar equipos, como me decan compaeros suyos, es que no lo cree necesario. Quiero, finalmente, compartir una confidencia con mis amables lectores: he podido comprobar cmo gente que en la vida privada son bellsimas personas, que no mienten, ni injurian, ni hacen dao a nadie, honestos ciudadanos que ayudan al prjimo, que se apiadan del menesteroso y que auxilian a un ciego o a una ancianita a cruzar la calle, que consideraran una villana entrometerse en la vida de los dems, pueden ser tambin gente que miente, calumnia y utiliza los ms feos recursos en la lucha por el poder. Maquiavelo sigue muy vivo y encarnado en la flor y nata de la clase poltica, y no solo en el de Len. Ello explicar las dificultades con que me he enfrentado para dibujar un cuadro coherente de los acontecimientos que me he esforzado en desentraar, ordenar y encontrarles significado. Me he topado con testimonios contradictorios sobre los mismos hechos, que indicaban que alguien menta y algunos lo han hecho con el mayor aplomo. Me cuesta creer que alguien engae con tanto aplomo, pero puedo dejar constancia de ello, especialmente en los captulos referidos a las operaciones en el mundo de los negocios: BBVA, Endesa, Repsol, etc. Quiero creer que, en la mayor parte de los casos, mi interlocutor es el primero en engaarse a s mismo, pues la memoria tiene sus propias

leyes y se acomoda a las exigencias del ego. No dudo que, en algunos casos, no ha habido intencin de faltar a la verdad, sino de confiarme su verdad. Confieso que en algn momento he tenido la tentacin de ponerme en plan asptico y recoger simplemente lo que me deca cada cual, pero he rechazado esa tentacin, pues creo que debo a mis lectores un puzle completo, una teora general, aun con los riesgos que ello supone, pues nadie puede entrar plenamente en otra persona. He credo mi obligacin intentar acercarme todo lo posible al personaje a travs de las cortinas de humo y de las tintas de calamar que se han interpuesto en mi camino, y que no slo sabe manejar Jos Luis Rodrguez Zapatero. Es un hombre pblico que lleva dirigiendo el timn del Estado cinco aos cuando escribo estas lneas, y creo que los lectores tenis derecho a conocerlo mejor. Espero que vosotros juzguis si este hombre, ms complejo de lo que aparenta si uno le ve como un simple, pero ms sencillo de lo que uno pueda sospechar cuando ha desencriptado algunas claves, da materia suficiente para justificar este libro. En todo caso, muchas gracias por darme la oportunidad de intentarlo. Zapatero como persona Frost: Nixon como persona? Qu quiere decir eso, que este captulo contrasta con otro que se titule: ''Nixon como gato"?. Sin embargo, y a pesar de mi pavor a las redundancias, he mantenido el ttulo porque hay quien niega al presidente espaol la condicin de persona, de persona humana, bien porque estiman que es un poltico puro, o mejor podra decir un puro poltico, sin mezcla de humanidad alguna, o bien porque le tachan de inhumano. Y es que, a partir de determinado momento, Jos Luis Rodrguez Zapatero, que como todos los polticos anhela el amor universal, se ve obligado a convivir con una opinin que se ha ido haciendo ms crtica conforme transcurre su mandato, y el ciudadano, muchos ciudadanos, estiman que le conocen mejor. En muy poco tiempo ha pasado, en el

imaginario pblico, de tierno Bambi a personaje fro, correoso, oportunista y taimado. Ya veremos lo que hay de cierto en todo esto. En cuanto abre la boca me cuenta un amigo leons le urge explicar sus races socialistas: su abuelo, capitn de infantera, con pensamientos socialistas, fue fusilado; esto fue lo que me inclin, adems de la racionalizacin de la injusticia en la sociedad capitalista, me explicaba. Su padre es un hombre de hondas races de izquierda, pero creo que quien ms le influye y a quien ms se parece es a su madre. La madre era una persona que haca la mejor tortilla de escabeche del mundo. Jos Luis siempre la llevaba cuando bamos a pescar. La quera infinitamente. Quera muchsimo a su madre, y a su padre, pero yo creo uizs el enunciado de este captulo sea redundante. Me recuer da el comentario de Richard Nixon en sus entrevistas con que el padre no influye para nada en Jos Luis. Y su hermano Juan tampoco. Del padre, Juan Rodrguez Lozano, se dice que no comulga con todo lo que hace su hijo, aunque obviamente nunca dir nada que pueda pequdicarle. No obstante, el presidente teme que con su natural espontneo y bonachn suelte alguna inconveniencia. A raz de una entrevista que su padre concediera a una revista que disgust al presidente, aqul se ha comprometido a no dejarse entrevistar sin la aceptacin del hijo. La misma prctica es observada rigurosamente por el hermano mayor del presidente. Segn cuentan los periodistas Susana Martn y Anbal Malvar, cuando el locutor Luis del Olmo celebraba sus 10.000 Protagonistas desde su Ponferrada natal y pidi al padre del presidente una entrevista, fueron muchas las llamadas necesarias hasta recibir el s. Moncloa revis las preguntas y el programa del pregonero del botillo se comprometi a mantener una charla blanda, sin tocar ningn tema espinoso: slo turismo, costumbres leonesas y poco ms.

Conrado Alonso Buitrn, guerrista, ya jubilado, que de encarnizado adversario pas a ser su segundo tras el pacto de la mantecada, tiene una gran opinin del compaero: Es austero en todos los sentidos. Nunca se sobrecarga de nada. Jos Luis sala con lo que a nosotros, el resto de compaeros de partido, nos pareca una ocurrencia caprichosa, pero el tiempo siempre le daba la razn. Si haca una prediccin sobre algo, por disparatado que pareciera, se converta en verdad. Si insista en lo que nosotros considerbamos un error poltico, nos convenca, y a la larga era un acierto. Antes de conocerlo, me haban advertido de que era una persona fra y calculadora que slo persegua sus objetivos. Con nosotros, al menos, nunca lo exterioriz. Ms bien fuimos todos tirando de l para que llegara lejos. Yo confieso que, tras haber entrevistado a un buen nmero de personas que le conocen bien, he llegado a algunas conclusiones que, naturalmente, como en todo juicio humano, no son definitivas, no agotan al personaje. Una de ellas es que Jos Luis Rodrguez Zapatero es un poltico en estado puro, en quien es difcil encontrar rasgos ajenos a este menester. Es poltico las 24 horas del da y los 365 das del ao; para l la poltica no es una responsabilidad ni un oficio, sino la vida misma. Alguien, como me deca Jos Bono, presidente del Congreso de los Diputados, a quien fuera de la poltica apenas se le conoce otra vida, aunque lgicamente la tiene. Oscar Campillo, su primer bigrafo, me deca: A l no le cansa la poltica, lo que le fatiga es pasarse dos horas en la piscina con la familia. Desde esta, perspectiva no est de ms que me esfuerce en desentraar los rasgos humanos del personaje, porque, no me cabe duda, Jos Luis Rodrguez Zapatero es un ser humano, un ser mesinico que se

considera infalible, pero un ser humano en el sentido estricto de la palabra, pues tambin el Mesas se hizo hombre. A lo largo de tantas conversaciones con gente de su entorno me he construido mi propia teora; puedo adelantar una conclusin al alcance de cualquier mortal: no creo quejse Luis Rodrguez Zapatero sea, ni haya sido nunca, un ser ingenuo e indefenso, un Bambi, ni tampoco un malvado; al menos en el plano personal, pues en el de la poltica, como en el amor, todo vale. La periodista leonesa Vernica Vias pregunt en cierta ocasin a Zapatero: De qu le gustara disfrazarse?. Y Zapatero contest: De conde Drcula. No s si le gusta la sangre fresca, pero tengo claro que no es ni santo ni demonio, que en este asunto hay divisin de opiniones entre sus fans y sus detractores. Entre estos ltimos ha generado un odio como no ha sufrido presidente alguno. Es un personaje muy complejo, ms de lo que parece, aunque como se ver hay quien lo encuentra sin misterio y sostienen que es tal como se nos presenta, que su misterio es que no esconde misterio alguno. Los amigos me preguntan: "Cmo es en realidad Zapatero?". Yo siempre contesto lo mismo, porque lo creo as: "Zapatero es como parece". As lo entiende la ex ministra de Vivienda de su gobierno y actual presidenta de la Comisin de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Congreso de los Diputados, Mara Antonia Trujillo. Su compaera, en el gobierno y en la cesanta, Carmen Calvo, que rigi el departamento de Cultura y que ahora es presidenta de la Comisin de Igualdad del Congreso de los Diputados, comparte esta opinin y recurre a Oscar Wilde en apoyo de su tesis: Slo un tonto no juzgara por las apariencias. Jordi Sevilla, uno de los promotores ms notables de Nueva Va, la plataforma electoral que elev a Zapatero a la secretara general del PSOE, observa que su tensin sangunea, que se sita en niveles muy

bajos, podra explicar lo que la mayora, por no decir la unanimidad de los consultados, califica de frialdad. Cuando llevaba una semana en Moncloa recuerda SevillaJos Luis me cont que le haban dado un masaje teraputico y que el masajista se haba quedado sorprendido de la poca tensin detectada. Un to que lleva una semana en La Moncloa, que es para estar cagado! Es un tpico entre los compaeros del partido asegurar que de pequeo se cay en un bidn de lexatin como Oblix, el personaje de Rene Goscinny, lo hiciera en una marmita con una pcima secreta. Demetrio Madrid, primer presidente socialista de Castilla y Len, se refiere a lo mismo, aadiendo a lo de fro el matiz de calculador: Yo le veo como si siempre llevara encima una regla de clculo. Su estilo es el de la regla de clculo. En eso no ha cambiado. Su obsesin es ejercer el control; tiene una gran dificultad para delegar. El ha llevado siempre todo de forma muy personal. Carme Chacn, la ministra de Defensa asegura que a Jos Luis no le corre sangre por las venas, sino agua. Un amigo suyo, con quien suele irse de pesca, lo confirma: Es fro y distante. Mientras ests hablando con l notas cundo no le interesa algo. Yo lo noto perfectamente en la mirada, en cmo deja de mirarme, y a veces le digo: Dejo de hablarte, Jos. Y es que se abstrae, est en otras preocupaciones. Ha conseguido una tcnica muy depurada porque, aunque no est all, sino volando en sus asuntos, no deja de ponerte buena cara en todo momento. El talante fro del lder socialista complica mucho la tarea de dibujar sus crculos de poder. Tampoco en esto tiene mucho que ver con Felipe. A ste, andaluz hasta la mdula, al principio al menos, le gustaba el trato de amigos. Sin embargo, Zapatero es castellano, serio, hasta aburrido, y en este carcter es ms parecido a Aznar. Slo se olvida de todo cuando pesca, aunque cada vez tiene menos ocasin de hacerlo.

Tena previsto ir algn da a finales de junio me dice su amigo, lo tena ya todo planeado y lo haba hablado con Segn [Segundo Martnez], su jefe de seguridad, que tambin es de Len, es babiano, pero como siempre al final surge algo, no pudo, y como lo pasa mal cuando tiene previsto ir y no puede, pues ya ni se lo plantea. Me fo del testimonio de Jos Manuel Otero Lastres, profesor de Derecho Mercantil de Zapatero, quien, como decano de la Facultad de Derecho de Len, firma su contrato como profesor asociado. Otero conoce a su alumno cuando ste, con 22 aos, estudia el ltimo curso de la carrera y ya entonces le pronostica que ser presidente del Gobierno. Otero, que actualmente ensea en la Universidad de Alcal de Henares y ejerce de mercantilista en un prspero despacho madrileo, define al presidente como muy templado. Nunca le vers una reaccin violenta. Es un hombre tranquilo. Yo creo que es gentico. Su padre es as, pero algo ms visceral que l, y su hermano Juan, tambin. Se parece en eso ms a la madre que al padre, una mujer muy tranquila, muy sosegada, muy guapa. El es casi una rplica de la madre. Jess Quijano, Chuchi para los amigos, que fuera su jefe de filas como secretario general del PSOE de Castilla y Len, y quien le meti en la Ejecutiva Federal en 1997, amigo con quien Zapatero pescaba truchas, le califica de reservn. Y aade: No derrocha afectos ni confidencias. La contencin es quizs el rasgo predominante de su carcter. Es sereno, impasible el ademn, fro y de una notable estabilidad psicolgica; ms intuitivo que analtico. Al trmino de una de las reuniones que mantenamos entonces en el PSOE regional, un compaero me cogi del brazo y dio rienda suelta a su exasperacin: Joder, yo le he dicho todo y l no me ha dicho nada. Lo cierto es que escucha ms que habla. En una reunin normal yo hablaba

45 minutos y l, como mucho, un cuarto de hora. Tiene una habilidad especial. La escucha o la apariencia de que te escucha es una de sus normas de estilo que ms cuida. As se lo confes, recin elegido secretario general, a un periodista: La mejor forma de aprender es escuchar a la gente. Escuchar, escuchar, escuchar... sa es la clave. En ese sentido, soy una esponja. Jos Andrs Torres Mora, su jefe de gabinete en Ferraz, le regal un tablero de ajedrez con el que ha sido fotografiado muchas veces para ilustrar su estrategia calculada. No creo que Zapatero sea aficionado al ajedrez. Es, en efecto, ms intuitivo que analtico, y su estilo me parece ms prximo al juego de los chinos, pues es muy diestro para saber lo que el adversario esconde en el puo y tiene grandes ventajas en el pquer o el mus, por su capacidad para lanzar faroles. Jos Manuel Otero, su profesor, coincide en sealar su impasibilidad, aunque aclara: A m no puede engaarme: Se controla muy bien, pero yo le conozco la cara perfectamente. Cuando est contrariado, cierra los labios y se le forman dos hoyitos. Hay coincidencia general en que Zapatero est encantado de haberse conocido; en que tiene un altsimo concepto de s mismo y de sus capacidades, porque todo, hasta lo ms peliagudo, le parece fcil; est tirado para l. Quienes le conocen se dividen entre quienes sostienen que es soberbio y quienes lo niegan, asegurando que, en todo caso, puede decirse que es vanidoso. A Jos Bono, competidor suyo por la secretara general del partido, que fue ministro suyo y que cuando charlo con l es presidente del Congreso de los Diputados, no le importa que aada su nombre a su opinin: Zapatero no es soberbio, es una persona normal. Felipe Gonzlez estaba a la altura de los dioses. Tengo una carta de Jos Luis, suya de

puo y letra, con motivo del accidente del helicptero Cougar en Afganistn, cuando murieron 17 soldados, una carta sencilla y humana que es, parta m, la prueba del nueve de su humanidad, de que no es nada soberbio. Es una carta muy humana. Le dije a mi mujer que pareca como si primero la hubiera escrito y luego la hubiera pasado a limpio. Es una carta hermosa. Lo que quizs tenga Jos Luis es el lgico deseo de ser valorado, una ptina que algunos podran calificar de vanidosa, pero nada soberbia. Soberbio es el que desprecia a quien considera inferior y eso no lo es el presidente. Vanidad? Hombre... todos queremos que nos digan lo fistos que somos. Un ex ministro sostiene que no es ni vanidoso ni soberbio, sino un esnob: Como tal se comporta en su juventud leonesa y as sigue comportndose; se le nota en numerosos detalles, como el tipo de mujeres que elige para ministras: altas, delgadas, rubias y con mechas: Teresa Fernndez de la Vega, Salgado, Garmendia, Ado... Ello refleja un toque machista. Ni se le ha pasado por la cabeza nombrar como ministra a una mujer baja y gordita. Un miembro de la Ejecutiva aade un detalle: Su arma mas terrible es el silencio. Nunca te dice que no, pero si se calla, y sobre todo si prolonga su silencio, ests perdido. Un silencio de un minuto o treinta segundos no hay quien lo soporte, sobre todo en una conversacin telefnica. Unos y otros admiten que en su trato es deferente y cordial y que, aunque escucha mucho, no es seguro que registre lo que le cuentan y, desde luego, rara vez cambia de opinin. Escucha el rollo que le colocamos con amable estoicismo y sigue a lo suyo, me cuenta un financiero. Jos Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, le visit cuando presida Vodafone con la intencin de saber su opinin sobre un asunto, pero apenas hubo dilogo, sino un monlogo a cargo del empresario.

Me dio buena impresin porque escuchaba. Pero sal enfadado conmigo mismo. Yo no solo he venido a contarle mi opinin me deca cuando acab la entrevista.Yo quera enterarme de lo que me contara l. Le cont mi vida, mis preocupaciones, mi ideario de arriba abajo, lo que estaba bien, lo que estaba mal y l me miraba y asenta, escuchaba y me daba cuerda. Y yo pens: estoy hablando demasiado y me call para que l hablara, pero l solo escuchaba. Cuando me callaba yo, se haca el silencio. Un largo silencio. A Aznar le pasaba lo mismo. Con Felipe Gonzlez pasaba lo contrario: por lo visto, era mucho ms abierto a dar su opinin, hasta el punto de que a veces es difcil colocar la tuya, aunque yo a Felipe no le he conocido personalmente hasta mucho despus, como ex presidente. La siguiente vez que Entrecanales se encontr con el presidente a solas lo hizo en su condicin de presidente de Endesa. Zapatero quera saber su opinin sobre el cierre de la central de Garoa y Entrecanales lo que pensaba al respecto el presidente, pero ste no solt prenda: Sal sin saber qu iba a hacer. Son muchos los que me aseguran que es caprichoso. Uno de sus amigos de Len, que ocupa un cargo en Madrid, matiza: Caprichoso? No estoy seguro. Fro? Puede ser... Es duro como un pedernal, pero es persona. Cuando cesa a gente de sus cargos yo s que lo pasa mal, muy mal. Y es que todos necesitamos que nos quieran. Jordi Sevilla me confirma que Zapatero lo pasa mal cuando cesa o veta: Un ritual de los congresos del partido es quedarse hasta las seis de la maana pergeando la Ejecutiva. Jos Luis decide que no quiere meter a nadie de la gente de Balbs [cabecilla de un grupo de socialistas con el que negociaba prebendas y famoso por montar el tamayazo que le quit al PSOE el gobierno de la Comunidad de Madrid], ni siquiera al valenciano Jos Luis

balos, que le haba ayudado mucho en Valencia. Zapatero le dice a Caldera, hombre clave de Nueva Va hoy defenestrado: Oye Jess, dselo t, que a m me da corte. Y Jess, a quien no le corta nada, se lo dice. Luego trat de compensarle proponindolo para secretario general de los socialistas valencianos, pero no lo consigui; los valencianos eligieron a Joan Ignasi Pa. Ya sabes cmo es el PSOE de Valencia. Lo pasa mal, pero no le tiembla el pulso para cesar ni para negar un nombramiento. Le niega a Alfonso Guerra la presidencia del Congreso de los Diputados, que era su ilusin para retirarse por lo ms alto, y se la da al opositor de ambos, de Zapatero y de Guerra, Jos Bono. Y antes, en 2000, le haba negado a Juan Carlos Rodrguez Ibarra el puesto de vicesecretario general del PSOE, a pesar de la elocuencia del extremeo: Jos Luis, ya sabes, la Ejecutiva es muy dbil y yo te puedo arreglar la cosa con la vieja guardia y cerramos filas, etc..Y Zapatero dice que no, lo que el extremeo ha valorado en pblico y en privado positivamente: Al decirme que no, ha demostrado que tiene coraje. Ha probado que tiene cojones, pues su situacin entonces era muy difcil. Le alab sus cojones, pero, tras la negativa del presidente, el extremeo no le dej pasar una: el congreso del que sali Zapatero como secretario general se celebr en julio de 2000 y, en el Comit Federal reunido en enero de 2001, Ibarra le da dos meses para enderezar el rumbo del partido. Era cuando el pacto antiterrorista y la oposicin leal que encabronaba a Felipe, a la vieja guardia y a la gente que peda guerra. Desde entonces ha adquirido prctica en los ceses y muestra menos incomodidad, con algunas excepciones. Le debi resultar especialmente difcil cargarse a Jess Caldera, aunque es probable que le tuviera reservada una bala de plata, como ha hecho con casi todos los que le apoyaron en la Nueva Va. No olvida que el salmantino tena ms relevancia que l mismo cuando se form este grupito y que aspiraba a ser el candidato a la secretara general.

La forma de cesarle es una muestra de otro de sus rasgos de carcter, entre irnico y prepotente. Caldera, que tiene la suficiente confianza con su ex amigo para hablarle con claridad, le pide explicaciones: Por qu me cesas, Jos Luis? Qu he hecho yo para merecer esto? Jos Luis se lo explica: Por tu poltica inmigratoria. Ser por la tuya. Y Jos Luis le aclara con sonrisa maquiavlica: Por eso, Jess, por eso. Y en efecto, para eso estn los ministros, para saltar como un fusible para que no se queme el jefe. Pero Jos Luis, que a pesar de su sonrisa estaba pasando un mal rato, le endulza la pldora: Jess, creme, tengo que cesarte pero te recuperar ms adelante. No lo dudes, seguir contando contigo. Y hasta ahora. Y es que otra de las caractersticas suyas es el escaso valor que concede a su palabra. No es un hombre de palabra. La palabra es para muchos castellanos lo mis sagrado; le dan ms valor que a la firma de un contrato. Por lo menos entre los castellano-leoneses, entre la gente de Castilla la Vieja, segn la anterior organizacin territorial de Espaa. Hago la distincin entre las dos Castillas porque en Guadalajara, hoy en Castilla-La Mancha y ayer en Castilla la Nueva, es popular el dicho en Guadalajara lo que se dice por la noche no vale por la maana. Mariano Rajoy, Artur Mas y otros dirigentes de la oposicin han dicho y repetido que Zapatero les ha engaado. Jordi Pujol asegura que ha engaado primero a media humanidad, despus a la otra media y finalmente a toda la humanidad. Engaar a la oposicin es casi obligado, va en el sueldo de dirigente del partido gobernante, pero engaar a su propia gente, a Caldera, a Sevilla, a Maragall y a tantos otros, est ms feo.

Muy feo fue el engao a Manuel Chaves, a quien tanto debe. Fue un elemento clave para salir adelante en los primeros momentos, en la poltica de oposicin tan denostada por la vieja guardia, y fue, en general, la bisagra entre el Antiguo Testamento del felipismo y el Nuevo Evangelio del leons. Es adems el presidente del PSOE, su historia viva, como en tiempos de Gonzlez lo fuera Ramn Rubial, el hombre de Indalecio Prieto. Ahora Zapatero necesitaba al hombre histrico, a la bisagra con Felipe Gonzlez. El astuto leons quera afrontar el cambio en Andaluca, donde Manolo Chaves llevaba demasiado tiempo gobernando. As que necesitaba apartar a ste, aunque en Andaluca, donde la continuidad del gobierno socialista parece asegurada, el territorio comanche segn la gente del PP, hay que andar con pies de plomo en los cambios. La transicin se hara all en dos fases: primero haba que sustituir a Chaves por otro veterano, Jos Antonio Grin, que era el vicepresidente de la Junta y en la segunda fase, a la que se procedera en el momento oportuno, quera colocar una de sus chicas jvenes, de las zapateristas incondicionales, concretamente a Mar Moreno. Estos eran sus planes. Para llevarlos a la prctica llama a Chaves: Oye, Manolo, t vas a ser el gran poltico del gobierno. Vas a controlar los asuntos ms delicados, los problemas territoriales, eterna pesadilla nacional. T ests para la gran poltica y no te voy a enredar con los tediosos menesteres del Ministerio de Administraciones Pblicas, del coazo de los funcionarios y todo eso. T, Manolo, como yo, a la poltica, a la gran poltica. A Manolo le produce una gran satisfaccin la oferta, pero, como a pesar de su larga experiencia poltica sigue conservando admirables dosis de ingenuidad, no se lee la letra pequea. Y es que Zapatero no slo le haba quitado ese coazo de los funcionarios, sino que al mismo tiempo le haba arrebatado la potestad de nombrar y controlar a los delegados del Gobierno en las distintas comunidades autnomas, lo que

podra haber representado su gran palanca de poder, especialmente en lo que se refiere a seguir manejando las cosas en Andaluca. Cuando se dio cuenta de que le haban birlado ese pequeo detalle, de que los delegados del Gobierno dependeran de la vicepresidenta Teresa Fernndez de la Vega, mont en clera. Haba firmado en blanco confiando en la palabra del presidente. Antes, los delegados del Gobierno, los que sucedieron a los gobernadores civiles del franquismo, los nombraba oficialmente el ministro de Administraciones Pblicas, de acuerdo con las sugerencias de Jos Blanco, el secretario de organizacin. El procedimiento responde al esquema del antiguo rgimen, cuando los gobernadores civiles eran tambin secretarios generales del Movimiento, de Falange Espaola y de las JONS. Entonces los nombraban conjuntamente el ministro de la Gobernacin y el ministro secretario general del Movimiento. Hoy siguen siendo agentes polticos del territorio y Chaves los pensaba utilizar para seguir teniendo presencia en Andaluca, pues los polticos son muy celosos de mantener un pie en su territorio, que es lo que les da peso, no slo en su tierra sino tambin en la poltica nacional. En realidad la vicepresidenta, que no tiene agenda territorial, se limita a firmar los nombramientos y es Jos Blanco quien los selecciona. No obstante Teresa se resiste a desprenderse de cualquier parcela de competencia y siempre le haban interesado los delegados del Gobierno. A las reuniones que Jordi Sevilla convocaba como ministro de Administraciones Publicas sola dejarse caer la vice sin previo aviso, como aquel que pasa por all. Zapatero le niega al presidente del partido lo que atribuye a quien tiene un cargo tericamente de menor categora, a quien hoy ostenta el de vicesecretario general del PSOE. Chaves monta en clera con sus incondicionales, pero no le dice ni po al presidente, ni hace la menor crtica en pblico. Su pequea venganza es negarse a dejar la secretara

general del partido en Andaluca hasta las elecciones generales en 2012, generando una guerra con Grin, su sucesor, que pretende serlo antes de las municipales para intervenir en el nombramiento de los alcaldes. Para ello es necesario un congreso extraordinario cuya fecha de celebracin an no est fijada cuando escribo estas lneas. Jos Blanco piensa que el mejor candidato es Jos Antonio Grin y que a Manolo Chaves hay que darle por amortizado; apuesta porque Andaluca tenga una sucesin ordenada y lo que quiere es que haya un congreso extraordinario que elija a Grin para despus de la presidencia espaola de la Unin Europea, porque para el ordinario falta mucho tiempo; no se celebrar hasta 2012 o 2013. Mar Moreno se ha quemado antes de tiempo. A lo mejor es el futuro, a lo mejor en el congreso extraordinario hay que hacer un ticket de Grin como primero y Mar de segunda, pero el candidato siguiente tiene que ser Grin. El leons tiene un sentido del compromiso bastante leve, un tanto flcido. Las comparaciones, por odiosas que resulten, son inevitables. Felipe Gonzlez, hasta cuando se equivocaba, trataba de hacer verdad lo que haba dicho, aunque hay que atribuirlo ms al pecado de soberbia que a virtud. Una persona que conserva un alto cargo lo corrobora: Hay gente que le pregunta: hacemos esto o lo otro? Jos Luis contesta siempre: S, s....Y como te lo creas vas dado. Jos Luis ha superado aquella posicin tomista que sostena que algo puede ser y no ser al mismo tiempo. Zapatero puede engaar a media humanidad, pero no es un mentiroso compulsivo, ni lo hace porque disfrute engaando. Slo miente cuando lo considera necesario. No es el resultado de su creencia, de inspiracin maquiavlica, nunca confesada, pero compartida por la generalidad de los polticos, de que el fin justifica los medios. Su mentira no siempre es trascendente, por razones de Estado o para evitar

lo que pudiera mermar su poder absoluto; con frecuencia es de tono menor; a veces la utiliza simplemente porque le da corte decir la verdad, por comodidad, por quitarse de encima a un pesado que le abruma con su problema. La clave de este recurso suyo, del que se vale con tanta frecuencia, es lo que he dicho antes: simplemente no da demasiado valor a su palabra. La mentira es para l un pecado venial que se purga con un avemaria, con una palmadita en el hombro o con un guio de ojos. Es Zapatero rencoroso? Un ex ministro que habla a condicin de que no ponga nada en su boca se expresa, en compensacin, a tumba abierta: S, puedo decir que es rencoroso. Ni olvida ni perdona. Es un killer, pero no ms que lo han sido los otros presidentes. Es un killer que no desperdicia una sola bala. Si no es necesario matarte no te mata. Por placer no lo hace, pero no deja ninguna afrenta sin castigo. La verdad es que sin instinto asesino no se alcanza el poder. Es muy conocida la primera parte de una frase pronunciada por Lord Acton: El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, pero no lo es tanto lo que dice a continuacin, que es la explicacin de por qu dice lo anterior: Porque las personas importantes son siempre malas personas. Alguien que le conoce bien me confa: La verdad es que Jos Luis siempre ha sido un poco raro; muy callado, estereotipo de gallego, no sabes si va o viene. No es un hombre que genere empatas, a diferencia de Felipe, que tampoco es que te hiciera mucho caso y con quien podas estar en desacuerdo en muchas cosas, pero que te haca sentirte importante, que se tomaba la molestia de seducirte. El da que ZP caiga nadie va a llorar con l, te lo aseguro. Juan Jos Laborda, que le conoce desde 1985, cuando era secretario general del PSOE en Castilla y Len y Jos Luis Rodrguez Zapatero secretario general del partido en Len, matiza el testimonio anterior:

Consigue respeto pero no afecto. Laborda, retirado de la poltica activa tras sufrir un ictus cerebral, sostiene que los hombres que llegan muy alto en poltica son malas personas. Lo dan las exigencias del poder y el poder mismo. Pero insiste en sealar que no es un juicio personal sobre un personaje con quien ha discrepado en algunos puntos, pero de quien tiene una buena opinin. No comulga con el juicio que hiciera de l, como cont en la introduccin su compaero Aniceto Melcn, histrico alcalde de Benavides de rbigo, fallecido recientemente: Ni una mala palabra, ni una buena accin. Lo cierto es que la imagen de Zapatero, como indicaba al principio, se ha ido deslizando desde la del buen muchacho a la del falso bueno. Cndido Mndez, secretario general de UGT, amigo y aliado del presidente opina lo contrario: No es un falso bueno. Yo invertira los trminos: parece malo pero es un falso malo. No es un bueno malo, es un malo bueno. Es un lobo con corazn de cordero. La verdad es que tiene gestos humanos en los que probablemente no todo responda al clculo poltico. Aunque a veces s. Jos Luis padece una imposibilidad metafsica para no hacer poltica hasta en los momentos ms delicados en la vida de sus amigos o correligionarios. Era el da del entierro en Zamora de la madre de Demetrio Madrid. Zapatero llama a ste para darle el psame y acto seguido le pregunta si est con l Jaime Gonzlez, un buen amigo de Len, que haba sido vicepresidente de la Junta de Castilla y Len cuando la presida Demetrio. Este le pasa el telfono a Gonzlez y el presidente le pregunta, de sopetn: Oye, Jaime, quin puede ser el secretario general de Castilla y Len?, porque estamos muy jodidos. Su amigo Gonzlez, que hoy ocupa el puesto de consejero de la Comisin Nacional de la Energa, le recomienda segn me comenta

un testigo de la conversacin a scar Lpez, un segoviano instalado en Madrid, a la vera de Pepe Blanco. scar es diputado por aquella provincia, amigo de Teresa Fernndez de la Vega, que tambin fiie diputada por la misma circunscripcin. Y en efecto, se es el puesto que hoy desempea scar, un socialista emergente. Pero sus amigos me dan cuenta de numerosos rasgos de humanidad que no buscan rentabilidad alguna. Visitas a humildes correligionarios enfermos, como la que hizo tras una agotadora sesin en el Parlamento en el debate del estado de la nacin. Cuando su amigo Javier de Paz sufri una enfermedad que realmente era grave lo digo porque De Paz es un hipocondriaco profundo,Jos Luis estuvo siempre pendiente de los menores detalles de su dolencia. Pero en la segunda legislatura, el presidente ha reducido prcticamente a cero las salidas de La Moncloa, ni para visitar a los enfermos, ni para acudir a un entierro o, en el plano ms ldico, para acudir a casa de un amigo, con la excepcin de alguna comida en casa de: Cndido Mndez, en el barrio de Viclvaro, o el cumpleaos de Javier de Paz. Ya no acude ni al cine, que le gusta mucho, ni a un concierto. Est encerrado en el palacio con el sndrome que han sufrido todos los presidentes. Entre las aficiones del presidente no est la msica. En eso se parece a muchos hombres pblicos de vida trepidante como el Rey, Gonzlez o Aznar, o del mbito privado como Emilio Botn. El Rey slo asiste a los conciertos, con los que tanto disfruta la Reina, cuando es absolutamente imprescindible. El caso de Botn es tambin notorio y se dice que se busca obligaciones perentorias cuando su esposa, Paloma O'Shea, protectora de las artes, preside algn acto musical. De forma similar, Jos Luis recoga a Sonsoles, su novia, a la puerta del coro renunciando al disfrute de su voz de soprano, aunque tuviera que esperarla sometido al fro de Len, a la lluvia, la nieve y el granizo. Al lder socialista le gusta el ftbol y el baloncesto, deportes que practic con asiduidad en su juventud y ocasionalmente en los ltimos

aos. De hecho, en junio de 2001 tuvo que guardar unos das de reposo a consecuencia de una rotura fibrilar en una pierna, que se produjo jugando al ftbol con unos amigos. Ahora se limita a hacer footing, cuando le es posible, por el recinto monclovita, acompaado de su primo Vidal Zapatero, de su periodista Julin Lacalle o de su amigo Javier de Paz. Lee ms ensayos que obra narrativa; es, desde siempre, un aficionado de Borges; en este gnero ha mostrado su preferencia por sus compatriotas leoneses; ha presentado La gran bruma, de Juan Pedro Aparicio, y en abril de 2006 present el libro de cuentos Las nubes pueden ser gemelas, de su profesor Jos Manuel Otero Lastres, que, aunque gallego de origen, enseaba en la Universidad de Len. Otero recuerda que en esta presentacin permaneci desde las siete de la tarde hasta las diez de la noche: Ese da tena una cena con el Rey y los de protocolo me urgan para que concluyera el acto, pero Jos Luis zanj el asunto diciendo: Yo s cundo me tengo que ir y pidi otra copa. En ese acto dijo que de m haba aprendido a ser persona. Yo, como profesor, si es eso es lo que le he transmitido, me siento muy orgulloso. Coincidi Zapatero con el premiado Julio Llamazares en la presentacin del libro de Secundino Serrano, Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista. No obstante, no hay forma de discernir si estas presencias responden a sus aficiones literarias o son simples actos de propaganda. Zapatero est convencido de que la suerte le acompaa. A Felipe Gonzlez le preguntaron en una entrevista en televisin cul era la principal virtud del nuevo presidente y, despus de meditarlo un poco, slo se le ocurri decir: Que tiene suerte. Cuando, en sus tiempos de diputado por Len, vena a Madrid se instalaba en el hotel del Prado, prximo a la cmara, donde hacen descuento a los parlamentarios. Pero ahora no hay forma de encontrar una habitacin en este moderno hotel,

porque, como iba Zapatero, los diputados socialistas piensan que da buena suerte. En opinin del profesor Otero: -Jos Luis es terriblemente terco, lo que puede ser una virtud o un defecto. Decide una cosa y no hay quien le mueva de ah. Puede ser consecuencia de una conviccin, pero si es un error es horroroso, porque hay que enmendarlo cuanto antes. Si l persiste es porque cree que no es un error.Del pacto de la mantecada a La Moncloa i en la leyenda felipista consta la excursin de la tortilla como el smbolo del arranque en la carrera al poder de los sevillanos, en la zapaterista desempea un papel similar el pacto de la mantecada de junio de 1987, por el que Jos Luis Rodrguez Zapatero alcanz la secretara provincial del partido, de la que nunca lograron desalojarle, a pesar de todos los intentos desplegados por unos compaeros vehementes, pero muy inferiores en maas, ardides y combinaciones. Lo de la mantecada no viene porque Jos Luis y sus amigos compartieran en aquella ocasin decisiva el famoso dulce, a modo de iniciacin de una nueva poca, sino porque la conspiracin tuvo lugar en el hotel Gaud de Astorga, una ciudad que tiene la fama de hacer el mejor bizcocho del mundo. En ese distinguido hotel, situado frente a la catedral proyectada por el famoso arquitecto cataln, el joven diputado leons consigui enhebrar un pacto que burlaba lo que haba acordado, unas horas antes en Ponferrada, para situar en la secretara provincial del PSOE a Pedro Vizcay. Casi todos los firmantes del pacto fueron eliminados posteriormente por el Maquiave lo leons. En torno a la tortilla, Felipe Gonzlez se jurament con sus apstoles a desplazar a los socialistas histricos para hacerse con las siglas del partido e iniciar la larga marcha hacia La Moncloa. En Astorga Zapatero deja ver su propio estilo: l alcanzar el mando sin apenas apstoles fijos, pactando con quien fuera menester, hasta con el diablo, sin que la palabra dada le condicione, ni limite sus combinaciones.

S

Jos Luis se haba mantenido en el poder leons siempre en el filo de la navaja, a base de un habilidoso manejo de los pactos que respetaba mientras le fueran tiles; a veces por la diferencia de un solo voto, en alguna ocasin con conflictos sonoros, con gritos, zarandeos y peleas en las acreditaciones de los compromisarios. En una de aquellas tumultuosas asambleas se produjo hasta un disparo de pistola. El estudio de su poca leonesa, que se extendi durante dcada y meda de trepidante actividad e intrigs sin fin, es sumamente til para entender su estilo de gobernante y por ello he dedicado un captulo a la misma. De all proceden algunas de sus habilidades, como el uso desenfrenado de los pactos, para bien y para mal, y ciertos vicios como el de enfrentar a unos compaeros con otros, imprescindible entonces para sobrevivir, pero perniciosos cuando uno dirige el gobierno de la nacin. Consta tambin su firme negativa a optar por cargos locales para no mancharse con fracasos, aunque ello perjudicase a su partido, que estimaba que l era el mejor candidato. Puede observarse una constante en su actuacin poltica que recuerda la estrategia leninista: designar a los incondicionales en las elecciones a puestos pblicos, en los ayuntamientos, en la diputacin o en la comunidad, aunque sean los peores candidatos. Constan numerosos ejemplos de esa conducta en Len, donde los elegidos cosechan muchos menos votos que los sustituidos ante un secretario provincial imperturbable. La constatacin de este hecho es lo que movi a Juan Carlos Rodrguez [barra a cuestionar: Cmo va a ganar una vuelta a Espaa cuando no ha ganado una carrera en su pueblo?. Evidentemente, el caudillo extremeo se equivoc. A la larga, pudo verse cmo la estrategia de Zapatero de supeditarlo todo a su triunfo personal, aunque tuviera que renunciar a la optimizacin de los resultados de su partido, es lo que le dio el triunfo final, la llegada a su objetivo: la conquista de La Moncloa, ante lo que las peripecias locales tenan escasa importancia. Ya en el poder estatal, dio muestras de

mantenerse en su tctica; el ejemplo ms ilustrativo fue la machada de seleccionar a Miguel Sebastin para la alcalda de Madrid, a sabiendas de que perdera la ciudad. No se le entender bien si no tenemos en cuenta que l, como jefe del partido en Len, ha mantenido una situacin de crisis permanente y que es un genio de la reversin de alianzas. La del pacto de la mantecada es la ms lograda, pero en realidad todos los pactos estn unidos en uno: el de asegurarse la continuidad en el poder, el de la supervivencia a toda costa. En Len no delegaba en nadie para que todo pasara por l, pero hacer lo mismo en el gobierno, una vez bien asentado en el mismo, resulta un serio inconveniente, pues nadie, ni siquiera Jos Luis Rodrguez Zapatero, es capaz de hacerlo todo personalmente. En su provincia nativa senta la necesidad de seleccionar a sus colaboradores en aras de los equilibrios entre unas facciones y otras, y entre unas localidades y otras, dando juego a la cuenca minera, al campo y a la capital; pero ya en Madrid, seleccionar el gobierno nacional basndose en equilibrios partidarios y no en razn de las capacidades de los ministros es un grave error que resta eficacia en la gestin de la cosa pblica. La quintaesencia de la herencia leonesa cabe definirla como la de la confusin entre lo partidario y lo pblico. Conviene tener en cuenta que Len tiene una sociologa sui gneris: mineros y agricultores; dos ciudades que estn en perpetua competencia, Ponferrada y Len, y otra serie de poblaciones pequeas, cada una de las cuales ostenta el poso de la historia. La provincia se divide en tres zonas bien diferenciadas: el Bierzo; el norte minero con Villablino, Riao, etc., y la zona de influencia de la capital, el sur de Len, la comarca de Tierra de Campos, Sahagn, y La Baeza, hasta Astorga. A Zapatero no se le identificaba por su discurso poltico ni por su adscripcin a una tendencia determinada, de hecho haba recorrido todas ellas, sin despeinarse un pelo, desde los inicios de su carrera poltica:

independentista leons, castellanoleonesista, guerrista, renovador... lo que conviniera en cada caso. El leonesismo que adopt inicialmente proceda de Baldomero Lozano Prez, ya fallecido, un gran especialista en Derecho Tributario que era de Albacete. Dej de conducirse como leonesista cuando la Comunidad de Castilla y Len fue un hecho irreversible. Cuando en 1985 se desencaden la primera huelga general contra la poltica de las pensiones del gobierno de Felipe Gonzlez, Zapatero se manifest contra el gobierno. Sin embargo, en la huelga general del 14 de diciembre de 2008, que paraliz a Espaa, apoy a Gonzlez. Inicialmente, se situ en posiciones cercanas a Izquierda Socialista y a los guerristas; luego se hizo oficialista, felipista; despus volvi a ser guerrista y, tras el golpe de las supuestas acreditaciones falsas, en 1994, de nuevo felipista, alistndose a los renovadores. El PSOE de Len era una mquina de tragarse secretarios generales y Jos Luis se mantena en el silln pegado con cola. Pero llega un momento, en junio de 1987, en el que sus adversarios, en un congreso celebrado en Astorga, se unen para desbancarle. Haban contado sus votos y lo tenan garantizado. La prensa es unnime en el veredicto. Cada da el Diario de Len proporcionaba nuevos detalles de la defenestracin anunciada: La Agrupacin de X votar contra Zapatero; la de Y se une a la nueva mayora nuevas incorporaciones contra Zapatero. Ni una sola agrupacin haba expresado su apoyo al nieto del capitn Lozano. Nadie daba un duro por l. Pareca que iba a ser machacado sin remisin. Y entonces el dirigente leons llega al cnit de una habilidad que preconiza su estilo como dirigente nacional. Su primera argucia, idntica a la que mostrara cuando se constituye la Nueva Va, la plataforma contra Bono, el candidato oficial del aparato en el XXXV Congreso nacional: las filtraciones a la prensa. Jaime dice a su incondicional Jaime Gonzlez, actualmente vocal en la Comisin Nacional de la

Energa hay que mover a la prensa. Y Jaime habla con Francisco Martnez Carrin, a la sazn director del Diario de Len y actual jefe de prensa de Caja Espaa, y consigue su apoyo. El Diario de Len empieza a proporcionar datos de buena fuente de que Jos Luis ganar la batalla. Llega un momento en que ya slo aparecen noticias de que Zapatero ser el triunfador indiscutible. La prensa cambia el ambiente, pero el xito lo amarra cuando pacta con el guerrista Conrado Alonso, su compaero de escao en el Congreso de los Diputados, al que hace su segundo en el gobierno del partido leons; llega a un acuerdo con sus ms temibles adversarios, con aquellos que haban promovido el movimiento contra l. A partir de Astorga Zapatero afianza su poder y se mantiene al frente del partido durante cuatro mandatos consecutivos. Jaime Gonzlez juega un papel importante en condimentar los pactos. Jos Luis le encarga la difcil misin de reconciliarse con una faccin de El Bierzo, reconciliarse, no pactar, que lo tena complicado. Finalmente llega a un acuerdo con Antonio Canedo, alcalde vitalicio de Camponaraya, donde se mantiene eleccin tras eleccin con un 70 por ciento de los votos, con el regidor de Montesern y con el de Alboa, que eran los cabezas visibles de una parte de El Bierzo, adversario permanente del leons de la capital. Slo quedan fuera Villablino y el norte, con dos enemigos irreductibles: Pedro Fernndez, alcalde de esta ciudad, y Nieves Fernndez, ambos guerristas. El pacto ms controvertido fue el llamado cvico por su propaganda y cnico por sus adversarios. El objetivo del mismo, pergeado en junio de 1987, era expulsar al alcalde Juan Morano, procedente del PP, pero que se presenta como leonesista independiente. Para ello se conjura con los de Alianza Popular y con los del CDS. Hace un pan con unas tortas, pues el alcalde resultante es el aliancista Jos Luis Daz-Villarig, cuando Alianza Popular slo cuenta con cuatro concejales y el PSOE con nueve. Y porque en slo dos aos, en octubre

de 1989, integrado Morano en el Partido Popular, es investido de nuevo como alcalde de la ciudad cuyo cargo ostenta hasta 1995. Le sucede Mario Amilivia, el que pasaba los gastos para comprar gomina al Ayuntamiento, compaero de facultad con quien siempre ha mantenido sincera amistad. Los episodios de pactos, contra-pactos e intrigas son tantos que aburriran al lector ms paciente. Me referir finalmente al asunto de las acreditaciones falsas, segn el etiquetado de los zapateristas, o al de la sustraccin del derecho al voto a quinientos compaeros, segn la versin de los guerristas que intentaron descabalgar a Zapatero definitivamente. El conflicto se desencadena en 1994 en una asamblea que debe elegir a los delegados que enviar el PSOE de Len al XXXIII Congreso Federal. En los das previos al congreso, se produce una inusitada avalancha de afiliaciones, casi todas ellas procedentes del sindicato hermano, la Unin del Campo Leons (UCL), promovidas, al parecer, por Pedro Fernndez, el eterno enemigo de Zapatero. ste se niega a acreditarlos, asegurando que se han utilizado sus nombres sin permiso de los alistados, pero interviene Alfonso Guerra, que enva a sus hombres de confianza Javier Senz de Cosculluela y Txiki Benegas a realizar una investigacin. Ambos concluyen que las acreditaciones son correctas. Finalmente, Zapatero impone su criterio. Seis aos despus recibir el apoyo de Guerra frente a Bono, como si nada hubiera pasado. Len es esencial para Zapatero como base territorial. Los polticos tienen poco recorrido si no consiguen un feudo con poder propio, que no les haga depender absolutamente del dirigente nacional. Ocurre en el PSOE y en los dems partidos. No hay mas que recordar las luchas de Eduardo Zaplana para no perder Valencia, o de Francisco Alvarez Cascos para mantener su influencia en Asturias. Sin embargo, para nuestro leons, como para otros dirigentes, el territorio tiene un carcter instrumental. A Zapatero la poltica leonesa o

castellanoleonesa le importa slo en la medida en que puede facilitarle su carrera nacional. Se niega a postularse como candidato a la alcalda de Len, a la Diputacin o a la presidencia de Castilla y Len, para no mancharse con una derrota, aunque sacrificara al partido al ser el mejor candidato disponible. Sus ojos estn puestos siempre en Madrid. Para l es un paso decisivo alcanzar el acta de diputado nacional, lo que consigue en 1986, convirtindose en el diputado ms joven, con 26 aos de edad. Y an ms importante: conseguir entrar en el Comit Federal. Esto ltimo lo logra gracias a Jess Quijano, Chuchi para los correligionarios, en 1997. Este, que era vocal de la Ejecutiva Federal en su condicin de secretario general del partido en Castilla y Len, habla con Joaqun Almunia y le dice: -Joaqun, yo sigo en mi puesto hasta el prximo congreso regional, pero despus quiero dejarlo para dedicarme a la universidad; creo que Zapatero podra hacer un buen papel en la Ejecutiva. Algunos compaeros de Castilla y Len no se lo han perdonado a Quijano. El leons entra de vocal en la nueva Ejecutiva, donde es costumbre adscribirse a una secretara (cartera), y Zapatero se apunta a la de prensa que dirige Alfredo Prez Rubalcaba. Ello le permite establecer una relacin que le ser muy til con periodistas, especialmente con Luis R. Aizpeolea y Anabel Diez, del diario El Pas; con Marta Redondo y Ester Jan, de la SER, y con Julin Lacalle, cronista parlamentario de Diario16.

Tanto en Ferraz, la sede socialista, como en la Carrera de San Jernimo, donde reside el Congreso de los Diputados, pasa desapercibido, lo que l atribuye a lo difcil que es aportar algo nuevo al Parlamento por lo que limita el aparato del partido. Las pocas entrevistas que le hacen tienen como motivo que es el diputado ms joven de la cmara. En la que con este motivo le hace Feliciano Fidalgo el 16 de septiembre de 1986, cuando Zapatero tena 26 aos, informa

que su mensaje en el hemiciclo ser: Este pas es joven, y la poltica est despegada de la realidad. Y aade lo que, pasados 14 aos, resume sus ideas: El PSOE tendr que elaborar un proyecto poltico diferente, ms audaz, para construir una nueva izquierda con sectores ms dinmicos como los ecologistas, los jvenes, etc.. Poco ha trascendido de sus intervenciones parlamentarias de entonces, ms all de alguna propuesta a favor de la minera de Len. En 1997 Joaqun Almunia es elegido secretario general del PSOE, pero en las elecciones primarias de abril de 1998 es derrotado como candidato socialista a las elecciones generales que se celebraran dos aos despus por Jos Borrell. Zapatero opta por Joaqun Almunia, al que apoya el aparato del partido, y acierta, pues Borrell tira la toalla ante el boicot de Ferraz. Jos Luis Rodrguez Zapatero formaba parte del ncleo de colaboradores que Joaqun Almunia haba seleccionado para apoyarle en la candidatura a la presidencia del Gobierno, pero no formaba parte del grupo de vanguardia, como demuestra el siguiente episodio: Jos Antonio Snchez, director de Radio Espaa, una emisora de poca audiencia muy escorada a la derecha, hizo llegar a Almunia por medio de un amigo comn la peticin de que se la incluyera en la campaa de publicidad del PSOE, aunque fuera gratis, pues slo contrat anuncios el Partido Popular y le pareca que aquello era un cante. Almunia accedi a poner un poco de publicidad en la emisora, aunque se neg a la gratuidad, no fuera a ser que se utilizara de mala manera, pero le dijo al amigo comn que, como contrapartida, entrevistaran a algn socialista. Snchez no puso ninguna pega sugiriendo que le hicieran la entrevista a Alfredo Prez Rubalcaba. Cuando el intermediario hizo esta propuesta, Almunia se cerr en banda: Mira, dile a Snchez lo ms finamente que puedas, que Alfredo est para medios ms importantes, que se conforme con Rodrguez Zapatero.

Y as se hizo. Estamos en el ao 2000 de nuestra era. Jos Luis Rodrguez Zapatero era a la sazn un perfecto desconocido. Como se recordar, tras la derrota de Joaqun Almunia en las elecciones generales del 12 de marzo, Jos Mara Aznar se alza con la mayora absoluta: 183 escaos frente a los 125 obtenidos por su adversario. Almunia dimite y el gobierno del partido se confa a una gestora que convoca un congreso. Tras el batacazo de Almunia el vaco de poder en el PSOE es evidente y algunos socialistas se organizan con la intencin de buscar un candidato idneo que produzca una renovacin generacional, como la que encabez Felipe Gonzlez frente a la vieja direccin del PSOE encabezada por Rodolfo Llopis. Trinidad Jimnez organiza un desayuno con cruasanes en su casa, para montar esa alternativa con un grupo de diputados. Jimnez llama a Jordi Sevilla, que haba publicado en mayo de 2000 un artculo en El Pas en el que sostena la necesidad de un cambio generacional, de un nuevo Suresnes: Jordi, estoy muy de acuerdo contigo. Tenemos que hacer algo. Felipe lo vera bien y he hablado con otra gente del partido que lo considera imprescindible. El propio Gonzlez haba dicho que haba que hacer un nuevo Suresnes. La gente no interpret lo que quera decir, pero algunos lo vieron con meridiana claridad: Suresnes haba sido una escabechina generacional, un genocidio poltico. Jimnez le dice a Sevilla que va a convocar un desayuno en su casa al que le gustara que acudiese y pasan revista a la gente que podra acompaarles en la empresa. Y casi al final de la conversacin le consulta: Oye, Jordi, me han hablado muy bien de un diputado de Len, un tal Zapatero; es muy calladito, pero tiene algo... Te parece que le llamemos?

Zapatero no dice una palabra. Quien ms habla es Caldera que plantea que hay que hacer un think tank. Sevilla discrepa: Eso no es lo prioritario, Jess, las ideas vendrn luego, ya lo vers, que hay gente en la universidad muy lista. Lo que hay es un vaco de poder de la hostia en el partido. Lo que hay que decidir es si intentamos cogerlo o no cogerlo. Zapatero no dice nada, pero empieza a actuar. La segunda reunin, a la que acude ms gente, tiene lugar en el Prado, el hotel donde se alojaba el leons cuando vena a Madrid para ejercer su labor parlamentaria, un establecimiento moderno prximo a las Cortes, tres estrellas, cada planta dedicada a una denominacin de origen vincola. Zapatero habla con el director y ste les deja reunirse en un saln sin pagar un duro, una generosidad muy rentable, pues una vez conseguido el triunfo, llueven las reservas de los diputados. A esta asamblea se incorporan Pepe Blanco y un nutrido grupo de diputados y aquello empieza a tener visos de algo organizado. La referencia es Jess Caldera, que es el que haba ocupado un puesto ms alto como portavoz adjunto del grupo parlamentario que diriga Carlos Solchaga; y el aporte tcnico lo pone Jordi Sevilla, un prestigioso economista que haba sido jefe del gabinete de Pedro Solbes. Pepe Blanco era diputado por primera vez, pero ya apuntaba condiciones, especialmente en el mbito de la captacin de complicidades. Al parecer, Blanco haba sido presentado a Zapatero por Javier de Paz, que conoci al segundo en las Juventudes Socialistas. Pero los reunidos no se percataban de las habilidades del Maquiavelo leons, que las haba probado durante quince aos en su tierra, tal como he descrito, entre las que destaca la utilizacin de la prensa. El leons filtra a sus amigos periodistas, conocidos gracias a Rubalcaba, que ha nacido un nuevo grupo que va a lanzar un manifiesto que, asegura, redactar yo. Los periodistas insisten sobre lo que ms morbo tiene, quin dirigir el grupo, y Jos Luis les responde con su

enigmtica sonrisa, lo que despeja las dudas de los compaeros de la pluma. Y en efecto, en la siguiente reunin se propone la redaccin de un manifiesto. Zapatero y Sevilla expresan su voluntad de redactarlo y al final quedan en hacerlo entre los dos. Falta bautizar el nuevo grupo y Caldera y Sevilla proponen Nueva Va. Hay que recordar que Tony Blair haba lanzado lo de Tercera Va, y pareca idneo situarse en lnea con la renovacin encarnada por el dirigente laborista. La nica objecin es que un grupo trrorista japons, que se present como Nueva Va, acababa de cometer un atentado terrible en el metro de Tokio, pero ello no fue bice para que, finalmente, se acuara el nombre propuesto. Los periodistas de El Pas jalean el manifiesto y lo ligan al nombre de Jos Luis, pero ninguno de los integrantes del grupo con los que he hablado recuerda que se hiciera una eleccin formal. El leons no se inspira en este episodio en Maquiavelo, sino en Lenin, quien, en un congreso decisivo del partido bolchevique, dej que las conclusiones las hiciera otro camarada y l se reserv la redaccin de la nota de prensa. La iniciativa ya es pblica y empiezan a llegar los apoyos. Carlos Solchaga, que haba sido jefe de Zapatero como portavoz parlamentario, monta una cena en la que aparecen Julin Santamara y Rosa Conde y a la que acuden por parte de Nueva Va Jos Luis Rodrguez Zapatero, Jess Caldera, Jos Blanco, Jordi Sevilla y Trinidad Jimnez. Solchaga les promete que si la cosa va en serio ellos ayudarn en lo que puedan. A Zapatero le interesa Solchaga por su proximidad a Felipe Gonzlez; no quera que la nica va de relacin con ste fuera Trinidad Jimnez, para no deberle demasiado. En esto muestra otra de las habilidades que haba practicado en Len y que seguir ejerciendo desde el poder. Y llega el esperado congreso sobre el que no me voy a extender, porque lo que ocurri all ha sido contado con pelos y seales. No me interesa contar sus peripecias, sino resumir en pocas palabras las razones

del xito de la joven promesa leonesa frente al aparato y el viejo zorro socialista Jos Bono. El viejo zorro reconoce que el Bambi lo hizo mejor que l. Bono contaba en su estado mayor con un estratega de primera, Alfredo Prez Rubalcaba, pero Zapatero contaba con otro muidor, entonces poco conocido, pero que en aquel congreso mostr sus habilidades para colectar votos y una actividad infatigable para ir de una ciudad a otra, de un pueblo a otro, ensartando complicidades. Un factor decisivo fue la actitud que tomaron por distintas razones Felipe Gonzlez y Alfonso Guerra. Guerra prefera al diablo antes que a Bono, porque saba que Bono le jubilara con seguridad. Felipe no apoy oficialmente a nadie, aunque posteriormente explic que su candidato era Bono. En la charla que mantuve con el manchego para mi libro Las mil caras de Felipe Gonzlez, me coment: Un dirigente muy importante del partido que me ha dicho Felipe Gonzlez cambi de caballo a mitad de la carrera [...]. Ahora, que Felipe lo impuls, sin duda ninguna, lo que pasa es que ah estaba demasiado distrado ya entre las piedras, los bonsis y Mxico. Yo creo que l apoy a Zapatero... Incluso a lo mejor se asust cuando vio que Guerra apoyaba a Zapatero. Lo cierto es que Trinidad Jimnez logr convencer a Felipe para que hiciera algunas llamadas en las que, sin apoyar claramente al leons, mostrara cierta inclinacin por l; tambin abog en su favor Carlos Solchaga. Zapatero le pide a Jess Quijano que sondee a Felipe Gonzlez para ver si quiere ser presidente del PSOE. Chuchi se encuentra con Gonzlez en la finca del constructor Cereceda, pero Felipe le da largas. Estos dos se recelan mucho concluye, pero es posible que lleguen a un acuerdo. Y Rubalcaba intenta lo mismo desde las filas de Bono. Su idea es que se repartan el pastel que ste sea el secretario general y el leons, el portavoz parlamentario. Bono y Zapatero se re-

nen varias veces en el hotel Palace y parece que la cosa est hecha, pero el leons da marcha atrs. Por su parte, Bono cometi el error de manifestar sus reticencias respecto al sevillano, lo que molest mucho a ste. Fue en una rueda de prensa celebrada en Toledo, en la que el castellanomanchego quiere mostrar su autonoma. Felipe llama a Rubalcaba y le expresa su malestar. De la actitud de Alfonso Guerra no caben dudas. Su objetivo fundamental era que no triunfara Bono, su enemigo mejor cortado, y encomienda a parte de sus huestes que abandonen a Matilde Fernndez, la candidata guerrista, y que voten al leons. Por su parte, Juan Carlos Rodrguez Ibarra, el ms significado guerrista, arenga a sus tropas extremeas: Si gana Bono nos va a cortar la cabeza. Lo que son las paradojas de la vida. Cuando Zapatero estuvo ms cerca de caer en su peripecia leonesa fue por un ataque dirigido por Alfonso Guerra, en el caso que he comentado de las acreditaciones falsas. Sin embargo, fue el factor decisivo de su triunfo en el XXXV Congreso. Lo que demuestra una vez ms que es ms poderosa la sed de venganza que la amistad y Guerra, que haba atentado contra el joven leons, odiaba ms a Jos Bono. Todo ello contribuy, pero no hay que regatearle a Zapatero su mrito, que fue considerable. Con la ayuda de Pepe Blanco recorri Espaa de norte a sur y de este a oeste, no dejando nada a la improvisacin, al contrario de lo que se le acusa desde que est en el poder. Zapatero reconoce que le debe el congreso al gallego y se lo ha recompensado cumplidamente. En opinin de muchos, lo que le dio la victoria fue su discurso. La mayora de los que estbamos en Nueva Va recuerda Jordi Sevilla no sabamos lo que iba a decir. Quizs Blanco, su primo y poco ms. l siempre compartimenta: t para desayunar; t para comer; t para cenar. Nunca mezcla.

Cuando dijo aquello de Compaeros, no estamos tan mal, el entusiasmo fue indescriptible. Es lo que esperaban or los compromisarios despus de tantas desgracias. Bono asumi rpidamente su derrota. Supo perder bien: Es evidente que me haba equivocado. Yo tena ms avales que todos los dems juntos, o casi. Todo influy: Felipe quera seguir mandando y crea que con ZP era ms fcil que conmigo, Guerra no me quera ni en pintura... pero la verdad es que Zapatero lo hizo muy bien y Blanco demostr ser un especialista. Debo reconocer que a partir de entonces me trat con deferencia y simpata. Yo tampoco quise usar mis votos y ped que todos hicisemos pia con Zapatero. No me cost trabajo, porque siempre pens que era un buen candidato a presidente de Gobierno. .. as se lo dije un da en Len delante de su padre, aos antes. Me dijo Zapatero: Quiero compartir contigo todos mis xitos. Lo hicimos muy bien en beneficio del partido. El voto era secreto y en la votacin de la ejecutiva obtuvo el 98 por ciento. Recuerdo que alguno de los mos, de los importantes, se sublev, y quiso organizar una votacin de castigo y me puse muy serio y dije que no lo aceptaba, que quien no votara a Jos Luis me traicionaba a m. Y aad: no os dais cuenta de que si peds el voto en blanco o en contra y sale un porcentaje importante perjudicamos al partido? La oposicin no fue un camino de rosas. Ni Zapatero ni Blanco conocan a nadie en Madrid. Cuando el leons llega por primera vez a su despacho, reconoce que es la primera vez que entra all. Su aparato estaba en Len. Rubalcaba pronto se hace perdonar su pasado bonista; Alfredo es un poltico que, como Zapatero, slo vive para la poltica y dispone de una de las mejores agendas de Espaa; se alia con Pepe Blanco y le pone en contacto con la prensa y con Javier Santamara, un genio de las encuestas y de las estrategias electorales. No le falt crtica interna. El congreso se haba celebrado en julio de 2000 y en enero de 2001 se rene un Comit Federal en el cual Ibarra le

da dos meses para enderezar el rumbo del partido. Zapatero haba optado por una oposicin de guante blanco, con exhibicin de talante y una propensin a los pactos que irrita a la vieja guardia. Pero Jos Luis resiste apoyndose en un crculo muy fiel, integrado por Jos Blanco, Jess Caldera, Jos Andrs Torres Mora, Alfredo Prez Rubalcaba, Miguel Barroso y Jos Luis de Zrraga, su gur demoscpico. Poco a poco, Zapatero va afianzando su poder con habilidad, y en la organizacin se convencen de que el futuro es el leons y acuden entusiastas en socorro del vencedor. En el otro bando, en el del PP, Aznar, con mayora absoluta, se entrega a la arrogancia. Comete muchos errores: anuncia que no se presentar a las elecciones de 2004, con lo que genera una fuerte inseguridad en sus filas respecto a la sucesin; trata de mantener su poder y elige a quien espera que podr manejar mejor, pero que no es el mejor candidato; toma la postura equivocada en la guerra de Irak y demuestra que ha perdido la cabeza organizando la majestuosa boda de su hija en el Monasterio de El Escorial. Finalmente ocurre la masacre de Atocha, de la que no tiene la culpa, pero se empea en responsabilizar a ETA contra todas las evidencias. No obstante, son pocos o ninguno los que esperan que Zapatero gane las elecciones, salvo el mismo Zapatero y su esposa Sonsoles Espinosa, pero el leons las gana a la primera intentona, lo que no haban conseguido ni Gonzlez ni Aznar, y repite la victoria en 2008. Queda la incgnita de si se volver a presentar en 2012, aunque l, si decidiera no presentarse, no cometer el error de Aznar de anunciarlo antes de tiempo. Todo empez en Len cuando dej atado y bien atado el pacto de la mantecada. El nico leons al que hizo ministro fue a Jos Antonio Alonso, Too, que no es miembro del partido ni le acompa en aquella singladura, pues viva y trabajaba en Madrid como juez y miembro del CGPJ, lo cual no es bice para que sea, aunque a disgusto,

el portavoz del grupo parlamentario, un puesto destinado tradicionalmente a un socialista pata negra. Ningn otro paisano ha sido ministro, pero s ha contado con varios secretarios de Estado y directores generales de su tierra. Amparo Valcarce, nacida en Babero, fue secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad y de Poltica Social, y actualmente es delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid. El juez Luis Lpez Guerra, nacido en Len, fue secretario de Estado de Justicia y en la actualidad es magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Anglica Rubio, nacida en Babero, ocupa un puesto privilegiado en el palacio de La Moncloa a la vera del presidente, con quien despacha a diario como asesora de comunicacin. Anglica ha sido corresponsal de la agencia Efe y jefa de Informativos de la SER en Len. Desde el ao 2003 es asistente personal y de prensa de Zapatero. En realidad, Anglica es el departamento de La Moncloa para resolver asuntos leoneses. Segundo Martnez era comisario de polica en Len y ahora es jefe de seguridad de La Moncloa. Y tambin es leonesa la que fue durante un tiempo la primera jefa del gabinete de Sonsoles Espinosa, y su esposo Manolo Rodrguez, un veterinario a quien Zapatero coloc en la Oficina Econmica del Presidente, a la vera de Miguel Sebastin. Ambos son viejos amigos de Zapatero (vase el captulo La fabulosa transformacin de Sonsoles Espinosa). Tambin fueron nombrados para distintos puestos dentro del complejo de La Moncloa los leoneses ngel Estrada, asesor de la Oficina Econmica del Presidente; Mari Fe Santiago, directora de la Oficina de Educacin y Cultura del Presidente, nacida en Madrid con ascendencia maragata y berciana. Otros diecisiete leoneses ocupan puestos menores en palacio.

Ha colocado a otros paisanos en distintos cargos, entre los que destaco a Rogelio Blanco, que fue designado director general del Libro del Ministerio de Cultura. Los compaeros ms fieles de los viejos tiempos leoneses han recibido compensaciones en Madrid o en Len ocupando menesteres no siempre necesarios. Quizs la persona de ms confianza que se trajo de su tierra sea Miguel Martnez, cuya primera misin fue confiarle la direccin del partido en Len, que l haba tenido que abandonar tras triunfar en Madrid. Un da el presidente le pregunt: Qu quieres ser, Miguel? Y Miguel le contest sin dudarlo: Lo que he soado siempre es ser presidente de los paradores. Hecho. Martn no tena ni idea de hostelera ni de turismo, pero quin le niega un favor a uno de sus mejores amigos con quien ha compartido tantos aconteceres? Uno muy grato fue la recepcin de ambos matrimonios, de Jos Luis y Sonsoles y Miguel Martnez y Marta Adnez, a Felipe Gonzlez a los pocos das de haber sido elegido el primero secretario general. Zapatero y Espinosa se van quince das de vacaciones al parador de turismo de Mojcar (Almera) a descansar y disfrutar de su triunfo y, segn cuenta Campillo, Felipe se desva de su ruta hacia Marbella, donde ha quedado con Antonio Banderas y Melanie Griffith, y quedan a comer juntos. Zapatero le recibe en casa de los Martnez el 5 de agosto y all se relamen con un buen gazpacho, ensaladilla rusa y un morcillo de ternera. Otro de sus mejores amigos, y de su padre, desde la ms tierna infancia, y compaero en la pesca de la trucha es Jaime Gonzlez, a quien, antes de llegar a La Moncloa le hizo consejero de la Comisin Nacional de la Energa. Rodrigo Rato, a la sazn vicepresidente econmico, se opona a tal nombramiento: Cmo me queris meter en la CNE a un ingeniero agrnomo?. Pero Zapatero insisti, y tena

derecho a ello por la cuota que le corresponda al PSOE en el rgano regulador. La verdad es que Jaime Gonzlez domina la enrevesada cuestin energtica y ha hecho un trabajo excelente con criterios progresistas, aunque para ello ha tenido que enfrentarse duramente con Miguel Sebastin, ministro de Industria y Energa. Un tercer amigo es ngel Villalba, profesor de instituto; su relacin tiene lugar y se desarrolla en el seno del partido, y se inicia en 1983, cuando Zapatero era ya secretario general del PSOE leons. En 1986 fue designado delegado en Len de la consejera regional de Educacin y Cultura. Fue el candidato socialista a las elecciones para la alcalda de Len de junio de 1987 que desplaz a Juan Morano, aunque tuvo que ceder el puesto al aliancista Jos Luis Daz-Villarig, segn lo pactado por Zapatero con Mario Amilivia, presidente de Alianza Popular. Zapatero le ha nombrado presidente de Feve, los ferrocarriles de va estrecha. Ninguno de los tres mencionados ha echado races en Madrid. Trabajan en la capital, pero siguen viviendo en Len. Zapatero ha sido menos generoso con los compaeros castellanos. El cargo ms importante ofrecido a los de este grupo es el de secretario de Estado para la Seguridad Social que desempea el burgals Octavio Granado, un hombre sumamente competente. Sus mejores amigos castellanos, con los que sola cenar cuando vena a Madrid, siguen en su tierra. Al profesor de instituto palentino Juan Ramn Lagunilla, que fue secretario de organizacin del PSOE castellanoleons con Chuchi Quijano, Zapatero le ofreci un puesto en Moncloa, pero sigue en Palencia, desde donde escribe un blog muy visitado. Otro de sus amigos de entonces, Antonio Prez Solano, que fue diputado por Valladolid, permanece en el consejo consultivo de la regin.El Mesas que nadie haba anunciado e ha convertido en un tpico de general aceptacin que Jos Luis Rodrguez Zapatero es autoritario y presidencialista, que todas las decisiones las toma l en persona, sin dejar margen alguno para

S

sus ministros, a los que trata como si fueran sus secretarios, y a los que elige de forma caprichosa, como quien no da importancia a la cosa, pues su papel es muy limitado. Todo esto es cierto, pero puede confundir. Dejemos de lado lo de presidencialista, puesto que ello no es una caracterstica que diferencie a Zapatero de los dems presidentes de la democracia espaola. El mero hecho de la denominacin de presidente frente a la tradicional espaola de primer ministro ya indica algo. Aqu lo de ministro, aunque sea primero, les sonaba a poco a los sucesivos jefes del ejecutivo. Alguno de ellos, concretamente Adolfo Surez y Jos Mara Aznar, han llegado a suplantar o a subordinar, en distintas circunstancias, al jefe del Estado, al Rey Donjun Carlos, como he narrado en otros libros. Es frecuente utilizar el trmino presidencialista como reproche, como si representara un abuso de poder, cuando es una caracterstica de nuestra prctica constitucional. La expresin adecuada sera personalista o autoritario; en ese sentido Zapatero lo es de forma acusada. La opinin en la que coinciden casi todos los consultados, todos ellos personas que han colaborado con l estrechamente en una u otra poca y desde distintas responsabilidades, es que el presidente, ms que autoritario, es mesinico. Pero es un mesas que no haba sido anunciado por el profeta Isaas: Porque nos ha nacido un nio, Dios nos ha dado un hijo al cual se le ha concedido el poder de gobernar, y le darn el nombre de Admirable Consejero del Dios invencible, Padre eterno y Prncipe de Paz, se sentar en el trono de David, extender su poder real a todas partes y la paz no se acabar...

Al Mesas leons no le esperaba nadie, ni siquiera l mismo, hasta que ste no se encontr con su propia gracia. A diferencia de Felipe, que naci divino, Zapatero se lo ha trabajado a conciencia, disfrazado de cordero. No fue profeta en su tierra, Len, pero aplast a todos sus enemigos .Y llegado a Madrid se disfraz de diputado corriente y moliente durante quince aos, hasta que, en el ao 2000, el doble milenio, que es una fecha esotrica, vio que su tiempo haba llegado y reclam la corona y