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NOVELA NEGRA del género negro en Latinoamérica NOVELA El caso Neruda COSECHA ROJA ARCHIVO DE HUELLAS El crimen del Enano Maldito 8 15 de octubre de 2009 Año I - N o 5 - Ejemplar de distribución gratuita. EL CAREO Diálogo sobre el neopolicial latinoamericano 12 CINE Cine negro y policial latinoamericano 4 Magda Sepúlveda Clemens Franken Guillermo García-Corales Cristián Gómez Programa completo 10 FESTIVAL COSECHA ROJA Siete exponentes del género negro 16 FICHADOS José Gai y Martín Pérez Ibarra 14 Miedo y violencia: la novela policial en Iberoamérica 6 LATINOAMÉRICA EN LA MIRA

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Quinto Número Revista del Primer Festival Internacional de Novela Negra - Santiago Negro. Versión 2009.

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NOVELA NEGRA

del género negro en Latinoamérica

NOVELA

El caso Neruda

COSECHA ROJA

ARCHIVO DE HUELLAS

El crimendel EnanoMaldito 8

15 de octubre de 2009 Año I - No 5 - Ejemplar de distribución gratuita.

EL CAREO

Diálogo sobre el neopolicial latinoamericano 12

CINE

Cine negroy policiallatinoamericano 4

MagdaSepúlveda

ClemensFranken

GuillermoGarcía-Corales

CristiánGómez

ine negro

latinoamericano

Programacompleto 10

FESTIVAL

COSECHA ROJA

Siete exponentes del género negro 16

FICHADOS

José Gai y Martín Pérez Ibarra 14

Miedo y violencia:la novela policialen Iberoamérica 6

LATINOAMÉRICAEN LA MIRAEN LA MIRA

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Andrés Pérez Sánchez-MorateDirector del Centro Cultural de España

El Festival Santiago Negro es una realidad y damos la bienvenida a su público y sus partici-pantes. Ya en el número anterior de la revista se publicó el programa completo de activida-

des, y en él se mencionaban dos eventos que me gustaría destacar y compartir especialmente con ustedes.

Las novelas de Simenon en el cine

Gracias a la colaboración de la Embajada de Bélgica, se mostrará la exposición “Simenon en el cine”, colección de Michel Schepens, preparada por la Comisaría General de Relaciones Internacionales de la Comunidad de Valonia –Bruselas.

La colección de afi ches de películas, junto con dar cuenta de las principales novelas de Georges Simenon que han sido llevadas al cine, permite apreciar la evolución del arte gráfi co en los albores del cine sonoro. Los afi ches fueron diseñados y realizados mediante procedimientos litográfi cos de gran calidad artística, y hoy en día son de interés de coleccionistas e historiadores del cine.

En la muestra se podrán ver los carteles de películas famosas, como La estrella del Norte, Cecilia ha muerto, Los hermanos Rico, La muerte de Bella y Betty, entre muchas otras más. En dichos afi ches destacan los rostros de afamados actores y actrices, como Jean Gabin, Simone Signoret, Alain Delon, Romy Schneider, Ricardo Montalbán, Joseph Cotten.

La exposición podrá ser visitada en el Centro de Cultura de España (Providencia 927), entre los días 14 y 18 de octubre, en horario de 11:00 a 20:00 horas.

Teatro negro infantil para pequeños investigadores

El caso de La isla de las historias y la Biblioteca de Santiago

El hecho es perpetrado de forma improvisada, al igual que el diálogo entre los actores. Los niños descubren pistas, proponen y se incorporan a la obra como un personaje central. El investigador se deja llevar por esas intuiciones que son una voz colectiva, duda, se equivoca, pero al fi nal, ¡ah, al fi nal! ¿Cuál será el misterio de “La isla de las historias”?

El principal misterio de esta pieza de teatro infantil centrada en la novela negra es que la historia surge de los propios espectadores. La escenografía recrea una isla paradisíaca para los sueños y las aventuras, en la que los personajes principales reciben a los recién llegados con música mientras recopilan sus propuestas de aventuras y acertijos por resolver. A partir de aquí, los investigadores rastrearán la pista de una serie de casos que cautivarán la atención de los futuros seguidores de la novela negra.

La isla isla de las historias es una creación de la Compañía Impro, fundada en Argentina hace una década, por los actores Javier Bacchetta y Bárbara Traverso, quienes se han especializado en la improvisación y han recorrido distintos escenarios de Latinoamérica y Europa, incluidos festivales de este género en España, Francia, México y Costa Rica. La Compañía Impro ofrecerá dos presentaciones centradas en la novela negra los días 17 y 18 de octubre, a las 17:00 hrs., en el Auditorio de la Biblioteca de Santiago. La entrada, como siempre, es liberada.

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Colaboradores de este númeroAndrés Pérez Sánchez-Morate

Ramón Díaz EterovicMilton AguilarAdolfo Bisama

Hubert CorneliusMagglio Chiuminatto

Clemens FrankenJosé Gai

Guillermo García-CoralesCristián GómezMatías GhiboherLeonardo Padura

Martín PérezMiriam Pino

Magda Sepúlveda

A tiro limpio es una revista quincenal sobre la novela negra, publicada en el marco del Festival Internacional de Novela Negra, Santiago Negro.

Sugerencias y comentario criminales:[email protected]

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E l cine latinoamericano per-manece durante gran parte de su historia sólo como la ex-

presión aislada de cinematografías nacionales, en las que predominan los países de mayor producción, en-tre ellos México, Argentina y Brasil. Durante un período, la producción de estos países ejerce alguna influencia en el resto de Latinoamérica, espe-cialmente México, que logra una ex-tensa audiencia popular. Pero, esto se va apagando con los años hasta desaparecer casi completamente. Por otra parte, no existe una relación fluida de mercados de distribución internacional y las películas termi-nan en el consumo interno. Enton-ces, por ejemplo, para espectadores de Ecuador, Perú o Venezuela, las películas de los países vecinos sólo las llegan a conocer, ocasionalmen-te, a través de festivales internacio-nales o de muestras culturales que alcanzan a públicos muy reducidos y esto sucede en muchos otros países de Latinoamérica.

Considerando estas premisas, el cine negro y policial latinoamerica-no está muy poco desarrollado y en la mayoría de los casos, aparecen sus rasgos en filmes que asumen, decidi-damente, otra categoría y no negro po-licial. En muchos casos, la expresión de cine que se acerca es la dedicada a hechos delictivos, drogas, corrupción y violencia de estado, derivada de los procesos sociales que repercuten de-bido a sistemas dictatoriales. Veamos algunas expresiones de lo que podría-mos señalar como cine con elementos del género negro y policial y que re-saltan en Latinoamérica.

Tras las huellas del

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Profundo carmesí (1996), del mexicano Arturo Ripstein, con la ac-tuación de Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco y Marisa Paredes. Adicta a las revistas “del corazón” y enamorada platónica de Charles Bo-yer, la enfermera Coral vive amarga-da por su gordura y por la falta de un amor en su vida. Mediante un correo sentimental, Coral conoce a Nicolás Estrella, un estafador especializa-do en mujeres solitarias. Nicolás la rechaza por no ser rica, pero Coral está determinada a obtener su amor a toda costa, sin importarle que esta obsesión la conduzca a una cadena de sangrientos crímenes. Esta película es recreación de otra, de culto, “Los asesinos de la luna de miel” (1970), de Leonard Kastle.

Soplo de vida (1999). Del direc-tor colombiano Luis Ospina. Con las actuaciones de Fernando Solórzano, Flora Martínez, Robinson Díaz, Cons-tanza Duque, César Mora, entre otros. Una película de cine negro colombiana que gira en torno del asesinato de una joven, conocida solo como Golondri-na, en un sórdido hotel del centro de Bogotá. Por razones del destino, Emer-son, un ex policía, se convierte en el

investigador del crimen. Sin conocer la verdadera identidad de la víctima, él reconstruye, en el curso de su inves-tigación, fragmentos de la vida de la muchacha. Descubre, paso a paso, que esta joven misteriosa tuvo relaciones con varios hombres: un boxeador fra-casado, un vendedor ciego de lotería, un torero cobarde y un político corrup-to con vínculos con grupos paramilita-res. Lo que comienza como una simple encuesta de un crimen pasional termina por convertirse en una trama en la cual el propio detective-narrador descubre algo sobre su propia vida.

Nueve reinas (2000). Escrita y dirigida por el argentino Fabián Bie-linsky (director también de El Aura (2005); esta película que, al igual que Nueve reinas desarrolla las condiciones del cine negro). La historia de “Nueve Reinas” comienza una madrugada y

termina a la mañana del día siguiente. En esas 24 horas o un poco más, Juan (Gastón Pauls) y Marcos (Ricardo Da-rín), sus protagonistas, pasarán por la experiencia de sus vidas, por algo nunca antes vivido, por lo que Marcos insiste en llamar “una en un millón”. Dos insignifi cantes estafadores que habitualmente trabajaban por unos po-cos pesos, se conocerán fortuitamente una madrugada, e imprevistamente se verán envueltos en un negocio de cen-tenares de miles. Un negocio urgente, inmediato, tanto que no les permitirá dudar: tienen que seguir adelante, ha-cer lo necesario, tomar por el cuello a la única oportunidad que la vida les va a presentar. Tras su estreno, esta película fue nominada a veintinueve premios internacionales, de los cuales ganó veintiuno.

Carandiru (2003), del director brasileño Héctor Babenco. En una cel-da de la Casa de Detenciones de Sao Paulo, mejor conocida por Carandiru, dos presos (Lula y Dagger) tienen una cuenta que saldar. La atmósfera es tensa. Otro preso, Black Nígger, “juez” autoproclamado por mediar en disputas entre prisioneros, resuelve el caso a tiempo de dar la bienvenida al nuevo doctor, encargado de comenzar

cine negro y policial

latinoamericano

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un programa de prevención del VIH-SIDA en la penitenciaría. El doctor se enfrenta con los muchos y serios pro-blemas que tiene la cárcel más grande de Latinoamérica: celdas superpobla-das, instalaciones decadentes y todo tipo de enfermedades. La narrativa de la película es similar a un puzzle. Una historia choca contra otra para confeccionar un retrato realista de la tragedia social que envuelve Brasil. Junto al doctor el público sigue la ru-tina diaria de los presos hasta la fatí-dica fecha del 2 de octubre de 1992, el día que se estremeció la Casa de Detenciones y todo Brasil: la masacre de Carandiru, con 111 presos asesina-dos por policías.

Tropa de élite (2007). Guión y dirección del brasileño José Padilha. La película, centrada en la corrup-ción policial en la lucha contra el narcotráfico en las favelas de Río de Janeiro. El capitán Nascimento (Wag-ner Moura) es el comandante de un escuadrón del Batallón de Operacio-nes Policiales Especiales (BOPE), un cuerpo de élite de la policía de Río de Janeiro. Entrenados de forma ri-gurosa, sus implacables acciones tie-nen como misión llegar en las favelas donde la policía, principalmente por tener miedo o por ser corrupta, no puede ni quiere llegar. Nascimento quiere dejar su puesto, ya que está a punto de ser padre, pero antes nece-sita encontrar al sustituto adecuado. Con ese fin comienza a instruir en-tre otros a los aspirantes Neto (Caio Junqueira) y Matías (André Ramiro),

dos policías honestos y amigos des-de la infancia. Neto es un hombre de acción, y Matías cree en la ley y es-tudia derecho. Juntos se integrarán el BOPE y cumplirán sus misiones hasta las últimas consecuencias. Ganadora del Oso de Oro, Mejor Película, 58º Festival de Cine de Berlín, 2008.

La noche de los inocentes

(2007), del director cubano Arturo Sotto. Esta película tiene un entrama-do policial que sirve de pretexto para sumergirnos en la sociedad cubana, sus problemas, la violencia, sus pa-siones. Un tema crucial de la última película del premiado cineasta cuba-no. El film tiene su punto de partida en un hospital, adonde un hombre vestido de mujer llega gravemente herido, en medio de una tormenta la noche del 28 de diciembre. La enfer-mera que lo atiende (Silvia Águila) le pide a su novio ex policía (Jorge Perugorría) que se ocupe de inves-tigar el caso pues sería una buena oportunidad para recuperar su lugar en el Cuerpo de Policías. Hay dos cuestiones esenciales que convierten esta cinta en especial. La noche de los inocentes tiene las peculiaridades del cine negro –una trama policíaca, una iluminación nocturna donde se respira humedad, una atmósfera de tinte fatalista–, pero con elementos del entorno tropical en el que se de-sarrolla, y el cine negro es un género poco explotado dentro de la cinema-tografía cubana, lo que hace que este filme sea innovador, audaz, resuelto, casi vanguardista.

La señal (2008), de los argen-tinos Ricardo Darín (quien codirige y actúa) y Martin Hodara. Es el año 1952 y, mientras Eva Perón agoniza, Corbalán (Ricardo Darín en un pa-pel muy al estilo Humphey Bogart), un mediocre detective privado, se ve envuelto en una historia de traición y ambiciones. Contratado por Glo-ria (Julieta Díaz), una bella y miste-riosa mujer, para lo que parece ser un rutinario trabajo de seguimiento, descubrirá, poco a poco, un violento entramado de venganza y ambición. A pesar de la oposición de Santana (Diego Peretti), su amigo y socio en la agencia de investigación, Corbalán decide seguir adelante con el caso, sabiendo que una sola decisión erró-nea puede conducirlo hacia su destino más peligroso y trágico.

El secreto de sus ojos (2009), del director argentino Juan José Cam-panella. Benjamín Expósito (Ricardo Darín) ha trabajado toda la vida como empleado en un Juzgado Penal. Aho-ra acaba de jubilarse, y para ocupar sus horas libres decide escribir una novela. No se propone imaginar una historia inventada. No la necesita, pues dispone, en su propio pasado como funcionario judicial, de una historia real conmovedora y trágica,

de la que ha sido testigo privilegiado. El año 1974, a su Juzgado se le encar-ga la investigación sobre la violación y el asesinato de una mujer hermosa y joven (Soledad Villamil). Expósito asiste a la escena del crimen, es tes-tigo del ultraje y la violencia sufrida por esa muchacha. Conoce a Ricardo Morales (Pablo Rago), quien se ha casado con ella poco tiempo antes y la adora con toda su alma. Compade-cido en su dolor, Expósito intentará ayudarlo a encontrar al culpable. Esta película ha sido seleccionada por unanimidad para competir por el Os-car 2010, por Argentina y ha recibido elogios y muy buena crítica.

La sangre y la lluvia (2009), del director colombiano Jorge Navas. Con las actuaciones de Gloria Monto-ya, Quique Mendoza y Weimar Delga-do. La película es narrada en un ritmo policiaco y de suspenso, con locacio-nes en el centro de Bogotá en medio de calles vacías y lluviosas. Jorge y Ángela, dos seres nocturnos, solita-rios y cuestionados frente a sus pro-pias vidas se encuentran en medio de una lluviosa noche entre las oscuras y violentas calles de Bogotá. Jorge es un joven taxista. Está destruido afec-tivamente por la reciente muerte de su hermano a manos de un grupo de de-lincuentes, de los que ahora se quiere vengar. Ángela es una hermosa joven adicta a la cocaína. Esta película participó en el Festival de Cine de Venecia con gran suceso. ATL

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(…)

Una subterránea y misteriosa necesidad --como todas las relacionadas con el arte--, pero muy conectada con las transformacio-nes sociales de la época, se hizo patente en los años que corren entre los finales de la década del 60 y la del 70, cuando varios autores, sin comunicación entre sí y respondiendo apenas a sus propias necesidades expresivas y hasta sociales, comenzaron

a escribir en lengua española y portuguesa historias de carácter criminal, más cercanas a la vital narrativa de los autores de los 60 que al viejo modelo genérico asentado sobre la existencia de un enigma.

Un proceso curioso, defi nitivamente subversivo y anticipador, ocurre desde los mismos inicios del renacimiento de una novela policial iberoamericana. Res-catada precisamente en los días en que el boom de la narrativa latinoamerica-na ha exportado al mundo un modelo de sociedades en el que se preferencian los ámbitos rurales, míticos o históricos –Pedro Páramo, El siglo de las luces, Cien años de soledad, La casa verde, Rayuela, y un largo etcétera– esta nueva novela policial iberoamericana centra su interés en los mundos citadinos y contemporáneos en los cuales conviven el crimen y la vida, la violencia y la realidad más rampante y esencial de un uni-verso abocado a todas las crisis políticas, económicas, morales y culturales.

Las primeras señales atendibles de este brote silvestre e inesperado de una nueva novela policial ocurre cuando dos autores tan peculiares y olvidados como Rafael Bernal e Ignacio Cárdenas Acuña escriben en México y La Habana sus novelas El complot mongol y Enigma para un domingo –relatos negros, citadinos, todavía entre paródicos y miméticos, en los que la violencia llega a hacerse incluso verbal, de un modo hasta entonces apenas visto en español. Pocos años antes, en un ejercicio literario también inusual entre los autores de la lengua, otro escritor hispanoamericano que ya había ensayado sus armas en el género con un volumen de relatos titulado Variaciones en rojo, había marcado la que, andando el tiempo, sería la pauta defi nitiva de esta modalidad en nuestro ámbito: porque con Operación masacre, el reportaje novelado que el argentino Rodolfo Walsh publica en forma de libro en 1957, se había vencido la frontera que distanciaba la literatura de la realidad, al punto de hacer de la misma reali-dad la materia narrativa, tal como pocos años después lo hiciera uno de los gran-des escritores de nuestra época, Truman Capote, en su ya clásica A sangre fría.

Pero el defi nitivo carnet de identidad de esta corriente de literatura policial empieza a conformarse cuando escritores como Manuel Vázquez Montalbán, desde Barcelona, Rubem Fonseca, desde Río de Janeiro, Paco Ignacio Taibo II y Rafael Ramírez Heredia desde México D.F., Osvaldo Soriano desde Buenos Aires, o Daniel Chavarría y Luis Rogelio Nogueras desde La Habana, confor-man a lo largo de los años 70 una propuesta heterodoxa y multiforme que llega a devenir modelo: el llamado neo-policial iberoamericano.

El primer elemento curioso en la conjunción de intereses de estos autores es, precisamente, que lo hacen desde la más absoluta diversidad, sin reparar en códigos establecidos y desde una intención absolutamente literaria y desmitifi -cadora, pero a la vez cargada de intenciones sociales y hasta políticas. Así, al tiempo que un escritor como Manuel Vázquez Montalbán lanza a las Ramblas la

fi gura de un detective privado más intelectual que actuante y comien-

za a escribir una aguda crónica del postfranquismo, Rubem Fonseca asume la violencia y la criminalidad como componentes esenciales de su literatura –que sólo en virtud de esta apertura formal y conceptual se puede considerar neo-po-licial–, y un escritor como Osvaldo Soriano asume el sentido paródico y post-moderno de esta narrativa hasta el extremo maravilloso de convertir la literatura policial y sus mitos en materia de su propia literatura. Mientras, empeñados en un incisivo neorrealismo, Taibo II y Ramírez Heredia dan la palabra al caos del DF mexicano, adornado con la violencia policial y la corrupción como compo-nentes de una próspera industria nacional, por las mismas fechas en que Daniel Chavarría, uruguayo radicado en La Habana, se convierte en la máxima fi gura de la “novela policial revolucionaria cubana” y, dentro de sus estrictos márgenes políticos, concibe complicadas fábulas de inteligencia y contrainteligencia hasta entonces inexistentes en la literatura de una región donde espionaje y contraes-pionaje siempre parecieron ofi cios lejanos.

Al despuntar la década del 80 y hacerse patente la existen-cia de una narrativa policial, auténtica y propia, escrita por autores iberoamericanos de diversas latitudes, también se puso de manifi esto la certeza de que se trataba de una propuesta estética que había asumido, más que un compromiso formal con las viejas escuelas, un reto ideoes-tético, pues se proponía mostrar los lados más oscuros de unas sociedades perdi-das en un recodo del camino que va del subdesarrollo a la postmodernidad –o en términos más actuales, a la globalización–, y en las que la violencia cotidiana, el crimen de estado, la represión, la corrupción judicial y policial, el tráfi co y consumo de drogas y la existencia de unos bajos fondos cada vez más extensos y profundos, marcaban el carácter de unas ciudades dominadas por la inseguridad civil y en las que la fi gura del policía estaba muy lejos de simbolizar la existen-cia de un orden --o cuando menos, de un orden aceptable. Por ello, pienso que no resulta para nada casual que en una cantidad notable de las obras del género escritas en la región no sean los habituales investigadores, sino los delincuen-tes, las víctimas, los vengadores, los marginales o los asesinos –por su cuenta o empleados por las estructuras del poder– quienes acaparan la atención de los autores, en relatos donde con alarmante frecuencia la historia aparece permeada por la furia, la amoralidad y la degradación humana.

Con estas intenciones sociales y estéticas resulta notorio que estos nue-vos escritores de literatura policial –en un proyecto del que también partici-pan autores de otros idiomas– hayan marcado claramente la fractura que los separa del viejo modelo genérico del cual muchas veces desechan incluso la recurrencia dramática al enigma y la estructura que su presencia implica. La renovación formal y conceptual, que va más allá, también encarna formula-ciones novelescas diferentes, la frecuente difuminación de los bordes entre

na subterránea y misteriosa necesidad --como todas las relacionadas con el arte--, pero muy conectada con las transformacio-

fi gura de un detective privado más intelectual que actuante y comien-

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Miedo y violencia:

la novela policial

en Iberoamérica Leonardo Padura Fuentes

Daniel Chavarría.

Leonardo Padura.

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ficción y realidad, la creación de mundos novelescos diná-micos y abiertos, la contaminación genérica e importantes –diría que esenciales– desplazamientos en los puntos de vis-ta dramático e ideológico y, en consecuencia, en la intención ética de la novela policial de los fundadores, que funcionó hasta Hammett –e incluso después de él– como una militante defensa de un orden de cosas idealizadamente burgués.

Por un camino cercano, pero a la vez paralelo a esta renovadora tendencia general, corrió por esos años la mejor difundida y–si la fuéramos a juzgar por la crítica que militantemente la aupaba– la más exitosa de las literaturas policiales de la región, la escrita y publicada en Cuba. Quizás la prin-cipal característica diferenciadora del modelo cubano res-pecto a la tendencia más concurrida, haya sido que mientras los autores iberoamericanos se proponen en la mayoría de sus casos una literatura contestataria -política y litera-riamente hablando-, los cubanos optan por la reafirmación -política y literariamente hablando, como era de esperar. Vi-viendo en la singularidad de un país socialista, contando con todo el apoyo institucional para la publicación y difusión de su literatura y teniendo como premisa ideológica la programática intención de crear una novela policial cubana y revolucionaria, el género se cargó de responsabilidades extra lite-rarias demasiado graves y se propuso, casi de manera expresa y consciente, ser un reflejo entre artístico y oficial de la lucha de clases y del ascenso de un modelo social, razón por la cual además del policial dedicado al crimen común, se cultivó con frecuencia la modalidad del espionaje y el contraes-pionaje, como respuestas a esa singularidad política de la isla. Así, aunque los valores literarios fueran las más de las veces dudosos –e incluso inexis-tentes–, al responder a una necesidad política, en la isla se promovió con vehemencia una novela policial que perdía sangre de libro en libro, hasta agonizar atrapada en la repetición, la vanalidad y la falta de perspectiva artística, en los años finales de la década del 80.

En el resto de la región, mientras tanto, se daba el salto de la excepcionalidad al del cultivo sistemático de una nueva novela policial y en países como España, México y Argentina, y en menor medida, en Brasil y Chile, entraban en acción un grupo notable de autores capaces de generar un ambiente, la certidumbre de una existencia ya clara y defi nida de esta modalidad literaria.

Así, mientras Manuel Vázquez Montalbán convertía al detective Pepe Car-valho en protagonista de una larga serie de novelas, se unían a su proyecto au-tores como Andreu Martín, Juan Madrid y Francisco González Ledesma –entre otros– que diversifi caban el modelo y sentaban las bases de una escuela de no-vela negra española, casi siempre argumentalmente centrada en los confl ictos surgidos a tenor del tránsito del franquismo a la democracia.

En México, mientras tanto, la labor de Taibo y Ramírez Heredia pronto es secundada por varios autores de muy diversas propuestas, como el caso de Rolo Diez y Myriam Laurini, argentinos exiliados en ese país, que mez-clan sus experiencias vitales y hasta su lenguaje en obras que alguna vez

ficción y realidad, la creación de mundos novelescos diná-micos y abiertos, la contaminación genérica e importantes

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fueron calificadas como “argenmex”. Mientras, jóvenes autores entre los que se destaca Juan Hernández Luna entran al ruedo con una literatura más visceral que ce-rebral y hacen de territorios como el DF y, sobre todo, la frontera norte y ciudades como Tijuana, el escenario dilecto de peripecias cargadas de violencia y de perso-najes esperpénticos. En Argentina, por su lado, apenas terminada la dictadura militar, una verdadera pléyade de

autores experimentan con diversos modelos –más literarios unos, más vio-lentos otros– y crean quizás la más polifónica de las escuelas nacionales del neopolicial. Narradores como Mempo Giardinelli, Juan Sasturain, José Pablo Feidman, Guillermo Sacomanno, Ricardo Piglia y un excepcional periodista como Miguel Bonasso –heredero de Rodolfo Walsh, y autor de libros sobre la época del terror militar y sobre la corrupción democráti-ca– conforman la cúspide más visible de una cada vez más extensa narrativa policial argentina.

Mientras en Brasil la tendencia fundada por Rubem Fonseca abría un camino hoy transitado por diversos autores –entre ellos Patricia Melo, una de las pocas mujeres que han insistido en el género– y en Chile ha sido Ramón Díaz Eterovic el más constante cultor del policial, al cual ha acudido siempre de la mano de su detective Heredia. En años más recientes otros autores de ese país se han acer-cado al género, entre ellos Luis Sepúlveda, Marco Antonio de la Parra y Roberto Ampuero, además del veterano Poli Délano, siempre en la frontera o inmerso incluso en los terrenos de la fi cción criminal.

La ya notable cantidad, calidad y variedad de autores que comulgan abiertamente con el género o que lo practican de manera eventual, han con-vertido a la novela policial iberoamericana en un territorio significativo y atendible dentro del ámbito de la narrativa contemporánea de nuestros países. Ya sea como experimento literario o, las más de las veces, como ex-presión artísticamente adecuada de unas sociedades cada vez más violentas, caóticas, descentradas y en crisis permanente, esta novelística ocupa un es-pacio altamente significativo en el quehacer literario de la región e incluso va permeando con su subterránea influencia los terrenos de la literatura no genérica. Por ello, en tanto reflejo de una realidad muchas veces sórdida, esta narrativa ha cumplido una importante misión en la redefinición de la imagen de la región, especialmente en el caso latinoamericano, que durante años fue casi exclu-sivamente asumido y consumido como el universo de lo má-gico y lo maravilloso, del caudillismo y las dictaduras, de la civilización en lucha con la barbarie. Pero la nueva novela policial, al imponer definitivamente la presencia de una literatura urbana apegada a una cotidianidad donde no hay demasiado espacio para la poesía, que artísticamente procesa y devuelve sin exotismos la vida de unas socie-dades en descomposición, ha creado con su insistencia un nuevo rostro, acaso hoy más verdadero, de un mundo donde se imponen, como el pan nuestro de cada día, el miedo y la violencia.

Osvaldo Soriano.

Patricia Melo.

Ignacio Taibo II.

Rodolfo Walsh.

Rubem Fonseca.

Manuel Vázquez Montalbán.

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Quién diría que en esta misma pieza, hace diecisiete años, se cometió un terrible asesinato. Los decoradores han hecho un gran trabajo, al rescatar una casona antigua y lúgubre, para convertirla en un pa-

lacete con la prestancia de otra época, acogedor y cálido. Así lo anuncian las guías turísticas: “En un barrio tranquilo e histórico, muy cerca de im-portantes monumentos nacionales como el Convento de San Francisco, el Palacio de Gobierno, la Plaza de Armas, la Universidad de Chile, el Cerro Santa Lucía o la Biblioteca Nacional, se encuentra un hotel con un encanto singular. Surgido de otra época, al igual que el barrio en el que se ubica, el Hotel Vegas consigue que sus huéspedes se sientan como si estuvieran en Europa…”

En Europa…, sí, desde luego, como en la vieja Inglaterra victoriana con su famoso Jack el Destripador. Sin la bruma y el misterio de Londres, el bo-hemio barrio París-Londres santiaguino también contempló a un asesino de prostitutas, aunque entre el famoso doctor inglés y el enano maldito, cualquier comparación resulte odiosa.

Me encuentro en la pieza número 17 del Hotel Vegas. La misma que hace diecisiete años era la número 2 del Hotel Princesa. El mismo espacio físico que, a su vez, formaba parte desde el siglo XVI de las vegas que los mon-jes franciscanos cultivaban entre rezo y rezo. Pero esta noche yo no he rezado. No al menos como lo hace un monje. Ni tam-poco he cultivado verduras o frutales. He cultivado una fruta más madura y a veces ingrata llamada amor, con mi adorada Margarita, hembra generosa de cuerpo y de espíritu que aún me soporta. Hacia el final de mi sagrada oración ritual, exhausto, cuando creía sentir el aliento del demonio helándome los pies, el gozo de la luz y de la fe me ha elevado a los cielos, hasta las mismísimas puertas de San Pedro. Y es que los cincuenta pasaditos no dan para mucho más.

Pero me estoy desviando de mi propósito. Estoy en la pieza 17 porque quiero hacer un doble home-naje: a una de las profesiones más antiguas de la humanidad, la prostitución, y a mi padre. Mi padre, al igual que su padre, fue un peculiar periodista que se interesó por la historia privada de Santiago, aque-lla historia teñida por el rojo de la sangre. Siempre me decía que “la mejor forma de conocer una ciudad, más allá de las apariencias o las estadísticas oficiales, es es-tudiando los asesinatos que se cometen en ella, no lo olvides.

La muerte nos iguala porque los que sienten cerca su hora se cagan de miedo, y los que matan a un ser humano muestran la esencia íntima de su alma, reflejo perfecto de la sociedad que la ha educado”.

El 24 de enero de 1968 se cometió uno en esta misma pieza y al día si-guiente, muy temprano, mi padre me pidió que no investigara ni escribiera sobre él. Su petición me sorprendió, pues desde que tengo uso de razón, él jamás dejó pasar ninguna oportunidad, incluso cuando el sentido común le aconsejaba no continuar. Me sorprendió aún más cuando descubrí que él sí lo estaba investigando. Ya no colaboraba en prensa y aparentemente había renunciado a su profesión. Lo vi recortar cada nota que aparecía en los periódicos y recopilar la información que obtenía de sus viejas fuen-tes. Mi inconsciente me traicionó un segundo con la imagen de mi padre

cometiendo el asesinato, pero antes de que el pensamiento

aflorara a mi conciencia comprendí que solo podía tratarse de una nueva obsesión, fruto del interés o de la mala conciencia eso no podía saberlo, pero obsesión al fin y al cabo. Y esa obsesión, como me enteré después, tenía nombre de mujer, Marta Irenia Matamala Montecinos, una prostituta de veintitrés años, famosa por su belleza y por su truculenta muerte aque-lla madrugada de finales de enero. No sé qué relación unió a mi padre con la Mariposa Nocturna, como la bautizaron los diarios, ni si era su cliente. Tal vez fue el último capricho de un hombre mayor que había perdido a su mujer demasiado pronto. O tal vez solo se trató de un último sueño que asomaba por las puertas de Il Bosco de vez en cuando, para gozo de quie-nes se reunían allí a rememorar tiempos pasados, acompañados de un vino o un whisky en las ocasiones especiales.

Aquella noche, después de la comida, mi padre salió a juntarse con sus amigos y me ofreció que lo acompañara. No tenía ninguna gana de brindar por tiempos pasados, siempre adornados por la memoria, con un grupo de intelectuales trasnochados y sentimentales, así que le insinué mi cansancio y mi deseo de tirarme en la cama cuanto antes. Según leí en los periódicos, pues mi padre nunca abrió la boca, aquella noche la Mariposa Nocturna vi-

sitó el local a eso de las cinco de la mañana. Un rato después fue contac-tada por un cliente con el que se dirigió a este mismo hotel, por

entonces el Princesa, lugar ideal para los escarceos amorosos de las profesionales de la Alameda y zonas aledañas. Les

dieron la pieza número 2, ubicada en el primer piso del inmueble, con ventanas exteriores en el torreón que

el hotel tiene en su esquina. Justo esas ventanas que aparecen en la mayoría de las fotos que toman de este connotado edificio.

Poco después de que entraron en la pieza, la ca-marera Julia Isla Guíñez acudió a la llamada del tim-bre de servicio. Como nadie le abría la puerta, utilizó su llave para entrar y descubrió en el suelo, semides-nudo y sobre un charco de sangre, el cuerpo inerte de la Mariposa Nocturna. Pálida y muy asustada, Ju-lia misma recibió a los carabineros, quienes se aper-sonaron inmediatamente en el hotel. El cuerpo pre-sentaba dos cortes en el cuello que, sin duda, habían sido asestados mientras los amantes comenzaban el acercamiento amatorio. Cerca del cuerpo encontraron la cartera vacía de la difunta, mientras que del amante

no había rastro alguno. De acuerdo con la camarera y con Olga, la amiga de Marta, su cita de aquella noche fue un enano cabezón, de apariencia tímida, moreno y apenas un metro cincuenta de estatura.

A pesar de la intensa búsqueda y de convertirse en noticia de prime-ra plana por mucho tiempo, el Enano Maldito, como apodaron al asesino, seguía desaparecido. La policía interrogó a numerosos enanos y tres años después del suceso detuvieron a Moisés Muñoz Moreno, pero a pesar de su confesión, motivada más por un síndrome psicótico y los buenos mo-dos de la policía, era inocente de esta muerte. De forma insospechada, y a punto de prescribir el caso, diez años después del asesinato, en una redada contra delincuentes, la policía detuvo a José González Agüero. Uno de los policías recordó el retrato del asesino de la Mariposa Nocturna y lo iden-tificó. En el interrogatorio posterior, confesó y entregó el arma con la que había cometido el crimen, un cortaplumas que aún conservaba.

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Por Matías Ghiboher

EL ENANO

MALDITO

Marta Irenia Matamala, la víctima del Enano maldito.

jes franciscanos cultivaban entre rezo y rezo. Pero esta noche yo no he rezado. No al menos como lo hace un monje. Ni tam-poco he cultivado verduras o frutales. He cultivado una fruta más madura y a veces ingrata llamada amor, con

al igual que su padre, fue un peculiar periodista que se interesó por la historia privada de Santiago, aque-

tada por un cliente con el que se dirigió a este mismo hotel, por entonces el Princesa, lugar ideal para los escarceos amorosos

de las profesionales de la Alameda y zonas aledañas. Les dieron la pieza número 2, ubicada en el primer piso del

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Hoy también es día 24 de enero y han transcurrido 17 años. Escribo esta nota sobre una mesa de roble americano que me cuesta imaginar que ya for-mara parte del mobiliario de la pieza aquella fatídica noche. En la cama, tam-bién semidesnuda, yace Margarita. Pero ella, a diferencia de Marta, descansa sin sobresaltos y no existe ninguna niñita de tres años que esté esperando a su madre, que todas las mañanas la despertaba con muchos besos y un rico desayuno. Nunca sabré si mi padre requirió alguna vez los servicios de la Mari-posa Nocturna. Cuando le hablé de la detención del Enano Maldito, postrado como estaba en su cama, su rostro dejó entrever apenas un dejo de tranqui-lidad y cierta satisfacción. Al principio me sorprendió, pero después recordé

su eterna desconfi anza de la policía y la justicia, más aún tratándose de una prostituta y tantos años después. Me alegro que no viera cómo el Enano Mal-dito salía de la cárcel a apenas dos años de ser detenido.

En estos momentos estoy observando a Margarita, mi Mariposa Noctur-na, e intentando encajar las piezas del complejo rompecabezas que con-formaron la figura de mi padre. Si él pudiera verme ahora, estoy seguro que levantaría su ceja izquierda en señal de aprobación. Margarita, al igual que Marta, era una profesional. Hoy lo sigue siendo, pero tras un mostra-dor en una tienda de flores. Y cuando se me ocurre pensar la pelotudez de que la he salvado de la calle, me doy cuenta que es al revés.

9

En los años 70, en plena campaña electoral de Allende, apareció una caricatura llamada el Enano Maldito, en el diario

que apoyaba a la Unidad Popular llamado Puro Chile. Su creador, Jorge Mateluna Muñoz, alias Orsus, se basó en los

retratos del asesino del Princesa para crear a su personaje con cabeza de huevo y humor incendiario contra la derecha.

Apareció por primera vez en abril de 1970 y en abril de 1973 se trasladó al diario Última hora, donde continúo apareciendo

hasta el 12 de septiembre de 1973. Tras el golpe militar, su creador se exilió a Perú, Inglaterra y finalmente España.

Además de la tira cómica de los diarios, el Enano Maldito también ilustró el libro Relato de un brigadista de Miguel

García, “el Güito”, que contaba la experiencia de la brigada “Venceremos” cuando esta viajó al Norte Grande, en el verano

de 1970, para colaborar en la campaña presidencial de Salvador Allende. El libro fue publicado por la Editorial de la Uni-

versidad Técnica del Estado (1971), y fue prologado por Francisco Coloane.

Una caricaturay una campaña electoral

Última aparición del Enano Maldito en la prensa Chilena en el diario Las Últimas Noticias (19 de mayo de 1996).Fuente: http://www.ergocomics.cl

El torreón del Hotel Princesa en la actualidad, mudo testigo del brutal crimen.

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Pistas para llegar a los sitios del suceso

• Centro Cultural de EspañaProvidencia 927. Estación Metro Salvador.

• Biblioteca de SantiagoMatucana 151. Estación Metro Quinta Normal.

• Cineteca NacionalCentro Cultural Palacio La Moneda.Estación Metro La Moneda.

• Fundación Pablo NerudaCasa de Neruda en Isla Negra

• Universidad CentralAuditorio 1Campus Vicente Kovacevic IISanta Isabel 1278. Esq. Nataniel Cox

• Universidad Diego PortalesVergara 240. Estación Metro Los Héroes.

• Biblioteca Pública Jaime Quilán. Municipalidad de PudahuelAv. La Estrella 962-B. Pudahuel.

• Facultad de Letras Universidad Católica de ChileCampus San Joaquín. Av. Vicuña Mackenna 4860. Estación Metro San Joaquín.

Escritores españoles participantesAndreu MartínDomingo VillarKama GutierJuan BoleaJuan MadridLorenzo SilvaMercedes Castro

Escritores chilenos participantesAlberto FuguetÁlvaro BisamaAntonio Rojas GómezBartolomé LealCarlos TrombenCésar FarahCristian CottetEduardo ContrerasEduardo SotoFrancisco MirandaGabriela AguileraGonzalo HernándezGregory CohenHéctor HidalgoHelios MurialdoJosé GaiJosé RománJosé Miguel VallejoJuan Ignacio ColilMartín PérezOrietta de la BarraPedro Guillermo JaraPoli DélanoRamón Díaz EterovicRoberto AmpueroSergio GómezSonia González ValdenegroToño Freire

Profesores uniuniversitarios participantesAdolfo BisamaCamilo MarksClemens FrankenMirian PinoMyra Silva-Labarca

Martes 13 de octubre

CINETECA NACIONAL18:00 horas. Coloquio “Cine y novela negra”.Presentador: Ignacio Aliaga. Participan: Bartolomé Leal, José Román y Alberto Fuguet.

Miércoles 14 de octubre

CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA11:00 a 20:00 horas.• Primera Feria de Novela Negra y

Policíal.• Exposición de Cómic Policíaco.• Exposición “Simenon en el cine”.

Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica.

12:30 horas. Inauguración del Festival “Santiago Negro”.

13:00 horas. Mesa redonda: ¿Por qué escribimos novela negra?Presentador: Ramón Díaz Eterovic.Participantes: Juan Madrid, Andreu Martín, José Gai, Poli Délano.

14:15 horas. Cóctel de Inauguración.Presentación del grupo de jazz de Natacha Montory.

Jueves 15 de octubre

CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA11:00 a 20:00 horas.• Primera Feria de Novela Negra y

Policíal.• Exposición de Cómic Policíaco.• Exposición “Simenon en el cine”.

Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica.

11:30 horas. Pesquisa policial y crónica rojaPresentador: Juan Carlos Lepe (periodista TVN).Participantes (Depto. OS9 Carabineros): Teniente Coronel Mauricio Valdivia, Capitán Mauro Pino, Teniente Coronel Eric Gajardo.

uniuniversitarios uniuniversitarios

Programa

UNIVERSIDAD CENTRAL18:00 horas. Mesa redonda: De Poe a Mankell, claves para un buen lector de narrativa policial.Presentador: Poli Délano.Participantes: Mercedes Castro, Antonio Rojas Gómez, Sonia González.

UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES12:00 horas. Cátedra Roberto Bolaño.Conferencia del escritor Andreu Martín. Presenta: Camilo Marks.

19:00 horas. Mesa redonda: Novela policial, un misterio entre la realidad y la fi cción.Presentador: Rodrigo RojasParticipantes: Kama Gutier, Domingo Villar y Gabriela Aguilera.

Viernes 16 de octubre

CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA

11:00 a 20:00 horas.• Primera Feria de Novela Negra y

Policíal.• Exposición de Cómic Policíaco.• Exposición “Simenon en el cine”.

Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica.

12:00 horas. Mesa redonda: La historieta y el género policial en Chile.Presentador: Carlos Reyes.Participantes: Mauricio García y Cristóbal Valderrama, creador del personaje de historietas “Mariano Lince, detective”.

15:00 horas. Heredia y Asociados.Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi.

16:30 horas. Cuenta Cuentos Policiales.Participante: José Luis Mellado.

18:00 horas. Feria de Novela Negra y Policial.Firma de libros: Ramón Díaz Eterovic, Antonio Rojas Gómez.

19:00 horas. Mesa redonda: “De Román Calvo a nuestros días. Situación de la narrativa policial en Chile”.Presentador: Bartolomé Leal.Participantes: Patricia Espinosa, Álvaro Bisama, Adolfo Bisama, Clemens Franken.

15:00 horas. Heredia y Asociados.Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi.

16:30 horas. Mesa redonda: La investigación de un crimen, trabajo policial y trabajo periodístico. Presentador: Ramón Díaz Eterovic.Participantes: José Marchant Rivera. (Ofi cial PDI), Erwin Rojas Cortés (Ofi cial PDI), Juan Carlos Lepe (TVN).

18:00 horas. Feria de Novela Negra y Policíal.Firma de libros: Pedro Guillermo Jara, Toño Freire, Juan Ignacio Colil, Helios Murialdo.

19:00 horas. Mesa redonda: “Sociedad y memoria en la novela negra”.Presentador: Cristian Cottet.Participantes: Juan Madrid, Mirian Pino, Gregory Cohen, Francisco Miranda.

21:00 horas. Marta Sánchez Trío.

BIBLIOTECA DE SANTIAGO11:00 a 20:00 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales.Sala Multiuso Zócalo Norte.

11:00 a 20:30 horas.Explorando la Biblioteca de Santiago.Juego de pistas para niños.Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago.

12:30 horas. Presentación de la novela gráfi ca “Quique Hache detective”.Participan: Sergio Gómez y Gonzalo Martínez.Sala de Conferencias Biblioteca de Santiago.

15: 30 horas. Mesa redonda: ¿Por qué escribimos novelas policiales? Presentador: Magglio Chiuminatto.Participantes: Kama Gutier, Helios Murialdo, Carlos Tromben, Gonzalo Hernández. Sala de Conferencias Biblioteca de Santiago.

16:30 horas. Cuenta cuentos.Sala Infantil. Biblioteca de Santiago.

18:00 horas. Cine Infantil.Sala Infantil Biblioteca de Santiago.

18:30 horas. Mesa redonda: “Secretos y motivaciones de un escritor de novelas negras”.Presentador: Gonzalo Oyarzún.Participantes: Juan Bolea, Bartolomé Leal, Roberto Ampuero, César Farah.Auditorio Biblioteca de Santiago.

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BIBLIOTECA DE SANTIAGO11:00 a 20:00 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales.Sala Multiuso Zócalo Norte.

11:00 a 20:30 horas.Explorando la Biblioteca de Santiago.Juego de pistas para niños.Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago.

12:00 horas. Mesa redonda: “Novela policial para lectores jóvenes”.Presentador: Héctor Hidalgo.Participantes: Andreu Martín, Antonio Rojas Gómez, Sergio Gómez. Auditorio Biblioteca Santiago.

15:00 horas. Mesa Redonda: Pistas para un lector de novelas policiacas.Presentador: Marcela Valdés.Participantes: Domingo Villar, Pedro Guillermo Jara, Francisco Miranda, Orietta de la Barra.Auditorio Biblioteca Santiago.

16:30 horas. Cuenta cuentos.Sala Infantil. Biblioteca de Santiago.

17:00 horas. Sitio del suceso. Presentación de la Policía de Investigaciones, PDI.

18:00 horas. Performance basada en la novela de Roberto Bolaño La pista de hielo. Cuatropuntos.

18:30 horas. Mesa redonda: ¿Mujeres de armas tomar? Escritoras en la narrativa policial. Presentador: Sonia González Valdenegro.Participantes: Mercedes Castro, Mirian Pino, Myra Silva-Labarca, Orietta de la Barra. Auditorio Biblioteca Santiago.

UNIVERSIDAD CENTRAL

18:00 horas. Mesa redonda: “Tras las huellas de nuestros autores policiacos favoritos”.Presentador: Gregory Cohen. Participantes: Domingo Villar, Eduardo Soto, Carlos Tromben, César Farah.

UNIVERSIDAD CATÓLICA

DE CHILE11:30 horas. Mesa redonda: “La novela negra en la narrativa hispanoamericana actual”.Presentador: Michael Wilson.Participantes: Juan Bolea, Lorenzo Silva, Martín Pérez, Adolfo Bisama. Auditorio Facultad de Letras Universidad Católica.

Sábado 17 de octubre

CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA

11:00 a 20:00 horas.• Primera Feria de Novela Negra y

Policíal.• Exposición de Cómic Policíaco.• Exposición “Simenon en el cine”.

Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica.

11:00 horas. Cuenta Cuentos Policiales.Participante: José Luis Mellado.

12:00 horas. Mesa redonda: Detectives de fi cción y detectives reales.Presentador: Antonio Rojas Gómez.Participantes: Ramón Llao (actor), Fernando Sánchez Alarcón (Ofi cial PDI), Víctor Ruíz Vallejos (Ofi cial PDI).

15:00 horas. Heredia y Asociados.Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi.

16:00 horas. Mesa redonda: Novela negra, ¿la novela social de nuestros días?Presentador: Myra Silva-Labarca.Participantes: Kama Gutier, Cristian Cottet, Juan Ignacio Colil, José Román.

17:00 horas. Feria de Novela Negra y Policíal.Firma de libros: Roberto Ampuero, Orietta de la Barra, Martín Pérez, Gabriela Aguilera.

18:00 horas. Mesa redonda: “Héroe o antihéroe. La creación de un detective de fi cción”.Presentador: Eduardo Contreras. Participantes: Lorenzo Silva, Roberto Ampuero, Sergio Gómez, José Miguel Vallejo.

20:00 horas. Radioteatro Policial.Basado en la novela Muerte de una ninfómana de Poli Délano. Compañía Teatro El Sentido.

BIBLIOTECA DE SANTIAGO11:00 a 17:40 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales.Sala Multiuso Zócalo Norte.

11:00 a 17:00 horas.Explorando la Biblioteca de Santiago.Juego de pistas para niños.Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago.

12:00 horas. Mesa redonda: ¿Cómo escribir una novela policial y no morir en el intento?Presentador: Juan Ignacio Colil.Participantes: Juan Bolea, Mercedes Castro, José Román, Toño Freire, Eduardo Soto. Sala de Conferencia Biblioteca Santiago.

12:30 horas. Cuenta cuentos.Sala Infantil de la Biblioteca Santiago.

13:30 horas. Sitio del suceso. Presentación de la Policía de Investigaciones, PDI.

15:30 horas. Cuenta cuentos.Sala Infantil de la Biblioteca Santiago.

17:00 horas. Obra de teatro familiar: La isla de las historias. Compañía Impro. Auditorio Biblioteca Santiago.

CASA DE NERUDA en ISLA NEGRA12:00 horas. Mesa redonda: ¿Por qué leemos y escribimos novela negra?Presentador: Jaime Pinos Fuentes.Participantes: Juan Madrid, José Gai, Ramón Díaz Eterovic.

BIBLIOTECA PÚBLICA JAIME QUILÁN. MUNICIPALIDAD DE PUDAHUEL12:00 horas. Mesa redonda: Claves para un buen lector de novela negra.Presentador: Gonzalo Hernández.Participantes: Lorenzo Silva, Martín Pérez, Eduardo Contreras y Gabriela Aguilera.

Domingo 18 de octubre

CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA

11:00 a 20:00 horas.• Primera Feria de Novela Negra y

Policíal.• Exposición de Cómic Policíaco.• Exposición “Simenon en el cine”.

Colección de Michel Schepens proporcionada por la Embajada de Bélgica.

11:00 horas. Presentación de libro.Antología Letras Rojas. Editorial LOM.

12:00 horas. Heredia y Asociados.Exhibición de dos capítulos de la serie de televisión dirigida por Ignacio Agüero y Arnaldo Valsecchi.

15:00 horas. Presentación de libros.Colección “Crímenes Criollos” de Editorial Mosquito, El orden de los brujos de Eduardo Soto Díaz y Pequeñas muertes negras de Bartolomé Leal.

15:30 horas. Feria de Novela Negra y Policíal.Firma de libros: Bartolomé Leal, Pedro Guillermo Jara.

16:30 horas. Mesa redonda: “España negra. Situación de la novela negra en España”Presentador: Lorenzo Silva.Participantes: Juan Madrid, Domingo Villar, Andreu Martín.

19:30 horas. Clausura del Festival “Santiago Negro” 20:00 horas. Tangos negros. Guillermo Calvert, una voz de Buenos Aires.

BIBLIOTECA DE SANTIAGO

11:00 a 17:40 horas. NINTENDO Experience, videojuegos policiales.Sala Multiuso Zócalo Norte.

11:00 a 17:00 horas. Explorando la Biblioteca de Santiago.Juego de pistas para niños.Retirar pistas en Informaciones de la Biblioteca Santiago.

12:00 horas. Brigada Canina. Policía de Investigaciones, PDI. Plaza Central Biblioteca Santiago.

12:30 horas. Cuenta cuentos.Sala Infantil de la Biblioteca Santiago.

15:30 horas. Cuenta cuentos.Sala Infantil de la Biblioteca Santiago.

17:00 horas. Obra de teatro familiar: La isla de las historias. Compañía Impro. Auditorio Biblioteca Santiago.

Festival de Novela Negra “Santiago Negro”

15:30

Mesa redonda: ¿Cómo 15:00Colección “Crímenes Criollos” de Editorial Mosquito, brujosmuertes negras

15:30

Mesa redonda: ¿Cómo 15:00Colección “Crímenes Criollos” de Editorial Mosquito, brujosmuertes negras

15:30

14 al 18 de octubre de 2009Programa

* Todas las actividades del Festival

“Santiago Negro” son gratuitas.

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Mirian Pino:Un género que goza de buena salud

Mirian Pino es profesora de la Univer-sidad de Córdoba y especialista en la narrativa policial latinoamericana. Respecto a su interés por esta narrati-va, señala que “se origina en la década del ochenta cuando estudié la narrativa chilena del postgolpe. Desde allí desea-ba ver cómo los autores en el continente se las arreglaban por sacar “la basura que estaba debajo de las alfombras”. En cuanto al aporte del género en la lite-ratura latinoamericana, comenta que “es uno de los géneros que mejor tensio-na la problemática entre ficción y reali-dad, y en el corte que elegí, es decir, los ´70, estado-política y literatura. Me in-teresa indagar porqué un género de tan poco prestigio hasta hace algunas dé-cadas fue una saludable vía de acceso a esa problemática. Mi conclusión es que mientras existe un Estado y un sistema político corrupto, la narrativa policial es un género que goza de buena salud”.

Adolfo Bisama:Temas relacionados con la memoria histórica

Adolfo Bisama es profesor de la Uni-versidad de Playa Ancha, donde desa-rrolla una cátedra dedicada al estudio del neopolicial latinoamericano. So-bre esta materia considera que: “La

narrativa policial latinoamericana es un formato muy productivo para presentar y exhibir temáticas relacionadas con la memoria histórica, con la condición multicultural de la urbe, con las des-igualdades sociales, con los aparatos de poder, con la preocupación por aquellos seres marginados del festín neoliberal y todo esto enmarcado en discursos que problematizan las relaciones entre gé-nero, consumo y literatura. Junto a lo anterior, la narrativa policial latinoa-mericana aporta a la literatura de esta región: discursos de género menor de fácil acceso y rápida lectura que, con un formato aparentemente simple y entre-tenido, plantea temáticas complejas y críticas relacionadas con la reciente his-toria local”.

Milton Aguilar:Un eco de nuestras experiencias

Milton Aguilar, crítico literario y pro-fesor de la Universidad Kansai Gaidoi de Japón, señala que su principal mo-tivación para interesarse en la narrati-va policial latinoamericana fue la de: “Sentirme representado por una narra-tiva que no se escapara de la realidad social y política que nos rodeaba. Al leer autores como Vázquez Montalbán, Paco Taibo, Osvaldo Soriano, Ricardo Piglia y Juan José Saer, me di cuenta que esa narrativa con una intención literaria y desmitificadora y, desde perspectivas

diferentes, estaba cargada de intencio-nes sociales y políticas. En cierto modo, esa narrativa daba cuenta de manera más verdadera del mundo latinoame-ricano contemporáneo donde conviven la violencia social y todas las crisis polí-ticas, económicas, morales y culturales. Creo que su aporte más importante es redefinir la imagen de la sociedad lati-noamericana, ya no es solo el territorio de lo mágico, de lo maravilloso, de lo rural, de la civilización y la barbarie, ha contrarrestado falsas dicotomías para definirnos. La narrativa policial latinoa-mericana al no perder el contacto con la realidad, la asume con todas sus contra-dicciones y la cuestiona libremente. En el fondo esta novelística hace que los lec-tores encontremos en ella algún eco de nuestra propia experiencia”.

Cristián Gómez:Nuevas luces sobre la forma de hacer literatura

Cristián Gómez es poeta y profesor de literatura. Durante los últimos años ejerció en la Universidad de Iowa. So-bre el tema de esta entrevista, señala que “el aporte que hace la literatura po-licial a la narrativa latinoamericana es algo no fácil de definir. La respuesta ten-dría que partir por lo más obvio. La lite-ratura policial es parte de una literatura de denuncia, que hace de la corrupción y el desastre político latinoamericano su tema favorito. Así, tal vez, sería el recam-

El CareoESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

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PRESENCIA DE LA NOVELA POLICIAL EN LA NARRATIVA LATINOAMERICANA

Desde hace algunos años se viene hablando del neopolicial latinoamericano, como una manera de abordar y comprender la destacada presencia del género policial en el ámbito de la narrativa latinoamericana; un género que cada día gana más adeptos y que es materia de estudio en diversas universidades chilenas, esta-

dounidenses y latinoamericanas. Acerca de la existencia de la narrativa policial en Latinoamérica y su aporte, conversamos con destacados profe-

sores universitarios que han trabajado sobre el tema y algunos de los cuales participarán en el Festival Internacional de Novela Negra “Santiago Negro”.

Diálogo sobre elneopolicial latinoamericano

“...mientras existe un

Estado y un sistema

político corrupto, la

narrativa policial es un

género que goza de buena

salud”. M . P.

“La narrativa policial

latinoamericana al no

perder el contacto con la

realidad, la asume con

todas sus contradicciones

y la cuestiona

libremente”. M . A .

ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR E

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Cristián Gómez.ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR E

SCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

Page 13: A Tiro Limpio V

bio y la heredera de la antigua novela social del continente, que antes fue indi-genista y luego fue obrerista, haciéndo-se cargo de ser una especie de voz de los sin voz. Pero decir esto sería atribuirle un carácter redentor a un género que de por sí es contestatario con casi todas las formas del poder y que por definición no busca pelear por grandes causas. La des-confianza es su sello, a pesar de que los lazos a nivel personal y privado pueden alcanzar grados de muchísima intensi-dad. Pero también hay otro eje que no podemos desdeñar: es el estilo, el tono que encuentran estos narradores para hablar de la ciudad latinoamericana, lo que define y hace tan diferentes a estas narrativas. El factor estético que estos textos introducen en nuestro continente arroja nuevas luces no solo sobre las for-mas de hacer literatura en Latinoaméri-ca, sino que también sobre Latinoaméri-ca en sí misma”.

Guillermo García-Corales:El arte de narrar una buena historia

Guillermo García-Corales es profesor de la Universidad de Baylor, en USA, y en su trabajo ha abordado la narrativa de varios autores chilenos, como Isa-bel Allende y Diamela Eltit. En relación a nuestra consulta, opina que “uno de los aportes que entrega la narrativa po-licial en la literatura latinoamericana es lo que podríamos llamar la vuelta al re-lato, es decir, el retorno al arte de narrar una buena historia. Esto último se ofre-ce también mediante el manejo riguro-so de un lenguaje evocativo, poético, que indaga significativamente en un re-ferente socio-cultural en que se debaten temas claves de la convivencia contem-poránea. Vemos una excelente muestra

de estos posibles aportes, por ejemplo, en la narrativa policíaca del chileno Ra-món Díaz Eterovic y del cubano Leonar-do Padura Fuentes”.

Clemens Franken:Una visión desencantadade la realidad

Clemens Franken es profesor de la Uni-versidad Católica de Chile y uno de los organizadores del seminario que sobre la novela policial realizó su universi-dad, el pasado mes de septiembre. Al referirse a nuestro tema, precisa que “la narrativa policial latinoamericana apor-ta una visión muy crítica y desencantada de la realidad social, cultural, política y económica de nuestro continente y es, generalmente, usada para desenmasca-rar y denunciar los delitos institucionales (y/o pasionales) cometidos por los pode-rosos que, en el Cono Sur suelen ser, ante todo, los militares y/o políticos corrup-tos. El género policial, por su estructura (crimen-investigación-aclaración), sirve muy bien para tematizar, en forma subli-minal o abierta, los crímenes cometidos por cualquier miembro de la sociedad que abusa del poder, sea a nivel institu-cional o más bien privada”.

Magda Sepúlveda:La búsqueda de la verdad

La profesora de la Universidad Católica de Chile, Magda Sepúlveda, opina que “la novela policial presenta un mundo fas-cinante donde cada uno de los personajes se necesita: el detective requiere del crimi-nal para transformarse en tal. Sin el delin-cuente no existe la condición de detective. La mutua relación entre el saber detecti-vesco y el saber criminal provocan el ansia de los lectores(as) de novela policial”.

En cuanto al aporte de esta na-rrativa, señala que: “quizás se podría apreciar un mayor circuito de escritura y lectura en torno a la novela policial al término de los gobiernos autoritarios en América Latina. Cabría entonces una posible hipótesis interpretativa: se esta-blecen procesos de circulación simbóli-ca entre el texto literario y el texto social. La ficción elabora procesos de escritura articulados en torno a la búsqueda de la verdad. La novela policial latinoameri-cana parece formar parte de ese corpus de géneros anteriormente no canónicos que realizan su entrada en el corpus mayor, haciéndole un guiño al lector al volver forma retórica la relación entre transgresor y vigilante”.

Opiniones como las consignadas dan cuenta del interés que despierta la novela policial latinoamericana en el ámbito universitario, lo que refleja que hablamos de un género que, pese a su marginalidad y a los prejuicios con que muchas veces se le enfrenta, tiene una presencia destacada en el ámbito de la narrativa latinoamericana. Este fenómeno hace recordar las palabras de Somerset Maugham, cuando de-cía que “tal vez la posterioridad olvide las obras más presuntuosas de nuestros días y vea en aquellas novelas policiales el rasgo más característico de la litera-tura en el siglo XX. Quizá dentro de un siglo, sabios profesores de universidad sustenten conferencias sobre su sig-nificado cultural y sociológico, y los estudiantes (...) vayan a consultar, (...) polvorientas novelas policiales para do-cumentarse acerca de la vida de nuestra época”. Como siempre, el tiempo tiene la palabra. ATL

ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

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“Uno de los aportes

que entrega la

narrativa policial

en la literatura

latinoamericana es

el retorno al arte

de narrar una buena

historia”. G.G.-C.

“...tal vez la posteriori-

dad olvide las obras más

presuntuosas de nues-

tros días y vea en aque-

llas novelas policiales

el rasgo más caracterís-

tico de la literatura en

el siglo XX”. S.M.

Clemens Franken.

Magda Sepúlveda.

ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

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SCENA DEL CRIMEN - NO PASAR ESCENA DEL CRIMEN - NO PASAR

Guillermo García-Corales.

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LOS SIGUIENTES IMPUTADOS HAN SIDO FICHADOS POR SU DESTACADA

PARTICIPACIÓN EN LOS HECHOS:

José Gai y Martín Pérez Ibarra.

ATL: Las manos al fuego es una novela que tuvo gran acogida en la crítica y que recibió pre-mios importantes. ¿A qué apun-ta esa novela?

R: Las manos al fuego comparte una idea central con mi segunda novela, Los Lambton: un grupo de personas comunes, con historias inconclusas entre ellas, que se reencuentra en un momento histórico determinado, y donde el relato va y viene entre el pasado y el tiempo de su reencuentro. En este caso, el segundo tiempo era el de la dictadura de Pinochet, un pe-ríodo que marcó a mi generación, y el género negro, me pareció, se “avenía” con esa época. La buena recepción de la crítica para lo que era mi prime-ra novela fue un respaldo, fue como asomarme y pararme en un terreno nuevo. También fue un desafío para los libros en que estaba trabajando: había una buena nota que debía tra-tar de mantener o mejorar.

ATL: ¿Qué motivó tu opción por el género policial?

R: Fue algo gradual. Creo que, en primer lugar, había un deseo de emulación: me gustaba mucho la novela negra; entonces, ¿qué pasaría si me arriesga-ba con un género desafi ante, en que importan tanto el tono como la trama, como una mirada crítica a la sociedad? Y después, o junto con eso, me pareció un medio adecuado para escribir sobre algo que tarde o temprano trataría: los años de la dictadura. También hubo un factor más “utilitario”: tenía claro

que en Las manos al fuego no iba a transmitir mensajes ni

discursos, pero aun así po-

día ceder a la tentación. El marco de la novela negra, algunas de sus caracte-rísticas más defi nidas –una historia sin buenos-buenos ni malos-malos, una trama en que todos esconden algunas de sus cartas, un narrador-protagonis-ta escéptico, descreído–, todo eso me ayudaba en la empresa.

ATL: ¿Qué aporta la novela ne-gra o criminal a la literatura?

R: Su mirada sobre la sociedad, la for-ma en que se mete en las patas de ca-ballos mayores –al igual como lo hacen sus detectives privados o investigado-res de cualquier tipo–, aporta otro án-gulo para observar algunos rasgos de esa sociedad: el relativismo moral, el crimen, los poderes desbordantes que actúan sobre los individuos.

ATL: ¿Cuáles son tus autores policíacos favoritos, los que recomendarías a los lectores?

R: En primer lugar, Raymond Chan-dler. Y después, entre otros, Manuel Vázquez Montalbán, James Ellroy, Dashiell Hammett y Osvaldo Soria-no, que aunque camina por el borde del género, igual entra en mi equipo ideal. Recomendaría a Chandler por su empeño, exitoso, en darle densidad a la novela negra; a Vázquez Montalbán, por sus atmósferas urbanas; y a Ellroy y Hammett (uno de los padres funda-dores) por su estilo directo, seco.

ATL: ¿Cómo enfrentaste la es-critura de tu primera novela policial?

R: Hubo bastante investigación, y ella iba despertando y alimentando la memoria. Me apoyé solo en parte en

hechos conocidos o vividos, pero fun-damentalmente en fragmentos de rea-lidad –sensaciones, imágenes, alguna frase, algún hecho particular–que iban alimentando la imaginación. Así, pese a tener un diseño previo que perdura bastante en el resultado fi nal, surgie-ron episodios, subtramas y hasta per-sonajes que no estaban previstos.

ATL: ¿Tienes pensado insistir en el género?

R: Sí. Aunque después de Las manos al fuego escribí un volumen de cuentos

en donde los dos relatos de mayor ex-tensión, y que suman casi la mitad de las páginas, se enmarcan en la literatu-ra negra (“El Veinte”, que le da su nom-bre al libro, y “Un express”), no hay en el futuro inmediato, en lo que resta de mi primer “plan quinquenal”, nada de lite-ratura criminal, salvo un cuento de un segundo volumen de relatos, que está muy avanzado. Pero sí está el propósi-to, todavía embrionario, de una novela negra en mi segundo “plan”, aunque por ahora me concentro en lo que me resta del primero.

El disparo certero de José Gai

José Gai es periodista, escritor y humorista gráfico. Ha publicado dos li-bros sobre temas deportivos: Sabor a gol (1997) y Ñoñobáñez, 20 años

de fútbol chileno (2002). Actualmente, es ilustrador de La Nación Domingo. Ha publicado el libro de cuentos El veinte y la novela histórica Los Lamb-ton. En el ámbito de la narrativa policial se dio a conocer con su novela Las manos al fuego (Tajamar Editores, 2006), que obtuvo el Premio José Nuez Martín, de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile, a la mejor novela del año.

José Gai con “las manos al fuego”

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Qué fácil habría sido para Sherlock Holmes o el detective Poirot descifrar los crímenes que investigaban si hubieran contado con el análisis de perfiles de ADN, teléfono celular con acceso a Google y GPS. Por otro lado, qué difícil habría sido para Conan Doyle y Agatha Christie escribir esos casos teniendo a mano esas tecnologías, pues la implacable lógica del método policíaco les habría cuestionado el argumento haciéndolo inviable. Por supuesto, los casos de estos escritores se mantienen vivos en el tiempo pues están enmarcados en el contexto de una época con determinados avances científicos.

El punto que quiero remarcar es que la ciencia y la tecnología han jugado un papel importante en lo que a este género literario se refiere; también a la inversa, que la novela policiaca ha influido en el desarrollo científico y tecnológico.

Un científico que aportó al géne-ro fue el británico Sir Charles Snow.

Desde su cátedra de la Universidad de Cambridge, escribió más de diez nove-las negras. En la última, Capa de barniz (1979), emplea conocimientos cientí-ficos de medicina forense para descri-bir la autopsia de la víctima. A través de su literatura, estimuló el interés por tareas intelectuales de otra índole. En esencia, el espíritu inventivo del escri-tor no parece diferir mucho de aquel del investigador científico.

La unión entre la ciencia y la narra-ción policial se encuentran desde los orígenes del género, es decir, desde los tiempos de Edgar Allan Poe. En su famoso cuento El doble asesinato de la calle Morgue, él emplea análisis cientí-fico para la solución del caso. Lo más interesante de Poe es su capacidad para integrar al hombre con las facul-tades del ser instintivo e imaginativo. Él reunifica la ciencia con la imagina-ción.

La relación de la ciencia con este género literario se intensifica en la versión moderna del relato policíaco,

al que se añaden temas como el espio-naje y la ciencia ficción, que emplean recursos científicos e instrumentación refinada para detección, comunica-ción y transporte, y más sofisticados laboratorios que dan colorido a las narraciones policiales. Los ingleses Fleming y Ambler son dos ejemplos de ello, produciendo novelas más creí-bles al explicar los detalles tecnológi-cos en sus narraciones.

También hay, al revés, aportes im-portantes de la novela policiaca a la ciencia y tecnología. El más evidente es el del novelista Julio Verne, que se anticipó por décadas a avances de la ciencia concibiendo un submarino atómico y un viaje a la Luna. Otros autores imaginaron técnicas inverosí-miles para sus tiempos y que hoy en día son de uso cotidiano en los labora-torios de criminalística, tales como el análisis de sangre, el estudio de pelos, la balística y la dactiloscopia. Un ejem-plo notable es el de Eric Ambler, que publica en 1936 su novela La oscura

frontera, en la cual describe la bomba atómica, todavía no construida, ha-ciendo uso de su poder de deducción, luego de darle un vistazo a las inves-tigaciones de Rutherford sobre el nú-cleo atómico.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta unión inapelable e indisoluble entre ciencia y género policíaco? Hay muchas más de las que alcanzo a vis-lumbrar para esta columna. Por ahora, me quedo con la idea de que la no-vela policiaca es una reflexión sobre la realidad, una aproximación y una respuesta al problema de la violencia. Si un hombre de ciencia es capaz de inventar una tecnología para comba-tir el mal, habrá filas de escritores de novela policiaca imaginando cómo eso aplica en el argumento de su tex-to. También que si un escritor puede imaginar una tecnología para comba-tir el mal, tarde o temprano habrá un científico que la desarrollará. ATL

Martín Pérez IbarraUna pistola con GPS

Es Ingeniero Civil de la Pontifi cia Universidad Católica de Valparaíso y Master of Arts in Strategic Financial Mana-gement de la Kingston University de Reino Unido. Ha participado en los talleres literarios de José Luis Rosasco

y Pía Barros. A la fecha, ha publicado los libros Santiago Traders & Otros (2007) y Tapia (2008), ambos de la Editorial Asterión. Ha participado en las publicaciones de libros-objeto de Ergo Sum: Perraje en crisis, con sus trabajos “Cora-zón de abuelita”, “Metrosexual” y “Vestida de ocasión”, en el año 2008; Ni una más, con el cuento “Pequeño sacrifi cio”, en el año 2007; Tenemos Pantalones, con el cuento “Tres fi nales para un choro”, en el año 2006, y Diversos y Estilados, con los cuentos “Marinero”, “En menos de treinta minutos” y “Santiago Traders”, en el año 2005. Actualmente, escribe dos novelas: Chiloé, segundo libro del detective Tapia, y La ilustración de Bernardo.

La lógica de la narrativa policíaca y los cambios tecnológicos

Martín Pérez IbarraMartín Pérez Ibarra

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Tinta de sangre. Narrativa policial chilena en el siglo XX. De Clemens Franken y Magda Sepúlveda.Santiago: Ediciones Universidad Católica Silva Henríquez, 2009. 302 p.

Esta obra, de los académicos de la Pontifi cia Universidad Católica de Chile, Clemens Franken y Magda Sepúlveda, es un estudio

dedicado al género policial desarrollado en la literatura chilena del siglo XX. Desde siete enfoques diversos y teniendo como fi gura al

detective, el estudio se articula del siguiente modo: 1. El detective contra los inmigrantes. 2. El detective proaristocrático. 3. El detective a favor de la modernización. 4. El detective cómplice de las mujeres. 5. El detective contra las grandes instituciones. 6. El detective en la globaliza-ción, y 7. El detective frente a la imposibilidad de la verdad.

En este estudio se comentan los trabajos literarios dedicados al género policial de autores de tan variada factura, como los escritores periodistas Januario Espinosa, Alfonso Reyes Mes-sa y Camilo Pérez de Arce, o los destacados en otros géneros, como sucede con el ensayista Alberto Edwards y el dramaturgo Antonio Acevedo Hernández. Pero también quienes se han afi anzado en este tipo de literatura: Luis Enrique Délano, René Vergara, Alejandra Rojas, Poli Délano, Roberto Ampuero y Ramón Díaz Eterovic. Por último, la obra apunta a una fi gura que ha participado de esta temática, aunque, sin dejar de lado su buena dosis de polémica: Rober-to Bolaño. ATL

COSECHA

ROJA El inocente

de Michael Connelly.Barcelona: Ediciones B, 2007

Por Magglio Chiuminatto

El escenario es clásico, casi se respira el aire tibio que sofocaba a Philip

Marlowe, el arquetípico detective crea-do por Raymond Chandler en la década de 1930. La ciudad, por supuesto, es Los Ángeles. Pero han pasado más de 70 años y el protagonista de El Inocente de Michael Connelly es el abogado de-fensor Michael Haller. En los pasillos de

los juzgados y tras las rejas de las cárceles se puede defi nir en pocos minutos la vida de una persona. Sobre los hombros de Haller pesa la frase de su padre, también abogado, muerto cuando él era un niño: “Ningún cliente asusta más que un hombre inocente”.

Cuidadosamente construida, su trama tiene la elegancia y frial-dad de los grandes maestros del género. Sin estridencias, la red se tiende sigilosamente con la filosofía de los desencantados, la pre-sión de la derrota, la esperanza de los grandes héroes de victorias pasajeras. El dominio de las apariencias genera una incógnita psi-cología que mantiene la tensión narrativa en constante aumento.

El rol del detective intuitivo da paso, en El Inocente, a un meti-culoso recopilador de pruebas, a un analítico estratega encarnado por Haller, que nos guía en penumbra por los embaucadores ca-minos de la inocencia y la culpabilidad.

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El caso Nerudade Roberto Ampuero.Bogotá: Editorial Norma, 2008

Roberto Ampuero es de sobras conocido y no solo en Chile. Hasta la fecha ha publicado diez

novelas, de las cuales Cayetano Brulé ha protagoni-zado ¿Quién mató a Cristian Kustermann?, Boleros en la Habana, El alemán de Atacama, Cita en el azul pro-fundo y Halcones de la noche. En El caso Neruda, la última de la serie, la trama discurre temporalmente en un período cronológico anterior a las otras his-torias. En ella, asistimos al “bautizo” de Cayetano

como detective privado, en una mezcla de casualidad y juego apadrinado por “el Poeta” Neruda, como se le denomina en la novela.

Temporalmente nos hallamos en los meses previos al Golpe Militar de 1973, con un Chile enrarecido y oscuro en el que se pueden sentir las fuerzas antagónicas que están en pugna. La trama parte en Valparaíso en un viaje de ida y vuelta que pasa por México DF, La Habana, Berlín Oriental y Bolivia. Y tratándose del poeta, la búsqueda de Cayetano, con los libros de Simenon bajo el brazo como guía espiritual para aprender las reglas del ofi cio, sigue las huellas de una mujer, una de las hermosas conquistas del poeta diplomático.

Más allá de la anécdota policial, lo mejor de esta historia son los retratos; el retrato de Neruda, anciano y enfermo, mezcla de admiración y crítica por la manera como trató a las mujeres de su vida; el retrato de Chile en los meses previos al golpe; y el retrato desencantado de esos otros países revo-lucionarios. ATL

El Gran Dios Salvaje de César Farah.Santiago: Planeta, 2009.

Por Luis Opazo

En El Gran Dios Salvaje, César Farah nos presenta a Diego González, un profesor de literatura que cree tener el mundo en el bolsillo, que navega por el aula como pez en el agua y no vacila en enamorar a Manuela, una de sus alumnas, con quien contrae matrimonio y tiene

un hijo. Hasta ahí su mundo se parece al de muchas personas, pero pronto se desata una tragedia que le hace perder su memoria y lo obliga a entrar en los vericuetos de una trama negra, de búsquedas, en la que conoce a una serie de personajes mitológicos que se cruzan en su camino cuando intenta reconstruir su vida y su pasado.

El Gran Dios Salvaje es una novela de ágiles y entretenidos capítulos que llevan al lector a resolver un rompecabezas donde se entremezcla lo humano y lo sobrenatural. Un ciego lírico, barrios despoblados de todo esplendor, casas de reposo, vampiros bohemios dan sentido a una novela que bordea el abismo demencial. Todo sazonado con historias paralelas que nunca se apartan del hilo central. Una novela inquietante, de un joven autor chileno que ya está dando que hablar por su atractiva propuesta narrativa.

Muerte de una ninfómanade Poli Délano.Santiago: LOM Ediciones, 1996

En Muerte de una ninfómana, Poli Délano (1936), narra la historia de un doble asesinato y una sola víctima, Leo-

nor Salinas de Quiroz, una mujer joven, bella y ninfómana que va por la vida seduciendo y traicionado a sus amantes, incluyendo a su marido, el doctor Quiroz. La historia está situada en Ciudad de México y está contada desde la pers-pectiva de tres personajes, los cuales van aportando los

antecedentes que permiten conocer la historia de la mujer, las motivaciones de sus supuestos asesinos y el desarrollo del crimen. En esta novela aparecen dos investi-gadores: el inspector Becerra y el detective privado Oscar Lambret. Las relaciones entre ambos no son buenas. Lambret, joven y algo afi cionado al brandy, desconfía del policía e intenta adelantarse a los hallazgos de éste; Becerra por su parte, considera al detective privado un “afi cionado al juego policial que ya varias veces había metido sus narices en los asuntos que a él mismo le tocaba manejar”. La trama de la novela es simple y su resolución cierra el círculo de dos asesinatos, cometidos por un amante y por el esposo de la víctima, y un solo cadáver, el de la ninfómana. Una historia de amores y celos, narrada con agilidad y una buena construcción psicológica de los personajes. Muerte de una ninfómana fue publicada en México, con el seudónimo de Enrico Falcone, y en Chile, fue reeditada el año 1996. Esa novela, más algunos cuentos como “Felices” y “Adivinanzas”, y su permanente difusión del género, en artículos y crónicas periodísticas, hacen de Poli Délano un acertado y entusiasta cultor del gé-nero policiaco. ATL

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Aproximaciones al neopolicial latinoamericanode Juan Armando Epple.Concepción: Ediciones LAR, 2009

Por Hubert Cornelius

Debemos a la sagaz pluma (u ordenador) del crítico chileno Juan Armando Epple un nuevo

y necesario estudio sobre este género que mues-tra una polifacética capacidad creativa: se trata de Aproximaciones al neopolicial latinoamericano (Edi-ciones LAR, 2009).

El libro incluye un ensayo general sobre el neopolicial, destacando sus diferencias con la tradición de la novela de enigma y su cercanía a la novela negra de prosapia norteamericana. Comentarios pers-picaces a escritores como Mempo Giardinelli, Ramón Díaz Eterovic, Paco Ignacio Taibo II, Hiber Conteris y otros permiten diferenciar con claridad las caracterís-ticas del neopolicial. Le siguen sendos capítulos dedicados a estudiar el texto precursor The Buenos Aires Affair (1972) del argentino Manuel Puig, analizando sus elementos de parodia, la novela El infiltrado, del chileno Jaime Collyer, con su creativa rearticulación del thriller o novela de aventuras, y la novela Adiós, Hemingway, del cubano Leonardo Padura, una compleja trama donde se conec-ta la personalidad creativa de Hemingway con la realidad política de Cuba. El crítico revisa estos laberintos policiales buscando descubrir sus pistas y códigos secretos. Al hacerlo opera como un detective que se enfrenta a la novela como un caso que requiere ser investigado y expuesto al veredicto del lector.

El libro incluye una extensa entrevista al escritor Leonardo Padura, quien describe en detalle la trayectoria del género policial en su país y expresa su opinión sobre el neopolicial y las razones de su éxito internacional.

Aproximaciones al neopolicial latinoamericano estará pronto a disposición del lector en las librerías y en la dirección de Ediciones Trilce de Concepción.

MandrakeLa Biblia y el bastónde Rubem Fonseca.Barcelona: Editorial Norma, 2007

Por Ramón Díaz Eterovic

En Mandrake La Biblia y el bastón, vuelven las historias de Mandrake, el abogado cri-

minalista que protagoniza una buena parte de las novelas y cuentos de Rubem Fonseca, hoy por hoy, uno de los exponentes mayores de la novela negra en Latinoamérica. En esta opor-tunidad lo hace a través de dos novelas cortas: Mandrake y la Biblia de Maguncia y Mandrake y el

bastón Swaine. En la primera debe aclarar el robo de una Biblia impresa por Gutenberg, que le obliga a tratar con extraños bibliófilos, y en la segunda debe resolver el asesinato del esposo de una de sus amantes, la atractiva y enigmática Mariza. Un asesinato cuyo principal sospechoso es el mismo Mandrake.

Mandrake es un abogado aficionado a la buena mesa, los cigarros cuba-nos, el ajedrez y las mujeres. Tiene su fama y clientes no le faltan, aunque algunos de ellos mueran en medio de las investigaciones que emprende junto a su socio, y a Raúl, un policía bastante peculiar, que no vacila en saltarse las reglas a la hora de resolver el caso que le preocupa.

Fiel a su estilo, en estas novelas cortas, Fonseca se encarga de recrear rea-lidades, públicas y privadas, donde la maldad parece ilimitada y corre des-bocada sobre los ágiles lomos de la ambición y la perversión. Su escritura es punzante, con diálogos que no tienen desperdicio y una acción constante que permite el entretenido desarrollo de las intrigas que propone. Pasan los años, y Rubem Fonseca, a sus más de 80 años, sigue siendo un incisivo conocedor del lado oscuro del hombre, y un autor al que hay que seguir en cada una de sus apasionantes historias.

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Todo crimen tiene un escenario:

Centro Cultural de España,Biblioteca de Santiago,

Cineteca Nacional,Universidad Central,

Universidad Diego Portales,Universidad Católica,

Fundación Pablo Neruda yMunicipalidad de Pudahuel