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 UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Metodología de la Investigación II Ficha de Cátedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traducción Mónica Moons Los relatos de vida Daniel Bertaux Editorial Nathan, Paris 1997 Traducción Mónica Moons, Revisión Marta Ves Losada Julio 1999 Introducción La expresión “relato de vida” fue introducida en Francia hace una veintena de años (Bertaux, 1976). Hasta entonces, el término consagrado en ciencias sociales era el de “historia de vida”, traducción literal de la americana ”historia de vida”, pero ese término presentaba el inconveniente de no distinguir entre la “historia” vivida por una persona y el relato que podía hacer de ella, ante la deman da de un inves tiga dor y en ese momen to de su histo ria. Esta dis tinci ón es esencial. Es sobre la cual se fundan los debates contemporáneos que oponen a “realistas” y “antirealistas”, los pri mer os -de los cuales somos- afi rma ndo que el rel ato de vid a const ituye una descri pci ón aproxi mada de la histo ria real mente (objetiv amente y subj etivamente) ocurrida, los segund os sosteniendo, lo contrario, que la relación entre relato e historia es muy incierta, dado que el término mismo, “historia realmente oc urrida” no tiene ningún sentido. Volveremos sobre esto. En ciencias sociales, el relato de vida resulta de una forma particular de entrevista, la entrevista narra tiva, en el curso de la cual un investi gador (que puede ser un estudi ante) demanda a una persona desde aquí denominado “sujeto” relatar toda o una parte de su vida.  Aunque la utilización de los relatos de vida se haya desarrollado considerablemente después de dos decenios (para los trabajos en lengua francesa, ver Heinritz y Rammstedt, 1991) muchos sociól ogos aún se hacen numerosas pregu ntas sobre esta “té cni ca” . Por ejemplo ¿qué es exactamente una histor ia de vida? ¿Hac e falt a que sea compl eta, que cubra toda la vida y todos los dominios de la existencia? ¿Cuáles son las diferencias entre relato de vida y autobiografía? ¿Qué es lo que distingue un RV de una simple entrevista? ¿Se puede otorgar confianza a lo que dicen los sujetos? Un RV es algo más que una reconstrucción subjeti va de la experiencia vivid a? ¿Contiene en si contenidos objetivos? ¿D e qué valen las descripciones de l os contextos sociales propuestas por los sujetos? O aún más: ¿Las técnicas propuestas para analizar la entrevist as son trans feri bles a los RV? ¿Hay técn icas espec ífic as de análi sis de los relatos de vida? ¿Cómo se hace para pasar los contenidos de RV a la comprensión sociológica de un fenómeno social? ¿Cuánto hace falta recoger par a ll egar a conc lusiones generalizables? ¿Sobre qué tip o de fenómeno social? Y finalmente, ¿qué es necesario conservar en el estadio de la publicación? y ¿cómo, aquello que par ece consti tui r la especificidad del relato de vida, la imp resión de autenticid ad que se desprende de todo testi monio sobre la experienc ia vivida? ¿Cómo articular esta cualidad, que parece relevar la estética literaria y/o una ética humanista, con la mirada necesariamente cognitiva y objetivista de la investigación en ciencias sociales? Estas preguntas parecen simples: pero cada una de ellas da lugar a debates muy complejos: la diversidad de respue stas propuesta s se despr ende de elecc iones teóricas y epist emoló gicas fundamental es. A lo largo de la redacción del manuscri to se hizo evide nte que la exposició n de esta div ersidad exc ede largamente el marco de esta obr a. Hemos debido limi tar nos a una orientación precisa: la perspectiva etnosociológica: La conocemos bien por haberla practicado en diversas investigaciones empíricas. Esta perspectiva es resueltamente objetivista, en el sentido de que su objetivo no es captar al inter ior los esquemas de represent ación o los sistemas de valores de una persona aisla da, ni incluso los de un grupo social, sino estudiar un fragmento particular de la realidad sociohistórica: un objet o social; compr ender cómo funci ona y cómo se transfo rma, poniendo el acent o sobre las configuraciones de relaciones sociales, los mecanismos, los procesos, las lógicas de acción que 1

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 1 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons

Los relatos de vida

Daniel Bertaux

Editorial Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons, Revisin Marta Ves Losada Julio 1999

Introduccin La expresin relato de vida fue introducida en Francia hace una veintena de aos (Bertaux, 1976). Hasta entonces, el trmino consagrado en ciencias sociales era el de historia de vida, traduccin literal de la americana historia de vida, pero ese trmino presentaba el inconveniente de no distinguir entre la historia vivida por una persona y el relato que poda hacer de ella, ante la demanda de un investigador y en ese momento de su historia. Esta distincin es esencial. Es sobre la cual se fundan los debates contemporneos que oponen a realistas y antirealistas, los primeros -de los cuales somos- afirmando que el relato de vida constituye una descripcin aproximada de la historia realmente (objetivamente y subjetivamente) ocurrida, los segundos sosteniendo, lo contrario, que la relacin entre relato e historia es muy incierta, dado que el trmino mismo, historia realmente ocurrida no tiene ningn sentido. Volveremos sobre esto. En ciencias sociales, el relato de vida resulta de una forma particular de entrevista, la entrevista narrativa, en el curso de la cual un investigador (que puede ser un estudiante) demanda a una persona desde aqu denominado sujeto relatar toda o una parte de su vida. Aunque la utilizacin de los relatos de vida se haya desarrollado considerablemente despus de dos decenios (para los trabajos en lengua francesa, ver Heinritz y Rammstedt, 1991) muchos socilogos an se hacen numerosas preguntas sobre esta tcnica. Por ejemplo qu es exactamente una historia de vida? Hace falta que sea completa, que cubra toda la vida y todos los dominios de la existencia? Cules son las diferencias entre relato de vida y autobiografa? Qu es lo que distingue un RV de una simple entrevista? Se puede otorgar confianza a lo que dicen los sujetos? Un RV es algo ms que una reconstruccin subjetiva de la experiencia vivida? Contiene en si contenidos objetivos? De qu valen las descripciones de los contextos sociales propuestas por los sujetos? O an ms: Las tcnicas propuestas para analizar la entrevistas son transferibles a los RV? Hay tcnicas especficas de anlisis de los relatos de vida? Cmo se hace para pasar los contenidos de RV a la comprensin sociolgica de un fenmeno social? Cunto hace falta recoger para llegar a conclusiones generalizables? Sobre qu tipo de fenmeno social? Y finalmente, qu es necesario conservar en el estadio de la publicacin? y cmo, aquello que parece constituir la especificidad del relato de vida, la impresin de autenticidad que se desprende de todo testimonio sobre la experiencia vivida? Cmo articular esta cualidad, que parece relevar la esttica literaria y/o una tica humanista, con la mirada necesariamente cognitiva y objetivista de la investigacin en ciencias sociales? Estas preguntas parecen simples: pero cada una de ellas da lugar a debates muy complejos: la diversidad de respuestas propuestas se desprende de elecciones tericas y epistemolgicas fundamentales. A lo largo de la redaccin del manuscrito se hizo evidente que la exposicin de esta diversidad excede largamente el marco de esta obra. Hemos debido limitarnos a una orientacin precisa: la perspectiva etnosociolgica: La conocemos bien por haberla practicado en diversas investigaciones empricas. Esta perspectiva es resueltamente objetivista, en el sentido de que su objetivo no es captar al interior los esquemas de representacin o los sistemas de valores de una persona aislada, ni incluso los de un grupo social, sino estudiar un fragmento particular de la realidad sociohistrica: un objeto social; comprender cmo funciona y cmo se transforma, poniendo el acento sobre las configuraciones de relaciones sociales, los mecanismos, los procesos, las lgicas de accin que

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 2 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons los caracterizan. En esta perspectiva, el recurso de los relatos de vida no es de ningn modo excluyente de otras fuentes, tales como estadsticas, textos normativos, entrevistas con informantes situados en posicin central o la observacin directa de sus comportamientos. Se precisar en el cuerpo del texto lo que hace falta entender por fragmento particular de la realidad sociohistrica. Subrayamos solamente aqu que las sociedades contemporneas se caracterizan por una gran diferenciacin y especializacin de sus sectores de actividad: cada sector desarrolla sus propios modos de funcionamiento, su divisin del trabajo y sus relaciones sociales de produccin, sus mercados interiores, sus normas, su lenguaje especfico, los conocimientos y capacidades, necesarios para ejercer una actividad., sus valores y conflictos de valores, sus creencias, sus juegos y los juegos alrededor de sus posturas: en sntesis su propia subcultura. La perspectiva etnosociolgica pone en acto esta fragmentacin: consiste en efecto en concentrar el estudio sobre tal o cual mundo social centrado sobre una actividad especfica, o sobre tal o cual categora de situacin, reagrupando el conjunto de personas que se encuentran en una situacin social dada. El recurso de los relatos de vida enriquece considerablemente esta perspectiva aportando especialmente lo que es el defecto de la observacin directa, exclusivamente concentrada en las interacciones cara a cara: una dimensin diacrnica que permite captar las lgicas de accin en su desarrollo biogrfico y las configuraciones de relaciones sociales en su desarrollo histrico (reproduccin y dinmicas de observacin). En forma inversa, la perspectiva etnosociolgica conduce a orientar los relatos de vida hacia la forma de relatos de prcticas en situacin, la idea central en tanto que atraviesa las prcticas, se pueden comenzar a comprender los contextos sociales en el seno de los cuales ellos se han inscripto y qu contribuyen a reproducir o a transformar. Los fenmenos ideolgicos y culturales colectivos (valores, creencias, representaciones, proyectos, es decir, la semntica colectiva de la vida social) son ciertamente parte de la realidad objetiva; por lo tanto, en la perspectiva elegida aqu, no es a su estudio a los que se ha dado prioridad, sino a las relaciones y procesos sociales estructurales. Para atender a estos ltimos, es necesario concentrar la atencin sobre las prcticas recurrentes. El esfuerzo de comprensin de las prcticas puede conducir ciertamente a interesarse en el nivel semntico de las creencias, representaciones, valores y proyectos que, combinndose a las situaciones objetivas, inspiran las lgicas de accin de los actores; mientras tanto, contrariamente a otras orientaciones tericas que se mantienen en ese nivel sin tomar en cuenta las condiciones materiales y sociales donde se encuentran ubicados los actores, la perspectiva etnosociolgica intenta atravesarlas para captar las relaciones y procesos sociales estructurales, segn el principio que la existencia precede a al conciencia; lo que no impide concebir que sta ltima pueda retornarlas sobre la existencia por la mediacin de los actos. El plan de la obra corresponde a las diversas tareas de una investigacin que toma como recurso los relatos de vida. Comenzaremos por desarrollar las principales caractersticas de la perspectiva etnosociolgica, y a desarrollar especialmente las respuestas que ella propone a las preguntas que se plantean para toda forma de entrevista: la cuestin del status de los datos, del status de las hiptesis, del establecimiento de su plausibilidad (ms que de su verificacin) y de la generalizacin de los resultados. Se precisar tambin los tipos de objetos sociales que se prestan ms que otros al recurso de los relatos de vida. (captulo 1) Se examinar luego la naturaleza del RV. Se pondr en evidencia su caracterstica principal, la de constituir un esfuerzo de descripcin de la estructura diacrnica de los recorridos de vida, caracterstica que la distingue radicalmente de otras formas (no narrativas) de entrevista. Se

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 3 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons propondr una concepcin especfica del RV: hay RV desde que hay descripcin, bajo la forma narrativa de un fragmento de una experiencia vivida. Por otro lado, la orientacin (por el investigador) del relato de vida hacia la forma de relatos de prcticas en situacin proveer la solucin al problema del desarrollo de los conocimientos sociolgicos objetivos sobre la base de testimonios por naturaleza subjetivos: se mostrar que una entrevista narrativa orientada hacia la reconstitucin del encadenamiento de sucesos, de situaciones de interacciones y de acciones contiene necesariamente un buen nmero de informaciones fcticas generalmente exactas. Se indicar a continuacin todo lo que los relatos de vida pueden aportar al conocimiento sociolgico de los principales dominios sociales de la existencia (Captulo 2). Un captulo breve clarificar las distinciones entre tres grandes funciones que pueden cumplir los RV en una investigacin etnosociolgica: la funcin exploratoria, donde los relatos de vida contribuyen a abrir terreno; la funcin explicativa o analtica, , donde constituyen la principal tcnica de investigacin; y la funcin expresiva (Captulo 3). El captulo 4 aborda las cuestiones de recoleccin de los RV: la toma de contacto con los sujetos potenciales, el establecimiento de una relacin de confianza, la conduccin de la entrevista narrativa. Los captulos 5 y 6 tratan del anlisis de los RV. Se demostrar primero que el anlisis de un relato de vida puede desembocar en resultados objetivos (en el sentido de: independientes de la subjetividad del investigador). Se mostrar luego que todo relato contiene muy numerosos indicios sobre las relaciones y procesos sociales que se buscan identificar y comprender, y se darn ejemplos. Por ltimo se propondr una tipologa original de los rdenes de realidad a los cuales se refieren las mltiples significaciones contenidas en los relatos de vida (Captulo 5). El captulo siguiente se dedicar a la puesta en relacin de los indicios de un RV a otro, y la construccin progresiva por el investigador de un modelo plausible del objeto de estudio. Aqu tambin procederemos a partir de ejemplos. (Captulo 6). Un ltimo captulo examinar los problemas de redaccin al dar cuenta de la investigacin y de la insercin de fragmentos de entrevistas en el cuerpo del texto (Captulo 7).

I.- LA PERSPECTIVA ETNOSOCIOLGICA 1. Cuestiones epistemolgicas Nos parece indispensable recordar aqu en grandes lneas la epistemologa dentro de la cual se realiza la investigacin etnosociolgica, forma en el seno de la cual se inscribe el recurso de los RV tal como lo concebimos.1 Por el trmino perspectiva etnosociolgica, designamos un tipo de investigacin emprica basada1

El artculo de Schwartz (1993) constituye en la actualidad el esfuerzo ms profundo en tratar las cuestiones epistemolgicas planteadas por la investigacin de campo etnogrfica efectuada en el marco sociolgico. La obra de Lapassade titulada Etnosociologa presenta brevemente las principales orientaciones americanas de la sociologa cualitativa, luego de algunas investigaciones en terreno efectuadas en Gran Bretaa sobre diversos aspectos de funcionamiento de establecimientos escolares. Por el lado de los etnlogos que trabajan sobre la sociedad francesa, ver Althabe, Fabre et Lenclud, 1992)

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 4 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons en la entrevista en terreno, que se inspira en la tradicin etnogrfica por sus tcnicas de observacin, pero que construye sus objetos en referencia a problemticas sociolgicas. El socilogo no puede, en efecto, como el etnlogo, contentarse con describir un terreno particular una comunidad humana en dimensiones restringidas) y de analizar la subcultura. A pesar del inters intrnseco de esas descripciones monogrficas y sociogrficas hace falta intentar pasar de lo particular a lo general, descubriendo, en el seno del terreno observado las formas sociales relaciones sociales, mecanismos sociales, lgicas de accin, lgicas sociales, procesos recurrentes que seran susceptibles de estar igualmente presentes en una multitud de contextos similares. Esta tensin entre lo particular y lo general se expresa en el trmino etnosociologa. El prefijo etno nos remite aqu no a los fenmenos de etnicidad, sino a la existencia en el seno mismo de la sociedad de mundos sociales que desarrollan, cada uno, su propia subcultura (Laplantine, 1996) Este trmino no es enteramente satisfactorio, porque oculta en el silencio una dimensin constitutiva de los fenmenos sociales, la dimensin histrica. C. Wright Mills deca que la ciencia social trata los problemas de la biografa, de la historia y de sus intersecciones en el seno de las estructuras sociales (Mills, 1967, Cap. 8). Esto podra ser ledo como una invitacin hecha a los socilogos de adoptar una perspectiva que sera etnohistrico-sociolgica. El recuerdo de la insercin de todo fenmeno social en un movimiento histrico general de transformacin de las sociedades, pero tambin de la presencia en el seno mismo de todo fenmeno social de la dimensin temporal, nos parece ms necesario que muchas investigaciones sociolgicas que hacen abstraccin de l. El punto central de este captulo es que una investigacin etnosociolgica no se inscribe en el mismo espacio epistemolgico que estas, ms familiares a los socilogos, que son elaboradas a partir de otra forma de investigacin , la investigacin de cuestionarios sobre muestras representativas o en la investigacin cuantitativa, que se ha constituido hace tiempo en la forma cannica de la investigacin emprica en sociologa. El fin buscado es el mismo: desarrollar conocimientos sociogrficos y sociolgicos; pero para intentarlo, los caminos son diferentes porque cada uno tienen su lgica especfica. En la investigacin cuantitativa, la lgica hipottico deductiva, est perfectamente explicitada y enseada en todos lados, no es lo mismo en Francia todava para las otras formas de investigacin. La tentacin es entonces evaluar estas ltimas segn los criterios de buena metodologa elaborados para una investigacin cuantitativa: nos demandaramos si la muestra es representativa, si los datos dados son objetivos, si las hiptesis de partida han sido verificadas. Nosotros no soaramos aplicar los criterios propios de las investigaciones en terreno a una investigacin cuantitativa: tiene permitido observar un fenmeno en profundidad? Ha adaptado la grilla de temas a la situacin especfica de cada entrevistado? La investigacin se permite descubrir los procesos y teorizarlos? El absurdo de tales cuestiones seran inmediatamente manifiesto, pero esto de las cuestiones simtricas no lo es todava, sino para los investigadores que ya estn familiarizados con la investigacin en terreno. Es por eso que hace falta precisar, no slo a qu tipos de fenmenos sociales se aplica la perspectiva etnosociolgica, sino tambin cules son los principales criterios de validacin de las investigaciones realizadas dentro de esta perspectiva. 2. Los objetos de estudio de la investigacin etnosociolgica Un doble movimiento contradictorio de homogeneizacin y de diferenciacin caracteriza a las sociedades contemporneas. La homogeneizacin es visible no solamente en los mundos del consumo o los referentes culturales comunes, sino tambin en el ejemplo de la tendencia a la extensin de los derechos sociales a toda la poblacin (Castel, 1995). Pero, la mismo tiempo, los progresos de diferenciacin funcional convergen en la multiplicacin de los sectores de actividad

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 5 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons o mundos sociales (Strauss, 1995 pp. 269-282) de ms en ms numerosos y especializados. Este ltimo fenmeno que Bourdieu busca teorizar a travs del campo, pero como l mismo reconoce, ninguna teora general de los campos, podra, ms all de ciertos principios universales, predecir el avance de las formas que tomara tal o cual campo estructurante de las actividades del mundo social dado. Cada una demanda un estudio emprico especfico. Por ello la vida social engendra una variedad creciente de categoras de situacin emergentes o socialmente reconocidas. La perspectiva etnosociolgica toma en cuenta esta diversidad y propone una forma de investigacin emprica adaptada a la captacin de las lgicas propuestas a tal o cual mundo social, o a tal o cual categora de la situacin. 2.1. Los mundos sociales Un mundo social se construye alrededor de un tipo de actividad especfica. La panadera artesanal, la flotilla de barcos, el taxi, el transporte rutero, la produccin y la venta de casas individuales, el correo, la SNCF, la polica, la enseanza primaria, el periodismo, la televisin, tal o cual mundo del arte (la pintura, la literatura) se constituyen en tantos ejemplos de mundos sociales centrados sobre una actividad profesional. Pero los mundos sociales se desarrollan tambin alrededor de actividades no remuneradas, ya sean culturales, deportivas, asociativas u otras. En el seno del macrocosmos que constituye la sociedad global, los mundos sociales constituyen cierta clase de mesocosmos en los cuales cada uno, est constituido a su vez por numerosos microcosmos: panaderas, escuelas primarias, comisaras, oficinas de correo, consultores de Proteccin materna e infantil. La hiptesis central de la perspectiva etnosociolgica es que las lgicas que rigen en el conjunto del mundo social o mesocosmos estn igualmente en accin en cada uno de los microcosmos que la componen: observando el modo de profundizar uno solo, o mejor algunos de estos ltimos, y por poco que intentemos identificar las lgicas de accin, los mecanismos sociales, los procesos de reproduccin y de transformacin , deberamos poder captar algunas, al menos , de las lgicas sociales del mesocosmo mismo. Esto no es ms que una hiptesis, pero que ha sido muy fecunda: inspir numerosas investigaciones de la escuela de Chicago, de los interaccionistas simblicos (Becker, Goffman, Glasser y Strauss), de la sociologa del trabajo o de la sociologa de las organizaciones. Por lo tanto requiere ser precisada. Primero, el funcionamiento mismo de un mundo social puede engendrar una variedad mas o menos grande de tipos de microcosmos; estudiar uno solo conducira a generalizar abusivamente el mundo social de las caractersticas propias de un tipo solamente. Para evitar este error, hace falta multiplicar los campos de observacin y compararlos. Por lo tanto no es indispensable que este trabajo comparativo sea realizado por el mismo investigador; la investigacin es una empresa colectiva y en principio acumulativa a la que cada investigacin aporta su propia contribucin. Por otro lado, los mundos sociales, y en particular los mundos centrados en la actividad profesional, constituyen espacios en el seno de los cuales los agentes pueden circular a lo largo de su carrera profesional.- Por poco que hayamos recurrido al RV podremos recoger testimonios describiendo desde el interior muchos microcosmos y las lgicas de pasaje de uno a otro. 2.2. Las categoras de la situacin

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 6 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons Un segundo tipo de objeto social favorable al abordaje etnosociolgico es el que llamaremos categoras de situacin. Madres solas a cargo de sus hijos, padres divorciados, agricultores, solteros, jvenes con pocos estudios buscando trabajo, toxicmanos, discapacitados fsicos, discapacitados mentales, personas afectadas por una enfermedad crnica, huelguistas de larga duracin, personas sin techo, extranjeros en situacin irregular, constituyen a los ojos de la administracin y/o al del sentido comn, categoras que presentan caractersticas especficas. Podemos imaginarnos muchas otras. El fenmeno de situacin particular no implica necesariamente la formacin de un mundo social: las madres a cargo de sus hijos no tienen una actividad comn, tampoco los huelguistas ni los enfermos crnicos. Es la situacin misma que les es comn. Esta situacin es social, en la medida que engendra limitaciones y lgicas de accin que presentan puntos de vista comunes, o es percibida a travs de esquemas colectivos, o es eventualmente tratada por una misma institucin. El recurso de los RV resulta aqu particularmente eficaz, porque esta forma de recoleccin de datos empricos lleva a la formacin de trayectorias, lo que permite captar mecanismos y procesos por los cuales los sujetos han venido a encontrarse en una situacin dada, y como se esfuerzan para enfrentar esa situacin. 2.3. Las trayectorias sociales. Hace falta considerar las trayectorias sociales como un tercer tipo de objeto social al estudio del cual los RV se adaptaran especialmente?. La extraordinaria variedad de recorridos de vida, la fuerte contingencia (obra del azar) de la articulacin de diversos tipos de mecanismos en los procesos de conformacin de cada recorrido, hacen del estudio global de los fenmenos de movilidad social por medio de los RV una tarea impracticable; historiadores de la familia toman en consideracin muchas ms operacionales (Laurens, 1992; Bertaux 1992, 1994: Bertaux y Thompson, 1997). Para llegar a generalizar en el estudio de la formacin de trayectorias biogrficas, hace falta reducir el campo de observacin a un tipo particular de recorrido o de contexto. Se puede imaginar el definir una clase de trayectorias en referencia a la movilidad social, estudiando, por ejemplo, el xito social o la cada social; pero lo que designan tales expresiones encubre una variedad tal de recorridos que el objeto se vuelve difcilmente dominable (sin embargo, ver Terrail, 1990, Cap.7) Se trata por el contrario de estudiar como uno se vuelve enfermera, institutriz, educador, camionero, informtico, constructor de edificios o delincuente profesional, toxicmano, SDF2, parece que lo que da coherencia a tales objetos, es que ellos se relevan de un mismo mundo social o de una misma categora de situacin. La perspectiva etnosociolgica no se aplica ms que a los objetos sociales relativamente bien delimitados, que el recurso de los RV permite aprehenderlos al interior y en sus dimensiones temporales. El investigador que se dedicara al estudio genrico de las trayectorias sociales no especificadas a la larga se arriesgara fuertemente a encontrarse confrontado una variedad tal que excedera de lejos sus posibilidades de anlisis. 3. Las tcnicas de la investigacin etnosociolgicas: Contrariamente al camino hipottico deductivo, que desarrolla primero las hiptesis en funcin de teoras existentes para concebir luego una investigacin emprica destinada a verificarlas, el camino etnosociolgico consiste en investigar un fragmento de la realidad socio-histrica del cual no se sabe gran cosa a priori. Lo que el investigador presupone al comienzo, se acerca, muy a2

Nota del Traductor: SDF: sin domicilio fijo.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 7 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons menudo a relevamientos del orden de los estereotipos, prejuicios y otras representaciones colectivas cargadas de juicios morales circulantes en el sentido comn; y es precisamente una de las virtudes de este tipo de investigacin es rescatar, luego de aportar elementos de conocimiento objetivo y crtico, en el espacio pblico, fundados sobre la observacin concreta. Sus tcnicas de investigacin no buscan verificar hiptesis planteadas a priori, sino comprender el funcionamiento interno del objeto de estudio y elaborar un modelo de funcionamiento bajo la forma de un cuerpo de hiptesis plausibles. El investigador se presenta en el terreno consciente de su ignorancia y, como lo hara todo etnlogo, se dirige a personas que ejercen all sus actividades y viven all, para saber como funciona eso. Esas personas agentes, actores, miembros del mundo social viviendo la situacin social estudiada- tomarn as para l el lugar de informadores, es decir un status muy diferente de aquel que es conferido a los entrevistados en una investigacin que busca opiniones, actitudes o representaciones que ponen en accin las entrevistas no dirigidas o los cuestionarios. El acento aqu est no puesto en la interioridad de los sujetos, sino sobre aquello que les es exterior: los contextos sociales que han adquirido por la experiencia de un conocimiento prctico (Beaud, 1976) En esta perspectiva, el relato de vida puede constituir un instrumento importante de relevamiento de saberes prcticos, con la condicin de orientarlo hacia la descripcin de experiencias vividas personalmente y de los contextos en los cuales ellas se inscribieron. Esto orienta los relatos de vida hacia la forma que proponemos denominar relato de prcticas (Bertaux, 1976). El relato de prcticas se encuentra en profunda afinidad con la accin en situacin que constituye, segn ciertos autores, el centro de gravedad de las nuevas sociologas (Corcuff,1995). No podemos mostrar aqu hasta que punto, en la historia de la Sociologa emprica, han influido las tcnicas de observacin sobre la reflexin sociolgica predeterminando los objetos. Nos contentamos con sealar la afinidad profunda entre el proyecto (cientfico) de hacer de la sociologa una ciencia como las otras (es decir como las ciencias de la naturaleza) y el recurso de las indagaciones cuantitativas, abriendo stas el camino a teorizaciones pensadas en trminos de relaciones entre variables, a imagen de las relaciones entre grandezas fsicas en las cuales el descubrimiento constituye el corazn de la fsica newtoniana. Existe tambin una afinidad profunda entre la observacin directa, tal como la que hemos practicado con Erving Goffman, Barney Glaser y Anselm Strauss, y los tericos de la escuela interaccionista que tienden a concebir todos los fenmenos sociales en trminos de interacciones cara a cara. Cul ser entonces la forma de datos que corresponderan mejor a un pensamiento sociolgico fundado sobre la accin en situacin? Sin querer forzar la puntera, podemos adelantar que esta forma es la del relato de las prcticas. Esta afirmacin puede sorprender; ella no constituye ms que la conclusin lgica del enorme trabajo de reflexin que Paul Ricoeur efectu en la hermenutica de la accin (Ricoeur,1983-8586). Lo que Ricoeur muestra, es, si no la homologa estructural, al menos la afinidad profunda entre la accin y el relato. LA accin, en el sentido ms genrico del trmino, se desplaza en el tiempo, y la forma que la describe mejor es la forma narrativa, la del relato. Incluso si Ricoeur ha puesto su atencin sobre las formas cannicas del relato, el relato histrico y el relato de ficcin, ms que su relato de vida (o la autobiografa), toda su argumentacin lleva al socilogo que lo lee a la conclusin que en lo que concierne al estudio de la accin social (la accin en situacin), la forma apropiada es la forma del relato. Esto puede, por lo tanto, conjugarse de diversas formas: informando de las tcnicas de observacin (el relato de vida sera un ejemplo), la reflexin sociolgica (reducindose a las dimensiones histrica y procesual) e incluso la escritura de la sociologa (la puesta en relato como momento de sntesis apareciendo despus del anlisis, a la manera de ciertos pasajes de los clsicos; Bertaux 1979).

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 8 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons Que no se desprecie: no se trata de litigar por un recurso exclusivo, el de los relatos de vida, sino de su articulacin con otras fuentes documentales. Ciertas tcnicas, tales como la observacin directa de las prcticas y las interacciones en situacin, las conversaciones informales, el recurso de los informantes clave, han sido ya fuertemente experimentados por la tradicin etnogrfica de la escuela de Chicago (Coulon,1992) la corriente interaccionista y la etnometodolgica. El mismo funcionamiento de las sociedades contemporneas produce numerosas fuentes documentales tales como las estadsticas, documentos oficiales y otras fuentes escritas. Cada fuente, cada tcnica productora de nuevas fuentes aporta su piedra al edificio. El relato de vida, en tanto que testimonio de la experiencia vivida, aporta entre otras la dimensin diacrnica, que es tambin la de la articulacin concreta de factores y mecanismos diversos.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 9 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons 4. Status y funciones de los datos empricos. En la investigacin cuantitativa, los datos tienen una doble funcin: la de proveer descripciones estadsticas fiables de fenmenos colectivos constituidos por la agregacin de comportamientos, actitudes, incluso de opiniones individuales, y aquella, mucho ms difcil de cumplir, de verificar las hiptesis (Singly, 1992 Cap.I) En la investigacin etnosociolgica, los datos cumplen otras funciones. Ellas no seran desarrollar descripciones estadsticas, no tienen la vocacin de verificar hiptesis; ellas se orientan a ver como funciona un mundo social o una situacin social. Esta funcin descriptiva es esencial y conduce hacia lo que el etnlogo americano Cliford Geertz llama la descripcin densa, una descripcin en profundidad del objeto social que toma en cuenta sus configuraciones internas de relaciones sociales, sus relaciones de poder, sus tensiones, sus procesos de reproduccin permanente, sus dinmicas de transformacin. El objeto de una investigacin etnosociolgica es de elaborar progresivamente un cuerpo de hiptesis plausibles, un modelo fundado sobre las observaciones, rico en descripciones de mecanismos sociales y en proposiciones de interpretacin (ms que de explicacin) de los fenmenos observados. Las descripciones estadsticas producidas por las investigaciones cuantitativas son consideradas generalmente como objetivas. En contraste, los relatos de vida, porque son la evidencia de la naturaleza subjetiva, parecen sufrir de un dficit de objetividad. Sin embargo, antes de ser codificados y puestos en cifras, los datos de la investigacin por cuestionarios se constituyen en respuestas a temas estandarizados y sus respuestas son evidentemente subjetivas. Se sabe que ellas dependen en parte de la formulacin precisa de las preguntas, del orden de aparicin, de las caractersticas del encuestador (sexo, edad, etc.) as como de la impresin que el cuestionario produzca en el encuestado. (19) No es porque se codifican a continuacin las respuestas bajo la forma de cifras que eso le otorgue un carcter mas objetivo, mas bien al contrario: la operacin de codificacin supone elecciones tericas; que de hecho pueden introducir sesgos suplementarios. Por otra parte, cuando a una investigacin, en respuesta a un cuestionario, da datos de nacimiento, lugar de residencia, nivel escolar, profesin, las del padre y de la madre, religin, motivaciones de compra, preferencias polticas, le otorgamos confianza; porqu le retiramos esa confianza si da las mismas informaciones en el marco de una entrevista prolongada cara a cara, donde es ms difcil mentir? Por lo tanto, la opinin persiste en muchos de los socilogos que sera naif fiarse de lo que dice la gente de su trayectoria biogrfica. Esta opinin es, notmoslo, puramente especulativa: constituye un presupuesto que no se apoya sobre ninguna observacin emprica. Pues, una investigacin reciente buscando comparar las informaciones recogidas por un lado por cuestionarios y por otro por entrevistas del tipo de relato de vida ha demostrado la trivialidad de esta propuesta. Esta investigacin ha consistido en reentrevistar, bajo la forma de entrevistas abiertas a cincuenta personas preparadas por la INSEE. El cuestionario buscaba trazar con exactitud las trayectorias profesionales y familiares, poniendo el acento sobre las situaciones de crisis: prdida de empleo, divorcio, accidentes de salud. Pues la comparacin de los cuestionarios del INSEE completados por los encuestados y de las transcripciones de sus relatos biogrficos condujo a los investigadores a la conclusin que las informaciones contenidas en las entrevistas, eran no solamente ms ricas, sino tambin mas fiables que las recogidas por el cuestionario (Battagliola, Bertaux-Wiame, Ferrand et Imbert, 1991, 1993).

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 10 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons No es sorprendente que sea as, pero es bueno que eso haya sido verificado: habiendo tenido, gracias al carcter abierto de la segunda entrevista, la posibilidad de explicarse, las indagaciones han podido matizar, precisar, comentar las descripciones de las situaciones, acontecimientos y acciones que caracterizaron sus trayectorias biogrficas. Emitiendo por segunda vez las mismas informaciones fcticas sobre los acontecimientos que haban jalonado sus recorridos biogrficas, han podido primero poner en relieve esos recorridos, precisando los acontecimientos mayores que haban tenido sobre ellos fuertes repercusiones. Han podido explicar tambin las razones de tales cambios de profesin, de residencia, o de situacin familiar. Estas resultan muy a menudo, no lgicas propias de esos dominios de la existencia(vida familiar, profesin, residencia), sino de sus procesos de interaccin: podemos ser llevados a cambiar de profesin o de residencia por razones familiares, de residencia por razones profesionales, o inversamente. Adems la formacin de los recorridos biogrficos de un individuo est en interaccin constante con el recorrido de su cnyuge: el espacio conyugal aparece como un campo constante de interferencias(op cit.1993, p.334). Un cuestionario cerrado no permite captar esas interferencias; el relato de vida abre un espacio que permite su descripcin. Esto relativiza la idea de datos objetivos Este trmino corre el riesgo de inducir a error: incluso la observacin directa de los comportamientos, tan rica para los interaccionistas, no rebela ms que los datos fcticos (tal persona ha hecho esto, ha dicho tal cosa a otro en tal situacin), pero es slo si comprendemos all donde las lgicas que sostienen la interaccin observada que podemos captar los sentidos subjetivos, los sentidos intersubjetivos, y aproximarmos as al sentido objetivo (social). La metfora del juego puede aqu servir: cualquiera puede observar dos jugadores de ajedrez y registrar sus movidas sucesivas, pero hace falta conocer las reglas de ese juego y sobretodo sus sutilezas para captar el sentido de cada situacin, adivinar las intenciones del jugador y apreciar el valor de cada movimiento. La oposicin clsica subjetivo/objetivo ha sido as reformulada, podremos comprender mejor en qu pueden los RV encubrir una gran riqueza de informaciones fcticas exactas y de descripciones fiables si bien evidentemente incompletas- de encadenamiento de situaciones, de interacciones y de acciones. Esas son las informaciones y descripciones de las que el socilogo puede hacer su miel para el conocimiento de las posiciones y reglas de juego sociales que el busca identificar. Tal es el espritu del recurso de los relatos de vida en una perspectiva etnosociolgica: remontar de lo particular a lo general gracias a la puesta en relacin de casos particulares, de lo que contienen los datos fcticos reubicados en su orden diacrnica, de indicios descriptivos o explicativos propuestos por los sujetos,. Gracias al descubrimiento de recurrencias en el trayectoria de vida al otro y a la puesta en conceptos y en hiptesis de sus recurrencias. En esta perspectiva, la funcin de los datos no es para verificar hiptesis elaboradas, sino para ayudar a la construccin de un cuerpo de hiptesis. 5. Cuestiones de muestras Para descubrir lo que hay de general, ver lo genrico, en cada caso particular, hace falta disponer no solo de un solo caso solo, pero si de una serie de casos construidos de modo que hagan posible su comparacin, lo que implica a la vez similitudes y diferencias: es todo el tema de la construccin de la muestra. 5.1. La variedad de posiciones En la investigacin en terreno, la nocin de muestra estadsticamente representativa, no tiene sentido; es reemplazada por la de la construccin progresiva de la muestra (muestreo terico de Glaser y Strauss, 1967).

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 11 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons Teniendo en cuenta la omnipresencia de las relaciones de poder en nuestras sociedades, se puede esperar que el mundo social que buscamos comprender sea el producto de actividades reguladas y de interacciones de un cierto nmero de categoras de agentes/actores situados unos con relacin a otros en posiciones diferentes. Esas posiciones sern caracterizadas por los status formalizados e informales, de los roles, los intereses, los recursos para la accin, las relaciones intersubjetivas de alianza y oposiciones y sus mrgenes de maniobra; todas estas caractersticas, varan considerablemente segn el tipo de posicin ocupada. Debemos esperar, por lo tanto, que los agentes/actores sean portadores no solamente de experiencias diferentes segn su posicin estructural (y sus encaminamientos pasados), sino tambin de visiones diferentes (incluso opuestas en cuanto a sus cargas de evaluacin) de las mismas realidades sociales: los puntos de vista difieren segn uno sea patrn, empleado, e incluso obrero de una misma fbrica; o bien delincuente, profesional, inspector de polica, magistrado o abogado; o tambin paciente de un hospital, enfermero o mdico. Este fenmeno de mltiples percepciones (y de mltiples prcticas) de una misma realidad es fundamental: la percepcin que un actor elabora de una situacin dada constituye para l la realidad de esa situacin; y es en funcin de esa percepcin, y no de la realidad objetiva tal como la que busca conocer el socilogo, que el acto social ser llevado a actuar. Incluso las percepciones ms alejadas de la realidad son reales en sus consecuencias, segn la famosa formula de W. I. Thomas3 Es en funcin de este fenmeno de variedad de posiciones y de puntos de vista que somos llevados a construir progresivamente una muestra, construyendo las diferentes categoras que los agentes/actores, y de subcategoras que aparezcan como pertinentes en el transcurso de la investigacin (por ejemplo, obreros sindicalizados y no sindicalizados, militantes o pasivos). Debido a que ninguna categora de actores posee ella sola el conocimiento objetivo, sino que la visin de cada uno contiene su parte de verdad, es sobre la puesta en relacin crtica por el investigador que reposa el trabajo de construccin de un modelo del objeto de estudio. 5.2. La diferenciacin Es necesario ir an ms lejos y mencionar el fenmeno que proponemos llamar la diferenciacin: las personas que se encuentran ubicadas exactamente en el mismo lugar institucional pueden cumplir su rol, ejercer su actividad de modo muy diferente porque ellas no tienen la misma estructura de personalidad o, para retomar el concepto desarrollado por Bourdieu, no tienen el mismo habitus en el sentido de conjunto de esquemas de percepcin, de apreciacin, de accin. El fenmeno es universal; pensemos por ejemplo en las diferencias de conducta entre docentes de un mismo colegio. El notable testimonio de un intelectual que se estableci como obrero en un taller de la fbrica Citroen ha mostrado las grandes diferencias de personalidad de las personas que trabajan all lado a lado como OS: diferencias manifiestamente relacionadas estrechamente a aquellas de sus recorridos de vida. Estas diferencias juegan desde ya, en los modos como ejecutan su trabajo; se revelaron cruciales al momento de la preparacin de un movimiento de huelga (Linhart; 1981). La Sociologa del trabajo ha mostrado que, incluso para los agentes en simple posicin de ejecutante, los mrgenes de maniobra son grandes. Monjardet (1996) ha hecho la demostracin para los policas de base, uno de los trabajos ms restringidos por su propia reglamentacin interna: cf. Tambin Benguigui, Orlic, Chauvenet (1994) para los guardias de prisin. En una3

Para tomar un ejemplo extremo, el director de una prisin de Nueva York rechazo recientemente de (...) permitir la salida de un prisionero (...). l explica que el hombre era muy peligroso. Haba matado ya varias personas que tenan el hbito infeliz de hablarse a s mismas al caminar. Viendo moverse sus labios, el se imaginaba que las personas lo injuriaban (...) y se comportaba en consecuencia. Si los hombres definen las situaciones como reales, ellas son reales en sus consecuencias (William I. Thomas y Doroty Thomas, The Child in America, 1928)

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 12 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons comisara de barrio situada cerca de una ciudad HLM 4 difcil, socilogos pudieron observar que en la medida que se trataba de intervenir, eran siempre los mismos policas que iban al frente; uno de ellos en particular haba crecido en el seno de una ciudad parecida, lo que le permita comprender mucho mejor que a sus colegas las lgicas de accin de los habitantes y prever sus conductas (Delcroixet Cunha,1991). Ese capital de experiencia biogrfica le diferenciaba fuertemente de sus colegas; lo mismo que su vocacin de polica lo distingua de aquellos que haban entrado a la polica slo para adquirir el status de funcionario. Otro ejemplo, observado en una investigacin sobre divorcio: la ley deja al magistrado la eleccin de confiar la autoridad parental sobre el chico a la madre o al padre. Las estadsticas judiciales muestran que la proporcin de juicios que le atribuyen la autoridad parental al padre, vara considerablemente segn los tribunales. Este fenmeno no pudo explicarse de otro modo que por la diferencia de los magistrados que en ellos trabajan. Por otra parte, teniendo en cuenta el fenmeno de diferenciacin que las empresas privadas o pblicas, las organizaciones polticas, sindicales y asociativas reafectan su personal. El principio es general: un ejemplo cierto muy particular pero muy ilustrativo ha sido dado por E.Campagac: estudiando el reclutamiento de nuevas aceras gigantes de Dunkerque, ha sealado que la direccin elega para sus hornos y laminadoras ancianos mineros habituados acondiciones de trabajo muy duras y peligrosas y al trabajo en equipo; mientras que para todos los puestos de caristes conductores de pequeos vehculos que circulan rpidamente en el embrollo de la fbrica- tomaban antiguos conductores de mquinas venidos de la construccin (Campagnac, 1982). Este ltimo ejemplo muestra que la diferenciacin resultante de las experiencias biogrficas especficas no concierne solamente a la diferenciacin de las conductas en igual posicin: en trmino medio, reacciona sobre el reparto de las personas en las posiciones. Para comprender este fenmeno y sus consecuencias locales, hace falta buscar y discernir eso que, en funcin de los recorridos biogrficos especficos y de totalizaciones subjetivas especficas de esos recorridos, ha convertido a los individuos, en portadores de esquemas de conducta diferentes: por ello, el recurso de los RV. 5.3. La exigencia de variacin En la perspectiva etnosociolgica lo que importa, es haber descubierto, dentro de las posibilidades del investigador, la variedad de testimonios posibles. La postura no es solamente descriptiva: concierne tambin a la validez del modelo. Supongamos en efecto que el investigador, gracias a la observacin de recurrencias, haya arribado a una primera formulacin del modelo. Le falta an buscar casos muy diferentes de aquellos a partir de los cuales l ha trabajado hasta ahora, y asegurar que ellos no la ponen en cuestin; si tal es el caso, habr que modificar el modelo en consecuencia. La mejor ilustracin de este proceso es an la investigacin de Lindesmith (1949) sobre los heroinmanos. Su hiptesis inicial era que la txico dependencia, tomaba cuerpo al menos de la experiencia del flash, hiptesis confirmada por todos los toxicmanos encontrados. Pero Lindesmith encontr tambin personas que, en el curso de una jornada en el hospital, haban recibido, en su ignorancia, dosis de morfina destinadas a aliviar su dolor. Esas personas haban tenido la experiencia de un repentino sentimiento de bienestar; pero no se haban vuelto toxicmanas. La hiptesis inicial deba entonces ser reformulada: entre la inyeccin y la4

Nota de l Traductor: Habitaciones de alquiler barato.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 13 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons experiencia de sus consecuencias haca falta, para dar cuenta de la aparicin de la txico dependencia, introducir al menos la mediacin de la conciencia de relacin de causa a efecto. Los pacientes del hospital no conocan la razn de su sbita euforia; no se haban vuelto dependientes. Lindesmith descubri as el principio metodolgico de la investigacin de caso negativo(nulo), el que forzar al investigador a reconsiderar su teora. Este principio tienen valor universal: siendo el objetivo de una investigacin etnosociolgica construir un cuerpo de hiptesis, es decir, un modelo del modo en que pasan las cosas, este modelo no pude ser considerado como establecido ms que si el investigador ha dado a lo real todas las chances de desestabilizarla.6. El status de las hiptesis. Un ltimo aspecto que diferencia radicalmente la investigacin etnosociolgica de la perspectiva hipottico deductiva es aquel del status de las hiptesis: aqu no se trata de verificar pero s de elaborarlas a partir de observaciones y de una reflexin fundada sobre las recurrencias. En la investigacin en terreno, el investigador est ansioso antes de abrir sus ojos, sus orejas, su inteligencia y su sensibilidad a lo que podra ser dicho o mostrado. El no ha venido a verificar hiptesis planteadas a priori, sino para construir al menos algunas; no solamente ni principalmente bajo la forma de relaciones entre variables, sino bajo la forma de hiptesis sobre configuraciones de relaciones, de mecanismos sociales, de procesos recurrentes; sobre los juegos sociales y sus posiciones: en sntesis, sobre todo tipo de elementos que permitan imaginar y comprender como eso marcha. Su tarea en tanto que socilogo consiste as en discernir, en el terreno mismo o por el anlisis de los materiales recogidos, la presencia de tales elementos, identificar los contornos, nombrarlos (a buscar la denominacin adecuada), encontrar las diversas formas bajo las cuales le han aparecido para asegurar que no son producto de su imaginacin, construir a ttulo de hiptesis una representacin discursiva en el vocabulario sociolgico existente o, si es necesario , corregido o enriquecido. Es as que l va poco a poco, por las incesantes idas y retornos entre observaciones y teorizaciones parciales, a desglosar una visin coherente, formulada en trminos sociolgicos, de su objeto de estudio. Debido a las hiptesis construidas de este modo corresponden observaciones concretas, ellas contienen en ellas una cierta garanta contra las especulaciones gratuitas (Kaufman, 1996). Otras podrn, en el curso de la investigacin, ser formuladas y luego abandonadas en vas de la exploracin ulterior en terreno y del anlisis de los datos; las que quedan son aquellas que han resistido. Ellas son verificadas caso por caso, ellas han resistido a la investigacin de casos negativos; pero, para ser cierto que se trata de hiptesis explicativas, habra que, en rigor tener recurso al mtodo experimental, lo que en ciencias sociales est bien fuera de la cuestin. Se dir as que el modelo as construido tiene el status de una interpretacin plausible ms que una explicacin en sentido estricto. Otros investigadores trabajando sobre campos similares (por ejemplo en los barrios) habran podido desarrollar interpretaciones sensiblemente diferentes, pero no forzosamente contradictorias; habran sido sensibles a otros aspectos del proceso sociohistrico y lo habran valorado en su modelo. Por el contrario, es por la confrontacin de interpretaciones alternativas, basadas en las observaciones, y no por el imposible mtodo experimental, que progresa el camino del conocimiento en ciencias sociales. Agreguemos solamente que la comparacin constituye, como lo demuestra toda la obra de Max Weber, un modo pujante de consolidar una interpretacin y en aumentar el alcance potencial; es suficiente un cambio de terreno para poner a prueba una interpretacin construida inicialmente en relacin a un campo especfico.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 14 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons La cuestin habitual ha verificado Ud. su hiptesis? toma as en la investigacin etnosociolgica una significacin especfica. Sera tautolgico responder que hemos verificado una hiptesis porque ella acuerda efectivamente a los casos concretos a partir de los cuales se ha elaborado. Por el contrario, lo que podemos decir en apoyo de una hiptesis as construida, es que hemos examinado otras y que aquella que hemos retenido est comprobada hasta nueva orden como la mejor. Es necesario, claro est, que todas las hiptesis retenidas acuerden entre ellas. Sin embargo, la bsqueda sistemtica de la coherencia puede constituir una trampa especulativa, en la medida en que interviniese muy pronto en el proceso de investigacin e impedira ser sensible a las numerosas seales que emanan necesariamente del trabajo en terreno. Esas seales contradictorias, en efecto, constituyen muy a menudo las pistas ms interesantes, aquellas que, a condicin de prestarles atencin y de seguirlos resueltamente, puede conducir a poner nuevamente en cuestin las representaciones espontneas del investigador. 7. La generalizacin de los resultados Terminamos este giro del horizonte epistemolgico en la cuestin de la generalizacin que los etnlogos y los historiadores tienen el honor de poder ignorar pero que para los socilogos constituye una figura impuesta. Lo que le da valor de generalidad a los datos recogidos por cuestionarios es su nmero y sobre todo el principio de la muestra (estadsticamente) representativa: l solo permite generalizar a millones de individuos las consideraciones estadsticas (distribuciones y correlaciones entre variables) observadas sobre algunos miles, incluso algunos cientos de ellos. Ciertamente, esta virtud tiene su precio (la standarizacin de las preguntas por ejemplo) pero es efectista (persuasiva) y tiende a imponerse como nica y exclusiva respuesta al problema de la generalizacin. Cmo esperar generalizar los resultados de una investigacin en terreno a una sociedad entera? Lo que se ha observado en una ciudad HLM, una oficina de correo, una comisara, un taller, un club de tiro, una casa de jubilados, un servicio de hospital o algn otro microcosmos, pueden ser considerados como caractersticas de todas las personas que se encuentran ubicadas en la misma situacin? La verosimilitud de una respuesta positiva a esta cuestin se incrementa cuando el microcosmos estudiado (escuela maternal, comisara, oficina de correo, oficina de consulta de proteccin materna e infantil) relevada en una institucin nacional que impone en todos laos las mismas reglas de funcionamiento. Pero permanece, hasta un mnimo grado , para otros tipos de microcosmos tales como, por ejemplo las ciudades HLM o los pueblos artificiales construidos por un mismo promotor individual. La verosimilitud de las generalizaciones a propsito de un mundo social reposa enteramente sobre el descubrimiento de los mecanismos genricos de configuraciones especficas de relaciones sociales que definen las situaciones, las lgicas de accin en desarrollo - desde all los fenmenos de la diferenciacin - en respuesta a esas situaciones, de procesos sociales as engendrados. Es descubriendo lo general en el corazn de las formas particulares que se puede avanzar en esta va. Esto implica la bsqueda de recurrencias y por que se apela a la saturacin progresiva del modelo (Glasser y Strauss, 1967; Bertaux, 1980). En la investigacin etnosociolgica sobre una categora de situacin, la va hacia la generalizacin sigue una lgica de proximidad. Ciertamente, no hay aqu un microcosmos: no es una sola entrevista con un sin casa, entendida en las dimensiones de un relato de vida completo, que permite captar la situacin de SDF en su generalidad. Se trata sobretodo de multiplicar los estudios

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 15 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons de caso individuales haciendo variar lo ms posible las caracterstica de los casos observados. Mientras tanto, por poco que concentremos la atencin sobre los procesos sociales que se sitan en segundo plano los casos individuales, conseguir rpidamente discernir las recurrencias, a partir de las cuales se podr comenzar a elaborar hiptesis sobre el proceso o los tipos de procesos a travs de los cuales las personas llegan a encontrarse en la situacin estudiada, sobre las caractersticas estructurales de esas situaciones, sobre las lgicas de accin que all se desarrollan all en respuesta a la situacin. A pesar de la verdad de cada caso, se llega a la confirmacin de las hiptesis y a una cierta saturacin del modelo elaborado por el investigador, modelo que toma as un valor de generalidad. 8. El tropismo del socilogo hacia lo general. En la investigacin etnosociolgica, el investigador avanza hacia el terreno sino sin ideas preconcebidas, al menos parcialmente consciente de su ignorancia. Ms an, si l ha elegido el objeto de estudio, es l el que plantea una pregunta s su mirada, sin duda pertinente del punto de vista del sentido comn. Es a esta pregunta, a veces no formulada, a veces explicitada de un modo un poco artificial, que intentamos responder con la investigacin. Apostando que, si sta est bien hecha, ella concluir en la reformulacin de la pregunta, que no cesar de inspirar al investigador y de informar su construccin del modelo a lo largo de toda la investigacin. Ahora bien, no se puede tratar de una cuestin general : ella no concierne a tal o cual microcosmos, tal o cual caso, sino a un mundo social o una situacin social. Es alrededor de ella que se va a construir el modelo: de este modo, qu es lo que se encuentra de diferente en los jvenes que encuentran trabajo estable rpidamente de sus camaradas de la misma cohorte? y no, los jvenes de tal ciudad o de tal barrio. Contrariamente al etnlogo, le socilogo lleva consigo un interrogante sobre el fenmeno social extensiva a toda la sociedad estudiada, al conjunto de su territorio. Porque est planteada en trminos generales, empujar constantemente su reflexin hacia un nivel de teorizacin que excede el marco necesariamente local de las observaciones. Es una de las razones, y puede ser la principal, que hace que el socilogo no deba temer de sumergirse por un tiempo en las particularidades del campo o de una serie de casos particulares: lleva consigo los resortes intelectuales que finalmente orientarn su reflexin, lo quiera o no, hacia conclusiones de nivel general.

II. EL RELATO DE VIDA 1. Concepciones del relato de vida 1.1. El imps de la concepcin maximalista

La simple mencin del trmino RV evoca pronto una representacin circulante en el sentido comn y comprende en el sentido comn sociolgico: la del RV completo, es decir tratando de la totalidad de la historia de un sujeto. Comenzar por el nacimiento, incluso por la historia de los padres, su barrio , en sntesis por los orgenes sociales. Cubrir toda la historia de la vida del sujeto. Para cada perodo de esta historia el relato describir no solamente la vida interior del sujeto y sus acciones, sino tambin los contextos interpersonales y sociales. Esta representacin total est presente en nuestra cultura desde la publicacin de las Confesiones de Jean Jacques Rousseau : es la de la autobiografa. Aplicada de modo irreflexivo al RV, nos propone un ideal que no es accesible mas que al precio de un largo trabajo sobre una sola persona, donde numerosas dificultades, como el conocimiento sociolgico es por definicin el conocimiento de fenmenos colectivos. Si en la historia de la antropologa o de la sociologa

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 16 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons americana, la publicacin de autobiografas realizadas por demanda a investigadores a hecho suceso, es sobre todo porque tales materiales presentaban al gran publico testimonios emanados de regiones del espacio social aparentemente desprovistos de todo acceso a la palabra pblica y portadores de una carga de autenticidad considerable. Su fuerza expresiva (de hecho mangificada, pero de modo invisible, por el trabajo de reescritura del investigador) es lo que le da an su valor, pero su aporte intrnseco al conocimiento antropolgico o sociolgico es an objeto de debate. Si queremos poner el RV al servicio de la investigacin hace falta concebirlo de un modo diferente. 1.2. El relato de vida como forma narrativa

La concepcin que proponemos consiste en considerar que hay RV por consiguiente donde una persona cuenta a otra persona, investigador o no, un episodio cualquiera de su experiencia vivida. El verbo contar (hacer el relato de) es aqu esencial : significa que la produccin discursiva del sujeto a tomado la forma narrativa. Esta forma no excluye la insercin de otras formas de discurso en su seno. Para contar bien una historia, hace falta detectar los personajes, describir sus relaciones recprocas, explicar sus razones de actuar, describir los contextos de acciones e interacciones ; cargar juicios (evaluaciones) sobre las acciones y los actores mismos. Descripciones, explicaciones, evaluaciones, sin ser formas narrativas, son parte de toda narracin y contribuyen a construir sus significaciones. Pero si, por ejemplo, el discurso se reduce a descripciones donde, relatando una serie diacrnica de acontecimientos, se contenta con yuxtaponer sin decir nada las relaciones entre ellos (es la forma de crnica) no toma la forma narrativa. A la inversa, desde que hay forma narrativa en una entrevista, el sujeto la utiliza para expresar los contenidos de una parte de su experiencia vivida, diremos que hay RV. Esta concepcin minimalista libera a los investigadores de la empresa finalmente muy inhibidora de la concepcin completa evocada ms arriba. Se vuelve esencial para situar el recurso de los testimonios vividos en la perspectiva etnosociolgica. 1.3. Historias vividas y relatos

Hace falta distinguir en primer lugar claramente la historia real de una vida del relato que hacemos en las circunstancias dadas. Contra un cierto modo textualista que niega a la historia de una persona toda realidad objetiva y sostiene que las nicas realidades cognoscibles son las realidades discursivas constituidas por los discursos mismos (considerados como textos), partiremos de la afirmacin dicha realista segn la cual la historia de una persona (pero tambin de una ciudad, una institucin, un pas) posee una realidad previa al modo en el cual se la cuenta, independiente de ella. Ms que tomar esta afirmacin como una hiptesis y de intentar demostrar su validez, lo que nos llevar mucho ms lejos, nos contentaremos con darle aqu el status de postulado (Roos, 1994) Si lo rechazamos, todo un sector objetivista de las ciencias sociales estara sorprendido por la prohibicin. Es slo si aceptamos el postulado realista que podemos esperar hacer progresar el conocimiento de las relaciones sociales objetivas. Multiplicando los RV de personas se encuentran o se estn encontrando situaciones sociales similares o participando en el mismo mundo social y centrando sus testimonios sobre esos segmentos, buscamos beneficiario los conocimientos que han adquirido por su experiencia directa sobre sus mundos o situaciones, sin por ello enredarse en su necesaria singularidad ni en el carcter inevitablemente subjetivo del relato que se haga. Poniendo en relacin numerosos testimonios de la experiencia vivida de una misma situacin social, por ejemplo, se podr superar sus singularidades para atender, por construccin progresiva, una representacin sociolgica de los componentes sociales (colectivos) de la situacin.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 17 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons 1.4. Las lneas de vida

Para que un RV cuente la historia de una vida, se estructura alrededor de una sucesin temporal de acontecimientos y de situaciones que de el resultan; esta sucesin constituye en alguna medida la columna vertebral. Hace falta entender aqu el trmino acontecimiento en un sentido amplio, que incluye no solo lo que ha sucedido o advenido al sujeto sino tambin sus propios actos, que por sus PROCHES toman efectivamente el status de acontecimientos. La columna vertebral as definida constituye la lnea de vida. Esta lnea no es asimilable a una recta o a una curva armoniosa. La mayora de las existencias son al contrario sacudidas por el capricho de fuerzas colectivas que reorientan sus trayectorias de modo imprevisto y generalmente incontrolable. Una guerra, una revolucin, un golpe de estado, una crisis econmica grave, una epidemia altera simultneamente el curso de millones de existencias individuales. El cierre de minas, de fbricas o de oficinas (o al contrario, su apertura), el desarrollo o la declinacin de una ciudad o una regin, de una actividad econmica sigue a la concurrencia o al progreso tecnolgico y a muchos otros fenmenos regionales o locales pueden afectar miles de trayectorias individuales En fin, una multitud de hechos microsociales contingentes un reencuentro imprevisto, una ocasin inesperada, un accidente, una enfermedad crnica, el deceso sbito de un cercado modifican tambin el curso de la existencia. La mayor parte de las lneas de vida son as quebradas (Bertaux, 1976) en el sentido geomtrico del trmino: son ciertamente continuas, pero sus derivaciones no lo son. Es verdad que en la cultura occidental, que ha literalmente hecho emerger y construir la categora de individuo filosficamente primero y jurdica y polticamente despus, en fin econmica y culturalmente-, cada uno tiende a representarse el curso de su existencia como presentando una fuerte coherencia, en particular los hombres y los miembros de las clases dominantes Es este fenmeno de reconstruccin a posteriori de una coherencia, de alisado de la trayectoria biogrfica que yo he denominado ideologa biogrfica y que Bourdieu llama ilusin biogrfica (Bertaux, 1976; Bourdieu 1986). Contrariamente a lo que Bourdieu afirma en su artculo, los socilogos que han recurrido a los RV estn perfectamente conscientes del fenmeno. 1.5. La experiencia pasada por un filtro

En la autobiografa, forma escrita o autoreflexiva, el sujeto que proyecta en solitario una mirada retrospectiva sobre su vida pasada, la considera una totalidad, y como una totalidad. Por el contrario, en el RV etnosociolgico, forma oral y ms espontnea y sobre todo forma dialogada, el sujeto es ENBLEE invitado por el investigador a considerar sus experiencias pasadas a travs de un filtro. El sujeto en efecto a sido informado de los intereses de conocimiento del investigador sea por este, sea por un intermediario en el momento de la primera toma de contacto: Yo hago una investigacin sobre... (el mundo social o una categora de situacin dada, del cual el sujeto forma parte o ha tomado parte en el pasado. Este centralizacin en el tema equivale a proponer, si lo osamos decir un contrato con el entrevistado. Si el sujeto acepta la propuesta, se transforma en un pacto que ser reiterado a partir de la frase que lanzar el entrevistador: Entonces, yo quisiera que Ud. me cuente, como es que usted se ha convertido... o Qu le sucedi en ... Este pacto hace de filtro, orienta y precentra la entrevista. Por ejemplo un sujeto interrogado en tanto que miembro de una categora profesional dada se atiene a eso que no le hemos interrogado su vida privada. Cualquiera que lo haya contactado porque haya ejercido ese trabajo, pero que entre tiempos ha cambiado, se atiene a eso que dejamos de lado los segmentos ulteriores de su vida. Podr hablar si tiene ganas, pero es l, l slo, que puede decidirlo.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 18 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons Sucede que el sujeto y el investigador no tienen exactamente la misma percepcin del pacto que han establecido; en ese caso el investigador debe explicarle. En una investigacin sobre las relaciones de los padres divorciados con sus hijos, nosotros tenemos que hacer hablar a los padres no solo de su experiencia posterior al divorcio, sino tambin sobre su familia de origen. Sabemos, en efecto, hasta que punto cada uno de nosotros est marcado por las experiencias de la infancia, por ejemplo por el tipo especfico de relaciones que el/ella han tenido con su padre y su madre; esas relaciones informan sus conductas familiares de adulto (toma del rol conyugal y parental, relaciones con los chicos). Algunos hombres entrevistados se sorprendieron que nos interesramos por su infancia, pero algunas explicaciones breves fueron suficientes para convencerles. El psicoanlisis y la sicologa han penetrado suficientemente en el sentido comn para que cada uno haya intentado hablar de la influencia de las experiencias mantenidas en la infancia sobre sus conductas a edad adulta. Tambin, los debates pblicos sobre la desigualdad de las oportunidades han vuelto familiar la idea del peso del origen social sobre la trayectoria ulterior; los sujetos interrogados sobre sus trayectorias profesionales no se sorprendieron cuando se les invit a hablar de las profesiones y del medio social de sus padres. Como vemos en estos dos ejemplos, el filtro tcito puede as remontar hasta la infancia por poco que el sujeto comprenda, por la influencia del sentido comn, en qu su evocacin puede interesar al investigador. En razn de la presencia subyacente del filtro, lo que genera un RV es as mucho menos abundante, mucho ms centrado sobre la evocacin de mecanismos sociales que la autobiografa producida en solitario.5 1.6. Una concepcin realista de los relatos de vida

Entre las experiencias vividas por un sujeto y su puesta en relato se interponen necesariamente un gran nmero de mediaciones. Concentrar la atencin sobre esas mediaciones (percepcin, memoria, reflexividad del sujeto, sus capacidades narrativas, los parmetros de la situacin de entrevista, etc) puede conducir es la posicin textualista- a la conclusin que todo discurso autobiogrfico, y por extensin todo relato de vida, no sera otro que una reconstruccin subjetiva, no teniendo ninguna relacin con la historia realmente vivida. No tendra inters mas que en su forma discursiva. Esta conclusin extrema se comprueba manifiestamente opuesta todo lo que se ha realizado con el recurso de RV en disciplinas tales como la historia ( recurso a las fuentes orales o la historia oral) , la etnologa o la misma sociologa. Sin duda le conviene a las disciplinas que no se interesan ms que por el discurso: sociolingstica, estudios literarios, sociologa de las ideologas, incluso la psicologa clnica. Pero aceptarlo sera realmente un suicidio para las disciplinas que se interesan por los fenmenos sociohistricos y buscan acceder a ellos a travs de los testimonios personales.6 Debemos por el contrario reconocer a la crtica textualista de haber dado luz sobre algunas mediaciones subjetivas y culturales a travs de las cuales la experiencia vivida viene a expresarse5

Nos hemos visto conducidos a dejar totalmente fuera del campo de esta obra la recoleccin y anlisis de autobiografas escritas por los investigadores en ciencias sociales. La recoleccin se efecta por la creacin de concursos pblicos anunciados por va de la prensa y se dirigen generalmente a una categora de poblacin particular: muchas centenas de autobiografas son as relevadas de una vez. Los trabajos de socilogos y antroplogos tales como J. P Roos en Finlandia, Marianne Gullestad y Reidar Almas en Noruega, muestran el gran inters en este tipo de datos, notablemente por la comprensin de fenmenos semnticos colectivos, o del modo en el cual los miembros de tal o cual categora social han vivido el cambio sociohistrico (Roos, 1987). 6 Retornaremos sobre este tema en el captulo 5.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 19 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons bajo la forma narrativa. Por ejemplo, entre una situacin social y un acontecimiento, el modo como ellos lo han vivido en el momento por el sujeto se interponen sobre los esquemas de percepcin y de evaluacin. Entre la memorizacin de las situaciones, los acontecimientos y acciones y su vocacin ulterior se interpone la mediacin de las significaciones que el sujeto les atribuye retrospecivamente a travs de la totalizacin ms o menos reflexiva que l hace de sus experiencias (totalizacin que no puede evitar de tomar en cuenta percepciones y evaluaciones de esos mismos eventos o actos por sus prximos). Entre eso que l ha vidido y esto que el consiente a decir hoy se interponen an otras mediaciones. Todo eso es exacto y por lo tanto, es bien su propio recorrido que se esfuerzan en contar los sujetos, y o la de algn otro. La intervencin de las mediaciones sealadas, no toca apenas la estructura diacrnica de las situaciones y de los sucesos que han jalonado estos recorridos. Para emplear una metfora, su diseo es restituido; en cambio la rememoracin puede modificar retrospectivamene los colores. Si trabajramos slo sobre un relato de vida, como lo hacen por ejemplo los especialistas de las autobiografas literarias, podramos interrogar sin finalizar nunca, sobre el grado de veracidad de la reconstruccin. Pero en la perspectiva etnosociolgica, disponemos de toda una serie de testimonios sobre el mismo objeto social. El poner en relacin esos testimonios unos con otros permite separar lo que se que se releva de coloraciones retrospectivas y de aislar un ncleo comn a las experiencias, el que corresponde a su dimensin social , que es precisamente buscamos captar. Este ncleo se ha de buscar ms del lado de los hechos y de las prcticas ms que del lado de las representaciones. Nos parece til explicar este ltimo punto examinando algunos grandes dominios de la experiencia social Veremos mejor as que la puesta en marcha de un abordaje etnosociolgico procediendo por RV podr aportar al conocimiento. 2. Dominios de la existencia Volviendo a la imagen de la lnea de vida, hecha de una sucesin de perodos, de acontecimientos y de situaciones. Sera irreal representarse al sujeto como un individuo aislado buscando su vida en medios pasivos, tomando parte de cada situacin para maximizar sus intereses individuales, no teniendo ms que relaciones instrumentales con otros. Raros son en efecto las personas que viven solas a edad adulta y ms raros an -en tanto que existen- los que han vivido solos en la infancia. Los seres humanos viven en grupos y en primer lugar en familias. 2.1. Las relaciones familiares e interpersonales Las familias, pero tambin los grupos de amigos, y en menor grado las redes de relaciones, constituyen micromedios, de relaciones intersubjetiva donde no domina las relaciones instrumentales sino las relaciones afectivas, morales y semnticas, es decir generadoras de sentidos. La vida en grupo implica necesariamente compromisos emocionales y morales ms o menos recprocos frente a frente con los otros miembros del grupo, sentimientos, deberes y derechos, responsabilidades especficas, intentos de solidaridad (de Singly, 1996). Se ejerce una presin sobre cada miembro de un pequeo grupo humano para que l/ella conforme sus conductas a expectativas compartidas por los otros miembros. No sabramos comprender las acciones de un sujeto ni la misma produccin de los sujetos si ignoramos todo sobre los grupos de los cuales form parte en tal o cual momento de su existencia. El proyecto de vida mismo, captado en un cierto momento de la existencia no se ha elaborado in abstracto en el seno de una conciencia aislada, ha sido hablado, dialogado, construido, influido, negociado en el curso de la vida en grupo.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 20 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons Por poco que el sujeto consienta a evocar la familia y otros tipos de pequeos grupos de los cuales l ha formado parte, que el sea conducido a describirlos con alguna precisin a la sociometra, el clima y la economa moral, se abre as el acceso a toda una serie de materiales extremamente ricas para la comprensin de la accin en situacin. Notemos a este fin que las relaciones intersubjetivas no se registran en ninguna parte; no dejan detrs de ellas ningn rastro escrito, sino a veces en la correspondencia; es apenas por las investigaciones retrospectivas del tipo del RV que se puede acceder a ellas. La importancia de la postura cientfica es la medida de la extraordinaria variedad de las formas de relaciones intrafamiliares que coexisten en el seno de una misma sociedad. Las instituciones familiares tales como ellas se reglamentan por el Cdigo Civil no constituyen ms que un marco jurdico. Las familias concretas que se construyen sea al interior de este marco, sea ms alla de ms en ms a menudo en liberarse, son extraordinariamente diversas segn el medio social, el oficio de su cnyuge, sus fuentes y niveles de renta, sus habitus y orientciones culturales, la naturaleza de sus pactos morales, y muchos otros factores. Si cada grupo familiar puede ser concebido como una microempresa de produccin antroponmica, es decir, centrada sobre la actividad de produccin y de reproduccion de energas de sus miembros (Bertaux, 1977), existe entre las familias diferencias considerables de recursos materiales y culturales, de presiones exteriores, de contextos residenciales, de aspiraciones y de proyectos. Esas diferencias repercuten sobre los chicos que crecen en u seno: sus personlidades se estructuran diferentemente, en los hbitos contrastados que constituyen en tanto matrices potenciales por las conductas de los adultos; sus campos de posibilidades, sus chances de vida dependen en gran medida de la situacin social de su familia de origen (pero tambin de sus orientaciones culturales). El slo tomar en consideracin la esfera familiar alcanza por otra parte para comprender grandes trozos de la existencia de las mujeres en muchas sociedades tradicionales donde ellas son asignadas exclusivamente a la llamada esfera domstica y a sus trabajos antroponmico en tanto que madre, pero tambin nuera, abuela, hija mayor o sirvienta. La produccin antroponmica no consiste so en poner al mundo y hacer crecer a los chicos -una tarea incesante, difcil y de resultados arriesgados- y en reproducir cotidianamente las energas fsicas, mentales y morales de todos los miembros del hogar. Incluye tambin los cuidados (la conservacin de la salud fsica), los aprendizajes culturales- la lengua materna, los cdigos de buena conducta, el desarrollo de facultades mentales - y de otras tareas culturales y religiosas que en las sociedades modernas son cumplidas por instituciones especializadas (Bertaux, 1993). Basta con considerar las familias como lugares de produccin antropomtrica para percibir su gran complejidad. Esto no se analiza bien sino desde una perspectiva simultneamente sincrnica y diacrnica, porque esta produccin, sus puestos, sus reglas implcitas, sus objetivos no se descubren ms que en la larga duracin. Dicho de otro modo, los RV - y las historias de familia proceden por relatos cruzados en el seno de una misma familia - pueden contribuir al conocimiento sociogrfico de las formas y tipos de familias reubicados en sus contextos sociales y su poca, as por ejemplo los aspectos cruciales de los fenmenos de movilidad social (modos de transmisin de los capitales familiares) o ms generalmente del cambio societal: as como de la evolucin histrica de las relaciones sociales de sexo. 2.2 La experiencia de la escuela y de la formacin de adultos En las sociedades desarrolladas, la escolarizacin condiciona toda la experiencia de vida. Ella busca primero socializar y desarrollar las capacidades de los individuos: esto, como bien lo vio Durkheim, ha producido a la vez lo igual y lo diferente. Sean cuales sean los orgenes de los chicos, busca inculcar una misma lengua nacional, los mismos cdigos de buena conducta, los

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 21 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons mismos smbolos, los mismos valores, con el fin que todos los individuos as formados (en el fuerte sentido de dar forma) puedan en consecuencia comunicarse entre ellos, comprenderse, anticipar correctamente sus comportamientos recprocos, poseer referentes comunes. Esa es la tarea principal desarrollada en la enseanza primaria. Pero, la escuela produce tambin lo diferente, es decir las capacidades especficas. Tal es la tarea desarrollada en las enseanzas especializadas (fin de la secundaria, enseanza superior, formacin de adultos). Se acompaa de un proceso de concurrencia y de seleccin, inevitable pero doloroso estando dadas las grandes diferencias de retribucin entre los diferentes oficios en una sociedad de clases (Dubar, 1991; Dubet y Martuccelli, 1996). La seleccin escolar constituye un brillante, cada familia movilizando sus recursos econmicos, culturales, incluso relacionales para intentar hacer atravesar a su hijos las etapas sucesivas de los procesos de seleccin. El estudio de las trayectorias de formacin por el modo de RV permitir comprender mejor lo que pasa en el seno de este inmenso proceso, aportando los datos sobre los fenmenos inaccesibles por otras tcnicas (para la formacin post escolar ver por ejemplo Pineau y Jobert, 1989). 2.3 La insercin profesional La formacin desemboca en principio sobre el empleo, pero ese pasaje no tiene nada de automtico. Las investigaciones estadsticas del INSEE muestran qu numerosas son las personas que ejercen una profesin que no corresponde a su formacin escolar. Cmo analizar sociolgicamente la bsqueda de empleo sin recurrir a las descripciones que pueden hacer aquellos que las han vivido? Las encuestas estadsticas se atascan, como lo muestra Chantal Nicole Drancourt (1994) para dar cuenta de las diferencias de trayectoria de empleo a igual formacin. Para captar los mecanismos de esas diferencias, Nicole Drancourt a recogido en Chalon sur Saone los RV de una cincuentena de jvenes de treinta aos salidos del sistema escolar doce aos antes, a los 18 aos. Es slo as que ella ha puesto en evidencia un factor importante, que no est ligado ni a los capitales de las familias de origen ni a las caractersticas de los mercados locales de trabajo, pero s a la personalidad de los jvenes, varones o chicas : su producto de trabajo (Nicole Drancourt, 1991) Esta instigacin abre a otras que la seguirn en el terreno el recorrido de insercin profesional de las cohortes especficas de los jvenes, y que permiten as comprender, ms all de la fachada institucional de las etapas y otros contratos de insercin, lo que pasa realmente entre la salida del sistema escolar y la toma de un empleo estable (la cuestin restante abierta de saber quien ha tomado al otro, el empleado o el empleador). 2.4. El empleo La esfera del empleo est constituida por un gran nmero de mundos sociales: ramas, sectores profesionales, oficios. Cada empresa privada o pblica constituye un universo especfico con sus propias tradiciones, sus reglas explcitas y sus normas tcitas, ofreciendo sus propia perspectivas de formacin sobre la tarea, carreras potenciales, y tambin riesgos (sobre la salud, por ejemplo), presentan sus propias caractersticas : relaciones de autoridad, modos de organizacin, derechos reconocidos a los salarios, posibilidades de sindicalizacin y de construccin colectiva de una relacin de fuerzas frente a los poderes del empleador. La sociologa del trabajo y la sociologa de las organizaciones tiene por objeto estudiar, analizar, comprender las relaciones sociales de produccin y de poder que estructuran las empresas. Estas dos disciplinas especializadas han prestado, hasta ahora, ms atencin a los aspectos sincrnicos que a los diacrnicos de sus objetos de estudio. Pero, no es difcil imaginar todo lo que una toma en cuenta de las trayectorias profesionales en el seno de una misma empresa o de una misma

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 22 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons rama aportaran a su comprensin. Ella permitira, por ejemplo, captar el fenmeno que nosotros evocamos sobretodo por el trmino de diferenciacin. Toca a los individuos, pero tambin a grupos enteros. No deja de tener inters, sabe que, por ejemplo, que por oposicin a las grandes empresas alemanas, dirigidas por managers formados, sino siempre en el seno de la empresa misma, al menos en el seno del mundo industrial y comercial, la mayora de las grandes empresas francesas pblicas o privadas son dirigidas por ENARQUES. Este hecho seala un verdadero problema que queda por estudiar en el mundo del reclutamiento, las alianzas y el rol del capital social, la luchas sordas pero determinadas entre los grandes cuerpos del estado y el rol de afiliaciones polticas en esas luchas. O lo que vale para sus dirigentes , la diferenciacin de sus conductas de dirigentes en funcin de sus recorridos anteriores y de la organizacin colectiva de tales recorridos, vale para cada nivel jerrquico de las organizaciones. En la medida que las conductas son captadas en la duracin, se puede deducir tambin los tipos de conductas en termino medio que son valorizadas o desvalorizadas, sea por sus colegas de trabajo, sea por la direccin (no son forzosamente los mismos) : lo que desemboca no solamente sobre una mejor comprensin de las lgicas de promocin, de marginacin o de traslado (remisin), pero tambin sobre la economa moral colectiva especfica de una organizacin. Los empleados no se reducen a mecanismos, ellos/ellas son tambin personas que desarrollan simultneamente las expectativas implcitas al destino de la organizacin; expectativas que la direccin percibe confusamente porque tiende a considerar a sus empleados como instrumentos. Este fenmeno pude llevar a conflictos, tan violentos como imprevistos. Se puede ir mas lejos y estudiar el conjunto de una rama a partir de los RV de sus agentes, como lo hecho para los panadera artesanal (Bertaux et Bertaux-Wiame, 1980 Bertaux Wiame 1982a y 1982 b) o Daniellle Gerritsen para la flotilla de barcas y el taxi (Gerriten, 1987) Si cada panadera constituye un micromundo de trabajo y de vida, el conjunto de las panaderas del pas - regidas por las mismas normas profesionales tcitas constituye un mundo social que se nutre de ms de una centena de miles de personas, que contribuyen a su vez a alimentar a 50 millones. Es solamente gracias a los relatos de via concebido como relatos e prcticas que hemos podido comenzar a descifrar, no solamente las lgicas de recorrido de sus agentes, sino tambin las dinmicas internas de esta rama artesanal en la larga duracin, slo capaces de explicar su extraordinaria aptitud a resistir a los intentos repetidos de la panadera industrial, que, en otros paises, a puesto fin a la panadera artesanal. 2.5 La articulacin de los dominios de la existencia La evocacin breve de cuatro grandes dominios de existencia no debe hacer olvidar su articulacin concreta con las experiencias de vida. Son numerosos, despus de una quincena de aos, los socilogos que muestran los clivajes entre Sociologa del trabajo, Sociologa de la familia y Sociologa del habitat: es incluso una especificidad de la Sociologa francesa como lo muestran por ejemplo los trabajos del Taller de produccin y reproduccin del IRESCO de Agnes Pitrou, de Mara Agnes Barrere Maruisson, de Francois Singly, de Isabelle Bertaux-Wiame y de sus colegas, de Francoise Block y Monique Buisson. Todos esos trabajos muestran que elecciones de orientacin escolar, estrategias de insercin profesional, las elecciones residenciales son ms familiares que individuales. Las familias son lugares donde se efectan negociaciones permanentes, arbitrajes, microsntesis y transacciones de las distintas lgicas. Para captar este tipo de fenmenos, hace falta concentrar la atencin en los lugares donde se originan considerndolas no solo dese la sincrona sino tambin en una perspectiva diacrnica que incorpora su componente cultural. Las familias contienen el mejor y mayor tiempo de las existencias individuales: ms, ellas generan a travs la produccin de nuevas vas, nuevas temporalidades, lo que, a travs del fenmeno de las transmisiones intergeneracionales, introduce la temporalidad cclica de las generaciones.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA CIENCIAS DE LA 23 EDUCACIN Metodologa de la Investigacin II Ficha de Ctedra Bertaux, Daniel; Los relatos de vida, Nathan, Paris 1997 Traduccin Mnica Moons Cmo captar esta doble dimensin de la articulacin de los dominios de la existencia y de la duracin en la cual se efecta, sino precisamente por el recurso de los relatos de vida individuales, o mejor, cruzados (marido y mujer, cf. Delcroix 1995), y a los histricos de las familias que constituyen el prolegmeno natural (Bertaux 1992)? Qu otro abordaje podra captar la fuente de las dinmicas temporales de articulacin? 2.6. Dominios especficos La lista de dominios susceptibles de estudio con el recurso del RV incluye tambin dominios especficos para los cuales se han utilizado efectivamente. As, por ejemplo, las trayectorias residenciales (Bertaux-Wiame), de la emigracin y de la situacin del inmigrante (de Tomas y Znaniecki a Catani y Abdel Malek y Sayad), de la delincuencia juvenil (de Clifford Shaw a Christian y Nicole Leomant), de la delincuencia profesional (Shuterland) del uso de estupefacientes (de Lindesmith y Howard Bekcer a numerosos estudios contemporneos), de madres solteras (Naine Lefaucheur, Vincent de Gualejac y Nicole Auber), las relaciones de los padres divorciados con sus hijos (Bertaux y Delcroix), los huelguistas de larga duracin (Grell y Wery) , los lderes de las huelgas (Schnapper), la experiencia de la pobreza (Lae et Murar), los sordos (Mottez), los discapacitados mentales (Diederich), los enfermos crnicos (Baszanger), de la experiencia e campos de concentracin (Pollak). Est lista no es exhaustiva (para las referencias confrontar Heinritz y Rammstedt, 1991) ; no tiene aqu otra funcin ms que recordarles. Los temas que tienden a ser objeto de investigaciones biogrficas sern an ms numerosas. 3. Conclusin. Toda experiencia de vida comporta una dimensin social. Esta frase expresada por Alfred Schutz resume ella sola el espritu en el cual los relatos de vida, en tanto testimonios sobre la experiencia vivida, pueden ser puestos al servicio de la investigacin sociolgica. En la perspectiva etnosociologa, las experiencias vividas constituyen en tanto que yacimientos de saberes que no demandan mas que a ser explotados en provecho del conocimiento sociogrfico y sociolgico (Bertaux, 1980). Pero para ello hace falta despojarse de la creciente influencia del modelo autobiogrfico. No se trata en efecto de buscar la comprensin del individuo dado, sino un fragmento de realidad socio histrica, un objeto social La primaca dada a la dimensin social me ha conducido a desarrollar una concepcin especfica del RV como relato de prcticas en situacin. La marcha etnosociolgica busca la comprensin de un objeto social en profundidad; si ella tiene el recuso de los RV, no es para comprender tal o cual persona en profundidad, pero s extraer las experiencia de aquellos que han vivido una parte de su vida en el seno de este objeto social las informaciones y descripciones que, una vez analizadas y reunidas, ayudan a comprender el funcionamiento de las dinmicas internas. Si hemos insistido mucho sobre este punto, es en razn de la confusin muy difundida entre el RV y la autobiografa. Confusin comprensible: desde qu los primeros trabajos de la escuela de Chicago es la publicacin in extenso de autobiografas realizadas a demanda de investigadores que ... atencin del publico. Pero como en la historia del rbol que esconde el bosque, estas clebres autobiografas de personas annimas han ocultado el trabajo en terreno de investigadores des pues de decenios, hacia centenas d otros casos. LA publicacin a .... de una investigacin