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7 LA EVALUACIÓN NATURALÍSTICA Ésta sea tal vez la más inmediata y evidente aplica- ción de la fitosociología al servicio de la gestión de los ecosistemas. Se trata de establecer “cuánto valen” los diferentes hábitats que hay en un territorio dado, y para ello el fitosociólogo, que es poseedor de un conoci- miento bastante profundo de las comunidades vegeta- les, principalmente en sus aspectos florísticos, sineco- lógicos, estructurales, dinámicos y biogeográficos, se halla en una posición privilegiada para emitir una valo- ración ponderada y certera. Esto ha sido repetidamente puesto de manifiesto por una larga serie de autores (LOIDI, 1994; BLANDIN 1986; LUCAS, 1973; ASENSI, 1990; MEAZA &CADIÑANOS, 2000), la mayoría de los cuales han tenido mayor o menor experiencia en el campo de la evaluación naturalística. Una primera cuestión que podemos abordar es la de los términos: Utilizamos evaluación “naturalística”, y no “ecológica”, ¿por qué? En primer lugar porque la ecolo- gía es una ciencia que estudia fenómenos y hechos de la naturaleza y que no está concernida por situaciones bue- nas u óptimas, ni malas o pésimas. Lo bueno o malo carecen de sentido en la ciencia y tan objeto de estudio de la ecología puede ser un sistema hiperantropizado, tal que un campo de cereal, como un sistema forestal virgen e intocado. Las situaciones, procesos o elementos serán buenos o malos para nosotros, para otra especie, para la LAZAROA 29: 7-17. 2008 ISSN: 0210-9778 La fitosociología como proveedora de herramientas de gestión Javier Loidi (*) Resumen: Loidi, J. La fitosociología como proveedora de herramientas de gestión. Lazaroa 29: 7-17 (2008). La estimación del valor medioambiental o naturalístico de cualquier espacio, vegetación, ecosistema, etc. representa un reto de difícil solu- ción por la alta cantidad de elementos que se han de considerar. A pesar de esta complejidad, y al igual que otros autores, en este trabajo se propo- ne un método que trata de incorporar los elementos que estimamos como principales a la hora de tal evaluación: naturalidad, resiliencia, amena- za, valor florístico-fitocenótico, rareza, retención de carbono, protección del suelo, mantenimiento y mejora de la calidad de las aguas y un coefi- ciente de urgencia territorial para la protección del ecosistema. Se proponen unas escalas y un método para aplicar estos criterios en un mapa de vegetación. Además, como una posible aplicación de esta evaluación cuantitativa, se comenta el concepto del Pago por Servicios Ambientales (PSA), sistema que puede habilitarse para compensar a los propietarios rurales que posean en sus predios hábitats de valor, de las cargas y limita- ciones de uso que se deriven de esta circunstancia a consecuencia de un régimen de protección que pudiera sobrevenir. Palabras clave: Fitosociología, Evaluación Naturalística, Gestión de los ecosistemas, Pago por Servicios Ambientales. Abstract: Loidi, J. Phytosociology as a useful tool for management. Lazaroa 29: 7-17 (2008). The assessment of the environmental or naturalistic value of any area, vegetation type, ecosystem, etc. is always a difficult task because a high amount of criteria and elements have to be taken into account. In order to clarify ideas and criteria in this paper we propose and explain an evaluation method which tries to consider the main elements to be taken into account: naturalness, resiliency, threat, florístic-phytocenótic value, rarity, carbon retention, soil protection, water quality improvement and a territorial need of ecosystem protection coefficient. Scales are proposed for each of the criteria and a method to apply them to a vegetation map is explained. Besides, as an application of this quantitative naturalistic evaluation system, the concept of Payment for Environmental Services (PES) is commented. This is a system to reward with public money the rural properties which have valuable ecosystems or vegetation types in its area as a compensation of the burdens caused by nature protection policies. Keywords: Phytosociology, Naturalistic Evaluation, Ecosytem Managements, Payment for Environmental Services. * Departamento de BiologíaVegetal y Ecología.Ap. 644. Universidad del PaísVasco (UPV/EHU). 48080-Bilbao. E-mail: [email protected].

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  • 7LA EVALUACIN NATURALSTICA

    sta sea tal vez la ms inmediata y evidente aplica-cin de la fitosociologa al servicio de la gestin de losecosistemas. Se trata de establecer cunto valen losdiferentes hbitats que hay en un territorio dado, y paraello el fitosocilogo, que es poseedor de un conoci-miento bastante profundo de las comunidades vegeta-les, principalmente en sus aspectos florsticos, sineco-lgicos, estructurales, dinmicos y biogeogrficos, sehalla en una posicin privilegiada para emitir una valo-racin ponderada y certera. Esto ha sido repetidamentepuesto de manifiesto por una larga serie de autores(LOIDI, 1994; BLANDIN 1986; LUCAS, 1973; ASENSI,

    1990; MEAZA & CADIANOS, 2000), la mayora de loscuales han tenido mayor o menor experiencia en elcampo de la evaluacin naturalstica.

    Una primera cuestin que podemos abordar es la delos trminos: Utilizamos evaluacin naturalstica, y noecolgica, por qu? En primer lugar porque la ecolo-ga es una ciencia que estudia fenmenos y hechos de lanaturaleza y que no est concernida por situaciones bue-nas u ptimas, ni malas o psimas. Lo bueno o malocarecen de sentido en la ciencia y tan objeto de estudiode la ecologa puede ser un sistema hiperantropizado, talque un campo de cereal, como un sistema forestal virgene intocado. Las situaciones, procesos o elementos sernbuenos o malos para nosotros, para otra especie, para la

    LAZAROA 29: 7-17. 2008 ISSN: 0210-9778

    La fitosociologa como proveedorade herramientas de gestin

    Javier Loidi (*)

    Resumen: Loidi, J. La fitosociologa como proveedora de herramientas de gestin. Lazaroa 29: 7-17 (2008).

    La estimacin del valor medioambiental o naturalstico de cualquier espacio, vegetacin, ecosistema, etc. representa un reto de difcil solu-cin por la alta cantidad de elementos que se han de considerar. A pesar de esta complejidad, y al igual que otros autores, en este trabajo se propo-ne un mtodo que trata de incorporar los elementos que estimamos como principales a la hora de tal evaluacin: naturalidad, resiliencia, amena-za, valor florstico-fitocentico, rareza, retencin de carbono, proteccin del suelo, mantenimiento y mejora de la calidad de las aguas y un coefi-ciente de urgencia territorial para la proteccin del ecosistema. Se proponen unas escalas y un mtodo para aplicar estos criterios en un mapa devegetacin. Adems, como una posible aplicacin de esta evaluacin cuantitativa, se comenta el concepto del Pago por Servicios Ambientales(PSA), sistema que puede habilitarse para compensar a los propietarios rurales que posean en sus predios hbitats de valor, de las cargas y limita-ciones de uso que se deriven de esta circunstancia a consecuencia de un rgimen de proteccin que pudiera sobrevenir.

    Palabras clave: Fitosociologa, Evaluacin Naturalstica, Gestin de los ecosistemas, Pago por Servicios Ambientales.

    Abstract: Loidi, J. Phytosociology as a useful tool for management. Lazaroa 29: 7-17 (2008).

    The assessment of the environmental or naturalistic value of any area, vegetation type, ecosystem, etc. is always a difficult task because ahigh amount of criteria and elements have to be taken into account. In order to clarify ideas and criteria in this paper we propose and explainan evaluation method which tries to consider the main elements to be taken into account: naturalness, resiliency, threat, florstic-phytocenticvalue, rarity, carbon retention, soil protection, water quality improvement and a territorial need of ecosystem protection coefficient. Scales areproposed for each of the criteria and a method to apply them to a vegetation map is explained. Besides, as an application of this quantitativenaturalistic evaluation system, the concept of Payment for Environmental Services (PES) is commented. This is a system to reward withpublic money the rural properties which have valuable ecosystems or vegetation types in its area as a compensation of the burdens caused bynature protection policies.

    Keywords: Phytosociology, Naturalistic Evaluation, Ecosytem Managements, Payment for Environmental Services.

    * Departamento de BiologaVegetal y Ecologa.Ap. 644. Universidad del PasVasco (UPV/EHU). 48080-Bilbao. E-mail: [email protected].

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    Javier Loidi La fitosociologa como proveedora de herramientas de gestin

    biodiversidad, etc., pero lo bueno y lo malo necesitansiempre referenciarse. Por eso, estimo que el adjetivoecolgico debe reservarse a un uso ms cientfico ymenos vinculado a unas intenciones conservacionistas,como las que nos mueven en este caso. Por eso estimoms propio el uso del adjetivo naturalstico, que sugie-re un escalamiento del grado de naturalidad y una inten-cin conservacionista. El uso de la palabra ecologismoy ecologista para designar a un movimiento social y asus adeptos, ha introducido una confusin sobre los ver-daderos objetivos de la ecologa como ciencia. El ecolo-gismo aboga por una sociedad humana ms armnicacon la naturaleza y sus equilibrios, pero ello, con ser unanoble intencin, nada tiene que ver con la ciencia de laecologa en s. El naturalismo es un trmino que tieneotro significado anterior, y no digamos naturalista, por loque ecologismo y ecologista fueron tal vez inevitablesen su momento. En consecuencia, hemos utilizado eva-luacin naturalstica por considerarlo elocuente einequvoco.

    Una evaluacin naturalstica aporta un criterio refe-rencial de la mxima trascendencia a la hora de abordaruna gestin de un territorio con intencin de beneficiarlo natural y lo biodiverso, de mantener la funcionalidadde los sistemas y de impulsar su uso sostenible. Comoconsecuencia, es una calificacin de gran trascendenciay responsabilidad, en la medida que todas las decisionesque se tomen estarn influidas por lo que digamos sobreel valor de estas poblaciones, especies, habitats o ecosis-temas.

    Por ello, una evaluacin de esta naturaleza nopuede ser simple, ni mucho menos simplista, de modoque un golpe de vista pueda resolver de un plumazosobre un lugar determinado. La experiencia, el acopiode informacin preexistente, el trabajo sobre el terreno,el anlisis sereno y reflexivo son la garanta de una eva-luacin afinada y profesional.

    LOS CRITERIOSY SU PONDERACIN

    Los criterios han de ser:Elaborados. Tras una necesaria discusin cientfi-

    ca, los criterios han de ser cumplidamente explicados yjustificados.Analticos. La filosofa cartesiana que impregna

    el pensamiento racional nos impulsa al anlisis y aldesglose de cada fenmeno en sus partes elementales.La evaluacin naturalstica se compondr de una sumade criterios bsicos o elementales, cada uno de los

    cuales habr de ser elaborado, escalado y ponderadoen relacin con los dems. La combinacin de todosellos conformar la evaluacin conjunta. Con todo,varios de los que se comentan en este trabajo son yade por s bastante sintticos y corresponden a unareflexin que tiene en cuenta diversos elementos encombinacin (v. gr. valor florstico-fitocentico). Apesar de ello, lograr un mximo desglose resulta con-veniente porque puede haber criterios que presentenponderaciones contrarias, aunque la mayora de ellosson altamente redundantes.Cuantificables. Las ponderaciones numricas

    gozan de un elevado prestigio en el mbito de la socie-dad moderna, y mucho ms si se trata de ciencia. Paramuchos, casi est fuera de la ciencia aquello que no sepuede expresar, o al menos ponderar, mediante nme-ros. Ciertamente, la matemtica, como auxiliar privile-giado e inevitable de la ciencia, nos provee de las cuan-tificaciones necesarias para conocer los niveles de losfenmenos. Una evaluacin de la naturaleza que trata-mos aqu no puede escapar, pues, de la cuantificacin.Aceptados. Esto se refiere a que hayan sido acep-

    tados por la mayora o al menos una parte de la comu-nidad cientfica

    De esta manera, hemos separado los siguientes cri-terios de valoracin que se han de aplicar una vez queposeamos el mapa de vegetacin (o de hbitats), que esel documento base:

    Criterios fundamentales (LOIDI, 1994)Naturalidad - NResiliencia - PAmenaza - TValor florstico-fitocentico - FRareza - R

    Criterios complementarios (Orrantia et al. in press.)Retencin de carbono - RCProteccin del suelo - SMantenimiento y mejora de la calidad de las aguas - HCoeficiente de urgencia territorial para la proteccin delecosistema - E

    Seguidamente, hacemos una explicacin ms deta-llada de cada uno de ellos:

    A. CRITERIOS FUNDAMENTALES

    Estos son los que se consideran bsicos en la eva-luacin naturalstica y tratan de valorar las propiedades

  • intrnsecas de las comunidades vegetales, no tanto suvalor instrumental o coyuntural.

    Naturalidad (N)

    Es un aspecto que, de una u otra manera, es consi-derado en la inmensa mayora de los sistemas de eva-luacin propuestos. La naturalidad, aplicada a la vegeta-cin, intenta expresar el grado de influencia humana (ohemerobia). Esta influencia abarca dos aspectos: 1 eldao o transformacin causados por el hombre en lascomunidades vegetales y 2 la medida en que lascomunidades son el resultado de una actividad humanay son dependientes de ella (ligadas a un rgimen de per-turbacin artropgeno estable). De una forma sencilla,podemos expresar el grado de naturalidad de una comu-nidad vegetal como su proximidad a la comunidad po-tencial, de modo que el mximo de naturalidad corres-ponda a aquellos tipos representativos de la VegetacinPotencial Natural (VPN) en una situacin no perturbadao casi. Este criterio se ha venido practicando desde hacebastante tiempo y con insistencia (ARNAIZ, 1980; MIYA-WAKI & BOX, 2006; MIYAWAKI & FUJIWARA, 1975; GHU& GHU-FRANCK, 1980 a & 1991; LOIDI, 1994). Ello noes de extraar porque resulta uno de los elementos msevidentes e inmediatos a la hora de una consideracinde valor naturalstico.

    La escala que se propone se basa en una diagnosisfitosociolgica de las unidades de vegetacin que seencuentren sobre el terreno; las situaciones transiciona-les tantas veces resultantes de los cambios de uso delterritorio tenidos lugar recientemente son fcilmenteubicables en esta escala, que tiene en cuanta la distan-cia a la situacin ptima de VPN:0 - reas intensamente urbanizadas totalmente ocu-

    padas por edificios, hormign, asfalto, etc. Prc-ticamente, ausencia de plantas.

    1 - Vegetacin ruderal, viaria y arvense vinculada aperturbacin extrema causada por una intensaactividad humana, como campos de cultivo, reasperiurbanas de intenso trnsito humano y lugaressometidos a actividades que conlleven remocindel terreno (obras).Polygono-Poetea annuae, Artemisietea vulgaris(pp), Ruderali-Secalietea (pp), Plantaginetalia,Parietarietalia.

    2 - Parques, jardines, campos de cultivo abandona-dos o en barbecho, comunidades viarias subnitr-filas. Vegetacin pionera teroftica.

    Onopordenea, Pegano-Salsoletea, Taeniathero-Aegilopion, Tuberarietea.

    3 - Plantaciones forestales de expecies exticas ofuera de estacin destinadas a la produccinmaderera.

    4 - Pastizales y prados vinculados a formas tradicio-nales de pastoreo.Arrhenatheretalia, Poetea bulbosae, Festuco-Brometea (pp)

    5 - Matorrales y pastizales naturales secundarios.Rosmarinetea, Festuco-Ononidetea, Cisto-La-vanduletea, Calluno-Ulicetea, Festuco-Brometea(pp), Sedo-Scleranthetea, Lygeo-Stipetea

    6 - Arbustedas de mantos y orlas forestales.Prunetalia spinosae, Cytisetea scopario-striati,Pistacio-Rhamnetalia alaterni (pp)

    7 - Bosques ahuecados en adaptacin a un uso silvo-pastoral tradicional (dehesas). Bosques mixtos derboles autctonos y exticos. Explotacin com-binada de pastoreo y extraccin de madera.

    8 - Bosques naturales jvenes (estadio inicial) enmosaico con fragmentos de manto forestall yotras comunidades vinculadas al sistema forestal,como las de Galio-Alliarietalia, Epilobieteaangustifolii, Betulo-Adenostyletea (pp). A menu-do indica una explotacin forestal severa del bos-que natural (monte bajo).

    9 - Cualquier tipo de VPN tanto climatfila comopermanente sometida a una explotacin liviana.Las unidades involucradas son aproximadamentelas mismas que las de la unidad siguiente.

    10 - Bosques maduros naturales no explotados. Cantilesy gleras rocosos. Vegetacin dunar costera. Sala-dares costeros e interiores y marjales. Pastizales ymatorrales naturales oreinos de alta montaa. Tur-beras. Querco-Fagetea (pp.max), Quercetea ilicis(pp.max), Pino-Juniperetea, Vaccinio-Piceetea,Nerio-Tamaricetea, Asplenietea trichomanis,Thlaspietea rotundifolii, Ammophiletea, Spartine-tea, Arthrocnemetea, Salicornietea, Crithmo-Limo-nietea, Juncetea trifidi, Elyno-Seslerietea, Salice-tea herbaceae, Oxycocco-Sphagnetea, Scheuch-zerio-Caricetea nigrae, Littorelletea, Potametea,Molinietalia (pp).

    Resiliencia (P)

    Se define la resiliencia como la capacidad de unsistema de recuperarse tras una perturbacin; en el casode la vegetacin, sera la capacidad de volver a reco-

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    brarse tras ser destruida por causas naturales o antrpi-cas. Este concepto ha sido ya usado alguna vez para laevaluacin (DUMORT, 1988) y tambin ha recibido elnombre de reemplazabilidad (LOIDI, 1994). La intensi-dad de la perturbacin es determinante sobre la capaci-dad de recuperacin de la comunidad, ya que si tienelugar una alteracin del substrato (arado o remocindel suelo), la recuperacin ser mucho ms lenta que siste no es afectado; mucho ms si la alteracin afecta ala topografa (obras con desmonte y movimentos detierras). Por ello consideraremos que la perturbacinafecta bsicamente al elemento bitico con prdida debiomasa, sin que afecte de modo efectivo a las condi-ciones edficas ni topogrficas. La escala propuesta esde valor creciente de las comunidades en funcin de sumenor resiliencia o capacidad de recuperarse tras sudestruccin, en la medida que las menos resilientesdemandan mayor proteccin.0 - Sin vegetacin1 - Comunidades anuales pioneras y comunidades

    arvenses y nitrfilas anuales.Polygono-Poetea annuae, Ruderali-Secalietea,Helianthemetea annuae.

    2 - Vegetacin nitrfila perenne.Artemisietea vulgaris, Plantaginetalia majoris.

    3 - Vegetacin de matorrales seriales.Rosmarinetea, Calluno-Ulicetea, Cisto-Lavan-duletea, Pegano-Salsoletea.

    4 - Pastizales y prados perennes.Festuco-Brometea, Molinio-Arrhenatheretea,Nardetea, Lygeo-Stipetea, Festuco-Ononidetea

    5 - Vegetacin azonal permanente (permaseries): sala-dares, dunas costeras, acantilados costeros, hume-dales, comunidades de charcas lagunas, ros, etc.Arthrocnemetea, Juncetea maritimi, Ammophi-letea, Potametea, Phragmitetea, Littorelletea.

    6 - Mantos y orlas forestales.Prunetalia spinosae, Cytisetea scopario-striati,Pistacio-Rhamnetalia alaterni (pp)

    7 - Bosques naturales templados.Querco-Fagetea (pp), Quercetea ilicis (pp), Ne-rio-Tamaricetea

    8 - Vegetacin potencial climatfila mediterrnea.Cantiles y gleras. Turberas (si se ha extrado par-cialmente la turba).Quercetalia ilicis (pp), Pistacio-Rhamnetaliaalaterni (pp), Juniperion thuriferae, Asplenieteatrichomanis, Thlaspietea rotundifolii, Crithmo-Limonietea, Oxycocco-Sphagnetea, Scheuchze-rio-Caricetea nigrae.

    9 - Vegetacin de alta montaa.Vaccinio-Piceetea, Pino-Juniperetea, Junceteatrifidi, Elynetalia, Salicetea herbaceae.

    10 - Vegetacin reliquial; no hay posibilidad de que serecupere por medios naturales tras su destruc-cin. Se consideran tambin aqu las localidadespertenecientes a las categoras 7 a 9 que, demanera excepcional, sobreviven bajo condicionesparticularmente desfavorables y tienen el carcterde refugios a causa de la topografa u otras cir-cunstancias. Al menos algunas de las plantasmuestran una reducida capacidad reproductiva yla destruccin de la comunidad implica su irre-versible desaparicin completa o parcial.

    Amenaza (T)

    La ponderacin objetiva de este parmetro es prc-ticamente imposible debido a que el grado de amenazasobre un determinado ecosistema depende diversosfactores, entre los que predominan los emanados decircunstancias econmico-sociales de la sociedadhumana propias de cada territorio del mundo. As, lavegetacin dunar costera estar sometida a una amena-za superior en un pas donde haya una fuerte actividadturstica que en una zona donde no haya tal presin, elalto valor agrcola de los suelos suele desfavorecer lapreservacin de las comunidades naturales ligadas aellos porque terminan siendo objeto de laboreo, etc. Esms, en el transcurso del tiempo las condiciones cam-bian y lo que no estaba amenazado antao lo esthogao a causa de las transformaciones en las costum-bres sociales que generan nuevos usos (dunas costeras,alta montaa) o al revs, zonas intensamente utilizadasen otros tiempos son objeto de abandono en la actuali-dad y se van naturalizando desde hace algunas dca-das, dando lugar a autnticos sndromes de abandonodel territorio que podramos estudiar especficamente,pudindose hablar tal vez de una ecologa del aban-dono. Por dems, hay algunas condiciones intrnsecasal hbitat en el que se desarrollan las comunidadesvegetales, como la topografa, que protege lugarescomo cantiles, barrancos o cumbres y montaas dedifcil acceso.

    La amenaza es sin duda uno de los elementos deevaluacin ms tenidos en cuenta en las polticas yestrategias de conservacin, tal y como ha sido repeti-damente puesto de manifiesto (RICHARD & al., 1988,DUMORT, 1988 y GONZLEZ, & al. 1990) y su evalua-cin ha de ser realizada por un experto local que tenga

  • un conocimiento exacto de los condicionantes regiona-les comentados ms arriba. La escala que se propone acontinuacin est adaptada a las condiciones generalesde la Pennsula Ibrica para el tiempo actual, pero nopuede ir ms lejos de ser meramente indicativa a la quehaya de adoptar el especialista local que evale elgrado de amenaza de las comunidades de un territoriodeterminado.0 - Sin vegetacin.1 - Cantiles y otros lugares inaccesibles de montaa.

    Crithmo-Limonietea, Asplenietea trichomanis,Elyno-Seslerietea, Juncetea trifidi, Salicetea her-baceae.

    2 - Matorrales seriales.Cisto-Lavanduletea, Rosmarinetea, Festuco-Ononidetea, Calluno-Ulicetea.

    3 - Pastizales naturales.Festuco-Brometea, Lygeo-Stipetea, Sedo-Scleran-thetea.

    4 - Mantos y orlas forestales.Prunetalia spinosae, Cytisetea scopario-striati,Pistacio-Rhamnetalia alaterni (pp)

    5 - Pastizales vinculados al pastoreo (descenso de lapresin ganadera).Arrhenatheretalia, Poetalia bulbosae.

    6 - Bosques oligtrofos de montaa.Ilici-Fagenion, Quercenion pyrenaicae, Vaccinio-Piceetea, Pino-Juniperetea (pp), etc.

    7 - Bosques pastados y ahuecados: dehesas.8 - Bosques naturals de tierra baja.

    Carpinion, Quercetalia ilicis, Quercetalia pub-escentis.

    9 - Saladares, humedales y vegetacin riparia.Arthrocnemetea, Salicornietea, Juncetea ma-ritimi, Salicetalia purpureae, Populion albae,Potametea, Phragmitetea (pp), etc.

    10 - Dunas costeras, turberas accesibles (extraccinde turba).Ammophiletea, Scheuchzerio-Caricetea nigrae(pp), Oxycocco-Sphagnetea (pp).

    Valor florstico-fitocentico (F)

    Este, junto con la naturalidad, ha sido tradicional-mente uno de componentes bsicos en los criterios deestimacin del valor naturalstico de un tipo de vegeta-cin, hbitat, poblacin o especie a la hora de ser consi-derada su proteccin en algn grado. Resulta evidenteque el valor biolgico intrnseco que aqu considera-mos es conferido por el de las especies que constituyen

    la comunidad, la ndole y complejidad de las relacionesentre ellas as como su grado de desarrollo estructuralque acoge a las especies y a las relaciones.

    La evaluacin objetiva de todo esto es realmenteimposible y hemos, de nuevo, confiar en la pericia deespecialistas con conocimiento de la flora del territorioas como de sus los ecosistemas. Diversos autores hanintentado hacer estimaciones de aspectos que se pue-den relacionar o englobar en este concepto, muchasveces teniendo en cuenta el nmero de especies presen-tes en la comunidad, determinando tanto su diversidaden trminos clsicos (SHANNON & WEAVER, 1963)como su riqueza florstica (KIRBY, 1986; GHU & G-HU-FRANCK, 1980 b; FERRERAS CHASCO, 1988; ARNAIZ,1980; SEIBERT 1980; PETIT, 1980, COUDERC, 1980;THEURILLAT & al. 1988). El introducir a las especiescomo indicadoras de calidad, teniendo en cuenta slosu nmero (riqueza) o ste combinado con su abundan-cia relativa (diversidad), no entra a considerar la cali-dad de dichas especies, entendiendo por ello su repre-sentatividad de la flora regional (autoctona, endemici-dad o estenocoria), significacin biogeogrfica ohstrica, cualidad bioindicadora de ausencia de conta-minacin, etc. Pongamos por caso una comunidadnitrfila de suelos removidos, que fcilmente alcanzalas 20 30 especies en cada individuo de comunidad.Se trata sin duda de una vegetacin diversa, pero lacalidad de sus especies es baja porque son plantas deamplia distribucin cuya presencia se debe a que local-mente confluyen las condiciones que hacen posible sudesarrollo; se trata de comunidades de alta indicacinecolgica de condiciones de intensa alteracin antrpi-ca. El extremo opuesto sera una comunidad de cantilrocoso formada por unas pocas plantas, entre las quesuele haber bastantes endmicas, o algn bosquemaduro, con plantas indicadoras de vegetacin muynatural, incomparablemente ms nobles que lasnumerosas especies de las comunidades nitrfilas, en lamedida en que las primeras nos informan acerca de lahistoria de la vegetacin, de las circunstancias biogeo-grficas, de una alta naturalidad, del bioclima regional,etc. y stas estn bsicamente vinculadas al tipo decondiciones perturbadoras que dan origen a su existen-cia. Los nmeros extrados de forma automtica desdelas meras cantidades de especies presentes en unacomunidad o de su abundancia relativa, no bastan paraestimar adecuadamente su valor florstico verdadero.

    La escala que proponemos a continuacin, aplica-ble a unidades cartografiadas, se ha elaborado teniendoen cuenta los siguientes aspectos:

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    Javier Loidi La fitosociologa como proveedora de herramientas de gestin

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    Javier Loidi La fitosociologa como proveedora de herramientas de gestin

    a - el valor florstico: diversidad especfica (incl. ri-queza especfica)

    b - el valor fitosociolgico: diversidad fitosociolgica(incl. riqueza en sintaxones asociados o incluidosen la unidad considerada si hay ms de uno)

    c - la complejidad estructural de la vegetacin.d - la particulares relaciones entre organismos (indivi-

    duos y poblaciones).e - el carcter fitogeogrfico: contenido en taxones

    endmicos o indicadores biogeogrficosComo resulta evidente, este parmetro es an ms

    subjetivo que los anteriores porque han de integrarsems elementos de juicio conjuntamente. Adems, otravez es indispensable un conocimiento profundo y exactode las comunidades que se evalan y las comunidadesvegetales han de estar previamente estudiadas en cuantoa su composicin florstica. De nuevo pensando en laPennsula Ibrica, proponemos la siguiente escala:0 - Sin vegetacin1 - Vegetacin nitrfila, flora banal y estructura simple.

    Polygono-Poetea annuae, Artemisietea vulgariss.l., Ruderali-Secalietea.

    2 - Matorrales seriales.Rosmarinetea, Calluno-Ulicetea, Festuco-Ono-nidetea, Cisto-Lavanduletea, Pegano-Salsoletea.

    3 - Pastizales y prados. Vegetacin heloftica y acu-tica.Phragmitetea, Potametea, Molinietalia, Arrhe-natheretalia, Festuco-Brometea, Poetea bulbosae,Lygeo-Stipetea.

    4 - Vegetacin halfila costera e interior.Arthrocnemetea, Spartinetea, Salicornietea, Jun-cetea maritimi, Crithmo-Limonietea.

    5 - Cantiles y gleras. Vegetacin dunar costera.Asplenietea trichomanis, Tlaspietea rotundifolii,Ammophiletea.

    6 - Bosques oligtrofos caducifolios y bosques yarbustedas esclerofilos mediterrneos. Mantos yorlas forestales.Quercetalia roboris, Quercetalia ilicis, Pruneta-lia spinosae, Cytisetea scopario-striati.

    7 - Bosques basfilos caducifolios ricos en especies.Fagion, Quercetalia pubescentis.

    8 - Vegetacin potencial orotemplada y oromedite-rrnea, bosques y matorrales de alta montaa.Cervunales.Vaccinio-Piceetea, Pino-Juniperetea, Nardetea.

    9 - Pastizales y matorrales criorotemplados y crioro-mediterrneos junto con sus comunidades asocia-das. Turberas de montaa. Charcas y manantiales

    de alta montaa. Vegetacin quionfila de ventis-queros.Juncetea trifidi, Elyno-Seslerietea, Scheuchzerio-Caricetea nigrae, Oxycocco-Sphagnetea, Montio-Cardaminetea, Salicetea herbaceae.

    10 - Bosques mesofticos y hmedos de zonas clidasprovistos de una rica flora y que a menudo contie-nen plantas raras o reliquiales y que van acompaa-dos de diversas comunidades de Galio-Allia-rietalia, Trifolio-Geranienea, Montio-Cardamine-tea, Adenostyletalia, etc. Bosques ahuecados ypastados (dehesas).Populetalia albae, Alno-Padion, Carpinion.

    Rareza (R)

    A pesar de que la rareza es es uno de los parmetrosms comprometidos para cuantificar, son numerosos losautores que la toman en consideracin (DUMORT, 1988;KIRBY, 1986, THEURILLAT & al., 1988) y algunos inclu-so proponen formulas para estimarla (ARNAIZ, 1980,GHU & GHU-FRANCK, 1980 b), las cuales suelenexpresar una frecuencia estadstica de presencia de unadeterminada especie o comunidad vegetal. Para consi-derar una especie como rara es necesario que su presen-cia se vea limitada en algn modo y se debe tener enconsideracin el contexto geogrfico en el que se traba-ja. Una planta puede ser rara en todo el rea geogrficaque ocupa (baja frecuencia) o abundante en toda ella orara en algunas partes y abundante en otras; por otrolado, sta puede ser amplia (euricora) o pequea (este-ncora). Naturalmente, esto plantea la cuestin de lascomunidades o plantas en lmite de rea, donde puedenser raras, en comparacin con las altas frecuencias quese registran en la regin nuclear de su areal. La acota-cin biogeogrfica es por tanto esencial, como sugiereSEIBERT (1980) y, como trabajamos con comunidadesvegetales, la territorializacin biogeogrfica debe serconstruida teniendo en cuenta no slo los taxones sinotambin los sintaxones y el paisaje (BRAUN-BLANQUET,1919; RIVAS-MARTNEZ, 2007) y debe estar lo suficien-temente elaborada.

    En reto consiste en buena medida en evaluar elpapel de cada comunidad en el territorio estudiado.Una misma especie, comn en un territorio, puede serrara (y ms valiosa por ello) en otro; sera el caso deRubia peregrina en Espaa y en Inglaterra. Es evidenteque el fenmeno de la rareza es mucho ms complejode lo que se desprende de una consideracin meramen-te dual de raro vs. comn.

  • Sobre este extremo ha habido una serie de intentosde considerar los diversos tipos de rareza introduciendoel elelemento geogrfico en combinacin con el deabundancia. Para especies, destaca la aportacin deRabinowitz (1981), luego retocada por REY BENAYAS &al. (1999), sin embargo, para comunidades vegetalesresultan de inters las categoras que propone IZCO(1998), las cuales resumimos en el siguiente cuadro:

    En ella se consideran 7 tipos de rareza en la medidaque en todos ellos tiene lugar algn tipo de restriccinen la frecuencia o abundancia de las comunidades. IAes el rea individual de la comunidad que se est eva-luando, y se estima que es grande si supera los 500 m2y pequea si queda por debajo de esa cantidad.

    Traducir los grados y categoras de rareza a unaescala resulta arriesgado, sin embargo es inevitableintentar hacerlo. Una posibilidad es, mediante lasposibilidades que brindan los modernos Sistemas deInformacin Geogrfica, calcular las distancias me-dias entre los polgonos de la misma unidad, al modoen que sugiere SEIBERT (1980), adaptando a una esca-la de 0 a 10. Asimismo, entre parntesis hemos puestoel tipo de rareza segn Izco, que puede sustituir al cl-culo de las distancias en caso de que lleguemos adeterminarlo.

    0- 500 m o menos (comn) 6- de 3500 a 5000 m (R3)1- de 500 a 700 m (R1) 7- de 5000 a 10000 m (R4)2- de 700 a 1000 m (R1) 8- de 10 a 20 Km (R5)3- de1000 a 1500 m (R2) 9- de 20 a 40 Km (R6)4- de 1500 a 2500 m (R2) 10- 40 Km o ms (R7)5- de 2500 a 3500 m (R3)

    B. CRITERIOS COMPLEMENTARIOS

    Estos criterios, a los que se les atribuye un valormenor mediante una escala ms corta, representanaspectos particularmente relevantes de los serviciosque las formaciones vegetales terrestres prestan a losecosistemas y a las sociedades humanas.

    Retencin de carbono (RC)

    Estima el papel de cada unidad de vegetacin enalmacenaje de carbono, por o que se tiene en cuenta prin-cipalmente su biomasa. Los bosques alcanzan los mayo-res valores y, entre ellos, los ms antiguos porque tiendena acumular materia orgnica en el suelo (sumidero).1,0 - Comunidades herbceas. La produccin se trans-

    forma rpidamente en CO2 (pastizales)1,2 - Prados arbolados (dehesas); fruticultura me-

    diterrnea de secano (olivar, almendro, algarro-bo, viedo) o de regado (frutales diversos)

    1,4 - Matorrales y arbustedas naturales1,6 - Plantaciones forestales de turno medio (35-40

    aos) o bosques naturales juveniles2,0 - Bosques naturales maduros o plantaciones fores-

    tales de turno largo (80-100 aos)

    Proteccin del suelo (S)

    Se trata de estimar la capacidad de retener suelopor parte de la vegetacin: sistema radicular con capa-cidad de retencin de nutrientes y de material (anclaje),as como su capacidad edafogentica0,4 - reas rurales humanizadas; campos desnudos

    recientemente cosechados. Ausencia de cobertu-ra vegetal.

    0,6 - Zona de fuerte inclinacin sometida a cultivoforestal mediante una silvicultura moderna seve-ra, con uso de productos qumicos y maquinaria.

    0,8 - Id. en ladera de inclinacin suave o media.0,9 - Matorrales seriales de diversos tipos1,0 - Pastizales de diversos tipos1,8 - Bosques naturales juveniles o degradados2,0 - Bosques naturales maduros

    Proteccin de los recursos hidrolgicos (H)

    Estima el papel que puede jugar la vegetacin tantoen la regulacin del rgimen hidrolgico de las cuen-cas, como en el mantenimiento de la calidad de lasaguas (autodepuracin) con vistas al consumo humano.Valor hidrolgico como capacidad de purificacin delagua en la cuenca hidrogrfica0,4 - Zonas rurales humanizadas. Acciones silvcolas

    y de obra civil agresivas hacia los ecosistemasriparios.

    0,5 - Plantaciones forestales sujetas a una silviculturaagresiva cercanas a la corriente. Estabulacionesde ganado cercanas.

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    Amplitudgeogrfica Amplia (Eurcora)

    Restringida(Estencora)

    Frecuencia Alta Baja Alta Baja

    IA grande Comn R1 R4 R5

    IA pequea R2 R3 R6 R7

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    Javier Loidi La fitosociologa como proveedora de herramientas de gestin

    0,8 - Plantaciones forestales sujetas a una silviculturaagresiva alejadas de las corrientes.

    0,9 - Campos de cultivo y huertas.1,0 - Pastizales y matorrales1,5 - Bosques naturales.2 - Bosque o arbusteda riparia natural.

    Por ltimo, las condiciones derivadas directamentedel entorno inmediato de la sociedad humana se pue-den estimar mediante el:

    Coeficiente de urgencia territorial para laproteccin del ecosistema (E)

    Este parmetro, inspirado en SEIBERT (1980), inten-ta aadir valor a los ecosistemas que estn situados enterritorios densamente poblados que suelen estar gene-ralmente muy alterados. Un bosque natural ubicado enlas proximidades de una gran ciudad, o incluido en supermetro periurbano, tiene un valor aadido por estacircunstancia, lo que debe reflejarse en una evaluacinque influya en las prioridades de conservacin. Utiliza-remos una escala dependiente de la densidad de lapoblacin humana, en hab./Km2, para la comarca oprovincia administrativa en la que se est operando.

    0,5- de 1 a 4 1,7- de 100 a 1290,7- de 4 a 19 1,9- de 130 a 1990,9- de 20 a 39 2,1- de 200 a 2991,1- de 40 a 59 2,3- de 300 a 5991,3- de 60 a 79 2,5-600 o ms1,5- de 80 a 99

    Inters para la conservacin (IC)

    El Inters para la Conservacin o IC, es la estima-cin final que podr ser utilizada por el gestor del terri-torio y nos dar un valor determinado para un readeterminada. Para su clculo, estimaremos en primerlugar el llamado Valor Biolgico, B, que se obtienemediante la suma de los cinco primeros parmetros quehemos comentado:

    B = N + P + T + F + R

    Hay que sealar que los valores N, P, T y F estnligados a unidades cartografiadas (UC), de modo queen el mapa de vegetacin, cada unidad de vegetacinrepresentada estar evaluada con un valor determinadode la escala para cada uno de estos cuatro parmetros.Los polgonos con alguna singularidad, como el acoger

    una poblacin de alguna especie relicta, el estar forma-do por un nmero mayor de comunidades vegetales enmosaico, el presentar un estado particularmente natural(rboles viejos), etc., o al revs, debern ajustarse en suevaluacin, aadindoles o sustrayndoles lo que seconsidere oportuno en el parmetro correspondiente.En el caso de la rareza (R), si se opta por utilizar lasdistancias entre polgonos de la misma unidad, se pue-den promediar y aplicar el valor obtenido en la escala atodas las manchas de cada unidad. Si por el contrario seopta por aplicar las clases de rareza de Izco, basta condeterminar en qu categora encaja cada unidad de lasrepresentadas en el mapa.

    De este modo, el mximo de B es 50, que sera envalor que alcanzara un polgono del mapa que obtuvie-ra la mxima puntuacin.

    El Inters para la Conservacin, CI, se obtienemultiplicando B por los valores estimados de E, RC, Sy H que se estiman para cada unidad cartografiada:

    CI = B E RC S H

    De este modo, se puede llegar a una puntuacinmxima de 1000 para una cada UC. Este es un valorcualitativo (o de la calidad) de cada UC, y evidente-mente no es lo mismo que ocupe una gran rea que unapequea parcela, hace falta cuantificar, y para ello,multiplicamos su CI por el rea A que ocupan todas lasmanchas de cada UC. As, para la unidad i, obtenemossu TCIi o valor Total del Inters Para la Conservacin:

    TCIi = CIi Ai

    Y si queremos conocer el valor global (GI) de unterritorio determinado, debemos sumar todos los TCIde las unidades que haya en el territorio considerado:

    GI = TCIi

    De esta manera, se puede llegar a obtener una pun-tuacin del inters para la conservacin de cualquierrea, tan slo se necesita un conocimiento detallado desus comunidades vegetales y una cartografa de lavegetacin de calidad.

    Otros elementos botnicos a considerar en relacin asu proteccin

    Los criterios considerados ms arriba dejan sintener en cuenta algunos elementos de importancia, los

  • cuales a menudo influyen en la toma de decisiones enmateria de conservacin. Uno de ellos son los elemen-tos de valor etnobotnico que haya en un territorio olugar determinado. En ocasiones, hay huellas de un usoantiguo por parte del hombre (dehesas, monte bajo,rboles trasmochos, carboneras, caleras, poblacionesde plantas usadas en otro tiempo, etc.) que formanparte de la herencia cultural de la sociedad humana,como una especie de arqueologa vegetal, en muchoscasos viviente, cuyo mantenimiento se debe promovercomo testigos de una economa rural hoy desaparecida.Estos elementos, si el evaluador lo estima oportuno,pueden ser tenidos en cuenta al calcular alguno de loscriterios antes citados.

    Otros criterios, a menudo tenidos en cuenta, sonaquellos relacionados con la esttica de las plantas y dela vegetacin, en conexin la del paisaje. Las motiva-ciones estticas han sido y son muy poderosas a la horade promover la proteccin de espacios, pero ello noslleva a considerar, no slo aspectos florsticos o vegeta-cionales, sino tambin geomorfolgicos, en una vahacia la evaluacin interdisciplinar para la estimacinde la calidad de los paisajes.

    Las herramientas informticas: Sistemas deinformacin geogrfica (SIG)

    La cartografa ha sido, al igual que otros aspectosde la vida, revolucionada por la informtica. Laherramienta principal usada para el manejo de mapasde todo tipo son los sistemas de informacin geogr-fica (SIG, GIS en ingls) que permiten superponerdiferentes capas de mapas temticos de un mismoterritorio y hacer todos los clculos imaginables deforma automtica, realizando tareas cuyo volumensignificaba antes un esfuerzo de tal magnitud que lashaca imposibles. Por eso es ahora posible realizarmapas y extraer de ellos mapas derivados de maneraautomtica, compararlos con capas de otros mapastemticos y cuantificar los parmetros que considere-mos oportunos.

    No obstante, an con la ayuda de estas herramien-tas informticas, la realizacin de un buen mapa devegetacin dista de ser una tarea completamente auto-matizable. Tras la delimitacin de los recintos se impo-ne su determinacin diagnstica, lo que ha de hacerse atravs de la visita de cada uno de ellos en el campo. Laevaluacin naturalstica responde a un patrn de trabajosimilar: se impone la visita en el campo para estimarvarios de los parmetros que se consideran.

    EL PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES (PSA)

    La posesin de bienes preciados no siempre es unabendicin para el que los posee. Ser propietario de uninmueble histrico-artstico, de un yacimiento arqueo-lgico o paleontolgico, de un edificio emblemtico,de unas ruinas prerromanas, etc., no suele dar ms queproblemas y rara vez aporta beneficios (aparte de losmorales). El saber que en una propiedad rural hayahbitats de alto valor, tampoco se suele considerar unabuena noticia para su dueo, porque le van a sobreveniruna serie de limitaciones de uso que le supondrn unimpedimento para una explotacin rentable de su pre-dio, o cuando menos un estorbo. Esto sucede porqueestos bienes, tanto los artsticos, como los histricos,cientficos o naturalsticos, lo son slo en la medidaque la sociedad les atribuye un valor: es un valor con-vencional, no de uso ni de cambio. Por ello, lo quetenga valor histrico-artstico se ha de proteger (yfinanciar) mediante iniciativa (y fondos) pblicos. Deforma similar, en lo referente a lo de valor naturalsticono puede ser de otra manera; ningn propietario ruraltiene la culpa de contar en su terreno con plantas,animales o hbitats que sean valiosos, y que por ello ledificulten su gestin. El poseedor de bienes de altovalor debe ser premiado y no castigado, de modo queesta circunstancia le resulte provechosa y no onerosa.

    Para ello se ha ideado el concepto de Pago porServicios Ambientales (PSA), que establece un rgimende subsidios para los propietarios rurales en funcin delvalor de los ecosistemas que haya en los terrenos de supropiedad. Naturalmente, el cobro de estos subsidios sedebera hacer bajo el compromiso de una gestin ten-dente a la conservacin (y si es caso mejora) de los hbi-tats de valor que haya en sus predios. Tal gestin deberestar tutelada por los servicios de proteccin de la natu-raleza con jurisdiccin en el territorio.

    Existen algunos antecedentes de sistemas que com-pensan econmicamente a los propietarios por los ser-vicios ambientales que prestan algunos tipos de vege-tacin presentes en sus terrenos. Uno importante sehalla en Costa Rica (ORRANTIA 2004), que se organizdesde 1996 principalmente para fomentar la tenenciade bosques en el pas, en la medida que se supona queson un almacn de carbono que mitiga el calentamientoglobal, contribuyen a la mejora en la calidad de lasaguas y aaden belleza escnica al paisaje (Senz,2000). Estos pagos se financian mediante una fraccinde los impuestos sobre carburantes, en aplicacin delprincipio de quien contamina paga, y se aplican funda-

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    En este sentido, resulta de particular inters, porquenos va a permitir hacer una transposicin a un valormonetario que podemos hacer, si se estima conveniente.

    En este trabajo se plantea utilizar la evaluacinnumrica que hemos descrito o ndice de Inters para laConservacin (IC) como un parmetro que evale lacalidad naturalstica de cualquier territorio y, a travs del, calcular una recompensa econmica en base a la cali-dad de cualquier propiedad. Asimismo, es posible,mediante evaluaciones peridicas, hacer un seguimientopara controlar este servicio que el propietario ruralhace a la sociedad y evaluar su evolucin en el tiempo.

    Las unidades de paisaje que obtienen una alta pun-tuacin aportan beneficios econmicos a la poblacinrural propietaria, hacindola colaboradora de las estra-tegias para la conservacin.

    Para hacer un clculo ponderado del este parmetrodel PSA, proponemos la frmula siguiente (Orrantia etal. en prensa):

    PSA = K GI/ (1 + Ln S)

    Donde:

    K: constante de ajusteGI: valor de IC acumulado de la propiedad en cuestin( TCIi Si)Si: superficie ocupada por cada unidad i de paisaje pre-sente en la propiedad ( Si = S) en hectreasS: superficie total de la propiedad en hectreasPSA: Indicador del Pago por Servicios Ambientales alpropietario rural

    En ella, el PSA es proporcin directa de los valoresde IC que se obtengan, los cuales al estar acumulados(GI), es decir al estar multiplicados por la superficieque ocupan y luego sumados algebraicamente, darnmayores valores a PSA cuanto ms extensas sean laspropiedades rurales que entren a evaluarse. Para miti-gar el efecto latifundio, se divide por el logaritmo dela superficie total.

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    Recibido: 9 octubre 2007Aceptado: 9 noviembre 2007