83-893-1-pb

18
Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI Ana Belén Martín Sevillano Université de Montréal, Canadá Resumen: Este artículo analiza algunas de las revistas culturales más importantes del campo cultural cubano contemporáneo atendiendo a cómo el carácter del material que publican expresa y alimenta la existencia de un campo cultural cubano transnacional, que sería una de las partes constitutivas de una sociedad que no se articula exclusivamente sobre el eje del Estado nación. Nuestro análisis relacional y descriptivo demuestra cómo estas publicaciones, surgidas después del colapso soviético, interpelan a una comunidad cubana localizada en múltiples lugares y conectada por lazos de diversa índole (económi- cos, culturales, étnicos, etc.), estableciendo una identidad colectiva que no se define como “exiliada”, sino como “diaspórica”. Estas publicaciones seriadas abren así un campo cultural más inclusivo y extensivo que escapa a la dicotomía nación/exilio que había dominado en la producción cultural cubana de la segunda mitad del siglo XX. Palabras clave: Transnacionalismo; Diáspora; Revistas culturales; Cuba; Siglos XX-XXI. Abstract: This paper focuses on some of the most important contemporary Cuban cul- tural journals in order to consider how they have shaped a transnational cultural field, which would be part of a new society not exclusively organized around the nation state. These publications emerged after the collapse of the Soviet Union, speaking to the dis- perse Cuban community, which remains connected by multiple ties (economic, cultural, ethnic, etc.). The dialogue these journals establish with the community develops a collec- tive diasporic identity, outlining a more inclusive and extensive cultural field, where the opposition nation/exile that had characterized the Cuban cultural production during the second half of the 20 th century, is no longer effective. Keywords: Transnacionalism; Diaspora; Cultural journals; Cuba; 20 th -21 st Centuries. La crisis que originó la caída del campo soviético en la economía cubana y las con- secuencias socio-políticas que de ella se derivaron tuvieron un impacto definitivo en el exilio cubano, cuya textura se modificó no sólo cuantitativa sino también cualitativa- mente. Los cubanos que salieron de Cuba durante las primeras tres décadas de gobierno revolucionario se autodefinieron en su mayoría como exiliados políticos, incluso cuando no lo fueran, quedando marcados por su oposición al régimen de la isla, a la que general- mente no podían regresar. Sin embargo, la salida de Cuba a partir de los años noventa no se plantea en esos términos, puesto que la mayoría de quienes emigran a partir de ese momento han nacido y se han formado durante el gobierno revolucionario, con cuyo sis- tema se han identificado en algún momento de su vida. En su mayor parte, estos emi- grantes optan por marchar al extranjero impulsados por la difícil situación económica y Iberoamericana, XIII, 49 (2013), 7-24

Upload: cuadernos-de-literatura

Post on 17-Nov-2015

8 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI

    Ana Beln Martn SevillanoUniversit de Montral, Canad

    Resumen: Este artculo analiza algunas de las revistas culturales ms importantes delcampo cultural cubano contemporneo atendiendo a cmo el carcter del material quepublican expresa y alimenta la existencia de un campo cultural cubano transnacional, quesera una de las partes constitutivas de una sociedad que no se articula exclusivamentesobre el eje del Estado nacin. Nuestro anlisis relacional y descriptivo demuestra cmoestas publicaciones, surgidas despus del colapso sovitico, interpelan a una comunidadcubana localizada en mltiples lugares y conectada por lazos de diversa ndole (econmi-cos, culturales, tnicos, etc.), estableciendo una identidad colectiva que no se definecomo exiliada, sino como diasprica. Estas publicaciones seriadas abren as uncampo cultural ms inclusivo y extensivo que escapa a la dicotoma nacin/exilio quehaba dominado en la produccin cultural cubana de la segunda mitad del siglo XX.Palabras clave: Transnacionalismo; Dispora; Revistas culturales; Cuba; Siglos XX-XXI.

    Abstract: This paper focuses on some of the most important contemporary Cuban cul-tural journals in order to consider how they have shaped a transnational cultural field,which would be part of a new society not exclusively organized around the nation state.These publications emerged after the collapse of the Soviet Union, speaking to the dis-perse Cuban community, which remains connected by multiple ties (economic, cultural,ethnic, etc.). The dialogue these journals establish with the community develops a collec-tive diasporic identity, outlining a more inclusive and extensive cultural field, where theopposition nation/exile that had characterized the Cuban cultural production during thesecond half of the 20th century, is no longer effective.Keywords: Transnacionalism; Diaspora; Cultural journals; Cuba; 20th-21st Centuries.

    La crisis que origin la cada del campo sovitico en la economa cubana y las con-secuencias socio-polticas que de ella se derivaron tuvieron un impacto definitivo en elexilio cubano, cuya textura se modific no slo cuantitativa sino tambin cualitativa-mente. Los cubanos que salieron de Cuba durante las primeras tres dcadas de gobiernorevolucionario se autodefinieron en su mayora como exiliados polticos, incluso cuandono lo fueran, quedando marcados por su oposicin al rgimen de la isla, a la que general-mente no podan regresar. Sin embargo, la salida de Cuba a partir de los aos noventa nose plantea en esos trminos, puesto que la mayora de quienes emigran a partir de esemomento han nacido y se han formado durante el gobierno revolucionario, con cuyo sis-tema se han identificado en algn momento de su vida. En su mayor parte, estos emi-grantes optan por marchar al extranjero impulsados por la difcil situacin econmica y Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 7

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    8 Ana Beln Martn Sevillano

    por la ausencia de un horizonte de posibilidades en su pas, con el que nunca dejan detener relaciones. Es decir, la mayora de quienes salen del pas a partir de la dcada delos aos noventa no lo hace para engrosar el hasta entonces denominado exilio, pues enbuena medida no se sienten ni se comportan como exiliados. Por su parte, quienes resi-den en la isla han modificado en las ltimas dos dcadas su relacin y actitud hacia losexpatriados. Si en un pasado el emigrante/exiliado era estigmatizado y, real o simblica-mente, expulsado de la familia y de la nacin, en la actualidad ha pasado a ser frecuente-mente el principal sostn del ncleo familiar residente en la isla, ocupando un lugaresencial en la estructura social.

    As pues, la nueva coyuntura socioeconmica y geopoltica que experimenta Cuba apartir de 1989 da un giro a las relaciones entre los hasta entonces escindidos adentro yafuera de la nacin. El exilio se transforma as en dispora en virtud de su crecimientoexponencial y de los nuevos modos de relacionarse, desarticulndose con ello el tradi-cional planteamiento dicotmico y exclusivamente ideolgico con el que se miraba a losprocesos migratorios cubanos (Blue 2005). El concepto del exilio presupone la existen-cia de un bloque uniforme de cubanos que reside fuera del pas por motivos exclusiva-mente polticos. En el caso de Cuba, este exilio se ha ubicado fundamentalmente enMiami, y su organizacin y agencia sociopoltica radican en su oposicin al territoriogeopoltico de Cuba, es decir, al Estado nacin. Frente a esto, la concepcin de la dispo-ra que se empieza a difundir a partir de los aos noventa implica la idea de un grupoheterogneo de expatriados no localizado en un nico territorio y que encuentra su fuer-za precisamente en el valor relacional que adquieren sus diversas posiciones geogrficase ideolgicas. La nocin de dispora conlleva una idea inclusiva y extensiva de la comu-nidad cubana, no definida ya por oposicin al Estado nacin, sino en virtud de las rela-ciones que existen entre los miembros de dicha comunidad (Brah 1996; Levitt/GlickSchiller 2004). La masiva emigracin de cubanos formados con la Revolucin, el enve-jecimiento del primer exilio y las nuevas generaciones de cubano-americanos han provo-cado un cambio de actitudes incluso en el ncleo de Miami (Grenier 2006).

    La rearticulacin de la poltica internacional tras la cada del muro de Berln coincideadems con la revolucin tecnolgica que en los ltimos veinte aos ha modificado radi-calmente la comunicacin, abriendo un espacio sin precedentes de flujo de informacin.Para una sociedad sometida al control totalitario de la informacin, la tecnologa de lacomunicacin ha supuesto una fuente fundamental de nuevo conocimiento. Asimismo,esta tecnologa ha facilitado la participacin en foros de expresin pblica de individuosy colectivos que hasta entonces no haban tenido la posibilidad de opinar de maneraabierta. De la misma manera, la tecnologa ha posibilitado el contacto entre individuosmuy dispares, localizados en lugares diversos, pero unidos por su vinculacin con Cuba.

    Es en ese contexto en el que los cubanos, dentro y fuera de la isla, van entendiendosu posicionamiento geopoltico en una dinmica relacional transnacional que reformulala idea de la sociedad y la nacin, es decir, desarrollan una conciencia de ser y actuar enun entramado de conexiones que traspasa las fronteras del pas de origen (Brah 1996;Levitt/Glick Schiller 2004). La transnacionalizacin de la sociedad cubana implicaraentonces no slo el flujo de personas y de capital, sino tambin de informacin, a travsde redes que se articulan con el Estado nacin y entre la comunidad dispersa (Tambiah2000). Es en ese entramado de redes de comunicacin en el que la cultura cubana sereformula como un espacio transnacional que se manifiesta tanto dentro como fuera de

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 8

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 9

    los lmites fsicos de la nacin. Se define como transnacional precisamente en tanto quedeja de operar sobre la base dicotmica ideolgica del adentro y del afuera, dando aspaso a un campo cultural heterogneo y plural, donde diferentes perspectivas se cruzan.Es la tesis de este artculo que la labor de las revistas culturales y literarias ha sido cru-cial en la construccin de ese espacio, pues a partir de los aos noventa encontramos queel cambio antes mencionado en la textura de la emigracin cubana se traduce tambin enla actividad de la prensa cultural, impresa o virtual. Las publicaciones surgidas durantelas dos ltimas dcadas han reforzado la idea de una identidad cubana diasprica, funda-mentada en aspectos tnicos y culturales, y no necesariamente polticos, y simultnea-mente apoyada en una red transnacional de comunicacin e interaccin social a variosniveles (Rojas 1999; Lpez 2004). Aunque la mayor contribucin a este campo culturaltransnacional se ha hecho desde las publicaciones seriadas editadas fuera de Cuba, tam-bin se observa en ciertas publicaciones de la isla el deseo de afrontar los retos que lanueva situacin geopoltica ha impuesto.

    En este marco, la pregunta que gua la argumentacin de este artculo es la siguiente:cules son las revistas culturales que construyen, en virtud de la naturaleza de lo quepublican, un nuevo campo cultural cubano de ndole transnacional? La respuesta a estapregunta implica considerar el tema y el alcance de lo publicado en estas revistas, losdebates que suscitan y el impacto que tienen, as como las firmas que en ellas participan.La seleccin de las revistas ha obedecido a su significacin y contenido, y dadas las limi-taciones de espacio de este estudio han sido muchas las publicaciones que no han podidoser incluidas en el anlisis pese a su contribucin a la transnacionalizacin del campocultural cubano.

    Para considerar el fenmeno en su contexto y en todas sus dimensiones, el artculoreflexionar primero brevemente sobre los cambios que se suceden en los procesosmigratorios cubanos a partir de los aos noventa y sobre las principales consecuenciasque estos cambios conllevan. A continuacin se entrar en el anlisis de las publicacio-nes seriadas atendiendo a las dos revistas editadas en Cuba en los ltimos veinte aosque han tenido una poltica editorial renovadora y que han escapado, siquiera temporal-mente, al control poltico y a sus dictados ideolgicos. stas seran fundamentalmenteTemas y Dispora(s), proyectos muy diferentes entre s que dan cuenta de las distintasvas que se han explorado para abrir debates pblicos dentro del territorio cubano, inclu-yendo las opiniones emitidas desde fuera de ste. En siguiente lugar, el estudio se centra-r en algunas de las revistas que se han editado en la dispora, atendiendo especialmentea Encuentro de la Cultura Cubana, una revista que es ya un episodio fundamental en lahistoria cultural de Cuba. Por ltimo, las conclusiones de este artculo retomarn el hiloconductor del mismo para apuntar a cmo las revistas culturales han contribuido a latransnacionalizacin del campo cultural cubano, que si bien no constituye un caso nicoen Amrica Latina s es uno de los ms significativos.

    1. Nuevos contextos, nuevos paradigmas: la reformulacin de la sociedad cubanatras los procesos migratorios del periodo especial

    Las dimensiones de la crisis del denominado periodo especial y las consecuenciasque sta tuvo en la emigracin al exterior pronto hicieron ver al gobierno cubano que era

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 9

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    necesario dejar de proscribir a quienes se marcharan de la isla. Entre otras cosas, el Esta-do pasaba as a rentabilizar la emigracin, fundamentalmente a travs de la remesa, perotambin a travs de otros medios, como los pagos que imponen los consulados cubanosinternacionales por la gestin de pasaportes y de permisos de entrada en el pas. La reme-sa se ha convertido desde los aos noventa en la principal fuente de divisas de Cuba entrminos netos (Spadoni 2004) y ha dado forma a una estructura social transnacional condimensiones institucionales y culturales (Barberia 2002; Duany 2001 y 2005; Eckstein2010; Hoffmann 2010). La remesa cobra an mayor importancia si tenemos en cuentaque, segn los datos recogidos por el Centro de Estudios de Migraciones Internacionalesde la Universidad de La Habana, el 12% de quienes optan por la emigracin a partir delos aos noventa son personas de alta cualificacin profesional, tendencia que ademssigue en alza hasta hoy da (Aja Daz 2007).

    Junto con la remesa, el turismo, inevitable agente de transnacionalizacin, ha sido laotra gran necesidad econmica que el gobierno cubano se ha visto en la obligacin dedesarrollar desde los aos noventa. Aunque las autoridades cubanas se hayan esforzadopor separar las actividades tursticas de la vida cotidiana de los ciudadanos, el hecho deque el perfil del turista de Cuba no obedezca exclusivamente a las consignas de sol yplaya ha frustrado dichos esfuerzos. La isla es visitada frecuentemente por el inters cul-tural y poltico que suscita, as como por la imagen exotizada de sus habitantes, aspectosambos que han facilitado el desarrollo de una industria turstica informal gracias a la quese ha establecido un fluido contacto entre los locales y los visitantes. Al hablar de exoti-zacin no slo nos referimos a las imgenes realizadas desde instancias externas, sinotambin a las construcciones de la identidad realizadas desde la propia cultura, lo queOng (1999) ha denominado auto-exotizacin. Estas construcciones se nutren de losestereotipos existentes en el imaginario de otras culturas y nacen con el objetivo de obte-ner ciertos beneficios, como el ingreso de divisas o la posibilidad de salir del pas.

    Uno de los aspectos ms evidentes de la transnacionalidad de la cultura cubana con-tempornea es sin duda la msica, que se ha convertido en una de las marcas identitariasde lo cubano. En este sentido, desde la serie de Buena Vista Social Club hemos asistido auna masiva comercializacin internacional de la msica popular cubana, aspecto queobedece tambin a la promocin turstica de la isla y al aludido proceso de auto-exoti-zacin. Desde los aos noventa los msicos reciben un tratamiento especial por parte delas autoridades cubanas en cuanto a sus permisos de entrada/salida y con respecto a susdeberes impositivos (Ferguson 2003). De manera paralela, Cuba ha recibido la influen-cia de formas musicales forneas que han transformado radicalmente la escena musicalurbana, donde jvenes que nunca han salido de la isla se expresan a travs del hip-hop yel rap (Fernandes 2006; West-Durn 2005). De hecho, estas manifestaciones musicalespresentan actualmente un espacio crtico donde se discuten desigualdades raciales y abu-sos polticos (Casamayor 2009; De la Fuente 2008; West-Durn 2005).

    Por su parte, el turismo y los fenmenos globalizadores han ampliado el horizonte dedestinos de la emigracin cubana gracias al contacto y las relaciones que establecen loscubanos con ciudadanos de diversos pases. As, por ejemplo, algunas comunidades deexiliados situadas en pases de habla hispana, como Venezuela, Espaa o Mxico, se hanvisto generosamente nutridas en los ltimos quince aos (Aja Daz 2007). En Espaa,por citar un ejemplo, el padrn municipal de habitantes cifraba alrededor de 30.000 elnmero de cubanos residentes en el pas en 1998, mientras que en el ao 2010 la cifra

    10 Ana Beln Martn Sevillano

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 10

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    superaba ya los 100.000 (Amor 2011). No obstante, en su mayor parte, los nuevos emi-grantes siguen prefiriendo como destino final los Estados Unidos, donde muchos cuen-tan con una consolidada red social que facilita su integracin en el mercado laboral. Apesar de que la legislacin de Estados Unidos ha dificultado progresivamente la acogidade cubanos desde la masiva salida por el puerto de El Mariel en 1980, la Ley de AjusteCubano, promulgada en 1966, sigue favoreciendo a los emigrantes cubanos en EstadosUnidos con respecto al resto de latinoamericanos y caribeos. No obstante, en ocasionespuntuales, como sucedi tras el xodo de balseros del verano de 1994, los Estados Uni-dos han entablado negociaciones con La Habana para que se controlara el flujo de salidapor las aguas del golfo de la Florida.

    En este contexto, una nueva visin del fuera ha sido impulsada por el gobiernocubano, en un intento de institucionalizar la dispora, despolitizndola y explicndolacomo efecto de la globalizacin econmica que afecta negativamente a pases en vas dedesarrollo. El gobierno cubano y la poltica oficial tienen un papel activo en la construc-cin de la sociedad cubana transnacional, al facilitar la entrada y salida de ciertos gruposde individuos en virtud de las necesidades econmicas o polticas del pas (Ong 1999).Pero aunque el rgimen cubano entiende la importancia econmica de fomentar los vn-culos con los emigrados, tambin es consciente del peligro poltico que le supone lalabor cultural realizada fuera de la isla por los intelectuales y artistas, puesto que es ensta donde radica la mayor oposicin para cualquier gobierno totalitario (Bourdieu1997). La nueva concepcin institucional de la dispora como brazo transnacional delpueblo cubano ha excluido a los intelectuales que hayan planteado o planteen una crticapoltica o social, quienes s siguen siendo exilio para el gobierno cubano, puesto queno se les permite regresar y se les excluye del imaginario nacional construido desde lasinstancias oficiales y oficialistas. Pese a ello, es la labor de un nmero de intelectuales ycreadores que salen de Cuba a partir de los aos noventa la que ha conseguido construirun campo cultural que opera de manera transnacional como un espacio cultural alternati-vo al campo cultural interno, con el que siempre mantiene un dilogo. La gran cantidadde jvenes que desde 1989 han optado por residir fuera del pas (De la Nuez 1998) va aser clave a la hora de construir un espacio cultural no exclusivo y dialogante con el espa-cio de produccin cultural interno, que opera a merced de pautas polticas y con altasrestricciones ideolgicas. Es necesario tener en cuenta que muchos de estos jvenescolaboran con proyectos e instituciones culturales antes de su marcha del pas, estable-ciendo vnculos que se mantienen desde la distancia.

    2. Asomos transnacionales en las publicaciones seriadas en Cuba

    Las revistas culturales publicadas dentro de Cuba, como Arte Cubano, Casa de lasAmricas, La Gaceta de Cuba, Revolucin, Revolucin y Cultura o Unin, se asomaroncon cierta precaucin al nuevo escenario social a mediados de los aos noventa, aunquesiempre sin romper las estrictas normas polticas que rigen el contenido de lo publicadopor ellas. Es de notar que, en el ao 1994, La Gaceta de Cuba, una revista esencialmentededicada a asuntos literarios, public el artculo de Rafael Hernndez La sociedad civily sus alrededores. Este polmico y necesario artculo se atreva a plantear pblicamentela imperiosa urgencia que exista en la Cuba postsovitica de abrir instancias pblicas de

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 11

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 11

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    expresin y representacin, articulando una sociedad civil ajena a los medios estatales.Asimismo, durante la dcada de los aos noventa aparecieron en las mencionadas revis-tas artculos dedicados a autores exiliados en los primeros aos de la Revolucin, comoGastn Baquero, Lydia Cabrera o Jorge Maach, cuyas obras fueron tambin reeditadasen la isla, aunque selectivamente. Significativamente, el crtico Ambrosio Fornet, repre-sentante de la crtica cultural oficial, dedic varios artculos a la produccin literaria dela dispora. stos fueron publicados en La Gaceta de Cuba, una de las revistas ms le-das en los crculos intelectuales y culturales cubanos, lo que de alguna manera supona lalegitimacin pblica de ciertos autores y la formulacin de una visin oficial y personalde la dispora (Rojas 2002).

    Pese a la notable calidad de las revistas culturales cubanas, slo una de nueva crea-cin, Temas, logr en sus primeros nmeros desafiar los lmites discursivos impuestospor la poltica interna. La revista fue auspiciada por el Centro de Estudios sobre Amrica(CEA), que se haba convertido en uno de los espacios acadmicos ms activos y cons-tructivamente crticos desde la cada del bloque socialista. En el momento del lanza-miento de la revista, el director de Temas, Rafael Hernndez, perteneca al CEA, ascomo muchos de los autores que firman los artculos de los primeros nmeros. Este cen-tro de investigacin haba venido desarrollando una importante labor crtica y analticaen torno a los posibles recursos civiles y polticas econmicas alternativas en el seno delsocialismo, analizando propuestas, previsiones y posibles reformas. El primer nmero dela revista se public en 1995, proponindose, al igual que el propio centro, como un forode debate sobre los aspectos ms importantes para la crisis que devastaba el pas. Desta-caba en l el artculo de Julio Carranza (entonces subdirector del centro), Pedro Monrealy Luis Gutirrez: Cuba, reestructuracin econmica, socialismo y mercado, extradodel libro Cuba. La reestructuracin de la economa. Una propuesta para el debate. Estelibro haba sido publicado en ese mismo ao de 1995, aunque haba sido escrito a princi-pios de 1994, cuando la crisis del periodo especial estaba a punto de tocar techo (Hoff-mann 1998). Descentralizacin, participacin, mercado regulado de bienes de capi-tal, formas de produccin no estatales y eficiencia eran algunos de los trminos quedaban contenido al artculo, trminos que slo ms de quince aos despus, se volvan aconsiderar oficialmente en la propuesta de Lineamientos de poltica econmica ysocial que present Ral Castro en 2010 y fue discutida, corregida y aprobada duranteel VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril de 2011. Con todo, el dogmapoltico sigue atenazando al modelo econmico basado an en la planificacin central ycuyas reformas, ms idealistas que pragmticas, resultan, muy probablemente, incapacesde solventar la crisis econmica y social en que Cuba est inmersa (Mesa-Lago 2011).

    En su segundo nmero, Temas apunt a los anlisis crticos que se hacen de Cuba enel exterior, especialmente en los Estados Unidos, rompiendo con la tradicin impuesta enlos aos setenta de ignorar o despreciar los estudios hechos fuera de la isla, que erandesignados despectivamente como cubanologa. En este sentido, Temas les ofreca alos lectores cubanos un vislumbre nico de la investigacin internacional sobre Cuba. Enconcreto, los artculos de Nelson Valds (1995), Louis Prez (1995), Jorge HernndezMartnez (1995) y Ernesto Rodrguez Chvez (1995) reflexionaban sobre el aporte de lainvestigacin exgena.

    La revista tena como objetivo dilucidar temas importantes para la sociedad cubanaen ese momento, publicando artculos sobre las relaciones entre identidad y nacin,

    12 Ana Beln Martn Sevillano

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 12

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    sobre el resurgimiento de diferentes cultos religiosos y, muy especialmente, sobre lasposibilidades de la economa y de la articulacin civil en el sistema socialista. Comohemos mencionado unas lneas ms arriba, Rafael Hernndez haba publicado un artcu-lo pionero sobre el estado de la sociedad civil en La Gaceta en el ao 1994, por lo que nosorprende que el debate abierto por ese artculo tuviera su continuacin en la revista quesu autor diriga. De hecho, en el nmero 4 de Temas, cerrado a finales de 1995, se in-cluan dos artculos que abordaban el tema: La democracia y los mercados en el nuevoorden mundial, de Noam Chomsky, y Estado y sociedad civil en Cuba, de HugoAzcuy, tambin miembro del CEA. Ambos artculos contribuan al debate abierto sobrela teora y la praxis de la democracia, as como sobre el papel de la sociedad civil en elsocialismo. Azcuy llamaba la atencin en concreto sobre la violenta fragmentacin y elpeligroso desequilibrio que la sociedad cubana haba sufrido desde los primeros aosnoventa, apuntando a la imposibilidad de que el Estado pudiera por s mismo reequili-brar el orden social sin abrir espacios civiles, pues el totalitarismo taponaba todos losresquicios de ejercicio posible de libertad (Azcuy 1995: 109).

    Unos meses despus, en marzo de 1996, Ral Castro arremeti directamente contrael CEA durante el informe del bur poltico ledo en el V pleno del Comit Central delPartido Comunista. Segn Bert Hoffman, su discurso pudo leerse durante prrafos ente-ros casi como un negativo del artculo de Azcuy (Hoffmann 1998: 81), aunque nuncalleg a mencionarlo directamente. Tras el pleno, el director del CEA fue destituido de sucargo inmediatamente. Azcuy muri sbitamente de un infarto pocos das despus y,progresivamente, la mayor parte de los investigadores del CEA o bien fueron reubicadosen diferentes instituciones acadmicas o bien salieron del pas. Temas sufri un cortoimpasse durante el que fue redibujada, reiniciando su publicacin bajo la continuadadireccin de Rafael Hernndez, pero ya sin ninguna vinculacin especfica con el CEA.

    En unas declaraciones recientes, Hernndez sealaba que la revista no es oficial yque constituye un espacio para el debate de los temas de mayor inters para la sociedadcubana, siendo especialmente consultada por maestros e investigadores (Garca 2007,Hernndez 2011). Sin embargo, el debate abierto desde sus pginas, si bien interesanteen numerosas ocasiones, no ha vuelto a reincidir en aquellos aspectos no gratos para eldiscurso poltico ni ha presentado crticas a los modelos de gestin gubernamental. Enespecial, y a pesar de la creciente crtica que los estudios culturales y sociales estn reali-zando al nacionalismo metodolgico, Temas ha evitado cuestionar la contigidad entrelos lmites de la nacin y los de la sociedad.

    La mencionada intervencin de Ral Castro en el pleno del Comit Central del Parti-do en 1996 deriv adems en la clausura de las escasas asociaciones independientes quehaban aparecido en la isla, como fue el caso de Magn, la primera organizacin de muje-res que escapaba al monopolio de la Federacin de Mujeres Cubanas y que presentabaun discurso feminista y de gnero explcito. El castigo que el poder impuso al CEA des-membr el emergente discurso sobre la posibilidad de generar formas de gobierno parti-cipativas y destruy la esperanza de cambio que muchos haban querido entrever en larenovada escena cultural del pas. La opcin de la salida fue, ms que nunca, la nicaposible para quienes deseaban desarrollar proyectos individuales en el marco de unasociedad participativa y democrtica.

    Sorprende y admira que fuera en ese contexto en el que surgiera la publicacin Dis-pora(s) documentos, editada en La Habana entre 1997 y 2002 por los miembros del pro-

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 13

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 13

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    yecto Dispora(s)1 y coordinada por Rolando Snchez Mejas desde Barcelona y CarlosAlberto Aguilera desde la misma Habana. Segn unas declaraciones de Aguilera, larevista se realiz de una manera totalmente independiente, financindose gracias a lacontribucin de los miembros del proyecto homnimo y desafiando a las autoridades,puesto que la ley cubana castiga hasta con diez aos de prisin la publicacin de obras yrevistas no legalizadas oficialmente. Aguilera declaraba que Dispora(s) no slo tradu-jo a una serie de escritores prohibidos en la isla [], sino que public por primera vez aescritores cubanos que haban salido aos antes del pas, como Cabrera Infante y Padilla,adems de una serie de textos que intentaban pensar la relacin intelectuales-poder en laisla (Dimkovska 2004: 79).

    En el nmero 6 de la revista, Carlos Alberto Aguilera y Pedro Marqus de Armasesbozaban la razn de ser de Dispora(s) como proyecto y como revista al declarar queambos surgieron como forma de combatir

    [e]l achatamiento cultural del pas. La necesidad de crear huecos conceptuales en un espacioenvejecido por la tradicin y la ontologa reaccionaria de sus escritores, la poltica cultural entanto mmesis de la poltica de estado. Es decir, marcar una diferencia respecto a sus lugarescomunes, la identidad nacional, el fundamentalismo origenista, el canon de lo cubano comomedida de todas las cosas. De ah que Dispora(s) haya surgido como simulacro: intento tea-tral de lectura donde sus participantes en principio no sabamos exactamente qu iba a suce-der, pero s qu no desebamos repetir. [] y tambin como proyecto civil que despliegatextos y autores no asimilables por las instituciones literarias establecidas (Giraudon 2001: 58).

    No es casual que Aguilera y Marqus de Armas calificaran la revista como proyectocivil, puesto que buena parte de la produccin cultural de los aos noventa se caracteri-z por intentar abrir vas representativas y de participacin en una sociedad sin articula-cin civil democrtica (Martn Sevillano 2008). Ciertamente, el objetivo intelectual delproyecto y de la revista Dispora(s) era el de presentar una zona alternativa de pensa-miento que escapara a los tpicos criollos alrededor de los cuales se haba definido lacultura nacional. De hecho, la propuesta intelectual de Dispora(s), que los integrantesdel grupo van formulando a travs de sus contribuciones en la revista o a travs de lo quese publica, cuestiona la existencia de una cultura nacional como tal, formulando una con-cepcin de la cultura como espacio de pensamiento en el que se cruzan mltiples tradi-ciones, lenguas y realizaciones, de ah el ttulo del proyecto y de la revista. Para Dispo-ra(s) la cultura sera transnacional en tanto que es cultura, siendo imposible su existenciasi no se nutre de lo diverso. El proyecto cultural y literario de Dispora(s) se hara ecoas de la nocin de la cultura como espacio del viaje (Clifford 1992). De ah que la dis-pora, como espacio transnacional de mltiples relaciones, represente el fin, o por lomenos el cuestionamiento, de los paradigmas dicotmicos de pertenencia y exclusinimpuestos por la agenda poltica de los Estados nacin modernos (Brah 1996). En susocho nmeros publicados, la revista present trabajos inditos en Cuba de algunos de losautores internacionales ms relevantes de la segunda mitad del siglo XX, como Thomas

    14 Ana Beln Martn Sevillano

    1 Fundado en La Habana en 1992, el proyecto Dispora(s) estuvo integrado por Rogelio Saunders, Ricar-do Alberto Prez, Pedro Marqus de Armas, Ismael Gonzlez Castaer, Jos Manuel Prieto, RadamsMolina, C. A. Aguilera y Rolando Snchez Mejas, quienes viven hoy fuera de Cuba.

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 14

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Bernhard, Joseph Brodsky, Carmelo Bene, Peter Sloterdijk o Ernst Jandl, as como tex-tos de Gilles Deleuze, Theodor W. Adorno o Jacques Derrida. Los nombres de los auto-res publicados revelan el deseo del grupo de realizar una prctica literaria de densidadfilosfica, desde una visin intelectual que mira a Europa para fortalecerse, aunque siem-pre para volver sobre autores cubanos, como Jos Lezama Lima o Virgilio Piera, ysometerlos a un nuevo anlisis crtico. Significativamente, los miembros de Dispora(s)dedican serios esfuerzos intelectuales a deslindar el alcance de Orgenes2, piedra angularde los recuentos oficiales de la historia literaria cubana contempornea. Orgenes parececoncebirse desde Dispora(s) como una zona de reflexin para cuestionar las verdaderasdimensiones de la literatura nacional y del uso ideolgico de la palabra escrita. En estesentido, el primer nmero de la revista, que fue de alguna manera el manifiesto del pro-yecto, incluy los artculos Olvidar a Orgenes y Orgenes y los ochenta, de Rolan-do Snchez Mejas (1997) y Pedro Marqus de Armas (1997), respectivamente, y en elltimo de sus nmeros, el 7/8, Carlos Alberto Aguilera (2002) volva sobre el tema en unartculo significativamente titulado El arte del Desvo. Apuntes sobre Literatura yNacin. Los miembros de Dispora(s) cuestionan la validez de la tradicin origenistaen tanto se ha convertido en un smbolo sacralizado de la nacin, smbolo que perpetalecturas y temas manidos. Sin embargo, tambin reconocen la importancia que Orgenesha tenido como primera expresin de un espacio literario en Cuba y como medio deexpresin de las posibilidades de la lectura y la escritura, sirviendo para articular lamodernidad cultural y literaria cubana.3 Y es por ello que Dispora(s) insiste en Orge-nes, pues de cierta manera su objetivo es el de modernizar nuevamente un campo lite-rario limitado desde hace dcadas por los dictados ideolgicos; esa apertura que Dispo-ra(s) propone es slo posible en tanto que la lectura y la escritura no tengan lmites.

    Con sus miembros diseminados en diferentes pases, la revista se convirti en unaquimera de difcil realizacin logstica. No obstante, casi todos ellos siguieron colaboran-do en publicaciones culturales y literarias de la dispora, como Encuentro de la CulturaCubana o Cubista Magazine, revistas de las que se hablar en el prximo epgrafe. Ellegado de Dispora(s) en Cuba se dej ver en varias de las revistas literarias y culturaleselectrnicas que surgen durante la primera dcada del nuevo siglo gracias a la paulatina, sibien precaria, introduccin de Internet en la isla. El acceso a Internet no slo facilit quelos cubanos pudieran acceder a mltiples fuentes informativas, sino que muy especial-mente posibilit, por primera vez en cuarenta aos, la expresin independiente no contro-lada, lo cual contribuy a abrir los espacios de la sociedad civil (Hoffman 2011).

    A pesar de la dificultad de mantener el acceso a Internet, en la primera dcada delsiglo aparecen diversas revistas culturales virtuales elaboradas desde dentro de Cuba. Aspor ejemplo, entre los aos 2003 y 2006, Jorge Alberto Aguiar Daz coordina la revistaCacharro(s), en la que colaboran varios miembros de Dispora(s), como Carlos AlbertoAguilera, Pedro Marqus de Armas o Rogelio Saunders. No slo por sus colaboraciones,sino por el tono general de lo que publica, esta revista se hace eco de la propuesta de

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 15

    2 Revista fundada por Jos Lezama Lima. El trmino tambin alude a quienes publicaron y se agruparonen torno a esta revista.

    3 Antes de Orgenes, los autores de la generacin homnima haban editado y publicado su obra en otrasrevistas, como Verbum (Daz 2005), lo que demuestra la importancia que se da en Cuba a mediados delsiglo XX a la revista cultural como espacio de difusin literaria.

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 15

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Dispora(s) y apunta hacia la nocin de la cultura como producto de diferentes cruces yexperiencias. En su primer nmero, Aguiar Daz (2003) elaboraba una especie de mani-fiesto en el que arremeta contra la municipalidad de la cultura cubana, es decir, elobsesivo afn por insistir en lo especficamente cubano y en elaborar una genealoga lite-raria basada en los lmites geogrficos de la isla. Otro de los proyectos que ha buscadopersistir en un contexto hostil ha sido la revista Desliz, que desde el ao 2007 ha publica-do tres nmeros. Dirigida por la escritora y artista Lizabel Mnica, colaboradora deCacharro(s), la revista se propone desde su pgina web como espacio de intercambiointercultural y transnacional.

    La revista busca establecer puentes entre las prcticas culturales vivas de distintos pasesy continentes. Otro de sus objetivos es romper la frontera vigente entre Cuba y el resto delmundo, y entre los cubanos que habitan la isla y la dispora nacional.4

    Es sin duda revelador que la mayor parte de las revistas alternativas que surgen en elcampo cultural de la isla insista en su alcance transnacional, en su decidida voluntad deescapar a los lmites nacionales, y en incluir en sus pginas no slo a los escritores resi-dentes fuera de Cuba sino a escritores de diferentes tradiciones culturales. En esa mismalnea est una de las revistas culturales de ms reciente aparicin, Voces, que nace en elao 2010 y se edita en papel y electrnicamente. En esta publicacin colaboran algunasde las voces ms conocidas de la denominada blogosfera cubana, como Yoani Sn-chez, Miriam Celaya y Claudia Cadelo, quienes se arriesgan a ofrecer una visin alterna-tiva de la realidad cubana en sus crnicas de lo cotidiano. En la revista publican ademsmuchos de los escritores que se dieron a conocer en Cuba a principios de los aos noven-ta, algunos de los cuales siguen residiendo en la isla (Ena Luca Portela, Orlando LuisPardo Lazo o Daniel Daz Mantilla), aunque en su mayora se encuentran diseminadosen la dispora (Enrique del Risco Enrisco, Jorge Ferrer, Ernesto Hernndez Busto,Antonio Jos Ponte). La revista se describe en su primer nmero como un

    [d]ossier de discursos dismiles, dentro y fuera de Cuba. Una veintena de escritores y unaventana para mirar dentro y fuera de Cuba. Voces de cambio y continuidad, veloces al puntode lo inverosmil. Inditos y reciclados, inauditos as en papel como en la pantalla. Al Estedel Paraso. Ms locuaces que lderes de nada, maratonistas de la resistencia retrica. De caraal cuerpo crudo, sin pacateras polticas, pedaleando entre lo espiritual y lo estpido, repor-tando al pie de la horda, ficcionando los huecos negros de una nao que zozobra en su necianocin de nacin. Maneras de narrar nuestra desidia desideolgica en pleno siglo XXI.5

    Voces se hace eco de la opinin de un buen nmero de escritores y pensadores resi-dentes en la isla, quienes exigen su derecho a no ser juzgados por ideologas preconcebi-das ni vinculados con sistema poltico alguno. Estos escritores encuadran su prctica cul-tural en un espacio que no est limitado por los dictados del gobierno nacional.

    Al mismo tiempo que las revistas culturales, en Cuba han aparecido slidos proyec-tos de alcance transnacional que, desde la cultura y el pensamiento, buscan abrir espa-

    16 Ana Beln Martn Sevillano

    4 Revista Desliz, en: (06.06.2011).5 Revista Voces, en: (12.07.2011).

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 16

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    cios de libre expresin. ste sera el caso de Estado de SATS, un proyecto colectivo cre-ado en el ao 2010 que no se expresa a travs de una publicacin, sino mediante encuen-tros grabados que se difunden a travs del ciberespacio. No obstante, debido al estrictocontrol existente en la isla con respecto a Internet, las revistas antes citadas han operadocon muchas dificultades. Es entonces en la dispora donde se ha abierto una importantezona cultural alternativa gracias a las revistas virtuales que operan de manera relacional,considerando la produccin cultural de Cuba sin especificidades geogrficas.

    3. Nuevas perspectivas: las revistas transnacionales de la dispora cubana

    En el entramado de una dispora cada vez ms nutrida y, en gran medida, articuladagracias a la tecnologa, el campo cultural cubano en la dispora ha sido construido noslo en virtud de la creciente obra de escritores y artistas residentes fuera de Cuba quehan entrado en los mercados internacionales, sino muy especialmente a travs de laspublicaciones peridicas. La vitalidad de las revistas culturales es una de las ms nota-bles constantes del campo cultural cubano del siglo XX. Tal y como mencionbamosanteriormente, buena parte del debate literario que se abre a partir de los aos ochenta hagirado en torno al significado del proyecto del grupo Orgenes, que precisamente seexpres a travs de la revista homnima, hoy smbolo del nacionalismo cultural (Sn-chez Mejas 1997; Daz 2005). La importancia que se le concede a la revista literaria enla tradicin literaria acompaa a muchos de quienes decidieron salir de Cuba a partir de1959. Desde los aos sesenta hasta hoy el nmero de revistas culturales impresas edita-das por cubanos en el extranjero supera con creces el medio centenar, y si se tienen encuenta las publicaciones electrnicas ms recientes el nmero se acerca a la centena(Rodrguez Sardias 2008). La mayora de las revistas impresas han sido editadas enEstados Unidos, siendo algunas de ellas, como Areito (1974-1981), Linden Lane Maga-zine (1982-presente) o Mariel (1983-1985), hitos de la historia literaria cubana. En buenaparte, estas revistas no pudieron escapar al signo poltico que marcaba todo lo relativo aCuba en el contexto de la Guerra Fra, a pesar de que en algunas de ellas, como AlacrnAzul (1970-1971), escandalar (1978-1984) o jule (1994-1995), existi una voluntadexpresa de centrarse nicamente en asuntos literarios.

    En el afuera del territorio de la isla, el campo cultural cubano no slo percibe loscambios que se estn experimentando dentro, sino que se alimenta tambin de ellos,especialmente gracias al notable nmero de intelectuales que van saliendo durante losaos noventa. Es precisamente de ese cruce y nueva coyuntura de donde surge una de lasrevistas ms importantes de las publicadas en la dispora, Encuentro de la Cultura Cuba-na, que se gesta a principios del ao 1996 en Madrid, a raz de unos encuentros crticosorganizados por la Casa de Amrica y la Universidad Complutense en los que, precisa-mente, se trat de presentar de manera conjunta la obra de escritores residentes en Cubay en el exilio. Inicialmente el proyecto editorial nace de los esfuerzos de Jess Daz,quien resida en Madrid desde 1994, junto con los de Po Serrano y Felipe Lzaro, direc-tores de las editoriales Verbum y Betania, respectivamente, que se haban fundado enMadrid a finales de los aos ochenta. Sin embargo, tanto Serrano como Lzaro abando-naron la revista tras la publicacin del tercer nmero, pasando a colaborar con la RevistaHispano Cubana, surgida en 1998 tambin en Madrid y con un posicionamiento ideol-

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 17

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 17

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    gico algo ms conservador. Jess Daz fue director de Encuentro hasta su fallecimientoen el ao 2002, cuando fue reemplazado por Manuel Daz Martnez, quien fue acompa-ado sucesivamente en la direccin por dos figuras clave en el pensamiento cubano con-temporneo, Rafael Rojas y Antonio Jos Ponte. En el ao 2009, tras trece aos de ope-ratividad y 54 nmeros publicados, Encuentro dej de publicarse.

    Entre los muchos aciertos de esta revista est el de haber establecido un dilogo conun buen nmero de las publicaciones seriadas ms importantes del campo cultural cuba-no, publicando a autores afiliados con alguna de ellas o traduciendo y reproduciendoartculos ya publicados por stas. En Encuentro publican casi todos los miembros de larevista Dispora(s), por ejemplo, as como tambin muchos de los colaboradores deTemas y del resto de las revistas de la isla, como La Gaceta o Unin. En lneas generales,la revista se propuso precisamente como un punto de encuentro y confluencia de las dife-rentes posibilidades de la cultura cubana. As, por ejemplo, en el nmero 34/35 se le haceun homenaje a Carmelo Mesa-Lago, en el cual no slo se celebra su brillante trayectoriaprofesional y la importancia de su obra para los estudios socio-econmicos contempor-neos sobre Cuba, sino que tambin se reconoce el papel fundamental que Cuban Studiesha tenido en el campo socio-cultural cubano. Mesa-Lago fund esta revista acadmica en1979, editndola personalmente hasta 1990. Publicada desde la Universidad de Pitts-burgh, donde Mesa-Lago ha sido catedrtico de economa, Cuban Studies se fue consti-tuyendo poco a poco como una de las publicaciones acadmicas sobre Cuba de mayorsolidez y rigor, debido en gran parte a su carcter interdisciplinar y a la inclusin de dife-rentes perspectivas ideolgicas. Pero Encuentro no slo rindi tributo a Mesa-Lago ycelebr la contribucin de Cuban Studies, tambin present en espaol el trabajo demuchos colaboradores de la revista de Pittsburgh, como el de Marifeli Prez Stable,ampliando el alcance de ste al ofrecerlo en espaol.

    En su nmero 40, publicado en la primavera del 2006, Encuentro plantea ya explci-tamente la existencia de un campo cultural cubano transnacional al incluir un dossiersobre las revistas culturales que se haban publicado en el exilio desde la dcada del 60.El dossier, coordinado por Jorge Ferrer, se titula sucintamente Revistas cubanas del exi-lio, pero lleva el elocuente subttulo de Reinvencin de un espacio nacional, lo queanuncia al lector que Encuentro tiene conciencia de pertenecer a un entramado transna-cional que viene desde hace dcadas dando forma a la cultura cubana. Tras un informati-vo artculo panormico de Carlos Espinosa, el dossier incluye trabajos sobre importantespublicaciones seriadas cubanas editadas fuera de Cuba, como Areto, Apuntes Posmoder-nos, escandalar, Gungara Libertaria o Linden Lane Magazine, as como sobre algunasde las revistas electrnicas ms destacadas. Es este aspecto inclusivo y extensivo, en eltiempo y en el espacio, el que hace que Encuentro sea una de las primeras revistas cuba-nas en explicitar la conciencia de la existencia de una dinmica cultural cubana transna-cional. Con ello, Encuentro desmonta conceptualmente el vnculo que el pensamientotradicional estableca entre sociedad y nacin, proponiendo la existencia de una sociedadcubana articulada desde diferentes territorios en virtud de conexiones e intereses comu-nes, y no exclusivamente en funcin de su insercin en un Estado nacin (Basch/GlickSchiller/Szanton Blanc 1994; Levitt/Glick Schiller 2004).

    Por otra parte, la revista ha rendido homenaje especial a figuras clave del campo cul-tural cubano de los ltimos cincuenta aos, tanto de la isla como de su dispora. El pri-mer nmero, publicado en el verano de 1996, sirvi como homenaje a Toms Gutirrez

    18 Ana Beln Martn Sevillano

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 18

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Alea, quien haba muerto pocos meses antes. A partir de entonces la revista rendir tribu-to a muchos intelectuales y artistas que decidieron vivir fuera de Cuba, como GastnBaquero, Antonio Bentez Rojo, Manuel Moreno Fraginals, Heberto Padilla o Jos Tria-na, pero tambin dedicar varios nmeros a figuras clave dentro del campo cultural inter-no establecido a partir de los aos sesenta, como Antn Arrufat, Eliseo Diego, Fina Gar-ca Marruz o Virgilio Piera, entre otros. La diversidad de las figuras homenajeadas, elcarcter plural de la obra por stos realizada y su diverso perfil ideolgico hablan de unainclusividad que borra los bordes tradicionalmente impuestos a la hora de definir la cul-tural nacional cubana. Encuentro propone entonces una cultura nacional que no respondea fronteras territoriales ni polticas, sino al nuevo escenario de la comunidad cubana,transnacionalizada, en tanto que aspectos fundamentales de su identidad y cultura depen-den de relaciones dispersas, ubicadas en un mapa que excede los lmites del Estadonacin.

    A partir del ao 2000, Encuentro se desdobla, abriendo un peridico virtual: Encuen-tro en la Red o Cuba Encuentro (), que al da de hoyse ha convertido en uno de los medios informativos sobre Cuba ms completos. Patroci-nado por el gobierno de Espaa, Cuba Encuentro se autodefine como un espacio de an-lisis y reflexin de la comunidad transnacional cubana, ocupndose de los temas deactualidad que afectan e interesan a los cubanos (migracin, deportes, msica, historia,economa, etc.), pero atendiendo tambin al escenario internacional. En el sitio web deesta publicacin se abri un archivo con todos los nmeros de Encuentro de la CulturaCubana digitalizados y de acceso libre. Sin embargo, la crisis que acab con la publica-cin de Encuentro en el ao 2009 afect tambin a Encuentro en la Red, lo que tuvocomo consecuencia que buena parte de su equipo editorial abandonara la revista, entreellos el escritor Antonio Jos Ponte. Este grupo abri un nuevo diario digital, Diario deCuba (), que tambin se ha convertido en uno de los mediosde difusin ms consultados por la comunidad cubana internacional gracias a su partici-pacin en varias redes sociales.

    Al igual que los diarios, las revistas virtuales florecen en la dispora cubana durantela ltima dcada, y buena cuenta de ello da el trabajo recopilatorio que Osvaldo Rodr-guez Sardias realiza en el ao 2008, consistente en un listado comentado de gran partede las revistas publicadas en la dispora cubana. De entre ellas, y por la afinidad de pen-samiento que comparte con Dispora(s), es necesario citar la revista Cubista Magazine() editada entre los aos 2004 y 2006 por un elenco trans-nacional de escritores y crticos cubanos: Carlos A. Aguilera (Alemania), Nstor Daz deVillegas (Estados Unidos), Ernesto Hernndez Busto (Espaa), Idalia Morejn (Brasil),David Landau (Estados Unidos), Rolando Snchez Mejas (Espaa) y Enrico MarioSant (Estados Unidos), y donde se publican artculos de crtica literaria y cultural. Elltimo de sus nmeros incluye un completo dossier sobre dos de los proyectos culturalesde carcter civil ms importantes de los que aparecieron en Cuba a finales de los aosochenta y principios de los noventa, PAIDEIA y Tercera Opcin. Integrado por variasdecenas de escritores e intelectuales, el proyecto PAIDEIA surgi a finales de 1988 comoiniciativa cultural, proponiendo una zona cultural libre de las consignas polticas. Por suparte, la iniciativa de Tercera Opcin propona la democratizacin del pas evitando lasdicotomas ideolgicas excluyentes e integrando a aquellos que haban decidido mar-charse de la isla. Las instituciones culturales y polticas pusieron gran empeo en que

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 19

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 19

  • Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    estos proyectos fueran silenciados y desaparecieran, por lo que su actividad fue necesa-riamente breve. Sin embargo, su impronta fue muy importante en el posicionamientopblico y la obra de buena parte de los escritores y pensadores de la generacin que entraen escena en los aos noventa. El dossier de Cubista Magazine facilita los documentoscreados por aquellos grupos, de inters para la investigacin cultural y de casi imposibleacceso hasta ese momento. No resulta extrao que varios de los integrantes de PAIDEIApasaran a formar parte del proyecto Dispora(s) y que, de una u otra manera, su obraactual an coincida con gran parte de los presupuestos ideo-estticos que ya fueron esbo-zados en estos manifiestos germinales. De estos grupos salen algunas de las voces msimportantes de la intelectualidad cubana contempornea, como Antonio Jos Ponte,Rafael Rojas o Rolando Snchez Mejas, cuya obra y labor cultural ha contribuido aensanchar los lmites de la denominada cultura nacional cubana.

    Pero de las revistas electrnicas aparecidas en la dispora, quiz La Habana Elegan-te sea la de mayor representatividad, no slo por su larga trayectoria, sino tambin por lavariedad y calidad de lo publicado en ella. Dirigida desde los Estados Unidos por Fran-cisco Morn, la revista se propone como continuacin del semanario modernista delmismo nombre, una publicacin artstica y literaria que se edit en La Habana entre1883 y 1891, y en la que colabor Julin del Casal. De hecho, segn su director (Morn2011), La Habana Elegante surge como homenaje a Casal, tras un largo proyecto gesta-do en la Cuba de los aos noventa que slo viene a materializarse una vez Morn sale deCuba para asentarse en los Estados Unidos en 1998. A Casal se le dedica religiosamenteuna seccin de la revista titulada Hojas al viento. Adems de esta ltima, la revistaconsta de otras secciones, dedicadas a diferentes gneros o asuntos literarios y tanto decreacin como de crtica. Originalmente centrada en temas cubanos, La Habana Elegan-te ha ido progresivamente abrindose al panorama literario latinoamericano, aunque sinabandonar su inters primordial por la literatura cubana. Morn, que colabor estrecha-mente con miembros de PAIDEIA y Dispora(s) en la Cuba finisecular, ha sabido mante-ner la calidad de la revista gracias a peridicas renovaciones y a un selecto y variadoelenco de colaboradores. En la actualidad, la revista incluye tres zonas: una acadmicaque selecciona artculos crticos evaluados previamente, una literaria y una ltima quefunciona como archivo de textos literarios. Dentro de la zona literaria figura la seccinde poesa La azotea de Reina que evoca el espacio cultural que Reina Mara Rodrguezabri en su casa durante los aos noventa. En esa tertulia se dieron a conocer los poetasms importantes de finales de los aos ochenta y principios de los noventa, quienes sonhoy figuras fundamentales del campo literario cubano y residen tanto dentro como fuerade la isla. As, en esta azotea virtual abierta por La Habana Elegante se ha publicado lapoesa de aquellos creadores que se dieron a conocer en la azotea fsica de la casa deRodrguez, como Emilio Garca Montiel, Norge Espinosa, Pedro Marqus de Armas,Antonio Jos Ponte, la misma Reina Mara Rodrguez o Rolando Snchez Mejas.

    Al igual que Encuentro, la vala y el xito de La Habana Elegante reside en la rele-vancia y heterogeneidad de los autores que publican en ella, as como de los temas yautores tratados, que van desde los clsicos de la literatura cubana, como Emilio Balla-gas, Jos Lezama Lima, Dulce Mara Loynaz, Severo Sarduy o Virgilio Piera, a figurasde la actualidad, como Ena Luca Portela o integrantes del grupo de poesa y performan-ce Omni Zona Franca. Sin embargo, la caracterstica ms notable de esta revista es suhabilidad para integrar y dar cuenta de la actividad del campo cultural cubano en toda su

    20 Ana Beln Martn Sevillano

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 20

  • extensin a travs de secciones literarias como La lengua suelta, Ecos y murmulloso el apartado de reseas. As, en la primera de las secciones mencionadas, un escritorcubano, amparado annimamente bajo el pseudnimo de Fermn Gabor, comenta conirona asuntos mundanos acontecidos entre los escritores cubanos, mientras que la segun-da desgrana las publicaciones y acontecimientos ms notables del campo cultural, tantoliterario como artstico. La informacin ofrecida es amplia y logra dar cuenta a los lecto-res de lo que va sucediendo en un panorama literario ubicado en mltiples lugares, inclui-da la isla de Cuba. En este sentido se convierte en una zona de confluencia, una zona enla que los autores cubanos pueden coincidir y dialogar a travs de sus artculos, obviandolas limitaciones geogrficas o polticas. Esta zona de intercambio cultural que La Haba-na Elegante ofrece resulta un aporte fundamental a la transnacionalizacin y apertura delcampo cultural cubano.

    4. Conclusiones

    Durante los ltimos treinta aos, a medida que el nmero de cubanos que vive fuerade la isla ha ido creciendo, la dispora cubana ha ido tomando forma y con ella la trans-nacionalizacin de las relaciones entre los miembros de la sociedad cubana. Aunquequienes viven en Cuba no forman lgicamente parte de su dispora, s participan de eseflujo de fuerzas transnacionalizadas que afectan a todas las reas de desarrollo social,desde la economa a la cultura. As, resulta coherente deducir que si la revista cultural hasido uno de los ejes centrales de la cultura del siglo XX en Cuba, tambin lo seguir sien-do en la dispora. Hoy da, la Revista de Avance es una referencia necesaria a la hora deanalizar la obra de los autores de la primera mitad del siglo XX, as como tambin esnecesario aludir a Cicln cuando se habla de Virgilio Piera. De igual manera, la revistafundada por Lezama, Orgenes, ha servido para denominar a toda una generacin litera-ria y, por extensin, a una determinada forma de entender la prctica literaria: el orige-nismo.

    Durante las tres primeras dcadas de la Revolucin las revistas culturales del campocultural cubano se definan por dnde se publicaban, dentro o fuera, e incluan auto-res y temas en virtud de su situacin geopoltica. Sin embargo, a partir de los aos noven-ta se aprecia en las revistas culturales una creciente tendencia al debate y al dilogo, locual desarticula la concepcin tradicional de que la sociedad se sita en el centro delEstado nacin. Gracias a la colaboracin de autores ubicados tanto dentro como fuera dela isla, y a la discusin sobre la textura de la identidad cubana, en estas revistas se empie-za a conceptualizar una sociedad que rompe con los esquemas utilizados en las ltimasdcadas por la visin del mundo implantada por la Revolucin. Adems, los intelectua-les, escritores y artistas que en ellas participan van tomando conciencia de pertenecer auna comunidad desplazada y descentralizada que cobra fuerza y sentido en tanto que estprecisamente dispersa. El dilogo, la conciencia de comunidad dispersa y la elaboracinde la identidad en funcin de ello se realizan tanto en revistas minoritarias, como Dis-pora(s) o Cubista Magazine, como en otras de mayor alcance, como Encuentro de laCultura Cubana. Es en el espacio de confluencias que estas revistas crean donde se estfraguando la identidad cubana del siglo XXI como un espacio fluido de experiencias queabre la puerta a las numerosas posibilidades del ser cubano. Ms all de esto, la publica-

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 21

    Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 21

  • cin de gran parte de estas revistas de manera electrnica ha aumentado exponencial-mente su impacto y el alcance de su recepcin. Como en el caso de otras disporas, laarticulacin de la dispora cubana se debe en buena parte a las posibilidades de comuni-cacin e intervencin en la arena pblica que la tecnologa de la informacin ha facilita-do (Brinkerhoff 2009). De manera paralela, el campo cultural cubano se ha modificadoradicalmente en las ltimas dos dcadas, abrindose a las posibilidades de lo mltiple ydiferente, gracias al intercambio de ideas y el debate surgido desde los foros culturalesde Internet y, muy especialmente, desde las revistas culturales, alguna de las cualeshemos analizado en este artculo.

    Las publicaciones peridicas de la dispora cubana nos hablan en el ao 2012 de unasociedad cubana que intenta sobrepasar los estrechos lmites ideolgicos impuestos porel largo gobierno autoritario, estableciendo lazos antes rotos y abriendo espacios deintercambio cultural e ideolgico.

    Bibliografa

    Aguiar Daz, Jorge Alberto (2003): Preliminar. En: (15.07.2011).

    Aguilera, Carlos Alberto (2002): El arte del Desvo. Apuntes sobre Literatura y Nacin. En:Dispora(s). Documentos, 7/8, pp. 1-4.

    Aja Daz, Antonio (2007): La migracin desde Cuba. En: Aldea Mundo. Revista sobre Fronte-ras e Integracin, 22, pp. 7-16.

    Amor, Elas (2011): Espaa: la llegada de cubanos disminuye desde 2005, pero crecen los nacio-nalizados. En: Diario de Cuba (02.02.2011), (13.06.2011).

    Azcuy, Hugo (1995): Estado y sociedad civil en Cuba. En: Temas, 4, pp. 105-110.Barberia, Lorena (2002): Remittances to Cuba: An Evaluation of Cuban and U.S. Government

    Policy Measures. En: (10.06.2011).

    Basch, Linda/Glick Schiller, Nina/Szanton Blanc, Cristina (1994): Nations Unbound. Transna-tional Projects, Postcolonial Predicaments and Deterritorialized Nation-States. New York:Routledge.

    Blue, Sarah A. (2005): From Exiles to Transnationals? Changing State Policy and the Emer-gence of Cuban Transnationalism. En: Fernndez, Damin J. (ed.): Cuba Transnational.Gainesville: University Press of Florida, pp. 24-41.

    Bourdieu, Pierre (1997): La variante sovitica y el capital poltico. En: Bourdieu, Pierre: Razo-nes prcticas. Barcelona: Anagrama, pp. 27-32.

    Brah, Avtar (1996): Cartographies of Diaspora. London: Taylor & Francis.Brinkerhoff, Jennifer M. (2009): Digital Diasporas. Identity and Transnational Engagement.

    Cambridge/New York: Cambridge University Press.Carranza, Julio/Monreal, Pedro/Gutirrez, Luis (1995): Cuba, reestructuracin econmica,

    socialismo y mercado. En: Temas, 1, pp. 27-35.Casamayor Cisneros, Odette (2009): Confrontation and Ocurrence: Ethical-Esthetic Expression

    of Blackness in Post-Soviet Cuba. En: Latin American and Caribbean Ethnic Studies, 4, 2:103-135.

    Clifford, James (1992): Travelling Cultures. En: Grossbeg, Lawrence/ Nelson, Cary/Treichler,Paula (eds.): Cultural Studies. New York: Routledge, pp. 96-116.

    22 Ana Beln Martn Sevillano

    Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 22

  • Chomsky, Noam (1995): La democracia y los mercados en el nuevo orden mundial. En: Temas,4, pp. 79-92.

    De la Fuente, Alejandro (2008): The New Afro-Cuban Cultural Movement and the Debate onRace in Contemporary Cuba. En: Journal of Latin American Studies, 40, pp. 697-720.

    Dimkovska, Lidija (2004): Entrevista a Carlos A. Aguilera. En: Cacharro(s), 6-7, pp. 78-84.Daz, Duanel (2005): Los lmites del origenismo. Madrid: Colibr.Duany, Jorge (2001): Redes, remesas y paladares: la dispora cubana desde una perspectiva

    transnacional. En: Nueva Sociedad, 174, pp. 40-51. (2005): Revisiting the Cuban Exception. En: Fernndez, Damin J. (ed.): Cuba Transna-

    tional. Gainesville: University Press of Florida, pp. 1-23.Eckstein, Susan (2010): Immigration, remittances, and transnational social capital formation: a

    Cuban case study. En: Ethnic and Racial Studies, 33, 9, pp. 1648-1667.Ferguson, R. James (2003): The Transnational Politics of Cuban Music and Cuban Culture. En:

    Culture Mandala, 6, 1, (12.06.2011).Fernandes, Sujatha (2006): Cuba Represent! Cuban Arts, State Power, and the Making of New

    Revolutionary Cultures. Durham: Duke University Press. Garca, Edmundo (2007): Entrevista a Rafael Hernndez. En: Espacio Laical, 4, s/p.Giraudon, Liliane (2001): Dispora(s): Consideraciones intempestivas. Entrevista a C. A. Agui-

    lera y Pedro Marqus de Armas. En: Dispora(s) Documentos, 6, pp. 58-60.Grenier, Guillermo J. (2006): The Creation and Maintenance of the Cuban American Exile Ide-

    ology: Evidence from the FIU Cuba Poll 2004. En: Journal of American Ethnic History, 25,2-3, pp. 209-224.

    Hernndez, Rafael (1994): La sociedad civil y sus alrededores. En: La Gaceta de Cuba, 1, pp.21-31.

    (2011): Entrevista del da. En: El mostrador TV, (22.06.2011).

    Hernndez Martnez, Jorge (1995): Miradas desde afuera: poltica y estudios sobre Cuba en losEstados Unidos. En: Temas, 2, pp. 49-57.

    Hoffmann, Bert (1998): La reforma que no fue. El resurgimiento de las ciencias sociales enCuba y la reaccin del Estado. Un panorama de las recientes publicaciones sobre la crisiseconmica, poltica y social de la isla. En: Encuentro de la Cultura Cubana, 10, pp. 71-83.

    (2010): Bringing Hirschman Back In: Exit, Voice, and Loyalty in the Politics ofTransnational Migration. En: The Latin Americanist, 54, 2, pp. 57-73.

    (2011): Civil Society 2.0? How the Internet Changes State-Society Relations in AuthoritarianRegimes: The Case of Cuba (GIGA Working Papers 156). En: (22.06.2011).

    Levitt, Peggy/Glick Schiller, Nina (2004): Conceptualizing Simultaneity: A Transnational SocialField Perspective on Society. En: International Migration Review, 38, 3, pp. 1002-1039.

    Lpez, Iradia H. (2004): De Alacrn Azul a Apuntes Posmodernos: exilio, etnicidad y disporacubana. En: Revista Iberoamericana, LXX, 207, pp. 455-471.

    Marqus de Armas, Pedro (1997): Orgenes y los ochenta. En: Dispora(s). Documentos, 1.Martn-Sevillano, Ana Beln (2008): Sociedad civil y arte en Cuba: cuento y artes plsticas en el

    cambio de siglo (1980-2000). Madrid: Verbum.Mesa-Lago, Carmelo (2011). El congreso del PCC y la economa cubana. En: El Pas, 26 de

    mayo, (10.06.2011).

    Morn, Francisco (2011): Nuestra historia. En: (22.07.2011).

    Nuez, Ivn de la (1998): La balsa perpetua. Soledad y conexiones de la cultura cubana. Barcelo-na: Casiopea.

    Las revistas culturales como agente transnacional del campo cultural cubano del siglo XXI 23

    Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 23

  • Ong, Aihwa (1999): Flexible Citizenship. The Cultural Logics of Transnationality. Durham/London: Duke University Press.

    Prez, Louis A. (1995): Historia, historiografa y estudios cubanos: treinta aos despus. En:Temas, 2, pp. 22-35.

    Rodrguez Chvez, Ernesto (1995): El debate cubano sobre la cubanologa: un debate crtico.En: Temas, 2, pp. 79-85.

    Rodrguez Sardias, Osvaldo (2008): Instituciones y revistas culturales cubanas. En: LpezMorales, Humberto (ed.): Enciclopedia del Espaol en los Estados Unidos. Madrid: InstitutoCervantes/Santillana, pp. 567-592.

    Rojas, Rafael (1999): Dispora y literatura. Indicios de una ciudadana postnacional. En:Encuentro de la Cultura Cubana, 12-13, pp. 136-146.

    (2002): Los derechos de una cultura exiliada. En: El Nuevo Herald, 28 de noviembre, p. 29.Snchez Mejas, Rolando (1997). Olvidar a Orgenes. En: Dispora(s). Documentos, 1, pp. 18-19.Spadoni, Paolo (2004): U.S. Financial Flows in the Cuban Economy. En: Transnational Law &

    Contemporary Problems, 14, pp. 81-117.Tambiah, Stanley J. (2000): Transnational Movements, Diaspora, and Multiple Modernities.

    En: Daedalus, 129, 1, pp. 163-194.Valds, Nelson P. (1995): Estudios cubanos en los EE UU. En: Temas, 2, pp. 5-12.West-Durn, Alan (2005): Raps Diasporic Dialogues: Cubas Redefinition of Blackness. En:

    Fernndez, Damin J. (ed.): Cuba Transnational. Gainesville: University Press of Florida,pp. 121-150.

    24 Ana Beln Martn Sevillano

    Iber

    oam

    eric

    ana,

    XII

    I, 4

    9 (2

    013)

    , 7-2

    4

    Rev49-01 8/4/13 22:08 Pgina 24