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Reseñas

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  • VILAR, Mar, El espaol, segunda lengua en los Estados Unidos. De su enseanzacomo idioma extranjero en Norteamrica al bilingismo, Murcia, Servicio de Publi-caciones de la Universidad de Murcia, 2003 (2.a ed.), 731 pp.

    Tras este ttulo, algo desorientador, se presenta un voluminoso estudio sobre losorgenes de la enseanza del espaol en los Estados Unidos, desde su fundacin en 1776hasta su definitiva configuracin continental en 1848. La publicacin procede de unatesis doctoral realizada desde el punto de vista de la historia de la enseanza y laintroduccin de las lenguas modernas en el currculum educativo norteamericano. Atien-de con especial esmero, por lo tanto, a la renovacin y secularizacin de la enseanzamedia y superior en ese pas, proceso en el que desempe un importante papel la incor-poracin de las lenguas modernas a los planes de estudio. Esta es la obra de una espe-cialista en filologa y en didctica de lenguas extranjeras, pero realizada con una pre-cisin histrica extraordinaria y con un especial empeo en contextualizar su tema deinvestigacin. Eso hace que tenga un gran inters para los historiadores interesados enla proyeccin internacional de Espaa. Es un libro de una gran erudicin, muy bien pre-sentado y escrito en un estilo elegante que hace sumamente agradable su lectura.

    La introduccin de la enseanza del espaol se hizo en un proceso paralelo, y enaquella poca de forma subordinada, al desarrollo de la enseanza del francs y delalemn. El francs era la lengua de prestigio y de comunicacin internacional que todapersona cultivada deba conocer. El alemn se sostena en la presencia de importan-tes ncleos de inmigracin germanfona. El espaol, por su parte, se apoyaba en laventaja de ser una lengua de inters comercial, por los importantes contactos entre lospuertos de la costa Este y los mercados latinoamericanos. Difcilmente se le recono-ca al espaol las cualidades literarias y formativas que se atribuan al francs o al ale-mn, pero su inters prctico hizo que se abriera paso en los departamentos de lenguasvivas ayudado por una continua demanda. Influyeron tambin los designios polticosde la clase dirigente norteamericana respecto a las nuevas repblicas hispanas. El pro-pio Thomas Jefferson, reformador del William and Mary College, entenda que la difu-sin de la lengua castellana era un asunto polticamente prioritario: una vez elimina-da Francia del continente y relegada Gran Bretaa al Canad y a sus enclaves antillanos,el continente se repartira entre la naciente repblica norteamericana y Espaa; an

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    ISSN: 0214-400X

  • despus de ser sta eliminada como potencia poltica en el hemisferio occidental, Am-rica continuara perfilada en dos grandes reas, anglfona e hispanfona.

    Mar Vilar realiza un detenido estudio de la penetracin del espaol en los centrosde enseanza pioneros de la poca, los de Filadelfia, Virginia y Harvard, y en aque-llos que conservaron un modelo ms clsico, como Yale, y cmo esa innovacin sefue extendiendo a los colleges y universidades del resto del pas. Da noticia de lossucesivos catedrticos, instructores y tutores de espaol, analiza sus obras, las tcni-cas didcticas empleadas y sus aportaciones metodolgicas. Muchos de estos profe-sores de espaol procedan de la inmigracin poltica hispano-cubana radicada en Nue-va York, Filadelfia y Nueva Orleans. All surgieron tambin los primeros centroseditoriales en lengua castellana y los primeros peridicos de Estados Unidos publi-cados en espaol.

    Un tratamiento aparte merecen los grupos hispanfonos de antiguo asentamientoexistentes antes de 1848 en Luisiana, Florida y Texas, que fueron sometidos a un inten-so proceso de anglizacin antes y despus de la anexin. El estudio acaba en 1848,cuando se consuma la anexin de California y de todo el suroeste del pas arrancadoa Mxico. La presencia del espaol en esos nuevos territorios adquiere otra dimensinpor la presencia de una importante base demogrfica que se mantiene hasta hoy da yque se ha renovado por los sucesivos aportes de inmigracin latinoamericana.

    Aunque esta tesis no es propiamente un estudio del desarrollo del hispanismo nor-teamericano, sino de la enseanza del castellano en el sistema universitario de ese pas,contiene informaciones muy interesantes y anlisis muy sabrosos sobre sus grandesfiguras: fillogos y literatos como Ticknor, Longfellow o Lowell, historiadorescomo Prescott, Bryant o Motley, y escritores como Irving. El hispanismo eruditonorteamericano fue temprano en el tiempo anterior incluso al ingls y al francs,pero reducido en nmero de practicantes y considerado siempre como un productoextico en los medios universitarios norteamericanos. Sin embargo, sus cultivadoresalcanzaron un nivel cientfico y acadmico extraordinario, influyendo decisivamenteen el hispanismo internacional y no menos en los estudios literarios realizados en Espa-a. La mejor prueba de ello es el enorme prestigio e influencia que alcanz la Histo-ria de la literatura espaola de Ticknor durante toda la segunda mitad del siglo XIX,y an en parte del siglo XX. Pero lo ms sorprendente fue el extraordinario xito popu-lar que obtuvieron algunas obras de este reducido pero selecto grupo de hispanistas:las historias de los Reyes Catlicos, de la conquista de Mxico por Corts y del Perpor Pizarro, las tres de Prescott, fueron autnticos best sellers de la poca, editados yreeditados por decenas de miles de ejemplares, traducidos a numerosas lenguas, y porello, creadoras de una perdurable imagen de lo espaol en el mundo anglosajn queha pervivido hasta hoy da. Richard Kagan ha llegado a definir como el paradigmaPrescott ese conjunto de clichs forjados en aquella poca de romanticismo y erudi-cin, que tanto influy en la manera de ver la civilizacin hispana desde los prspe-ros y protestantes Estados Unidos. El reciente libro coordinado por el propio RichardL. Kagan, Spain in America. The origins of Hispanism in the United States, Urbanaand Chicago, University of Illinois Press, 2002, es un perfecto complemento al estu-dio de Mar Vilar. Estos hispanistas e hispanfilos despertaron el inters del pbliconorteamericano hacia una civilizacin y una cultura atractiva por extica, valoriza-

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    ron las grandes obras del Siglo de Oro espaol, novelaron la historia de la Espaamusulmana y los grandes hitos de su historia imperial. Hicieron, por lo tanto, una apor-tacin fundamental al empeo de reconocer a la cultura espaola un papel protago-nista en el despliegue de la cultura occidental, algo que tanto ha preocupado a gene-raciones de intelectuales espaoles. En contrapartida, ignoraron totalmente laEspaa de su tiempo por no estar a la altura de su glorioso pasado. La Espaa del sigloXIX era considerada una especie de inmenso yacimiento arqueolgico y un museo enalmoneda del que se podan extraer innumerables tesoros artsticos con los que ador-nar las bibliotecas y las colecciones de las naciones prsperas. Esta es la dobleherencia que dej esa fascinante generacin de eruditos norteamericanos enamoradosde Espaa. Mar Vilar los sita en su contexto: el desarrollo de los Colleges y univer-sidades de la costa este norteamericana, las innovaciones pedaggicas de la poca, elcreciente inters por las leguas vivas y las literaturas modernas. Fue el desarrollo yesplendor de las universidades y academias norteamericanas que contrastaba tanvivamente con la decadencia que sufran simultneamente las espaolas las que cre-aron las condiciones para que se desarrollara ese hispanismo tan peculiar, reducido ennmero de praticantes pero con un enorme xito de pblico.

    Es una lstima que este estudio acabe en 1848 y no prolongue sus indagaciones has-ta conectar con la gran explosin que conoce la enseanza del espaol en Estados Uni-dos a partir de la Segunda Guerra Mundial, o por lo menos hasta la Primera GuerraMundial, cuando se percibe a escala reducida el fenmeno que se multiplicar despus.La primera guerra contra Alemania hundi el prestigio de los estudios germanistas ysu lugar fue inmediatamente ocupado por el hispanismo. La nueva importancia con-cedida a Amrica Latina en el contexto de la guerra europea contribuy tambin a larevalorizacin de la enseanza del espaol. Incluso la creciente aceptacin del origenhispano de la mitad sur del pas como parte de la herencia nacional contribuy tambina esta nueva moda del espaol. La tercera dcada del siglo XX conoci un extraordi-nario impulso de la demanda del espaol, decisivo para su transformacin en lasegunda lengua en los Estados Unidos. Y lo ms importante, este nuevo impulso se hizocon la colaboracin del mundo acadmico espaol, especialmente de la Junta paraAmpliacin de Estudios basta recordar el papel que jug el Instituto de las Espaasdirigido por Federico de Ons. La literatura y la cultura espaola del siglo XX empe-z a ser considerada tambin digna de estudio en los campus norteamericanos.

    Mar Vilar nos ha entregado, por lo tanto, un estudio ejemplar de la etapa prelimi-nar de una interesantsima historia que llega hasta nuestros das: los progresos del espa-ol en Estados Unidos y, con l, el complejo de imgenes, ideas preconcebidas yprejuicios valorativos asociados a la civilizacin hispana en ese pas. Desde luego,este no es un tema balad: la presencia de cuarenta millones de hispanohablantes y lacreciente importancia sociopoltica de la minora hispana han puesto estas cuestionesen el centro del debate pblico. En Espaa, porque hay quien quiere ver en este fen-meno el Gobierno de Jos Mara Aznar dio numerosas pruebas de ello una ven-taja extraordinaria y una oportunidad nica para estrechar la alianza poltica con lanica superpotencia. En Estados Unidos vase la ltima obra de Samuel Hunting-ton y la polmica que ha suscitado porque los sectores ms conservadores ven enello la principal amenaza a la identidad norteamericana forjada en el molde anglosa-

  • jn a base de fundir elementos heterogneos en el crisol nacional. El futuro del espa-ol en Estados Unidos nos interesa a todos, pero antes de formular proyectos ms omenos arbitristas, o de enredarnos en polmicas cargadas de prejuicios ideolgicos,conviene detenernos en estudios rigurosos como ste que analizan el inicio de un pro-ceso que est lejos de agotarse.

    Antonio NIO

    MARTNEZ LPEZ, Fernando, La barbera de la Almedina. Los orgenes delsocialismo almeriense, 1880-1903, Universidad de Almera, 2003, 390 pgs.

    La historia poltica de la Andaluca de la Restauracin es uno de los campos quems se han beneficiado de la renovacin metodolgica que ha experimentado esta dis-ciplina de la historia en los ltimos aos y Fernando Martnez, profesor Titular de His-toria Contempornea de la Universidad de Almera, acaba de ofrecernos el primer fru-to consistente un libro de su obra como historiador: un estudio de la formacinde la identidad obrera en Almera, y de la consolidacin del movimiento socialista,desde los inicios de la Restauracin canovista hasta los primeros aos del reinado deAlfonso XIII, cuando se cierra el ciclo organizativo de las sociedades obreras ydecae la conflictividad laboral. Autor de una tesis doctoral sobre el republicanismoalmeriense de la Restauracin que fue defendida en la Universidad de Granada a fina-les de los ochenta, el profesor Martnez Lpez tuvo que dilatar la publicacin de aquelexcelente trabajo porque los compromisos de su dedicacin a la vida municipal impu-sieron un comps de espera a sus trabajos de investigacin.

    Liberado desde hace algunos aos de ese compromiso absorbente, la comunidaduniversitaria ha ganado un historiador de empuje que no ha perdido nada de su buenolfato ni de su amor por el trabajo riguroso. Eso es muy buena noticia porque, lejosde procurar labrarse una carrera acadmica a travs de contactos polticos, nuestrohombre ha preferido volver al trabajo serio y a recuperar la plena sintona con ambien-tes de investigacin que nunca haba abandonado del todo. Con ello ha demostrado loque muchos ya sabamos: que ama los archivos y las hemerotecas y est en excelen-tes condiciones para realizar una aportacin de primera magnitud a la historia polti-ca de esa desconocida provincia andaluza. Su penetracin de historiador, y tal vez laexperiencia acumulada en tantos aos de vida municipal, le han hecho adentrarsecon rara familiaridad por los caminos que hoy son habituales en la recuperacin de lahistoria poltica que se experimenta desde hace algn tiempo: una historia polticamenos preocupada por los aspectos institucionales, organizativos o ideolgicos quepor las circunstancias ordinarias del quehacer poltico. Una historia ms atenta a laspersonas concretas que a las siglas de las organizaciones.

    El punto de arranque de la historia que se cuenta en este libro lo sita en una bar-bera de la Almedina, que era un lugar de reuniones polticas, pero era tambin muchoms: centro de lectura, mbito de reflexin sobre cuestiones candentes, escuela demoralidad pblica y privada y, en definitiva, un espacio de sociabilidad en donde lasgrandes opciones polticas de la vida espaola se traducan al plano de la realidad coti-

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    diana, adquiran las caractersticas de una verdadera cultura poltica. Antonio Her-nndez Clemente, el barbero, era el alma de aquel lugar y su mujer, Dolores, le secun-daba ejemplarmente en la tarea. Cuando ella muri de sobreparto, en 1901, dos milobreros se reunieron para su entierro y dieron un testimonio apabullante del ascen-diente de una mujer andaluza, que haba gastado su vida en el trabajo y en la crianzade una caterva de chavales.

    Personas como ella fueron los protagonistas de la maduracin de las organiza-ciones obreras en una provincia marginal, analfabeta, mal comunicada con la propiapennsula, y excesivamente dependiente de una economa agraria y extractiva que noofreca otras alternativas que la emigracin a Orn o la organizacin de actividades deresistencia a una mano blanca que, con el pretexto de la amenaza de una Manonegra, forzaba a las clases trabajadoras a una pobreza sin esperanza.

    Fernando Martnez nos cuenta toda esa historia con nombres, con muchos nombres,lo que la convierte en una historia apasionante. Criadas que amenazan con envenenar alas seoras, conserjes de sociedades obreras sobornados por alcaldes, o jesuitas en cam-paa abierta contra la Masonera. Esa es la historia que nos ayuda a entender verdade-ramente las mentalidades de aquellas clases trabajadoras de finales del siglo XIX.

    Fernando Martnez ha vuelto a la historia poltica espaola y cabe esperar que,en los prximos aos, podamos seguir disfrutando de los frutos de su dedicacin yde su buen hacer de historiador.

    Octavio RUIZ-MANJN

    TITOS MARTNEZ, Manuel, Rodrguez-Acosta. Banqueros granadinos, 1831-1946,LID Editorial empresarial, Madrid, 2004, 488 pgs.

    La relacin entre capital y poltica ha sido uno de los aspectos ms expuestos asimplezas y lugares comunes en la historiografa poltica que hemos tenido quesufrir desde hace muchos aos y resulta estimulante que nuevas generaciones de his-toriadores sean capaces de abordarlo sin dejarse llevar por los tpicos. Eso es lo queocurre con el presente libro de Manuel Titos, catedrtico de Historia Contemporneade la Universidad de Granada. Como seala Gabriel Tortella en la introduccin deeste estudio de las actividades de la familia Rodrguez-Acosta durante ms de un siglode la vida granadina, ste es un libro largamente esperado y, desde luego, nadiealberg nunca la menor duda de que lo hara Manuel Titos. Desde la publicacin desu tesis doctoral, a finales de los aos setenta, es la mxima autoridad en la historiafinanciera andaluza y ya haba adelantado all una rica informacin sobre esa dinas-ta de banqueros que, por iniciativa de una mujer Teresa Acosta, est presenteen la vida econmica granadina desde pocos aos antes de que se inicie el reinado deotra mujer Isabel II y protagoniza algunas de las empresas ms decisivas en lacaracterizacin de la economa de esa tierra. El azcar, la electricidad y el turismo ser-an algunas de las apuestas empresariales que cimentaron el xito de esta empresa finan-ciera que tuvo diversas razones sociales, y una casi completa continuidad, durante esesiglo largo que se estudia en el libro.

  • El problema que presenta este tipo de estudios es, con frecuencia, el de la esca-sez de fuentes, que no es el caso que se presenta en este libro. Para hacer el estudioManuel Titos ha contado con la suerte pero tambin con el mrito de encontrary ordenar una documentacin completsima sobre esa banca familiar que le ha per-mitido manejar informacin de una calidad y de una riqueza que no es frecuenteencontrar en el estudio de las empresas privadas. El nmero y el detalle de los cua-dros estadsticos es sencillamente abrumador y revela centenares de detalles suge-rentes para el lector. Pero ni los cuadros estadsticos suplen al texto literario, ni lasimple acumulacin documental asegura la informacin histrica. Y no se olvide eldicho americano: los nmeros no mienten, pero los mentirosos pueden dar nme-ros (figures cant lie, but liars can figure). Hace falta el historiador de mente claray de pluma fcil que ponga orden y sentido sobre este aluvin de nmeros al queManuel Titos da siempre su ms profunda significacin para hacer una muy buenahistoria empresarial que bien podra quedar como paradigma de otras investigacio-nes que seran muy deseables para un conocimiento ms completo de la historia empre-sarial espaola.

    Con todo ese material el autor nos ofrece un panorama absorbente de la vida eco-nmica y poltica en un largo periodo de la Granada que va desde el reinado de Isa-bel II al de Alfonso XIII. El volumen tiene, adems, el aliciente de que ilustra un aspec-to poco documentado de nuestro pasado histrico como es el de la participacin de losempresarios en la vida poltica. Despus de dcadas de soportar simplificaciones ytpicos sobre las relaciones entre el capital y la poltica (que no empezaron a pericli-tar hasta trabajos como los de Varela Ortega y Mercedes Cabrera) conforta leer aqudatos valiossimos sobre el liderazgo que dos miembros de la dinasta Rodrguez-Acos-ta ejercieron sobre el conservadurismo granadino de los aos finales de la Restaura-cin, o las flexibles relaciones que el segundo de ellos mantuvo con el socialista Fer-nando de los Ros. Los que nos interesamos ms por la historia poltica nos quedamoscon las ganas de conocer ms en detalle esa documentacin, que parece de excepcio-nal importancia para conocer los mecanismos de la vida poltica local, tan necesita-dos de liberarse de simplificaciones y frases hechas.

    Los resultados son ciertamente ptimos y Manuel Titos ha hecho, con este libro,una aportacin de primera magnitud al conocimiento del pasado granadino ms recien-te y, a la vez, ha brindado un estupendo modelo para un tipo de trabajos que sera dese-able que se repitiesen en otras empresas. Es posible que libros como ste abran cami-nos efectivos para la renovacin de nuestra vida poltica.

    Octavio RUIZ-MANJN

    GONZLEZ-POLA DE LA GRANJA, Pablo: La configuracin de la mentalidad mili-tar contempornea (1868-1909), Madrid, Ministerio de Defensa, 2003, 407 pp.

    Esta obra es deudora directa de todas las aportaciones historiogrficas engendra-das en el mbito de los estudios militares, que se iniciaron en los aos setenta y tienencontinuidad en la actualidad e incidieron, desde el primer momento, en presentar al

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    conjunto castrense como un colectivo que muestra una serie de caractersticas inter-nas propias. De esta forma, hasta el da de hoy, han supuesto un gran aporte para com-prender la evolucin del colectivo bajo la marcha de la Historia de Espaa. En con-secuencia, la investigacin desarrollada por el Teniente Comandante Don Pablo Gonzlezque supone una parte sustancial de la tesis doctoral presentada por l mismo en laFacultad de CC. de la Informacin (2002) constituye un paso importante en el escu-driamiento acerca de la totalidad que representan y componen los hombres dedica-dos al mundo de las armas.

    Uno de los primeros intereses de este libro reside en la metodologa empleada paraadentrase en la realidad mental aproximada en la que est inserto el elementohumano que compone la Milicia. Se trata, pues, de un estudio que intenta acercarseal conjunto que forman estos hombres armados, desde los planteamientos que subya-cen a la historia social; por ello, evita destacar las grandes figuras y se centra en lasdisyuntivas y convulsiones que a lo largo del periodo seleccionado (1868-1909), con-ducen a fijar una determinada mentalidad militar, dejando en un plano secundario alos grandes personajes castrenses.

    Por otro lado, su obra est respaldada por un amplio cotejo de fuentes primariasde informacin (documentacin militar, principalmente) custodiadas tanto en los archi-vos pblicos como privados militares y las bibliotecas anejas a estos, tanto las hist-ricas como las que se encuentran en el interior de los recintos propiamente castrenses.Es un dato a tener en cuenta el conocimiento previo de los fondos en los que se sus-tenta la investigacin pues, como seala el propio autor a lo largo de toda la obra, esuna realidad innegable que la documentacin manejada es grandiosa y en un primermomento puede abrumar al lector que se adentra en las sucesivas pginas del mundopropio de los militares profesionales de finales del siglo XIX. Con esta profunda laborde crtica documental, se puede decir que el objetivo de la obra ha sido altamente alcan-zado por su autor, pues la mentalidad militar aparece no slo como un elemento pro-pio de los militares, sino que adems se ve propulsado tanto por los acontecimientosy hechos externos a ellos como por los cambios que va experimentando la propiaInstitucin.

    Como punto de partida, el autor presenta en su obra el recorrido histrico por elque atraviesa la Milicia a partir de los hechos polticos y reinados que se van suce-diendo en Espaa, sin recurrir en ningn momento a la presentacin de un mundo cas-trense doblegado ante las coyunturas polticas, sino que el anlisis de la realidad sesustenta bajo lo que desde el mundo militar ha ido aconteciendo para que quede esta-blecido lo que les es propio.

    Por otra parte, este estudio apunta diversas hiptesis sobre el significado que tuvie-ron los militares en el siglo XIX, perodo que denomina como el siglo de los milita-res por el destacado papel que tuvo la formacin de la mentalidad de estos hombresen el conjunto del devenir nacional.

    La estructura interna de la obra se apoya en el desarrollo de seis captulos queamplan las consideraciones sobre la mentalidad militar. Cada divisin est estructu-rada en epgrafes donde se conjuga los momentos polticos ms significativos de lacronologa seleccionada y las manifestaciones militares que se suceden amparndo-las en ese conjunto. La ltima parte est dedicada a la bibliografa y la localizacin de

  • las fuentes manejadas, para que de esta manera el lector siempre pueda acudir al ori-gen de la cuestin.

    El objetivo que se marca el autor es muy claro: presentar al conjunto militar comoun grupo social ms, donde sus caractersticas internas priman ms que su talantepoltico, distancindose as de aquellos trabajos donde slo y exclusivamente se ana-liza al Ejrcito como un grupo poltico sin tratar un aspecto primordial y primero,esto es, su valor como conjunto social antes que poltico o ideolgico. As pues, Gon-zlez-Pola de la Granja va ms all al investigar sobre los componentes que deno-tan una mentalidad fluctuante y evita, desde sus planteamientos, las ideas estereoti-padas que intentan presentar a la Milicia como un sector inmvil a lo largo de laHistoria.

    Por consiguiente, el siglo XIX es el punto de arranque donde se pueden observartodas las matizaciones que se van sucediendo dentro de la institucin social militar yque harn al conjunto castrense inaugurar el siglo XX con unas fuertes convulsionesinternas.

    Por otra parte, las vinculaciones polticas de los militares son analizadas no conrelacin a ellos mismos como individuos armados sino como ciudadanos. Este enfo-que lo que pretende el autor es profundizar en la realidad latente y presente en losinicios del siglo XIX y la participacin activa de determinados militares en la vidapoltica espaola, a travs de los recurrentes y mltiples pronunciamientos que acon-tecen. La pregunta acerca de si est manifestacin prctica de un determinado sectormilitar es la tnica dominante en todo el conjunto o, por el contrario, dentro de esetodo hay otras realidades que son las que verdaderamente conducen y guan a los hom-bres castrenses en su desarrollo interno, es la gua para el desarrollo del trabajo.

    La opinin militar es el centro donde se puede observar la mentalidad de la Mili-cia, pero Gonzlez-Pola de la Granja advierte de los peligros que implica conducir lainvestigacin slo por medio de la prensa militar, donde la opinin que se expresa noes la propiamente intrnseca militar y, para localizar esta mentalidad hay que condu-cir la mirada hacia las publicaciones que estn en un plano ms interno del conjuntoque se denomina Ejrcito.

    Tres aportaciones destacan de toda la obra; el anlisis de los acontecimientos quecondujeron a Espaa a la I Repblica, la figura del Rey-soldado que cobra fuerza duran-te la Restauracin y, los centros donde se potencia la sociabilidad militar fuera de losrecintos propiamente castrenses.

    La primera de estas contribuciones, presenta todas las caractersticas que empe-zaron a emerger dentro de la mentalidad militar justo desde la salida de Isabel II deEspaa. Es necesario destacar la parte que dedica el autor a los problemas que empe-zaron a manifestar el Cuerpo de Artilleros por sus vinculaciones con diferentes ideaspolticas, la llegada de Amadeo I de Saboya, y cmo este monarca intent moderni-zar a todo el conjunto castrense, medidas que quedaron inconclusas debido a los acon-tecimientos que precipitaron su cada y llevaron a Espaa a un sistema republicano.

    La segunda est en conexin directa con el nuevo cariz que adopta la monarquaespaola durante la Restauracin. La figura del Rey-soldado se empieza a desplegaren la persona del Alfonso XII y perfila las lneas sobre las que se asentar esta ima-gen en el futuro Alfonso XIII.

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    La tercera es la ms innovadora dentro de la investigacin, por cuanto se presen-tan los centros militares de reunin que surgen en la ltima dcada del siglo XIX,que sern organismos muy importantes tanto para fijar la mentalidad castrense comopara afianzar los lazos de unin de la oficialidad militar en un mismo recinto sin pres-tar atencin a los diferentes Cuerpos y Armas de los que procedan. En este sentido,el anlisis del Ateneo del Ejrcito y de la Armada es muy preciso tanto en la formade establecer la vida activa del mismo como la personalidad que los fundadores ver-tieron en la Institucin. Deudor de ste ltimo, sera el Centro del Ejrcito y de laArmada, insistiendo en la importancia como ateneo cultural que desarrolla misionesculturales que difunden la mentalidad y cultura castrense en la sociedad civil. Con estaaportacin, se muestra que la actividad intelectual del grupo militar fue tremendamenteactiva y que las iniciativas que se desarrollaron en su seno calaron hondamente en elconjunto de la Milicia.

    A modo de balance final, slo nos resta apuntar que el libro al que nos hemosenfrentado ha sido escrito por un militar que abstrae su profesin, y dirige sus inves-tigaciones hacia el colectivo civil interesado en el mundo militar, tratando para ello deemplear un lenguaje sencillo que, ciertamente, no presenta ningn problema de com-prensin.

    Slo sera deseable que este trabajo, centrado en el intento de reflejar la mentali-dad de la elite militar, hubiera continuado para hacer de la tropa un objeto de estudioque matizase aun con mayor detalle el cuadro, pues aunque la evolucin de la tropa notiene una continuidad absoluta dentro del conjunto militar, tambin se empapan de lascoordenadas que guan al Ejrcito durante esta poca. Independientemente de este deta-lle, se trata de una excelente obra que no deja sin desarrollar ninguno de los objetivosque el autor plantea. Aun as, no es una investigacin cerrada, sino que con ella se pre-tende trasmitir al lector que el mundo militar es un campo todava por descubrir, y losmilitares y su profesin un mundo que todava le falta mucho por quedar perfilado.

    Ana Isabel SIMN ALEGRE

    BLANCO LPEZ, Juan; VALCUENDE, Jos Mara: (ed.): Hombres. La construc-cin cultural de los hombres, Madrid, Talasa ediciones Arco Iris. 2003, 233 pp.

    El libro que a continuacin se presenta, surgi tras las jornadas realizadas en laUniversidad Pablo Olavide en diciembre de 2001 y entre sus objetivos principales seencontraba el de presentar al pblico interesado en cuestiones relacionadas con el gne-ro, los aspectos ms sobresalientes que forman parte de lo masculino.

    La obra tiene una estructura interna muy precisa, con tres partes perfectamentediferenciadas en funcin de los temas que se desarrollan en cada una de ellas y losdiversos autores que han aportado sus investigaciones en torno a las cuestiones queaqu se manejan. El conjunto se abre con una introduccin donde quedan expuestaslas lneas argumentales bsicas que contextualizan todos los captulos. Se define elconcepto de masculinidades para generar en el lector la familiarizacin con laconceptualizacin que va a ser comn entre todos los autores y en las sucesivas pgi-

  • nas que reflexionan sobre los componentes que aportan las caractersticas esencialesa los individuos masculinos. El conjunto de peculiaridades que forman parte de laconstruccin cultural de las masculinidades es especificado, esto se deduce a travsde la definicin que se da en la introduccin: (...) como construcciones culturales ehistricas, pensadas y creadas desde cada sociedad y cultura. Entendidas tanto comoelemento simblico hegemnico y normativo al que aspirar, como prcticas diversasque inciden en la superacin de la creencia de la esenciabilidad del modelo, y por tan-to abiertas a la posibilidad, individual y estructural, de transformacin (p. 6).

    Las tres partes en las que se divide el libro, estn expresadas bajo los siguientesepgrafes: Modelos, practicas y contextos, compuesto por cuatro aportaciones dediferentes autores. En este apartado se teoriza a partir de la observacin emprica dela realidad que subyace a los componentes ms sobresalientes que estn en la raz delo que define a los hombres, como por ejemplo utilizando el contexto de los partidosde ftbol y como en este ambiente se reflejan unas pautas determinadas de lo mascu-lino (Pedro A. Cantero).

    El siguiente lleva como ttulo genrico Representaciones, cuerpos y sexualida-des, formado a su vez por cuatro apartados. Este conjunto insiste sobre como se plas-ma en la prctica ntima (mundo de los sentidos y la sexualidad) de los individuos, laslneas principales de lo que configura las masculinidades y lo que la sociedad entien-de como tales realidades y las consiguientes transgresiones que acontecen en el con-texto diario. Macarena Hernndez Ramrez conjuga en sus pginas la realidad y eldeseo y como ambas se reflejan en los medios de comunicacin.

    Como ltimo apartado, encontramos Mirando al futuro. Se reflexiona en loscuatro epgrafes sobre las lneas hacia las que va a tender la identidad actual referidaa los hombres de hoy, destaca el estudio de Joseph Vicent Marques.

    Con todos estos artculos, se presenta a los hombres dentro del mundo que lesrodea, entendidos como sujetos partcipes de una serie de construcciones culturalesque afectan al desarrollo interno de su condicin social, a lo largo de un determinadoperiodo de tiempo, expuesta a factores que van configurando su propia identidad. Elanlisis que cada autor aporta en el conjunto de la obra versa sobre los diferentes pun-tos lgidos donde los contrastes con relacin a su identidad se ven ms afectados, tan-to en cuanto sufren alteraciones (este es el caso del anlisis de Pedro A. Cantero queinsiste sobre los rituales iniciaticos que se pueden observar durante el periodo de antes,durante y despus en el que los hombres son llamados a filas) o por qu simplemen-te adopta en la expresin pblica de sus caractersticas viriles, determinadas matiza-ciones (el anlisis de Mario Francisco Mena Mndez tiene este sentido).

    Aunque este estudio se caracteriza por aplicar una metodologa determinada, laantropologa cultural, lo sustancial de la obra es cmo presenta las diferentes formasen las que se expresan las masculinidades, como fenmenos de formacin culturalen la base de la evolucin propia que han ido adoptando las diferentes sociedades. Pre-sentar lo masculino como elemento relacionado directamente con los hombres (enten-dido el trmino no con el sentido de sustantivo universal sino como definicin de larealidad masculina) abre sustancialmente las puertas de otro tipo de estudios donde elobjetivo a desarrollar sea justamente la formacin de los estereotipos que van for-mando parte de la realidad de los hombres.

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    El balance de conjunto de la obra es positivo, porque consigue establecer una fuer-te conceptualizacin; representando la realidad que afecta a lo masculino no comoun hecho simple, sino en un primer momento presentada como plural. De ah que seinsita sobre las masculinidades como el conjunto de construcciones culturales impe-rantes, quedando lo masculino para aquellas manifestaciones que se producen pordebajo de lo que impera en una sociedad o conjunto de individuos-hombres.

    Para el historiador sensibilizado con los temas que se estn debatiendo desde lasposiciones que tocan la metodologa del gnero, supone una ampliacin sustancialen sus miras de investigacin, dando pie a que los estudios que han tenido como obje-to de estudio lo femenino, puedan conducir hacia lo masculino. Ambas realidades estnsujetas a las construcciones que se van aconteciendo en una sociedad y siempre rela-cionadas estrechamente con su propia evolucin.

    Ana Isabel SIMN ALEGRE

    FUSI AIZPURA, Juan Pablo: El malestar de la modernidad. Cuatro estudios sobrehistoria y cultura. Madrid, Biblioteca Nueva, 2004. 122 pp.

    Este libro no es un libro corriente. No lo es porque narrar hoy, como aqu hace elprofesor Fusi, la evolucin histrica de las ideas, de la literatura, de la ciencia o delas formas estticas del siglo XX, para mostrarnos su relacin con un proceso tan com-plejo y ambiguo como fue el de la modernidad en este periodo, bien sea de una for-ma general o de un modo ms particular, es hablar de algunas de las cuestiones quehoy se debaten en foros muy diferentes y desde perspectivas muy distintas.

    El autor rene en este breve volumen, poco ms de 120 pginas, cuatro artculoscomplementarios, uno indito y tres ampliamente corregidos, de los que se puede sacaruna gran idea comn, que la historia es un proceso libre, mltiple y abierto, pues estsujeta a todo tipo de fuerzas, racionales e irracionales, que hacen que se produzcantanto progresos como rupturas, lo que la aleja de cualquier posible generalizacin abs-tracta. Esta es la tesis principal que se puede sustraer de la lectura del primer artcu-lo, el nico indito y que lleva por ttulo El siglo XX: el siglo de la modernidad, yel cuarto, La cultura en Espaa: el siglo XX. En estos dos ejercicios de sntesis dela evolucin de la cultura durante el siglo XX, uno de forma general y otro el referi-do al caso de Espaa, el autor nos explica que el siglo XX fue un siglo de continui-dades y de cambios drsticos ms o menos duraderos donde, por diferentes causas ymotivos, se formularon, desde la conciencia de crisis de civilizacin de comienzosde siglo, corroborada por las dos guerras mundiales y la Guerra Civil segn el caso,y la idea de progreso del conocimiento, que supuso un nuevo desarrollo cultural quehizo surgir nuevas incgnitas, soluciones a problemas que ponan en duda algunosde los supuestos que haban permanecido vigentes desde la Ilustracin. Porque fueen el siglo XX cuando ya no se acept la vigencia de la idea racionalista de la exis-tencia de soluciones completamente vlidas para todos los hombres, en cualquiermomento y lugar. La vida del ciudadano se haca cada vez ms compleja, porque lassoluciones a los problemas hacan surgir nuevas e inesperadas incertidumbres que per-

  • petuaban en el ciudadano ese sentimiento de malestar con los procesos de moderni-zacin, o simplemente de rechazo hacia ellos. Aunque eso no supuso en ningn momen-to la completa desvinculacin de la cultura europea, y la espaola como parte de ella,de ciertos dogmatismos ideolgicos perjudiciales.

    Esta es otra idea que se puede extraer de los dos artculos restantes, Lewis Namiery Orwell: el camino hacia . Ambos son un breve recorrido por las vidasde estos dos intelectuales y una descripcin del significado de algunas de sus obras.En ambos estudios se resalta una idea clara; la aceptacin de supuestos ideolgicoscomo dogmas polticos pueden privar al hombre de conocer la realidad de los hechos,as como la perversin de la idea de libertad y progreso puede conducir a la implan-tacin de sistemas polticos totalitarios que nieguen al hombre precisamente eso, sulibertad y su progreso.

    De L. B. Namier, un autor poco conocido en nuestro pas pero una de las princi-pales referencias dentro de la historiografa anglosajona, el profesor Fusi hace un rela-to de los aspectos ms destacados de su biografa, resaltando su origen judo y pola-co, pero que tras una breve estancia en Suiza, lleg al Reino Unido siendo an unadolescente universitario, donde se form como historiador, una trayectoria personalque le hizo ser un historiador doblemente ingls. En este sentido, su vida y obra esun amplio compendio de enseanzas en defensa de un liberalismo de talante conser-vador, lo que explica su admiracin por Disraeli o Churchill, y de un inters porrevelar las fuerzas e intereses oscuros que, segn Namier, eran el motor de la histo-ria. As, no es extrao que, como empirista analtico que era, sus estudios sobre losnacionalismos fueran una muestra de su rechazo a esta ideologa, sus estudios sobrela historia de Europa fueron un alegato contra el dogmatismo ideolgico que rigi aAlemania, desde el II al III Reich, y la influencia en el continente de su nacionalismoromntico y de su forma exagerada y distorsionada, el nacionalsocialismo, al igualque sus trabajos sobre el siglo XVIII en Inglaterra, su gran pasin, negaban muchosde los presupuestos en los que se haba basado la historiografa whig.

    Por ltimo, el artculo sobre G. Orwell es un repaso al significado de parte de suobra, principalmente 1984, y de cmo se vio influida sta por sus experiencias per-sonales. Y es que si los trabajos de Namier fueron una crtica a los dogmatismosideolgicos whigs o nacionalistas, 1984 fue una crtica al sistema totalitario en quese convirti la URRS stalinista y la difusin de sus planteamientos por una parte delmundo. sta fue, para Fusi, la denuncia que el autor quera hacer pblica, dejar cons-tancia de que, en defensa de la libertad y progreso, la URSS haba evolucionado haciaun modelo tan desptico, represivo y homogeneizador como el aqul del que inten-taban liberarse. Una realidad contra la que Orwell manifest la idea de recuperar elsentido individualizador, liberador y democrtico del socialismo, para lo que habaque alejarse de los perniciosos romanticismos ideolgicos sobre los que se produjoesta evolucin.

    Lo cierto es que Orwell, como tambin Namier, crea que los problemas de loshombres eran verdaderos y que podran resolverse si el saber y la buena fe prevalec-an sobre la ignorancia y la maldad.

    Csar ANTONA ANTN

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    VIGARA TAUSTE, Ana Mara y JIMNEZ, Rosa Mara (eds.): Gnero, sexo y dis-curso, Madrid, Laberinto, 2003, 415 pp.

    Este libro aborda la investigacin sobre el gnero a travs de una serie de aporta-ciones elaboradas por diversos especialistas en la materia. Analizada en su conjunto,se trata de una obra que insiste sobre la validez y legitimacin del trmino gnerocomo categora de anlisis admitida para cualquier tipo de estudio que intente abor-dar la problemtica sobre la formacin de condiciones determinadas y precisas refe-ridas tanto a hombres como mujeres.

    As pues, las tres palabras sobre las que se sustenta el ttulo de este libro gne-ro, sexo y discurso hacen referencia a realidades sobre las que se apoya el conjun-to de la obra, pues lejos de ser artculos independientes tratan de presentar, en los obje-tivos a desarrollar, una amalgama de conexiones reales entre las tres realidades. Deesta manera, se consigue trasmitir a los lectores la interrelacin de dos realidades dife-rentes, gnero y sexo, partiendo para su anlisis de las mltiples y variadas manifes-taciones que adoptan en la expresin verbal.

    Por todo ello, aunque alejada de una perspectiva histrica, asienta magistralmen-te las lneas metodolgicas primordiales que debe tener en cuenta e intentar aplicar,en la medida de lo posible, cualquier investigacin que pretenda dotar de una pers-pectiva de anlisis similar a la que en este libro se esboza. Por tanto, hemos trado acolacin este estudio para resaltar la validez que tienen estas aportaciones, que en unprimer momento pueden parecer tan alejadas de la investigacin histrica, para enfa-tizar la importancia que tienen para el conjunto de la ciencia histrica los avances enmateria de gnero y sexo que se producen en cualquier disciplina.

    La obra est compuesta por diez captulos realizados por diferentes especialistas,donde cada uno adopta una metodologa propia pero que tienen como nexo deunin el estudio de la realidad social, a partir de la bsqueda en la expresin dellenguaje, las diferentes realidades que convergen en la formacin del gnero y el sexo.En ella, se combina la reflexin sobre la utilizacin que se da en la realidad social altrmino gnero, relacionado con los problemas que dentro del conjunto social actualse presentan unidas al uso de esta expresin, cargada desde el principio de una fuer-te disputa.

    A continuacin se destacan las ideas principales de los captulos de la obra.Agrupndolas por similitudes metodolgicas que faciliten la compresin global de lapresente obra.

    El captulo I. elaborado por Soledad de Andrs Castellanos, Violencia degnero?, compone un discurso sustentado sobre las polmicas suscitadas en torno ala expresin que titula su investigacin. Primero, expone las crticas desfavorables ala misma, exponiendo cmo el trmino gnero ha ido quedando reflejado en los dic-cionarios de la lengua espaola y los matices que empieza a presentar esta realidadpara, posteriormente, presentar las voces que se concentran en favor de la citada expre-sin. La autora refleja de una manera ntida la problemtica que subyace a la expre-sin, y la ligereza con la cual se aplica en el lenguaje formal, sin que haya un conoci-miento previo sobre la realidad latente que implica introducir en una expresin elvocablo gnero.

  • El captulo IV, escrito por Pilar Garca Mouton, tiene una lnea de desarrollo pare-ja al anterior. Gnero como traduccin de gender: anglicismo incmodo?, pre-senta la evolucin del trmino gnero a lo largo de las investigaciones que se hanido produciendo en este campo. Perfilar este recorrido no es casual y tiene como finestablecer la eficacia con que se utiliza en lengua castellana este vocablo y diferen-ciarlo expresamente de la realidad que afecta al sexo.

    Rosa M.a Jimnez Cataln, en el captulo VII La representacin del factorsexo/gnero en manuales y revistas en la lingstica aplicada esboza el caso con-creto en que las realidades diferentes (sexo y gnero) se presentan en las obras dedi-cadas a la lingstica. La investigacin centrada en la naturaleza misma del lenguajeha ido gradualmente ampliando sus miradas hacia las dos realidades, justificada porel aumento de obras y estudios dedicados a estas cuestiones.

    La relacin ntima de gnero y sexo se manifiesta claramente en el captulo II,Homosexualidad y heterosexualidad en los diccionarios: tab lingstico o cuestinde gnero?. Realizado por M.a ngeles Calero Fernndez, esbozando manifestacio-nes diversas de las prcticas sexuales y como a travs de los diccionarios se definenlas que son aceptadas como correctas por la sociedad (a travs de la imagen que seda de esto en los diccionarios de la lengua espaola) para establecer que el mundo ylos componentes relacionados directamente con lo sexual estn estrechamente unidoscon las ideas que subyacen a la construccin social del gnero.

    Ana M.a Vigara Tauste, apuesta en el captulo X, titulado Del texto al discurso:sexo y gnero en los anuncios de relax, por el anlisis en la prctica de las dos rea-lidades a travs de los anuncios de relax que se publican en la prensa espaolaactual. Se centra en resaltar lo que el lector sobreentiende al leer las escuetas pala-bras que los forman, donde con lo que se juega no es con el producto que se ofertasino con las personas que pueden entrar en la transaccin del servicio ofertado. No sonanuncios que tengan una variaciones formales claras, sino que las matizaciones obser-vadas son muy dbiles y hacen referencia directa a si el anuncio lo formaliza unhombre o una mujer.

    Los captulos III Coeducacin a travs de la clase de ingls: un ejemplo prc-tico del tratamiento explcito del tema transversal en el sistema educativo espa-ol, elaborado por Almudena Fernndez Fontecha, y IX Uso de estrategiascomunicativas de gnero en adolescentes. Un estudio de conversaciones homogne-as y heterogneas de un pequeo grupo de jvenes, por M.a Luisa Pramo, son losms prcticos del libro, pues recogen experiencias recogidas para resaltar las diferentesmatizaciones que tienen las formas de expresin en grupos determinados por las rea-lidades que afectan a gnero y sexo.

    La manifestacin escrita del lenguaje est directamente relacionada con la formaen que se expresa cada gnero y dentro de esta lnea argumental se sita el captuloV, La columna periodstica escrita por mujeres: su experiencia de lo cotidiano, redac-tado por M.a Elena Gmez Snchez. Al escribir, las mujeres plasman no slo lo quequieren sino que dejan de una manera menos explcita aquellos rasgos que las distin-gue como sujetos sociales femeninos. El captulo VIII Representacin de la mujeren la msica tradicional y country Norteamrica de Julieta Ojeda Alba busca lasmatizaciones que aparecen en la cancin americana cuando se describe a la mujer,

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    donde los rasgos que se presentan tienden a simplificarse en los estereotipos maneja-dos por los agentes sociales y qu elaboran las canciones. Por tanto, es un estudioque implica de manera directa a los dos sujetos de la sociedad, hombre y mujeres, aun-que en planos aparentemente independientes; los hombres (en su mayora) son los queredactan las canciones y las mujeres y el mundo que las rodea las que quedan encierta forma reflejadas.

    Por ltimo, y no por ello menos importante con relacin al conjunto de la obra estel captulo VI realizado por M.a Jess Hernez Lerena, Formas cannicas de identi-dad masculina y femenina en las narraciones oficiales: el caso de una autobiografacontempornea de mujer. Ya desde el ttulo, presenta la doble realidad que tiene paraesta investigadora el anlisis de gnero enunciando lo masculino y femenino dentrode la creacin literaria, referida a la forma en que se recrea lo vivido por unos sujetos alo largo de su experiencia vital. Marcando las diferencias que se presentan con relacina quin es el qu escribe, mostrando a travs de la palabra escrita su propia identidad.

    A lo largo de las 415 pginas que comprende la obra aqu expuesta queda aclara-do hacia donde tiende la investigacin relacionada con las realidades que afectan algnero y al sexo, basndose en las pistas que proporciona el lenguaje. ste, abordadodesde diferentes perspectivas de estudio, afianza en el lector riqueza de recursos; lointrnseco en su forma interna y como ciertamente es una realidad que el sujeto inte-rioriza y saca al exterior todo lo aprendido y vivido.

    El lenguaje y la terminologa que se emplea para nombrar los hechos y las mani-festaciones que van acaeciendo, colocan a los trminos de gnero y sexo como dosrealidades que deben ser atendidas por su complejidad y que deben quedar fuertementeasentadas en sus contenidos internos para que no lleven a equvocos y sean referentede aplicacin para cualquier estudio o perspectiva que se quiere abordar.

    El apoyo bibliogrfico que cada uno de los captulos del libro contiene, es muyimportante en este tipo de estudio, pues permite al lector tanto familiarizado con lasrealidades que aqu se han desarrollado como aquel que por primera vez se enfrentaa esta clase de investigacin, la posibilidad de ampliar y cotejar todo lo que aqu se haido exponiendo.

    Por ltimo, cabe destacar la actualidad de los temas que toca la obra. La excelen-te introduccin con la que se abre el conjunto del libro presenta al lector, en grandeslneas, los patrones que han guiado a que una obra de esta naturaleza vea la luz. Esmaterial indispensable para el debate interno que se suscita cuando se traen a debatecualquiera de las tres realidades aqu destacadas gnero, sexo y discurso.

    Ana Isabel SIMN ALEGRE

    VILAR, Pierre: Pensar histricamente. Reflexiones y recuerdos. Barcelona, Crtica(Biblioteca de Bolsillo), 2004, 242 pp.

    Hace ya algunos aos, en un coloquio acerca de Tun de Lara, Miguel Artola sepreguntaba si tenan biografa los historiadores. Esta misma cuestin fue la que nosplanteamos poco despus, en un seminario realizado en este Departamento Los

  • historiadores espaoles y la historiografa: una historia viva, y fui yo mismo quienpuso al propio Artola en la tesitura de realizar un ejercicio de egohistoria, que fue todauna leccin magistral.

    Sin embargo, frente a las mucho ms prolficas de los escritores, las autobiograf-as, libros de memorias, o simplemente biografas de historiadores, son an muy esca-sas en Espaa. No sucede as en otros lugares, donde es algo ms frecuente que algu-nos destacados historiadores decidan reflexionar sobre su propia vida. Tal es el caso dela reciente y popular autobiografa de Eric Hobsbawn, o de la que ahora nos ocupa.

    Pierre Vilar ya se haba enfrentado a diversos ejercicios autobiogrficos envarios artculos y entrevistas anteriores, pero no fue hasta 1994 cuando, acuciado porsu avanzada edad y su definitiva ceguera, el hispanista francs decidi dar cuerpo aun proyecto anterior titulado: Pas, pueblo, patria, nacin, estado, imperio, potenciaqu vocabulario para Europa?, a travs de una reflexin autobiogrfica dictada anteuna grabadora.

    El resultado es este impagable testamento intelectual de uno de los historiadoresms importantes del siglo XX, que se abre con un breve ensayo sobre la necesidadde conocer la existencia y la naturaleza de los conceptos anteriormente enuncia-dos, conceptos que van tomando cuerpo en los siguientes captulos en los que narrasu experiencia vital, quedando todo ello magnficamente redondeado por Rosa Con-gost, que adems de la traduccin realiza una suerte de biografa complementaria apie de pgina.

    Escrita con una factura impecable, la autobiografa de Pierre Vilar se inicia consus recuerdos de estudiante en el Lycee, y el giro radical que supuso su estancia en lacole Normale Suprieure de Pars, donde fue compaero de Jean Paul Sartre, Ray-mond Aron, Nizan, Brasillach o Merleau-Ponty. En la estela de los discpulos de Vidalde la Blache, que impartan clases en la Sorbona, Vilar inici su preparacin como his-toriador, a partir de su vocacin y sus primeros trabajos de una geografa directamenteemparentada con lo que despus se conocera como historia total.

    Desde all comenz su peripecia vital e intelectual por Catalua, a travs de unabeca en la Residencia dEstudiants de Barcelona, donde inici sus primeros trabajossobre la Catalua industrial, y desde donde ira siendo testigo del nacimiento y asesi-nato de la Segunda Repblica espaola. De regreso a Francia, Vilar vivi desde all laGuerra Civil espaola, y poco despus se vio abocado a un puesto de oficial en la Segun-da Guerra Mundial, en la que pronto cay apresado, viviendo en un campo de prisio-neros nazi hasta 1945, fecha en la que finalizan los recuerdos recogidos en este libro.

    La autobiografa de alguien plenamente inmerso en semejantes acontecimientos yexperiencias vitales es ya un relato digno de contarse, mxime cuando se hace con lahabilitad literaria de Vilar. Pero la verdadera aportacin del historiador francs al gne-ro autobiogrfico consiste en el enfoque analtico con el que aborda sus recuerdos,que como ya sucediese con la deliciosa Vida en claro de Moreno Villa, por encima deun interesante documento histrico, hace de ellos un verdadero trabajo historiogrfico.

    De esta forma, sus recuerdos de juventud estn vistos en todo momento desde elprisma de un historiador, en el que convergen sus impresiones del momento, con unasreflexiones que, realizadas a ms de medio siglo de distancia, a l mismo le produ-cen vrtigo, pero un vrtigo lleno de enseanzas. Una de sus reflexiones ms impor-

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    tantes se produce en torno al rigor en la utilizacin del vocabulario histrico, y laprecisin conceptual, claves fundamentales del entendimiento, para las que con fre-cuencia es necesario acudir al significado de las palabras en el idioma original de cadaautor, o a los orgenes etimolgicos de las mismas.

    Como sealaba al comienzo de esta resea, los conceptos: pas, pueblo, patria,nacin, estado, imperio y potencia, son el punto de partida de esta obra, as como unode los ejes sobre los que giran continuamente los recuerdos de alguien que sufri ensus propias carnes la guerra y el cautiverio. Y es as, porque la guerra y el cautiverioson para Pierre Vilar consecuencias habituales de estas divisiones del mundo.

    El autor da tambin una gran importancia a la introduccin en los anlisis hist-ricos de metodologas procedentes de la sociologa, as como de la psicologa, bajoel ascendiente de Freud y Adler. De esta forma, analiza en su experiencia vital la for-ma en la que pudo ver materializadas las conciencias de clase, nacionales o de grupo,y la forma en la que estas se entrecruzan o mantienen jerarquas distintas en cada suje-to, as como el fuerte componente inconsciente de las mismas.

    Tal vez se puedan echar de menos aqu algunos recuerdos y reflexiones sobre sutrayectoria acadmica. Pero probablemente esto slo fue algo secundario en relacina las lecciones de la vida que, desde su inmensa capacidad terica y reflexiva, PierreVilar recoge en esta obra. As, saber analizar en cada momento lo que suceda a su alre-dedor, y lo que le suceda a l mismo (sus transformaciones mentales, sus adscripcio-nes a distintos grupos sociales, nacionales, ideolgicos,) fueron sus mejores leccio-nes para formarse como historiador. Con ellas aprendi a construir una historiografamarxista crtica, alejada de todo dogmatismo, y capaz de abordar una historia total.Por ello, la reflexin a la que nos invita su autobiografa, puede ser para cualquiera denosotros la mejor leccin del maestro: aprender a pensar histricamente.

    lvaro RIBAGORDA

    SOUTO, Sandra: Y Madrid? Qu hace Madrid? Movimiento revolucionario y accincolectiva (1933-1936), Madrid, Siglo XXI Editores de Espaa, 2004. 455 pp.

    La publicacin y presentacin de novedades bibliogrficas coincidiendo con ani-versarios es una prctica bastante habitual. Uno de los ejemplos ms recientes deello es la publicacin de Y Madrid? Qu hace Madrid? Movimiento revoluciona-rio y accin colectiva (1933-1936) en el verano de 2004, as como su presentacinen la librera FNAC de Madrid el 4 de octubre de este mismo ao. La presentacin dellibro, que corri a cargo de su autora, la Dra. Sandra Souto Kustrn, Tim Chapman,Consejero Delegado de la Editorial Siglo XXI de Espaa y la profesora britnica HelenGraham, atrajo a una nutrida audiencia.

    Lo que desconoca la mayor parte de este pblico es que el acto se realizaba un 4de octubre por ser este el septuagsimo aniversario de la entrada en el gobierno de GilRobles (CEDA). Que la mayor parte de los all presentes desconocieran el dato no essorprendente, pues a pesar de la existencia de una abundante historiografa acerca dela II Repblica, el Bienio radical-cedista se mantiene como el periodo ms olvidado

  • de la etapa republicana. Al acceso al poder de Gil Robles siguieron una serie de huel-gas y desrdenes, conocidos como la revolucin de 1934, que tuvo su epicentro enAsturias. En el caso de Madrid, las movilizaciones fracasaron, de ah que en otras pro-vincias se preguntaran que qu haca Madrid, y se extendiera el lugar comn de quelas organizaciones poltico-sindicales madrileas haban permanecido pasivas en octu-bre de 1934.

    Sandra Souto Kustrn es una joven historiadora formada en la Universidad Com-plutense, el Instituto de Historia del CSIC y la London School of Economics and Poli-tical Science (LSE). En este primer libro, que tiene su origen en su tesis doctoral enla que se acercaba al fenmeno de la conflictividad y la violencia poltica, la autoraanaliza minuciosamente la dinmica de las organizaciones obreras en Madrid capitaly provincia entre 1933 y 1936. Del estudio se desprende que, contrariamente a lo quese suele pensar, ni las organizaciones polticas y sindicales de Madrid fueron apti-cas en octubre de 1934 ni aquella movilizacin fallida (en el caso madrileo) supusoel comienzo de una espiral de violencia abocada a una guerra civil inevitable.

    La obra se encuentra dividida en 4 captulos, tres de los cuales (caps. 2 a 4) siguenuna secuencia cronolgica que pivota en torno a octubre de 1934. El primero contie-ne un estudio sobre las organizaciones obreras que operaban en la capital y la pro-vincia de Madrid, un rea en el que exista una importante dicotoma entre una ciudadinmersa en un proceso de industrializacin y una regin dominada por el mundorural latifundista, pese a su cercana a la ciudad capitalina. Una vez expuestas culeseran aquellas organizaciones (Juventudes Socialistas, UGT, PSOE, CNT, etc.), quintereses tenan y con qu posibilidades contaban, se aborda el desarrollo de lasorganizaciones obreras en Madrid entre final de 1933 y octubre de 1934. La autoraseala cmo stas conocieron entonces una etapa de intensa actividad dada la con-juncin de varios factores, por ejemplo, una creciente conflictividad laboral quetena su antecedente ms directo en la crisis de 1929, una favorable estructura deoportunidades polticas desde el advenimiento de la repblica en 1931, la supresinde medidas sociales por parte del gobierno a partir de 1933, y sobre todo, la propaga-cin de la idea de que, al igual que en otros pases europeos como Austria, acechabauna amenaza fascista, que en el caso madrileo, se identificaba con la CEDA.

    Aquella etapa de efervescencia para las organizaciones obreras en Madrid que cul-min en la movilizacin de octubre de 1934, supuso el primer intento de realiza-cin de una accin colectiva insurreccional que intentaba seguir el modelo revolu-cionario bolchevique (pg. 414). No obstante, la accin de estos agentes socialesno logr alterar la estructura de poder establecida. En otras palabras, la revolucin de1934 fracas en Madrid debido a la falta de consenso y coordinacin entre las distin-tas organizaciones, lo cual no permiti la movilizacin de una cantidad de recursossuficiente como para hacer caer al gobierno.

    Y despus de octubre de 1934? La represin y la clandestinidad a la que se vie-ron sometidos gran parte de los integrantes de aquellas organizaciones trajo consigouna disminucin de su actividad violenta como consecuencia de su concentracin enla reestructuracin las organizaciones (especialmente en el caso de las socialistas), ascomo un paradjico aumento de divisiones internas en el seno de las propias organi-zaciones frente al acercamiento entre las distintas agrupaciones. Por tanto, 1934 ha de

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    ser visto (al menos en el caso madrileo), ms como el fin de un ciclo que como elmencionado comienzo de una etapa conducente necesariamente a la guerra civil.

    La obra de Sandra Souto Kustrn aporta una nueva mirada a los sucesos de octu-bre de 1934 y el bienio cedista en general. El estudio de nuevas fuentes espaolas, bri-tnicas y austriacas, junto con un exhaustivo anlisis de un caso (el de la provinciade Madrid) siguiendo la metodologa del estudio de un fenmeno sociolgico (la movi-lizacin juvenil) y su lectura en clave no slo espaola sino europea, permiten a laautora ofrecer una visin de 1934 alejada de tintes apocalpticos.

    Ana DEL HOYO BARBOLLA

    ARSTEGUI, Julio, CANAL, Jordi y CALLEJA, Eduardo G. El carlismo y las gue-rras carlistas. Hechos, hombres e ideas. Madrid, La Esfera de los Libros, 2003,pgs. 254.

    La reciente novedad editorial El carlismo y las Guerras Carlistas. Hechos, hom-bres e ideas supone, en la extensa historiografa sobre el carlismo, una apretada perovaliosa sntesis de uno de los fenmenos histricos ms persistentes y complejos dela historia contempornea de Espaa.

    Los tres investigadores encargados de la obra (J. Arstegui, J. Canal y E. G.Calleja), perfectos conocedores del carlismo, abordan el complicado reto de sintetizartan politizado fenmeno, desde la renovacin historiogrfica que ha caracterizado susobras. La innovacin que ha significado la superacin de los anlisis tradicionales, pre-dominantes en los estudios sobre carlismo hasta los aos setenta del siglo XX. El resul-tado final no poda ser otro que una obra de la mxima fiabilidad histrica. A todo ellohay que sumar una cuidada edicin, con un excelente material pictrico y fotogrfico.

    Los objetivos del libro, planteados en la magistral introduccin del profesor J. Ars-tegui, se centran en explicar y desentraar el fenmeno de la contrarrevolucin en laEspaa contempornea, cuyo protagonista principal fue el carlismo. A partir de aqu seplantean las cuestiones que ms poderosamente llaman la atencin sobre este fenme-no: su longevidad y persistencia en la historia de Espaa en el siglo XIX y gran parte delsiglo XX; su vinculacin casi irresoluble con la violencia poltica que ha caracterizadodramticamente la historia contempornea de la nacin; su naturaleza poltica comofenmeno que supera ampliamente la mera cuestin dinstica; su transformacin ideo-lgica desde su formulacin primognita del absolutismo monrquico, hasta su ltimaformulacin (marginal) de un socialismo autogestionario mal entendido; sus tradicio-nales y cambiantes bases sociales, as como la renovacin e innovacin constante en susformas de organizacin; los aspectos culturales y antropolgicos apenas estudiados; ysu relacin con la Iglesia Catlica. En resumen, un compendio de elementos caracters-ticos ligados al fenmeno del carlismo, que no slo explican su longevidad, sino quepermiten en buena medida entender las insuficiencias y las dificultades que tuvo elproceso de transformacin y modernizacin de la Espaa contempornea.

    El carlismo y las guerras carlistas est dividido en dos grandes bloques. La pri-mera parte, bajo el epgrafe Los hechos, es un resumen desde los orgenes (1810-1833)

  • al reciente crepsculo del carlismo (1939-2002), marcado por su continuada proyec-cin a la lucha armada y por las numerosas escisiones y reunificaciones dentro delmovimiento contrarrevolucionario.

    En la segunda parte, bajo el epgrafe Los hombres y las ideas, se aportan los tex-tos ms interesantes del libro, entre los que hay que destacar dos captulos especial-mente. El primero es el VII, titulado Quines eran los carlistas?, de E. G. Calleja,en el que se emprende un elaborado anlisis sobre la naturaleza multiforme y protei-ca de las bases sociales del carlismo, que permite explicar el amplio apoyo social dadoa este fenmeno histrico durante ms de un siglo y su concentracin espacial en deter-minadas regiones. Destacan dos elementos centrales de su naturaleza, su carcter inter-clasista y la gran capacidad de transmisin de su causa, a travs de varias generacio-nes del movimiento contrarrevolucionario.

    El segundo captulo que sobresale es el XI, Historias del carlismo de JordiCanal, que plantea un breve pero bsico estado de la cuestin, esencial para los inves-tigadores o simplemente interesados en el tema. Estado de la cuestin que recorre laproduccin bibliogrfica de las dos principales corrientes historiogrficas enfrenta-das (la historiografa liberal y la historiografa carlista) en el anlisis del fenmeno.Aporta adems suficientes referencias sobre las investigaciones realizadas a finales delos sesenta y principios de los setenta que supusieron la renovacin historiogrfica,surgida a partir de nuevas preguntas y una nueva metodologa, que prima el enfoquesocio-econmico, ampliado en los ltimos aos con investigaciones locales y con losrecientes enfoques centrados en la cultura del carlismo.

    Cabe destacar tambin los captulos dedicados a la evolucin de la dinasta, a lacompleja ideologa (incidiendo en su espectacular transformacin), as como a la per-sistente vinculacin del carlismo contrarrevolucionario con la violencia poltica.

    Por ltimo en el eplogo Un imaginario persistente y cambiante, el profesor Ars-tegui aporta unas reflexiones finales que resaltan no slo el imaginario creado entor-no al carlismo, sino que avisa sobre el peligro de las simplificaciones y alteracioneshistricas producidas con demasiada frecuencia en los medios acadmicos y perio-dsticos en concreto, cuando se escribe o se habla del carlismo.

    En resumen, El carlismo y las guerras carlistas supone un excelente libro de tancomplejo fenmeno, que viene a cubrir el vacio de trabajos de sntesis, que el propioJordi Canal plantea como una de las cuestiones pendientes de realizar. En fin, un librobsico que servir tanto de gua para los que se inicien en la materia como para losespecialistas en el estudio del carlismo.

    Sergio GLVEZ BIESCA

    ARSTEGUI, Julio, La historia vivida. Una fundamentacin de la historia del pre-sente. Madrid, Alianza, 2004.

    Los aires renovadores que desde la dcada de los setenta han predominado en losdebates historiogrficos, han dado lugar a nuevos y variados enfoques en el tratamientode la Historia, entre los que se ha de destacar aquello que se ha venido denominando

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    la historia del tiempo presente. Este debate, planteado con fuerza a partir de los aosnoventa, ha estado dominado por las referencias a investigadores europeos (en suinmensa mayora), a lo que se ha unido una constante crtica ante el retraso en la aco-gida de las novedades. A lo que hay que sumar, que hasta el momento lo escritosobre el tema slo presentaba una visin parcial, y en muchos casos incompleta.

    Ante la aparicin del libro del profesor J. Arstegui sobre la historia vivida (unade las mltiples posibilidades de denominar a esta disciplina), los investigadores dedi-cados a la historia del presente tendremos al menos por esta vez, que reservar nues-tras quejas, y ser conscientes de la gran aportacin para el debate historiogrfico, quesupone esta reciente aparicin editorial.

    El debate sobre la historia vivida, se ha caracterizado por ser uno de los temas quemayores y ms fuertes controversias han provocado en estos aos, con posiciones aveces fuertemente encontradas sobre la viabilidad o no de considerarla como disci-plina. La historia vivida viene, cuanto menos, a aportar una primera, completa y valio-sa obra, que responde a todas las cuestiones planteadas, a travs de un texto de granrigor terico, metodolgico, cientfico y sobre todo extremadamente convincente.

    En lo que respecta al autor, se ha de sealar que el profesor Julio Arstegui esactualmente Catedrtico de Historia Contempornea de la Universidad Complutensede Madrid, y uno de los investigadores, tanto en el mbito nacional como internacio-nal, que ms han aportado al debate y a la construccin de la historia del presente.De hecho, se puede afirmar que con el presente libro, se puede dar por completada(que no por cerrada) su particular lnea de investigacin desarrollada entorno a lahistoriografa del presente.

    A la hora de adentrarse en la lectura de un libro de estas caractersticas, se ha detener en cuenta dos cuestiones. En primer lugar, la argumentacin que se desarrollaparticularmente en la primera parte del libro cumple dos funciones esenciales: por unlado posibilita una buena defensa de las propuestas de la historia del tiempo presen-te, y por otro establece (tal como es la intencin del autor) un marco terico de la dis-ciplina, y hasta su particular metodologa. El aspecto innovador en este sentidoes fundamental.

    En lo que respecta a la segunda cuestin, de vital trascendencia, el presente textodebera acallar (seamos optimistas) a los ms conservadores e intransigentes histo-riadores del gremio, que niegan cualquier posibilidad y viabilidad a la historia del pre-sente, y por ende a cualquier innovacin que se salga de los parmetros establecidos.

    Respondiendo a un esquema terico-prctico, el libro se divide en dos grandes blo-ques. Es viable la construccin de un discurso histrico sobre la historia vivida?,es la pregunta que da sentido y gua a la primera parte titulada La historizacin de laexperiencia, en la que se exponen las argumentaciones para la validacin terica ymetodolgica de la historia vivida. En lo que se refiere al segundo bloque, bajo el rtu-lo La historia de nuestro tiempo, el autor plantea a partir de un gran esfuerzo de sn-tesis, su particular anlisis histrico de nuestro presente, desde una perspectiva glo-balizadora, mostrando as la viabilidad de la historia vivida en la praxis.

    La parte terica comienza con un primer captulo denominado Sobre la historiadel presente, que solventa con gran habilidad algunas de las cuestiones e interro-gantes ms inquietantes sobre la historia vivida: la denominacin de la disciplina,

  • y el siempre espinoso asunto de la cronologa. Desde la maestra que aporta la largaexperiencia investigadora del profesor Arstegui, se nos plantea la idea de la coeta-neidad para resolver estas cuestiones y para constatar la necesidad y posibilidad dehistoriar un tiempo nuevo.

    El presente, tiempo real de la historia da pie al segundo captulo, de no fcil lec-tura, en donde el autor nos introduce en el mundo de la filosofa de la historia con unpropsito claro. Tras largas disquisiciones sobre la nocin y la realidad del tiempo ydel presente, se plantean los elementos necesarios para afirmar la existencia de un pre-sente histrico, que permite la posibilidad real de historiar de otra manera, en laque entre otras muchas cuestiones el documento escrito no tendra que estar presen-te. De igual forma se introduce la relacin entre el acontecimiento histrico y el siem-pre difcil tema del cambio social, aunque es en la definicin del presente histricocomo construccin social, en la que se sustenta finalmente la viabilidad de un presentehistorizable.

    El tercer apartado lo dedica al estudio del papel que ostentan las generaciones enla configuracin del presente histrico, as como su trascendencia en la construccindel modelo historiogrfico del espacio histrico, que vendra a estar definido por lainteraccin generacional. El estudio de las generaciones desde una perspectiva his-trica supone de facto uno de los aspectos ms innovadores, que a buen seguro amplia-r las posibilidades de su uso a la hora de analizar la historia vivida, y aportar unabase para la construccin de un discurso dinmico y dialctico a la hora de limitar tem-poralmente lo narrado.

    La historizacin de la experiencia es el cuarto y ltimo captulo de la primera par-te del libro, en el que el profesor Arstegui teoriza la experiencia como sustento yeje fundamental para la comprensin e historizacin misma del presente histrico. Enla elaboracin de su particular base terica, el autor de nuevo recurre a la delimitaciny conceptualizacin de trminos tan amplios como la experiencia y la memoria, jun-to con la diferenciacin y conjuncin entre la experiencia individualizada y colectiva.El resultado conseguido es la base terica, fundamentada bsicamente desde una pers-pectiva sociocultural, que le permite afirmar al final del captulo que la historia delpresente no sera posible sin demostrar que es real la existencia de una historia vivi-da y no slo de una historia heredada (p. 193). Al igual que ocurriera en el segundocaptulo, ste requerir de una lectura pausada para tratar de comprender y distinguirlos complejos trminos, as como la sustentacin terica de la viabilidad de historiarel presente. En conjunto, esta parte del texto viene a constituirse en la formulacin te-rico-metodolgica ms elaborada y definida que sobre el presente histrico se hayaplanteado por la historiografa hasta el momento.

    La segunda parte del libro se centra en desentraar las claves y las lneas maestrasdel presente histrico en que vivimos, a partir de la puesta en prctica del marco te-rico planteado en los captulos anteriores. El profesor Arstegui consigue con un nota-ble acierto la trasposicin terica en el anlisis histrico de nuestro tiempo presente,a travs de una novedosa visin dinmica, que es capaz de recoger los mltiplescambios acaecidos en la sociedad mundial, estructurando los mismos a travs de loque define como la historia global, en la que predomina la historia de la cultura deltiempo vivido.

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    Con el epgrafe La explicacin histrica de nuestro tiempo da comienzo tal tarea. Elorigen de un tiempo histrico nuevo, el profesor Arstegui lo sita en la fecha bisagra de1989, que establece como la matriz, a partir de la que se ha generalizado la conciencia his-trica de estar asistiendo al nacimiento de una historia distinta. Tres son las lneas bsi-cas que marca el autor para tratar de explicar la configuracin del presente histrico: laconstruccin cultural de un tiempo propio; la historizacin de las experiencias; y lapercepcin intergeneracional de la historia vivida. La clave para el autor, tras caracteri-zar y encuadrar histricamente el reciente periodo como un tiempo de transicin, se cen-tra en que el cambio histrico est cada vez ms omnipresente en nuestras conciencias.

    La percepcin de estar siendo testigos de un cambio histrico, y de vivir un tiem-po nuevo, tiene una constatacin en tres niveles (que no necesariamente se superpo-nen y avanzan a la misma velocidad): la aparicin de un nuevo orden (o en otras pala-bras de un nuevo desorden) (VI captulo); la globalizacin como fenmeno histricoen marcha (VII captulo); y la transformacin del sentido y del concepto de cultura yaadiramos de sociedad (VIII captulo).

    La lectura de estos tres captulos plantea un anlisis histrico crtico y riguroso,que no deja margen de duda para el profesor Arstegui: vivimos en un mundo de pesa-dumbre y desolacin. La nueva realidad histrica vendra marcada por las incerti-dumbres y las desigualdades a nivel global, sometida al cambio y la crisis permanen-te, a la falta de alternativa real al capitalismo, as como por estar protagonizada porla aparicin del malestar de la cultura, y de la vuelto al yo (lase tambin del sujeto),en donde por ltimo se habra impuesto el cientifismo como la nueva ideologa. Si algodestaca el autor es ante todo la imposibilidad de rebelin (lase de revolucin) con-tra el orden global establecido tras la cada del Muro, al modificarse su propio senti-do dentro de la nueva cultura de la posmodernidad.

    Estos tres ltimos captulos, por la generalizacin que hace del autor de temassumamente amplios y complejos y por su propia extensin, quedan desarrollados demanera superficial en muchos de sus puntos. Lo que no es bice para que el objetivomarcado en este segundo bloque resulte ampliamente conseguido, a pesar de esa super-ficialidad de la que el mismo autor es consciente.

    A todas estas cuestiones se suma una rica, variada y completa bibliografa (espe-cialmente til para el primer bloque de la obra) que viene a completar y a fundamen-tar historiogrficamente las hiptesis y objetivos centrales que el autor marca al prin-cipio de la obra.

    En resumidas cuentas, La historia vivida. Una fundamentacin de la historia delpresente, se convertir a buen seguro en un libro de referencia historiogrfica tantopara sus detractores, como para todos aquellos que somos conscientes de la necesidadde dotarnos del instrumental cientfico, terico y metodolgico, con el que poder expli-car la historia de nuestro tiempo. El mejor consejo y crtica que esta resea puede ofre-cer es incidir en la obligatoriedad y en la necesidad de leer de manera inteligente yabierta el libro del profesor Julio Arstegui, con la seguridad de que cada prrafo pro-vocar importantes reflexiones intelectuales, que haca aos que no se producan enla historiografa de nuestro tiempo vivido.

    Sergio GLVEZ BIESCA

  • CASANOVA, Julin (Coordinador), Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dic-tadura de Franco. Barcelona, Crtica, 2002, pgs. 364.

    Si hubo un elemento que persisti a lo largo de la cruel y sangrienta dictadura fran-quista, ste fue la planificacin y ejecucin de un sistema de represin, cuyo eje cen-tral fue la violencia poltica. El libro coordinado por el Catedrtico de Historia Con-tempornea Julin Casanova da buena cuenta del estado de terror al que estuvo sometidala sociedad espaola durante la dictadura, partiendo del principio tico y moral de quetanto terror fue demasiado grande para ser olvidado.

    En el terreno historiogrfico, el libro es una obra en la que, a travs de los exce-lentes cuatro estudios que aportan otros tantos especialistas en la materia, recoge demanera extremadamente ntida el funcionamiento del aparato represivo del franquis-mo. La gran aportacin que aqu se resea, a parte de los novedosos datos cuantitati-vos que presenta el profesor Casanova sobre la represin, es la transmisin de la carams oscura y tenebrosa de la dictadura. La apertura de nuevos archivos militares yciviles, unida a la progresiva recogida de testimonios orales de los supervivientes delgenocidio, y al sintomtico avance de una demanda social en pro de la recuperacinde la memoria histrica, est permitiendo el conocimiento de la represin franquistaen todas sus dimensiones.

    Morir, matar, sobrevivir, nos presenta slo tres de las posibles facetas de la plani-ficacin, ejecucin y desarrollo de la violencia en la dictadura franquista. Este estu-dio podra haberse ampliado a otros mbitos, como el sistema carcelario (ej: camposde concentracin) o el propio exilio. Quede apuntado desde ahora que nos encontra-mos ante una obra de difusin de cuatro de las mayores investigaciones que sobre laviolencia franquista se han llevado a cabo en los ltimos aos. Supone por tanto unexcelente medio de acercamiento para el lector interesado.

    El primer estudio que se presenta, bajo el epgrafe Una dictadura de cuarenta aos,es obra del propio profesor Casanova, quien partiendo de una visin global, analizalos elementos centrales, junto con los actores (ejecutores) del sistema de represinfranquista (ejrcito, Falange, Iglesia catlica). Tres cuestiones sobresalen de este estu-dio. En primer lugar, como la dictadura del general Franco fue la nica que emergien aquellos aos en Europa de una Guerra Civil, y como su perpetuacin en el poderha supuesto la gran excepcionalidad de la historia de Espaa del siglo XX.

    Pero el anlisis destaca especialmente por la presentacin de nuevos datos cuan-titativos sobre la dimensin de la represin, consecuencia del avance historiogrficologrado en los ltimos aos en esta materia, gracias a la proliferacin de los estudiossobre la violencia de la dictadura, y que a la par significa la superacin de anlisisplanteados en otras obras de referencia hasta el momento (vase Santos Juli (Coord.),Victimas de la Guerra Civil, Madrid, Temas de Hoy, 1995) Para el autor las cifras glo-bales de la represin franquista se situaran al menos en unas 50.000 personas ejecu-tadas en los primeros diez aos tras el falso final de la Guerra Civil, a lo que habraque sumar el asesinato de otros 100.000 rojos durante la contienda.

    El tercer elemento caracterstico del sistema de represin que el profesor Casa-nova seala es la participacin poltica, ideolgica y fsica de la Iglesia Catlica enla poltica de exterminio del adversario poltico (la destruccin del vencido se con-

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    virti en prioridad absoluta, p. 20), en estrecha colaboracin con la recin estrena-da dictadura. Tema ste del fundamentalismo catlico, sobre el que el propio Casa-nova ha venido aportando numerosas evidencias historiogrficas (La iglesia de Fran-co, Madrid, Temas de Hoy, 2001)

    El segundo estudio que se presenta es el de Francisco Espinosa con el ttulo Julio1936. Golpe militar y plan de exterminio, en el que el autor centra su investigacinen la rpida evolucin del golpe militar en el suroeste espaol, acompaada de laejecucin meticulosa de un plan de exterminio. Argumento que desarrollara magis-tralmente poco tiempo despus en La columna de la muerte. El avance del ejrcitofranquista de Sevilla a Badajoz (Barcelona, Crtica, 2003) El gran acierto de Espino-sa es la minuciosidad de su brillante anlisis, que desmonta los argumentos y los pre-textos jurdico-polticos utilizador por los sublevados para justificar su alzamiento ysu poltica de eliminacin del adversario poltico.

    Es tal la cantidad y calidad de datos manejados y la concrecin de los hechos mate-riales, que difcilmente la tesis de Espinosa puede ser puesta en duda por la historio-grafa actual. A pesar de la falta de fuentes primarias en muchos casos, unido a la mani-pulacin de las mismas y a la mitologa que el franquismo nos ha dejado en herencia,el autor consigue constatar la existencia de un plan de exterminio que, a la luz de lastesis expuestas, se pudiera denominar genocidio.

    Las claves que destaca el propio autor para la implantacin de esta poltica porparte de las tropas fascistas descansan sobre dos ejes centrales: el primero es que lossublevados eran conscientes de no contar con el apoyo de la mayora social; a lo quese aada la ilegalidad manifiesta del alzamiento del 18 de julio. Lo que les llevara afirmar un pacto de sangre con el inicio de la guerra, que como seala Espinosa nun-ca sera traicionado.

    Es sin duda el tercer estudio firmado por Conxita Mir con el ttulo El sino de losvencidos: la represin franquista en la Catalua rural de posguerra, el que mejor nosacerca al drama humano que supuso la poltica de exterminio del franquismo, a travsde una exhaustiva investigacin sobre la comarcas de Lrida entre 1939 y 1952. Supo-ne por tanto la ejemplificacin de lo que en su da Tun de Lara denomin el fas-cismo rural (vase de la misma autora, Vivir es sobrevivir. Justicia, orden y margina-cin en la Catalunya rural de posguerra, Lrida, Milano, 2000).

    A travs del anlisis de los expedientes tramitados por los juzgados civiles, juntocon la recogida de otros testimonios, la autora reconstruye desde una perspectiva micro,en donde la vida cotidiana es la gran protagonista, el microcosmos cerrado del Estadofranquista. Un estado dominado por unas nuevas relaciones de vasallaje, a lo que sesumaba un nuevo sistema de lealtades, en el que el sentimiento de revancha se impon-dra a la voluntad de perdn. El resultado fue que los perdedores fueron rebajados ensu misma dignidad humana, condenados al exilio en no pocas ocasiones y sometidosa la nueva moralidad del Estado y a la marginacin y represin en todas las facetas, loque condujo en ms de un caso al suicidio del vencido. Todo ello bajo la nueva gidadel nacionalcatolicismo, que actu como pretexto ideolgico sobre el que se cimentla poltica de exterminio hasta bien entrados los aos cincuenta. Sin duda se trata de unexcelente ejemplo de las posibilidades de aplicacin de una perspectiva microanliti-ca, para poder explicar las nuevas seas de identidad del Estado franquista.

  • El ltimo estudio que se presenta es el de Francisco Moreno bajo el ttulo Huidos,guerrilleros, resistentes. La oposicin armada a la dictadura en el que el mejor cono-cedor del fenmeno vuelve a plantear, sin introducir interpretaciones ni datos nuevos,el desconocido fenmeno historiogrfico que a da de hoy sigue siendo el movimien-to guerrillero. Sin duda son los apartados sobre el sistema de exterminio de la guerri-lla, junto con el que analiza los apoyos sociales sobre los que pivot la supervivenciade los guerrilleros, los que mejor se encuadran en la estructura general del libro. Lacuestin es que todava quedan muchas preguntas sobre el movimiento guerrillero, queno se han aclarado como la cuestin de la desconvocatoria de la misma, que tal y comoreconoce el autor siguen estando abiertas, sin que pueda plantearse a corto plazo unarespuesta. No obstante el autor de La resistencia armada contra Franco. Tragedia delmaquis y la guerrilla (Barcelona, Crtica, 2001), nos vuelve a introducir en el comple-jo y vibrante estudio de la primera respuesta democrtica contra la dictadura.

    En resumen, Morir, matar, sobrevivir, plantea a la vez un estudio global y especi-fico de la poltica de exterminio de la dictadura franquista, que nos acerca al conoci-miento y a la comprensin de una parte de la Historia de Espaa que sistemticamenteha sido ocultada y negada, por todos aquellos historigrafos del franquismo, a quie-nes el pacto de sangre les ha seguido uniendo a los verdugos, a pesar del fin de la pro-pia dictadura.

    Los estudios firmados por cuatro de los mayores especialistas en el tema darncuenta al lector del drama histrico que Espaa vivi desde el inicio de la Guerra CivilEspaola, hasta la defuncin de la dictadura el mismo veinte de noviembre de 1975.

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