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  • RESUMENEl presente artculo se centra en el anlisis, desde lo geopoltico y lo geoecon-mico, del fundamento estratgico de la biodiversidad, como base del desarrollode las tecnologas que encabezan la revolucin tecnolgica de principios del si-glo XXI, especficamente en relacin con el avance de la biotecnologa. En talsentido, se indaga en los mecanismos impulsados tanto por estados nacio-nales, como por las grandes firmas involucradas en los bionegocios, parainstalar procesos globales de saqueo bitico en las zonas altamente biodiver-sas (biopiratera), as como en las formas de su apropiacin (patentamiento dematerial gentico y su conocimiento tradicional). Tal dinmica es analizadaen el nivel mundial y discutida en el caso de Mxico.

    Palabras clave: biodiversidad, biopiratera, biotecnologa, conocimiento ind-gena.

    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001. 175

    LA BIOPIRATERA Y LA PROPIEDAD INTELECTUALCOMO FUNDAMENTO DEL DESARROLLO BIOTECNOLGICO

    GIAN CARLO DELGADO RAMOS*

    * Miembro del proyecto DGAPA IN307998 de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    (UNAM). Correo electrnico: .

  • BIO-PIRACY AND INTELLECTUAL PROPERTYAS THE BASIS OF BIOTECHNOLOGICAL DEVELOPMENT

    ABSTRACTThis article provides a geopolitical and geo-economic analysis of the strategicfoundation of biodiversity, as the basis for the development of the technologiesthat are leading the technological revolution in the early 21st century, specifi-cally in relation to the advance of biotechnology. It explores the mechanismspromoted by both national states and major firms involves in bio-business inorder to establish global processes of biotic plundering in highly bio-diverseareas (bio-piracy) as well as the forms of their appropriation (patenting geneticmaterial and their traditional knowledge). This dynamic is analyzed at theworld level and discussed with particular reference to Mexico.

    Key words: biodiversity, bio-piracy, biotechnology, indigenous knowledge.

    BIOPIRATERIE ET PROPRIT INTELLECTUELLE, FONDEMENTS DU DVELOPPEMENT BIOTECHNOLOGIQUE

    RSUMLarticle prsente une analyse des fondements stratgiques de la biodiversit,dans une optique gopolitique et goconomique, comme base du dveloppe-ment des technologies pionnires de la rvolution technologique de ce dbut duXXIe sicle, tout particulirement en ce qui concerne les progrs de la biotech-nologie. cet gard, lauteur examine les mcanismes mis en oeuvre, aussibien par les tats que par les grandes firmes impliques dans ces marchs dela biotechnologie, pour implanter lchelon mondial, des processus de pillagebiotique dans des zones grande biodiversit (biopiraterie), et leurs mth-odes dappropriation (brevetage de matriel gntique et de sa connaissancetraditionnelle). Cette dynamique est analyse au niveau mondial et tudiedans le cas du Mexique.

    Mots-cls : biodiversit, biopiraterie, biotechnologie, connaissances autochtones.

    PRESENTACIN

    Actualmente el desarrollo e innovacin tecnolgica es impresionante prcticamente todos los das se descubre o se perfecciona algo, dehecho, ha alcanzado tal grado de maduracin que se asegura que

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  • estamos en un nuevo proceso de revolucin tecnolgica en el que se identifi-can cuatro frentes: la electroinformtica, los nuevos materiales/nanotec-nologa, las nuevas energas y la ingeniera gentica/biotecnologa.

    La investigacin detrs del presente texto se centra en uno de dichos fren-tes: la biotecnologa. Entendida de la manera ms sencilla como la aplicacincomercial de tcnicas de ingeniera gentica, se perfila, hasta ahora, como lams importante dentro de esta nueva revolucin, dado el impacto que tieneen una diversidad de ramas productivas e improductivas. Por ejemplo, en laproduccin de alimentos, medicamentos, plsticos, fibras, aceites, qumicos,etctera, o en la innovacin de armas biolgicas.

    Este artculo da cuenta del proceso de saqueo y apropiacin de la biodiver-sidad debido a que, justamente, las nuevas ciencias que encabezan dicha revo-lucin tecnolgica hacen uso de ella. En ese contexto, se muestra la biodiver-sidad y su conocimiento como riqueza estratgica para el desarrollo capitalista(sobre todo para los capitales vinculados en el desarrollo de la tecnologa depunta), de ah justamente que los capitalistas involucrados se roben esa rique-za y se valgan de mecanismos legales de propiedad intelectual para hacervlida su propiedad privada.

    La lgica del ensayo consiste en tres partes. La primera, la conformacin deun sistema mundial de bioprospeccin, que debe verse ntimamente ligada ala segunda parte, la conformacin de un sistema mundial de propiedad inte-lectual. Finalmente, estas dos dinmicas aterrizan en una tercera parte, elestudio de caso de Mxico, donde justamente se pueden identificar las dos di-nmicas antes sealadas. Tal esqueleto de razonamiento intenta complejizarlas investigaciones afines realizadas antes y al mismo tiempo que sta, yaque generalmente han perdido de vista o no incluyen la dimensin mundiali-zada de ambos procesos ntimamente relacionados, o bien, el nivel de profun-didad de su anlisis en algunos casos requiere un mayor detenimiento parasu serio estudio.

    Independientemente de lo antes indicado, lo que es cierto es que todas lasinvestigaciones, sin ser sta la excepcin, han retomado trabajos previos almismo tiempo que aportan y refinan entre otros puntos la discusin so-bre la biopiratera y la propiedad intelectual en Mxico y el mundo. Lo ante-rior indica que en una u otra medida, la generalidad de las investigaciones dancuenta de la interconexin entre el desarrollo tecnolgico y el espacio fsicomundial, as como de la compleja estructura social (valorizacin, explotacin,reproduccin, lucha de clases).

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  • Por ejemplo, cabe sealar que ha sido invaluable el trabajo de la RuralAdvancement Foundation International (RAFI) desde la dcada de los noven-ta del siglo XX; aun con su pequeo equipo de trabajo han logrado difundir demanera masiva una cantidad importante de informacin y de denuncias refe-rentes al desarrollo de las bio-tecnologas. Dicho trabajo, ms de carcteractivista, es esencial para el anlisis profundo que hemos realizado otros inves-tigadores. Aunque hay que precisar que Pat Mooney, presidente de la RAFI, sha publicado anlisis ms complejos que los formidables boletines de esa ONG,tal es el caso de su obra Confinamientos de la razn/Monopolios intelectuales yETC Century. Sin embargo, aunque son obligadas esas referencias, ambasmantienen an un relativo lmite entre la presentacin de datos novedosos yun anlisis, en algunos casos, poco profundo pero que sin duda alguna ha sidoaltamente funcional para crear conciencia e informar a activistas, investiga-dores o simplemente interesados en la temtica (consltese: ).

    En el mismo sentido se puede reconocer el trabajo de Genetic ResourcesAction International (Grain), aunque definitivamente hay que sealar que enlo que se refiere a investigacin de campo an no alcanza las dimensiones ycalidad del trabajo de la RAFI, adems de que Grain ha restringido su trabajode difusin ms hacia Europa y un poco hacia Amrica del Sur.

    En el caso de Mxico se pueden ubicar muchos actores comprometidos en ladenuncia de actos de biopiratera, desde aquellos activistas indgenas y cam-pesinos hasta investigadores e intelectuales. Mencionarlos resultara en ungran listado, sin embargo, por su importancia terica y metodolgica, cabesealar ahora el trabajo de Andrs Barreda Marn, presidente de la asocia-cin civil Centro de Anlisis Social, Informacin y Formacin Popular (Casi-fop), quien en su tesis doctoral, Atlas geoeconmico y geopoltico del estado deChiapas, a partir de estudiar el estado de Chiapas, analiza lo que despusVicente Fox denomin como Plan Puebla-Panam. Tal obra ya incluye los li-neamientos y dinmicas de la importancia de la biodiversidad como recursoestratgico clave del nuevo patrn tcnico de produccin mundial. BarredaMarn limitado al anlisis relativamente genrico de la lgica de la biopira-tera en Amrica Latina, especficamente en el sureste de Mxico y parcial-mente en Centroamrica, pero insertada en la lgica mundial, por un ladoavanza y desarrolla razonamientos profundos, pero por otro se ve obligado,seguramente por la temtica central de su investigacin, a dejar de lado laprofundizacin de dinmicas mundiales. Ello lo lleva a perder de vista doshilos conductores centrales de la indagacin acerca de lo estratgico de la bio-diversidad, que si bien estn presentes de manera dispersa en su anlisis,

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  • nunca son visualizados explcitamente por el autor. Es decir, de manera dis-tinta a Barreda Marn pero retomndolo en gran medida, el eje organizacio-nal del problema lo presento a partir de ver y analizar el proceso mundial debiopiratera y de propiedad intelectual, insertando en ambos hilos conducto-res el universo de procesos que incluye lo estratgico de la biodiversidad comofundamento del desarrollo biotecnolgico.

    Lo anterior, permite ver claramente las caractersticas, diferencias y di-mensiones reales del saqueo y uso de la biodiversidad mundial, pero sobretodo la fuerza con que se viene impulsando dicho proceso y las posibles dimen-siones que ste puede tomar si la denuncia por parte de los actores aqu mencio-nados o ausentes no se hace de manera creciente y organizada. Pero sobretodo, las alternativas propuestas deben corresponder a la dimensin de larealidad, anlisis poco profundos nos llevarn a soluciones de esa misma na-turaleza, y por lo tanto, no slo intiles, sino contraproducentes. En tal senti-do, ms all de una crtica positiva al importante trabajo de los actores aquindicados y que requerira ser mucho ms extensa y detallada, aprovecho elpresente artculo para hacer un llamado al trabajo maduro y serio, que bus-que las alianzas entre los que denunciamos estos procesos de bio-saqueo y queal mismo tiempo deje de lado tanto las crticas negativas, como el ranking denuestros anlisis. Se trata de avanzar como una oposicin unida, que basadaen el reconocimiento mutuo, logre una alianza verdadera.

    INTRODUCCINHoy en da la biodiversidad se ha convertido en una riqueza estratgica aexplotar, donde lo estratgico se define a partir de su control. Ello se debe a quelos capitales ponen en juego su hegemona mundial, proceso en el que los ca-pitales contaminantes y los capitales biotecnolgicos se ven involucrados enuna carrera por controlar esta nueva y singular veta de riqueza (BarredaMarn, 1999). Es decir, se ven envueltos en una carrera por monopolizar la ma-yor diversidad posible de germoplasma, y por lo tanto en desenfrenada bs-queda, recoleccin, compra y robo de la diversidad biolgica del planeta y desu conocimiento (Delgado, 2000).

    Para lograrlo, las altas cpulas de las grandes corporaciones multinacio-nales (CMN)1 y los estados nacionales centrales (ENC), representantes de la lgi-

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    1 Uso el trmino corporaciones multinacionales (CMN) para referirme a las corporaciones de

    base nacional que operan internacionalmente y que se diferencian de las empresas, que se enten-dern como actores con proyeccin exclusivamente nacional (vase Thompson y Hirst, 2000). Lastransnacionales seran aquellas con un capital genuinamente sin arraigo [footloose (Hirts y

  • ca del capitalismo, han diseado dos lneas de accin por dems complejas.Por un lado, la construccin de un sistema de bioprospeccin mundial, y porotro, como resultado necesario, el desarrollo de un sistema mundial de pro-piedad intelectual que penetre las oficinas de patentes nacionales y que per-mita en un solo movimiento hacer vlida la propiedad privada en todo elmundo. Esto ltimo ha redefinido el sistema mundial de derecho internacionalpblico, al inaugurar una nueva especialidad conocida como derecho gnico yque se refiere justamente a los lineamientos legales que establezcan un dere-cho (privado) sobre la vida (Delgado, 2001).

    En este contexto, habra que explicitar que la vinculacin Estado-Empre-sa/CMN ha sido y es fundamental, especialmente en la proyeccin de poderimperial sobre las economas ms dbiles y sobre las clases vulnerables, tantode los ENC como los estados nacionales perifricos (ENP). Por ello resulta fal-sa la creencia de que las CMN se han erigido como un actor autnomo en lasrelaciones econmicas internacionales. Este discurso ofrece una interpreta-cin equvoca, ya que virtualmente todas las CMN del mundo, lejos de serstateless corporations, operan desde una base nacional, desde un marco dereferencia altamente funcional a los intereses privados nacionales, en estre-cha relacin con un Estado (caso formidable el de Estados Unidos), que lasregula y las protege, que las subsidia de diversas maneras, ya sea por mediode un alto gasto pblico, por la va de intensas relaciones blico-industrialeso por medio del despliegue de instrumentos de proyeccin diplomtico/military/o econmico/institucional, como el Banco Mundial, el FMI o el BID.

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    Thompson)] o stateless (Doremus, 1998), sin una identificacin nacional especfica y con un cuerpoadministrativo internacionalizado y al menos potencialmente capaces de localizarse y relocali-zarse en cualquier lugar del globo para obtener las ganancias ms altas y seguras. En contraste,las CMN operan desde una madre patria, un Estado-nacin, que las regula, las protege interna-cionalmente y las subvenciona. Ellas representan abrumadoramente la mayora. Existen muyescasos ejemplos de verdaderas stateless corporations. En otras palabras, las transnacionales notendran una base nacional como es el caso de las CMN pero serviran a los mercados globales pormedio de operaciones globales. Consecuentemente, stas a diferencia de las CMN no estaran con-troladas o constreidas por las polticas de estados nacionales especficos, estaran fuera de todaregulacin a excepcin de aquellas normas acordadas a nivel internacional. As, los gobiernosnacionales no podran efectivamente adoptar polticas regulatorias especficas, diferentes aaquellas que contrastan con esos estndares, en detrimento de las operaciones de las corporacio-nes transnacionales dentro de sus fronteras. As, virtualmente todas las grandes corporacionesinternacionales que operan en el mundo, lejos de ser stateless corporations, operan desde unabase nacional, desde un marco de referencia altamente funcional a los intereses privados na-cionales, en estrecha relacin a un Estado (caso formidable de Estados Unidos), que las regula ylas protege, que las subsidia de diversas maneras, ya sea por medio de un alto gasto pblico, por lava de intensas relaciones blico-industriales o por medio del despliegue de instrumentos de pro-yeccin diplomtico/militar y econmico/institucional, como el Banco Mundial, el FMI o el BID(John Saxe-Fernndez, 2000).

  • No es casual la forma ni el ritmo creciente con que se realizan los contra-tos de bioprospeccin en el mundo, ni el empuje por parte de organismos einstituciones nacionales e internacionales como el Departamento de Defensade Estados Unidos (DdD), la Organizacin Mundial de Comercio (OMC) o laInternational Cooperative Biodiversity Group (ICBG) para homogeneizar, su-bordinar e integrar las principales oficinas de patentes del planeta, a modode un sistema internacional.

    HACIA UN SISTEMA MUNDIAL DE BIOPROSPECCINLos proyectos de bioprospeccin2 que permitan explorar e investigar selecti-vamente la biodiversidad con la finalidad de hallar recursos genticos y bio-qumicos comercialmente valiosos, para luego patentarlos, dependen delconocimiento de las comunidades rurales e indgenas, las que desde el preca-pitalismo han construido una relacin ntima con la naturaleza. A este pro-ceso de apropiacin de la biodiversidad y su conocimiento se le conoce comobiopiratera.

    El trmino de biopiratera fue ideado en 1993 por Pat Mooney, presidentede la RAFI (ahora ETC Group) y se refiere, en sus propias palabras a [] la uti-lizacin de los sistemas de propiedad intelectual para legitimar la propiedady el control exclusivos de conocimientos y recursos biolgicos sin reconocimien-to, recompensa o proteccin de las contribuciones de las comunidades indge-nas y campesinas, por lo que la bioprospeccin no se puede ver ms que comobiopiratera (Mooney, 1999).

    En este sentido, la biopiratera, no slo como mera conceptualizacin ana-ltica, sino como concepcin poltica, nicamente se puede entender comomecanismo de enriquecimiento capitalista, de acciones ecocidas y anttesis dela sustentabilidad. As, mientras la existencia indgena se basa en los cambiosecolgicos generados por su relacin con la naturaleza, la sociedad capitalistase fundamenta en los cambios econmicos de los mercados (de la tasa de ga-nancia); por lo que no es por casualidad, sino causalidad que el conocimientode las mencionadas comunidades, basado en el flujo libre y en la posibilidad deesas culturas de vivir como tales, sea un instrumento estratgico para los ca-pitales que rastrean el planeta en busca de sustancias activas y material

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    2 Generalmente se refiere al rastreo de biodiversidad como parte de investigaciones cientfi-

    cas, pero hoy en da esto se complejiza porque aparecen como parte de las prospecciones petrole-ras, mineras, proyectos de conservacin ecolgica y de recuperacin cultural-medicinal, etctera(Delgado, 2001).

  • gentico, ya que les facilita y reduce el gasto que ello implica. Este panoramaen el que las CMN se encuentran en una gran disyuntiva, por un lado necesitanrobarse el conocimiento indgena, y por otro lidiar con el proceso de exclusin yexterminio de las culturas y comunidades indgenas del orbe, es una contra-diccin que se profundiza cada vez ms.

    Pero yendo ms a fondo, la lgica despilfarradora y destructiva de los capi-talistas, totalmente irresponsable y que ha caracterizado la historia del ca-pitalismo, ahora enfrenta dos situaciones complejas. Por un lado, la litecapitalista est persiguiendo, por medio de su poder, intereses contradicto-rios, caso evidente el de los capitales contaminantes y biotecnolgicos.3 Mien-tras que por otro, se puede constatar que los capitalistas en su conjunto seven forzados (en el largo y mediano, pero crecientemente en el corto plazo) adar salida a la crisis global que han generado, de manera que garanticen, bajosu lgica, su propia existencia; es decir, mediante un proceso irracional y con-tradictorio,4 en el que los atomizados capitalistas o grupos de ellos actan

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    3 El patrn tcnico social y ecolgicamente agresivo de mediados del siglo XX est siendo rela-tivamente transformado hacia uno menos destructivo, ahorrador de energa y ms limpio, dentrode un marco de correlacin de fuerzas entre los capitales biotecnolgicos que abiertamente lovienen impulsando y los capitales contaminantes que intentan detenerlo mientras se apode-ran y aseguran una posicin hegemnica (Barreda, 1999; Delgado, 2000).

    4 Me refiero a las contradicciones internas que han caracterizado y siguen caracterizando alcapitalismo, y que si va a dar salida a dicha crisis tendr que ser bajo esa lgica. Ello no significaque sa resulte ser la nica salida. Tambin est la que la clase proletaria construya, para cuyocaso resulta central conocer y reconocer la forma en la que se mueven las primeras para en-tonces poder reformular y edificar todo el modelo civilizatorio. En este contexto, es entoncesnecesario puntualizar la irracionalidad y contrariedad del capitalismo de principios del siglo XXI.Hoy, la sabidura convencional nos dice que la globalizacin es una novedad; sin embargo, el ca-pitalismo nace internacionalizndose, o en otras palabras, surge globalizndose desde hace casicinco siglos. Lo que es cierto es que se ha reconfigurado y complejizado a lo largo de su historia.Recientemente, la novedosa economa del laissez faire no es otra cosa que la recuperacin de lateora neoclsica arreglada a las actuales condiciones histricas del capitalismo para redinami-zar la acumulacin de capital. Proceso que se puede identificar, no por la desaparicin del Estado,sino por una reorientacin del mismo. Por un lado, son los estados nacionales centrales los quehan impulsado y continan impulsando la desregulacin, y por otro, los estados perifricoshegemonizados por la oligarqua (histricamente ligada a las clases dominantes de los esta-dos nacionales centrales y a las CMN) han permitido e incluso estimulado las polticas econ-micas pensadas por el Centro para el Sur. Lo anterior no se debe a una necesidad tcnica por asdecirlo del sistema, sino ms bien de una opcin poltica que le da fuerza a la clase capitalistasobre la trabajadora. Ante esto, si tenemos presente que aqulla slo vive a costa de explotar altrabajador, queda claro que, como lo indica W. Tabb, [] lo que le da fuerza es la debilidad ideo-lgica y organizativa de la Izquierda Internacional[] la lgica del sistema es la misma que des-de el siglo XIX, y la necesidad de que la clase trabajadora se una es cada vez mayor y urgente. Estiempo de una mayor claridad en nuestra crtica de la base trabajadora que se le ha llamadolibre mercado, pero que en realidad es poder de clase. (William K. Tabb, 1997.)

  • bajo la racionalidad de una inmediata valorizacin de su capital (Veraza,1984). Ambos factores, frente a los mrgenes bioqumicos del planeta y loslmites sociales que se vienen agudizando, sitan al capitalismo en el dilemade su propia existencia, pero tambin de la humanidad. Lo anterior resultaindudablemente importante para los sujetos que peleamos por la conciencia,es decir, para los hombres y mujeres revolucionarios, ya que al concretizarnuestra relacin con la naturaleza y con el resto de sujetos en el proceso detrabajo, somos la sinergia potencial de resistencia que puede dar vida a unaarmona ecolgico-social.

    En este contexto, que sin duda alude al patrn tecnolgico en construcciny que hace uso de la biodiversidad (biotecnologa, nanotecnologa, nuevos ma-teriales, etc.), es necesario recuperar el conocimiento precapitalista de eserecurso ahora estratgico, proceso desde luego siempre mediado bajo la lgicadel capital para que sea redituable (Veraza, 1984).

    A partir de esto, se puede entender la lgica de los derechos de autor y demejoradores de plantas, las patentes, las marcas comerciales, los diseosindustriales y los secretos comerciales, como los principales mecanismos quelos capitalistas han establecido desde los inicios de la modernidad para con-trolar las innovaciones tecnolgicas y con ello asegurarse las ganancias extraor-dinarias generadas. Esto se materializa en la construccin de un sistema le-gal de patentes en el nivel planetario, que en su forma ms refinada, y parael caso de la biotecnologa, permite a los capitales recuperar, o mejor dicho ro-bar, el conocimiento milenario que an conservan las comunidades agrcolase indgenas.

    En el mismo tenor se interpreta la Convencin sobre Diversidad Biolgica(CBD) que entr en vigencia en diciembre de 1993. En ella, se establece quelos estados tienen derechos soberanos sobre sus materiales biolgicos, yque dichos recursos ya no estn a la libre disposicin de otros. No obstante,lejos de ser un esfuerzo multilateral para apoyar la conservacin y el uso sus-tentable de la biodiversidad idea que est vendiendo la CBD, claramentepromueve el concepto de bilateralismo para su acceso privado. Estos contra-tos o acuerdos bilaterales, conocidos como acuerdos de bioprospeccin, con-solidan el hecho de que la biodiversidad ya no est a la libre disposicin deotros, sino slo y exclusivamente de algunos. Adems, este estatuto nacionali-za las miles de muestras provenientes de la periferia que estn contenidas enlos bancos de germoplasma y jardines botnicos de los ENC, y por lo tanto lashace patentables a su favor. Por si fuera poco, la CBD tambin reconoce y alien-

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  • ta el uso del conocimiento, las innovaciones y las prcticas de las comunida-des indgenas y locales [Artculo 8(j)].5

    El carcter geopoltico de los jardines botnicos y los bancos de germoplasma

    Es de vital importancia diferenciar los canales mediante los cuales las CMN y losENC vienen controlando la biodiversidad mundial, proceso en el que se pue-den apuntar dos tipos de acumulacin: in situ (reas protegidas y regionesan no protegidas de gran biodiversidad) y ex situ (jardines botnicos y ban-cos de germoplasma). Espacialmente, 83% de los recursos biticos in situ y desu conocimiento se ubica en los ENP, mientras que slo 17% est en los ENC. Enrelacin contraria, 75% de la biodiversidad ex situ se concentra en los ENC yel resto en los ENP (RAFI, 1996b). Con esta ltima forma de acumulacin, losENC se liberan de limitantes espaciales, polticas, sociales, de inters nacional yde propiedad intelectual. Ello convierte al monopolio ex situ como socialmen-te expoliador, econmicamente injusto y ecolgicamente suicida (Bartra, 2000).

    Bancos de germoplasma (BsG)6Los primeros BsG aparecieron dentro del aparato militar de Estados Unidos, yel ms grande del mundo es el Instituto de Patologa de las Fuerzas Arma-das. Fueron los militares quienes comenzaron a investigar y manipular mues-tras virales y bacteriolgicas para el desarrollo de armas. Ante la necesidadde acumular la mayor cantidad de germoplasma por parte de la industria ya noslo militar, sino tambin biotecnolgica, se crearon los primeros BsG inter-nacionales.

    Para llenarlos de manera rpida y creciente, la industria biotecnolgicaformaliz el proceso mediante la complejizacin de las patentes al incluir en eltrmite el depsito del material biolgico, con lo que gener un foco geoecon-mico y geopoltico, al convertirlos en espacios de disputa, especulacin y renta.

    Los BsG son regulados internacionalmente por el tratado de Budapestadministrado por la World Intellectual Property Organization, y hansido reconocidos oficialmente con el propsito de llevar a cabo los procesos de

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    5 Segn la RAFI hasta la fecha no existe un solo caso en el que se haya pagado regalas por

    bioprospeccin y conocimiento indgena a dichas comunidades en todo el mundo, .6 Los bancos de germoplasma son instalaciones que almacenan y conservan la variabilidad

    gentica, representada por clulas germinales o semillas, disponible para una poblacin particu-lar de organismos. Aunque son importantes, son un pobre reemplazo del mantenimiento de ladiversidad gentica in situ.

  • patentes que desde 1981 se concentran en slo 26 instituciones de 15 pases(RAFI, 1996b). Los BsG contienen muestras biolgicas obtenidas en el nivelmundial. Mas no causa sorpresa que la abrumadora mayora de institucionesque preservan estos recursos estn ubicadas en los ENC.

    Para subrayar la importancia de los BsG, bastara con sealar que hoy enda cuentan con ms de 6 millones de muestras nicas, de las cuales cerca de500 mil estn en la red de bancos genticos de la Consultative Group on Inter-national Agricultural Research (CGIAR).7 De igual manera, el BsG ms grandedel mundo, el American Type Culture Collection (ATCC), ubicado en Mary-land, Estados Unidos, ya en 1992 almacenaba 41% (17 mil 724 depsitos) detodos los microorganismos depositados con propsitos de procesar patentes(RAFI, 1996b).

    Jardines Botnicos (JB)De los 1 500 JB del mundo, cerca de tres cuartas partes estn en los ENC. Man-tienen muestras de la gran mayora de los taxones de los jardines de la peri-feria. Si bien todos los JB son repositorios de germoplasma, alrededor de lamitad estn activos en su conservacin mediante la acumulacin y repro-duccin deliberadas de colecciones de un gnero, especie en particular, u otraaglomeracin de taxones tiles para algn propsito en particular porejemplo hierbas chinas o flora de la selva, Costa Rica (RAFI, 1996b).

    Norte, incluyendo Europa del Este Sur

    Nmero de jardines 70% 30% Nmero de accesiones 72% 28% Nmero de taxones representados 86% 14% Colecciones especiales de germoplasma 80% 20%

    FUENTE: RAFI (b), Empresas farmacuticas hacen ofertas por las colecciones de los jardines botnicos delnorte en un intento de eludir la Convencin de Biodiversidad, RAFI, Communiqu, julio-agosto de 1996.

    De acuerdo con un estudio del secretario general de la Asociacin Internacio-nal de Jardines Botnicos (RAFI, 1996b), 120 JB de los ENC mantienen colecciones

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    7 Desde 1974 se comenz a estructurar una red mundial de BSG a travs de la International

    Board for Plant Genetic Resources (Ipgri), que la ha venido impulsando desde la revolucinverde hasta nuestros das, con la ayuda del Banco Mundial, bajo la tutela de Estados Unidos. ElIpgri incluye 16 centros de investigacin, programas de investigacin universitarios, unidadesde almacenamiento gubernamentales y el CGIAR.

  • conocidas de especies cultivadas para la produccin de alimentos, fibra, acei-tes, etctera, mientras que otros 170 tambin de ENC tienen coleccionesconocidas de especies medicinales y forestales, adems de otro tanto que con-tienen numerosas plantas nativas y colecciones de plantas provenientes delos ENP.

    El redescubierto inters de la industria farmacutica por las colecciones degermoplasma de los JB se acentu precisamente en un momento en que en elmundo, especialmente en Europa del Este y la antigua Unin Sovitica, seestn teniendo dificultades para encontrar fondos para mantener adecuada-mente las colecciones. Ello ha beneficiado a dicha industria, especficamentela de Estados Unidos, la cual est invirtiendo bajo la condicin de tener accesoa tales colecciones.

    El papel de las reas protegidas como fuente de biodiversidad in situ

    La importancia de las reas naturales protegidas (ANP), aun por encima de lade los JB y los BsG, se debe, de entrada, a que la biodiversidad ex situ pierdela cualidad de unidad que tiene la in situ. Ello pareciera irrelevante para laindustria biotecnolgica, sin embargo, la biodiversidad in situ contiene impl-citamente informacin central que determina las caractersticas de las es-tructuras moleculares que componen las distintas formas de vida.8 Adems, su

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    8 Segn estimaciones, existe una posibilidad de 10200 de que se pueda construir una molcu-

    la orgnica en laboratorio. Cada una de ellas, tiene un rango de 10128 para conformar un com-puesto qumico, el cual puede o no tener potencial comercial. Con estas estadsticas, los cientficosse han especializado en tcnicas y desarrollo de equipo que les permitan producir nuevos com-puestos potencialmente comerciales o ya existentes pero en mayores cantidades, a partir de bi-bliotecas de estructuras moleculares. En este contexto, con el avance de la biotecnologa en laidentificacin en tiempo rcord de las estructuras moleculares de cualquier muestra analizada, lasCMN farmacuticas y qumicas pueden construir compuestos activos a partir de la bsqueda dedicha estructura en distintas partes del planeta ya sea en otras especies o variedades, y buscarla mejor fuente para su patentamiento, y en su caso, explotacin. Tal es el caso de una sustan-cia llamada taxol, que es usada como agente anticancergeno. Primero fue identificada en Mada-gascar, despus la misma estructura molecular fue encontrada en las Filipinas y finalmente enun banco de germoplasma en Inglaterra. Por todo lo anterior, se puede decir que hoy en da elnegocio tambin lo son los bancos de informacin sobre las estructuras moleculares de las sus-tancias activas potencialmente comerciales, conocidos como bibliotecas o colecciones de qumicosoriginales (Novel Chemical Libraries). Podemos encontrar involucradas empresas como ArrayBiopharma (Colorado, Estados Unidos); ComGenex International (California, Estados Unidos),con ms de 10 mil estructuras; Diversa (Estados Unidos), vinculada al Instituto Nacional deSalud a travs de la Universidad de Georgia; CombiChem Inc. (California, Estados Unidos), vincu-lada a Dupont; Maxygen Inc. (California, Estados Unidos), vinculada a Glaxo Wellcome y elAffymax Research Institute; Versicor Inc. (Massachusetts, Estados Unidos), vinculada a Sepra-cor Inc., entre muchas otras. (Cynthia Robbins-Roth, 2000.)

  • importancia para dicha industria radica esencialmente, como ya se mencio-n, en el conocimiento de las comunidades rurales e indgenas que coincidenespacialmente con las regiones megadiversas del orbe. En los anlisis de Con-servation International (CI) se proponen 12 centros megadiversos en el plane-ta, de los cuales nueve tambin lo son culturalmente. Igualmente, coincidenlas 233 ecorregiones planteadas por World Wide Fund for Nature (WWF), de lascuales cerca del 80% son habitadas por poblacin indgena, al menos la mitadde las tres mil etnias del planeta. Segn datos de Toledo, hoy en da existenalrededor de 10 mil ANP en ms de 160 pases, con una extensin cercana alos 650 millones de hectreas (5% de la superficie del orbe), pero es de espe-rarse que entre 12 y 20% del planeta, actualmente habitado por indgenas,prximamente sea considerado reserva ecolgica. En Amrica Latina, almenos 80% de las reas protegidas estn habitadas por esas culturas (Tole-do, 2000).

    En este sentido, y dado lo estratgico de este conocimiento, resulta obvia laintencionalidad del reciente cambio de diseo de las ANP, el cual ahora inclu-ye activamente a las comunidades indgenas y campesinas, a diferencia delmodelo popularizado y copiado de Estados Unidos (Parque Nacional de Yel-lowstone), que consideraba, entre otras caractersticas, la existencia y protec-cin del rea sin gente, pero sobre todo sin su participacin. El nuevo modelopermite, por lado, conservar las caractersticas centrales de la diversidad insitu, y por otro, abre paso a la privatizacin de los puntos de megabiodiversi-dad del mundo, dando las condiciones necesarias para un fcil acceso a stay su conocimiento. Desde aqu se puede visualizar cmo es que la mayora delas ONG, instituciones y organismos internacionales abocados a lo que ellosllaman la conservacin y el desarrollo sustentable, y que estn involucra-dos de una u otra forma en el avance biotecnolgico, son ms bien pantalla delproceso de explotacin de los recursos biticos planetarios por el capital. Aun-que hay excepciones.

    As, los capitalistas involucrados en el desarrollo de la biotecnologa, vie-nen instalando un sistema de biopiratera mundial cada vez ms complejo enel que se involucran ms y ms protagonistas, todos financiados por los gran-des capitales del actual patrn tecnolgico y del que se viene configurando.Los primeros actores forman parte de una gama que va desde los biopiratasindependientes hasta los proyectos de conservacin ecolgica (base de la pir-mide). Despus, nos topamos con institutos de investigacin, empresas pri-vadas y Organismo no Gubernamentales (ONG), que pueden trabajar en con-

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  • junto9 o separados. En seguida, veremos, en algunos casos, agentes como loslaboratorios privados, que obtienen sustancias activas provenientes de las mues-tras biolgicas entregadas por algn otro intermediario. En otros, podemosidentificar a las CMN implicadas en el desarrollo biotecnolgico, que al finalde la cadena reciben por uno u otro camino lo que pagaron inicialmente paraconservar el medio ambiente, pago concretado en los montos entregados aONG, como es el caso espectacular de CI por el nmero de empresas que la apo-yan. Estas ltimas slo dejan administrar sus recursos invertidos a los conoce-dores, o ms bien a los autores intelectuales de la biopiratera (Delgado, 2001).

    Como puede verse, los nuevos grupos del capital ambientalista (impulsa-dos por el capital biotecnolgico), vienen buscando de mltiples maneras unaalianza que les permita tener acceso a la biodiversidad y su conocimiento,para hacer uso de ellos y complejizar la creacin de la masa y tasa de plusva-la. Pero, dado que el proceso antes descrito no resulta difcil de descifrar, seha venido promoviendo fuertemente la idea de que la diversidad biolgicaautopague su conservacin.

    En Mxico, de las 386 reas naturales protegidas (7% del territorio nacio-nal) slo 123 son responsabilidad de la nacin, el resto est en manos de ONGy el capital privado nacional e internacional. Segn datos de algunas publica-

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    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,188 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

    9 Caso de CI que ha reclutado ONG como la John D. Catherine, T. MacArthur, W. Alton Jones,

    David and Lucille Packard, Margot Marsho Biodiversity, Alfred Jurzy Kauski, Mulago y WeedenFoundation. Al mismo tiempo trabaja en conjunto con la International Union for the Conserva-tion of Nature (IUCN) y WWF.

    Biopiratas independientes

    Proyectos de Conservacin[Corredores biolgicos (ideados por CI)]

    Institutos de investigacin pblicos,ONG nacionales e internacionales; orga-nismos e instituciones internacionalescomo la ONU, el Banco Mundial y las dis-tintas agencias de desarrollo interna-cional de Estados Unidos.

    Capitales biotecnolgicos

    CMN como Intel, Bristol-Myers, Du-pont, Shaman, Avantis, Advanta,Monsanto, Pulsar (Savia) entre muchasotras en las que se incluyen contratis-tas y subcontratistas del DdD deEstados Unidos (Motorola, GeneralDynamics). Cabe sealar que estoscapitales buscan alianzas mltiples ycoordinadas con biopiratas indepen-dientes, con ONG, universidades yorganizaciones indgenas y campesi-nas, as como con grupos de investiga-dores que forman las mismas empre-sas y que trabajan como biopiratasdependientes de ellas.Organizaciones populares,

    indgenas y campesinas

  • ciones (Castillo, 2000), tal es el caso de Los Ajos, que recibe apoyo del gobiernode Estados Unidos; El Vizcano lo apoya el gobierno espaol y CI, adems deCMN como Ford; Montes Azules recibe el apoyo de CI y empresas privadascomo Pulsar; Ro Lagarto de Bimbo; Chinchorro de AHMSA; Izta-Popo de Nes-tl; El Golfo de California y El Corredor Biolgico Mesoamericano del Fondopara el Medio Ambiente Mundial y el Banco Mundial (GEF-BM); La SierraGorda del GEF-PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo); ElTriunfo del GEF-BM y Grupo Ecolgico Sierra Gorda; Los Tuxtlas, La Chinan-tla y La Montaa de Guerrero del GEF y PAIR (Julia Carabias); El CarricitoHuichol de Pronatura; Calakmul de Unidos para la Conservacin y Asocia-cin Sierra Madre (Robles Gil, quien tiene estrecho vnculo con CI); El Edn,Yum Balm y la Alfredo V. Bonfil reciben apoyos privados.

    El caso peculiar de Conservation International (CI)La conocedora CI, que opera en ms de 23 pases10 y que tiene acuerdos por losque recibe ms de 83 millones de dlares anuales que destina a sus proyec-tos de conservacin/biopiratera en el mundo para numerosas CMN como Mon-santo, Intel, Pulsar, Hyseq, Bristol Squibb, Shaman y Dow Agrosciences, entreotras (CI, 1999), es quien casualmente ide11 el concepto de corredor biolgi-co, refirindose con ello a la integracin de las distintas ANP en una gran fajaque concentre las regiones prioritariamente megadiversas de los distintos bio-mas que integran el planeta, y que desde luego incluya activamente los asen-tamientos indgenas y campesinos que colindan o se encuentran dentro deestas ANP. As, en un encadenamiento de ANP que se despliega a lo largo yancho de varios estados nacionales (en su mayora perifricos), cada corredorimplica una homogeneizacin de las polticas, licencias y dems mecanismos

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    10 Belice, Bolivia, Botswana, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Fidji,

    Filipinas, Ghana, Guatemala, Guyana, Indonesia, Japn, Madagascar, Mxico, Nueva Caledo-nia, Panam, Papua Nueva Guinea, Per, Islas Salomn y Surinam.

    11 El trmino corredores fue usado por primera vez con un sentido estrictamente biolgicopor Simpson en 1936 en su estudio de dispersin entre continentes. Ya en 1949, Leopold indicabaque muchos animales, por razones desconocidas, no aparecen como poblaciones separadas; perono fue sino hasta 1962, cuando Preston recomendaba por primera vez corredores biolgicos entrereservas, que aparece el concepto de corredor biolgico, ms cercano al concebido actualmente.Recientemente, algunos estudios realizados en Estados Unidos, en gran parte llevados a cabopor CI y el Instituto Smithsoniano, aunque enfocados principalmente sobre el manejo del paisajey no sobre problemas de mayor magnitud (por as decirlo), han sentado las bases tanto de unprecedente legal como del supuesto entendimiento de un enfoque ms integral, lo que ha sidomodelo para el diseo de los corredores biolgicos a nivel mundial de hoy en da. Esta nueva ideafue presentada pblicamente por CI justo unos cuantos meses antes de la firma del CorredorBiolgico Mesoamericano.

  • para tener acceso y proteger la biodiversidad, e incluye a varios organizado-res tales como CI (ligados a los ENC, las CMN y el Banco Mundial/GEF), que seencargan de enganchar los asentamientos indgenas para vincularlos al pro-yecto. De igual modo, rene equipos de bilogos, etnobotnicos y dems espe-cialistas para realizar un estudio pormenorizado de la riqueza biolgica y suconocimiento, supuestamente para poder llevar a cabo el proyecto de conser-vacin.

    Son nueve los corredores biolgicos que se estn pensando a nivel planeta-rio:12 en Amrica, el Corredor de la Sierra de Nevada, el de Amrica del Sur yel ya conformado Corredor Mesoamericano (vase Banco Mundial, 2000). EnEuropa, el del Mediterrneo. En frica, el del Golfo de Guinea y el de Mozam-bique. En Asia, el de Indonesia y el del Ocano ndico. Finalmente, distribuidoa lo largo y ancho del Pacfico, el Corredor de las Filipinas, Polinesia y Micro-nesia.

    Este proceso (conformacin de corredores biolgicos) ya comienza a concre-tarse a partir del diseo del estatuto legal del Corredor Mesoamericano (LaJornada, octubre de 2000; Banco Mundial, 2000), puesto en marcha en octubrede 2000, el cual recibi del GEF13 como parte del programa presupuestal14

    otorgado a la regin para el periodo 2000 al 2007 la suma de 15.2 millones dedlares para su diseo y administracin, que casualmente qued en manosde CI. En otras palabras, se han iniciando los primeros pasos legales paraconstruir un sistema de corredores biticos a escala mundial, que sea funcio-nal al sistema de bioprospeccin internacional, como necesidad del nuevo pa-trn tecnolgico que comienza a perfilarse, y que al mismo tiempo, al delimitarlas reas de conservacin, permita dar salida a la devastacin ecolgica queha generado el capital a lo a largo de su historia.

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    12 Esencialmente, los nueve corredores biolgicos son presentados por CI en sus publica-ciones: Hotspots del ao 2000 y Megadiversity de 1998 (ambos escritos por Myers y Mittermeier-Goettsch). Aunque slo muestra las reas en peligro, hay que agregar las zonas megadiversascolindantes y que an no son clasificadas por CI como crticas.

    13 El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) fue constituido en 1992, cuenta con lasaportaciones de 166 pases y es el mecanismo financiero de la Convencin de Diversidad Biolgi-ca, del Cambio Climtico y del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad. Es decir, es un meca-nismo financiero que casualmente protege de manera selectiva la diversidad biolgica mundialy que a la vez legaliza o restringe los avances biotecnolgicos provenientes de la misma.

    14 El programa incluye 31.10 millones de dlares para el fortalecimiento institucional de lasreas protegidas, 15.65 para las reas protegidas de Los Tuxtlas, La Chinantla y La Montaa deGuerrero (PAIR), 6.733 millones de dlares para la Sierra Gorda y 7.5 millones para otras treszonas ms. Lo ms alarmante del programa es que paralelamente se financian proyectos de bio-prospeccin y apropiacin de la diversidad gentica (Antonio Castillo, 2000.)

  • HACIA UN SISTEMA MUNDIAL DE PATENTES: EL CASO DE LAS BIOPATENTES

    En la carrera para promover mecanismos exclusivos para recompensar a losinventores de nuevos productos y procesos biolgicos, los estados nacionales,los organismos polticos y las grandes CMN, se ven forzosamente involucra-dos en la construccin de un sistema mundial de propiedad intelectual, de-bido a que para los capitales, el objeto tcnico en cuestin (la biodiversidad yla biotecnologa) afecta la gestin general de toda la biosfera y de ah a todos losprocesos mundiales de produccin primaria y crecientemente de la secundaria.

    En este sentido, Estados Unidos y otros pases industrializados han presio-nado agresivamente en los aos recientes para armonizar internacionalmentelas leyes de propiedad intelectual, a modo de homogeneizar los distintos linea-mientos, regulaciones y procedimientos, y sobre todo para hacer valer laspatentes en todo el mundo. De esta manera, ya no sera necesario presentarlas solicitudes de patentes en cada una de las oficinas de los diferentes pa-ses: una sola solicitud ante la Oficina de Patentes de Estados Unidos o en lade la Unin Europea, sera valida simultneamente en varios pases, y sobretodo en los ENP. La meta entonces, es incorporar a todos los pases del orbe enun sistema nico de patentes.

    Lo anterior responde a que histricamente las leyes de propiedad intelec-tual se basan en el principio de soberana nacional, por lo que cada pas deter-mina sus propios mtodos para reconocerla y/o protegerla. Esto limita el robode la biodiversidad y su conocimiento, y tambin obstaculiza el control denuevas tecnologas por parte de los capitales involucrados en su desarrollo.

    Todo lo anterior apunta hacia un proceso de perfeccionamiento y comple-jizacin de la propiedad privada en el mundo bajo su modalidad de propiedadintelectual, la cual se intenta formalizar en un sistema mundial.

    A pesar de los requerimientos bsicos para patentar, existe en las leyes deesta materia una doctrina bien establecida por la cual los productos de la na-turaleza no son patentables. No obstante, antes de 1980, la mayora de losENP, as como muchos ENC, haban optado por no reconocer patentes sobre ali-mentos, medicinas u otros productos considerados como necesidades huma-nas bsicas. Despus de esa dcada, el sistema judicial de Estados Unidos dioun giro a esta doctrina, por medio de su nueva versin del requisito queinterpreta que los productos de la naturaleza sin modificacin del hombre nopueden ser patentados. Promovi as las biopatentes, dando la propiedadexclusiva de genes, plantas, animales y material gentico humano a las CMNy actores propios de los estados nacionales (universidades, institutos, etc.),que por primera vez los aslen, purifiquen, modifiquen y manipulen.

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  • Durante la Ronda de Uruguay del Acuerdo General sobre Aranceles y Co-mercio GATT (1986-1994), hoy Organizacin Mundial del Comercio (OMC),los derechos de propiedad intelectual (TRIP) se convirtieron en objeto de nego-ciacin en el contexto del comercio internacional. Fue Estados Unidos quienpele su inclusin en la agenda, bajo presiones de la industria farmacuticay semillera, cuyos representantes15 redactaron el texto que sirvi para su dis-cusin y negociacin. Finalmente, Estados Unidos gan el forcejeo y el acuerdosobre TRIP se convirti en 1995 en el tercer pilar del rgimen mundial del co-mercio exceptuando el artculo 27.3(b), el cual an est pendiente,16 jun-to a bienes y servicios. Como resultado, los integrantes del Comit sobre TRIP,cuyos miembros se leen como el quin es quin de las 500 empresas msgrandes del mundo de Fortune,17 obligan a los pases signatarios del GATT aadoptar legislaciones mnimas de propiedad intelectual, respecto a plantas ymicroorganismos, dentro de los siguientes cinco a 15 aos.

    Paralelamente, la Organizacin Mundial para la Propiedad Intelectual(WIPO) tiene como objetivo promover la cooperacin entre pases en el trmitede patentes, y establece convenios y tratados que intentan solventar las dife-rencias entre los regmenes jurdicos de cada pas. Esto parte de la condicio-nalidad de los ENC hacia la periferia por medio de las negociaciones de la deuday su servicio, cuyo pago puede ser directa o indirectamente en especie, ahoratambin en biodiversidad y su conocimiento, incluyendo, de ser posible, susrespectivos derechos de patente, proceso que se logra a partir de una desre-gulacin de las inversiones en la periferia Acuerdos Multilaterales de Inver-

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    15 En 1986, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, coloc junto a los representan-tes de la industria farmacutica de ese pas a Daniel Amstutz, un ejecutivo de primer orden dela semillera Cargill, como una de las figuras centrales en las negociaciones (Dawkins, 1997).

    16 Este artculo seala que Los miembros podrn excluir as mismo de la patentabilidad lasplantas y animales excepto los microorganismos y los procedimientos esencialmente biolgicos,que no sean procedimientos no biolgicos o microbiolgicos. Sin embargo, los miembros otorga-rn proteccin a todas las variedades vegetales mediante patentes, mediante un sistema eficazsui generis o mediante una combinacin de aqullas y ste. Las disposiciones del presenteapartado sern objeto de examen cuatro aos despus de la entrada en vigor del Acuerdo sobre laOMC. Lo que hace confuso al artculo es que en ningn momento seala los parmetros de defini-cin del sistema eficaz sui generis. Tambin permite el patentamiento de los genes y procesosmicrobiolgicos, adems de otorgar un sesgo implcito a favor de los fitomejoradores y biotecnlo-gos; ya que carece de mecanismos para asegurar el reparto equitativo de las ganancias, ello msbien se percibe ms como un factor de exacerbacin del robo de la naturaleza del planeta (SilviaRodrguez y Grain, 2000.)

    17 Los miembros que sobresalen en la Ronda de Uruguay son Bristol Myers, DuPont, Gene-ral Electric, General Motors, Hewlett Packard, IBM, Johnson and Johnson, Merck, Monsanto,Pfizer, Rockwell y Time-Warner.

  • siones (AMI) para que los capitales puedan invertir libremente en sectoresestratgicos como lo son institutos de investigacin, JB, BsG, etctera.

    Con este sistema complejo de propiedad intelectual, lo que se perfila es laampliacin del control de las CMN sobre el mercado mundial. Su contraparteimplica que la periferia no espere con ello ninguna seguridad, mayores inver-siones, transferencia de tecnologa de punta, ni mucho menos un mayor creci-miento econmico. Ms bien, la contribucin de la periferia al subsidio de lainvestigacin y desarrollo (I&D) de los ENC aumentar, en un esquema dederechos de propiedad intelectual ms sofisticado, que consolidara el abismotecnolgico existente entre ambos, en trminos de un escaso acceso a la tec-nologa de vanguardia, as como en la disposicin de informacin cientficapor parte de los ENP.

    An ms complejas resultan las acciones directas que aplican los ENC parapenetrar las estructuras nacionales perifricas, de manera que puedan accedery apropiarse de sus recursos. Destacan, entre otros, los casos de: 1) las modi-ficaciones al Artculo 27 constitucional en Mxico impulsadas por el BancoMundial, referentes a la propiedad de la tierra, las cuales redefinen el acce-so a sus recursos; 2) las nuevas regulaciones para el acceso a los recursos ge-nticos en Costa Rica, expresadas en su Ley de Biodiversidad, la cual esimpulsada por InBio; y 3) el caso del decreto MP 2052 en Brasil, impulsadopor Novartis y Bioamazonia, que deja en manos de un Consejo Ministerial elacceso y uso de sus recursos.

    Por todo lo anterior, es evidente que el proceso de globalizacin de un sis-tema mundial homogneo de patentes se est convirtiendo en la punta delanza de las grandes CMN para monopolizar el desarrollo del patrn tecnol-gico en construccin, a lo que se suma adems el creciente y complejo procesode biopiratera a nivel planetario, solapado e incluso impulsado por los distin-tos ENP, y que adquiere fuerza a partir de los intereses geopolticos y geoeco-nmicos que mueve. Es de esperarse que ambos fenmenos, que se intensifi-caron en los ltimos aos del siglo XX, lo hagan an ms en los primeros aosdel siglo XXI. No es casual que, segn datos de Mooney, el ritmo de aumento debiopatentes sea cada vez mayor, y que 90% sea controlado por las grandesCMN. En 1980 el nmero de patentes por ao era de 10 mil, y para 1999 eraya de 176 mil. De los seis millones de patentes que existen, cerca de tres mi-llones18 corresponden slo a materiales biolgicos. Tan slo en 1990, el total

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    18 Datos que segn RAFI son subestimados, puesto que generalmente las patentes son secre-

    tas hasta que son aprobadas. Los tres millones tan slo corresponden a tres empresas: Celera,Human Genomic Science e Incide Corporation (RAFI, 1999).

  • de ganancias generadas por el cobro de licencias de patentes fue de 15 mil mi-llones de dlares, para 1998 se haba alcanzado la cifra de 100 mil millones yse calcula que para el 2005 aumente a medio billn de dlares por ao(Mooney, 1999: 82).

    El NIH y compaa, una criatura de excelencia en la era biotecnolgica

    Como resultado del trmino oficial de la investigacin en armas ofensivasbiolgicas y qumicas (previo a 1972), cuando las instalaciones de Fort Detrickfueron el cuartel central de las unidades de los militares dedicadas a dichofin, Estados Unidos desocup parcialmente (a partir de 1972) la instalacinde Fort Detrick, y el Instituto Nacional de Salud (NIH) se mud all. Fort Det-rick es compartido ahora por el National Cancer Institute (NCI), NationalInstitute for Discovery Science (Ninds), varios grupos mdicos del ejrcito deEstados Unidos y una agencia mdica de la Agencia de Inteligencia en Defensa(DIA). Las unidades del ejrcito en Fort Detrick incluyen al Instituto de Inves-tigacin Mdica en Enfermedades Infecciosas (AMRIID) y un grupo que investi-ga contramedidas a agentes blicos biolgicos; tambin alberga la coleccinde materiales biolgicamente dainos del ejrcito de Estados Unidos en una delas instalaciones ms seguras del mundo.19 Detrs de las numerosas medidasde bioseguridad existe una biblioteca de muestras de virus extremadamentevirulentos, tales como el bola (objeto de investigaciones en marcha por cien-tficos del Departamento de la Defensa de Estados Unidos como parte de laelaboracin de armas bioqumicas y bacteriolgicas).

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    19 El United States Army Medical Research Institute of Infections Diseases (USAMRIID) com-prende alrededor de 25 laboratorios, seis de ellos clasificados como de mxima seguridad gradoBL4 (Biosecurity Level 4); de estos ltimos no existen ms de una docena en el mundo. La clasi-ficacin de Biosecurity Level (BL) se refiere principalmente en el caso de BL1 al manejo de mues-tras biolgicas para prcticas de laboratorio en universidades, el BL2 alude al uso de muestrasbiolgicas con cierto grado de manipulacin que requieren cuidado caso de los laboratorios co-merciales y algunas investigaciones de formacin universitaria, el BL3 implica el manejo de ma-teriales biolgicos semiinfecciosos, generalmente para investigaciones de institutos privados yalgunos pblicos que estn vinculados a grandes universidades como seran algunos institutosde patologa de distintas universidades en el mundo. El BL4 hace uso y manipula muestras bio-lgicas altamente agresivas, infecciosas e inestables. Generalmente son investigaciones llevadas acabo por instituciones militares y especficamente para la produccin de armas y en algunos casoscon fines mdicos. Se trata de materiales como toxinas (Ricin, Saxitoxin, Staphylococcus entero-toxin B y otras), cepas virales (Venezuelan equine encephalitis encefalitis, VIH sida, bola,etc.) y bactereolgicas (Bacillus anthracis anthrax, Yersinia pestis plaga bubnica, entreotras). Vase Graham S. Pearson, 1998.

  • Las oficinas y las colecciones biolgicas del Ninds, as como numerososinvestigadores del NCI, estn en Fort Detrick, el cual aloja adems las colec-ciones del Programa de Desarrollo Teraputico del NCI, que es lder en larecoleccin y anlisis farmacolgico de plantas y otros especmenes biolgicosde todo el mundo. Lo ms llamativo, es que tanto el NIH como la Armada enFort Detrick hacen contratos gubernamentales con empresas privadas, fil-trndose en su administracin para asegurar y controlar el tipo de investiga-cin que realizan. Por ejemplo, la compaa Science Applications InternationalCorporation (SAIC), en San Diego, es una firma sostenida privadamente y quese especializa en trabajos de alta tecnologa para el Departamento de Defensade Estados Unidos y agencias de inteligencia extranjeras. El directorio de SAICincluye, o ha incluido recientemente, a los secretarios de defensa actuales yanteriores, y a los directores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), entreotras personas ligadas ntimamente a las operaciones de inteligencia militarde Estados Unidos y de otros pases (RAFI, 1996a).

    La primera solicitud de patente (publicacin nmero WO93/03759), presen-tada a nombre del U.S. Department of Health and Human Services (Departa-mento de Salud de Estados Unidos) y el NIH, pretendi reclamar los derechossobre una lnea de clulas T de un habitante de Papa, Nueva Guinea. Deacuerdo con la solicitud de patente, en mayo de 1989 fueron tomadas mues-tras de sangre de 24 personas pertenecientes a la comunidad Hagahai, de laprovincia de Madang, Nueva Guinea. Esta lnea de clulas, la primera de suclase de un individuo de Papa (tambin en Nueva Guinea), es potencialmen-te til en el tratamiento y el diagnstico de personas infectadas con una variantedel virus HLTV-I.24. El virus humano T-linfotrpico tipo I (HTLV-I) est asocia-do con leucemia en adultos y con una enfermedad neurolgica crnica degene-rativa. La nueva lnea de clulas posee un valor potencial para poder entenderel mecanismo que regula el aumento o la supresin de la respuesta inmuno-lgica del organismo ante este virus (Patente Estados Unidos, nm. 5 397696). Vase RAFI, 1999a.

    El segundo reclamo de patente (W-9215325-A) fue presentado a nombredel Departamento de Comercio de Estados Unidos sobre la lnea de clulas Thumanas de una mujer de 40 aos de edad de Marovo Lagoon, en WesternProvince (Provincia Occidental), y de un hombre de 58 aos de edad de la pro-vincia de Guadalcanal. Ambos sujetos son habitantes de las Islas Salomn.Las muestras de sangre fueron obtenidas en marzo y agosto de 1990. Esta lneade clulas podra ser til para producir vacunas y/o servir para el diagnsti-co del virus humano T-linfotrfico tipo I (RAFI, 1999a).

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  • Para mayo de 1993, RAFI describi el Proyecto de Diversidad del GenomaHumano, cuyo objetivo es recolectar e inmortalizar tejidos humanos de 722poblaciones humanas, incluyendo varias comunidades nativas alrededor delmundo. Para confirmar sus ms graves temores, en agosto del mismo ao, mien-tras investigaba datos del American Type Culture Collection (ATCC), RAFI des-cubri que el gobierno de Estados Unidos estaba reclamando derechos depatente dentro de seis pases y a nivel mundial sobre la lnea de clulas de unamujer panamea, india guaymi, de 26 aos de edad (WO 9208784). Vase RAFI,1999a.

    El NIH no slo tiene muestras de tejido humano de Colombia, sino que cuen-ta con enormes cantidades, que incluyen muestras de sangre de al menos 27grupos de indios colombianos de buena salud y de [] tribus culturalmentedistintas distribuidas en 12 departamentos (o estados), ocupando territoriosmarcadamente diferentes (RAFI, 1999a). Adems de las muestras de sangreen el NIH y el CDC, RAFI ha confirmado que una variedad de investigadores enEstados Unidos y Japn han estado usando tejido humano colombiano: laUniversidad de Harvard (Estados Unidos) tiene al menos tres lneas celu-lares de Tumaco [American Journal, vol. 52(2)], la Universidad de Kyoto(Japn) tiene un nmero no revelado de muestras de habitantes nativos de Co-lombia [National Academic Science, vol. 91(3)], la Universidad de Cornell(Estados Unidos) informa que est elaborando la secuencia de parte de lacepa de HTLV encontrada en muestras de sangre del pueblo wayuu en Colom-bia [Japanesse Journal, vol. 84(12)], la Universidad de Kyushu (Japn) tienelneas celulares de reas de Colombia donde la infeccin con HTLV es endmica[Neurology, vol. 42(11)], y la Universidad de John Hopkins (Estados Unidos)tiene 1 077 muestras de sangre proveniente de Tumaco [Japanesse Neurology,vol. 87 (1)].

    Otros ejemplos de trfico de muestras son: la Universidad de Yale (Esta-dos Unidos), que tiene 703 muestras del pueblo kayapo de Brasil, con lascuales se estn llevando a cabo investigaciones relacionadas con el HTLV. ElInstituto Nacional del Cncer (NCI) dice que tiene muestras de sangre prove-nientes de adultos de 13 tribus indias asiladas de Amrica Central y Amri-ca del Sur, y especficamente provenientes de los pueblos de Kayapo y Krahode Brasil. El NCI tambin declara que est trabajando con muestras de tejidohumano provenientes de China, las Indias Occidentales Francesas, Hait, Mau-ritania, Guinea-Bissau, Costa de Marfil, Repblica Central de frica, Zaire,Guyana Francesa, Per, Islas Salomn y Papa Nueva Guinea. Qu parte destas provienen de pueblos indgenas no est claro. Adems, el CDC confirma

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    Problemas del Desarrollo, vol. 32, nm. 126,196 Mxico, IIEc-UNAM, julio-septiembre, 2001.

  • que ha usado muestras de sangre provenientes de Brasil, Etiopa, Indonesia,Jamaica, Japn, Mxico, Panam, Per y Somalia en investigacin sobre elHTLV, caso en el que tampoco se tiene clara la porcin de muestras que pro-vienen de pueblos indgenas. Asimismo, la Universidad de Kyoto, adems deltrabajo mencionado anteriormente, est usando muestras de sangre prove-nientes del pueblo Ainu (Japn), Gabn, Ghana e India. Tambin la Univer-sidad de Kyushu (Japn) tiene muestras de tejido humano provenientes deJamaica y Chile (RAFI, 1996a). Todas estas muestras que se trafican entre losNIH, organizaciones y universidades, son posibles de patentar si es que con-tienen genticamente un valor comercial para la industria farmacuticamundial.

    Ms complejo se vuelve el asunto de los NIH cuando parecen tener las co-lecciones ms grandes de tejidos de pueblos indgenas, y es el nico grupoque hasta ahora las patenta. En este contexto cabe sealar que, evidente-mente, muchas de las investigaciones del Ninds y el NCI, ambos parte del NIH,sobre tejidos humanos no tienen lugar en las instalaciones centrales del NIH enBethesda, cerca de Washington, D.C., sino ms bien en las instalaciones deFort Detrick, Maryland, justo donde se encuentra todo este complejo de inves-tigaciones.

    BIOPIRATERA EN MXICOAnte la magnitud de la biopiratera en el mundo, el caso de mi pas resultacentral, dada la considerable magnitud de su diversidad biolgica y cultural,por lo que dedicar este apartado para presentar el tema.

    Es importante, entonces, destacar la riqueza biolgica y cultural del pas,ya que alberga entre el 8 y el 12 % del total de las especies del planeta (Casi-fop/RAFI, 2000), se coloca entre el cuarto y quinto lugar (Mittermeier)20 dediversidad biolgica y concentra una gran diversidad cultural distribuida a lolargo y ancho del territorio nacional (sexto lugar del mundo),21 desde las vas-tas zonas ridas del noroeste hasta los bosques tropicales hmedos del sureste.Lo anterior, en parte, se debe a la peculiar posicin geogrfica del pas, donde

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    20 Segn Mittermeier, Mxico se ubica en el quinto puesto en diversidad biolgica, precedi-

    do por Brasil, Indonesia, Colombia y Australia. Le siguen Madagascar, Per, China, Filipinas,India, Ecuador y Venezuela (Mittermeier, 1998).

    21 Los pases con mayor diversidad cultural (con base en el conteo de lenguajes endmicos),segn Harmon, en orden descendente son: Papa Nueva Guinea, Indonesia, Nigeria, India, Aus-tralia, Mxico, Camern, Brasil, Zaire, Filipinas, Estados Unidos, Vanuatu, Tanzania, Sudn,Malasia, Etiopa, China, Per, Chad, Rusia, Islas Salomn, Nepal, Colombia, Costa de Marfil(Harmon, D., 1996).

  • se intersectan diferentes regiones biogeogrficas continentales y mundiales:la regin bitica nertica y neotropical (Mittermeier y Goettsch, 1992: 67).

    BIODIVERSIDAD DE MXICO

    Nmero Lugar de MxicoEspecies de especies Total mundial en el mundo

    Mamferos .449 a) 4 170 2Aves 1.150 9 198 20Anfibios .282 b) 4 184 4Reptiles .717 c) 6 300 1Mariposas 2.052 d) 4Plantas vasculares 25.000 e) 250 000Algas macroscpicas 1.500Brifidas 2.000Pteridifitas 1.500Total 29.650

    a) El primer lugar en el mundo lo ocupa Indonesia con 515 especies.b) 63% son endmicas en nuestro pas.c) 80% son endmicas en Mxico (574 especies).d) 52 especies pertenecientes a la familia papilionidae y 2 000 diurnas.e) Se calcula que a esta cifra se podran incorporar de 25 000 a 30 000 que faltan por estudiar.FUENTE: Lara y Bravo et al., Informe del estado del desarrollo econmico y social de los pueblos indgenas deMxico, en Lara, Bravo y Rodrguez, Pueblos indios, biodiversidad y poltica ambiental, Mxico, Progra-ma Universitario del Medio Ambiente-UNAM/INI, abril de 1990.

    Asimismo, Mxico es uno de los principales centros de domesticacin deplantas cultivadas del planeta (una de las regiones del planeta tambin cono-cidas como centros Vavilov). Cerca del 25% del total de especies de plantassuperiores que hay en el pas tiene algn uso. Sobresalen el maz,22 frijol, chi-le, aguacate, jitomate, amaranto, calabaza, cacao, tabaco y la vainilla (Ra-mamoorthy, Bye, 1998). Tambin es el caso del sahuhui, la cha, el haba, elguaje, el camote, la yuca, jcama, el girasol; numerosas frutas (pia, chirimo-ya, anona, papaya, zapote negro y blanco, etctera), estimulantes como elmaguey pulquero, el peyote y el toloache; fibras vegetales (distintas varieda-des de henequn e izote), entre otras variedades (Casifop/RAFI, 2000:3). Engeneral, de acuerdo con la Comisin Nacional para el Estudio y Uso de la Bio-diversidad de Mxico (Conabio), la diversidad de alimentos que se consumenen Mxico se sustenta en ms de un centenar de plantas cultivadas, 600 espe-

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    22 Mxico alberga 41 complejos raciales de maz y miles de variedades. El banco de germo-

    plasma sostenido por el Centro Internacional de Mejoramiento del Maz y del Trigo (CIMMYT) enMxico tiene 10 965 muestras, de las cuales hay 3 532 que corresponden a variedades mexica-nas (Alejandro Nadal, 2000. Citado en Casifop/RAFI:4).

  • cies de plantas silvestres, 300 de peces, moluscos y crustceos y ms de 100de insectos.

    Es por todo lo anterior, que en la actualidad son las sociedades rurales, yen particular las indgenas, quienes han preservado y siguen preservando elgermoplasma no slo vegetal (que constituye la mayor parte de los alimentosbsicos que se consumen en el pas), sino la totalidad del que est presenteen el medio que las rodea.

    As, de manera contrastante, encontramos que el territorio concentra unaamplia variedad de recursos naturales: suelos, agua, flora y fauna. La coinci-dencia entre las regiones culturalmente ms diversas y ricas en germoplas-ma vegetal y animal, al igual que en el resto del mundo, no es casual sinocausal. Se ha calculado que las reas habitadas por pueblos indgenas alberganentre 55 y 60 por ciento del total nacional, cifra que considera exclusivamen-te las especies de flora y fauna continentales (INI/Conabio, 1999). Ello explicala razn por la que estos grupos sociales son ncleos de un diversificado acer-vo de conocimientos y saberes asociados con los ciclos de la naturaleza y laspropiedades de la flora y la fauna silvestre, aspectos inherentes a su concep-cin del mundo de carcter precapitalista.

    NMERO DE ESPECIES VEGETALES UTILIZADAS Y NOMBRADAS ENTRE ALGUNOS PUEBLOS INDGENAS

    Especies nombradasGrupo tnico Especies presentes y utilizadas

    Tarahumara 1 000 398Seri 2 703 516Nahua 8 500 1 597Purpecha 500 230Maya 1 936 909Tzeltal 10 000 1 040

    FUENTE: Informe del INI y la Conabio titulado Pueblos indios, biodiversidad y poltica ambiental, Mxico,1999.

    Considerado lo anterior, y al ser vecino de Estados Unidos el principalpromotor de la biotecnologa y biopiratera en el nivel mundial, Mxico seha convertido en un pas ejemplar para montar muchas de las variantes mssofisticadas y agresivas del robo de biodiversidad. En este panorama, destacancuatro contratos de bioprospeccin que, como principalmente Casifop y RAFI lohan denunciado, conforman la punta del iceberg mexicano (Casifop/RAFI,

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  • 2000).23 En su documento, La biopiratera en Mxico: la punta del iceberg, sesealan los siguientes cuatro contratos aqu retomados y ampliados:

    a) Sandoz (Novartis)/Unin de Comunidades Forestales Zapotecas y Chinan-tecas (Uzachi) de la Sierra de Jurez en Oaxaca.

    b) ICBG/Zonas ridas (Bioactive agents from dryland plants in Latin America),el Jardn Botnico y la Facultad de Qumica de la UNAM/Universidad de Ari-zona, Luisiana y Perdue/American Home Products y American Cyanamid.

    c) ICBG Maya (Colegio de la Frontera Sur) Universidad de Georgia/MolecularNatural Limited.

    d) Instituto de Biotecnologa de la UNAM/Diversa.

    Caso aDado el grado de confidencialidad de los proyectos, lo poco que se sabe es querespecto al contrato de Sandoz (ahora Novartis), ERA y la Uzachi Bio LeadProject, es que ste forma parte de un programa internacional de investiga-cin de Novartis, que se desarroll tambin en Panam y la India. A diferenciade los otros proyectos, en este caso no participaron universidades o centros deinvestigacin mexicanos pese a que fue propuesto inicialmente al InstitutoPolitcnico Nacional y la UNAM. El contrato se firm directamente con unaasociacin civil consultora, ERA, y una asociacin de comunidades indgenas,la Uzachi. Los trminos del contrato incluyen el establecimiento de un labo-

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    23 Segn este mismo documento, la labor de denuncia y protestas de pueblos indgenas y

    organizaciones de la sociedad civil ha servido para sacar a la luz la magnitud de este saqueo. EnMxico, seala el documento, destacan el Centro de Anlisis Social, Informacin y Formacin Po-pular (Casifop); RAFI ahora ETC Group (Action Group on Erosion and Technology Concentration), y ; el Ceccam (Centro de Estudios para el Cambio enel Campo Mexicano), ; la CIEPAC, ; el Compitch (Consejode Mdicos, Parteras Indgenas Tradicionales de Chiapas), entre los ms importantes. Igual-mente, cabe sealar a intelectuales como Alejandro Nadal del Colmex, Silvia Ribeiro de RAFI-Mxico, Armando Bartra, Ana de Ita, Andrs Barreda de Casifop, entre otros. Vase tambin deeste ltimo: Andrs Barreda, Atlas geoeconmico y geopoltico del estado de Chiapas, Mxico,Tesis de Doctorado en Estudios Latinoamericanos de la FCPyS-UNAM, 1999. En el nivel mundialcabe tambin bosquejar el quin es quin en la denuncia y lucha contra la biopiratera, procesoen el que gracias a la interrelacin de los actores se han venido aclarando conceptos y proble-mticas de lucha. En ese escenario RAFI se ha colocado en el centro desde fines de la dcada delos noventa del siglo XX. Igualmente se puede identificar a Grain, ONG que se ha enfocado geogr-ficamente en Europa, aunque tambin en coordinacin con Redes-AT (Red de Ecologa Social-Amigos de la Tierra, Uruguay), en Amrica del Sur. Ambas ONG han venido trabajando por su partey en conjunto para el caso de Amrica Latina. Adems, podemos identificar organizaciones cam-pesinas e indgenas como la de Va Campesina, el movimiento de los Sin Tierra, entre otras. Aca-dmicos y luchadores sociales, como Vandana Shiva (India), Joan Martnez Alier (Espaa),etctera.

  • ratorio en Sierra Jurez, y la capacitacin de personal para trabajar en l conel fin de enviar cada ao dos mil muestras al laboratorio de Sandoz en Suiza.24

    El laboratorio le cost 50 mil dlares a Sandoz, multinacional que tambinpag 10 mil dlares anuales por las muestras (una vez recibidas), los salariosde los tcnicos y los costos de administracin y asesora. El contrato tambinestipula que si se desarrolla algn frmaco a partir de muestras enviadas, sele pagara un monto fijo y nico a la Uzachi de entre uno a dos millones dedlares, dependiendo del valor comercial del mismo, ello sin haber ningnacuerdo de pago de regalas.25 Al parecer, formalmente termin en 1999 yextrajo miles de muestras de hongos micro y macroscpicos de la Sierra Nor-te de Oaxaca a lo largo de dos aos (al menos 3 mil muestras por ao). Elobjetivo central fue identificar componentes activos prioritariamente paraposibles curas del sida y cncer, entre otros usos,26 e incluye las especies dehongos comestibles de las localidades donde se desarroll la investigacin, ascomo de especies forestales no maderables.27 En total se calcula entre nuevey diez mil muestras de hongos micro y macroscpicos (Casifop/RAFI, 2000:11).

    Caso bEn el caso de American Cyanamid, filial de American Home Products, estninvolucradas las universidades de Arizona, Luisiana (G.W. Hansens DiseaseCenter) y Perdue; asimismo, la Facultad de Qumica y el Jardn Botnico de laUNAM. Segn los informes del proyecto,28 ese conjunto de contratos se formali-z en 1992, con la CBD impulsada por el Banco Mundial y patrocinada por elGEF. El proyecto incluye adems de los copartcipes mexicanos, a los de Argen-tina y Chile: el Instituto Nacional de Tecnologa Agrcola de Argentina, la Uni-versidad de Patagonia (Argentina) y la Universidad Pontfice Catlica de Chile.

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    24 Casifop/RAFI, op. cit., p. 11.25 Ibid., p. 12. 26 La investigacin puede fcilmente ligarse a las necesidades econmicas y sociales, como

    es el caso de la bioprospeccin en busca de nuevos frmacos y agroqumicos para uso humano, de-sarrollo de agentes de control biolgico y el manejo sustentable de bosques, a travs de la com-prehensin y utilizacin de sus componentes de hongos. (Casifop/RAFI, op. cit., p. 17.)

    27 Segn el supervisor cientfico y co-firmante del proyecto, Ignacio Chapela, investigador dela Universidad de Berkeley, los hongos son organismos biolgicos estratgicos pero desconocidos,mediadores de diversos procesos de equilibrio en la biosfera y la tecnosfera: en las reas de con-servacin del medio ambiente, la salud, los procesos agroforestales y la produccin agroindustrialde alimentos. De ah que []este proyecto[] pueda ser considerado como un programa ubicadoen la frontera del conocimiento. (Ibid., p. 17).

    28 Departamento de Agricultura de la Universidad de Arizona:

  • El proyecto para la fraccin de Mxico, al mando del doctor Robert Byeparte del cuerpo administrativo y docente de la UNAM, est recolectandomuestras de cactus, xerfitas y otras plantas de los desiertos de los estados deSonora, Sinaloa, Chihuahua, Durango, San Luis Potos, Puebla, Nuevo Len,Oaxaca y Chiapas. Obtuvo de 1993 a 1997 alrededor de 3 500 extractos, y elcontrato se renov hasta el 2003.

    Lo ms riesgoso de este acuerdo en el caso de Mxico es el libre acceso alos Bancos de Informacin Gentica del Jardn Botnico de la UNAM. Segn elpropio ICBG, el doctor Bye []est desarrollando las bases de datos msgrandes de todo el proyecto de las zonas ridas, sobrepasando las expectati-vas que se tenan para los tres pases en su conjunto.29 Esto se debe a que hoyen da las CMN farmacuticas y qumicas pueden construir compuestos acti-vos a partir de la bsqueda de estructuras moleculares ad hoc a un uso espe-cfico. Como resultado, las bibliotecas de qumicos originales (novel chemicallibraries) se han convertido en un negocio importante en el que la mayora delas CMN involucradas, como Diversa y CombiChem, por mencionar algunas,son estadounidenses.

    No sorprendera que Bye tenga adems acceso a la base de datos del Her-bario Nacional, administrado tambin por la UNAM, y mucho menos que laincluyera en el sistema de informacin que est preparando para el ICBG. Loanterior es grave, ya que segn datos de Patricia Dvila (jefa del Departa-mento del Instituto de Biologa de la UNAM), en Mxico cerca del 55 al 60% delas especies de los herbarios mexicanos son endmicas, colocndose en losprimeros lugares de entre los dems jardines de la periferia.

    Caso cEl proyecto entre el ICBG Maya, el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), la Uni-versidad de Georgia y la empresa inglesa Molecular Natural Limited, firma-do en 1998, de igual modo, busca sustancias activas (especialmente para laindustria farmacutica), pero se centra en el estado de Chiapas. Lo crtico radi-ca en que bajo el mando del doctor Brent Berlin, de la Universidad de Georgia,se est haciendo uso del conocimiento y la mano de obra de las comunidadeslocales. A pesar de que el proyecto se firm en 1998-1999, las investigacio-nes etnobotnicas de Berlin en la regin comenzaron desde 1987, cuando ini-

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    29 Textual: Dr. Robert Byes department has expanded its horizons to the point where their

    ideas and their capability to realize those ideas are cutting edge. They strive to achieve whatother have not yet achieved. This is technology transfer! (ibidem).

  • ci un estudio de la medicina etnobotnica maya (Berlin y Berlin, 1996; Ber-lin, 2000). Brent public en 1996 un libro que describe pormenorizadamenteel uso mdico de la biodiversidad de Chiapas, su localizacin y abundancia.Dicha publicacin la llev a cabo junto con Elois Berlin, y un equipo grande debotnicos, farmaclogos, antroplogos y etnobotnicos de la Universidad de Geor-gia, el Ecosur, la Academia de Ciencias de California (Berkeley), la Universi-dad de Idaho, el Instituto Smithsoniano y el Instituto Mexicano del SeguroSocial.

    El proyecto de bioprospeccin est buscando validar el patentamiento delas investigaciones aejas de Berlin, mediante la reciente solicitud de comer-cializar los componentes activos que supuestamente apenas van a extraer. Sinembargo, tambin se trata de reconfirmar el trabajo de Berlin pero ahora en elnivel molecular. Hasta 1999 haba recolectado casi seis mil muestras tan sloen comunidades como Chenalh, Oxchuc, Tenejapa y Las Margaritas. Seinstalaron JB por regiones. El total de jardines del proyecto es cerca de 15 y 16,de los cuales cuatro estn completos y del resto an estn recabando muestras.

    Caso dEste contrato, vigente desde 1998, fue realizado entre la UNAM, mediante elInstituto de Biotecnologa, y la empresa Diversa. Jorge Sobern M., actualsecretario ejecutivo de la Conabio (Comisin Nacional para el Conocimientoy uso de la Biodiversidad), aprob dicho proyecto de bioprospeccin comerciala cambio de que el Instituto de Biotecnologa recibiera el equipo necesariopara que maquilara muestras biolgicas. Diversa pretende encontrar orga-nismos que viven en condiciones extremas, de los que se puedan obtener sus-tancias activas de gran potencial econmico. Se le conoce como la empresaque logr el primer acuerdo de bioprospeccin en Estados Unidos en 1997(Yellowstone National Park), ha reclamado 700 patentes de enzimas y tieneacuerdos con Hoffmann-La Roche, Dow Chemical Co., Sigma, entre otras.El acuerdo le permite a Diversa tener acceso a las ANP de Mxico, incluyendolas llamadas reservas de la bisfera de propiedad y uso exclusivo de la Fede-racin, adems de que se da por aceptado el derecho a patentar en otros pa-ses la biodiversidad mexicana, dado que no existe en nuestro pas legislacinalguna al respecto. Lo ms grave radica en los contratos o acuerdos paralelosque tiene Diversa. Tal es el caso del que tiene con Celera, empresa responsa-ble del desciframiento del genoma humano. Basta con revisar su pgina deinternet para confirmar que han acordado descifrar distintos genomas y pa-tentar los genes nicos que se llegaran a encontrar en la biblioteca gentica

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  • de Diversa. Coordinado a tal acuerdo, hay otro que llama la atencin: el cele-brado entre Celera y los Laboratorios Sanda. Este ltimo es una institucinesencialmente militar encargada de algunas de las investigaciones de altaconfidencialidad del Pentgono (Delgado, 2001). Por lo que podramos afirmarque la UNAM est maquilando, en trminos de ingeniera gentica (biomaqui-la),30 muestras biolgicas mexicanas con potencial comercial a 50 dlarescada una, segn el contrato firmado. As, se ceden todos los derechos de pa-tente a Diversa, la que a su vez los puede transferir a otros, incluyendo elDepartamento de Defensa de Estados Unidos.

    Aunque estos cuatro contratos destacan por ser los de mayor envergadura,no son las nicas actividades de biopiratera en el pas. Son tan slo la pun-ta del iceberg mexicano, porque hay otros casos como el de Savia/Pulsar quelleva varios aos en Montes Azules (Chiapas) operando con el apoyo de la Se-cretara del Medio Ambiente, CI y algunos bilogos, eclogos y biotecnlogosde la UNAM probablemente en colaboracin con Brent Berlin. Igualmente, sesabe que han estado presentes en los estados de Oaxaca y Chiapas, etnobot-nicos y bilogos de Japn y de Alemania, sin embargo, no hay documentacinque avale las denuncias indgenas al respecto.

    Algunas precisiones respecto a la biopiratera en el mundo y alternativas de contratendencia

    Desde hace varios aos, mltiples empresas y CMN involucradas en biopirate-ra, as como en el desarrollo de las tecnologas que hacen uso de la biodiversi-dad, han descalificado las denuncias y crticas aludiendo que muchos acuerdosde bioprospeccin son de carcter estrictamente cientfico, y en el caso de ser decarcter comercial, argumentan que la moderna forma de extraer y usar labiodiversidad comienza a ser pagada y por lo tanto se vuelve generadora derecursos para los ENP, mediante reparto de beneficios en forma dineraria,equipo tcnico, calificacin cientfica, programas de desarrollo social/ambien-tal, entre otros.

    Lo que nunca se dice es que, en caso de ser de carcter cientfico, general-mente estn involucrados no slo institutos de investigacin, sino tambinempresas y CMN, lo que deja a su arbitrio el uso exclusivamente cientfico o node las muestras y conocimiento obtenidos. En el caso de ser comercial, hastahoy en da, segn RAFI, no se ha registrado en el mundo un solo pago por re-galas, aunque s se haya acordado y otorgado el soporte tcnico necesariopara extraer la riqueza biolgica planetaria.

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    30 Trmino ideado por Andrs Barreda (Barreda, 1999).

  • Lo anterior responde a un proceso complejo: por un lado, resulta indispen-sable otorgar los medios tcnicos para extraer la biodiversidad, convirtiendoa los propios ENP, justamente los que son saqueados, en biomaquiladores alservicio de los ENC. Por otro lado, y dado el intenso proceso de fusiones entrelas CMN y las empresas vinculadas al desarrollo biotecnolgico, resulta difcilseguir el camino de los recursos biolgicos extrados, ruta que es an msenmaraada, dada la dificultad para determinar qu productos estn siendousados, debido al intrincado proceso bioindustrial.

    Como respuesta al complejo escenario descrito a lo largo del presente artcu-lo, la resistencia aislada frente a estos capitales, sobre todo cuando se tratade comunidades indgenas, es una batalla difcil, si no es que perdida. Con-sidrese el caso clsico entre Costa Rica y Merck, donde esa CMN, adems dehaber adquirido el apoyo del Estado, su capital sobrepasa el PIB de dicho pasy tiene ms abogados de los que ah se forman. Entonces, cmo pueden lasaisladas comunidades agrcolas e indgenas costarricenses dar una peleaefectiva?

    La alternativa est, primero, en la construccin de un tejido social fuer-te y organizado que se conecte con lo local (ciudad/campo) y lo nacional, y qumejor si se liga a lo internacional. Necesariamente, como segundo punto, laconstruccin social de una alternativa debe a la vez vincular e incidir en elEstado, como se muestra en la experiencia histrica mexicana del proceso de lanacionalizacin de las empresas petroleras, para dar cuenta del peso que puedey debe adquirir la dinmica social sobre la estructura gubernamental. Porello se requiere cautela para no caer en el error de tomar como positiva lapropuesta de otorgar a los indgenas derechos sobre el uso y manejo de susrecursos, lo que se ha hecho en distintos ENP. Para que fuese socialmente po-sitiva, tendra y tiene que ser entendida, asumida y respetada por los distin-tos actores sociales como derechos colectivos y no individuales. Algo que no seha logrado en Mxico por los vacos presentes en la aprobada Ley de Dere-chos Indgenas en abril de 2001. Esa ley deja a las comunidades defensiva-mente dbiles y aisladas frente al mercado, que de antemano presupone lacancelacin de la colectividad, permite a las CMN insertar a las comunidadesen esa lgica mercantil por medio de contratos individuales, basados en suconcepcin particular de lo que son los derechos colectivos e individuales, yentonces privados, de manera que tales CMN se colocan en una posicin ven-tajosa. Por lo anterior, habra que desmontar la idea de la supuesta neutralidaddel mercado, para poder medir la correlacin real de fuerzas entre capitalis-tas y la resistencia.

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  • En este tenor, no hay que perder de vista el papel central de las luchas ind-genas y campesinas en distintas partes del mundo, como impulsoras inicialesde una concientizacin social. Tampoco hay que desestimar que su luchatiene un lmite en el que es necesario que nos incluyamos los distintos miem-bros del sujeto social proletario.31

    El subcomandante zapatista Marcos lo plantea as:

    nosotros nos quedamos sin salidas, la nica forma de hacernos fuertes era salir,era caminar, pero no tenamos ningn pie, tenamos la voz y la mirada, perotenamos que llevar esa voz y esa mirada adonde fuera escuchada y adonde esamirada tuviera direccin, entonces tuvimos que pedir prestados los pies de otros. Ala hora que tuvimos que pedir prestados esos pies de otros tuvimos que construirlosporque no existan, entonces empezamos a hablar, a hablarle al otro, empezamos adarle un rostro, el que otros le negaron. Empezamos a llamarlos y pidindoles quefueran los pies[]ese mueco se encuentra con el problema de que los pies dicenque quien manda es la cabeza, la historia est hecha as, lo que no ocurre es quelos pies manden a la cabeza, pero la cabeza necia con que los que tienen que man-dar son los pies. Finalmente, la cabeza dice lo que todos estn pensando y nadie seatreve a decir, que en el recorrido se dan cuenta que el mundo est de cabeza, quetiene el que no necesita y el que necesita no t