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70 Palabras Laboratorio de las Artes de Valladolid LAVA

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70 Palabras Laboratorio de las Artes de Valladolid LAVA

70 palabras es un proyecto de creación comunal y grafiti literario ideado por Vicente Luis Mora en conjunción con el LAVA, al que fueron invitadas todas las personas interesadas en la literatura, la fotografía y la creación colectiva. Durante el mes de abril de 2014 se recogieron textos de no más de 70 palabras y fotografías que no retratasen personas, que fueron colgados posteriormente en la pared de la Sala Multiusos del LAVA. El 2 de mayo, durante la Feria del Libro de Valladolid, los textos y fotografías fueron expuestos en un acto público, durante el cual V. L. Mora leyó un relato realizado única y exclusivamente con palabras y frases tomadas de los relatos enviados por los participantes. El proyecto se completa con la edición de esta publicación electrónica, con todos los textos y fotografías enviados.

NOTA EXPLICATIVA

En las páginas siguientes se recogen los relatos enviados,

con la mención de los autores. El relato de Vicente Luis

Mora se construye uniendo todas las palabras resaltadas en

negrita, en el orden con que aquí aparecen. Ese es el motivo

de que la mayoría de los relatos aparezcan repetidos. En

uno de los textos se cambia el término original

“despertaste” por “despertó”, si bien se mantiene la

palabra original, subrayada.

Algunos cuentos han sido ligeramente adaptados o

corregidos para su homogeneización editorial, con el

propósito de enfatizar la dimensión colectiva del proyecto.

La frontera está tan cerca. Toda una familia grita en la valla. No dejan oír el llanto del bebé. Mi hijo se adelanta y les responde.

Alberto Villadiego

Entre catedrales, edificios, calles y plazas, tú, Formas parte de todo y de mí. Has venido como ola en una ciudad sin mar. Despertaste en mí un querer tan intenso como la pasión de dos semanas. En Valladolid. Donde los ríos son lo más profundo que se puede existir, Has venido como ola. No. Te he visto como una grande ola en una ciudad que no tiene mar.

Stephane Alves de Alburquerque

1 día llueve y andas sin paraguas y la ciudad se ha ido

apagando y el puto 18 ya pasó y las prisas te han hecho sudar y ahora estás calado y oliendo a ostias y ayer cumpliste los 40 y hace ya mucho que ella descubrió que tus grandes secretos eran pequeñas miserias y aun así, te hace hueco en su almohada y laméis vuestras heridas... un 69... 70.

Carlos Garnacho Gimeno

Aquí todo funciona de otro modo. Desde M-456, nombre con el que ustedes nos conocen, lo que celebramos es ser descubiertos por otras civilizaciones. Nosotros ya tenemos un conocimiento exacto de hasta la última mota de polvo del multiverso. Y sí, también medimos el tiempo, pero en lugar de un número determinado de segundos, minutos, meses o años, recurrimos a la infinita gama de colores. Una pincelada nos dice cuándo.

Virginia Aguilar Bautista

Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para hacernos volver a este lugar. (Jeremías 29:10). Después de estas cosas, designó el Señor a otros setenta, a

quienes envió de dos en dos delante de él a toda la ciudad adonde él había de ir. (Lucas 10:1)

Isidra Rumel

[Antonio Jiménez Paz]

Esta no es la historia de antes. Esta es otra historia. La cuento, la cuentan, con otra voz. Si la cuentan, es que no estoy contando, sino escuchando. Este no es el yo de antes. Es otro yo. Lo cuento con otra voz. Lo cuentan, con otra voz. Si lo narran, no estoy

contándolo, contándome: ni soy yo, ni soy los que me cuentan, entonces, ¿quién soy?

Perso García Loiz

El oído es a la música, la vista es al arte, la nariz a los aromas, el tacto a la suavidad, el gusto es a los sabores, tú eres sabor, eres suave, eres aroma, eres arte y eres música.

Bernardino Garcia Casado

Surgió de lo más profundo de mis entrañas, brotando como la espuma del mar Se instaló en mí con sus enseres, para siempre. A partir de entonces todo fue dolor y sufrimiento. Ella te llama desde el otro lado de la muerte para que la beses una última vez. Te das cuenta de que tus amantes son monstruos que te persiguen dentro de tu cabeza.

Paula Gutiérrez Pelayo

La frontera está tan cerca. Toda una familia grita en la valla. No dejan oír el llanto del bebé. Mi hijo se adelanta y les responde.

Alberto Villadiego

[Beatriz Calderón]

Recién nació, su vida fue jugar, correr, el sol, el viento y al amanecer siempre la lluvia… a veces tan perfumada, seguida del rastrillo por las calles. ¡Cuidado! gritaba su madre, pero él salía a mojarse, soñaba con ver el mar. Hasta sufrir la gran inundación, la lluvia ácida, ese hedor, todo cubierto de barro blanquecino y el cielo rompiendo aguas de nuevo. Silencio.

-¡¡¡Ayyyy!!! -¡¡Está!! ¡Acabé con tus piojos!

María Centeno Malfaz

Cae la tarde gris, sobre la fría ciudad, que se abate entre la angustia y el descontrol mientras que un hombre huye despavorido gritando, mataron al doctor, mataron al caudillo, y un pequeño, sucio y solitario, contempla tal escena sin alcanzar a comprender, la magnitud de la tragedia que se aproxima, que partiría en dos la historia y cambiaría por siempre la vida de muchos, incluyendo su propia vida. Y solo unos años adelante llegaría a comprender.

María del Carmen Arciniegas

Así quiero que me encuentres, que me necesites, sin esperarlo, sin pensarlo, mientras un diluvio parte el cielo en dos, al caer la noche, después de un día ajetreado; sin esperanzas ni pretensiones, con un poco de rabia y cansancio en los pies. Así quiero que te sientas cuando me tengas frente a frente, cuando sean milímetros los que nos separan, quiero ser ese mosaico de Miró en Barcelona que tanta alegría te causó ver.

Marian Barboza Calderón Cuando vio las velas blancas en el horizonte, lo primero que pensó es que habían regresado los espejismos. Pero a medida que crecía en tamaño y nitidez –cada vez más cerca de la playa– ya no pudo dudar de la realidad del barco. Corrió entonces a esconderse en el corazón inexpugnable de la isla. Porque aquel naufragio era su única pertenencia.

Amparo Morán

Él era un tronco de árbol ahuecado. Ahora sueña ser voz humana, cuando Luna lo abraza. Música nacida en crines de caballos que acarician el puente de arce. Él la acecha con notas sin matemática. El abrazo convierte a Luna en talla de madera. El último acorde es lento, denso. Una nota de llanto. El violonchelo acaba de nacer humano. Luna sueña que brotan ramas y hojas de ella.

Pedro Porres Oliva

Luna brilla. Luna ríe. Luna sueña con estrellas y con poder estar con Sol. Sabe que es un amor imposible, de estos que si se

ven te pueden cegar. Tierra está celosa y no lo permite, pero Sol se ha cansado de esperar y sale antes de tiempo para ver a Luna soñar. Sol y Luna se unen formando un eclipse solar.

Ana Oliveira Gómez

Ya estaba intuyendo que puede decir el resto, incluso cierto afán enciclopedista, como el día en el que todo estaba a favor. También el viento. Era el remedio ver que se disolviera un nombre o verlo mezclado en la columna de humo. Simple, porque a veces es mejor no hacer preguntas y seguir botando y seguir jodiendo, que otro lo haga por ti, que otro se pronuncie por ti.

David Cardeñoso Maillo

Surgió de lo más profundo de mis entrañas, brotando como la espuma del mar Se instaló en mí con sus enseres, para siempre. A partir de entonces todo fue dolor y sufrimiento. Ella te llama desde el otro lado de la muerte para que la beses una última vez. Te das cuenta de que tus amantes son monstruos que te persiguen dentro de tu cabeza.

Paula Gutiérrez Pelayo

[Iris M. Vázquez Lázaro]

Entre catedrales, edificios, calles y plazas, tú, Formas parte de todo y de mí. Has venido como ola en una ciudad sin mar. Despertaste [Despertó] en mí un querer tan intenso como la pasión de dos semanas. En Valladolid. Donde los ríos son lo más profundo que se puede existir, Has venido como ola. No. Te he visto como una grande ola en una ciudad que no

tiene mar. Stephane Alves de Alburquerque

En un movimiento ascendente de los brazos de su padre al cielo, apenas cumplido el año, sus ojos se abrieron trémulos ante una luz albina cegadora. A los veintiuno se adentraron en los misterios del claroscuro, en la octava habitación de la Gran Galería del Louvre. Cuarenta años más tarde, en una cama de la quinta planta del universitario, han iniciado el camino hacia una oscuridad tan definitiva como interminable.

Daniel López García

Cuando vio las velas blancas en el horizonte, lo primero que pensó es que habían regresado los espejismos. Pero a medida que crecía en tamaño y nitidez –cada vez más cerca de la playa– ya no pudo dudar de la realidad del barco. Corrió entonces a esconderse en el corazón inexpugnable de la isla. Porque aquel naufragio era su única pertenencia.

Amparo Morán

Dulce aroma de mayo desenvuelve tu recuerdo… el de las largas noches en que no éramos más que cuerpos abriéndose al mundo… conscientes de que el alba quemaría la memoria. Tu sombra espesa todavía se clava en mi costado, tiñendo cada hora de esta madrugada en que dejo que despacio me atraviese, así, como burlona. …Quizá siempre has habitado en las grietas de mi herida.

Silvia Fernández Marín

Ese sueño le había acompañado a lo largo de muchas noches, pero ahora era de día y estaba despierto, muy despierto y agotado. Había sufrido un golpe en la cabeza y permaneció en coma durante demasiado tiempo en el que había vivido otra realidad… al despertar todo cambió.

Andrea Manso Martín

[Juan Ramón Gallo]

Así quiero que me encuentres, que me necesites, sin esperarlo, sin pensarlo, mientras un diluvio parte el cielo en dos, al caer la noche, después de un día ajetreado; sin esperanzas ni pretensiones, con un poco de rabia y cansancio en los pies. Así quiero que te sientas cuando me tengas frente a frente, cuando sean milímetros los que nos separan, quiero ser ese mosaico de Miró en Barcelona que tanta alegría te causó ver.

Marian Barboza Calderón

Llegada al aeropuerto de Fráncfort como un reingreso en prisión. Deposite aquí sus objetos personales, por favor, en la bandeja de plástico. Pase por el arco

detector, pero antes, si es tan amable, deje la lira y la corona de laurel. No estamos en carnaval. Umm. Desgraciadamente debemos confiscarle su lengua. Para que no alborote. Aquí, en la bandeja de plástico. Hasta que abandone el país, por motivos de seguridad.

Juan Ramón Gallo

Luna brilla. Luna ríe. Luna sueña con estrellas y con poder estar con Sol. Sabe que es un amor imposible, de estos que si se ven te pueden cegar. Tierra está celosa y no lo permite, pero Sol se ha cansado de esperar y sale antes de tiempo para ver a Luna soñar. Sol y Luna se unen formando un eclipse solar.

Ana Oliveira Gómez

La mañana repica más lúgubre, es la que prende albedrío. Desgarrando membrana oculta, transita a su nomenclatura. Final del viaje, espectros extinguidos: gemidos remotos transmutados en pasado sin futurible. Titubeas ¿admonición o consciencia del corro que te

asedia? En el tránsito del filo, alguien amola en risa sorda tu sombra hacia la desesperación fractal. La condición trasmuta en concepto. Radico pero no arraigo.

Isabel Montes Valdés

Ese sueño le había acompañado a lo largo de muchas noches, pero ahora era de día y estaba despierto, muy despierto y agotado. Había sufrido un golpe en la cabeza y permaneció en coma durante demasiado tiempo en el que había vivido otra realidad… al despertar todo cambió.

Andrea Manso Martín

Surgió de lo más profundo de mis entrañas, brotando como la espuma del mar Se instaló en mí con sus enseres, para siempre. A partir de entonces todo fue dolor y sufrimiento. Ella te llama desde el otro lado de la muerte para que la beses una última vez. Te das cuenta de que tus amantes son monstruos que te persiguen dentro de tu cabeza.

Paula Gutiérrez Pelayo

Se sentaba en la acera, ladeaba la cabeza e increpaba a los transeúntes con aforismos líricos inaudibles. Llevaba varios días sonriendo dulcemente ante la estampita de la primera comunión. Cuando se lo llevaron en la ambulancia, un gato bizco se estremeció.

Atilano Sevillano

[Mari Carmen Arciniegas]

70 Palabras para un relato. 140 caracteres para un tweet. Si paso de las 200 pulsaciones puedo morir, si no llego al número correcto o me excedo, puedo no saber

vivir. ¿Cuántas caricias, cuántos besos, cuántos "te quiero" me han sido asignados? ¿Cómo limitaremos los sentimientos? Acotaremos todo hasta que la misma expresión del todo pierda sentido. No más de cien pasos en "shabat". No llegaré hasta tu boca.

Juan Pizarro Nogués

Cuando vio las velas blancas en el horizonte, lo primero que pensó es que habían regresado los espejismos. Pero a medida que crecía en tamaño y nitidez –cada vez más cerca de la playa– ya no pudo dudar de la realidad del barco. Corrió entonces a esconderse en el corazón inexpugnable de la isla. Porque aquel naufragio era su única pertenencia.

Amparo Morán

70 Palabras para un relato. 140 caracteres para un tweet. Si paso de las 200 pulsaciones puedo morir, si no llego al número correcto o me excedo, puedo no saber vivir. ¿Cuántas caricias, cuántos besos, cuántos "te quiero" me han sido asignados? ¿Cómo limitaremos los sentimientos? Acotaremos todo hasta que la misma expresión del todo pierda sentido. No más de cien pasos en "shabat". No llegaré hasta tu boca.

Juan Pizarro Nogués

1. Qué pena la vida al maltratarte así. Tú mereces la más alta estrella y que su luz te bañe sin sombras. Siempre lleno de amor. Tú mereces un lugar donde no existan las heridas. 2. No quiero escribir más, mis manos se entumecen y solo esperan ansiosas tocarte y escribir en tu piel palabras de ingenuas esperanzas.

Beatriz Calderón Izquierdo

Cae la tarde gris, sobre la fría ciudad, que se abate entre la angustia y el descontrol mientras que un hombre huye despavorido gritando, mataron al doctor, mataron al caudillo, y un pequeño, sucio y solitario, contempla tal escena sin alcanzar a comprender, la magnitud de la tragedia que se aproxima, que partiría en dos la historia y cambiaría por siempre la vida de muchos, incluyendo su propia vida. Y solo unos años adelante llegaría a comprender.

María del Carmen Arciniegas

No se iban del lugar al tercer día. Así era la ruta. Ella era añorada porque cuando estaba con él estaba ausente. A él le gustaban sus labios y le contaba historias mientras follaban. Apenas tocaba el saxo como quisiera acariciarle… La noche que pasaban juntos eran las mejores personas. Estaban fuera de la temporada, por eso se movían todo lo posible. Los intermediarios pronto subirían el precio de las fresas.

María Cabrera González

Dulce aroma de mayo desenvuelve tu recuerdo… el de las largas noches en que no éramos más que cuerpos abriéndose al mundo… conscientes de que el alba quemaría la memoria. Tu sombra espesa todavía se clava en mi costado, tiñendo cada hora de esta madrugada en que dejo que despacio me atraviese, así, como burlona. …Quizá siempre has habitado en las grietas de mi herida.

Silvia Fernández Marín

¡Es niña! La m con la a… ¿Amigas para siempre? Yo,

cerveza. …Mierda de sistema… ¿Arquitecta? Arquitecta. Te quiero. Y yo. ¡La casa de mis sueños! Cuando nazca el niño, dejaré de trabajar. No te aguanto más. Pilates me irá bien. Llevaré flores al cementerio. Venid a comer y así recogéis a los niños. Ni un madrugón más para llegar a fichar. Tengo hora con el médico. Descanse en paz.

Paz Altés Melgar

[Paula Gutiérrez Pelayo] Apenas quedaban tres horas para la hora del duelo.

Seguía dando vueltas en la cama intentando entender cómo había podido llegar a una situación tan extrema. Hasta entonces, su vida había transcurrido sin sobresaltos pero, de repente, aquella mujer trastocó toda su existencia. Apareció como un ciclón que lo arrolla todo a su paso; él se dejó arrastrar como un muñeco de papel. Decidió levantarse, la cancha de tenis esperaba.

Charo Alonso Vergaz

¡Es niña! La m con la a… ¿Amigas para siempre? Yo, cerveza. …Mierda de sistema… ¿Arquitecta? Arquitecta. Te quiero. Y yo. ¡La casa de mis sueños! Cuando nazca el niño, dejaré de trabajar. No te aguanto más. Pilates me irá bien. Llevaré flores al cementerio. Venid a comer y así recogéis a los niños. Ni un madrugón más para llegar a fichar. Tengo hora con el médico. Descanse en paz.

Paz Altés Melgar

Escribir, ¿quién sabe realmente? Enhebrar palabras como cuentas de un collar, sin que ninguna brille más que el resto. Paladear lentamente los sonidos en la

mente, deteniéndose de puntillas en cada coma. Pulir, lijar, acariciar las frases hasta sentirlas algo unido y completo. Saborear una carta de amor y valerse con una tesis de investigación. Escribir apuntalando los sentimientos en cada palabra. Porque no existe otra forma de escribir, ¿no?

Leyre Losada Ayala

Él era un tronco de árbol ahuecado. Ahora sueña ser voz humana, cuando Luna lo abraza. Música nacida en crines de caballos que acarician el puente de arce. Él la acecha con notas sin matemática. El abrazo convierte a Luna en talla de madera. El último acorde es lento, denso. Una nota de llanto. El violonchelo acaba de nacer humano. Luna sueña que brotan ramas y hojas de ella.

Pedro Porres Oliva

¡Es niña! La m con la a… ¿Amigas para siempre? Yo, cerveza. …Mierda de sistema… ¿Arquitecta? Arquitecta. Te quiero. Y yo. ¡La casa de mis sueños! Cuando nazca el niño, dejaré de trabajar. No te aguanto más. Pilates me irá bien. Llevaré flores

al cementerio. Venid a comer y así recogéis a los niños. Ni un madrugón más para llegar a fichar. Tengo hora con el médico. Descanse en paz.

Paz Altés Melgar

[Ana G.] 1 día llueve y andas sin paraguas y la ciudad se ha ido apagando y el puto 18 ya pasó y las prisas te han hecho sudar y ahora estás calado y oliendo a ostias y ayer cumpliste los 40 y hace ya mucho que ella descubrió que tus grandes secretos eran pequeñas

miserias y aun así, te hace hueco en su almohada y laméis vuestras heridas... un 69...70.

Carlos Garnacho Gimeno

¡Es niña! La m con la a… ¿Amigas para siempre? Yo, cerveza. …Mierda de sistema… ¿Arquitecta? Arquitecta. Te quiero. Y yo. ¡La casa de mis sueños! Cuando nazca el niño, dejaré de trabajar. No te aguanto más. Pilates me irá bien. Llevaré flores al cementerio. Venid a comer y así recogéis a los niños. Ni un madrugón más para llegar a fichar. Tengo hora con el médico. Descanse en paz.

Paz Altés Melgar

Aquí todo funciona de otro modo. Desde M-456, nombre con el que ustedes nos conocen, lo que celebramos es ser descubiertos por otras civilizaciones. Nosotros ya tenemos un conocimiento exacto de hasta la última mota de polvo del multiverso. Y sí, también medimos el tiempo, pero en lugar de un número determinado de segundos, minutos, meses o años, recurrimos a la infinita gama de colores. Una pincelada nos dice cuándo.

Virginia Aguilar Bautista

1 día llueve y andas sin paraguas y la ciudad se ha ido apagando y el puto 18 ya pasó y las prisas te han hecho sudar y ahora estás calado y oliendo a ostias y ayer cumpliste los 40 y hace ya mucho que ella descubrió que tus grandes secretos eran pequeñas miserias y aun así, te hace hueco en su almohada y laméis vuestras heridas... un 69...70.

Carlos Garnacho Gimeno

[Silvia Fernández Marín]

María preguntó: ¿Cómo será esto, pues que no conozco varón? El ángel respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá; por eso, el que ha de nacer será llamado Hijo de Dios. También Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.

Pablo Rodríguez Burón

Entre catedrales, edificios, calles y plazas, tú, Formas parte de todo y de mí. Has venido como ola en una ciudad sin mar Despertaste en mí un querer tan intenso como la pasión de dos semanas. En Valladolid. Donde los ríos son lo más profundo que se puede existir, Has venido como ola. No. Te he visto como una grande ola en una ciudad que no tiene mar.

Stephane Alves de Alburquerque

1 día llueve y andas sin paraguas y la ciudad se ha ido apagando y el puto 18 ya pasó y las prisas te han hecho sudar y ahora estás calado y oliendo a ostias y ayer cumpliste los 40 y hace ya mucho que ella descubrió que tus grandes secretos eran pequeñas miserias y aun así, te hace hueco en su almohada y laméis vuestras heridas... un 69...70.

Carlos Garnacho Gimeno

[Beatriz Calderón] Recién nació, su vida fue jugar, correr, el sol, el viento y al amanecer siempre la lluvia… a veces tan perfumada, seguida del rastrillo por las calles.

¡Cuidado! gritaba su madre, pero él salía a mojarse, soñaba con ver el mar. Hasta sufrir la gran inundación, la lluvia ácida, ese hedor, todo cubierto de barro blanquecino y el cielo rompiendo aguas de nuevo. Silencio. -¡¡¡Ayyyy!!! -¡¡Está!! ¡Acabé con tus piojos!

María Centeno Malfaz

Se sentaba en la acera, ladeaba la cabeza e increpaba a los transeúntes con aforismos líricos inaudibles. Llevaba varios días sonriendo dulcemente ante la estampita de la primera comunión. Cuando se lo llevaron en la ambulancia, un gato bizco se estremeció.

Atilano Sevillano

Cuando aparecí, había un humano mirándome estupefacto. Como si los dinosaurios no hubiéramos estado millones de años aquí, en este suelo, dominando la Tierra. Cómo explicarle que el raro es él. Fuimos los primeros y seremos los últimos.

Sebastián Mínguez Castro

En un movimiento ascendente de los brazos de su padre al cielo, apenas cumplido el año, sus ojos se

abrieron trémulos ante una luz albina cegadora. A los veintiuno se adentraron en los misterios del claroscuro, en la octava habitación de la Gran Galería del Louvre. Cuarenta años más tarde, en una cama de la quinta planta del universitario, han iniciado el camino hacia una oscuridad tan definitiva como interminable.

Daniel López García

[Iris M. Vázquez Lázaro]

Ya estaba intuyendo que puede decir el resto, incluso cierto afán enciclopedista, como el día en el que todo estaba a favor. También el viento. Era el remedio ver que se disolviera un nombre o verlo mezclado en la columna de humo. Simple, porque a veces es mejor no hacer preguntas y seguir botando y seguir jodiendo, que otro lo haga por ti, que otro se pronuncie por ti.

David Cardeñoso Maillo

No se iban del lugar al tercer día. Así era la ruta. Ella era añorada porque cuando estaba con él estaba ausente. A él le gustaban sus labios y le contaba historias mientras follaban. Apenas tocaba el saxo como quisiera acariciarle… La noche que pasaban juntos eran las mejores personas. Estaban fuera de la temporada, por eso se movían todo lo posible. Los intermediarios pronto subirían el precio de las fresas.

María Cabrera González

Apenas quedaban tres horas para la hora del duelo. Seguía dando vueltas en la cama intentando entender cómo había podido llegar a una situación tan extrema.

Hasta entonces, su vida había transcurrido sin sobresaltos pero, de repente, aquella mujer trastocó toda su existencia. Apareció como un ciclón que lo arrolla todo a su paso; él se dejó arrastrar como un muñeco de papel. Decidió levantarse, la cancha de tenis esperaba.

Charo Alonso Vergaz

[Mónica Álvarez Ganado y Javier Sastre Martín]

Dulce aroma de mayo desenvuelve tu recuerdo… el de las largas noches en que no éramos más que cuerpos abriéndose al mundo… conscientes de que el alba quemaría la memoria.

Tu sombra espesa todavía se clava en mi costado, tiñendo cada hora de esta madrugada en que dejo que despacio me atraviese, así, como burlona. …Quizá siempre has habitado en las grietas de mi herida.

Silvia Fernández Marín

Esta no es la historia de antes. Esta es otra historia. La cuento, la cuentan, con otra voz. Si la cuentan, es que no estoy contando, sino escuchando. Este no es el yo de antes. Es otro yo. Lo cuento con otra voz. Lo cuentan, con otra voz. Si lo narran, no estoy contándolo, contándome: ni soy yo, ni soy los que me cuentan, entonces, ¿quién soy?

Perso García Loiz

1. Qué pena la vida al maltratarte así. Tú mereces la más alta estrella y que su luz te bañe sin sombras. Siempre lleno de amor. Tú mereces un lugar donde no existan las heridas. 2. No quiero escribir más, mis manos se entumecen y solo esperan ansiosas tocarte y escribir en tu piel palabras de ingenuas esperanzas.

Beatriz Calderón Izquierdo

Escribir, ¿quién sabe realmente? Enhebrar palabras como cuentas de un collar, sin que ninguna brille más que el resto. Paladear lentamente los sonidos en la mente, deteniéndose de puntillas en cada coma. Pulir, lijar, acariciar las frases hasta sentirlas algo unido y completo. Saborear una carta de amor y valerse con una tesis de investigación. Escribir apuntalando los sentimientos en cada palabra. Porque no existe otra forma de escribir, ¿no?

Leyre Losada Ayala

Él era un tronco de árbol ahuecado. Ahora sueña ser voz humana, cuando Luna lo abraza. Música nacida en crines de caballos que acarician el puente de arce. Él la acecha con notas sin matemática. El abrazo convierte a Luna en talla de madera. El último acorde es lento, denso. Una nota de llanto. El violonchelo acaba de nacer humano. Luna sueña que brotan ramas y hojas de ella.

Pedro Porres Oliva

Llegada al aeropuerto de Fráncfort como un reingreso en prisión. Deposite aquí sus objetos personales, por favor, en la bandeja de plástico. Pase por el arco detector, pero antes, si es tan amable, deje la lira y la corona de laurel. No estamos en carnaval. Umm. Desgraciadamente debemos confiscarle su lengua. Para que no alborote. Aquí, en la bandeja de plástico. Hasta que abandone el país, por motivos de seguridad.

Juan Ramón Gallo

Cuando aparecí, había un humano mirándome estupefacto. Como si los dinosaurios no hubiéramos estado millones de años aquí, en este suelo, dominando la Tierra. Cómo explicarle que el raro es él. Fuimos los primeros y seremos los últimos.

Sebastián Mínguez Castro

Aquí todo funciona de otro modo. Desde M-456, nombre con el que ustedes nos conocen, lo que celebramos es ser descubiertos por otras civilizaciones. Nosotros ya tenemos un conocimiento exacto de hasta la última mota de polvo del

multiverso. Y sí, también medimos el tiempo, pero en lugar de un número determinado de segundos, minutos, meses o años, recurrimos a la infinita gama de colores. Una pincelada nos dice cuándo.

Virginia Aguilar Bautista

Dulce aroma de mayo desenvuelve tu recuerdo… el de las largas noches en que no éramos más que cuerpos abriéndose al mundo… conscientes de que el alba quemaría la memoria. Tu sombra espesa todavía se clava en mi costado, tiñendo cada hora de esta madrugada en que dejo que despacio me atraviese, así, como burlona. …Quizá siempre has habitado en las grietas de mi herida.

Silvia Fernández Marín

1. Qué pena la vida al maltratarte así. Tú mereces la más alta estrella y que su luz te bañe sin sombras. Siempre lleno de amor. Tú mereces un lugar donde no existan las heridas. 2. No quiero escribir más, mis manos se entumecen y solo esperan ansiosas tocarte y escribir en tu piel

palabras de ingenuas esperanzas. Beatriz Calderón Izquierdo

[Diana Guzmán]

70 Palabras para un relato. 140 caracteres para un tweet. Si paso de las 200 pulsaciones puedo morir, si no llego al número correcto o me excedo, puedo no saber vivir. ¿Cuántas caricias, cuántos besos, cuántos "te quiero" me han sido asignados? ¿Cómo limitaremos los sentimientos? Acotaremos todo hasta que la misma expresión del todo pierda sentido. No más de cien pasos en "shabat". No llegaré hasta tu boca.

Juan Pizarro Nogués

1. Qué pena la vida al maltratarte así. Tú mereces la más alta estrella y que su luz te bañe sin sombras. Siempre lleno de amor. Tú mereces un lugar donde no existan las heridas. 2. No quiero escribir más, mis manos se entumecen y solo esperan ansiosas tocarte y escribir en tu piel palabras de ingenuas esperanzas.

Beatriz Calderón Izquierdo

Él era un tronco de árbol ahuecado. Ahora sueña ser voz humana, cuando Luna lo abraza. Música nacida en crines de caballos que acarician el puente de arce. Él la acecha con notas sin matemática. El abrazo convierte a Luna en talla de madera. El último acorde es lento, denso. Una nota de llanto. El violonchelo acaba de nacer humano. Luna sueña que brotan ramas y hojas de ella.

Pedro Porres Oliva

La mañana repica más lúgubre, es la que prende albedrío. Desgarrando membrana oculta, transita a su nomenclatura. Final del viaje, espectros extinguidos: gemidos remotos transmutados en pasado sin

futurible. Titubeas ¿admonición o consciencia del corro que te asedia? En el tránsito del filo, alguien amola en risa sorda tu sombra hacia la desesperación fractal. La condición trasmuta en concepto. Radico pero no arraigo.

Isabel Montes Valdés

Autores de los textos y fotos recogidos en el proyecto

Juan Pizarro Nogués, Casilda García Archilla, María del Carmen Arciniegas, Silvia Fernández Marín, Paula Gutiérrez Pelayo, Paula Mónica Álvarez Ganado y Javier Sastre Martín, Diana Guzmán, Fabiola de Abreu Afonso, Beatriz Calderón Izquierdo, Iris Magdalena Vázquez Lázaro, Iris M. Vázquez Lázaro, Juan Ramón Gallo, Paz Altés, Isidra Rumel, Pablo Rodríguez Burón, María Cabrera González, Alberto Villadiego, Charo Alonso Vergaz, Pedro Porres Oliva, María Centeno Malfaz, Atilano Sevillano, David Cardeñoso Maillo, Isabel Montes Valdés, Stephane Alves de Alburquerque, Bernardino García Casado, Virginia Aguilar Bautista, Vicente Luis Mora, Andrea Manso Martín, Perso García Loiz, Carlos Garnacho Gimeno, Sebastián Mínguez Castro, Daniel López García, Leyre Losada Ayala, Amparo Morán, Marian Barboza Calderón, Ana Oliveira Gómez. Se quiere hacer constar el mayor agradecimiento a todo el personal del LAVA y de la organización de la Feria del Libro de Valladolid.