7 - mannoni - un saber que no se sabe

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  N O T A S D E L C A P IT U L O 3 Roger Oeníis,  Le^o ns du co rp s,  Fbjnmanon, 1980. 7 La ‘'enfermedad" es un estado en eí cual el sujeto, sin saberlo, se dirige a  alguien. Por io santo es necesario dilucidar qué es lo que habia en e! cuerpo enfermo.  Así lo entendió Groceck cuando dijo que el órgano enfermo debía participar en ;a  conversación (con ei médico), er. una situación en la que seguramente la Transferencia  no está ausente.  ' Tres entrevistos entre Octave Mannoni y Jacques Locan :  apuntes ce un trabajo  inconcluso, no publicado. Por supuesto, puede haber una adhesión supersticiosa a cuaquier texío, incluso  el tíe Lacan. 5 Véase  J.  Laca  n . Ecr its,  Seui!, ¡966. págs. 73-93. 0  En un momento daeio, Lacan decíara que cesó en sus intentos de "acción  civilizad ora en el sen o de! audi tori o médico {acción civilizadora —- agr egaque Ey  realizó a ¡a perfección, transforrnandoel auditorio médico en ambiente psicoanaiúico). J. Lacan,  Ecrii s,  Seui], 1966. págs. 237-323. * Véase S.-3.  Pon taiis, "rreu d aujcurd'hui. en  L es ¡e mp s m od e m e s,  mayo-   ju n io -j u li o ¡9 5 6 . Véanse págs. de este libro í55-56  de ¡a  tr ad uc ci ón ). 1 3 Véase Eli sabetb Roudinesco,  Fo ur un e po íi q u e d e ¡ 'u nc ir se ,  Maspero, 1977.  págs. 111-li4. M Véase Maud Mañnoni ,  L e p s \c h ic ; re . so n "f ou " e t la p s r c ít a n a h s e ,  Seuil,  1970. págs. 177-i85. Véanse G. B3teson. D. Jaekson, J . - Haiey y J . Wsa kland; “ Toward a the ory of  schÍ2ophrenia".  tn Be ha vir ra! S cie nc e,  I, 195ó: T. Lidz. S/Heck y A. R. Comeüson.  Schizophreaiü and me family,  ínt. Univ. Press. Nueva York. 1966; Fierre Pedida.  ' Psy cti- ose e: párente” , en Critique,  octubre de ¡963: primer estudio sobre estos temas  escrito en ien.eua francesa.

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  • NOTAS DEL CAPITULO 3

    Roger O enis, Le^ons du corps, Fbjnm anon, 1980.7 La 'enfermedad" es un estado en e cual el sujeto, sin saberlo, se dirige a

    alguien. Por io santo es necesario dilucidar qu es lo que habia en e! cuerpo enfermo. A s lo entendi Groceck cuando dijo que el rgano enfermo deba participar en ;a conversacin (con ei m dico), er. una situacin en la que seguramente la Transferencia no est ausente.

    ' Tres entrevistos entre Octave Mannoni y Jacques Locan: apuntes ce un trabajo inconcluso, no publicado.

    Por supuesto, puede haber una adhesin supersticiosa a cuaquier texo, incluso el te Lacan.

    5 Vase J. Lacan. Ecrits, Seui!, 966. pgs. 73-93.0 En un momento daeio, Lacan decara que ces en sus intentos de "accin

    civilizadora en e l seno de! auditorio mdico {accin civilizadora -agrega que Ey realiz a a perfeccin, transforrnandoel auditorio mdico en ambiente psicoanaiico).

    J. Lacan, Ecriis, Seui], 1966. pgs. 237-323.* Vase S .-3 . Pontaiis, "rreud aujcurd'hui . en Les emps m odem es, mayo-

    junio-julio 956. Vanse pgs. de este libro 55-56 de a traduccin).13 Vase Elisabetb Roudinesco, Four unepoiique de 'uncirse, Maspero, 1977.

    pgs. 111- l i 4 .M Vase Maud Manoni, Le ps\ch ic;re . son "fou" et la p src ta n a h se , Seuil,

    1970. pgs. 177- i 85.Vanse G. B3teson. D. Jaekson, J.- Haiey y J. Wsakland; Toward a theoryof

    sch2ophrenia". tn Behavirra! Science, I, 195: T. Lidz. S/H eck y A. R. Comeson. Schizophreai and me family, nt. Univ. Press. Nueva York. 1966; Fierre Pedida. 'Psycti-ose e: prente , en Critique, octubre de 963: primer estudio sobre estos temas escrito en ien.eua francesa.

  • El psicoanlisis de ninosAunque en 1967 publiqu un libro sobre psicoanlisis de nios,1

    me parece oportuno volver sobre ciertos aspectos de problemas poco tratados en aquel momento. Me propongo asimismo repasar los conceptos en los que se funda una particular orientacin del psicoanlisis de nios, definiendo la especificidad de ste (si bien es cierto, como lo manifest en aquel libro, que el psicoanlisis, de nios es psicoanlisis), para finalmente plantear el problema del psicoanlisis en un marco institucional y el problema poltico de la organizacin y las estructuras asistenciales en psiquiatra infantil.

    L Repaso de algunos conceptos tericos

    a) El concepto de adaptacin.............. - -.. . - .....

    ... Desde el primer momento.-' Freud reconoci en su verdadera magnitud no slo la violenta oposicin suscitada por su descubrimiento, sino tambin la tendencia de algunos de sus discpulos (ms tarde convertidos en disidentes) a lisonjear a! pblico adhirindose a sus resistencias.

    As, antes de que en Estados Unidos se empezara a poner nfasis en el yo (ego), Karen Homey sugera que la finalidad del tratamiento deba ser.adaptar al individuo a su medio. Por cierto, el inters en la adaptacin social no fue ajeno a! desarrollo de una antropologa cultural conocida como culturalismo. Pero si bien el enfoque teraputico de Karen Horney poda beneficiar a un paciente que se enfrentara con conflictos derivados del pasaje de una cultura a otra, casos de ese tipo estaban lejos de agotar el espectro de la psicopatoioga. La orientacin de-su teora, cercana a la de Freud y en muchos aspectos atractiva, sin embargo no daba cabida al tratamiento de casos graves de neurosis o de ataques esquizofrnicos. No obstante, la preocupa-

    USERResaltado

  • cin por adaptar al nio a su medio se perpetu como uno de los criterios rectores del psicoanlisis de nios. En consecuencia los analistas corren el riesgo de no indagar las defensas sanas que el nio opone a una situacin intolerable.

    La ideas de Hartmann, Kris y Loewenstein fueron an ms lejos que las innovaciones de Karen Horaey. Segn estos autores, la finalidad del desarrollo psquico no es otra que la adaptacin a la realidad, adaptacin que de hecho se transforma en pauta de salud mental. Hartmann postul dos tipos de.adaptacin: una implica una autonoma primaria del yo (ego) respecto de las pulsiones; la otra, llamada autonoma secundaria, permite que el sujeto se adapte a toda situacin nueva en que se encuentra. Este segundo tipo de adaptacin .se denomina tambin posicin de objetividad

    Sin embargo, Harmann subray el valor del retiro de la v realidad , mediante el cual el sujeto intenta elaborar una dimensin simblica (lenguaje, matemtica), que le permite-controlar .la situacin en que se encuentra. Esta teora. empero, anua ios alcances de la , hiptesis iniciales de Hartmann '(qui-n por otra parte no ocult las contradicciones a las que aqulla ic- condujo).

    -....... - En la psicologa del yo (que"segn Hartmann podra llegar a ser psicoanau tica), se advierte la influencia de la biologa (adaptacin

    al medio), de la psicologa (con ja idea de sntesis de la persona) y de la moral y la religin (responsabilidad porias propias faltas). Todo ello a pesar de que Freud, en 1930/ haba considerado insensata la tendencia a amalgamar las perspectivas del psicoanlisis con las de otras ciencias humanas.

    b ) La relacin objetai1 principio d e (proceso primario), desarrollado por

    Fruc en su Metapsicologa, fue cuestionado despus por analistas que (desde una perspectiva biolgica) postularon en cambio la idea de una relacin objeta! real. Oponiendo, la observacin al anlisis, explicaron que el individuo humano se dene no tanto por su bsqueda de sensaciones placenteras, como por su apego (y/u hostilidad) a ios objetos . Para Freud, por lo dems, la separacin es causa de displacer (en efecto el sujeto se mantiene en el principio de placer 'cuando la sep axac i n |3uede~serv i vida de^aera catastrfica) y n^ceritgj sgr~con ^ l^ a 7 p o r medio de la simbolizacin) para que

    Hespues eiTrlYHuo^sea capaz de acceder al principio de realidady'de

  • aceptarloJEn Ms all del principio de placer,* mostr que el nio "^qu iere esta capacidad de contro! por medio de la simbolizacin (como lo reflejan las palabras fort y da ), e insisti en que la . solucin no reside en la gratificacin, que lo mantienLiXLieUfel principio de placery ' slo^conduce a una forma de detenimiento, y bloqueo del desarrollo. La.ausencia, por el contrario, inicia el desa-

    * rroiio dei pensamiento sim blico^ permite accederl principio e^ PorT~tanto, la realidad que necesita ser controlada es,

    segn Freudr h asencia d e lo BJio'.Si la gratificacin y la seduccin no tienen cabida en el trata

    miento de un nio (aunque sea un nio muy perturbado), es porque lejos de liberarlo (de la sujecin de su neurosis o de la alienacin en su

    - psicosis), lo condenan a permanecer transferenciaimente atado a una dependencia, que es la misma en la que lo encerr su enfermedad . El analista no puede arle a3 sujeto la llave para salir de este estancamiento* Ysi confunde frustracin, privacin y castracin5 y se deja guiar por un criterio hedonista (bsqueda excluyeme de la satisfaccin), frente a situaciones en las que Freud valorizaba los

    . efectos, formadvos de ia castracin simblica.' tarde, tambin Winnico.t se ocup de estos temas. Si bien-

    en ocasiones les dio una interpretacin terica biologisa, su certero sentido clnico lo llev a. cre%r>_el concepto de obieto transicional (equivalente al da que pronunci el beb observado p o f Freud), que forma parte de lo presmblico pero que casi constituye un lenguaje (algo que pueden no percibir quienes confunden lenguaje con comunicacin).

    Por otra parte, a diferencia de muchos i tas, Winnicott tom en cuenta ia importancia decisiva que Freu_ la fantasa. Como lo seala O. M annoni.^'parc que pueda existir -i espade de fantasa, el principio de realidad deber hacer una concesin y dejar una reserva en favor del principio de placer 1 f Freud explic adems que

    'eTfeurtco'(pofescasas quT ieasus dotes artsticas) es capaz por s mismo de transformar sus fantasas en una nueva realidad . Como lo subray en relacin con e psictico, ' [eJjni^njeMifajiS.asr,__es___

    pfohiera^^tTe TraJcTplan tea aqu no se I i mita simplemente a la prdida"de ll^altad7^m o"qu^onciernellT^n a ia posibilidad

    e ^depsito de aande^provienen el material o los modelos para construir una niejLzelidad. Pero el psictico puede ponerjiumeY"- 'mundo externofontasmco enel^ar~de~la realidadexierna,7E1

  • (gracias a 3a reserva de fantasas! de crear sustitutos imaginarios de ' una realidad Insatisfactoria, Este modo de utilizar lo imaginario (que .

    T reemplazar a la realidad externa se dTerofa- irfe^itaSTemSnte) se, .. observa en la psicosis..

    Freud admiti la posibilidad de recreacin para escapar a las imposiciones de la realidad.* Pero para Winnicott* nuestra realidad est determinada por el dominio mismo de] juego.9 De ah que asigna un lugar al juego (y a la experiencia cultural),50 postulando la idea de un espacio potencial que sita entre la madre y su beb, entre lo subjetivo' y lo-objetivo y entre.el sujeto y su ambiente. Si hay una carencia- de juego;;, y, dexontrajuego por pane, de la madre-, toao~eI

    - /""ulterior vnculo del bebe con lo vf3acfro~ quedar falseado^n~ ^c^nsecj^iiI^x_un^enciFde creatividad y se producir entonces

    ei cuadro" que ooser/amos en ia-psicosis y, con-una modalidad 'c!ereme, enlSseonducas asocales.12 Mientras que'Freud no especific la localizacin de la experiencia cultural (que para Winnicot^no est ni en la realidad psquica ni en la realidad extema), ste ltimo destaca la importancia que tiene para el nio pasar por diferentes etapas en su relacin con el objeto: en el primer.momento el sujeto

    ^est3 mELQ__al-0.bieto; despus lo desmayeTsio en una ltimale.tapa-1 . puede existir un objeto capaz de sobrevivir a la destruccin por parte deTsnicto. Por lo tanto, l~experiencia de destruccin acompaa a la - creacin de 3a realidad, a partir del momento en que el sujeto puede

    ^situar fuera de s al objeto destruido. De ah p.n m k ------,' ' -de "utilizar lobieto creado: en otras .palabras, accede a la imagina

    cin.

    c) El anlisis del Hombre de las ratasDel anlisis del Hombre de las ratas, slo sealaremos aquellos

    aspectos de la trama significante que pueden servir de gua en un tratamiento. Me refiero al aparato del destino y tal como lo entende: mos a travs de los orculos y los mitos familiares de la temprana infancia.

    De su vivencia de la ms temprana infancia,,el Hombre de las ratas haba retenido slo palabras y enunciaba cliss-saces i vos con una precisin sorprendente: para l, el discurso del pasado no tena vnculo alguno con su historia presente. Freud intent conectar el texto del pasado con el del presente, incluyendo al paciente como sujeto de una palabra. Podemos distinguir as un doble movimiento:

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  • a) por una parte, las palabras escuchadas en la infancia (al igual que con el Hombre de los lobos) demuestran haber ejercido un efecto constitutivo en el medio;

    b) por la otra, lo que pudo ser dilucidado del aparato del destino (el papel de los orculos) muestra que la palabra escuchada contamina el discurso actual Asimismo, todo el esfuerzo de Freud se centr en imponer a la conciencia-del sujeto la palabra escandalosa que aqulla1 se empeaba en mantener fuera de ella. Las palabras escuchadas haban sido desterradas,, a pesar de lo cual el mito familiar dominaba la escena. As, "lo que estaba ausente en el nivel del honor, la verdad y el orden que rige las alianzas tiene efectos mucho ms graves que cualquier frustracin en la realidad".13

    As, el material que aporta el Hombre de las ratas tiene que ver, ms que con problemas relacionados con su infancia,, con la realidad de un drama familiar, expresado por su sntoma. El paciente debe vivir este drama como ajeno a l, porque la dimensin histrica se le escapa por completo. Sin duda conoce sus deseos de muerte y seala con'exactitud aquello que lo marc, pero no quiere saber nada al respecto. En_.asiones, a un hecho admitido lo sigue una negacin:' eso no me afecta en absoluto' . hs_aue por momentos el paciente no

    reconoce como propio lo que dice y la verdad de una palabra pori peligro suTrepiiegeTSe pone d manifiesto una vez ms aifo qXTva ~ reemplazaren el presente ios hechos del pasado, que reactiva el deseo

    ..inconsciente y cuyos efectos. hacen, que ...su. conducta llegue a ser loca .

    En el psicoanlisis de nios, ei analista est atento a a trama de BnaHslidirTBixha de palabras, juramentos y orculosj de T~quF~~ riaco el nio y que se remonta a tres generaciones. Pero muchas

    'veces,"como ocurri con el Hombre de las ratas, los~p?.dres recuerdan hecho sucedidos pero no ven la relacin entre esos hechos y lo que el hijo se ve llevado a repetir. El analista se enfrenta con la renegacin, el repudio, la negacin o la represin, mecanismos que operan erTTDdg~lg~gma de casos cimcos, desde a histeria a la psicosis? pasando por la neurosis obsesiva. Pero si bien en la neurosis el prpi6~~

    paciente elabora su lTmito famTliaj\ etTla^psicosIsTpor e1 contrario, ^ere 1 analisti~qulen propone una construccin (el mito del u je naci ei bacre nteT, a parurde la cual el sujeto podrasmlr una paiabraTde ah r IO n l^ rtan c ia de que el analista haga una anamnesis sumamente

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  • minuciosa, que vaya mucho ms all de los datos objetivos ).na vez p] antea das"estas~ premisas, podernos'estudiar con un

    enfoque ms tcnico y pragmtico lo.que a nuestro juicio es especfico del psicoanlisis de nios. .

    II. Caractersticas especficas del psicoanlisis de nios

    ... a) La expectativa psicoanaltica y un cierto desgano de vivir

    En 1965, escrib a pedido-de Colette Audry.un breve libro (reimpreso despus por Denoel) destinado al pblico-general: Le premier rendez-vous avec le psychanalyste. El propsito era mostrar, sobre la base de consultas "(privadas u hospitalarias),.qu esperaban del anlisis (confundido muchas veces con una reeducacin o una

    .tcnica psicoteraputica)los padres e incluso el nio. Me refer a parejas que llegan ai analista merced a la intervencin de un vecino, un.maestro o.un mdico,-parejas que no.siempre saben con exactitud " " enrbusca de qu acuden (para-ellos mismos o para ei hijo), pero que una vez en confianza, comienzan a hablar y entienden de manera diferente lo que estn diciendo.

    En estas entrevistaste ! analista, utilizando un lenguaje cotidia- no, indaga lo que se disimula Sajo una insuficiencia operativa e inteftta^fier,cibir aquel lo que busca expresarse en el nio, ms-al ]-d&. las perturbaciones caracterolgicas, el fracaso escolar, y ..un retardo.,,. gs corootorT^^feH oraTaalista lelnteresa averiguar si el nio es

    "creativo e ndejasiidente y siJiene_liueiias_rdacion&s con sus compa7_.. eros de juego. La_situacin que s& suele poner de manifiesto enton- cbs^rovcaT ansiedacfae los padfesTa m enli^olaO i^ iip .a d o s^ p ^ el~^uiroT^ia~VKa"presente la gue est anulada, . Pero el-nio se .defiende y fSncaTntomas^. Lejos de encaminaTst pequeo" mundo pr la va deanlisis, en este caso ei analista se contenta con \ desenquistar, a. lo. largo de dos o tres entrevistas, la situacin que \ estaba bloqueada, induciendo en el nio un dinamismo compromet- \ do, ya que la rebelda contra un orden demasiado patgeno puede ser

    . tambin un signo de salud mental ... .En efecto, en el lapso de dos o tres entrevistas, la actitud del

    analista permite que surja algo capaz de descifrar el discurso que se '

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  • desenvuelve. De ah en ms unos y otros tendrn la posibilidad de situarse en una posicin diferente frente a ia verdad inferida de sus afirmaciones. Porque cuando ya nada se puede decir, la conducta loca del nio (y/o de uno de los padres) contina hablando. *

    La dinmica inconsciente del nio y denlos padres

    En cierta oportunidad, cuando Frangoise Dolto interrogaba a un nio sobre su dolor de cabeza , tuvo la idea de preguntarle dnde se localizaba el dolor: Mustrame dnde ts duele la cabeza .

    . Ah , contest, sealando el muslo cerca de 1a ingle,

    La cabeza de quin est ah? .

    .... "La de m am . '*' ..............----- --- - ............... ........................

    Ambos. padres >. que: se.encontraban, presentes, quedaron es tu- pecfaos ante esta respuesta... Pero el contacto con la psicoanalista permiti que este nio, al cabo de unas pocas sesiones, dejara de identificarse con el hasto de una pareja agobiada por una vida-difcil.

    En efecto, el nio es el blanco de las tensiones inconscientes de los padres; en l deja su marca lo no dicho de las tensiones y iossecretos. Los trastornos de j a primera infancia (al raen os_en Jo s___psicticos graves) a menudo son excSusrv;ameme reacciones contra..eL._ cira~'n^que~vive"e"L1>el5T^Cb&-Arastomos de ia segunda infancia- p1je3e~TerH rsrtado-de.-.'los ^ conflictos normales inherentes al" ...

    JE^ dipo. SjZfifljbargb; cuando reactivan la ansiedad de los padres que ^se. sienten impotentes para ayudaTaTuIjo 7 ia j j r fi^tadgrse~~p~\ieden--

    consldarTlIeRando a convertirse en una inadaptacin. A v ecsla" interaccin de las ansiedades recprocas crea una ^ ^ o^er- cie_yio:' lecTTverbarcon la consiguiente p^rdd~de~confianza en s mismo por partedel nio. Recordemosque aurTanies de los siete aos, un nicrcoc"caDlmente los dramas que viven sus padres, al punto que cuando las cosas van mal, Intenta actuar como factor regulador de la pareja en dificultades, Y esto es patgeno, como lo es tambin cualquier sustitucin de roles en la pareja parental. Cuando el nio se encuentra involucrado en las aspiraciones incestuosas u homosexuales de padres centradas en el hijo, sin participacin alguna de

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  • cnyuge (o de otro compaero), se produce una distorsin que generalmente lleva a que el nio cumpla un2 funcin supletoria del desgano de vivir de uno u otro progenitor. Por otra pane, ios conflictos edpicos no resueltos a los siete aos se reactivan en la adolescencia (y pueden generar diversos trastornos).

    Y o necesito enfermarme, dice un nio, si no, por quin se va a quedar mam en casa?

    Quisiera un hijo, dice una madre, que no sea hijo de su padre. No soporto a mi hijo, dice otra madre. Se parece a un

    hermand mo al que- detesto. .

    La dinmica triangular padre-madre-hijo opera desde mucho antes del nacimento^eT nio y evoca en los padres el modo en que cadmio~qee]]Tvi vliuE3M^ y'siTper^lgTdi siorsiones ligadas con" 'l^GHe^Rce?fus.ds),~-^ " " Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren

    la dentera. * Ez. 18, 2. [T.]. Este pasaje de la Biblia, citado a menudo por Lacan, es ilustrativo de muchas situaciones clnicas. No ha de ser interpretado sin embargo como es culpa t-los padres , sino en el sentido de que todo nio participa dinmicamente de as resonancias libidinales inconscientes de sus padres. Con esta verdad se-enfrenta el-analista. ............... ..............

    No todo pedido de consulta es pedido de anlisis. Hay situaciones en las que las medidas educativas tienen primaca sobre la indicacin de anlisis. Pero cmo discriminar entre lo que requiere cuidados , educacin o tratamiento analtico? Y cmo definir el dominio propio del anlisis?,

    b) Algunos enfoques en psicoanlisis de n ios.Nos basaremos ahora en un trabajo colectivo presentado en

    195713 en la Sociedad Francesa de Psicoanlisis por Muriel Caben, Jean-Lcuis Lang y Marie-Ccile Ortigues, en momentos en que se estudiaban las tcnicas llamadas de la Salpetrire (Lebovici, Diatki- ne) y las de Trousseau (Doito). No nos detendremos en las posiciones clsicas (cercanas a las de nna Freud) por considerarlas suficientemente conocidas. Pondremos el acento, en cambio, en las construcciones doltoni&nas , en las que me form antes de conocer a Lacan. Cabe sealar que en su momento fueron objeto de un excelente trabajo presentado por Irene Roublef6 en la Escuela Freudiana (y

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  • : nunca publicado). Asimismo vale la pena recordarlos sealamientos originales de Dolto, ya que demasiado a menudo sus discpulos

    v ; * extrajeron de la realidad sus construcciones mticas . As, la teora ; de Dolto sufri las mismas distorsiones que los discpulos de Melanie

    . Klein introdujeron en la teora de sta, al utilizarla de manera dema- v-, . siada rutinaria.y tcnica. En ambos casos, la preocupacin de los

    continuadores por la 'eficacia tcnica hizo perder de vista los hallazgos geniales de las respectivas creadoras. Por otra parte, se puede, llegar a lo original y fecundo de un autor slo si somos capaces de traducir sus descubrimientos a nuestro propio lenguaje y a travs de la propia historia. Esta es la tarea que, como analista, tratar de llevar adelame en lo que sigue-.

    1. El diagnstico . '

    Sabemos que,para Anna Freud, las indicaciones de tratamiento obedecan a un nco~cnterioP fijacin a una etapa que normalmente debi estar superada . No asignaba T)ingun~valo'f'revelador a los

    antasmas^anEesHeTniciar el anlisis, consideraba que el tratamiento estaba indicado sobre todo en las neurosis graves, tomaba en cuenta

    : especialmente (como criterio de indicacin) a la ' fuerza del yo (moi) sobre el ello , pero de ningn modo subestimaba ei ambiente en el cual el nio iba a evolucionar.

    ! Francpise Dolto, por su parte, se rige por tres pautas principales:

    a) gj esmdio.delnio a travs de las experiencias reales.ejmaginarias^ vividas en cada etapa de su evolucin (como un momento de su .fara6)T~~ : ' v

    "b) el estudio del ideal del y o familiar:c) el estudio de las proyecciones fantasmticas de ios padres, remon- tndoseasta tres generaciones.

    Por lo general, los.analistas estudian las proyecciones fantasmticas como mecanismos de defensa. Para Francoise Dolto, en cambio, el fantasma verbalzado o proyectado grficamente es inseparable de una vivencia sensorial y cenestsica. El fantasma es testimonio de una experiencia que no lleg a trmino y que se traduce en una imagen del cuerpo enfermo a causa de un fracaso de la evolucin. Comprender el fantasma es comprender la imagen del cuerpo"

    Por qu la imagen del cuerpo? Segn F. Dolto, sta no corresponde ni a lo imaginario ni a lo especularizable (Irene Roublef seala

    FOTOCOPIADORA ^ e r g . ......

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  • . que es .una imagen sin imagen real).1* Doto se refiere, en efecto, a v r; >; quello que a travs de las producciones grficas o modeladas evoca

    , las imgenes corporales ms primitivas , que segn ella consti- . ' tu yen obstculos al progreso, en el sentido de que impiden cualquier

    _ proyeccin del sujeto en un futuro.. En el curso de un tratamiento, sobre todo en los casos graves, el

    - analista suele verse llevado a explicar al nio las dificultades que- :c- tuvieron sus padres respecto de sus propios progenitores. Introduce

    r _ ; as una dimensin merced a la cual el nio se sita como eslabn de una cadena, en funcin de un devenir. A partir de este ordenamiento de cada uno en su historia, el sujeto toma conciencia de que est inscrito en un linaje e inicia en consecuencia un camino que le va a permitir el acceso a lo simblico. Los padres reales dejan de ser los ^puntos de referencia del nio, que en cambio busca en s mismo un

    ideal parental. Sin embargo, sufre por tener que renunciar a una parte suya-que-siente daada en la relacin con una imagen parental que

    ........ -transmite angustia.^En efecto, el nio siente que la imagen mutilada-..... . . .. . .de los padres es a su vez mutilante. En ese momento-de su anlisis

    , debe enfrentar la no aceptacin de la castracin por parte de sus ___propios padres..

    : i:

    El anlisis de la particular relacin del nio con los progenitores se hace por lo general a travs del examen de las fantasas fragmentarias del cuerpo, que aporta el propio nio. Estas constituyen otras

    . tantas defensas contra la ansiedad. Pero cuando se logra examinar esta modalidad de defensa narcisista del sujeto, reactualizada en el momento en que se le plantean los problemas de identificacin edpica. se lo puede llevar a que se inserte de una manera particular en

    ' la-imagen de.un ascendiente sano, ms all del progenitor perturbado. ..Estoislo .es posible en virtudde: un renunciamiento.del sujeto, en funcin de la repeticin de un vnculo idealizado con el Otro (del que fue a la vez objeto idealizado), en un determinado perodo de su infanciaT El nio supera el dao narcisista ubicndose como miembro de un. linaje en relacin con un ascendiente sano (y en general muerto), aunque slo sea en la fantasa. Liberado del peso de identifi-

    caciones. imposibles, puede ahora, merced a una dimensin simblica precisa, dominar su propia historia. Esto explica por qu a veces es posible.llevar a buen trmino el tratamiento de nios pertenecientes a

    ... familias muy perturbadas. ,

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  • 2. Los contados iniciales con el nio

    Con respecto al comienzo.de un anlisis, recordemos que Serge Lebovici pone el acento en el tratamiento" (al cual est subordinado el juego), Anna Freud adoptaba una actitud seductora con vistas a. establecer una transferencia positiva y Melante Klein se abstena de dar consignas precisas al comienzo, pero interpretaba tan pronto como surgan manifestaciones de transferencia negativa.

    Frangoise Dolto pregunta al nio si desea ser atendido. Da a los padres una especie de balance de la situacin talcomo la percibe y sugiere o no un anlisis segn ese balance y la actitud dei nio frente a lo que se le propone. En efecto, es posible que el nio se niegue a ser tratado, lo cual indica con claridad que l (enfermo) es la nica razn de vivir de su madre. El analista debe cuidar de no embarcar en un tratamiento a un nio cuya cura puede provocar una depresin o una descompensacin en uno de sus progenitores. El ms lbil no siempre es aquel que motiva la-consulta...

    3. El tratamiento

    ...... De manera esquemtica; se puede decir que los siguientes puntos conforman el eje clsico del trabajo analtico, tal como lo concibe Serge Lebovici:

    analizar el Edipo antes de los conflictos primitivos; analizar los mecanismos de defensa antes de los conflictos

    que encubren; interpretar, en.funcin de estos mecanismos y de los conflic

    tos proyectados, en el terapeuta (lo que permite que se estructure-una neurosis de transferencia).

    Francoise Dolto, en cambio, presta-atencin.al modo de ser" m ad re -h ijo ^ u e^ e te rmina la fijacin.del' nioj..a_una,_tapa-jde-jz/ diferenciacin respecto de la madreTEfmoes incapaz de abandonar el modo de sel^a(m o)-t inherente a esta etapa, para transformarse en yo contigo y yo para ti. Adems, otorga especial importancia al manejo de los fantasmas que preceden a la interpretacin. De acuerdo con el enfoque clsico, el fantasma se estudia sobre todo en la medida en que obstaculiza la comunicacin. Dolto, por el contrario, estudia el fantasma en su relacin con lo vivido y lo memorizado.

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  • . ; A modo de ilustracin de.su s intervenciones, veamos el siguiente, pasaje dei tratamiento de una fobia a las plumas: la paciente, Lidia, dice m iau". Dolto le pregunta quin hizo eso. Lidia contesta: "el pjaro\ No, responde Dolto, no es el pjaro; es alguien que tiene ganas de comerse al pjaro... Quin se come a los pjaros? Miau , vuelve a decir la nia. Dolto responde entonces: es el gato. En ese momento Lidia modela un pjaro y-despus un excremento que coloca sobre el pjaro. Est enojada y ansiosa; se pone lvida. La madre se descontrola. Es excelente , le dice Dolto, estamos en un hospital. Esto no tiene ninguna importancia , y le pide que se retire.

    Dolto hace que la nia consume el acto imaginario hasta el final. Lidia se asfixia, pero Dolto-le. dice: los gatos se comen a los pjaros . Es necesario por lo tanto que el gato-modelado se coma al pjaro. Una vez terminado esto, Dolto le dice a la nia: Yo no te com a ti y t no has comido a nadie. Pero cuando mam te pide algo, t quisieras hacer desaparecer a mam y comrtela. Y te da miedo comer-a mam' ... Dolto pregunta: quin te llamaba ' su gatito ? -No hay respuesta. Ms tranquila, la nia dice: 11el gato es caca \ y modela pedacitos de caca.

    En este pasaje Dolto le propone a ia nia que se identifique con alguna de sus producciones fantasmticas. Pero (como vimos antes), es posible que el pequeo paciente slopueda aceptar una interpretacin (en este caso la referente al sadismo oral) en su'-forma negativa. Es casi el juicio moral.de los adultos lo que en un primer.n$omenEo impide-a la nia responder a las intervenciones de Dolto. Ulteriormente se necesitarn muchas inversiones dialcticas sucesivas para que haga su aparicin el YO de una verdad.

    Contrariamente a la tcnica clsica (la de S. Lebovici). de acuerdo con la cual el anlisis avanza desde lo ms edpico a lo ms regresivo, Frangoise Dolto utiliza el material primitivo tan pronto tom o ste se manifiesta. Este material tarda relativamente poco en-- surgir, a partir de] trabajo analtico sobreos fantasmas (en-particular de consumacin oral). La progresin se hace,, por lo-tanto, desde lo ms primitivo hasta el nivel edpico.

    - Si bien se' espera una cierta.'etapa del anlisis para enfocar el Edipo, 1a situacin triangular (simblica) se plantea desde el primer momento y el nio es considerado siempre en su deyenir. No obstante nunca se recurre a la gratificacin y Dolto pone cuidado en diferen-

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  • ciar lo imaginario de io real: aunque en el fantasma el gato (con el cual est identificada la nia) se come al pjaro, en la realidad queda bien en claro que la nia no ha sido comida ni ha comido a nadie. Esta clarificacin evita la confusin de registros (entre imaginario, rea) y simblico) y hace que el nio incorpore pautas que le permiten proyectarse en un futuro. Ademas, al terminar cada sesin, Dolto remarca el hecho de que el nio ya no es el. hongo o el .animal de su historia, recordndole que tiene un nombre e interesndose en las actividades reales que planea realizar durante la semana.

    Las interpretaciones durante la sesin, por el contrario, giran en tomo del duelo ligado con imgenes fragmentarias, formas vegetales o animales con las que el nio est identificado. El propsito es permitir que elabore. eLduelo por .el pasado, para_que;apartir, de ah pueda buscar, en funcin de un futuro, su insercin en un orden humano. - . .. .

    Las construcciones del analista

    Siempre es arriesgado reducir el aporte de Fran$oise Dolto a los aspectos tcnicos (objecin que se podra formular a algunos pasajes

    - de esta exposicin). Pero el valor de sus trabajos referentes al perodo-----anterior a la etapa del espejo reside sobre todo en el esclarecimiento que ofrecen sobre cienos mecanismos psicdcos . tempranos*.. En.. .. . efecto, Doito sostiene acertadamente que al comienzo de a_yjda el beb funciona con 'pedazos de madre17 (su voz, sus manos, su

    JpcHo7s^objHosyque^,tiene, o "no tiene^TYeaTlctamecomo 'TjF^faTdacfq'trle constituye en una encrucijada de espacio y de tiempo . Pero la fragmentacin del Otro (la madre) io constituye como Uno.

    Despus, a partir de la etapa del espejo, el beb sejiene^j tomaTconcin^a' ^ i propio c ^ ^ g g m ^ o rnia.^PaigjtC-Qgjler a esta

    ^etapa7srTembargo, tiene que renunciarja^s_erU_.(enuna .situaci.n^ ~sifbitrca^co^llTi-adre)7 D o lt^e a la 'q u e la bsqueda del objeto perdido n u n c a puede ser satisfecha porque el sujeto se empea nostlgicamente en reencontrar el ser perdido. As, el devenir del nio depende en parte de aquel [o q ue en su historia le va a permitir situarse nre 1 ac i n_co,n_i_o.sl ped a20 s de madre queje, fueron dados. ono. Se adviene aqu una coincidencia con la fantasmtica kleiniana,

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  • si bien Doho, al igual que Lacan, habla de crminos significantes v no |

    alternativamente es, adquiere y pierde ese objet malo, que es tarn- |'pIHPasicamrit'e bueno, ~e una dialctica en la que debe llegar a fubicarse como ^ sujeto ITeseante. ' }

    La etapa deFespejo es un concepto que tiene que ver ante todo -Icon la estructuracin o el establecimiento de relaciones. Cuando el |beb se enfrenta con su propia imagen, entra en juego en lo imagina- -rio una dimensin esencial, Al principio, el beb cree que su imagen |

    j ;s otro nio. Despus reconocej^ue ese otro.nio-no-existe-.-deseu-- ibriendo_as lo im aginanoljajo' la f orma especular (recordemos que ilos animales no poseen esta capacidad: para el gato, la imagen, despus de ia experiencia, ya no es nada; para la paloma, ia imagen esotra paloma real). ;

    J^ gro lo imaginario y lo especular no son lo mismo. Lo imagina^, 4rio corresponde a una imagen sin realidad, mientras queJo especular. , f

    ---se-FefiereraTm'imagen: me veo como me ven ios otros. Los discpulos deXacaHTsin embargo, condn a menudo especular e imaginario; ...Ien consecuencia, slo otorgan importancia a lo simblico, en detri- j

    ment del - espacio de fantasa que tan necesario es restituir a cierto......... ........tipo de psicticos.

    Transferencia y contratransferenda

    El psictico suele sentir que la situacin analtica es peligrosa, porque la.vive como una opcin (o bien se mutila o ataca al objeto temido en el mundo externo).19 Cuando el analista trata de.introducirse por medio de.una palabra en el mundo del nio alienado, choca con un anheio de exclusin total, que-en ocasiones llega a ser un deseo asesino. Aunque el psictico parece ser impermeable a ia palabra.del adulto., su juego demuestra que algo comprende. La interpretacin de la agresividad en una situacin de ansiedad bien definida (vinculada con la posicin respecto de los padres), permite que el tratamiento siga adelante, aunque jalonado de ansiedades persecutorias y depresivas. La palabra acertada del analista (referente a la severidad del supery del sujeto) puede conseguir que se levante el bloqueo de un discurso que tiende permanentemente a replegarse en un sistema cerrado. Pero este trabajo con el nio siempre provoca en el analista

  • .una particular ansiedad. En un intento por defenderse; ste suele' tratar, sin saberlo, de abandonar la situacin analtica (llegando incluso a proponer la interrupcin del tratamiento).

    Por mi parte, al tratar nios psicticos, considero esencial prestar atencin a un nico discurso (el que mantienen el nio y sus padres). En efecto, cuando en el nivel del adulto una palabra logra salir del discurso impersonal, puede nacer otra palabra del adulto al nio. Y de ah en ms, cambian para ste las condiciones en que se desenvuelve el tratamiento.

    En los ltimos aos se ha escrito mucho sobre las familias de los esquizofrnicos, aunque la mayora de las veces concibiendo ia familia como un grupo y hasta como un organismo biolgico. Adems, muchos autores se sitan en una perspectiva pedaggica. Por mi pane, concibo la indagacin como determinada por el movimiento mismo de cada tratamiento y por ios problemas que ste plantea sobre el uso que se ha de dar a la palabra en psicoanlisis. A mi juicio, al estudiar las dificultades tcnicas surgidas en ciertos tratamientos, se

    - debera tomar ms en cuenta la responsabilidad que le cabe al analista en los bloqueos observados.

    Terminacin del anlisis

    ' En un anlisis de nios, pienso av- no se puede hablar verdaderamente, ffe terminacin11. En un de neurosis, el anlisis se interrumpe. p or supuesto, cu artejo e i n i:. - s t~erTco n d i co ne sd e_viv ir por s solo las dificultades de la crisis edpica, Pero cuando hablamos ciTa terminacin deiTHsis~delin nio psictico, nos referimos en general al deseo del. analista. de dar por terminado ese anlisis. Los efectos pueden ser desastrosos. Donde hay psicosis, hay deseo de muerte; por lo tanto, es esencial que se llegue a veroalizar el odio hacia el adulto (ei analista). Para Wnnicott, el reconocimiento del

    odio por parte del nio en el curso del anlisis puede marcar un verdadero giro en el tratamiento. Una lonja de ste termina cuando el nio ha recuperado cierto dinamismo creativo . La verdadera preocupacin del analista es entonces permanecer disponible para los padres, sobre todo si el nio evoluciona sanamente separado de ellos. Con frecuencia se producen accidentes (suicidio o.descompensacin de uno de los padres) en momentos en que el hijo se est

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  • liberando, lo cual puede comprometer la "curacin del pequeo. Permanecer atento a los padres -a travs de la transferencia de stos

    ; en el analista equivale por lo tanto a cuidar de no privarlos prematuramente de un continente para su ansiedad. Equivale asimismo a asegurar el establecimiento de ciertos refuerzos en la vida cotidiana del nio psictico (las estructuras receptivas favorecen una autonoma real y permiten una verdadera expansin, cimientos del posi-

    : ble retorno a una vida normal ).

    XXL Psicoanlisis y psiquiatra

    Educacin y psicoanlisis

    A3 emprender el tratamiento de un nio o un adulto-.c.oij trastornos graves, Winnicot, y tambin Massud Khan, se preocuparon por el estilo de vida que lleva el paciente entre sesiones. Winnicott se lamentaba tambin de que no existieran instituciones para acoger a los nios psicticos. Siguiendo su inspiracin, fueron fundados en Inglaterra establecimientos educacionales, a los que-ocasionalmente hemos enviado a algn nio de BonneuiL

    Es sabido que en la dcada de 1920, los analistas depositaron _muchas expectativas en las aplicaciones del-anlisis (Vera Schmidt, Marie Bonapane, Wilhelm Reich y Pfister, para no citar ms que los principales). Esperaban que la educacin fuera una especie de profilaxis de las neurosis. Freud, en cambio, fue siempre mucho, ms reticente. No comparta estas expectativas, puesto que, para l, un mnimo de represin y limitaciones.era necesario para la educacin infantil. Acaso la sublimacin no es producto de la represin de pulsiones?20

    Para precisar el esclarecimiento que el anlisis puede ofrecer a la pedagoga, partamos del hecho de que los padres (y ios maestros), en su esfuerzo por adaptar al nio a la sociedad, recurren por lo general a 1a amenaza y al.abuso de autoridad. As, en el marco de la educacin tradicional, el sujeto debe no slo abstenerse de satisfacer una pulsin incompatible con la ley social, sino que hasta debe olvidar que tal pulsin existe, ejerciendo as eficazmente ia represin. El enfoque analtico no cuestiona tanto el autoritarismo de semejante modalidad de educacin, como la manera en que el adulto trata la represin. Para el analista, en efecto, la educacin no puede operar ciegamente

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  • (contentndose, por ejemplo, con Sa adquisicin de automatismos), sino que debe dar cabida al deseo y abrir posibilidades de creacin permanente. . .

    Winnicoft abri un nuevo camino, a! desarrollar algo que ya en 1907 haba indicado Freud; proporcionar al sujeto un espacio para la

    fantasa. Esta premisa junto con la de prestar atencin ai juego y al contrajuego materno, constituyen los pilares del trabajo que realizan los refugios fundados en Inglaterra en respuesta a la inquietud de Winnicot.

    Un nio psictico (de hecho, todo nio} necesita ante todo vivir en un lugar que le permita acceder a la fantasa y la creacin; un lugar donde tambin haya fiesta y folklore, que le marque la sucesimy el ritmo de las estaciones y del tiempo, que d cabida a la tradicin oral (transmitida por la historia, los mitos y los cuentos) y que io lieve a descubrir e placer de tener manos que crean (lo cual implica una apertura no slo a la pintura y la escultura, sino tambin a la cocina, la carpintera y toda una variedad de trabajos artesanales). El aprendizaje escolar slo adquiere sentido cuando empieza por insertarse en esta primera red simblica. Del mismornodo; un_ariaiista cuya nica preocupacin frente a un nio muy perturbado es facilitarle el acceso a ja . realidad que ofrecen, las instituciones abiertas a la vida (y la -creacin), se-priva de un instrumento esencial-para la cura -del paciente. A la inversa, un analista que privilegia ante todo lo asis- tencia , no. deja-lugar a la creacin. Porque el deseo surge donde menos se. lo espera. ....

    Una poltica asistencial

    Aunque durante la dcada de 1950 se cifraron muchas esperanzas en ios hospitales de da, los establecimientos ambulatorios mdico-pedaggicos y los internados especializados, ms tarde se reconsider el valor de estas instituciones. Gran parte de los nios, una vez que entraban en el circuito especializado, no ten2Ji posibilidad de salir. Se sugiri entonces, no sin ingenuidad, que todo lo que haba que hacer era suprimir los circuitos especializados, volver a la situacin anterior a 1950 e incorporar Jos enfoques asistenciales a una psiquiatra sectorial, buscando al mismo tiempo integracin escolar de los discapacitados.2'

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  • Sin embargo, esta nueva orientacin de ia poltica asistencia! ignora el hecho de que no es posible reintegrar ai circuito normal haciendo como si los nios fueran normales. La segregacin est dentro de nosotros mismos y no hay juez ms despiadado de un nio que otro nio. En mi opinin, a experiencia de Bonneuil parece mostrar, por el contrario, 1a necesidad de que coexistan diversos ipos de escuelas, cada uno para un tipo diferente de nios.

    Cmo es Bonneu

    Bonneuil lleva a poner en tela de juicio a las instituciones tradicionales. De los aspectos cuestionados, me limitar a exponer slo algunos. Todos los. nios de Bonneuil,-.aun los que cursan el nivel terciario, pasan uno o dos das por semana en e lta lle rd eu n ,. artesano que los inicia en un trabajo manual. Aquellos en situacin de anscolaridad total, pueden, desde ios doce aos, tomar un empleo de media jomada, por ejemplo en. un .restaurante. As, Pablo volvi

    "enojado un da, exigiendo que se' le enseara a calcular el 12% porque, segn dijo, lo engaaban. A partir de esa experiencia, se interes en la matemtica y acept prepararse para ia escuela tcnica.

    Lo expuesto pone- de manifiesto aspectos cuestionables de la enseanza en Francia, sobre todo en el nivel primario. Una profesora de matemtica (psicoanalista que cubra un interinato en Bonneuil) demostr con pruebas fehacientes22 que las instrucciones oficiales

    , dadas .a los docentes en el campo de la matemtica hacan imposible el Aprendizaje a gran cantidad de nios normales . 1 xito que obtuvo con los psicticos y dbiles de Bonneuil tuvo que ver con el modo en que de entrada les plante los objetivos C explicndoles que por razones de seleccin.era necesario hacer las operaciones cada vez ms .difciles). En. la-medida en que a la manera de! cura de Barbiana transform a los nios de vctimas en luchadores, se hizo posible un cambio en sus deseos de aprender.

    Por otra parte, algunos nios de Bonneuil, en algn momento de su vida, se analizan fuera de la institucin (el tratamiento se paga por sesin). La libre eleccin del analista favorece la posibilidad de xito. Los analistas con os que trabajamos estn familiarizados con Bonneuil y aceptan la norma establecida para algunos nios, de alternar la permanencia en la institucin con estadas en el campo. As, el ritmo

  • de las sesiones se adapta a! rgimen de residencia instituido en la realidad. Los padres son los encargados de solicitar la entrevista con el analista elegido para tratar a su hijo. El analista inicia el tratamiento si estima que los padres pueden costearlo y que el nio est suficientemente motivado. Se deja perfectamente aclarado a los padres y al nio que el analista no recibe ningn pago de la Institucin en s.2-' A nuestro juicio, los fracasos (o las dificultades) de los tratamientos psicoanalticos llevados a cabo en Bonneuil se deben a que el sujeto percibe al analista como perteneciente a la Institucin y en contradiccin con el discurso mdico psico-pedaggico que rige para cada paciente. Precisamente tratamos de evitar este tipo de contradiccin con el discurso institucional.

    Un problema poltico

    ....Ms alia deLproblema psiquitrico (concerniente tanto a laasistencia hospitalaria con internacin, al tratamiento ambulatorio o a

    ' ' la poltica sectorial), existe un problema poltico surgido como consecuencia del desarrollo del mundo industrializado. A la par que aumentan los bienes de consumo, en todo el mundo se tiende a una Tjistitucionalizacin d ed o s servicios sociales, la. medicina y la enseanza.24 La publicidad crea una demanda de asesoramiento psicolgico o de atencin psiquitrico-anaKtica. E3 consumo de atencin mdica as provocado puede tener efectos destructivos para el nio, codiciado como objeto consumible por diferentes organismos u ofe-

    . rentes de atencin . De hecho, las medidas administaivas concer- ientesa 1a organizacin ce i a ' atencin encubren ia magnitud de la deficiencia educacional. Desde hace mucho tiempo, la escuela pblica en Francia ha dejado de ser un lugar propicio para el desarrollo de los nios considerados normales. Las estructuras escolares de la actualidad, inadecuadas para los normales , lo son an ms para los nios con problemas. Sujetos a horarios demenciales, todos los

    . nios tienen que ajustarse a un mismo modelo de promocin social. Pero lejos de hacer el aprendizaje de la vida social, muchos de ellos se familiarizan en la escuela misma con el abandono moral, la angustia y la soledad.

  • Profilaxis mental

    ' ' La profilaxis mental no implica la multiplicacin arbitraria de medidas conducentes a formas de atencin casi obligatorias, sino ms bien un cambio radical de mentalidad. Por ejemplo, en Inglaterra, no as en Francia, es posible, tal como nosotros mismos lo hemos hecho, enviar a una dbil mental de diecisis aos (C.I. 0,50) a un pensionado para adolescentes normales.

    Cmo se le dio apoyo? Ante todo, las compaeras mayores tenan ia obligacin de cuidar de la recin llegada. Como sta saba leer slo en su-lengua materna (francs), fue eximida de algunas de

    ' las tareas escolares. Participaba junto con sus compaeras nicamente de actividades culturales o deportivas. Aprendi a montar y a cuidar de los caballos. En una segunda-etapa, aprendi peinado en uno de los talleres del pensionado; ms tarde-pidi atender bebs.

    Al cabo de tres aos, esta adolescente fea, torpe e indcil se convirti en una joven floreciente, que hablaba ingls a la perfeccin y que no tard en encontrar un empleo como asistente de puericultura. Todo esto le habra resultado-imposible-ertErancia, -debido-a-la, falta de un nivel escolar adecuado a ella. En Inglaterra, por el contrario, lleg a adquirir, con el tiempo y merced a su trabajo, un nivel de instruccin primaria. Es te caso ejemplifica las fallas dei sistema francs, que se cree generoso prodigando pensiones por invalidez. Por el contrario, negar este tipo de ayuda es a veces la nica oportunidad que se le da al sujeto de escapar dei crculo de subsidiados para salir a la vida a librar su propia lucha (en un contexto donde haya alguien en quien apoyarse ).

    Lo normal y lo patolgico

    La distincin hecha en Francia (por P. LRacamier) entre una indicacin de psicoanlisis para las neurosis y una intervencin psiquitrico-pedaggica para las psicosis, es a mi juicio una discriminacin nefasta entre lo normal y lo patolgico. Esta actitud falsea adems la relacin con el paciente supuestamente normal . Puede ocurrir que se formulen diagnsticos y pronsticos pesimistas respecto de un nio de tres aos y que en consecuencia se descarte el esclarecimiento que el psicoanlisis es capaz de brindar para su

  • ' problema, sin tener en cuenta hasta qu punto un diagnstico puede perturbar todo el dilogo madre-hijo. Incluso es posible que la madre deje de hablar con el nio a partir del momento en que se le informa

    . que ste es retardado o autista. ;; . El mayor peligro (anunciado ya en el nio retardado y su madre)

    . es que las disposiciones administrativas se anticipen a nuestros conocimientos reales y frenen la investigacin no oficial sobre la psicosis y el retardo. Hoy en da se observa en todo.el mundo una tendencia por parte de los gobiernos a controlar de. cerca a. la psiquiatra. .

    Sin embargo, basta escuchar a nios rotulados de dbiles o psicticos, para darse cuenta de que no slo son conscientes del retardo que se les atribuye,-sino que adems saben bien qu funcin

    -pueden cumplir-ai-lado-de-un..maestro dictatorial.23Es oportuno recordar adems que-lo que llamamos 1 regresinT

    no es un retroceso o una patologa. Es (como lo seal Lacan) un recurso que permite que reaparezcan los significantes de demandas que han quedado prescritas. De ah en ms el nio puede abandonar las defensas que busc en la rebelda, la debilidad o la psicosis.' Winnicott-consideraba positivo que-en-un-momento-dado^el -nio- llegaraV^aiar aso ambiente familiar o sociacomo responsable d sus males. Por otra parte, el perodo de esperanza que vive un-nio

    cuando entra, en-un ambiente..nuevo se: acompaa siempre de-una puesta a prueba de ese ambiente. Sobreviene entonces la crisis de desesperanza, en ..cuyo..transcurso ..se observan los efectos de una ., situacin regresiva (rituales obsesivos, encopresis, etc.). Esto induce un cambio en ia relacin *del nio con ~su'ambiente; la autntica posibilidad de vivir se. le presenta fuera de ese ambiente.

    Lo que sabemos sobre los nios segregados y las instituciones, de las que-se debera decir que han sido creadas para contener la exclusin de aqullos, lleva no slo a cuestionar las estructuras que una sociedad se da por intermedio de sus instituciones, sino adems a

    . reconocer un problema tico: el hombre tiende a satisfacer su necesidad de agresin a expensas-de su prjimo, a explotar su trabajo sin resarcimiento alguno, a utilizarlo sexualmente sin su consentimiento, a apropiarse de sus bienes, a humillarlo, a infligirle sufrimiento, a martirizarlo y amatarlo. .24 Estas palabras de Freud en~ El malestar en la cultura, obra en la que reconsidera el problema de mal, muestran que amar es entre otras cosas reconocer la maldad del prjimo, pero tambin la propia.

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  • En cierto modo, a partir de nuestra impotencia el nio puede llegar a hablar en nombre propio. Un educador no es, como lo afumaba e doctor Schreber, uo hombre que tiene respuesta para todo. Es ms bien aquel que acompaa a otro ms joven a lo largo de un cierto trayecto. Porque se convierte as en sustento de una interrogacin, se puede desarrollar*un discurso a travs del odio y del amor, ms all de toda amenaza subrepticia de abandono.

    . . Por el contrario, es fcil comprobar el impasse-resultante de los mecanismos de exclusin que prevalecen en las instituciones psiquitricas. Un ejemplo cabal es la historia de Christian, tal como la relata un joven interno. Jean Sandretto, en Un enfant dans Vasile.11 Christian est lejos de ser el nico nio (y menos aun el nico adulto joven) en Francia, vctima de una reclusin arbitraria...

    Un enfant dans i?asile

    Christian es un nio normal , recluido a Ios-nueve aos en un. .. servicio de retardados profundos de.un hospital psiquitrico moder

    no;-cuyas dimensiones son las de una ciudad psiquitrica . La . institucin comprende (aparte de talleres, campos de juego, residencias para mdicos y dependencias administrativas)-veintiochorpabe- lones para veinticinco pacientes cada uno, destinados a enfermos adultos y a nios en su mayor parte clasificados como irrecuperables.

    Durante la temprana infancia, Christian. e quinto de seis hijos, pasa por varios establecimientos de crianza. La madre abandona el hogar conyugal despus de nacer ei sexto hijo. El padre convive_con una mujer que a su vez tiene seis hijos, todos ellos entregados a un organismo oficial de custodia de menores.'5 A los cuatro aos, como resultado de haber recibido malos tratos , Christian es enviado a una colonia con nios normales , durante el tiempo necesario para recuperar su salud. En este lugarquedar sellado su destino psiquitrico y, con la complicidad de los equipos asisenciales , se tejer la trama de su reclusin'. Christian disfruta de la colonia y siente especial apego por una docente. Pero debido a reorganizaciones internas,* debe permanecer en la misma seccin, en lugar de- pasar a otra clase junto con nios de su misma edad. Vive esta situacin como una injusticia, a partir de la cual se deterioran sus relaciones jon los adultos. Se vuelve agresivo y rebelde.. Se consulta con un

  • psiquiatra que alegando un estado abandnico (sic)f indica su internacin. Llega as al servicio especializado en este tipo de pacientes, de un flamante hospital psiquitrico cuya arquitectura recuerda el palomar de los leprosos descrito por Michel Foucault.39

    La llegada de Christian sella un encuentro, no el encuentro trivial de un nio con uno de los llamados equipos asistenciales , sino (merced a un punto de convergencia comn, el hospital) el encuentro con un joven interno en psiquiatra, quien en este nuevo lugar desempea su primer cargo de responsabilidad. En efecto, el servicio se pone en marcha con un personal integrado en su mayora por personas muy jvenes, todava en formacin. Muy pronto sin embargo (al cabo de tres meses), este lugar supuestamente de vanguardia demostrar no tener ms vocacin que la que le imponen las autoridades, es decir, la funcin de reclusin propia de todo asilo.

    Con eJ pretexto de ofrecer atencin (y para que las autorida- des-municipales ^ no-cortaran los vveres), se admiten indiscriminada

    mente todos los supuestos irrecuperables de los que tratan de deshacerse los hospicios de la vecindad. Como lo ordenan las autoridades, hay que colmar ia capacidad . El lugar se convierte entonces, por voluntad de sus' administradores, en una- especie de colmenar que sirve para que la sociedad segregue a los desheredados (fsicos, mentales o sociales). Segn una tradicin denunciada por Th.

    Szasz,30 la medicina se encargar a posterior! de proporcionar -un rtulo no so grfico para justificar la presencia de Christian y otros, pequeos pacientes, que van a ser medicados y atendidos . J. Sandretto se maravilla entonces al descubrir que algunos enfermos mejoran y que-en todos los casos esto se debe- a que-pudieron establecer una relacin in d iv id u a b k , por ejemplo, un nio descrito como monstruoso se transforma en presencia de-una enfermera jo ven, agraciada y maternal.-En el hospital, sin embargo, las mejoras circunstanciales no-evitan que algunos-pacientes-mueran, por ejemplo, porque los equipos cambian . En este universo colectivista,

    ' slo cuenta la fusin de los adultos en un ideal mtico asistencia! . Por supuesto, slo gracias a este mecanismo, aqullos pueden seguir con su trabajo en medio de la mierda, el vmito y la desesperanza. Pero los pacientes se convierten una y otra vez en el objeto que est en juego en las relaciones de adultos que los superan. El autor, que tantas esperanzas haba depositado en la psicoterapia institucional , no puede menos que asombrarse ante la distancia que

  • ' hay entre teora y prctica'. Lo que este excepcional documento ' desenmascara es principalmente la mistificacin de teoras psiquitri-

    cas cuya nica funcin es perpetuar 3a existencia del asilo como tal.El asilo, llamado antao prisin de locos y despus hospital psiquitrico, se ha transformado hoy en centro comunitario de salud mental . Electroshocks, experimentacin con drogas (peligrosas) todava no comercializadas y presentacin de enfermos son prcticas

    -que continan-en vigor en estructuras que en realidad estn hechas para fabricar un enfermo mental, a lo cual contribuye el equipo asistencia! en su afn por atender . En esta caricatura de democracia se juega colectivamente (en el anonimato) el destino de individuos segregados y presos en la trampa que se les tendi.

    Despus de-leer el libro de lean Sandretto, del que poco se ha hablado, uno comprende que los nios-ms perturbados slo-podrn tener un devenir si sus problemas son enfocados individualmente.Reunir a los discapacitados-segregados en un lugar que los encasilla slo contribuye a su estancamiento. A fuerza de escribir sobre ellos (en el libro de partes diarios del equipo), se pierde la capacidad de escucharlos; y cuandose los escucha, es para desestimar loque dicen por ser la palabra de un loco. Quizs esto mueve a Christian, hacia e! final de una cierta etapa, a preguntarle a quien se est esforzando por

    - - -sacarlo de aquel-lugar (e! autor del libro): --Usted nunca entiende ......nada? . Cuando es invitado a que exprese en palabras lo que siente,agrega: '.Ac se habla para decir la verdad o por monera? L o ------

    cual equivale a preguntar: puede uno en este.lugar, arriesgarse-a. decir., ia verdad, o es preferible brindarle al adulto palabras para no decir

    . nada ?. . .Este libro-documento, cuyo autor no se deja arrastrar por el

    apasionamiento, atraviesa el muro de silencio que resguarda toda prctica institucional (dentro o fuera del muro), ya que, como lo expresad mdico jefe, * 'nada debe salir del servicio . Sin embargo., es preciso indagar precisamente ese silencio y debemos agradecera- Jean Sandretto por haberlo roto y por haber adoptado como maestros a sus pequeos pacientes.

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  • El psiquiatra y ios derechos del nio

    Un nio sin familia, a cargo como se suele decir de una institucin tutelar, no tiene ningn derecho. Est sometido a la arbitrariedad. Lo que est en juego, por consiguiente, no es tanto la enfermedad como la carencia de una jerarqua, como no sea la de enfermo que le adjudican. Esta falta de entidad jurdica como ciudadano norma! priva al nio de toda posibilidad de formular un proyecto de futuro, cualquiera que ste sea. El nico recurso que le queda entonces es abandonarse a una conduca anormal. Christian, ^por haber vivido antes esta experiencia en detrimento propio, logra finalmente sobrevivir, cultivando el arte del escamoteo. Pero "el precio a pagar por la paz. que impera en una sociedad totalitaria escribe Bettelheim es la muerte del alma . Recibir prematuramente el rtulo de invlido y una pensin (aunque se eluda ia reclusin) es para muchos nios el medio ms seguro de quedar para siempre separados de la vida (y de toda autntica formacin profesional).. Algunos tienen la lucidez suficiente como para.comentar con humor que se los jubila incluso antes de haber vivido. Otros agregan que van a pasar a retiro con sus padres . De ah en ms, su destino (ligado a la angustia de los padres) ser no asumir ningn riesgo ; en otras palabras, abstenerse de vivir. A este preci se podr percibir una pensin, cuyo primer efecto (en el que nunca se piensa) sermpedir al joven adulto e acceso al mercado normal de trabajo, mentras-que -el -segundo efecto; ser condenarlo a. fracasar en el estudio. As lo expresaba un adolescente de dieciocho aos que contra todo lo esperado haba sido aplazado en sus exmenes para graduarse en la escuela tcnica: Si hubiera aprobado, habra tenido que trabajar y la sociedad me habra abandonado. Ahora cobrar una pensin, que es lo que quera mi padre... . .

  • NOTAS DEL CAPITULO 4

    1 Maud -Mannoni L'cnfant, sa "maladie" el les auires, Seuil, 1967.2 Vase Octave Mannoni, Tbe fu ture of a deslusion , en Freud, Pantheon

    Books, 1971, pgs; ' 166-193.} Vase S. Freud, S. E. XXI, pg. 255. Vase S. Freud, Essais de Psychanalyse, Payot, pgs. 41-315. Hay versin

    castellana: Ensayos, Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid, pg. 495.. 5 El ncleo de la frus ira: ion es un agravio imaginario (una exigencia que no

    puede ser satisfecha), mientras que la privacin se refiere a una carencia rea!; su objeto es simblico (ya que un objeto est ausente de su lugar, slo porque debera estar all). La castracin est ligada a la Ley. Su objeto (el falo) es imaginario. Sin embargo, la castracin corresponde a la deuda simblica. En efecto, Freud la conceba como el centro mismo de la crisis edptca. (Vase Sminaire, Lacan, 1:956-1957).

    6 Octave Mannoni, "La part du jeu". en Un commencement qui n'ert fin: pas, Seui!, 1980, pgs. 121-133. Vase Freud, ha vieel la psychanalyse. GsilTizr, pg. 10! . Hay versin C3s\el\n&: Autobiografa, Obras Completas, vol. II.- 1 S. Freud, La pene de ia ralit dans la nvroseet apsychose , snNvrose, Psychose e: Perversin, PUF, pg. 103. Hay versin castellana: "La prdida de realidad en la neurosis y en la psicosis , en Ensayos, Obras Completas, vol. II, pgs.

    -5 0 4 -5 0 5 , / ............. ..... ........... ............................. '................. .......... ......................... Fonnulstions regardng he pao principies in mental functiomng , S. E ., XII,

    pgs. 213-226. Hay versin castellana: Los dos principios del suceder psquico , en Ensayos, Obras Completas, vol. II. pgs: 495-498.

    8 Octave.Mannoni, ."La pan du jeu' en Are, N 69, pg. 41; reimpreso en Un . commencement qui n en fm ii pas, Seuil, 1980.

    4 D . W . W in n icot. Jeu et R a lit , G aUim ard, 1975 , prefacio de J. B . P ontas, pe. XIV. i

    10 Ob. cit.. pg. 75.G b.cit-, pg: 101.

    i: Vase Maud Mannoni, La thorie commefiction, Seuil, 1979, pgs., 52-59.: 13 J. Lacan, Ecrits: Seuil, pg. 433.

    P!ogo de Fran^oise Dolto a Premier rende:-vous avec /e psydvmalysie, - Coll.-Mditations, Denoel. 965. pg. 15.

    15 Qudquesmodesd'approcheciniques etthrapeutiques en psychanalyse d'en- fants, Socit Fran^aise de--Psychanalyse.

    16 Irene Roubief, L'image du corps et le signifiant, Ecole Freudienne de Pars.n F. Dolto, V im age inconsciente du corps, Seui!, 1984.,f En L'image inconsciente du corps, escribe Fran^otse Dolto: "La imagen de!

    cuerpo es la sntesis viva de nuestras experiencias emocionales..., puede ser considerada la encarnacin simblica inconsciente del sujeto deseante, incluso antes de que el individuo sepa decir 'yo' (pg. 22).

    15 En Duelo y melancola Freud estudia la actitud del psictico. que se excluye no slo de toda relacin con ei Otro, sino tambin de toda relacin con su propio cuerpo, un. rechazo real temprano de un ser amado puede, segn i, transformarse en una

  • prdida dei w (moi), preludio de una entrada en la psicosis. Presenta ai respecto dos ejemplos clnicos de sujetos que se excluyen o se maltratan por identificacin con el objeto amado rechazado. Abraham, por su parte, fue ei primero.cn postular la existencia de una posicin depresiva en el bebe, que puede servir de modelo a la melancola del adulto. Sus hiptesis tericas fueron confirmadas por Melanie Klein, entonces principiante, en e! psicoanlisis de un nio de tres aos. Todas estas ideas sirvieron de base a las concepciones kJeinianas de las psicosis infantiles.

    10 Vase S. Freud, Corre spondence avee te paseur Pfister, Gailiraard, prefacio de D, Widlocher.

    Pfister haba comprendido claramente que una educacin que se contenta con adaptar al nio a la realidad prescinde de ia esperanza para encerrarse en un utilitarismo tecoocrco. Pero la esperanza que l postulaba emanaba slo de la ilusin religiosa. Segn Freud, un educador no se puede hacer cmplice ds sta.

    ;l Mencin especial merece el gigantesco esfuerzo desplegado en los pases escandinavos, particularmente en Noruega, para integrar a ios discapacitados en las escuelas convencionales. El problema de ios discapacitados fsicos (ciegos, sordos, etc.) es muy diferente de! que plantear, los discapachados mentales (dbiles, autistas, psicticos). La incorporacin de un hio psictico a una clase ordinaria, s aqul es acompaado por un maestro especializado,- lleva en los hechos a una forma de

    ... segregacin dentrode-una escuela convencional. El esfuerzo-de los maestros no se orienta hacia una participacin activa compartida, sino hacia la enseanza de un nio con dificultades especficas; lejos de facilitar su integracin, contribuye a aislarlo. En la actualidad parece haber dos opciones: la inlegracin, que segn lo reconocen ios propios maestros, no desemboca en ia posibilidad de aprender y por lo mismo instituye una nueva forma de 'handicap" yde incapacidad , y U diversipeadn de escuelas, cada una correspondiente a un tipo de nios. Este aspecto de la educacin ha alcanzado un desarrollo notable en Inglaterra, a partir de un planteo ideolgico inicial, pero

    'buscando una-educacin global -conducente, a perspectivas .de. futuro reaies. Los ingleses han comprendido que un nio con problemas no tendr de qu vivir si su universo se limita nicamente al aprendizaje escolar.

    " Reimpreso en Crise 'aoescence, Coi, L'cspace ansiyiique. Denol, 1934, pgs. 120-160.

    23 Los honorarios de! analista se deducen de una partida presupuestaria-aportada- por los Servicios Sociales. Aqul no tiene relacin de dependencia con la-institucin. Por-otra parle, los padres se-hacen cargo ambrrdeuna see de~gastos adicionales (gastos de traslade, cenos cursos especiales para.nios.con-discapacidades mltiples; e costo de estos cursos no puede ser cubierto en su totalidad por un presupuesto que a partir de..l9S2 fue drsticamente reducido). Porconsiguiente, la idea de que tienen que pagar" est suficientemente presente en la mente de los padres, como para que stos se sientan privados de participacin cuando ei tratamiento analtico dei hijo puede ser gratuito. Los nios saben del precio que pagan sus padres para ayudarlos a escapar al destino de pensionados de por vida. Adems, en cieas pocas dei ao. los adolescentes pueden realizar tareas remuneradas (cosechas, trabajos en haras, etc.). Algunos se ofrecen espontneamente a pagar parte de ios gastos de traslado no totalmente cubiertos por el presupuesto (cuando se trata de estadas en Estados Unidos, Inglaterra o Alemania),

    Para nosotros, la idea de deuda simblica debe estar ligada con la descendencia y no con la ascendencia, ya que toda forma de reconocimiento" puede llevar a

  • lucubraciones imaginarias de odio y amor. La deuda se asocia entonces con un devenir dinmico de realizacin y de creacin, dobde un presente en el que traamos de ue los adolescentes panicipen de ios servicios que se brindan a ios vecinos inmediatos o a la comunidad,

    11 Vase Jvan Iliich, Lurgence d'une rvolution culiurellc, doc lal, N 40, febrero de j9 7 1, Seul.

    Nos cuenta Pablo que "estaba en una escuela del Estado. El profesor chiflado necesitaba un alumno chiflado para no sentirse chiflado. Hacia fa llas de ortografa. Es inquitame un profesor as. El me golpe, yo le pegu donde duele. Casi se muere. Los padres enviaron a Pabio a Bonneuii para evitar que fuera recluido.

    Veamos cmo contina la conversacin:Jaime: Pablo golpe porque fue provocado.Pablo: Un muchacho se vuelve loco as. Despus se asombra si estrangula a la

    gente, pero lo hicieron estrangulador.Jaime: Las personas le resultan repulsivas al muchacho y esa repulsin lo vuelve

    peligrse. Lo que duele no son solamente los golpes, son las palabras que lastiman como golpes, las palabras injustas. La injusticia vuelve loco peligroso.

    :t> S. Freud, Maiaise dans la civilisation", en Revue Frangaise de Psycnanaly- Jf;-PUF, er^rc de-1970.- Hay-versin-castellana; El malestar n la cultura, Obras Completas, voi. 111, pgs. l-6 .

    :r Jeap. Sandretto, Un enfant dans 'asile. Seuil, 1977.28 D .D .A .S.S.: Direccin Departamental de Asuntos Sanitarios y Sociales,29 Vase Michel Foucauk, Surveiller et punir. Gallimard, 1975, pg. 201,26 Vase Thomas Szasz, dologie e! folie. PUF, 197,_pg,^?S.

  • La enseanza del psicoanlisis

    Un doble aspecto

    Es posible ensenar psicoanlisis? A partir de qu experiencia comn? Para transmitir qu?

    Para aproximamos al tema, partamos de-una humorada: la docencia forma profesores; el anlisis, por su parte, se ocupa de las resistencias.

    Freud estaba persuadido de que el psicoanlisis tena algo que . ofrecer a.las disciplinas universitarias1 (como tambin a la medicina y a la psiquiatra). Segn l, sin embargo, el psicoanalista en formacin poda prescindir de la universidad, porque las sociedades psicoanal- ticas haban, sido concebidas para brindarle la enseanza necesaria. Adems, estas-sociedades'existan"debido precisamente '."a"'que' el' psicoanlisis estaba excluido de las universidades. No obstante, la historia del movimiento analtico muestra, en opinin de los propios- analistas, que las-sociedades y los institutos de psicoanlisis no cumplieron con lo que caba esperar de ellos.

    Desde un principio Freud concibi dos direcciones dentro de la enseanza del psicoanlisis, segn sta se orientara a los no analistas (en la universidad) o a los analistas- (en el seno de.las sociedades psicoanalticas). En otras palabras, se impartira informacin sobre el psicoanlisis a la manera de la docencia acadmica, o bien una forma predominantemente de iniciacin, aunque sin llegar a ser una enseanza propiamente profesional (como lo precis Lacan en 1956).

    Freud no descartaba que las clases magistrales pudieran beneficiar a los analistas en formacin o ejercer algn efecto en los no analistas.- Pero se tratara de un efecto diferente del que produce ia pura comunicacin de un conocimiento. Por lo general, la enseanza tradicional est concebida como una defensa contra los interrogantes

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