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IN URO MAYO 2008 Nº 30 REVISTA MARXISTA ELECTRÓNICA DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO El futuro de Izquierda Unida Cómo ayudar a recomponer la izquierda alternativa Miguel Salas p. 3-8 p. 9-16 Por qué se ha llegado a la independencia de Kosovo Alfons Bech p. 17-20 p. 26-29 La posición del sindicalismo independiente de los Balcanes No es más revolucionario el más sordo Aníbal Ramos [email protected] www.netpor.org Fundador: Arturo Van den Eynde (Aníbal Ramos) Se difunde por suscripción gratuita. Si deseas recibirla en tu dirección de correo electrónico, suscríbete en: http://www.netpor.org/esp/sinmuro.html p. 24-25 p. 21-23 Por qué Montenegro Sí y Kosova No Julio Rodríguez Bueno Kosovo y las esencias Carlos Taibo Kosovo y las esencias Carlos Taibo p. 2 Editorial 7

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IN UROM A Y O 2 0 0 8 N º 3 0

REVISTA MARXISTA ELECTRÓNICA DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

El futuro de Izquierda UnidaCómo ayudar a recomponer la izquierda alternativaMiguel Salasp. 3-8

p. 9-16

Por qué se ha llegado a la independencia de KosovoAlfons Bech

p. 17-20

p. 26-29

La posición del sindicalismo independiente de los Balcanes

No es más revolucionario el más sordoAníbal Ramos

[email protected]

Fundador:Arturo Van den Eynde(Aníbal Ramos)

Se difunde por suscripción gratuita.Si deseas recibirla en tu dirección de correo electrónico, suscríbete en:

http://www.netpor.org/esp/sinmuro.html

p. 24-25

p. 21-23

Por qué Montenegro Sí y Kosova NoJulio Rodríguez Bueno

Kosovo y las esenciasCarlos Taibo

Kosovo y las esenciasCarlos Taibo

p. 2 Editorial

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 2-2

EditorialReflexión y confluencia

Al varapalo electoral que recibió IzquierdaUnida hay que sumar otro fracaso electoral a lacuenta de las fuerzas que se organizan a laizquierda de la socialdemocracia. En Italia, lacoalición Arco Iris encabezada por RefundaciónComunista ni siquiera ha logrado obtenerrepresentación parlamentaria. Son datos queexigen una profunda reflexión. Estos resultadosrepresentan el final de una etapa, de una deter-minada experiencia en la tarea de construiragrupamientos amplios de los que luchan con-tra la globalización y las políticas neoliberales.

No somos de los que pretenden explicar lascrisis y los fracasos de la izquierda con cuatromanidas frases. La crisis es profunda y lascausas variadas y tan importante es acertar enel diagnóstico como saber la manera de recu-perar al paciente. Porque hay algo que nossigue pareciendo completamente necesario:una organización que reúna de forma amplia,abierta y democrática a quienes se oponen a laglobalización capitalista y a las políticas neoli-berales. Cuando la izquierda, llámese trans-formadora, anticapitalista o revolucionaria,obtiene resultados tan pobres lo peor es darun salto hacia el vacío, hacia una mayor divi-sión, en nombre de un supuesto mejor pro-grama que, supuestamente, daría mejorrespuesta a los problemas políticos y a lasnecesidades de las masas trabajadoras. Alcontrario, lo que más se necesita es unir fuer-zas, actuar colectivamente, volver a construirdesde abajo el tejido y la organización quedaba fuerza a la izquierda y en ese procesodefinir los objetivos y el programa para cam-biar la sociedad. Se necesita más confluen-cia y menos división.

La confluencia puede ayudar a definir quées lo que hay que cambiar, qué hay que tirarpor la borda y qué es lo que se puede hacermejor. También será una tarea colectiva quenecesitará tiempo y experiencia para lograrlo.Aquí sólo podemos apuntar ciertas ideas.

La fuerza de la izquierda está en su relacióncon las organizaciones obreras, populares ymovimientos sociales y esa relación es débil

en muchos casos. Reorganizar las fuerzas dela izquierda pasa en primer lugar por volver aconstruir desde abajo, a relacionar las asocia-ciones y movimientos con una política enca-m i n a d a a a r r a n c a r c o n c e s i o n e s a l o sgobiernos y a los capitalistas y a abrir caminoshacia la transformación social.

La reorganización exige también nuevasformas. La presencia en el Parlamento o enlas instituciones es necesaria, pero para quelos cargos electos sirvan para las exigencias yreivindicaciones de la gente trabajadora y noal revés, como se ha venido haciendo en losúltimos tiempos. Exige también un funciona-miento democrático de las organizaciones.

La izquierda alternativa, transformadora yrevolucionaria prefiere gobiernos de laizquierda socialdemócrata antes que la derechaburguesa gestione directamente el poder, peroeso no puede significar sostener sus políticas oser neutral ante sus decisiones. Será más útil ypráctico presionarlos para que respondan a lasnecesidades de la gente trabajadora y para queno sucumban a las presiones de los capitalistasy de la derecha. Y eso plantea de nuevo la tareade ser organizadores de la acción desde abajo,de la reivindicación más inmediata hasta laexigencia política más general.

Un elemento central de esta reorganizaciónes la necesaria renovación de las ideas, losmétodos y las formas de hacer política. Lacaída del Muro de Berlín y el fracaso de laburocracia estalinista representó el final detoda una etapa en la historia del movimientoobrero. Ahora sabemos lo que representó defraude, de terror, de métodos que nuncadeben volver, pero todavía no hemos sabidorenovar y adecuar las ideas del mar-xismo al nuevo siglo XXI. Reorganizar laizquierda y renovar y actualizar sus ideas sondos tareas entrelazadas. Para lograrlo se nece-sitará el esfuerzo colectivo, de personas,colectivos y probablemente de tendenciaspolíticas con trayectorias distintas. Desdeestas páginas estamos abiertos y prestos paradebatir y aportar.

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El futuro de Izquierda Unida

Cómo ayudar a recomponer la izquierda alternativaMiguel Salas

El fracaso electoral de Izquierda Unida (y Ezker Batua e ICV-EUiA) ha abierto una profunda crisis en la organización y en general en quienes se sitúan a la izquierda de la socialdemocracia. Desde el compromiso con la necesidad de construir un agrupamiento amplio a la izquierda del PSOE y sus políticas social liberales, es necesario reflexionar sobre el balance de IU y sobre las condiciones para relanzarla, para organizar y construir en la movilización un agrupamiento político de lucha contra la globalización y el neoliberalismo imperante.

I

Los resultados electorales de IzquierdaUnida (con ICV-EUiA y Ezker Batua)representan un durísimo golpe y el finalde una etapa en el intento de construiruna fuerza a la izquierda de la socialdemo-cracia. Se necesita un balance y un debatepara volver a reorganizar las fuerzas políti-cas y sociales que desde puntos de vistadistintos se oponen a la globalización capi-talista y a las políticas social-liberales de lasocialdemocracia en España y a nivel inter-nacional. Porque, a pesar del fracaso elec-toral y la crisis interna, se necesita unafuerza política como Izquierda Unida. Unagrupamiento que reúna a las fuerzas polí-ticas y sociales y a las personas que desdeuna perspectiva de izquierda alternativa,transformadora, anticapitalista, socialistarevolucionaria, consideran que las clasestrabajadoras del Estado español necesitanuna representación política y unas políti-cas firmemente opuestas al neoliberalismo

de la derecha pero también a las concesio-nes que los dirigentes socialistas hacen alos poderes económicos, políticos o ecle-siásticos. Se necesita, necesitamos, de unafuerza política amplia, unitaria, democrá-tica, movilizadora, que recoja las aspiracio-nes de las clases trabajadoras y que sea, almismo tiempo, un instrumento de lucha yuna herramienta para la construcción dealternativas.

El futuro no está escrito. Pueden seguirlos enfrentamientos internos, los cambala-ches entre equipos dirigentes, los choquesentre personas y llevar a Izquierda Unida aun estallido o a un hundimiento aúnmayor… o pueden sentarse las bases parareorganizar IU, para recomenzar de nuevoen la búsqueda de una relación sana y pro-funda con el movimiento de los trabajado-res y trabajadoras, con los movimientosasociativos y sociales, con las exigenciasdemocráticas, con todas las personas dis-puestas a aportar su grano de arena en latarea de levantar una alternativa que de

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solución a los problemas más acuciantesde la sociedad española. A ese esfuerzonosotros nos apuntamos.

II

El fracaso electoral y la pérdida de peso polí-tico de IU tienen una causa inmediata en elbipartidismo con el que se pretendeestabilizar la vida política en el país, en elreflejo de una mayoría de la población tra-bajadora que utiliza el voto útil para impe-dir la vuelta al poder de la derechareaccionaria. Tiene una causa más lejanaen la Ley Electoral pactada en la transiciónque, como otras leyes y decisiones de laépoca, benefician particularmente a lasfuerzas políticas mayoritarias. Pero lo quenos interesa conocer son las razones pro-fundas por las que IU ha ido perdiendoprogresivamente peso político entre lasclases trabajadoras.

La primera, y la más importante, es quehemos vivido toda una etapa de más dediez años de bonanza económica que harepresentado importantes cambios en lasociedad española. En 10 años la pobla-ción española creció en 5 millones de habi-tantes. La población activa aumentó en 4millones. El paro bajó de 3,1 millones a 1,3millones. Es cierto que el principal benefi-ciario de esa bonanza ha sido la clase capi-t a l i s t a q u e h a a c u m u l a d o g r a n d e sbeneficios, ha concentrado aún más supoder y le ha permitido una cierta expan-sión internacional, mientras que los sala-rios descendían en el peso del ProductoInterior Bruto, apenas se reducía la preca-riedad laboral y la clase trabajadora ha idocambiando merced a la incorporación deinmigrantes (más de dos millones se die-ron de alta en la Seguridad Social) y demujeres (casi 3 millones se incorporaronal mercado de trabajo en los últimos diezaños).

Esta combinación de bonanza econó-mica y cambios en la estructura de la clasetrabajadora tiene su reflejo en la baja con-

flictividad laboral de los últimos años. Conla excepción de la huelga general contra lareforma laboral del PP en el 2002, elnúmero de huelgas y los participantes enellas se ha ido reduciendo en los últimosaños. Mientras que en el año 2000 hubo 2millones de huelguistas, bajaron a 1,2 en el2001, la huelga general del 2002 lo volvió aelevar a 4,5, pero el 2003 sólo fueron 0,7millones; 0,5 el 2004; 0,3 el 2005; 0,5 el2006 y 0,4 el 2007. Es evidente que estemarco de poca movilización trabajadora noha sido el más adecuado para el avance deuna fuerza política como IU.

IU tampoco fue capaz de recoger elimpulso de las grandes manifestacionescontra la guerra de Irak, de la que fue unade sus principales animadoras. Medianteese empuje se logró derrotar al PP en el2004, pero fue el PSOE y su decisión deretirar las tropas españolas de Irak quiense benefició política y electoralmente.

Si esta situación objetiva no ha sido lamás adecuada para el desarrollo de IU,sólo le han faltado los continuos enfrenta-mientos internos para desanimar a unaparte de sus afiliados y más aún de susvotantes. Sobre todo porque tales enfren-tamientos siempre han tenido más que vercon disputas entre las distintas fraccionesdel PCE que un verdadero debate sobreprogramas y propuestas alternativas.

Finalmente, Izquierda Unida no ha apa-recido como una herramienta para elimpulso de la movilización para lograrobjetivos y reivindicaciones políticas osociales, incluso aunque fueran pequeñas olimitadas, y su actividad ha estado másconcentrada en la gestión de la actividadparlamentaria o municipal a las que laorganización ha estado supeditada.

El conjunto de estos elementos explicanla debilidad y la crisis de IU, su dificultadpara encabezar propuestas, en la calle y enlas instituciones, y sobre todo para cons-truir redes y organizaciones ligadas a lasnecesidades de la población trabajadora,que sean el reflejo de su implantación y dela relación estrecha con los movimientos.

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III

Algunas interpretaciones señalan que larazón del fracaso electoral de IzquierdaUnida está en que ha sido una “sombra delPSOE”, que IU no ha logrado aparecercomo fuerza independiente y que por esarazón la gente ha preferido votar al original(PSOE) antes que a la copia (IU). Es justala idea de que IU debería y debe mostrarsemás como fuerza independiente, perosobre todo a través de sus propuestas, ini-ciativas y participación en los movimientossociales, pero eso no significa que la inde-pendencia deba mostrarse particularmenteen votar distinto del PSOE en la actividadparlamentaria o enfrentada al PSOE en lasociedad.

En Izquierda Unida ya vivimos laetapa de la “dos orillas” en la queAnguita pretendía que sólo había unaizquierda, la representada por IU, y queel PP y el PSOE eran dos caras de lamisma moneda. Inevitablemente esapolítica aparecía ante los ojos de lapoblación como una “pinza” entre IU y elPP. Podía y debía hacerse una enérgicapolítica contra el gobierno González enla etapa sacudida por la corrupción y elGAL… separándose y delimitándose entodo momento del PP. Como no se hizoasí hubo que pagar cara esa política.Cayó el gobierno González e IU avanzóen votos y diputados pero a costa de lavictoria del PP (1996). La continuaciónde esa política produjo un fracaso mayorque el actual. En las elecciones del 2000,c o n e l t á n d e m A l m u n i a - F r u t o s ,Izquierda Unida perdió 1.400.000 votosy pasó de 21 diputados a 8.

Lo que cuesta reconocer es que en unaetapa como la actual en la que no hay gran-des movimientos de masas y en el que uncambio de políticas y de gobierno pasanecesariamente a través de las urnas, laopción mayoritaria entre la población paraoponerse a la derecha y evitar su victoriaestá representada por la socialdemocracia.Mientras eso sea así, y sólo podrá cam-

biarse con grandes y amplios movimientode masas, una fuerza a la izquierda de lasocialdemocracia estará determinada poresa relación de fuerzas. Cuando esté enjuego elegir entre derecha e izquierda, elbipartidismo y el voto útil presionaráncontra IU. Cuando la v ictoria de laizquierda parezca asegurada y la gentepueda optar más libremente, lo más proba-ble será una recuperación del voto haciauna izquierda alternativa. Los resultadosde las elecciones autonómicas en Andalu-cía lo vuelven a confirmar. La victoria delPSOE estaba asegurada y un sector de losvotantes de izquierda mantuvo su voto aIU, mientras que en el mismo momentovotaban al PSOE para el Parlamento espa-ñol, para impedir la posibilidad de queganara el PP.

La única manera de cambiar esa situa-ción es que el trabajo de IU y la política deIU, manteniendo su perfil e independen-cia, se base en recoger las reivindicacionesmás sentidas de las clases trabajadoras y lajuventud, defender, definir sus propiaspropuestas, y reunir gente y movilizarlapara presionar al PSOE.

Una política de frente único que con-siste en:

a) exigir al gobierno las mejoras obreras

y democráticas, incluso cuando eso sig-nifique enfrentarse e los poderosos

b) hacerlo mediante la movilizaciónunitaria

c) evitar que la derecha vuelva al poder d) construyendo en ese proceso unas

sanas relaciones entre el movimientoasociativo en su sentido amplio y larepresentación política de IU Esta es nuestra propuesta frente a los

intentos de volver a la política de las “dosorillas” o de las explicaciones simples deque todo se resolvería “enfrentándose” alPSOE.

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IV

Porque si bien el fracaso político y electoralde IU ha sido profundo la tendencia nega-tiva viene de lejos y su evolución tiene unarelación directa con los problemas mencio-n a d o s : e l e c c i ó n e n t r e derecha eizquierda y relación entre IU y PSOE.

Después del descalabro del PCE en laselecciones de 1982, con mayoría absolutade González, IU se presenta por primeravez en 1986 y reúne 935.504 votos (el4,63%) y 7 diputados. (Atención con lamisma Ley Electoral en estas elecciones seha tenido más votos pero solo 2 diputa-dos). En las elecciones de 1989, hay querecordar que en ese momento la derechano era un peligro y que la victoria del PSOEestaba asegurada, IU duplica sus votos yllega a 1.858.588 (9,07%) y pasa a tener 17diputados. Además del buen trabajo queen ese momento se pudo hacer, los datosconfirman la tendencia de que cuando laizquierda (aunque sea muy moderada)tiene asegurada la victoria, un sectorimportante de la población vota a suizquierda para presionar al gobierno.

Las elecciones de 1993 se celebran en unambiente bien enrarecido. El gobierno Gon-zález está en una profunda crisis por lacorrupción generalizada y la utilización delterrorismo de Estado de los GAL. IzquierdaUnida reúne 2.253.722 votos y 18 diputa-dos. Hartos de la política del gobierno Gon-zález más de 400.000 personas decidenapostar por un cambio más a la izquierda.En las elecciones de 1996, primera victoriadel PP, Izquierda Unida obtiene los mejoresresultados 2.639.774 votos y 21 diputados.Es la época del intento de sorpasso (supe-rar) del PSOE y de la política de las dos ori-llas (la única izquierda es IU y el PSOE es laotra cara de la moneda del PP). Esa políticapodía tener una cierta consideracióncuando el PP está en la oposición y la crisisdel PSOE es profunda, pero cuando cam-bian las tornas el impulso de esa política seagota. Además en el período que va entre1996 y las siguientes elecciones, el grupoparlamentario de IU se rompe y el sector

más prosocialista (Almeida y LópezGarrido) es expulsado. Es el comienzo deotra profunda caída.

En las elecciones del 2000, se firma unacuerdo entre el PSOE e IU (Almunia yFrutos) para intentar salvarse del desastreque representó la mayoría absoluta deAznar. Se pierden casi un millón cuatro-cientos mil votos y de 21 se pasa a 8 dipu-tados. Los que atacan el balance de IUsobre la supeditación al PSOE son los mis-mos que aceptaron ese acuerdo electoralcon Almunia. El resto ya es bien conocido.

Izquierda Unida surgió en 1986 comoreacción a la política del gobierno de FelipeGonzález de atacar los derechos y conquis-tas de los trabajadores. Nació bajo elimpulso del referéndum sobre la OTAN yla huelga general de 1985 contra el recortede pensiones del gobierno González. Debe-mos reconocer que ese impulso se ha ago-tado y es necesario rehacerlo sobre nuevasbases y condiciones.

V

Para profundizar sobre estos problemastenemos que volver al análisis de la etapaen que vivimos. La globalización ha per-mitido acumular capitales y fuerza a losgrupos más poderosos de los capitalistaspara organizar sus ataques a las conquistasdemocráticas y de los trabajadores. Es unproceso mundial que representa profundoscambios. La iniciativa de los capitalistasmás poderosos, la caída de la burocracia dela URSS, el triunfo de las políticas neolibe-rales tiene desorientada a la izquierda máscombativa y crea dificultades objetivas ysubjetivas para remontar la situación. Anivel internacional la clase trabajadorasólo puede resistir y acumular fuerzas quele permitan en el futuro dar nuevos pasosen los objetivos políticos y sociales

No hay salidas rápidas ni atajos que val-gan. De nuevo hay que recomenzar desdeabajo, tanto en la acumulación de fuerzascomo en las reivindicaciones. La necesidady validez de una experiencia como la de

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Izquierda Unida, incluso con todos suserrores y debilidades, se basa en el análisisde esta etapa de globalización capitalista.En la medida que no hay condiciones paraun asalto revolucionario al poder capita-lista se necesitan agrupamientos ampliosque agrupen a la mayoría de las fuerzas a laizquierda de los socialistas y sus políticassocial-liberales. Un agrupamiento abierto,democrático, movilizador, que se base enlos objetivos que permitan el máximo deacuerdos, que recoja el sentir y las reivindi-caciones de los movimientos sociales,obreros y democráticos.

La confirmación de la necesidad de talesagrupamientos se puede comprobar a tra-vés de las diversas experiencias en otrospaíses. Die Linke en Alemania, Respect enInglaterra, Refundazione Comunista enItalia, el Bloco d’Esquerdas en Portugal…Con las características y particularidadesde cada país esos agrupamientos represen-tan la confluencia de diversas fuerzas polí-ticas, desde socialdemócratas de izquierda,antiguos estalinistas y organizacionesrevolucionarias, opuestas a la globaliza-ción y con propuestas a la izquierda de lossocialistas.

Die Linke es un agrupamiento entre gen-tes que rompieron por la izquierda con elPartido Socialdemócrata, de la gente queprocede del Partido Comunista de Alemaniadel Este y de otras fuerzas más minoritarias.Su programa podría definirse como el deuna socialdemocracia de izquierdas y yaestá presente en el Parlamento de 6 estadosde la antigua Alemania del Este y en 4 delOeste. En Italia y Portugal la presencia par-lamentaria y municipal permite que Refun-dazione y el Bloco puedan presentarse conpropuestas alternativas y ser un referentepara las luchas del movimiento obrero,movimientos contra la globalización, paci-fistas, etc. Lamentablemente la escisión deRespect en Inglaterra le ha dejado sinrepresentación parlamentaria.

El programa de estos agrupamientos noes socialista ni revolucionario, sino dereformas progresistas, de defensa de losderechos y conquistas, de representación

de los movimientos. Pero la participaciónen ellos, trabajar para su construcción ypara que sean la representación de lasluchas obreras y populares es la base paraproyectos futuros de alternativas políticassocialistas y revolucionarias.

VI

A la pregunta ¿con qué programa, conqué propuestas podría regenerarseIzquierda Unida? El punto de partidapuede ser perfectamente el defendido en laúltima campaña electoral: 1.000 euros desalario mínimo, una ley de 35 horas, rentabásica de ciudadanía, medidas contra laprecariedad, medidas contra las deslocali-zaciones de empresas, la limitación de lasETT,s. Planes de obras públicas para com-batir la crisis. Una fiscalidad justa y pro-gresiva con mayor presión fiscal sobrerentas altas y plusvalías. Que paguen máslos más ricos. Derecho universal a lavivienda y la promoción pública de alqui-ler. Garantizar por ley el derecho de laspersonas a una vivienda en alquiler a unprecio que no supere el 30% de sus ingre-sos o el 20% en las rentas más modestas.Educación pública de calidad. Universali-zar la educación infantil de 0 a 3 años. Unasanidad universal pública, eficaz y preven-tiva. Defensa de las libertades. Derogaciónde la Ley de Partidos. Derogación de la Leyde Extranjería. Un Estado federal republi-cano que ha de reconocer el carácter pluri-nacional, pluricultural y plurilingüísticodel Estado y el derecho a decidir del PaísVasco, Catalunya, etc. Plan de medidascontra el cambio climático. Aplicación PlanKyoto. Moratoria nuclear.

Son unas propuestas democráticas, derespuesta a las principales reivindicacionesde la gente joven y trabajadora. Pero comolas propuestas en sí mismo no resuelvenlos problemas, la cuestión es cómo IUmoviliza, propone, organiza acciones entorno a tales reivindicaciones, cómo hacede ellas el eje de su actividad en el Parla-mento, el municipio, la calle, cómo pre-

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s i o n a a l g o b i e r n o d e l P S O E p a r aconquistar esas reivindicaciones. La crisiseconómica que ha empezado plantearánuevos, y probablemente serios, proble-mas y la ocasión para responder con medi-das enérgicas desde el punto de vista de losintereses de la gente trabajadora, que exi-jan que la crisis la paguen los más ricos,quienes durante los últimos años se llena-ron los bolsillos.

VII

¿Y qué organización necesitamos paravolver a remontar el vuelo? Pues que seademocrática, que represente todas las ten-dencias y sensibilidades, que se ocupe deconstruir organización a ras de suelo, derevitalizar las agrupaciones de base, queponga a los parlamentarios, estatales yautonómicos, a disposición de la gente quelucha, que la amplia red de concejales sirvapara rehacer el tejido social y organizativode izquierdas. Que sea participativa y fede-ral, donde las decisiones sean la expresiónno sólo de las mayorías sino también de lasexigencias de la gente que se mueve y lucha.

VIII

El Partido Obrero Revolucionario está for-mado por mujeres y hombres que luchan

contra el capitalismo en nombre de unsocialismo basado en las necesidades eintereses de la gente trabajadora, y no en elbeneficio privado de los capitalistas.Somos conscientes de que para esa luchase necesita que los de arriba estén en crisisy sobre todo la aportación de miles y milesde hombres y mujeres que hartos de laexplotación, de la miseria, de la falta dederechos, de la desigualdad de género, dela destrucción de la naturaleza… decidanemprender el camino de organizarse yluchar hasta lograr levantar los cimientosde una nueva sociedad basada en la coope-ración y la solidaridad.

Para avanzar en ese camino estamoscomprometidos con Izquierda Unida,para hacerla más útil, más abierta y espe-cialmente más comprometida con la movi-lización.

Con otras gentes formamos parte de lacorriente Redes (que en Catalunya haadoptado el nombre de Bastida) Queremosser un referente unitario y movilizador, yaportar nuestras propuestas, nuestra expe-riencia y el trabajo desarrollado duranteestos años para que de la crisis actual pue-dan surgir las bases y los elementos positi-vos y necesarios para que la gente opuestaa la globalización y a las políticas neolibe-rales encuentre el marco organizativo y derepresentación política para un giro a laizquierda en las políticas sociales, econó-micas y democráticas.

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Por qué se ha llegado a la independencia de KosovoAlfons Bech

La Declaración de independencia de un pequeño país como Kosovo ha movilizado a gobiernos y también a gente de izquierdas contra la decisión democrática de un pueblo perseguido y oprimido. Para algunas de esas gentes que se llaman de izquierdas pero prefieren mantener a un pueblo oprimido todo se debe a las maniobras del imperialismo. Pero juzgando como tales dichas maniobras somos abiertos partidarios de la libertad de un pueblo. Sólo libres podrán enfrentarse a los antiguos y a los nuevos opresores.

Estamos en una época llamada de la globa-lización donde la iniciativa la lleva el capi-tal. Y más concretamente el gran capital,los grandes grupos multinacionales yfinancieros. Pero se producen hechos queescapan al control de las políticas y de losestados más poderosos. Son brechas que seabren, que tenemos que analizar para verhasta qué punto pueden suponer unaayuda para reforzar el papel de la claseobrera, para el socialismo. En algunoscasos la respuesta positiva parece más sen-cilla, como en el caso de la llamada revolu-ción bolivariana de Venezuela. En el casode la independencia de Kosovo parece másconfuso. Por ello trataremos de responderlas preguntas ¿por qué se ha llegado a laindependencia de Kosovo? ¿Es positiva onegativa?

Como se llegó a la guerra

En primer lugar hay que decir que la situa-ción de Kosovo estaba congelada desde1999. Desde que entraron las tropas de laOTAN en la provincia de Kosovo y desalo-jaron el ejército federal yugoslavo y lasmilicias paramilitares fascistas serbias el

territorio estuvo en un limbo político ylegal: era una provincia serbia, pero a lavez eran un protectorado de la ONU. Unterritorio apenas mayor que una provinciadel Estado español, con dos millones dehabitantes y, aunque tiene reservas mine-rales importantes, en principio no encierrauna riqueza clave. La mayoría de la pobla-ción, albanokosovar y que representa el90%, había llegado a la convicción de quela única alternativa posible era la indepen-dencia.

Desde la formación del nuevo estadosocialista yugoslavo, las inquietudes de lapoblación de Kosovo y su voluntad dealcanzar mayores cuotas de autogobiernose habían manifestado en numerosasluchas y en diferentes fases. La constitu-ción del Estado federal en 1946, donde sedefinen las repúblicas constitutivas deYugoslavia, ya no contenta a la población.Van apareciendo sucesivos brotes demalestar y revueltas en Kosovo: en 1956 seprocesa a dirigentes comunistas albanesesen Prizren; en 1968, coincidiendo con laprimavera de Praga, se producen manifes-taciones y Kosovo consigue más autogo-bierno y reconocimiento de su lenguapropia y control sobre su universidad; en

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1974 una nueva constitución yugoslavaeleva a Kosovo a la categoría de “provinciaautónoma”. En todos los años que vandesde el final de la Segunda Guerra Mun-dial y constitución de Yugoslavia hasta lamuerte de Tito en 1980 se da pues unarelación de tira y afloja entre la mayoría dela población albanesa de Kosovo y elEstado federal. Esta relación abarca el con-junto de capas sociales de la población(trabajadores, estudiantes, capas intelec-tuales, dirigentes del partido y del sindi-cato). Sin embargo, aunque hay momentosagudos de tensión e incluso represión, latónica de este periodo es la de aumentarlas cotas de autogobierno dentro de unfederalismo bastante flexible.

A partir de la muerte de Tito se empiezaa producir una inflexión. El equilibrio delEstado federal se empieza a balancear y larepública más fuerte o, más exactamente,la que tiene más palancas del Estado,empieza a buscar una situación de privile-gio respecto a las demás. Se trata de Ser-bia, sede de la capital federal que, junto amontenegrinos, controla la mayoría demandos del ejército. El ascenso de Milose-vic, pasando de ser un oscuro burócrata aun dirigente conocido y hasta querido porlos trabajadores de Serbia, tiene muchoque ver con el meollo de cómo se pasó deun consenso federal al enfrentamiento y laguerra en pocos años.

En Kosovo empezó todo. Después deaños de una política de semicolonizacióncon gente serbia trasladada a Kosovo, des-pués de sustituir los obreros albaneses porserbios en las minas, en los funcionarios, enlas empresas públicas, había un lógico climade hostilidad y hasta ataques hacia colonos ytrabajadores serbios. Milosevic se desplazó aKosovo para “defender a los serbios”. Eranlos años 1988 y 89. Empezó a enrarecer elclima con una idea nacionalista serbia con-tra las demás naciones. Fue la forma en quela burocracia serbia post-titista buscó lamanera de desviar el descontento social porel paro, la carestía, la hiperinflación y losprimeros pasos en su transformación comoclase burguesa mafiosa.

Las guerras de los Balcanes fueron ini-ciadas por Milosevic. A pesar de que novenía de una tradición nacionalista, abrazóla idea xenófoba y excluyente de la “GranSerbia”, la utilizó para sus propios fines,como antes había utilizado la del socia-lismo. Otro le siguió. Tudjman, que se con-virtió en presidente de Croacia, utilizótambién una ideología semifascista ynacionalista similar. Y, en medio de la gue-rra entre ambos, estuvieron a punto de lle-gar a un acuerdo para despedazar Bosnia yrepartírsela. Lo consiguieron parcial-mente con los Acuerdos de Dayton, avala-dos por Estados Unidos y Europa.

El último capítulo de la guerra fue pordonde Milosevic había empezado: Kosovo.A pesar de la independencia de Eslovenia,Croacia, Bosnia y Macedonia, y de crecien-tes problemas con Montenegro, Milosevicllevó hasta el final la locura de la “limpiezaétnica” e intentó convertir a Kosovo en unatierra sin albaneses, el 90% de la pobla-ción. Casi un millón de albanokosovarestuvieron que huir e inundaron los paísesvecinos a través de fronteras, campos omontañas. En particular fueron acogidospor sus conciudadanos de la pobre Alba-nia.

Independencia es supervivencia

Para entender que se ha llegado hasta laindependencia de Kosovo es necesarioponerse en la piel de la mayoría de ciuda-danos y ciudadanas de ese territorio.Durante la era Milosevic, el pueblo alba-nokosovar vivió una época de apartheid:escuelas privadas aparte del sistema deeducación para poder aprender el albanés(y decir escuelas ya es mucho decir, pues sehacían las clases en casas privadas, engarajes, en lugares completamente inade-cuados); discriminación en los trabajos (sedespidieron a centenares de miles de alba-neses por defender su estatuto de autono-mía que prohibió Milosevic); represión(miles fueron a la cárcel). Eso ocurrió

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durante un periodo de diez años, configu-rando un embrión de Estado, un poderparalelo al Estado serbio oficial, en unaetapa de resistencia civil pacífica.

El último periodo de resistencia armaday de limpieza étnica, del 96 al 99 fue deci-sivo. Los albaneses sufrieron el asesinatode muchos líderes sindicales y políticosbajo la acción del ejército y, sobre todo, lasmilicias paramilitares protegidas por elejército federal. Tuvieron que huir enmasa. Pensaron, con mucha razón, que lasmasacres y genocidio ocurrido en Bosnia(más de 200.000 muertos) les podía llegara ellos. Una vez el ejército y los paramilita-res serbios se tuvieron que retirar por losbombardeos de la OTAN y la repulsa inter-nacional hacia Milosevic, más aislado quenunca, los kosovares, que habían visto suextinción como pueblo dijeron unánime-mente, fuera cual fuera su ideología y clasesocial: ¡nunca más! Nunca más bajo la botaserbia. Nunca más depender del Estadoserbio y lo que se decide en Belgrado.

¿Es difícil entender esa reacción? Esuna cuestión de pura supervivencia. Lamayoría de la población kosovar necesitatener “su” propio estado para sentirsesegura, para organizar su vida, su econo-mía, su cultura, sin que peligre de nuevo.Como tantos otros temas, la comunidadinternacional aplazó la independencia deKosovo por razones políticas que luegoveremos. Pero lo que estaba claro para losciudadanos de Kosovo era que ya nopodían volver atrás, a una relación dedepender del mismo Estado que habíaintentado aniquilarlos, estuviera quienestuviera en el poder. Estaba muy claropara toda la ciudadanía albanesa. Perotambién estaba muy claro para la granmayoría de ciudadanía serbia. Y el senti-miento era común: Kosovo estaba “per-dida para siempre”. Tratar de volver aconsiderar Kosovo una “provincia” serbiaera echar agua hirviendo a quien ya se haquemado. Todo el mundo lo sabía, toda ladiplomacia occidental lo sabía. Pero seaplazó el problema artificialmente durantediez años.

Diez años desesperantes

De 1999 a 2008 han transcurrido casi diezaños. El primer año la población recibió alas tropas occidentales de la OTAN, lamisión de la KFOR, como una bendición.Eran una “garantía” para impedir que elejército se atreviera a una nueva invasión.La alegría inundaba las calles, donde lajuventud (el país europeo de poblaciónmás joven) salía a festejar su nueva situa-ción. Los “teatros”, o locales llamados así,se llenaban de público excitado y dispuestoa sorber hasta la última gota de espectácu-los en lengua albanesa. A los extranjerosque estuvimos en ese tiempo nos acogíancon los brazos abiertos e invitaban a todossus actos, incluidos los entierros familia-res. Era la alegría de un pueblo que esperaque con el final de la guerra empezara unanueva vida, un progreso, poder ser plena-mente europeos, en iguales condicionesque el resto de pueblos.

Pero la alegría se fue disolviendo poco apoco. La administración internacional noquiso cambiar nada del antiguo status deKosovo. No quiso reabrir las minas deTrepca que eran la riqueza más inmediata.Con ello tampoco se pusieron en marcha lasdemás fábricas que dependían de la trans-formación de los minerales. No se arregló laenergía. No se incorporó a los ciudadanoskosovares a la gestión de los asuntos públi-cos más que en una pequeñísima parte, sinapenas poder. Por poner un ejemplo, hastalos textos escolares en albanés dependíande la autoridad internacional.

La economía no se puso en marcha enesas circunstancias. No había Estado quepudiera decidir sobre las empresas estata-les. Nadie quería invertir sobre empresasque no se sabía a quien pertenecían. Losobreros estaban casi todos en paro. Elúnico trabajo que ha habido durantemuchos años ha sido la construcción, dedi-cado a la rehabilitación de las casas des-truidas y muy deterioradas, o trabajar parala ONU (la UNMIK) o para las ONG occi-dentales. La economía se ha basado enbuena medida en la recepción de las reme-

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sas de los obreros que trabajan fuera deKosovo (en Suiza, Alemania, Suecia, Esta-dos Unidos…), en los alquileres de aparta-mentos para los funcionarios y personalhumanitario, y en el poco trabajo de intér-pretes, conductores o personal auxiliar quecaía de esas organizaciones. Ingenierosespecializados metalúrgicos o de minasdedicados a traducir a jóvenes europeosque “traían proyectos”. Eso trajo a su vez elaumento del coste de la vida, empezandopor el precio de las casas y luego de losartículos básicos. Los maestros se vieronobligados a realizar varias protestas paracobrar sus salarios atrasados más de medioaño que pagaba la ONU. El desánimo, lafalta de trabajo y de perspectivas, así comoel aumento paralelo del enriquecimientoilegal, del poder de las mafias y de los abu-sos de supuestos “empresarios” quecompraban fábricas para especular, despi-diendo a miles de obreros, han sido latónica desde el 99 hasta hoy. La postguerrase ha alargado diez años y ha sido tan omás dura que la misma guerra.

Hoy Kosovo tiene entre un 40 y un 60%de nivel de paro. Cuando estuve en Mitro-vica la ciudad dividida al norte de Kosovo, elpresidente del sindicato de mineros y losmiembros de su comité ejecutivo teníanclaro que tenían que aceptar a mineros ser-bios en las minas de Trepca, a pesar de quela mayoría de ellos no hicieran nada contralos despidos que sufrieron los kosovares.Consideraban que si arreglaban las bombasde extracción de agua y se reanudaba el tra-bajo eso mismo daría trabajo a toda la regióny sería un factor de cohesión social, de supe-ración del pasado reciente. A nadie se leescapa que si hubiera habido una reanuda-ción de la economía productiva en Mitrovicay en todo el país, otro gallo cantaría.

La comunidad internacional

Si Milosevic es el responsable de las gue-rras en los Balcanes y de que el pueblo ser-bio se haya visto cada vez más sólo y

aislado, producto de sus agresiones contrael resto de pueblos vecinos, la llamadacomunidad internacional no ha hecho ape-nas nada para ayudar a ninguno de lospueblos balcánicos. No se ha movido, apesar de la propaganda de las intervencio-nes militares por “razones humanitarias”.Sólo cuando los horrores de la guerra lle-garon masivamente a la opinión pública delos estados más poderosos y también ame-nazaba en convertirse en un problema sincontrol, se decidieron a intervenir. LaUnión Europea fue completamente divi-dida y a rastras de Estados Unidos.

La política del imperialismo americanono puede juzgarse en los Balcanes comouna política determinada por el interésmaterial propio, como en el caso de Irak.No era por las minas o reservas naturalesque bombardearon a través de la OTAN,sino porque el sátrapa Milosevic se des-mandó y creó una situación de riesgo, depeligro de contagio en toda una zona. Porotro lado sin acabar de demostrar quepodía ganar las guerras y convertirse en elpolicía de la exYugoslavia. Era una situa-ción de putrefacción a las puertas de laEuropa rica y capitalista. Europa no res-pondía por intereses diferentes (Franciadefendía Serbia, Austria y Alemania Cro-acia y Eslovenia; España o Bélgica temíanpor las segregaciones nacionales). FueEstados Unidos quien respondió a lamanera que sabe hacerlo el primer impe-rialismo: con un ataque militar.

Durante largos años, las naciones máspoderosas del planeta no dijeron esta bocaes mía y dejaron actuar con toda impuni-dad a Milosevic. Quizás así el imperialismose vengaba de la osadía de esos países dehaberse unido, de haber creado un sistemasocial superior al capitalismo, el llamadosocialismo autogestionario, y de haber co-liderado el movimiento de “países no ali-neados” que les obstaculizó su dominio endiversas partes del mundo. El hecho esque, como en la segunda guerra imperia-lista o como en la revolución española, elimperialismo optó por la pérfida políticade no intervenir para dejar desangrar a los

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obreros y obreras, para que fueran carnede cañón y de barbarie unas masas trabaja-doras que defendían sus fábricas, susempresas y su cultura como suyas y asíquedarían apisonadas por bastantes años.

La independencia de cada república queformaba antes una federación fue la salidapara no verse arrastradas a una nuevadominación de una nación que no podíaaportar nada que no fuera el “capitalismomafioso”. Nunca se jugó en esas guerras el“socialismo” contra el capitalismo, sinodiferentes tipos y formas de llegar al capi-talismo.

Frente a ello la Unión Europea apoyó alos representantes políticos que quieren irlos más directamente posible a una “liber-tad de mercado”, a los políticos que abrensus empresas para que las compren a buenprecio las multinacionales europeas decomunicación, alimentación, banca, acero.No importa mucho si esos políticos soncorruptos o si mantienen los discursosnacionalistas xenófobos. Tampoco pareceimportar demasiado que el nivel de parodel conjunto de esos países sea alarmante yque las prácticas empresariales unidas alos políticos semi mafiosos destruyan elposible empleo productivo para lograr elenriquecimiento de unos pocos. La UniónEuropea no quiere ver que se está creandode nuevo un caldo de cultivo de desespe-ranza y frustración sobre el cual puedensurgir nuevos estallidos.

La separación prepara una unidad sobre nuevas bases

La independencia de Kosovo es unapequeña pieza más dentro de este compli-cado panorama. El problema principal deKosovo y países a un nivel parecido, comoMontenegro, o Macedonia, es el de conse-guir una integración económica en las eco-nomías de su alrededor. Al ser las partesmás pequeñas de la antigua Yugoslavianecesitan más la colaboración del resto desus antiguos socios cuando estaban en lafederación. Y aquí está la contradicción:

que necesitan separarse para poder pro-gresar, pero a la vez si no hay una ciertacooperación no avanzarán ninguna deellas. Separarse hoy para reequilibrar lasrelaciones, pero más adelante hará falta unnuevo intento de federación. Desde casitodos los países han surgido propuestas eneste sentido como alternativas a la “GranSerbia”. Volverán en cuanto haya una basede partidos democráticos y obreros oinfluidos por los obreros.

La Unión Europea no está resolviendolos problemas de fondo de los Balcanes.Espera que se resuelvan los problemas enla medida que se incorporen al mercado yla forma de producir capitalista. Pero esaforma de incorporar es muy extraña paraunos países que han llevado décadas deproducción de manera muy propia, dondehay una cultura poco capitalista y segura-mente no se puede pasar simplemente deese mercado y producción regional, de ladivisión del trabajo y las empresas queexistían a escala federal entre diversos paí-ses de una misma zona, a un tipo de econo-mía y producción sólo para el “mercadomundial”. Si el propio mercado de la zonade los Balcanes está tan deprimido que nopuede generar un comercio e intercambioentre los países de la zona, hay un pro-blema. No se pueden resolver país por paíslos problemas que afectan a una ampliaregión, como si cada uno de ellos notuviera que ver con los demás por su histo-ria, influencia cultural, medios de trans-porte y comunicación, etc.

Entonces ¿por qué sería un paso ade-lante la separación de una parte del territo-rio de una Estado mayor y la configuraciónde otro Estado mucho más pequeños ymenos rico? ¿No atenta esta independen-cia de Kosovo contra el progreso de sushabitantes y de los del conjunto? ¿No eseso una “semilla terrible”, por utilizar laspalabras del ex presidente de gobiernoespañol Felipe González, que abre elcamino a nuevas separaciones y a mayorinestabilidad?

La independencia de Kosovo es positivay es un paso adelante en la estabilidad y

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progreso de la zona porque es el primerpaso para el restablecimiento de la igual-dad en los países y pueblos de la región.Tras la amarga experiencia del apartheid yla guerra es necesario que Kosovo tenga supropio Estado, su propio ejército y policía,su administración, para poder hablar de túa tú a los vecinos, en particular, a Serbia.De lo contrario, bajo un “protectorado” deNaciones Unidas, al igual que bajo poderde Belgrado, hubiera continuado siendo unterritorio abandonado, alejado de las pre-ocupaciones, sin futuro ninguno.

Incluso desde el punto de vista de ladefensa de la minoría serbia o de otrasminorías en Kosovo, para comprobar si esposible vivir ambas comunidades bajo unmismo Estado era necesario que los koso-vares dispongan su propia capacidad derepresión de aquellos sectores minorita-rios xenófobos y racistas, del bando alba-nés como del bando serbio. Algo que unastropas de la OTAN, extranjeras, con otrosintereses y sin conocimiento del terreno nopodían hacer.

Las diferentes reacciones

Las reacciones internacionales ante laindependencia de Kosovo han sido muyclarificadoras. De un lado los países quequerían terminar una etapa, pasar página aun conflicto que los ha tenido en vilodurante tiempo: Estados Unidos, Inglate-rra, Alemania, Francia, Italia. Todos elloshan sido de los primeros en apoyar el plandel finlandés Athissari. Un segundo grupode estados más reticentes, entre ellos Bél-gica. Y un tercero abiertamente en contra:España, Grecia, Rusia. Cada uno de estosúltimos tenía motivos internos para opo-nerse a la independencia de Kosovo.España lo demostró claramente al compa-rar sus políticos y sus medios de comunica-ción constantemente tal independenciacon la hipótesis de que ocurra lo mismo enel País Vasco o en Cataluña.

¿Y en la propia región balcánica? Alcomienzo parecía que había un gran frente

opositor: todo eran inconvenientes, peli-gros. Si se “movían las fronteras” en Serbiaentonces los albaneses de Macedonia o deMontenegro también reclamarían la inde-pendencia de los territorios donde residíanmayoritariamente. Bulgaria parecíaresuelta a conformar un frente unido juntoa Rusia y Serbia. Rumania también se opo-nía. Pero poco a poco, uno tras otro, casitodos los estados han ido adaptándose a laidea de convivir con el nuevo Estado. Empe-zando por Albania, siguiendo por Eslovenia,Croacia, Bulgaria y la propia Rumania, lasfuerzas políticas internas han ido adap-tando su discurso y forzando el acuerdo. Lapropia Eslovenia, que preside la UniónEuropea en este periodo, ha propuesto a lospaíses de la antigua Yugoslavia formar unalobby para apoyar sin reservas a cualquierade sus países a entrar a formar parte de laUE. Curiosa actitud cuando Eslovenia habíasido de los que había puesto obstáculos paraque entrara Croacia.

La conclusión es pues clara. Kosovo noes un “invento” de Estados Unidos ni decualquier otra potencia imperialista. Esuna nación que existía y que ha sobrevi-vido a lo largo de muchos años de opresióne intento de liquidación. Y finalmente se haconvertido en Estado por la fuerza de loshechos. El resto de estados, tanto los pode-rosos del mundo, como los “poderosos” dela zona, han tenido que reconocer esta rea-lidad. Salvo Serbia. Salvo España y Rusia.El no reconocimiento de Kosovo por Serbiaes un grave problema que alarga la situa-ción de conflicto en el terreno diplomáticoy no permite una evolución democrática enel principal país de la región, la propia Ser-bia.

El movimiento obrero balcánico

La clase obrera no es una clase aislada delas influencias que la tironean hacia “su”país de origen, hacia “su” burguesía. En losBalcanes estas influencias son mayoresque en otras partes del globo al orientarse

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la lucha política de la mayoría de líderes ypartidos que surgieron de la propia buro-cracia en el “post-titismo” hacia el discursonacionalista.

La mayoría de sindicatos que existenson una evolución del antiguo sindicalismooficial de la época titista. Sólo que este sin-dicalismo tuvo que afrontar el problema dela guerra. El sentimiento de solidaridad declase hizo pues evolucionar ese sindica-lismo burocratizado en algunos casos. Enotros, como los albaneses, se vieron exclui-dos forzosamente de la producción y tuvie-ron que crear un sindicalismo paralelo. Yen Serbia, en el corazón de la bestia, hubouna dura y desigual lucha entre el sindica-lismo independiente, opuesto a la guerra yla mafia de Milosevic, y el sindicalismo ofi-cial que gozó de los privilegios de seguirconsiderado como el principal sindicato,por la antigua afiliación obligatoria.

La caída de Milosevic abrió un periodode esperanza a todo el sindicalismo declase. Se intentó recuperar el mismo nivelde organización sindical que antes de laguerra. Sin embargo dos cosas quedaroninmediatamente muy claras: las relacionesentre los sindicatos de los diferentes paísessólo se mantuvieron a partir de aquellosque habían mantenido una oposición a losplanes de Milosevic y a la guerra; la otra,que con la industria hecha añicos, obsoletay falta de inversión, en particular en lasramas que más obreros tenían como elmetal, minería o textil, era muy difícil quelos sindicatos levantaran cabeza si nohabía un cambio drástico en la políticaeconómica de los países. Si no había tra-bajo ¿para qué sindicatos?

Tras la guerra se necesitaba un grancambio. Para empezar, un cambio demo-crático acabando con las estructuras depoder nacionalista-mafioso que domina-ban en casi todos los países, adoptando encada uno de ellos una forma diferentesegún la tradición y la cultura. Eso no sehizo. En segundo lugar, ligado a esa radicallimpieza democrática, hubiera sido necesa-rio un juicio ejemplar y urgente de todoslos criminales de guerra. Tampoco se hizo.

En tercer lugar un reconocimiento detodos los derechos nacionales, con derechoa la autodeterminación nacional, cosa quese está haciendo a través de conflictos alar-gados en el tiempo (Macedonia, Montene-gro, Kosovo o la artificial división deBosnia). Y la parte económica: un urgente“plan Marshall” de rehabilitación de la eco-nomía local, de restablecimiento delcomercio y relaciones abiertas entre todoslos países, en lugar de la congelación deesos países supeditándolos a una “ayudahumanitaria” o militar contraproducente ya la espera de que “cumplan las condicio-nes para entrar en la UE”. Todo eso sepodría resumir como un “acercarse a lamedia europea”, que no se ha hecho, ni porparte de la UE, ni los actuales gobiernos lohan facilitado.

No basta el sindicalismo, hay que crear partidos obreros

Esos cambios tenían, tienen, una base polí-tica. Sin partidos políticos, sin sectoressociales aglutinados en torno a un pro-grama similar a ese, que luchen por conse-guir el poder y aplicar tenazmente ese girofrente a las adversidades de la postguerra yfrente a las presiones de los poderososmundiales, era difícil no entrar en el pan-tano en el que llevan la mayoría de países.Por ello uno de los problemas clave de losBalcanes, durante todo el periodo de lasguerras y que llega hasta hoy, es la falta deverdaderos partidos obreros. La disoluciónde la Liga de los Comunistas ya venía delejos. Las expulsiones y purgas en su seno yfinalmente su explosión ante el rumbo decada partido en cada nación, y su enfrenta-miento, precedió el final de Yugoslavia.Pero ahora la mayoría de partidos son ape-nas un reciclaje de lo peor de las anterioresetapas. Basta ver cómo el semifascista Par-tido Radical, cuyo líder Seselj está pen-diente de juicio por crímenes de guerra enLa Haya, crece a cada contienda electoral yel resto de partidos, llámense “socialistas”

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o “democráticos”, adoptan cada vez más sudiscurso nacionalista radical.

Si no existen partidos obreros, si no hayun brazo parlamentario de los sindicatos almenos, difícilmente puede avanzar elmovimiento obrero sólo a partir de la resis-tencia sindical. Menos aún en una regióndonde para que exista un nivel de desarro-llo y de empleo aceptable requiere de fuer-tes medidas legislativas y coerción haciauna clase burguesa de “nuevos ricos” quecree que puede hacer lo que quiera con unEstado corrupto a su medida. La moviliza-ción política, sindical y democrática de lagente trabajadora y sencilla es necesariapara empezar a invertir una dura realidad.

Las conferencias de sindicalistas de paí-ses balcánicos que se realizan anualmenteson uno de los puntos de referencia quetiene el movimiento obrero de esos países.Algunas de ellas son promovidas por orga-nizaciones sindicales o son encuentros enel marco de otras reuniones europeas, delmetal o de la CES. Otras son por fundacio-nes de tipo político como la FriedrichEbhert, ligada al partido socialdemócrataalemán, o seminarios de formación ligadosa socialdemócratas austriacos. Una de esasconferencias anuales es la que promueve lafundación de CCOO de Cataluña.

Esos encuentros permiten discutir y tra-zar objetivos estratégicos comunes a sindi-calistas que viven una situación muycomplicada. Pero no sólo hay una actitudde resistencia. En muchos terrenos lavisión de los sindicalistas balcánicos es unaaportación original al sindicalismo euro-

peo pues son de los que mejor ven, demanera fría y objetiva, el proceso de globa-lización. Están inmersos en él, saben quetienen que ir a parar en él, a la vez que venlos problemas que trae a la gente trabaja-dora de otros países. Su forma de abordarla entrada de sus países en la Unión Euro-pea, como una oportunidad y a la vez quesabiendo que significará privatizaciones,despidos, reconversiones, es una fuente deideas para ver cómo debe responder enesta etapa el sindicalismo y aquellos quequieren políticas antineoliberales.

Deberíamos aprovechar el impulso de laentrada de esos países y de sus organiza-ciones para abordar realmente políticasmás europeas, para lanzar campañas inter-nacionales y regionales por un salario yempleo digno, por cuantificar qué significaeso en cada zona, y por establecer vínculosy estrategias reales y útiles frente a lasmultinacionales y su poder de deslocaliza-ciones o de chantajes jugando con los paí-ses del Este europeo.

Saber qué ocurre en Kosovo, en la regiónbalcánica. Saber qué pasos va dando elmovimiento obrero. Saber por qué ocurrenles cosas. Son datos básicos para ver cómopodemos ayudar desde aquí. Uno de losaspectos políticos más inmediato es puespresionar al gobierno Zapatero para queabandone esa idea de que la independenciasería una “semilla terrible” y apoye diplo-máticamente la independencia de Kosovo.El movimiento obrero de Kosovo, de Serbia,y del conjunto de los Balcanes, saldrá bene-ficiado con ello.

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No es más revolucionario el más sordoAníbal Ramos (Arturo Van den Eynde)

Este artículo de nuestro camarada Aníbal Ramos (fallecido en marzo del 2003) fue escrito en julio de 1999 y pone el dedo en la llaga de lo que vivió la izquierda europea hace una década, influida por la posición del estalinismo y la socialdemocracia. Y señala la falsedad de los que no tomaron partido en su momento a favor de la lucha del pueblo kosovar. Sus reflexiones y crudas observaciones son motivo para pensar hoy. La “ortodoxia” alejada de la lucha viva de los trabajadores y pueblos es un simulacro de marxismo. Los verdaderos cambios, los más radicales, sólo pueden hacerse si no hay miedo a encabezar la acción del pueblo por sus derechos e intereses, empezando por la gente trabajadora, aunque esto parezca a toda la sociedad “bienpensante” o poderes fácticos que “no toca”. Aunque los hechos son pasados, el espíritu del artículo sigue muy fresco. La izquierda tiene oportunidades. Tiene que estar preparada, predispuesta y, sobre todo, con los oídos muy abiertos para captar qué quiere y hasta dónde está dispuesto a luchar el pueblo.

Una política que se hace en nombre delpueblo, pero contrariando la voluntadmanifiesta del pueblo, debe tener algúnfallo. Pero si, en lugar de detenerse a inves-tigar profundamente esta contradicción,los portavoces del pueblo reinciden, con-tentándose con un altanero “el pueblo seequivoca” y “no sabe lo que le conviene”,entonces no vale ya hablar de fallos.Entonces hay que preguntarse a quiénrepresentan en realidad.

La guerra de Kosovo ha sido una bru-tal intervención militar en defensa de losintereses de las grandes potencias capita-listas en Europa, utilizando como excusala desesperada situación de un pueblooprimido, al que quedaba como últimorecurso el uso de las armas contra susopresores.

Los motivos de la OTAN son hipócritas,brutales, imperialistas. Pero la opresión deKosovo era una realidad lacerante. LaOTAN no intervino cuando Milosevic abo-lió los derechos de los kosovares. Tampocointervino cuando el ejército serbio entró enKosovo a imponer por la fuerza de lasarmas un régimen de apartheid . Nisiquiera pensó en intervenir mientras loskosovares, siguiendo a su entonces líderIbrahim Rugova, desafiaban con las manosdesnudas y el gesto pacífico la represión deMilosevic. Ni hubiese intervenido cuandola juventud, decepcionada por esta resis-tencia pacífica, pasó a la lucha armada, siese giro hubiese quedado en acciones mar-ginales de una minoría mal armada y peorsostenida por su pueblo. La OTAN inter-vino cuando el UCK conquistó la voluntad

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de los campesinos kosovares, accedió a loscientos de miles de armas distribuidasentre sus vecinos albaneses tras la revolu-ción de 1977 contra Berisha, y recibió unapoyo masivo de los trabajadores alba-nokosovares desperdigados por la emigra-ción a Europa occidental.

La OTAN ha intervenido no cuando elpueblo de Kosovo necesitaba más ayudasino cuando el pueblo de Kosovo mostróuna disposición a conquistar sus derechospor la fuerza y, por tanto, a iniciar unaguerra de liberación nacional segura-mente larga, dura y de incierta salida, perosuficiente para socavar el orden tan malestablecido en los Balcanes. Un ordenenvenenado pero que interesaba a lasgrandes potencias.

Los intereses de la OTAN son condena-bles. Pero poner fin al reinado de Milosevicen Kosovo, e incluso en Serbia, era y es lacondición de la paz. El pueblo lo sabía y lodecía.

La OTAN y la izquierda

Mucha gente europea intentó ayudar alpueblo a liberarse de Milosevic antes deque los imperialistas interviniesen. El sec-tor nada despreciable de juventud que sevincula a la solidaridad con todas las cau-sas justas se movió cuanto pudo. Tambiénrespondieron algunos sectores de laizquierda que no admiten a Milosevic aeste lado de la trinchera. Los trotsquistasnos movilizamos desde luego. Hace muchoque sabemos que los crímenes y abusos dela burocracia de tipo estalinista están en laraíz del hundimiento de todas las con-quistas del socialismo, aunque hay quiense empeña en atribuirlo a una conspiraciónextranjera de los capitalistas. Pero los par-tidarios de Kosovo fuimos una minoríamientras la OTAN no anduvo por medio. Sihubiésemos tenido recursos para ayudar alUCK a armarse, a lograr la simpatía gene-ral de la clase obrera europea, hasta derro-tar a los 40.000 soldados de Milosevic sinninguna intervención de la OTAN, lo

hubiésemos hecho. Pero entonces se ocul-taba más que ahora la verdad al pueblo:se llamaba “terrorista” al UCK y se apos-taba por un pacto con Milosevic.

La OTAN entró –se dice- ante la pasivi-dad de Europa. Sería mejor decir: laOTAN entró ante la incapacidad de laizquierda –todavía afectada por los últi-mos coletazos del estalinismo– para apo-yar por sus propios medios y a su manerala liberación nacional de Kosovo.

¿Hay que llorar por ello? No serviría denada. Hay que tomar nota y obrar en con-secuencia. La izquierda acabará recupe-rándose y librándose de los fantasmas delpasado, sobre todo si sabemos mirar larealidad cara a cara. Lo que no tiene per-dón es que la izquierda que se sabe todavíadébil y desorientada, pretenda desviar laatención de sus propias debilidades des-preciando la opinión del pueblo. No, no esadmisible. El pueblo kosovar, serbio, o elque sea, tiene que buscar su modo de pro-curarse sus propios fines con la izquierda.Si la izquierda acude a la cita, con ella. Sino acude la izquierda, sin ella. ¿Tenían losalbanokosovares que renunciar a su inde-pendencia y que inclinar la cerviz anteMilosevic porque de otro modo acabaríaentrando la OTAN?

En todo caso hemos de escuchar susrazones. Tenemos que oír a los kosovaresexponer sus razones, sus esperanzas, susdeseos. ¿O no? Y tenemos que oír a losserbios, no sólo a los patriotas sino atodos los serbios, contar su versión de loshechos.

Los kosovares sabrán por qué

Parece evidente. Pues bien: hay unaizquierda que dice saber lo que les con-viene a los serbios y a los kosovares mejorque ellos mismos. Puede ser. Pero nisiquiera cree importante conocer lo queellos mismos dicen del asunto. No move-rán un dedo para que vengan a exponernossus razones. Eso ya es grave.

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 19-20

Esta izquierda no quiere escuchar a unpueblo unánime. Porque, si hablamos delos kosovares, estamos hablando de unpueblo entero, del pueblo oprimido.En contra de toda evidencia, esa izquierdanos decía en el mes de abril que “no es ver-dad” la limpieza étnica, que las imágenesde decenas y centenas de miles de albane-ses deportados, acosados hasta la frontera,hacinados en los campos, podrían ser un“montaje” de los medios de comunicación.En mayo nos decía que huyen quizá de lasbombas, no del terror sistemático de Milo-sevic. Más tarde nos dice que “más son lasvíctimas de los bombardeos”. Y ahora,cuando no queda ya el recurso a la mentiraimpune, nos señala los actos de represalia,desde luego injustificados, llevados a cabopor las víctimas, aunque a sabiendas deque estos actos están condenados por lospropios líderes kosovares y, triunfante, nosdice: “miradlos, son como los otros”.

Dentro de la izquierda que mira la reali-dad cara a cara hay esta otra izquierda quemira y oye a través del filtro de sus ideaspreconcebidas. Como ha visto a los campe-sinos kosovares, hambrientos y desespera-dos, aplaudir la entrada de la OTAN, estaizquierda querría que ese pueblo desapare-ciese del mapa. No quieren aprender nadade él. ¿Aprender? ¡no quieren ni escu-charlo! Hace como los estalinistas cuandotantos campesinos ucranianos aplaudieronla entrada del ejército de Hitler en su país.No quisieron preguntase por qué. Ni lespareció mal que una elevada cifra de esoscampesinos fuese enterrada, con sus moti-vos, en campos de castigo, hasta la muertede Stalin: “eran antisoviéticos, colaborado-res con Hitler”. El hecho de que simplesobreros y campesinos ucranianos tomasenesta actitud no turbó su conciencia. ¿Cómopodían prever, ni siquiera entender ymuchísimo menos prevenir, el hundi-miento de la Unión Soviética en 1991?

La verdad se abre un camino, por logeneral tarde, y a posteriori nos explicapor qué una izquierda así se aísla del pue-blo. Si admitimos una izquierda que nocree que el pueblo kosovar tenga nada

importante que decir a la izquierda sobrela guerra de Kosovo, ¿cómo no entenderque el pueblo no escuche a esta izquierda?¿Quién debería escuchar a quién?

La izquierda sorda al pueblo kosovar secubre con vagas referencias al pueblo ser-bio. Imaginan que el pueblo serbio sí com-prendió, por ejemplo, la polít ica decondenar los bombardeos de la OTAN soncondenar simultáneamente al régimen deMilosevic. Imaginan que el pueblo serbio síardía en deseos de “combatir al imperia-lismo”. Pero se trata de lo mismo: no escu-cha tampoco al pueblo serbio, no entiendepor qué la juventud no quería ir a lucharpor Milosevic, sino desertaba, se desmora-lizaba acosando kosovares y padeciendobombardeos, llegó a suspirar por el fin dela guerra, por cualquier final de esta gue-rra, y volvió a Belgrado odiando a Milose-vic tanto o más que a Solana y Clinton.

No del todo

Pero no se les quiere oír. Quizá algún “revo-lucionario” de los que peroran a mil kilóme-tros de distancia de los tiros piense queestos jóvenes son “traidores” a la gran causaantiimperialista. Pero resulta que lainmensa mayoría de la juventud trabaja-dora europea comprende muy bien a esosjóvenes y ve más conciencia antiimperia-lista y más fidelidad al pueblo en esos deser-tores que no quieren matar ni morir paramantener Kosovo como colonia serbia, queen los escasos patriotas dispuestos a morir ya matar para que Kosovo sea eternamenteserbia. Sin saber gran cosa de marxismo lajuventud intuye que no se puede hacerretroceder de los Balcanes al imperialismoamericano cuando se defienden aspiracio-nes de tipo imperialista en Kosovo o enBosnia, cuando se intenta oprimir a otropueblo, arrancarle sus derechos, enmudecersu lengua, robarle sus tierras.

Esa juventud europea no va a escuchar aquienes no quieren escucharla; no va aaprender gran cosa de quienes nada quie-ren aprender del drama de los Balcanes.

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 20-20

Pero ¿acaso no se equivocan los albane-ses de Kosovo al aceptar la intervención dela OTAN como un camino a la independen-cia, al justificar los bombardeos, al tolerarla instalación de un protectorado imperia-lista en su país? Si creen en este camino seequivocan. Y hay que decirlo con todas laspalabras: se equivocan. El camino hacia laindependencia de Kosovo, a la que no hanrenunciado los guerrilleros y el pueblo,pasa por nuevos conflictos, esta vez contrala administración militar de la OTAN y suscolaboradores locales. Bosnia está ahí pararecordarnos la enorme diferencia entre unpaís libre y un país cuya libertad nacionalestá hipotecada a la tutela de los imperia-listas.

Sí, un pueblo se puede equivocar. Perono en todo. Los marxistas lo tiene muy encuenta: puede equivocarse el pueblo traba-jador, pero no se equivoca nunca del todo.Los revolucionarios marxistas, en lamedida que intentan guiarse por conside-raciones objetivas, frecuentemente discre-pan en tal o cual punto de la mayoría de lostrabajadores, e incluso de los grandesmovimientos populares. Pero cuando susideas chocan con la volunta popular, con laopinión obrera, el marxista se preguntasiempre: ¿en qué me estaré equivocandoyo? Cuando la realidad no entra en losesquemas (y el apoyo unánime del pueblokosovar a la intervención de la OTAN no

entra en los esquemas consagrados, almenos en los más simplistas), el marxistapiensa: ¿qué factor de la realidad no hasido tenido en cuanta en mi esquema?

Dentro de la posición equivocada de loskosovares ante la OTAN se encerraba unaimportante sugerencia para la política dela izquierda, siempre que quisieses escu-char: que sólo combatiendo a Miloseviccon el mismo énfasis que a la OTAN, sóloponiendo por delante de ambos la inde-pendencia de Kosovo, era imposiblecerrarle el paso a la política imperialista enlos Balcanes.

El marxista, para quien el motor de lahistoria no son las ideas sino la lucha de cla-ses por sus intereses colectivos, sabe que entoda posición equivocada del pueblo traba-jador hay siempre un grano de verdad.Bajo la confusión, el engaño, la incultura, lafalta de conciencia, hay siempre en el movi-miento de los pueblos un elemento verda-dero, que refleja el auténtico interés de losexplotados y oprimidos: ese grano de ver-dad que el marxista busca con ganas.

Pero a veces preferimos ignorar esegrano de verdad que pone en cuestiónnuestros dogmas y cerramos los oídos a lavoz popular; señalamos los errores delpueblo para negarle el grano de verdad quehay en el peor de los errores. Si entonces elpueblo nos vuelve la espalda, bien mere-cido nos está.

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 21-23

Por qué Montenegro Sí y Kosova NoJulio Rodríguez Bueno*Historiador y presidente de la Asociación Paz Ahora. Como voluntario de esta ONG ha visitado en misiones solidarias todos lo estados post-yugoslavos desde la "Caravana por la Paz a Sarajevo" de 1993. Ha participado como observador de la OSCE en varias procesos electorales en Bosnia y Kosova y en el referéndum de independencia de MonteNegro-Crna Gora.

(*) Se prefiere aquí utilizar la denominación Kosova que utiliza el 90 % de la población albanesa, enfrentado al término Kosovo (o Kosovo-Metohija) que utilizan los serbios.

La pregunta del autor del artículo nos introduce en las razones por las que se utilizan distintas varas de medir a la hora de defender derechos legítimos de los pueblos.

Hoy 17 de Febrero de 2008 está anunciadala declaración de independencia deKosova. Se han pronunciado en contra elgobierno serbio, Putin, Rajoy, Pepe Bono ylas iglesias cristiano-ortodoxas. No es difí-cil extraer consecuencias de estos pronun-ciamientos.

En 1999, se llevó a cabo una campañapacifista en la que no muchos, y probable-mente con no mucho éxito, intentábamosexplicar que una mínima coherencia anti-militarista imponía la lógica de rechazartanto el genocidio y la limpieza étnica con-tra la población albano-kosovar perpetra-das por el gobierno de Belgrado, como elataque de la OTAN contra Serbia, Monte-negro y Kosova. Arduo empeño, en lamedida que la campaña oficial de la admi-nistración Clinton y la campaña subsidia-ria del gobierno Aznar contaban con nopocos corifeos de la “gauche divine”mediática que ofrecían un punto de vista“ético” que justificaba los bombardeos dela Alianza Atlántica para conseguir unasupuesta defensa de los derechos humanosgracias a la aplicación del confuso princi-pio de la injerencia humanitaria. Si bien es

cierto que aquellos estaban siendo concul-cados por el gobierno Milosevic desde elacceso de éste a la presidencia de la Repú-blica de Serbia, nadie fue capaz de conven-cernos a los ant i -mi l i tar is tas de laposibilidad real de imponer a cañonazos ladefensa de los derechos individuales ynacionales de la población albano-kosovar.

En el otro extremo se encontraba otraizquierda menos “divine”, pero no menostuerta, que era incapaz de enfrentarse aldiscurso atlantista sin caer en la tentaciónde “darle la vuelta como un calcetín” a esediscurso. Esa “vuelta” al discurso llevó a nopocos activistas y a no muchos pensadoresa defender con vehemencia que SlobodanMilosevic, el gobierno de Belgrado, lasfuerzas especiales de la policía y el ejercitofederales y hasta los llamados suavementeparamilitares eran “de los nuestros”. Estosúltimos eran en realidad mercenarios de lapeor ralea embozados en las banderas de lamonarquía serbia, en las cruces de la igle-sia ortodoxa y en los uniformes de guarda-rropía de los Chetniks filo-nazis de la IIGuerra mundial que llevaron a cabo enKosova el trabajo mas sucio que las tropas

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 22-23

federales no llegaban a ejecutar, gracias ala experiencia acumulada en las Krajinas,en Eslavonia y en Bosnia-Hercegovina.1

En esa mas que difícil campaña antimi-litarista en la que sostuvimos contra vientoy marea el slogan “NI OTAN, NI MILOSE-VIC” , Carlos Taibo contó en mesas redon-das celebradas aquí y allá un chistebastante cruel, probablemente apócrifo,pero como dice la tradición italiana “Si nonè vero è ben trovato”. Relataba Taibo queen el secuestro en Belgrado al que teníasometido Milosevic a Ibrahim Rugova,presidente electo de Kosova, éste intentabacon poca fortuna negociar la paz con aquel.Armado de la santa paciencia que todo elmundo atribuía al seguidor de la no-vio-lencia de Ghandi, Rugova le dirigió a Milo-sevic la siguiente pregunta: “¿Cómo esposible que la constitución federalde lo que queda de Yugoslavia per-mita a Montenegro independizarsecon sólo aprobarlo en referéndum, yse nos niegue ese derecho de autode-terminación a Kosovo dónde vivi-mos 2 millones de habitantes, frentea los 800 mil de Montengro?“. A loque Milosevic, en plena campaña de lim-pieza étnica contra los albano-kosovares lerespondió: “Amigo mío. En cuantoustedes sean sólo 800 mil, hablare-mos de ese tema”

Al menos en esta ocasión habrá queconcederle al razón a Oscar Wilde queestaba empeñado en que “la vida repro-duce las maravillas del arte”2, puesto que 8años mas tarde Montenegro celebró unreferéndum de autodeterminación al quela llamada comunidad internacional envióuna nutrida tropa de observadores a través

de la OSCE (Organización para la Coopera-ción y Seguridad en Europa). Entre estossupervisores electorales se encontró el queescribe estas líneas, con lo que puedo darfe de que el proceso fue limpio, y más quetranquilo. De modales poco menos queversallescos, vamos. En ese referéndumSerbia ni se opuso, ni amenazó con malesmayores.

Sin embargo, estamos todavía aquí conla cuestión kosovar sun resolver, por masque el peso demográfico albano-kosovarsea mayor que el montenegrino (comoreclamaba el Rugova del chiste) y que larealidad nacional de Kosova tenga “fetdiferencial” (que dirían los catalanes)mucho más marcados: ni su lengua , ni sushabitantes pertenecen a la familia eslava,mientras que los montenegrinos compar-ten con Serbia lengua, alfabeto (cirílico) yreligión mayoritaria cristiana ortodoxa,además de una historia común mucho masausente de conflictos que los ya históricosentre albaneses y eslavos.

Bien, una vez explicado el por qué deltitular de estas notas, cabría aventuraralguna respuesta a esa pregunta. Y la masplausible es que las potencias que dirigenel "Concierto de las Naciones" han adop-tado tanto en lo que fue Yugoslavia, comoen lo que fue la URSS el principio de respe-tar el “statu quo ante”. Es decir la legalidadde las fenecidas constituciones yugoslava ysoviética que reconocían a unos territoriosla categoría de repúblicas constituyentes y,por lo tanto el derecho de autodetermina-ción, negándoselo todavía, bastantes añosdespués de la desaparición de esas consti-tuciones, a territorios como Kosova o Che-chenia.

1. El principal criminal de guerra paramilitar serbio era conocido como “Arkan”. Su carrera política empezócomo agitador de grupos de hooligan serbios antes de las guerras de los Balcanes. Los pingues beneficiosque le reportó su actividad de pillaje le ayudaron a satisfacer su pasión deportiva al obtener dinero sufi-ciente para comprar un club de fútbol de primera división (el Obilic). Su boda fue apoteósica. Unainmensa cruz ortodoxa precedía a los contrayentes, con el novio disfrazado con un uniforme militar de laépoca de la monarquía. Pero lo que hizo popular su boda es que fue repartiendo monedas de oro a los invi-tados. Alguna banda mafiosa rival, o el aparato del estado serbio debieron considerar que sabía demasiadoo que era demasiado incomodo y acabó sus días con un disparo en la cabeza en plena calle a la luz del día.

2. “La mísera vida, verosímil y sin interés, reproduce las maravillas del arte”. (Oscar Wilde. La decadencia dela mentira, 1889).

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 23-23

Una década olvidada de desobediencia civil no-violenta en Kosova

La ceguera occidental es proverbial, y en elcaso de Kosova ha rayado lo criminal: Enefecto durante 10 largos años los gobiernosdel Mundo miraron hacia otro lado frenteal imponente modelo de desobedienciacivil no-violenta de Kosova enfrentado algolpe de estado que supuso la supresiónpor la fuerza de las instituciones autonó-micas (que le reconocía la constitución deTito de 1974) y la ley marcial, ambasimpuestas por Milosevic.

Este movimiento cívico, inspirado en lasideas de Ghandi, fue capaz de organizarelecciones y mantener un sistema educa-tivo y una sanidad paralela, ya que elracismo serbio había impuesto un régimende apartheid que expulsaba del sistemanacional de la salud y de los niveles secun-darios y universitarios de la enseñanza a latotalidad de la población albanesa. Enaquellos años de la no-violencia hubierasido sencillo arbitrar alguna solución. Hoyya no es posible: se ha derramado dema-

siada sangre y el odio seguirá a flor de pieldurante generaciones.

El pasado 10 de diciembre de 2007 seesperaba una declaración unilateral deindependencia y sin embargo nos desayu-namos con un comunicado conjunto detodos los partidos políticos kosovares, enla que, a la vez que daban por fracasadaslas negociaciones con Belgrado, se plega-ron a las exigencias occidentales, puestoque no declararon su independencia deSerbia a la espera de la aprobación previade la Unión Europea y Estados Unidos.

Vuelta a empezar, por tanto, sin llegar aninguna solución, puesto que unos y otrostemen el efecto contagio que pueda produ-cirse entre las naciones sin estado del restode Europa y el Caucaso.

Hoy 17 de Febrero de 2008, presencia-remos un nuevo capítulo, que no será elúltimo: está anunciada la declaración deindependencia de Kosova.

Se han pronunciado en contra e lgobierno serbio, Putin, Rajoy, Pepe Bono ylas iglesias cristiano-ortodoxas. No es difí-cil extraer consecuencias de estos pronun-ciamientos.

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 24-25

Kosovo y las esenciasCarlos TaiboEs profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los socios fundadores de la ONG Paz Ahora. Autor, entre otros muchos libros, de ‘Guerra en Kosovo. Un estudio sobre la ingeniería del odio’

Parece fuera de discusión que el procesoque ha conducido a la independencia, portutelada que ésta sea, de Kosovo arrastravicios nada desdeñables. Recordemos alrespecto, y por lo pronto, que ninguno delos objetivos establecidos hace ocho añospor el protectorado internacional ha sidocolmado: si por un lado apenas se ha pro-gresado desde entonces en materia dedemocratización del país, por el otro laeconomía permanece estancada en unescenario marcado –y esto es al cabo lomás importante– por violaciones serias delos derechos de las minorías. Quienes aesto le atribuyen un relieve singular agre-garán que la fórmula abrazada para permi-tir que la independencia sea un hechoconculca las normas estatuidas al efecto deestas cuestiones en el derecho internacio-nal. Por si poco fuere, ni siquiera quienesdefienden el principio de libre determina-ción –entre ellos me cuento– tienen conqué sentirse satisfechos: aunque a menudoprefiera olvidarse, las principales poten-cias del planeta han preferido esquivar enKosovo cualquier criterio inspirado, en loshechos, en ese principio.

Nada de lo anterior just i f ica, s inembargo, la hostilidad manifiesta con quela abrumadora mayoría de nuestros analis-tas y políticos, cargados de prejuicios ylugares comunes, ha acogido en los últimosmeses el horizonte de un Kosovo indepen-diente. De la noche a la mañana ha desapa-recido de nuestro discurso público ymediático lo que –parece– debería ser unrecordatorio obligado a la hora de encarar

lo que ocurre en el Kosovo contemporá-neo: en el decenio de 1990 las autoridadesserbias protagonizaron una agresión entoda regla contra los derechos elementalesde la mayoría albanesa de la poblaciónkosovar. De resultas, la condición autó-noma de la provincia fue abolida, se disol-vieron el Parlamento y el Gobierno locales,se prohibió el empleo del albanés en el sis-tema educativo, se instauró un genuinorégimen de apartheid y, en suma, cobrócuerpo una ley marcial saldada con nume-rosos muertos, desaparecidos y detenidos.Quiere uno creer que nada de lo quesucede hoy en Kosovo puede entenderse deno haberse verificado en su momento todolo anterior, tanto más cuanto que duranteocho años, los que mediaron entre 1989 y1997, la respuesta de la mayoría albanesade la población ante tantos desafueros con-sistió en el despliegue de un olvidadomovimiento de desobediencia civil no vio-lenta.

Pero el rechazo, casi unánime, de unKosovo independiente que se registraentre nosotros bebe también de la certeza,rara vez verbalizada pero evidente, de quelos Estados y sus fronteras son sagrados.Sin rebozo se nos dice que, a la hora dedeterminar si un territorio o una poblaciónpueden abandonar el Estado en que sehallan, ello debe ajustarse escrupulosa-mente a lo que rezan las leyes de éste, enfranco olvido, claro, de que esas leyes obe-decen casi siempre, como no podía sermenos, a percepciones ontológicamentehostiles a cualquier perspectiva de sece-

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sión. Al cabo se nos señala, sin más, queKosovo es Serbia porque lo dicen las leyesde esta última, sin formular preguntaalguna en lo relativo a cómo y cuándonació el Estado correspondiente, a la pre-sunta condición democrática de su ordena-miento legal y a las fórmulas que en sumomento permitieron la integración deunos u otros territorios y poblaciones enese Estado. ¿Cuándo se les preguntó, porcierto, a los habitantes de Kosovo si desea-ban formar parte de Serbia?

En realidad la forma de razonar de laque acabamos de dar cuenta no tiene, entrenosotros, otro sentido que el que nace deuna lectura sesgada vinculada con un pro-blema celtibérico de siempre. Y es que enrealidad poco importa lo que haya ocurridoen el pasado, y lo que suceda hoy, enKosovo: lo que preocupa a los guardianesde nuestras esencias es el efecto que laindependencia kosovar pueda tener enmateria de las disputas nacionales que serevelan en España. El lector atento rápida-mente se percatará de que la universal con-testación que la independencia en cuestiónmerece entre nosotros se ve siempre acom-pañada de la mención del presumibleefecto dominó que le seguirá. Interesasobremanera subrayar que, de resultas, losprocesos de secesión se nos retratan carga-dos de universales rasgos negativos sin que,de nuevo, se deje espacio para preguntaalguna relativa a su eventual racionalidad.

Una vez más lo que despunta es, en otraspalabras, la postulación de la bondadintrínseca de los Estados realmente exis-tentes. Cuando se señala, con argumentorespetabilísimo, que no parece razonableque se reconozca en Kosovo lo que serechaza en otros lugares, bueno sería quequienes tal criterio abrazan se planteasen sino habría que pelear, no por la negación delderecho de secesión en Kosovo, sino por laextensión de tal derecho a otros escenarios.

Rematemos con la mención de un fenó-meno que se ha revelado sibilinamente, enlas últimas semanas, entre nosotros.Curioso resulta el cambio de percepciónque se ha operado, con enorme diligencia,en determinados discursos públicos. Losmismos que a lo largo de los 20 últimosaños han demonizado de manera visible-mente acrítica todas las políticas quecobraban cuerpo en Serbia parecen reco-rrer hoy el camino contrario. Parecieracomo si la necesidad de pertrechar argu-mentos que permitan contestar la indepen-dencia kosovar condujese a aligerarrepentinamente las críticas –a menudoimpregnadas, por cierto, de gris xenofo-bia– vertidas durante dos decenios contrala conducta abrazada por los gobernantesserbios. ¡Qué lejos llegan entre nosotros,supuestamente amparados en la magia quedesprenden las palabras democracia yderecho, los defensores cabales de lasesencias patrias!

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SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 26-29

La posición del sindicalismo independiente de los BalcanesNo es muy conocida la lucha del sindicalismo opuesto a las guerras balcánicas. En Serbia una de las organizaciones que luchó contra ellas fueron los sindicalistas independientes, que intentaron cambiar “desde dentro” al sindicato oficial en Serbia y al no lograrlo fundaron un sindicato llamado “Independencia”, es decir, Nezavisnost en serbio. Los sindicatos de Kosovo, por su parte, lucharon contra el apartheid y la represión, eran la parte agredida y tuvieron que formar su sindicato clandestino al margen completamente de las estructuras oficiales serbias. Gracias a esa lucha ambos sindicatos hoy colaboran juntos en la solución de los problemas en ambos países.

Xhafer Nuli era presidente del sindicato minero de Trepca, en la región de Mitrovica, cuando se le hizo esta entrevista en septiembre de 1999. Su llamamiento a la solidaridad internacionalista contiene una crítica de clase a la OTAN y el tipo de humanitarismo de Naciones Unidas con sólo unas semanas de ocupación militar. Y reflejaba ya la preocupación esencial de los obreros: trabajar, reanudar la producción, conseguir recuperar la propiedad social y derechos a través del trabajo y no las limosnas.

En Kosovo estamos viviendo un periodode postguerra, aunque algunos militares,paramilitares y grupos policíacos que fue-ron responsables de las matanzas de alba-nokosovares aún están activos en ciertaspartes de Kosovo y en particular en la ciu-dad minera de Mitrovica.

La empresa más importante de Kosovoes Trepca, que explota las ricas minas denuestro país. Bajo la constitución de la exYugoslavia esta empresa era de “propie-dad socializada”. Es decir, pertenecía a lostrabajadores. A pesar de ello todos losempleados fueron despedidos en 1990 (fuedebido a una huelga en defensa de la auto-nomía de Kosovo, suprimida por Milose-vic).

A lo largo de estos últimos años nuestrosindicato ha intentado proteger la propie-dad de los mineros y afirmar el derecho delos trabajadores a volver a sus puestos detrabajo. Durante un cierto tiempo la pro-testa la dirigimos al régimen de Milosevic,pero ahora tenemos un nuevo problema:las tropas francesas de la KFOR han ocu-pado nuestras minas y las plantas de pro-c e s a m i e n t o d e m i n e r a l e s y n o n o spermiten acceder.

En estos últimos años los mineroshemos perdido todo lo que creamos connuestro trabajo. Nuestras familias no tie-nen nada. El último año fueron asesina-dos 33 miembros de nuestro sindicato, 11

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están desaparecidos y muchas de nuestrascasas han sido destruidas.

Teníamos la esperanza de que despuésde la guerra, con el final de la violenciaorganizada por Milosevic, seríamos capa-ces de retomar el control de las minas yfábricas de nuestra propiedad y volver altrabajo. Hemos diseñado planes pararecomenzar la producción, incluido unpresupuesto para obtener maquinarianecesaria pero, desafortunadamente, lacomunidad internacional parece no reco-nocer nuestros derechos y nos trata comoinquilinos de nuestra propiedad. A pesarde que nuestro plan reorganizaría la pro-ducción para beneficiar a toda la comuni-dad kosovar, especialmente a los mineros,

la KFOR francesa nos impide entrar en lasminas incluso para evitar que se inunden.

El pasado 27 de julio nos manifestamosa las puertas de la mina bajo el lema:“Dejadnos trabajar y vivir de nuestro tra-bajo. No somos unos vagos y no queremosdepender de la ayuda humanitaria. Lasminas son nuestras”. A pesar de nuestraacción no nos dejaron entrar y por esoqueremos aumentar el tono de nuestrasprotestas y pedimos ayuda y solidaridadinternacional…Nuestra campaña parareclamar los derechos de los mineros yotros trabajadores no es sólo para losalbaneses sino para todos los empleadosde las minas de Trepca, con la únicaexcepción de aquellos que hayan cometidocrímenes de guerra.”

Milan Nikolic presidente del sindicato Nezavisnost de Serbia de la rama del metal cuando se le hizo esta entrevista en el 2000, explica muy bien ese momento histórico en que Milosevic dinamitó la federación yugoslava:

Milosevic cambió la Constituciónyugoslava, suspendiendo la autonomía deKosovo y Voivodina. A partir de esemomento dejaron de existir los Parlamen-tos de Voivodina y Kosovo y solamenteexistió el Parlamento de Serbia. Milosevicaprovechó ese momento en que tenía unaaudiencia entre los obreros para hablaren nombre de la nación, del pueblo. Enrealidad no hizo nada por los obreros.Porque, ¿qué es el pueblo, la nación, si nose defienden los intereses de los obreros?¿Cuáles son los intereses de la nación? Sonel trabajo, el salario, las condiciones detrabajo.

Milosevic se aprovechó del apoyo quetenía entre los obreros para su propioprovecho. Y utilizó ese apoyo como unargumento para confrontarse con losdemás pueblos. Serbia tenía práctica-mente tres votos dentro de la Federaciónsi contamos con el suyo, el de Kosovo y elde Voivodina, cuando había buenas rela-ciones. Solamente que esos no eran votosde Serbia. Las autonomías formaban

parte de Serbia, pero Serbia no determi-naba su voto. Eso era un problema obje-tivo cuando las autonomías empezaron avotar diferente de Serbia. Entonces Milo-sevic se aprovechó del contexto: se apro-vechó de su buena relación con los obrerospara aprobar cosas que no son de losobreros. Los obreros son una parte de lasociedad, y ésta apoyaba a Milosevic.Para una parte de la sociedad Milosevicera un dios. Para todo aquel que habíapodido obtener un apartamento, quemejoró su situación económica, Milosevicera su dios.

Pero el cambio de la Constitución ser-bia iba en contra de la Constituciónyugoslava. Todo ello creó muchos enfren-tamientos con las repúblicas de la anti-g u a Y u g o s l a v i a , q u e f i n a l m e n t eterminaron en varias guerras. Primera-mente surgió el conflicto con Eslovenia.Los eslovenos dijeron “si Milosevic hacambiado la Constitución serbia, enton-ces nosotros podemos hacer lo mismo yser independientes”.

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Eso era en 1990 y yo me pregunté “¿yahora qué va a pasar?” Los obreros está-bamos juntos en ese momento, no tenía-mos divergencias por e l problemanacional. Siempre hubo sus más y susmenos, pero no había problemas impor-tantes. Pero entre los dirigentes políticossí que había fuertes enfrentamientos. Y losobreros propusimos que cesaran esosenfrentamientos pol í t icos . En esosmomentos yo me encontraba en Esloveniacon toda la presidencia del sindicato de lazona de Rakovica. Los sindicatos eslove-nos nos cursaron una invitación para quefuéramos y nos dijeron: “venid para quetodos vean que estamos unidos”. Entrenosotros hablábamos todos de la mismamanera, teníamos los mismos problemas.Pero Milosevic cortó esos contactos por lafuerza.

La guerra la teníamos ante nosotros,pero nos resistíamos a creer que fuera aocurrir. Estábamos todos tan unidos porlos familiares, el trabajo, las amistades...Nosotros no queríamos nada de eso.Cuando en la primavera de 1991 estabaclaro que iba a haber una confrontaciónentre el ejército de Eslovenia y el ejércitoyugoslavo, nosotros organizamos diezautobuses llenos de trabajadores para ir aLjubljana para hablar con los obreroseslovenos. Pero la policía paró nuestrosautobuses. Milosevic empezó a preguntarqué estaba pasando dentro de los sindica-tos y a partir de ahí prácticamente meaisló. Intervino ante el director de mifábrica para impedir que viajara yempecé a tener problemas para tener con-tacto con los obreros.

En el momento que se fundó Nezavis-nost la guerra empezó con Eslovenia yluego siguió con Croacia. Nosotros estu-

vimos contra la guerra, claramente,públicamente. Fundamos nuestro sindi-cato con un poco de retraso porque yahabía empezado la guerra con Eslove-nia, pero nos pronunciamos contra laguerra en Croacia y en Bosnia. En 1993,durante la guerra contra Croacia,Canak y yo estábamos en Luxemburgo yestábamos reunidos con compañeross i n d i c a l i s t a s c r o a t a s . H i c i m o s u nacuerdo con ellos. Nosotros dijimos queMilosevic no tenía el derecho legal ahaber cambiado la Constitución como lohizo y que, por tanto, si él lo hizo tam-bién los croatas podían hacerlo. Noso-tros dijimos que Krajina debía ser partede Croacia pues formaba parte de lastres culturas principales y dijimos queera Milosevic el principal responsableen el inicio de la guerra. Nosotros espe-ramos de los compañeros croatas quedifundieran un poco nuestra posicióndentro de Croacia. Nosotros difundimoseste documento en nuestro boletín, perono así los croatas. A nosotros nos acusa-ron en Serbia de defender las posicionesde Tudjam porque atacábamos a Milo-sevic. Respecto a la guerra de Bosnianosotros pedimos a Milosevic pública-mente que parara la guerra.

Nuestras posiciones sobre las guerrasfueron muy claras y concretas: nosotrossiempre estuvimos contra las guerras. Noteníamos una gran fuerza pero para nues-tro sindicato era la preocupación másimportante. Nosotros sabíamos perfecta-mente que no existen derechos para losobreros durante las guerras, por ello que-ríamos terminar con las guerras y defen-der nuestros derechos. Nuestra posicióndesde el inicio hasta el fin, fue de oponer-nos a las guerras.

Page 29: 7 IN UR MAYO 2008 Nº 30O · REVISTA MARXISTA ELECTRÓNICA DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO El futuro de Izquierda Unida Cómo ayudar a recomponer la izquierda alternativa Miguel

SinMuro, núm. 30 (mayo 2008) 29-29

Extractos de una carta del sindicato Nezavisnost dirigida al congreso del Partido Socialista, una vez Milosevic había sido derribado por las movilizaciones obreras y populares, donde participó el sindicato. La consideración de qué clase de partido es, en opinión del sindicato, queda bien clara.

Camaradas socialistas, los obreros deSerbia admiran su habilidad para des-truir y estropear todo lo que ustedes tie-nen en sus manos. Ustedes han destruidoel país en el que nosotros vivíamos bas-tante decentemente; ustedes han abolidola autogestión, aunque han conservadola propiedad social; ustedes han impe-dido por completo a la clase obreraexpresarse y proteger sus intereses; yfinalmente, a través de metódicos esfuer-zos, casi han erradicado a la misma claseobrera en su totalidad. Los objetivosestratégicos elegidos por su partid, elpartido que representa la izquierda y quesurgió bajo los auspicios del movimientoobrero, incluyen tasas altísimas desem-pleo, el robo de la propiedad social, laprivación de los derechos de los obreros,la persecución de los sindicalistas, lahumillación más salvaje de los obrerosjubilados, que son pensionistas en estemomento, la descarada degradación delsistema educativo en su totalidad a tra-vés de la cual se prepara a los futurosobreros, la cooperación antinatural conlos fascistas, enemigos jurados del traba-jador. El crimen y el terror es el idiomaque ustedes acostumbran a usar paracomunicarse con los demás y entre uste-des mismos.

Como partido del movimiento obreroprimero redujeron a los trabajadores,nos dividieron en Serbios y “otros”;pusieron rifles en nuestras manos enlugar de los martillos y otras herra-mientas, saboreando el derramamientode sangre que se llevó a cabo. Mientrasobligaban a los obreros a ser patriotas,algo que ningún partido de la izquierdaha hecho jamás en la historia, ustedesestaban enriqueciéndose con nuestrasangre. Y ahora, en vísperas de su con-greso, afirman ser el partido patrióticodel pueblo. Nosotros preferiríamos másbien que nos dijeran qué tipo de socia-lismo es el que defienden. ¿Hay en él lamás mínima libertad, democracia, tra-bajo, sueldos, pensiones? ¿Hay algúnobrero que participe en ese socialismo?No nos hablen de reconstrucción puescualquier cosa que hayan reconstruido,por pequeña que fuera, la demolieron enprimer lugar. Por ello no sólo los des-preciables capitalistas rechazan recono-c e r l o s , s i n o c u a l q u i e r p a r t i d odemocrático de izquierdas.

¿En nombre de quién gobiernan,camaradas socialistas? ¿Puedenustedes ponerse ante los obreros?¿O estarán siempre protegidos porla policía? Para terminar he aquínuestra aportación para el lema desu congreso: Márchense, cada vezmás y más lejos. Los obreros per-manecerán en Serbia.