La identidad sexual y la socialización de la sexualidad se da dentro de un contexto familiar y social, en donde se enseña sin querer enseñar, no solamente es un proceso fisiológico o cognitivo si no relacional y de enseñanza no formal, de enseñanza no directiva, en donde los padres juegan y están jugando un papel sumamente importante, el concepto ni masculinidad y feminidad sano se extrae en un inicio para la persona, del concepto que padre y madre tienen introyectados y por consecuencia viven el día a día, luego se ve validado o invalidado por los constructos sociales y culturales en donde se puede ver la hegemonía de un sexo sobre otro.

La diferencia sexual se ha utilizado atreves de la historia como una forma de alienación, discriminación y deshumanización objetivando a la mujer y relajándola a un segundo plano, este concepto es importante para nuestro contexto guatemalteco puramente machista, que aunque ha ido cambiando, no lo ha hecho del todo, pues sí, a la mujer se le ha dado un papel en la sociedad, pero esto se le agregado a un trabajo de ama de casa, pues muchas mujeres salen a trabajar pero al regresar a casa siguen siendo “las amas” de casa antes explotadas. La educación y la educación sexual específicamente fue una forma de mostrar este control, permitiéndosele al hombre hablar y manifestar libremente su sexualidad y a la mujer a ser algo privado y que se deba callar.