4 | espectáculos | Domingo 2 De septiembre De 2012

Jorge Rojas

Rubén Ehizaguirre y Mario, Kike y Alvaro Teruel

Por una casualidad que se da en el mercado discográfico Los Nocheros y uno de sus ex in-

tegrantes Jorge Rojas coinciden con lanzamientos discográficos esta se-mana. Pasado mañana el cuarteto salteño pondrá en las bateas el CD Clásicos (el pecado original), y lo pre-sentará el 20 de octubre en el teatro Gran Rex. Rojas, por su parte, es-trenará Uno mismo, con una serie de conciertos, a partir del 14 de este mes, también en el Gran Rex.

En su nuevo CD a Rojas se lo escu-cha con mucha composición pro-pia, alguna en coautoría con Abel

Pintos y yapas como “El niño”, que tiene letra de Víctor Heredia y mú-sica de Peteco Carabajal, que suena con un arreglo levemente aggior-nado. Las demás canciones tienen la impronta de la música melódica con alguna pincelada folklórica que Jorge ha sabido cultivar como solista: la instrumentación suena “grande”; las melodías con varias voces, herencia del cuarteto con el que se hizo famoso. Por ahí anda su nueva producción. Hay baladas y ritmos más animados, que se van alternando de manera equitativa. Los matices están en “Me había

olvidado”, con su toque cubano, o “Amores”, con guiños al tango elec-trónico.

“Y te siento solo mía, cuando bajas la mirada si se cruza con la mía/ por-que temes que tus ojos te delaten/si me miras/ y reveles el secreto de tu vida”, entona fervorosamente en “El secre-to de tu vida”, un tema que podría sintetizar el espíritu del álbum. Sin mayores sorpresas ni innovaciones por fuera del estilo de Rojas, es el dis-co que el público adepto estará espe-rando. Sin duda, le va a gustar.

Lo nuevo de Los Nocheros es un disco con temas clásicos del folklo-re que, según estos cantores, son los culpables de que tantos se ha-yan hecho folkloristas. De ahí que a modo de subtítulo le han puesto “pecado original”. El repertorio es verdaderamente inoxidable. Y las versiones han sido hechas con va-lentía porque, lejos de buscar algo muy convencional para ellos (es de-cir, el sonido habitual de Los Noche-ros, o el de un cuarteto tradicional de guitarras y bombo), se apoyaron en la escenografía de los instrumen-tos de una orquesta sinfónica.

La grabación del concierto que

Los Nocheros y Jorge Rojas

GrabacionesPor Mauro Apicella

dieron a mediados de la última dé-cada en el Teatro Colón terminó en un disco. La diferencia es que aquel giraba en torno a su repertorio ha-bitual y alistaba títulos como “Cosa peligrosa” y “Entre la tierra y el cie-lo”. Clásicos (El pecado original) es un disco con “María va”, “La López Pereyra”, “El arriero”, “Merceditas” y “Alfonsina y el Mar”, entre otros.

La instrumentación escrita por Sebastián Fucci está trabajada de distintos modos. En el balance al-gunos quedaron mejor plasmados que otros, sobre todo porque en al-gunos casos el trabajo es más fun-cional a la melodía que en otros, con más vuelo propio. Por el lado vocal, el cuarteto llevó estos clásicos a su propio estilo. La manera de expre-sarse de Rubén Ehizaguirre, Kike, Mario y Alvaro Teruel está intacta. Su audiencia no tiene de qué pre-ocuparse. También hay invitados, como Luis Salinas, Chango Spasiuk y Jaime Torres.

De cada título hay, en el libro in-terno del CD, un texto de Marcelo Simón sobre la gestación del tema. Un excelente complemento para el CD. ß Mauro Apicella

“Quiero dedicar la siguiente canción a todas las damas presentes. Y es que, sin ustedes, damas, sería muy difícil para nosotros escribir cancio-nes.” Con estas palabras, el cantante Adam Levine introdujo el tema “She Will Be Loved” a la legión de muje-res reunidas anteayer en Ferro para ver a Maroon 5 tocar en el país por segunda vez.

Hay que reconocer lo astuto del comentario de Levine: dedicar unos de sus temas más sensibles y romanticones a una multitud com-puesta en su inmensa mayoría por chicas adolescentes fue similar a ti-rar un fósforo a un bidón de nafta. Y es que, si algo demostró Maroon 5 anteanoche, es su habilidad para reconquistar a un público al cual, sin embargo, nunca perdió del bol-sillo.

A ya diez años del lanzamiento

de su disco debut, Songs about Ja-ne, Levine y compañía visitaron el país tras una ausencia de casi cuatro años. Con el cantante y gui-tarrista Javier Colón como telo-nero (ganador el año pasado de la versión norteamericana de La voz, programa en el que el mismo Levi-ne oficia como jurado), Maroon 5 presentó nuevamente ese híbrido entre rock y pop que vienen desa-rrollando desde 2002.

Recorrido En una lista de temas que va des-

de su primera infancia, más influen-ciada por el rock (“This Love”, una de sus primeras canciones) hasta el costado bastante más pop que vie-nen explorando en sus últimos dos discos (como la reciente “Paypho-ne” o la megadifundida y boliche-ra “Moves like Jagger”), Maroon 5 supo combinar el entusiasmo del público con el estilo desenvuelto y divertido de la banda, para entregar

Maroon 5 mostró su estilo pop con aspiraciones rockeras en ferro. La banda norteamericana ofreció un show entretenido y lleno de energía

Felipe SáenzPARA LA NACioN

Adam Levine, un seductor nato Foto: rodrigo néspolo

como resultado un show entreteni-do y lleno de energía.

En vivo, Levine no tiene que le-vantar un dedo para tener al públi-co a sus pies. Se desenvuelve con una comodidad envidiable y aprovecha hasta la última gota un escenario que, por supuesto, gira alrededor de él. Si bien logran sonar casi igual que en sus discos, los continuos inter-cambios entre el guitarrista James Valentine y el baterista Matt Flynn, o las intervenciones de sus temas con pedacitos de “off the Wall” de Michael Jackson o “Sexy Back” de Justin Timberlake, añaden un poco de cambio a un repertorio de temas bastante asentados .

Aún cuando Maroon 5 parece estar bastante cómodo en ese pop experimental que vienen descu-briendo en estos últimos dos discos, puede apreciarse en su actuación en vivo algo que parece querer de-mostrar que la banda estuvo, está y estará siempre influenciada por el rock.

Los solos de Valentine, aunque sean escasos, ayudan a resaltar un poco ese costado, presente en los primeros discos, pero que con el tiempo fue dosificándose y mu-tando hasta llegar al sonido actual . Aunque tal vez el mejor ejemplo de la noche de esta herencia que Ma-roon 5 parece querer rescatar sea el cover de “Seven Nation Army” (de The White Stripes) que ofrecie-ron Levine y Valentine, con Levine tocando la batería. Quizá, y sólo quizá, tocar uno de los temas que más fuerte pegaron en el rock de la década pasada sea una manera de decir: “No nos olviden. Todavía es-tamos acá”.ß

Le pusieron un título arrogante a su álbum debut,What Did You Expect from the Vaccines; conta-ron una de las mejores historias de rock que leí en los últimos tiempos y ahora permitieron que su disco nuevo sea escuchado (en la pági-na online de The Guardian) antes de su lanzamiento, que será en los próximos días. Todo apunta, como ven, a The Vaccines, la banda in-glesa que dio sus primeros shows en 2010 y sorprendió a todos el año pasado con un álbum debut que, a fuerza de actitud postpunkie, pre-potente y garagera, logró lo que se consideraba un imposible: que el rock de guitarras vuelva a vender discos.

En su nuevo álbum, Come of Age, siguen por el mismo camino, y re-cuerdan –las benditas referencias e influencias– a The Jam por aquí, a Television por allá, a the Doors en otro lado (o Strokes, interpol, Arc-tic Monkeys y demás, sus correla-tos de este siglo)–, más toques de psicodelia y distorsión. Los temas más fuertes: el ritmo electrizante de “No Hope” y la bienvenida ambi-güedad de “i Wish i Was a Girl”.

¿La anécdota? Se la contaron a un periodista del mencionado Guardian: dicen que Dennis y Lois (históricos fabricantes de remeras rockeras de Nueva York) les con-fesaron el último gran secreto del rock: que Johnny Ramone fingió su muerte, que está vivo y que se lo puede ver andando por Nueva York. ß Adriana Franco

La banda británica sacará esta semana su segundo álbum

Un adelanto de lo nuevo de The Vaccines