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ARTICULO ESPECIALIZADO ¿Qué es un artículo especializado? El cultivo del pensamiento crítico es una condición necesaria para el desarrollo científico. Desde los inicios de la modernidad, el examen crítico de las teorías y el escrutinio público de las hipótesis han sido pieza clave para la producción de conocimiento. Mediante el ejercicio de la crítica, la comunidad científica de cada área examina los resultados del trabajo investigativo y se pronuncia sobre ellos, sea para ratificarlos, corregirlos o impugnarlos. Pero sin difusión no puede haber crítica. Por eso uno de los componentes claves del trabajo académico es la publicación de los resultados de investigación. Mediante la publicación, el investigador somete su trabajo a examen público y revisión crítica por parte de la comunidad académica. Esto muestra que el desarrollo del conocimiento no es fruto del esfuerzo aislado de algunos investigadores, sino fruto de un esfuerzo colectivo. El artículo especializado es el formato académico típico en el que se publican resultados de investigación. Su finalidad principal es comunicarle a los lectores los resultados del desarrollo de una hipótesis. El artículo es “especializado” porque no está dirigido al público en general sino a una comunidad académica específica. Esto quiere decir que la discusión de la hipótesis se vale de marcos teóricos particulares y métodos específicos de un área del conocimiento o de una disciplina; por eso sus únicos lectores plausibles son especialistas de la misma disciplina. Los resultados que contiene un artículo especializado son originales en un sentido amplio de “originalidad”. Muy pocos artículos especializados han revolucionado la ciencia; todos, sin embargo, han aportado a su manera. ¿Cómo escribir un artículo? El camino hacia la escritura de artículos especializados pasa por la escritura de reseñas reconstructivas y ensayos de opinión. En la reseña, el objetivo es plantear un problema y formular una hipótesis propia. Este objetivo corresponde, en el artículo especializado, a la introducción. En el ensayo, el objetivo es debatir el problema examinando sus pros y sus contras. Este objetivo corresponde, en el artículo especializado, a la sección central, en la cual se lleva a cabo la discusión de la hipótesis. Además, el artículo especializado incluye una evaluación final de la hipótesis a la luz del debate previo y del estado de los conocimientos. La elaboración de artículos especializados se apoya, por lo tanto, en técnicas de escritura correspondientes a formatos académicos más sencillos, pero las conduce a un mayor nivel de exigencia, precisión y rigor; cuanto más se practican los formatos básicos de escritura académica más se facilita la escritura de artículos especializados. Un buen artículo especializado discute una hipótesis de trabajo a partir de una selección muy estricta de datos o material bibliográfico. Este tipo de discusión requiere un trabajo de documentación similar al utilizado para el ensayo de opinión, pero mucho más exhaustivo y dirigido. En especial, es preciso documentarse en detalle sobre el estado de la investigación en los puntos relevantes para el desarrollo de la hipótesis.

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Page 1: 3Artículo Especializado Edgar Rivera2

ARTICULO ESPECIALIZADO ¿Qué es un artículo especializado? El cultivo del pensamiento crítico es una condición necesaria para el desarrollo científico. Desde los inicios de la modernidad, el examen crítico de las teorías y el escrutinio público de las hipótesis han sido pieza clave para la producción de conocimiento. Mediante el ejercicio de la crítica, la comunidad científica de cada área examina los resultados del trabajo investigativo y se pronuncia sobre ellos, sea para ratificarlos, corregirlos o impugnarlos. Pero sin difusión no puede haber crítica. Por eso uno de los componentes claves del trabajo académico es la publicación de los resultados de investigación. Mediante la publicación, el investigador somete su trabajo a examen público y revisión crítica por parte de la comunidad académica. Esto muestra que el desarrollo del conocimiento no es fruto del esfuerzo aislado de algunos investigadores, sino fruto de un esfuerzo colectivo. El artículo especializado es el formato académico típico en el que se publican resultados de investigación. Su finalidad principal es comunicarle a los lectores los resultados del desarrollo de una hipótesis. El artículo es “especializado” porque no está dirigido al público en general sino a una comunidad académica específica. Esto quiere decir que la discusión de la hipótesis se vale de marcos teóricos particulares y métodos específicos de un área del conocimiento o de una disciplina; por eso sus únicos lectores plausibles son especialistas de la misma disciplina. Los resultados que contiene un artículo especializado son originales en un sentido amplio de “originalidad”. Muy pocos artículos especializados han revolucionado la ciencia; todos, sin embargo, han aportado a su manera. ¿Cómo escribir un artículo? El camino hacia la escritura de artículos especializados pasa por la escritura de reseñas reconstructivas y ensayos de opinión. En la reseña, el objetivo es plantear un problema y formular una hipótesis propia. Este objetivo corresponde, en el artículo especializado, a la introducción. En el ensayo, el objetivo es debatir el problema examinando sus pros y sus contras. Este objetivo corresponde, en el artículo especializado, a la sección central, en la cual se lleva a cabo la discusión de la hipótesis. Además, el artículo especializado incluye una evaluación final de la hipótesis a la luz del debate previo y del estado de los conocimientos. La elaboración de artículos especializados se apoya, por lo tanto, en técnicas de escritura correspondientes a formatos académicos más sencillos, pero las conduce a un mayor nivel de exigencia, precisión y rigor; cuanto más se practican los formatos básicos de escritura académica más se facilita la escritura de artículos especializados. Un buen artículo especializado discute una hipótesis de trabajo a partir de una selección muy estricta de datos o material bibliográfico. Este tipo de discusión requiere un trabajo de documentación similar al utilizado para el ensayo de opinión, pero mucho más exhaustivo y dirigido. En especial, es preciso documentarse en detalle sobre el estado de la investigación en los puntos relevantes para el desarrollo de la hipótesis.

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La estructura del artículo especializado 1. Página de título 2. Resumen El resumen es como un título un poco más extenso, compuesto de varias frases; en él Ud. hace una síntesis del contenido de su artículo en la que destaca los puntos más sobresalientes . 3. Introducción En la introducción Ud. expone brevemente el problema y el estado de la investigación en el tema, plantea la hipótesis de trabajo y presenta un esquema de la organización que tendrá el debate. 4. Debate Esta es la sección central del artículo, en la cual se prueba o refuta la hipótesis de trabajo; a lo largo del debate Ud. desarrolla la discusión de la hipótesis e incluye referencias bibliográficas y citas cuando lo requiera para probar partes de su argumentación. 5. Conclusión En la conclusión Ud. resume de manera concisa los resultados del debate en torno a la hipótesis y evalúa sus posibles repercusiones para el estado de la investigación en el Tema. 6. Bibliografía y otros materiales En la bibliografía Ud. referencia los libros, artículos y demás materiales que haya consultado para la escritura de su artículo. El artículo especializado suele tener entre 14 y 20 páginas. ¡Aprenda de los mejores! En la academia, mucho se aprende por imitación. Por eso, ¡acostúmbrese a leer artículos de revistas especializadas! Si sólo lee libros (“mamotretos”), pensará que hay que escribir “mamotretos”. Si lee muchos artículos especializados, aprenderá a concentrarse en lo esencial. Recuerde que no está en la universidad para repetir lo que otros dicen; está en la universidad para aprender a ver el mundo desde una perspectiva científica y comunicarla.

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Cómo escribir... el título y el resumen de un artículo El título El título es la “etiqueta” que encabeza el artículo. Para dar una buena impresión, tiene que estar escrito de manera breve y concisa. Un buen título describe con exactitud y usando el menor número posible de palabras el tema central del artículo. En el momento de escribir el título de su artículo, recuerde que:

El título es lo primero que se lee: si no resulta atractivo, puede ser también lo último. El uso de palabras o expresiones impactantes puede ser útil para hacer atractivo el título, como en estos ejemplos:“Inducción y proyectabilidad: el extraño caso de las iguanas” – “Los tontos racionales: una crítica de los fundamentos conductistas de la teoría económica”. El atractivo, sin embargo, no tiene más peso que la precisión. Es mejor un título exacto que un título atractivo pero impreciso.

El título es la base para la inclusión del artículo en archivos o índices. Por eso, cuando escriba el título, piense en el contenido de su artículo y pregúntese: ¿Cómo buscaría yo esta información en un índice? En general, es mejor que la(s) primera(s) palabra(s) del título indique(n) el tema central. Por ejemplo, en el título “Gérmenes y armas de fuego: un estudio de su evolución” la palabra clave está al final; el título queda mejor así: “La evolución de los gérmenes y las armas de fuego”. No es recomendable iniciar el título con palabras como “investigación”, “estudio”, “proyecto” o “informe”; éstas y otras palabras análogas no dan ninguna orientación sobre el tema del artículo. Por ejemplo, “Una discusión en torno a cómo se justifica una norma moral” sería un título más certero formulado así: “¿Cómo se justifica una norma moral?”

El título debe ser específico. Para darle especificidad al título conviene redactarlo con base en el problema o en las variables tematizadas en el artículo. Ejemplos de ello son títulos como: “¿Qué es un acto de habla?” – “Por qué se necesita una nueva física para comprender la mente” – “Persona, tiempo y conducta en Bali” – “Racionalidad y autodeterminación” – “Memoria, motricidad e inteligencia en niños de 5 a 7 años” – “La empresa como comunidad moral: un modelo para armar”.

Antes de imprimir o publicar su artículo revise el título. Éste no debe ser muy largo. Un buen título usualmente tiene entre 1 y 12 palabras; si tiene más de 15, seguramente algunas sobran. El resumen Por medio del resumen, Ud. entabla el contacto más importante con sus potenciales lectores. Un buen lector científico siempre revisa artículos especializados motivado por un problema que él quiere resolver y no por simple información o falta de oficio. Con el título, Ud. ya le indicó al lector si su artículo cubre la misma área problemática; con el resumen, Ud. lo convence de que, además, tematiza el área problemática de una manera interesante. Esta es la razón por la cual existen índices de resúmenes (por ejemplo, el Philosophers Index). Por eso también todas las revistas de calidad exigen resúmenes de los artículos que van a publicar.

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Un buen resumen señala el objetivo de la investigación, describe la metodología utilizada, sintetiza los resultados y enuncia las conclusiones principales del artículo. En ningún caso un resumen puede contener información o conclusiones que no figuren en el artículo. Para escribir el resumen de su artículo, tenga en cuenta además que:

El resumen es decisivo como “primera impresión”; si está redactado de un modo complicado y farragoso, sus lectores supondrán que el artículo que sigue es similar y tendrán reparos para leerlo. En cambio, un resumen claro y sencillo suele predisponer favorablemente al lector.

Es mejor escribir el resumen después de haber finalizado la elaboración del artículo; de este modo se minimiza la posibilidad de discordancias entre el resumen y el contenido del artículo.

El resumen consta de un sólo párrafo de no más de 200 palabras, en el mismo tipo de letra utilizado en el artículo pero en tamaño 10; primero va el resumen en español y luego la traducción al inglés.

Ejemplo

Cultura y acción homicida

Resumen1 Este artículo explora las relaciones entre cultura y violencia societaria en Bogotá en el lapso 1996- 2000. El campo de interés está centrado en los homicidios con orientación valorativa, tradicional o afectiva y deja de lado aquellos que están política o económicamente motivados y los que se inscriben en formas de violencia intrafamiliar o simbólica. Con base en análisis de procesos judiciales y entrevistas con homicidas, los autores reconstruyen las motivaciones del homicidio y concluyen que existe una estrecha relación entre la acción violenta y la debilidad de las instituciones intermedias que regulan la producción de sentido en la sociedad.

Abstract The article explores possible relationships between culture and societal violence in Bogotá from 1996 until de year 2000. The empirical evidence was focused on emotionally motivated homicides. Political or economically oriented homicides as well as those homicides related with family violence were not considered. Following the analysis of legal documents and interviews, the authors reconstructed the motivations leading to homicide, concluding that there is a close relationship between violent behaviour and the decline of mediating institutions, which regulate the production of meaning in society. The article concludes with the analysis of homicidal rates in Bogotá in relation with the structures of meaning that orientates everyday life in poor sectors of the city.

1 Ver Vizcaíno, Milciades y Arturo Laguado, “Cultura y acción homicida. De las víctimas a los victimarios”, En Reporte 39 Escuela de Ciencias Humanas, Bogotá, Universidad del Rosario, , 2002, p. 1.

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Cómo...escribir la introducción de un artículo La estructura de la introducción Recuerde que la introducción de un artículo especializado tiene el mismo objetivo que una reseña reconstructiva: plantear una hipótesis o pregunta propia. Asegúrese entonces de que su introducción sintetice el estado de la investigación y describa el camino que lo condujo a la hipótesis. Al leer el artículo, el lector espera que la introducción lo ponga al tanto de los antecedentes necesarios para comprender y evaluar el debate que viene luego. Estructure la introducción de su artículo respondiendo las siguientes preguntas: [a] ¿Cuál es el problema y por qué es importante? [b] ¿De qué trabajos anteriores o de qué hechos se deriva el problema? [c] ¿Cuál es la hipótesis de trabajo? [d] ¿Cómo está organizado el debate? El orden en que se responden estas preguntas puede tener variaciones. En todo caso, finalice la introducción contándole al lector cuál será el contenido de cada una de las partes del debate. Antes de imprimir o publicar su artículo, asegúrese de que la versión final efectivamente cumple con la organización anunciada en la introducción. Una buena introducción de artículo especializado ocupa máximo dos páginas.

Ejemplos

MAQUINA Y ORGANISMO2 [a] Por lo general la relación entre máquina y organismo se ha estudiado de una sola manera. El organismo se ha explicado casi siempre sobre la base de una idea preconcebida de la estructura y el funcionamiento de la máquina, pero sólo rara vez se han utilizado la estructura y función del organismo para hacer más comprensible la construcción de la máquina misma. Aunque la teoría mecanicista dio lugar a algunas investigaciones impresionantes, lo cierto es que el concepto mismo de “organología”, así como sus premisas básicas quedaron sin desarrollar. [b] Los filósofos y los biólogos mecanicistas enfocaron la máquina como un conjunto de datos o, si no, la convirtieron en un problema que podían resolver mediante pura aplicación mental. Al hacerlo, recurrieron al ingeniero, que era para ellos un científico en el sentido más verdadero de la palabra. Confundidos por las ambigüedades de su idea de la mecánica, consideraron las máquinas únicamente como teoremas con forma concreta. Las operaciones necesarias para construir máquinas eran meras consideraciones secundarias si se comparaban con la importantísima idea de que la máquina revelaba sus teorías in concreto. Para darse cuenta de ello no había más que reconocer lo que la ciencia podía lograr y a partir de aquí todo era cuestión de aplicar con confianza ese conocimiento. No obstante, en nuestra opinión no se puede tratar el problema biológico de la “máquina viva” separándolo del problema tecnológico que se supone que resuelve, a saber, el de la relación entre tecnología y ciencia. Este problema se suele resolver partiendo de la idea de que el conocimiento precede lógica y cronológicamente a la aplicación.

2 Ver Canguilhem, Georges, “Máquina y organismo”, en Incorporaciones, Jonathan Crary y Sanford Kwinter (eds), Madrid: Cátedra, 1996, p. 37-38.

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[c] Lo que nos proponemos demostrar es que sí cabe entender la construcción de las máquinas en virtud de ciertos principios realmente biológicos, sin tener que examinar al mismo tiempo cómo se relaciona la tecnología con la ciencia. [d] Consideraremos de forma sucesiva los siguientes asuntos: qué significa comparar un organismo con una máquina, la relación entre los procesos mecánicos y los resultados que cabría obtener utilizándolos, la inversión histórica de la relación entre la máquina y el organismo y las consecuencias filosóficas de tal inversión.

INDUCCION Y PROYECTABILIDAD3 *a+ Desde que Nelson Goodman propuso el así llamado “nuevo enigma de la inducción” y elaboró la teoría de la proyectabilidad en Fact, Fiction and Forecast, estos tópicos se han convertido en una inagotable fuente de reflexión filosófica. [b] No sólo muchos filósofos han señalado insospechadas consecuencias del nuevo enigma y de la teoría de la proyectabilidad en campos de la reflexión filosófica como la filosofía de la ciencia, la filosofía del lenguaje, la metafísica o la filosofía de la mente, sino que además las propuestas de solución son muy variadas y el debate está lejos de concluir o de llegar siquiera a un acuerdo mayoritario sobre alguna de las propuestas en discusión. Las posiciones con respecto a Fact, Fiction and Forecast van desde quienes piensan que el nuevo enigma de la inducción es un pseudoproblema o encuentran inaceptable la teoría de la proyectabilidad allí desarrollada hasta quienes, por el contrario, consideran que dicho enigma constituye uno de los mayores problemas filosóficos formulados en el siglo XX y buscan diversas formas de solucionarlo o están convencidos de que la teoría de la proyectabilidad es esencialmente correcta y tratan de llevarla hasta sus últimas consecuencias. [c] En este ensayo no pretendo pronunciarme con respecto al debate sobre la legitimidad del nuevo enigma de la inducción ni abogar a favor de una propuesta de solución alternativa a la teoría de la proyectabilidad de Goodman. Mi objetivo es más modesto. Solamente intentaré discutir una de las tesis que conforman la teoría de la proyectabilidad. De acuerdo con tal tesis, una hipótesis dada es no-proyectable si y sólo si existe una hipótesis rival y ambas están igualmente apoyadas por la evidencia empírica, no han sido falseadas, no han agotado todos los casos a examinar y no existe alguna otra hipótesis que las anule. La idea que intento defender es que, bajo ciertas circunstancias, dicha tesis no sólo hace imposible la expansión de nuestro conocimiento, sino que además no encaja correctamente con nuestras prácticas inductivas ni con el conocido pluralismo de Goodman. Para mostrar esto, construiré un contraejemplo basado en una pequeña parte de los testimonios que conocemos sobre la perplejidad que causó la iguana en los españoles al momento del Descubrimiento y la Conquista de América, aunque el ejemplo bien podría construirse apelando a otros casos. [d] El desarrollo de este ensayo será en líneas generales el siguiente: en la primera sección, expondré brevemente el nuevo enigma de la inducción y señalaré algunos de los aspectos de la teoría goodmaniana de la proyectabilidad relevantes para nuestro tema de discusión. En las dos secciones siguientes, construiré el contraejemplo de las iguanas. Luego, en la última sección, intentaré desarrollar algunas de las consecuencias más inmediatas de nuestro contraejemplo para la teoría goodmaniana de

3 Ver Avila, Ignacio, “Inducción y proyectabilidad: el extraño caso de las iguanas”, en Reporte 12 Filosofía y Humanidades, Bogotá: Universidad del Rosario, 1999, ps. 2-3.

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la proyectabilidad y trataré de esbozar algunas perspectivas que él deja abiertas y que habrán de ser objeto de investigación en trabajos futuros.

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Cómo... desarrollar el debate en un artículo La función del debate En la introducción Ud. planteó el problema de investigación y formuló su hipótesis; ahora es el momento de explicar el significado de su hipótesis y argumentarla. En el debate Ud. aclara las relaciones existentes entre el marco conceptual, el método utilizado, los hechos observados y la restante información pertinente para la validación de la hipótesis. El debate de un artículo especializado reconstruye en detalle los pasos efectuados para validar la hipótesis. La reconstrucción tiene que ser detallada a fin de que el lector pueda replicar a argumentación en cualquiera de sus puntos y evaluar su solidez. Por lo general, el debate tiene varias secciones encabezadas con subtítulos que reflejan la organización descrita previamente, en el párrafo final de la introducción. La estructura del debate Estructure la argumentación de su hipótesis según la siguiente secuencia: 1) Enfoque teórico. Inicie el debate reconstruyendo las fuentes teóricas de las cuales se alimenta la discusión. Esto se logra respondiendo las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los fundamentos conceptuales del debate? ¿En qué sentido se utilizan en el artículo las palabras clave? ¿Por qué los conceptos o los argumentos extractados de las fuentes son relevantes para el desarrollo de su hipótesis? 2) Métodos. Si su trabajo es de investigación empírica, describa en esta parte los métodos cuantitativos y/o cualitativos que utilizó para obtener datos y recoger información; no olvide explicar los criterios con base en los cuales seleccionó los métodos y diseñó los instrumentos para la recolección de las muestras. Si la investigación involucra la realización de experimentos (empíricos o mentales) u otro tipo de pruebas, descríbalos y argumente su pertinencia para el desarrollo de la hipótesis. 3) Discusión. Pase ahora a discutir la hipótesis de trabajo. Esta es la sección en la que Ud. sistematiza su argumentación y prueba o refuta su hipótesis. Incluya las citas y las referencias bibliográficas que requiera para sustentar partes de su argumentación. Cuanto más amplia sea la discusión en torno a la hipótesis de trabajo y las fuentes, tanto más convincentes resultarán sus conclusiones. En aras de la amplitud, tematice en la discusión preguntas como: ¿Por qué razones su hipótesis constituye una respuesta adecuada al problema? ¿De qué manera el análisis de los datos o de los conceptos respalda su hipótesis? Si su hipótesis es válida, ¿qué otras hipótesis pierden validez? Si su hipótesis sólo es parcialmente válida, ¿qué aspectos del problema quedan sin respuesta y por qué? Recuerde que la discusión tiene varios desenlaces posibles: la validación total o parcial de la hipótesis, su reformulación o su refutación. Cualquiera que sea el resultado, especifíquelo al final de la discusión, ya que constituye un aporte al conocimiento. Usualmente el debate de un artículo especializado ocupa entre 10 y 15 páginas. RECOMENDACIONES ADICIONALES • Vaya al grano: el hecho de que el debate sea la sección más larga del artículo no lo autoriza a extenderse en cuestiones secundarias. Desarrollar una hipótesis en tan sólo 10 o 15 páginas exige una

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disciplina especial; preámbulos históricos, resúmenes de contenidos y discusiones periféricas le quitan espacio importante. • Siga un claro hilo conductor en la exposición de sus argumentos; ordénelos según su grado de importancia o según su pertinencia para las partes de la exposición. Evite en lo posible las digresiones y los saltos de un tema a otro; esto no sólo confunde al lector sino también a Ud. mismo. • Si el artículo utiliza datos estadísticos como parte de la argumentación, asegúrese de señalar de manera explícita las consecuencias que se derivan del análisis de los datos para efectos de la validación de la hipótesis. • Discuta sin miedo las implicaciones teóricas de su trabajo así como cualquier posible aplicación práctica; recuerde que el lector espera que el debate refleje su análisis y sustente sus resultados.

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Cómo escribir...las conclusiones de un artículo La estructura de la conclusión Al finalizar la lectura del debate, el lector espera que Ud. puntualice las conclusiones que se derivan. Las conclusiones son la oportunidad para recapitular los resultados más importantes de la investigación. Por eso es esencial que sean claras y precisas: recuerde que está presentando nuevos conocimientos a la comunidad académica. No reitere detalles ya expuestos en el debate; limítese a presentar las conclusiones y comentarlas brevemente. Evite a toda costa formular conclusiones que no estén sustentadas en el debate previo. Estructure las conclusiones de su artículo respondiendo estas dos preguntas: [a] ¿Cuáles fueron las conclusiones más importantes? [b] ¿Qué consecuencias se derivan de los resultados obtenidos? No siempre las conclusiones corresponden a las expectativas iniciales; a menudo, el debate pone de manifiesto limitaciones o excepciones que obligan a replantear, corregir o incluso abandonar la hipótesis de trabajo. Si esto le sucede, indíquelo en las conclusiones; Ud. no es infalible y nadie le reprochará por admitir los límites de su investigación, pero en cambio sí lo harán si se empeña en ocultarlos. Unas conclusiones bien redactadas ocupan máximo dos páginas.

Ejemplos

LA RELATIVIDAD DEL CONCEPTO DE BIENESTAR4 [a] En este capítulo he delineado un método y sus resultados para obtener cierta idea de la forma en que los inidivudos evalúan los niveles de ingreso. Observamos que esto es posible por medio de un conjunto de preguntas bastante simple e intuitivamente aceptable, la llamada PEI. Al resultado sólo se le puede considerar como una medida de bienestar ordinal cuando se supone que las clasificaciones verbales tienen la misma connotación emocional para encuestados diferentes. Si estamos dispuestos a aplicar una “cardinalización” plausible tal que las diferencias de bienestar entre los niveles sean iguales, también habremos encontrado una medida de bienestar cardinal, útil para comparaciones de bienestar normativas, intra e interpersonales. [b] Obviamente, el método tiene que ser corroborado aún más. También puede ser aplicado a la medición de los estándares para otros conceptos: por ejemplo: riqueza, años de escolaridad, edad, gastos en productos específicos. Ya se han efectuado algunos trabajos en esa dirección (véase, por ejemplo, Van Praag, Dubnoff y Van der Sar, 1985, 1988). Creo que éste es un paso nuevo y fructífero para abordar los problemas de comparación del bienestar en el sentido de la ciencia positiva y normativa.

4 Ver Van Praag, B.M.S, “La relatividad del concepto de bienestar”, en La calidad de vida, Nussbaum, Martha y Amartya Sen (comp.), México: Fondo de cultura económica, 2000, p. 492.

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EL REENCANTAMIENTO DE LO CONCRETO5 [a] He argumentado que la percepción no consiste en recuperar un mundo pre-dado, sino que consiste más bien en una acción perceptualmente guiada en un mundo que es inseparable de nuestras capacidades sensoriomotrices. Las estructuras cognitivas surgen de pautas recurrentes de acción perceptualmente guiadas. Para resumir entonces, la cognición no consiste en representaciones, sino en acciones encarnadas. Correlativamente, podemos decir que el mundo que conocemos no es un mundo pre-establecido; es más bien un mundo enactuado a través de nuestra historia de acoplamiento estructural, y los goznes temporales que articulan la emergencia de diferentes modos de acción están enraizados en rápidas dinámicas no-cognitivas que activan diferentes micromundos. Estos goznes constituyen, a la vez, la fuente del sentido común y de la creatividad en cognición. [b] Es así como la propia búsqueda contemporánea de la ciencia cognitiva para comprender el comprender apunta en una dirección que podemos considerar post-cartesiana. En primer lugar, cada vez hay más evidencia de que el conocimiento se construye desde pequeños dominios; es decir, desde los micromundos y las microidentidades. Estas modalidades básicas de disposición ala- mano son variables a través del reino animal. Pero lo que todos los seres cognitivos parecen tener en común es conocimiento, que es siempre un know-how constituido sobre la base de lo concreto; lo que denominamos lo “general” y lo “abstracto” son agregados de la disposición a la acción. Segundo, estos micromundos no son coherentes ni están integrados en una totalidad que regula a las instancias más pequeñas: es justamente esta falta de orden lo que permite la emergencia de un momento cognitivo de acuerdo a la historia y la constitución del organismo. El meollo de esta autonomía, la rapidez con que el agente selecciona una conducta, es totalmente inaccesible al sistema cognitivo en cuestión. De este modo, lo que tradicionalmente ha sido denominado “irracional” e “inconsciente” no está en contradicción con lo que aparece como racional y volitivo: al contrario, es su verdadero fundamento.

5 Ver Varela, Francisco, “El reencantamiento de lo concreto”, en El fenómeno de la vida, Santiago de Chile: Dolmen Ediciones, 2002, p. 235.

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ANEXO 1 Cómo... plantear preguntas de investigación

En el comienzo está el asombro El ser humano ha sido definido como “simio desnudo”, como “animal racional”, como “animal que fabrica instrumentos”, como “ser dotado de conciencia”... Pero, con toda justicia, puede definírselo también como “animal que hace preguntas”. En un sentido muy profundo, la capacidad de hacer preguntas se encuentra en la base de la condición humana. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La filosofía nace del asombro”, decía Aristóteles; con ello quería decir que todo el conocimiento de que es capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas. ¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué los aztecas no conquistaron Europa? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada: está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a fuerza de costumbre, la realidad se vuelve plana y aburrida, o porque se piensa que sólo lo sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las cosas no son sólo lo que aparentan ser. Como decía Chesterton, “lo admirable no es que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”. El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que sea, que no pueda suscitarlo. Luego, vienen las preguntas El asombro por sí solo no basta: hay que precisar los problemas y formular las preguntas respectivas. Sólo mediante la búsqueda de solución a los problemas el asombro se transforma en conocimiento y así como sentir asombro no es cosa de magia, plantear preguntas tampoco lo es; en todas las áreas del saber hay temas interesantes de investigación. La etimología indica que “investigar” es “seguir las huellas” de un problema. No existe una diferencia esencial entre los problemas de la vida diaria y los de la investigación científica. “¿Qué hay que hacer para conseguir un buen empleo?” o “¿Cómo evaluar el desempeño financiero de una empresa?” son problemas legítimos; “¿Cómo se comportan las partículas subatómicas?” o “¿Cuáles son los efectos de la globalización en la estructura de la sociedad?” también lo son. Lo importante es identificar el problema y plantear la pregunta correspondiente. En la investigación académica, encontrar un problema es hallar una mina de oro: si las preguntas derivadas son significativas y pertinentes, pueden motivar años de trabajo fecundo. ¿Qué hay que hacer?

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Einstein decía: “hacer nuevas preguntas o considerar anteriores desde otro punto de vista requiere creatividad”. La creatividad, empero, no es sólo un don natural: es el fruto del trabajo y la disciplina. Como en todo trabajo creativo, para plantear preguntas no hay fórmulas de validez universal; sin embargo, hay estrategias que Ud. puede probar: 1) El hábito del por qué. Si su novio o novia le dice: “ya no más”, inmediatamente Ud. le pregunta: ¿por qué? La realidad es como una novia o novio caprichoso; por alguna razón, decidió que las manzanas no caen para arriba y que sólo hay dos sexos y no cinco. ¿Por qué? Haga de la realidad una especie de compañero sentimental; preocúpese por sus caprichos, desarrolle el hábito de preguntarle porqué. Un día sin porqués es un día perdido; una asignatura sin porqués es una asignatura perdida. 2) La exploración del tema. En esta fase Ud. efectúa el “reconocimiento del terreno”; es su oportunidad para explorar de una manera amplia el tema de interés. La exploración se basa en el estudio sistemático de los textos escogidos para tal fin, pero no excluye otro tipo de fuentes: tablas estadísticas, medios masivos, bases de datos, estudios de caso, etc. 3) La identificación del problema. Una vez haya precisado el porqué, es hora de plantear el problema que va a investigar. Ya la fase exploratoria debe haberle suscitado inquietudes. Piense ahora en el asunto, eche mano de todo lo que sabe y pregúntese: ¿Qué vacíos hay en las explicaciones contenidas en los textos? ¿Qué argumentos no son convincentes y por qué? ¿Qué aspecto del tema no es profundizado en ningún texto? ¿Qué planteamientos importantes no han sido desarrollados por los autores? Estas y otras preguntas análogas pueden orientarlo. Tómese su tiempo; reflexione, examine el asunto desde distintos ángulos, tome apuntes y deje que sus ideas vayan madurando. Una vez tenga el problema, revíselo: podría tratarse de un falso problema. A esta categoría suelen pertenecer los problemas centrados en cuestiones terminológicas (¿El sur queda abajo o arriba?) y los problemas sin solución (Si Dios es la causa de Todo, ¿qué causó a Dios?). 4) La formulación de la pregunta. Ahora que tiene claro su problema de investigación, formule la pregunta de la manera más concisa posible. Fíjese que la pregunta sintetice el núcleo del problema y que sea comprensible para el lector. Verifique si la pregunta es viable, es decir, si puede ser investigada en un lapso razonable. Formule la pregunta de tal modo que la respuesta no sea un simple sí o no. No pregunte, por ejemplo: “¿Es posible establecer el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?”. Pregunte: “¿Cuál ha sido el impacto de la violencia en el sector agrícola desde 1980?” Evite formular preguntas en forma de dilemas del tipo “¿El neoliberalismo aumenta la pobreza o la disminuye?” Decida qué quiere preguntar. Tampoco pregunte por estados mentales de otras personas: “¿Por qué Tolomeo pensó que la tierra está en el centro del universo?” Por más que Ud. se esfuerce, nunca podrá averiguarlo. Evite plantear preguntas sobre estados futuros de cosas: “¿Puede la biotecnología eliminar los problemas de salud pública en el próximo siglo?” El futuro es, por definición, inaccesible a la investigación empírica. Absténgase de formular preguntas totalizantes: “¿Cuál es el sentido de la existencia?” “¿Cómo funciona el universo y sus alrededores?”; o preguntas disciplinares clásicas: “¿Qué es la filosofía?” “¿Cuál es el origen de la sociedad?” Recuerde que su capacidad de trabajo tiene un límite y que preguntas como éstas son muy difíciles de resolver de manera plausible en una investigación.

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ANEXO 2 Cómo... formular hipótesis de trabajo

¿Qué es una hipótesis de trabajo? Uno de los mayores logros de la civilización occidental es el desarrollo de un método racional de investigación. Este método, basado en el planteamiento de preguntas y el examen crítico de hipótesis, ha sido el motor del progreso científico y de la construcción de conocimiento en las áreas más diversas. El método indica que, ante cualquier dificultad, lo más sensato es identificar en qué radica el problema y aplicar la mejor solución. Esto implica la formulación de preguntas e hipótesis. La pregunta plantea el problema (ver Guía 50a); la hipótesis propone una respuesta que la investigación trata de verificar. La experiencia indica que del correcto planteamiento de la hipótesis depende en gran medida el éxito de la investigación. La hipótesis de trabajo puede definirse como una “conjetura plausible”; esto significa que, frente a una pregunta, la hipótesis de trabajo es la respuesta más satisfactoria que se pueda proponer, habida cuenta de los vacíos detectados y del estado del conocimiento. La hipótesis es “de trabajo” porque sólo ofrece una respuesta provisional; hay que esperar los resultados de la investigación del trabajo para saber si la hipótesis es o no válida. Criterios para formular hipótesis PERTINENCIA Una hipótesis es pertinente si aclara un problema o lo replantea desde una perspectiva distinta. Por eso para su formulación es clave que Ud. realice un buen trabajo de documentación y revisión del estado de la investigación. Esto le ahorrará “descubrir el agua tibia”, como le pasa a José Arcadio Buendía cuando descubre que “la tierra es redonda como una naranja”. PLAUSIBILIDAD Toda hipótesis indica una relación entre dos o más variables. La formulación de esta relación debe ser formalmente correcta (la hipótesis no puede ser tautológica o contradictoria) y las variables tienen que haber sido definidas previamente: sólo así el proceso de investigación tiene la orientación necesaria para verificar si la relación entre variables postulada en la hipótesis es válida o errónea. También es importante que la hipótesis no entre en contradicción flagrante con hechos plenamente establecidos. Por ejemplo, en la hipótesis “La clase media, cuando es oprimida por una dictadura, se rebela o no se rebela”, la relación entre las variables (‘clase media’, ‘dictadura’, ‘rebelión’) es tautológica; si cambiamos la ‘o’ por una ‘y’ la tautología se transforma en una contradicción. En ninguno de los dos casos la hipótesis funciona. Para corregirla, la hipótesis puede reformularse así: “La clase media, cuando es oprimida por una dictadura, sólo se rebela si obtiene el apoyo de una facción importante del ejército”. Esta hipótesis es formalmente correcta y sólo exige para su adecuada comprensión que previamente se haya aclarado el significado de los términos “clase media”, “dictadura”, “rebelión” y “facción importante del ejército”. VERIFICABILIDAD

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Una hipótesis es una respuesta provisional; por eso es esencial que su referente empírico sea observable (a menos que se trate de una hipótesis especulativa) y que esté formulada en términos que dejen abierta la posibilidad de su verificación o su refutación. Una hipótesis cuyas implicaciones prácticas o teóricas no se pueden poner a prueba mediante experimentos, mediciones o revisión crítica, no es investigable. Hipótesis típicamente no verificables son, por ejemplo: “Si Colón no hubiera descubierto América, la bomba atómica no habría caído en Hiroshima” o “Los valores son la esencia de la convivencia”. La primera hipótesis no es verificable porque postula una relación causal ficticia; la segunda, porque postula la existencia de un entidad metafísica inobservable (la esencia de la convivencia). Hipótesis parecidas pero verificables son: “Si el azúcar se pone en el agua, se disuelve” y “El nivel de confianza en una sociedad es proporcional a su estado de desarrollo”. SIMPLICIDAD En consonancia con el principio conocido como la “cuchilla de Ockham”, las mejores hipótesis son también las más simples; es decir, aquellas que tienen un mayor alcance explicativo con base en un menor número de variables y supuestos. Simple no significa aquí lo contrario de complejo sino de complicado. Cuantas más variables y supuestos teóricos tenga una hipótesis, tanto más probable es que esté mal formulada o que conduzca a un callejón sin salida. Compare, por ejemplo, estas dos hipótesis: (1) “Las manzanas caen debido a la fuerza que ejerce sobre ellas la gravedad terrestre”. (2) “Las manzanas caen debido a la relación que existe entre la fuerza de gravedad, la resistencia del aire, la redondez de la manzana y la tendencia de los objetos a permanecer lo más cerca posible del suelo, siempre y cuando otras fuerzas no se interpongan en la trayectoria de su caída”. Ahórrese confusiones: formule su hipótesis de la manera más clara y breve posible. Evite incluir en la hipótesis detalles metodológicos o contextualizaciones históricas que no vienen al caso. Procure que la hipótesis no ocupe más de una oración o más de 5 líneas; si es más extensa, abréviela omitiendo lo que no sea indispensable para su comprensión. Y recuerde que... El contexto de formulación de la hipótesis varía según el formato académico. En la reseña reconstructiva el objetivo es plantear la hipótesis; por eso ésta aparece en la reseña a manera de conclusión. En el ensayo de opinión el objetivo es debatir la hipótesis; por eso ésta se enfrenta con una hipótesis contraria en el desarrollo de la argumentación. En el artículo especializado el objetivo es validar la hipótesis; por eso ésta se plantea en la introducción, antes de la discusión detallada que conduce a su demostración o a su refutación.