39928160 rudolf bultmann historia de la tradicion sinoptica

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  • HISTORIA DE LA

    TRADICIN

    SINPTICA

    Rudolf

    Bultmann

    SIGEME

  • RUDOLF BULTMANN

    HISTORIA DE LA

    TRADICIN SINPTICA

    Prlogo de Xabier Pikaza Eplogo de Gerd Theissen

    EDICIONES SIGEME SALAMANCA

    2000

  • Tradujo Constantino Ruiz-Gaindo

    sobre el original alemn Die Geschichte der synoptischen Tradition

    Vandenhoeck & Ruprecht, Gottingen l0

    1995 Ediciones Sigeme S A 2000

    Apartado 332 - E 37080 Salamanca/Espaa

    ISBN 84 301-1370-3 Deposito legal S 627-2000 Pnnted n Spain Trafotex Fotocomposicion S L Imprime Grficas Varona, S A Polgono El Montalvo - Salamanca, 2000

  • CONTENIDO

    Xabier Pikaza

    Prlogo a la edicin castellana

    1. Introduccin. El libro: historia y actualidad ........................................... 10 2. Bultmann pensador. Dilogo filosfico-religioso ................................. 14 3. Bultmann hermeneuta. De las fuentes a las formas evanglicas ............ 21 4. Bultmann telogo. Tradicin evanglica e identidad de Jess............... 31 5. Conclusin, fin de milenio. Bultmann. libro abierto .............................. 41 Obras bsicas de Bultmann ........................................................................ 53

    Sugerencias bibliogrficas del traductor espaol....................................... 55

    Prefacio ...................................................................................................... 57

    La tarea y sus medios ................................................................................. 61

    I

    LA TRADICIN DE LAS PALABRAS DE JESS

    1. Apotegmas ............................................................................................ 71 2. Palabras del Seor ................................................................................. 129

    II

    LA TRADICIN DEL MATERIAL NARRATIVO

    1. Historias de milagros ............................................................................. 267 2. Narracin histrica y leyenda ................................................................ 303

    III

    LA REDACCIN DEL MATERIAL TRADICIONAL

    1. La redaccin del material de discursos .................................................. 383 2. La redaccin del material narrativo y la composicin de los Evangelios. 399

    Conclusin .................................................................................................. 429

    ndice de los pasajes evanglicos citados ................................................... 437

    ndice analtico ........................................................................................... 445

  • 8 Contenido

    Gerd Theissen

    La investigacin de la Tradicin sinptica desde R. Bultmann. Visin de conjunto de la labor de la historia de las formas

    durante el siglo XX

    Introduccin: Cinco hiptesis fundamentales de la historia clsica de las

    formas .................................................................................................... 447

    I. Estudio de la teora y del mtodo de la historia de las formas .............. 450 1. La relacin entre la tradicin y la redaccin ................................... 450 2. La clasificacin de las formas ........................................................ 452 3. La reconstruccin de la prehistoria oral .......................................... 454 4. La cuestin acerca del Sitz im Leben ......................................... 458 5. El encuadramiento en la historia de la literatura ............................ 461

    II. Investigacin de las formas menores.................................................... 462 1. Palabras de Jess ............................................................................ 462 2. Los smiles de Jess ....................................................................... 466 3. Los apotegmas................................................................................ 469 4. Historias de milagros ..................................................................... 472 5. La historia de la pasin .................................................................. 475

    III. Investigaciones sobre la recopilacin de la tradicin ........................... 478 1. Recopilaciones pre-sinpticas ........................................................ 478 2. La fuente de logia ........................................................................... 479 3. El Evangelio ................................................................................... 481

    ndice general 489

  • PROLOGO A LA EDICIN CASTELLANA

    Xabier Pikaza

    Tiene el lector en sus manos un libro clave de la historia cultural del occi- dente. donde se combinan y fecundan anlisis filolgico de los evangelios, re- construccin histrica de Jess y bsqueda religiosa de la modernidad Se public por vez primera hace casi ochenta aos (1921) y desde entonces ha ve- nido influyendo de manera positiva y critica en casi todos los trabajos impor- tantes sobre religin, cristianismo y evangelio Su ltimo editor alemn, G Theissen, al final del eplogo, incluido en esta edicin castellana, dice que es la aportacin ms importante del presente siglo XX en el campo de la lite- ratura sobre los evangelios

    Como el lector advertir por el ndice, esta edicin incluye, junto al libro de Bultmann en su edicin de 1931, el eplogo de G Theissen, ya aludido, y este prlogo que intenta presentar a los lectores hispanos la figura teolgica de Bultmann, dentro del panorama cultural y religioso de su tiempo (a principios del siglo XX) Quien la conozca ya, pase directamente a su obra Quien quiera situarlo en el contexto de la literatura posterior sobre los sinpticos (de 1931 a la actualidad), empiece leyendo el magistral eplogo de Theissen

    1

    Mi prlogo incluye cinco partes 1 una introduccin sobre el libro en si (origen y ediciones), 2 una presentacin de Bultmann, con su vida y pensa- miento bsico, en lnea filosftco-rehgiosa, 3 un esquema general de los pre- supuestos hermenuticos que influyen en su obia (edicin de 1921). 4 un es

    1 G Theissen ha publicado con A Meiz un manual extenso sobie El Jess histonco Si gueme Salamanca 1999 donde el lectoi hallara un desarrollo extenso de los temas del Epilogo a este libro Son tambin significamos sus trabajos anteriores sobie el evangelio Estudios de so iu>lo>ia sobie el ciistiuntsmo pnmitno Sigeme Salamanca 1985 v Colando local \ contexto histrico en los exanqclios Sigeme Salamanca 1997 Yo escrib mi tesis doctoial de fi losofa sobre el tema base de este libro E x r e s i s \ filosofa El pensamiento de R Bultmann \ O Culi memn Casa de la Biblia Madrid 1972 y compuse el piologo para la edicin castellana de R Bultmann Teologa del nue\o testamento Sigeme Salamanca 1997 11 ~\4 Cf tambin Amot Riabal \ Bultmann en X Pikaza (ed ) Dilogos sobie \moi Rutbal Estudios Madnd 1970 119 153 Bultmann x Barth intentan compiendei se (Anotaciones en tomo al epstola/10 mantenido entie Beuth x Bultmann) Dialogo Ecumnico 27 (1972) 275 320 la espetan a en Bultmann x Moltmann en La espean a en la Biblia XXX Semana bblica espaola Madnd 1972 215 245 Pie supuestos filosficos ele la ex e g es t s de R Bultmann x J Moltmann Estudios 28 (1972) 151 227

  • 10 Prlogo a la edicin castellana

    tudio sistemtico de la teologa que ha venido a reflejarse en la segunda edi- cin de su obra (1931); 5. una conclusin que evala la herencia de Bultmann, situando su libro a finales de este segundo milenio

    2.

    1. Introduccin. El libro: historia y actualidad

    Bultmann public su Historia de la tradicin sinptica en 19213. Eran tiem-

    pos de fuerte creatividad teolgica (sobre todo protestante) y filolgica. Bult- mann (nacido en 1884) haba llegado a la plenitud de su vida, en el plano re- ligioso (bsqueda de la identidad cristiana), intelectual (comprensin de la existencia humana) y prctico (anlisis filolgico). De esa forma, situado sobre la cumbre de una gran generacin de exegetas y pensadores cristianos, pudo es- cribir una obra como sta.

    a) Libro vivo. Ediciones y complementos

    El libro tiene una historia que llena casi todo este siglo. Apareci en 1921, pero tard cierto tiempo en convertirse en obra mayoritaria: la segunda edicin lleg slo a los diez aos (1931), la traduccin inglesa a los cuarenta y dos (1963)

    4. Pero desde entonces ha estado y sigue estando vivo, como libro clave

    de la historia religiosa de occidente. Estas son las ediciones y ampliaciones principales:

    -1931. Nueva edicin revisada y definitiva. Como indica el Prefacio, incluido en es-

    ta edicin castellana, Bultmann re-elabor su obra, completando la bibliografa y

    precisando el sentido de algunos textos. En ella expres tambin su teologa sobre

    el mito pascual de Cristo, a quien entiende como Seor divino y juez (salvador)

    de los humanos. De esa forma asume el tema de su obra complementaria sobre Je-

    ss (1926)5.

    -1971. Cuaderno complementario. A medida que fueron aumentando las ediciones

    de la obra (1957. 1958, 1961,1964...). con la ayuda de Ph. Vielhauer6, Bultmann

    2. Ir presentando progresivamente las obras bsicas de Bultmann, aludiendo a la versin castellana, cuando la hubiere. Su bibliografa est recogida en R. Bultmann, Exegetica. Anjsatze :ur Erforschung des Neuen Testaments. Mohr, Tbingen 1967, 483-507.

    3. Geschichte der sxnoptischen Tradition. FRLNT 29, Vandenhoeck & Ruprecht, Gttingen 1921.

    4. The History ofthe Synoptic Tradition. Blackwell, Oxford 1963. La traduccin fue elabo- rada por J. Marsh, discpulo de Bultmann en los aos en que apareci la segunda edicin alema- na de su obra (1931 -1932).

    5. Esta es desde entonces la edicin modelo, que Bultmann no ha vuelto a cambiar. Sobre ella se han hecho todas las traducciones y ediciones posteriores, incluida sta.

    6. Vielhauer asume, resume y recrea, de forma esplndida, la obra de Bultmann, en Historia de la literatura cristiana primitiva. Sigeme. Salamanca 1991, 267-426.

  • Prlogo a la edicin castellana I

    prepar, ya en 1958, un Erganzungsheft o Cuaderno complementario, con amplia- ciones bibliogrficas al texto base de 1931. Ese Cuaderno, reelaborado por G. Theissen (4.

    a edicin en 1971), ofreca un panorama extenso (ms de cien pginas

    de letra menuda), sobre los estudios bsicos que haban ido apareciendo desde 1931 sobre el tema

    7.

    -1995. Edicin con eplogo. G. Theissen ha preparado la nueva edicin, sustituyen- do el Cuaderno complementario, que hubiera exigido una obra nueva y muy volu- minosa, pues se han multiplicado al infinito los estudios sobre Jess y la tradicin sinptica

    8, por un Eplogo o Nachwort donde ofrece una visin panormica y valo-

    rativa (no bibliogrfica) sobre la investigacin sinptica en los ltimos aos (de 1931 a 1995). Hemos adoptado este criterio, publicando la obra original de Bult- mann, con el Eplogo de Theissen, pero aadindole un Prlogo para lectores de lengua castellana

    9.

    Sobre la edicin alemana de 1995 hemos preparado la nuestra. Es ya tiem-

    po de que esta obra cumbre de la exgesis y teologa cristiana, criticada por

    unos, ensalzada por otros, aprovechada por todos, aparezca entre nosotros, pa-

    ra que puedan estudiarla y valorarla mejor los estudiosos de lengua castellana,

    en este momento de transicin y creatividad bblica en que nos hallamos.

    Es un tpico decir que estamos ante un nuevo perodo, un tercer estadio en

    la investigacin sobre Jess. El primero estuvo dominado por la ilustracin ra-

    cionalista del siglo XIX, que an pervive en formas tardas de crtica o fcil

    moralismo; el segundo, por algunos seguidores de Bultmann, deseosos de en-

    tender el evangelio en claves de interioridad creyente o compromiso existen-

    cial, pero ms abierto a los valores de la historia. Queremos que el tercero, en

    el que estamos, se defina por su fidelidad crtica a los textos y su radicalidad

    1 El texto base (de 1931) sigui sin cambiar. Este Cuaderno {Erganzungsheft, bearbeitet von Gerd Theissen und Philipp Vielhauer. 4. Auflage. Vandenhoeck & Ruprecht. Gottingen 1971) apareca como anejo bibliogrfico y manual de consulta La primera traduccin inglesa (he His- tor\ of the S\noptw Traditum, Blackwell, Oxfoid 1963) recoge slo el texto base de 1931. la se- gunda y tercera, de 1968 y 1972. introducen el Supplement, el Cuaderno complementario de 1958 Tambin nosotros habamos pensado introducir ese Cuaderno en esta edicin castellana, pues ofrece un buen panorama de la investigacin sobre el tema entre 1931 a 1970 Pero, al fin. lo hemos de|ado. pues de introducirlo habra que aadn tambin la bibliogiafa posteuoi. casi inabarcable (de 1971 a 1999). incluyendo las obras en ingls, trances, espaol e italiano, cosa que nos llevara a escribir una obra distinta. Adems, correramos el nesgo de cambiar el sentido del libro original de Bultmann, en su edicin de 193!

    8. Los dos ltimos libros de Theissen ya citados (Colorido local \ contexto histrico en los evangelios. Sigeme. Salamanca 1997. y G. Theissen-A Mer7, El Jesus histrico. Sigeme, Sa- lamanca 1999) pueden entenderse como una actualizacin de la obra antigua de Bultmann Esos libros, con el Eplogo incluido en la edicin actual de Bultmann. sitan su obra en el contexto de la exgesis actual.

    9 Para informacin bibhgrfica. habr que acudir a los boletines especializados Ct Elen- chus Biblioqraphicus Bibhcus (PIB, Roma, desde 1968). Internationale Zeitschnftenschau fui Bibelnissenschaft und Grenzgelnete (Patmos. Dusseldorf, desde 1951) o New Testarnent Abs- trais (Cambridge MA, desde 1956)

  • 12 Prlogo a la edicin castellana

    evanglica10

    . Ha empezado un tiempo de diversificacin y ampliacin cultural; los buenos libros sobre Jess y el evangelio no se escribirn ya slo en alemn o ingls, sino tambin, y de un modo especial, en castellano. Por eso es muy valiosa la edicin de esta obra clave de R. Bultmann, que nos sita entre el pri- mer y tercer quest de la investigacin sobre Jess".

    b) Edicin castellana. Bultmann para el siglo XXI

    No he querido juzgar la obra de Bultmann (ensalzarla o criticarla), sino ayu- dar a comprenderla, al comienzo del siglo XXI. Este es un momento bueno pa- ra ello. Unos, sobre todo los catlicos ms tradicionalistas, le haban criticado sistemticamente, pensando que negaba o relativizaba la historia de Jess, con- virtiendo el evangelio en mito

    12. Por el contrario, muchos protestantes llama-

    dos progresistas le haban aceptado sin crtica ninguna, tomando sus presu- puestos exegticos como postulados infalibles

    13. Pues bien, hoy que ha pasado

    el tiempo de influjo inmediato de Bultmann podemos entender mejor su obra, para avanzar partiendo de ella. No se trata de ensalzar ni criticar a Bultmann, sino de caminar con l. recorriendo la historia apasionante de la tradicin si- nptica

    14.

    10. Para el primer quest. cf. A. Schweitzer, Von Reimanis zu Wrede. 1906 (2a ed.: Geschich- te der Leben-Jesu-Forschung, 1913; edicin parcial castellana: Investigacin sobre la vida de Je- ss, San Jernimo, Valencia 1990). Para el segundo, cf. J. M. Robinson, A New Quest ofthe His- torical Jess, SBT 25. London 1959; para el tercero: B. Witherington III, The Jess Quest. The Third Search for the Jew ofNazaret, Paternster. Carlisle 1995; M. Borg. Jess in Contemporary Scholarship, Trinity. Valley Forge. PENN 1994.

    11. El primer quest (siglo XIX) estuvo dominado por la visin de un Jess moralista e ilus- trado. El segundo, por un Jess dialctico y existencial. El tercero pone de relieve los aspectos li- beradores y universales del evangelio.

    12. Como ejemplo de recepcin negativa de Bultmann, entre los exegetas catlicos de pres- tigio, cf. P. Benoit, Reflexiones sobre la 'Formgeschichtliche Methode', en Id., Exgesis y teolo- ga I, Studium, Madrid 1974, 211-252 (= Revue Biblique 53 [1946] 481-512 y Exgse et tho- logie I. Cerf, Paris 1961, 62-90). La recepcin de los manuales catlicos ha sido prudente: cf. J. Caba, De los evangelios al Jess histrico. Introduccin a la cristologa. BAC. Madrid 1976. 323-370; V. Manucci, La Biblia como palabra de Dios. Introduccin general a la sagrada Es- critura, DDB, Bilbao 1985, 280-284: J. M. Snchez Caro. Hermenutica bblica y metodologa exegtica, en Id. (ed.). Introduccin al estudio de la Biblia II, EVD, Estella 1990, 384-390; P. Grelot, Los evangelios y la historia. Herder, Barcelona 1987; Las palabras de Jesucristo. Herder, Barcelona 1988 (= Introduction a la Bible III, 6-7. Descle, Paris 1986). ha elaborado su obra en dilogo crtico, pero siempre respetuoso, con Bultmann. Aceptacin bsica del mtodo exegtico de Bultmann en Pontificia Comisin Bblica. La interpretacin de la Biblia en la Iglesia, 1993.

    13. Fue importante la recepcin positiva de O. Cullmann, Les recentes tudes sur la forma- tion de la tradition evangelcete: RHPhR 2 (1925) 459-477, 564-579. que despus mantuvo una fuerte polmica con Bultmann. como he mostrado en Introduccin a O. Cullmann, Cristologa del nuevo testamento. Sigeme, Salamanca 1998.

    14. Replantearemos el tema al final de la introduccin; pero ya desde aqu queremos recor- dar el nombre y obra de algunos representantes ms significativos de este nuevo camino: R. E. Biown. The Death ofthe Messiah (2 vols.), Doubieday. New York 1994; R. A. Horsley, Jess and

  • Prlogo a la edicin castellana H

    De esa historia trata sistemticamente este libro. Es libro de texto, no fic- cin emocionante que puede leerse de corrido, ni novela de secretos escabro- sos. donde se descubren los misterios ocultos de la vida de Jess, sino un ma- terial de trabajo, que slo en estudio detenido puede comprenderse. Es un libro honrado y denso, un difcil y exquisito trabajo de filologa griega e histo- ria de las tradiciones sinpticas. Para comprenderlo, ser bueno que el lector conozca un poco el griego, pues en griego se escribieron las tradiciones de Je- ss que aqu se estudian; es importante que maneje una sinopsis con los textos paralelos de los tres primeros evangelios; es, finalmente, imprescindible que pueda y quiera familiarizarse con el nuevo testamento, de manera que lo tome como texto base de su estudio.

    No es un libro autnomo, que puede comprenderse por aislado, sino libro sobre un libro, es decir, interpretacin de las tradiciones incluidas y re-elabo- radas en los sinpticos. Por eso, el texto de lectura bsica no es ste, sino el li- bro de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. No olvide el lector que todo lo que Bultmann dice es slo una hiptesis cientfica y una interpretacin cul- tural (filosfico-religiosa) de las primitivas tradiciones cristianas. Lo que im- porta y permanece son los evangelios de Jess; la obra de Bultmann sirve y va- le en la medida en que nos ayuda a interpretarlos y entenderlos.

    No es libro fcil, que se lee y deja, como crnica de prensa, sino estudio denso donde se recopilan, comparan e interpretan los textos fundamentales de la tradicin sobre Jess. Un lector no preparado puede sentirse perdido: le pa- recer encontrarse ante un conjunto de teoremas o leyes fsicas. No se desani- me, lea por s mismo los pasajes evanglicos que Bultmann va poniendo en griego ova citando a lo largo de su libro. Estoy seguro de que acabar apasio- nado con el tema, como un explorador que puede navegar no a la deriva, si- no con buena gua, por el mundo fantstico de las tradiciones de Jess.

    Bultmann no le ofrecer una solucin definitiva, pero puede acompaarle de una forma crtica, ayudndole a entender los momentos bsicos de la tradi- cin sinptica. Por eso es importante conocerle, para evocar, partiendo de l, los problemas religiosos fundamentales de principios del siglo XX, situando a partir de ellos el tema y texto de la obra, en este comienzo del siglo XXI '\

    the Spncil of Vileme, Harpei. San Fianeisco 1987. R D Kaylor, Jess the Pn,ihet His Vision on the Kuu>dom on Eai th Kno\. Louisville KY 1994. J P Meiei. A Marginal Jen O vols ). Dou- bledav New York 1991 1996 (= Jess- un judo maiauuil I. EVD. Estella 1998). E P Sandeis. Jess and Jiulaisin SCM. L ondon 1985. N T Wnght. The VT and the Vutois of the People of Ood I. SPCK. London 1992. Id . Jess and the VIL ton of God II. SPCK. London 1996 He ofre- cido una \ision crtica del tema en Este es el hombre Manual de cnstoloi;ia, Estudios Tnmta- nos. Salamanca 1998

    15 Bultmann comien/a su libro hablando de La linea \ sus medios de estudio de la tradicin sinptica, a paitir de autoies como Wiede y Weiss. de Gunkel \ Wellhausen. pasando inmediata- mente a las palabias de lesus (apotegmas \ loqia) Es posible que se sienta inquieto tpoi qu empieza Bultmann de esta toima'< qu critenos sigue paia distingun lo piopio de Jess > lo crea- do por la Iglesia ' ( donde acaba la taiea de la histona \ donde empieza el mito' Para espondei a esas \ otias piegunta^ he escnto este prlogo

    file:///C:/ision
  • 14 Prlogo a la edicin castellana

    2. Bultmann pensador. Dilogo fosfico-religioso

    Est apareciendo, incluso en los estudios bblicos, un tipo de investigador cientfico que se ocupa slo del estudio positivo de los textos, dejando a un la- do los restantes elementos filosficos o religiosos del evangelio

    16. Pues bien,

    en contra de esa especializacin o reduccin positiva de la exgesis, R. Bult- mann (1884-1976), ha querido ser un investigador integral, interesado por to- dos los aspectos y momentos del texto, tanto en el plano cultural como social y religioso. Era un hombre enciclopdico: le ha importado todo, literatura e his- toria, filosofa y ciencias religiosas, teologa y vida eclesial. Nunca ha querido ver los textos slo desde fuera, sino que ha buscado y encontrado en ellos una voz personal y una respuesta a los problemas y riquezas de la vida. Lgica- mente, su obra slo podr entenderse desde el fondo de su rica personalidad de pensador y creyente.

    a) Breve vida. Origen y estudios

    R. Bultmann naci el 20 de agosto de 1984, en una aldea llamada Wiefels- fede, cerca de Oldenburg, Alemania. Por lnea paterna y materna, era descen- diente de pastores protestantes. Vivi de nio en otra aldea, llamada Rastede, donde su padre era Pastor de la Iglesia luterana, y estudi en su escuela (Volks- schule) de 1892 a 1895. Se march despus a la pequea ciudad de Oldenburg, donde trasladaron a su padre, y all curs el bachillerato en el Gymnasium o Instituto humanista (1895-1903). De esos tiempos recordaba Bultmann las cla- ses de religin y literatura griega y alemana, con el teatro y la msica. Empe- z a estudiar teologa en Tubinga (tres semestres, entre 1903-1904), donde le influy un historiador de la Iglesia: K. Miiller. Estudi luego dos semestres en Berln (1905), siendo discpulo de H. Gunkel y A. von Harnack. Vino final- mente a Marburgo (1906) y all escuch a los grandes neokantianos, licencin- dose en teologa, en 1910, con un trabajo

    17 realizado bajo la direccin de J

    Weiss y luego de W. Heitmller, sobre la predicacin de san Pablo y la diatri- ba de los cnicos griegos. Bultmann se inici muy pronto como Lehrer o maestro de religin en el Ins- tituto de Oldenburg (1906-1907). Luego fue Repetent (repetidor, maestro auxi- liar) de teologa en el Seminarium Philippinum de Marburgo (1907-1912), alternando as docencia y estudios. Culmin su carrera en 1912, escribiendo ba-

    l Contra esa especializacin se han elevado en estos ltimos aos muchos partidarios de

    una lectura sincrnica o literaria de la Biblia, cf A Wilder, Early Chnslian Rhetoric. Cam-

    bridge MA 1971, R Alt. TheArtofBiblicalNarrative, Alter. New York 1981. R Alt-F Kermo

    de (eds ), The Literan Cuide to the Bible. Cambridge MA 1987 17 Dei Sril derpaulinischen Predigt und die k\msch-\tm%he Diatnbe, FRLANT 1 3. Van-

    denhoeck & Ruprecht, Gottingen 1910 El mismo Bultmann ha contado esta historia en sus Au- tobiogiaphische Bemerkungen y Ski;:en. recogidos en K Barth-R Bultmann, Bnefwechsel 1922-1966. TVZ. Zunch 1971, 313-324

  • Prlogo a la edicin castellana 15

    jo la direccin de A. Jlicher (1857-1938). especialista en las parbolas, su te- sis de habilitacin sobre La exgesis de Teodoro de Mopsuestia y gradundose como doctor en teologa. Ese mismo ao fue nombrado Dozent (profesor auxi- liar) de nuevo testamento, en la Universidad de Marburgo, donde permaneci por cinco aos (1912-1916)

    18.

    Si prescindimos de los meses de enseanza en Oldenburg (entre 1906 y 1907), Bultmann permaneci diez largos aos en Marburgo (1906-1916), co- mo estudiante, repetidor y profesor auxiliar, dedicado no slo a la Biblia, sino a la filosofa y filologa griega. Fueron aos fecundos, de aprendizaje y amis- tad con algunos de los ms grandes exegetas (Weiss, Heitmller, Jlicher), te- logos (W. Herrmann), filsofos (Cohn, Natorp, H. Hartmann), fillogos (C. Jensen. F. Pfister) e historiadores del arte (R. Gunther) de aquel tiempo. De ca- si todos tendremos que hablar en lo que sigue. De un modo especial le influ- yeron W. Heitmller, especialista en historia de las religiones, y M. Rade. re- dactor de Die Christliche Welt, rgano oficioso de la teologa liberal, donde Bultmann public sus primeros trabajos de pensamiento y filosofa de la reli- gin. Estos fueron aos de apertura cultural y mltiples encuentros, aos de in- ters comprometido por un nuevo cristianismo. All empez un camino denso de enseanza universitaria (hasta la jubilacin. 1951) y de relaciones fecundas con amigos y discpulos

    19.

    En 1916 fue llamado como profesor extraordinario a Breslau, Silesia (hoy Polonia), y all permaneci por cuatro aos, hasta 1920. Fueron tiempos de guerra y posguerra, de fuertes miserias y grandes necesidades. Su hermano ma- yor cay en la guerra (en el frente de Francia). El trabaj ms intensamente. Se cas, tuvo dos hijas (la tercera nacera en Marburgo) y pudo elaoorar nuestra obra, que aparecer, corno sabemos, en 1921. En otoo de 1920 le llamaron co- mo profesor ordinario (catedrtico) a Giessen, donde sucedi a W. Bousset. Se encontr all muy a gusto y hubiera permanecido ms tiempo, pero en otoo de 1921, le llamaron a Marburgo, como sucesor de Heitmller

    20. Este era su ho-

    gar acadmico, sta su ciudad cultural; por eso vino y se qued definitivamen-

    18. Adems de sus notas biogiticas, cf W Schmithals. Die Theologie R. Bultmanns, Mohr Tubingen 1966. 1-22 Uno de los ms bellos etratos que conozco del ambiente de Marburgo, en aquel tiempo, es el que ofrece J Ortega y Gasset, Goethe desde dentio, en Obi as completas IV. Revista de Occidente. Madrid 1957, 403-404, aludiendo sobre todo al influjo que ejerca el pen- samiento de H Cohn, del que luego hablaremos

    19 Permtaseme un recuerdo personal Por conse]0 de H Schher. uno de los grandes discpulos y/o amigos de Bultmann (ct K Barth-R. Bultmann. Bnejwechsel, 317, 324), elabor entre 1970 y 1972 mi tesis doctoral en filosofa sobre exgesis bblica e historia, comparando las posturas de Bultmann y Cullmann Bultmann tena casi noventa aos y no pudo ayudaime. pues estaba muy debilitado A pesar de ello, quiso agradecerme personalmente la tesis, en carta manuscrita muy ceicana y laudatona. donde lamentaba no poder juzgar su contenido, pues sus o]os estaban tan cansados que los mdicos le impedan ya leer Desde aqu, pasados casi treinta aos, quiero agradecer su inters amistoso

    20 Sigo utilizando los datos del mismo Bultmann. ct K Baith-R. Bultmann, Bnefwechsel 315-316

  • Ib Prlogo a la edicin castellana

    te, a pesar de otras invitaciones (en 1930 le llamaron a Leipzig), hasta su jubi- lacin (1951) y muerte (1976).

    Los diez primeros y felices aos de su docencia de Marburgo (1921-1931) son fundamentales para nuestro tema, pues son los que transcurren entre la pri- mera y segunda edicin de su Historia. Son los tiempos de su encuentro con la teologa dialctica y el existencialismo, como luego veremos. Despus vinie- ron los aos ms duros del nazismo y de la guerra (de 1933 a 1945). Sin opo- nerse frontalmente al rgimen de Hitler (como har K. Barth), Bultmann se dis- tancia de l y forma parte de la Bekennende Kabirche (Iglesia confesante y libre), siendo marginado por ello. Su ltimo hermano muri en un campo de concentracin. Tras la victoria de los aliados, particip en el resurgimiento de su universidad de Marburgo y fue reconocido como maestro, especialmente en Gran Bretaa y USA

    21.

    En el momento inicial de su carrera, Bultmann no fue un escritor prolfico, al menos en el campo bblico, sino todo lo contrario: entre 1910 (ao de su te- sis) y 1921 (ao de la primera edicin de nuestro texto), aparte de algn traba- jo ocasional sobre exgesis

    22, slo public unas pocas recensiones sobre libros

    de tipo exegtico y filosfico-teolgico. Ms que la Biblia en s, pareca im- portarle el pensamiento religioso. Por vocacin y estudio, vino a situarse en un lugar donde confluan tres grandes corrientes culturales: filosofa, teologa li- beral e historia de las religiones. Ellas determinan no slo el principio, sino to- do el transcurso de su obra exegtica.

    b) Filosofa. Cultura sagrada, ser humano

    Bultmann fue un filsofo de la cultura y de la religin, y dedic a ese tema los trabajos ms significativos de su produccin intelectual, entre 1917 y 1922, precisamente en los aos en que estaba elaborando y/o haba acabado de editar su Historia de la tradicin sinptica. La orientacin bsica de su pensamiento se encuentra vinculada a la tradicin neokantiana de Marburgo, representada por sus dos pensadores ms significativos: Cohn y Natorp. Por eso debemos recordarlos

    21.

    21 He precisado las posturas de Bultmann y Barth ante el nazismo a partir de su correspon- dencia epistolar (Bnefnechsel, 138-176) en Bultmann \ Barth intentan compienderse, 304-312 Bultmann es menos ladieal en su condena del terror nazi (Nazi-Tenor, cf Bnefwechsel. 316), pe- ro debemos recordar que l no era suizo y tema menos libertad que Barth El mismo Bultmann (Bultmann \ Barth intentan comprende/ se, 318) recuerda con agiado su participacin en las Shaf- fer Leituies (1951, Yale USA) y en las Giffonl Lectures (1955. Edinbuigh UK)

    22 Ct. Das ieh>iose Momenl in dei etluschen Unterweisung des EpiLtet und das Nene Ies- tamenl ZNW 13 (1912) 97-110, 177-191 y Die ti age nach dem messiamschen Beuusstsein Jesu und das Petius-Bekenntnis ZNW 19 (1920) 164-174 Bibliografa en R Bultmann. Lxetfetica. 483ss Estos trbalos fueron publicados en Chnsthche Welt y han sido recogidos poi J Moltmann en Anfange dei dialektischen Theoloi>ie (2 \ols ). Kaisei. Munchen 1963 y 1966

    23 Bultmann ha reconocido su deuda respecto a Cohn y Natorp en K Baith-R Bultmann Bnefuechsel. 317

  • Piollo a la edicin castellana 17

    -H Cohn (1842-1918) haba empezado elaborando un especie de lehqwn filosofi ca ele la cultiua centrada en la aspiracin infinita del humano, que se trasciende a si mismo en linea de conocimiento (teora), accin (moral) y goce esttico (aite) En ese ambiente, donde se exaltaba el despliegue divino de la cultura humana, aprendi a pensar R Bultmann, con filsofos como Ortega y Gasset y telogos co- mo Barth que compartan el mismo ambiente neokantiano de Maiburgo Debemos sealar que en los ltimos aos, H Cohn se fue volviendo cada vez mas judio hasta convertirse por su obra postuma (Die Religin cler Veinunft aus den Quellen des Judentums Eme udische Rehgionsphilosophe 1918), en guia de un movi- miento israelita de recuperacin nacional y espiritual Tambin Bultmann recorre- r a partir de 1924 un camino convergente de ecuperacion cristiana

    14

    -P Natoip (1854 1929) identifico la racionalidad religiosa con la moialidad unive sal del cristianismo A su juicio la trascendencia metafsica resulta innecesaria Dios se identifica con el amor activo, es decir, con el triunfo sobre el mal de la tie- rra La certeza de ese triunfo se expresa en el sentimiento interior del ser humano que se encuentra constitutivamente abierto hacia el Bien Absoluto, que trasciende todo caminal humano Cuando Bultmann vea a Jess como maestro sapiencial o profeta moralista lo situara en esa linea como testigo de la bsqueda infinita del ser humano que busca su verdad (quiere realizarse) a travs de un camino de ra- cionalidad moral Bultmann termino rechazando ese modelo de racionalidad rel giosa Pues bien, tampoco Natorp (como Cohn) quedo al fin satisfecho de ella quiso definir al humano desde la revelacin de un misterio absoluto^

    En un primer momento, Bultmann concibi la religin como una moiahdad

    tiascendental, interpretando el evangelio en clave de profetismo tico el men-

    saje de Jess ha de entenderse desde la verdad racional del neokantismo, como

    ideal de un grupo humano que sacrahza los principios de la tica filosfica

    Ms tarde, especialmente a partir de la gran guerra (1914-1918), asumiendo un

    camino que, en formas convergentes, recorrieron Cohn y Natorp, Bultmann

    entendi la religin como experiencia vital de trascendimiento pens que nos

    hallamos existencialmente divididos, rotos por dentro, ai rastrados por la muer

    te, pero aspirando hacia la vida, descubri que somos naturaleza (podei irra-

    cional que nos ai rastra), siendo, al mismo tiempo, cultura lacional, deseo de

    salvacin integradora Asi entendi al humano como viviente paradjico, exis

    tencialmente perdido incapaz de encontrar la verdad en si mismo, pero abier-

    to hacia una levelacion que pueda iluminarle y salvarle16

    24 S H Bergmann Fe \ Ra on Intioducaon al pensamiento indio moda no Paidos Bue nos Aires 1967 ha situado a Cohn al comien/o de un camino poi el que han avanzado F Ro sen/vveig \1 Bubei y otros judos postenoies 23 Cf P Natoip Phdosophischt S\stanatik (1922 1921) Meiner Hambuig 1958 26 Desde este momento puede adveitnse en Bultmann un uranio paiadoiico de bsqueda humana e integacin cnstiana que podra ser iluminado poi el existencialismo de Hudegger f os anos que siguieion a la pnmea guerra mundial entre 1918 > 1911 lueion esenciales paia el sur giliento de la nueva conciencia europea (occidental) que sea dominante a lo laigo de todo el si lo XX

  • 18 Prlogo a la edicin castellana

    En un momento dado, Bultmann pens que la solucin al enigma humano podra hallarse en un tipo de socialismo, en una conciencia nueva de vincula cin colectiva, cercana a la que estaba desplegando el marxismo en los pases comunistas

    27. Pero pronto descubri que esa respuesta resultaba insuficiente,

    pues haba que buscar la salvacin de todo el ser humano. As busc la verdad en el cristianismo, entendido en lnea integral, como experiencia interior (exis- tencial) de sentido. Como veremos despus, la solucin de Bultmann acabar siendo insuficiente para muchos: el fantasma del socialismo ha seguido re- corriendo las tierras de Europa y del mundo

    28.

    c) Cristianismo liberal. Hermenutica moralista

    Como buen neokantiano, Bultmann ha sido heredero del protestantismo li- beral de finales del siglo XIX, que interpreta la Biblia (y todo el cristianismo) como expresin del proceso y progreso moral del ser humano, entendido como sede fecunda de la divinidad. El buen estudio de la Biblia forma parte de la realizacin o construccin (Bildung) cultural del ser humano. Los protestan- tes liberales no aceptan la accin de lo sobrenatural: no creen en la irrupcin especial de Dios, ni en los milagros exteriores (materiales), ni en la objetividad de la historia salvadora. La Biblia es testimonio del avance espiritual del ser humano, que ha venido a culminar de algn modo en Jesucristo. En esta pers- pectiva queremos citar a los dos maestros de la teologa protestante que influ- yeron ms en Bultmann

    29:

    -A. von Harnack (1851-1930) era ms historiador que telogo, pero la hondura y

    claridad de sus exposiciones le convirtieron en maestro seero de los protestantes

    cultos a finales del siglo XIX y principios del XX. Su libro sobre La esencia del

    cristianismo (Das Wesen des Christentums, 1900) condensa el mensaje de Jess en

    la manifestacin de la bondad paterna de Dios y en el valor infinito del alma hu-

    mana. Bultmann fue su discpulo, pero acab superando su postura al asumir la teo-

    loga dialctica.

    -W. Herrmann (1846-1922) fue el verdadero inspirador y maestro de R. Bultmann

    (y tambin del joven K. Barth). A su juicio, el mensaje de Jess y el sentido del rei-

    27. Cf. Religin und Sozalismus Sozalistische Monatshete 28 (1922) 442-447 28 He narrado con cierta detencin el tema en Exgesis y filosofa, 103-129, comentando al- gunos de los> escritos ms significativos de estos aos Vom geheunrusvollen und offenbaren Cot Chnsthche Welt 31 (1917) 352-359, Religin und Kultur Chnstliche Welt 34 (1920) 417-421. 435-439, 450-453; Gott m der Natur Chnsthche Welt 36 (1922) 489-491. 435-439, 450-45^. Vom Schicksal: Chnsthche Welt 36 (1922) 609-610. Significativamente, la cada de la moda Bultmann en Europa (al menos en Espaa) est vinculada al triunfo de los ideales socialistas, en los aos setenta.

    29. Podramos citar tambin a A Ritsthl (1822-1899), inspirador del protestantismo hbeial que ofreci su educacin e inspiracin a R Bultmann. El haba superado el esquema hegehano de Ch Baur (tesis y anttesis), concibiendo el cristianismo como expresin del valor divino del espritu humano, en camino de maduracin moral

  • Prlogo a la edicin castellana 19

    no de Dios se identifican con la hondura moral del ser humano. No hace falta que

    haya un Dios externo (separado de la vida humana), el mismo Jess histrico aca-

    ba siendo innecesario (o secundario). El evangelio ha de entenderse como una ex-

    presin mstica del valor de la moralidad humana, expresada en el Cristo de la fe,

    no en la historia de Jess30.

    Harnack y, sobre todo, W. Herrmann fueron los maestros del cristianismo li- beral de principios del siglo XX. Ms que en el Jess histrico, crean en un Je- ss espiritual, mensajero de moralidad, signo de la presencia interior de Dios en el proceso de la vida humana, identificando as la revelacin de Dios con el despliegue de la razn moral del ser humano. Pensaban hallarse al final de un camino que lleva desde Jess (moralidad fundante), por medio de Lutero (jus- tificacin por la fe) y Kant (tica formal), al descubrimiento de la ms honda realidad humana; culminaba con ellos el progreso religioso y social, simbo- lizado por el mensaje de Jess. Como despus indicaremos, J. Weiss haba de- mostrado ya, en un libro de 1892, que el mensaje de Jess ha de entenderse en forma apocalptica, como anuncio del fin de los tiempos, y no como un refuer- zo moralista de los valores de la modernidad. Pero los grandes liberales no qui- sieron escucharle: ellos, representantes de la buena Europa protestante, lutera- na y kantiana, haban encontrado la verdad y podan dictar su magisterio a los restantes pueblos del mundo

    31.

    d) Escuela de la historia de las religiones

    Bultmann, filsofo de la cultura y telogo liberal, ha sido tambin un estu- dioso de la historia de las religiones (de la Religionsgeschichtliche Schule), empeada en entender el evangelio en relacin con ellas. Su novedad mayor es sta: ha querido situar la fe cristiana en el trasfondo de los cultos helenistas, ha interpretado el evangelio de Juan (al menos parcialmente) a la luz de la gnosis y del mandesmo... Influido por la teologa dialctica, Bultmann acentuar ms tarde la singularidad del cristianismo, pero sabr siempre que esa singularidad ha de entenderse en dilogo con las religiones del entorno^

    2. Estos han sido sus

    inspiradores o maestros principales:

    30. Bultmann ha reconocido su deuda respecto a Herrmann en K. Barth-R. Bultmann. Brief- wechsef 314. 317. He expuesto con cierta detencin la postura de estos autores en Exgesis y filosofa. Cf. tambin H. J. Kraus. La teologa bblica. Storia e problemtica, Paideia. Brescia 1979 (original alemn 1970). 293-296: Th. Mahlmann. Wilhelm Herrmann y T. Rendtorgg. Adolf von Harnack. en H. J. Schultz. Tendencias de la teologa del siglo XX, Studium, Madrid 1970. 41-46 y 47-52.

    31. Cohn y Natorp descubrieron antes la crisis de la modernidad. Los telogos han sido ms lentos en hacerlo. Para una visin de conjunto de los temas que siguen cf. W. G. Kmmel, Das Neue Testament. Geschichte der Erforschung seiner Probleme, Alber V.. Freiburg-Mnchen 1970; S. Neill, La interpretacin del nuevo testamento. Edicions 62. Barcelona 1967; K. Barth. La thologie protestante au XIX sicle. Labor et Fides. Genve 1969.

    32. La preocupacin de Bultmann por la historia de las religiones culmina en Das Urchris- tentum im Rahmen der antiken Religionen. Artemis. Ziinch 1949. G. van der Leeuw. Fenmeno-

    999999

  • 20 Prologo a la edicin astellana

    -A Deissmann (1866 1917) fue fillogo e interprete del nuevo testamento pero la tradicin le recuerda especialmente por sus trabajos de religin comparada que nos ayudan a situar el cristianismo a la luz del pensamiento filosfico v de la rehgiosi dad popular antigua El estudio de los papiros con el lenguaje oidinano del pue blo le permiti conocer las condiciones culturales y sociales del primer cnstiams mo helenista Su obra clave Luz desde oriente (Litht \om Ostcn 1908) sirvi de ayuda a Bultmann y se lee todava con provecho

    -W Heitinullet (1869 1926) estudio los misterios cristianos (bautismo eucarista) desde el trasfondo religioso del antiguo oriente entendindolos asi en perspectiva helenista no judia destacando de este modo el carcter mistrico del cristianismo de Pablo y de las comunidades helenistas Ellas fueron las creadoias del cristianismo centrado en el mito de Cristo no en el mensaje de Jess Heitmuller fue maestro y amigo de Bultmann el le inicio en la interpretacin de la experiencia religiosa

    W Bousset (1865 1920) fue el autor mas conocido de esta linea ofreciendo una vi sion de conjunto duradera sobre la historia y literatura del judeocristiamsmo y he lemsmo Sus trabajos mas extensos (Die Religin des Judentums im Spathellems tischen Zeitalter 1903 y K\rws Christos Geschichte des Christuss>lciubens \on den Anfangen des Chustentums bis renaeus 1911) son quiza unilaterales pues en tienden el judaismo de un modo legalista y tienden a juntar cristianismo y helenis mo A pesar de ello siguen siendo fundamentales ahoia que esta empezando a cambiar nuestra visin del judaismo y cristianismo'

    4

    Estos presupuestos religiosos resultan, al menos, discutibles, pues la separa

    cion entre moralidad judia y mito/misteno helenista no es tan segura Poi otia

    parte, la afirmacin de que el cristianismo ha nacido con Pablo (no con Jess)

    parece actualmente insostenible, tambin fue excesiva la importancia que Bult

    mann concedi al mito helenista y poco matizada su visin del influjo gnstico

    en Juan Pero los motivos bsicos de su proyecto continan vigentes El nteres

    de Bultmann por el dialogo religioso, silenciado parcialmente por sus discipu

    los (mas interesados que el maestro por la singularidad del custianismo), ha

    vuelto a encenderse en este final del siglo XX El evangelio no se puede aislai

    !o,ia de la icliqion (onginal de 1931) FCF Mxico 1964 afirma que Bultmann tuvo t il paiti cipacion en el contenido (del libro) que a menudo me sobrepaso estimulndome siempie (p 9|

    33 Bultmann le dedico un recuerdo emocionado Wilhilm Hcitmulle Chnsthche Welt 40 (1926)209 213 Sobre la escuela de la historia de las religiones ct H J Kraus La teologa bi Mica Stona e piohlematica 187 187 W G Kummel Das Neue Testament Ge seluclite da i foisclutng seiner Piobhme 261 286

    34 Ambas obras se vienen editando regularmente a lo largo del sialo XX La primera fue adaptada por H Giessmann (192i ) v prologada por E I ohse (1966) Li segunda ha sido prolo gada v recomendada poi el mismo Bultmann (Gelatnoit m funften \uflae Vandenhoeck Gottingen 1964 V VI) quien la considera bsica para el estudio del nuevo testamento I os pie supuestos de W Bousset su visin del judaismo kgalistt y su interpretacin helenista del cus nanismo han marcado la excgesis del siglo XX en su srandeza \ miseria Bultmann no h i cado en sus posibles simphfic iciones (vinculadas quiza a un rechazo poco objetivo del judaismo v i una exaltacin ana del helenismo) pero no hi podido superarlas Ct E P Sandeis Paul and Pa estiman Judaism SCM London 1977 J e s s and ludaism SCM London 198S

  • Prologo a la edicin castellana 21

    de los restantes fenmenos religiosos; debemos situarla en el contexto de los cultos del cercano oriente, estudindolo en dilogo con las grandes religiones. En este contexto se inscribe el inters de algunos representantes de la antropo- loga cultural por la relacin entre pensamiento cnico y cristianismo, tema que Bultmann estudi en su tesis doctoral y que ahora vuelve a estar de moda^.

    As concluye este apartado. Hemos presentado a Bultmann como pensador de frontera, hombre que dialoga con la filosofa, la teologa liberal y la histo- ria de las religiones. Ese triple dilogo define su Historia de la tradicin si- nptica,

    3. Bultmann hermeneuta. De las fuentes a las formas evanglicas

    Con el ttulo Creer y comprender (Glauben und Verstehen) reuni Bultmann una serie de ensayos exegtico-teolgicos, publicados a lo largo de cuarenta aos (1924-1964). Podra haberlo titulado Leer, creer y comprendo

    36. Como fi-

    llogo, formado en la mejor tradicin de conocimiento de los griegos (inclui- da su literatura y filosofa). Buitmann sabe leer ios textos bsicos de nuevo testamento. Como cristiano, creer en ellos. Como filsofo y telogo, ha in- tentado comprenderlos. Por un lado es heredero de la tradicin liberal e ilus- trada del XIX. Por otro lado nos sita ante el siglo XXI, no para repetir res- puestas antiguas, sino para plantear mejor las preguntas y problemas.

    Desde esa perspectiva queremos recoger los cuatro momentos fundamentales del consenso hermenutica, que se halla al fondo de la exgesis de Bultmann, en el rea del nuevo testamento y en especial de los evangelios. Bultmann no discute, ni casi formula, esos consensos, sino que los da por supuestos, to- mndolos como base de la nue\a ciencia bblica. Precisamente por ello son ms importantes, pues definen el planteamiento y resultados de su exgesis, for mando la base comunitaria (social) de su investigacin. Slo una revolucin mental (histrica, literaria, religiosa) podr cambiarlos, como parece que est sucediendo en este tiempo, al final del siglo XX".

    35 Entre los defensores de la conexin ^nstica del cristianismo, cf. J D Crossan. Jess Vida de un campesino judo. Crtica, Barcelona 1994, y B Mack. El e\an%elio perdido El docu- mento Q M Roca. Baicelona 1994. Los descubnmientos arqueolgicos > hteiarios de mediados del siglo XX (mitos cananeos de Ugant. rollos de Qumran. libros gnsticos de Nag Hammadi) han ofrecido nueva base para las investigaciones de este tipo Los trabajos de antt apologa i ul titial. elaborados por la escuela de B Malina, han vuelto a insistir en el estudio de la historia de las religiones

    36 Edicin original Glauben und Veistehen (4 vols ). Mohr. Tubingen 1933-1965 Hay tra- duccin castellana de los dos pnmeos volmenes Cieei \ comprenda, Studium. Madrid 1974- 1976

    37 Aludimos a la ley de los presupuestos \ cambios de la ciencia, codificados por Th S Kuhn. La estructuia de las i evoluciones cient f icas. FCE. Mxico 1965. que se aplica perfecta mente en nuestro campo

  • 22 Prlogo a la edicin castellana

    Cuatro son, a mi juicio, esos consensos bsicos: uno literario (teora de las fuentes), otro mesinico (o, quiz mejor, no mesinico), otro escatolgico (anuncio del fin) y el ltimo social (creatividad de las comunidades cristianas). Los cuatro se sitan en perspectivas y lneas distintas, de manera que no pue- den sumarse de un modo progresivo, pero de algn modo se implican y forman el trasfondo de lectura evanglica de Bultmann. As los presentamos, de forma esquemtica.

    a) Consenso literario. Teora de las fuente,v38

    Se haba logrado ya en el siglo XIX. Fueron sucedindose hiptesis, hasta que a partir de H. J. Holtzmann, Die synoptischen Evangelien (1863) y B. Weiss, Einleitung in das NT (1886), se fue imponiendo la teora de las dos fuen- tes: en la base de los sinpticos estn Marcos, que contiene un material de tipo histrico/dramtico, organizado en forma casi biogrfica, y los Dichos (Logia o fuente Q), un conjunto de sentencias de tipo sapiencial, proftico y escatolgi- co que la comunidad cristiana atribua a Jess. De la unin de esos materiales (Me y Q), a travs de un proceso de vinculacin y recreacin, han surgido los sinpticos mayores, Mt y Le. Jn ha seguido un camino diferente

    19.

    Bultmann asume este consenso, presentando a Marcos como primer evan- gelista, en el sentido radical, confesional, de ese trmino: fue el primero que vincul de forma coherente la tradicin judeocristiana de los dichos y hechos de Jess, antes dispersa y multiforme (expresada sobre todo a travs de apo- tegmas o sentencias encuadradas), con el mito helenista de Jess a quien con- cibe como Cristo celeste y Seor venerado por los fieles en el culto. Esas dos

    38. No podemos aqu desarrollar la teora de las tuentes o documentos del Pentateuco, con- sensuada a partir de los escritos de J Wellhausen (1844-1918) publicados en 1876 y 1878 y reu- nidos como libro (Die Kompoiition des Hexateuchs) en 1885. La base del Pentateuco seran dos documentos antiguos (J y E: Yahvista y Elohista), unidos hacia el 750 a C . a los que se uni tras el 620 el D (Deuteronomista) y ms tarde (hacia el 500) el Sacerdotal o P, que as aparece como inspirador de la redaccin final de todo el libro Wellhausen se apoy en trabajos previos de W M. L. De Wette (1780-1849), sobre textos jurdicos del Pentateuco, y de K. H. Gral (1815-1869), que haba mostrado que ni el Dt, ni los profetas ni libros histricos (de Jos a 2 Re) conocan la ley sacerdotal (P). El consenso sobre los documentos del Pentateuco ha durado cien aos (de 1885 a 1985), pero ha empezado ya a romperse, en proceso paralelo al que veremos en los evan- gelios. Cf. A. de Pury (ed ). Le Pentateuque en questwn. Le Monde de la Bible 21, Genve 1989.

    39. H. J. Holtzmann (1832-1910) ha estudiado las fuentes de los sinpticos y ha elaborado una Teologa del nuevo testamento (1885) que en algn sentido anuncia la de Bultmann, que lue- go evocaiemos. B. Weiss (1827-1918) trabaj tambin sobre la introduccin, exgesis y teologa del nuevo testamento Ambos mostraron que la forma ms sencilla de entender la tradicin si- nptica consiste en postular la prioridad de Marcos (primer evangelio) y la existencia de una fuente complementaria Q (= Quelle). Cf S Neill, La interpretacin del nuevo testamento, 131- 171: W G. Kummel, Das Neue Testament Geschichte der Eiforschung semer Prbleme, 177- 200; H. J Kraus. La teologa bblica. Storia e problemtica, 175-186: H Zimmermann. Los m- todos histnco-trticos en el nuevo testamento, BAC, Madrid 1969, 80-130

  • Prologo a la edicin castellana 23

    lineas estaban antes separadas los judeocustianos slo recordaban a Jess co- mo profeta, no como divino (Cristo, Seor), los helenistas, como Pablo, no se interesaban por los dichos y los hechos del Jess histrico

    Marcos vinculo esas lneas, identificando temticamente al Jess histrico con el Cristo/Seor de la te, construyendo para ello una preciosa y muy preci- sa narracin pascual, centrada en el mensaje de la muerte de Jess y el anun- cio de su resuireccin Esa narracin no puede entenderse en torma histrica o biogrfica (no lecoge los hechos de Jess, ni el mensaje previo de la Iglesia), sino que ha sido creada por el mismo Marcos, que aparece as como el verda- dero responsable de la interpretacin histrica del mito cristiano, cosa que Pa- blo no haba logrado (cf p 409ss, 430-435)

    40

    Bultmann es menos radical en relacin a la fuente Q Supone, sin duda, que fue escrita originalmente en arameo, siendo traducida luego al griego, de dife- rentes maneras, en un proceso de transformaciones y crecimientos que ya no podemos controlar Es muy posible que Mt y Le tuvieran ante s versiones di- ferentes de ella (cf p 388s), enriquecidas por aportaciones helenistas Pero en su fondo, el matenal de Q resulta bsicamente antiguo, de la comunidad pales tinense (cf p 298) Ms aun, es posible que se hayan transmitido dichos de sa- bidura popular anteriores a Jess, que han sido ecogidos y adaptados junto a sus palabras y recuerdos (cf p 160s)

    Este consenso bultmanmano sobre Me y la fuente Q sigue en gran parte vi- gente todava, de manera que en algn sentido nos hallamos en el mismo lugar donde l se hallaba, aunque podemos trazar algunas diferencias Sobre Q se han escrito libros infinitos y, sin embargo, es poco lo que podemos aadir con segundad a las animaciones anteriores Sobre Manos podemos trazar algunas distinciones la funcin que Bultmann le atribuye resulta por un lado excesiva (no ha creado la unin entre la historia de Jess y el mito de Cristo) y por otro insuficiente (es autor, no puro recopilador de tradiciones) Los problemas so- bre Me y Q siguen abiertos en este final del siglo XX, formando uno de los n- cleos de discusin ms importantes de la exgesis e historia bblica

    41 Pero la

    aportacin fundamental de Bultmann se sita en un plano anterior estudia las primeras tradiciones de la comunidad palestinense y helenista

    40 Esa interpretacin de Me esta en el tondo de una de las eelaboraciones mas audaces y unilaterales de la historia del cristianismo primitivo ct B L Mack A M\th of Innocence Mark and Cluistian Onqins Fortress Philadelphia 988

    41 Sobre la novedad de Me he tiatado en Pan c a s a ^ palabia La tqlesia en Manos Si gueme Salamanca 1998 Completando su visin unilateial de Me ya citada B Mack El e\an t>elia perdido El documento Q M Roca Baicelona 1994 ha interpretado Q como documento clave de una comunidad galilea (palestina) de seguidores de Jess que no creen en su divinidad ni mesianidad Bultmann quiso ser mas sobrio pe o se mova ya en la misma linea Q reflejara la experiencia y teologa de unos judos jesuamcos que no aceptaban todava el mito helenista (divino) de Pablo lecieado por Me Como afirma G Theissen en el epilogo a este libro y en G Theissen A Merz El Jess histrico Sigeme Salamanca 1999 las cosas resultan mas com plejas Paia una critica de ese carcter no custiano de Q ct Ch M Tuckett Q and the Histon ofEarh Chtistianm Claik Edinburgh 1996

  • 24 Prlogo a la edicin castellana

    b) Consenso mesinico. Jess profeta

    La dificultad y riqueza cristiana comienza con Jess y sus primeros disc-

    pulos. La investigacin bblica de finales del siglo XIX busc fuentes del evan-

    gelio, el manantial de la identidad de Jess. Dos son sus aportaciones prin-

    cipales para Bultmann, una ligada al nombre de Khler, otra al de Wrede.

    -M. Kcihler (1835-1912) fue dogmtico y exegeta, vinculando como Bultmann el es- tudio de las fuentes y su interpretacin creyente. El descubri y formul, en un libro titulado Der sogennante historische Jess und der geschichtliche, biblische Christus (1892), una tesis que desde entonces parece evidente a muchos pensa- dores: el Jess de la historia fctica {der historische Jess) fue hombre falible, al que estudiamos con mtodos de crtica cientfica; el Cristo de la historia bblica (Cristo de la fe, geschichtliche, biblische Christus) es una figura suprahistrica, di- vina, adorada por los fieles. Kahler abri as un abismo entre la Historie o realidad mundana de Jess (sujeta al paso del tiempo) y la Geschichte o revelacin salva- dora (intemporal, supra-temporal) del Cristo que la Biblia proclama en su testimo- nio creyente y predicacin misionera. Eso significa que la verdad de la Biblia no se cierra sin ms en un tipo de exactitud histrica

    42.

    -W. Wrede (1859-1906) public en 1901 un libro sobre El secreto mesinico en los evangelios (Das Messiasgeheimnis in den Evangelien) donde, avanzando en la lnea anterior de M. Kahler, presenta dos tesis que sern definitivas para la teologa b- blica posterior, asumida por Bultmann y re-elaborada en todo el siglo XX: - 1. Je- ss no se present jams como mesas, sino como profeta israelita, predicador de conversin, maestro de moral, dentro del ms puro judaismo. - 2. Marcos, en con- tra de lo que se vena creyendo, no ha ofrecido un relato fidedigno de la historia de Jess, sino que es el resultado de una construccin teolgica. El Jess histrico no se sinti ni quiso ser mesas, sino un simple y profundo maestro de moralidad. La visin del Cristo salvador y el mesianismo cristiano es construccin pascual de la Iglesia, expresada en Me

    43.

    Suele decirse que Kant neg el valor del argumento filosfico para abrir as

    el camino de la fe. Pues bien, Kahler y Wrede, representantes mximos de la

    exgesis del siglo XIX, cerraron el camino de la historia para interpretar y pre-

    sentar a Cristo en clave de fe. Ciertamente, saban que la historia de Jess im-

    porta y resulta necesaria en un nivel de ciencia. Pero el valor de Jess, como

    manifestador de Dios (Cristo o Seor), no est en ese plano, sino en el mbito

    de la manifestacin eterna de Dios.

    De esta forma rompen el optimismo ingenuo de los idealistas neokantianos,

    que interpretaban a Jess desde la perspectiva del progreso moral que se reali-

    za y va expresando por el progreso de la historia, de tal forma que podemos ha-

    42. Nueva edicin en ThB 20, Kaiser. Mnchen 1961, con prlogo de E. Wolf, sobre M. Kahler: ThB 20 (1961) 5-12. Cf. B. Lohse, Martin Kahler, en H. J. Schultz, Tendencias de la teo- loga del siglo XX, Madrid 1970, 17-22.

    43. Sobre Khler y Wrede. cf. W. G. Kmmel, Das Nene Testament. Geschichte der Erfor- schung seiner Prohleme, 281-285. 362-368; H. J. Kraus, La teologa bblica. Storia e problema- tica, 189-192. 296-301

  • Prologo a la edicin castellana 2S

    blar de una ruptura Histolgica Con la cada del idealismo neokantiano inge- nuo (fe en los ideales del progreso) se derrumba el presupuesto inconsciente de la exegesis del siglo XIX Ni Jess ha sido un buen ilustrado, un moralista kan- tiano o postkantiano, ni la Iglesia una expresin de los valores modernos Je- ss fue un judio antiguo, en el ambiente social y religioso Cristo fue una crea- cin de la fe (protestantes ortodoxos) o un mito proyectado sobre Jess Asi se completa y supera el giro kantiano de la teologa En un nivel, Jess es pura historia puede y debe interpretarse desde una perspectiva intramundana En otro viene a presentarse como mito o signo de un misterio (o de una fe) supra- temporal (es Cristo o Seor helenista) De esa forma, la misma exgesis deja abierto el camino de la fe o del puro mito (que de algn modo se identifican) Los primeros seguidores de Jess siguieron siendo buenos judio s moralistas Pero la Iglesia helenista ha recieado su mensaje y ha interpretado su vida (y/o pascua) en clave de mito le ve como signo de la presencia eterna de Dios De la unin de esos planos surge el evangelio, entendido como expresin sacral (eterna) de la vida de Jess De esa forma queda planteado el tema clave de la teologa del siglo XX la relacin entre historia y manifestacin de Dios, vida humana y misterio religioso

    44

    c) Consenso escatologico Anuncio del Reino y fin del mundo

    Del tema anterior se ha llegado pronto a ste Jess ha sido un sabio, un hombre capaz de comprender el lado mas profundo y verdadero de la realidad, ha sido un profeta moralista, portador de un mensaje de conversin Pero ha si- do tambin, de forma que resulta hoy casi escandalosa, un vocero apocalpti- co, un hombre que anuncia, y de algn modo prepara, la venida del fin de los tiempos Este ha sido quiz el descubrimiento mas sorprendente y paradjico de la exgesis a fines del siglo XIX Eran mayora los cristianos piadosos y buenos telogos que haban presentado a Jess como portador de amor cerca- no, capaz de integrarse en los esquemas de una moralidad burguesa El hecho de que algunos mitificaran su figura resultaba secundario bien interpretado, el mito puede ser positivo, hasta edificante para los buenos ciudadanos de la prs- pera Europa

    Lo extrao es que los exegetas ms perspicaces del momento empezaran a entenderle como un mensajero del fin del mundo Ese mensaje pareca discor- dar en aquel tiempo de optimismo, antes de las guerras de 1914-1918 y 1939-

    44 En el fondo de la hermenutica de Bultmann sigue latiendo el famoso problema de Les sing 6como puede manifestarse la eternidad de Dios en la historia cambiante de los hombres'' corno puede adquirir valor definitivo algo que se halla inmerso en la espiral de cambios del tiem- po9 Bultmann intentara responder a estas preguntas en su Historia ^ escatolo^ia (1957) de la que luego trataremos evocando tambin a otros autores interesados por el tema como O Cullmann J Moltmann > W Pannenberg Planteamiento sistemtico en J de Kesel Le Refus de l objecti vation Une interpetation du probleme du Jess historique che; Rudolf Bultmann AnGreg 221 Roma 1981

  • 26 Prlogo a la edicin castellana

    1945. Pareca que la lucha y barbarie eran de otros, de los pobres salvajes del

    entorno lejano. La Europa cristiana haba alcanzado madurez y paz eterna.

    Pues bien, en contra de esa impresin de paz eterna, se elevaba Jess como pro-

    feta apocalptico, ofreciendo un mensaje de juicio y fin del mundo. Estos son

    los dos autores que ms han contribuido a expandir esta visin.

    -J. Weiss (1863-1914). hijo de B. Weiss antes citado, public el ao en que Khler haba publicado su libro sobre el Jess histrico y el Cristo de la fe, un trabajo cla- ve, titulado El mensaje de Jess sobre el Reino de Dios (Die Predigt Jesu vom Rei- che Gottes, 1892), demostrando, de un modo sencillo y convincente, que Jess no se haba preocupado de anunciar la bondad de la razn humana, ni el despliegue eterno del reino de las almas buenas, ni la paternidad genrica de Dios. El fue ms bien un profeta apocalptico judo, que anunciaba en nombre de Dios algo que los cultos europeos no estaban preparados para or: llega el juicio de Dios, el fin del mundo! Era como si Jess volviera a la raz ms oscura del oscuro judaismo, aho- ra incomprensible

    45.

    -A. Schweitzer (1875-1965) avanz en esa lnea, escribiendo una Historia (crtica) sobre la investigacin de la vida de Jess (Geschichte der Leben-Jesu Forschung, 1906 y 1913). donde pasaba revista a las vidas de Jess de los siglos XVIJ] y XIX, demostrando que los buenos y sabios exegetas ilustrados haban proyectado sobre l sus propios presupuestos, sus mitos e ideales, sus deseos o sus miedos. Jess ha- ba sido para ellos un pretexto, una especie de fondo sagrado donde haban podido ir aplicando sus esquemas religiosos y sociales. De esa forma, A. Schweitzer colo- c una especie de epitafio sobre la investigacin anterior sobre Jess; lo que haba parecido ciencia exegtica y literaria, triunfo de la racionalidad occidental, no era ms que proyeccin ingenua (e interesada) de los cultos europeos

    46.

    Este descubrimiento del carcter apocalptico de Jess, unido a la condena

    de la historiografa anterior constituye una verdadera revolucin hermenutica.

    Acababa as, de forma vergonzante (por interesada) y paradjica, la first quest,

    o primera investigacin sobre la historia de Jess. Weiss y Schweitzer no inten-

    taban negar la historia de Jess, sino sustituir la falsa (de carcter moralista) por

    la verdadera, centrada en los aspectos apocalpticos. De hecho, el mismo Sch-

    weitzer ofreci en su obra una de las reconstrucciones ms impresionantes de

    la vida y fracaso de Jess, organizada desde una perspectiva de esperanza y fra-

    caso escatolgico47

    . Pues bien, sus sucesores, recogiendo el carcter apocalp-

    45 Como hemos dicho ya (cf. K. Barth-R. Bultmann, Bnefwehsel, 314). J Weiss fue pro- fesor de Bultmann y comenz a dirigir su traba)0 de investigacin para la licencia en teologa Bultmann mantuvo siempre con el una relacin familiar y amistosa Cf R. Bultmann. Johannes Weiss zum Gedathtms: ThBlatter 18 (1939) 242-246.

    46. A. Schweitzer aplic a la investigacin exegtica sobre la vida de Jess los principios de la proyeccin religiosa que Feuerbach haba utilizado a) hablar de Dios en su Esencia del cris- tianismo. Los cristianos haban aplicado a Jess sus ideales y deseos, presentndole como sopor- te ideolgico de su propia visin de la realidad humana

    47. A. Schweitzer pensaba que Jess haba compartido la esperanza apocalptica de Juan Bau- tista y otros profetas de su tiempo, aguardando la llegada inminente del Reino Se entendi a s

  • Prlogo a la edicin castellana 27

    tico de Jess, renunciaron a construir una imagen coherente de su vida, pen- sando que slo conocemos de ella algunas palabras aisladas y el hecho de su muerte. Todo lo dems es interpretacin pascual, mito helenista

    48.

    De aqu parte la exgesis del siglo XX. Sabamos, con Khler y Wrede, que la Biblia es un libro confesional, testimonio del mito de Cristo, aplicado a Je- ss. Pues bien, en contra de lo que pensaba Schweitzer, la vida de Jess resul- ta prcticamente desconocida. Todo lo que digamos de l son proyecciones. Ha- ciendo de la necesidad virtud, R. Bultmann afirmar que eso es bueno, pues as no podemos canonizar ninguna vida de Jess. Lo que vale y nos salva no es su historia, sino el mensaje eterno de su pascua, el mito de la presencia y/o accin de Dios en nuestra vida. Weiss y Schweitzer haban descubierto el carcter apo- calptico del mensaje de Jess, pero gran parte de los exegetas posteriores (entre ellos el primer R. Bultmann) desvirtuaron ese descubrimiento, interpre- tando la apocalptica de forma mtica o existencial, es decir, desligndola del sentido y meta de la historia. Hemos evocado ya este tema al tratar del comen- so cristolgico (el Cristo de la fe se haba convertido en mito)

    49.

    d) Consenso sociolgico. Historia de las formas

    Los momentos anteriores pueden culminar y culminan en el mtodo de la historia de las formas, que puede y debe aadirse al de las fuentes, al que ya hemos aludido. Conforme a esta nueva perspectiva, los textos capitales del an- tiguo y nuevo testamento, ms que de la unin de documentos ya escritos (J, E, D y P en el Pentateuco; Me y Q en los sinpticos), son el resultado de una his- toria pre-literaria mucho ms rica y compleja, que est determinada por la vi- da de una sociedad que va descubriendo y creando sus propios relatos bsicos. Este descubrimiento bsico ha cambiado para siempre nuestra forma de mirar la Biblia. Ciertamente, hay textos creados ms directamente por escritores pri- vilegiados, como Shakespeare, Cervantes o Goethe, aunque ellos mismos han utilizado ricas tradiciones anteriores. Pero los autores bblicos, tanto en el Pen- tateuco como en los evangelios, han recogido y redactado fielmente las tradi- ciones anteriores de sus comunidades culturales y religiosas.

    mismo como descendiente de David, mesas histrico, y pens que Dios le haba destinado para convertirse en Mesas celeste. Hijo del hombre, que vendr en las nubes para realizar el juicio uni- versal Tras un primer tracaso (Dios no aval su anuncio de Reino) tuvo la certeza de que Dios quera hacerle Mesas, Hijo del hombre, a travs del sufrimiento su muerte sera principio del Remo Pero Jess muri y el Reino no vino Sobre ese fracaso de Jess se ha construido la Igle- sia, empeada en mantener su mensaje de moralidad, convertido en mito sacral, sobre el mundo

    48 Parte de la obra de Schweitzer ha sido traducida con el titulo Investigacin sobre la vida de Jess, Edicep, Valencia 1990 Para mejor conocimiento de su vida e influjo, cf G Seaver, Al- bert Sch\\eit;er, el hombre \ su obia. Fabril. Buenos Aires 1964, S Neill, La interpretacin del nuevo testamento. EP. Barcelona 1967, 237-248, W Bremi. A Schweitzer, en H. J. Schultz (ed ). Tendencias de la teologa en el siglo XX, Studium, Madrid 1970, 173-180.

    49 La discusin sobre la escatologa de Jess ha seguido abierta, determinando no slo la teologa del siglo XX. sino tambin nuestra visin de Jess y el evangelio Esquema bsico en G Theissen-A Merz, El Jess histrico, 276-280.

  • 28 Prologo a la edicin castellana

    Estos autores no han querido tener autoridad para crear nuevos relatos o fic- ciones, pues han escrito a partir de la riqueza cultural y religiosa de sus comu- nidades, esperando que ellas asuman como propios sus libros, cosa que han hecho De aqu se deriva una gran consecuencia en el fondo de los complejos narrativos y legales de la Biblia (Pentateuco, evangelios) emergen tradiciones y unidades literarias anteriores, que han tenido su origen e historia (evolucin) en la vida del pueblo hebreo o de la Iglesia, antes de ser intioducidas en sus libros por los evangelistas As lo han indicado tres exegetas muy cercanos a Bult- mann

    H Gunkel (1862-1932), vinculado a la escuela de la historia de las religiones, ha

    elaborado y aplicado las directrices bsicas de la historia de las formas al antiguo

    testamento, primero en su trabajo sobre las tradiciones sobre el origen y meta del

    tiempo (Schopfung und Chaos im Urzeit und Endzeit, 1895) y despus en su co

    mentarlo al Gnesis (1 a ed en 1901, 3 a ed muy revisada en 1910) En la base del

    actual Pentateuco (y de muchos salmos) emergen viejas sagas y leyendas, himnos

    sagrados y leyes de tipo cultual o sacra] transmitidas de viva voz Antes de ser li-

    teratura escrita, la Biblia fue tradicin oral textos repetidos, aplicados y recreados

    en los diversos contextos de vida (Sitz im Leben) del pueblo Haba, lgicamente.

    leyes para cumplirse en el mbito social y sacral, himnos para cantar en el culto, na-

    rraciones para recordar, leyendas para explicar el origen y sentido de una institu-

    cin, etc Por eso, antes de estudiarlas en la Biblia hebrea, debemos evocarlas y en

    tenderlas en su ambiente o contexto originario''0

    -M Dibehus (1883-1947) publico en 1919 su obra programtica sobre La historia

    de las formas del evangelio^, que ha dado nombre a esta escuela Formge-

    schichte (= Historia de las formas) All analiza las formas evanglicas de un modo

    sinttico y constructivo, a partir de las necesidades de la predicacin cristiana Co-

    mo vera quien lea el libro que estamos presentando, Bultmann se muestra en sinto-

    na casi total con Dibelms, tanto en la manera de valorar la tradicin como en la de

    interpretar muchos textos concretos Ciertamente, hay diferencia en la divisin de

    las formas (sobre todo al referirse a los paradigmas [Dibehus] y/o apotegmas [Bult-

    mann]), pero ellas deben entenderse desde una fuerte coincidencia de conjunto, que

    luego indicaremos Sera bueno que el lector de este libro tome en su mano y con-

    sulte el de Dibehus para asi completar las perspectivas12

    50 Cf K von Rabenau, H Gunkel en H J Schultz (ed ) Tendencias de la teologa en el siglo XX 89-98 El mismo Gunkel aplico su estudio al nuevo testamento de un modo especial al Apocalipsis, como ha mostrado W G Kummel Das Neue Testament Geschichte der Erfor schung seinei Probleme 313-328

    51 Original Die Formgeschichte des Evangehums La 6 a edicin (Mohr, Tubingen 1971) traducida al castellano por J M Daz Rodelas (Edicep-San Jernimo, Valencia 1984) lleva un epilogo de G Iber y un prologo de G Bornkamm

    52 Se ha solido decir que Dibehus es mas tradicional y respeta mejor la historia de Jess mientras que Bultmann es mas critico, da la impresin de que Dibehus es mas eclesial y valora mas el mensaje de la primitiva comunidad cristiana, mientras que Bultmann es mas critico y des tructivo Por eso, muchos catlicos han recibido mejor a Dibehus (al menos en teora) recha zando duramente a Bultmann Aqu no podemos entrar en ese tema que requerira un estudio es

  • Prlogo a la edicin castellana 29

    -K. L. Schmidt (1891-1956) public ya de muy joven, el mismo ao que Dibehus (1919), un libro programtico sobre el entorno o contexto nanativo de la historia de Jess en Me (Die Rahmen der Gescluchte Je su), mostrando su carcter secun- dario, es decir, teolgico. As lleg, desde otra perspectiva, a los mismos resultados de W. Wrede: Me no es un libro de historia sobre Jess, sino una construccin teo- lgica. fundada en la fe de la Iglesia y/o en la capacidad narrativa del evangelista Para mostrar esto, analiz de un modo preciso las unidades de la historia de la pa- sin en Me, texto que tradicionalmente haba parecido histrico, en el sentido ms preciso de ese trmino. Pues bien, si el mismo Me es constructor y responsable de esa historia, el conjunto de los evangelios ser resultado de la redaccin de los evangelistas. Bultmann asume la tesis de Schmidt. tomndola como punto de par- tida de su reconstruccin de la historia de la tradicin sinptica^

    1.

    Es normal que el estudio de la tradicin sinptica se centre en los relatos de

    la pasin (Me 14-15), no slo por motivos literarios, sino por sus implicacio-

    nes teolgicas. Es aqu donde el recuerdo de Jess se ha expresado de manera,

    al parecer, ms unitaria y coherente; aqu se vinculan y refuerzan (o chocan en-

    tre s) las tradiciones sinpticas y la confesin mesinica (o mtica) de la co-

    munidad helenista y especialmente de Pablo, que presenta la muerte de Jess

    como acontecimiento salvador. Pues bien, asumiendo el mtodo de Gunkel y

    avanzando en la lnea paralela de Dibelius y Schmidt, public Bultmann su pri-

    mera edicin de la Historia de la tradicin sinptica (1921), preparada en sus

    aos anteriores de profesor en Giessen (1916-1920), que vendr a convertirse

    despus en lugar de referencia obligado de los estudios sobre los evangelios14

    .

    Tras casi cien aos de discusin y avance exegtico, los problemas bsicos

    siguen estando all donde los haban dejado Dibelius. Schmidt y Bultmann11

    .

    peciahzado Pero queiemos afirmar que esa opinin nos parece, al menos, mu) aventurada Ni Bultmann ni Dibelius advirtieron tales diferencias Es claro que ambos pueden y deben comple- tarse, uniendo la visin de conjunto (Dibelius) y el anlisis concreto de formas y textos (Bult- mann). G. Theissen, en el Epilogo incluido en este libro, ha comparado las formas de Bultmann y Dibelius. de manera que aqu no debemos ya hacerlo En especial sobre Dibelius. cf W G Kummel, Das Nene Testament Gescluchte der Erforschung semei Prbleme. 332-337. 442-450: Id., Dibehus ais Theologe. ThLZ 74 (1949) 129ss

    53. Cf S Neill. La interpietacin del nuevo testamento, 292-296: W. G. Kummel, Das Nene Testament Gescluchte der Erforschung seiner Probleme. 419-423. recuerdo emocionado y sem- blanza teolgico-exegetica en O. Cullmann. Karl Ludmg Schmidt 1891-1956, en Vortrage und Aufsatze. Mohr, Tubingen 1966. 675-682 (= ThZ Basel, 12 [1956] 1-9).

    54 A las obras anteriores se podra aadir la de M Albertz. Die sxnoptischen Stieitsgespra- che. Ein Beitiag zur Formgeschichte des Urchristentums. Berln 1921. y algunas otras Pero las citadas (Dibelius y Schmidt) bastan para situar y valorar rectamente la de Bultmann Estudio ge- neral en H Zimmermann, Los mtodos histrico-cnticos en el nuevo testamento. BAC. Madrid 1969. 131-232: K. Koch. Was ist Formgeschichte, Neuknchen-Vluyn 1974 Visin de conjunto. en E. V. McKnight. Was is Fonn Cnticism, Foitress, Philadelphia 1969: A. Piero-J Pelez, El nueio testamento. Intioduccin al estudio de los prime)os escritos rustanos. El Almendro, Cr- doba 1995. 367-387.

    55. Significativamente, el trabajo de Schmidt sigue estando en la base del estudio y contro- versia reciente sobre la ti adicin y redaccin de los evangelios. Bultmann comparti su manera

  • 30 Prlogo a la edicin castellana

    De esta forma culminan en lnea social los tres consensos anteriores (litera- rio, cristolgico y apocalptico). Hemos dicho ya que, en un momento deter- minado, al acabar la guerra, Bultmann sinti la atraccin, incluso poltica y casi religiosa, del socialismo, entendido como experiencia de vinculacin supra- personal interhumana, aunque su teologa posterior destacar el aspecto perso- nal y solitario (protestante?) del encuentro con Dios. Pues bien, aquella expe- riencia social influye de manera decisiva en su manera de entender la historia de las formas. La historia personal de Jess queda al fondo, como en sombra y se acentan las formas o unidades socio-literarias de los evangelios, como puerta de acceso a la historia y vida de la Iglesia primitiva: la comunidad pa- lestina antigua sigue viviendo y transmitiendo el mensaje moral de Jess; la he- lenista le interpreta como Cristo y Seor, como presencia salvadora de Dios, fi- gura divina que los fieles veneran y acogen en el culto.

    De ese modo se vinculan unos textos literarios, hipotticos en su divisin y comprensin actual (apotegmas y logia de Jess, palabras profticas y apoca- lpticas, parbolas y relatos de milagros...), con la hiptesis histrico-teolgica de la divisin de comunidades cristianas antiguas (una proftica, otra mtica). La manera de relacionar ambas hiptesis resulta fascinante, pues nos va intro- duciendo paso a paso, texto a texto, en lo que pudo ser la vida de los cristianos ms antiguos. Pero no podemos olvidar que se trata de una doble hiptesis, de un trabajo frgil, aunque siempre necesario, de divisin y ordenacin de mate- riales y reconstruccin histrica. Bultmann conoce bien la riqueza y limitacio- nes de su mtodo, de manera que en los momentos fundamentales de su expo- sicin se muestra cauto y reservado, como al destacar la necesidad de conocer mejor el sentido y amplitud de la comunidad judeo-helenista donde se vincu- lan las posturas de cristianos palestinos y helenistas

    56.

    de entender la pasin de Marcos, afirmando, de manera provocativa, que no sabemos casi nada sobre la razn ltima y el modo real de la muerte de Jess; temas que resultan secundarios, pues la fe no se afirma en ellos, sino en la confesin pascual, expresada en el misterio supra-hist- rico de la revelacin de Dios en la pascua cristiana. Avanzando de manera consecuente en esa l- nea, B. Mack, A Myth of Innocence: Mark and Christian Origins, Fortress, Philadelphia 1988, y J. D. Crossan, Jess. Vida de un campesino judo, Crtica, Barcelona 1994, tendern un silencio total sobre la muerte de Jess: sabemos que muri, pero ignoramos cmo; probablemente fue arrojado a la fosa comn, no podemos decir nada de su entierro y pascua, temas que han sido creados por la Iglesia. Por eso, la fe cristiana debe separarse de las narraciones de la muerte de Jess, con sus discursos sacrificiales o mticos sobre la entrega expiatoria. Ofrecen una perspec- tiva histrica distinta, ms cercana a la tradicin antigua de la Iglesia, R. E. Brown, The Death of the Messiah (2 vols.), Doubleday, New York 1994, y J. P. Meier. A Marginal Jew (3 vols.), Dou- bleday, New York 1991-1996 (= Jess, un judio marginal, EVD, Estella 1998). Tambin G. Theissen, Colorido local y contexto histrico de los evangelios, Sigeme, Salamanca 1997, 145- 223, postula una tradicin y redaccin temprana para la historia de la pasin; cf. Id., El Jess his- trico, 451-618. Tras cien aos de escepticismo histrico, empezamos a plantear las cosas de un modo distinto.

    56. Este ha sido, como dir G. Theissen, un campo de investigacin fecunda. Cf., por ejem- plo, F. Hahn, Christologische Hoheitstitel. Ihre Geschichte imfrhen Christentum, FRLANT 83, Gttingen 1962

  • Prlogo a la edicin castellana 31

    El anlisis formal del evangelio nos permite comprender mejor la Iglesia. Pero, al mismo tiempo, el estudio de Iglesia (en sus diversos momentos), desde la muerte de Jess hasta la redaccin de los evangelios, nos permite compren- der la historia de la tradicin sinptica. Evidentemente, estamos dentro de un crculo hermenutico que es positivo y necesario

    57. Pero aqu no podemos estu-

    diarlo con mayor detalle. Tenemos que pasar al libro de Bultmann (editado en 1921 y reeditado en 1931). Ha sido y sigue siendo un libro vivo, como G. Theis- sen demuestra en el eplogo y final de este volumen. Para entenderlo mejor en su contexto estudiar la vida y pensamiento de Bultmann entre 1921 y 1931

    58.

    4. Bultmann telogo. Tradicin evanglica e identidad de Jess

    Las fechas anteriores (1921-1931) son centrales, no slo en la cronologa del libro (primera y segunda edicin), sino en la historia creyente y teolgica de Bultmann. Hasta ahora hemos visto su origen liberal, a la luz del pensa- miento del siglo XIX. Ahora evocamos los momentos centrales de su madura- cin filosfico-religiosa. Partiremos de la divisin que Bultmann establece en- tre las dos comunidades cristianas ms antiguas (1921); evocaremos despus su conversin o entrada en el grupo de los telogos dialcticos (1924); presen- taremos su nueva visin de Jess (1926) y, finalmente, nos ocuparemos de su interpretacin existencial del evangelio (1930). Son los aos ms felices y crea- dores de su estancia como profesor en Marburgo

    59.

    a) Primera edicin (1921). Iglesia palestinense y helenista

    Slo hay un modo de entender el libro: leerlo de manera personal, reco- rriendo con ayuda de Bultmann los diversos momentos de la tradicin evang-

    57. En la raz de la valoracin creadora de las comunidades, que Bultmann presenta como responsables del surgimiento cristiano, puede haber una mezcla de romanticismo que exalta los valores del pueblo (Volkgeist) y socialismo que acenta la funcin de la colectividad (cf. el tra- bajo ya citado. Religin and So:ialismus: Sozialistische Monatshefte 28 [1922] 442-447). El de- sarrollo posterior de la historia de las formas ha descuidado ese tema que ahora, tras casi cien aos, vuelve a estar en el centro de las discusiones teolgicas, no slo en el campo exegtico (sur- gimiento de los evangelios), sino en el de la organizacin y disciplina eclesial. La misma identi- dad del cristianismo est vinculada a la revelacin y despliegue de una comunicacin gratuita entre los humanos. Por eso. la historia de las formas constituye un momento central de la histo- ria de la comunicacin cristiana, en sus tiempos fundantes.

    58. Para un panorama actual de la historia de las formas, adems de obras antes citadas, cf. J. Barton-V. K. Robbins. Form Criticism. en ABD II. 833-844: J. S. Kselman-R. D. Witherup, Modem New Testamem Criticism. en New Jerome Bihlical Commentary, Chapman. London 1993. 1130-1145: R. E. Brown-S. M. Schneiders. Hermeneutics. en ibid., 1145-1165; C. L. Blom- berg. Form Criticism, en Dic. of Jess and the Gospels. IVP, Leicester 1992. 243-250; J. Muddi- man, Form Criticism. en Dictionarx of Bihlical Interpretaron. SCM. London 1994. 240-243.

    59. Cf. K. Barth-R. Bultmann. Briefwechsel. 315.

  • n Piologo a la edicin castellana

    hca, desde los apotegmas a la historia de la pasin Con lo ya dicho, el lectoi

    sabr situarse ante los temas Pero ser bueno que no empiece por las hipte-

    sis, que lea y se deje enriquecer por los textos del evangelio, ms que por los

    juicios que Bultmann formula De todas formas, tendr que conocer bien la hi-

    ptesis de las dos primeras comunidades cristianas que Bultmann distingue de

    forma constante

    -Iglesia judeotnstiana Jess y los cristianos ms antiguos, de la comunidad pales-

    tinense (hebrea), formaban segn Bultmann una secta al interior del judaismo

    Ciertamente, ellos haban proyectado sobre Jess ciertas visiones de tipo apocalip

    tico (Hijo del hombre futuro, fin del tiempo), pero ellas deben entenderse como re

    vestimiento simblico, determinado por su contexto cultural En si misma, la pri-

    mera Iglesia era una especie de asociacin moral de buenas personas, reunidas por

    el recuerdo de Jess Esos cristianos premiticos seguan transmitiendo las palabras

    mas significativas de Jess, llenas de la cercana del reino de Dios y de una tuerte

    experiencia de libertad legal y de confianza ante Dios, pero quiza incluan entre

    ellas algunas que podan haber sido pronunciadas por otros sabios y profetas se

    mejantes de aquel tiempo Ellos recordaban tambin algunos gestos ejemplares, sa

    nadores, de Jess cuya memoria aparece vinculada a la curacin de los enfermos

    Posiblemente lamentaban su muerte violenta, aunque era poco lo que podan con-

    tar acerca de ella Parece claro que esperaban encontrarle de nuevo en la resurrec-

    cin final, mas an, algunos afirmaban haberle visto ya como resucitado, aunque

    estas afirmaciones resultan secundarias, difciles de controlar En conjunto, las tra-

    diciones que evocan esta imagen de Jess pueden provenir y en parte provienen de

    la Iglesia palestina60

    -Iglesia helenista En un momento dado, siguiendo el ejemplo de otros grupos ju-

    dos que buscaban proslitos entre los paganos, empujados por la discusin con

    otros judos, menos favorables a Jess, y tambin por la presin de las circunstan-

    cias favorables, algunos cristianos antiguos extendieron su mensaje y presentaron

    su figura entre creyentes religiosos del entorno helenista, obteniendo as unos re-

    sultados sorprendentes Estos, los nuevos convertidos de cultura helenista, acogie-

    ron de manera creadora la figura de Jess y as la recrearon, interpretndola de for-

    ma mtico-religiosa, como revelacin salvadora de Dios De esa forma, los datos

    anteriores se entendieron en un nuevo paradigma cultural y religioso. Los cristianos

    helenistas ya no estaban condicionados por la visin de un Dios puramente lejano

    (separado de los hombres), ni entendan la religin como cumplimiento de unas

    buenas leyes morales, sino que interpretaban a Dios como principio sacral de la

    realidad que se revela a travs de unas figuras divinas trascendentes que reciben

    culto religioso y pueden salvar a los humanos No tuvieron dificultad en entender a

    Jess como ser divino que se revela a los humanos, muriendo por ellos y resucitan-

    60 Ser bueno que el lector vaya destacando en su lectura del libro (quiza con lpiz rojo) aquellas tradiciones y textos que Bultmann atribuye a la Iglesia palestina, formando asi su pro- pia imagen de la historia primera de los cristianos Al cabo de un tiempo mediado el libro el pro po lector se podra sentir capaz de ir distinguiendo los estratos de la tradicin sinptica y de la historia de Jess comparndola con aquella que ofrece Bultmann De esa forma lograra que es- te libro se le vuelva un texto personal y vivo sobre la historia de los evangelios

  • Prlogo a la edicin castellana 33

    do despus para salvarles. De esa forma transformaron lo que era ecuerdo huma- no de Jess y cumplimiento moral de su mensaje, en culto religioso de tipo mtico. No se limitaron a divinizar a Jess (haba ya otros dioses y misterios), sino que hi- cieron algo absolutamente novedoso en la historia de la humanidad: identiticaron al disto salvador divino con el mismo Jess de Nazaret, profeta crucificado. Por eso recrearon en forma sacral (mesinica, divina) algunos aspectos de su historia. vinculando los dos mundos, el hebreo y helenista, la moralidad de Jess y el mis- terio del Kyrios Ellos, los cristianos helenistas, son los responsables del tono y sentido sacral de! evangelio

    61.

    De manera consecuente, siguiendo su proceso exegtico, Bultmann ha co-

    locado la ruptura o novedad cristiana en el paso de la comunidad palestinense

    a la helenista. Ciertamente, l sabe que hay rasgos de novedad anterior: la mis-

    ma vida de Jess ofrece motivos distintos y parece abrirse ya a la novedad del

    cristianismo. Por otra parte, el mensaje y vida de Jess ha sido recreado ya en

    una comunidad judeohelenista donde se vinculan elementos judos y griegos,

    que marcarn desde ahora la identidad del evangelio. Pero la novedad estricta-

    mente dicha, el nacimiento del cristianismo y de la Iglesia, se identifica con la

    interpretacin helenista de la vida de Jess, que aparece ya en la tradicin an-

    terior y culmina en Marcos.

    Recordemos lo ya dicho sobre la creatividad social y religiosa de la Iglesia.

    Ella, la ms antigua comunidad helenista, vinculada a Pablo, ha re-interpreta-

    do el mensaje y figura de Jess, viniendo a entenderle como Mesas y Kyrios,

    Hijo de Dios y ser divino. Unos desconocidos helenistas, cuyos nombres igno-

    ramos, han sido los creadores del cristianismo, al interpretar la resurreccin

    juda de Jess (ha culminado su camino en Dios, volver al fin de los tiem-

    pos...) en formas sacrales y ontolgicas: est en Dios, como ser divino que

    puede liberar (ha liberado) a los humanos de la muerte.

    Evidentemente, Bultmann no ha dicho nunc