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Page 1: 3° Medio Electivo Guía N° 3 características de la Población

Historia y Ciencias Sociales Tercero Medio Electivo Guía N° 3 2° Semestre 2012

¿CUÁNTOS SOMOS? CARACTERÍSTICAS DE NUESTRA POBLACIÓN

INTRODUCCIÓN:Pese a su superficie reducida y a su lejanía del resto de las naciones, Chile presenta un importante grupo de población, establecida a lo largo

del país. Estudiemos entonces a esta población.

I. LA POBLACIÓN Lo primero que señalamos es que el espacio es un producto social,

pues éste se valoriza y cobra sentido en la medida que los habitantes lo van poblando, imprimiéndole un carácter diferente de acuerdo a su propio dinamismo y singularidad.

En nuestro país, a partir de 1970, la población ha experimentado una progresiva disminución del ritmo de crecimiento, que ha pasado de 2,5% a 1,5% anual. Lo anterior ha significado un fuerte cambio en su estructura, ya que una población joven se está transformando paulatinamente en una población adulta, aumentando paralelamente el número de adultos mayores.

Esto puede traer como consecuencia un envejecimiento de la población, que veremos posteriormente .Por ahora, nos dedicaremos a conocer el origen de nuestra población.

1.1. ORIGEN DE NUESTRA POBLACIÓN La composición actual de nuestra población es fruto de

largos siglos de historia, pero cuya esencia la aportó el fenómeno del mestizaje.

A la llegada de los españoles a nuestro territorio, en el siglo XVI, el país estaba poblado por numerosos pueblos ancestrales (indígenas), que habían logrado diferentes niveles de desarrollo material y cultural. Algunos, como los tehuelches y los onas, eran nómadas y vivían de la pesca y de la caza; otros de vida más sedentaria, como los diaguitas, los mapuches, los picunches y

los huilliches, trabajaban la tierra. Estos últimos grupos eran los más numerosos y, naturalmente, tuvieron mayor importancia en el proceso de mestizaje, al ser también los grupos más resistentes al avance europeo.

El elemento español que, junto con el indígena, originó la base de nuestro mestizaje durante la Colonia, provenía principalmente de Castilla y Andalucía, posteriormente, en el siglo XVIII, se produciría una importante inmigración vasca que llegó a desarrollar un rol hegemónico dentro de los grupos dirigentes de la

época. Otros grupos de inmigrantes, como ingleses y franceses, llegados del período colonial, fueron poco numerosos, pero tuvieron alguna influencia en la formación de nuestra población.

A mediados del siglo XIX, el proceso de colonización fue organizado por el gobierno chileno. Se favoreció la llegada de colonos alemanes a las zonas rurales del sur: Osorno, Valdivia y Llanquihue, tarea que se vio complementada en las últimas décadas con la llegada de nuevos colonos europeos que se instalaron en la región de la Araucanía.

Desde fines del siglo pasado hasta las primeras décadas del siglo XX, la inmigración espontánea ha sido heterogénea, y los descendientes se han asimilado a la población existente, como los yugoslavos, asentados en Antofagasta y Magallanes. Podemos mencionar también otros temas, como la situación de los inmigrantes peruanos, chinos, etc.

En síntesis, se podría afirmar que la población chilena es mestiza y en una gran mayoría blanca, lo que nos permite hablar de una cierta homogeneidad racial y cultural, muy notoria si la comparamos con otros países latinoamericanos.

II. VOLUMEN, DENSIDAD Y POBLACIÓNLa población de Chile, según el Censo de 2002, es de 15.116.435

habitantes, con una densidad media de 20 hab/km2, que resulta baja en relación a la mayoría de los países latinoamericanos. Por ejemplo, a comienzos de la década de 1990, Colombia tenía una densidad de 29.4; Ecuador de 39.3; México, de 47; Cuba de 96.8; El Salvador de 262.2 y Haití de 248.8. Pero debemos hacer una salvedad: en casi todos estos países existen áreas de muy baja densidad que coexisten con las zonas más densamente pobladas que son generalmente urbanas.

En el caso de nuestro país, esto se debe principalmente a que casi un 80% del territorio no tiene condiciones de habitabilidad, por la existencia de montañas, hielos y desiertos. Por otra parte, si comparamos las densidades regionales, encontramos grandes diferencias en la distribución de la población.

Esta irregularidad obedece a factores naturales y culturales, que veremos a continuación.

A) FACTORES NATURALES

1. Clima: Ha favorecido el poblamiento en la zona centro- sur, y ha obstaculizado el asentamiento en las regiones de los extremos norte (árido) y austral (frío).

2. Recursos Naturales y las actividades originadas a partir de ellos: También influyen en el poblamiento, como por ejemplo la minería y la agricultura.

3. El Relieve: Es otro factor importante, ya que la población vive de preferencia en áreas bajas: en la Depresión Intermedia y en las Planicies Litorales. La zona andina, salvo el altiplano y algunos faldeos cordilleranos, está prácticamente deshabitada, y en la Cordillera de la Costa vive una población escasa.

4. Presencia de Agua: Es un elemento digno de tener en cuenta, ya se hable de ríos, lagos, quebradas y oasis, pues siempre constituye un factor de atracción para el asentamiento humano.

B) FACTORES CULTURALES A partir de la conquista, los núcleos de población han tendido a

ubicarse en la zona central, fundamentalmente por la costumbre traída por los hispanos, de localizar los servicios más importantes en el centro del territorio. De esta forma, solo a fines del siglo XIX se empezaron a poblar los extremos del territorio nacional.

La excesiva centralización política, administrativa y económica del país ha propiciado un gran desequilibrio poblacional y el crecimiento desmedido de la capital. Lo anterior se reforzó especialmente con el fenómeno del éxodo campo- ciudad, que generó que miles de personas viniesen a buscar oportunidades a la capital, acomodándose en los sectores más periféricos de la capital, aumentando el crecimiento desmedido de la ciudad.

Esta realidad se ha tratado de revertir con el proceso de regionalización iniciado en 1974, pero los resultados hasta ahora han sido de alcance limitado, pues no se le ha dado ni los incentivos ni la autonomía necesaria a las regiones para lograr su desarrollo. Veamos ahora la situación poblacional de acuerdo con las grandes zonas de nuestro país.

2.1. ZONA NORTELas regiones de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y

Coquimbo, que conforman esta zona, tienen una población de 1.780.124 habitantes – un 11.77% de la población nacional-, ubicada en una superficie que constituye, aproximadamente, el 40% del territorio nacional continental. Debido a la escasez de agua y aridez del clima, hay poca actividad agropecuaria y la población se concentra casi exclusivamente en los centros urbanos y portuarios del litoral. La excepción son las ciudades mineras del sector

cordillerano, como Chuquicamata, Calama y el poblamiento altiplánico de origen aymará. Hay también un poblamiento lineal en torno a algunas quebradas y oasis que se aprovechan para la agricultura, como Azapa, por ejemplo. Lo mismo ocurre en los valles de Copiapó y Huasco.

La región de Coquimbo cuenta con una densidad de 14.86 hab/km2, y su centro es la conurbación La Serena- Coquimbo. En

una posición Este- Oeste la población ocupa los valles Elqui, Limarí y Choapa, con tierras fértiles, muy ricas para la agricultura.

2.2. ZONA CENTRO- SURLa Zona Centro- Sur la ubicamos entre la Región de Valparaíso

y la Región de los Lagos. En este espacio, que corresponde al 28.3% del territorio continental, se concentra el 87% de la población chilena.

Los centros urbanos de esta zona se encuentran en la Depresión Intermedia, exceptuando Viña del Mar, Valparaíso, Concepción y Valdivia, que se ubican en la costa.

Con la Región de Valparaíso se inicia un sector de alta concentración poblacional. Su densidad de población es de 93.91 hab/km2, predominando la población urbana costera en la conurbación Valparaíso- Viña del Mar. Luego se dispersa hacia el norte y el sur por la costa, en centros rurales y urbanos que se ubican junto al río Aconcagua.

La población de la Región Metropolitana alcanza la gigantesca cantidad de 6.061.185 habitantes: el 40% de la población total. La densidad de población es altísima con respecto al resto del país: 393.50 hab/km2, y se concentra principalmente en el gran Santiago, la ciudad capital, que reúne además gran parte del poder político, administrativo y económico de la nación. En sus alrededores hay ejes de poblamiento con centros urbanos menores que representan una posibilidad de desarrollo para descongestionar el gran Santiago, como Melipilla y Curacaví.

En las regiones de O’higgins y del Maule, el asentamiento humano tiende a concentrarse en la Depresión Intermedia, que posee condiciones óptimas para la agricultura; así encontramos ciudades como Rancagua, Curicó y Talca. La VI región

tiene una densidad poblacional de 47.63 hab/km2, y la VII, 29.97 hab/km2.En la Región del Biobío, cuya densidad poblacional es de 50.22 hab/km2, se

vuelve a presentar el máximo de concentración en el sector urbano costero de

Concepción y Talcahuano, y se mantiene, en la Depresión Intermedia, una concentración de población rural y urbana en ciudades como Chillán y Los Ángeles.

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La Región de la Araucanía sigue concentrando su población en la Depresión Intermedia, en ciudades como Victoria, Temuco y Loncoche. La población rural se extiende en los faldeos cordilleranos y sectores costeros representados principalmente por la población mapuche. La densidad de población de la región es de 27.30 hab/km2.

La Región de Los Lagos tiene gran parte de sus centros urbanos localizados en la Depresión Intermedia: Los Lagos, La Unión, Osorno y Puerto Montt, y en la costa, Valdivia. La isla de Chiloé también tiene centros urbanos. En la costa se ubican Ancud y Castro. La densidad de población de la región es de 16.01 hab/km2.

2.3. ZONA AUSTRALEsta zona comprende las regiones de Aisén y Magallanes. A pesar

de que su superficie alcanza casi el 32% del territorio nacional, excluyendo la Antártica, tiene una población muy reducida y las densidades más bajas del país: Aisén 0.84 hab/km2 y Magallanes 1.14 hab/km2. Esto puede explicarse, en parte, por las condiciones naturales de inaccesibilidad y por el tardío poblamiento de esta zona. En ambas regiones predomina el asentamiento interior en las mesetas y estepas trasandinas. La población urbana es la mayor importancia, y se concentra en Aisén, Coyhaique, Punta Arenas y Puerto Natales.

FOTO: POBLACIÓN CHILENAFUENTE: www.google.cl

III. DINÁMICAS DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓNEl crecimiento poblacional chileno ha sido permanente a partir de la

primera mitad del siglo XIX, aunque no de manera homogénea, según consta en las estadísticas censales.

Si observamos la evolución general de la población y la tasa de crecimiento, podemos notar dos momentos importantes: a mediados del siglo XIX, que coincide con un período de prosperidad económica, y a mediados del siglo XX. Este segundo momento es la consecuencia de una alta tasa de natalidad y de una baja en la mortalidad, alcanzada gracias a los avances en medicina y salubridad públicas, ya que la inmigración al país sólo ha alcanzado relevancia en el último tiempo.

3.1. CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN EN EL SIGLO XXEntre 1900 y 1940, la escasa diferencia entre la alta tasa de

natalidad y la alta tasa de mortalidad es la causa del bajo crecimiento poblacional. La alta mortalidad se explica principalmente por las condiciones precarias de higiene y los deficientes servicios de salud pública. En este período, la esperanza de vida era baja. Entre 1919 y 1922, por ejemplo, el promedio de vida era unos 32 años, y una década más tarde, alcanzaba sólo a los 40 años. La mortalidad infantil también era muy alta, llegando a registrarse, en el año 1935, 257%0 defunciones de niños menores de un año, una de las tasas más altas del mundo.

A partir de la década del 40, esta situación ha ido variando de manera notable; se han dado importantes pasos en materia de salud e higiene y se han mejorado las redes de agua potable y alcantarillado. A nivel familiar, se aprecian los beneficios del desarrollo global del país; por una parte se mantienen las altas tasas de natalidad hasta 1960, al mismo tiempo que descienden las tasas de mortalidad (1940: 21.3%0, 1960: 12.3%0). Con estas

condiciones favorables aumenta progresivamente la esperanza de vida (1940:41.8 años y 1960: 57.1 años). Actualmente, Chile posee una de las tasas de mortalidad más bajas de Latinoamérica.

El consiguiente resultado de este proceso se observa en el alto crecimiento experimentado por la población chilena, que alcanzó su máximo nivel en 1960, con una tasa de 2.5% de crecimiento anual. Desde 1965 en adelante, la tasa de natalidad decrece, fundamentalmente porque fue reflejo de un mayor desarrollo económico y social que favorece acciones de

planificación familiar establecidas a partir de 1962 por el Servicio Nacional de Salud. En 1991 la tasa de natalidad era de 21.3%0 y la de mortalidad general era de 5.6%0, lo que da un crecimiento vegetativo de 1.57% para ese año.

Estas bajas tasas de crecimiento son similares a las de otros países del Cono Sur, como Argentina y Uruguay, pero muy inferiores al resto de los países latinoamericanos que crecen con mayor rapidez: entre 2% y 3% anual o más.

Así, el crecimiento de nuestra población puede estimarse lento y moderado en relación a Latinoamérica, y moderado- alto con respecto a Europa, cuyas tasas de crecimiento no pasan el 1% anual. Si se mantiene el ritmo de crecimiento, se espera que para el año 2025 Chile tenga entre 19 y 20 millones de habitantes.

3.2. CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN A NIVEL REGIONAL

Entre 1970 y 1982 la población chilena se incrementó en cerca de un 28%. En este período, las regiones extremas del país crecieron por encima del promedio nacional, favorecidas por las políticas gubernamentales; la región metropolitana tuvo también un crecimiento importante, porque constituye un foco de atracción migratoria de las regiones Centro y Sur del país, donde la población decrece rápidamente.

Actualmente, las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo crecen a un ritmo superior a la media del país, lo que indica su carácter de regiones receptoras de inmigrantes y de zonas que han sido favorecidas por las políticas pesqueras, de puerto libre y de industrialización.

La Región Metropolitana, por su parte, mantiene también un aumento por encima de la media desde los últimos 30 años, y continúa siendo la principal área receptora de inmigrantes. La VI Región, del Libertador General B. O’higgins, iguala su porcentaje al crecimiento del país, y las restantes regiones tienen un crecimiento menor, reflejando su carácter de áreas de emigración, que se acentúa en las regiones undécima y duodécima.

FOTO: SAN PEDRO DE ATACAMAFUENTE: www.google.cl

IV. COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN SEXO Y EDAD4.1. ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN POR SEXO

La población de Chile se compone de un 51% de mujeres y un 49% de hombres, proporción mantenida sin variaciones significativas en los censos anteriores y que dice relación con una mayor mortalidad masculina. Dicho porcentaje equivale a un índice de masculinidad de 96.6 , es decir, que en promedio, por cada 100 mujeres hay 96.6 hombres.

El índice de masculinidad sufre variaciones a nivel regional: un índice sobre 100, de predominio de población masculina, se encuentra en las regiones I, II, III, VI, X, XI y XII, y bajo 100, con predominio de población femenina, con el resto de las regiones, especialmente Valparaíso, Santiago y Concepción. Una de las principales causas de las diferencias de índice de masculinidad en las distintas regiones se debe a las migraciones. La zona central, especialmente Valparaíso y Santiago, son polos de atracción para la población femenina, que encuentra fuentes de trabajo en el sector

servicios. En los sectores rurales en cambio, predomina la población masculina, lo mismo que en las regiones extremas del país donde los varones son mayoría; esto se debe principalmente a la importancia geopolítica de ambas zonas, y al tipo de actividades económicas que se desarrollan: minera en el Norte y ganadera en el Sur. Si analizamos la población por sexo y tramos de edad, notamos significativas diferencias: nacen más hombres que

mujeres predomina hasta la edad de 30 años. Entre los 30 y 34 años se produce un equilibrio y, a partir de los 35 años, la proporción se invierte, aumentando el número de mujeres a medida que aumenta la edad.

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4.2. ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN SEGÚN EDADLo primero que señalaremos es que en los últimos 30 años la estructura de la población chilena por edades ha variado significativamente: disminuye la población infantil- juvenil menor de 19 años y aumenta enormemente la población adulta y la de la llamada “tercera edad”.Por la reducción de la natalidad, se ha contraído la base de la pirámide, en tanto que por la disminución de la mortalidad y la extensión de la esperanza de vida, que para la población chilena es de 77 años, ha aumentado considerablemente el grupo de adultos y el de la tercera edad. Por esta razón, la estructura de la pirámide tiende a una forma rectangular, que es propia de los países más desarrollados, donde la población longeva supera el 10%, los adultos son casi el 60% y los niños y jóvenes sólo alcanzan un 30%.

Nuestra población está en una etapa de transición en la que la población de 0-10 años es el 34.2%, la de 20- 64 el 54.6% y la que tiene 65 años y más un 8.05%. Por lo tanto la población joven mantiene su importancia y requiere de la creación de programas de capacitación y nuevos espacios laborales, para incorporarla al mundo del trabajo. La población de adultos mayores necesita también la creación de una infraestructura ocupacional adecuada y la cobertura de protección básica que les permita vivir dignamente.

V. COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN SUS CARACTERÍSTICAS ECONÓMICASUna primera idea respecto de este tema se relaciona con la evaluación de las características económicas de la población. Para ello, debemos tomar ciertos índices, como el de la población económicamente activa o la fuerza de trabajo, así como la ocupación por ramas de actividad, las actividades predominantes y el nivel de vida alcanzado, todo lo cual es un reflejo del grado de desarrollo del país. En este aspecto, la Población Económicamente Activa (PEA), la podemos definir como aquella que desarrolla o puede desarrollar una actividad remunerada. Este concepto se contrapone al de población pasiva, donde consideramos a estudiantes, ancianos, los impedidos que no pueden trabajar y las mujeres dueñas de casa, es decir, todas aquellas personas que no reciben salario por su trabajo.En nuestro país, más de la mitad de la población puede desarrollar actividades económicas, pero la población económicamente activa (PEA), es, según los datos obtenidos del período Mayo- Julio de este año, una cifra equivalente a un 39.25% de la población total. Esta proporción ha ido aumentando progresivamente al compararla con períodos anteriores: en 1970, el PEA era de un 30%; en 1982, 32,5%; en 1992, un 37.5%. El aumento experimentado se debe al mayor desarrollo económico, a la creciente incorporación de la mujer al trabajo y una disminución de la tasa de desocupación, aunque todavía notamos que se mantiene la relación por la cual de cada persona activa dependen dos inactivas.Esta relación es muy importante de cara a la elaboración de políticas económicas hacia los años próximos, pues si continúa la tendencia al crecimiento de la PEA, puede generarse un aumento en el ingreso per cápita nacional, trayendo una mejora en el nivel de vida general.

El índice anterior se ve complementado por las áreas de actividades en las que trabaja nuestra población, que son tres: Primaria, Secundaria y Terciaria. En las estructura de actividades de Chile predominan las terciarias, o sea, el peso de su economía está en la producción de servicios y no en la producción de bienes; razón por la cual se inserta entre los países en vías de desarrollo. Pasamos a revisar brevemente estas actividades.Sector Primario( Extracción de materias primas): Es un sector que posee un crecimiento bastante lento, que no ha sufrido grandes variaciones en los últimos censos. Dentro de este sector, la mayor población trabaja en la agricultura y un mínimo grupo en el sector minero, debido a su alta mecanización. En conjunto, la actividad primaria ocupa un total de 15.04% de la PEA.

Sector Secundario (Elaboración y Manufactura de materias primas): Este sector abarca un 22.73% de la fuerza de trabajo, lo cual nos muestra un descenso en comparación con períodos anteriores ( por ejemplo: el año 1992, el sector abarcaba un 24.13%).Sector Terciario (Comercio y Servicios): Actualmente, corresponde a un 62.19% de la PEA, lo que nos habla de un notorio avance respecto de períodos anteriores (por ejemplo, en 1992 constituía un 56.4%). Por lo tanto, los servicios y el comercio siguen siendo las actividades que ocupan a la mayor parte de los trabajadores del país.

A nivel regional, la composición de la fuerza de trabajo refleja, en forma indirecta, el peso que tiene cada actividad económica dentro de la región, y se caracteriza a cada una de ellas según sea la distribución de cada rama de actividad.

VI. LA POBLACIÓN SEGÚN SU ÁREA DE RESIDENCIA URBANO- RURAL

Actualmente, observamos un predominio de la población rural sobre la urbana a nivel mundial, pero con la tendencia a revertirse dentro de un corto plazo.

Nuestro país no está ajeno a dicha tendencia, pero sí podemos señalar que ha experimentado un proceso relativamente acelerado de urbanización en los últimos 50 años. Hasta 1930, predominó la población rural; a partir de la década del 50 se produjo el fenómeno inverso y, actualmente, el 86.59% de la población chilena reside en áreas urbanas, mientras que sólo un 13.41% vive en medios rurales.

Lo anterior lo validamos desde la perspectiva del concepto de población urbana y rural que se tiene en nuestro país. Respecto a la población urbana, la definimos como aquella que reside en localidades con determinadas características: la agrupación planificada de un cierto número de personas y viviendas; la disponibilidad de servicios de agua potable, alcantarillado, luz eléctrica, comercio y centros de comunicación. Según el INE, “urbano” es todo asentamiento que posea rasgos de urbanización, con un mínimo de 60 viviendas agrupadas y una población no inferior a 301 habitantes.

Respecto a la población rural, la definimos como aquella que reside en forma dispersa o en agrupaciones de pocas personas; carece de los servicios propios de los centros urbanos y realiza actividades relacionadas con el sector primario.

De acuerdo a todo lo expresado anteriormente, la proporción de población urbana y rural varía en las regiones. Hay altas tasas de urbanización en las regiones de los extremos Norte y Sur, por sus condiciones naturales y la escasez de actividades agropecuarias, que hacen que la población se concentre en las ciudades. Las regiones del centro del país son altamente urbanizadas. Las demás regiones presentan tasas inferiores a la cifra nacional, pero siempre sobre el 50%. Las tasas de urbanización más bajas las encontramos en las regiones del Maule, la Araucanía y los Lagos, por su vocación agrícola.

La Región Metropolitana, por definición, tiene un carácter urbano. Concentra un 40% de la población total del país y de ese porcentaje, sólo el 3.3% se considera como la población rural del área.

FOTO: SECTOR PRIMARIOFUENTE: www.google.cl

6.1. CIUDADES CHILENASEl sistema urbano chileno es desequilibrado, lo mismo

que sucede en la mayor parte de los países en vías de desarrollo. La gran ciudad- capital, Santiago, tiene un volumen de población

muy elevado que corresponde a más de un tercio del total de la población. Las ciudades que la siguen, en monto de población,

corresponden a conurbaciones, como las de Valparaíso- Viña del Mar; Concepción- Talcahuano- Coronel, etc.6.2. MIGRACIONES INTERNAS

En el gran aumento poblacional de las ciudades en los últimos 50 años ha influido de modo fundamental la migración rural- urbana, que reduce la población rural y aumenta la concentración urbana.

El movimiento migratorio de la población rural se realiza por etapas. Primeramente los migrantes se dirigen a los centros urbanos más cercanos y pequeños a su lugar de origen; luego se desplazan a ciudades más grandes, que suelen ser las capitales regionales desde donde es fácil para muchos emigrar después a la capital del país.

Las migraciones las podemos calcular a través del Balance Migratorio, que se expresa en la fórmula:Inm- Em X 100Inm + Em

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De acuerdo con las tendencias, observamos que regiones como Tarapacá, Antofagasta y Atacama en el Norte siguen teniendo saldos migratorios positivos, al igual que las regiones sureñas y centrales de Aisén, Magallanes, Valparaíso, Metropolitana y del Libertador B.O. Las otras regiones, en las que la población agrícola es mayor, tienen saldos migratorios negativos, ya que siguen expulsando población hacia centros urbanos. En resumen, la población de las áreas rurales sigue mirando hacia los grandes centros, como la meta de su aspiración de surgimiento; los grandes y pequeños centros urbanos se convierten en focos de inmigración que reciben el flujo del éxodo rural.

FOTO: SECTOR RURALFUENTE: www.google.cl

VII. CARACTERÍSTICAS EDUCACIONALES DE LA POBLACIÓNEl nivel de educación alcanzado por la población en general, es un indicador del

grado de desarrollo en que se encuentra el país.La variable más importante es el nivel de alfabetización, que se ha elevado

ostensiblemente en nuestro país, dentro de un plazo relativamente corto. A partir de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria dictada en 1920, y promulgada con el texto definitivo en 1929, se impulsa la alfabetización y la escolarización en el país. A comienzos de siglo, sólo la mitad de la población de 15 años sabía leer y escribir; a partir de 1950 llegaba a más de un 80%, y en los últimos censos sobrepasa el 90%.

A nivel regional esta tasa varía, según sean las características urbanas y rurales de la región. Los sectores urbanos cuentan con un mejor equipamiento educacional; en cambio, en los sectores rurales tienen una infraestructura insuficiente.

El nivel educacional de un país se conoce también por el número de personas matriculadas en escuelas y centros de estudios superiores. Por ejemplo, el aumento de matrículas en la Enseñanza Preescolar está en relación directa con la mayor participación de la mujer en el campo laboral; y el aumento de matrículas en la Educación Superior se explica por el número de universidades que han proliferado a partir de la promulgación de la Ley de Universidades de 1981.

A pesar del notorio aumento de la Educación Superior, es igualmente bajo el porcentaje, considerando que nuestra población es mayoritariamente joven y adulta. Debemos también concentrar el esfuerzo en los jóvenes que no tienen acceso a las universidades, sean por puntaje o incapacidad económica, por tanto, se hace menester impulsar la enseñanza técnica e industrial con carreras medias, para lograr un mayor aprovechamiento y transformación de nuestros recursos en bienes productivos, contribuyendo así a un mayor grado de desarrollo nacional.

FOTO: ESCUELA CHILENAFUENTE: www.google.cl

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