2nda. entrega ixcán. el campesino indígena se levanta, 1966-1982

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SEGUNDA ENTREGA Acerca de la nueva publicación: Ixcán. El campesino indígena se levanta, 1966-1982 Sergio Palencia, por el Grupo impulsor de Escritos Ricardo Falla El martes 24 de marzo de este año se presentará el tercer volumen de la colección “Al atardecer de la vida”, Escritos de Ricardo Falla. Titulado Ixcán: el campesino indígena se levanta, 1966-1982, este volumen es el primero de una trilogía enfocada en la lucha, masacres y resistencia en Ixcán, Quiché, como de otros departamentos de Guatemala. Escrito entre 1984 y 1985, el libro trae consigo una singular novedad histórica: la autoconsciencia de lucha del pueblo guatemalteco. La portada del libro muestra a indígenas todosanteros y guerrilleros, compartiendo tortillas, en un momento donde la lucha contra el régimen finquero-militar los reunía. A continuación la segunda entrega de reflexiones en torno a temas desarrollados en El campesino se levanta, de Ricardo Falla. Ixcán: territorio en disputa Colonizadores indígenas desmontan la selva del Ixcán, década 1970 1 La producción de la tierra es el eje central de toda sociedad agrícola. Cuando, en 1954, la contrarrevolución derrocó al Arbencismo, la finca se rearfirmó como núcleo de la dominación social en Guatemala. Deteniendo las avanzadas de campesinos reclamando 1 Imagen tomada del libro: Wheaton, Philip y Frank, Luisa. (1984). Indian Guatemala. Path to liberation. Estados Unidos: Epica Task Force, pp. 112.

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Ixcán. El campesino indígena se levanta, 1966-1982Sergio Palencia,por el Grupo impulsor de Escritos Ricardo FallaEl martes 24 de marzo de este año se presentará el tercer volumen de la colección “Al atardecer de la vida”, Escritos de Ricardo Falla. Titulado Ixcán: el campesino indígena se levanta, 1966-1982, este volumen es el primero de una trilogía enfocada en la lucha, masacres y resistencia en Ixcán, Quiché, como de otros departamentos de Guatemala. Escrito entre 1984 y 1985, el libro trae consigo una singular novedad histórica: la autoconsciencia de lucha del pueblo guatemalteco. La portada del libro muestra a indígenas todosanteros y guerrilleros, compartiendo tortillas, en un momento donde la lucha contra el régimen finquero-militar los reunía. A continuación la segunda entrega de reflexiones en torno a temas desarrollados en El campesino se levanta, de Ricardo Falla.

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Page 1: 2nda. Entrega Ixcán. El campesino indígena se levanta, 1966-1982

SEGUNDA ENTREGA

Acerca de la nueva publicación:

Ixcán. El campesino indígena se levanta, 1966-1982

Sergio Palencia,

por el Grupo impulsor de Escritos Ricardo Falla

El martes 24 de marzo de este año se presentará el tercer volumen de la colección “Al atardecer de la vida”, Escritos de Ricardo Falla. Titulado Ixcán: el campesino indígena se levanta, 1966-1982, este volumen es el primero de una trilogía enfocada en la lucha, masacres y resistencia en Ixcán, Quiché, como de otros departamentos de Guatemala. Escrito entre 1984 y 1985, el libro trae consigo una singular novedad histórica: la autoconsciencia de lucha del pueblo guatemalteco. La portada del libro muestra a indígenas todosanteros y guerrilleros, compartiendo tortillas, en un momento donde la lucha contra el régimen finquero-militar los reunía. A continuación la segunda entrega de reflexiones en torno a temas desarrollados en El campesino se levanta, de Ricardo Falla.

Ixcán: territorio en disputa

Colonizadores indígenas desmontan la selva del Ixcán, década 1970

1

La producción de la tierra es el eje central de toda sociedad agrícola. Cuando, en

1954, la contrarrevolución derrocó al Arbencismo, la finca se rearfirmó como núcleo de la

dominación social en Guatemala. Deteniendo las avanzadas de campesinos reclamando

1 Imagen tomada del libro: Wheaton, Philip y Frank, Luisa. (1984). Indian Guatemala. Path to liberation.

Estados Unidos: Epica Task Force, pp. 112.

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tierras, fuese en Alta Verapaz, Chimaltenango o en la Costa Sur, el régimen

contrarrevolucionario sostuvo su continuidad económica a través del mantenimiento de la

gran propiedad agrícola sobre las comunidades campesinas.

Desde finales de la década de 1950 e inicios de 1960 un enorme movimiento, en su

mayoría compuesto por jóvenes, empezó a emigrar del Altiplano a las tierras del norte.

Fuesen q’eqchíes al nor-occidente, los ixiles al norte o mames, q’anjobales, chujes al nor-

oriente, las comunidades campesinas emigraron en búsqueda de tierra. No obstante,

también los dirigentes de la contrarrevolución empezaron a fijar un plan de apropiación

territorial, el luego conocido como Franja Transversal del Norte (FTN). En su libro El

Estado absolutista, Perry Anderson2 explica cómo una economía basada en la explotación

terrateniente, enfocada en el acrecentamiento de la renta, solo puede expandirse a través de

la continua conquista de nuevas tierras. Podríamos interpretar que la forma de un régimen

finquero es, de por sí, militar y violenta. El ejército no es meramente una institución en el

basamento del Estado, sino su necesidad orgánica en tanto reproductora del sometimiento

social a la producción de la renta terrateniente. La finca se mueve, pues, también a través

del ejército.

Si bien en la historiografía guatemalteca se ha enfatizado cómo los guerrilleros del

Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) fueron al encuentro de los parcelarios, poco o casi

nada se ha dicho de cómo se fueron conociendo los parcelarios con las fuerzas

expropiadoras del régimen contrainsurgente. El libro El campesino se levanta, 1966-1982,

así como muestra el encuentro entre campesinos y guerrilleros, también nos presenta los

puntos iniciales de la tensa relación con el régimen militar y las personificaciones del

capital: cooperativistas indígenas y militares, cuerpo de ingenieros castrenses o compañías

petroleras. De manera que el libro va capturando los distintos momentos históricos del

conflicto, no solo allí donde ya hay pelotones militares enfrentando guerrilleros o

resistencia civil, sino desde el origen mismo de la construcción del conflicto.

Acerquémonos al testimonio de un jacalteco, habitante de Mayalán, en ese momento de 43

años. Él describe el momento justo en el cual una petrolera pretende explorar las parcelas

que, años antes, el mismo gobierno había otorgado:

«En septiembre penetró la primera brecha de Cuarto Pueblo para el sur, por el éste

de La Resurrección, Xalbal, Mayalán y Cerro Cuache. Esto unificó a la gente. En

cualquier problema de tierra, corrían los auxiliares que eran como correo de aviso de

los centros. Y la gente se junta inmediatamente. Ese tiempo llegó información que

habían pasado la brecha y buscaba para Mayalán. Se decidió que estuvieran alertas y

no permitieran que los petroleros entren en nuestra tierra: “Van a machetear”. Río

Pescado, Babilonia, Nueva Linda, San José La Selva (centros de Mayalán) pararon a

los brecheros. Esa brecha tiene a cada dos kilómetros una pista para el helicóptero y

caminaban y se iban. Se levantaron con machete y pararon. Pararon los brecheros:

“Nosotros tenemos jefe. Vamos a consultar”. Y al día siguiente llegó el helicóptero

con el Ejército. Dijeron que consultaran con la directiva. Al otro día ya pasaban los

ejércitos a la cooperativa. Y que tal día llegará el jefe de la compañía. Pidió

autorización para brecha: “Brechita que vamos hacer. Si se encuentra algún pozo

2 Anderson, Perry. (1974 / 2011). El Estado absolutista. Siglo veintiuno editores. Página 26

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tenemos convenio con la cooperativa y el dueño de la parcela. Pero tenemos que

ver. Sacaron su mapa autorizados por INTA”.» (Falla, 2015: 163)

Nótese que la petrolera encuentra resistencia en la misma gente con machetes. Esto

desde ya nos da pistas para reinterpretar la guerra, no solo contra una guerrilla en tanto

movimiento armado, sino como movimiento estatal-capitalista contra las comunidades. En

el testimonio del indígena jacalteco destaca cómo la petrolera tiene a su disposición

logística del Ejército, en concreto con el helicóptero que los transporta al día siguiente. Al

mismo tiempo, el Ejército patrulla la cooperativa y llega a controlar en el marco de una

posible negociación con la compañía petrolera.

Este es uno de los encuentros donde el capital – en su momento de inversión

petrolera – llega como vanguardia del ejército. Los parcelarios ya no solo deben enfrentar

las dificultades jurídicas en la propiedad cooperativista o, luego del asesinato del sacerdote

Woods, soportar el control del comercio a través de la aviación del ejército nacional. Aquí,

de hecho, ya están viendo venir la expansión del proyecto petrolero apoyado y promovido

por la élite oligarca-militar. El libro de Falla, desde la metodología antropológica, describe

y narra en detalle esta serie de conflictos que, como un todo, van acumulándose hasta las

campañas de tierra arrasada de 1982. El Ixcán es descrito y analizado como una etnografía

regional que, no obstante, da visos de carácter general de la Guatemala de ese entonces.

Hasta el momento contábamos con algunas etnografías de la década de 1960 o

1970, las cuales vaticinaban la magnitud del conflicto. Podemos mencionar, entre otras, el

trabajo en San Ildefonso Ixtahuacán por Appelbaum (1968) o de Aguacatán, por Brintnall

(1978). En el primero se narraba la falta de tierras y la dura opción de trabajo en las fincas,

lo cual anunciaba ya el enorme movimiento migratorio de Huehuetenango al Ixcán. En el

segundo, una década más tarde, el movimiento cooperativista y su alianza electoral con

Democracia Cristiana, duramente golpeado por el fraude y la represión.

El libro de Falla, datando de 1985, guardó un necesario horizonte que fue silenciado en

muchos trabajos etnográficos de la década de 1980. La riqueza es que, desde la centralidad

de Ixcán, engloba los distintos movimientos en los que participaron muchos indígenas

(cooperativas-comerciales, sindicatos-reivindicativos) antes del desatamiento frontal de la

guerra. Lo que en Appelbaum y Brintall son momentos centrales, en El campesino indígena

se levanta se engloba como una suerte de épica popular. En las selvas del Ixcán surgiría una

colectividad rebelde que, desde el dolor de las masacres de 1982, pudo resistir por catorce

años al violento Estado guatemalteco.

Sobre la presentación del libro

El lanzamiento de este volumen 3 de la Colección “Al atardecer de la vida…”,

Escritos de Ricardo Falla s.j., se realizará el martes 24 de marzo de este año (2015), en

MUSAC (9a avenida 9-79, zona 1), a las 5 de la tarde.