27605_el gran libro de los animales
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los animalesTRANSCRIPT
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10036697PVP 16,95
Los tres cerditos, la zorra y los gansos, la gallina Caraca, las dos ranas, las tres cabras o el oso que busca niera Una seleccin de los mejores cuentos de todos los pases protagonizados por animales en mayscula, astutos unas veces, simplones otras, y tiernos casi siempre, har
las delicias de jvenes y adultos. Cuentos de siempre para lectores curiosos y vidos de aventuras. Delicioso y extico, con
emotivas ilustraciones de Kim Amate.
Un libro para leer,mirar y compartir
EL G
RAN L
IBRO D
E L
OS
ANIM
ALES
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ELGRAN LIBRO
DE LOSANIMALES
Los mejores cuentos de todos los pases
Ilustraciones de Kim Amate
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ndice
7Los tres cerditosCuento popular ingls
49El corzo orgullosoJ. J. Rdolphi
35El oso busca nieraCuento ruso
13La zorra y los gansosJacob y Wilhelm Grimm
57Historia de los animalesy los hombresCuento oriental
41Cmo hizo el coyotea los hombresCuento miwok
29Cmo ardi laciudad de Schildapor culpa de un gatoGustav Schwab
15El elefantitoRudyard Kipling
71El mal pagoCuento noruego
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83El cangrejo y la grullaCuento egipcio
125El conejo listoCuento africano
101El patito feoHans Christian Andersen
79El pavo tontoCuento persa
91El zorro y el bautizoCuento escandinavo
133La gallina CaracaCuento indio
137Las tres cabras Gru Cuento escandinavo
121Las dos ranasCuento japons
141El novio de la ratitaCuento de Birmania
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7LOS TRES CERDITOS
Este cuento popular ingls ha divertido a muchas generaciones de nios.
Haba una vez tres cerditos. La madre de los cerditos era tan pobre, que no tena nada para darles de comer. As que un da los mand por el mundo a buscar fortuna.
El primer cerdito se encontr con un hombre que llevaba una braza-da de paja, y le dijo:
Por favor, me das esa paja para que me haga una casa?El hombre le dio la paja, y el cerdito se hizo una casa con ella. Estaba
encantado en su casa nueva, hasta que lleg un lobo, que llam a la puer-ta y dijo:
Cerdito, cerdito, djame entrar un poquito!El cerdito contest:No, no, por mi rabito, que no te dejo entrar ni un poquito.
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Entonces empujar y soplar y tu casa derribar dijo el lobo.Y se puso a empujar la casita y a soplar muy fuerte. La casa de paja se
vino abajo y el cerdito ech a correr muy de prisa, para que el lobo no se lo comiera.
El segundo cerdito se encontr con un hombre que llevaba una carga de lea, y le dijo:
Por favor, me das tu lea para que me haga una casa?
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Los tres cerditos
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El hombre le dio la lea y el segundo cerdito se puso a hacer la casa; y en esto lleg el primer cerdito, que vena huyendo del lobo, y entre los dos hicieron una casa de madera. Y justo cuando la estaban terminando, apareci el lobo.
El lobo empez a llamar a la puerta y a gritar:Cerditos, cerditos, dejadme entrar unos minutitos!El segundo cerdito contest:No, no, por mi rabito, no te dejo entrar ni un minutito!Pues empujar y soplar y vuestra casa derribar dijo el lobo otra
vez.Y se puso a empujar la casa y a soplar muy fuerte, empujn va, em-
pujn viene, soplido por aqu, soplido por all, hasta que la casa se vino abajo. Los dos cerditos salieron corriendo a toda prisa.
El tercer cerdito se encontr con un hombre que llevaba muchos la-drillos, y le dijo:
Por favor, me das ladrillos para hacerme una casa?El hombre le dio unos cuantos ladrillos y el cerdito empez a hacerse
una casa.
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Y en esto llegaron corriendo los otros dos cerditos, que iban huyendo del lobo.
Entre los tres cerditos hicieron la casa de ladrillo muy de prisa, lo ms rpido que pudieron. Y cuando acababan de terminarla, apareci el lobo, que empez a dar golpes a la puerta y a gritar:
Cerditos, cerditos, quiero entrar ah un poquito!
El tercer cerdito contest:No, no, por mi rabito, no entrars aqu ni un poquito!Pues empujar y soplar y vuestra casa derribar! repiti el lobo.
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El lobo empez a dar empujones a la casa, unos empujones tremen-dos, y soplaba con unos soplidos enormes, pero la casa no ceda. Y los tres cerditos se pusieron muy contentos: su casa de ladrillos era fuerte y se sentan seguros.
Pero el lobo estaba furioso porque tena mucha hambre, quera co-merse a los cerditos y no lo consegua. Dej de empujar y de soplar y se puso a pensar. Y entonces se subi al tejado de la casa y prob a meterse por la chimenea, pero se escurri por el agujero y cay en un puchero lleno de agua hirviendo que estaba sobre el fuego.
Cuando los tres cerditos vieron lo que haba pasado, pusieron co-rriendo la tapadera encima del puchero. El lobo qued bien cocido y los cerditos se lo comieron de cena. Y desde entonces vivieron muy felices en su casita de ladrillo.