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  • La construccin de la tica de la empresa o tica de los negociosPrimera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica

    119 No. 216, mayo-agosto 2005

    Resumen

    En este artculo mostramos la manera cmo la tica de la empresa o tica de los negociosse construye a partir de la adopcin de la ciencia de la tica. Esto da origen a las formas;en este trabajo sealaremos slo algunas: la empresa del respeto y la buena voluntad, lavoz del profeta y el impulso de amor, uno mismo y el otro en el trabajo, Habermas en laadministracin, la solucin de la presin moral y la transferencia de valores de la ticade la empresa. El anlisis de las formas ilumina el contenido ideolgico de la tica de laempresa y las contradicciones insuperables en su construccin. Para ese propsito,adoptamos en nuestra exposicin el mtodo de la economa poltica de Marx (1965:254-263) en la construccin de la tica de la empresa a la francesa.

    Palabras clave: tica de la empresa, tica de los negocios, ideologa, managementparticipativo, proyecto personal, tica de la discusin, tica profesional, trabajo inma-terial, tica de la conviccin y tica de la responsabilidad.

    La construccin de la tica de laempresa o tica de los negocios

    Primera parte. Las formas a partirde la adopcin de la tica*

    Ricardo Cuevas Moreno* *

    * Este trabajo se conforma de dos partes. La segunda se presentar en el siguiente nmero.** Investigador de la Facultad de Comercio y Administracin de Tampico de la Universidad Autnoma deTamaulipas. Correo electrnico: [email protected]

  • Ricardo Cuevas Moreno

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    Introduccin

    La interpretacin francesa de la tica de los negocios

    Los artculos siguientes estn dedicados al estudio de las formas que la tica dela empresa reviste. Nuestro anlisis se limita a la interpretacin francesa de latica de la empresa debido a que se trata de un fenmeno particular desde suadopcin misma y su desarrollo en Francia. Con el tiempo, la tica de la empresaha sido asimilada y adaptada de acuerdo con la cultura de ese pas. En ese sentido,es necesario destacar los puntos siguientes: 1) una concepcin propia de las rela-ciones entre el Estado, los patrones y los trabajadores; 2) un contexto econmico,poltico y social propio; 3) una tradicin filosfica que trata de sostener todo discur-so de la tica de la empresa. Sin embargo, nosotros pensamos que nuestro anlisispuede servir para comprender ciertos aspectos de la tica de la empresa en gene-ral, particularmente su rol como ideologa del capital de la poca de lainformatizacin.

    La tica de la empresa es denominada de diferentes maneras: tica en la gestinde la empresa, tica de los negocios, tica en la empresa. Hemos decidido nom-brarla tica de la empresa o tica de los negocios porque, por una parte, losescritores de la tica de la empresa se refieren de manera indistinta a un mismoobjeto de anlisis; por otra, esa nocin engloba todas las relaciones de la empresa.Esas relaciones son para nosotros econmicas, tecnolgicas, polticas es decirde autoridad y poder sociales y morales. La empresa forma parte del organismosocial, por lo que la nocin de la tica de la empresa o tica de los negocioscomprende, luego entonces, tambin las relaciones internas y externas de la em-presa capitalista. En fin, partimos del supuesto que la empresa capitalista es laforma dominante de las organizaciones en la actualidad.

    La tica de la empresa reposa sobre una serie de conceptos y de razonamientosque le dan su contenido y su validez; por ejemplo, los que nosotros llamamos losautores de la tica de la empresa suponen la sociedad capitalista liberal y valorespolticos y morales como punto de partida; stos son el marco de todo discurso.Pensamos que la integracin de los valores morales hecha por la tica de losnegocios o tica de la empresa es una puerta de acceso para explicar su carcterideolgico.

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    En consecuencia, el anlisis de las formas de la tica de la empresa proporcionala prueba que la tica de la empresa o tica de los negocios es una ideologa delcapital en el sentido de Marx y Engels (1982). Por forma debemos comprender lamanera cmo se estructura el contenido de un proceso o fenmeno. As la ideo-loga es la forma (representacin) que adquieren las relaciones sociales de pro-piedad, de produccin y de poder en la sociedad dividida en clases; asimismo, estaideologa toma la apariencia de ciencia y se presenta como comn para todos. Alocultar las relaciones que la fundamentan, la ideologa es una falsa concienciacon apariencia de verdad que perpeta las relaciones econmicas y sociales deexplotacin y el dominio de una clase sobre otra. En la prctica la ideologa imponelas ideas y los valores de la clase que domina econmica e intelectualmente me-diante la filosofa, el derecho, la poltica, la tica o la religin.

    La dificultad estriba en explicar cmo la ideologa de la clase dominante consigueimponerse al conjunto social. En nuestra poca, el conocimiento cientfico pareceser la forma ms eficaz que toma la ideologa. Sin embargo, en tanto que ideologa,ella puede tomar otra forma, por ejemplo, la del discurso religioso.

    En este artculo veremos cmo la tica de la empresa retoma los conocimientos dela tica para justificar su existencia, su discurso y sus recomendaciones.

    Tomando en cuenta que la tica, la economa y la administracin son las fuentes dela justificacin a la cual nos referimos, primero trataremos de poner en evidencia laadopcin de la ciencia de la tica; la aportacin de la ciencia de la economa a latica de la empresa o tica de los negocios la reservamos para nuestro artculosiguiente, pues ello desemboca en el dogma que sostiene a la tica de la empresa:los valores morales son la clave del xito de la empresa.

    I. La adopcin de la tica por la tica de la empresa

    Los autores de la tica de la empresa justifican la necesidad de la orientacin ticapara la gestin de la empresa de varias maneras:

    Los hombres que trabajan en la empresa, especialmente el empresario y losadministradores, deben tomar decisiones; esto implica la responsabilidady, por tanto, la moral.

    Los cambios en el mundo actual obligan, cada vez ms, la intervencin de laempresa en los asuntos de la sociedad; esto implica las cuestiones morales:la empresa ciudadana es la figura emblemtica de esta posicin.

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    La empresa actual, descentralizada y en red, libera espacios de autonomapara los individuos; ah la comunicacin es cada vez ms importante para laadministracin: la empresa del tercer tipo o la empresa inteligente son lasfiguras representativas.

    Los dos libros pioneros de la tica de la empresa francesa inauguran una maneracomn de proceder en la literatura de la tica de la empresa. As, por ejemplo,despus de establecer la necesidad de la tica para los negocios, Glinier (1991) yFarcy (1969) hacen intervenir el pensamiento de un filsofo a partir del cual hacenvlidas las recomendaciones de la tica de la empresa para la administracin.Nosotros analizaremos esta articulacin en las pginas siguientes, pues ellas cons-tituyen las formas en el sentido que hablamos ms arriba.

    a. La tica de la empresa y las teoras ticas

    El primer ejemplo de la articulacin, sealada anteriormente, se basa en la teoratica de Kant (1994). Los autores de Hacia una moral de los negocios (Farcy,1969) formulan una pregunta al parecer tpica hoy en da para la tica de la empre-sa: partiendo del hombre libre, capaz de realizar elecciones, cmo l puede serconsciente y responsable cara a cara de la toma de decisiones y de sus conse-cuencias? En suma, cmo el hombre puede tener una actitud moral en los nego-cios?, cmo el hombre puede conciliar el respeto hacia los otros y la toma dedecisiones eficaces para cumplir los objetivos de la empresa?

    Despus de Farcy, Mouss (1989), Etchegoyen (1991) y Bowie (1999) hanretomado esa problemtica proponiendo varias soluciones a partir de la adaptacinde la teora tica de Kant (1994). Dichas respuestas suponen al individuo libre,razonable y autnomo provisto de los derechos universales.

    As, segn Farcy, la moral basada sobre el imperativo categrico y en los impe-rativos derivados es el sostn adecuado para el responsable comercial. Farcypiensa que la naturaleza de las obligaciones de cada uno se determina porlos derechos de otros, al igual que los escritores de la tica de la empresa lo harndespus. Este autor piensa que los derechos del hombre tienden a la universa-lidad y enuncian de manera explcita el reconocimiento de la dignidad y del respetode la persona; ellos son el marco jurdico, poltico para la economa de mercado.Farcy considera, adems, que se trata de encontrar en el marco de esa sociedad

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    liberal la mejor manera para el funcionamiento de esa economa de mercado. Losderechos y deberes del hombre aplicados a la moral comercial permiten el cumpli-miento de la libertad, de la equidad, de la justicia y de la seguridad de los individuosen los contratos y las transacciones (Farcy, 1969: 41-49).

    De esta manera consideramos la pedagoga de la decisin (Farcy 1969:67) har posible la conciliacin de la subjetividad del individuo y su deber moralhacia los otros; de igual forma, la antinomia entre el inters particular y el intersgeneral ser resuelta. En otros trminos, la actitud moral har compatibles la efi-cacia econmica y moral.

    Nosotros pensamos que, segn la tica de la empresa inspirada o fundada sobre latica propuesta por Kant, los hombres tendrn la buena voluntad para respetarlos compromisos establecidos en los procesos de la produccin y la circulacinsocial conducidos por la administracin. Esta teora tica aplicada a la empresapredicar por un respeto de la persona, en el cual los diferentes copartcipes debe-rn considerarse siempre como un fin jams como un simple medio (Kant, 1994:108); es decir, la aplicacin de esa teora tica a la empresa no resolvera el proble-ma de la aplicacin prctica del imperativo categrico, sino a condicin de anularla divergencia de intereses en la empresa.

    La aplicacin de la tica de Kant a la empresa evidencia la necesidad de recurriral cumplimiento del deber y a la moral nacida durante el Siglo de las Luces paraexplicar las relaciones morales dentro de la empresa capitalista.

    En un segundo ejemplo Glinier (1991) y Even-Granboulan (1988) aplican ciertosconceptos e ideas de Durkheim (1937) y Bergson (1932) sobre la tica, la moral ysu aprendizaje al comportamiento moral dentro de la empresa. Nosotros pensamosque la aplicacin consecuente de esas teoras ticas a la administracin de la em-presa conducira a las siguientes reflexiones.

    Nosotros somos seres morales en la medida en que somos seres sociales; cumplirel deber remite a las nociones de autoridad y de disciplina. La moral es unconjunto de deberes, de hbitos, de mandamientos; es un sistema de prohibicio-nes, el cual tiene por finalidad contener, poner lmites a las pasiones y limitar lasensibilidad de acuerdo con las rdenes de la razn. La moral es esencialmentedisciplina (Durkheim 1937: 27,30, 36-37). El aprendizaje de la moral se da a tra-vs de la educacin y la convivencia dentro de los grupos sociales. La presin

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    social y el impulso del amor manifestaciones complementarias de la vidason las dos nociones bsicas que explican la necesidad de la obediencia y la moralpara preservar el grupo y la sociedad (Bergson 1932: 52-53; 98-99).

    Desde esa perspectiva, la empresa sera una institucin y un grupo; el apego delhombre a ese grupo particular sera la esencia del deber y del acto moral. Laautoridad y la disciplina explicaran el establecimiento de las normas, la sumisiny el cumplimiento del deber cotidiano. La obligacin moral, como la entiendeDurkheim, sera el resultado de la autonoma de la voluntad; en suma, la vida moralpara la empresa sintetizara la felicidad, el bien y el deber. La empresa sera a lavez el grupo y la educadora de una moral racional y laica. Vista as, la empresadebera contribuir a la constitucin de hombres libres, autnomos, amantes de sugrupo y su patria, capaces de ser racionales y al propio tiempo de conmoverse porla felicidad y la desdicha de otros. En ese sentido, la empresa y los negocios seranla aplicacin de esos altos valores y metas, desde las bases hasta los dirigentes,slo que seran los dirigentes los equivalentes al filsofo o el profeta que impulsa-dos por la razn y el impulso del amor aclaran el camino a los otros.

    Es de notar que ni Glinier (1991) ni Even-Granboulan (1988) derivan lasimplicaciones que esas teoras ticas tienen para la administracin de la empresa;slo usan algunos conceptos e ideas para justificar ciertas recomendaciones de loque deberan ser los negocios (Glinier, 1991: 9,13, 50-51, 56, 69, 75, 78, 155-156,161-165, 175-178, 183) y (Even-Granboulan, 1988: 95, 99, 130-136, 191, 222, 248,262, 269, 277). Esto es un trazo caracterstico de los escritores de la tica de losnegocios que nosotros conocemos.

    Habermas en la administracin es el tercer ejemplo, para la empresa del nuevomilenio o la empresa del tercer tipo, utilizando la expresin de Archier y Srieyx(1984), la informacin y la comunicacin se convierten en actividades crucialespara la vida de las empresas. La importancia ganada del trabajo inmaterial setraduce en una mutacin de las empresas y de su gestin; entonces, la administra-cin de los hombres y de los medios de produccin debe efectuarse mediante unnuevo tipo de gestin: el management participativo.

    La nueva vida de las empresas solicita la accin autnoma de los individuos y laidentificacin de su proyecto de vida con la empresa. Los conflictos que esta etapade la empresa genera deben ser resueltos tomando en cuenta una sociedad liberaldemocrtica avanzada. La teora tica de Habermas (1992) parece ser adecuada

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    para la empresa del nuevo milenio, salvo que escritores de la tica de la empresaolvidan ciertas cuestiones esenciales del continuador de la escuela crtica.

    En efecto, la tica de la comunicacin se encuentra dentro de un amplio progra-ma de investigacin (Habermas, 1973): se trata de la aceptacin del capitalismo yde la dominacin sobre las masas de ese modo de produccin social. En ese sen-tido, la legitimidad del capitalismo, de la empresa y la aceptacin por parte de lamasa resultan unos asuntos cruciales. Los escritores de la tica de la empresaolvidan que la comunicacin y la informacin juegan un rol fundamental para lalegitimacin y la dominacin de la empresa capitalista moderna, pero esto es untema que el mismo Habermas no investiga (Floris, 1996). Una aplicacin limitadade la teora de la comunicacin popular en Francia es la de Etchegoyen(Etchegoyen, 1991: 184-188).

    Por otro lado, cmo puede uno estar seguro de no excluir a ciertos actores ogrupos de la discusin? Orsoni (Leroux y Marciano, 1999); por nuestra parte,pensamos en otra objecin, pues la tica de la discusin supone los hombres libres,iguales, razonables y responsables de los cuales el dilogo est basado sobre losprincipios U y D (Habermas, 1986: 12-13). Esos hombres que discuten harnemerger las normas vlidas y aceptadas por todos (Habermas, 1992: 17-32). Esosignificara la posibilidad de conseguir una democratizacin de la vida de la empre-sa inexistente hasta nuestros das.

    El cuarto ejemplo retoma la nocin de virtud como fundamento de los negocios.Para Solomon los negocios no pueden ser reducidos al simple hecho de hacerdinero; por el contrario, la prctica de las virtudes ticas, que para l son sinni-mo de valores ticos, se encuentran en el corazn de los negocios. Esto significaque son los seres humanos los que practican estas virtudes, los que dan vida ysuceso a las empresas y los negocios ms que las ganancias o el dinero. De igualmanera que Aristteles (1965), Solomon parte del individuo inmerso en la comuni-dad cuyo criterio del xito es la felicidad. La buena vida es la vida feliz queflorece en el actuar bien, es decir, una vida guiada por las virtudes.

    La esencia del enfoque aristotlico hacia la tica de los negocios es que tenemos queapartarnos del pensamiento centrado en las utilidades y concebirlos como una partefundamental de la buena vida. (Solomon, 2000, 1999: xxiii).

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    Segn Solomon, el individualismo, la libertad individual, la responsabilidad colecti-va, el respeto y la tolerancia son los valores ms que la libertad de la libreempresa sin rendir cuentas a nadie el origen del suceso de las empresas esta-dounidenses. Para este autor es necesario humanizar los negocios, desterrar denuestras concepciones y lenguaje las metforas de la jungla, el juego, la guerra,la mquina, el mito del empresario, la competencia y el capitalismo vaquero,el altruismo abstracto y las utilidades.

    El enfoque aristotlico de Solomon postula que ser virtuoso implica actuartanto en beneficio propio como en beneficio de los dems. La idea subyacente,pensamos nosotros, es que el hombre slo existe en comunidad, lo cual cierta-mente es comn a la sociedad de la Grecia antigua y a la sociedad capitalistaactual. Este hecho comn le sirve a Solomon para establecer que la vida de laempresa es ante todo una, en y para la comunidad. ste es el argumento ontolgicoque conduce a la moral; el segundo argumento es de carcter poltico. SegnSolomon la empresa es un ciudadano y como tal es parte de la sociedad y viveen ella. En consecuencia, la empresa vista como ciudadano y como comunidadpermite la comprensin de las actividades de los negocios y sus aspectos ticos(Solomon, 2000, 1999: 34, 46).

    Es decir, esa facultad de ser honesto, respetar y pensar en los otros en cada una denuestras acciones. Finalmente, si las virtudes son tales, solamente en relacin conlos dems, ellas tienen la cualidad de utilidad. En efecto, inspirado en Hume y suEnquete sur les principes de la morale, Solomon considera a las virtudes de lasociedad y de la empresa como tiles (Hume, 1991: 128). En este sentido, la llama-da responsabilidad social de la empresa es inherente a la vida de la empresamisma, al igual que su utilidad para bien de la sociedad.

    b. La solucin a la presin moral

    El quinto ejemplo de la articulacin entre la tica y la tica de los negocios esnotable por sus repercusiones en la construccin de esta ideologa del capital; portal razn amerita un estudio especial. En un primer momento analizamos la expo-sicin de Weber sobre la tica de la conviccin y la tica de la responsabili-dad; en un segundo momento, la interpretacin y la aplicacin en la administracinde la empresa de ese clebre planteamiento.

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    En sus conferencias de 1919, Weber trata discernir el alcance tico de las voca-ciones de sabio y de poltico. Esas dos actividades tienen en comn el hecho queambas no reposan en un vaco social; asimismo, implican los aspectos de ordensocial, poltico, econmico, histrico y tico que los hombres dedicados a la cienciay a la poltica deben tomar en cuenta para el ejercicio de su vocacin. Es evidenteque el juego de factores supera el simple ejercicio de la vocacin. En las dosconferencias, la vocacin del sabio y la del poltico llegan a un problema ticocomn: la del alcance de la ciencia y de la poltica por el destino de la sociedady de la humanidad.

    La clebre mxima formulada por Weber, la tica de la conviccin y la tica dela responsabilidad, es citada innumerables veces para explicar el comportamien-to moral prctico de los agentes. En la presentacin francesa del libro El sabio yel poltico, Aron (Weber, 2001) sostiene la idea de que esta frmula refleja engran medida la condicin humana. Indudablemente, sa parece ser la intencin deWeber.

    El contexto sobre el que reposa esa dicotoma, pensamos, permite comprendermejor su significacin. La vocacin de sabio y la vocacin de poltico son com-prendidas a partir de un sistema capitalista desarrollado. Ah, las instituciones con-tienen las cualidades de la administracin racional; es decir, de empresas capi-talistas cuyo primer objetivo es la ganancia. En efecto, Weber supone el capitalismoavanzado: la especializacin de actividades y la tendencia a convertir en empresascapitalistas todas las actividades de la vida social.

    El poltico que Weber imagina es el hombre que dedica tiempo completo a lapoltica y que vive para la poltica. Uno de los resultados notables del proceso delestablecimiento del Estado moderno es el hombre poltico profesional; sin embar-go, existe el hombre poltico en tanto que funcionario y el hombre poltico en tantoque jefe, lder, empresario del asunto poltico. Este ltimo es diferente del funcio-nario de tiempo completo porque ste administra los recursos de la administracin;su xito es la administracin eficiente y responsable de esos bienes.

    Lo mismo que el sabio, el poltico (el jefe poltico, el profesional, el hombre deEstado) dedica su vida al servicio de una causa; para el primero es la ciencia ypara el segundo el poder. El poltico mete sus dedos en los rayos de la rueda dela historia. Entonces, se pregunta Weber: cules son las cualidades necesariasque el poltico debe tener para estar a la altura de esta intervencin? De igual

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    manera que el sabio, el poltico debe estar provisto de un conjunto de cualidadesindispensables para alcanzar su objetivo. Weber menciona la pasin sincera, laresponsabilidad personal (derivada del compromiso a la causa) y la facultadde distancia de los hechos, de los hombres y de las cosas (coup doeil, ojeada,vistazo).

    Segn Weber, la legitimidad de la dominacin posee fundamentos; stos son tam-bin las razones internas que justifican la dominacin: la autoridad que nace de latradicin, la autoridad que proviene del carisma y la autoridad que proviene de lalegalidad o de la razn, simplemente.

    Regresemos a las relaciones entre la poltica y la tica o ethos de la poltica; elpunto decisivo es el siguiente: la poltica es una actividad de esfuerzos cuyo objeti-vo es llegar al poder. Se trata del ejercicio de la violencia legtima que se encuen-tra al centro de la poltica, del Estado moderno y del ethos de la poltica para lahumanidad. La causa que sirve al hombre poltico es la toma o el comportamientodel poder para l mismo, para un partido o para un grupo.

    Una vez establecido que el medio decisivo en poltica es la violencia, enton-ces qu es lo que puede justificar el uso de la fuerza de una parte de los hom-bres de la sociedad sobre otros? Si se toman en cuenta los medios y las finalida-des, qu puede justificar que con el objetivo de alcanzar los fines buenos yvlidos el hombre poltico o el Estado utilice la violencia legtima o medios mo-ralmente peligrosos?; ms todava, qu puede justificar que las consecuenciasde esos actos de fuerza sean nefastas o moralmente condenables? Segn Weber,ninguna tica puede resolver esas preguntas; adems, el resultado final de laactividad poltica corresponde raramente a las intenciones primeras del actor.Son las consecuencias no deseadas de los actos de los hombres que desembo-can en los resultados no previstos, los cuales nos acompaan, al menos, desde elnacimiento del mundo moderno.

    Frente a esta imposibilidad de la tica, para responder a las paradojas de la vidahumana, Weber establece el hecho que toda actividad orientada segn la ticapuede estar subordinada a las mximas: la tica de la conviccin y la tica de laresponsabilidad. stos son los principios de carcter general irreductiblementeopuestas; sin embargo, esto no quiere decir que en la tica de la conviccin seencuentra ausente la tica de la responsabilidad y viceversa.

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    Veamos, ciertamente Weber no define con precisin esas dos mximas morales,sino que los ejemplos que desarrolla son los que permiten comprender su significa-cin; por consiguiente, la caracterstica fundamental de la tica de la conviccin esque el hombre guiado por ella no toma en cuenta las consecuencias previsiblesde sus acciones. Si los actos producen consecuencias nefastas, el partidario de latica de la conviccin las atribuir a la tontera de los hombres o aun a Dios. Desdeel punto de vista lgico, la tica de la conviccin rechaza toda accin que llame alos medios moralmente peligrosos. Weber describe al partidario de la tica de laconviccin como alguien que no soporta la irracionalidad del mundo. El hom-bre que gua por esa tica es un racionalista cosmo-tico. Pero en realidad, lamedia vuelta brusca caracteriza al partidario de la tica de la conviccin: l puedepreconizar la no violencia y el amor, y de golpe cambiar a la violencia justificadapara que uno alcance la paz completa; al contrario, segn Weber, el partidario de latica de la responsabilidad toma en cuenta las consecuencias previsibles de susactos. En el caso del hombre poltico eso es muy claro; ste se expone a lasconsecuencias de sus acciones debido a que el uso de la violencia legtima es elpunto crucial de sus actos y de sus consecuencias. El caso del militante religioso oel poltico que combate por su conviccin es un ejemplo que pone en evidencia estatesis segn el propio Weber.

    Segn l, en la actividad poltica, la lucha ideolgica guiada solamente por la ticade la conviccin puede desembocar en daos considerables porque ella est des-provista de la responsabilidad de las consecuencias. A pesar de esa distincin, unono puede aconsejar a nadie obrar por la tica de la conviccin o la tica de laresponsabilidad y en que momento utilizar la una o la otra.

    Nosotros pensamos que el poltico que Weber concibe es la sntesis y el justoequilibrio de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabilidad. Es cierto,al comienzo de su exposicin Weber presenta las dos ticas como irreconciliables;pero, algunos pasajes despus, resulta, que en el caso del poltico, ambas se com-plementan:

    Uno lo ve ahora: la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad no soncontradictorias, sino que ellas se completan la una a la otra y constituyen en conjun-to el hombre autntico, es decir, un hombre que puede pretender la vocacin depoltico. (Weber, 2001: 219)

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    c. El administrador: santo o diablo

    La adopcin que los escritores de la tica de la empresa hacen de la frmula deWeber se presenta como una explicacin y una herramienta en la toma de decisio-nes. Las elecciones del administrador pueden ser analizadas a partir de la tica dela conviccin y de la tica de la responsabilidad. En ese sentido, la antinomia ticade Weber es ejercida por un mismo individuo; ella representa un momento detensin entre las convicciones personales y las responsabilidades que la empresale demanda. Orsoni, en su artculo LEthique en gestion (Leroux, y Marciano:1999), establece que la tica de la responsabilidad aplicada a la empresa conduci-ra a veces al administrador a efectuar acciones moralmente condenables con lafinalidad de alcanzar los objetivos de la empresa. La bsqueda de la eficaciafunda la tica de la responsabilidad aplicada al administrador; por el contrario, latica de la conviccin aplicada al administrador busca siempre un ideal, sin tomaren cuenta las consecuencias de los actos para la empresa.

    Otra interpretacin de la dicotoma de Weber mencionada por Orsoni (Leroux yMarciano, 1999: 197-205) es la del hombre de accin y el filsofo, el santo o elprofeta. La tica de la responsabilidad es ligada al primero y la tica de la convic-cin al segundo. Segn Mouss (1993), esa divisin existe en la realidad: el prime-ro busca los resultados de acuerdo con la eficacia, su divisin es pragmtica yutilitarista; el filsofo lleva una actividad ms bien terica. Luego, lo que le falta alhombre de accin son los tiles tericos que le permitan comprender las causas desu comportamiento en la toma de decisiones. Los hombres de negocios tienen unaformacin y un modelo de vida que les impide la reflexin sobre la moral o latica de su actividad; su formacin cuantitativa absorbe su atencin sobre las me-didas, planes y proyectos (Mouss, 1993: 11-12, 40, 56).

    Tomando en cuenta que existen una multiplicidad de morales y una multiplicidad deapreciaciones sobre el bien y el mal, para Mouss (1993) esta totalidad es impo-sible de ser aprehendida. Entonces, segn l, la cuestin importante es la de sabercmo se articulan en otros trminos los diferentes niveles morales de los individuosen la empresa misma, los niveles de responsabilidades profesionales de los res-ponsables de la empresa y de sus convicciones personales; en fin, la articulacinde la tica en la empresa (Mouss, 1993: 40, 137, 139-140).

    Mouss piensa que la coopration conflictuelle de la vida de la empresa condu-ce indefectiblemente a la clebre dicotoma de Weber entre la tica de la convic-

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    cin y la tica de la responsabilidad (Mouss, 1993: 141-144). Este autor proponeel ejercicio de la libertad responsable como solucin del conflicto; solucin insa-tisfactoria para nosotros, pues este autor recurre a la conciencia individual y allibre arbitrio en los cuales la buena voluntad del individuo juega un primer rol. Enotras palabras, como teln de fondo, la dicotoma tica de Weber tiene por sostnla teora tica de Kant (1994, 1785) a pesar de que Mouss rechace la tica de laempresa inspirada a partir del filsofo alemn.

    En efecto, la dicotoma de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabi-lidad es una mxima que pretende tener una validez general y orientar de estemodo la vida moral de los hombres. Ella representa la oposicin abismal de dosactitudes de la vida moral. La caracterstica la nica que Weber distingue cla-ramente es la que toma en cuenta las consecuencias de los actos por parte delindividuo, pues Weber considera a los hombres libres y racionales, que son capa-ces de escoger entre una tica de la conviccin y una tica de la responsabilidad.Por otro lado, nadie puede obligarles a practicar una o la otra.

    Supongamos que la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidad se en-cuentran una y la otra en los dos extremos, como Weber lo establece; en la prc-tica, los hombres podran oscilar entre esos dos extremos alejndose de una o de laotra. Es cierto que la diferencia y las virtudes entre esas dos ticas se aprecianclaramente en los extremos. As, la interpretacin de Aron (Weber, 2001) estable-ce, en efecto, que esta antinomia refleja el caso extremo de la condicin humana.Nosotros pensamos que el contenido de la mxima de Weber contiene un elemen-to psicolgico sin el cual ella sera vlida.

    Cierto, en la vida inmediata la antinomia de Weber entre esas dos ticas apareceindudable. En la superficie de la sociedad, la actitud de los hombres vara de unatica de la conviccin a una tica de la responsabilidad y de una tica de la respon-sabilidad a una tica de la conviccin. Es cierto tambin que ellas pueden serinterpretadas y mezcladas en casos particulares; mas si trazamos una lnea entreesos dos ticas colocndolas una y otra en cada extremo, veremos que al momen-to que el hombre se aleja de una tiende a la otra, todo depende del caso y delindividuo. En ese sentido, el hombre poltico entonces debera permanecer alcentro de la lnea en el caso ideal.

    Pero es pertinente preguntarse cul es el elemento que une esos dos lados? No-sotros pensamos que esos dos extremos (el de la tica de la conviccin y el de la

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    tica de la responsabilidad) estn ligados por un factor comn: el deber. El hombrede la tica de la conviccin y el hombre de la tica de la responsabilidad obran deacuerdo con el deber; la diferencia es que uno de ellos enfrenta las consecuenciasde sus decisiones, mientras que el otro no. Weber no se ocupa de conocer el origende su conciencia moral ni el origen de sus valores, alrededor de los cuales oscilanlas dos ticas. Al contrario, l est muy consciente que los conflictos nacen de laestructura misma de la sociedad.

    En efecto, sabemos de acuerdo con la historia humana y con la historia de la tica,que el deber y su cumplimiento pertenece a la realizacin del mundo de los valoresmorales; adems, stos existen y son realizados por los hombres de una sociedadhistrica definida; en una sociedad dividida en clases, los valores dominantes sonlos de la clase moralmente dominante. El cumplimiento del deber es una condicinde la reproduccin de la vida social; entonces, la tica de la conviccin y la tica dela responsabilidad tratan de mostrar la actitud, la manera cmo los hombres cum-plen su deber; es decir, la actitud que los agentes toman en la realizacin de suconciencia moral.

    En la vida prctica, los hombres se ven en la disyuntiva de escoger entre el cumpli-miento de sus convicciones o el de sus responsabilidades. Weber, cuya mxima esde carcter psicolgico y subjetivo, quiere proveerlos de un principio de orienta-cin en esa perpetua tensin; l tiene confianza nosotros pensamos que loshombres tendrn un buen juicio para discernir entre la tica de la conviccin y latica de la responsabilidad. Adems, los hombres tiene la posibilidad de conseguirel justo equilibrio entre la una y la otra, lo que es ms importante en el hombrepoltico que ejerce la violencia legtima sobre los otros hombres; l afecta los re-cursos, gestiona el destino de las naciones y de los estados. Sin embargo, la ticade la conviccin y la tica de la responsabilidad dejan un largo horizonte de posibi-lidades para hacer relativas todas las posiciones.

    Lo anterior se explica a partir de dos hechos: primero, porque segn Weber, latica no puede justificar el uso de medios moralmente condenables para alcanzarfines buenos; por ello, la tica de la conviccin y la tica de la responsabilidadseran las nicas referencias posibles cuando los hombres escojan entre las opcio-nes. En consecuencia, la tica no podra jams explicar el sentido del comporta-miento moral ni podra conocer ni enunciar leyes; nicamente quedara la eleccinde los agentes sin ninguna ley. La interpretacin de Wunenburger (1993) en susQuestions dthique seala que Weber con su mxima moral trata de demostrar

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    la imposibilidad que tienen los hombres de obrar a partir de valores morales esta-blecidos de avance.

    Nosotros pensamos que los valores morales estn dados; son una especie de datosa partir de los cuales los hombres cumplen su vida moral y su deber, a pesar de queellos no conozcan el origen de tales valores. stos son figuras familiares y a la vezdesconocidas para el hombre de la masa. Ellos no lo saben, pero reproducen esosvalores con su praxis; lo hacen entre lo que dicta su conciencia moral particular ylo que dicta su conciencia moral social. La mxima de Weber, creemos, considerala actitud de los individuos en la actividad moral. La antinomia, tica de la convic-cin y tica de la responsabilidad, sera la forma prctica que tomara la concienciamoral. Los polos de esta contradiccin y su conexin son analizados a partir de laracionalidad. Segn esto, las dos ticas seran las dos formas de la concienciamoral racional.

    Por esa razn y suponiendo vlida la antinomia tica de Weber, la identificacin delhombre de accin con la tica de la responsabilidad y del sabio o del filsofo conla tica de la conviccin es una oposicin falsa que no existe en este autor. En lavida prctica, el hombre de accin y el sabio viven, tienden hacia la tica de laconviccin o hacia la tica de la responsabilidad. Es diferente decir que el hombrede accin debe preferentemente obrar guiado por la tica de la responsabilidad,como en el caso del administrador. El caso ideal sera un justo equilibrio entre lasdos ticas tal como Weber lo establece para el poltico; en este sentido, lo que esabismal son las dos ticas y no las actividades de los individuos ligadas de formaficticia a la antinomia tica de Weber.

    Adems, uno no puede asociar simplemente la tica de la conviccin a la moraldel corazn y la tica de la responsabilidad a la moral de la razn, como si setratara de dos ticas cuyo origen sera distinto: una el instinto; otra la razn. Conello, uno toma el riesgo intil de establecer una oposicin de naturaleza diferente ala establecida por Weber; lo mismo pasa si uno toma la metfora de Dios y eldiablo, el bien y el mal, para asociarlas a la tica de la conviccin o a la tica dela responsabilidad, metfora que utiliza para ilustrar la oposicin entre esas dosticas y la relatividad de lo que puede ser considerado como bueno o malo. Msall de la ciencia no hay otra cosa que elecciones. Los hombres estn confronta-dos a escoger y ah la ciencia no puede auxiliarlos. As, en el mundo reinan lasdecisiones individuales de los agentes, quienes escogen sus propios dioses y suspropios demonios.

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    En ese sentido la dicotoma de Weber aplicada al administrador dira que ste no esni dios ni el diablo, ni bueno ni malo. Segn Orsoni (1989), el administrador cumpli-ra raramente la moral de la responsabilidad hasta sus ltimas consecuencias, sieso implica la utilizacin de medios moralmente nefastos. Al contrario, una puraaplicacin de la moral de la conviccin en la empresa es impracticable. La solu-cin propuesta por Orsoni, nosotros pensamos, es ms fiel al pensamiento de Weber;en efecto, en la prctica los administradores y los negocios se desenvuelven entrelos dos extremos de las dos morales:

    En el fondo, la moral de los negocios evoluciona entre esos dos extremos, pues detoda evidencia, no hay tica de la responsabilidad que no quede impregnada poruna conviccin expresada o latente. (Orsoni, 1989, nm. 74, junio: 114)

    Tomando en cuenta las observaciones precedentes sobre la dicotoma tica deWeber (la ausencia del origen de los valores morales, su carcter subjetivo, eldeber como sustancia y el nexo entre las dos ticas, junto con la interpretacin deOrsoni [1989]) obtenemos el esquema siguiente:

    El administrador representa un ideal, un justo medio entre el cumplimiento de lasconvicciones y las responsabilidades; en la prctica, lo mismo que el poltico, ten-der para un lado o para el otro. La tica de la empresa de Orsoni contiene unaperspectiva prctica y un contenido humano; por lo tanto, la moral del administra-dor sera el fruto de un aprendizaje, de una bsqueda con endurance (resistencia,aguante) del bien para los hombres que trabajan en la empresa:

    El ejercicio de la moral permanece como un esfuerzo de discernimiento del bien y delmal.El problema de la moral de la empresa es el del hombre y el problema deladministrador consiste a buscar, no el Bien absoluto, sino cada vez, paso a paso, elbien para el hombre. (Ibidem: 109-116)

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    En suma, segn Orsoni (Leroux y Marciano, 1999: 197-205) el administrador secomparte entre la conducta instrumental, que pretende los objetivos y los resulta-dos de la firma, y la conducta del corazn, que observa sus valores y no toma encuenta las tensiones ni el determinismo de los eventos. Si uno evita la identificacinfalsa de la tica de la conviccin y de la tica de la responsabilidad con una moraldel corazn y una moral de la razn, ausentes en Weber, esta distincin deOrsoni puede evitar la confusin de palabras.

    Otra manera de explicar que el administrador no es ni dios ni diablo, y que elproblema tico en la empresa va ms all del bien y del mal, es la enseanza deMarx quien no culpa las acciones de los individuos en el mundo econmico dondeellos no son ms que criaturas (Marx, 1867: 550). Las acciones del administradorestn determinadas por el organismo econmico y los objetivos de empresa dentrode relaciones caracterizadas por la autoridad, el poder y la bsqueda de la ganan-cia. En este sentido, la conciencia moral del individuo y sus convicciones estnsometidas a las leyes del organismo social no como un fenmeno aislado, sinocomo tendencia del modo de vida capitalista (Marx, 1965: 49).

    Finalmente, nosotros pensamos que existe un punto crucial en la clebre antinomiade Weber: La imposibilidad tica de justificar en la bsqueda de fines buenos losmedios y las consecuencias moralmente nefastas. Ese problema es ante todo unproblema prctico: los fines determinan los medios, pero los medios determinantambin los resultados y los fines. La historia de la vida social misma es la pruebala ms clara: los fines y los medios no son jams moralmente neutros. Esto es msevidente cuando se trata de legitimar la violencia de ciertos hombres sobre otros;los licenciamientos masivos o las medidas de poltica econmica como en el casode los pases del tercer mundo, quienes adoptan la poltica econmica sugeridapor el FMI. Ah, las responsabilidades y las convicciones ms iluminadas o las msabyectas son pasadas por la criba del movimiento social y de la historia.

    Aron (Weber, 2001, 1919) establece el desafo que invalidara las tesis de Weber;pero formula mal las cosas: la ciencia social jams contiene la verdad total, nipredice perfectamente el futuro, ni promete la solucin de conflictos y de valoresde las sociedades del futuro; la ciencia social explica las razones de la existenciade los hechos y sus tendencias, ella nos dice las posibilidades de su realizacin.Esos hechos pueden ser constatados por las ciencias exactas y las matemticas,pero una vez que ellos han sido realizados por los hombres, y no antes como lopiensan Weber y Aron.

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    d. La transferencia de la tica a la empresa

    La asimilacin de la tica por la tica de la empresa no est exenta de seriascontradicciones: ya sea que uno analice las consecuencias de una teora tica parala empresa, como hemos visto; ya sea que uno observe el arreglo de alguna teoratica para la las recomendaciones de lo que debera ser la administracin de laempresa.

    Pero esa articulacin o transferencia comete otro error importante: los escritoresde la tica de la empresa establecen una divisin ficticia entre los valores moralesde la sociedad y los valores de la empresa; ellos efectan una seleccin de losvalores de la sociedad capitalista dejando los otros fuera; por ejemplo, la igualdady la seguridad. Otros valores como la libertad, la autonoma y la justicia son inte-grados, pero utilizados de acuerdo con las exigencias de la empresa capitalista y sumanagement participativo. Parecera que se trata de dos mundos que funcionancon una serie de valores morales diferentes: los valores de la sociedad capitalista ylos valores de la empresa capitalista. Sabemos gracias a Orsoni (Leroux y Marciano,1999: 197-205) de la imposibilidad de tener dos ticas, una para la sociedad y otrapara la empresa. Recordemos que el pasaje de la sociedad a la tica de la empresadebe tomar en cuenta las relaciones de produccin, de poder y de autoridad. Aho-ra, adems de esos olvidos, los autores de la tica de la empresa pretenden fundaruna tica de la empresa a travs de una seleccin de valores morales de la socie-dad capitalista para la empresa.

    A pesar de que esos valores morales de la sociedad capitalista son supuestos porlos escritores mencionados, la divisin, la separacin que ellos establecen perma-nece infranqueable. Nosotros pensamos que todo este arreglo pone en evidenciael hecho que el comportamiento moral en la sociedad y en la empresa no puede serel mismo, pues ellas existen gracias a relaciones sociales especficas; en otrostrminos, esta divisin ficticia refleja un hecho real, pero de manera mistificada.En la empresa uno no puede sostener los valores tales como la libertad, la igualdad,la justicia, sin cuestionar el poder, la autoridad y los procesos mismos de la produc-cin de la ganancia. Esos valores deben ser sustituidos por los valores de respon-sabilidad, confianza, valor, temperancia, respeto, lealtad, libertad, etc.; son los valo-res que la empresa establece como necesarios para su funcionamiento y eficacia.Recordemos que para Marx (1965) la superficie de la sociedad es el verdaderoEden de los derechos naturales del hombre y de ciudadano; sin embargo, almomento en que los hombres atraviesan el umbral de la puerta de la empresa, su

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    comportamiento sufre una transformacin, puesto que la igualdad y la libertad sonsustituidas por la autoridad y la produccin de la plusvala (Marx, 1965: 725-726);en otros trminos se trata del modo de vida capitalista y su doble moral que contie-ne desde su mismo nacimiento.

    Fuente: Los valores de la sociedad son extrados del pensamiento de: Les valeurs de la socitcapitaliste sont tires du chapitres 3 et 4 de notre thse du doctorat en sciences de gestion Lthiquede lentreprise capitaliste (2003). Los valores de la empresa son extrados de los libros de deBlanchard et Peale (1988); Le Tourneau (2000), Glinier (1991), Even-Granboulan (1988), Daigne(1991), Claude (1998); Falise (1992) et Etchegoyen (1990,1991). Se encuentran muy citados por losescritores de la tica de la empresa. El cuadro no pretende ser exhaustivo y debe comprenderse a partirde las observaciones que hemos hecho.

    Libertad AutonomaIgualdad HonestidadFraternidad ResponsabilidadSeguridad ConfianzaPropiedad InnovacinHumanidad ValorFelicidad DignidadDisciplina OrgulloEgosmo FeEsfuerzo HumildadArmona JusticiaHumanidad Libertad Independencia LealtadJusticia ModestiaOptimismo PrudenciaPluralismo RespetoTolerancia Solidaridad

    TransparenciaTemperancia

    LOS VALORES DELA SOCIEDAD

    LOS VALORES DELA EMPRESA

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    Resumen y conclusin

    1. En este artculo vimos que la tica de la empresa usa ciertas partes de lasteoras ticas para fundar recomendaciones sobre lo que los negocios deberanser. Sin embargo, las consecuencias morales y las consecuencias prcticas de esaaplicacin conducen a cuestionamientos importantes sobre el poder, la autoridad,la justicia y la igualdad dentro de la empresa y su responsabilidad social.

    2. Pensamos que esto incide sobre el contenido de las teoras ticas adoptadas porla tica de los negocios. Un ejemplo notable es el de Max Weber; la antinomia dela tica de la responsabilidad y la tica de la conviccin es revertida de sucontenido original por los escritores de la tica de la empresa. As, la identificacinpor una parte de la tica de la responsabilidad con la moral de la razn y elhombre de accin; y, por otra parte, de la tica de la conviccin con la moraldel corazn y el hombre sabio no corresponde al pensamiento de Weber; al igualque la identificacin de una y de la otra con el bien y el mal; dios y el diablo. Sinembargo, ellas son utilizadas en la explicacin del obrar del administrador; ah esnecesario subrayar que Orsoni establece una interpretacin ms acorde con elpensamiento original de Weber. Esa interpretacin le permite proponer una dicoto-ma entre una moral instrumental y una moral del corazn ms prxima delcomportamiento prctico del administrador.

    3. A partir de ese punto de vista, el discurso de la tica de la empresa efecta unatransferencia de valores morales de la sociedad a la empresa de los cuales losvalores universales son un supuesto. La tica de la empresa retoma, agrega ymodifica los valores morales, aquellos que considera necesarios para el cumpli-miento del deber dentro de la empresa y los negocios. Pensamos que se trata deun arreglo de valores artificioso, pero que pone en evidencia un hecho real laimposibilidad de sostener esos valores de la sociedad capitalista en la empresa y suadministracin.

  • La construccin de la tica de la empresa o tica de los negociosPrimera parte. Las formas a partir de la adopcin de la tica

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    1 La bibliografa se encuentra en la lengua francesa debido al hecho que la investigacin fue realizada en Franciay cambiar los ttulos al espaol modificara la paginacin de todas las referencias.

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