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Año 4 Nº 25 Julio de 2001 $ 3.- Alejandro Piscitelli, Gregorio Kaminsky, Adriana Piterbarg, Raúl Cela, Oscar González, Eduardo García Dupont, Marta Toppelberg, Luis Gruss, Silvia Schverdfinger, Daniel Vega, Mirta Núñez, Leopoldo Kohon, Raúl Sintes, Héctor Fainstein, Soledad Lugones, Graciela Pereira, Walter Vargas, Roberto Sánchez, Carlos Iñón Director: Román Mazzilli “La mejor manera de esperar es ir al encuentro” Manuel Trejo escriben Francisco Varela PENSANDO LO VIVIENTE, VIVIENDO EL PENSAMIENTO Los quitapenas El consumo de drogas como problema psicosocial Desafíos socioanalíticos Acerca de la cultura institucional policial El trabajo y el amor DOS PARADIGMAS DE LA CLíNICA PSICOANALíTICA El psicodrama como transformación estética 25 Trabajo profesional en Psicología Social La investigación en Psicoanálisis Monólogo de Tato Bores Vermouth con papas fritas y good show!!! Qué es una “crisis de sentido” EDICION 3º ANIVERSARIO CON MAS PAGINAS

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Page 1: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

Año 4 • Nº 25 • Julio de 2001 • $ 3.-

Alejandro Piscitelli, GregorioKaminsky, Adriana Piterbarg,Raúl Cela, Oscar González,Eduardo García Dupont, MartaToppelberg, Luis Gruss, SilviaSchverdfinger, Daniel Vega,Mirta Núñez, Leopoldo Kohon,Raúl Sintes, Héctor Fainstein,Soledad Lugones, GracielaPereira, Walter Vargas, Roberto Sánchez, Carlos Iñón

Director: Román Mazzilli“La mejor manera de esperar es ir al encuentro” Manuel Trejo

escriben

Francisco Varela

PENSANDO LO VIVIENTE,VIVIENDO EL PENSAMIENTOLos quitapenas

El consumo de drogas como problema psicosocialDesafíos socioanalíticos

Acerca de la cultura institucional policialEl trabajo y el amor

DOS PARADIGMAS DE LA CLíNICA PSICOANALíTICAEl psicodrama como transformación estética 25

Trabajo profesionalen Psicología Social

La investigación en Psicoanálisis

Monólogo de Tato Bores

Vermouth con papas fritas y good show!!!

Qué es una “crisis de sentido”EDICION 3º ANIVERSARIO CON MAS PAGINAS

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Campo Grupal / 2

Francisco Varela

Pensando lo viviente,viviendo el pensamientoDirector

Román MazzilliSecretario de redacciónWalter VargasRedacciónPatricia MercadoDaniel SeghezzoPublicidadDaniel TripoliColaboran en esta ediciónAlejandro Piscitelli, Raúl Cela, Gregorio Kaminsky, Daniel Vega,Adriana Piterbarg, Oscar González,Eduardo García Dupont, Marta Toppelberg, Luis Gruss, SilviaSchverdfinger, Mirta Núñez, Leopoldo Kohon, Héctor Fainstein,Soledad Lugones, Graciela Pereira,Carlos IñónDenise Najmanovich, Ruben Amato, Rosana Fernández,Juan Grace, Betty Davidson.CorresponsalesJuan Díaz (Bahía Blanca)Juan Lovari (La Plata)Roberto Sánchez (Mar del Plata)Marta Carbonero (Bariloche)Rodrigo Campos Alvo (Tucumán)Montse Fornos (España)Cecilia Biglieri (EE.UU.)Raúl Sintes, (Uruguay)Pedro Mascarenhas - Sergio Antonio Carlos (Brasil)Enrique Guinsberg (México)Leonardo Montecchi - Terenzio Formenti (Italia)Jacinto Inbar (Israel)Rosa Jaitin (Francia)Jaime Marominsky (Chile)Gilbert Brenson Lazan (Colombia)Ilustraciones: Guayasamin

Redacción y PublicidadConesa 473 P.B. ÒBÓ(1426) Capital - ArgentinaTel/fax: (54-11) 4553-1226E-mail: [email protected]: www.campogrupal.comImpresi�n: Asking S.A.Distribuci�n: Motorpsico (Capital)En Chile: Brio EditoraEn Uruguay: Mario CambiassoCampo Grupal es una publicaci�nde Ediciones Presencia.

Suscripcio -nesPor 10 ediciones anuales:Argentina: $ 40.-

El psicoanálisis no me gusta. Es el lado oscuro de la ciencia ficción. J.L.Borges

Alejandro Piscitelli [email protected]

1

El 2 de enero de 1968 Francisco Varela sali� de Chile rumbo aHarvard donde le hab�an dado una beca, en un avi�n de Braniff-una compa��a que ya no existe- leyendo un libro del fil�sofo

Alexandre Koyr� -muy lejos aparentemente de las preocupacionesbiol�gicas que lo volver�an famoso. Inesperadamente en USA se diocuenta que deber�a vivir una vida desdoblada, -como siempre nos pa-s� en el sur-, porque mientras que sus profesores oficiales eran anodi-nos o previsibles, la m�sica y el ruido pasaban por otra parte.

Su relativamente corta estancia en USA multiplic� al m�ximo su ex-traordinaria formaci�n inicial. Convertido en una esponja existencial,Varela hizo un camino vertiginoso que lo llevar�a a empaparse de to-do lo nuevo, revolucionario, rupturista y fascinante que pululaba a fi-nes de los 60: historia natural de los primates, evoluci�n puntuada,teor�a de sistemas din�micos no -lineales, ling��stica estructuralista -un marco te�rico m�s novedoso que el otro, sin vistas de parar.

Francisco Varela se hab�a graduado en tiempo r�cord como doctoren Biolog�a en Junio de 1970 y contra la opini�n de maestros y con-sejeros que se lo quer�an quedar a cualquier costo volvi� a Chile el 2de septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab�a visto decerca la revoluci�n anti-establishment que se desat� en varios lugaresdel mundo pero que tuvo su epicentro en USA y Francia (con el Ma-yo Franc�s). La polic�a lo sac� a palos de Harvard Yard -como pas�en la Facultad de Ciencias Exactas en la UBA en 1966. Ya en ese en-tonces le quedar�a en claro que su obsesi�n -propia de su generaci�n-no era la ciencia per se, sino pensar en una Am�rica Latina nueva, in-cluyendo nuevos paradigmas para revisar la realidad y de ser posibledise�arla sobre bases distintas a las que Occidente hab�a consideradolas �nicas y las mejores.

Finalmente volvi� a Chile el 2 de septiembre de 1970 un par de d�asantes de que el socialista Salvador Allende ganara las re�idas eleccio-nes presidenciales que cambiar�an la geopol�tica latinoamericana. En-tre su regreso y su nueva partida con la ca�da del r�gimen de Allendetres a�os mas tarde se cocin� -con alg�n aditamento anterior- su prin-cipal contribuci�n a la teor�a del conocimiento y la ontolog�a, la teo-r�a de la autopoiesis. Antes de reconstruir su despliegue volvamos alas momentos fundacionales de la formaci�n de nuestro querido ami-go Francisco Varela.

2 La p�gina web de Francisco Varela est� en http://web.ccr.jussieu.fr-

/varela. All� consta que Francisco hasta su muerte hace un mes atr�sse desempe�aba como investigador en el LENA-Neurosciences Cog-nitives et Imagerie C�r�brale con sede en el c�lebre Hospital de la Sal-p�tri�re.

Quien la visite hoy se encontrar� con una serie de art�culos sobreNeurofenomenologia y M�todos en Primera persona entre los cualesse pueden bajar completos los siguientes: ÔNeurophenomenology: AMethodological Remedy for the Hard ProblemÕ; ÔThe Specious Pre-sent: A Neurophenomenology of Time ConsciousnessÕ; ÔThe Gestureof Awareness - An account of its structural dynamicsÕ. Todos ellos fue-ron redactados con numerosos colaboradores y cerraron una carreramagistral que hab�a empezado con una doble afiliaci�n biol�gica y fi-los�fica en un Santiago cansino y casi colonial.

Muchas veces el pensamiento maduro vuelve a sus fuentes. En elcaso de Varela nunca las abandon�. Sus trabajos mas recientes y va-rios papers y libros p�stumos est�n permeados de preocupaciones yplanteos filos�ficos que despertaron el apetito te�rico de Franciscodesde que iniciara la licenciatura en filosof�a en el antiguo InstitutoPedag�gico de la calle Macul, y frecuentara las lecturas guiadas porRoberto Torreti en el Centro de Estudios Human�sticos de la Escuelade Ingenier�a en 1966.

Fue all� donde Varela encontr� a la fenomenolog�a europea y co-menz� con una lectura (que reforzar�a al final de su vida) de Husserl,Heidegger y Merleau Ponty que le llev� a descubrir la majestuosidady necesidad de tematizar la experiencia vivida.

Simult�neamente y gracias a la invalorable colaboraci�n de FelixSchwartzman, Francisco descubri� la naturaleza social de la ciencia.De su mano se adentr� en los trabajos Alexandre Koyr�, de GeorgesCanguilhem y de Gast�n Bachelard -que converger�an en su sistema-tizaci�n en las manos de Thomas S Kuhn en ÒLa estructura de las re-voluciones cient�ficasÓ que lo alejar�an para siempre de la posici�n deingenuo aprendiz de cient�fico, y lo convertir�an en uno de los maes-tros de la epistemolog�a experimental del siglo XX (al mismo nivelque Konrad Lorenz, Jean Piaget o Ilya Prigogine).

Pero su formaci�n hab�a empezado incluso antes. La misma se des-pert� en el neonato programa de la Licenciatura en Ciencias Biol�gi-cas consecutivo al 3er. a�o de Medicina en la Universidad Cat�lica,adonde recal�, despu�s de haber egresado de la secundaria chilena, en1963. Fue gracias a los consejos de un brillante investigador como

Juan Vial que se cambi� en 1965 a la reci�n abierta Facultad de Cien-cias de la Universidad de Chile.

Fue Juan quien le recomend� trabajar con Humberto Maturana aquien abord� en la calle Independencia en abril de 1966 con su volun-tad de estudiar al psiquismo en el Universo a lo cual Maturana respon-di� con un Òmuchacho has llegado al lugar adecuadoÓ labrando unacarrera de investigador experimental que lo marcar�a para siempre

Junto a la filosof�a y la biolog�a experimental hubo un tercer grupode influencia conceptual determinante en la formaci�n del joven Va-rela. Fue el descubrimiento del mundo de la cibern�tica y la biolog�ate�rica.

Si alguien influenci� como nadie a Varela, �ste fue Heinz VonFoerster con quien interactuar�a tambi�n -al igual que con Maturana-fruct�feramente por mas de 30 a�os. Heinz hab�a heredado intuicionesy miradas de Norbert Wiener y de Warren Mc Culloch. Los tres fue-ron pioneros en la conjunci�n de la reflexi�n epistemol�gica, la inves-tigaci�n experimental y la modelizaci�n matem�tica, y Varela ser�a unfiel disc�pulo y genial reinventor de muchas de sus intuiciones y con-signas.

Pero en esa �poca Varela hablaba poco y nada de filosof�a occiden-tal y toda su tarea estaba enderezada a darle entidad p�blica, legitimi-dad cient�fica y validez emp�rica a sus llamativas teor�as acerca de laautopoiesis que se gestaron inicipientemente en 1969 y ver�an la luzp�blica en 1973.

Lo que Varela, Maturana, Heinz con Foerster y el resto estaban bus-cando era nada mas y nada menos que la defenestraci�n experimental(a diferencia del logorre�smo de Derrida y otros deconstruccionistas)del cartesianismo. No era una tarea menuda. Le llev� toda una vida.Indic� un camino y dej� abierta una senda donde a�n queda muchopor recorrer.

3Recib� el �ltimo mail de Varela, hace unos meses atr�s. Era lac�ni-

co y duro. Me confirmaba que los rumores acerca de su presuntamuerte hab�an sido tan solo tales. Pero ni el humor negro ni otros co-mentarios presagiaban nada bueno. A fines de abril Humberto Matu-rana me confirm� en C�rdoba que Francisco estaba muy mal. Quehab�a tenido una reca�da de su transplante de h�gado en 1996. provo-cado por una temible hepatitis C.

Hab�amos hablado por tel�fono y nos hab�amos encontrado en Pa-r�s varias veces en los �ltimos a�os. Hab�a seguido meticulosamentesu trayectoria desde que cenamos por primera vez en Agosto de 1977en Binghanton, Nueva York en ocasi�n de la primera Conference onGeneral Systems Theory convocado por George Klir en Nueva York,editada por Pergamon Press y que habr�a de ser el bautismo p�blicode la autopoiesis en lengua inglesa de la mano de Milan Zeleny, unode sus primeros propulsores.

Pasamos un par de semanas maravillosas en Agosto de 1981 en elInstituto Naropa en Boulder, Colorado en el maravilloso programa deBiolog�a, Lenguaje y Conocimiento que alguna vez hab�a sido fre-cuentado por el propio Gregory Bateson -muy amigo de Francisco- yque en una de las vueltas del destino me permiti� -junto a figuras es-telares como Charlotte Linde, Gail Fleishaker, Norman Geschwind yotros, compartir el podio con el en un programa interdisciplinarioinolvidable. Mientras desayun�bamos en el m�tico Hotel Boulderado.

La Teor�a de General de los Sistemas sal�a de su encierro filos�fi-co de la mano de Ludwig von Bertalanffy, y tomaba estado p�blico.Mientras tanto en Buenos Aires, en Octubre de 1976, un grupo de es-tudios (el GESI Grupo de Estudio de Sistemas Integrados), se con-gregaba a instancias del consejero comercial de la embajada belga, else�or Charles Francois formando las primeras huestes de investiga-ci�n casera, y con mas ganas que cabeza, donde se hablar�a fundacio-nalmente en la Argentina de autores como Rene Thom, Ilya Prigogi-ne, Manfred Eigen, Humberto Maturana y obviamente Francisco Va-rela.

Cuando la Internet y las redes de comunicaci�n brillaban por su au-sencia, y casi milagrosamente, un subgrupo del GESI, autodenomina-do CEA (Centro de Estudios en Autonom�a y autorganizaci�n) cofun-dado junto a Victor Bronstein, Juan Carlos Gaillard, Susana Flores yManuel Ludue�a, trajo a Varela por primera vez a la Argentina.

Se empezaba a deshojar la dictadura militar y compartimos su pre-sencia durante unos d�as junto a los integrantes, devotos, de la Socie-dad Argentina de Terapia Familiar liderado por Alfredo Canevaro enla vieja sede de la calle Gurruchaga.

Una a�o mas tarde volvimos a traerlo pero esta vez el target fue va-riado y nutrido. Malvinas hab�a herido de muerte a los milicos y Va-rela recorri� un arco de visitas que incluyeron desde el Instituto Cam-pomar -y un almuerzo mano a mano con Federico Leloir hasta laMultiversidad de Buenos Aires liderada por Miguel Grinberg. DesdeIDEA, disertando en la casona de Victoria Ocampo en Acassuso has-ta CLACSO, su impronta se sinti� en mucho �mbitos y se abrieronvientos de colaboraci�n que solo se cumplir�an en parte, descosidospor la historia.

gregoriokaminsky

filosofíaanálisis institucional

[email protected]

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Campo Grupal / 3El viaje al paraíso ya es el paraíso. El viaje es lo que cuenta. Homero

4La vuelta de Francisco a Chile de 1980/3 fue importante y repara-

dora, pero no alcanz� a soldar y articular una trayectoria y pretensi�nde largo alcance, sacudida por los desastres que las pol�tica militaresde exterminio de personas e ideas hab�an decretado como tierra yer-ma en nuestros pa�ses.

En 1984 Francisco se fue de a�o sab�tico a Frankfurt. All� lo fui aencontrar y como resultado tenemos una maravillosa entrevista quehace poco se public� entera en el Interlink Headline News <ww-w.ilhn.com/anteriores.php3>, all� se ve�a como su pensamiento evolu-cionaba, como su personalidad se iba articulando en niveles cada vezmas profundos y complejos.

Dos a�os mas tarde decidi� instalarse en Par�s y tuve oportunidadde pisar casi junto a el su recientemente elegido y majestuoso depar-tamento en Rue des Ecoles, casi esquina con el boulevard Saint Mi-chel. La experiencia francesa de Francisco se abr�a en una abanicoque le ocupar�a los �ltimos 15 a�os de su vida para no volver mas -salvo espor�dicamente- a su Latinoam�rica natal.

Su aporte mas significativo y el que seguramente podr�a haberleacarreado un premio Nobel fue la teor�a de la autopoiesis. En el exce-lente pr�logo a la segunda edici�n de ÒDe M�quinas y seres VivosÓ,Varela sintetiz� tanto la g�nesis de la idea como su especificidad en-capsul�ndola en seis pinceladas geniales.

0) La autonom�a de lo vivo es central y hay que cernirla en su for-ma m�nima en la caracterizaci�n de la unidad viviente, 1) Esto no pue-de hacerse atendiendo solamente a las bases materiales, sino que hayque dar una descripci�n oganizacional de lo vivo; 2) Esta es un meca-nismo de constituci�n de su identidad como entidad material, 3) Esteproceso es circular, se trata de una autoproducci�n �nica de la unidadviviente a nivel celular. Autopoiesis es nada mas ni nada menos queesta organizaci�n m�nima de lo vivo. 4) Las interacciones de las iden-tidades autopoi�ticas tienen lugar tambi�n como unidad organizada,es decir en referencia a su identidad autoproducida, aqu� es donde seconstituyen los significados, 5) La identidad autopoi�tica evoluciona.

Se trata de un collar de perlas constitu�do por seis eslabones mutua-mente imbricados que dar�an lugar a una de las lecturas mas ricas dela historia, acerca del fen�meno de lo viviente.

No fue f�cil difundir, buscar la aceptaci�n y convertir a la noci�n deautopoiesis en un concepto heur�stico de proporciones colosales (to-dav�a est� en pa�ales). De lo mucho que debemos aprender de su ge-nealog�a resalta algo que Varela nos coment� muchas veces en con-versaciones antol�gicas. Jam�s podr�a haberse acu�ado una idea tanrevolucionaria en tiempos de paz y de ciencia normal. Aunque toda-v�a est� por descubrirse el mecanismo de resonancia mutua, solo enel caos creativo que era el Chile de Allende y Am�rica Latina en suconjunto) -como hab�a pasado en la rep�blica de Weimar con la teo-

r�a cu�ntica como cuenta Paul Forman- pod�a haberse dado un cam-bio tan brutal en nuestra reconceptualizaci�n de la ontolog�a represen-tacionalista y el fen�meno de lo viviente..

La autopoiesis es el mas importante pero no el �nico de los concep-tos novedosos inventados por Varela y su equipo distribuido. Junto almismo conviene yuxtaponer las nociones de cierre operacional, enac-ci�n, deriva natural y sobretodo la metodolog�a fenomenol�gica. Pe-ro dado el peso de la autopoiesis es �sta la que mas incomprensi�n hadesatado y la que mas promesas todav�a sigue conllevando.

5Varela desconfi� siempre de las extrapolaciones f�ciles de su teor�a

a otros campos. Y en este sentido ha sido bien taxativo. Descrey� yconsideraba irrelevantes las utilizaciones literales o estrictas de la teo-r�a (como paso en la Teor�a Familiar) a las que consideraba directa-mente irrelevantes (como planteara en Family Process 28, 1989).

Le parec�an mas factibles, aunque a t�tulo heur�stico, los usos porcontinuidad, donde se trata de tomar en serio el hecho de que la auto-poieisis busca poner la autonom�a del ser vivo en el centro de la ca-racterizaci�n de la biolog�a, y abre al mismo tiempo la posibilidad deconsiderar a los seres vivos como capacidades interpretativas desde sumismo origen. En este rinc�n sit�a y confirma las indagaciones deJean Pierre Dupuy en su an�lisis de los sistemas sociales, a Terry Wi-nograd y Fernando Flores en sus an�lisis sobre comunicaci�n y a WThompson en ÒImaginary LandscapesÓ.

En las varias entrevistas que le hicimos, en los di�logos y almuer-zos, en las mesas redondas y en las presentaciones que alcanzamos acompartir con �l, descoll� un cient�fico excepcional, un fil�sofo masagudo que cualquier profesional y una persona c�lida, compasiva yb�sicamente tolerante.

Su muerte enluta mi alma. Y aunque �l seguramente cambi� de pla-no con tranquilidad y sabidur�a, constatar que jam�s lo volver� a vero escuchar en �ste, me provoca un dolor dif�cil de transmitir. El �nicoconsuelo es tener vivas en la memoria y en el coraz�n sus palabrassiempre dulces y pertinentes, sus miradas y sus silencios c�mplices ygenerosos.

Referencias

Dupuy, Jean Pierre Ordres et desordres. Enquetes sur un nouveau para-dig-me. Paris: Seuil,1982.Maturana, Humberto & Varela, Francisco De m�quinas y seres vivos. Santia-go, Editorial Universitaria, 1973.Maturana, Humberto & Varela, Francisco Autopoeisis and cognition: the rea-lization of the living. Boston, Reidel, 1980.Maturana, Humberto & Varela, Francisco El �rbol del conocimiento: las ba-ses biol�gicas del entendimiento humano. Santiago, OEA, 1984.Mc Culloch, Warren Embodiments of mind. The MIt Press, 1969.Piaget, Jean Biolog�a y Conocimiento. Ensayo sobre las regulaciones org�ni-cas y los procesos cognitivos. M�xico, Siglo XXI, 1972.Varela, Francisco J. (Editor y otros) Naturalizing Phenomenology: Issues inContemporary Phenomenology and Cognitive Science 2000. Varela Francisco Principles of biological autonomy. Nueva York, North Ho-lland, 1979.Varela, Francisco, Thompson, Evan, Thompson Roch, Eleanor De cuerpopresente. Las ciencias cognitivas y la experiencia humana. Barcelona Gedi-sa, 1992.Varela, Francisco Conocer: Una cartograf�a de las ciencias cognitivas. Bar-celona, Gedisa, 1990.Varela, Francisco El fen�meno de la vida. Santiago, Dolmen, 2000.Von Foester, Heinz Observing systems; selected papers. California, Inters-cience, 1979.Winograd, Terry & Flores, Fernando Hacia la comprensi�n de la Inform�ticay la cognici�n. Ordenadores y Conocimiento: Fundamentos para el dise�odel siglo XXI. Barcelona: Esade, 1989.

Walter Vargas [email protected]

Estas líneas versan sobre eltiempo (¿duración, división,construcción, misterio o qué?) yasí debe ser porque Román yame dijo, bien clarito, que cumpli-mos nuestro tercer aniversario yno sería nada cortés dejar esteespacio en blanco, decretar laacefalía de la columna, hacermeel desentendido a la hora de tanhonrosa gesta. Pasó que se mevinieron encima ciertas vacacio-nes invernales deseadas desdehoras lejanas, planificadas a co-mienzos de año, plasmadas amitad de mes cuando los com-pañeros de Aerolíneas clamabanpor lo suyo, hacían barricadas alas puertas de Ezeiza, se nega-ban a crepitar en el fuego de laresignación. El jueves 14 partí aCosta Rica y en el valle de SanJosé me abracé con mi amigoRodolfo Quirós y allí estuve cua-tro días a pura emoción. El lu-nes 18 partí a Cuba y duranteseis días caminé las calles deLa Habana a pura conmoción.Me propuse, quise y pude com-poner mi propio dibujo. Me expli-co: acerca de Cuba me molestatanto la guaranga ligereza del cí-nico burgués como el pueril son-sonete del progre culposo. Aho-ra tengo mi propia historia ofi-cial, provisoria y falible, desdeluego, pero mía. ¿Cuba es so-cialista o sucia y lista? Un pocode todo si se permitiera un mes-tizaje de categorías intolerablepara el totemismo de claustro.Igual, abundar sobre el tema ex-cede las modestas intencionesdel caso. Lo que quiero decir esque mi cuerpo ha llegado a Bue-nos Aires antes que el alma ycomo fue inútil mi reclamo en laoficina de Objetos Perdidos an-do por la vida en estado de yodemorado. Entonces, no sé si llego a tiem-po o a destiempo, si estoy en elentretiempo o salgo de un con-tratiempo, si soy intempestivo oextemporáneo, pero sí sé quecuando Román insiste en recor-darme que Campo Grupal cum-ple tres años, me siento feliz dehaber estado aquí, de seguir es-tando, de querer estar. Y me di-go, aún en estado de yo demo-rado, que tres años es un flor deviaje, un viaje de puta madre.

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Gregorio Kaminsky [email protected]

La instituci�n policial en el nuevo contexto geopol�tico

Apartir de las guerras del Golfo y de los Balcanes, el mun-do ha comprobado la ejecuci�n de nuevos Ôpoderes de po-lic�aÕ, antes inexistentes o tradicionalmente ejercidos por

las propias fuerzas civiles o militares de los estados.Seg�n el pensador italiano Giorgio Agamben, �ste no es un t�-

pico menor ni secundario en la medida que Òla polic�a, contraria-mente a la opini�n com�n que ve en ella una funci�n puramenteadministrativa de ejecuci�n del derecho, es tal vez el lugar dondese manifiesta m�s n�tidamente la proximidad si no el intercambioconstitutivo entre la violencia y el derecho que caracteriza a laimagen del soberanoÓ (Giorgio Agamben, Medios sin fines, bast.GK).

La proximidad entre violencia y derecho no constituye un hechonovedoso en la historia pero s� lo son sus in�ditas modalidades deintercambio, porque implica no s�lo una remozada asociaci�n deactores y sectores sociales diferentes y contrapuestos, sino unapromiscua interacci�n entre los mismos y hasta la indiferencia-ci�n de las fronteras que exist�an entre unos y otros.

Asociaci�n, interacci�n e indiferenciaci�n; �sta nueva forma deproximidad puede ser considerada la nueva secuencia de inter-cambio entre las polic�as con los nuevos fen�menos psicosociales,bajo las modalidades que inviste la violencia y la inseguridad.

Agamben subraya que Òlas razones de <<orden p�blico>> y de<<seguridad>> en las que ella [la polic�a] debe decidir en cada ca-so representan una zona de indistinci�n entre violencia y derecho,perfectamente sim�trica al de la soberan�aÓ (ibid, s/n).

Violencia y derecho en zonas de indistinci�n: Àes posible di-mensionar su gravedad cuando se Ôin-distingueÕ el delito de la re-presi�n del delito, la legalidad de la ilegalidad, la seguridad de lainseguridad...?

Estas zonas grises impactan toda la gama de representacionesinstitucionales, desde las jur�dicas y econ�micas hasta las cultura-les y morales, que configuran los exigibles requisitos de soberan�anacional en toda sociedad civil y pol�tica dada.

Zonas de interacci�n, indistinci�n e indiferenciaci�n, que lainstituci�n policial constituya y participe -activa o pasivamente-de estas desdibujadas fronteras entre la legalidad y su contrario, esaquello que la expone a un ejercicio bifronte de permanentes do-bles pr�cticas y discursos.

Este aspecto revela que, en las sociedades modernas y democr�-ticas, se recategoriza el rol, la organizaci�n y el cometido de laspolic�as en el mundo porque se ponen en entredicho las fuerzas defuego disponibles en una sociedad. Y, ello constituye uno de losflagrantes peligros para regular el comportamiento (denominadocon el eufemismo ÔaccionarÕ) de esas instituciones en la sociedad.

Violencia y seguridad: nuevos aspectos institucionales

La violencia y la seguridad ciudadanas agrupan una variedad detemas y problemas que han ganado centralidad en las agendasmundiales. Por cierto, no se trata de un dato auspicioso porqueconfiguran un sombr�o panorama en sociedades con modelos s�loformalmente democr�ticos de convivencia.

Existe el un�nime consenso que, en sociedades democr�ticas, laviolencia social y la seguridad p�blica forman parte, junto a laeducaci�n y la salud poblacional, de las reiteradas crisis de ges-ti�n estatal en las acciones ciudadanas. Tambi�n hay acuerdos al-

rededor de una mirada cr�tica, pero si se desea dar alg�n pasoefectivo, es menester profundizar el an�lisis de los problemas por-que, hoy en d�a, una evaluaci�n puramente cr�tica parece insufi-ciente.

Se advierte la expresi�n de sentimientos masivos de desprotec-ci�n que alcanzan, como contraefecto, las dudas acerca de la via-bilidad del endurecimiento de las pol�ticas judiciales y penitencia-rias o incluso los temerarios procedimientos que acompa�an elmayor armamentismo en la sociedad civil, tales como la denomi-nada Ôjusticia por mano propiaÕ y la sobrecustodia de la esfera pri-vada.

No es excepcional sino habitual comprobar que la seguridadp�blica de la vida ciudadana se haya convertido en privatizaci�nde la seguridad individual, circunstancia que acompa�a un cre-ciente desinter�s p�blico por la separaci�n de la vida social res-pecto de la esfera privada.

Es significativo que esta transformaci�n privatizante de las ac-tividades correspondientes a la seguridad de los ciudadanos sea,generalmente, ejecutada por aquellos que han pertenecido a (y hansido formados por) las fuerzas militares y policiales de seguridad.

En la actualidad, resulta elevada la conversi�n de las formas so-ciales t�picas de la inseguridad ciudadana urbana en manifestacio-nes masivas de Òsentimiento p�nicoÓ mismas que, por otra parte,potencian y reciclan los propios fen�menos de inseguridad con-cernidos, porque configuran una viciosa espiral de conflictos sinresoluci�n.

Es notable el modo a trav�s del cual se ÔmedicalizaÕ la inseguri-dad y la violencia en el discurso social atribuyendo diagn�sticosde enfermedad a este Ôinevitable mal social de las sociedades mo-dernasÕ, al modo de epidemias que azotan las comunidades, o aÔpron�sticos de mortandad por inseguridadÕ, de car�cter m�s epi-demiol�gico que socio-econ�mico y cultural.

No es dif�cil, tambi�n, advertir respuestas ciudadanas que, porejemplo, opta por la moralizaci�n de las circunstancias (p�rdidade escr�pulos, odio, desprecio, etc.), o la psicologizaci�n de losactores (sociopat�as, miedo, angustia, paranoia, etc.) cuando setrata de procesos que est�n inscriptos en �mbitos que son prima-ria y simult�neamente culturales, sociales y pol�ticos.

Se debe destacar que estos Ôvalores y sentimientosÕ guardan unarelaci�n indirecta con los acontecimientos espec�ficamente delic-tivos. Pero, porque producen efectos multiplicadores de estos fe-n�menos, socialmente m�s complejos y paralizantes que los pro-ducidos por la propia violencia y criminalidad.

Ese efecto multiplicador puede reconocerse desde los aspectosque conciernen a los estilos de vida de la poblaci�n, la apropiaci�nde espacios de la esfera p�blica hasta las distintas formas de auto-control y procedimientos de vigilancia (enfrentamiento social, ri-validad extralegal) entre sectores y sub-sectores poblacionales.Los barrios ya no se dividen en populares, elegantes, modernos otradicionales, ahora se los ordena entre seguros o inseguros.

La seguridad se ha convertido en un invisible item de las pol�ti-cas urban�sticas y de planificaci�n: dentro de lo que se ha dado endenominar Ôla sociedad del espect�culoÕ, la seguridad elementalaconseja el shopping y no la plaza p�blica. La violencia y la inse-guridad se ha ense�oreado con el espect�culo de las grandes y pe-que�as urbes. A�n cuando sus aspectos no se advierten con facili-dad, los nuevos problemas de la violencia y la seguridad ciudada-nas conciernen e impactan los usos y costumbres culturales pormedio de los cuales se rubrica los movimientos del habitus de lavida social.

Nos encontramos, entonces, ante fen�menos acu�ados en viejasrealidades pero que ahora revisten modalidades problem�ticasque adoptan formas novedosas. Es necesario evaluar problemasque inciden de modo transversal en casi todas las dimensiones deltejido social.

Es inexcusable examinar la incidencia a trav�s de planos psico-sociales simult�neos, esferas culturales inadvertidas y niveles eco-n�mico-sociales diferenciados de la vida comunitaria.

Una extendida certeza, tan veros�mil como inexpugnable asocia

Campo Grupal / 4 El Hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza. Nietzsche

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El ómnibus trepó la última loma queocultaba, a lo lejos, las cuencas va-cías de las ventanitas del Cerro.Hacía el viaje todas las semanas ysiempre ocurría lo mismo. El choferentrecerraba los ojos cuando apare-cía la llama de la refinería de petró-leo de la Teja, para no deslumbrar-se con ese fuego que parecía col-gado del cielo, sobre la bahía. A esaaltura la mayoría de los pasajerosya no dormía. Daba la impresión deque recién descubrían que habíanvenido juntos. Él llegaba así todas las semanas,casi furtivo entre la bahía y la ciu-dad, silencioso y solitario, perdidoentre los rostros casi siempre igua-les. Cuando el chofer gritó “Plaza Cu-ba”, los pocos que aún dormían sedespertaron sobresaltados. Algunosse apresuraron a recoger sus equi-pajes, tropezaron en el pasillo, seamontonaron frente a la puerta, co-mo todas las semanas. El resto delviaje, hasta Tres Cruces, lo hicieronlos pocos que no habían bajado enPlaza Cuba. Casi siempre los mis-mos: un indisimulable rabino, unprobable viajante de comercio, unabagayera, 2 o 3 veteranas que vol-verían de visitar a sus nietos. Ya casi estaban llegando y no habíani un solo uruguayo que se mostra-ra contento de volver. Las caras seles estiraban al subir al ómnibus enColonia, se cerraban en solitariasdivagaciones dormitando durante elviaje hasta el Cerro, y se ofuscabanclaramente, irritadas y grises, desdela Plaza Cuba hasta Tres Cruces. En realidad él ya había asimilado,sin darse cuenta, el mismo grado deirritación y tristeza que sufrían todoslos uruguayos al llegar a Montevi-deo. No pudo, pues, comparar es-tas llegadas con aquellas ruidosasexcursiones cuando era niño, y nisiquiera recordó que alguna vez, deadolescente, había visto que losuruguayos se ponían contentoscuando vislumbraban Montevideodesde el mar, al volver de BuenosAires en el “Vapor de la Carrera”. Latristeza se les había instalado antelos ojos, trasparente y dominante, aél y a todos, pero nunca se supocuándo. Ese lunes, igual que todas las se-manas, miró por la ventanilla delómnibus. Lo que simplemente signi-fica que se detuvo a observar lasojeras grises de los muros que cho-rreaban, como una prostituta trasno-chada, la pintura de algún graffiti lla-mativo pero inocuo. Y los enormesesqueletos de ladrillo de los frigorífi-cos mudos, que ya empezaban, co-mo obscenos coladores, a mostrarlos agujeros en los techos de chapa.Y las paredes de cemento de losedificios a medio construir, teñidascon el orín de los hierros retorcidos.Ocurrió lo mismo que todas las se-manas. El ómnibus entró por Agra-ciada, rodeó el Palacio Legislativo,se zambulló en Miguelete y, cuandollegó a Tres Cruces, todos, con susviejas caras grises, habían vuelto aperder la oportunidad. Bajaron delómnibus lentos y obvios y fueron,casi inmediatamente absorbidos porel frío, las caras vacías, los gestosdesocupados. Hacían el viaje todas las semanas,tenían la oportunidad de compren-der lo que ocurría, y sin embargo al-go los hacía seguir volviendo, in-concientes y ciegos, como pájaros apunto de caer muertos de frío. Otravez habían salido del país, habíantomado distancia y volvían, sin em-bargo, sin entender que ya no eranuruguayos. Que hacía tiempo quetambién habían sido rechazados poresa tierra que nunca supo querer asus hijos.

Nuevos desafíos socioanalíticos

Acerca de la cultura institucional policial

DESDE MONTEVIDEO

Page 5: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

la pobreza con el delito. Al modo de un vertiginoso silogismo, lacuesti�n econ�mico-social que se manifiesta en los �ndices de po-breza, opera un r�pido encadenamiento causal con el abandono delas funciones p�blicas espec�ficas, la desprotecci�n ciudadana,hasta alcanzar por fin las consecuencias conocidas de violencia einseguridad.

Si la genealog�a causal delictiva abreva en las tormentosasaguas negras de la pobreza econ�mica, el desempleo y la miseria,entonces entre sus ropajes jam�s podremos encontrar o advertir,entre otras vestudiras sociales, al Ôguante blancoÕ de la finanzassiempre lavadas, al Ôcuello blancoÕ o la Ôinmaculada togaÕ quejuntan sus manos abiertas para recibir la d�diva, o esas otras ma-nos invisibles que ciernen los cuellos sociales bajo el modo de lasrestricciones fiscales en la seguridad social, la educaci�n, la saludy... la protecci�n de la ciudadan�a.

Argentina: violencia, seguridad ciudadana e instituci�n policial

Durante los �ltimos a�os, en nuestro pa�s, los fen�menos deviolencia y seguridad ciudadanas tambi�n han tomado una impor-tancia cada vez m�s creciente, caracteriz�ndose como irresueltosproblemas, desde lo jur�dico-pol�tico hasta lo psicosocial-educati-vo.

En la historia argentina, se han acu�ado fuertes creencias psico-sociales que parec�an inmodificables. Entre ellas, apuntamos:

1. las que, por destinaci�n socio-econ�mica o nivel cultural-educativo, el pa�s se encontraba a resguardo de la pobreza y laviolencia;

2. los grandes consensos ideol�gicos remit�an todo or�gen de losactos de violencia por fuera de las fronteras del pa�s;

3. la existencia de grandes convicciones culturales que soste-n�an que nuestro pa�s gozaba de las capacidades para generar losÔanticuerposÕ de pacificaci�n.

4. la confianza en el resguardo de las fuerzas militares y de se-guridad garantizaba un rechazo a las amenazas antisociales;

Todas aquellas certezas, consensos, convicciones y resguardosparecen haberse desplomado, aunque no se han disipado de los re-gistros culturales de la denominada identidad nacional.

Certezas que, en su insistencia, se asocian con el aludido des-cr�dito p�blico policial, al temor que infunde la desprotecci�nciudadana y el que infunde hasta la polic�a misma...

La denominada inseguridad social generalizada se inscribe, ennuestro pa�s, de un modo indiscriminado respecto de clases y sec-tores sociales. Representa una novedad emergente ante la que se

dispone de escasa expe-riencia y memoria.

Dentro de las institucio-nes concernidas, destaca-mos pues a la instituci�npolicial como una de lasm�s importantes y signifi-cativas. En este punto esimportante destacar y rele-var los componentes insti-tucionales y de idiosincra-sia, aquello que denomina-mos como las culturas ins-titucionales policiales.

La instituci�n policial ar-gentina, y su car�cter pre-ferencial de organizaci�njer�rquico-piramidal confuerte militarizaci�n de suspr�cticas, dispone de mo-dos espec�ficos y diferen-ciados de sociabilidad, im-plicados con el ejercicio desus poderes de acci�n y de

fuego. Esta caracter�stica institucional presupone pr�cticas profesio-

nales espec�ficas, adecuaci�n y readecuaci�n en las estrategias demando, planificaci�n de t�cticas y recursos, etc., mismas que in-ducen al establecimiento de modalidades singulares que se reco-nocen en su organizaci�n e institucionalizaci�n.

El aspecto m�s ostensible de la singularidad institucional poli-cial nacional se ha reconocido en uno de sus procesos de institu-cionalizaci�n que ya desde la sociolog�a cl�sica ha dado en deno-minar corporativo. No se trata de un car�cter exclusivo ni exclu-yente, pero sus procedimientos singulares y espec�ficos se han he-cho cada vez m�s evidentes.

Por corporaciones institucionales policiales entendemos no s�-lo a sus formas sociales visibles, desde el momento que est�n do-tadas de una organizaci�n jur�dica y/o material. Incorporamos all�,tambi�n, a la red simb�lica, socialmente sancionada, en la que secombinan en proporci�n y relaci�n variables, un componente ins-tituido y operativo, junto a un componente representacional eimaginario.

Asimismo, no pueden ser descuidados los requisitos y prerequi-sitos de formaci�n y capacitaci�n del personal policial con losque se reproduce y transfiere el universo discursivo de sus cultu-ras y sub-culturas.

La configuraci�n corporativa policial exige el anclaje de un s�-lido imaginario social efectivo que construye una identidad insti-tucional en marcos antes heter�nomos (proximidad, indistinci�n,indiferenciaci�n) aunque todav�a puedan mantener, simult�nea-

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Page 6: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

mente, una apariencia de autonom�a discursiva institucional en lasociabilidad.

Los cuerpos policiales nacionales constituyen, asimismo, espa-cios articuladores de conflictos entre fuerzas (polic�a/poder p�-blico, polic�a/sociedad civil, conflictos intrapoliciales) en las queintervienen los sujetos considerados como directos protagonistasinstitucionales.

Las identidades aludidas no son sino producciones sociales y, almismo tiempo, fuente de sentido para los propios actores socia-les. Acciones y producciones imaginarias por ellos mismos cons-truidas mediante procesos complejos de interiorizaci�n e indivi-dualizaci�n cultural-institucional.

Para dicha construcci�n cultural-subjetiva, se debe analizar si-mult�nea y paralelamente tanto las determinaciones jur�dicas,econ�mico-sociales y los aparatos de poder, cuanto las significa-ciones sociales de las instituciones concernidas, desde la denomi-nada memoria colectiva e imaginario social hasta la �rbita de mi-tos, creencias, la certezas nacionales arriba aludidas y otras fanta-s�as psicosociales, etc.

Entendemos la construcci�n de identidad corporativa de refe-rencia en estos actores sociales como el proceso social de cons-trucci�n intersubjetiva, atendiendo al conjunto respectivo de susatributos socio-culturales (institucionales).

Cultura institucional, subjetividad social y construcci�n deidentidad corporativa policial constituye, pues, una de las cate-gor�as anal�ticas centrales de todo estudio socioanal�tico de lasfuerzas de seguridad.

La cultura institucional policial

Existen espec�ficas determinaciones en la acci�n de estas insti-tuciones nacionales vinculadas con la historia pol�tico-social ge-neral del pa�s de los �ltimos veinticinco a�os.

Sin embargo, esto no quiere decir que el polic�a representa alnuevo personaje social maldito en una sociedad que clama redi-mirse con su expiaci�n. Pero, algo de este pensamiento circula ensociedades acostumbradas a la demonizaci�n, sin reflexi�n y an�-lisis para una acci�n p�blica consecuente.

ÒLa polic�aÓ es una instituci�n p�blica nacional (como dijimos,fuertemente piramidal, militarizada y corporativa) que produce -ni m�s, tampoco menos- un tipo de ciudadano-actor institucional(Òel polic�aÓ).

Su misi�n laboral-profesional, por definici�n y por actualiza-ci�n socio-hist�rica de sus circunstancias, se encuentra en estre-cha proximidad -asociada e involucrada- con las fronteras mismasde los escenarios en que se constituye la violencia generada por lacontravenci�n o el delito y la violencia en general.

Es posible comprobar, porque adem�s ha ganado estado p�bli-co, que las labores de algunas de estas corporaciones (p. ej. en la

provincia de Buenos Aires) se han deslizado del enfrentamiento(control, prevenci�n, persecuci�n, represi�n) hacia actividadesque testimonian la aludida indistinci�n indiferenciada.

El nuevo escenario para un estudio adecuado de la cultura po-licial argentina debe emplazarse ante los siguientes o fen�menos:1.- omisi�n generalizada de sus funciones; 2.- inacci�n manifies-ta (elusi�n) de actos espec�ficos y 3.- asociaci�n indiferenciada(colusi�n) con lo il�cito.

Estos tres tipos de caracter�sticas son diferenciables, y, para di-sipar este posible trabalenguas, observermos sucintamente algu-nos de sus aspectos sobresalientes:

1.- omisi�n, se trata de un car�cter relativo a las funciones ge-nerales prescriptas por leyes y disposiciones reglamentarias escri-tas, y que pueden configurar entre la polic�a aspectos tales comoel incumplimiento de los deberes de todo funcionario p�blico.

2.- elusi�n, esta caracter�stica dispone de un mayor alcance ac-tivo-propositivo que la anterior. Aunque con probables aparien-cias de pasividad, existen actividades policiales como las de co-bertura y protecci�n no legal, tales como las denominadas ÔzonasliberadasÕ. El car�cter de la elusi�n es de tipo transicional y se ex-tiende desde la (activa) omisi�n hasta la (indiferenciada) asocia-ci�n il�cita.

3.- colusi�n, esta caracter�stica depone todo vestigio o creenciaimaginaria apoyada en las viejas certezas culturales nacionales.El acto colusivo policial se expande temerariamente en los esce-narios abiertamente delictivos, presta sus recursos y fuerzas enacciones de intercambio, indistinci�n y comprobada indiferencia-ci�n respecto de los directos agentes productores del delito, laviolencia y la inseguridad.

A partir de los a�os de recuperaci�n democr�tica de la vida ciu-dadana, deben ser destacados los procesos de omisi�n-elusi�n-co-lusi�n corporativa en los organismos directamente involucradoscon la seguridad y el orden interno, en permanente interacci�ncon la sociedad civil aunque sin confundirse con ella.

Superadas las consignas que forjaron planes y doctrinas nacio-nales o continentales de seguridad (v.g. la tristemente c�lebreDoctrina de la Seguridad Nacional), ha sido la polic�a la institu-ci�n que adquiri� el relevo de muchas de estas consignas y la con-dujeron a sus actuales pr�cticas corporativas con las caracter�sti-cas apuntadas, con fuerte independencia de control y gesti�n.

Se trata de un fen�meno que, entre otros aspectos, se ha exten-dido desde la omisi�n de los deberes p�blicos hasta la asociaci�ndelictiva misma. Entre las condiciones de posibilidad que este fe-n�meno supone, se advierten entonces, y entre muchos otros :

a) el estado de indefensi�n ciudadana y de la vida p�blica; b) la reacci�n por medio de la privatizaci�n de la seguridad p�-

blica; c) falta de pol�ticas pro-activas de las dependencias pol�tico-ju-

r�dicas y las corporaciones de seguridad; c) la indistinci�n territorial e indiferenciaci�n representacional

e imaginaria entre seguridad e inseguridad p�blicas; d) ÒnovedososÓ aspectos en la reconfiguraci�n corporativa de la

instituci�n policial; e) existencia institucional heter�noma junto a la construcci�n

de una cultura institucional policial fuertemente autonomizada; f) la omisi�n-elusi�n-colusi�n de los intereses materiales y fi-

nales policiales; ocultamiento y hasta clandestinizaci�n de suspr�cticas espec�ficas.

Estas acciones constituyen la comprobaci�n de un proceso deinstitucionalizaci�n que parece desentenderse de sus estableci-mientos jur�dico-constitucionales. Hacemos referencia a una de-pendencia institucional que adopta un car�cter cultural-identitarioque se vincula temerariamente al atributo de ÔexcepcionalidadÕadquirido por las formas universales de la violencia apuntadasm�s arriba. Su examen requiere no desatender aquellas modalida-des de indistinci�n social que es posible denominar: una culturao habitus institucional de omisi�n-elusi�n-colusi�n policial conimpunidad jur�dico-pol�tica.

Campo Grupal / 6 Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí. José Martí

EL ENMASCARADOQueridos amigos de Campo Grupal:

Hoy, como festejo de Aniversario, hedecidido sacarme la máscara. Descu-brir ante Uds. mi verdadera personali-dad. Sé que por los pasillos del "toutpsi" ya se comenta, que han lanzadoapuestas, que hay quienes afirmanposeer el secreto. No me extraña.Tantos psicodramatistas, debían ha-berlo sabido, intuido, presentido. Tan-tos acechadores de latentes segura-mente ya lo habrían pescado en suscacerías. Tantos perseguidores de in-conscientes reprimidos no podían de-jar de encontrar un lapsus que losguiara en la tarea desenmascaradora.En fin, que entre los que se sumergenen la historia buscando la escena pri-maria o entre los que en el "aquí yahora" convocan a los hados y seño-res de los entuertos, seguramente al-guno ya cree poseer el secreto del en-mascarado.A todos ellos le pregunto ¿qué vencuando me ven? ¿qué tienen cuandome poseen? ¿qué han de saber conese conocimiento? No tienen miedode que la gracia del inconsciente, elencanto de lo latente, la alegría de lamáscara se evaporen con el conoci-miento, la conciencia y la caída del te-lón. Más aún, ¿no temen que sin elmisterio perdería valor todo conoci-miento?¿¿¿Qué sería de la cordura sin el deli-rio, qué sería del tiempo sin el futuro yel azar, qué sería de nosotros sin losotros????Perseguimos con ahínco el saber,pensando siempre que está en otro la-do. Sin embargo es bueno recordarlas palabras de Platón: "Que bello te-ma de disputa nos aportas, Menón; esla teoría según la cual no se puedebuscar ni lo que se conoce ni lo queno se conoce: lo que se conoce por-que, al conocerlo, no se necesita bus-carlo, lo que no se conoce porque nisiquiera se sabe que se debe buscar".En este jardín de senderos que se bi-furcan vale la pena meditar junto alpadre de la Academia: ¿qué busca-mos con el conocimiento? y ¿quécreemos obtener?. De dónde brota lafuente que nos inspira y nos sacia, sino es de nosotros mismos.Prometí una respuesta y en cambio,he ofrecido muchas preguntas. Viejaherencia talmúdica dirán los que notengan paciencia y sigan buscandopistas, aún sabiendo que la revelaciónestá al final. Porque eso sí, amigosmíos, siempre, siempre los resultadosse exponen en la conclusión y la sal-vación sólo se entregará al final de lostiempos..."dopo il juicio universale".Nos queda entonces la intriga de sa-ber cómo se arreglará D's para juzgara Dionisio, el D's enmascarado, padredel teatro, señor de la astucia, creadorde la ilusión. Será por sí o por suspersonajes, ¿de dónde dirá Él queprovienen estos? Y, D's no lo quiera, siel innombrable es justamente aquélque la debe juzgar.En fin, amigos, no quiero distraerlosmás de los festejos, que como sabenson siempre bendecidos por la deidaddel vino, el gran enmascarado. Yo soysimplemente una de sus tantas criatu-ras y no quiero estirar más vuestraansiedad. Me despido de todos concariño, hasta el próximo encuentro.Clark Kent, el enmascarado.

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Campo Grupal / 7Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar. Ernest Hemingway

Eduardo García Dupont [email protected]

De la serie de ideas alusivas a la cura, planteadas por Freud,tales como:

¥ Hacer consciente lo inconsciente.¥ Donde Ello era, el Yo debe advenir.¥ La posibilidad de arribar al juicio adverso o de condenaci�n.¥ El proceso de per - elaboraci�n.¥ No negar la realidad, como la neurosis, pero esforzarse en

transformarla, como la psicosis en una labor sobre el mundo exte-rior.

¥ La posibilidad de sublimaci�n, en tanto destino de la pulsi�n,sin represi�n.

Y tantas otras que podr�amos citar o conjeturar, tomar� aquella re-ferida a considerar lo patognom�nico de la neurosis, como la inhi-bici�n para amar y trabajar, capacidades coartadas por fijaciones in-fantiles. Considerando la cura, como un proceso que reintegrar�aambas capacidades.

En primera instancia, me basar� en dos textos freudianos:a) ÒLa degradaci�n general de la vida er�ticaÓ.b) ÒUn trastorno de la memoria en la Acr�polisÓ.En el primer art�culo, y en lo referido al amor, considera, el maes-

tro vien�s, a esta degradaci�n: ÒgeneralÓ , (leemos estructural), co-mo consecuencia de haberse conjugado la l�gica ed�pica, manifes-t�ndose en ambos sexos, un clivaje entre la corriente tierna y la co-rriente sensual. Se produce, entonces, una disyunci�n entre enamo-ramiento y deseo: Òsi se ama no se desea, y viceversaÓ.

En el var�n, esto acarrea la dicotom�a: madre Ð puta, verificableen la ilusoria creencia masculina: Òlas mujeres son todas putas, me-nos la madre, la hermana, y la novia, luego esposaÓ. Madre Ð puta,no obstante, pertenecen al mismo complejo materno, es decir que en

el inconsciente no hay inscripci�n de vagina, sostendr� Freud, loque coincidir� con la afirmaci�n lacaniana: ÒLa Mujer no existeÓ co-mo significante universal y cultural. Por lo tanto lo femenino es unenigma para ambos sexos . A lo sumo, la mujer se inscribe en el in-consciente como puta o como madre. El problema de esta l�gica esla disyunci�n, la ÒoÓ. Esta es la raz�n estructural, por la que muy po-cos varones pueden estar con una mujer Òde puta madreÓ, como elbien decir espa�ol lo indica. Es decir que puedan estar a la altura debancarse una mujer deseante. Dicho de otra manera, soportar el de-seo de una mujer, que evoca lo enigm�tico del deseo del Otro, Òse-xoÓ.

En la mujer, sostiene Freud, esta degradaci�n se manifiesta como:Òla condici�n del secretoÓ. Es decir que necesitar�n de relacionesÒil�citasÓ, reales o fantasm�ticas, para conservar el deseo. Se tratadel clivaje entre el padre protector, heredero por transferencia de lamadre nutricia, y el amante pasional, que tan bien ilustra la pel�cu-la: ÒDo�a Flor y sus dos maridosÓ.

Otra opci�n en el var�n, es la del Òtercero excluidoÓ , opci�n en laque necesitar� de la presencia de otro hombre, que ocupe el lugar delÒmarido oficialÓ, lo que revela, al mismo tiempo, el triunfo secretosobre el padre, y, a su vez, su sostenimiento. O, en la mujer, sobretodo en ciertas modalidades de histeria, la necesidad de la presenciade Òla OtraÓ, que pueda detentar el saber sobre la feminidad, por nosoportar ocupar el lugar aquel que manifiestamente, a su vez recla-ma: el de ser la �nica, la excepcional, la exclusiva, la fuera de se-rie, y, a nivel inconsciente, rechazar ocupar el lugar del objeto cau-sa del deseo de un hombre.

En un Lacan bastante avanzado en su obra, en la misma direcci�ny obedeciendo a la misma l�gica, nos encontramos con dos afirma-ciones coincidentes con el esp�ritu freudiano:

A ) ÓEl hombre es un estrago para la mujerÓ, lo que evoca el es-trago de la relaci�n madre Ð hija, y coincide con la idea freudiana derepetici�n, en la mujer, en su relaci�n con el hombre, de su primerv�nculo con la madre.

B) ÒLa mujer es un s�ntoma para el hombreÓ, o ÒLa verdad delhombreÓ. Aqu� s�ntoma hay que leerlo en sus dos acepciones: comola cl�sica, evocando su estatuto de formaci�n de compromiso, o for-maci�n del inconsciente, conflicto, transacci�n, formaci�n sustituti-va, met�fora, padecimiento, etc. Y sinthoma, como sinthome, cuar-to nudo que anuda los registros y cumple la funci�n estabilizadora

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Campo Grupal / 8 La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede. Aldous Huxley

de uno de ÒLos Nombres del PadreÓ, detectable en el decir criollo:ÒEn casa manda la patronaÓ. Exactamente, una suerte de patr�n nor-mativizante del goce.

Notas del pentagrama amoroso, solo legibles en clave ed�pica,cual clave de Sol que regula todas las variantes. Variantes de una�nica y fundamental cuesti�n que Freud brillantemente sintetiza, enuna suerte de frase que indica una posibilidad de cura en el horizon-te, y que propongo que escuchemos en sentido gen�rico:

ÒPara que el hombre sea verdaderamente libre, y con ello digoverdaderamente feliz en su vida er�tica, tiene que vencer el horroral incestoÓ.

ÀSer� por esto, que la sabidur�a popular, una vez m�s nos ense-�a, y, como matando dos p�jaros de un tiro, escuchamos que, mu-chas prostitutas, suelen nombrar a sus ocasionales clientes de dosmaneras: Òbeb�Ó y ÒpapitoÓ?

Concluimos, que si bien la l�gica ed�pica nos constituye; nos di-ficulta e inhibe en la posibilidad de amar.

En el plano de la inhibici�n laboral, y con ello no s�lo leemos es-tar empleado y asalariado, sino, y fundamentalmente, disfrutar conel trabajo y la producci�n, como dijera en uno de sus recitados Fa-cundo Cabral: Òel que no trabaja en lo que ama es un desocupa-doÓ; el texto que puede ayudarnos, es el segundo: ÒUn trastorno dela memoria en la Acr�polisÓ.

All� relata Freud sus dificultades para realizar un viaje a Atenas,viaje muy a�orado por su padre, y que jam�s pudo efectuar. Conclu-yendo, en una suerte de ejercicio de autoan�lisis, aunque all� siem-pre est� en juego la dimensi�n del Otro, (en este caso se trata de unacarta dirigida a Romain Rollan), decimos, lo dif�cil que resulta irÒm�s all� de los l�mites del padreÓ, planteando que all�, en la posi-bilidad de ir a ese Òm�s all�Ó, se encuentra la clave del �xito perso-nal.

Recordemos que Lacan nos plantea que lo que se hereda de unpadre son sus pecados, sus faltas, agregamos, y con ellas cargamoscual nuestra cruz.

Entonces, en lo referido a ambas inhibiciones, dos f�rmulas freu-dianas, como esperanza de cura en el horizonte:

A) En el plano del amor: ÒVencer el horror al incestoÓ.B) En el plano del �xito, leemos, laboral, profesional, etc�tera: ÒIr

m�s all� de los l�mites del padreÓ.En este sentido escuchemos la siguiente estrofa del poeta Silvio

Rodr�guez, en ÒPeque�a serenata diurnaÓSoy feliz, soy un hombre felizy quiero que me perdonenpor este d�alos muertos de mi felicidad.

En la direcci�n de lo que venimos desarrollando, Colette Soler enaqu�l seminario titulado ÒFinales de an�lisisÓ, sostuvo que la neuro-sis es una enfermedad de la demanda y del saber. El neur�tico le de-manda amor al Otro para ser, y le supone al Otro el saber. Propo-niendo diferenciar lo incurable de la divisi�n subjetiva de la cura dela neurosis.

Para pensar esta cuesti�n, me valdr� de las operaciones de aliena-ci�n y separaci�n de la ense�anza de Lacan, que plantea en el Se-minario: ÒLos cuatro conceptos fundamentales del Psicoan�lisisÓ y

en el escrito: ÒPosici�n del InconscienteÓ. La alienaci�n es entre el ser o el sentido, produci�ndose en la neu-

rosis, una elecci�n forzada hacia el sentido, padeciendo de falta enser, y en la psicosis, al no consolidarse la operaci�n de alienaci�n,se establece una direcci�n hacia el ser, un ser petrificado, y padecede insensatez. En el Seminario: ÒL�gica del fantasmaÓ, Lacan pro-pone un cuadr�ngulo que nos permite situar el movimiento de laoperaci�n de alienaci�n. All� las opciones se establecer�n en t�rmi-nos de: o no pienso o no soy. La elecci�n forzada ser� hacia el nopienso donde se sit�a el Ello freudiano, y el objeto ÒaÓ lacaniano ensu estatuto de plus de goce. Mediante la operaci�n verdad y la trans-ferencia, habr� un segundo movimiento hacia el no soy, donde se si-t�a el inconsciente freudiano, y el objeto ÒaÓ lacaniano operandocomo Ò- j Ò, es decir: falta y causa.

Por lo tanto, el primer movimiento de la alienaci�n supone elefecto de falta del sujeto, fading, af�nisis. Alienaci�n al significan-te binario ca�do bajo la represi�n primaria. Es decir que la aliena-ci�n ser� al S2, al sentido. Para suplir este efecto de falta, el sujetose identifica con el objeto causa del deseo del Otro; otorg�ndole es-ta posici�n un pseudo self, para Lacan, siempre el self es falso, yaque su consistencia es la de este objeto postizo, con el que se iden-tifica el sujeto, para sostener, al mismo tiempo al Otro.

Como advertir�n, estamos pensando en la operaci�n de alienaci�ny su relaci�n con la constituci�n del fantasma.

Bien, si articulamos ahora esta operaci�n de alienaci�n, con lostemas que venimos trabajando, entendemos de manera l�gica y pre-cisa lo que Freud quiso decir al situar la causa de las inhibiciones enel plano del amor y en el plano laboral en Òfijaciones infantilesÓ.M�s all� de la l�gica ed�pica, m�s all� del padre, HAY EL LEN-GUAJE. Entonces, las Ófijaciones infantilesÓ coinciden con la ope-raci�n de alienaci�n, constitutiva de todo sujeto neur�tico, y es laque provoca la inhibici�n en ambas capacidades.

A) En el amor: el sujeto al estar identificado al objeto causa deldeseo del Otro, en realidad est� mas sometido a las vicisitudes de lademanda de amor al Otro para ser, que a la posibilidad de amar. Es-to nos evoca la afirmaci�n lacaniana: el amor es contingenteÓ, agre-gamos: el problema es que el neur�tico pretende hacerlo necesario.

B) En el plano del trabajo con satisfacci�n: a su vez, el sujeto alestar alienado al sentido, le supone al Otro el saber. El Otro es el queilusoriamente tendr� el significante que le falta para restituirle el ser.Lo que estructuralmente lo hace apto para un an�lisis, y por ende,para el funcionamiento en el dispositivo, del Sujeto Supuesto Saber,pero lo inhibe para la producci�n, la creaci�n, y mas all�, la inven-ci�n, ya que el Otro es el que sabe.

Para concluir, y recogiendo el guante que Freud nos legara, con-sidero que devolver, (y a esta altura podr�amos reemplazar el signi-ficante devolver por el de adquirir), la capacidad de amar y trabajar,estar� relacionado con la operaci�n de separaci�n, segundo paso l�-gico de una cura anal�tica. Ya que estos pasos l�gicos constitutivosde la subjetividad, se reeditan en el devenir de un an�lisis, lo quecoincide con la afirmaci�n freudiana que concibe al mismo, comouna suerte de Òsegundo nacimientoÓ.

Dijimos que el primer paso l�gico es el de Falta del sujeto, soli-dario a la operaci�n de alienaci�n; el segundo ser� el de P�rdida del

Devenir, producción y deseo(Texto de presentación del Encuen-tro de Psicodrama, Grupos e Insti-tuciones que organizó el CISEG losdías 22 y 23 de junio)

Silvia Schverdfinger, Daniel [email protected]

Hace tres décadas, dos actos éti-cos- políticos, produjeron un tajoen el cielo de las significaciones yrepresentaciones hegemónicas enel campo psi. Un viento nuevo ba-rrió las superficies haciendo tam-balear los cuerpos y el verbo esta-blecido.En años en que lo social latía de-seante de nuevos horizontes y lasinstituciones parecían no podercontener las pasiones que se mul-tiplicaban, deviniendo estudiantesen el mayo Parisino, obreros en elCordobazo, edipos estallados enlos divanes, el Manifiesto presen-tado por el Grupo Latinoamerica-no de Psicodrama en el Congresode Amsterdam y la ruptura con lainstitución hegemónica del psicoa-nálisis del Grupo Plataforma,abrieron la producción de otrosposibles.Otros posibles, que por posible,es algo indeterminado, un tantodeterminable, un tanto azaroso,algo probable.Este juego entre la determinabili-dad y la probabilidad nos haceresponsables. Responsables decómo construimos condiciones deprobabilidades, de cómo produci-mos las condiciones para la inven-ción.Hoy los malestares de esta cultura, o son acallados, o son presenta-dos opacados por el discurso ins-tituído, intentando suavizar el ma-lestar e incomodidad que su pre-sencia produce. Presencia que seescucha entre rumores, se percibeen el clima, se siente en los cuer-pos, pero que a la hora de nom-brarlo se lo encubre en articulacio-nes significantes que posibilitansentidos fácilmente sobrecodifica-bles por el “aparato” institucionaltécnico-político, posibilitando surecuperación en el corpus científi-co oficial.¿Como fugarnos y hacer fugar deesos territorios condicionantes pa-ra la antiproducción?Fugarse no siempre significa huirdel territorio, sino quizás todo locontrario, transitarlo de múltiples einnovadoras maneras. Deshacerloen recorridos impensados para losque intentan determinar nuestratrayectoria para capturarnos en elpunto calculado. Tal vez haya que apostar en laconstrucción de microterritoriosproductores de subjetividad.Microterritorios donde se puedandesinvisilizar los procesos de cap-tura en las significaciones hege-mónicas, la desnaturalización delos procesos de violencia y deshu-manización, la invención de otrossentidos, la posibilidad de poten-ciar creativamente.El Centro de Psicodrama Psicoa-nàlitico Grupal, coordinado porEduardo Pavlovsky propone el En-cuentro de Psicodrama, Grupo eInstituciones como una invitación,una apuesta, a la producción en-tre todos los que cotidianamenteimaginan y laboran otros posibles.

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Campo Grupal / 9Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados. Alejo Carpentier

sujeto como objeto causa del deseo del Otro. P�rdida que implicar�una decisi�n �tica de la que solo cada qui�n ser� responsable, adqui-riendo el grado de libertad posible al que conduce el trabajo anal�ti-co y que Lacan formula en los siguientes t�rminos: ÒSI el sujetoquiere lo que se deseaÓ. Si �ste, elige perderse del lugar de objetocausa del deseo del Otro, tenemos dos consecuencias: descompletala ilusoria consistencia del Otro, y le trastabilla el pseudo ser, pro-ceso no sin el atravesamiento de lo que propongo considerar comola m�s radical angustia y tal vez el m�s desolador desamparo, queevoca aquel hilflosigkeit, (desamparo originario) que mencionaraFreud. Solo all�, y como consecuencia de esta operaci�n de separa-ci�n se arribar� al tercer paso l�gico: la Causa del deseo: pasandopor fin, el sujeto de la posici�n de amado, (demanda de amor), aamante, (posibilidad de amar), contingentemente. Pasando tambi�nde suponerle al Otro el saber, a la destituci�n subjetiva, la creaci�n,y m�s all�, por qu� no, la invenci�n.

Pasando de la alienaci�n al sentido, a la separaci�n, y a la liber-tad del sin sentido. Como escribiera Homero Exp�sito en el estribi-llo de su tango ÒNaranjo en FlorÓ, que podemos escuchar, tal vez,como met�fora del recorrido de un an�lisis:

Primero hay que saber sufrirdespu�s amar,despu�s partir,al fin andar sin pensamientos.

Estos pasos l�gicos: Falta, P�rdida y Causa, fueron excelente-mente desarrollados por Diana Rabinovich, en su libro: El deseo delanalista. Determinaci�n y libertad.

Por �ltimo quiero vaciar de todo prop�sito Ideal ambas cuestio-nes, ya que no se trata de la banalidad de que el sujeto por fin dis-frute con un trabajo que se adapte a una propuesta neo - liberal deproducci�n, ni que forme una familia feliz. Una suerte de ÒyupieÓcon futuro promisorio para formar una familia ÒIngalsÓ , a la mane-ra del American way of life. Es decir un sujeto Òf�licoÓ por excelen-cia, pero tambi�n Ògenital y maduramente adaptadoÓ. Me pareceque una vez m�s, podemos percibir la sabidur�a freudiana, desple-gando con su habitual precisi�n, los puntos de alienaci�n de la neu-rosis, que despu�s de todo tan bien resumi� en su frase axiom�tica:ÒDonde Ello era, el Yo debe advenirÓ, y que dividi� en dos aguasla teor�a y sus consecuencias cl�nicas. Por un lado la cl�nica ameri-cana: la ego psicology, con su supuesto fortalecimiento del Yo a loÒRamboÓ o ÒTerminatorÓ , y por otro, la cl�nica lacaniana, con lapropuesta de modificar el concepto de Yo por el de sujeto: ÒD�ndeEllo era, el sujeto debe advenirÓ. Operaci�n inversa ya que el Yo ad-viene por identificaci�n, es decir por su - gesti�n, la gesti�n del te-rapeuta, sham�n, hipnotizador; y el sujeto adviene por confronta-ci�n con la castraci�n.

M�s all� de todo ideal, es mucho si logramos que d�nde Ello era,el deseo del Otro, y el sujeto como objeto, sosteni�ndolo, rebajandoel deseo a la demanda, advenga un sujeto que pueda elegir, y tal vez,operaci�n de separaci�n mediante, pueda devenir amante, es decirni m�s ni menos que deseante, mas all� de los derroteros y horizon-tes del deseo de cada qui�n.

Quiero finalizar con algunas breves citas del libro de Colette So-ler: ÒLa maldici�n del sexoÓ, en el que efect�a un excelente diag-

n�stico de la situaci�n actual, y cierta esperanza advertida, en elporvenir:

ÒMi tesis es que ya no tenemos mitos del amor. Los amores m�ti-cos, paradigm�ticos, que se produjeron en el pasado, est�n muertospara nosotros. Ya no tenemos el amor homosexual a la antigua ...,una forma, una figura que une al hombre maduro y al adolescente,en una relaci�n que es tambi�n educativa, pedag�gica, inici�tica.Ya no tenemos el amor cort�s, esa gran invenci�n de la literatura deuna �poca. Y si hay algo que se produce en una escena, es sin dudael amor cort�s. Ya no tenemos el amor precioso, de las preciosasdel siglo XVII, que es seguramente una variante, un eco lejano delamor cort�s; el punto com�n es que ambos juegan con el aplaza-miento del encuentro al final ... Del amor divino, tampoco hablamosm�s. Sigue habiendo creyentes, pero ya no los tenemos tampoco ensus formas paradigm�ticas de los siglos pasados, cuando pod�anmotivar la afrenta de tantas vidas. Y ya no tenemos el amor glorio-so de los cl�sicos.Ó

Ò ... ya no tenemos paradigma del Ideal del amor, ni del Ideal delOtro. Y sin embargo a�n tenemos amores, en plural, y mi diagn�s-tico es �ste: tenemos amores sin modelos. Amores sin modelos, al-go nuevo en la historia. Todas las parcelas de historia estudiadasten�an sus modelosÓ.

ÒNosotros ya no tenemos modelos del amor, y puede pensarse quetal vez sea algo afortunado, porque podremos inventarlos, caso porcaso. Los amores sin modelos son amores a merced de los encuen-trosÓ ... Òel amor est� ahora a merced del azarÓ.

El prop�sito de este trabajo, y en consonancia con este diagn�sti-co, es el de pensar las condiciones para la producci�n de esos en-cuentros, para que no s�lo queden librados al azar, sin desconocerel estatuto contingente de todo encuentro.

Y en lo referido a disfrutar con el trabajo, la creaci�n y la inven-ci�n, la posibilidad de cierto corrimiento de la mas generalizada de-presi�n que habita a los pa�ses sub - desarrollados, porque si la rea-lidad es el fantasma, posiblemente pueda cumplirse la creencia de-sesperanzada de imposibilidad de acci�n.

Recuerdo aqu� un di�logo Zen entre un maestro y su disc�pulo:Disc�pulo: -Maestro, Àusted cree en la suerte?.Maestro: -La creo.Una vez m�s propongo finalizar con los poetas, que, con tanta be-

lleza condensan lo que intentamos te�ricamente mostrar y demos-trar. Escuchemos en estas estrofas la relaci�n entre el vencimientodel horror al incesto, la castraci�n, la libertad, la entrega, la muerte,y por fin la posibilidad de permitirnos algo m�s que solo durar: vi-vir.

La peque�a muerteNo nos da risa el amor cuando llega a lo m�s hondo de su viaje,

a lo mas alto de su vuelo: en lo m�s hondo, en lo mas alto, nosarranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubilosodolor, lo que pens�ndolo bien nada tiene de raro, porque nacer esuna alegr�a que duele. Peque�a muerte, llaman en Francia a laculminaci�n del abrazo, que rompi�ndonos nos junta y perdi�ndo-nos nos encuentra y acab�ndonos nos empieza. Peque�a muerte, lallaman; pero grande, muy grande ha de ser, si mat�ndonos nos na-ce. Eduardo Galeano

Psicodramay mar defondoAdriana Piterbarg

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“El Norte también existe...” habrán pen-sado los portugueses, quizás por eso lacomisión organizadora del III CongresoIberoamericano de Psicodrama eligiócomo sede a Póvoa do Varzim, unaciudad bien al Norte de Portugal, cercade Porto (Oporto). Me gustó que nofuera ni la Capital, ni siquiera una ciu-dad de las más importantes el punto deencuentro. Una ciudad balnearia, pare-cida a una Mar del Plata de allá y en-tonces, una ciudad antigua, descolori-da, casi sin plantas ni estridencias, sincarteles luminosos ni apurones. La ciu-dad se nos abrió amplia, tranquila ycon un mar de fondo. Un mar que nosacompañaba asomándose impetuosopor los ventanales de la Sala Panorá-mica, filtrando su canción en los mo-mentos de silencio. Psicodrama y marde fondo... Creo que al trabajar en Psi-codrama siempre tenemos un mar defondo: podemos bucear en las profundi-dades o simplemente refrescarnos enla orilla, pero en el escenario siemprehay un “mar de fondo”donde la escenaes sólo la cresta de la ola, ola que consu movimiento genera otras olas...quecon su movimiento... Póvoa do Varzim desplegó su aire ma-rino y allí llegamos, más allá o más acáde las sutilezas idiomáticas encontrán-donos en el “como si” de lo real y en loreal del “como si”. ¿Qué hicimos en esos cuatro días? Pensar en acción, espolvorear técni-cas, encender miradas, críticas y aplau-sos, encerrar secretos en un globo,descubrir entre tantos un doble, acumu-lar abrazos, armar fuentes con papelesrotos... Si me dan a elegir, algo que traje deeste Congreso fue el descubrir en laEscuela Venezolana un modo de abor-dar el Psicodrama de manera tan desa-cartonada como profunda.Portugal nos obsequió un mar de fon-do, días frescos, sopa caliente al me-diodía, y sobre todo una cálida disposi-ción de los dueños de casa. En un mo-mento me acerqué a una de las inte-grantes de la comisión organizadorapara preguntarle cuantos eran trabajan-do, la sensación era que todo funciona-ba tan, pero tan bien que debían ser unmontón. Me contestó: “Somos pocospero con muchas ganas”. Las muchasganas también estuvieron en los mu-chos argentinos que viajamos hasta elNorte portugués con las valijas repletasde variados trabajos. Para contar bre-vemente algo de lo que llevamos, enuna suerte de “Zapping dramático” (La-colla), diría que: intentamos transitar“Los diferentes espacios-tiempos delPsicodrama” (Albizuri de García), cons-truyendo “Puentes entre la escena y elcuerpo” (Buchbinder), para “Recuperarriquezas y carencias” (Brusca), transi-tando “De la desesperanza a la espe-ranza” (Bitman – Gross), buscando la“Construcción de la memoria colectiva”(Garavelli). Para eso “Trabajamos contíteres” (Fernández – Waisman) entre“El duende, la bruja y el hombre de pa-lo” (Wenk). Nos conectamos haciendo“Psicodrama Online” (Lapetina – Zuret-ti) y aplicamos las “2001 técnicas paraabrir el juego de la producción grupal”(De Luca – Piterbarg) Y si de abrir el juego se trata... el juegoquedó abierto para el 2003, ya que Ar-gentina podría ser la sede del IV Ibe-roamericano. Es cierto que vivimos untiempo de urgencias, plagado de incer-tidumbres, infectado de malestares co-lectivos...y sino “Aquel que esté libre deconflictos que preste la primer escena”,pero justamente el Psicodrama es unaherramienta privilegiada para convertirlo imposible en problemático. Quizás elpensar el Iberoamericano en suelo ar-gentino permita entrecruzar algunos ca-minos, saliendo de las islas que impo-nen la diversidad de líneas teóricas pa-ra encontrarnos en un accionar común.Un Congreso Internacional brinda laocasión de demorarse en obviedades ymirar más allá de las propias narices, Encontrándose con otros modos de uti-lizar la misma herramienta,

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Oscar González [email protected]

En el cap�tulo II de ÒEl Malestar en laCulturaÓ, Freud (1930) sostiene que loque rige la conducta del hombre es el

principio del placer. Pero as� como la b�s-queda del placer es perentoria, la aparici�ndel displacer es inevitable. Hay tres fuentesdel displacer, del sufrimiento: una es la natu-raleza, que nunca podr� ser dominada del to-do. Otra es el cuerpo, condenado como diceFreud a la ruina y la disoluci�n, con un des-tino inexorable en tanto organismo vivo. Latercera es el mundo exterior en general, y lasotras personas en particular, sobre todo lassignificativas. Desde ya que cada una deellas son a la vez fuentes de placer, y de losm�s intensos, pero es imposible que no pro-voquen frustraci�n o dolor.

Pero tambi�n hay diferentes formas deprotegerse del displacer, diferentes tipos decalmantes, como los llama Freud. Los cal-mantes son de tres tipos, aunque luego losdespliega en varios m�s. En primer lugar po-derosas distracciones (como la TV, o Inter-net); en segundo lugar satisfacciones sustitu-tivas (el arte, el deporte), y en tercer lugar lassustancias embriagadoras. Es interesanteanotar que alrededor de los tres medios sehan montado verdaderas industrias que mue-ven enormes cantidades de dinero, y que soninevitablemente fuentes de poder : la indus-tria del ocio, los medios masivos de comuni-caci�n, el deporte profesional, y tambi�n lasdrogas (legales o no). Igualmente las tres sonde efecto temporario, y llega un momento enque retorna aquello que se hab�a pretendidoeliminar o evitar. As� sucede con el consu-mo de drogas estimulantes, como la coca�na,en donde hay un primer momento donde elefecto es euforizante y luego viene lo que losadictos denominan el baj�n, en donde sereencuentran con el malestar (estados de te-rror y vac�o, en general) que hab�an tratadode eliminar mediante la ingesta.

As� como Goffman hablaba de la Òcarreradel enfermo mentalÓ para referirse a los pa-cientes internados en instituciones psiqui�-tricas, podr�amos hoy hablar de la Òcarreradel adictoÓ, al menos de los adictos a la in-gesta. De acuerdo a investigaciones realiza-das en nuestro pa�s (M�guez, 1998) sobreconsumo de coca�na, en los sectores socialesbajos parece haber un itinerario que incluyetres etapas:

a) La primera sustancia ingerida es el alco-hol, muchas veces asociada con la aspiraci�nde pegamentos. El abuso de alcohol se insta-la en la adolescencia temprana, a veces an-tes, y tiene tambi�n el sentido de un refuerzoa la pertenencia a un grupo. Este dato es sig-nificativo porque entre los casos investiga-dos no se encontr� ninguno que hubiera lle-gado al uso de sustancias inyectables sin ha-ber pasado primero por el abuso alcoh�lico.

b) Mezcla de alcohol, pegamentos, psico-f�rmacos, con sustancias ilegales como lamarihuana y la coca�na (aspirada). Dentro deeste c�ctel termina predominando la coca�-na. Este hecho se combina con un importan-te mercado ilegal, que en zonas pobres pue-de ser una de las escasas fuentes de ingresos,lo que origina una red local de consumidoresy vendedores.

c) El uso de drogas intravenosas marca uncambio definitivo, casi sin retorno, motivadopor la urgencia de tener sensaciones cadavez m�s fuertes, el llamado flash.

Llegados a este punto, el resto de las dro-gas que consumen tienen la finalidad de con-trolar los efectos de la inyecci�n o paliar sufalta . Entre los efectos se destacan dos : una

urgencia incontenible (ÒmanijaÓ), y una de-presi�n catastr�fica (Òbaj�nÓ), que empujana una nueva ingesta en un circuito sin fin.

Con respecto al consumo de pegamentos,en una investigaci�n hecha en el HospitalPosadas (Lancelotti) sobre 83 chicos con unaedad promedio de 13 a�os, se lleg� a las si-guientes conclusiones :

-Sustancias m�s utilizadas : pegas, cemen-tos, ablandadores de pinturas y lacas, solven-tes, aerosoles.

- M�todo de consumo: inhalaci�n.- Efecto inmediato: hilaridad, euforia, ilu-

si�n de calor, ebriedad, alucinaciones (nomuy frecuentes).

- S�ntomas agudos: ojos enrojecidos porinfecci�n, marcha tambaleante, pegamentoadherido a los labios quemados y alucinacio-nes liliputienses (ver peque�as a las perso-nas).

- Efectos cr�nicos: alteraciones de m�dula�sea, hepatitis t�xica, insuficiencia renal,destrucci�n muscular, y otros da�os morta-les.

- Test de Bender: en el 98 por ciento de loscasos se registra marcada inmadurez y signi-ficativos �ndices de disfunci�n cerebral.

En lo que hace a la composici�n familiar,se encontraron promiscuidad, cohabitaci�n,colecho, actos delictivos, abortos y muerte.En el 50 por ciento de los casos el padre bio-l�gico estaba ausente del hogar, en el 95 porciento son m�s de 4 hermanos, y el 81 porciento tuvo fugas del hogar.

El criterio que rige la ingesta es la altera-ci�n interna, y no la acci�n espec�fica que re-clama investidura del mundo externo. Perociertas pulsiones, seg�n Freud, se rigensiempre por el criterio de la alteraci�n inter-na : la pulsi�n de dormir, la de sanar, y la derespirar; las tres forman parte de Eros, y enparticular de la autoconservaci�n. Y las tresquedan trastornadas en la ingesta : el dormirqueda sustitu�do por un estado duradero desopor, en la inhalaci�n no se respira aire si-no polvo, y la tendencia a sanar se degradaen necesidad de estar enfermo.

La fijaci�n a un trauma de estas caracter�s-ticas marca el triunfo de la pulsi�n de muer-te sobre la autoconservaci�n, y genera efec-tos sobre el universo libidinal, que pierde sucapacidad de vincularse con un exterior sig-nificativo. Freud distingu�a dos tipos de trau-ma, uno por ruptura violenta de la coraza deprotecci�n antiest�mulo y otro por acumula-ci�n, y ciertas situaciones sociales (desocu-paci�n, exclusi�n ) combinan ambos tipos detraumas.

Estamos, as�, ante la cl�nica de la pulsi�nde muerte.

Intoxicaci�n

Luego sostiene: Òempero, los m�todos m�sinteresantes de precaver el sufrimiento sonlos que procuran influir sobre el propio orga-nismo. Es que al fin todo sufrimiento es s�losensaci�n, no subsiste sino mientras lo senti-mos, y s�lo lo sentimos a consecuencia deciertos dispositivos de nuestro organismo.ÓSi el displacer es una sensaci�n, y la sensa-ci�n es un producto de nuestro organismo, sepuede tratar de afectar el cuerpo , en especialel aparato sensorial, para no tener registro delo desagradable; �sta es la v�a de los psico-f�rmacos, y de toda ingesta o consumo desustancias qu�micas (tabaco, alcohol, etc.).El problema aqu� es que la angustia, el dolor,el p�nico, son sentimientos aut�nticos, y du-raderos, mientras que el bienestar de la in-gesta es ficticio, y precario.

Volviendo al texto de Freud : ÒEl m�todom�s tosco, pero tambi�n el m�s eficaz, para

obtener ese influjo es el qu�mico: la intoxica-ci�nÓ. Inmediatamente, reconoce que el me-canismo de las sustancias qu�micas no ha si-do entendido correctamente,(escribe esto en1930) pero de lo que no cabe duda es de quela presencia en la sangre y los tejidos de esassustancias procura sensaciones directamenteplacenteras. Al mismo tiempo alteran lascondiciones de la vida sensitiva y vuelven ala persona incapaz de recibir mociones dedisplacer. Ambos efectos son simult�neos yest�n estrechamente ligados entre s�Ó. Luegoplantea una vez m�s su vieja idea de que tie-ne que haber sustancias de nuestro propioquimismo que provocan estados parecidos,cita como ejemplo al estado de la man�a, y selamenta Òque este aspecto t�xico de los pro-cesos an�micos haya escapado hasta ahora ala investigaci�n cient�ficaÓ.

T�xica es la pulsi�n cuando no puede serligada con representaciones, o descargadacon una aci�n adecuada, espec�fica. DiceFreud (1926,d) :

ÒEn el nexo con la situaci�n traum�tica,frente a la cual uno est� desvalido, coincidenpeligro interno y externo, peligro realista yexigencia pulsional. Sea que el yo vivencieen un caso un dolor que no cesa, en otro unaestasis de necesidad que no puede hallar sa-tisfacci�n, la situaci�n econ�mica es, en am-bos, la misma, y el desvalimiento motor en-cuentra su expresi�n en el desvalimiento ps�-quicoÓ.

El desvalimiento ante la realidad generaun dolor que no cesa, ante la exigencia pul-sional una estasis de la necesidad, y uno en-v�a al otro. La inermidad, el desvalimiento,se vuelven traum�ticos, y el yo queda anega-do por est�mulos improcesables, de car�ctermec�nico. Si esta ensambladura ps�quica secronifica, o se vuelve dominante, esa impo-sibilidad de transmudar lo cuantitativo encualitativo no deja surgir el matiz afectivo, yperturba la constituci�n de la conciencia ori-ginaria y del yo real primitivo. Este procesose sostiene en un elemento vincular : la au-sencia de interlocutores emp�ticos, de uncontexto tierno, que lo haga sentirse vivo ysignificativo, deseado.

En su estado m�s puro, la toxicidad se pre-senta como letargo, abulia ps�quica, comouna agon�a infinita. El afecto dominante esun p�nico hipocondr�aco (variedad de la an-gustia autom�tica) mudo, sin destinatario,que en las adicciones se combina con un au-toerotismo tambi�n t�xico; el goce org�nico,intraorg�nico, potencia el p�nico y aumentala inermidad del yo. La ausencia de destina-tario, en parte real y en parte producto delproceso pat�geno, instala la convicci�n deque no hay escucha, de que no hay lugar enel mundo.

El yo, enfrentado a peligros que lo desbor-dan, abandonado por todos los poderes pro-tectores, se entrega y se deja morir. Este de-jarse morir, que condensa el sadismo del su-pery� con la acci�n de la pulsi�n de muertemuda y vuelta hacia adentro, se cumple pordos procesos:

a) la fijaci�n a un objeto violento, desesti-mante del sujeto, representante del objetooriginario y del supery� s�dico, que empujapermanentemente a la repetici�n del trauma.Si no logra defenderse queda avasallado, yuna alternativa a la destrucci�n final es hun-dirse en un estado de sopor.

b) la oposici�n a Eros y a sus representan-tes, incluyendo aqu� proyectos, sue�os, de-seos, la posibilidad de pensar, y hasta la pro-pia conciencia. Este ataque es activo, no so-lo entrega pasiva, e incluye la alteraci�n dela autoconservaci�n. La necesidad de estarenfermo combina la culpa inconciente con el

trastorno de la conservaci�n de s�, y se mani-fiesta en que Òno persiguen otra cosa que da-�arse y destruirse a s� mismosÓ (Freud, 1940a).

M�s a�n, anota que el efecto de las sustan-cias embriagadoras es apreciado y valoradono solamente por personas individuales, sinotambi�n por pueblos enteros, y podr�amosagregar tambi�n por grupos o clases socia-les, con lo cual volvemos a ubicarnos en elterreno de la psicolog�a de las masas. Seg�ndatos de los diarios, con el 5% de la pobla-ci�n mundial en los Estados Unidos se con-sume el 50% de la droga del mercado mun-dial, y un tercio de la coca�na, y registran unsensible aumento del consumo de drogas pe-sadas en la edad que va de los doce a losquince a�os: empiezan a consumir antes,drogas m�s pesadas y en mayor cantidad.Adem�s Ògasta cada dos a�os, s�lo en mari-huana, el total de la deuda externa argenti-naÓ. (Frontera).

Pero a la vez hay que tener en cuenta queel narcotr�fico produce ganancias que se cal-culan entre trescientos cincuenta mil y qui-nientos mil millones de d�lares anuales, y lamitad de ese dinero se lava en el sistemabancario norteamericano.

Veamos algunos datos de nuestro pa�s.(Clar�n, 8-5-96) :

ÒUn informe de la Secretar�a de Preven-ci�n y Asistencia a las Adicciones de la Pro-vincia de Buenos Aires sostiene que la ventade ansiol�ticos en el terreno bonaerense au-ment� un 2.500 por ciento con relaci�n a1970. El mismo estudio se�ala que durante1995 se vendieron alrededor de 20 millonesde unidades (cajas) de ansiol�ticos, mien-tras que en 1970 esta cifra era de 750 mil.

Un tercer dato alarmante es que dos de ca-da tres bonaerenses mantienen alg�n tipode contacto con psicof�rmacos, particular-mente con tranquilizantes, de los que se ela-boran 1.200.000 recetas por mes...

El doctor Mario Castelli, presidente de laConfederaci�n Farmac�utica Argentina, tie-ne datos precisos: < Anualmente se vendenen la Argentina 450 millones de unidades demedicamentos, de los cuales el 15 por ciento

Campo Grupal / 10 En la naturaleza están todos los estilos futuros.Rodin

El consumo de drogas como problema psicosocial

Los quitapenas

Page 11: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

Campo Grupal / 11Cuando en una organización todos piensan lo mismo es porque nadie piensa. Arnoldo Hax

son psicof�rmacos. Y la provincia de Bue-nos Aires representa el 40 por ciento delmercado del pa�s>Ó. (Subrayados del dia-rio).

Las cifras son impactantes. El 15 por cien-to de 450 millones son m�s de 67 millonesde cajas de psicof�rmacos consumidosanualmente, lo que habla de un alto nivel depsiquiatrizaci�n encubierta, y de un muyfuerte malestar cultural. Es que el aumentodesmesurado del consumo en esos a�os de-be ligarse con los acontecimientos vividosen el pa�s : la dictadura primero, Malvinas,la hiperinflaci�n, y finalmente la pol�tica deajuste y desocupaci�n de esta d�cada.

Se conjugan as� tres factores diferentes: lanecesidad de ahogar un malestar social queno puede ser resuelto por otros medios, laideolog�a de la corporaci�n m�dica, y los in-tereses de los grandes laboratorios.

Frente a un adicto, uno como analista sepregunta por su psicopatolog�a, individual yfamiliar, pero en el encuentro con estos da-tos estad�sticos surgen otras preguntas, refe-ridas al orden social y sus determinantes.

Conclusi�n

Sintetizando, tal vez en demas�a, podemosplantear que uno de los n�cleos patogen�ti-cos en estas estructuras lo constituye la per-petuaci�n del trauma de ser desestimadospor otros, por la v�a de la autoinmolaci�n, dela entrega del propio cuerpo. Pero hay queconsiderar que el otro no es s�lo el incon-

ciente, o las figu-ras primordiales,sino que tambi�nhay un otro socialque con su acci�nproduce efectosen los sujetos : lasociedad, la cul-tura, las clases so-ciales, las institu-ciones, son pro-ductoras de sub-jetividad.

El aumento delconsumo de dro-gas, de alcohol,de psicof�rmacos,la violencia fami-liar y el maltratoinfantil, los acci-dentes de autos ylas enfermedadescard�acas (las dosprincipales cau-sas de muerte enel medio urbano,junto con el c�n-cer), son indica-dores de la pro-fundidad del ma-lestar en nuestracultura actual. SiFreud en 1930 to-maba como s�nto-

ma del malestar la hostilidad de los sujetoscontra la cultura, la realidad de fin de siglonos impone otros objetos de reflexi�n. Cabepreguntarse por la magnitud de las conduc-tas autodestructivas, por la difusi�n de unanecesidad imperiosa de cortar camino y pre-cipitarse en manos de los Òalabarderos de lamuerteÓ, por sus determinantes inter y tran-subjetivos.

La desestimaci�n del sentir, por ej. a tra-v�s de la ingesta, es el correlato de sentirsedesestimado de la mente ajena, o de un uni-verso simb�lico. Pero la pol�tica econ�micadominante, a nivel nacional y mundial, losllamados procesos de globalizaci�n y ajuste,se llevan a cabo sobre la exclusi�n radical deamplios sectores de la poblaci�n, que sonabandonados a su suerte. La ca�da del Òesta-do benefactorÓ, o sea la eliminaci�n de pla-nes de asistencia social y salud p�blica, esuna de las v�as m�s eficaces para lograr elobjetivo de redistribuir el ingreso en benefi-cio de las minor�as. Igualmente, el mediom�s directo de lograrlo es la expulsi�n defuerza de trabajo del mercado laboral, quesalvo excepciones tiene escasas o nulas po-sibilidades de reinserci�n..

La p�rdida del trabajo en estas condicio-nes es traum�tica, y la amenaza de perderloes stressante; los efectos los vemos luego enlos hospitales, donde abundan los casos dedescompensaci�n card�aca, accidentes cere-brovasculares o depresiones ab�licas, conesos factores como desencadenantes.

El sistema social hace una desestimaci�npsic�tica, los expulsa del mundo, y respon-den con una desestimaci�n del sentir; el psi-c�tico tiene un mecanismo b�sico, repudiaruna realidad intolerable, y hoy son muchoslos que forman parte de una realidad aboli-da. Ahora m�s que nunca, un sujeto es unamercanc�a, puro n�mero en una estad�stica omero productor de ganancia para otros; lom�s parad�jico de esta d�cada que terminaes que la ganancia ya no se extrae s�lo deltrabajo ajeno, sino tambi�n de su elimina-ci�n.

La insensibilidad, la falta de Òempat�aÓ, t�-pica de las familias en estos cuadros, es pro-piedad simult�nea de un sistema, de un Es-tado, que a trav�s de pol�ticas directas gene-ra una vida deshumanizada y una culturaque la justifica.

En este sentido Claude Olivienstein sos-tiene lo siguiente: ÒLas drogas tienen siem-pre un origen econ�mico y social importan-te, pero en la Argentina tienen a su vez unvalor muy particular: aqu� el retorno de loreprimido, lo que concierne al r�gimen mili-tar y la relaci�n con la angustia de muerte esmuy visible para alguien que viene del ex-tranjero. La gente aqu� est� angustiada y larespuesta a esto se da a trav�s de la utiliza-ci�n de drogas. Por algo el t�xico de mayorconsumo en la Argentina es la coca�na, unasustancia con un efecto positivo inmediatoque otorga el poder de S�perman y concedela ilusi�n de vencer los problemas; aunquem�s tarde sobrevienen las depresiones indi-viduales que responden de alguna manera ala depresi�n colectivaÓ.

Estas articulaciones entre procesos indivi-duales, familiares y sociales son muy com-plejas, y quedan abiertas a nuevas investiga-ciones en el terreno de la psicolog�a de lasmasas.

Nota: el presente trabajo es la s�ntesis deuno anterior, ÒLas drogas en el malestar enla culturaÓ, publicado en el libro ÒPensan-do las adiccionesÓ, Ed. Comunicarte, 1999.

Biblograf�a-Frontera, L. ÒDrogadependencia y h�bitos t�xi-cosÓ, en La Maga 295, septiembre 1997.-Goffman, E. (1961) ÒInternadosÓ, Amorrortu.-Lancelotti, S. ÒAdolescencia y adicci�nÓ, Hos-pital Posadas.Freud, S. (1920g) ÒM�s all� del principio de pla-cerÓ, en AE vol. 18._ (1921c) ÒPsicolog�a de las masas y an�lisis delyoÓ, en AE vol. 18._ (1923b) ÒEl yo y el elloÓ , en AE vol. 19._ (1930a) ÒEl malestar en la culturaÓ, en AE vol.21._ (1940a) ÒEsquema del psicoan�lisisÓ, en AE

vol.23.-M�guez, H. ÒNaturaleza del uso de coca�na in-travenosa en la ArgentinaÓ, en Acheronta 7.-Moreira, D. (compilador) ÒPensando las adic-cionesÓ, Ed. Comunicarte, Bs. As. 1999.-Olivienstein, C. en La Maga 295, septiembre1997.

ORGANIZACIONESHéctor Fainstein

[email protected]

El pensamiento

de Douglas Mc

GregorHemos tratado en los números ante-riores acerca de las distintas metáfo-ras para abordar el fenómeno orga-nizacional según las plantea GarethMorgan en “Imágenes de la Organi-zación” y que son replicables al aná-lisis de la conformación y el procesode los grupos en las organizaciones.Hoy comenzamos a desarrollar elpensamiento de otros autores, eneste caso, el de Mc Gregor, con unclásico de las organizaciones: TheHuman Side of Enterprise (1960. Mc-Graw-Hill).El autor es uno de los primeros enseñalar la importancia del conceptode equipo (que nosotros distingui-mos del concepto de grupo). En sutexto destaca investigaciones reali-zadas en las cuales se determinó laimportancia de la “unidad en el pro-pósito” como la característica mássignificativa de los equipos de altodesempeño.Dice Mc Gregor “... La mayor partede los equipos gerenciales no sonequipos en absoluto, sino grupos derelaciones individuales con un jefe,donde cada uno de los individuoscompite con los demás por el poder,el prestigio, el reconocimiento y elprestigio personal. En estas condi-ciones la unidad en el propósito esun mito... Muchos ejecutivos que ha-blan de sus equipos de subordina-dos se asombrarían al saber cuánbajo es el nivel real de colaboraciónentre ellos y cuan alto es el nivel dedesconfianza mutua y antagonismo.Y sin embargo, esos mismos ejecuti-vos generan las mismas condicionesque los asombrarían si las recono-cieran. Lo hacen administrando a in-dividuos en vez de crear a un grupoauténtico..” * Algunos comentarios que podemoshacer con relación a esta parte deltexto de Mc Gregor son:* Se refiere a determinados tipos deorganizaciones, las empresas, enparticular al contexto estadouniden-se.* Manifiesta un renovado interés porel comportamiento humano en estetipo de organizaciones.* Revisa los conceptos y pre-concep-tos con que se conforman grupos yequipos en estas organizaciones.* No hace una clara distinción entregrupos y equipos, dificultad que sepresenta en otros, numerosos textossobre temas grupales y organizacio-nales.* Señala la importancia de la unidaden el propósito de los integrantes co-mo una condición detectada de for-mación del equipo. En este sentido,hoy, se denomina en el ámbito orga-nizacional, a este concepto, como dealineamiento con la estrategia orga-nizacional, visión, misión, etc. de cu-yo contenido me explayaré en próxi-mos artículos. Como asociación adi-cional, podemos referirnos a estepunto como que los miembros delequipo tengan un objetivo común, locual ya es de por sí un tema intere-sante por las significaciones del tér-mino “común” y por la necesidad deaclarar quien, quienes y cómo, esta-blecen ese objetivo común. En esesentido relacionamos la unidad en elpropósito con el objetivo común o“en común”.* Muchos de estos conceptos perma-necen vigentes en las empresas yorganizaciones de nuestro medio enlas cuales es frecuente que en losprocesos de formación de equipossurja la pregunta ¿Estos entrena-mientos fueron hechos antes por

Adicciones:un enfoque psicosocial

Lic. Oscar GonzalezTel: 4831-0422

Duración: de Agosto a Noviembre

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Marta Toppelberg [email protected]

Los invito a leer estas p�ginas introduci�ndonos en el c�mo in-vestigar a partir de una bell�sima frase cartesiana referida a¬esas salas oscuras donde se conserva el saber.¬

Quien investiga obra acorde a lo siguiente: ¬ABRIR LAS VENTANAS, HACER PASAR EL VIENTO¬

I - Presentaci�n del tema.El objetivo es proporcionar algunas herramientas imprescindibles

al encarar una investigaci�n: las ideas de precisi�n, rigurosidad y m�-todo, tendientes al sost�n de la l�gica interna en la tarea propuesta yen la exposici�n de sus resultados. A tal fin trabajar� sobre el eje ¬pre-gunta e hip�tesis¬ se�alando que se conjuga

Inmediatamente con los t�rminos ¬t�tulo¬ y ¬tema¬.Para comenzar delinear� algunas propuestas metodol�gicas genera-

les �tiles para ordenar el pensamiento del autor desde la elecci�n deltema, organizando los puntos a desarrollar y su l�gica relacional in-terna conducente a expresar en la forma m�s clara y precisa posiblecada idea.

Luego encuadrar� la investigaci�n en psicoan�lisis trabajando so-bre un texto freudiano. Deseo ubicar en �l:

1 - los hitos metodol�gicos abordados al comienzo;2 - el surgimiento en dicho texto de lo que llamo la ¬pregunta bien

formulada¬, que por serlo conduce a la producci�n de una hip�tesis.

II Ð Investigar en psicoan�lisis.La investigaci�n existe: m�dica, sociol�gica, antropol�gica... Àcu�l

ser� su especificidad en el campo psicoanal�tico? Descubrimos su lugar desde la misma definici�n freudiana: ¬Psi-

coan�lisis es el nombre: 1 Ð de un m�todo para la investigaci�n deprocesos an�micos eficaces inaccesibles de otro modo (inconsciente).2 Ð de un m�todo terap�utico de perturbaciones neur�ticas basado ental investigaci�n. 3Ð de una serie de conocimientos psicol�gicos as�adquiridos, que van constituyendo paulatinamente una nueva discipli-na cient�fica.¬ (1)

Subrayemos que incluye en el punto 1 los procesos inconscientes,no observables pero indiscutibles por producir efectos conscientes talcomo expresa en el punto 2. All� se refiere a las perturbaciones neu-r�ticas, reconocidas a nivel de la conciencia. En el punto 3 se�ala lateor�a que surge, teor�a que estudia el alma tal como se presenta, me-nos doliente si produce s�lo chistes, olvidos, sue�os, o m�s doliente,invitando a la persona a investigar ese martirio de s�ntomas. Cabe ha-blar de investigaci�n del paciente y de investigaci�n de la comunidadcient�fica, de cada analista. Restringir� ahora el abordaje a la mencio-nada en segundo lugar aunque supone siempre a la primera.

III Ð La precisi�n: seis ¬w¬.Alrededor de algunas preguntas formuladas en ingl�s, what, what

for, while, whom, when, were, construyo un andamiaje metodol�gi-co cuyo uso creativo puede orientarnos en diferentes momentos decualquier investigaci�n.

En psicoan�lisis Àqu� investigo, para qu�, por qu�, para quien, d�n-de y cu�ndo?

Doy algunas respuestas pero considerando que la correcta ser� laque mejor se aplique a nuestro inter�s.

What. Delimito el campo. ÀInvestigo el sufrimiento ps�quico, lasubjetividad, alg�n s�ntoma, un punto de la teor�a?

What for? Para qu�? Tal vez deseo producir resultados terap�uti-cos, mejor�a en el paciente, o busco constituir el campo conceptual

que justifica un accionar cl�nico, o deseo poder intervenir en la direc-ci�n de la cura del paciente F.

ÀY por qu� investigo? Porque el sujeto sufre, o porque debo expli-car la producci�n de esos fen�menos observables cuyo origen tal veza�n desconozco pero con los que trabajo.

ÀPara qui�n investigo? Para m� sin duda. Para decidir mi accionary poder comprender qu� efecto produce mi intervenci�n en cada ca-so, pero tambi�n para los colegas a quienes transmito interrogantes yresultados y para los ¬usuarios del dispositivo¬.

ÀD�nde realizo mi investigaci�n? Propongo que siempre dentrodel marco que establecen los antecedentes fenom�nicos, ya sean da-tos cl�nicos o resultados de una investigaci�n anterior. Estos antece-dentes pueden ser variad�simos por su origen pero siempre debo cir-cunscribir los que me interesan para la investigaci�n presente. Por lotanto investigo dentro del marco que establecen estos antecedentesque debo explicitar. Vale decir que investigo en un punto del saberprevio te�rico o cuando la teor�a que utilizaba hasta el momentoya no responde suficientemente para explicar los fen�menos.

Y finalmente, �ltima w, cu�ndo investigo? Aclarar� mucho este te-ma, important�simo por nuestro presente objetivo. Investigo: a - du-rante las sesiones y a lo largo del tratamiento; b Ð cuando surge unanueva pregunta en un punto de una investigaci�n en marcha; c - lue-go del momento de atenci�n del paciente (momento cl�nico); d - cuan-do ubico los conceptos que enmarcan ese hecho de ese an�lisis; e - an-tes del momento cl�nico, cuando hip�tesis previas formuladas en ladirecci�n de la cura de ese paciente son conservadas, desechadas o in-troducidas nuevas hip�tesis.

Las hip�tesis, si se trata de psicoan�lisis, son imprescindibles y par-te del tratamiento pues nuestra acci�n se basa en hip�tesis acerca delo que acontece con el paciente. Hip�tesis construidas a partir de da-tos dados. Ejemplo: paciente muy angustiado, no intervendremos dela misma forma si no sabemos a�n si por estructura es neur�tico o psi-c�tico. Su desorganizaci�n an�mica es un dato dado, no as� su diag-n�stico.

Retomando el ¬cu�ndo¬, el m�s interesante es el momento en quese produce un quiebre o insuficiencia del saber precedente, dandoas� la posibilidad de crear un campo de investigaci�n propulsado porfalta de conocimientos necesarios para la praxis y que permite la ma-nifestaci�n de una pregunta bien formulada.

Es �sta la que llevar� a definir el ¬tema¬ de la investigaci�n.

IV - La pregunta bien formulada.Esta expresa la no correspondencia entre el universo fenom�nico

que nos interpela y los conceptos que deber�an explicar la producci�nde estos fen�menos, pregunta que se�ala un impasse mostr�ndonos lainsuficiencia de un saber ¬descompletado¬ y anunciando un posibledesarrollo del conocimiento a partir de ese momento de interrogaci�n.

V - Producci�n de la hip�tesis.Es consecuencia de la pregunta bien formulada desde la que avan-

za constituyendo el primer paso de una b�squeda ordenada seg�n re-ferentes fundamentales inclu�dos tanto en pregunta como en hip�te-sis.

VI Ð Una aplicaci�n de las w en texto freudiano.Tomo ¬La interpretaci�n de los sue�os¬, cap�tulo VII, ¬Psicolog�a de

los procesos on�ricos¬.(2) Freud trata un caso: un sue�o. El objetivode esclarecer los t�rminos mencionados me obliga a seguir el texto ala letra.

VI.a - What, qu� investiga.El punto de partida: ¬Los antecedentes de este sue�o son los si-

guientes: un individuo hab�a pasado varios d�as, sin un instante de re-poso, a la cabecera del lecho de su hijo, gravemente enfermo. Muer-to el ni�o, se acost� el padre en la habitaci�n contigua a aquella enque se hallaba el cad�ver y dej� abierta la puerta por la que penetra-ba el resplandor de los cirios. Un anciano qued� velando el cad�ver.Despu�s de algunas horas so�� que su hijo se acercaba a la cama enque se hallaba, le tocaba en el brazo y le murmuraba al o�do, en tonode amargo reproche: ÇPadre, Àno ves que estoy ardiendo?È A estas pa-labras despierta sobresaltado, observa un gran resplandor que iluminala habitaci�n vecina, corre a ella, encuentra dormido al anciano quevelaba el cad�ver y ve que uno de los cirios ha ca�do sobre el ata�d yha prendido fuego a una manga de la mortaja.¬

Investiga el relato del sue�o, el fen�meno, incluyendo la esce-na en que el sue�o se produjo.

La continuaci�n: ¬ La explicaci�n de este sue�o conmovedor esharto sencilla. El resplandor entr� por la puerta abierta en la estanciadonde se hallaba reposando el sujeto, y al herir sus ojos, provoc� lamisma conclusi�n que hubiera provocado en estado de vigilia; esto es,la de que la llama de un cirio hab�a producido un fuego en un lugarcercano al cad�ver. Es tambi�n posible que antes de acostarse pensa-ra el padre en la posibilidad de tal suceso, desconfiando del anciano...¬

Vemos que considera como un fen�meno tambi�n la explicaci�n

Trata a tus ideas como a huéspedes. Lao TseCampo Grupal / 12

La investigación en Psicoanálisis (Parte I)

Pregunta bien formulada e hipótesis

ENRREEDDADOSRoberto Sánchez

[email protected]

Publicitado como una “revista de re-flexión y análisis sobre la vida en In-ternet” e inclinado hacia el debate delos nuevos medios de comunicaciónen la Sociedad de la Información, elsitio de EN.RED.ANDO <http://enre-dando.com> resulta un lugar muy re-comendable para los interesados enel tema del impacto de Internet en lasociedad. Entre las secciones de esta e-zinese encuentra la EDITORIAL (escritapor Luis Angel Fernández Hermana).En EN.RED.ANTES se puede en-contrar una visión avanzada de la vi-da de Internet y fuera de ella. Inves-tigaciones, estudios, reflexiones yanálisis críticos para entender la So-ciedad de la Información. DES.EN.RED.ANDO está dedicadoa las comunidades virtuales, redesde personas dispersas por cualquierparte del mundo que se conocen, or-ganizan, comparten información, lle-van adelante acciones p˙blicas, y seconstituyen en colectivos a partir desu interacción en la Red. En EN.RED.ADOS (homónimo deesta sección) una red de colabora-dores habituales, que primero fueronlectores, comparten sus experien-cias profesionales o personales. In-fonomía, tecnocultura, publicidad,censura en la Red, educación, cibe-respacio y sociedad, etc., son, entreotros, los temas más tratados. Susartículos ofrecen pistas para com-prender mejor la revolución propicia-da por las tecnologías de la comuni-cación. DES.ENREDOS es el lugar para re-tomar el hilo de historias de la Redque se quedaron en el limbo. Pro-yectos de futuro que se iban a co-mer al mundo, innovaciones capa-ces de cambiar el orden de las co-sas, personajes imprescindibles,acuerdos y fusiones que hacían tem-blar a la economía, modas y tenden-cias sin las que la Red no tenía mu-cho sentido y de todo lo cual no seha vuelto a escuchar una palabra. EN.RED.ANDO tiene además unapublicación electrónica que se envíapor mail, en.medi@, integrada porcuatro áreas: una es la de debate ylas otras tres aportan la documenta-ción y el contexto para sostener ladiscusión. En la primera, I+D+D (Investigación,Desarrollo y Diseño), participan to-dos los suscriptores de en.medi@. Estas áreas son: Ojeando-Críticas,un servicio de críticas y novedadeseditoriales (biblioteca); +en.red.an-dos, una remesa periódica de artícu-los publicados en la Red en otraslenguas sobre los temas que intere-san a en.medi@ (hemeroteca); final-mente, Nueva Sociedad, un serviciode información sobre los resultadosde eventos, conferencias y semina-rios dedicados a Internet (materialde investigación).

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del sue�o. Dejamos pendiente la curiosidad que despierta en nosotrosesto pues por ahora no contamos con elementos para aclararlo. Loconcreto es que ...investiga este fen�meno tambi�n.

Un sue�o y la explicaci�n dada al mismo son �rdenes fenom�nicosdiferentes. ÀNo parece el primero de una materialidad indiscutiblemientras que el segundo parecer�a discutible? Pero Freud puede to-marlo como un dato dado porque llegar a la explicaci�n- interpreta-ci�n de un fen�meno on�rico pertenece al universo del conocimientoprevio demostrado y puede apelar al consenso. Ahora nos interesa sa-ber cu�ndo procede de esta manera.

VI. b - When.Ubiquemos las coordenadas precisas en que surge la propuesta

de investigaci�n a partir de la pregunta bien formulada. El subrayado en el texto es nuestro.¬Tampoco nosotros encontramos nada que objetar a esta soluci�n

y nos limitaremos a agregar que el contenido del sue�o tiene que ha-llarse sobredeterminado...¬ (¬tiene que...¬ curiosa afirmaci�n) ¬..yque las palabras del ni�o habr�n de proceder de otras pronunciadaspor �l en la vida real y enlazadas a circunstancias que hubieron de im-presionar al padre. La queja Çestoy ardiendoÈ pudo muy bien ser pro-nunciada por el ni�o durante su enfermedad bajo los efectos de la fie-bre, y las palabras ÇÀno lo ves?È habr�n de corresponder a otra oca-si�n cualquiera ignorada por nosotros, pero seguramente saturada deafecto.¬

Hemos se�alado el ¬tampoco nosotros¬ expresi�n con la que Freudmuestra su coincidencia con la explicaci�n sobre el sue�o dada por untercero, y ese ¬tiene que hallarse sobredeterminado¬ que denuncia quesu firmeza expresiva proviene de conocimientos consensuados en losque se fundamenta. Apel� por ejemplo a los ya demostrados mecanis-mos por medio de los que opera el Inconsciente, condensaci�n, des-plazamiento (de ideas, de palabras) y a su conocimiento de que parti-cipan en la formaci�n de los sue�os. Como no son conocimientos re-futados o de los que se haya probado que sean in�tiles puede uti-lizarlos sin mayor aclaraci�n.

Por otro lado el universo fenom�nico de los sue�o le es conocido eidentifica al sue�o citado como parte de �l y como producto ps�quicopues est� demostrado que los sue�os lo son. ¬ Una vez que hemos re-conocido este sue�o como un proceso pleno de sentido y susceptiblede ser inclu�do en la coherencia de la actividad ps�quica del sujeto po-demos dar libre curso a nuestro asombro de que en tales circunstan-cias, en las que lo natural parecer�a que el sujeto despertase en el ac-to, haya podido producirse un sue�o.¬

ÁHa llegado a un punto sumamente interesante!Dentro del conocido mundo de los sue�os se abre para �l una in-

c�gnita.ÀLo ya conocido? La existencia del inconsciente, la condensaci�n,

el desplazamiento, su participaci�n elaborativa en el producto ps�qui-co sue�o, la realizaci�n (ps�quica) de deseos en lo on�rico. Lo que enlos dem�s sue�os se cumple tambi�n en �ste.

¬ El ni�o se conduce... como si a�n viviera y advierte... a su padrede lo sucedido, llegando hasta su lecho y toc�ndole el brazo, como lohizo probablemente en aquel recuerdo del que el sue�o toma la prime-ra parte de sus palabras¬

¬... Sobre la peculiaridad que en este sue�o atrae nuestro inter�sno puede caber la menor duda.

Pero...Àde qu� peculiaridad habla?VI.c Ð what for.Plantea su preocupaci�n hasta el momento: ¬... nos hemos ocupado

predominantemente de averiguar en qu� consiste el sentido oculto delos sue�os, por qu� camino nos es dado descubrirlo y cu�les son losmedios de que se ha servido la elaboraci�n on�rica para ocultarlos.Los problemas de la interpretaci�n de los sue�os ocupaban hastaaqu� el centro de nuestro campo visual; pero en este punto tropeza-mos con el sue�o antes mencionado, que no plantea a la interpretaci�nlabor ninguna y cuyo sentido aparece dado sin el menor disfraz...¬

Efect�a a continuaci�n el planteo del problema actual. El sue�omencionado:

a-no plantea problemas interpretativos, el sentido est� dado en �l sin elmenor disfraz, cuando siempre los sue�os necesitaron de interpreta-ci�n.

b-se presenta en tiempo presente y en forma alucinatoria, o sea que con-serva los caracteres esenciales que distinguen al fen�meno on�rico delpensamiento despierto.

ÀC�mo puede ser que un sue�o se brinde as�? Investigar� para responder esta pregunta y saber por qu� este sue-

�o es at�pico.Da surgimiento a la pregunta bien formulada cuando el fen�me-

no dado lo interpela y no cuenta con elementos para explicarlo.Hay un quiebre en un cuerpo conceptual que hasta ahora constitu�a susaber.

Freud se queja:¬...lo interpretamos, pero cu�n incompleta contin�asiendo nuestra psicolog�a del sue�o..... desde el momento en que que-remos penetrar m�s profundamente en los procesos an�micos que sedesarrollan... todas nuestras rutas desembocar�n en las tinieblas...¬

Hace una puntuaci�n metodol�gica, en la que reconocemos su ne-cesidad de verificaci�n pues dice: ¬Ha de sernos imposible esclare-cer totalmente el sue�o como proceso ps�quico, pues esclarecer unacosa significa referirla a otra conocida¬

Y confiesa, triste conclusi�n, cu�l es el estado actual del conoci-miento:

¬...por el momento no existe conocimiento psicol�gico al que po-damos subordinar aquellos datos...¬

...continuar� en el pr�ximo n�mero...

.... en el que abordaremos los planteos que enunciamos:1- Surgimiento del nuevo tema de estudio ¬...nos veremos obliga-

dos a establecer una serie de nuevas hip�tesis relativas a la estructuradel aparato an�mico.... para proporcionarnos deducci�n sobre la cons-trucci�n y el funcionamiento del instrumento an�mico,...habremosde acumular todo lo que.... se nos demuestre como constantementenecesario.¬

2- Hip�tesis para la creaci�n del esquema del aparato ps�quico (yexplicaci�n del intrigante sue�o)¬.

3- Conclusiones sobre hip�tesis y pregunta en investigaci�n.

Notas:(1)Tomado de la Presentaci�n de Jacques Alain Miller en el Centro Descartes,el 11 de marzo de 1992.(2) S. Freud ¬Dos art�culos de enciclopedia¬ punto I titulado ¬Sistem�tica¬, Bi-blioteca Nueva., Madrid 1980.(3) Id. ¬LA INTERPRETACIîN DE LOS SUE�OS¬ 1898-9 [1900] Cap VIIPsicolog�a de los procesos on�ricos, parte a.

No me instruyas, vive junto a mí; tu fracaso es que yo sea idéntico a tí. Humberto Maturana Campo Grupal / 13

VolvéPicasso,te perdon -amosLuis Gruss

[email protected]

No suelo ir a exposiciones. Meaburren, me cansan, me ponentriste. Pero, no sé por qué, unamañana de hace un rato me fuihasta Bellas Artes a ver la granmuestra gran de arte español. Porsi no lo saben, quienes esto leen,en el bonito museo de Recoletahay en exposición imperdiblescuadros de Picasso, de Dalí, deJuan Gris, de Miró y de unos cuan-tos artistas españoles más que porsupuesto nada tienen que ver conla caída de Aerolíneas Argentinas.El único problema de esa muestraes que su propuesta no terminacon los antiguos, dado que tam-bién hay cuadros -instalaciones,performances y demás- de pin-tores españoles actuales comoBarceló y muchos otros. Estos últi-mos son modernos. Lo modernoes bueno, ya lo dicen todas lasrevistas. Pero si el arte modernoes eso que está expuesto en Bel-las Artes junto a los antiguos,bueno, mi consejo es que volva-mos al pasado cuanto antes.Los cuadros modernos son así:una mancha de color azul quecubre toda una pared (eso estodo); un pizarrón gigante de colornegro donde la artista ha colgadouna gran serie de bananas blancas(sublimación, o sea); unos hierrosretorcidos, algunas figurasgeométricas muy interesantes, lanada con marco, los marcos reval-orizados como objetos, en fin, elque no entienda que lea a los críti-cos de arte que le van a explicartodo, incluso aquello.Al lado de esas deslumbrantesmuestras del vacío, un simpleboceto de Picasso preparando elGuernica es la mismísima pincela-da de Dios. Hay un cuadro de Dalíque brilla con una luz propia, muyextraña, que parece brotar de lasdelirantes formas allí plantadas.Hay una obra titulada Jaula conPájaro que alcanza, ella sola, parademoler la totalidad de la Sala Dosde esta muestra y de tantas simi-lares que vemos por ahí. ¿Ten-dremos que volver al pasado?¿Será que la idea del talento comouna larga paciencia y del artecomo un esfuerzo de sentidoquedó para siempre en el pisadoayer? No sé. Yo no sé nada dearte. No leo diarios, no escucho laradio, cuido a mi hijo de un maltambién antiguo, y le leo a mi hijapoemas de un tal Jorge Teillier, unpoeta antiguo, un chileno medioborracho e izquierdista que porsuerte ya murió. Las manchasazules me molestan, a no ser esaque veo todos los días en el cielo.Los alambres retorcidos meretuercen el alma. Soy viejo. Nosoy un modelo. Ahora mismo,mientras escribo estas líneasinútiles, muero de ganas de ir nue-vamente a Bellas Artes a ver elcuadrito ese de Vincent van Goghque se quedó ahí para siempre.Ahí se ve un molino, un puente, uncamino, casi nada. Ningún grito,ninguna experimentación, ningunaperformance. Un cuadro poco aptopara lucir en el living.Pero cada vez que lo veo lloro. Séque llorar no es algo productivo.La locura tampoco lo es. El amor,la vida y la muerte ya no sirvenpara nada.Son sólo tres heridas, como diría

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Page 14: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

Campo Grupal / 14 Se podría definir un problema como la diferencia entre lo que se tiene y lo que se quiere tener. Edward De Bono

Raúl Cela [email protected]

ÒYo no soy, sino una aptitud del pensamiento para contemplarse y de-sarrollarse a trav�s de un plano que me atraviesa por varios sitiosÓ

G.Deleuze y F. Guattari1

Hab�an pasado dos meses despu�s del encuentro en el que lasfonoaudi�logas y asistentes sociales crearan a la Òsuper-agenteÓ.

Se nos propuso la tarea de evaluar los conocimientos adquiridospor las participantes al Seminario Transculturaci�n y sus implica-ciones en el Area Program�tica del Hospital Pi�ero.

El psicodrama como experiencia de transformaci�n est�tica.Como Director de Psicodrama estoy constituyendo un campo

transicional de pr�cticas est�ticas. Los conceptos con los queoriento mi experiencia son el plano de consistencia de lo institui-do y el plano de la fuerza instituyente. En Deleuze, lo vemos al pri-mero como un plano estructural y gen�tico; Òde organizaci�n queconcierne al desarrollo de las formas y a la formaci�n de sujetosÓ,lo instituido- lo org�nico. El aspecto instituyente se vincula, en laexperiencia dram�tica, a la intensidad, �sta toma por sorpresa a loscuerpos y cuando ocurre se da en el plan-plano de inmanencia. Es-te plano de la experiencia inorg�nica suele aparecer en movimien-tos de c�mara lenta o en las aceleraciones, vinculado a los Òcli-masÓ que surgen espont�neamente. Para ello es necesario un cono-cimiento espec�fico sobre el acondicionamiento corporal previo ala tarea, en el caldeamiento inespec�fico y el caldeamiento espec�-fico para el o los roles, en el vestuario, con la escenograf�a naturalo artificial. En toda dramatizaci�n est� presente ese segundo planode experiencia. Este plano surge, como un tiempo dentro de otrotiempo. Acontecimiento, sensibilidad, haecceidad Ð acontecimien-to.

Nada mejor para convocar un acontecimiento que un ser inani-mado, un devenir, donde ya no hay sujetos, solo hay individuacio-nes din�micas sin sujeto psicosocial. Estas ideas sobre el disposi-tivo psicodram�tico abrevan??? en las fuentes originarias del tea-tro.

.......As� fue que aparecieron Chirolita y Mister Chasman como dis-

positivo para aquella Òevaluaci�nÓ que como haecceidad sigueafectando de momento la producci�n de este texto.

Partimos del conocimiento popular de estos personajes y de lasl�neas de tensi�n dram�tica que recorren la escena entre M. Chast-man y su mu�eco inanimado. Esta estructura esc�nica que desde elhumor pone en juego Òla vida no org�nica de las cosasÓ, posee unmovimiento, una fuerza vital que se alza sin respetar los contornosorg�nicos de lo instituido. La escena tiene para los espectadoresuna estructura por dem�s interesante al dar una l�nea dram�tica enla que Chirolita descoloca a Mr. Chasman apoyado en la compli-cidad del p�blico.

En nuestro dispositivo entonces recordamos a las participantescual era la relaci�n entre los personajes, hicimos un caldeamiento,en �l propusimos a las participantes que caminaran y gesticularancomo Mr. Chasman y Chirolita.

Mr. Chasman evaluar�a los conocimientos adquiridos en el se-

minario, cada una ocupaba el lugar de uno y otro de los personajemientras el resto hac�a de p�blico.

Los textos deb�an sostener la l�nea de acci�n desde la que cadapersonaje tratar�a de ganar al p�blico.

Mas tarde el auditorio pas� a interferir sobre la escena de modoespontaneo, interven�an incitando a Chirolita y a Mr. Chasman.

Por lo tanto el dispositivo de evaluaci�n pas� a sostenerse entres ejes:

1. El discurso oficial de Mr. Chasman evaluando solemne el se-minario.

2. Chirolita grotesco y humor�stico dec�a ÒpioladasÓ.3. El auditorio participaba intensamente casi como una tribuna.Se hicieron algunos intentos hasta que se pudo poner en marcha

con gran soltura una maqu�nica teatral desopilante.Alguno de los textos que recuerdo:Chirolita: - Para qu� venimos ac�, Negro?Mr. Chasman: - Para crecer m�s, Chirolita! Capacitarnos, ser

buenos profesionales. Aprender, reconocer las diferencias cultura-les, etc.

A todas estas respuestas Chirolita las intercepta con sonidos,gestos de aburrimiento, tartamudeos, insistiendo en que es la horade comer, preguntando si con eso le van a aumentar el sueldo o sivan a poder dejar de tener miedo a que lo roben o le peguen un ti-ro en el barrio.

Mr. Chasman se queja al p�blico de que as� no puede trabajar,mientras

Chirolita : - Hay que venir tan lejos para escucharte decir bol...(Mr. Chasman le tapa la boca).

Chirolita - Quiero una Barbie. Conseguime una Barbie Negro!!Mr. Chasman ÐInsisto en que estas cosas siempre se las tengo

que escuchar en privado. Me parece que la falta de inter�s en estu-diar y formarse lo coloca muy mal frente a las colegas. Su desin-ter�s en evaluar... Deja mucho que desear Chirolita. Aqu� las doc-toras me har�n c�mplice de Ud. solo por venir juntos. Y vera yoestoy de acuerdo con evaluar el trabajo realizado por las profeso-ras y las participantes.

Chirolita: Ta bien, paque vea le voy a hablar en dif�cil yo tam-bi�n. ÀCu�ndo s� morfograf�a en esta City Mr. porque con lo suel-do que cobramo vio es impensable dar signos ÒdurativosÓ. Comosi esto fuera poco Ud. Chasman no se va a animar a decir ciertasverdades etnoc�ntricas...

Desde el p�blico le gritan:P�blico: - ÁRevi�ntelo con palabras dif�ciles a Chirolita, como:

lexemas, macrovisi�n estructural, an�lisis composicional s�mico!ÁNo se quede a la defensiva Don Chasman!

Es interesante c�mo el grupo iba agregando textos cada vez m�sdesopilante a uno u otro personaje alternativamente o contestan-

Gracias Míster Chasman. (Firmado Chirolita)

El psicodrama como transformación estética

Voy a ha -blar de laesperanzaCésar Vallejo

Yo no sufro este dolor como César Vallejo. Yo no me dueloahora como artista, como hom-bre ni como simple ser vivo si-quiera. Yo no sufro este dolor co-mo católico, como mahometanoni como ateo. Hoy sufro sola-mente. Si no me llamase CésarVallejo, también sufriría este mis-mo dolor. Si no fuese artista,también lo sufriría. Si no fuesehombre ni ser vivo siquiera, tam-bién lo sufriría. Si no fuese cató-lico, ateo ni mahometano, tam-bién lo sufriría. Hoy sufro desdemás abajo. Hoy sufro solamente.Me duelo ahora sin explicacio-nes. Mi dolor es tan hondo, queno tuvo ya causa ni carece decausa. ¿Qué sería su causa?¿Dónde está aquello tan impor-tante, que dejase de ser su cau-sa? Nada es su causa; nada hapodido dejar de ser su causa.¿A qué ha nacido este dolor, porsí mismo? Mi dolor es del vientodel norte y del viento del sur, co-mo esos huevos neutros que al-gunas aves raras ponen delviento. Si hubiera muerto mi no-via, mi dolor sería igual. Si la vi-da fuese, en fin, de otro modo,mi dolor sería igual. Hoy sufrodesde más arriba. Hoy sufro so-lamente.Miro el dolor del hambriento yveo que su hambre anda tan le-jos de mi sufrimiento, que dequedarme ayuno hasta morir,saldría siempre de mi tumba unabrizna de yerba al menos. Lomismo el enamorado. ¡Qué san-gre la suya más engendrada, pa-ra la mía sin fuente ni consumo!Yo creía hasta ahora que todaslas cosas del universo eran, ine-vitablemente, padres o hijos. Pe-ro he aquí que mi dolor de hoyno es padre ni es hijo. Lefalta espalda para anochecer,tanto como le sobra pecho paraamanecer y si lo pusiesen en laestancia oscura, no daría luz y silo pusiesen en una estancia lu-

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Campo Grupal / 15Después de algunas noches debería uno cambiar de nombre, porque ya no se es el mismo. Cioran

do como p�blico.El mu�eco idiota y sat�rico deb�a ser crucificado pues era impa-

rable, se hab�a hecho cargo de la fuerza colectiva que remit�a alaqu� y ahora de los temores, dolores, ansiedades y deseos acorra-lando antip�ticamente al pobre Mr. Chasman. Mr. Chasman era eldepositario del rol psicosocial que deb�an sostener laboralmentelas colegas en el grupo. Mr. Chasman aparec�a como Òcuerpo lle-noÓ instituido. Representaba los aspectos del Ògrupo sometidoÓcon los que las integrantes del seminario deb�an lidiar. Un cuerpoque se hab�a confrontado en la dramatizaci�n de la super agente,mostrando una inserci�n conflictiva en el trabajo de campo. Des-cubriendo ese juego mortal hasta el paroxismo, Chirolita deven�am�s y m�s extranjero, excluido, loco, inmigrante, haciendo tarta-mudear todo discurso oficial, pero dando pie a su vez al germen denuevos enunciados.

ÀMe preguntar�n si adem�s de divertirnos con esta puesta humo-r�stica, a veces ir�nica y sat�rica, logramos el objetivo de evaluarel paciente trabajo de las participantes en un a�o de tarea?

Para las participantes no se trat� de una evaluaci�n de lo apren-dido sino de una aprehensi�n del estado de cosas transido por unagenciamiento de enunciaci�n. Para ver distinto es necesario te-ner otro cuerpo. El cuerpo del actor da esa otra distancia necesa-ria frente al compromiso que requiere un trabajo.

El grupo logr� establecer una v�a sensible capaz de afectar supropio modo de ver el trabajo desarrollado durante el a�o. Pasarona construir una zona de otra naturaleza sobre la que aparece una lu-cha m�s profunda con la conserva cultural. Algunas personas queparticiparon de la experiencia continuaron trabajando con teatroautogestivo en el Hospital Pi�ero.

All� queda esa multiplicidad de Chirolita que a coro podr�an can-tar: ÒYo estoy al derecho, dado vuelta estas vosÓ. Chirolita le diovuelta la cabeza al grupo. La raz�n perdida en un mu�eco que ca-reciendo de cuerpo se hace cargo de los afectos por los que estoscuerpos se ven amenazados. Interfiere desde su extranjer�a, su lo-cura y su estar de paso, generando un tartamudeo sobre los discur-sos oficiales, despeja el campo psicosocial que sustrae a los cuer-pos del estado de cosas hist�rica que los atraviesan. El t�tere falde-ro actuado por el grupo alivia a los participantes, permiti�ndoleseste modo de interrogaci�n al que Deleuze llama el Idiota Moder-no, Ò... m�s cercano a Hobbe que a S�crates, quiere que le rindancuentas de cada una de las v�ctimas de la historia... quiere que ledevuelvan lo que est� perdido, lo incomprensible, lo absurdoÓ.

Los personajes que incorporan lo inanimado est�n dominadospor una crueldad a veces tan incomprensible como cuando nues-tros ni�os hablan al igual que como sue�an, por ritmos de humor,de furia, pura y l�mpida alegr�a, impertinencia m�s all� del bien ydel mal, afrontan los peligros propios de la territorializaci�n con sumagia. Esta magia de la crueldad muestra los cuerpos atrapados enlos juegos de verdad propios de lo instituido, sin intenci�n alguna.

Producir un cuerpo no es una realidad virtual, es una necesidadvital. ÀPara qu� hace falta un cuerpo? Se necesita un cuerpo ex-tranjero que nos aleje del yo y sus complejos pol�ticos - filiales,que formule nuevas preguntas aunque no sepa responderlas.

Desde el punto de vista de la relaci�n instituido instituyente, des-bloque� la relaci�n instituida en la que se piensa donde no se sien-te y se siente lo impensable. Ahora el grupo era atravesado por unaexperiencia vivencial en que la ÒzonaÓ dram�tica se instalaba co-mo territorio de desterritorializaci�n reterritorializaci�n. Esta pro-puesta de actuar como si el actor fuera un t�tere se encuentra en losor�genes del teatro Noh, es lo que le da su particular fuerza.

En otras experiencias suelo trabajar con mu�ecos construidospor los participantes en los grupos de formaci�n, en grupos tera-p�uticos, con pacientes individuales y con parejas. Cuando apare-ce el mu�eco seg�n las consignas dadas para su construcci�n y lacualidad intensiva del trabajo, el mu�eco permite abordar aspectosque trascienden lo inconsciente filial y se abre a aspectos relacio-nados a lo colectivo y a otras fuerzas inmanentes.

.....La aplicaci�n pr�ctica del concepto de logodrama pone de mani-

fiesto la relaci�n que existe entre el plano de la sensaci�n, la per-cepci�n y el concepto.

Los conceptos territorializados en el cuerpo dan un modo deafecci�n-sensaci�n, por lo que la puesta en acto lleva a la concien-cia una apertura hacia nuevas afecciones y perceptos.

Chasman - ÀEn qu� sentido?Chirolita: - Con los cinco sentidos, Negro!Las fuerzas que libera el dispositivo eliminan obst�culos puestos

al deseo, permiten ver los signos contradictorios, repeticiones in�-tiles, temores, preocupaciones y objeciones que bloqueaban el de-recho a pensar por propia cuenta y riesgo.

La est�tica de las massmedia domina una territorializaci�n. Pro-pone una subjetividad, la de aut�matas espirituales que como talesya tienen todas las respuestas. Estas est�ticas constitutivas del sen-tido com�n nos capturan como sedentarios de la gran aldea global.Las escenas como en la vida diaria son utiles en el proceso diag-n�stico, luego ha de crearse otra cualidad intensiva. Cuando enpsicodrama se instala la copia no cambia la estructura. ÒEs hu-mano demasiado humanoÓ. Si trabajamos con lo invisible al-guien - algo llega, deja su huella, se va. La diferencia est� en laconcepci�n de teatro que se sustenta.

La conciencia del actor que ya no es yo, acerca trozos de infan-cia y encuentros po�ticos que le descubren ontol�gicamente co-mo otro.

El titiritero tanto como el actor presentan un cuerpo capaz deirrealidad. En ese punto se conectan con las fuerzas de lo invisible.La sugesti�n que se establece entre el t�tere y el maestro titiritero(chinos y japoneses lo utilizaban para curaciones m�gicas y exor-cismos.)- en los or�genes de este arte- se vincula a la incorporaci�nde lo sagrado y lo sobre natural. Los mu�ecos inanimados que fue-ron utilizados especialmente en los rituales m�gicos orientalescumplieron diversos y enormes servicios a los pueblos de oriente.Originariamente en China y luego en Jap�n los Hitogata y los Ka-tashiro Ðt�teres del ritual shinto- del Jap�n en el periodo Heian dela mano de los monjes budistas y shamanes tao�stas cumplieron elpapel de sustitutos de los deudos que deb�an morir en el ritual fu-nerario.

Gracias Mr. Chasman!Chirolita.

Bibliograf�a (III parte)CELA, R. F. Experiencias de transformaci�n est�tica en el campo institu-cional. Composici�n sensible de personajes conceptualesArgentina. 1996. El marco del trabajo Humano. Edita. Centro CulturalGral. San Mart�nDELEUZE, G. GUATTARI, F. ÀQu� es la Filosof�a?Barcelona, Espa�a, Edito. Anagrama, 1993DELEUZE, G. PARNET, C. DIALOGOSValencia, Espa�a, Edita. PRETEXTOS, 1980SARANDO, G. DIOSES MAGOS Y MARIONETASArgentina, Vinciguerra, 1996 SUZUKI, D.T. FROMM, E. Budismo Zen y Psicoan�lisis.M�xico, 1964

La Red Argen -tina de Facili -tadoresDesde Marzo de 2001 un equipode la Cátedra de Conducción deEquipos de Trabajo de la Facultadde Ciencias Económicas de la Uni-versidad de Buenos Aires, lanzóuna propuesta multidisciplinaria,buscando desarrollar en nuestropaís un espacio en forma de red,que incluya a todos aquellos inte-resados en incorporarse, que sedesempeñan en tareas de facilita-ción con personas, grupos, organi-zaciones y comunidades.Así surge la idea de la RAF (RedArgentina de Facilitadores) un es-pacio en etapa de diseño y cons-trucción, abierto e integrador, in-tentando incorporar diversidad dis-ciplinaria.La propuesta es no atarnos a unaestructura convencional, sino crearuna forma de red simétrica sin pri-vilegiar a ninguna profesión.Por eso buscamos conformar unespacio real, con apoyo virtual através del foro que ya hemos lan-zado, y una página web que esta-mos construyendo.Nuestra primera reunión fue el 23de Mayo, y la segunda el 6 de Ju-nio de 2001, con la presencia deprofesionales de distintas áreas:sociólogos, abogados, counselors,psicólogos sociales, administrado-res de empresas, educadores, re-presentantes de ONG, psicólogos,contadores, ingenieros, coachers,empresarios pymes, arquitectos,comunicadores, estudiantesavanzados.Nos convoca la voluntad de apren-der, de intercambiar, de incorporarnuevas técnicas y tendencias, ypor sobre todo, la intención deaprender para aplicar esos conoci-mientos, en los distintos ámbitosen que nos desempeñamos. Que-remos construir una función y unrol que no se encasille "disciplinar-mente". En este sentido la convo-catoria es amplia y tiende a dispo-ner de una red de profesionalespara convocatorias diversas.Otra de las ideas claves que sur-gió de las primeras reuniones es lade desarrollar nodos interdepen-dientes, zonales o locales, comolos que ya se estan formando enBariloche, Rosario, Córdoba, LaPlata y en Capital Federal.También evaluamos la posibilidadfutura de afiliar nuestra Red a laIAF (Asociación Internacional deFacilitadores) y eventualmentegestionar para nuestros afiliados lacertificación internacional como fa-cilitador.Abrimos esta propuesta a todosaquellos que quieran sumar (y nosólo sumarse), y los invitamos es-pecialmente para nuestra próximareunión que se realizará el 14 dejulio de 13.00 a 18.00 hs.Por favor confirmen su participa-ción a [email protected] y lesindicaremos el lugar de reunión.

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Campo Grupal / 16 Actúa siempre de tal modo que incrementes el número de elecciones. Heinz Von Foerster

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Barreras �ticas, miedos , culpas, poca claridad para ver las in-cumbencias del rol, y falta de estrategias para generar y ges-tionar proyectos, dificultan una inserci�n laboral concreta

en Psicolog�a Social.Nos acercamos a la Psicolog�a Social, buscando un espacio pro-

fesional, elementos para complementar con otras disciplinas, o cre-cimiento personal. Hoy, ante despidos en masa, y tazas de desem-pleo elevad�simas, muchos se plantean el ejercicio de su profe-si�n., a�n despu�s de haber guardado el t�tulo Òen el ropero Ò, o co-mo dec�a una colega, Òen el freeserÓ, durante a�os .

Sucede lo mismo con estudiantes avanzados. A punto de termi-nar la carrera, despu�s de haberse sumergido con pasi�n durante 2,3, o 4, a�os en ese mundo tan atractivo y movilizante del conoci-miento, de pronto comienzan a pensar en su futuro, y a mirar a sualrededor, buscando referentes, fuera de los conocidos durante laformaci�n, o �mbitos laborales posibles. Pronto encuentran intere-santes propuestas p�blicas o privadas donde desplegar sus poten-cias ad honorem, y hacer realidad sus sue�os. Pero, a�n as� siguelatiendo la pregunta:

ÒÀPodr� hacer de la Psicolog�a Social, mi Profesi�n?ÓÀPor d�nde empezar?ÀC�mo, con qui�n,... Qu� hacer?El diario ofrece la primer decepci�n, el mundo del empleo, ese

lugar de certezas, seguro y estable, que vivieron nuestros padres,ya termin�;

A�n para disciplinas con colegiatura, matr�cula profesional, y li-cenciaturas.

Sin embargo, poco a poco, lentamente y con dificultades, vamosvislumbrando en este entorno cambiante y vertiginoso, una nuevamanera de plantearnos y replantearnos nuestro rol, sin Ò certezasnarcotizantesÓ que impidan nuestro desarrollo y crecimiento, conla posibilidad y el desaf�o permanente de crear y recrear, proyec-tar y proyectarnos, en ese entorno de la pregunta permanente, delprotagonismo solidario, del microemprendimiento, del sujeto pro-ductor, que construye realidad con su trabajo.

Este mundo de globalizaci�n, e individualismo neoliberal, esteengranaje tan herm�ticamente cerrado, produce esa paradoja deaislamiento por un lado, y a la vez una marcada necesidad en lagente, de redescubrir su identidad, de agruparse, de crear puentes,de tender redes de contenci�n solidarias, de compartir saberes.

ÁY este sin duda es nuestro campo!Paradojicamente, surgen dificultades en los Psic�logos/as Socia-

les para pensarnos como generadores de estos espacios, para agru-parnos, organizarnos, o generar proyectos:

¥Nos cuesta definirnos en el rol, y definir nuestro campo de tra-bajo con claridad, esto nos lleva a veces a subordinarnos a otrasdisciplinas sin poder comprender la especificidad de nuestro rol,para vernos en igualdad de condiciones, a�n con cuestiones forma-les por resolver.

¥Nos bandeamos entre la omnipotencia y la impotencia:Omnipotencia de querer Ò ayudarÓ, ÒasistirÓ o Ò solucionarÓ, (ca-

racter�sticas propias del trabajo no arancelado, desde el imaginario

social. Calificada como Òpesada herenciaÓ, por un integrante delcurso-taller: ÒAlternativas de trabajo para Psic�logos SocialesÓ, deAPSRA), en lugar de acompa�ar, estimular, facilitar, favorecer, es-cuchar, observar, mediar, o contener .

Impotencia frente a un aviso en blanco para ofrecernos comoPsic�logos/as Sociales, o dar una tarjeta , por sentirnos con pocainstrumentaci�n, con timidez, ansiedad, o verg�enza.

¥Tenemos dificultades para hacer uso de otras disciplinas que po-dr�an sernos �tiles para gerenciar nuestro proyecto, como el Mar-keting, por ejemplo, consider�ndola casi una mala palabra, tancontrario a ese Pichon, que como se�alaba Woronowski, Òtransit�con libertad, por las fronteras disciplinarias , para esc�ndalo de losaduaneros t�cnicos y dem�s privatizadores del saberÓ

¥Surgen miedos, dificultad para forjar una identidad profesionalsin haber trabajado previamente. (ÒSomos lo que hacemosÓ)

ÒSe me plantea un problema �tico de pensar en cobrar, sin tenerexperienciaÓ, dec�a una integrante del taller ÒCoordinaci�n renta-da, ÀC�mo se generaÓ, en el Programa de Salud mental Barrial deHospital Pirovano.

¥A las mujeres se nos plantean dificultades de g�nero, siendomas facil para nosotras ofrecer ( por esta cuesti�n cultural de cui-dar a otros), que pedir ( sobre todo si se trata de dinero ).

Mayor seguridad en el �mbito dom�stico: ÒMe resulta mas facil cobrar si trabajo como Psic�loga Social ,

en mi casa que si lo hago en una instituci�nÓ, se�alaba una colegaen el Ò Grupo de Proyectos Laborales ÒInter-visi�nÓ.

A veces Ò los argumentos del miedo Ò, nos llevan a pensar que elque paga por un servicio exige mucho m�s.

Bajar la sobre-exigencia y confiar en lo que realmente sabemoshacer, sin obviar nuestro marco referencial, nuestros valores, yprincipios, nuestra historia, o nuestra marcha, puede aliviarnos.

Buscar o armar peque�os grupos de pertenencia, con acompa�a-miento de alguna coordinaci�n o no, para generar y sostener nues-tros proyectos, y para seguir abriendo interrogantes, tambi�n.

Animarnos a poner sobre la mesa este tema sin temor, parece serel �nico camino posible, para equilibrar en la Psicolog�a Social es-tos tres ejes: Docencia, Investigaci�n, y Trabajo.

Abrazar nuevos desaf�os, mas all� de nuestros miedos, dudas, ymitos, puede acercar aquella utop�a a nuestra realidad concreta.

Inserción laboral

La Psicología Socialy el trabajo profesional

ZafarCarlos Iñón

[email protected]

Definición imaginaria: “Verbo.Acción de evitación de una res-ponsabilidad previamente asu-mida”.

USOS COTIDIANOSAlumno primario/secundario/uni-versitario: “Zafé, me copié todo,me salvé de tragar”.Infractor: “Zafé, me aceptaron el‘arreglo’, me salvé de la multa”.Policía/Inspector: “Con las ‘con-tribuciones’ zafo, y llego a fin demes”.(Casi) todos: “Si me gano el Lo-to/Quini 6, etc.,etc., zafo”.Empresario: “Aprovechando eldesempleo, bajamos los sueldosy zafamos”.Cooperador escolar: “¿No sepuede hacer por izquierda, asízafamos?”.Funcionario: “Desviamos partede los fondos y zafamos”.Comerciante: “Zafé unos días, ledi un cheque sin fondos”.Estos son sólo unos pocos ejem-plos, Ud. podrá encontrar otros.LA CULTURA DEL ZAFAR OEL ZAFAR EN LA CULTURALa actitud se encuentra instala-da en cada uno de nosotros;pero no siempre, ni en todo lu-gar. Hay una lucha interna en-tre el esfuerzo y la cultura deltrabajo, por un lado; y el deseoinconsciente de zafar, de hacerla cómoda, de no cumplir con laresponsabilidad asumida, decomportarnos especulativamen-te. Este sería el primer paso:reconocer que forma parte denosotros. Si reconocemos el “za-fe” solamente en los otros, elcambio de actitud será imposi-ble.EL ZAFAR ES UNA FARSAJugando con la palabra, invirtien-do las sílabas, descubrimos quezafar tiene algo de farsa, en elsentido de lo falso. Creo que lofalso pasa por la fantasía de lasalvación individual, creer quealguien puede salvarse a costade que los demás se hundan.Cuando alguien zafa, algo o al-guien se perjudica, hay una éti-ca que falla, hay deshonestidad,falta de una moral, de saber loque está bien y lo que estámal. Se puede decir que esta-mos bastante confundidos.LOS OPUESTOS DEL ZAFAR¿Cuál sería el término contrariode zafar?. Aparecen palabrasque también son de uso cotidia-no: “hacéte cargo”, en el senti-do de asumir una obligaciónpertinente. “Es tu hijo, hacétecargo”. “Es tu función, hacétecargo”. “Para eso te pagan, ha-céte cargo”.A modo de slogan: “NO ZAFE,HÁGASE CARGO”.ZAFAR Y DEUDA EXTERNACada habitante argentino debeaproximadamente u$s 3.000.Haga la cuenta de su familia. Te-nemos una dura hipoteca.¿Quién pagará?. De esta, nozafamos.EL FUTURO ZAFANDO O HA-CIÉNDONOS CARGO.Con la cultura del zafar predomi-nando nos espera un futuro in-cierto, individualista, donde im-pera la ley de la selva, de la es-peculación. Si, por el contrario,prevalece la cultura del trabajo,del esfuerzo fecundo, solidario,honesto; tendremos un paísmás habitable, menos violento,donde las personas tengamosmejores vínculos y una mejorcalidad de vida.

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Page 17: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

Campo Grupal / 17Las mentes creativas son conocidas por ser capaces de sobrevivir a cualquier clase de mal entrenamiento. Anna Freud

En un art�culo publicado en el n�mero de mayo de Campo Grupal,el doctor Carlos M. Mart�nez Bouquet reflexionaba sobre Òlo cercanoal centro, al esp�ritu o a la chispa de la vidaÓ. En la nota dec�a: Òesaqu�l (nivel del ser humano) que tiene que ver con los valores, la ver-dadera moral, con las virtudes, con el sentido de la vida. En �l se haavanzado muy pocoÓ. Su nota planteaba la urgencia de trabajar sobreesta cuesti�n en la que, en su opini�n, s�lo hay Òantecedentes precur-soresÓ y mucha necesidad de elaboraci�n te�rica y pr�ctica.

Me parece importante se�alar que Mart�nez Bouquet tiene una lar-ga experiencia psicoterap�utica, con lo cual sus reflexiones segura-mente reflejan algo que aparece como una necesidad creciente en mu-chas personas en esta �poca. Se trata de la necesidad de generar teo-r�as y pr�cticas que potencien las posibilidades de dar respuesta a lacrisis existencial a la que todos estamos expuestos.

Como coincido con su opini�n sobre la relevancia de la cuesti�n, mepermito hacer una propuesta a la direcci�n de Campo Grupal y a to-dos aquellos que est�n interesados en reflexionar al respecto: sugieroque la revista se transforme en un espacio donde tenga lugar una con-versaci�n abierta sobre el tema. La propuesta invita a participar des-de perspectivas diversas (incluida la simple experiencia de vivir), yaque el asunto planteado no ata�e s�lo a la pr�ctica terap�utica, sinoque es de vital importancia para todas las manifestaciones de la vida,tanto individual como comunitaria. Lo que sigue intenta ser un primerapunte para abrir el intercambio. L.K.

Leopoldo Kohon [email protected]

Qu� es una Òcrisis de sentidoÓ

Muchas veces usamos la expresi�n Òcrisis de sentidoÓ para ha-cer referencia a lo que le ocurre a un individuo cuando ha per-dido la conexi�n con lo que le importa, con aquello que acti-

va e intensifica su experiencia de vivir; cuando ha perdido las motiva-ciones sin poder generar nuevos valores y significaciones en su reem-plazo. Al pensar de este modo vemos la cuesti�n en tanto fen�meno in-dividual: no se trata de una problem�tica colectiva, sino de una crisispersonal.

Otras veces hablamos de Òcrisis de sentidoÓ para referirnos a la mis-ma situaci�n, pero en tanto caracter�stica de una �poca hist�rica: la cri-sis de sentido es algo que le ocurre en alg�n grado a todas las personasque viven en esa �poca. Se trata en este caso de una situaci�n culturalcomunitaria en la que aquello que dio sentido a la existencia en el pa-sado inmediato, apoca su vigencia en el presente. Los individuos queviven en esa coyuntura hist�rica fueron educados en creencias, valores,conductas y maneras de ser que ya no sintonizan con las nuevas situa-ciones y el esp�ritu de los tiempos que corren. Se oscurece la relaci�ncon el deseo, crece el desgano y se extrav�a la direcci�n de las accio-nes. Es una situaci�n cultural en que la vida pierde su rumbo y decaeen fuerza e intensidad. El desaliento, la desorientaci�n, la superficiali-dad y la anomia �tica invaden la experiencia vital de las personas.Aquello que dio sentido y forma a la manera de ser y vivir en el pasa-do ha perdido fuerzas, y lo nuevo a�n permanece en las tinieblas delamanecer. Esto es justamente lo que sucede en el presente: es una si-tuaci�n colectiva de la que todos somos part�cipes, es el contexto enque vivimos y es tambi�n nuestro estado interior.

La epocalidad del sentido.Elegir el sentido de la propia vida, la forma en que queremos vivir y

convivir, es de radical importancia en esta situaci�n. S�lo as� se har�posible la resignificaci�n creadora que requieren los nuevos caminos.Pero ocurre que esta posibilidad de elegir es ejercida por cada uno den-tro de un horizonte de sentido que es cultural, comunitario y epocal.Si no asumimos la coyuntura hist�rica en que se encuentra lo que in-tentamos pensar, la reflexi�n y las posibilidades de elecci�n quedar�nlimitadas a las alternativas que cada persona pueda encontrar dentrodel orden de sentido establecido, someti�ndose a su actual estado desaturaci�n y crisis. Es por eso que, dado que existimos en una �poca decrisis cultural (esto es, de crisis del sentido que organiza la existencia), pensar el sen-tido de la vida de cada uno requiere considerar la sobredeterminaci�nontol�gica y cultural de esa crisis.

Si bien puede afirmarse que siempre el sentido de la vida es afirmar-la, su concreci�n se ha manifestado de maneras diferentes en cada �po-ca. Sucede as� en raz�n de las diferentes condiciones de posibilidad decada tiempo-espacio en que la vida ocurre, y la consecuencia constan-te es que las nuevas respuestas van instaurando diferentes maneras deser y vivir. Al esp�ritu general de esas respuestas se da en llamar senti-do de la vida.

El sentido es entonces aquella fuerza creadora que hace que lascosas y la vida sean de la manera en que se dan en cada �poca. La vi-da ocurre y es sobredeterminada desde (y por) sentidos no conscientesque pre-existen a cada cual y que funcionan como marco organizadorde los aprendizajes y experiencias que constituyen a las personas. Es la

ÒVoluntad del MundoÓ, que en su despliegue en devenir va dando for-ma a lo real y hace que las cosas y la vida vayan siendo. Se trata de unplano constituyente de la realidad que las personas experimentamos ennuestra existencia y del que no solemos tener conciencia expl�cita. Larealidad se nos deja ver como siendo ÒverdaderamenteÓ as�, tal comose observa a trav�s de una mirada organizada desde y por esa voluntadcreadora que nos hace ser y tambi�n cambiar. Esta noÐconciencia dela sobredeterminaci�n de lo real por el sentido hegem�nico, nos hacever como ÒnaturalÓ e inmodificable la manera en que vivimos y elÒafueraÓ, la realidad en que existimos.

La situaci�n actual y el sentido de la vidaEn los tiempos actuales nuestra existencia est� encerrada en creen-

cias y valores que han perdido vigencia porque se originaron y valida-ron en una situaci�n hist�rica ya superada. Vivimos en un horizonte desentido que se gest� hace unos 500 a�os, cuando la humanidad occi-dental comenzaba a centrar sus esfuerzos en el desarrollo de la capaci-dad de producci�n para satisfacer las distintas necesidades de las per-sonas. El desarrollo de las fuerzas productivas fue el leitmotiv de todaesa �poca, y a esto se llam� ÒprogresoÓ. Ese objetivo orient� la exis-tencia y fue el lente a trav�s del cual se dio sentido a la realidad y a lavida misma. Esto fue lo que dio forma a la manera de ser y vivir de laspersonas en los tiempos en que se desarroll� la revoluci�n industrial yse puso en marcha la revoluci�n tecnol�gica.

La afirmaci�n de esta segunda etapa del productivismo Ñla tecnol�gicaÑ, fue generando la crisis de esos paradigmas en la medi-da en que el desarrollo iba transformando la relaci�n entre las necesi-dades y la capacidad social productiva. En la situaci�n actual la posi-bilidad de las personas de disponer de aquello que hace falta para lo-grar una buena vida, ya no depende principalmente del crecimiento delas fuerzas productivas sino de reorganizar el sistema de distribuci�n ylos objetivos de la producci�n misma. Las necesidades no satisfechastienen que ver cada vez m�s con la gigantesca concentraci�n de la ri-queza y la mala distribuci�n de los bienes, y cada vez menos con las li-mitaciones de la capacidad social de producir.

La crisis se agudiza en el grado en que se profundiza esta brecha en-tre el Òprogreso tecnol�gico-productivoÓ y el cuidado de la vida de laspersonas. En el mismo grado crecen los peligros para la vida derivadosdel aumento de la capacidad de dominio que la t�cnica pone a disposi-ci�n del Òdeseo de poderÓ.

El horizonte de sentido que heredamos y dentro del cual a�n nosmovemos es la utilidad y el dominio. Para el mundo del progreso quedio forma a nuestra existencia, la vida ten�a sentido en la medida en queera �til y tuviese por resultado un crecimiento del dominio personal so-bre cosas y/o personas. Este es el mundo que est� muriendo. Hoy elcrecimiento de la capacidad productiva ya no es una cuesti�n de inte-r�s principal en el cuidado de la vida; de hecho, si seguimos avanzan-do en la direcci�n se�alada por la voluntad de dominio, crecer� la de-sesperanza de muchos y la miseria existencial de todos.

Este es un apretado resumen del proceso de realizaci�n del proyectode la modernidad (misi�n cumplida) y de la aparici�n de la posmoder-nidad (algo que devino de la modernidad y que a�n est� buscando superfil en tanto �poca hist�rica). Esta es la situaci�n existencial en la queestamos, y al experimentarla se nos hace necesario re-pensar el sentidode la vida desde las nuevas condiciones de posibilidad.

El sentido como sobredeterminaci�n inconscienteLa Ònaturalizaci�nÓ del sentido utilitario-productivista como verda-

dero y �nico sentido de la vida (nos hemos acostumbrado a valorar des-de �l todo lo que hay y ocurre), nos encierra en un horizonte que ha per-dido vigencia hist�rica. Estamos sometidos por la dictadura del senti-do productivista, y esto nos ocurre no s�lo por condicionamientos ex-

El comienzo de una conversación

Qué es una“crisis de sentido”

Presentaciónde“Metodologíade la Investi -gación”El día viernes 22 de junio, enA.T.E. Oscar Bricchetto, GladysAdamson y Graciela Jasiner, pre-sentaron ante un auditorio de col-mado con 180 concurrentes, el li-bro METODOLOGÍA DE LA IN-TERVENCIÓN, Sistematizaciónde Experiencias de Campo enPsicología Social, escrito por LuisAlberto Gui y Marisa Isabel Pa-vón. Es la primera publicación deLabriego -Centro de Estudios e In-vestigaciones Psicosociales-, insti-tución que también fue presentadaen sociedad.Abrió la presentación del libro Os-car Bricchetto. "El libro, dijo, esportador de un mensaje y portavozde una necesidad, necesidad deinstrumentarse, de un perfil profe-sional, de profesinalizarse ... nece-sidad de aceptar ciertas limitacio-nes, para ganar en precisión y efi-cacia, pero también de alejarse delos caminos, explorar los bordes ylos entornos de lo no nombrado, lono sabido, lo no dicho; con creativi-dad, que significa trascender losprocedimientos normatizados. Peropara hacer esto, es necesario quehaya normas... Nosotros los lecto-res hicimos una alianza, y el librose encuentra en realidad entre laobra real y las palabras símbolos,las que dan forma a nuestro imagi-nario. Entonces entiendo Metodolo-gía de la Intervención como un li-bro que está entre los que lo lee-mos, los autores y él por sí mis-mo... este libro generará este en-cuentro". Gladys Adamson retomó la idea decelebración y propuso hacer tresbrindis. El primero por los autores,a quienes considera pichonianos,"con una actitud militante que tienemás de instituyente que de institui-do, puedo decir que son dignos ex-ponentes de este rasgo"... "El se-gundo brindis es por la aparicióndel libro en sí", refiriéndose a la de-manda que existe en relación conestas producciones desde diferen-tes lugares de Latinoamérica. Eltercer brindis es por el contenidodel libro, que define como "teórica-mente riguroso y a la vez operati-vo. Los autores parten de lo máscontextual a nivel teórico y avan-zan hasta concluir con dos expe-riencias prácticas". "Imagino a losautores acompañando casi de lamano, hombro a hombro o coda acodo, guiando a sus interlocutoresa través de un camino hacia la in-tervención y sistematización". Dijo Graciela Jasiner: "Publicar unlibro es una forma de desprendi-miento, que nos habilita para entrarde algún modo a la fiesta de la vi-da. Escribir es un acto, es asumirun riesgo, es hacer algo, aunqueno sea todo... Es dejar que algocircule. Es prestarle letra y digni-dad a los susurros colectivos". Ha-blando acerca de ser discípulo y dela Psicología Social, señaló su po-sición al respecto... "el mejor modode pagar una deuda con el maes-tro, es producir lo propio, o seaservirse del maestro para ir másallá de él. Que sostener con vida laPsicología Social, es no necrologi-zar el ECRO". En relación con losautores dijo "se los escucha revi-sando su propia actividad, preocu-pados por los dispositivos, por lasformas de intervención y por la sis-tematización de las experiencias ycomo ellos dicen: trabajando en loscaminos de la profesión"... Cerró

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Soledad Lugones [email protected]

El fracaso es hoy lo NO perdonado ni admitido. Todos, adultos ychicos debemos responder a una exigencia de �xito constante ycruel, que nos despersonaliza y nos entristece como personas.

Para nosotros los adultos, el fracaso trae aparejado el terrible- posi-ble fantasma de la exclusi�n social, debido a la terrible crisis socioeco-n�mica que todos vivimos. Equivocarse se ha transformado en un pe-ligro. El peligro de no responder r�pida y correctamente a todos losm�tliples est�mulos que nos demandan nuestros espacios de trabajo.Hoy m�s que nunca, nos vemos obligados a una sobreadaptaci�n ex-trema en pos de no perder nuestro trabajo ni nuestro lugar dentro de lasociedad.

Es muy evidente que esto afecta directamente a los ni�os y adoles-centes. Si bien no tienen la exigencia real de trabajar, muchas veces lavida que llevan y en particular la vida escolar, se asemeja casi id�nti-camente a la de los adultos que los rodean.

El tiempo vertiginoso en que vivimos tambi�n llega a los chicos.Muchas veces, por suerte, pueden expresar su sufrimiento -que inevi-tablemente tiene que ver con el sufrimiento de sus seres queridos-. Ylo hacen a trav�s de alg�n s�ntoma: no aprender, no ÒprestarÓ atenci�n,agredir, inhibirse, etc.

- ÒVas a ir a la escuela de repetidores, a las 2 de la ma�ana, porquefracasaste en los �ltimos ex�menesÓ - dice Martina (12 a�os) mientrasdramatiza esta historia ÒinventadaÓ por ella. Historia que por otro lado

denuncia los significados que los adultos otorgamos al estudio y al ren-dimiento escolar.

- ÒQuisiera estar en una pileta en el medio de las monta�as: eso se-r�a un alivioÓ responde Jos� (12 a�os), al preguntarle c�mo podr�a sen-tirse mejor ante lo que �l llama ÒLa Presi�nÓ -luego de haber dibujadoun ni�o lleno de hojas escolares volando alrededor de �l-.

-Francisco (4 a�os) realiza r�pida y adecuadamente diversos ejerci-cios que le ense�an en el jard�n: es capaz de clasificar materiales delas m�s variadas formas y de armar los m�s complejos rompecabezas.-ÓBueno, ahora vamos a jugarÓ, dice apurado y, sin darse cuenta, mues-tra lo que aprende sutilmente de sus figuras adultas: aprender no tienenada que ver con jugar, aprender es como el trabajo, aprender es tenerbuenos resultados, descontextuados y sin sentido.

Estas expresiones podr�an ser perfectamente la de muchos adultos:padres, docentes y dem�s profesionales, trabajadores, amas de casa-...Hay otros ni�os que se acomodan sin siquiera poder mostrar su pa-decimiento de sentirse exigidos y encadenados a la �tica del �xito. Suproblema pasa desapercibido.

Los logros y producciones de chicos y adolescentes ya ni siquiera lespertenecen, en tanto son simples escalones al �xito, peque�as cuotascon las que ellos y sus familias imaginariamente aseguran cada d�a noquedar afuera, Òseguir perteneciendoÓ, sea cual sea la situaci�n econ�-mica de esos ni�os y esas familias.

Hoy, el conocimiento y el aprendizaje han perdido en gran parte suverdadera potencia: la de hacernos sentir autores de nuestras vidas, lade sostenernos en tanto personas pensantes. Muchas veces, la sabidu-r�a es un producto m�s, un mero resultado. Es que quiz�s los ni�os yadolescentes que tienen problemas de aprendizaje, est�n mostrandocon su propio sufrimiento, el malestar de sus padres y docentes que,agobiados y apremiados, se ven d�a a d�a exigidos a una vida que losdesconecta de su ser personas y de sus afectos y pensamientos.

Aprender no debe ser ni un trabajo ni un pre-trabajo, ni un pre-futu-ro. Los chicos no deben simplemente ajustarse y acomodarse...Y creoque tampoco los adultos.

Dar un espacio que habilite la plenitud de ser una persona con dere-cho a pensar, disfrutar, diferenciarse de los dem�s, jugar, equivocarse,enojarse, angustiarse, mostrar y guardar lo que no se quiere mostrar-...Los chicos necesitan ese espacio, y los padres tambi�n. Un espacioadonde poder jugar los conflictos y dificultades, que en definitiva, sonlos que nos permitir�n crecer y sostener un mejor v�nculo en el que to-da la familia pueda aprender.

ternos, sino tambi�n por la manera en que so-mos. Lo que necesitamos es desarmar esa ma-nera de ser organizada desde el productivismoy traspasarla con reflexiones y acciones dise-�adas desde otros sentidos germinales. S�loas� ser� posible abrir espacios de resignifica-ci�n que permitan re-crear nuestra manera deser, vivir y convivir.

Se trata de posibilidades y tambi�n de peli-gros que requieren mutaciones de lo humanoante la nueva situaci�n originada en la revolu-ci�n tecnol�gica. Esta revoluci�n implic� uncambio en la situaci�n y tambi�n en la Volun-tad del Mundo, al que necesitamos dar espa-cio y forma en nuestras almas. Creo que �stees el punto clave en la comprensi�n de la cri-sis de sentido que avanza en nuestro presente.

As� planteada, la cuesti�n del sentido de lavida requiere que nos preguntemos por la Òin-tenci�n enquistadaÓ que cargan nuestras ac-ciones, las herencias de sentido que nos so-bre-determinan sin que seamos concientes. Ytambi�n que nos preguntemos por lo nuevoque aparece en nuestros m�s �ntimos deseos.All�, en nuestros deseos y en el grado en quepercibamos con libertad creadora, encontrare-mos se�ales de rumbos in�ditos para sue�os, proyectos y acciones quenos inicien en nuevas maneras de ser y de vivir.

Este doble movimiento en la conciencia Ñel reconocimiento de losÒidealesÓ ya vacuos por un lado, y la escucha de lo nuevo que pulsa

en nuestros deseos por el otroÑ, es la v�aprincipal que nos encaminar� hacia nuevaselecciones y acciones que afirmen una exis-tencia m�s intensa y creativa.

De tal suerte, abordar la cuesti�n del senti-do de la vida en la experiencia de cada uno re-quiere cuestionar de manera expl�cita el hori-zonte de sentido a�n hegem�nico en la socie-dad en que vivimos, y por lo tanto en nosotrosmismos; tomar conciencia de su saturaci�n,de su crisis y de la posibilidad de resignificar-lo. Si no abrimos la pregunta por el sentidoque organiza nuestras acciones, sentimientos,emociones, lenguaje y conversaciones, todasnuestras posibilidades quedar�n acotadas alhorizonte de sentido de un mundo que ya hacomenzado a morir.

Las transformaciones de la subjetividad hu-mana que se ÒsugierenÓ desde la nueva Volun-tad del Mundo muestran sus movimientosgerminales en nuestra propia sensualidad. Es-to ser� m�s n�tido en quienes podamos escu-char y validar los deseos a�n sin voz, acalla-dos por el viejo imaginario todav�a hegem�ni-co. Por eso es que la pregunta por el sentidoser� operativa en la medida en que la hagamos

muy cerca de la sensualidad y de la experiencia de cada uno, y con el�nimo de que las respuestas orienten nuestras pr�cticas cotidianas. Pa-ra transformar un horizonte de sentido es necesario gestar otro con de-seos y acciones diferentes.

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# VISITAS GUIADAS: “El Abasto: unarecorrida por el barrio de ayer y dehoy”. Salida desde la Casona. Sábado7 y domingo 22 de julio a las 16 hs.(No se suspende por lluvia)

CICLO DE LOS VIERNES PARA ACTI-VIDADES DE DIFUSIÓN Y PROMO-CIÓN EN EL CAMPO GRUPALTEATRO ESPONTANEO ABIERTO:Coordina grupo TEA. Viernes 6 de ju-lio a las 19:30 hs. (y todos los prime-ros viernes de cada mes). A la gorra.CINE - VIDEO: “Creatividad en las or-ganizaciones”. Coordinado por psicó-logos sociales: Alberto Larroque y Gui-llermo Castañeda. Viernes 13 de julioa las 19:30 hs. ( y todos los segundosviernes de cada mes). A la gorra.ZONA DE PSICODRAMA: “Del TeatroEspontáneo al Psicodrama”. Hoy:“Vínculos”. Espacio coordinado porpsicodramatistas . Viernes 20 de julioa las 19:30 hs. (y todos los tercerosviernes de cada mes). A la gorra.ZONA DE JUEGO: juegos vivencialespara jóvenes y adultos. Coordinadopor Los del Marco. Viernes 27 de julioa las 19:30 hs. (y todos los cuartosviernes de cada mes). A la gorra.

# “CAFÉ PSICOLÓGICO”: Tema: “Lasabiduría de los cuentos”. Miércoles 4y 18 de julio a las 21 hs. Coordina Lic.Liliana Himelblau. Arancel: $6.# “ZAPPING DRAMÁTICO”. Jueves19 de julio de 19 a 22 hs. Coordina:Lic. Fabio Lacolla. A la gorra.# “QUERIDO SILVIO”: Espectáculomusical con canciones de Silvio Rodrí-guez. Sábado 7 de julio a las 23 hs.Reserva telefónica.# “HUMAHUACA ENTRE CORCHEAS”:espacio para escuchar y hacer música.Escenario abierto. Traé tu instrumen-to. Viernes 13 de julio a las 22: 30 hs(y todos los segundos viernes delmes). Entrada $ 2.-#VIDEO CLUB PARTICIPATIVO: un es-pacio donde se elige, se ve y se refle-xiona una película. Todos los martes alas 21 hs. Bono Contribución: $1.-Mar-tes 3: “La lengua de las mariposas”.# HERMANOS DE LECHE presenta suespectáculo “TANGO CLOWN”: sábado14 de julio a las 22 hs. (a la gorra).# JUEGOSA DE MESA: Sábado 21 dejulio a partir de las 22 hs. TEG, DA-DOS, TRUCO, BACKGAMMON. Venícon amigos y hacé tu juego.# TATEPAPAUESO: Taller de técnicasde juego y dinámicas grupales. Coor-dinan Los del marco. Iscripciones pa-ra próximo cuatrimestre.# TINATERRA: Taller de títeres y narra-ción. Inscripción para próximo cuatri-mestre.

BAR CAFE A LA CALLE.ABIERTO DE 13 A 23 HS DE LUNES A SABADOS

Humahuaca 3508Abasto / Capital

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Campo Grupal / 18 Tienes que despertar a la gente. Revolucionar su modo de identificar las cosas. Tienes que crear imágenes que no aceptarán. Picasso

El éxito escolar

El apesadumbrado trabajo de chicos y adolescentes

Page 19: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

Privilegios, poder y corrupciónSeminario Internacional sobre temas cruciales en las dis-tintas culturas y sociedades que serán analizados y desa-rrollados desde la perspectiva teórica de reconocidos ex-pertos en Europa sobre Violencia, Abuso, Mediación Fa-miliar y Escolar e Intervenciones Resolutivas. Dr. Reynaldo Perrone, Psic. Liliana Perrone.10 y 11 de agosto de 2001 de 9,30 a 17 hs.Aula Magna de la Universidad Maimónides. Hidalo 775,CapitalInscripción: Centro de Investigación Familar (CIF). NicetoVega 4784 de 14 a19hs. Tel-Fax 4773-2796 email: [email protected]ía Paidos: Av. Las Heras 3741 Loc. 31 L. a V. 9,30 a20 hs. Sabado 9.30 a 13 hs.Costo $ 110. Grupos de 6 personas c/u $90.

Espacio MiradorSábados de julio por la mañana: análisis literario decuentos.Sábados 19 hs. Cuentos, invitación a contar. CoordinaCristina Villanueva.Sábado 14 a las 19 hs. Cuentos. Coord. Cristina Villa-nueva e invitados. • 22 hs. Folklore con Adriana y Feli.Sábado 21 a las 19 hs. Dificultades en la pareja. Coor-dina Gustavo Grimbak.Nicaragua 5802 Capital Federal Tel: 4772-9221

Grupos TerapéuticosApertura de inscripción para los GRUPOS DE ENCUEN-TROS TERAPEUTICOS, con entrevista sin cargo, coord.Silvia Schverdfinger, con objetivos terapéuticos para´pú-blico en general y con objetivos pedagógicos para Profe-sionales y estudiantes avanzados. Informes al 4962-4583

Libro corporalEl Instituto de la Máscara y la Editorial Letra Viva invi-tan a la presentación del libro “El cuerpo, territorio dela imagen” de Elina Matoso y a la inauguración de la co-lección “Cuerpo, arte y psicoanálisis” dirigida por Ma-rio Buchbinder.Martes 3 de julio de 2001 19 hs en La Manzana de LasLuces Perú 272

Seminarios de investigaciónA cargo de la Lic. Marta ToppelbergSeminario I ¨Esquemas freudianos que Lacan utiliza¨ -Día 5/8/01Seminario II ¨La constitución del cuerpo y la vida afec-tiva¨ - Día 2/9/01Seminario III ¨Goce: los presentes de la Vida Pulsio-nal¨ - Día 7/10/01Horario: 10,30 á 12,30 hs.Se tratarán casos clínicos (bebé, niño o adulto) Informes e inscripción: teléfono (54 11) 49 62 69 05e-mail: [email protected]

Psicología Social en Argentina2º Congreso Nacional con participación Latinoamericana.18, 19 y 20 de agosto de 2001 - Tandil - Buenos Aires –Argentina6º Encuentro «200 Pensadores en Psicología Social»4º Encuentro de Experiencias Profesionales3º Encuentro de Actualización Teórica y Técnica Mesa Especial: «Ciencias Humanas y Sociales: Especifici-dades e Intercambios»Convoca y Organiza INSERCIÓN Asociación Civil 33 Orientales 1045 - 3º C Bs. As. Tel: [email protected] www.insercion.com.ar

Clínica de la tensiónTensión es dolor, conflicto, síntoma, obstáculo. Pero tam-bién es vitalidad, deseo, forma, acción, lucha. Espacio terapéutico para revisar los modos de la tensiónen el cuerpo, la relación con la historia personal y la pro-blemática actual.-Grupos de trabajo corporal.-Asistencia terapéutica individual.Lic. Mónica Groisman. J. R. de Velazco 770 Buenos Aires. Tel: 4857-0855. Email: [email protected]

Centro psicopedagógico El ArbolTaller de Técnicas Grupales integrando la lectura, dibu-jo, psicodrama, escritura y juego con el objeto de me-jorar la coordinación grupal.Güemes 4310. Tel/fax 4831/1563- 15-5-3101020Email:[email protected]

Análisis Institucional“Intervención e implicación” Presentación de un caso de Intervención.Jueves 5 de Julio, 20 hs. en “Un Gallo para Esculapio” Uriarte 1795, esq. Costa Rica. Capital

Expresión corporalGupos mixtos, el segundo sábado de cada mes de 15 a 17 hs.Próximo taller: 14/07 "Dar y Recibir en la amistad"Av. Rivadavia 4307 Informes: 4585-0793E-mail: [email protected]

Psicoanálisis de los gruposLa Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapiade Grupo informa que está abierta la inscripción 2001al Seminario PSICOANÁLISIS DE LOS GRUPOS UN SÁBADO AL MES en módulos independientes 8/7 - 12/8 - 9/9 - 7/10 - 4/11 - 2/12 capacitación conceptual y técnica para el trabajo grupal participación en una experiencia grupal de propósitoformativo análisis de materiales clínicos

EQUIPO DOCENTE: Marcos Bernard; Rosa Chagel; Lu-cila Edelman; Diana Kordon; Mirta SegovianoARANCELES: cada módulo: $ 50 LA INSCRIPCIÓN DEBE HACERSE PREVIAMENTE, enArévalo 1840 - Ciudad de Buenos Aires - Telefax 4774-6465-4771-0247 - e-mail: [email protected]

Recursos del psicoanálisis para la coordinación de gruposEl Instituto de Investigaciones Grupales y A.L.E.F.(Asociación Latinoamericana de Estudios Freudianos)convocan al taller "Recursos del Psicoanalisis paraCoordinar Grupos". Coordinado por la Lic. GracielaJasiner y el Dr. David Szyniak.El sábado 14 de julio de 14 a 18 hs.Informes e inscripcion al 4833-7808/ 4777-9782

Resolución de conflictosConvenir Asociacion Civil y CEO (Centro de EstudiosOrganizacionales) informa que esta abierta la inscrip-cion para el 2º semestre de 2001 en las siguientes ca-rreras:1. Tecnicatura en resolucion de conflictos organizacio-nales2. Prevencion de la violencia infanto juvenil3. Integracion de necesidades educativas especialesAsimismo seguimos inscribiendo en los cursos de me-diacion escolar, mediacion comunitaria, comunicacionhumana, negociacion efectiva y otrosTodas las carreras y cursos se dictan en la modalidad adistancia.Consulte llamando a los tel: (011) 4815-7002 ó (011)4815-6897 ó (011) 4813-6823 o enviando un mail a :[email protected] www.convenir.org.ar

Analistas en internetelSigma.com es la primer comunidad analítica en Inter-net y cuenta con foros, seminarios on-line, cine y psi-coanálisis, entrevistas, columnistas y primer nivel ymuchísimas colaboraciones: www.elsigma.com

Psicodrama y técnicas de acciónLa Escuela de Psicodrama de San Miguel te invita aparticipar en los próximos talleres: 7/7 a las 14 hs. “2001 Técnicas de acción” ¿Existe una técnica para crear técnicas? (presentado en el III Congreso Iberoamericano de Psi-codrama - Povoa de Varzin-Portugal)28/7 a las 14 hs. "¿Qué veo cuando me veo?" Taller de Psicodrama y algo más Vacantes limitadas. Es necesaria la inscripción previaESCUELA DE PSICODRAMA DE SAN MIGUELSarmiento 1478 2° Piso San Miguel – Te: 4431-8773– 4741-3438

Teatro de emergenciaLa Usina a la gorra. Viernes 23.00 hs. "Hermanos de leche" Presentan LA SOLUCIÓN A TODOS TUS PROBLEMAS de Javier NepoLa Usina- Mexico 2993 - TEL: 4932-5768

Centro de Altos EstudiosTaller de Percepción: Sábado 7/7 de 16.30 a 20 hs Conociendo a Carl Jung: Sábado 14/7de 16.30 a 20hs Nueva Inscripción a la Carrera de Psicodrama. 2 años,dos sábados por mes de 10 a 13hs Curso de Psicoanálisis Tanger: Tertulia - Café - Encuentro - Sábado 21/7- 21hs Inscripción abierta para el próximo seminario del EPS(Emergencias Psicosociales) Psic. Soc. Hugo BasileAv. Corrientes 3591 ( Esq. Billinghurst) - tel: [email protected]

Viejo y nuevo PsicodramaGrupo Ananké, con sede en Haedo Norte, informa queestá abierta aún la inscripción al curso "El viejo y elNuevo Psicodrama", capacitación teórico-práctica-vi-vencial para todos aquellos estudiantes o profesionalesde carreras afines a la psicología o a la coordinacióngrupal. Los encuentros se realizan los sábados de 9 a11 hs.La aprobación del curso habilita para integrarluego el equipo interdisciplinario de psicodramatistasque la institución ofrece a la comunidad, tanto en suárea asistencial como en el departamento de docenciae investigación. Informes:4443-8965 o [email protected].

Teatro espontáneo y memoriaEl Grupo de Experimentación Psicodramatico (GustavoAruguete y equipo) intentará, a partir del 5 de julio, unespacio llamado "Los Teatros de la Memoria"Explorando la técnica del teatro espontaneo, recreare-mos nuestras historias, en las que seremos actores, di-rectores, dramaturgos y músicos, de la experiencia vi-vencial.El Teatro será el Auditorio de F.M. La Tribu, que quedaen Lambaré 873 (y Sarmiento),El tema que nos convocará en esta función, se llama"Mal de Amores", y dará comienzo el día 5 de Julio a las20 horas.La entrada es libre y la función es gratuita.

DivorcioCharla abierta: "¿ Cómo es un juicio de divorcio?"Lugar: Sarmiento 1422, piso 7°, of. 3.Miércoles 18 de julio a las 18 horas.Inscripción gratuita anticipada: telfax 4373-1938/

(15) 5109-2177Dra. Mirta Susana Núñez, abogada especialista en De-recho de Familia, mediadora, psicóloga social, [email protected] www.sinectis.com.ar/u/mir

Centro de Psicoterapia y Técnicas OperativasDirector del CPO: Dr. Hernán KesselmanActividades 1. Aula Taller 1 y 2. El Goce Estético en el Arte de Cu-rar: coordina Dr. Hernán Kesselman, miércoles sema-nal/quincenal.2. Escuela de Psicodrama Abierto. Directoras Lic. AídaLoya y Lic. Guillermina Raffo3. Seminarios especiales. 3 clases cada seminario 4. Operadores en Eutonía. coordina Lic. Susana Kes-selman.5. Los tramoyistas. Compañía de Teatro Espontáneodel CPO. Director Dr. Raúl Sintes. 6. CPO en el Uruguay. Dr. Raúl Sintes y Lic. MarielaGrosso 7. Ateneo clínico. Próximo viernes 10 de agosto. INFORMES: 4 804 8829/ 4 804 8880 / 4 854 0643 [email protected]

Curso intensivo de formación psicoanalíticaAbierta la InscripciónComienzan Cursos en Agosto Una jornada mensual de Trabajo Teórico- Clínico en día sábadoCurso 1- Dirigido a psicólogos, psicólogos sociales,médicos, educadores, T. Ocupacionales, T. Corporales, Psicomotricistas, musicoterapeutas y estudiantesavanzados de esas carreras y afines. Curso 2 - Dirigido a psicoanalistas con actividad clíni-ca (privada o institucional).Adecuados para residentes en Capital, provincias y paí-ses limítrofes.Habrá Seminarios optativos, con variedad temática,gratuitos para los inscriptos en un Curso Intensivo.Directora: Lic. Marta ToppelbergInformes e Inscripción Teléfono (5411) 4962-6905 E-mail: [email protected]

Escuela Pichon RivierePsicología Social - 3 añosPsicología Social - titulos oficiales - 4 añosPsicología Social Semipresencial - 3 añosCursos de homologación - 2 añosCurso de Creatividad -Dr. Fidel Mocio y equipo - 1 añoCurso de Mediación - Lic.Jorge Leoz 1 añoPRIMERA ESCUELA DE PSICOLOGIA SOCIALFUNDADA POR EL DR. ENRIQUE PICHON RIVIERE24 de noviembre 997 Ciudad de Bs.As.4957-1907 4931-0200 e mail: [email protected]

Psicología Social y PsicoanálisisEscuela Psicoanalítica de Psicología Social continúa lainscripción para el ciclo 2001 de la carrera de Psicolo-gía Social orientación Psicoanalítica (tres años), en to-dos los niveles, para alumnos de Capital (sede Belgra-no) e Interior (sede Caballito), y los Seminarios de For-mación en Psicoanálisis. Vacantes limitadas. INFOR-MES: 4433-4988

Pasaje ZenTaller de Ikebana a cargo de la Prof. Nelly Mavassi arealizarse en agosto. Vacantes limitadas. •Grupos terapéuticos, adultos, familia.•Grupos de formación Psicodrama dirigido a estudiantes yprofesionales.•Grupos Clínica del Psicodrama para profesionales con expe-riencia.Informes e inscripción: 4982-4655 [email protected]

Anorexia, bulimia y obesidadAREA PREVENCION•Formación de Operadores en Prevención con pasantías enColegios Secundarios•Talleres vivenciales con niños y adolescentes•Talleres informativos con educadores y padres. AREA ASISTENCIA•Tratamiento Individual y Grupal •Asistencia Psicológica, Nu-tricional y Médica •Entrevistas de OrientaciónABIERTA LA INSCRIPCION PARA CURSOS DE OPERADORAbordajes, Equipo InterdisciplinarioPedro I. Rivera 2583 Capital Federal Tel: 4783-4968

Consumo de drogas ¿emergente social?Charla-taller a cargo del Lic. Norberto Lipper.Sabado 14 de julio de 17,30 a 21 hs. en el Centro de Forma-ción en Psicología Social: Av. Larrazabal 829 Liniers

Angustia, pánico y depresiónLa Asociación Latinoamericana de Estudios Freudianos(ALEF) informa que se llevará a cabo una reunión abierta so-bre “Angustia, Pánico y Depresión. ¿Cómo cura el Psicoaná-lisis? a cargo del Dr. david Szyniak, el dia 4 de agosto.Informes al tel: 4777-9782 [email protected]

Para publicar en Agenda, envíe sus gacetillas e informaciones por fax al tel: 4553-1226Y por e-mail: [email protected]

AGENDA IMPERDIBLESMirta Susana Núñez

[email protected]

Cinco libros imperdibles en mi vi-da.¿ Sólo cinco? ¡ No puedo, de-cididamente no puedo! No cumpli-ré la consigna, serán más. ¿ Có-mo sintetizar “lo que he leído yme ha marcado” desde aquel librode cuentos de mi infancia que lepedía a mi madre que me leyerauna y mil veces, “Los siete ga-tos maravillosos”, hasta el pre-sente? Un libro siempre para mí fue elmejor regalo para hacer y pararecibir. Desdechica. Las li-brerías, luga-res donde soyfeliz.En mi adoles-cencia leí aNeruda, a Be-nedetti (“In-ventario”), aCortázar (mis cuentos preferidos:“Casa Tomada”, “La señorita Co-ra” y “La salud de los enfermos”).Después descubrí “Poemas deamor”, de la poetisa uruguayaIdea Vilariño (“Quisiera morir/a-hora/de amor/para que supieras-/cómo y cuánto te quería.Quisieramorir ahora/ de amor para quesupieras”). “Con tres o cuatroamigos”, de Ignacio B. Anzóate-gui (h) (“Te oculto solamente miscavernas/y ciertas cosas que lasllamo mías/algunos llantos que noentenderías/las luces del dolor,las tan eterna”).- La mejor novelaque leí sobre las mujeres “Noso-tras, que nos queremos tanto”,de Marcela Serrano (“Yo no soyprotagonista de estas páginas, sies que existe claramente alguna.Aquí sólo hay mujeres, cualquierade ellas. Somos tan parecidas to-das, es tanto lo que nos hermana.Podríamos decir que cuento una,dos o tres historias, pero da lomismo. En el fondo, tenemos to-das – más o menos – la mismahistoria que contar”.-). Mis lectu-ras en psicología han sido muyvariadas, (psicoanálisis, psicolo-gía social, sistémica, gestalt, psi-codrama). Rescato “La teoría dela transferencia en psicoterapiagrupal”, de Pacho O Donnell:(“Duro oficio el nuestro, ser rele-gados al limbo, y tener que ale-grarnos por ello. “Antes te adora-ba, te veía enorme, te admiraba,me parecía que eras la personamás maravillosa del mundo, yano...”, me confesaba Cristina nohace mucho, poco tiempo de sualta. Y yo me puse contento”).Otro libro, de Alfredo Grande,“El Edipo después del Edipo,del psicoanálisis aplicado alpsicoanálisis implicado” (“Elpsicoanálisis implicado es resul-tante no contingente de la impli-cación del analista”...”Algunos di-cen que lo mejor que nos puedepasar es la neurosis. Supongoque se refiere a que es lo mejorque le puede pasar a los psicoa-nalistas, para mantener una de-manda sostenida de aúreos trata-mientos”. Siguiendo con el tema“psi”, recomiendo la novela “Des-de el diván” de Irvin D. Yalom(el autor de “El día que Nietzschelloró) y “El sexo oculto del dine-ro”, de Clara Coria (“cuando seunen los términos mujer, sexuali-dad , dinero y ámbito público, elloevoca y remite – conciente o in-conscientemente – a la idea-vi-vencia-creencia de prostitución”;“Es más pertinente evaluar el gra-do de independencia de una per-sona por su capacidad para usarel dinero con autonomía y no porsu capacidad para ganarlo. El ga-narlo no implica, necesariamente,que se use con autonomía”).

Campo Grupal / 19En principio, estoy en contra de los principios. Tristan Tzara

Page 20: 25 - psicosocial.edu.uyde septiembre de 1970. Mientras estudiaba en el Norte hab™a visto de cerca la revoluciŠn anti-establishment que se desatŠ en varios lugares del mundo pero

Reproducimos un monólogo del re-cordado humorista Tato Bores.Pasan los años y cada día tienemás actualidad...

La culpa de todo la tiene el ministro deEconom�a dijo uno.

- ÁNo se�or! -dijo el ministro de Econom�amientras buscaba un mango debajo del z�ca-lo- La culpa de todo la tienen los evasores.

- ÁMentiras! -dijeron los evasores mientrascobraban el 50 por ciento en negro y el otro 50por ciento tambi�n en negro- La culpa de todola tienen los que nos quieren matar con tantoimpuesto.

- ÁFalso! -dijeron los de la DGI mientraspreparaban un nuevo impuesto al estornudo-La culpa de todo la tiene la patria contratista;ellos se llevaron toda la guita.

- ÁPero, por favor...! -dijo un empresario de

la patria contratista mientras cobraba peaje ala entrada de las escuelas p�blicas- La culpade todo la tienen los de la patria financiera.

- ÁCalumnias! -dijo un banquero mientrasdepositaba a su madre a siete d�as- La culpa detodo la tienen los corruptos que no tienen mo-ral.

- ÁSe equivoca! -dijo un corrupto mientrasvend�a a cien d�lares un libro que se llamaba"Haga su propio curro" pero que, en realidad,s�lo conten�a p�ginas en blanco- La culpa detodo la tiene la burocracia que hace aumentarel gasto p�blico.

- ÁNo es cierto! -dijo un empleado p�blicomientas con una mano se rascaba el pupo ycon la otra el trasero- La culpa de todo la tie-nen los pol�ticos que prometen una cosa paranosotros y hacen otra para ellos.

- ÁEso es pura maldad! -dijo un diputadomientras preguntaba d�nde quedaba el edifi-cio del Congreso- La culpa de todo la tienenlos due�os de la tierra que no nos dejaron na-da.

- ÁPatra�as! -dijo un terrateniente mientrascontaba hect�reas, vacas, ovejas, peones y re-cordaba antiguos viajes a Francia y a�oraba elplacer de tirar manteca al techo- La culpa detodo la tienen los comunistas.

- ÁPerversos! -dijeron los del politbur� localmientras bajaban l�nea para elaborar el duelo-La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskis-ta.

- ÁVerso! -dijo un guerrillero mientras arma-ba un coche-bomba para salvar a la humani-dad- La culpa de todo la tienen los fascistas.

- ÁMalvados! -dijo un fascista mientras que-maba una parva de libros juntamente con el li-brero- La culpa de todo la tienen los jud�os.

- ÁRacistas! -dijo un sionista mientras mira-ba torcido a un coreano del Once- La culpa detodo la tienen los curas que siempre se metenen lo que no les importa.

- ÁBlasfemia! -dijo un obispo mientras fabri-caba ojos de agujas como para que pasarandiez camellos al trote- La culpa de todo la tie-nen los cient�ficos que creen en el Big Bang yno en Dios.

- ÁError! -dijo un cient�fico mientras dise�a-ba una bomba capaz de matar m�s gente enmenos tiempo con menos ruido y mucho m�sbarata- La culpa de todo la tienen los padresque no educan a sus hijos.

- ÁInfamia! -dijo un padre mientras tratabade recordar cu�ntos hijos ten�a exactamente-La culpa de todo la tienen los ladrones que no

nos dejan vivir. - ÁMe ofenden! -dijo un ladr�n mientras

arrebataba una cadenita a una jubilada y, depaso, la tiraba debajo del tren- La culpa de to-do la tiene los polic�as que tienen el gatillo f�-cil y la pizza abundante.

- ÁMinga! -dijo un polic�a mientras primerotiraba y despu�s preguntaba- La culpa de todola tiene la Justicia que permite que los delin-cuentes entren por una puerta y salgan por laotra.

- ÁDesacato! -dijo un juez mientras cos�a pa-cientemente un expediente de m�s de quinien-tas fojas que luego, a la noche, volver�a a des-coser- La culpa de todo la tienen los militaresque siempre se creyeron los due�os de la ver-dad y los salvadores de la patria.

- ÁNegativo! -dijo un coronel mientras orde-naba a su asistente que fuera preparando buentiempo para el fin de semana- La culpa de to-do la tienen los j�venes de pelo largo.

- ÁUstedes est�n del coco! -dijo un jovenmientras ped�a explicaciones de por qu� paraingresar a la facultad hab�a que saber leer y es-cribir- La culpa de todo la tienen los ancianospor dejarnos el pa�s que nos dejaron.

- ÁEmbusteros! -dijo un se�or mayor mien-tras pregonaba que para volver a las viejasbuenas �pocas nada mejor que una buena gue-rra mundial- La culpa de todo la tienen los pe-riodistas porque junto con la noticia aprove-chan para contrabandear ideas y negocios pro-pios.

- ÁCensura! -dijo un periodista mientras, conlos dedos cruzados, rezaba por la violaci�n y

el asesinato nuestro de cada d�a- La culpa detodo la tiene el imperialismo.

- Thats not true! (ÁEso no es cierto!) -dijo unimperialista mientras cargaba en su barco untrozo de territorio con su subsuelo, su espacioa�reo y su gente incluida.- The ones to blameare the sepoy, that allowed us to take even thecat (la culpa la tienen los cipayos que nos per-mitieron llevarnos hasta el gato).

- ÁInfundios! -dijo un cipayo mientras mar-caba en un plano las provincias m�s rentables-La culpa de todo la tiene Magoya.

- ÁRid�culo! -dijo Magoya acostumbrado aestas situaciones- La culpa de todo la tieneMontoto.

- ÁCobardes! -dijo Montoto que de esto tam-bi�n sab�a un mont�n- La culpa de todo la tie-ne la gente como vos por escribir boludeces.

-ÁParen la mano! -dije yo mientras me pro-teg�a detr�s de un buz�n- Yo s� qui�n tiene laculpa de todo. La culpa de todo la tiene ElOtro. ÁEL Otro siempre tiene la culpa!

- ÁEso, eso! -exclamaron todos a coro- El se-�or tiene raz�n: la culpa de todo la tiene ElOtro.

Dicho lo cual, despu�s de gritar un rato,romper algunas vidrieras y/o pagar alguna so-licitada, y/o concurrir a alg�n programa deopini�n en televisi�n (de acuerdo con cada es-tilo), nos marchamos a nuestras casas por serya la hora de cenar y porque el culpable ya ha-b�a sido descubierto. Mientras nos �bamos nopod�amos dejar de pensar:

- ÁQu� flor de guacho que result� ser ElOtro...!

1ras. Jornadas del Pensamiento de Deleuze y Guattari

Micropolítica del pensamiento y de la clínica

8 de setiembre de 2001 de 9,30 a 19 hs.en el Centro Interdisciplinario “Humanarte”

Zapiola 2196 (esq. Mendoza) Capital Federal

Talleres - Mesas de Conversación Trabajos libres - Entrevistas

Condiciones para presentar trabajos:- Máximo 3 carillas, a doble espacio. - Enviar vía e-mail en archivo Word a:[email protected] Fecha límite de entrega: 30 de julio de 2001

Informes: [email protected]

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Inscripción: $ 12.-Estudiantes: $ 8.-

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Campo Grupal / 20 Debo andar con el viento y el agua, abrir ventanas, echar abajo puertas, romper muros, iluminar rincones. Pablo Neruda

Monólogo de Tato Bores

Vermouth con papas fritas y good show!!!...

CURSO DE TECNICAS DE ACCIÓN

¿Cuándo, cómo, por qué y para qué utilizarlas en el trabajo con grupos?

Te ofrecemos: Un espacio apropiado para experimentar nuevas herramientas que favorecen la produc-ción grupal e interdisciplinaria La posibilidad de supervisar grupalmente innovaciones en las prácticas profesionales Elementos teórico-prácticos para sustentar la producción de las propias técnicas grupales

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