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    Cubierta diseada por Christian Hugo Martn

    Traduccin de Constantino Ruiz-Garridosobre el original alemnGott im philosophischen Denken

    W. Kohlhammer GmbH, 2001 Ediciones Sgueme S.A.U., 2006

    C/ Garca Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / EspaaTlf.: (34) 923 218 203 - Fax: (34) 923 270 563e-mail: [email protected]

    ISBN 84-301-1623-0Depsito legal.: S. 1275-2006Impreso en Espaa / Unin EuropeaImprime: Grficas Varona S.A.Polgono El Montalvo, Salamanca 2006

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    CONTENIDO

    Prefacio ................................................................................ 9

    1. El pensamiento griego incipiente ................................... 13

    2. La metafsica clsica y la antigedad ms tarda ............ 47

    3. La antigedad cristiana ................................................... 81

    4. El Medievo cristiano ....................................................... 113

    5. La temprana Edad Moderna, el racionalismo yel empirismo ................................................................... 155

    6. Kant y el idealismo alemn ............................................ 225

    7. El pensamiento alejado de Dios ..................................... 279

    8. La filosofa cristiana ....................................................... 309

    9. El hombre y Dios ............................................................ 327

    ndice de nombres................................................................ 383 ndice general ....................................................................... 389

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    PREFACIO

    La cuestin acerca de Dios fue siempre una de las primeras y msimportantes que se le plantean al hombre. Lleg a ser, por tanto, una

    cuestin fundamental del pensamiento filosfico. Al comienzo de lafilosofa occidental se halla la cuestin acerca de la razn primordialde todo, razn que se conoce como Dios o lo Divino. Tan slo la me-tafsica clsica alcanza en Dios lo Primero y lo Supremo, que en el pensamiento de la antigedad tarda sigue dejndose sentir como loUno primordial. Con razn el pensamiento cristiano desde sus co-mienzos y durante toda la Edad Media est regido por la idea de Dios, pero no slo por la cuestin filosfica acerca de Dios, sino tambin por la fe teolgica en Dios, una fe que ese pensamiento quiere funda-mentar y desarrollar. Sin embargo, tambin los mayores pensadores dela Edad Moderna confiesan a su modo la creencia en Dios, y convier-ten incluso esa creencia en el fundamento y en el contenido principalde su filosofa.

    Una ruptura con esa tradicin no se produce sino a consecuenciade la Ilustracin, y est determinada por el positivismo, el materialis-mo y todas las formas de atesmo. Es verdad que hoy da un atesmoterico que se fundamente filosficamente no aparece ya en primer plano, pero sigue dejndose sentir ampliamente en el atesmo prcti-co de nuestro tiempo: en el mundo moderno se vive y se piensasin Dios, como si Dios no existiera.

    La filosofa actual, en la mayora de los casos, no contempla yatampoco la cuestin acerca de Dios como una cuestin fundamentaldel hombre. La cuestin, si no est olvidada, queda ya tan silenciadacomo si Dios no mereciese siquiera que se preguntara acerca de l.Sera una cuestin de la metafsica. Y la metafsica, que una vez fue la

    filosofa primera, est muy mal vista, y ha sido declarada muerta. Pe-ro esa cuestin no est muerta ni se halla superada definitivamente, si-no que entendida rectamente est presupuesta en todo, incluso en sunegacin. Y la cuestin acerca de Dios no podr desarraigarse mien-tras haya personas que piensen, que pregunten acerca de la razn y delsentido de su existencia en el mundo, incluso en el mundo actual.

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    A pesar del olvido que existe de Dios en nuestro mundo al finalno slo de la Edad Moderna, sino de lo que ha sido hasta ahora la his-toria occidental, el tiempo presente no debe caracterizarse como

    poca del nihilismo. En nuestro tiempo precisamente es cuando tie-nen vigencia universal el valor y la dignidad del hombre, los derechoshumanos fundamentales. En todo ello no se ha superado, ni muchomenos, la cuestin acerca de Dios, sino que se la ha presupuesto. Es-to se aprecia sobre todo cuando, sobrepasando el mbito cultural delOccidente, se dirige la mirada hacia el mundo entero. La situacin de pensamiento es mucho ms compleja, y tambin mucho ms diferen-ciada en el aspecto religioso y en el de la concepcin del mundo y de

    la vida. Sigue habiendo hoy da fe religiosa; esta fe tiene en todas lasreligiones del mundo un poder importante, incluso avivado de nuevo,y que en formas extremas puede ser hasta un poder amenazador. Por consiguiente, con tanta mayor razn, hemos de pensar de nuevo filo-sficamente y profundizar en la cuestin acerca de Dios, tomando co-mo punto de partida su historia.

    Parece que en este punto se va iniciando un cambio en nuestro m- bito de ideas. El pensamiento f ilosfico se orienta de nuevo cada vezms hacia cuestiones metafsicas y de f ilosofa de la religin. Y entreellas, la cuestin acerca de Dios tiene importancia fundamental. Peroen todo ello no se trata nicamente, como lo atestigua tambin la his-toria, de las pruebas acerca de la existencia de Dios. Muchas defor-maciones y distorsiones de lo que se entiende por Dios obstruyen elcamino hacia una fe significativa en Dios. A todas las pruebas racio-nales para demostrar la existencia de Dios, sean concluyentes o im- pugnables, les precede la cuestin acerca de cmo se concibe aDios, en qu o en quin se piensa cuando uno se refiere a l. Si seentiende por Dios la absoluta razn del ser y del sentido de todo y, por tanto, la primera y suprema realidad como plenitud trascendente, es- piritual y personal del ser, entonces, y slo entonces, podrn tener sen-tido las pruebas acerca de la existencia de Dios; entonces, y slo en-tonces, podr abrazarse la fe en Dios mediante un acto racional y libre.

    El contenido de la presente obra es fruto de mi labor filosfica du-rante aproximadamente cincuenta aos, una labor que, tanto en la do-

    cencia como en las publicaciones, estuvo regida especialmente por elobjetivo fundamental: el hombre y Dios. Aqu deseara yo compen-diar mis trabajos y desarrollarlos ms extensamente. No se trata, por tanto, de investigaciones aisladas, sino de una visin de conjunto deldesarrollo de la historia del problema en la lucha dramtica del pensa-miento humano en torno a Dios.

    10 Prefacio

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    Despus de la exposicin histrica, tratar de recoger aunque sinconstruir una doctrina sistemtica acerca de Dios algunos de sus pro- blemas fundamentales. La historia de la filosofa debe estar siempre alservicio de la inteleccin filosfica. Aqu se trata de lograr accesos ala cuestin acerca de Dios, de entender la ndole y la posibilidad delconocimiento de Dios y de su importancia para el sentido de la exis-tencia humana incluso en nuestro tiempo.

    Sin embargo, este trabajo tiene un lmite, porque se detiene en elmbito filosfico, sin adentrarse a estudiar temas y problemas teol-gicos, que se hallan, s, objetivamente prximos, pero que necesitaranun tratamiento especfico.

    La ndole de la presente obra exige otra limitacin: se renuncia aun aparato cientfico, tanto a ofrecer notas como a hacer referencias bibliogrficas. Sera una tarea inmensa y, por tanto, casi no tendrasentido emprenderla.

    Los testimonios ms importantes se hallan citados en el texto mis-mo (entre parntesis) segn la forma corriente de citar (la obra cono-cida que sirve de fuente o la edicin de obras completas). Al final seaade un ndice de nombres. En el texto, los vocablos griegos apare-cen trascritos, pero sin acentos; la eta se trascribe pore , y la omega poro ). A los textos en lenguas extranjeras se aade, siempre que es ne-cesaria, la traduccin verncula1.

    Expreso mi agradecimiento a todos los colegas, amigos y antiguosalumnos que me animaron a escribir esta obra, y especialmente al Dr.Christian Kanzian, que me ayud mucho en la correccin de pruebas.Finalmente, expreso tambin mi agradecimiento a la editorial que seha hecho cargo de la publicacin de esta obra. El libro pretende ser comprensible, en la medida de lo posible, para el pblico general, ytrata de exponer, partiendo de la historia del pensamiento, un acceso fundamentado filosficamente para llegar a la idea de Dios. Si des- pierta y profundiza en los lectores esta idea de Dios, habr cumplido plenamente su objetivo.

    Prefacio 11

    1. Nota del traductor: Los nombres, especialmente de los autores medievales, sehan trascrito conforme aparecen en la monumental y prestigiosa obra de Jos Ferrater Mora, Diccionario de filosofa, 4 vols., Alianza Editorial, Barcelona31981. Escribimos, por ejemplo, Escoto Ergena (no Eriugena), Occam (no Ockham), etc.

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    1EL PENSAMIENTO GRIEGO INCIPIENTE

    1. La religin es anterior a la filosofa

    Preguntamos acerca de Dios pensando filosficamente. Pero la pre-gunta acerca de Dios no tiene su origen en la filosofa. Los conceptos ylas ideas sobre Dios o sobre lo Divino proceden de la fe religiosa,que es muy anterior al pensamiento filosfico. Desde los tiempos msremotos ha habido personas que han credo en Dios o en los dioses yque los han adorado, antes de que comenzaran a pensar filosficamen-te. La religin tiene un origen anterior a la filosofa, porque expresauna relacin espontnea del hombre con Dios o con poderes divinos,antes de que se reflexione sobre ella con el pensamiento. La religin estambin ms integral que toda filosofa, porque la religin significauna actitud de toda la persona, una actitud que abarca el pensamientoy la voluntad, el sentimiento y la accin, y adems plasma la conductaexterior del individuo y de la sociedad.

    Ahora bien, toda religin, aunque se practique sin reflexionar so- bre ella, contiene ya una concepcin del mundo y de la vida, en el sen-tido de que es una interpretacin del mundo y de la vida humana en elconjunto de la realidad. Por eso, la comprensin religiosa de s mismoy del mundo exige y suscita un pensar propio que indague cul es larazn y el sentido de todo. Constituye el fundamento de toda filosofa.

    a) El fenmeno de la religin

    La religin precede a la filosofa. Partimos, pues, del fenmeno dela religin, porque constituye el trasfondo de la pregunta filosficaacerca de Dios. Incluso para la comprensin del hombre es ya impor-tante y asombroso: la religin es un fenmeno humano universal y es- pecficamente humano.

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    No hay ninguna cultura histrica, por antigua y extraa que sea o por muy familiar que nos resulte, por muy primitiva o altamente desa-rrollada que est, en la que no exista o no haya existido la religin. Es-

    to se encuentra probado histricamente. Es verdad que desde antiguohubo tambin dudas e incredulidad ante las doctrinas religiosas, y secritic la prctica de la religin y las formas de culto. La crtica de lareligin pertenece a la esencia misma de la religin, pero sin que pue-da suprimirla ni extinguirla. La cultura, en el sentido de una fisonomahistrica total de las formas de vida humanas y de las expresiones delas mismas, no existe y no existi nunca sin la religin. La religin pertenece siempre y por doquier al conjunto cultural de un pueblo o de

    un mbito cultural comn.Asimismo, la experiencia histrica ensea y ha probado de nuevoen nuestro tiempo que la religin no puede erradicarse, ni por mediode la crtica terica de la religin (Feuerbach, Marx, etc.) ni mediantela violencia poltica (dictadura atea). No radicar en la esencia mis-ma del hombre el que su trascendencia, su necesidad de religin, no puedan hacerse desaparecer, sino que permanezcan tenazmente vivaso se reaviven de nuevo?

    Ahora bien, la religin no es slo un fenmeno humano universal,sino tambin un fenmeno especficamente humano. Las investiga-ciones sobre la conducta muestran que hay algunas semejanzas, a ve-ces sorprendentes, entre la conducta humana y la conducta de los ani-males, como por ejemplo en el conocimiento, en la memoria y en lacapacidad de reaccin, en la inteligencia prctica, en la conducta so-cial de los animales, etc. Sin embargo, no hay absolutamente ningunaanaloga con lo que significa la religin para el hombre: una relacincon energas y poderes superiores y suprasensibles, que son adorados,suscitan temor o despiertan confianza. La religin es un fenmeno ex-clusivamente humano; por tanto, ha de tener su fundamento en laesencia misma del hombre, es decir, en lo que hace que el hombre sea precisamente hombre y lo distingue de todo lo dems.

    Pero lo que distingue al hombre de todas los dems seres vivos yde todas las cosas es que l no slo est sometido a la necesidad delacontecer natural, sino que a la vez, aun estando vinculado a ese acon-tecer, est desligado de l, libre y a merced de s mismo: se halla a

    merced de su propio conocimiento e inteleccin, de su propia decisiny responsabilidad. La libertad fundamental del hombre es lo que de-termina toda su conducta y manifiesta su esencia espiritual. Esa liber-tad es la condicin de su pensar y de su hablar, de su querer y actuar,de la forma que l da a su mundo y de su conducta con respecto almundo. Ahora bien, esto significa que el hombre vive en un horizon-

    14 Dios en la historia del pensamiento

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    te ms amplio que el del mundo inmediatamente experimentable; quevive en el horizonte trascendente del ser, de lo absolutamente verda-dero y bueno, y que est ordenado hacia lo absoluto como hacia la pri-mera razn y el sentido supremo de su existencia. Junto con la esenciaespiritual del hombre viene dada su trascendencia. La realizacinconsciente y expresa de la trascendencia esencial es la religin, por di-versa que sta sea, por deficiente que a menudo pueda ser. De la re-flexin sobre ello brota el pensamiento filosfico.

    b) La diversidad de las religiones

    Hubo y sigue habiendo mltiples y diversas religiones, que no s-lo se manifiestan en distintas formas de culto, sino tambin en diver-sos conceptos o ideas acerca de Dios o de lo Divino, y sobre la rela-cin de Dios o de lo Divino con el mundo y con el hombre. Estasdiferencias son tan grandes que resulta difcil, casi imposible, definir un concepto de la religin que no sea tan amplio y abstracto que ape-nas diga ya nada, o que no sea tan concreto y, por lo tanto, tan norma-tivo que excluya algunas formas de manifestacin y de conducta quese designen a s mismas como religiosas. Son cuestiones que ataen ala ciencia histrico-emprica de la religin.

    Ahora bien, fundamentalmente, en lo que respecta a la cuestinacerca de Dios, las religiones de la humanidad se diferencian principal-mente por sus ideas acerca de Dios o de lo Divino, y se dividen en po-litestas, monotestas y pantestas. Muchas de las antiguas religiones populares, aquellas que se fueron formando originalmente, son polites-tas.Adoran a multitud de divinidades, pero casi siempre realzando has-

    ta tal punto la adoracin de una nica divinidad, de un dios supremo o padre de los dioses, que las otras divinidades quedan relegadas a un se-gundo plano, vindose en ello una tendencia hacia el monotesmo. s-te consiste no slo en adorar a un nico dios que existe junto a otrosdioses (monolatra), sino tambin en reconocer nicamente la existen-cia de un solo Dios (monotesmo), negando la existencia de todos losdems dioses adorados en las otras religiones y rehusndoles su con-dicin de seres divinos. Con esto va unido a menudo un pantesmo,

    que considera la totalidad del ser como el nico dios y que, por tanto,integra al mundo en dios, entendindolo como una autorrealizacin oautodesarrollo del nico dios. Tales concepciones aparecen constante-mente, tal como veremos ms adelante. Pero no brotan tanto de la ado-racin religiosa espontnea, sino ms bien de una interpretacin, decarcter ya filosfico, de las relaciones entre Dios y el mundo.

    El pensamiento griego incipiente 15