2020 novena la eucaristÍa y la virgen (1)...en la eucaristía nos fiamos absolutamente de la...

6

Upload: others

Post on 30-Oct-2020

4 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: 2020 novena LA EUCARISTÍA Y LA VIRGEN (1)...En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la
Page 2: 2020 novena LA EUCARISTÍA Y LA VIRGEN (1)...En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la

Día18

Misadellunesdela6ªsemanadePascua

Homilía "CONFIAD EN MI HIJO"

Queridos hermanos: Los niños son una caja de sorpresas. Cuando menos te lo esperas, te desconciertan. Les estás enseñando un castillo lleno de historia y de arte, y se quedan curioseando una lagartija que sale entre las piedras. A Jesús, en su vida, le pasaron cosas por el estilo. Uno de sus grandes milagros fue la multiplicación de panes y de peces para alimentar a una multitud de personas. Para Él, esa multiplicación del pan tenía un fin más alto, más espiritual: ser el signo del pan eucarístico, el que se reparte a todos en la Comunión. Sin embargo, aquellos hombres y mujeres, que fueron testigos del milagro de la multiplicación de los panes y de los peces, simplemente pensaron en proclamar rey a Jesús, para que los alimentara siempre. Se fijaron en lo pequeño, en el pan y los peces. No pudieron entender lo grande, la Eucaristía. Cuando Jesús hizo el milagro de cambiar el agua en vino, en la boda de Caná, sucedió algo semejante. Faltó el vino en la fiesta. La Virgen, como mujer, como madre, se dio cuenta del apuro de los nuevos esposos. Y quiso ayudarles. Por eso, se dirigió a Jesús y Él hizo el milagro de cambiar el agua en vino. Los criados llevaron el vino al encargado del banquete para que lo probara. Pero este no se dio cuenta del milagro; solo fue capaz de afirmar que aquel vino era exquisito. Además, la Virgen y los Apóstoles no pudieron imaginar que aquel milagro era un signo del vino que Jesús nos daría en la Eucaristía. Se fijaron en lo pequeño, en el vino. No pudieron entender lo grande, la Eucaristía. Jesús, multiplicando el pan y cambiando el agua en vino, preparó los signos de la Eucaristía, que consagró en la Última Cena. En esa Cena, tomó el pan y dijo: “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que se entrega por vosotros”. Después tomó el cáliz y dijo: “Bebed todos de él, porque este cáliz es la nueva Alianza en mi Sangre. Haced esto en memoria mía” (cfr. 1 Corintios 11,24-25).

¡Qué maravilla! ¡Dios se hace presente entre nosotros! Y nosotros, cuando vamos a comulgar, nos distraemos, a veces, con cualquier tontería. Nos pasa como a los que vivieron con Jesús: nos fijamos en lo pequeño, en cualquier detalle. No entendemos lo grande, la Eucaristía.

Además, en la Eucaristía nos podemos quedar en las simples apariencias del pan y del vino. El padre José Luis Carreño, salesiano, contaba en uno de sus libros que algunos

Page 3: 2020 novena LA EUCARISTÍA Y LA VIRGEN (1)...En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la

científicos habían analizado el pan y el vino consagrados en la Eucaristía para ver si tenían algo de especial. Pero no encontraron humanamente nada singular.

Si un cirujano nos opera de cualquier parte de nuestro cuerpo, no encuentra nuestra alma, no se da cuenta de que somos hijos de Dios, porque son realidades espirituales.

Por tanto, el que solo se fía de la ciencia es incapaz de comprender el misterio de fe de la Eucaristía. Los científicos se fijan en los detalles físicos y químicos del pan y del vino. No pueden entender lo grande, el misterio de la Eucaristía.

El sacerdote, después de consagrar el Pan y el Vino, nos anuncia: "Este es el Misterio de la fe". Sí, es un misterio que solo desde la fe se puede comprender y vivir.

Juan Pablo II, en su encíclica sobre la Eucaristía, puso en labios de la Virgen estas palabras: “No dudéis, confiad en la Palabra de mi Hijo. Él, que fue capaz de transformar el agua en vino en la boda de Caná, es igualmente capaz de hacer del pan y del vino su Cuerpo y su Sangre, entregando a los creyentes en la Eucaristía la memoria viva de su Pascua, para hacerse así Pan de Vida y Bebida de Salvación” (Carta Encíclica de San Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, nº 54). La Virgen Madre nos invita a comulgar para estar en plena unión con Jesús.

En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la Virgen, más que nadie, se fio de las palabras de Jesús.

----------------------------------------

La primera lectura de hoy nos ha presentado a una mujer que también se fio de Jesús. Se llamaba Lidia y era vendedora de púrpura. La predicación de Pablo la llevó a la conversión, pues Dios le abrió el corazón. Creer en Dios, creer en el Evangelio de Jesús no lo hace uno por su cuenta y riesgo; no es fruto de la voluntad de nadie, sino un regalo de Dios, que es el que abre el corazón. Para creer en la Eucaristía, necesitamos también que Jesús nos abra el corazón a la fe. El evangelio de hoy nos ha recordado lo que Jesús les prometió a los Apóstoles en la Última Cena: "Cuando venga el Paráclito, o sea, el Espíritu Santo, que os enviaré desde el Padre, Él será para vosotros el Espíritu de la Verdad" (cfr. Juan 15,26). Es el Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, el que nos enseña la Verdad de la Eucaristía. Más aún Él es el que realiza el milagro de la Eucaristía. El sacerdote, en la consagración del pan y del vino, reza así: "Padre, te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor". Por tanto, es el Espíritu Santo que, con su fuerza divina, obra el milagro de la Eucaris-tía. Él es el Espíritu de la Verdad, el que nos asegura que la Eucaristía es verdadera, que recibimos realmente el Cuerpo verdadero de Jesús, aunque sea de un modo misterioso para nosotros. De ese modo, la Comunión es lo más grande de la Eucaristía, es para nosotros el Cielo en la tierra. Lo más importante que podemos hacer en este mundo es recibir dignamente la Comunión, la presencia de Jesús en nosotros.

Page 4: 2020 novena LA EUCARISTÍA Y LA VIRGEN (1)...En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la

Moniciones para la celebración SALUDO. Cristo resucitado, presente en la Eucaristía, esté con vosotros. AMBIENTACIÓN. Jesús resucitado nos hizo una magnífica promesa: "Sabed que Yo estoy

con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos" (Mateo 28,20). Está con nosotros en su Palabra, en los Sacramentos, en los hermanos y, de un modo singular, en la Eucaristía. Cuando nos da la Comunión el sacerdote, nos dice: "El Cuerpo de Cristo". Sí, es el Cuerpo de Cristo, que misteriosa pero realmente viene a nosotros. De ese modo, la Comunión es para nosotros el Cielo en la tierra.

ACTO PENITENCIAL. Para que seamos más dignos de celebrar esta Eucaristía, pidamos

al Señor que purifique nuestro corazón:

– Jesús resucitado, Tú entregaste tu vida para perdonar nuestros pecados. Señor, ten piedad

– Jesús resucitado, danos tu Espíritu Santo para que nos santifique. Cristo, ten piedad. – Jesús resucitado, Tú intercedes siempre por nosotros. Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

1ª LECTURA. La lectura nos presenta la conversión de una mujer, llamada Lidia, y de toda

su familia. El Señor les abrió el corazón a la fe y recibieron el Bautismo. ORAD, HERMANOS. Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable

a Dios, Padre todopoderoso. PREFACIO PASCUAL, IV. PLEGARIA EUCARÍSTICA, D 2. PADRENUESTRO. Nuestra única dignidad es ser hijos de Dios, Familia de Dios. Todo lo

demás es secundario. Oremos al Padre, que nos ama: "Padre nuestro". COMUNIÓN. Un sacerdote poeta escribió estos versos: "Tantos años, Jesús, que me das tu

Eucaristía y soy de barro todavía". Y, sin embargo, en la Comunión, Él sigue viniendo a nuestro barro para divinizarnos. Demos gracias a Jesús.

”Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los llamados a esta mesa”.

Page 5: 2020 novena LA EUCARISTÍA Y LA VIRGEN (1)...En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la

Oración de los fieles Con toda confianza, invoquemos a Dios Padre, que nos ha regalado a la Madre de Jesús como Madre y Auxiliadora de su Iglesia: – Para que el Espíritu Santo produzca en todos los miembros de la Iglesia los mejores frutos de santidad. Roguemos al Señor: – Para que los gobernantes se dediquen generosamente a trabajar por el bien de los ciudadanos. Roguemos al Señor: – Para que los niños y jóvenes abandonados, sin familia, encuentren quien los acoja y atienda. Roguemos al Señor. – Para que la devoción a María Auxiliadora abra nuestro corazón a la Iglesia y al mundo entero. Roguemos al Señor: Padre celestial, danos la gracia de tu Espíritu Santo, para que vivamos siempre como dignos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Page 6: 2020 novena LA EUCARISTÍA Y LA VIRGEN (1)...En la Eucaristía nos fiamos absolutamente de la Palabra de Jesús: “Esto es mi Cuerpo, este es el Cáliz de mi Sangre”. También la