2014 imagen, mediatización y derechos de infancia y adolescencia. proyecto el trabajo de crecer

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Hacia la configuración de Interrogantes jurídicos, éticos y estéticos en el manejo de la imagen de los NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES IMAGEN, MEDIATIZACIÓN Y DERECHOS DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA Este Proyecto está financiado por la Unión Europea

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  • Hacia la configuracin de Interrogantes

    jurdicos, ticos y estticosen el manejo de la imagen de los NIOS, NIAS Y ADOLESCENTES

    IMAGEN, MEDIATIZACINY DERECHOS DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA

    Este Proyecto est financiado por la Unin Europea

  • ,PDJHQPHGLDWL]DFLyQ\GHUHFKRVGHLQIDQFLD\DGROHVFHQFLD+DFLDODFRQJXUDFLyQGHLQWHUURJDQWHVMXUtGLFRVpWLFRV\HVWpWLFRV&RDXWRU$OHMDQGUR0DUWtQH]$%RJRWi3UR\HFWR(O7UDEDMRGH&UHFHU&RORPELDSS,6%19HUVLyQ:HE3')

    ,1)$1&,$$'2/(6&(1&,$'(5(&+260(',26

    3DUDXVRS~EOLFR5HSURGXFFLyQDXWRUL]DGDFRQLQGLFDFLyQGHODIXHQWHELEOLRJUiFD/DSUHVHQWHSXEOLFDFLyQKDVLGRHODERUDGDFRQODDVLVWHQFLDGHOD8QLyQ(XURSHD(OFRQWHQLGRGHODPLVPDHVUHVSRQVDELOLGDGH[FOXVLYDORVDXWRUHV\HQQLQJ~QFDVRGHEHFRQVLGHUDUVHTXHUHHMDORVSXQWRVGHYLVWDGHOD8QLyQ(XURSHD

    EditorialEl Proyecto El Trabajo de Crecer - Colombia. Coordinadora Luz Stella Talero Crdobahttp://www.eltrabajodecrecer.org/index.php

    CoautoresBrid Menco, Melina; Carreo Manosalva, Clara Ins; Daz Aparicio, Ademar; Espitia Vsquez, Uriel Ignacio; Gelblung, Gastn; Martnez A., Alejandro; Quiroz Monsalvo, Aroldo; Schibotto, Giampietro.

    2014 Stella Talero Crdoba

    Primera edicin: abril de 2014

    ISBN: 978-958-46-4562-3.

    Publicacin elaborada con la colaboracin de:Universidad Nacional de ColombiaObservatorio de Responsabilidad Penal para Adolescentes.Director Jos Francisco Acua VizcayaCoordinadora Acadmica Ada Myriam Lpez NietoInvestigadoras Mara Anglica Bejarano Puello y Margarita Mara Durn Urreahttps://www.facebook.com/OSRPA.UN

    Universidad Externado de ColombiaFacultad de ciencias sociales y humanas rea de Estudios de Familia.Director Giangi [email protected]

    Fundacin PetisosDirectora Elena Durnhttp://petisos.org.ar/

    Progetto Mondo MLALhttp://www.progettomondomlal.org/

    (VWHOLEURHVSURGXFWRGHXQSUR\HFWRQDQFLDGRSRULa Unin Europeahttp://europa.euLa Unin Europea est formada por 27 Estados miembros que han decidido unir de forma progresiva sus conocimientos prcticos, sus recursos y sus destinos. A lo largo de un perodo de ampliacin de 50 aos, juntos han constituido una zona de estabilidad, democracia y desarrollo sostenible, adems de preservar la diversidad cultural, la tolerancia y las libertades individuales.La Unin Europea tiene el compromiso de compartir sus logros y valores con pases y pueblos que se encuentren ms all de sus fronteras.

    Ilustracin de cubiertaCarlos Andrs Torres Aguilera.

    FotografasDaniel Alfredo Rodrguez Mendoza.

    CompilacinDiana Marcela Bautista Osorio.

    DiagramacinGerman vila N.

  • CONTENIDO Introduccin ,QIDQFLD DGROHVFHQFLD \PHGLDWL]DFLyQ +DFLD OD FRQJXUDFLyQ GH LQWHUURJDQWHVpWLFRVHVWpWLFRV\MXUtGLFRV

    Alejandro Martnez A.

    Panel 1. Infancia, imagen y derechos. Lo legal, lo penal y lo permitido. /ROHJDOORSHQDO\ORSHUPLWLGR.

    Aroldo Quiroz Monsalvo.

    &RQYHUVDFLyQVREUHVHQWLGRV\VLJQLFDGRVGHORVGHUHFKRVGHORVQLxRV\QLxDVDWUDYpVGHODLPDJHQPHGLDWL]DGD

    Clara Ins Carreo Manosalva.

    Panel 2. Infancia, imagen y derechos. Lo tico: usos, abusos, destinos y desatinos de la imagen de los NNA. /RpWLFRXVRVDEXVRVGHVWLQRV\GHVDWLQRVGHODLPDJHQGHORV11$

    Giangi Schibotto.

    1XHYDVPLUDGDV,QIDQFLD\PHGLRVGHFRPXQLFDFLyQGastn Gelblung.

    /D HVWpWLFD HQ PHGLR GH GLiORJRV LQWHUJHQHUDFLRQDOHV XQD DSXHVWD SDUD HOUHFRQRFLPLHQWRGHODGLJQLGDGKXPDQD

    Melina Brid Menco.

    (OQLxR\HODGROHVFHQWHHQHOGLVFXUVRGHODLPDJHQHOFDVRSHUXDQRAdemar Daz Aparicio.

    3DQHO,QIDQFLD,PDJHQ\'HUHFKRV+DFLDODVHVWpWLFDVHQODFRQJXUDFLyQdel sujeto de derechos NNA. &RQJXUDFLyQHVWpWLFD\PHGLDFLyQFRPXQLFDWLYDGHODLQIDQFLD\ODMXYHQWXG

    Uriel Ignacio Espitia Vsquez.

    Noticias sobre el seminario

    1

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    24

    39

    48

    56

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    83

    95

  • 1INTRODUCCIN

    /D FRQYHUVDFLyQ HQWUH LJXDOHV HV SRVLEOH HQ XQ FXOWXUD FRPR OD QXHVWUD SRUTXH ODLQIDQFLDHVPDWUtVWLFDSRUTXHHQHOODVHKDWHQLGRODH[SHULHQFLDGHODFRODERUDFLyQGH OD LJXDOGDG GH OD SDUWLFLSDFLyQ (QWUH PDV GLVWDQWH XQD VRFLHGDG GH IRUPDV GHFRQYLYHQFLDPDWUtVWLFDPDVGLItFLOHYRFDU\HOHJLUODGHPRFUDFLDFRPRPRGRGHYLGD

    Humberto Maturana1

    E l Proyecto el Trabajo de Crecer2 fue una expresin y una experiencia de articulacin local e internacional alrededor de la promocin de la participacin de los nios, nias y adolescentes (NNA), cuya estrategia central era el aprovechamiento de la prctica \UHH[LyQTXHYLHQHQKDFLHQGRRUJDQL]DFLRQHVVRFLDOHVHQGLiORJR\

    1 Maturana, Humberto. La democracia es una obra de arte. Bogot: Mesa Redonda Magisterio. 1995. p. 25.

    adolescente trabajador(a) organizado(a) y su tarea ciudadana de representar sus intereses y de toda la infancia en general. Para apoyar el logro WDD/E/DEd,KDEd,KW&Wd& : hED> EdEE s ///:

    INTRODUCCIN

  • 2sinergia con instituciones del sector pblico para la democratizacin de las relaciones de, desde y con las infancias. Estas instituciones tuvieron la oportunidad de re-leerse a partir de sus propias actividades y desarrollos conceptuales, en un esfuerzo de elaboracin para este proyecto que incidi en el panorama de la participacin de los NNA en Colombia, Per y Bolivia.

    Inicialmente el Trabajo de Crecer se impuls con la orientacin de recoger, reorganizar y presentar de forma articulada lo que estas organizaciones sociales haban trasegado en la compleja va de hacer lugares ms democrticos para la infancia y la adolescencia. Para HVWRXQRGHORVFDPSRVGHDFWLYLGDGGHQLGRVSRUHOSUR\HFWRIXHODinterlocucin con comunicadores o constructores de comunicabilidad, en cuanto estos se estn constituyendo en actores fundamentales en la generacin y difusin de una imagen de los NNA, la cual se establece como un componente central para entender la ubicacin social de estos y estas en las sociedades de la informacin y del conocimiento3 y en las sociedades aprendientes4. Se hace la distincin entre estos enfoques de sociedad ya que en ellos se busca superar la mercantilizacin de la informacin y su orientacin al desarrollo del ser humano segn la UNESCO y la Unin Europea.

    La comprensin de la infancia como sujeto y lugar social5, implica el cuestionamiento por los factores que contribuyen al delineamiento y mantenimiento de determinadas localizaciones sociales; como por ejemplo, las plataformas desde donde se erige lo que se ha denominado la representacin social de infancia y adolescencia6. La imagen difundida, generada y construida es considerada, en >>W hE^KHacia las sociedades del conocimientoWhE^K

    >hs,Placer y ternura en la educacin. Hacia una sociedad aprendiente.DE

    >

    >Etaria

    La infancia y

    adolescencia

    EDAD

    conglomerado social colocado

    en situacin determinada

    des-capacidaddes-saberdes-poder

    El asunto de la edad es entonces entendido en esa generador de un orden distribucin de poder-conocimiento-capacidad. como naturales etapas de un desarrollo postergado y futuro; sino como un

    DW1dh>KW^ZWs:&La Medida Pedaggica como sancin en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (Ley 1098 de 2006 y 1453 de 2011). Estudio socio jurdico. Distrito Judicial de Cundinamarca. BogothE&W^W

    ^ DW1dh>KW^ZW/

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    3

    este sentido, un componente primordial entre este conjunto que constituye la forma social o la estructura que ubica a la infancia en el lugar que ocupa hoy en las sociedades contemporneas.

    Interrogarse por la imagen en la construccin de lo infantil adolescente es un imperativo, los interlocutores escogidos para construir el escenario de interpelacin fueron los comunicadores sociales; ya en su etapa de formacin o como profesionales y gestores de la actividad meditica. De esta manera aparecieron WUHV HOHPHQWRV XUWLFDQWHV GH OD DFWLYLGDGUHH[LYD VREUH HO FyPRse produce y difunde la imagen de la infancia y la adolescencia en relacin con los denominados medios masivos de comunicacin. Entonces niez, imagen y derechos enmarcados en la construccin democrtica, fueron apuntalados como ejes de la relacin entre imagen de infancia y su construccin social como sujetos.

    En ese sentido, niez (infancia y adolescencia), imagen y derechos, tuvieron desde la concepcin del Trabajo de Crecer un FDPSR LGHQWLFDGR FRPR SULRULWDULR HO GH ORVPHGLRVPDVLYRV \por ende el de los comunicadores que los constituyen y dinamizan. Luego, se propuso en conjunto con el Observatorio del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes -OSRPA de la Universidad Nacional7, el rea de familia y sociedad de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Externado de Colombia8 y organizaciones como Fundacin Petisos9 de Argentina y Citurna Producciones de Colombia10 DSRUWDU D OD UHH[LyQ VREUH HVWRVelementos y su dinmica con una actitud no conclusiva sino provocadora. El ejercicio propuesto se consider punto de partida, un primer momento de elaboracin de interrogantes y de presentacin; as se fue gestando el seminario, que inicialmente se denomin: Infancia, imagen y derechos y que inmediatamente motiv inquietudes sobre el escenario en que estas preguntas comenzaban a tomar sentido.

    Aparecieron categoras para urdir las preguntas en un ambiente de interrogacin que se propona como germinal. La tica, la K^ ZWWW/^ZW^ZW >W> WE^ W DK^ZWhE

    Dedu.co.

    Wd/^K^WD

    W >D

  • 4esttica y los derechos fueron la otra fuente de cuestionamientos para avanzar en la concrecin de las inquietudes que todava hoy con la presentacin de esta publicacin, se encuentran en proceso de elaboracin.

    La infancia y adolescencia como tema-problema es constante en los medios masivos de informacin, los derechos aparecen igualmente como adherencia a la temtica infantil-adolescente; al contrario, OD UHH[LyQ VREUH VX LPDJHQ \ OD SURGXFFLyQ GH LPDJHQ HVPiVELHQHVFDVDFDVLLQFLSLHQWH/RFXDOGRWDGHPD\RUYDOtD\GLFXOWDGpresentar estas apuestas interrogativas cruzadas por las de la tica, la esttica y lo jurdico como gruesas categoras de anlisis.

    Es as como surgi el seminario y como las personas que respondieron a la convocatoria, tericos y actores en procesos sociales de democratizacin, comenzaron a plasmar en ponencias, OR TXH \D HUDQ WUDGLFLRQHV GH DFFLyQUHH[LyQ HQ VXV SUiFWLFDVprofesionales y sociales constructoras de nuevas relaciones de la infancia, adolescencia y juventud con sus comunidades, sociedades y estados.

    Para todos y todas, el tema constituido en objeto-proceso de comprensin y problematizacin desde la tica, lo jurdico y la esttica QRVRORUHVXOWyQRYHGRVRVLQRGLFXOWRVRHQWDQWRODVLQFyJQLWDVDOcomenzar a emerger tocaban la propia relacin con la infancia y DGROHVFHQFLD\FRQODVFDWHJRUtDVSURSXHVWDV&RQODFRQXHQFLDGHODQRYHGDGODGLFXOWDG\ODDIHFWDFLyQSHUVRQDOVHLQLFLyHOSURFHVRde conversacin entre quienes impulsaron, disearon y prepararon documentos para el seminario y entre los que asistieron y se PRVWUDURQHVSHFLDOPHQWHDWUDtGRVSRUODLPSRUWDQFLDODGLFXOWDG\la urgencia de la temtica y del abordaje propuesto. De esta manera se produjo una invitacin que vale la pena subrayar siempre fue apenas una agitacin inicial, un comienzo nebuloso un partidor con un solo conceso compartido: la sensacin de desconocimiento sobre lo propuesto y la alegre responsabilidad de intentar, precisamente eso, SRUORPHQRVFRQJXUDULQWHUURJDQWHVMXUtGLFRVpWLFRV\HVWpWLFRV/Dpresentacin-invitacin que se reproduce a continuacin da cuenta del seminario como momento germinal.

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    El Seminario: Imagen, mediatizacin y derechos de infancia \ DGROHVFHQFLD +DFLD OD FRQJXUDFLyQ GH LQWHUURJDQWHVjurdicos, ticos y estticos.

    1RKD\DEVROXWDPHQWHQDGDTXHQRSXHGDHYLWDUVHPLHQWUDVH[LVWDHOGHVHRGHFRQWHPSODUORTXHHVWiRFXUULHQGR

    McLuhan, M. y Fiore, Q11

    La infancia y la adolescencia como fenmeno-objeto-proceso social cuenta, entre otras caractersticas, con la mediatizacin como elemento dinamizador de la forma en que las sociedades contemporneas representan este conglomerado humano y societal, HQVXFRQJXUDFLyQVLPEyOLFD\HQORVHIHFWRVTXHWLHQHHQODIRUPDde ser, existir y relacionarse con estas personas, hombres y mujeres menores de los 18 aos. La mediatizacin consistira en la forma FRPRORVPHGLRVPDVLYRVGHFLUFXODFLyQGHLQIRUPDFLyQLQX\HQ\condicionan la generacin, sostenimiento y difusin de una tipologa de imagen de la infancia y adolescencia en determinados parmetros y respondiendo a ubicaciones e intereses de personas y grupos sociales sin corresponderse con una accin comunicativa generadora de subjetividades y actoras sociales en clave de ciudadana infantil y adolescente.

    La mediatizacin como concepto-instrumento de comprensin se UHHUHQRVRORDOXVRGHORVPHGLRVRVXSUROLIHUDFLyQHQUHODFLyQFRQWHPDVVLQRDOGHVDUUROORGHODGHQLFLyQPiVFDVWL]DGHOWpUPLQRmediatizar que en el diccionario es: LQWHUYHQLU GLFXOWDQGR Rimpidiendo la libertad de accin de una persona o institucin en el ejercicio de sus actividades o funciones12.

    La mediatizacin HQ LQIDQFLD VHULD HQ HVWH PDUFR OD LQXHQFLDcondicionante ejercida por los medios masivos de difusin de informacin que condiciona al nio, nia y adolescente como persona R FRPR FRQJORPHUDGR VRFLDO /D UHH[LyQ VREUH PHGLDWL]DFLyQH LQIDQFLD HVWDUtD VLJQDGD SRU OD FRPSUHQVLyQ GH OD LQXHQFLDcondicionante de los medios sobre la persona o grupo social nio, nia y adolescente en relacin con las libertades y las acciones; estas libertades y acciones comprendidas en el marco de sus derechos y potencialidades.

    La mediatizacin produce, circula y usa imgenes de infancia y DGROHVFHQFLDTXHPRGHODQIXHUWHPHQWHODFRQJXUDFLyQVXEMHWLYD\colectiva de los NNA como personas individualmente considerados y como grupos sociales. La fuerza del impacto de la mediatizacin D>D&YdEz^>>DD>Z//Ej

    Zs

  • 6en la garanta de derechos de los NNA no se ha tomado en cuenta, PHGLGRQLEDODQFHDGRVXFLHQWHPHQWHSRUHVWRVHUHTXLHUHXQSURFHVRque promueva el abordaje, la comprensin y problematizacin de la mediatizacin de lo infantil-adolescente en perspectiva de la garanta de sus derechos y del impulso del sujeto de derechos NNA. En este sentido, VHSURSXVRHVWHHVSDFLRGHUHH[LyQ\RULHQWDFLyQVREUHODLPDJHQGHlos NNA y derechos con la intencin de lograr acercar el manejo de los medios de comunicacin a la perspectiva de derechos de la infancia y adolescencia, y a la representacin de nios y nias como sujetos plenos de derechos.3DUDHO2653$UHVXOWyLPSRUWDQWHLQGDJDUUHH[LRQDU\FRQWULEXLUDOD

    comprensin de un marco legal, tico y esttico para la comunicacin al WHQRUGHORV11$UHODFLRQDGRVFRQODFRQLFWLYLGDG\ODUHVSRQVDELOLGDGSHQDO HQ ORV HVFHQDULRV GH SUHYHQFLyQ \PDQHMR GH OD FRQLFWLYLGDGadolescente, el sistema mismo y el escenario post-medida.

    El Trabajo de Crecer promovi durante el seminario un ambiente de recuperacin de la palabra de NNA sobre la produccin meditica de su imagen, mientras la Universidad Externado de Colombia desde el rea de familia persigui contribuir al abordaje comprensivo de la infancia y adolescencia sin deslindarlas de sus entornos contextuales.

    Las otras organizaciones que participaron hicieron esfuerzos por SUHVHQWDUVXDFFLyQUHH[LyQHQUDL]DGDHQVXODUJD\SURIXQGDSUHVHQFLDentre los nios, nias, adolescentes y jvenes en el pas y en otras partes del continente.

    Como balance general del encuentro del 13 de agosto de 2014, VHSXHGHDUPDUTXHHO HYHQWRSHUPLWLy OD JHQHUDFLyQ\GLIXVLyQGHpreguntas sobre imagen y mediatizacin de lo infantil-adolescente enredadas con tres ejes de categorizacin: lo legal, lo tico y lo esttico en el marco y perspectiva de derechos y el surgimiento de los NNA como sujetos de derechos:

    Qu es lo jurdico en el manejo de la imagen de los NNA en los medios masivos de comunicacin?

    Qu marco tico ofrecen los derechos y la dignidad plena de los NNA para el manejo de la imagen en los medios de comunicacin?

    Qu estticas se corresponden con la dignidad y el pleno ejercicio de la ciudadana de la niez y la adolescencia?

    Estos campos de interpelacin fueron abordados en tres paneles enriquecidos con diversos tipos de participantes desde el sector pblico y ciudadano; promotores de derechos de infancia y adolescencia; acadmicos, comunicadores y organizaciones sociales interesadas en la aproximacin del manejo de la imagen de los nios y nias a la clave de derechos de infancia y adolescencia:

    DIANA M BAUTISTA OSORIO

    DIANA M BAUTISTA OSORIOaqui es 2013

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    Aroldo Quiroz Monsalvo. Miembro del equipo docente Gestor del OSRPA. Ex procurador delegado para los derechos de la infancia, adolescencia y familia. Abogado, especialista y candidato a Master en Derecho de Familia de la Universidad Nacional de Colombia.

    Marisol Palacio Cepeda. Coordinadora nacional del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes-SRPA de la Procuradura general de la nacin. Abogada, especialista en cooperacin internacional y desarrollo de la Universidad de Barcelona y Master en Sistema penal y problemas sociales.

    Clara Carreo Manosalva. Antroploga de la Universidad Nacional, Master en Desarrollo educativo y social de la Universidad Pedaggica Nacional-CINDE. Candidata a Doctora en Antropologa en la Universidad Nacional. Docente e investigadora de la Universidad de la Salle.

    Giangi Schibotto. Director del rea de Familia y sociedad. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad Externado. Profesor invitado Universidad Alma Mater de la Habana, Cuba. Ha trabajado durante varios aos como voluntario con organizaciones de nios, nias y adolescentes trabajadores-NATs, es autor de varias publicaciones sobre temticas de infancia. Es redactor de la Revista Internacional NATs. Asesor del Movimiento Latinoamericano de Nios, Nias y Adolescentes trabajadores MOLACNATs.

    Gastn Gelblung. Licenciado de Psicologa, especialista en infancia y adolescencia clnica y de psicologa comunitaria. Director de la sede en Buenos Aires de la Fundacin Petisos. Coordinacin proyecto Nuevas ciudades.

    Melina Brid Menco. Psicloga. Universidad Externado de Colombia. Trabajo de grado con Mencin Meritoria: Una mirada sistmica al proceso de vinculacin laboral de los nias y nios en el sector turstico de Santiago de Tol, Sucre. Responsable de incidencia en el Proyecto Trabajo de Crecer.

    Jos Francisco Acua Vizcaya. Director OSRPA. Docente Universidad Nacional. Abogado, Especialista en Derecho Penal y Penitenciario y Master en Historia de la Universidad Nacional de Colombia; Doctor en Ciencias Penales y Penitenciarias de la Universita Degli Studi La Sapienza.

    Ademar Elliot Daz. Socilogo, Artista visual y Educador. Magister en polticas sociales con mencin en promocin de la infancia de la Universidad de San Marcos. Lima.

    Uriel Ignacio Espitia Vsquez. Hace parte del Instituto de Estudios Sociales Contemporneos -IESCO. Psiclogo de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Comunicacin y Educacin de la Fundacin Universidad Central y Master en Problemas Sociales Contemporneos de la Fundacin Universidad Central.

    Adelaida Trujillo Caicedo. Asesora en Produccin, socia fundadora

  • 8y directora de Citurna Producciones/Fundacin Imaginario. Simultneamente al espacio de Bogot, se realizaron conversatorios

    con el mismo contenido temtico en la ciudad de Bariloche (Argentina) impulsados por la Fundacin Petisos. La realizacin de estas conversaciones enriqueci la formulacin y la instalacin de los interrogantes con perspectiva regional y latinoamericana.

    La corta interlocucin con las personas que asistieron al escenario deja ms cuestionamientos que se anan a lo que se emprende. Los asistentes demandaron dos tipos de respuestas, algunas orientadas a lo que denominamos teora y conceptualizacin y otras ms bien inquietas por lo metodolgico, lo didctico y las prcticas. Se indag con mucho inters sobre todo por aspectos prcticos y por las acciones a desarrollar o desarrolladas; esas preguntas de los ciudadanos tambin son necesidades y cobran importancia especialmente por la emocin y preocupacin con la que fueron planteadas.

    Una preocupacin-emocin constante, fue por los espacios dnde se estaban generando nuevas formas de relacionamiento democrtico con y desde la infancia y adolescencia y, especialmente por las partes en dnde se impulsa una nueva imagen de infancia correspondiente al sujeto de derechos y a su ciudadana; esto lleva a subrayar la importancia de cada una de las organizaciones como lugares donde se construye, se acierta, se erra, se brega, se avanza y se retrocede.

    Como aspecto transversal apareci el carcter procesual de todos estos alcances y avances, siendo necesario reconocer que, si bien se estn generando este tipo de espacios y el Trabajo de Crecer es fundamentalmente uno entre otros; todava se requieren extensos recorridos y se est en un proceso de transformacin que implica no solo a los NNA sino tambin a los adultos, la familia, la comunidad, la institucionalidad y la ciudadana.

    Otra inquietud compartida ampliamente en las intervenciones y en los pasillos tenia que ver con la demanda de comprensin de lo jurdico, lo tico y lo esttico. Especialmente la tica y la esttica motivaron constantes reacciones no solo cognitivas sino epidrmicas, viscerales y sentimentales que dieron tambin lugar al emocionar13 como punto de partida de la curiosidad humana que se puede volver curiosidad gestionada y pregunta de conocimiento. La emocionalidad fue provocada por la forma en que se urdi temtica y metodolgicamente el evento y por la experiencia y palabra de TXLHQHVWHRUL]DEDQDOSHQVDUHLQWHQWDUFRQWDUGHVGHORUHH[LRQDGR

    Sorprendi el deseo de saber, el reconocimiento de necesidades de comprensin, ante los temas y su abordaje. Aspecto que result PX\ VLJQLFDWLYR HVSHFLDOPHQWH FXDQGR DOJXQRV GH ORV H[SHUWRVexpresaron que igualmente compartan esta sensacin de necesidad D,Emociones >W^W^

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    de comprender. Como invitacin que todava resuena con fuerza en el lugar de los

    sentimientos, las ideas y las emociones, queda la fuerte incitacin de Giangi Schibotto a no banalizar el mal, no dejar que pierda su capacidad de indignarnos y movilizarnos. Con esta frase en su contexto discursivo y en su fuerza terica, tica y esttica, uno podra darse por bien servido de haber participado de este seminario. Pero la misma invitacin recuerda que no banalizar la deshumanizacin es siempre un reto una demanda y un acto de humanidad que pocas veces est al alcance de nuestra mano.

    Abr el seminario diciendo: Nos daremos por bien servidos si logramos formular unos interrogantes fuertes que nos ayuden a apalancar este camino de pensar no solo las ideas sino los sentimientos, presencias, ausencias, palabras, prcticas y silencios que hay alrededor de la imagen de la niez. Ahora despus de concluido, es necesario compartir un sentimiento de insatisfaccin, ya que si bien se termin con gran entusiasmo, tambin se constat el difcil cometido y la extensa tarea que queda por impulsar.

    Este libro compila lo que se comenz a construir y se coloca para ser igualmente interrogado, cuestionado, mejorado desde la razn y el emocionar, y sobre todo difundido entre los que construyen democracia y obran en ella con derecho, tica y esttica. Esta ltima DUPDFLyQKDFHHFRGHORTXH+XPEHUWR0DWXUDQDTXLVRGHFLUFXDQGRDUPyTXHODGHPRFUDFLDHVXQDREUDGHDUWH

    Aprendimos el emocionar que hace posible la democracia, el emocionar que es propio de la democracia. Aprendimos a disfrutar y a imaginar como posible y legtimo un vivir en el mutuo respeto.

    Si no existe la emocin no existe la accin. Es la emocin la que hace grato todo quehacer. No es lo que uno hace lo que produce emocin, sino la emocin con la cual se hace. En este sentido, UHDUPRTXHODFRQYLYHQFLDGHPRFUiWLFDHVSRVLEOHVRODPHQWHVLXQRaprende el emocionar que hace posible la convivencia democrtica, el emocionar que hace posible la convivencia democrtica se desencadena desde la infancia, se aprende en la infancia14.

    Alejandro Martnez A. ,QYHVWLJDGRUDVRFLDGR2653$

    3DUWHGHO3UR\HFWR3HTXHxR7UDEDMDGRU&RPLVLyQHVWUDWpJLFDGHO7UDEDMRGH&UHFHU

    ,DLa democracia es una obra de arte. Bogot: Mesa Redonda Magisterio. 1995. p. 27.

  • 10

    Infancia, adolescencia y mediatizacin. Hacia la FRQJXUDFLyQGHLQWHUURJDQWHVpWLFRVHVWpWLFRV\MXUtGLFRV

    Alejandro Martnez A.,QYHVWLJDGRUDVRFLDGR2653$

    3DUWHGHO3UR\HFWR3HTXHxR7UDEDMDGRU&RPLVLyQHVWUDWpJLFDGHO7UDEDMRGH&UHFHU

    /DWHFQRORJtDQRVDFHUFDDORVPiVOHMDQRV\QRVGLVWDQFLDGHORVPiVSUy[LPRVMichele Norsa.

    Si bien la acepcin castellana de mediatizar est relacionada con un control negativo, el vocablo ha ido posicionndose de otra manera hasta entenderse como trascendencia en los medios de comunicacin, siendo esta quiz la forma ms comn de su uso contemporneo. /D FDOLFDFLyQ QHJDWLYD FRPLHQ]D D GHVYDQHFHUVH FRQYLUWLHQGR ODmediatizacin en ambicionada y deseable, cuando se la considera presencia en el mundo de los medios masivos de circulacin de informacin. El uso de esta palabra de manera generalizada relacionada con el aparecimiento en la radio, la televisin y el internet, la convierte as en positiva, necesaria, importante y poco a poco insustituible.

    Tan irremplazable que pareciera convertirse en requisito para la existencia. Si se deca en antao que: lo que no se escribe, no H[LVWH KR\DOWHQRUVHSXHGHDUPDUTXHORTXHQRVHPHGLDWL]DQRH[LVWH /DYLHMDVHQWHQFLDVHLGHQWLFDEDFRQHOKHFKRGHGHMDUconstancia, existiendo como huella y trascendencia a travs del rastro, pues el texto escrito era testimonio de la vida. Ahora cuando VHDUPDTXHORTXHQRVHPHGLDWL]DQRH[LVWHVHOHHVWiRWRUJDQGRla potestad de vehiculizar no solo el rastro sino la existencia misma.

    La mediatizacin a modo de vehculo de la existencia aparece cuando el hecho de existir: de ser personas, comunidades, pueblos y sociedades, tiene ocurrencia mediante la aparicin en los medios masivos de circulacin de informacin. Es as que, quien no transciende a lo meditico masivo no obtiene existencia como ser pblico, como ciudadano y en el peor de los casos, como persona. Hasta en los espacios ntimos est conquistando lugar este alcance de la mediatizacin, con tremendas consecuencias en la manera que vamos siendo personas, sujetos y pueblos.

    El proceso de mediatizacin adicionalmente, est ligado a lo que se concibe hoy como xito1; xito y mediatizacin son una asociacin TXH FRQX\H HQ XQD WHOHRORJtD XQDPDQHUD GH WUDVFHQGHU \ GDUsentido a la existencia. La agrupacin de la trascendencia con la mediatizacin y del xito con la mediatizacin explicara entre otros hechos, la veloz y contundente penetracin y aceptacin de las redes

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    electrnicas de circulacin de informacin personal denominadas redes sociales, al generar una pseudo-mediatizacin, una ilusin de ser mediatizado aunque sea en los estrechos lmites de las decenas o cientos de amigos del Facebook u otros similares. Aparecer en las pantallas, aunque sea con reducida audiencia, resulta ilusorio y se convierte en una suerte de placebo de lo que Bauman llama el dolor de la inferioridad evidente producida por la nueva esttica del consumo puesto que ninguno de los sustitutos que pueda inventar el ingenio del barrio derrotar a esa competencia, dar satisfaccin y calmar el dolor de la inferioridad evidente2.

    La ilusin de ser mediatizado, que acta como placebo a travs de las redes de informacin personal, se plataforma en la importancia del JXUDUHQODVSDQWDOODVHVWHDVRPDUVHHVWDPELpQXQDGHWHUPLQDGDcondicin que permite ganar existencia y trascendencia, es participar del xito y la exclusividad aunque sea en los efmeros y limitados espacios del grupo de amigos o seguidores. La bsqueda constante de informacin e interlocucin en las pantallas tambin puede asociarse al ensueo de ser vistos y reconocidos usando alguna de estas formas de conexin.(VWHSXQWRGHODH[LVWHQFLDFRQJXUDGDDWUDYpVGHODUHODFLyQFRQ

    las pantallas3, es un campo extenso de interrogacin, una nebulosa en agitacin que requiere especial atencin, en cuanto desde ah se estn constituyendo subjetividades y por ende sociedades. Si se existe en cuanto se transciende a lo meditico, el mero acto de la existencia comienza a perder paulatinamente su vala y su lugar en el orden de los valores; es decir, se envilece una tica y posiblemente una espiritualidad en la medida en que el valor degradado y la existencia tienen que ver directamente con algunos aspectos ontolgicos de la persona-humana: transcendencia e individualidad, elementos constitutivos de la subjetividad4.

    Es por lo anterior que uno de los interrogantes que aqu comienzan a cocinarse, tiene que ver con el impacto de lo que llamamos mediatizacin en las interioridades personales, en las subjetividades5, Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona: Gedisa. 2000. p.67.

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    sobre todo considerando que se est hablando de transcendencias HLQGLYLGXDOLGDGHVTXHVHLGHQWLFDQ\FRQVWUX\HQFRQHOp[LWR\ODFRPSHWHQFLD6LHOSURFHVRHQHOTXHVHFRQJXUDQODVQRFLRQHVVREUHel mas all, se atascan indefectiblemente en la aparicin meditica; lo meditico encuentra en las sociedades contemporneas del sistema mundo6 un lugar absolutamente preponderante e imperial para gobernar una espiritualidad maleable.

    La espiritualidad es el modo en que el ser humano se enfrenta a la trascendencia, es una pregunta sobre la existencia con ensayos de respuesta cotidiana; no solo en un sentido religioso, sino a la explicacin de la propia vida y su sentido, su valor. De dnde vengo? Para dnde voy? Qu-quin soy? En este sentido hay espiritualidades de la mas diversa ndole: religiosas, teolgicas, ateas, angosticas y otras. Si la transcendencia es un eje de la espiritualidad es pertinente preguntarse por el tipo de espritu o anti-espritu que VHFRQJXUDGHVGHODPHGLDWL]DFLyQGHORVRFLDO\ORVXEMHWLYRFXDQGRVHHULJHFRPRHVFDWRORJtD\FRPRQDOtVWLFD%DXPDQVHxDODHQORque l denomina modernidad liquida, un proceso donde la identidad se hace ms maleable y voluble, al tener que inventar mscaras de sobrevivencia impactadas por el consumismo y las tecnologas de informtica y comunicacin en el contexto de la globalizacin7. Ese proceso se dirige a la interioridad de hombres y mujeres y se orienta a su domesticacin para y desde el consumo.

    Entonces, una de las caractersticas que se pueden asignar a la mediatizacin es su carcter etreo, se podra decir fantasmagrico en tanto se ofrece, publicita y mercadea desprendida de la materialidad de donde emerge. Lo meditico parece existir en un mas all de las personas, grupos, sectores y las estructuras sociales que lo producen, controlan y usan; la mediatizacin esconde con mucha HFDFLDVXSURSLDHVHQFLDVXUDt]\VXSURSLRVHQWLGRHQWDQWRVHRIUHFHDPRGRGHXQQHQVtPLVPRQRHQWDQWRXQHOHPHQWRVLQRa manera de un resultado de su propio carcter. (O SHUO PHUFDQWLO GH OR PHGLiWLFRLQVWUXPHQWRPHGLR GH

    acumulacin de riqueza, poder y posicionamiento social est velado D WUDYpV GH GRV IRUPDV GH RFXOWDPLHQWR OD FFLyQ FRPXQLFDQWH\ OD FFLyQ GHPRFUDWL]DQWH HVWRV GRV HQVXHxRV JDUDQWL]DQ HO D,^/

    ^t ^ d t /dt^/Agriculture and the Origins of the European World-Economy in the Sixteenth Century.EzWW

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    13

    enajenamiento de lo mercantil-meditico e invisibilizan su carcter de herramienta para adquirir-acumular-poseer estatus, recursos y relaciones.

    La manera a travs de la cual difumina su esencia, es precisamente lo que permite encubrir el carcter negativo de la manipulacin de personas o instituciones, siendo aceptada su razn y fuerza en tanto considerada comunicativa y democrtica. Estos sistemas masivos de circulacin de informacin basados en la propaganda y el mercadeo se auto-establecen como herramientas de comunicacin que llegan a todos y todas las personas; as son pensados, usados y aceptados masivamente. Esto es lo que hace de lo meditico tan penetrante, omnipresente y colonizador de la subjetividad y la sociabilidad. Los medios basan una gran parte de su poder y razn penetrante en el encubrimiento de sus intereses y en el sostenimiento de una suerte de latencia democratizante que puede estar recogida en la expresin: un da puede tocarte a ti.

    El otro tpico contenido en esta forma de comprender la mediatizacin es entenderla como xito-excluyente, fruto de la competencia. El xito no solo es salida, sino que gana sentido en cuanto es escape que se cierra a otros. Si bien la latencia democratizante, la ilusin de llegar a lo meditico puede mantener el inters en estos medios, su poder de seduccin es mayor por su carcter excluyente donde no todos aparecen en ellos.

    Cmo se escoge lo mediatizado? La escogencia de lo que aparece en las pantallas y en las ondas electromagnticas est tambin determinada por el carcter propio de la mediatizacin. Lo que se mediatiza es porque se vende o por que vende y al mercantilizar permite acumulacin de poder, recursos y estatus como anteriormente VHDUPy/DDFXPXODFLyQPHUFDQWLOHVHORULJHQ\HOQGHORVPHGLRVmasivos de informacin en la sociedad contempornea del sistema mundo, ese es su sustento y su materialidad. $ OD FFLyQ GHPRFUDWL]DQWH \ OD TXLPHUD FRPXQLFDWLYD VH OH

    suma la pretensin de neutralidad, gracias a la cual los intereses y los individuos y grupos sociales poseedores y acumuladores de lo meditico aparecen tambin velados. Lo meditico se presenta positivo en abstracto y adems accesible para todos a travs de la competencia, pues esta se erige juez de lo meditico y para fungir la justicia se parapeta a todos los individuos en un partidor ilusorio GHLJXDOGDGGHRSRUWXQLGDGHV(VWDFFLyQVHDOLPHQWDFRQHOp[LWRfortuito de los excluidos y con la presunta oportunidad de acceso; el que ve en, y a travs de las pantallas, legitima lo meditico en tanto tiene la posibilidad de acceder a ello a travs de la competencia de ORVFWLFLDPHQWHLJXDOHV

    Un suceso o una persona mediatizada es un ser distinguido, un ganador de la existencia; un humano mediatizado es entonces,

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    un ser privilegiado que en virtud de la competencia obtuvo la exclusividad de ser considerado mediable, difundible y conocible. La dinmica meditica se establece negando su propio carcter PHUFDQWLO LQWHUHVDGR \ VHFWRULDO DDQ]DQGR XQ WXOOR SVHXGRdemocratizante y pseudo-comunicante, actuando de placebo del dolor de inferioridad, legitimando la exclusin-exclusividad y convirtiendo a las masas excluidas en pblicos y segmentos de mercado. 1DGDGHORDUPDGRDQWHULRUPHQWHVHFRQWUDUtDFRQHOHQWHQGLPLHQWR

    de los medios como instrumentos de comunicacin que podran llegar a ser, en un contexto democrtico y desmercantilizado, colocados al servicio del entendimiento y la humanizacin; puestos en funcin del vinculo humano, como lo entendiera Edgar Morn8 y lo propusiera la teora de las mediaciones9.

    Para que esto suceda y estos medios sean mediadores de comunicabilidad, se hace imperativo (tico, esttico y de justicia) diferenciar el acto comunicativo de la actividad de propaganda, publicidad y difusin de informacin. Diferenciar entre propaganda10, publicidad11, difusin de informacin y comunicacin, es posible a travs de indagar por la intencionalidad de lo que se apellida FRPXQLFDFLyQ /D SURSDJDQGD EXVFD PRGLFDU DFWLWXGHV ODpublicidad dirigir opciones de compra, la difusin de informacin posicionar verdades. Contrario a estos tres utensilios, la comunicacin, es el esfuerzo de los seres humanos para establecer vnculo humano a travs del mutuo entendimiento. La propaganda, la publicidad y la difusin de informacin no son en este sentido medios de comunicacin, son adminculos de la mercantilizacin meditica.

    La propaganda, la publicidad y la difusin comercial de informacin FRQX\HQHQVXLQWHQFLRQDOLGDGHQPHGLDWL]DUGLFXOWDULPSHGLURlimitar la libertad de una persona o una institucin12. No se busca / D D

    > d D :,W d ZDshRevista Punto Cero v.09 n.08

    ^> ZConcepto y tcnicas de la propaganda y su aplicacin al nazismo. d////DWhW^

    ys/// Publicidad y hegemona.E2001. p. 26.

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    comunicar, sino condicionar, conducir y arrear; el otro y los otros no son interlocutores, son receptores del estmulo. El otro no es un pueblo, ni siquiera una masa, es un segmento del mercado conquistable. El objetivo es que el otro, convertido en comprador o mercanca, haga lo que quiere el poseedor del medio en nombre de la libertad y en virtud de esa libertad; por ello se requiere del carcter QHEXORVR\ODFFLyQGHPRFUDWL]DQWHSDUDTXHODFRQVXQFLyQGHODOLEHUWDGVHDRFXOWDGDHQODDFHSWDFLyQGHODFWRUHHMRGHFRQGXFFLyQcomo un acto comunicativo en ejercicio de la libertad. &UHDU \ GLIXQGLU PDVLYDPHQWH YHUGDGHV SDUD PRGLFDU

    comportamientos y opciones de compra y, construir palabras e LPiJHQHV SDUD HGLFDU FRPXQLFDELOLGDG HQWHQGLPLHQWR \ YtQFXORentre los seres humanos; son actos-procesos diferentes y pertenecen a dos esencias distinguibles13. La comunicacin pertenece a lo profundamente humano, ya nos dice Maturana que somos en el lenguaje y el lenguajear, pues lo humano existe en el lenguajear y el lenguajear es constitutivo de la comunicacin que es fundamental en la generacin de vnculo14.

    La mediatizacin es a-comunicativa no se relaciona con, ni promueve personas humanas y no busca el entendimiento. La mediatizacin es permisible si las personas dejan de ser tales, y se asimilan a objetos de mercadeo, si los pueblos se convierten en masas amorfas, a su vez, las masas en pblicos y estos pblicos en segmentos del mercado15. En este sentido el profesor Uriel nos ilustro citando a Gabriel Tarde:

    no sostuvo que la poblacin, ni las clases sociales, ni las masas desapareceran sino que los pblicos se superpondran a este tipo de categoras sociales, pues lo que sera distintivo de los pblicos es la cooperacin entre cerebros y que un mismo individuo puede participar de diferentes pblicos a la vez, mientras que un mismo individuo no puede pertenecer al

    >>/> >,D>D>,>Contribuciones a las Ciencias SocialesD

    Z z > D,Emociones y Lenguaje en W^W^

    >s, > W>d>^ sD: e los medios a las mediaciones. Comunicacin, cultura y hegemona.D''W

  • 16

    mismo tiempo a diferentes clases, luego se trata de colectivos conjuntados especialmente no por dispositivos espaciales y WHUULWRULDOL]DGRV VLQRSRUGLYLVLRQHVH[LEOHVHQ ORV FXDOHV ORVmedios de comunicacin operan sobre las funciones cerebrales intelectuales y sobre todo sobre la memoria, que es donde operan no los dispositivos disciplinarias que actan sobre los cuerpos, o los dispositivos biopolticos sobre las masas y poblaciones, sino los dispositivos de control en funcin de pblicos y medios HVSHFtFRVFRPRODWHOHYLVLyQHO LQWHUQHWKDVWDHOSXQWRTXHlogran articular la opinin pblica y las relaciones econmicas16.

    Mediatizacin. tica, Esttica y Justicia

    Mediatizacin sera la forma como las personas, grupos, hechos y situaciones humanas trascienden a la meditico en virtud de lo mercantil-competitivo obnubilados y presentados como servicio democrtico y comunicativo. La mediatizacin es un atajo para alcanzar el xito-salida subordinado a la mercantilizacin y la competencia como valores omnipresentes y velados al servicio de una valoracin mercantil de la existencia y una relacin opaca, no translucida con estos antivalores. Una forma de hacer existir los valores, la democracia y la existencia: una anti-tica, una anti-juridicidad y una anti-esttica.+DFHUODDUPDFLyQDQWHULRUUHTXLHUHHQWRQFHVH[SUHVDUORTXHVH

    comprende en este artculo como tica, esttica y juridicidad para poderlos relacionar con infancia y mediatizacin que es el objeto de esta incursin en campos en los que apenas se tiene alguna aproximacin y que es consecuencia de la incitacin que provoca poner a jugar conceptos tan gruesos y de difcil comprensin y manejo: infancia, mediatizacin, tica, esttica y juridicidad.

    Se propone comprender: la tica a manera de expresin ordenada de los valores, lo jurdico en tanto acceso a la justicia y la esttica como transparencia existencial de los valores17. Estos conatos GHQLWRULRVGHORpWLFRHVWpWLFR\MXUtGLFRFRQVWLWX\HQHOHMHGHHVWHHQVD\Ry su particularidad, son una tentativa apenas, en ese lmite se reconocen \DGTXLHUHQVLJQLFDGR

    Por qu formular en trminos: jurdicos, ticos y estticos un asunto infantil y adolescente?

    sh / Publicado en la compilacin ^/,d

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    Lo jurdico. Generalmente la

    infancia como tema en el campo jurdico se ha establecido desde OD MXUtGLFDFLyQ18, que consiste en plantear los hechos a modo de problemas y la judicializacin como solucin; los procesos y problemas sociales se pretenden disminuidos y controlados al convertirlos en una norma. Si bien, la Convencin Sobre los GHUHFKRVGHORVQLxRVODVFRGLFDFLRQHVGHGHUHFKRVGHLQIDQFLD\adolescencia y todos los desarrollos de legislacin internacional y ORFDOQRVRQVyORMXUtGLFDFLyQVRQLQVXFLHQWHVVLQRVHHQWUDHQXQDUHH[LyQGHORMXUtGLFRGHVGHXQDSHUVSHFWLYDPDVDPSOLDTXHla legal y que tiene que ver con la nocin de lo que es justo, injusto y legtimo. La perspectiva jurdica desenrolla lo jurdico cuando de PDQHUDUHVWULQJLGDVHKDFRPSUHQGLGRDPDQHUDGHMXUtGLFDFLyQFRGLFDFLyQOHJLVODFLyQROHJDOLGDGOOHYDQGRDODVSUHJXQWDVSRUODjusticia, interrogantes que son entonces, cuestionamientos por el poder, por la poltica.

    Lo tico19. Es un requisito indispensable en la accin con la infancia y adolescencia manifestar el mundo valrico desde el que se acta cuando esta se considera desde el respeto un sujeto otro, con lugar en lo social, intimo, familiar, afectivo y tambin en lo pblico y en el campo del poder, lo poltico. El que acta con, desde o sobre la infancia y adolescencia tiene al frente personas completas y conglomerados humanos; hacer pblicos los valores y el orden TXHVHOHVFRQHUHHVUHTXLVLWR\FRQGLFLyQDEVROXWDVLQHTXDQRQcuando se est hablando de actuar en, con, desde o sobre, la mitad de la humanidad. La manifestacin de la tica, conjura las antiticas

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    TICA

    SER

    ESTTICA JURDICA

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    y las veladas intenciones y teleologas mercantilistas y otro tipo de perversiones de lo humano y de lo infantil y adolescente.

    Lo Esttico (V LQVXFLHQWH SODQWHDU XQ F~PXOR \ XQ RUGHQGH YDORUHV /D pWLFD HQ VLPLVPD HV LQVXFLHQWH VL ELHQ SHUPLWHexplicitar, conocer, saber y expresar las valoraciones y su orden HQ XQD SHUVRQD R XQ FRQJORPHUDGR UHVXOWD LQVXFLHQWH VL HVWDexpresin no se concreta necesariamente en formas existenciales, en expresiones estticas de la existencia. La esttica, permite que lo expresado suceda en una vida o en un conjunto de vidas. Ser esttico en relacin con la infancia y la adolescencia es transparentar en el mundo de las relaciones, las palabras y los pensamientos lo que VHDUPDHQODVIRUPXODFLRQHVYDOyULFDVHVSHFLDOPHQWHUHODFLRQDGRcon infancia y adolescencia, la esttica es transparencia coherente con lo valorado, es resistencia, segn la invitacin de Foucault20.

    Lo jurdico /D SHUVSHFWLYD MXUtGLFD VXSHUD OD MXUtGLFDFLyQencapsulante de la realidad de la infancia y adolescencia, de esta manera lo infantil y adolescente no es mas exclusivamente problema y solucin judicial, sino un asunto de envergadura humana y democrtica que requiere de respuestas complejas puesto que es compleja la realidad de la infancia y la adolescencia, r e s p u e s t a s multidimensionales y mult icomprensivas. La Convencin o los cdigos de infancia y adolescencia pueden quedar enmaraados HQ OD MXUtGLFDFLyQsi no se les entiende dentro de una bsqueda de justicia para la infancia y adolescencia y superan el afn ordenador y correccionalista;

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    Esttica

    Jurdica

    tica

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    buscando el establecimiento de un sujeto que es, pero se devanea HQWUHODDUPDFLyQ\QHJDFLyQGHOKHWHURDXWR\FRUHFRQRFLPLHQWRjurdico y social. El enfoque jurdico en infancia y adolescencia en este sentido, es un enfoque poltico, si es en la poltica y la ordenacin del poder donde surge lo que es justo o injusto.

    Lo que anteriormente se ha lanzado para ser conversado, est inscrito en un marco que se considera ontolgico, al interrogarse por el ser, su esencia y transcendencia. De esta manera se puede LU GH OR MXUtGLFRMXUtGLFDFLyQ D OD QRFLyQ GH MXVWLFLD GH OR pWLFRcomportamental a la proteccin de valores humanos y de lo esttico como consideracin de lo bello o feo a la existencia misma. Es as que lo planteado est inscrito en un campo del ser y sus valores, lo jurdico de sus formas y lo esttico de las acciones y relaciones; a manera de un continuum, no estableciendo campos separados absolutamente.

    La perspectiva ontolgica no es la mercantilizante es desde ah TXHORMXUtGLFRVXSHUDORMXULGLFDQWHODpWLFDHOGLVFXUVRLQWLPLVWDy comportamental y la esttica el discurso de la distribucin de belleza y fealdad. As se desnuda desde la consideracin ontolgica, el discurso mercantil que se soporta sobre una falsa-juridicidad, una antitica y un maniquesmo pseudo-esttico de lo feo-bello. El inters mercantilista recibe un recubrimiento de inters humano para posicionarse como tico, esttico y jurdico, el manejo de la imagen de los nios, nias y adolescentes en los medios est sujeto a este inters aunque resulte difcil de ver porque se presenta obnubilado.

    La pregunta que orientara la indagacin por lo tico, esttico y jurdico en relacin con la imagen de infancia y adolescencia con el marco anteriormente presentado es: qu son los nios las nias y los adolescentes para los medios masivos de circulacin de informacin? Son un pblico? Una seccin de mercadeo? Una mercanca? Un producto? Sujetos? Sujetos de derechos? Las respuestas hay que buscarlas no solo en la enunciacin rpida de los pensamientos o conceptos, sino en la expresin concreta de las relaciones y las acciones. Hacer la arqueologa, buscar la evidencia, GH OR REVHUYDGRDUPDGR HV SRVLEOH \ QHFHVDULR \ HV XQD WDUHDapenas emprendida.

    Foucault ha trazado una genealoga de la tica a partir delos modelos de ethos que ha tenido Occidente; y en su inicio, en el mundo grecorromano, el ethos fundante es el de la libertad ciudadana, que nace en el cuidado de s, ya que la libertad es el modo como los humanos vivimos la relacin de cada uno con ORVRWURV/RTXHVLJQLFDTXHHOHWKRVGHODOLEHUWDGSURYLHQHde la responsabilidad de cuidar a/de los otros. El sentimiento de libertad es entendido en el pensamiento grecorromano como aquel mediante el cual el hombre se hace cargo de los otros y

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    anota: me gusta mucho la expresin latina hacerse cargo de para decir cuidar de alguien. Claro que en esa expresin cargar no se asume en sentido peyorativo de carga, peso sino aquel otro de la madre que carga al hijo en su vientre21.

    Mediatizacin, imagen y representaciones sociales de infancia y adolescencia.

    El tipo de ensayos de respuestas a lo planteado en el acpite anterior son muy diversos y tienen diferentes orgenes, surgen: de lo epidrmico y de la experiencia personal, de los lugares comunes, de la indignacin y otras son fruto de un seguimiento ms juicioso y profundo. Entre muchos, se desea subrayar dos ejemplos importantes presentados en este seminario sobre infancia y mediatizacin: el trabajo de la Fundacin Petisos denominado Nuevas Miradas22 compartido por el Licenciado Gastn Gelblung y la larga trayectoria de Citurna Producciones23 enseada por Adelaida Trujillo, que nos muestran \VHxDODQGLIHUHQWHVPDQHUDVGHLQWHQWDUUHVSRQGHUQRVyORHQODUHH[LyQdistante, sino en la construccin seria y comprometida.

    En este ensayo se plantea una manera de preguntarse como consecuencia de lo problematizado con anterioridad Cul es el marco desde el cual los medios dan espacio meditico a la infancia y adolescencia? En un ensayo de respuesta desde un plano muy general, que no desconoce los esfuerzos comunicativos y subjetivantes de la niez y adolescencia en un sector que es diverso y plural24 se tendra TXHDUPDUTXHHVODPHUFDQWLOL]DFLyQGHODLQIDQFLD\DGROHVFHQFLDODTXHGRVLFD ODDSDULFLyQGH ORVQLxRVQLxDV\DGROHVFHQWHVHQ ORPHGLiWLFREsta mercantilizacin opera en dos sentidos hacindolos objeto mercantil y convirtindolos en consumidores.

    Los nios, nias y adolescentes son elemento mercantil, pblico o segmento de mercado, cuando activan o consumen procesos de propaganda, publicidad o divertimento cuyo objeto es la movilidad de mercaderas o servicios, cuando son noticia dentro de un marco de circulacin de informacin, movilizador de indicadores de audiencia desde las sensibilidades por lo pueril-infantil, en cuanto este ltimo canaliza la atencin de diferentes pblicos y segmentos de mercado: padres,

    D:El cuidado de la comunicacin.W^ >Wh:

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    21

    SHGLDWUDVPDGUHVHGXFDGRUHV\PXFKRVRWURV\QDOPHQWHFXDQGRVRQconvertidos en consumidores con capacidad de decisin y de compra.

    Consumidores, objeto de consumo, noticia, personas? Habra que hacer XQFRQWHRFODVLFDFLyQGHORTXHVHPHGLDWL]DHQUHODFLyQFRQODLQIDQFLDy adolescencia para establecer y descubrir en trminos de porcentajes la intencionalidad. Por ejemplo, se podra preguntar por la manera, el origen de la anexin de los nios y nias en la actividad meditica en un periodo de tiempo usando la siguiente lista de chequeo:

    a. Pblicos?b. Segmento de mercado?c. Noticia indicador de audiencia?d. Objeto- actor de divertimento?e. Sujetos de reconocimiento y promocin derechos? f. Personas-humanas?

    (VWHOLVWDGRSXGHDGHUH]DUVHFRQRWUDFODVLFDFLyQPiVSDQRUiPLFDsobre las apariciones en lo meditico desde el movilizador de la aparicin:

    a. Miedo-peligrosismo?b. Escndalo?c. La sensiblera? d. Reconocimiento?e. La promocin de subjetivacin? f. La comprensin del sujeto otro?

    Si la produccin uso de la imagen de infancia y adolescencia se hace a travs de: la propaganda, publicidad y circulacin de

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  • 22

    verdades con el objeto de generar rditos econmicos, de estatus o de poder: estaramos hablando de mediatizacin mercantil; generalmente esto se consigue al construir la imagen con el objeto de satisfaccin-exacerbacin-conduccin de un pblico o un segmento de mercado que generar activos, no solo en circulante sino otras formas de acumulacin como la legitimacin del poder y el estatus.

    La imagen de infancia y adolescencia instrumentalizada, mediatizada se construye escogiendo segmentos de la representacin social sobre el objeto-proceso que se denomina infancia y adolescencia, capturando de PDQHUDLQVWUXPHQWDOUHHMRVGHORUHSUHVHQWDGRHQFXDQWRSXHGHVHUtil para la exacerbacin-control de pblicos o segmentos de mercado; la fragmentacin de esta representacin es instrumentalizada segn el requerimiento meditico. La imagen sera una fragmentacin de esa representacin social con intencionalidad meditica.

    El criterio de escogencia de los fragmentos de la representacin social, es la utilidad econmica que consiste en criterios de maximizacin de la ganancia a travs del control de los pblicos-mercados. Una vez escogido el fragmento, la forma mas tradicional de presentacin en los medios de informacin es el acuamiento de una iconografa alrededor del fragmento til, el icono pretende ser un retrato de la UHDOLGDGFXDQGRDSHQDVHVXQUHHMRHVFRJLGRFRQLQWHQFLRQDOLGDG/D

    Imagen de la infancia

    PblicoRditosSegmento

    de mercado

    Nios

    Nias

    Adolescentes conos RetratosUso:

    Instrumentalizacin(Estatus, Dinero,

    Sensualidad)

    Representaciones Sociales

    Construccin de imgenes Mercantilizacin

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    propaganda, la publicidad y la circulacin-creacin de verdades tiene generalmente entre sus movilizadores: el dinero, el estatus, el sexo, la sensualizacin, el placer o el miedo.

    Los iconos construidos en la mediatizacin estn orientados a la movilizacin del deseo-consumo a travs de la movilizacin del placer o el terror; de esta manera aparecen en mediatizacin de infancia y adolescencia entre otros: la lolita, el sicario, el nerd, la colegiala, el matn, el adolescente, el rebelde, el irresponsable, la ternura, la inocencia, el nio rosado rollizo y sano, caperucita, la madrastra, el lobo, blanca nieves, el artista, el deportista, el drogo, el blanco, el indio y muchos otros que pretenden recoger en ellos la realidad y sectores de la poblacin. El icono implica una comprensin de lo infantil-adolescente y de su relacin con la sociedad, trae consigo una aprensin, una relacin y una receta de tratamiento.

    En los iconos y la iconografa se imprime una imagen de infancia adolescencia que ha sido dibujada con criterio meditico, de esta forma los pblicos o los segmentos de mercado reproducen y reconocen lo infantil adolescente en esta iconografa que es, la materializacin de una imagen y fragmento escogidos deliberadamente dentro del conjunto de la representacin social de infancia y adolescencia.

    La presentacin de la construccin meditica de la imagen de infancia y adolescencia de la manera que transcurri en las paginas anteriores, tiene igualmente un deseo y una propuesta: que en el reconocimiento de la mediati-mercantilizacin de la imagen de infancia adolescencia, se debiliten los procesos perversos y se fortalezcan los de construccin social de los nios, nias y adolescentes, personas plenas y sujetos de derechos25. La forma en que se present, es una invitacin a la investigacin-accin-solidaridad constante con una niez y adolescencia que existe y que puede llegar a ser, y escapa a nuestra comprensin-relacionamiento en la medida en que, se deforma detrs de esta iconografa patriarcal26. La niez que es y puede llegar a ser: 1) si es reconocida por los otros, por los pares y dispares, en tanto que un otro legtimo, un otro amable y comunicable27; y 2) si la comunicacin se establece como un HVIXHU]RGHYLQFXORKXPDQRFRQWLQXDQGRFRQODSUROtFDPHQFLyQDHumberto Maturana y Edgar Morn.

    ^ &DEl sujeto y el poder.'K

    >,Maturana. La democracia es una obra de arte. DZD

    > D:WKZd>DKZEKZZ/K^/>s(comp): Comunicacin y comunidad.&s>,

  • 24

    Panel 1. Infancia, imagen y derechos. Lo legal, lo penal y lo permitido.

    Lo legal, lo penal y lo permitido.

    Aroldo Quiroz Monsalvo1. 0LHPEURGHOHTXLSRGRFHQWH*HVWRUGHO2653$

    8QLYHUVLGDG1DFLRQDOGH&RORPELD%RJRWi&RORPELD

    Este semestre he estado alejado de la investigacin de la niez, He estado mas concentrado en la construccin del discurso jurdico que tiene que ver con los matrimonios igualitarios en los cuales el congreso no legisl y dej abierta la posibilidad sobre el, cmo poder llevar a cabo la celebracin de los mismos.

    Estoy trabajando en la construccin jurdica de ello y hemos avanzado. El 24 de julio (2013) se logr el primer vinculo conyugal en el cual aportamos a la construccin jurdica de este discurso, acompaamos a la primera pareja por medio del poder que me otorgaron a impulsar la celebracin del vnculo conyugal, sealando

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    Panel 1. Infancia, imagen y derechos. Lo legal, lo penal y lo permitido.

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    que la sentencia C-577 de 2011 proferida por la Corte Constitucional lo sugiere con fundamento en el contexto jurdico vigente en este caso la normatividad que regula el matrimonio civil para las parejas heterosexuales, acudiendo al viejo principio consagrado en el artculo 8 de la Ley 153 de 1887 que seala la analoga. No hay que olvidar que la sentencia citada nos vincula a todos nosotros para su cumplimiento, en consecuencia los jueces civiles municipales y notarios del pas estn obligados con fundamento en la normatividad citada a llevar a cabo su celebracin.

    Pero retomo el tema a que me invitaron a este seminario y es sobre niez, en este caso sobre los discursos de los derechos de los nios. Podemos decir que hay algo fundamental:

    Qu tanto ha avanzado el pas en poltica pblica de infancia?, creo que poco, el tema se ha quedado en solo retorica por los expertos, cuando lo acompa como procurador delegado para la infancia, lo hice con la ilusin de que podramos transformar a la sociedad colombiana y podramos lograr los objetivos que se describen en el estatuto de infancia como el de garantizar a los nios, a las nias y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y compresin (art. 1 del CIA).6HMXVWLFDEDHQWRQFHV ODH[SHGLFLyQGHXQQXHYRHVWDWXWRTXH

    remplazara el antiguo Cdigo del menor con el discurso de la necesidad de cambio, que era imperiosa, pues Colombia no poda continuar con un Cdigo que solo se limita a sealar las situaciones de vulneracin de derechos de nios y nias, que no desarrolla pautas de polticas pblicas para garantizar los derechos de toda la poblacin infantil y adolescente del pas; que no otorga responsabilidades a otras entidades como a los entes territoriales, y que solo dejaba la responsabilidad de atencin de la niez al ICBF como qued demostrado en la investigacin realizada por la Procuradura General de la Nacin (La infancia, la adolescencia y el ambiente sano en los planes de desarrollo departamentales y municipales 2005). Discurso acompaado por el Legislador quien sealaba en su exposicin de motivos que:

    &RORPELD FRQWDED FRQ XQ &yGLJR GHO 0HQRU H[SHGLGRHQ HQIRFDGR D DWHQGHU D ORVPHQRUHV GH DxRV TXHLQFXUULHUDQHQXQDGHODVQXHYHVLWXDFLRQHVLUUHJXODUHVTXHHOPLVPR VHxDOy WD[DWLYDPHQWH FRPR VRQ PHQRU DEDQGRQDGRR H[SyVLWR TXH FDUH]FD GH UHSUHVHQWDQWH OHJDO DO TXH VH OHDPHQDFHVXSDWULPRQLRHOTXHVHDWUDEDMDGRUQRDXWRUL]DGRHODGLFWRDVXVWDQFLDVTXHSURGX]FDQGHSHQGHQFLD\HOLQIUDFWRUDODOH\SHQDOOLVWDGRTXHSUHFLVDPHQWHGHMDSRUIXHUDGHODDWHQFLyQLQWHJUDODWRGRHOXQLYHUVRGHQLxRV\ ODFRQVDJUDFLyQGHODV

  • 26

    JDUDQWtDVVXFLHQWHVSDUDHYLWDUODYXOQHUDFLyQGH derechos y HOUHVWDEOHFLPLHQWRPiVD~QFRQODVYLRODFLRQHVDORVGHUHFKRVKXPDQRVGHORVQLxRVQLxDV\DGROHVFHQWHVTXHKDSUHVHQFLDGRHOSDtVHQORV~OWLPRVDxRV(QHIHFWR\OXHJRGHUHFRUUHUXQODUJRFDPLQRODVLWXDFLyQGH

    ORVGHUHFKRVKXPDQRVGHODQLxH]FRORPELDQDVHUHTXLHUHXQFDPELRFRQWXQGHQWHQRVyORSDUDVHJXLUDWHQGLHQGRGHPDQHUDLQWHJUDODOPLOOyQ\PHGLRGHQLxRV\QLxDVHQ ORVSURJUDPDVGHO,QVWLWXWR&RORPELDQRGH%LHQHVWDU)DPLOLDUTXHVHDWLHQGHQHQODDFWXDOLGDGVLQRSDUDDPSOLDUODFREHUWXUDHQSUHYHQFLyQ\JDUDQWtDGHGHUHFKRVGHORVUHVWDQWHVSHUVRQDVPHQRUHVGHDxRV\DTXHSDUDHVWRVQRVHGHVWLQDQLVLTXLHUDODSURYLVLyQGHXQDSROtWLFDS~EOLFD(VQHFHVDULR LQFOXLUORVHQXQDOHJLVODFLyQHQODTXHWRGDVODVSHUVRQDVVHDQUHFRQRFLGDVGHVGH VX QDFLPLHQWR FRPR LJXDOHV DQWH OD /H\ 8QD OH\ GHLQIDQFLDQRSXHGHOHJLVODUVHSDUDDWHQGHUXQUHGXFLGRQ~PHURGHQLxRV\QLxDVSREUHVGHVYDOLGRVRLQIUDFWRUHVVLQRTXHWLHQHTXHSUHYHUODJDUDQWtDGHORVGHUHFKRVGHPLOORQHVGHQLxRVQLxDV\DGROHVFHQWHVTXHGHPDQGDQFRQXUJHQFLDSROtWLFDVGHdesarrollo integral.$GHPiVGHOFDPELRSROtWLFRTXHGHPDQGDODQXHYDHVWUXFWXUD

    OHJDO HV LPSHUDWLYRDWHQGHU ORV FRPSURPLVRV LQWHUQDFLRQDOHVTXHHO(VWDGRFRORPELDQRKDDGTXLULGRFRQ ODDGKHVLyQD ORVWUDWDGRVFRQYHQFLRQHV\SDFWRVGRFXPHQWRVGHSROtWLFD\GHGRFWULQDLQWHUQDFLRQDOVREUHORVGHUHFKRVKXPDQRVGHODQLxH]FXHUSR QRUPDWLYR TXH HV GH REOLJDWRULR DFDWDPLHQWR TXHLQWHJUDHOSDUDGLJPDGHODSURWHFFLyQLQWHJUDO\TXHGHEHVHULQFRUSRUDGRHQODOHJLVODFLyQQDFLRQDO2.

    (O(VWDGRFRORPELDQRKDUDWLFDGRHQOD&RQYHQFLyQVREUHORVDerechos del Nio, que lo obliga a adecuar la legislacin nacional a los nuevos paradigmas de dicho instrumento jurdico vinculante, y sigue puntualizando el legislador, por orden de la misma Convencin, los Estados deben someterse al examen del Comit de los Derechos del Nio creado precisamente en dicha Convencin. Este comit luego de analizar los informes presentados por Colombia ha elevado recomendaciones que siguen siendo desconocidas de manera sistemtica por el Estado FRORPELDQRVLHQGRXQDGHHOODV\ODPiVDJXGDODTXHVHUHHUHDOUHWUDVRLQMXVWLFDGRGHODDFWXDOL]DFLyQGHODOHJLVODFLyQLQWHUQD

    Este Comit de los Derechos del Nio es el rgano de expertos independientes que supervisa la aplicacin de la Convencin sobre los Derechos del Nio por sus Estados Partes. El Comit tambin supervisa la aplicacin de los dos protocolos facultativos de la Convencin relativos D ODSDUWLFLSDFLyQGHQLxRVHQ ORVFRQLFWRVDUPDGRV\D ODYHQWDGH'E

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    nios, la prostitucin infantil y la utilizacinde nios en la pornografa3.Por ms de 10 aos se hicieron infructuosos intentos por derogar

    en el antiguo Cdigo del menor y crear una nueva legislacin; fueron aos de muchos discursos en materia de niez que ltimamente se han venido apaciguando. Bueno, por este nuevo cambio, nos metimos en los vericuetos de cambiar la legislacin existente y en l me acompa el profesor Francisco Acua aportando con sus conocimientos a disear el actual Sistema de responsabilidad penal para adolescentes, estbamos convencidos y todava sigo convencido GHTXHSRGUHPRVWUDQVIRUPDUODVFRVWXPEUHVODQWUySLFDVFRQODVque se tratan aun los temas de niez en Colombia.

    Aun se contina mirando los derechos y ejercicio de los mismos desde el punto de vista patriarcal, de esta manera se viene trabajando el tema de la imagen de los nios, y As lo vienen tratando sobretodo los medios de comunicacin, cuando hablamos del tema de la imagen de niez, cuando se trabaj en el cdigo lo que queramos era tratar de fortalecer la posibilidad que a partir de los derechos de los nios pudiramos concurrir la familia, la sociedad y el estado en la posibilidad de que estos derechos fueran efectivos.

    De todas maneras han pasado 6 aos de la vigencia del cdigo, dentro de ese optimismo que aun hoy me embarga parto de la base que, si se hacen los esfuerzos necesarios por parte del Estado, la sociedad y la familia, podremos evidenciar cambio en el ejercicio de los derechos de los nios.

    Este cdigo cuando se expidi se hizo porque haba unos trabajos sociolgicos que lo sustentaban, como el descrito anteriormente por parte de la Procuradura General de la Nacin; el cual muestra que en Colombia no existe poltica pblica en materia de niez. Lo que existe son programas de gobiernos; por lo anterior se dej en el actual Cdigo la obligacin de una poltica pblica a corto, mediano y largo plazo, la cual permita la continuidad e independiente de los gobiernos que lleguen, porque no se trata de que cada gobierno traiga su propia poltica porque lo que hace es abandonar la poltica anterior y comenzar con una nueva.

    Esto es lo que detectamos en los estudios que hicimos en la procuradura, de ah qued un documento, que creo ha sido icono histrico que se trabaj en muchas otras organizaciones que se ocupan del tema de la poltica publica a nivel territorial que haba sobre infancia; el cual sirvi de sustento para la expedicin de la Ley 1098 del 2006.

    En dicha Ley se consagro el artculo 204 que muchos lo llaman el salmo de la infancia, porque obliga a los entes territoriales a hacer poltica pblica para los nios y nias, si no pueden estar incurso en una mala conducta de tipo disciplinaria. Cuando abandon el cargo /

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    en la procuradura en 2008, habamos dejado ms o menos unas 125 investigaciones contra alcaldes y unas 4 contra gobernadores en materia de infancia. La idea era impulsar esa parte disciplinaria para dejar un hito histrico que mostrara que el no cumplimiento en poltica de infancia si generaba sancin disciplinaria y que el Cdigo no fuera un saludo a la bandera. Esta nueva administracin alcanz a sancionar a varios alcaldes, creo que uno de ellos fue el alcalde de Cali.

    En ese orden de ideas, quisiera ampliar este concepto novedoso que trae el estatuto de la infancia en su parte orgnica. En ella designa, de un lado, a las personas que toman decisiones en garantas y restablecimientos de derechos. Fija competencias y modalidades del ejercicio de sus funciones; por otro lado, seala los procedimientos por los cuales se orientan las autoridades pblicas para garantizar y restablecer los derechos. Por lo tanto, en la parte orgnica se establecen las autoridades administrativas y judiciales, as como sus FRPSHWHQFLDV\SURFHGLPLHQWRVFRQHOQGHJDUDQWL]DUHOSOHQR\armonioso desarrollo de los nios, nias y adolescentes.

    En consecuencia el presente dispositivo que contiene la parte orgnica del Cdigo de infancia, permite entrar en el juego jurdico de una parte, de las relaciones entre autoridades, procedimientos, sanciones y con aquellas autoridades que no toman medidas en garantas y restablecimientos de derechos de los nios, nias y adolescentes; por otra, como el Cdigo y la Convencin de los Derechos del Nio son los instrumentos polticos, social y jurdicos; permiten la posibilidad de la emancipacin de la infancia como categora social e institucionalizar al Estado para que asuma su responsabilidad como gantes de los derechos humanos de los nios \QLxDVDWUDYpVGHSROtWLFDVS~EOLFDVTXHSHUPLWDQLGHQWLFDUDORVnios como ciudadanos en ejercicio de sus derechos.

    Lo novedoso de este instrumento normativo en infancia y adolescencia, es que es una herramienta4 que prescribe las directrices de Cmo?, Por qu? y Para qu? debe implementarse una poltica pblica diferencial y prioritaria a favor de los nios, nias y adolescentes. En consecuencia, establece las herramientas de formulacin, articulacin, control y ejecucin de polticas pblicas de infancia y adolescencia, que no consagraba el derogado Cdigo del Menor.

    Segn ANDR-NOL ROTH DEUBEL, desde el punto de vista de los Derechos Humanos, la libertad, la igualdad, la justicia y la dignidad VRQLGHDOHVTXHGHEHQJXLDUODGHQLFLyQGHOFRQWHQLGRGHORS~EOLFRo el inters general; por lo tanto, los Estados en la elaboracin de la poltica pblica tienen la misin de trabajar en la promocin y proteccin de estos ideales para los habitantes del pas5./>///

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    Creo, como lo prescribe ANDR, que a travs de las polticas pblicas, se pueden materializar esos ideales. Las polticas pblicas constituyen las herramientas para que el Estado haga efectivo y garantice el cumplimiento y el respeto de esos ideales, considerados como bienes pblicos fundamentales, constitutivos de una sociedad democrtica. En consecuencia, es el Estado el espacio y responsable directo para institucionalizar una poltica pblica de los derechos humanos de la infancia y adolescencia.

    Por lo anterior, la formulacin e implementacin de las polticas pblicas deben estar diseadas en funcin de garantizar la utilidad GH ORV 'HUHFKRV +XPDQRV FRQ HO Q GH DFHUFDU D OD VRFLHGDG Dla igualdad y dignidad. La evaluacin de las polticas pblicas deben entonces, realizarse con base en idnticos criterios de libertad, igualdad, justicia y dignidad6. De ah que, siguiendo estos parmetros, son estos los ideales que deben servir de directrices que orientan la poltica pblica de infancia y adolescencia.

    El Estado colombiano dispone entonces, de una carta de navegacin para poner en marcha los derechos humanos de la infancia; el Cdigo de la Infancia y la Adolescencia y la Convencin de los Derechos del Nio, es la herramienta que tiene el Estado y los entes territoriales para encaminan todos sus esfuerzos a construir una poltica pblica que garantice los derechos de esta poblacin, que impulse el desarrollo humano, permita un nuevo amanecer en el ejercicio de los derechos de los nios, nias y adolescentes./DSROtWLFDS~EOLFDGHLQIDQFLD\DGROHVFHQFLDVHSXHGHGHQLUFRPR

    el conjunto de acciones que adelanta el Estado, con la participacin GH OD 1LxRV OD )DPLOLD \ OD 6RFLHGDG FRQ HO Q GHEHU VHU GHgarantizar la proteccin integral de los nios, nias y adolescentes colombianos7. Por lo tanto, debe ser un proceso construido desde lo colectivo.

    El Instituto Interamericano del Nio, ha sealado que las polticas pblicas deben enmarcarse en el principio de la proteccin integral y se deben materializar segn el Instituto a travs de un sistema nacional de infancia, propone entonces: un diseo organizacional y operativo concebido para la implementacin de Polticas Pblicas de Infancia y Adolescencia en el seno de las entidades responsables de los pases de las Amricas. El IIN ha denominado como Sistema Nacional de Infancia (SIN), ()8.

    Segn el Instituto, el SIN tiene como paradigma la Convencin sobre los Derechos del Nio, pues parte del nio como SUJETO

    p. 60.

    Ibdem.

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  • 30

    DE DERECHOS y se basa (sic) en la doctrina de la PROTECCIN ,17(*5$/6HWUDWDGHXQVLVWHPDLQWHULQVWLWXFLRQDOTXHGHQHlas relaciones de niez de un pas, sus competencias respectivas y la participacin de la Sociedad Civil en el marco de la Proteccin Legal, Judicial y Social9. (O 6LVWHPD 1DFLRQDO GH ,QIDQFLD WLHQH FRPR Q HVWUXFWXUDU \

    sistematizar la relacin entre todos los actores que deben participar en el diseo e implementacin de la poltica pblica, con el objeto de dar efectividad a los derechos reconocidos en la Convencin y el Cdigo de Infancia y Adolescencia. Esta orientacin la debe tener en cuenta el Estado colombiano, a travs del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, para que por intermedio de l se disee la poltica pblica de infancia y adolescencia; donde se concluye, que el Estado debe encaminar todos sus esfuerzos a fortalecer el Sistema Nacional de Bienestar Familiar10.

    Por lo anterior, la poltica pblica debe orientarse con cuatro enfoques segn el Cdigo: el primero, hace referencia al enfoque de derechos; el segundo, al poblacional; el tercero, al territorial y por ltimo el enfoque de gnero. Slo este ltimo se encuentra sealado en la norma, los dems se puede extractar implcitamente de algunas normas del estatuto de infancia, v.gr., del artculo 204. En consecuencia, la poltica pblica debe estar diseada en el contexto de estos cuatros enfoques.

    En cuanto al enfoque de derechos podemos sealar que consiste en una herramienta conceptual, que tiene como base los estndares consagrados en los instrumentos internacionales de los Derechos Humanos y se dirigen a desarrollar las capacidades de los ciudadanos y ciudadanas para la efectividad de los Derechos Humanos. Por lo tanto, este enfoque parte del reconocimiento de la persona como titular de derechos y centro del proceso de desarrollo.

    Impone al Estado, en todos sus niveles, la obligacin de garantizar los derechos de los nios, nias y adolescentes, y adoptar las medidas necesarias para su cumplimiento. En consecuencia, este enfoque es la puesta en marcha de los atributos, potestades y autonoma de los nios, nias y adolescentes puedan ejercer sus derechos y ser protegidos por el Estado.

    En lo que tiene que ver con el enfoque poblacional se puede decir que es una herramienta de derechos que nos permite comprender tres elementos fundamentales: primero, promover el reconocimiento, caracterizacin y valoracin integral, de los diferentes grupos poblacionales; segundo, distinguir su diversidad natural, cultural, tnica y social; y tercero, fortalecer la heterogeneidad de las condiciones sociales, polticas, econmicas, culturales y

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    ambientales de las regiones donde se asientan11. Por lo tanto, el enfoque poblacional ayuda a que las caractersticas de los diferentes grupos y sus necesidades y aportes sean involucrados en los planes, programas y polticas pblicas de desarrollo y de ordenamiento territorial, reconociendo que ellos representan problemas, intereses, interpretaciones y comportamientos particulares y que, por eso mismo, requieren atencin diferencial12.

    El enfoque poblacional tiene como caracterstica ser participativo, esto quiere decir que permite construir los planes de desarrollo, en concertacin con actores sociales y locales en funcin de las necesidades de la poblacin a las cuales deben servir de orientacin dichos planes, dentro del marco del ejercicio de los derechos constitucionales de la poblacin para participar en el diseo, evaluacin y control de los planes, programas y polticas para el desarrollo13.

    Por otra parte el enfoque territorial es la herramienta que parte de ODEDVHFRQVWLWXFLRQDOGHTXHHO(VWDGRFRORPELDQRVHHGLFDHQXQEstado social de derecho, organizado en forma de repblica unitaria, descentralizada, con autonoma de sus entes territoriales. En este orden de ideas, se reconoce la importancia del territorio como unidad funcional donde se expresan y encuentran diversos actores sociales, formas de relacin, escenarios y estrategias de convivencia y construccin. Es en este sentido como se entiende lo territorial () por lo tanto, la gestin estatal en el territorio debe, adems de garantizar la calidad de vida, promover el ejercicio de la democracia participativa, lo cual implica la participacin y el fortalecimiento de los actores sociales, la articulacin, interrelacin e interdependencia de los diferentes actores y organizaciones sociales bajo una visin compartida de desarrollo14.

    Por ltimo encontramos el enfoque de gnero que se constituye una herramienta de derechos humanos, que permite evidenciar las diferencias sociales, biolgicas, psicolgicas y ambientales en las relaciones entre las personas segn el sexo, la edad, la etnia, la situacin socioeconmica, por lo tanto, el enfoque de gnero constituye una categora de anlisis, tendiente a minimizar estas diferencias y conseguir la equidad.

    Se diferencia del enfoque poblacional, en el sentido que este va dirigido a focalizar grupos humanos determinados v.gr., primera infancia. Mientras el enfoque de gnero apunta a corregir las desigualdades, inequidades, que se presente en un grupo humano con sus derechos.

    De ah que yo sostenga que los derechos de los nios deben ser

    DZd1E'MD Hbitat sostenible y vivienda. Hacia la consideracin integral de las relaciones entre la poblacin y el territorio en Colombia. WDsdhE&W

    Ibdem.

    Ibdem.

    W'E/& hE/&Municipios y departamentos por la infancia y la adolescencia. 2 ed. Bogot, p. 12 y ss.

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    tratados como una categora social para avanzar en ellos, veamos:Esta es una categora conceptual que trabaja muy bien Eduardo

    Bustelo15, en la cual parte de la base que el derecho de infancia trata al nio como sujeto de derechos y correlativamente, la infancia como categora social es sujeto de cambio social16; en consecuencia, hay que distinguir al nio como sujeto de derechos y la infancia como cambio social.

    Seala Bustelo que la infancia como categora social es fundamentalmente autonoma para la emancipacin de un orden biopoltico opresor. Y sin autonoma, simplemente no hay posibilidades de creacin. As la autonoma que expresa la infancia abre la posibilidad de salirse de la servidumbre de la represin17; por lo tanto, la infancia es autonoma como principio emancipador en la cual la autonoma individual del nio o nia coincida con la autonoma social./DHPDQFLSDFLyQGHODLQIDQFLDVLJQLFDTXHHVWDSXHGDVDOLUVH

    de los estereotipos en los que ha estado enmarcada, el tratamiento paternalista, asistencialista y de necesidades al que han estado asociados los derechos de la infancia; paternalista por parte de los padres y adultos, y de necesidades sociales en relacin con la infancia por la sociedad y el Estado; es decir segn Bustelo los nios en ese tratamiento no tienen mandato; los adultos, las autoridades, los organismos de la sociedad civil y el mercado toman decisiones en nombre de la infancia y adolescencia haciendo suponer una representacin que no ha sido delegada; en consecuencia es necesario la construccin de una vinculacin de la infancia con democracia18.

    Como este punto que no es una cuestin resuelta, Bustelo propone TXH VH KDFH IXQGDPHQWDO HO SRGHU FRQJXUDGRU GHO (VWDGR \ VXinstitucionalidad como garantes de una poltica pblica respecto, de las prioridades en el campo de la infancia19; para que los nios y nias puedan ir construyendo su espacio democrtico tendiente a una nueva sociedad.

    Qu ofrece entonces el nuevo Cdigo de la Infancia y Adolescencia?: Primero, un espacio a la participacin en el ejercicio de sus derechos20; segundo, a ser escuchado y sus opiniones debern ser tenidas en cuenta en todo aquello en que estn involucrados21; Zh^d>K^El Recreo de la Infancia argumentos para otro comienzo

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    Ibidem.

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    Ibidem

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    tercero, crecer en un ambiente democrtico al interior de la familia y la sociedad22; cuarto, que el Estado le garantice el ejercicio de sus derechos y libertades consagrados en los instrumentos internacionales de derechos humanos y la Carta Poltica; quinto, que el Estado en el orden Nacional, Departamental, Distrital y Municipal le garantice una poltica pblica de infancia y adolescencia23; en consecuencia, el cdigo de la infancia es la herramienta poltica, econmica y jurdica que ampara y regula el campo de la infancia y la adolescencia. Es as como debe entenderse y por ello lo seal anteriormente cuando cit el artculo 1 del Cdigo.

    Pero volviendo al tema que me invitaron, es que los temas de infancia me comprometen y en este tipo de foro uno habla de WRGRFRPRHQERWLFD(O&yGLJRHVWDEOHFHHQVXSDUWHORVyFDORVinstrumentos y mecanismos que tienen que ver, con el derecho a la intimidad que es el tema que nos convoca y el derecho a la informacin, sealados en los artculos 33 y 34 del Cdigo de la infancia y que van en correlacin con los artculos 16 y 17 de la Convencin sobre los Derechos del Nio, queramos atender a que se facilitara, se promoviera el bienestar social, espiritual, moral y la salud fsica y mental de los nios.

    Aqu cumplen una gran responsabilidad los medios de comunicacin, especialmente en temas como el de seguridad penal para adolescentes y el del abuso sexual del nio. Hay una tendencia en el pas de los medios de comunicacin, en que ciertos perodos del ao el tema de niez es crucial, especialmente al comienzo de cada ao; en este periodo se presentan mas noticias sobre los nios y se muestra ms el tema de la violencia sobre los nios.

    Otra cosa que sucede es que se victimiza al nio y luego los medios no hacen seguimiento a la noticia. Estas noticias mediticas lo que originan son desespero en el rgano legislativo y salen propuesta simblicas que dan muestra que se estn garantizando los derechos de los nios y el ciudadano; por ejemplo, la Ley de VHJXULGDG FLXGDGDQD GRQGH VH PRGLFD SDUWH GHO &yGLJR GH ODinfancia y adolescencia en la responsabilidad penal; por supuesto solo queda la noticia sin que los medios posteriormente hagan seguimiento a lo informado.

    La imagen de los nios tiene unos periodos en que los medios de comunicacin los hacen visibles, pero desde el punto de vista meditico, y no inmediato, que permita que lo que se informa tenga seguimiento. Estos dos artculos que tienen que ver con la intimidad y la informacin a su vez estn relacionados con el de la identidad GH ORV QLxRV VLJQLFD HQWRQFHV TXH FXDQGR VH WUDEDMDURQ HVWRVartculos, se buscaba la posibilidad de difundir los derechos de los Ibidem

    Ibidem

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    nios y que los programas y franjas que desarrollen los medios de comunicacin los promovieran.

    Lo que se buscaba, eran franjas que permitieran educacin para los nios. Las franjas para los nios van ente las 3 de la tarde y 8 de la noche y encontramos programas de todo tipo, menos programas que eduquen a los nios. Ah el gobierno tambin ha perdido el control en esa poltica pblica y creo hay que jugar un papel importante SDUDGHWHQHUHVD LQXHQFLDFRPRGLFH)HUQDQGR6DYDWHUHOWH[WREl valor de educar en el capitulo en eclipse de la familia, all hay una parte que dice que hoy en da los medios de comunicacin no educan sino que deseducan demasiado y se sobrepasan.

    Dos puntos de vista en materia de los derechos a la intimidad y a la informacin: a) los medios informan en la situacin de un nio, pero deben informar diferente a como lo hacen a travs de una informacin meditica que lo que hace es victimizar al nio; b) si se va a informar sobre ese aspecto, tambin hay que hacer un seguimiento. En ese punto, el manejo que debe haber en los medios de comunicacin es en materia de niez, porque con las leyes del mercado lo que hemos encontrado es que todo se comercializa. Hoy en da si ustedes observan; compite la imagen de la mujer en la publicidad con la de los nios, eso tambin lleva a un convencimiento de la posibilidad de que todo se puede vender. La posibilidad de que los nios convenzan a sus papas de que tienen que ir a (x) o (y) restaurante, comprar (x) o (y) juguete o prenda de vestir.

    Sintense una tarde y miren cuantas propagandas hay y el cambio en este aspecto que merece de cuidado, que es el consumismo al que nos estn llevando.+D\XQWH[WRGHPX\ LQWHUHVDQWHGHOOyVRIR\SROLWyORJR1RUWH

    Americano Michael Sandel, Lo que el dinero no puede comprar; en HOFXDOQRVLQYLWDDUHH[LRQDUKDVWDDGRQGHKHPRVOOHJDGRHQODsociedad del consumismo. En el texto hay un caso en el que se juega por parte de los padres con la imagen de un nio; estn apunto de tener un hijo y ellos comienzan a comercializar el nombre del bebe y lo ponen en subasta para ver qu empresa quiere que su hijo lleve su nombre comercial; esto sin la autorizacin del nio que est por nacer, que no est presente para consentir; lo que se busc con el cdigo es que los nios puedan participar de sus decisiones y de su imagen e intimidad. Cmo se ha llegado a esa forma morbosa de comercializar todo en materia de los nios?.

    Afortunadamente la Corte Constitucional, ha venido haciendo un desarrollo en relacin con estos aspectos, desde el punto de jurdico porque ya vemos que desde el punto de vista de la poltica pblica vamos muy lento. En diferentes tipos de sentencia de la Corte Constitucional, ha venido desarrollando los derechos que tienen los nios en tomar sus decisiones.

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    Tenemos la sentencia T-477 de 1995 que fue la primera en establecer que el nio tenia autonoma y poda tomar determinacin. Encontramos la T-145 de 2010 que tiende a diferenciar entre patria potestad y potestad para el padre; a veces se confunde la patria potestad como que existe propiedad de los papas frente a los nios y eso no es cierto. La patria potestad da a los padres el acompaamiento en una toma de decisin y su representacin desde dos puntos de vista: (1) en la toma de decisiones de derechos fundamentales extramatrimoniales, como por ejemplo la celebracin de un matrimonio y asesoramiento medico; (2) en cuanto a la parte patrimonial y disposicin del bien, ya que vivimos en un pas capitalista se mantiene el tema de la seguridad de la propiedad privada, y l necesita de la representacin de los padres para disponer de los bienes.

    Est el acompaamiento que deben hacer los padres en el proceso educativo de los hijos y all va el tema del derecho a esa intimidad y a la participacin. Recordamos la sentencia T-493 del 2010 sobre el tema de la libertad de culto, encontramos la sentencia T-433 del 2008, la T-977 del 2012 sobre el derecho a la dignidad. Esta la sentencia T-554 de 2013 sobre el tema del abuso sexual de nios.

    Por otra parte la Corte Suprema de Justicia en su sala Penal, ha venido desarrollando especialmente el tema de la entrevista o testimonio de los nios y encontramos de la sala penal la sentencia del 13 de febrero del 2008, acta nmero 28 que ayuda a la discusin desde este punto de vista; por supuesto tambin la sala Civil acaba de proferir una sentencia del 27 de febrero del 2013 donde ponder los derechos de los nios y convirti algunos en derechos relativos, especialmente HOTXHWLHQHTXHYHUFRQODOLDFLyQ(OFDVRHVHOVLJXLHQWH

    En el ao 2006, en que el seor Javier demanda la impugnacin de la paternidad de su hijo XXX24 por no haber consentido la inseminacin de su esposa Janeth25.

    Javier y Janeth, madre del menor XXX, celebraron matrimonio en septiembre de 1998, y mantuvieron vida conyugal hasta marzo del 2006 cuando, de comn acuerdo, decidieron separarse de cuerpos e iniciar un proceso de divorcio. Durante mucho tiempo la pareja Javier-Janeth trat de concebir un hijo, pero le fue imposible debido a que PpGLFDPHQWH-DYLHUSDGHFtDGHXQDGHFLHQFLDGHHVSHUPDWR]RLGHVposible de superar solo mediante el seguimiento de un tratamiento mdico. Esto llev a la pareja conyugal a estudiar otras opciones, XQD GH HOODV OD LQVHPLQDFLyQ DUWLFLDO OOHJDQGR D FRQFOXLU TXH VLJavier no poda concebir, Janeth se inseminara con esperma del seor Alberto, suegro de Janeth.s

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    Por el destino de la vida los citados esposos, militares de profesin, fueron trasladados a laborar en sedes diferentes al domicilio del hogar; la seora Janeth, a quin embargaba la tristeza por no tener un hijo, SURFHGLyDO WUDWDPLHQWRGH OD LQVHPLQDFLyQDUWLFLDOHQHO+RVSLWDOMilitar. Qued embarazada y en noviembre del 2004 naci el nio XXX, y Javier lo reconoci como su primognito. Sin embargo, mucho tiempo despus Javier impugn la paternidad; ante el juez segundo de familia, quien luego de practicada la prueba de ADN y agotadas las etapas de rigor, dict sentencia acogiendo las pretensiones de Javier, lo que origin que la Autoridad Administrativa, en este caso el defensor de familia, interpusiera recurso contra tal decisin, la cual IXHFRQUPDGDSRUHO7ULEXQDO6XSHULRUGH%RJRWi(OGHIHQVRUGHfamilia, invocando el inters superior y la prevalencia de los derechos de los nios, puso de presente que el juez no poda dictar sentencia de impugnacin hasta tanto no vinculara al padre biolgico del nio ;;;FRQHOQGHQRYXOQHUDUHOGHUHFKRIXQGDPHQWDOGHOLDFLyQGHeste. Al respecto manifest:

    HQHOSUHVHQWHFDVRQRVHMXVWLFDTXHDHVWDVDOWXUDVGH ORV DYDQFHV SODQWHDGRV DO GHVDWDU XQ OLWLJLR GHLPSXJQDFLyQGHSDWHUQLGDGOD-XH]GHFRQRFLPLHQWRVRORVHOLPLWHDGHFODUDUTXHHOGHPDQGDQWHQRHVHOSDGUH\QRVHSUHRFXSHSRULQGDJDUHVSHFLDOPHQWHDODPDGUHTXLpQHVHOSDGUHELROyJLFRGHXQQLxRTXHDQWHVSDVDEDSRUVHUKLMRGHTXLHQHQUHDOLGDGQRORHUDDFWLWXGTXHFRQVLGHUyFRQWUDULD DO GHUHFKR TXH HO DFFLRQDGR WLHQH GH FRQRFHU>D@VXSDGUH\DVtGHQLUVXYHUGDGHURHVWDGRFLYLODQWHODIDPLOLDODVRFLHGDG\HO(VWDGR26

    Esta lucha entre la autoridad administrativa, el juez y ahora el 7ULEXQDOHQUHODFLyQFRQHOGHUHFKRGHOLDFLyQGHOQLxR;;; IXHdirimida por la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil, corporacin que desenvolvi la controversia a favor de las dos primeras instancias judiciales y construy un concepto jurdico prescribiendo dos postulados: primero, que es evidente que en el presente proceso no fue posible vincular al presunto padre biolgico del menor accionado, por cuanto no aparece acreditado quin fue el donante de la muestra GHVHPHQXWLOL]DGDSDUDODLQVHPLQDFLyQDUWLFLDOTXHVHSUDFWLFyDODseora Janeth; segundo, que el derecho prevalente del menor debe ceder ante el derecho del anonimato del donante, y que la apretada sntesis del tratamiento jurdico que en el derecho comparado se da sobre la materia, se puede resaltar, en primer trmino, que, HQ JHQHUDO HQ WUDWiQGRVH GH LQVHPLQDFLyQ DUWLFLDO KHWHUyORJD/

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    SUHYDOHFH OD FRQGHQFLDOLGDG GHO GRQDQWH VREUH HO SULQFLSLR GH ODverdad biolgica. En este caso se privilegi el derecho del adulto que KDEtDUHFRQRFLGRDOQLxR\QRHOGHUHFKRGHODOLDFLyQGHHVWH

    Volviendo al tema, en conclusin sealo los siguientes aspectos: Lo que se busc ms que este contexto poltico que ya est, es qu hacemos?, a quin le compete trabajar en la posibilidad de que SRGDPRVLQXLUHQORVPHGLRVGHFRPXQLFDFLyQSDUDTXHSRGDPRVllevar a cabo estos derechos?

    Lo que se hizo con el cdigo fue: primero, tratar de evitar tanto GLVFXUVRHLQXLUPXFKRPDVHQORTXHKD\TXHVHJXLUDYDQ]DQGRHVFyPRSRGHPRVLQXLUGHVGHODVRUJDQL]DFLRQHVVRFLDOHVHQTXHrealmente se materialice la poltica pblica en materia de infancia y adolescencia?, si logramos avanzar en ese aspecto, sobre el cual por ahora tenemos convencidos a los alcaldes y gobernadores que la poltica pblica no es de la primera Dama, sino responsabilidad de l. Que si l no responde puede incurrir en una sancin disciplinaria, hay que seguir avanzando en eso.

    Segundo, tratar realmente que se materialicen las polticas S~EOLFDVGHLQIDQFLDTXHQRSXHGHQTXHGDUHQSROtWLFDVODQWUySLFDValtruistas sino reales, lo cual s se puede lograr porque hay municipios que lo han hecho. No se necesita un volumen alto de presupuesto, sino voluntad poltica, que todos y cada uno de nosotros podamos trabajar por los nios y bajarle a la retorica y los discursos; creo que si podemos avanzar en eso, lograramos encontrar a largo plazo la posibilidad de una gran incidencia en el desarrollo de los derechos de los nios y especialmente en este tema de pensar un poco en que el derecho ha venido cediendo a las polticas econmicas y con esos discursos econmicos lo que hemos encontrado es que los medios de comunicacin se han dedicado a que cuando es el da del nio hacemos propaganda. El da del nio son los 365 das del ao. 7DPSRFRSXHGHVHUXQDDFFLyQODQWUySLFDHQGRQGHVHOHVGpHO