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Crisis o atrévete a vivir

La encrucijada de caminos

Más allá del horizonte

Una luz muy próxima

Ayn Rand y la virtud del egoísmo

El mal y el señor del océano

Los árboles y el bosque

2013 NÚMERO 6

El deber, y también el privilegio, del buscador espiritual es interesarse por el alma y el espíritu del ser humano, por los secretos del espacio cósmico y por las causas espirituales de la existencia. Lentamente, muy lentamente el ser humano moderno comienza a concebir su deber. Un tiempo nuevo se prepara.

Es responsabilidad del ser humano trabajar para su casa, su entorno, su país, su comunidad, su mundo –no para su lado exterior engañoso, sino sobre todo para su estado interior, la atmósfera en el seno de la cual la vida se desarrolla. Lentamente, muy lentamente, los seres humanos de buena voluntad toman esta tarea sobre ellos. Una atmósfera nueva se acerca.

Dejamos a otros el privilegio de la libertad máxima. Nosotros queremos ser los máximos responsables, los sustentadores y conocedores máximos. Nos acercamos a las esferas de los que tienen una visión con la que acrecientan, llevan con alegría cada semilla de su deber y promueven que el tiempo nuevo llegue a gran velocidad.

Redactor JefeA.H. v. d. Brul

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RedacciónPentagramaMaartensdijkseweg 1NL-3723 MC Bilthoven, Holandae-mail:[email protected]

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La revista pentagrama aparece seis vecespor año en holandés, alemán, español,francés e inglés.En brasileño, búlgaro, finés, griego, húngaro,italiano, polaco, ruso, eslovaco, sueco ycheco, sólo aparece cuatro veces por año.

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Revista de la Escuela Internacionalde la Rosacruz ÁureaLectorium Rosicrucianum

La revista pentagrama se propone atraer laatención de los lectores sobre la nueva era queha comenzado para el desarrollo de la humanidad.El pentagrama siempre ha sido el símbolodel hombre renacido, del hombre nuevo.Es igualmente el símbolo del universo y de sueterno devenir, por el que tiene lugar lamanifestación del Plan de Dios.No obstante, un símbolo sólo tiene valorcuando se convierte en realidad. El hombreque realiza el pentagrama en su microcosmo,en su propio pequeño mundo, se mantieneen el camino de la Transfiguración.La revista pentagrama llama al lector a realizaresta revolución espiritual en sí mismo.

de mensheidscrisis en de zeven krachten van de geest 1 1

El pensamiento de J. van Rijckenborgh:La crisis de la humanidad y las siete fuerzas del Espíritu 2

La crisis, ¿cómo hacerle frente? 6

¡Atreveos a vivir! 8

Imágenes del mundo 12, 20, 28, 46

¿Juzgar o escribir sobre la arena? 14

La encrucijada de caminos 22

Más allá del horizonte 26

No temáis las sombras 30

Círculos de luz 32

Ayn Rand: La virtud del egoísmo 36

Los árboles y el bosque 40

El mal y el señor del mar 42

«Que les dejemos a los hippies, ajenos al mundo, la protesta verdadera caracteriza nuestra falta de imaginación. Una generación que no quiere soñar pierde su derecho a un mundo mejor». Esto es lo que escribió recientemente Rutger Bregman (historiador y publicista) en un artículo; atribuye la causa de la crisis mundial a una falta de utopía, una laguna del poder de imaginación.La presente edición de Pentagrama avanza la idea que la verdadera protesta se sitúa en un nivel diferente, el del estado más interior de cualquier persona pensante. Sí, ésta es la crisis, ésta es la razón por la que hemos perdido el justo equilibrio entre el interior y el exterior, entre tú y yo, entre el Ser Humano de verdadera grandeza que es Uno y los innumerables individuos que son solitarios.«Regresad a la Unidad», tal es la llamada de las escuelas de sabiduría de todos los tiempos. «Vosotros pertenecéis a una idea sublime, a una humanidad espiritual. Aprended a conoceros en tanto que ser humano, en tanto que persona, en tanto que minutus mundum (pequeño mundo) que no puede pasar del agua que bebe, del aire que respira, de la tierra que le alimenta, del fuego que le da su calor, y del Otro que es el sentido de su vida».

© L. Meeter

Año 35 2013 número 6

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I

E sta una crisis que, en todos los tiempos, ha sido objeto de enérgicas advertencias previas. Una crisis que se ha anunciado

como inevitable a menos que el ser humano recorra el camino correcto, en Cristo y por el Espíritu Santo que se manifiestan en todo el planeta.En el transcurso de los últimos siglos, la huma-nidad ha sido privada lamentablemente de una información seria, lo que ha causado su extra-vío. Vivimos desde hace siglos en esta tempestad que no deja de intensificarse, por lo que deberá atravesar con sus propias fuerzas, por medio de las posibilidades que se le ofrecen, «el mar académico de las experiencias» con el fin de alcanzar la orilla de Caphar Salama, la ciudad de la Paz.Sin duda, el lector conoce el Plan sublime que es el fundamento de nuestra vida y que existe desde el origen de la existencia humana. Este plan tiene por objetivo, en primer lugar, desa-rrollar una personalidad perfectamente organi-

zada que posteriormente pueda participar, con eficacia, en su desarrollo en un plano superior, por medio de un proceso de autorrealización destinado a alcanzar un nivel cada vez más elevado.La semilla se hunde en lo más profundo de la tierra hasta alcanzar el nadir. A partir de él, en autorrealización científica, debe nacer, florecer la flor maravillosa. Así se demuestra, desde abajo, el objetivo de la creación divina. Sin embar-go, durante esta evolución surge una serie de problemas y peligros. Como hemos señalado ya varias veces, el Logos define el Plan. Desde que este Plan está en curso de ejecución y el ser humano es capaz de «vivir» realmente, se le solicita colaborar, ya que el ser humano ha sido creado y perfectamente dotado con las faculta-des necesarias para poder realizarlo. En efecto, a él le corresponde la responsabilidad de dar testi-monio de la grandeza y belleza del Plan. Desde entonces, el ser humano comienza a realizarlo. Algunas personas se comprometen con todas las facultades que han recibido del Logos, entre

la crisis de la humanidad y las siete fuerzas del Espíritu

EL PENSAMIENTO DE J. VAN RIJCKENBORGH

J. van Rijckenborgh

Lo que caracteriza a la humanidad hoy es el hecho de que el ser humano-yo ha alcanzado su plena madurez y sus instintos naturales se manifiestan libremente, pues no se ejerce ningún control. Por lo tanto, numerosas influencias nefastas se han derramado sobre la humanidad que se retuerce en esta feroz tormenta de fuerzas para intentar sobrevivir en esta tempestad. Ésta es la causa de la crisis que hace estragos en este momento en todo el mundo entero.

la crisis de la humanidad y las siete fuerzas del Espíritu 3

... y allí, en autorrealización, la flor maravillosa aparecerá ... Miniatura persa, siglo XVII.

Jan van Rijckenborgh y Catharose de Petri son los fundadores de la Escuela Espiritual de la Rosacruz Áurea. Ellos han revelado a los alumnos de esta escuela el camino de la liberación del alma, y esto, de todas las maneras posibles, a menudo con la ayuda de textos originales de las enseñanzas universales que han explicado, comentado y de las que han testimoniado en su vida.

La práctica del alumnado no es para nadie un arte que no pueda ser aprendido

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ellas también, naturalmente, el intelecto. Éste puede ser utilizado de dos maneras. Tras innume-rables experiencias en el curso de la construc-ción de la personalidad en el pasado, el intelecto se puede emplear al servicio de la verdadera facultad de pensar que se eleva desde la naturaleza hasta la divinidad para llevarla a la manifestación. Pero también se puede considerar que el intelec-to ya es esta facultad de pensar divina suprema con todas sus consecuencias. Y usted sabe que son numerosos quienes así lo piensan. Una de las causas para que se pensara así es que los pro-pósitos de las religiones naturales del pasado no fueron comprendidos; propósitos que, sin excep-ción, se dirigieron a la humanidad en un sentido absolutamente simbólico. En nuestra época, una de las consecuencias más inquietantes del mal uso del intelecto es la alteración del cortex que, por este hecho, ya no es capaz de captar una influencia superior y, por consiguiente, ya no puede ser utilizado de manera apropiada.Los seres humanos que han comprendido esto y que emplean sus capacidades intelectuales de manera correcta, es decir, en concordancia con el Plan divino, son llamados, y esto desde hace siglos, «rosacruces». Esta denominación de «rosa-cruces» traduce precisamente esa evolución con vistas a emplear de manera apropiada las facul-tades intelectuales.

IIConstatamos que en el curso de la evolución de los tiempos, hay épocas donde el desarrollo de los procesos de vida se transforma radicalmente. Actualmente nos aproximamos a gran velocidad a un período tal: una verdadera crisis mundial y humanitaria, un cambio intenso se perfilan.Esta situación no permite ningún aplazamiento por nuestra parte ni por la de todos los demás. Es una situación que no tolera ningún retraso y es la razón por la que nosotros tratamos este tema, sin buscar, no obstante, ejercer ninguna presión.Esperamos que ninguno de ustedes se sorpren-da por la violencia y la fuerza de los eventos venideros. Pues está claro que la humanidad no preparada será colocada ante una multitud de dificultades importantes. Por ello la Fraternidad Universal pone el máximo esfuerzo para evitar tal violencia extrema, en la medida de lo posi-ble, a gran parte de la humanidad. La presencia y la actividad de la Escuela Espiritual Moderna encuentran aquí su razón de ser. La Frater-nidad de la Rosacruz aparece siempre en los períodos de intensos cambios. Ella se manifiesta bajo diferentes ‘vestimentas’, bajo los aspectos más diversos, con el fin de que cada uno pueda participar en sus actividades para que la vivencia del alumnado no sea para nadie un arte del que

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no se puede aprender. Cuando se acerca un pe-ríodo particularmente crítico, siempre está pre-sente una Escuela Espiritual. Si están dispuestos, conforme a su estado de conciencia, a aceptar todas las consecuencias que implica el hecho de aceptar el camino que la Rosacruz les mues-tra, entonces el declive unido a los procesos de la naturaleza les será evitado y serán acogidos en el nuevo grupo llamado los «hijos de Dios» según la terminología de la Biblia. La Escuela Espiritual está constituida por un Cuerpo Vivo que comprende siete aspectos, siete fases, des-de los alumnos del segundo aspecto hasta los miembros del sexto aspecto. Por encima, existe todavía un séptimo aspecto al que pertene-cen algunas personas de esta comunidad. A la colectividad, que comprende desde los alum-nos principiantes hasta los más avanzados, le es propuesto aceptar las leyes del Espíritu Santo y aplicarlas desde el interior.

Imaginen que ustedes deciden ahora, con una gran determinación, abrirse a la efusión del Espíritu Santo Séptuple. Éste no se manifestará enseguida en ustedes con la potencia de todos sus poderes, con la totalidad de sus cuarenta y nueve aspectos. ¿Pues quién de nosotros sería capaz de soportarlos o de responder a ellos? No, el Espíritu Santo sólo se les revelará con la intensidad que corresponde a su estado de ser actual. Ustedes sólo recibirán lo que puedan soportar y estén capacitados para responder.Este espíritu, lo recibimos en nuestro propio ser, en nuestra propia rosacruz. Entonces permiten

a la luz de la comunidad de la Rosacruz Áurea irradiar en este mundo de tinieblas. Durante los eventos mundiales venideros, numerosos indi-viduos se aproximarán a la Escuela con el fin de poder participar, si ello es posible, en esta comunidad viva. Si ustedes se unen a nosotros, la fuerza de todos se convertirá en una fuerza para todos. Nuestra comunidad seguirá su cami-no hacia lo alto. El fuerte protegerá entonces al débil, porque la magia del Amor divino velará para que esto se cumpla.Sin embargo, es absolutamente esencial una condición, a saber, que después de haber toma-do la decisión de participar en esta comunidad del Espíritu Santo, la confirmen por medio de una vida positiva. Sólo entonces puede existir, en verdad y realidad, una Escuela Espiritual que responda a esos objetivos. Ella será capaz de ‘llevar a casa’ a quienes forman parte del Cuerpo Vivo. µ

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«El concepto «Hermes» o «Mercurio» designa al ser humano que se despierta en la nueva conciencia del alma, el ser humano ante el que se abre la sabiduría divina, y que, por consiguiente, eleva el santuario de la cabeza a la altura de su sublime vocación. Pero es im-posible realizar esta vocación si el alumno no aprende primero a abrir su corazón al Espíritu, en el silencio. Realizar el silencio del corazón es una tarea confia-da a todos los que buscan verdaderamente la Gnosis, tarea que apunta a volver el corazón puro, a volverlo perfectamente sereno, equilibrado y abierto...Si el corazón permanece en su estado habitual de im-pureza natural -lo que ocurre cuando se está en sinto-nía, con todo el ser, con la naturaleza de la muerte- es imposible escuchar bien, por lo tanto, comprender bien. La esencia de la naturaleza de la muerte es siempre el caos... Constatamos, pues, que la llave de los misterios gnósticos está situada en el corazón».La Gnosis Egipcia Original, tomo I, cap. 29.

(J. van Rijckenborgh)

Retrocedamos con relación a este flujo continuo de informaciones que trata de las malversaciones en los campos socio-

económicos y de sus numerosas consecuencias negativas para los ciudadanos. Retrocedamos con el fin de poder hacer interiormente el silencio.¿Podemos hacerlo, mantenernos en calma, en esta loca agitación? Podemos preguntarnos: ¿pertenezco a este mundo en el que todo esto pasa? Y si estoy sumido en él, ¿acaso puedo ele-gir? ¿Es sorprendente, absurdo, que el miedo se apodere a veces de mí?¿No es comprensible que a veces pueda hervir de indignación y que luego me sienta desconso-lado? ¿No es lógico? ¡Es bastante lógico!Pero cuando profundizamos aún más en el

silencio, plenamente, entonces sólo tenemos una certeza, la del funcionamiento lento e ineluc-table de la rueda… Incluso aunque nuestros líderes no cesen de proclamar que la crisis será de corta duración, nosotros comprobamos que la embarcación no deja de ir a la deriva. ¿Cómo hacerle frente? ¿Reclamando, manifestándose en contra de…, luchando? Sí, si esto pudiese ayu-dar, sería bueno. Pero no es así… ¡Al menos no impidamos a esta crisis exterior llevarnos a una crisis interior…! ¡Hay tanta gente que sufre! Aun cuando todavía se paseen alegremente al sol, sabemos que numerosos de ellos padecerán en lo sucesivo un profundo desequilibrio.¿Cuál es el sentido de todo esto? ¿Cuál es nuestra responsabilidad? ¿Qué hacer con nues-tra compasión, cuando somos aún capaces de experimentarla? Aparentemente, nuestro estado de conciencia presente no nos ha permitido hacerlo mejor que lo que observamos a nuestro alrededor; por consiguiente, nuestro estado de conciencia de hoy no es eficaz para afrontar la situación y con nuestra conciencia actual no se disolverá. Por ello, necesitamos lo más rápido posible una nueva dimensión, un nuevo punto de partida, muy cercano, pero de un nivel total-mente diferente.Regresemos al silencio interior, al silencio puro, zona de transición hacia la dimensión superior. En un estado de silencio interior, la energía de la Luz puede penetrarnos, obrar en nosotros. Al transformar nuestros actos, nuestra disponibi-lidad con relación a los demás, somos capaces de expandir una atmósfera bondadosa, ayuda preciosa y muy eficaz. Ésta es nuestra responsa-bilidad, por amor hacia la humanidad. La alegría de poder hacerlo posible de esta manera tendrá repercusiones positivas contagiosas. µ

la crisis, ¿cómo hacerle frente?

la crisis, ¿cómo hacerle frente? 7

Una de las tres ‘Ventanas de América’ – obra conocida popularmente como ‘las vidrieras’- en el Instituto del Arte de Chicago, Marc Chagall, 1977

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Es tu tiempo, tú no conoces otro. En este tiempo tú buscas hacerte adulto tal como las generaciones precedentes aprendieron a conocer el mundo de su época, y los hijos que vendrán tras de ti se harán, a su vez, una imagen del mundo a través de las circunstancias de su vida. Se habla mucho sobre los jóvenes de esta época. Los adultos evalúan, juzgan a los adolescentes, a los jóvenes, observan a los hijos y les dan un nombre, una etiqueta con el fin de fijar en una palabra su característica como la generación Einstein, la generación X, la generación Z, la generación Fun, la generación web…

Dicen de los jóvenes que son rápidos, astutos, sociables. ¡Ningún adulto les iguala, ningún profesor les convence!

Los veinteañeros pertenecen a la generación Einstein porque tienen su forma multidisciplina-ria de pensar. Otros les llaman la generación ‘Y’

puesto que los jóvenes se atreven a cuestionarse mientras que la generación precedente de los «Null-Bock», la de los «no me importa nada», ya se encuentra situada cómodamente. Los siguientes jóvenes, los de la generación ‘Z’, no son por casualidad la última letra del abeceda-

¡atreveos a vivir!

¡atreveos a vivir! 9

rio. A menudo aún son niños y, sin embargo, ya destinados a ser ciudadanos del mundo, para los que la nueva red de medios de comunicación es la nueva realidad, los cuales están dispuestos a comprometerse con el mundo si se les da la libertad de decidir dónde y cómo.Es la generación que ha crecido en una socie-dad ‘digital’; para ellos, conectados con las redes sociales que delimitan su entorno, Internet es el mundo real. El mundo es su terreno de juego, han crecido con la promesa de que todo es posible. Son conscientes de lo que valen, lo cual ya es mucho. Son bellos, buenos, estupendos, y dichosos, son conscientes de sí mismo. Son felices y en aquello que hacen sólo piensan en sí mismos: ¿qué me reporta esto, para qué me sirve, qué puedo hacer? No en un futuro lejano, sino aquí y ahora.Los mayores de esta generación tenían cerca de veinte años cuando la crisis económica llevó a una recesión mundial. Tras una juventud con posibilidades infinitas y una gran libertad, su mundo despreocupado se acabó brutalmente. No existe ninguna garantía de tener trabajo y crece el desempleo juvenil.¡Más de la mitad de los jóvenes están sin em-pleo en el Sur de Europa! En otros países, se instalan como trabajadores autónomos, sin personal, sin despacho y, a menudo, sin ingre-sos. Tras un tiempo de estudios sin demasiadas preocupaciones y una vida cómoda, con muchas libertades, en el hogar familiar, de repente se instala un gran vacío. ¡Sin preaviso! ¡Y sin ha-berlo experimentado antes!

La vida está tan sobrecargada que ya no hay espacio para explorar, para descubrimientos, no hay espacio para nada. Todo requiere una reacción, todo está en acción. Una corriente constante de opciones llena la atmósfera, llena el pensamiento, llena la vida. Nadie se habitúa a ello. Un ser humano no sólo es consciente del lugar en el que vive sino también de todos los demás de los que recibe señales.Ahora bien, en medio de esta densidad de infor-mación de las redes sociales, del estrés físico, se ha formado un vacío, una brecha abierta entre la inocencia de la juventud y la responsabilidad del adulto. La contrapartida de esta abundante información, el precio a pagar es que cada vez más personas se sienten solas.Los padres pueden decir que han preparado insuficientemente a sus hijos para lo que la vida es realmente.¡Podríamos decir igualmente que nosotros mis-mos estamos insuficientemente preparados para ello! ¿Quién puede afrontar una crisis? Noso-tros la hemos evitado tanto tiempo como nos ha sido posible. Cada ser humano llega a este punto en el que enredado, atascado, no puede más. Es posible que nuestras crisis individuales no aceptadas estén en el origen de esta crisis mundial.El ser humano falla en su tarea hasta que tenga el coraje de cambiar. Tiene prisa por falta de confianza. Una vida llena de altas exigencias de rendimiento con relación al trabajo, a la familia y al desarrollo personal, han conseguido que el mantra «estrés, estrés, estrés», garantice la consi-

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deración y el respeto. ¿Quién tiene aún el valor y la audacia de hacer frente conscientemente a la vida?Un niño tiene necesidad de espacio, de liber-tad y de autonomía para desarrollarse. El niño de hoy se pierde a menudo en este espacio sin límites, en la libertad que siempre aparece, en esta autonomía que dice: «¿qué piensas, cómo encuentras tú esto?» Pero un niño actúa sin experiencia. Tiene en sí una base de un saber interior del que, a menudo, le privan demasiado pronto padres y educadores. El niño debe poder asir la posibilidad que los propios padres dejaron pasar. Debe vivir sin fronteras, libre, autónomo. En nuestros días, los niños tienen una agenda muy llena. El ‘burn out’ (agotamiento) no se per-fila ya solamente en el momento de una crisis existencial a edad mediana sino que alcanza al adolescente floreciente que, permanentemente, se cuestiona.Para el adolescente de cada generación, «su tiempo» es complicado. El joven durante la pubertad conoce altibajos y así encuentra, sin embargo, su camino. ¡Y finalmente, a pesar de las preocupaciones que los ‘viejos’ tienen al respecto, cada generación obtiene su etiqueta! En cada generación la generación precedente se preocupa y finalmente, a pesar de todo, la nueva generación logra un buen resultado. Porque

uno es quien es: un ser humano, que desea la libertad, un ser humano que puede utilizar su voluntad para elegir una vida más intensa y más noble que la de las redes sociales mundiales, una vida que transciende la velocidad de las realidades televisuales, que no tiene necesidad de estimulo «en directo», una vida auténtica sin la presión del estatus profesional ni del horario. Una vida en la que puede existir singularidad. Una vida que puede servir de ejemplo.Crecer, en nuestra época, implica que nada es para siempre, que nadie es infalible. En ese mun-do en el que todo sale a la luz y al conocimien-to de cada uno, los jóvenes presientan que saber mentir es una cualidad útil. ¿Pues qué es verdad en esta educación postmoderna que preconiza que la verdad no existe, donde se descubre muy pronto que cada uno busca su propia verdad?¿Qué visión del mundo se puede tener cuando se ha sido educado en la mentira de que vivir significa «ganar»? Desde el banquero que recibe su bono al niño recompensado con un cromo si vacía su plato, pasando por la gran cantidad de divorcios… todo se ha vuelto un compromiso, y nada se hace ya incondicionalmente. No hay acto que no se acompañe de promesa de recom-pensa. Las competiciones han deshumanizado a los seres humanos.Los jóvenes son obligados a introducirse, entu-

¿Quién eres tú? Ésta es la pregunta vital esencial que toda persona debe plantearse a cada instante. Así comienza la aceptación consciente de la vida

siasmarse, o quizá finalmente a renunciar.¿Quién puede predecir? En los años ochenta, la elevada tasa de desempleo, la probabilidad de una catástrofe medioambiental y la amenaza de utilizar armas nucleares, tras haber realizado algunas demostraciones, engendraron la apatía, el cinismo. Hoy la gente se vuelve hacia dentro. Hasta la fe en la democracia se pierde rápida-mente.Los jóvenes buscan una historia verdadera, au-téntica, una comprensión que conduzca al cam-bio. Acostumbrados a las opiniones, conocidas por la mañana, consideradas como absurdas al mediodía, saben que todo es transitorio, y hasta los niños tienen la intuición de que todo es una ilusión. Y esto puede ayudarles a comprender que son capaces de hacer verdadera, real, la his-toria en la que viven.Ninguna generación tiene necesidad de una etiqueta, de una etiqueta que siempre se despega. «¿Quién eres tú?» Esta es la pregunta esencial que cada ser humano puede plantearse en todo instante y que constituye el comienzo de la aceptación consciente de la vida. Esta búsqueda puede curarle su propia crisis.El mundo sufre muchas tensiones. La atmósfera es tensa, saturada de energías entremezcladas, contradictorias. No hay reposo. Y precisamente esto es lo que el ser humano busca, es lo que le anima, es lo que quiere y puede encontrar en sí mismo. El silencio necesario para la com-prensión que permite enlazar con la Unidad, la Verdad y lo Único. Incluso un niño lo sabe.Un adulto hace fácilmente cosas que después

lamenta. Juzgar, envidiar, desconfiar o tener, justamente, la idea de hacer lo mejor para los demás. Aconsejar sin ser invitado a ello, estar persuadido de saber más, sin saber escuchar al otro ni a sí mismo.¿Cómo vivir entonces? ¿Cómo transcender nuestra condición? ¿Cómo volver a encontrar la unidad con lo que somos verdaderamente y podemos ser realmente? Como respuesta a la crisis, el filósofo alemán Peter Sloterdijk da este consejo: «Vivid sin tener necesidad de excusas». Él llama nuestra reacción ante la crisis «un cons-ciente infeliz». En cuanto al filósofo inglés John Armstrong, decía simplemente: «La gente consume sin pensar en sus necesidades reales».La crisis mundial fuerza al ser humano a re-flexionar sobre ¿qué son los deseos, qué es real, qué significa ser una persona humana? ¿Qué anhelo nos dirige realmente? ¿Qué es lo que provoca una crisis sino, en mayor o menor me-dida, el propio ser humano?Vivid de forma que no tengáis necesidad de excusas.Vivid del anhelo único. Entonces ya no seréis impulsados por más tiempo, sino que os vol-veréis personas anhelantes. El camino interior puede librar al ser humano de su crisis. Catharo-se de Petri aconsejaba a los jóvenes: «La calidad de vuestra actividad y de vuestra perseverancia valoran nuestro trabajo. ¡Sean dinámicos! ¡Atrévanse a vivir! Acepten conscientemente la vida para aprender, incluso las lecciones amargas, y cada acto dará sus frutos. µ

¡atreveos a vivir! 11


EN LA RESPONSABILIDAD DE LA MASA – ¿SERÁ ÉSTA LA FRUSTRACIÓN DE

LA ENERGÍA CREADORA INEXPLOTADA QUE BUSCA UN CAMINO?

I M Á G E N E S

EL SER HUMANO EN EL REPOSO CREADOR DE LA AUTORREALIZACIÓN −

¿SE DESPLEGARÁN MUNDOS DE CONCIENCIA?

D E L M U N D O

imágenes del mundo 13


Una crisis exige un profundo cuestionamiento de los valores generalmente aceptados hasta ahora. A menudo, una crisis también desenmascara despiadadamente a plena luz la corrupción, la trayectoria de los intereses personales egoístas, los culpables, los estafadores y los aprovechados. La crisis también llama a sancionar a los presuntos culpables.

TRIBUNAL DE LAS TABLILLAS A propósito de los tribunales de las tablillas o po-pulares, una historia de ‘misterio’ acerca

de Jesús muestra cómo un ser humano que ha alcanzado el estado ‘Jesús’ se comporta con esos modelos de juicio y de crítica. Se dirige al ser humano a un nivel totalmente diferente:«Vosotros juzgáis según las normas humanas, pero yo no juzgo a nadie. Y si tengo que juzgar, mi juicio es fiable porque no soy yo solo el que juzga sino yo y el Padre que me envió. (...) Vosotros juzgáis según la carne, yo no juzgo. El Hijo del Hombre no ha venido al mundo para juzgar, sino para que el mundo sea salvado». (Juan cap. VIII, v. 15-16)«No juzguéis». Ésta es una ardua tarea para un alumno en el camino, sobre todo en situaciones de crisis personales y sociales. Ésta es sin duda la razón por la que Jan van Rijckenborgh consa-gra a este aspecto del alumnado algunos pasa-jes edificantes que nos confrontan con algunas realidades:

«Cada ser humano vive en el interior de su propio mundo conceptual donde él juzga su entorno. En esto, el ser humano ha alcanzado el estado de aislamiento más total. Vivimos en un estado del yo completo y en un mundo del yo total. Estamos en lo más alto de la anormalidad, por no decir más. De ahí la oleada de

ideas que se vierten sobre nosotros y el desacuerdo que reina actualmente entre nosotros, la profunda división, el egoísmo sin límites, la auto-conservación y todas sus amargas consecuencias. ¿Sienten ustedes que se trata del propio principio de nuestra miserable existencia?Un juicio es una decisión, una imagen pensamiento concreto que suscita siempre una reacción en el mundo que nos rodea y en nosotros mismos. Nosotros siempre somos medidos con la medida con la que medimos. Por ello reina tan gran desorden. Lo que uno construye, el otro lo demuele. El bien que uno quiere hacer, otro lo cambia en mal.Y cuando la Escuela Espiritual les aconseja abando-nar su ‘derecho’ dialéctico al juicio y a la crítica, es con

¿juzgar o escribir sobre la arena?

Crisis: «yo decido, si soy»A menudo se afirma que una crisis es una forma aguda de adquisición de conciencia personal o colectiva.Una crisis es un período de ‘des-ego-tiza-ción’ o, como se ha podido decir reciente-mente, una forma de expropiación del yo.Ésta aproxima al significado etimológico de la palabra original griega para ‘crisis’: ‘yo decido’. Por consiguiente no sorprende que la historia esté salpicada de situacio-nes críticas cuya amplitud es comparable a

¿juzgar o escribir sobre la arena? 15

la crisis actual.De todos modos, cuando es el yo el que decide, no es difícil predecir las consecuencias. El yo −o el ego− siem-pre está centrado por naturaleza en su auto-afirmación y, por esta razón y por definición, es corruptible.A principio del pasado siglo, Peter Deunov, el maestro de sabiduría búlgara, nos recordaba el origen de la palabra YO. Una explicación que tomó prestada del estudio de la cultura de

los ostrogodos que se habían implan-tado en el territorio actual de Bulgaria. Su célebre obispo Wulfila (311-383), considerado por la iglesia dominante de la época como un hereje, colocó las bases de las lenguas germánicas en una primera traducción de la Biblia en lengua gótica.También se dice de Wulfila que fue el primer iniciado de Europa. Wulfila desarrolló durante su traducción de la Biblia la palabra gótica IK a partir de las

iniciales de Iesu Krist (Jesucristo), de la que, según los filólogos, ha resultado más tarde el ICH alemán, el I inglés y el IK neerlandés.Una persona que deja decidir y hablar en ella a la Fuerza Crística emprende un proceso totalmente diferente que si está sometida a la influencia del ego auto-conservador. Ella no se rebela cuando los intereses de su persona se encuentran amenazados; ciertamente no, en toda circunstancia irradia la

la intención de curarles de una grave enfermedad.Se trata de liberarles de cierta locura, de una perturba-ción psíquica más grave de lo que ustedes suponen».

SER ADÚLTERA El pasaje del Evangelio sobre la mujer adúltera, conducida ante Jesús con la intención de ser lapidada, nos manda no juz-gar (Evangelio de Juan). Este episodio presenta

numerosas relaciones con el camino espiritual y con la actualidad si se ve en la mujer adúltera una metáfora del mundo en crisis. Este mundo es adúltero por sus acciones en los asuntos de orden financiero, económico y ecológico.Este mundo que llegó al borde del precipicio debido a la codicia, al consumismo y al egoísmo. Este mundo empañado y manchado deja a las


generaciones futuras una perspectiva deprimente.«Los tiempos cambian», decía Augustín, y añadía: «pero nosotros somos los tiempos». En estos tiempos de crisis, no es exagerado decir que nosotros mismos somos la crisis.Volvamos a la mujer adúltera. Algo notable se produce cuando, acusados, los presuntos autores de las crisis, se presentan:«Y Jesús trazó signos sobre la arena».En Oriente, era corriente apartarse de manera ostensible y dibujar sobre la arena si uno no se sentía competente para juzgar un asunto sacado a la luz. Era una manera de significar al requi-rente que él mismo debía clarificar el asunto sin perturbar a otra persona de sus ocupaciones. Esta costumbre de no tomar partido revela en el relato del ‘misterio’ otra dimensión. Escribien-do sobre la arena, el hombre-Jesús enseña que no es indiferente a actuar como juez en este mundo.

El hecho de escribir sobre la arena plantea un acto que une y confía el asunto a la tierra. Pronunciar el juicio deseado por los acusadores significaría que aquel al que ellos se dirigen no se encuentra en unidad con el Espíritu, sino en unión con el campo kármico que es la escuela de aprendizaje de la humanidad.

INFIDELIDAD GENERAL La infidelidad de la mujer considerada como el alma adúltera, de un hombre o de una mujer, puede ser el símbolo de la infidelidad espiritual estructural de la que sufre este mundo, independientemente de la cri-sis. Este mundo de tinieblas donde reina el ego corrompido no tiene ninguna afinidad con las leyes del mundo espiritual. El alma humana vive en un estado de infidelidad, en una situación adúltera, por haber roto su unión con el mundo divino original.El alma −la mujer, en nuestra historia– ha roto

fuerza conciliadora de amor. En este mundo en crisis, Iesu Krist no aporta el camino del «yo decido» sino el del «yo soy», una fuerza absolutamente extraña a este mundo.Frecuentemente, una crisis plantea altas exigencias a un alumno en el camino.Pruebe una vez a permanecer neutro y no luchar en su camino cuando sus intereses duramente ganados se han evaporado como consecuencia

de malversaciones bancarias y los dirigentes han desaparecido con sus contratos blindados y sus bonos, como podemos ver en muchos lugares del mundo estos últimos años.Así, en febrero de 2013 en Holanda, un director de banca responsable de un fiasco recibió por su mala gestión una bonificación de casi dos millones de euros. Esto suscitó un juicio popular. El director en cuestión despedido al recibir tales amenazas se marchó al

extranjero. Se fue antes de que los tribunales populares o Heliaia de la Grecia del siglo VI a.C. reapareciesen.Cuando los atenienses encontraban que sus dirigentes políticos carecían de eficacia o adquirían demasiado poder, cada ciudadano podía escribir sobre una tablilla de cerámica, ostrakon, el nombre del político incriminado. Una vez alcanzado el número de seis mil tablillas, el ciudadano más citado erra desterrado por diez años (ostracismo).

«La Tierra produce suficiente para satisfacer las necesidades de cada uno, pero no la avidez de cada uno» Mahatma Gandhi

su alianza con el Espíritu que anima al cuer-po de forma totalmente diferente. Aquí, y en ninguna otra parte, se sitúa la causa estructural del estado de crisis permanente en la que nos encontramos. Como diría J. van Rijckenborgh, «¡un verdadero desastre!»Existen otras historias de iniciación en las que la humanidad religiosa es calificada de infiel o adúltera porque, debido a su naturaleza terres-tre, se deja determinar por la sangre, la voluntad humana y la carne en lugar de ser por la pa-labra de Dios. Actualmente, la humanidad está completamente consagrada a los ídolos de este mundo terrestre muy influyentes en este mundo

en crisis. Un fragmento del capítulo XVII de Je-remías ofrece un paralelismo premonitorio con nuestra propia historia.«Eterno, fuente de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados. Los que se retiran de Ti verán su nombre escrito sobre la tierra, porque abandonaron la fuente de las Aguas vivas, lo Eterno».Más lejos en el episodio de la mujer adúltera, somos confrontados en otra frase importante: «Que aquel de entre vosotros que esté sin pecado le arroje la primera piedra». Innegablemente, el dis-curso se sitúa en el plano espiritual. ¡Y de nuevo Jesús se pone a escribir sobre la arena! Dicho de otra manera, una vez más la tierra es llamada



a ser testigo y el asunto enviado a la concien-cia de los acusadores unidos kármicamente a la Tierra. Ninguna lapidación, por lo tanto todo lo contrario de los tribunales populares de “cascos”. Visiblemente, los acusadores deben escuchar la voz interior que les recuerda que ellos no son del todo inocentes, irreprochables. Ellos abando-nan su intención de que se juzgue a la mujer y salen corriendo.El doctor de la ley −la cabeza y el pensar de la personalidad− suspende su juicio en provecho del alma que se encuentra en el medio, entre la personalidad y el Espíritu.«Yo tampoco, yo no te condeno», se le dice a la mu-jer. Por consiguiente, nada de juicio, ¡y cierta-mente todo esto no es, sin duda, según las nor-mas terrestres, sociales! Nada de juicio tampoco cuando evidentemente una situación de crisis lo necesitaría.

KARMA El texto en cuestión adquiere más pro-fundidad aún si se le relaciona con un pasaje de la historia que tiene relación con la curación de un joven ciego. (Juan, cap. IX, v. 3). Se produce una curación porque el hombre-Jesús mezcla sa-liva con la tierra y restriega con ella los ojos del muchacho. Por Jesús, Cristo es unido al cora-zón del planeta Tierra. Es la fuerza de curación salvadora que se vuelve activa aquí por el hecho de mezclar la tierra con el Espíritu. Quien se confía a esta Fuerza Crística jamás condena sino que remite el juicio a la actividad kármica: «Aunque lo hayas cometido, yo no lo juzgo». Esto, por otra parte, no es necesario porque el karma sigue su curso naturalmente durante toda la duración de nuestro desarrollo en la Tierra. Podemos admitir esta justicia superior como el karma que la persona llama por sí misma. Podría dirigirse a la Tierra y decir a los acusa-dores: “¡Ocupaos de vuestros propios asuntos!

Al amanecer, Jesús se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo vino a él.Sentado, él les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos trajeron a una mujer adúltera y, colocándola en medio del pueblo, dijeron a Jesús:Maestro, esta mujer ha sido sorprendi-da en flagrante delito de adulterio. Moi-sés, en la ley, nos ha ordenado lapidar a tales mujeres. ´¿Tú qué dices?

Ellos decían esto para probarle, con el fin de poder acusarle. Pero Jesús habiéndose agachado, escribía con el dedo en la tierra.Como ellos continuaban preguntándo-le, él se levantó y les dijo: Que aquel de vosotros que esté sin pecado arroje la primera piedra contra ella. Y agachán-dose de nuevo, escribía sobre la tierra. Cuando ellos entendieron esto, acusa-dos por su conciencia, se retiraron uno

a uno, desde los de más edad hasta los últimos; y Jesús permaneció solo con la mujer que estaba allí en medio. Entonces levantándose, y mirando a la mujer, Jesús le dijo:Mujer, ¿dónde están quienes te acusan? ¿Nadie te ha condenado? Ella respon-dió: No, Señor. Y Jesús le dijo:Yo tampoco te condeno: Vete, y no peques más. Pasaje del evangelio de Juan, cap. VIII, versículos 2 a 11..

«El pasado nos determina. Podemos tener buenas razones para buscar sustraernos o escapar a lo que hay en él de malo, pero sólo lo conseguiremos aportándole algo mejor». Wendell Berry, filósofo ecologista

¡La ley de karma ya ha entrado en actividad! Es algo que todo ser humano debe tener en cuenta. Por consiguiente, dejemos inscribirse esto en la arena de la Tierra donde el karma se registra”.Así se nos vuelve claro el significado de la palabra citada: «El Hijo del Hombre no ha venido al mundo para juzgarlo sino con el fin de que sea salvado». (Juan cap. IX, V. 3) La justicia dialéctica de Karma-Némesis ya está allí; a ese respecto no existe ninguna necesidad de Jesús. La Fuerza Jesús penetra en el ser humano con el fin de abrirle una perspectiva totalmente nueva.

ALIANZA CON EL ESPÍRITU Y después encontra-mos esta frase final: «En adelante, no peques más».En parecida situación, lo mejor es volver a re-visar su vida. «No peques más» significa en este caso permanecer fiel a la imagen del ser huma-no nuevo y original. Mikhaïl Naïmy hace esta pertinente descripción de lo que es el pecado en un mundo de crisis:«Limitar las necesidades del cuerpo es una virtud. Limitar las necesidades del alma es un pecado».Es no juzgando como Jesús bendice la mujer. Él une su esencia liberadora con la sustancia de la mujer, une el alma a la realidad material de la mujer. Ahora se trata de ya no cometer adulte-

rio y de restablecer la alianza con el Espíritu. Sólo por esta alianza el alma puede elevarse por encima del dominio de crisis kármica, esta escuela de aprendizaje de la humanidad.Así, al lado del camino de experiencias del ser humano por el mundo se presenta la posibilidad de la triple crisis que es la del camino de cruz liberador.Cuando la fuerza gnóstica reveladora toca el ser humano, la personalidad quiere sondear y usar esta fuerza. Sin embargo, ésta no puede ser utili-zada según las normas habituales.Cuando lo reconocemos y somos arrojados so-bre esta realidad de que somos impotentes para liberarnos por nosotros mismos, permitimos a la Gnosis actuar. Entonces el alma puede ser puri-ficada por la Fuerza y la Sabiduría de la Gnosis. El alma así ungida va a realizar la alianza con el Espíritu. El Alma-Espíritu así realizada ya no romperá esta unión. µ



UN DÍA, EN UN SUEÑO, UN PEREGRINO VIO AL ÁNGEL GABRIEL. EL

ÁNGEL TENÍA EN LA MANO UN LIBRO. EL PEREGRINO LE PREGUNTÓ QUÉ

ESTABA ESCRITO EN ESE LIBRO. EL ÁNGEL RESPONDIÓ: «EN ESTE LIBRO YO

ESCRIBO EL NOMBRE DE LOS AMIGOS DE DIOS». «¿MI NOMBRE FIGURA EN

ÉL?» PREGUNTÓ EL PEREGRINO

I M Á G E N E S

«PEREGRINO, TÚ NO ERES AMIGO DE DIOS». «CIERTAMENTE, PERO YO SOY

EL AMIGO DE ALGUIEN QUE CONOCE A LOS AMIGOS DE DIOS». EL ÁNGEL

PERMANECIÓ SILENCIOSO DURANTE UN MOMENTO, DESPUÉS SE DIRIGIÓ AL

PEREGRINO: « ÉL ME HA PEDIDO INSCRIBIR TU NOMBRE EN LO MÁS ALTO DE

ESTA LISTA. EN EFECTO, LA ESPERANZA NACE DE LA DESESPERACIÓN».

SABIDURÍA IRANÍ


D E L M U N D O


Hace ya demasiado tiempo que nos volvemos hacia los dirigentes responsables y detenemos así el desarrollo. ¡Cuán cómodo es descansar sobre una autoridad! Sin embargo esta visión de liderazgo, según la cual la responsabilidad y la gestión incumben siempre a los demás, se ve totalmente superada. Una verdadera crisis nos sacude, nos saca de nuestras costumbres y nos abre la posibilidad de ir hacia algo «realmente» diferente.

El peligro de una crisis y la pérdida de con-fianza que engendra hacia las instituciones y el poder instituido, es que haga que ya no

tomemos en serio nuestras propias responsabilida-des y deberes morales, que tengamos tendencia a limitar nuestros hechos a lo que tienen de atrac-tivo para nosotros, perdiendo de vista el interés general. Que de este modo olvidemos comple-tamente la profunda unión que nos une al gran Todo cósmico y los intereses de los demás, nues-tros prójimos sin que ya nos choque en absoluto.Nuestros actos ya no son guiados tanto por lo que siempre prevaleció en nuestra existencia, por las viejas ideas repetidas o impuestas, sin embargo aún estamos lejos de hacer lo que nos gustaría, sin hablar de lo que haríamos si actuá-semos conforme a nuestro ser interior profundo. Pero para ello, será necesario saber lo que ver-daderamente queremos y, en este campo, todo el mundo busca y duda. No obstante, cada uno confía en algo y cree en su búsqueda.La idea tan atrayente de que todo se vende nos lleva a una realidad dictada por las leyes del consumismo, según las cuales uno sólo podría liberarse de sus deseos respondiendo a ellos sin parar. Más que preguntarnos de dónde provie-nen esos deseos, los disociamos del conjunto más amplio al que pertenecen, y los desnudamos de su sentido profundo.Hoy que estos cambios inevitables nos atrapan, tal como testimonian los demás artículos de este número de Pentagrama, nosotros somos con-frontados con la pregunta de saber qué realidad, qué futuro escogeremos.

la encrucijada de caminos

la encrucijada de caminos 23


de perder todo el control sobre el curso de los acontecimientos. Somos brutalmente colocados ante nuestro estado consciente, en el presente, único momento que puede verdaderamente ser observado.No obstante, cuando es retirado todo el con-trol, también se hace posible la sinceridad. ¡En ese instante, el orden natural de las cosas puede restablecerse, a pesar de nosotros mismos! De hecho, nosotros perturbamos constantemente el equilibrio natural mientras la naturaleza trata de restablecer el equilibrio. ¿Pero somos suficien-temente conscientes de este posible restableci-miento? ¿Sentimos la unidad con esta naturaleza o estamos animados por el miedo? Considerándolo a mayor escala, cuando una perturbación de nuestro campo de vida es co-rregida en el cuerpo de nuestro planeta, ¿acaso sabemos responder a la misma, tan pronto como sea posible, con el establecimiento de un nuevo orden mundial, de un sistema social diferente, de otra civilización? ¿Sobre qué descansa este orden, esta civilización? Y al final, ¿qué es una persona civilizada?

VER LA ENCRUCIJADA DE LOS CAMINOS EN NOSOTROS «Quienes poseen Tao no se adhie-ren a la civilización». Esta declaración relativiza todos los desarrollos culturales, los dota de un punto de vista más amplio, el de una realidad superior. Una realidad que, en todos sus perío-dos de desarrollo, jamás abandona a la humani-dad y la lleva hacia una ola de vida diferente, de la que no tiene costumbre, donde estará libre de

¿Es necesario que nos dejemos arrastrar por consideraciones del final de los tiempos, ver en ello un nuevo Armagedón y vivir un combate contra todos? Durante una crisis existencial, ¿debemos pensar que se trata de una fase final, sin más, o bien confiar y considerarla como un cambio crítico, una operación de separación o de selección, un período de transición con nuevas posibilidades? Ante tal probabilidad, cabe preguntarse si contemplamos este pronóstico de crisis como si se tratase de una perspectiva, de que se acerca una algo nuevo, como en los boletines meteorológicos que que pronostican la probabilidad de lluvia, o más bien buscamos las oportunidades que esta crisis podría ofrecernos.

¿RECHAZAMOS EL CAMBIO? ¿Permitimos el camino? Con cada cambio natural, la ley de inercia engendra una resistencia que es necesario superar; haciéndolo, no hablamos de una incom-prensión o de una resistencia con la que nos opondríamos quizá al cambio. Una crisis existen-cial real marcha a la par con los seres que viven de forma consciente. Una crisis de esta amplitud nos arranca de nuestros hábitos y nos alienta para que sea un verdadero cambio, un punto de inflexión; de hecho, ese cambio, ¡debe producirse en cada uno de nosotros! Pero nosotros también podemos hacer un hábito y sustraernos a tal mo-mento de crisis, poniéndolo en relación con el pasado o el futuro, con recuerdos y expectativas. En ese caso, sólo serán posibles reacciones ya sea de pérdida, ya sea de conservación.En una crisis real, podemos tener el sentimiento

Cuando ya no se experimenta el ‘soltar el control’ como antinatural, la impresión de que esto conduce a un caos crítico desaparece e, incluso, parece totalmente natural

cualquier opinión particular e incluso de todo deseo de explicar la crisis y el caos. Esta reali-dad superior transporta a la humanidad más allá de toda forma de crítica y de oposición que la encadenaría de forma cada vez más apremiante a las mismas crisis y al caos.Pero atención: si sintonizamos con esta realidad superior ella nos lleva a nosotros mismos. Esto no hace más que colocar a cada uno delante de una posibilidad, una oportunidad que, en definitiva, incumbe a todos. Aprendemos a ver la crisis, tanto en nosotros mismos como en el seno de la sociedad, como una perturbación magnética en un campo electromagnético, un campo ahora percibido como una organización, obtenido por nosotros mismos.Sin embargo, otro campo electromagnético, de una realidad más elevada, ejerce una influencia oculta sobre este campo. Además de restablecer el equilibrio natural, impulsa, apoya los cambios de las condiciones cósmicas que también en nuestro caso engendran un cambio, un cambio de realidad, que nos permite penetrar en otra dimensión.A la luz de esta realidad superior, es eviden-te que nosotros no tenemos que acusar a los centros de poder que nos son exteriores pues sólo reflejan, en mayor o menor medida, nuestra propia realidad. Si nosotros lo comprendemos, podemos finalmente abandonar crítica e indig-nación. Viviendo juntos, estamos en la misma atmósfera, somos esta atmósfera, respiramos el mismo aire. Formamos un solo cuerpo y cada átomo de este cuerpo contribuye con su propia evolución a este cuerpo.

SOMOS EL TIEMPO Conviene comprender que cuando una crisis nos quita algo, también nos aporta. Nuestras propias acciones condicionan lo que experimentamos. Nosotros creamos sin cesar nuestra realidad, pero sólo somos par-cialmente conscientes, porque lo que nosotros

creamos permanece siempre muy próximo a nuestra realidad precedente. Que creemos más o menos conscientemente nuestras propias situa-ciones depende enteramente de nuestro punto de partida y determina al mismo tiempo en qué dirección se desarrollará para nosotros este período de transición. ¿Optaremos una vez más por otro período de tiempo o nos dirigiremos hacia el centro, hacia la esencia de las cosas y nos abriremos al Ser intemporal de Tao?Todos nosotros vivimos actualmente una trans-formación social, pero la transformación inte-rior, más allá de la existencia espacio-temporal de nuestro verdadero Ser, está también de actua-lidad en todos los tiempos.Y nuestro criterio esencial es saber si aceptamos abandonarnos a esta encrucijada misteriosa de las dimensiones para pasar la frontera que separa la realidad virtual de la única realidad.Es posible vivir una vida sin proyecciones, sin expectativa propia. Nos es posible entrar en el gran silencio y la paz interior donde reside el verdadero Ser. Cuando somos capaces de aban-donar, ‘soltar el control’ y no verlo como anti-natural, esto no nos conducirá hacia una crisis caótica, no pondrá nuestra vida en peligro, sino que aparecerá como evidente y muy natural. Una vez llegado a este estado de silencio, acce-demos inmediatamente a una realidad diferente, una realidad que no es deseada, ni está prevista, ni creada por nosotros mismos, sino por Tao, porque Él es Todo y recrea todo. Una confianza infinita afluye desde entonces en nosotros, el yo ordinario ya no está en el centro y todo se coloca en la justa perspectiva: la de un servidor consagrado al grandioso proceso del cambio sin fin. µ

la encrucijada de caminos 25


pasado o el futuro, no podemos contemplar la gloriosa e inmediata Luz del Presente.No hay nada que saber ni conocer. Existe una libertad instantánea, una libertad que permanece siempre que nosotros respetemos las condiciones requeridas: una aspiración ardiente espontánea, una actitud interior que acoge, abraza y une todo y a todos.No hay nada que saber, sólo realizar la expe-riencia en el presente, ¡y el presente no es el resultado del pasado! Las ideas verdaderas del Espíritu y del pensamiento abstracto, tan ricas en posibilidades para el futuro, no alcanzan nuestro intelecto. Éste sólo es concernido por lo que ocurre en el momento, lo que para él es reconocible. La mente jamás puede dominar lo que va a ocurrir, a pesar de que a las personas les agrade pensar que es así; ella hace surgir el tiempo con el que, a posteriori, nos reconocemos obligados.

LAS POSIBILIDADES DE ACUARIO La inspira-ción y la creación de ideas nos llega de nuestro ser espiritual, “el Otro”, que está unido a la plenitud del Ser. Sin embargo, la mente limita-da de la personalidad puede acoger la idea en la medida en que la persona sea receptiva. En ese caso, esta facultad mental específica, capaz de contemplar y traducir en imágenes ideas abstractas, es particularmente útil y permite su puesta en práctica. Esta facultad convierte la idea en representaciones que favorecen un esta-do de receptividad permanente. En este caso, es importante nuestro estado de ser de ausencia de

Las enseñanzas más interiores nos permiten acercarnos a lo que, a priori, parece in-comprensible, a saber que, en la plenitud

eterna, nosotros somos ya ‘todo’ en el ‘otro’. Lo eterno se manifiesta en el presente. Cada desa-rrollo en el que nos comprometemos conduce a la totalidad de las dimensiones que hacen concienciarse de esta única verdad: que nosotros somos todo, que nosotros somos el Todo, tal y como lo expresa la más antigua sabiduría: “Tat twam asi”, “Tú eres Aquello”.A la luz de las enseñanzas universales, accede-mos progresivamente a la comprensión de que nosotros mismos creamos nuestra propia reali-dad en el interior de las dimensiones del tiempo y del espacio. Como personalidades limitadas, estamos en camino hacia Aquello, hacia la Tota-lidad.Mientras que en nuestro ser más profundo ya somos todo, nosotros, buscadores de una expe-riencia de vida profunda, nos damos cuenta de que, sin embargo, la personalidad limitada nos aísla de nuestro ser interior.Esto es lo que hace precisamente de nosotros buscadores, alumnos, es esta comprensión de que las esencias vitales superiores no llegan a manifestarse en nosotros. Por nuestra repre-sentación personal de la realidad, por nuestro pensamiento, creamos el tiempo, la duración, el futuro. De manera similar, antes incluso de contemplar comprometernos con el camino de liberación, nuestros razonamientos intelectua-les nos cierran a la experiencia de la eternidad en el presente. Siempre que nos situemos en el

más allá del horizonte

más allá del horizonte 27

ego; así mismo es esencial comprender, recono-cer, que cada imagen corresponde con el ins-tante de encontrar su aplicación. A pesar de su elevado origen, esta misma idea permanece en nosotros incompleta y fatalmente limitada. Lo que es real y fundamental, la esencia, se desliza siempre detrás del horizonte pues no es dado al ser humano natural caminar en el ‘jardín de los dioses’. De la misma manera, cada idea recibida, cada entendimiento adquirido será abandonado, en plena rendición del yo, con el fin de recibir una nueva inspiración. Esto no significa “prime-ro ver, después creer”. No, la fe creadora es la visión. Esto es vivir siempre comenzando por es-pirar, para aplicar, realizar, y así inspirar de nuevo.Este nuevo entendimiento, estas nuevas visiones pertenecen a la facultad que nos eleva por en-cima de los límites de nuestra personalidad. Esta facultad contemplativa, que es más bien una visión meditativa, es una experiencia de todo el ser, ella nace de un primer toque en el corazón, punto donde puede expresarse el puro centro espiritual, corazón del microcosmos.

De él emana una energía luminosa que la Escuela Espiritual designa a menudo como la “kundalini del corazón”. La nueva facultad en cuestión, nacida de este toque espiritual, genera en nosotros imágenes y metáforas que renuevan nuestra vida.Salvo aceptar esta síntesis creadora de nuestro ser esencial, no tenemos que hacer nada especial.Esto es lo que significa verdaderamente la ex-presión “asumir sus responsabilidades”: integrar-se en la Unidad Universal del Tao. De este to-que nace la fe, inalienable, cualquiera que sea la crisis o el caos atravesados. Entonces la alegría llena nuestro ser, remplaza inquietudes y miedos.Entonces cada encrucijada se convierte en una puerta que da acceso a una completa transfor-mación de las realidades.Así creamos la atmósfera capaz de llevar y salvar a toda la humanidad. µ


EL SER HUMANO EN SU BÚSQUEDA:

CUANTO MÁS PODEROSOS SON LOS ENGRANAJES DE SU PENSAMIENTO...

I M Á G E N E S


... MÁS FOCALIZADO ES EL ASPECTO DE SU CONDUCTA

EN SU CAMINO HACIA LA LUZ

D E L M U N D O


Con relación al devenir, obviamente, nosotros todavía no somos transeúntes, sino más bien participantes, interesados.

Por lo tanto, esto conduce a que nos sintamos forzados a tomar partido en cada conflicto hasta que adquiramos conciencia de que todo es sólo una repetición de un mismo escenario, adaptado a nuestro tiempo: la maza se ha convertido en un arma de tecnología punta, pero las manos que se sirven de ella son siempre las mismas. ¡Si llegamos a la constatación de que, durante los años que damos vueltas sobre esta Tierra, se nos presentan durante décadas las mismas situacio-nes insoportables que necesitan una actuación inmediata y requieren con urgencia un cambio para las que no encontramos solución, esto nos permite comprender que atribuir todo a tales situaciones no aporta ningún alivio! Y, aún así, la faz ‘sombría’ del mundo atrae nuestra atención sobre su lado luminoso, lo indivisible, del cual nos distanciamos de mil amores.Así que hay situaciones penosas, intolerables, que implican que haya malhechores y víctimas, de los que a los primeros hay que castigarles y a los segundos indemnizarles. Al menos es lo que se podría creer. Sin embargo, a menudo la víctima es ignorada, obligada a asumir sola la situación. Esto se presta a la reflexión pues es el mundo al revés. En definitiva, ¿quién es víctima y quién es culpable? ¡Se asiste cada vez más a menudo a intentos de pretender instaurar un diálogo entre víctima y verdugo! Un ejemplo de ello: Bill Perke concedió su perdón a la mujer que asesinó a su abuela. Condenada a muerte a

la edad de quince años, en 1985, Perke empren-dió una campaña para liberarla en 2013 con el fin de que se reconstruyese una nueva vida. En este mundo se producen a veces acciones que provienen de otra conciencia, que no conoce la distinción entre derecho e injusticia, entre delin-cuente y víctima.Atentados, crímenes sociales, maltratos, descon-cierto de algunos seres humanos...¿Qué posibilidades tiene un ser humano que tie-ne buen corazón y comprueba las atrocidades?¿Permanecer como espectador mudo, paralizado por la emoción? ¿Clamar su repugnancia y au-llar sus críticas? ¿Explicar cómo castigar y tratar a los innobles provocadores de disturbios?¡Auditorio asegurado! Deleitarse con la amargu-ra de los demás es innato en la naturaleza hu-mana, señalarles con el dedo… Además de eso, estar ‘en contra de algo’ es bueno para nuestra imagen.Todo esto es humano pero sin valor añadido. En el primer caso, en el espectador, en el transeún-te, todas las funciones están desconectadas. Los que aúllan y critican −¡cuántas veces no caemos en la trampa!− hacen crecer la nube sombría por encima de la humanidad; por esta con-centración, invisible y desconocida, de avidez, odio, envidia y corrupción, el colectivo huma-no contamina la atmósfera, destila un veneno que, en un momento de debilidad, impulsa al ser humano más respetuoso al acto más impre-visible. ¡Este ser humano, llevado finalmente ante el juez, es simplemente el producto de lo que nosotros hemos generado y hecho posible

no temáis las sombras en alguna parte, muy cerca… ¡la luz!

Ruth Renkle

no temáis las sombras 31

Miremos de frente la angustia que reina sobre esta Tierra, la incomprensible absurdidad y la inquietud que se desprende de ello, algunas veces lejos de nosotros y otras muy cerca: la indignación, la piedad, la revuelta y la desestabilización sólo son algunas emociones que nos asaltan sin cesar. Sin embargo, se nos dice: «Sed transeúntes».1

imperceptiblemente, día tras día, en tanto que comunidad! ¿Quién es el malhechor?¿Quién es la víctima? ¿Esta confrontación con nosotros mismos nos conduce a preguntarnos si somos mejores? Una pregunta que quizá sólo conduce a nuevas contradicciones pero, por otra parte, también a una nueva forma de pensar.En la medida que aumenta la comprensión en nosotros, el conocimiento de nosotros mismos, reconocemos las trazas de luz alrededor de nosotros.Las corrientes de sabiduría de todos los tiempos dan testimonio de un mundo que no conoce mejor ni peor, ni a favor ni en contra. El ser humano es el punto de encuentro de estos dos mundos porque ambos viven y obran en él, aunque no sea consciente de ello. El ser huma-no que descubre en él ese campo de luz, que

Hermes llama el Noos, sigue ese nuevo surco. Libre de todo juicio, descubre la compasión exenta de emociones paralizantes que le restitu-ye la plena posesión de sus capacidades. A través de las sombras opresoras, su mirada lúcida (de lux), penetrante, descubre las claridades nacien-tes de las que él es correalizador, como signos de un tiempo nuevo en el que todo tiene un sentido, una función, tanto el pro como el con-tra, la víctima como el malhechor.Al igual que todo ser humano inconsciente alimenta la nube de la ignorancia, el participan-te en el renacimiento puede transformar todo impulso tenebroso en luz, al servicio de todos los que aspiran a esta luz. Cada momento de crisis, individual o colectivo, abre la puerta a un pensamiento nuevo, a una vivificante creación. La elección nos pertenece: nosotros podemos dejar el vino nuevo agriarse en los odres viejos o crear el espacio para elevar la Tierra y sus ha-bitantes a una espiral superior de su destino. µ

1. Evangelio según Tomás, logion 42

«Si te unes al Espíritu, oh alma, tu luz aumentará de tal

forma que reconocerás la correcta manera de obrar con

los ojos del Espíritu; pero si te apartas del Espíritu y te

dejas llevar por los sentidos […], serás rodeada por las

tinieblas […]vvvvvv

El mundo material de aquí abajo, oh alma, es la morada de

los deseos no saciados, del temor, de la indignidad y de la

aflicción; en lo alto se encuentra el mundo del espíritu, de

la satisfacción, libre del temor y de una dignidad y alegría

elevadas. Tú ves estos dos mundos, tú vives en estos dos

mundos. Ahora elige conforme a tu experiencia. Puedes

morar en los dos; de ninguno de los dos serás arrojada o

abandonada.»

De la Aflicción del Alma (Hermes)


«...Pero en tu caso, Boecio, debemos agradecer al dispensador de toda salud que todavía no haya permitido que tú perturbases completamente tu propia naturaleza. En la convicción de que el mundo es dirigido de todas las formas, en ti permanece un resto del resplandor de tu salud puesto que tú crees que el mundo no está gobernado por el azar, sino que está sometido a la razón divina. Por lo tanto, no temas nada pues gracias a esta chispa tu calor vital podrá ser reanimado pronto».

Aunque la sabiduría antigua nos asegura que estamos rodeados por un círculo de luz divina, parece evidente que entre ese

círculo de Luz y nuestra conciencia existe una cortina negra, un círculo tenebroso que absorbe toda luz. Diversos escritos antiguos nos dan más precisiones al respecto. En «El Evangelio de la Verdad» −atribuido al gnóstico Valentín del siglo II− podemos leer:«La ignorancia del Padre ha engendrado miedo y angustia. Este miedo se ha densificado en una nube, de forma que ningún ser ha podido ver nada. Esto ha dado su potencia a la equivocación».Y Boecio (480-525) explica en su obra «La Consolación de la Filosofía»: «Es una particulari-dad del espíritu humano que falsas concepciones subs-tituyan a las verdaderas de las que se han despren-dido. Son precisamente esas falsas concepciones, que segregan una nube de confusión, por las que se pierde la visión de la verdad. Yo (Dama Filosofía), llega-ré a disolver progresivamente esa nube y los medios utilizados tendrán la dulzura de un terapeuta, con la esperanza de que cuando las tinieblas de tus pasiones engañosas se hayan disipado, puedas de nuevo revelar el resplandor de la verdadera luz».En «El Evangelio de la Verdad» se trata de la ignorancia y del miedo que nos impiden ver y Boecio evoca las pasiones engañosas que nos velan la verdadera luz. Porque el propio ser humano ha olvidado que él ha olvidado, porque ya no sabe incluso que está privado de la Luz y por esta razón, desde hace tiempo, se están haciendo esfuerzos por romper este estado de olvido. La atención del ser humano es llevada

círculos de luz


lugar a la cabeza y el corazón, sino al corazón interior, el Noûs. Por esta razón muchos con-ceptos, nociones y formas de presentar las cosas en los textos sagrados permanecen velados para nosotros. Nuestro pensamiento corriente y nues-tra argumentación no tienen ningún ascendiente sobre ellos, tampoco nuestras sensaciones. Pero, por el contrario, un ser humano que posee una sensibilidad de un orden diferente sí es tocado y atraído por ellos, porque el lenguaje de los men-sajeros de la Luz ofrece a la chispa dormida en nosotros un ‘combustible’.

La geometría nos enseña que un círculo está determinado por tres puntos. Esto significa que tres puntos sobre un papel bastan para trazar el único círculo que les corresponde. Curiosamen-te, esta regularidad vale también para los círcu-los de luz constituidos al servicio de la humani-dad sumida en la oscuridad.Cuando Jesús llama a sus dos primeros após-toles, Simón llamado Pedro y Andrés, les dice: «Seguidme y yo haré de vosotros pescadores de seres humanos». (Mt., cap. IV, v. 19)Tal número mágico de tres, que representa el triángulo de la vida salido del Círculo de la eternidad, lo encontramos a principios del siglo XVII en el Tübinger Kreis (el Círculo de Tubin-ga) de la Rosacruz clásica con las tres figuras clave: Tobias Hess, Christoph Besold y Johann Valentín Andreæ.En cuanto a la Rosacruz moderna, al inicio fue llevada por los hermanos Wim y Jan Leene y Cor Damme, después de la guerra de 1940-45,

hacia la Luz como, por ejemplo, en el Evangelio de Juan (cap. I, v. 1-6): «Hubo un hombre, llamado Juan, enviado por Dios. Él vino para dar testimonio de la Luz con el fin de que, gracias a él, todos puedan creer. Él no era la Luz, sino que fue enviado con el fin de dar testimonio de la Luz».Desde el círculo de luz que rodea todo, uno o varios testimonios vienen a anunciar la Luz en nuestras tinieblas. Ellos sólo tienen alguna posibilidad de éxito si esto encuentra eco en aquellos cuya chispa de luz original está todavía activa. Para decirlo como en «La Consolación de la Filosofía»: ... Pero en tu caso, Boecio, debemos agradecer al dispensador de toda salud que todavía no haya permitido que tú perturbases completamente tu propia naturaleza. En la convicción de que el mundo es dirigido de todas las formas, en ti permanece un resto del resplandor de tu salud puesto que tú crees que el mundo no está gobernado por el azar, sino que está sometido a la razón divina. Por lo tanto, no temas nada pues gracias a esta chispa tu calor vital podrá ser reanimado pronto.Como Juan, Boecio habla de un mismo aliento de luz y de vida. La chispa de luz que reposa en nosotros coincide anatómicamente con nues-tro corazón. Esto explica el porqué la antigua sabiduría hermética da este consejo dirigido por Poimandres a Hermes: «Dirige tu corazón hacia la luz, y conócela». Un consejo que se vuelve a encontrar en Saint-Exupéry en «El Principito» donde el zorro dice: «Adiós. Este es mi secreto, es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esen-cial es invisible para los ojos».Los testigos de la Luz no se dirigen en primer

círculos de luz 35

fueron Antonín Gadal, Catharose de Petri y Jan van Rijckenborgh quienes representaron la Triple Alianza de la Luz: «Grial−Cataros−Rosacruces».Al igual que en los escritos de la Rosacruz clásica se trata de la «Morada Sancti Spiritus», ésta ha sido de nuevo edificada en la Escuela Espi-ritual moderna. Ella consiste en un puro campo astral que permite a los candidatos a los mis-terios conocerse interiormente y comenzar la purificación de sí mismo. Es un campo en el que el buscador puede en libertad y seguridad abrir su corazón a la Luz.Esto se encuentra descrito de manera explícita en los informes de la Inquisición del siglo XIII (Pratica inquisitiones, p. 238) que nos aportan un esclarecimiento sobre el pensamiento de los cátaros: «En lo concerniente al nacimiento de Nues-tro Señor Jesucristo que habría nacido en el seno de la bienaventurada María, que siempre permaneció virgen, ellos (los cátaros) lo niegan. Ellos pretenden que Cristo no ha tenido un cuerpo humano real, ni realmente carne humana como la demás gente. Niegan que la virgen María haya sido realmente la madre de nuestro Señor Jesucristo e, incluso, que ella haya sido realmente una mujer. Dicen que su propia secta es la virgen María, es decir, el verdadero arrepentimiento y la verdadera pureza, castidad y virginidad son los que pueden hacer surgir a los hijos de Dios en el mundo».Así vemos que los cátaros tenían una visión gnóstica de la historia de Navidad. Los diri-gentes espirituales de esta escuela de inicia-ción, calificada de secta, representan el aspecto generador ‘José’; la propia escuela de iniciación, la Iglesia propiamente dicha, representaba el

principio alumbrador ‘María’. Cada uno de los hijos surgidos de estos dos eran ‘hijos de Dios’, es decir, creyentes de la Iglesia cátara llegados a la liberación, a los que los cátaros llamaban ‘Perfectos’.El logion 10 del Evangelio de Tomás hace decir a Jesús: «Yo he arrojado un fuego sobre el mundo y lo preservaré hasta que arda». Como una mano tendida de la Gnosis, tres rayos, tres testigos de la luz proceden del círculo universal de la Luz que encierra toda la creación para despertar las chispas sumidas en la oscuridad de nues-tra existencia. Una vez que se ha formado un primer círculo, en el interior de esta ‘fortaleza de luz’ nuevos círculos de luz pueden formar-se reuniendo en él todas las chispas dispuestas para la liberación. Asido por la Luz, el espíri-tu humano abandonará su tenebrosa nube de confusión cuando la verdad aparezca de nuevo claramente. µ


Los lectores de la revista The Times han elegido «Atlas Shrugged» (1957) de Ayn Rand como el libro más importante del siglo XX, con excepción de la Biblia, por supuesto. Ayn Rand es la fundadora del sistema filosófico llamado «objetivismo» que glorifica al individuo, el egoísmo y el interés personal.

La filósofa Allissa Rosenbaum (1905-1982) conoció una juventud muy movida compar-tida entre San Petersburgo y Crimea. Tras la

confiscación de la farmacia de sus padres durante la guerra civil rusa, y para escapar del régimen bolchevique de Lenin, su familia se fue a Crimea que entonces se encontraba bajo la autoridad de los Rusos Blancos. Después realizar estudios de filosofía e historia, entre otros, obtuvo en 1926 un visado para Estados Unidos de América con el fin de visitar a unos familiares. No regresó a Rusia y cambió su nombre por el de Ayn Rand.La filosofía que desarrolló puede ser considerada como fundadora del neoliberalismo (máximos beneficios, poder para los accionistas). Además, fue la autora de siete libros de los que los más co-nocidos y que tuvieron una mayor influencia son The Fountainhead y Atlas Shrugged, respectivamente traducidos al español con los títulos de El manan-tial y La rebelión de Atlas.La interpretación de su filosofía por sus parti-darios constituye un factor que ha contribuido gravemente a la actual crisis.Nos parece apropiado hacerles aquí una adverten-cia: la totalidad de su pensamiento carece de cual-quier factor espiritual, si bien un lector de Penta-grama que quiere comprender el funcionamiento de la naturaleza humana y la razón de la amplitud de la crisis mundial, descubre en ella una visión muy aguda que se apoya en las leyes de esta naturaleza. Su filosofía parte de la idea de que el amor verdadero sólo es posible para una persona cuya estima de sí mismo está intacta. Si este no es el caso en un individuo y, en uno u otro aspecto,

duda de él, no es capaz de amar verdaderamente, porque el amor verdadero consiste en apreciar en los demás una cualidad que se posee en sí mismo.

Ella llama a esto ‘la virtud del egoísmo’ –The virtue of selfishness. Este es el punto en el que egoístas y altruistas son simultáneamente objeto de conside-ración: según Ayn Rand el amor consiste en un «pago espiritual a cambio del disfrute personal, egoísta, que se deriva de las cualidades de una persona». Dicho de otra manera, quienes pretenden que el amor, la amistad, el afecto u otros sentimientos similares son actos desinteresados, es decir, que tienen lugar no para uno mismo sino para otro, deberían poder compartir igualmente este amor con cualquier otra persona sin importar quien sea –un vagabun-do, un criminal, un payaso, un héroe– por el he-cho de que su objeto no está destinado al dador.Este enfoque sobre el amor parece extremada-mente interesante pues pone de relieve algunas incómodas verdades. Experiméntenlo ustedes mismos: pregunten a cualquiera de su entorno qué encuentra más placentero y agradable en su pareja; ustedes recibirán respuestas del tipo: sabe hacerme reír; se ocupa bien de mí; hace de mí una princesa; me hace feliz. Casi siempre las cua-lidades apreciadas en el otro son buenas ante todo para el que las recibe. Tal es el aspecto práctico del amor: ve las dificultades que ustedes, seres humanos, encuentran en el curso de su vida. Por lo tanto, no es agradable no ser egoísta.En un avión, la ‘tripulación’ les explica que en caso de urgencia primero deben ocuparse de ustedes mismos, y sólo a continuación de los demás, por

Ayn Rand – la virtud del egoísmo

Un retrato halagüeño de Ayn Rand por el artista Leonebel Jacobs, 1948

Ayn Rand – la virtud del egoísmo 37

No es un error servir a otro, siempre que la persona lo merezca y usted sea capaz de ayudarle. Ayn Rand, 1964


personal, lo que es probable. Los altruistas son de la opinión que los individuos tienen deberes morales los unos con los otros que deberían ex-cluir intereses propios y ventajas, o en todo caso colocarlos en segundo plano.«La sabiduría quiere que tú respetes lo que has con-venido pero que con suavidad reclames tus derechos». Y Lao Tse añade esto: «Un ser humano que vive de una fuerza interior asume sus responsabilidades. Un ser humano que vive poco de su fuerza interior espera de los demás que ellos tomen sus responsabilidades. El Tao celeste no toma partido; Tao se mantiene siempre del lado del Bien».

Llegado a este punto de nuestra reflexión, nos referimos al filósofo Jean-Jacques Rousseau. Él distingue la arrogancia del amor propio del natu-ral y sano amor de sí mismo.El amor natural para el yo tiene por instrumento, por motor, la conciencia. Ese motor es bueno en toda persona en su estado natural original. En su opinión, el don innato de la conciencia es más fuerte que el don de la razón. Sobre ese punto, es diametralmente opuesto a Rand que rechaza todo esto declarando que tales ideas datan de la época en la que vivíamos en tribus. Así justifica tan-to la brutal conquista en toda América como el derecho de Israel a tener, cueste lo que cueste, a los árabes fuera de sus fronteras. Ayn Rand habla de todo esto de manera cruda y sin ambages. Su manera de pensar gusta a los adeptos de Nietzs-che, a menudo occidentales muy conscientes de sí mismos que viven totalmente bajo la dictadura de su libre arbitrio, que se apoderan de lo que

la simple razón de que los dos pueden morir si lo hacen a la inversa.Se pueden comprender las sabias palabras del Tao: «La manifestación universal no es filantrópica». En efecto, la Manifestación Universal es objetiva y neutra. En este sentido, ella no conoce el amor, no mima a los humanos con preliminares senti-mentales. Para el 99% de los individuos, el mundo es duro y su sufrimiento infinito.¿Entonces su filosofía debería ser la regla de oro para la existencia?O mejor aún, ¿debe ser?Viéndolo de cerca, entrar en lucha con esas bue-nas acciones egoístas no es verdaderamente per-tinente. ¿Significa algo que su amor por otro les haga igualmente felices? Un gesto a un vagabun-do puede hacerles bien, e igualmente también al vagabundo… y todo el mundo está contento, ¿no es cierto? Y, como señala Ayn Rand, los altruistas son al menos bárbaros, pues –paradójicamente en sus escritos– si no existen individuos que puedan hacer buenas acciones sin que ellos disfruten de ellas, entonces no existen tampoco «brutos» al-truistas, según su denominación. El altruismo sirve al interés personal, a la propia importancia del altruista, le hace feliz. De esta manera, el altruista aporta la buena voluntad a su propia existencia y asume la responsabilidad de su vida.«Aunque puedan ver, del otro lado del camino, sus vecinos, los gallos que cantan y los perros que ladran, se dejan mutuamente vivir, envejecer y morir en paz». (Lao Tse)El altruista dirá que, naturalmente, lo que hace por el otro no lo hace –o muy poco– por interés

La primera publicación de Rand, «Pola Negri», un ensayo sobre su actriz preferida de la época. Moscú, 1925

tienen necesidad y gobiernan el mundo actuando de esta manera. Para su confort, sus fans y adeptos entusiastas han olvidado de forma muy cómoda que, en la filosofía de Rand, «¡toma lo que quieras!» va a la par con «¡y paga!». En cierto sentido, en ella se encuentra una variante de la «supervivencia del más fuerte» que parece tan fresco, alegre y sano, cuyo ‘perfume’ conforta a los egoístas, pero cuyos discípulos están muy lejos de poder aproximarle el sentido superior, la discreción, hecho de mati-ces y de equilibrio, dado por Ayn Rand. Pues, son justamente los discípulos de Rand quienes son esos modernos, imperantes reguladores gobernan-tes, esos banqueros, esos presidentes de los conse-jos de administración y quienes no son pensadores sino ‘directores’.Así es como todo acaba por funcionar mal. Su-cede que ellos aparecen como constructores y creadores de las numerosas crisis a escala mundial, en prácticamente todos los sectores de la socie-dad. Porque falta la balanza, el justo equilibrio. Mientras que desde el punto de vista de Rand, es justamente el capitalismo bien comprendido el que tendría que haber velado para que naciese una sociedad de convivencia sana y transparente cuyo pensamiento estaría basado en el compro-miso máximo del capital. Así los investigadores obtendrían el más alto rendimiento. Rand plantea que esto sólo puede ser obtenido por un empre-sario que actuara de manera práctica y objetiva, un jefe que no temiera nada para ir derecho al objetivo, pero que fuera justo.Desde el año 2000, tanto en Oriente como en Occidente, los amigos de Ayn Rand han predo-

minado y hemos llegado al umbral del fin de una cultura, y si no tenemos cuidado, también al fin del mundo. Así es como lo expresa el zorro en el Principito: «Este es mi secreto, es muy simple: uno sólo ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos… Es verdad que los seres humanos han olvidado. Pero tú no lo debes olvidar. Tú siempre serás responsable de lo que has aprovisionado. Tú eres responsable de tu rosa…»Quien no deja hablar su corazón en todo lo que ve, dice, experimenta o hace, transforma su mun-do en un desierto. Ciertamente, llegamos a decir de nuestro mundo que sólo es un lugar de paso, un campo de desarrollo para la conciencia del alma. Únicamente si descuidamos nuestra casa, ya no encontraremos sitio para habitar en ella. µ

Ayn Rand – la virtud del egoísmo 39


En medio del camino de la vida, errante me encontré por la selva oscura, en la que la recta vía era perdida.

En el inicio del primer Canto de su in-mortal Divina Comedia, Dante da una descripción muy clara de la situación que

atravesamos, la de una crisis existencial profun-da. Los árboles no nos dejan ver el bosque. Nos encontramos extraviados y no sabemos dónde dirigirnos. Nos agotamos planteando preguntas para las que no hay respuesta. Nos preguntamos, por ejemplo, sobre el momento en el que algo salió mal en nuestra vida. Sólo sabemos que esto ha funcionado mal, que hemos tomado el mal camino y que nos hemos extraviado. Lamenta-mos el tiempo en el que podríamos haber toma-do otra decisión, sin embargo dudamos de haber tenido la posibilidad de actuar diferentemente. Ouspensky cuenta en ‘Ivan Osokin’ la historia de un soldado a quien un mago da varias veces la ocasión de volver a comenzar su vida a partir del momento en el que pensaba haber hecho una elección errónea. Para su gran sorpresa, el soldado, en cada ocasión y tras muchas tribula-ciones, llega al mismo punto... y ahora está dis-puesto a ser iniciado en la verdadera sabiduría de la vida, al lado de ese mismo mago.En relación a nuestra situación en el estado de la sociedad actual, quizá sería preferible aban-donar nuestros análisis extensos y desistir de nuestra búsqueda de la respuesta a la cuestión de la culpabilidad para llegar, de este modo, a la conclusión general de que todo iba en la direc-ción equivocada ya que, inevitablemente, tenía que ocurrir y vayamos en busca de la raíz del mal.De hecho, esta raíz se encuentra en cada uno

de nosotros. No en razón de un falso paso dado una vez, sino de la estructura que, desde hace mucho tiempo, forma parte íntegra de nuestro ser. Nosotros deseamos y deseamos cada vez más; jamás estamos satisfechos. De ello resulta un agotamiento, la explotación de nosotros mis-mos, de los demás y, por extensión, de todo el planeta con todos sus elementos y con todo lo que ha producido. La pasión posesiva, la avidez, la vemos por todos los lados activa, porque for-ma parte de la estructura de nuestra naturaleza. Incluso si nos sintiéramos culpables hasta el fin de nuestros días, no lo hubiésemos podido evitar ni todavía podemos. Somos como somos.La explicación es obvia. Nosotros vivimos con una desesperante insuficiencia, una gran caren-cia, la de la deficiencia profunda de una verda-dera vida, una carencia parecida a la del pueblo que se ha perdido por falta de conocimiento. Es comprensible que queramos compensar esa falta por todos los medios disponibles para calmar la sed de vivir, ¡a cualquier precio! Pues cuanto más tomamos, más parece crecer nuestra hambre.Simultáneamente, nuestra búsqueda de alimen-tos adecuados provoca el agotamiento de recur-sos. Durante mucho tiempo hemos acariciado el sueño de que lo lograríamos en la medida en que los medios, cada vez más numerosos y re-finados, nos ofreciesen la posibilidad de encon-trar el alimento buscado. Somos partidarios de apropiárnoslo y de que todo acabe tal y como lo hemos deseado. En ese momento, hemos ad-quirido la experiencia.De lo que la ciencia y la técnica en alza hacían

los árboles y el bosque

los árboles y el bosque 41

alarde no se ha hecho realidad. No hay desarro-llo sin fin, pues ya se ha demostrado el límite del progreso. Aparentemente, ya sólo podemos dar marcha atrás. No obstante, nuestra natura-leza humana no puede aceptarlo. A pesar del curso de las cosas, proseguimos nuestro curso desenfrenado. Resultado: malgastamos inútil-mente mucha energía. Es ‘claro como el agua’ que luchamos contra la fatalidad de las leyes de una naturaleza que, tras haber sido perturbada durante tanto tiempo, nos hace volver a des-cender de las cumbres escaladas en medio de artificios.En física, se habla a este respecto de entropía: todo lo que crece, un día debe decrecer. ¿Acaso no es esto lo que llamamos una ‘crisis’? Nos afe-rramos desesperadamente a nuestras adquisicio-nes, que inevitablemente hemos perdido; quere-mos bloquear el movimiento que se dirige a un cambio total, a menos que queramos también cambiar y aceptar abandonar lo que tiene que serlo, si no esto nos será arrancado brutalmente. El símbolo más poderoso para representar esta crisis existencial absoluta es la cruz.

¿Acaso no es una crisis un camino de cruz? Ella nos coloca en la encrucijada de los caminos que conduce al punto extremo de la rendición total del yo, es decir, acompañar el declive o una vez más hacer girar la rueda. Todo ser humano debe hacer una elección inte-rior. Si bien, nosotros podemos también acompañar este movimiento de declive y perecer, o, una vez más, dejarnos girar en la rueda de la vida. Cada ser huma-no llega a este punto de crisis, punto crucial, donde él debe hacer su elección interior. Pero también se puede utilizar este declive, para poner definitivamente fin a la rotación de la rueda. ¿Cómo? Eligiendo llevar una vida interior pro-funda y desbordante de amor imperso-

nal, optando por el alma, por una vida plena y llena de sentido.En medio de todos los nuevos desastres, ¿no es esto una noticia que da esperanza? ¿No la acogeremos con los brazos tendidos y las manos abiertas? No para aferrarnos a las verdades vie-jas y ya consideradas para salvar nuestra nece-sidad existencial, sino para abarcar una nueva forma de vida, para prepararnos a una vida absolutamente nueva, unida a un mundo radian-te de luz, un mundo que, de lejos, comienza a iluminar al antiguo mundo. Dante ya recibió la visión de que la crisis de hoy provendría de un deslumbramiento temporal debido a un creci-miento de fuerza de radiación que viene del nuevo mundo, cuando él, al final de su largo camino de iniciación, encontró la respuesta al inicio de su sombrío Inferno, y comprendió que en el trasfondo de todos los acontecimientos del mundo, obra la fuerza animadora del Amor divino: Pero como una rueda que describe cons-tantemente su rotación, mi sentimiento y mi voluntad se encontraban movidos por el Amor que impulsa el Sol y las estrellas. µ

Grabado de Gustavo Doré, 1890, para «El Infierno» de Dante Alighieri


el mal yel señor del mar

el mal y el señor del mar 43

«Lo que está fuera de la justa medida desemboca en el mal sin medida….»

Torrentius

A veces se designa el mal como la más pequeña parte del bien. Por consiguien-te, ¿dónde se oculta? Pero, ¿de qué y

por qué se oculta? Aparentemente, se oculta de la luz, pero dónde se resguarda? ¿Acaso el mal sólo es causado cuando los seres humanos se lo hacen mutuamente o también por el mal que los seres humanos hacen a su entorno, a su medio ambiente, a la naturaleza? ¿O no hay diferencia alguna? ¿O es posible que el mal sea una energía independiente, maligna, exterior a los seres humanos, que contamina a las personas o conduce a la maldad?, como quien dice «un salniter corrompido» (Jakob Böhme) o «los espíritus malignos en los aires» (Pablo). ¿Acaso esta apari-ción del mal es la parte más pequeña del bien? ¿O será como sugiere una canción pop legenda-ria: «Please allow me to introduce myself, I’m a man of wealth and taste»? («Permíteme presentarme, yo soy un hombre rico y refinado») ¿Existen, en efecto, los “espíritus malignos” en el cielo, como en algunas obras de teatro de Shakespeare y en algunas advertencias de Pablo?¿Será el mal inextirpable y sin trazabilidad o más bien será mucho más común hasta el punto de poder hablarse de una “trivialidad del mal” como lo pretende Hannah Arendt? ¿Acaso el mal no necesite un genio para manifestarse porque existe «simplemente» en cada persona?


corazón” llena y forma la conciencia de forma que ya no queda el menor espacio para la igno-rancia, para el mal.¿Dónde está la paradoja del mal? ¿Se debe interpretar la paradoja como una gran cualidad superior que es portadora, a pesar de todo, de malas influencias, de influencias malignas?I am a man of wealth and taste (Soy un hombre con riqueza y refinado).Esto también es verdad en la cultura y en la ciencia, una ciencia que pretende ser neutra y una cultura que se complace en la ostentación y el refinamiento, el perfeccionamiento técnico. ¿Por qué esta perfección técnica no encubre grandes cualidades?¿Será la clave para despedirse del mal la infor-mación obtenida en el caos? ¿Acaso el mal y el bien no constituyen una contradicción de apariencia ética? De hecho, no se puede conce-bir la vida sin el uno y el otro, sin los dos, sin la dualidad. No obstante, si es así, ¿no serían el bien y el mal una unidad?No me atrevo a ir más lejos.Una vez traté de encontrar palabras para los aspectos del mal sin que en ellas figurasen los prefijos ‘in’ como en informalidad, inviabilidad, insensatez, infidelidad, indignidad… Y en las que tampoco existiesen prefijos como ‘contra’ o ‘de’ como en desobedecer, destruir, oponerse, controlar, etc. He encontrado: odio, destruc-ción, prisión, muerte, terror, tormento, tinieblas, y muchos otros términos muy cargados para una persona normal. Todas las cosas sólo exis-ten cuando no se hace espacio para el corazón, cuando se está poco inclinado a escucharlo.Por otra parte, he aprendido que numerosas enseñanzas de sabiduría y religiones conceden un papel importante, apreciado, incluso divi-no, al Destructor. Por ejemplo Shiva, la energía que destruye lo que es perecedero. Y he oído historias de mártires que llevan a pensar que la manifestación del bien no puede producirse sin el mal.“¿Por qué debo combatir?” se preguntaba Arjuna, y hasta el divino Krishna no veía mal en la disputa

¿Y acaso se manifiesta cuando la persona se encuentra en una emergencia, bajo coacción, como en tiempo de guerra o crisis, por ejemplo? ¿Entonces no somos conscientes del mal porque nosotros lo suprimimos, rechazamos o porque, sencillamente, no creemos lo que necesitamos saber?Una crisis más o menos mundial como la de los años treinta del pasado siglo tiene ciertamente relación con el mal, sea este mal la causa o el efecto. El fascismo y el nazismo, en ese tiem-po, se manifestaron como un mal imposible de derrotar hasta el punto de adquirir una amplitud desconocida hasta entonces.Las cosas aparecen menos claras en la crisis actual. No obstante, es innegable que el cinismo de una ética, en el plano profesional y existen-cial, juega un papel capital evidente y ya no se puede mantener oculto, también a causa del mundo virtual que no se deja aislar.Como ser humano no puede escapar del hecho que necesita la autodeterminación en lo que concierne a sus propios límites.¿Existe el mal? ¿Busca el mal alejarme del bien? ¿Qué es, por consiguiente, el bien? ¿Existe? ¿Y por qué te abstienes de hacer el bien? ¿Experi-mentar, es lo que tú deseas? ¿Y no sería dema-siado simple hacer un vínculo entre el mal y la muerte? Solidificación, cristalización, después disolverse en elementos, en una palabra ‘morir’, ¿no sería un efecto de la acción del mal?En la tradición hermético-gnóstica, el mal es la ignorancia, la carencia de conocimiento verda-dero. La Gnosis en tanto que “conocimiento del

y la guerra en un mundo de ilusiones, exento de pura comprensión: «El ser humano no escapa de las cadenas de sus acciones dejando de actuar; tampo-co alcanzará la perfección negándose a sí mismo. En efecto, porque nadie puede estar sin acción, aunque sea un solo instante, pues en cada instante es impulsado a actuar por sus cualidades innatas».«¿Es el ejército un mal necesario?» preguntaba un Mayor, inspector del ejército británico a un candidato a oficial durante una inspección. Por haber respondido «El ejército es un mal no necesa-rio», éste no obtuvo su Diploma de oficial. Esta respuesta, que no figuraba en el formulario de respuestas, había desagradado al Mayor…La crisis de los años treinta terminó con el aniquilamiento de decenas de millones de seres humanos y nadie se atreverá a sostener que ese mal excesivo era una necesidad para el desarro-llo de la conciencia humana. No, el camino de la paz es suficiente y el de la armonía es exce-lente desde el punto de vista espiritual porque la violencia y el sufrimiento excesivos sólo pueden desembocar en traumatismos y post-traumatismos.Si aceptamos esta realidad, entonces se corre el peligro de dar al mal la posibilidad de resurgir y que la crisis actual pueda provocar una nue-va oleada de violencia gratuita, de sufrimientos inhumanos y, por lo tanto, un suplemento de tinieblas para el alma.El fuego interior, motor espiritual, es para nues-tras almas de un carácter clemente, no hiere, es ardiente sin ser violento. Este fuego no tiene ne-cesidad de experiencias, choques y traumatismos para inflamarse; por el contrario, el equilibrio del alma donde ese fuego clemente de la trans-mutación puede inflamarse no puede ser pertur-bado por malintencionadas violencias.El peligro, hoy, es que la crisis entraña una profusión de ocasiones, de posibilidades para en-gendrar un nuevo mal en el seno de la historia del mundo. El dinero es la raíz de todo mal, se decía, pero la raíz del dinero es el ser humano ‘inclinado a todo mal’, tal como dice Pablo de mí, y él puede hablar de ello porque él lo reconocía

en sí mismo. Y Pablo nos hace comprender que hay ‘espíritus malignos en el aire’, que yo también detecto además ahora, poderosos seductores que intentan asir mis pensamientos, si éste no fuese ya el caso.Al respecto, ¿qué oportunidades ofrece una crisis? Pues bien, actualmente, no sólo hay espí-ritus malignos en el aire, sino que también hay fuerzas atmosféricas que buscan alimentar un anhelo diferente, un anhelo que supera la avidez y el interés personal. Hay fuerzas que responden a otro estado natural, a otra «banalidad»: el de la simplicidad, de la quietud, de la cordialidad y del anhelo del Uno.Al respecto, prefiero aún más hablar de la “ge-nialidad” del bien, del bien normal y sencillo. ¡Y más sencillo, más puro y más simple siempre es posible!Hay un mar de espacio para este ‘banal genial’ del bien. Y el canal que conduce a las puertas de las esclusas que desembocan sobre este mar es una mentalidad sana, cuya esclusa es el corazón y el señor del mar es la fuerza «unificadora».Mi sana mentalidad conoce un pensamiento ligero, sin trabas, un pensamiento comprometido e imparcial, sin mercadeos, que en su búsqueda no produce o compite por el poder, lo que eleva mi pensamiento.Cuando las esclusas de mi corazón funcionan, en un sentido espiritual, sus puertas se abren y la fuerza unificadora del señor del mar se libera, mi campo de respiración se vuelve de un azul claro y sereno.¡Ah, fuerza planetaria de Neptuno, renovador del santuario de la cabeza, tú disuelves todos esos espíritus malignos en los aires…!¿Es el «ser o no ser» que resuelve mi crisis?Me atrevo de nuevo a proseguir mi reflexión. Y mi alma responde: «Yo estoy para el mundo y para la humanidad, y para mí mismo; en resumen, para la vida». La vida es Luz ahora que está llena del Uno; pues es en ella donde Es verda-deramente. µ

el mal y el señor del mar 45


EL SER HUMANO ES UN PENTAGRAMA, UN SÍMBOLO, LO QUE TAMBIÉN

ES UN OBJETO O UN DIBUJO. TRATA DE PENETRAR MÁS LEJOS QUE EL

MENSAJE SIMBÓLICO EXTERIOR, SI NO TÚ NO PUEDES DESPERTARTE. ¡EN

EL INTERIOR DEL SÍMBOLO HAY UN PLAN QUE ESTÁ EN MOVIMIENTO!

APRENDE A DESCIFRARLO. PARA LOGRARLO TE HACE FALTA UNA ESCUELA,

PERO ANTES DE QUE ÉSTA TE PUEDA AYUDAR, TÚ DEBES ESTAR PREPARADO.

TÚ LO ESTARÁS SI TE MUESTRAS HONESTO EN TU BÚSQUEDA...

I M Á G E N E S


ESTE ES EL PRINCIPIO DEL «ALMA». EL SECRETO DEL ALMA RESIDE EN ESTO:

CUANDO BUSCAS LA VERDAD Y EL CONOCIMIENTO, LOS OBTIENES.

SI BUSCAS ALGO PARA TI SOLO, QUIZÁ LO OBTIENES, PERO PIERDES PARA TI

MISMO TODOS LOS PODERES SUPERIORES...

SABIDURÍA IRANÍ

D E L M U N D O

,Richte dann dein Herz auf das Licht und erkenne es.’Hermes Trismegistos

Gerufen vom Herzen der Welt

Eine Betrachtung über die Entstehung und Entwicklung der Geistesschule des Goldenen Rosenkreuzes und ihrer Gründer J. van Rijckenborgh und Catharose de Petri

In Gerufen vom Herzen der Welt findet der Leser einen Bericht über die Ent-wicklung des geistigen Strebens der vergangenen 150 jahre, bei dem die großen spirituellen Organisationen eine wichtige Rolle gespielt haben. In diesem komplexen esoterischen Umfeld entdecken die Brüder Leene 1935 die Manifeste der Rosenkreuzer des 17. jahrhunderts wieder.Huijs skizziert die Geschichte der Rozekruisers Genootschap, die von den Brüdern vor dem 2. Weltkrieg gegründet wurde. Der zweite Teil des Buches beschreibt die Periode nach 1945: die Entstehung des Lectorium Rosicru-cianum, der Internationalen Schule des Goldenen Rosenkreuzes. Diese Ein-weihungsschule steht ganz im Zeichen der Befreiung des höheren Lebens in der menschlichen Seele. Ausführliche Zitate zeigen die spirituelle und literari-sche Entwicklung von j. van Rijckenborgh und Catharose de Petri. Auf ganz einfache Art erhält der Leser Einsicht in die Weise, wie ihre Inspiration und ihr innerlicher Auftrag zu einer neuen siebenfältigen Weltarbeit erwachsen, stets inspiriert durch die Universelle Bruderschaftskette. Gleichzeitig bietet der Autor eine Übersicht über die weitere Ausbreitung dieser Schule nach 1990. In einem Ausblick auf die nächste Zukunft zeigt er auf, wie die geistige Entwick-lung der vergangenen Zeitperiode auf breiter Basis innerhalb der Gesellschaft erkennbar und wirksam werden kann.

Rozekruis Pers Haarlemwww.rozekruispers.nlRo

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«Orienta tu corazón hacia la Luz, y conócela»Hermes Trismegisto

Llamados por el corazón del mundo

Informe sobre los orígenes y el desarrollo de la Escuela Espiritual de la Rosacruz Áurea y sus fundadores, J. van Rijckenborgh y Catharose de Petri.

En esta obra, el lector encontrará en primer lugar un informe de los desarrollos de la búsqueda espiritual de los 150 años anteriores en los que grandes organizaciones de orden espiritual jugaron un papel importante.En medio de este campo esotérico complejo, en 1935, los hermanos Leene volvieron a descubrir los manifiestos rosicrucianos del siglo XVII.El autor, P. Huijs da un bosquejo de la historia de la Sociedad Rosicruciana fundada por los hermanos Leene antes de la segunda guerra mundial.La segunda parte de este libro describe el período posterior a 1945: la preparación del Lectorium Rosicrucianum, la Escuela Internacional de la Rosacruz Áurea. Esta escuela iniciática se sitúa, de hecho, bajo el signo de la liberación de la vida superior en el alma humana. Como una antología, el autor utiliza largas citas para poner en evidencia el recorrido espiritual y literario de J. van Rijckenborgh y Catharose de Petri. Así el lector adquiere de forma completamente natural la comprensión de cómo la inspiración y la misión interior de éstos se han desarrollado hasta convertirse en una actividad mundial séptuple, la cual siempre fue inspirada por la cadena universal de las fraternidades.Además, el autor da una visión del conjunto del desarrollo que esta escuela emprende desde 1990 y augura que su expansión hasta el 2024 ofrecerá un desarrollo espiritual del período anterior sobre una amplia base reconocible y más operativa en la sociedad.

Rozekruis Pers Haarlemwww.fundacionrosacruz.org

Crisis o atrévete a vivir

La encrucijada de caminos

Más allá del horizonte

Una luz muy próxima

Ayn Rand y la virtud del egoísmo

El mal y el señor del océano

Los árboles y el bosque

2013 NÚMERO 6

El deber, y también el privilegio, del buscador espiritual es interesarse por el alma y el espíritu del ser humano, por los secretos del espacio cósmico y por las causas espirituales de la existencia. Lentamente, muy lentamente el ser humano moderno comienza a concebir su deber. Un tiempo nuevo se prepara.

Es responsabilidad del ser humano trabajar para su casa, su entorno, su país, su comunidad, su mundo –no para su lado exterior engañoso, sino sobre todo para su estado interior, la atmósfera en el seno de la cual la vida se desarrolla. Lentamente, muy lentamente, los seres humanos de buena voluntad toman esta tarea sobre ellos. Una atmósfera nueva se acerca.

Dejamos a otros el privilegio de la libertad máxima. Nosotros queremos ser los máximos responsables, los sustentadores y conocedores máximos. Nos acercamos a las esferas de los que tienen una visión con la que acrecientan, llevan con alegría cada semilla de su deber y promueven que el tiempo nuevo llegue a gran velocidad.

2013 nÚmero 6 - rosacruz Áurea€¦ · el pensamiento de j. van rijckenborgh: la crisis de la...

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