20111211 i i iad vien to

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  • 7/21/2019 20111211 i i Iad Vien To

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    Notas sobre Juan Bautistay la alegra, dos caracte-rsticas de este domingo

    - Como ya encontrbamos el

    pasado domingo, Juan Bautistaadquiere protagonismo en laespera del Seor por parte delpueblo de Dios. Esta vez es elevangelista Juan quien noshabla, y nos lo presenta como

    testigo de la luz (7).

    - Una caracterstica propia delAdviento, y que se expresa es-pecialmente en las otras lectu-ras de hoy (la primera, de Isa-as 61,1-2a.10-11; en el Salmo,de Lc 1,46-55 el Cntico deMara; y la segunda, de San Pa-blo, 1T 5,16-24), es la alegrapor la venida del Seor.

    - Un buen ejercicio para es-tos das, que nos ayudar apreparar la Navidad, puedeser hacer una lectura seguidade San Lucas, buscando todas

    las manifestaciones de alegraque aparecen, de principio afinal. Y hacer plegaria contem-plativa, dejarse llevar por estesentimiento que provoca elEspritu Santo en aquellos queacogen a Jesucristo en su vida.Tambin nosotros le hemosacogido y le estamos acogien-do cada da, no? Pues, ALE-GRMONOS!

    III domingo de Adviento Gaudete AO / B Jn 1, 6-8.19-28

    Primera lectura Is 61, 1-2a.10-11 Desbordo de gozo con elSeor.

    Salmo responsorial Lc 1, 46-50.53-54 Se alegra mi espritu enDios mi salvador.

    Segunda lectura 1 Ts 5, 16-24 Que vuestro espritu, alma ycuerpo sea custodiado hasta la venida de nuestro Seor Jesucristo.

    Evangelio Jn 1, 6-8.19-28 En medio de vosotros hay uno queno conocis.

    San Juan 1, 6-8.19-28Surgi un hombre enviado por Dios, que sellamaba Juan: ste vena como testigo, paradar testimonio de la luz, para que por l todosvinieran a la fe. No era l la luz, sino testigode la luz.Los judos enviaron desde Jerusaln sacer-dotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:- T quin eres ?El confes sin reservas: - Yo no soy el Mesas.

    Le preguntaron: - Entonces qu ? Eres tElas ?l dijo: - No lo soy.- Eres t el Profeta?Respondi: - No.Y le dijeron: - Quin eres? Para que poda-mos dar una respuesta a los que nos hanenviado, qu dices de ti mismo?l contest: - Yo soy la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Seor (comodijo el Profeta Isaas).Entre los enviados haba fariseos y le preguntaron: - Entonces, por qu bautizas, si t no

    eres el Mesas, ni Elas, ni el Profeta?Juan les respondi: - Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocis,el que viene detrs de mi, que exista antes que yo y al que no soy digno de desatar la correade la sandalia.Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordn, donde estaba Juan bautizando.

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    N o t a s p a r a f i j a r n o s e n e l Ev a n g e l io

    La figura de Juan el Bautista tuvo gran pre-dicamento en el cristianismo primitivo, demodo especial en la comunidad del discpuloamado, donde se form y redact el cuartoevangelio; tanto que su persona y misinaparecen nada menos que en el himno cristo-

    lgico, con que, de modo festivo lleno de so-lemnidad, se abre el escrito. Est claro que ladoble alusin que en l se hace del Bautista(Jn 1,6-8.15s), constituye una aadidura delevangelista con la intencin de resaltar latrascendental importancia de Jess de Naza-ret desde la instancia de una reconocida figu-ra carismtica de primer orden en aquellapoca. Adems, hay que resaltar que algunosde los primeros miembros cristianos de esacomunidad procedan del movimiento delBautista y su memoria era especialmente ve-nerada por ellos.

    El texto que comentamos este domingo tienedos partes, perfectamente definidas. La pri-mera entra de lleno en el prlogo cristolgico,al que hemos aludido ya. La segunda estfuera de l, inmediatamente despus, al ini-cio de la introduccin del evangelio (Jn 1,19-51).

    La primera parte se centra en la funcindel Bautista como testigo privilegiado de laluz. Esa luz que es el Verbo, porque estntimamente unido al Dios de la vida y re-

    vela en el mundo la verdad de su amor alos hombres (Jn 3,16).

    La segunda parte muestra quin es elBautista y lo hace mediante un doble re-curso: negativo primero, positivo despus.En la constatacin positiva se descubre loesencial de su misin. Juan no es el Mesas,tampoco se entiende como Elas o como eltaeb, el profeta definitivo que haba devenir despus de Moiss (cf. Dt 18,15.18).Citando al Deuteroisaas, se confiesa como

    la voz que grita en el desierto, el que alla-na el camino del Seor (Is 40,3). Se poneen la cadena de los profetas que han sidoenviados por Dios a su pueblo como pre-cursores del Mesias.

    S, se nos presenta a Juan (6), el Bautista,como quien no era la luz (8). El v.9, quehoy no leemos, nos dice que quien es la luzverdadera... la que ilumina a todos los hom-bres. El Evangelio es la presentacin de Jesu-cristo, luz del mundo (Jn 8,12; 9,1-41; 1Jn2,8) que viene al mundo e ilumina todo el

    mundo cuando se acoge.Juan no es la luz (8) sino el testigo de laluz (7). Cada vez que aparece, insiste en elmismo: yo no soy el Mesas (20); y, ms

    adelante: Vosotros mismos sois testigos delque declar: Yo no soy el Mesas, sino que hesido enviado ante de l. (Jn 3,28).

    El testimonio del Bautista se inscribe, segnnos refleja el evangelista Jn, en el juicio que los

    judos inician desde el comienzo contra Jess.Jess declarar en este juicio y aducir testi-monio en favor de si mismo (Jn 3,11; 5,31-40;8,13-20). El testigo de Jess es la revelacin desu identidad ms profunda, puesto que hacereferencia al Padre que lo ha enviado (Jn 3,31-36).

    La expresin los judos (19), que sale 67 ve-ces en el evangelio segn Juan, no tiene unsentido tnico (no se refiere al pueblo judo co-mo tal). En este evangelio los judos son losrepresentantes del pueblo de Israel que se opo-nen a la comunidad del evangelista y a la feque esta comunidad tiene en Jess. Al mismo

    tiempo, la expresin hace referencia a la oposi-cin que Jess mismo encontr en los dirigen-tes judos. Leyendo el evangelio se ve que elmarco de la confrontacin es a menudo el tem-plo (Jn 2,13-22; 5,10-18; 8,13-20; 10,22-39).

    El bautismo de Juan slo con agua (26) es,como su misin, preparatorio del bautismo deJess, con Espritu Santo (Jn 1,33). Se trata delEspritu Santo que el Padre enva (Jn 14,26) yque Jess da en su Pascua (Jn 20,22).

    Como el pasado domingo (Mc 1,7), aqu el

    Bautista habla de su indignidad respecto de Je-ss con el signo de desatar las sandalias (27),que era una de las tareas que deban hacer losesclavos cuando su amo volva a casa.

    El acento de este domingo es en la expresinde Juan en medio vuestro hay alguien que vo-sotros no conocis (27). Juan Bautista nosprovoca a poner atencin, a reconocer Aquelquien, entonces y ahora, es en medio nuestro,en la vida de los hombres y mujeres que Diosestima (Lc 2,14), como se nos recordar porNavidad.

    En el doble testimonio de Juan importan sobretodo dos realidades, que conservan permanenteactualidad. - La primera se manifiesta en la re-ferencia a Cristo, el Mesas bendito de Dios. Lavida cristiana consiste precisamente en eso: endar a conocer a Jess, como el que nos trae lasalvacin de lo alto. El creyente se convierte enotro Cristo en la medida que lo transparentaante los dems, posibilitando contemplar la luzde su verdad y amor, que es la propia de la Tri-nidad resplandeciente en este mundo. - La se-gunda se manifiesta en el bautismo y en el Es-

    pritu, dos realidades de fe que se complemen-tan mutuamente .

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    VERCuando redactaba esta homila, los informativos en radio ytelevisin y la prensa se centraban sobre todo en la economa:la tasa de paro en Espaa superaba el 20% de la poblacinactiva, ms de 5 millones de parados; la prima de riesgo es-paola superaba los 400 puntos bsicos; la crisis econmicaitaliana puso de cabeza la eurozona; Europa rebajaba las pre-visiones espaolas de crecimiento econmico y de creacin deempleo, indicando que no se empezar a crear empleo hasta elao 2013, y aun as la tasa de paro superar el 20%... La crisis

    econmica lo tie todo y nos afecta a todos. En estas circuns-tancias, y si adems aadimos los problemas personales decada uno, las navidades, tal como las hemos ido dejando desdehace aos, resultan una incongruencia: cmo celebrar fiestas,con esa alegra de pandereta, si la situacin est tan mal?

    Estadsiemprealegres

    Estadsiemprealegres

    Ruego para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesu-cristo y, as, poder seguirlo mejor

    Apunto algunos hechos viv idos esta semana que ha acabado

    Leo el texto. Despus contemplo y subrayo. Ahora apunto aquello que descubro de JESS y de los otros personajes, la BUENA NOTI-

    CIA que escucho...veo.

    Que se hable de Jesucristo como quien es la luz , me suena a palabras guapas o lo heido experimentando en mi vida? En qu?

    Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi entorno... desde elEvangelio veo?

    En estas personas, he estado atento por descubrir Aquel que ya es en medio de noso-tros ? Y yo, soy testigo de Aquel que es la luz ?

    Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a travs de este Evangelio y compromiso.

    Plegaria. Dilogo con Jess dando gracias, pidiendo...

    Un da vino un hombreUn da vino un hombre que tena magia en la voz,

    calor en sus palabras, embrujo en su mensaje.

    Un da vino un hombre con la alegra en los ojos,

    la libertad en las manos, el fuego en sus hechos.

    Un da vino un hombre con la esperanza en sus gestos,

    con la fuerza de su ser, con un corazn grandsimo.

    Un da vino un hombre con el amor en sus signos,

    con la bondad en sus besos, con la hermandad en sus hombros.

    Un da vino un hombre con el Espritu sobre s,

    con la felicidad en su padecer, con el sentido en su morir.

    Un da vino un hombre con el tesoro de su cielo,con la vida de su cruz, con la resurreccin de su fe.

    Un da viniste T...

    Ven ahora, tambin, Seor.

    (Alois Albrecht)

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    JUZGAR

    S in embargo, hemos escuchado en la 2lectura: Estad siempre alegres. Y vuelve asurgir la pregunta que nos estamos planteandotodo este Adviento: Cmo ser eso posible?Cmo estar alegres, cuando hay tantos moti-vos para estar tristes y preocupados? Pero re-

    cordemos lo que estamos reflexionando du-rante este tiempo de Adviento: nos preparamospara celebrar y actualizar el nacimiento del Hijode Dios hecho hombre, porque eso y no otracosa es la Navidad.

    Y como decamos la semana pasada, prepare-mos el camino al Seor aun en medio de losdesiertos de nuestro mundo y quiz de nuestrodesierto interior, para que l pueda hablarnos alcorazn y el da de Navidad podamos celebrar yexperimentar con toda su fuerza el Evangelio deJesucristo, Hijo de Dios, la verdadera Buena

    Noticia que esperamos y necesitamos.Por eso hemos pedido en la oracin colecta:concdenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo ysalvacin, y poder celebrarla con alegra des-bordante. Precisamente porque la situacinest tan mal, porque las personas estn tan mal,el hecho de que Dios nazca entre nosotros esmotivo de alegra, porque slo de l podemosesperar la salvacin.

    Cmo ser eso posible? Porque en Jess, elHijo de Dios cuyo nacimiento vamos a celebrar,

    se cumple lo hemos escuchado en la 1 lectura:El Espritu del Seor est sobre m, porque elSeor me ha ungido, me ha enviado para dar labuena noticia a los que sufrenPor ese motivoquienes celebramos y actualizamos la Navidaddebemos decir: desbordo de gozo con el Seory me alegro con mi Dios.

    Y no slo nos alegramos nosotros; debemostambin actuar como Juan el Bautista, estamostambin llamados a dar testimonio de la luz.Cmo ser eso? El testimonio lo realizaremoscon nuestro estilo de vida siguiendo las indica-

    ciones que san Pablo daba a los Tesalonicenses:Sed constantes en orar... tened la Accin degracias No apaguis el espritu Guardaos detoda forma de maldad As daremos testimoniode que en medio de vosotros hay uno que noconocis Mostraremos Quin es el funda-mento de nuestra alegra: Jess, el Hijo de Dios,y no un simple sentimentalismo navideo. Ydaremos testimonio a otros de que, si lo acogen,tambin l ser el fundamento de una verda-dera alegra, por encima de los problemas per-sonales y de la crisis.

    ACTUAR

    Es para m la Navidad una fiesta de gozo?Espero celebrarla con alegra? Me creoque Dios me llama a ser testigo de su luz? Tengopresente que, por mi Bautismo y Confirmacin,tambin he sido ungido para dar la buena noticia alos que sufren? Cmo se concreta en m el estilo

    de vida que san Pablo propone? Ese estilo de vida,me hace feliz, estoy alegre aunque tambin sufrala crisis?

    En el Prefacio diremos: El mismo Seor vieneahora a nuestro encuentro en cada hombre y encada acontecimiento, para que lo recibamos en lafe y por el amor demos testimonio de la esperadichosa de su reino. En este Adviento, si nospreparamos y cuidamos nuestro estilo de vida,seguro que sern muchas las ocasiones que senos presentarn para ser testigos de la luz; se-guro que sern bastantes las personas que sufrena las que podremos dar la buena noticia.

    Sigamos preparando el camino al Seor, porqueseguro que tendremos ocasin de mostrar que esposible celebrar la Navidad, la verdadera Navidad,con alegra. Mantengamos la esperanza aun enmedio de los problemas personales y de la crisis,porque como nos ha dicho san Pablo: el que os hallamado es fiel y cumplir sus promesas.