20100315 andrea wong

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    ESTUDIO DE MUSEOS EN LA HISTORIA

    DE LA ARQUITECTURA Y URBANISMO

    DEL PERU EN LOS SIGLOS XIX Y XX

    A partir del anlisis de un museo de la arquitectura indigenista,

    el Museo Nacional de la Cultura Peruana (1946); y otro contemporneo,

    El Museo de las Tumbas reales del Seor de Sipn (2000).

    Andrea Wong ZevallosCd: 20064385

    Historia peruana de los siglos XIX Y XX

    2009-2

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    INDICE

    1. MARCO REFERENCIAL1.1MARCO CONCEPTUAL

    1.1.1 Lpez de Soria, sobre la modernidad en el Per1.1.2 Lo universal y lo especifico: su interpretacin en la

    arquitectura y el urbanismo peruano1.1.3 El carcter en la arquitectura Peruana: la copia de

    modelos del pasado

    1.2MARCO HISTORICO1.1.4 El segundo gobierno de Legua1.1.5 La reivindicacin de lo tradicional: El indigenismo en la

    primera mitad del SXX1.1.6 La agrupacin espacio y el urbanismo moderno en Lima

    2. OBRAS2.1 EL MUSEO DE LA CULTURA PERUANA

    2.1.1 Contexto histrico - cultural2.1.2 Contexto Urbano2.1.3 Anlisis formal2.1.4 Anlisis espacial2.1.5 Anlisis constructivoestructural

    2.2 EL MUSEO DE LAS TUMBAS REALES DEL SEOR DE SIPAN2.1.6 Contexto histricocultural2.1.7 Contexto Urbano2.1.8 Anlisis formal2.1.9 Anlisis espacial2.1.10 Anlisis constructivo-estructural

    3. CONCLUSIONES: Anlisis comparativo3.1Sobre la relacin del edificio con la ciudad3.2Sobre la expresin formal y volumtrica3.3Sobre la espacialidad al interior3.4 Sobre aspectos estructurales y constructivos

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    1. MARCO REFERENCIAL

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    1.1 MARCO CONCEPTUAL

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    1.1.1 Lpez Soria, sobre la modernidad en el PerEntre los conceptos que existen de modernidad, eldeLpez de Soria reconoce como portadores

    del movimiento occidental en el Per, aquellos discursos pertenecientes a saberes populares, quelejos de ser parte de un circuito oficial, protagonizaron una importante difusin de ideas

    modernas. Entre ellos el discurso de las libertades y el discurso del bienestar.

    El discurso de las libertades, en primer lugar, propone crear las condiciones para el desarrollo

    pleno de la justicia y la libertad, buscando el despliegue de la posibilidad humana. Ofrece una

    primera visin del Per moderno cuyo rasgo ms significativo es reconocer al ser humano como

    portador de derechos y deberes que le son atribuidos por una normativa y un estado, cultural y

    territorialmente desvinculados. (Lpez Soria, 2006, pg. 2)

    Encuentra en esta ltima caracterstica su principal limitacin pues al identificar la fuente dedignidad de los seres humanos como una instancia independiente a su raza, religin y cultura; y en

    su pretensin de ser una teora englobante, se abstrae, despojando a los hombres de su

    pertenencia cultural.

    Por otro lado, el discurso del bienestar, orienta su racionalidad a propiciar el desarrollo nacional

    por la va de la exploracin y explotacin de los recursos naturales. De esta manera, pretende no

    slo satisfacer sino desarrollar las necesidades humanas(Lpez Soria, 2006, pg. 4),

    transformando, con la mayor eficacia posible, las condiciones materiales de la existencia. Esta

    visin del Per moderno se diferencia al incorporar el territorio como variable fundamental en la

    vida del hombre.

    Adems, entre sus caractersticas, surge la perspectiva de la oposicin civilizacin-barbarie,

    entendiendo como civilizacin la modernidad occidental y como barbarie la tradicin autctona e

    hispnica. De ah que la afirmacin de una idea moderna se aleja de toda referencia a la tradicin

    e historia para apoyarse en la bsqueda de lo nuevo, en su sentido racional ms productivo y

    funcional.

    Lo conocido como arquitectura y urbanismo moderno, entonces, se encuentra alejado de toda

    referencia a la tradicin y al regionalismo cultural; y busca un desarrollo ms relacionado con la

    industria, la naturaleza y la sociedad.

    Adems, uno de los fundamentos esenciales del programa urbanstico moderno alude a la idea de

    que la ciudad es un organismo particular que requiere ser planificado y orientado en su

    funcionamiento para evitar as las tendencias negativas de su desarrollo. De ah que Wiley Ludea

    (2003, pg.163) afirmara que el urbanismo peruano tenga la idea de un progreso lineal

    ininterrumpido como un hecho que presupone la existencia de un futuro predecible y planificable.

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    LaAgrupacin Espacio, protagonista del urbanismo moderno en el Per, suscribe por su parte la

    idea de que el planeamiento significa el uso inteligente que una comunidad de hombres libres

    hacen de la tierra que los sustenta, para procurarse el bienestar y una vida variada(Wiley Ludea,

    2003, pg.157). Afirmando, por ltimo, que una gran ciudad no es la ms poblada o la ms

    grande, sino la que resuelve adecuadamente en funcin de su capacidad de otorgar bienestar a

    sus habitantes y no en funcin a criterios cuantitativos.

    1.1.2 Lo universal y lo especifico: su interpretacin en la arquitectura y el urbanismo peruanoPor otro lado, surge el conflicto entre esta nueva propuesta llamada modernidad, caracterizada

    por su enfoque englobante y universal de los temas de la sociedad, contrapuesta con los valores

    locales y especficos de la tradicin.

    Para Lpez Soria, los discursos modernos de libertad y bienestar no alcanzaron xito pues ambos

    enfoques, en su pretensin de englobar la realidad, omitieron que los ideales de justicia ylibertad se anuncian ya no desde una supuesta humanidad abstracta sino desde los marcos

    culturales en los que se desenvuelve la vida cotidiana de los diversos grupos humanos(Lpez de

    Soria, 2006, pag5).Adems afirma que las diferencias, en este contexto, exigen no slo ser

    respetadas sino reconocidas como tal.

    Manuel Castells (1997), por su parte, afirma que lo global condiciona lo localy manifiesta su

    preocupacin por la desaparicin de las ciudades como entes de relacin entre el espacio y la

    sociedad. Reconoce, adems, que las culturas territoriales aun no desapareciendo, tienen que

    buscar formas de relacin, generalmente subordinada, con unos potentes medios de comunicacin

    globalizados.

    Y es que se teme de la globalizacin, que se ha ido convirtiendo, en el ideal a aspirar y por ende en

    el elemento generalizado de consumo, transformando lo local en una realidad estandarizada, ya

    casi sin carcter.

    De ah que en el urbanismo moderno del Per, la concepcin que laAgrupacin Espacio

    sostuviera, no fuera sino aquella que Le Corbusier formulara con la carta de Atenas en 1942, sin

    reparo alguno en el carcter local que caracterizaba una ciudad tan compleja como Lima.

    Wiley Ludea (2003) afirma se reprodujo las mismas limitaciones del discurso moderno en cuantoa teora y sistema de reglas abstractas, alejada de las explosiones de una ciudad diversa y real,

    subordinando a la historia y a la herencia regional de Lima. Y es que laAgrupacin Espacio

    privilegi los valores universales, olvidando defender los ambientes urbanos dotados de

    significacin particular para la historia de la ciudad.

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    Una clara referencia a este desequilibrio lo plantea Ludea (2003) al asegurar que a diferencia de

    otras realidades, el discurso moderno no surge y se desarrolla en virtud de un cuestionamiento

    radical a la ciudad preexistente, sino como una forma de anticipacin del futuro, tal vez

    innecesaria, de haber tomado en cuenta la ciudad en funcin a sus valores locales y no slo esa

    aspiracin por adaptarse a los modelos universales vigentes.

    Finalmente, Martuccelli (2006) engloba en su enfoque las previas posturas, reclamando unamodernidad apropiada, como aquella contextualizada a una propia realidad. Y transmite la

    importancia de trasladar lo local a lo global, sin borrar las tradiciones ni la historia. Un proceso de

    reinventar lo moderno adecundolo a los problemas de una realidad determinada.

    1.1.3 El carcter en la arquitectura Peruana: la copia de modelos del pasadoEn el texto Bramante ha estado en Lima,Velarde a travs de la irona, hace una crtica a la

    arquitectura peruana, acusndola de ser imitadora de modelos de la historia y carente de un

    carcter propio.El autor se basa en la premisa de que la tradicin no se respeta ni se prolonga haciendo una

    pantominia de ella. Imitando mal y a destiempo las bellezas histricas. No se logra sino poner en

    ridculo al pasado por medio de caricaturas.

    Estas apreciaciones resultan vlidas en la medida que se cuestione no slo al modernismo como

    una copia de modelos universales, sino tambin al indigenismo como una imitacin a las formas

    del Per pre-colombino.

    En ambos casos, considerando la existencia de excepciones en modelos legtimos de un carcter

    arquitectnico, que valoren el momento y espacio donde se siten. De esta manera es vlida la

    apreciacin de Martuccelli (2006), con su postura a favor de la obra de Harth Terre y lvarez

    Caldern en el Hotel El cuadro (1938), donde encuentra una precisa conducta frente al pasado

    llevndolo a afirmar que el que se siente parte de algo no necesita disfrazarsey agregando que,

    proteger y valorar la arquitectura incaica no implicaba ni necesitaba construir recreaciones

    arcaicas de ese mismo pasado que poda ser autentico.

    Adems, la copia de modelos result daina para el carcter indigenista de la arquitectura de la

    poca, en la cual la incorporacin de elementos academicistas a su repertorio se contradeca a los

    valores de la arquitectura prehispnica, cuestionando su legitimidad.

    Por otro lado, lo que el urbanismo moderno peruano pona en vigencia para la ciudad de Lima,

    como nueva corriente, se haba convertido ya en historia hace 25 aos. La copia de estos modelos

    universales, no haca ms que colocarnos en la retaguardia del movimiento moderno que surga

    en el mundo y que, adems, era ajeno a nuestra realidad.

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    En conclusin, darle carcter a la arquitectura, es entender que la herencia, el medio, la tradicin

    y las posibilidades constructivas, solo aparecen y se verifican con la creacin de seres nuevos

    (Velarde).

    Por lo tanto, luego de esta discusin conceptual, para el siguiente trabajo se entender por

    modernidad aquel modelo global que busca enfrentar la nueva realidad de manera racional,

    despojando a los seres humanos de su especificidad local. De ah, el conflicto permanente con latradicin que intenta hacer permanecer los valores culturales y locales de cada sociedad,

    hacindolos prevalecer como prioridad.

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    1.2 MARCO HISTORICO

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    1.2.1 El segundo gobierno de Legua

    En 1919, haba llegado Legua por segunda vez al poder y representaba la prosperidad, el

    cosmopolitismo y la modernidad. Su poltica era una mezcla de capitalismo de estado y

    liberalismo. Envuelto en una esttica progresista, de gestos fascinados por la tecnologa, conrasgos profundamente oligrquicos. Esas eran propuestas principales de lo que l llamara La

    Patria Nueva, que en sus mltiples caractersticas, dejaba entrever tambin cierta apertura en

    cuanto al tema de las mayoras andinas en un pas como el Per.

    Margarita Guerra Martiniere (1989) define La Patria Nueva como la ruptura con lo que haba sido

    la mentalidad colonial, que se consideraba mantenida por los polticos formados en el S XIX. Sin

    embargo, esa ruptura sera solo parcial, pues se cree que el gobierno de Legua fue el nexo entre

    las antiguas y nuevas concepciones sobre el Per, gracias a la modernizacin que afect la realidad

    de la poca.

    1.2.2 La reivindicacin de lo tradicional: El indigenismo en la primera mitad del SXX

    Durante el siglo XIX, en el Per comenzara una bsqueda por regresar a viejas estructuras de

    organizacin, anteriores a las coloniales. Lo que Elio Martuccelli (2006), define como una utopa

    andina en su intencin de nombrar aquellas posturas sociales novedosas que tratan de encontrar

    en el olvidado indio un valor nacional.

    Rega la constitucin de 1920 en la que se hablaba de proteger y desarrollar lo que entonces se

    denominaba la cuestin indgena y desde la cual surgiran distintas aproximaciones culturales y

    polticas respecto al tema del indio o de lo indio.

    Una de las posturas ms importantes fue la de la dupla Maritegui Sabogal, literatura y arte,quienes compartiran una lnea de pensamiento basada en que la repblica se haba construido

    sin el indio y contra el indio a modo de una interrupcin cultural. Los artistas empezaran,

    entonces, a perfilar una nueva visin del Per tomando lo prehispnico como cosa viva.

    Este vigor asumido por los grupos artsticos de la poca, tendi a difundirse de manera acadmica

    por iniciativa de sus principales representantes. Entre ellos Jos sabogal, profesor de la Escuela

    Nacional de Bellas Artes, encontrara en el local de Jr. Ancash el lugar propicio para la polmica y el

    debate. La arquitectura tambin tendra cierta participacin en medio de este movimiento.

    Durante la joven repblica, la intervencin en el espacio pblico opt por recordar a los prceres

    de la independencia y no por recordar a los personajes del pas pre-colombino. Es interesante loque Martuccelli (2006) resalta al afirmar que la republica haba superado y transformado algunas

    cosas del Per virreinal, pero nunca para restituir un gobierno de descendientes incas.

    Recin en el siglo XX, aparece una primera muestra pblica de indigenismo en el Parque de la

    Reserva, con un diseo evocativo al pasado autctono.

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    Existieron tres maneras de expresarse en arquitectura: el Neocolonial, el Neoinca y el

    Neoperuano, como la fusin de ambas. Corrientes que coexistieron y siguieron desarrollos

    independientes, compartiendo la misma intencin de revalorar las formas tradicionales del

    pasado.

    Sin embargo, la produccin arquitectnica indigenista fue muy escaza y como estilo no tendra

    gran presencia, ni en la ciudad de Lima ni en las ciudades andinas, donde se supona pudo haber

    brotado una arquitectura indigenista vigorosa en toda la primera mitad del SXX.

    Es importante mencionar la diferencia con la ciudad de Mxico donde s hubo un movimiento

    indigenista revolucionario. En el Per las reformas sociales puestas en marcha eran autenticas,

    pero no radicales.

    La aristocracia terrateniente se inclin al neocolonial; luego la burguesa, industrial y tecnocrtica

    escogera lo moderno. As el indigenismo no se dio en inversiones privadas y tampoco alcanz

    encargos de grandes obras pblicas. Por lo que se fue apagando a mitad del SXX luego de estar

    opacado y rezagado por otras corrientes arquitectnicas y culturales como el neocolonial.

    Donde el indigenismo acaba empezara una nueva etapa a abrirse: el arte abstracto y la

    arquitectura moderna. A partir de ese entonces, los arquitectos peruanos tendran que encontrar

    nuevos medios para mantener vivas las referencias particulares dentro de lo universal.

    1.2.3 La Agrupacin Espacio y el urbanismo moderno en Lima

    La agrupacin espacio surge en la dcada del 40 del siglo pasado y a ella se le atribuye el carcter

    de pionero en el arte y la arquitectura moderna del pas. A diferencia de otros grupos culturales

    lograron una estrechez comunicacional con la sociedad, lo que les dio cierta fama y legitimidad.

    Fueron un grupo de intelectuales, artistas y arquitectos, que se dedic a trasladar los principios delmovimiento moderno en el mundo a la realidad peruana. Utilizando como medio de difusin

    principal la revista espacio propia del grupo; y el diario el comercio, gracias a la intervencin

    de Luis Mir Quesada, uno de sus principales representantes.

    Los indicios de sensibilidad moderna datan del S XIX. La republica aristocrtica apost por una

    ciudad compacta y una modernizacin de los servicios, buscando acabar con las psimas

    condiciones de vida de los trabajadores y con las tragedias higinicas de aquella poca.

    Es a travs del gobierno populista reformador de Bustamante y Rivero (1945-1948) que el

    programa racionalfuncionalista del urbanismo moderno tendra la oportunidad de ponerse en

    prctica desde el poder.

    Durante este periodo se formara una serie de normas e instituciones destinadas al

    fortalecimiento y promocin del urbanismo moderno, entre ellas la Oficina Nacional de

    Planteamiento y Urbanismo (1946).

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    Un hecho de gran importancia a nivel local fue la llegada de Jose Luis Sett y Paul Lester , dos

    promotores indiscutibles del movimiento urbanstico moderno, quienes de manera acadmica y

    profesional legitimizaron las intervenciones del gobierno y a la vez el discurso promovido por la

    agrupacin espacio.

    Como consecuencia de esta importante intervencin acadmica, la agrupacin espacio se

    reorientara para convencer a la poblacin de la impostergable necesidad de contar con un plancomo instrumento de desarrollo urbano en Lima. Otros intelectuales como Mario Bianco,

    reincidiran en la necesidad de un plan nacional sobre la base de un conocimiento profundo del

    Per y sus necesidades.

    Parte de este plan consisti en la erradicacin de las zonas deterioradas del centro y la reubicacin

    de esta poblacin en nuevas zonas urbanas, que privilegiaran la vivienda colectiva y

    autosuficiente, siendo conocidas como unidades vecinales.

    Sin embargo, existi un rechazo a la vivienda en serie, por lo que en estas unidades vecinales se

    busco generar una mezcla de tipologas de vivienda, que les diera ese toque individual y queconformara un ambiente urbano y democrtico.

    As Lima, como bien lo afirma Wiley Ludea (2003), fue concebida como una matriz racional de

    unidades y barrios, clarificando las funciones urbanas segn lo establecido en la carta de Atenas.

    Sin embargo, esta modernidad sera ms escenogrfica que real, pues si bien hubo cambios en la

    estructura urbana de la ciudad, no existi un cambio ideolgico orientado a la produccin y

    racionalidad del pensamiento moderno.

    En suma, la frase de Ludea al encontrar como causael desconocimiento de cmo funciona una

    ciudad como Lima en un Pas como el Per.

    Sera ya para una modernidad tarda, que las nuevas generaciones se vieron dispuestas a revisar

    las cosas y proponer nuevas formas. De modo que surge el contextualismo y regionalismo,

    como una tendencia vinculada alo tipolgico, que se acercara a posturas locales de la

    arquitectura. (Martuccelli, 2006)

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    2. OBRAS

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    2.1 EL MUSEO DE LA CULTURA PERUANA

    Ricardo de la Jaxa Malachowski1946

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    2.1.1 Contexto Histrico

    cultural

    De la corriente indigenista, resaltaron el arte visual y la literatura. La arquitectura, por su parte,

    tuvo un repertorio bastante limitado de obras, que al igual que en el resto de disciplinas,

    buscaban reinterpretar las formas del pasado prehispnico, dejando notar su carcter

    fuertemente nacionalista.

    Uno de los proyectos que conforman este limitado repertorio es el Museo Arqueolgico, hoy

    llamado El Museo Nacional de la Cultura Peruana, obra del arquitecto Ricardo de la Jaxa

    Malachowski, que data de 1924. Previamente, en 1921, Claudio Sahut, al igual que Malachowski,

    fue encargado por Vctor Larco Herrera, para realizar un proyecto de un museo arqueolgico

    ubicado en la Av. La Colmena (Vase fig. 1).Este proyecto, a pesar de no ser construido, compartiraen su expresin formal las mismas intenciones de recrear, de manera casi literal, una arquitectura

    de carcter prehispnico. Esta similitud formal evidencia la ideologa compartida por muchos de

    quienes hicieron arquitectura durante esos aos en nuestro pas.

    Para la dcada de los 40s, se venan realizando estudios antropolgicos y etnolgicos en el Per.

    De ah que, por iniciativa del Dr. Luis E. Valcrcel, se fundara en 1946 el Museo Nacional de la

    Cultura Peruana. Este museo, emplazado en el edificio hecho por Malachowski, sera el encargado

    de mostrar la continuidad del proceso cultural peruano desde los tiempos prehispnicos hasta

    nuestros das.

    La construccin indigenista, por lo tanto, sali a relucir, considerndose adecuada para cobijar las

    expresiones de la cultura popular tradicional del pas. Su singularidad formal, tan propia de los

    aos en que fue concebida y que se mantiene hasta nuestros das, llevan a considerar el proyecto

    como el nico gran edificio indigenista en la ciudad de Lima. (Martuccelli, 2006, pg. 212)

    2.1.2 Contexto Urbano

    El museo se encuentra en la sexta cuadra de la avenida Alfonso Ugarte, un importante eje de

    conexin entre dos espacios centrales importantes, la Plaza Dos de Mayo y la Plaza Bolognesi. La

    Plaza 2 de Mayo, por su parte, se conecta con un tercer espacio de gran importancia, la Plaza San

    Martin, conformando as una importante relacin urbana. (Vase fig. 2)

    El Museo Nacional de la Cultura Peruana se emplaza, entonces, frente a este eje peatonal y

    vehicular de dimensiones importantes, que le permiti al arquitecto, utilizar elementos formales

    de proporciones mayores que respondan a la bsqueda de masividad y monumentalidad, dignos

    de una construccin incaica. Sin embargo, es cuestionable que esta monumentalidad casi no

    pueda ser apreciada, debido a que no existe un retiro suficiente o espacio pblico ante el cual se

    imponga, de modo que el peatn pueda observar los elementos monumentales que conforman la

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    fachada, y por el contrario, slo queda la posibilidad de apreciarla desde la acera opuesta. (Vase

    fig. 3) Desde esta posicin la perspectiva hacia el museo queda interrumpida por la Av. Alfonso

    Ugarte y su ajetreada dinmica. (Vase fig. 4 y 5)

    Sin embargo, a pesar de esta escaza relacin entre la monumentalidad del edificio y el peatn.

    (Vase fig. 6)El proyecto si se relaciona satisfactoriamente con las edificaciones vecinas a travs de

    una escala pertinente y continua. (Vase fig.7 y 8)

    2.1.3 Anlisis formal

    El edificio tiene una composicin formal bastante acadmica. Es un edificio perfectamente

    simtrico (vase fig.9) cuyo eje est acentuado a travs del prtico de ingreso, en la fachada, y la

    presencia de la escalera al interior. La diferencia est en que en vez de haber utilizado elementos

    clsicos-romanos, se opt por formas de la cultura Tiahuanaco e incaicas de modo que se hiciera

    evidente la funcin del edificio y su representatividad para la ideologa indigenista del momento.

    Entre estos elementos representativos destacan las columnas, los vanos trapezoidales, muros

    inclinados, figuras antropomorfas, adems de una serie de ornamentos fantasiosos. Todos ellos

    integrados en una materialidad exterior que dramatiza su carcter indigenista simulando una

    construccin a base de piedra, de gran masividad, como fueran en los templos prehispnicos.(Vase fig. 10)

    El lenguaje formal est dominado por formas regulares, que insisten en pronunciar la masividad

    del proyecto, adems de sus bases academicistas. Por otro lado, el volumen bordea la manzana a

    modo de muro perimtrico, que si bien conserva el lenguaje formal del proyecto (indigenista con

    motivos Tiahuanaco)deja notar la presencia del vaco en la parte posterior del lote y adems un

    brusco cambio de escala, adaptndose a las dimensiones de la nueva calle a la que se

    enfrenta.(Vase fig.11)

    Si bien existe esta continuidad formal hacia las esquinas que bordean la manzana, el proyecto

    est claramente enfocado en la fachada principal que da hacia la Av. Alfonso Ugarte, donde se

    encuentra el mayor despliegue de trabajo volumtrico, con los volmenes a manera de

    contrafuertes, y tambin formal, con los motivos Tiahuanaco, a modo de imposicin a la ciudad y

    al momento al que se enfrenta.

    2.1.4 Anlisis Espacial

    La espacialidad del museo empieza en el atrio, espacio que hace referencia al aterrazamiento y al

    escalonamiento de las edificaciones prehispnicas. Este atrio, adems, est enmarcado por un

    prtico de monumentales figuras Tiahuanaco las cuales, junto a dos volmenes salientes, amanera de contrafuertes y de importante masividad, terminan de contener este espacio, cuya

    fuga se proyecta hacia el cielo.

    El atrio configura un espacio de transicin, en el cual la puerta (vase fig. 12) est perfectamente

    centrada y nos va indicando un espacio simtrico.

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    Una vez en el interior se hace notar la axialidad del espacio marcada por la presencia central de la

    escalera y la reparticin hacia ambos lados de las salas de exposicin. Cada uno de estos

    ambientes de exposicin consta de una doble altura (vase fig. 13 y 14) a partir de la cual se conectan

    los dos niveles a travs de una columnata.

    La espacialidad en cada sala est determinada por la trama generada por las vigas en los techos y

    en el segundo nivel el espacio se fuga a travs de unos ventanales hacia el patio posterior.

    La escalera central pasa a ser el ncleo principal integrador del proyecto, protagonista de la

    secuencia espacial, como nico medio para acceder al segundo nivel. Su majestuosidad se recalca

    en su materialidad en mrmol que la diferencia del tratamiento general del proyecto en su

    interior.

    La monumentalidad que se insina al exterior no se traslada al interior, por el contrario se reduce

    a formas muy limpias y claras donde el sello indigenista solo se har notar en el detalle de las

    columnas (vase fig. 15),que contienen gestos de escalonamientos y surcos.

    2.1.5 Anlisis constructivo-estructural

    El edificio fue construido por el ingeniero Villarn y es una estructura aporticada en concreto

    armado, revestido en piedra. Su intencin de simular un templo incaico lo lleva a manipular esta

    expresin, en bsqueda de una masividad, solidez y rusticidad del material, con un lenguaje

    predominante del muro de amplias proporciones. A pesar de que al interior, el edificio se proyecte

    como un espacio mayoritariamente en planta libre, donde la presencia de los prticos reluce un

    carcter mucho ms moderno digno de una arquitectura peruana del siglo XIX. El tratamiento

    constructivo, estructural, no form parte de la composicin del edificio, generando una clara

    diferencia interior-exterior. Por lo que es un edificio al que se le ha criticado su falsedad

    constructiva, su exageracin formal, su muy extraa presencia, pero sin embargo existe.

    (Martuccelli, 2006, pg. 213)

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    Fig.1 fuente Elio Martuccelli

    Fig.2 fuente Google Ea

    Fig.1.Proyecto de Claudio Sahut para

    museo arqueolgico. Ao 1921

    Fig.2 Foto area de la conexin urbana entre las

    plazas Bolognesi, Dos de Mayo y San Martin

    Fig.3 Foto area de la conexin urbana entre las

    plazas Bolognesi, Dos de Mayo y San Martin

    Fig.3 fuente Google Earth

    Av. Alfonso Ugarte. Eje

    prioritariamente vehicular. No

    existe una berma central peaton

    La percepcin del prtico y del r

    de elementos monumentales qu

    Desembocan dos calles en la

    perspectiva que mira a la

    fachada monumental delmuseo, sin embargo, estas no

    resultan ser ejes principales

    que merezcan tal intervencin

    como remate visual.

    Fig.4 Situacin del peaton en relacin al museo. La

    monumentalidad no puede ser percibida.

    Fig.5 Situacin del peatn en la acera opuesta. Se

    consigue apreciar la monumentalidad del edificio pero

    travs de las dinmicas del eje vehicular.

    PLAZA DOS DE

    MAYO

    PLAZABOLOGNESI

    PLAZA

    SAN MARTIN

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    16

    Fig.7

    Fig.8

    Fig.6 Elevacin esquemtica. Muestra la

    diferencia de escala en la relacin del peatn y el

    museo y por otro lado la relacin del peatn con

    los edificios vecinos. Se observa cmo el edificio

    mantiene el perfil volumtrico de la ciudad.

    Fig.6

    Fig.7 Foto tomada en direccin norte de la

    fachada del Museo Nacional de la cultura

    peruana. Muestra su relacin de escala en

    relacin a los edificios vecinos.

    Fig.8 Foto tomada en direccin sur de la fachada

    del Museo Nacional de la cultura peruana.Muestra la perspectiva urbana y la relacin entre

    el edificio y sus vecinos

    Fig.9 Planta. Muestra la perfecta simetra del

    proyecto tanto en su imagen exterior, remarcada

    por el prtico de ingreso; como al interior, con la

    presencia de la escalera como elemento principal

    de axialidad.

    Circulacin

    principalSala de expo.

    Hall central,

    articulador secuencia e

    Fig.9

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    2.2 EL MUSEO DE LAS TUMBAS REALES DEL SEOR DE SIPAN

    Celso Prado Pastor2000-2002

    ________________________________________________________________________________

    2.2.1 Contexto Histrico

    cultural

    A partir del hallazgo de las Tumbas Reales del Seor de Sipn en el ao 1987, se plante la

    prioritaria necesidad de planificar un museo que albergue todos los tesoros arqueolgicos para su

    exhibicin, conservacin y restauracin. De ah que esta obra cumple con celebrar uno de los

    acontecimientos ms significativos de nuestra historia moderna y de un contingente artstico de

    excepcional importancia para nuestra identidad histrica.

    El proyecto tena como objetivo ser un museo estrictamente temtico que este acondicionado de

    manera especfica para la muestra de Sipan. Debido al impacto mundial del descubrimiento, la

    edificacin requera una necesaria monumentalidad, funcionalidad y el cumplimiento de los

    requerimientos museogrficos ms avanzados. Para ello, el museo debera planificarse como un

    proyecto de gran envergadura que presente dignamente esta herencia cultural.(Frederick

    Copper,2002)

    El museo fue concebido, en un principio, como un anexo al tradicional Museo Brning, pero por la

    magnitud de la muestra se decidi asumir el reto de un edificio propio que combine una

    arquitectura original y de personalidad nacional, con una museografa innovadora.

    Lo primero en conseguirse fue el terreno, una hectrea en la ciudad de Lambayeque otorgada por

    el ministerio de educacin. Luego, los fondos se obtuvieron en parte gracias a la corporacin

    peruano-suiza y tambin al Museo Brning.

    El arquitecto asignado fue Celso Prado Pastor, quien tambin haba diseado el Museo Brning y

    que trabaj ad honorem, todo el diseo, proyecto que durara alrededor de 2 aos en concretarse.

    El 08 de noviembre del 2002, el museo fue inaugurado por el Presidente del Per, empez a

    funcionar convirtindose en una institucin de servicio a la comunidad y preferida por el turismo.

    2.2.2 Contexto Urbano

    Es un terreno ubicado en el departamento de Lambayeque provincia de Lambayeque. El museo se

    situ en un lote de una amplitud colosal de aproximadamente 74,700 m2. Con un rea de desierto

    circundante, que lo asla de la ciudad. Tiene como acceso principal la Av. Pedro de VilchezBuenda, a la cual cruza en forma perpendicular la Av. Juan Pablo Vizcardo y Guzmn. (Vase fig.16)

    Por efectos de la planificacin se pens en un emplazamiento beneficiado con dimensiones

    generosas para las circulaciones, de tal forma que la resultante fuera dos grandes avenidas de

    doble va y berma central que constituyen los ejes principales del desarrollo urbano. Es a este eje

    al que se alinea el volumen construido del proyecto, funcionando como remate visual volumtrico.(Vase fig. 17)

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    El entorno urbano perimetral del proyecto est constituido por manzanas sucesivas entre calles

    pequeas, con pistas y veredas algunas asfaltadas y otras afirmadas.

    Su condicin tipolgica, adems del retiro e aislamiento con respecto a la ciudad, lo convierte en

    un importante hito urbano. (Vase fig. 18)2.2.3 Anlisis formal

    El partido arquitectnico del proyecto est dado por un juego piramidal flanqueado, con una

    rampa y una plaza sumergida que comienza a develarse cuando el visitante se aproxima. Todos

    estos recursos formales de volmenes escalonados hilvanados entre rampas y terraplenes fueron

    tomados del lenguaje utilizado en los templos mochicas. (Vase fig.19)

    El efecto exterior de esta impostacin tectnica es ciertamente impactante (Frederick Cooper,

    2002). En efecto, los 5 prismas que sustentan mediante planos inclinados la pirmide trunca, crean

    una gran marca que evoca misterios y belleza. De modo que se recrea el repertorio de la

    arquitectura moche en su versin religiosa, funeraria y ritual, desde una sensibilidad

    contempornea.

    La definicin de los prismas se consigue mediante un tratamiento estriado que modula los planos

    perfectamente cuadrados. Como resultante los 5 volmenes adquieren una orientacin cuya

    forma sugiere un uso prctico de recepcin de energa solar, pero que estando sellados, han sido

    tema de mltiples crticas.

    Estos prismas a su vez inician un ritmo que modula tanto la elevacin principal (vase fig.20),como el

    espacio interior(vase fig.21),tres de ellos se separan de los otros dos por placas inclinadas que

    forman pirmides truncas con el gran contenedor. Esta forma masiva, energtica y escultrica se

    impone en el paisaje, resaltando aun ms por su fuerte gama cromtica.

    La presencia de la rampa, a su vez, consigue delimitar el espacio de llegada, constituyndose en

    una barrera volumtrica que limita el paisaje desrtico del entorno, pero que de la manera ms

    positiva y evocativa a la memoria en el ascenso a las pirmides mochicas, es el medio de

    aproximacin al recinto.(Vase fig. 22)

    De su aspecto formal han surgido crticas variadas. Por un lado se afirma que el museo ha logrado

    emular el lenguaje arquitectnico del acerbo prehispnico de los grandes templos moche.

    Nombrndolo como una intervencin apropiada, pertinente y admirable que fusiona nuestra

    herencia cultural con un enftico acercamiento contemporneo e incluso cierta evocacin

    futurista. Pero, por otro lado, otros piensan que no evoca los misterios y la belleza de las

    antiguas pirmides de la costa norte del Per sino que se ha reinterpretado de manera burda

    estas formas de la antigedad.

    Sin embargo, Harry Orsos, arquitecto critico, hace notar de la existencia de notables edificios de

    nuestra arquitectura que se han inspirado de modo bastante literal en modelos universales y

    agrega que tal vez es preferible la recreacin de recuerdos un poco menos ajenos, un poquito

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    ms nuestros. Al fin y al cabo, si todas las tradiciones nos pertenecen, algunas nos pertenecen

    un poco ms.(Harry Orsos, 2003)

    2.2.4 Anlisis espacial

    Traspuesto el control de ingreso, es el recorrido pauteado el que conforma la riqueza espacial del

    proyecto hacia el exterior. El ingreso al edificio contenedor, es a travs de una larga rampa en

    forma de L, de gran armona, que impone el acceso ritual al mausoleo. Antes de ingresar existeuna estructura de vidrio oscuro que impide el ingreso de rayos ultravioletas y nos va preparando la

    vista para luego ingresar al ambiente oscuro de las tumbas. Una puerta de cristal mitad oro y

    mitad plata, smbolo del concepto de la dualidad en la cultura Mochica.

    Considerando las necesidades de acceso, circulacin y secuencia museogrfica, el ingreso se

    realiza por nivel superior de los tres que conforman el edificio (vase fig.23),para recorrerlo de

    manera descendente y culminar en el primer nivel, donde se ubica la plaza hundida.

    Todo este tratamiento espacial, que en efecto, fue pensado por un tema de seguridad y de

    control, da como resultado un recorrido misterioso y sorpresivo que trata de asimilarse a las

    sensaciones de quienes realizaron el histrico descubrimiento del Seor de Sipn.

    La espacialidad al interior, est determinada bsicamente por el tratamiento museogrfico. Sin

    embargo, este a su vez se organiza a travs de una trama regular que determina la estructura en

    concreto armado. La cual se ha modulado segn la intencin volumtrica de los 5 prismas de la

    fachada. Si bien se podra adjudicar como eje principal aquel que pasa entre los prismas que

    dividen la pirmide, este eje no ha sido tomado en cuenta para la organizacin espacial, de modo

    que ni las circulaciones ni el espacio principal de la muestra se han alineado al mismo.(Vase fig. 24)

    Por otro lado, no existe correspondencia entre la volumetra exterior y el espacio interior, lo que

    se puede ver en los cortes (vase fig. 25),de manera que el edificio al interior, funciona como uncontenedor de techos planos sin relacin alguna con los primas. La nica correspondencia se da en

    los muros perimetrales inclinados, que conforman la pirmide.

    2.2.5 Anlisis constructivo-estructural

    La estructura del museo est hecha a base de sistemas aporticados de concreto armado, por un

    tema de mayor seguridad. Adems, estudios determinaron que la cimentacin debera construirse

    como mximo en el nivel 0.70 y el material de relleno cubra por un metro toda su extensin.

    Estas condiciones espaciales que planteaba la volumetra, se trabajaron con mdulos regulares de

    columnas para no encarecer la estructura. De modo que se puedan trabajar los elementos

    estructurales con luces que no excedieran los lmites permisibles.

    El edificio, entonces, se construira con un sistema de prticos comunes en concreto y los muros

    perimetrales inclinados, se encofraran y levantaran en concreto para luego darles el tratamiento

    cromtico evocativo al lenguaje moche.

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    El edificio se emplaza como remate de este

    importante cruce de avenidas principales,

    ubicando su ingreso principal como prolongaci

    de la Av. Vlchez Mercado. Ofrece como

    perspectiva visual su fachada principal, alineand

    el volumen construido al cruce de los ejes

    urbanos.

    Fig.16 fuente Google Earth Fig.17 fuente Google Eart

    Fig.16 Vista area de la relacin del museo deSipan con la ciudad. Deja notar la extensin del

    terreno y el emplazamiento del edificio.

    Fig.17 Vista area del edificio. Muestra la

    decisin de ubicar la pirmide trunca alineada al

    cruce de ejes urbanos, ante la posibilidad de

    emplazarle en cualquier otra ubicacin del

    extenso terreno.Fig.18 fuente Arkinka

    Fig.18 Foto de la relacin del edificio con las

    manzanas circundantes al terreno.

    Fig.19 Imagen de templo de la cultura mochica

    muestra el concepto formal volumtrico de

    pirmides truncas, recorridos y escalonamientos.

    Fig.20 fuente Arkinka.Foto fachada principal del

    museo. Muestra los 5 prismas.

    Fig.19 fuente skyscraper

    Fig.21 fuente Arkinka. Planta general. Muestra

    la ubicacin de la rampa y el espacio contenido

    de la plaza hundida.

    A B D E F G H I JC

    A B D F

    G H I J

    ECAnlisis de ejes

    http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/99/MuseoSic%C3%A1n_lou.jpg
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    CORTE1-1

    CORTE 2-2

    Vesti bulo Ingreso

    -

    Fig.25 Cortes. Fuente Pedro Belaunde

    Muestra que no existe relacin entre la

    forma piramidal del edificio y el espacio

    interior que brinda una espacialidad de

    techos planos a simple altura. La nica

    correspondencia se da en algunos murosperimetrales que se mantienen inclinado

    segn la forma piramidal del volumen.Corte C-C

    Corte B-B

    Correspondencia

    exterior -interior

    Espacios a simple altura con techos planos

    B

    C C

    B

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    3. CONCLUSIONES

    Anlisis comparativo

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    3.1 Sobre la relacin del edificio con la ciudad

    El anlisis comparativo, en relacin a la implantacin del edificio en la ciudad, debe empezar por

    atribuirle a la monumentalidad, ser la caracterstica principal que comparten ambos proyectos

    como fundamento de su situacin urbana.

    En primer lugar, el Museo de la Cultura Peruana hace evidente su monumentalidad a travs del

    uso de elementos de orden gigante en la fachada y en la bsqueda de una expresin material enpiedra que no corresponde a su realidad constructiva. A esta condicin se le podra encontrar un

    fundamento tradicional, historicista y academicista, en la medida que se remite a la

    monumentalidad de templos de la arquitectura clsica. Adems, su condicin respecto a los

    elementos urbanos que lo rodean, acenta esta monumentalidad debido a que el peatn es

    incapaz de apreciar el volumen del edificio mientras recorre la calle sino que se ve obligado a

    observarlo desde manzanas ms distantes e interrumpidas por las vas vehiculares; lo que hace

    pensar que se trabaj una monumentalidad forzada, como un recurso imprescindible de aplicar

    para poder imponer las intenciones indigenistas, protagonistas de la ideologa del momento.

    Por otro lado, el Museo de las Tumbas Reales del Seor de Sipn presenta una monumentalidad,que hace mayor referencia a la que utilizaran los templos prehispnicos, implantados en medio de

    un paisaje extenso, como tambin lo hiciera el museo en Lambayeque. La abstraccin en las

    formas empleadas si bien se le puede adjudicar a una interpretacin moderna, remarca aun ms

    esta condicin de edificio monumental en la medida que los volmenes en su pureza se alejan de

    tener elementos de referencia a una escala humana. Ambos edificios, entonces, presentan a

    travs de su monumentalidad lgicas tradicionales, de carcter historicista.

    Otra similitud que comparten es la existencia de un espacio intermedio de transicin entre el

    edificio y la ciudad. El museo de la cultura peruana lo presenta en el atrio que sugiriendo una

    inspiracin en las loggias tambin de los templos clsicos, comunica el interior del edificio con el

    entorno urbano que lo rodea. Adems todo el edificio presenta un retiro en el frente principal con

    espacios escalonados dignos de la arquitectura prehispnica a la que buscaba ensalzar.

    De manera distinta, el Museo de Sipan se separa de la ciudad, no a travs de un elemento propio

    del edificio sino a travs de espacios complementarios, como la plaza, o el paisaje circundante. A

    diferencia del primero que aplicaba esta transicin bajo lgicas ms tradicionales, es decir, segn

    referencias a ejemplos del pasado; se puede atribuir al de Sipn la inclusin de lgicas modernas,

    en la medida que la plaza hundida responde a la inclusin de un espacio pblico y pon ende a la

    preocupacin por el ser humano y a sus espacios de relacin.

    Finalmente, es importante analizar la voluntad de construir ciudad. Desde su emplazamiento, elmuseo de Malachowski est pensado para formar una manzana y consolidar as la trama urbana,

    cuidando todos sus frentes y manteniendo el perfil de la ciudad. Por el contrario el de Celso Prado,

    est pensado para emplazarse en el vaco urbano. La naturaleza y colocacin de la rampa y la

    plaza, as como la misma volumetra del edificio, imposibilitan la continuidad de expansin de la

    trama urbana en su entorno perimetral y acentan, por lo tanto, su condicin de hito.

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    3.2 Sobre la expresin formal y volumtrica

    En este aspecto el tema ms evidente a ser tratado es el carcter expresionista que comparten

    ambos edificios. Esto,a travs del traslado y reutilizacin de formas pasadas pertenecientes a las

    culturas a las que hacen referencia. Adems existe una correspondencia directa entre la expresin

    del edificio y la funcin que cumple.

    En primer lugar, el Museo de la Cultura Peruana incorpora formas de la cultura Tiahuanaco,utilizndolas de manera manera literal y protagonista en la expresin formal del edificio. Este

    modo de hacer arquitectura tradicional fue muy criticado por Velarde, quien afirmaba que la

    tradicin no se respetaba haciendo una pantominia de ella y queimitando mal y a destiempo las

    bellezas histrica, no se logra sino poner en ridculo al pasado por medio de caricaturas.

    Por lo tanto, se podra decir que el edificio no mostr un intento por interpretar las formas

    tradicionales segn las nuevas necesidades e ideologas de la poca, sino que utiliz los elementos

    de manera literal y sin aporte alguno. En el sentido volumtrico, se nota claramente una influencia

    academicista, tradicional, gracias a la marcada simetra y a la pureza geomtrica de sus

    volmenes.

    El museo de Sipn por su parte, presenta tanto en su aspecto formal como volumtrico,

    referencias a la tradicin y a la modernidad. Las formas empleadas, en primer lugar, que hacen

    referencia a las pirmides truncas mochica, son una clara referencia a la tradicin. Sin embargo, a

    travs del tratamiento de las mismas, se intuye la necesidad del arquitecto de reinterpretarlas

    desde un pensamiento ms moderno, que lo llevan a abstraer los volmenes de modo tal que

    resultan ms convincentes y pertinentes para la arquitectura de nuestra poca.

    Tal vez se pueda encontrar la explicacin a esta iniciativa, en que ya no existe en nuestra cultura la

    necesidad ideolgica de revalorar las formas del pasado y, en todo caso, lo que hoy entendemos

    como arquitectura de valor, se acerca ms a las formas modernas que planteara Le corbusier, Miesy otros precursores.

    He ah la necesidad de plantear una nueva solucin arquitectnica que evoque a la memoria, pero

    que en su intencin de ser arquitectura moderna, lleg a ser considerada hasta futurista por

    muchos crticos de la arquitectura.

    3.3 Sobre la espacialidad al interior

    En este aspecto resalta, como una diferencia importante, la aproximacin a ambos edificios que es

    por donde empieza su espacialidad. Se podra decir que se contrasta la loggiatradicional vs. la

    promenade architecturale. Mientras que en el museo de Malachowski uno empieza a

    experimentar el edificio en el atrio enmarcado con el prtico, como un espacio esttico

    intermedio; en el de Prado se dise que el ingreso fuera por la prolongada rampa, valorizando el

    recorrido arquitectnico como la experiencia mstica del edificio.

    Por otro lado, la simetra es un segundo recurso que diferencia ambos proyectos. El Museo de la

    cultura peruana, por su parte, deja claramente marcado su carcter tradicional a travs de la

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    perfecta simetra que domina el espacio interior, como lo fuera en la arquitectura clsica. En este

    caso, la circulacin funciona como eje claro de simetra, evidenciando desde el mismo diseo de la

    escalera, ser el elemento que reparte, por ambos lados, hacia salas de idnticas caractersticas.

    Generndose as una secuencia espacial, clara y ordenada.

    El Museo de Sipan, por el contrario, presenta una asimetra predominante casi en todos los

    aspectos del proyecto. Es decir, no slo en su expresin formal, sino tambin en el espacio

    interior; en el cual la circulacin est totalmente descentrada y no existe ningn eje que proponga

    jerarqua. Adems, el espacio principal de la muestra, se encuentra tambin ubicado de manera

    aleatoria, demostrando que se aleja de cualquier referencia histrica donde predominara el

    centro, para proponer un espacio en planta libre, con distribuciones totalmente asimtricas y

    dinmicas.

    He ah, en mi opinin, el factor ms marcado de cmo el edificio en Lambayeque, se aleja de ser

    un edificio tradicional para enraizarse en lo que se podra considerar arquitectura moderna.

    3.3 Sobre aspectos estructurales y constructivos

    Finalmente, en lo que respecta al diseo estructural de ambos edificios; se podra considerar que

    evocan modernidad a travs del uso de prticos de concreto que modulan el espacio interior. Sin

    embargo, el Museo de la Cultura Peruana, opaca esta intencin a travs del tratamiento de sus

    fachadas que busca dar la impresin de un edificio en piedra. Esta caracterstica lo liga ms a lo

    tradicional, en la medida en que no existe una sinceridad estructural; y que, por el contrario, se

    fuerza la necesidad de replicar los mtodos constructivos del pasado. Por el contrario, el de Sipn,

    demuestra ser un edificio moderno, en la medida que si bien ha reutilizado las formas del acerbo

    prehispnico, se muestra ms sincero con el uso de superficies puras que no buscan representar

    mtodos constructivos diferentes a los empleados en el proyecto.

    En conclusin, tanto el Museo de la Cultura Peruana como el Museo de Sipan, comparten lgicastradicionales y modernas. Y es que no se puede definir un lmite entre uno y otro momento. Por

    el contrario, se fusionan, y dan como resultado una arquitectura de carcter propio.

    Lo que queremos entender por arquitectura moderna, hoy en da, es la permanencia de lgicas

    que a lo largo de la historia se han ido adaptando a los cambios del ser humano. Sin embargo,

    mantienen su base en los principios del pasado, que conocemos como tradicin.

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