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731 LA CONFIGURACIÓN Y PROYECTO DE IDENTIDAD TERRITORIAL: RIBEIRA SACRA (GALICIA) MONTSERRAT VILLARINO PÉREZ*, ELENA DE UÑA ÁLVAREZ**, JUAN GONZÁLEZ CAÍÑA** *Departamento de Geografía. Universidad de Santiago de Compostela. E-mail: [email protected] *Departamento de Historia, Arte y Geografía. Campus de Ourense, Universidad de Vigo. E-mail: [email protected] 1. INTRODUCCIÓN La comarca de Ribeira Sacra (provincias de Lugo y Ourense, Galicia) se ha con- vertido en un destino turístico de interior representativo de los procesos territoriales contemporáneos. Esta aportación –inicio de un proyecto de investigación- trata sobre las bases de su conguración territorial, componente sustantivo de una estrategia de desarrollo en el ámbito local, que pone de maniesto la respuesta ante el escenario denido en el siglo XXI para las áreas rurales. Además, examina su articulación di- námica en el marco de un proyecto de identidad territorial que preserva los elementos patrimoniales y genera nuevos signicados funcionales. 2. LAS ÁREAS RURALES EN EL SXXI 2.1. Cambio Son múltiples los autores que en los últimos años y al abordar cualquier temática relacionada con el medio rural hacen referencia a términos o ideas como “la nueva ruralidad”, “el ocaso de lo rural”, “el n del mundo rural”, “el cambio rural” o “la post-ruralidad”, entro otros. Todo ello es reejo de los cambios estructurales y por lo tanto profundos que se están desarrollando en el medio rural, cambios económicos, culturales o sociales, con una particularidad: ya no cabe hablar de esa clara dualidad urbano-rural sino de una interconexión entre un sistema de ujos (PANIAGUA y HOGGART, 2002). La revalorización de lo rural con la consecuencia del intenso con- sumo de espacio, la diversicación funcional con la adopción de nuevas actividades

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Estudio sobre la creación de una marca territorial para Galicia, España. Se expone un caso más de análisis.

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LA CONFIGURACIÓN Y PROYECTO DE IDENTIDADTERRITORIAL: RIBEIRA SACRA (GALICIA)

MONTSERRAT VILLARINO PÉREZ*, ELENA DE UÑA ÁLVAREZ**, JUAN GONZÁLEZ CAÍÑA**

*Departamento de Geografía. Universidad de Santiago de Compostela. E-mail: [email protected]

*Departamento de Historia, Arte y Geografía. Campus de Ourense, Universidad de Vigo. E-mail: [email protected]

1. INTRODUCCIÓN

La comarca de Ribeira Sacra (provincias de Lugo y Ourense, Galicia) se ha con-vertido en un destino turístico de interior representativo de los procesos territoriales contemporáneos. Esta aportación –inicio de un proyecto de investigación- trata sobre las bases de su confi guración territorial, componente sustantivo de una estrategia de desarrollo en el ámbito local, que pone de manifi esto la respuesta ante el escenario defi nido en el siglo XXI para las áreas rurales. Además, examina su articulación di-námica en el marco de un proyecto de identidad territorial que preserva los elementos patrimoniales y genera nuevos signifi cados funcionales.

2. LAS ÁREAS RURALES EN EL SXXI

2.1. Cambio

Son múltiples los autores que en los últimos años y al abordar cualquier temática relacionada con el medio rural hacen referencia a términos o ideas como “la nueva ruralidad”, “el ocaso de lo rural”, “el fi n del mundo rural”, “el cambio rural” o “la post-ruralidad”, entro otros. Todo ello es refl ejo de los cambios estructurales y por lo tanto profundos que se están desarrollando en el medio rural, cambios económicos, culturales o sociales, con una particularidad: ya no cabe hablar de esa clara dualidad urbano-rural sino de una interconexión entre un sistema de fl ujos (PANIAGUA y HOGGART, 2002). La revalorización de lo rural con la consecuencia del intenso con-sumo de espacio, la diversifi cación funcional con la adopción de nuevas actividades

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que acompañan o que sustituyen a la agraria, o la multiplicidad de actores –locales y foráneos- que actúan sobre el mismo territorio son claves en estos procesos de cambio (MOSCOSO, 2007), y el resultado es una imagen compleja, con multiplicidad de facetas relacionadas entre sí.

En este nuevo escenario las estrategias de desarrollo local cambian y ya no se trata solo de llevar a cabo políticas redistributivas (acceso a equipamientos o infra-estructuras) o de propiciar y organizar el papel de las instituciones para gestionar los recursos o movilizar a los agentes locales sino también de añadir la dimensión rela-cional materializada en la cohesión social y en la formación de redes. De estas redes dependerá tanto el reforzar el sentido de pertenencia como conectar con el exterior (fl ujos de entrada y de salida) (VÁZQUEZ, 1999; ANDRÉ y REGO, 2003; MOLI-NA y HERNANDO, 2008). Como señala Carpio (2000) en las diversas experiencias de desarrollo rural se observa como la identidad y la especifi cidad territorial se ma-terializan en el patrimonio cultural. No es aquí el lugar para extendernos sobre el signifi cado del término patrimonio, pero sí cabe decir que nos referimos a éste en su sentido amplio entendiendo tanto su dimensión material como inmaterial, lo tangible y lo intangible, así como al hecho de ser el legado de una comunidad a quien sirve de referente identitario (AGUILAR y AMAYA, 2007).

2.2. Identidad

En este nuevo contexto, los territorios rurales buscan diferenciarse, mostrar las singularidades que les permitan competir, situarse entre otros territorios, porque en un mundo globalizado su permanencia y su futuro dependerá de poner en valor su renta territorial (HINNEWINKEL, 2007). Lo anterior encaja con un modelo de consumo en auge que demanda la singularidad y calidad de los productos, su asociación a un territorio –simbiosis entre producto y lugar- como respuesta a la estandarización y deslocalización de los productos agrarios; buena prueba de esta demanda creciente son tanto las Denominaciones de Origen, las Indicaciones Geográfi cas Protegidas o la Marca de Calidad Territorial, como los Sistemas Agroalimentarios Localizados. Y esta forma de consumo que tiene mucho que ver con los valores urbanos también incluye los restantes elementos tangibles e intangibles que conforman el patrimonio cultural. Es así como en las estrategias de desarrollo de las áreas rurales la identidad territorial cobra un especial signifi cado porque será el elemento que se transmita hacia el exterior y, por otra parte, supondrá la cohesión entre el pasado y el presente de la población local.

Ahora bien, no todas las áreas rurales tienen iguales características y por lo tanto no responden a estos profundos cambios de forma similar. Unas, las más dinámicas y con condiciones propicias, se adaptaron a una producción agraria de mercado, mien-tras que otras no pudieron o no supieron hacerlo, y se convirtieron en áreas marginales en un mayor o menor grado, sufriendo procesos regresivos demográfi cos, producti-vos, económicos o sociales (MONTIEL, 2003). ¿Cómo responden estas áreas al que-rer incorporarse a los procesos de reestructuración que se están dando en los medios rurales? ¿Cómo pueden lograr invertir la tendencia? La emergencia de actividades tra-dicionales con las innovaciones necesarias, la introducción de actividades nuevas son

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las respuestas, pero lo más importante es que unas y otras estén impregnadas por la singularidad, la identidad territorial donde el patrimonio natural y la historia se trans-mitan a los productos resultantes como Patrimonio Colectivo (VACCARO, 2007).

3. RIBEIRA SACRA

3.1. Confi guración territorial

La Ribeira Sacra responde a la modalidad de territorios que sufrieron un intenso proceso regresivo y que recientemente intentan invertir la tendencia. La innovación en actividades tradicionales como la vitivinícola, la introducción de otras nuevas, como el turismo, son parte de las claves de este proceso de recuperación. Ahora bien, quizá lo más importante sea la identidad territorial de esta área, identidad que proviene del marco natural –valles encajados del Miño y del Sil- y del pasado histórico –organi-zación monástica-, elementos ambos que confi guraron un paisaje singular: cañones, viñedo en bancales, bosque y arquitectura religiosa monumental. Esa identidad te-rritorial transmite una imagen hacia el exterior y justifi ca la cohesión interna, muy necesaria por la gran cantidad de agentes locales y extralocales que actúan sobre el territorio.

Otra particularidad de Ribeira Sacra es su imprecisa delimitación. En principio el término se asocia al tramo fi nal del río Sil, desde Castro Caldelas a Los Peares, ya en su confl uencia con el Miño. En este último tramo el río se encaja formando un pro-fundo cañón cuya singularidad lo incluye entre los elementos del patrimonio cultural: LIC Cañón del Sil. En la parte alta hay lugares privilegiados –el Balcón de Madrid es uno de ellos- por su emplazamiento que permiten ver el curso del río que forma acusados meandros en alguno de sus tramos.

Fig. 1. Localización de Ribeira Sacra

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La infl uencia del clima mediterráneo que afecta al valle del Sil se constata en cultivos y vegetación. Así, en las solanas las laderas están trabajadas en socalcos en donde se cultiva la vid, mientras que en las umbrías el bosque es la ocupación predominante (encinas, rebollos, madroños). Este paisaje no podría entenderse sin considerar el papel de las órdenes monásticas allí instaladas. Desde época medieval se emplazaron cenobios y monasterios en elevado número, de ahí la denominación Ribeira Sacra. Dedicaron las mejores tierras al viñedo y en los S XII y XIII se desa-rrolló un fl oreciente comercio del vino hacia las ciudades de Lugo, Ourense y Santia-go; esto explica la gran riqueza ornamental de las iglesias románicas y monasterios emplazados en esta zona. Estructura similar tiene el valle del Miño desde Portomarín a Os Peares –donde recibe las aguas del Sil- que forma igualmente un profundo cañón a lo largo de unos 70 km y con una profundidad media de 400 m; también en este caso las laderas se organizan en socalcos donde la vid es el cultivo predominante, y monasterios e iglesias se emplazan a lo largo del valle. Y otra similitud entre ambos territorios contiguos es el aprovechamiento hidroeléctrico: Belesar y Os Peares en el Miño, Santo Estevo, en el Sil. Esta similitud lleva a hablar de la Ribeira Sacra del Sil y del Miño. Considerado este territorio en su conjunto, la estructura de base le viene dada por los rasgos naturales, históricos y productivos perfectamente imbricados e interrelacionados. Sin embargo estas similitudes no generaron en modo alguno una idea de identidad territorial más bien al contrario; en el caso del Sil, el río es límite provincial de tal modo que era más elemento de separación que de unión. Asimis-mo, las condiciones naturales generaron un profundo aislamiento entre los distintos lugares, aislamiento que reforzaba una red de comunicaciones que dejaba esta zona al margen; tampoco la actividad propia de un sistema agrario tradicional y con par-te de la producción destinada al autoconsumo daba lugar a grandes intercambios. A partir de mediados del pasado siglo, esta zona sufrió un proceso de abandono como tantas áreas rurales periféricas españolas. Efectivamente, en una superfi cie de 2.464,3 km2 viven 67.431 habitantes, lo que supone una densidad de 27,4 hab/km2, más baja que las de las provincias correspondientes ya de por sí bajas (Lugo: 36,1 y Ourense: 46,2). Y a esta débil densidad se une la dispersión en pequeños núcleos, de hecho solo los municipios de Monforte (19.486 habitantes) y Chantada (9.086 habitantes) tienen núcleos de cierta importancia correspondientes a su rango de cabecera comarcal. El volumen de población actual es resultado de un largo proceso de pérdida continuada de habitantes; la evolución en las últimas décadas confi rma lo dicho.

Tabla 1. Evolución demográfi ca de Ribeira Sacra (*)

años 1981 1991 2001 2008habitantes 99.297 82.933 73.816 67.431

Fte: IGE, Padrón municipal de habitantes.

* Se considera el territorio de aplicación del Plan de Dinamización Turística Ribeira Sacra

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El ritmo de decrecimiento anual fue de un 1,6% en la década de los 80, de un 1,1% en la de los noventa y en los dos mil se intensifi ca con respecto al período ante-rior y llega al 1,2%. Esta situación se debe en gran medida a una estructura demográ-fi ca muy envejecida.

Tabla 2. Estructura por edad (2008)

Territorio <16 años 16 a 64 años >64 añosRibeira Sacra 8,05 % 56,52% 35,42%Lugo 10,04 % 62,2 % 27,7 %Ourense 10,2 % 61,3 % 28,4 %Galicia 12,10% 66,20% 21,60%

Fte: IGE, Padrón municipal de habitantes

Acorde con lo anterior es la estructura de la población ocupada. Los Servicios

suponen la mitad de la ocupación (51,16%) lo que responde al trabajo en la adminis-tración pública, en la educación y en la sanidad mayoritariamente (Monforte tiene un hospital comarcal), actividades que se completan con el comercio y la hostelería; Industria y Construcción absorben en torno a un 12% cada una mientras que la agri-cultura sigue teniendo un peso excesivo -23,7% de los ocupados- refl ejo sobre todo de una ocupación residual.

Este territorio y con esas condiciones es el que hoy se convierte en un destino turístico; ¿cuál ha sido el argumento utilizado para invertir la tendencia, para salir desde una situación marginal al mundo global?

3.2. La identidad territorial

A lo largo de los años noventa hubo una serie de actuaciones que situaron Ri-beira Sacra en el mapa mental turístico. Gobierno Autónomo, Administración Local, Grupos de Acción Local, Diputaciones Provinciales o Empresarios llevaron a cabo ac-tuaciones sobre este territorio con el objetivo de desarrollar Ribeira Sacra: un espacio rural periférico pero con unos recursos potenciales que dada la nueva demanda tenían una gran capacidad de atracción para el turismo. Sin embargo uno de los problemas a la hora de confi gurar ese destino turístico fue la falta de identidad territorial tanto porque cada agente actuaba sobre el territorio de su competencia (Ayuntamientos, Diputaciones, GAL, etc.) como por la falta de una delimitación territorial clara y que superase las divisiones administrativas.

Por su parte, la Xunta de Galicia desde principios de la década hizo una cla-ra apuesta por el Turismo rural y el Turismo de interior, con una doble fi nalidad: desarrollar nuevas actividades en el medio rural para complementar y aumentar las rentas agrarias, y rescatar por medio de la rehabilitación el patrimonio monumental. Este proceso fue en aumento aprovechando la atracción que los espacios rurales y naturales de Galicia tenían para la nueva demanda urbana. Este objetivo se recogía

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explícitamente en la Ley 9/1997 de Ordenación y Promoción del Turismo en Galicia: “…potenciar el desarrollo de: Turismo rural y de interior, como sectores turísticos

alternativos de calidad, fomentando así la rehabilitación y conservación de la riqueza

histórico-artística del ámbito rural y también de sus atractivos medioambientales”, y se mantiene en la actual (Ley 14/2008, de Turismo de Galicia). En este contexto se entendió que Ribeira Sacra tenía elementos muy atractivos para el turismo y en consecuencia se llevaron a cabo una serie de actuaciones: inicio de señalización, reha-bilitaciones parciales o totales de arquitectura religiosa, apoyo a la puesta en marcha de establecimientos de turismo rural, promoción en las ferias de turismo, convenios de colaboración con los distintos ayuntamientos de la zona e incluso en la Guía de Turismo rural de Galicia del año 1996 aparece por vez primera en esta publicación un mapa de los espacios naturales, y en la tipología “otros espacios” se incluye la Ribeira Sacra (valles del Sil y Miño). Estas actuaciones fueron generando una trama de elementos necesarios para formar una infraestructura turística que permitiese el desarrollo de la actividad, y a la vez transmitiesen la imagen de un destino pero les faltaba la integración, era un paso previo.

Las políticas de desarrollo rural tuvieron también un papel importante. Se cons-tituyeron varios Grupos de Acción Local cuyos territorios de actuación se situaban totalmente o en parte en Ribeira Sacra.

Tabla 3. GAL y programas de desarrollo gestionados

País do Bibei-Ribeira Sacra do Sil (17 municipios orensanos)

LEADER II y LEADER +

Ribeira Sacra lucense (9 municipios lucenses) LEADER II y LEADER +Río Lor (7 municipios lucenses, 2 -Ribas de Sil y Quiroga- de Ribeira Sacra) (*)

LEADER II y LEADER +

La mayor parte del territorio del GAL Río Lor corresponde a la Sierra do Courel; lo incluimos aquí porque dos de sus municipios pertenecen a Ribeira Sacra. Fte.: AGADER, Xunta de Galicia.

La denominación de los grupos refl eja la segmentación administrativa del terri-torio que corresponde a dos provincias: Lugo y Ourense; sin embargo, en todos los casos hay elementos comunes que defi nen la identidad territorial: los cursos fl uvia-les que forman valles encajados, el patrimonio religioso y la denominación: Ribeira Sacra. Así queda refl ejado en las memorias correspondientes. El GAL Ribeira Sacra lucense defi ne el territorio de aplicación del siguiente modo: “El territorio se ca-

racteriza por ser una penillanura surcada por numerosos cursos de agua, en la que

podemos encontrar tanto zonas de llanuras y depresiones, como zonas de grandes

relieves y fuertes pendientes. Los cauces de los ríos Miño y Sil, elemento común a

todos los municipios, y la riqueza patrimonial, principalmente de origen sacro, son

los elementos que hacen del territorio elegido un todo coherente y diverso adecuado

para la aplicación de este programa” (Memoria para la solicitud del Programa LEA-

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DER+). Por su parte el GAL País do Bibei-Ribeira Sacra describe así el territorio de aplicación: “Este espacio está delimitado por una serie de accidentes topográfi cos

que sirven de frontera y delimitan perfectamente el territorio. Al norte se encuentra

el Cañón do Sil, que separa la Ribeira Sacra Orensana de la lucense, al este forman

límite las Serra do Eixe y Serra Calva y por el Sur la Serra de Queixa y Serra de San

Mamede”.( Memoria para la solicitud del Programa LEADER+). Por lo tanto, son territorios con grandes similitudes pero sus actuaciones son independientes.

Fig. 2. Ribeira Sacra: confl uencia de diferentes actores

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En los programas LEADER II las medidas B3 Turismo rural y B6 Rehabilitación y mejora del medioambiente son las que absorbieron una mayor inversión, de tal mo-do que se siguió en la misma línea de la Xunta de Galicia: generar una infraestructura adecuada para el turismo, y así se continúa con los LEADER + en los que se intensi-fi có la medida correspondiente a Valoración del patrimonio cultural y arquitectónico. Ahora bien, en este último programa de desarrollo se planteó un proyecto de coope-ración interterritorial, Parque Cultural de la Ribeira Sacra y son los dos GAL los que lo llevan a cabo; así aunque continuaba existiendo la separación administrativa, hubo un cambio que reconocía la necesidad de integración territorial. Asimismo otra mues-tra de integración territorial fue la colaboración (en la última etapa de gestión de los programas) entre estos grupos de acción local y los gestores del Plan de Dinamización Turística de la Ribeira Sacra (otro tanto ocurrió con el GAL Río Lor)..

Otro hito que contribuyó a dar y difundir la identidad territorial de Ribeira Sacra fue la Denominación de Origen del vino. Dadas las características ambientales de los valles del Miño y del Sil en la zona que nos ocupa, la producción vitícola fue y es uno de sus rasgos característicos. Ahora bien, debido a la posición periférica, al modo de producción y al posterior proceso de abandono del campo, el destino de la producción, cada vez más menguada, era el autoconsumo. Sin embargo, en los años noventa se intensifi có en Galicia la producción de vinos de calidad, respondiendo a una demanda creciente. Anteriores a esa década hay tres Denominaciones de Origen (Ribeiro, Valdeorras y Rías Baixas) a las que se unieron dos más: Monterrei (1992) y Ribeira Sacra; en 1995 la Administración aprobó (DOG 7.07.95) la creación de la Denominación de Origen para el vino de Ribeira Sacra, correspondiente a un territorio ribereño de los ríos Sil y Miño en las provincias de Lugo y Ourense. Es otra actuación más que irá perfi lando, dando identidad a este territorio.

La creación del Consorcio de Turismo de Ribeira Sacra fue otro paso más y muy importante para la unifi cación de este destino turístico. A principios de 2006 (Reso-lución de 16 de enero de 2006 de la Secretaría general de Turismo, BOE 15.02.2006) se suscribió el Convenio de colaboración entre el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la Consellería de Innovación e Industria de la Comunidad Autónoma de Galicia, el Consorcio de Turismo da Ribeira Sacra, la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo y la Confederación de Empresarios de Ourense para el desarrollo de un Plan de dinamización turística en la Ribeira Sacra. En este convenio se declaró Ribeira Sacra como destino piloto para la aplicación del plan, destino que corresponde a un territorio al que le dan unidad los valles del Miño y del Sil obviando los límites provinciales o cualquier otra división territorial. Este Plan (que fi naliza en el presente año) contribuyó a delimitar y dar una identidad clara a este destino turístico.

3.3. Las bases del proyecto turístico

Por lo dicho en apartados anteriores está claro que un proyecto turístico en Ribei-ra Sacra debe apoyarse en tres pilares: el patrimonio natural, el patrimonio monumen-tal y la explotación del viñedo. Y la singularidad le viene dada tanto por la imbricación de estos elementos como por la especifi cidad de cada uno de ellos.

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En el caso del patrimonio natural son los ríos y sus valles encajados formando cañones; cabe ejemplifi carlos en el Cañón del Sil, clasifi cado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) incluido en la Red Natura. Este espacio se corresponde con el tra-mo del Sil en su recorrido por los municipios orensanos de Parada de Sil y Nogueira de Ramuín, y el lucense de Sober, y el curso bajo del río Cabe, en su confl uencia con el Sil, en el municipio lucense de Pantón. El encajamiento de estos cursos fl uviales formando profundas hoces, meandros, le confi eren un gran valor paisajístico. Y los replanos topográfi cos de las vertientes dan lugar a miradores naturales, verdaderos balcones sobre el valle.

El patrimonio monumental es una seña de identidad de la Ribeira Sacra. La pre-sencia de eremitas, la organización de los mismos en cenobios en la época de los sue-vos bajo la infl uencia de San Martín de Dumio y el esplendor de la vida monástica en el medioevo dieron lugar a la proliferación de monasterios en este territorio. A ello se unió la expansión del cultivo de la vid por los valles del Miño y del Sil entre los siglos XII y XIII, las mejoras en las técnicas agrícolas y todo ello organizado por los monas-terios que cedían las tierras a los campesinos en un sistema de foros. Esta expansión económica se refl eja en la riqueza monumental y de ornamentación de monasterios e iglesias por pequeñas que éstas sean. Debido a la principal época de expansión, el románico es el estilo artístico predominante, aunque otros estilos estén también presentes, ya sea en ampliaciones de monasterios, ya sea en fundaciones posteriores. Refl ejo de esta historia son las más de 25 iglesias y monasterios de interés relevante en este territorio, con elementos tan valiosos como San Pedro de Rocas, excavado en la tierra, Santa María de Montederramo, San Estevo de Ribas de Sil o Santa Cristina, por no citar las iglesias de San Paio de Diomondi o San Miguel de Eiré.

La explotación del viñedo está asociada a los rasgos climáticos de estos valles y, como acabamos de adelantar, a la implantación monástica. Las características topo-gráfi cas dieron lugar a una intensiva construcción de las laderas en forma de bancales, rasgo que identifi ca a la Ribeira Sacra. Y últimamente este cultivo se modernizó e intensifi có con la innovación en el proceso y en el producto, singularizándose además con la Denominación de Origen que asocia territorio y producto. Actualmente son algo más de 1.200 ha de superfi cie las englobadas en esta D.O.

Si patrimonio natural, patrimonio monumental y explotación del viñedo son las bases para desarrollar un proyecto turístico territorial, existen unos aspectos negati-vos, también propios de este territorio.

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Fig. 3. El territorio del Plan de Dinamización Turística de Ribeira Sacra

La primera de estas barreras es la división administrativa de Ribeira Sacra en dos provincias. Este hecho, muy arraigado entre la población, dio lugar a una evolución paralela y separada, con centros de gravitación diferentes (Monforte y Lugo, en el caso lucense, Ourense en el orensano) y con nulo entendimiento entre la población de ambas orillas del Sil que actuaba como elemento de separación y no como nexo. A esta división administrativa se une la segmentación de este territorio en parcelas

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correspondientes a los diferentes grupos de acción local, parcelas sobre las que se llevaron a cabo diversos programas de desarrollo tal como especifi camos en párrafos anteriores; aunque cabe decir que se elaboró un proyecto de cooperación interterrito-rial entre dos GAL (Parque Cultural Ribeira Sacra). Y en la nueva organización del territorio rural contemplada en el Programa de Desenvolvemento Rural de Galicia 2007-2013, son 4 los Grupos de desarrollo rural (GDR) que afectan a este territorio, dos orensanos y dos lucenses.

Desde el punto de vista de las principales vías de comunicación Ribeira Sacra se puede considerar un área periférica, en cierto modo, marginal, y en cuanto a la comu-nicación interna la red viaria existente no es sufi ciente para interconectar las distintas zonas de Ribeira Sacra lo que coadyuva a restar unidad al territorio.

Y otro aspecto que fue ajeno a la singularidad de este territorio es la explotación hidráulica. Esta intervención humana supuso un gran impacto para el territorio: cons-trucción de grandes embalses, de otras infraestructuras de servicio como las pistas, modifi cación del régimen hidráulico o inundación de riberas, en algunos casos de núcleos; fue un elemento foráneo en relación a la explotación de este territorio.

Con los recursos señalados y ante las barreras existentes ¿cuál es el proceso que se sigue para convertir Ribeira Sacra en un destino turístico con un proyecto de identidad territorial que preserve los elementos patrimoniales y genere nuevos signi-fi cados funcionales?

Como ya apuntamos más arriba, tanto por la singularidad de sus recursos como por su carácter periférico, esta área tenía grandes ventajas para el desarrollo de la actividad turística, tanto más porque coincidía con las nuevas demandas urbanas. De ahí las intervenciones en construcción de infraestructuras, conservación y rehabilita-ción del patrimonio natural y monumental, o la promoción del destino por parte de distintos agentes: Administraciones Autonómica y Local, Diputaciones Provinciales, Grupos de Acción Local o iniciativa privada. Se inició así un proceso que dio lugar a un destino con una marca: Ribeira Sacra, a la que reforzó igualmente la Denomi-nación de Origen del vino. Esto fue el primer paso pero la multiplicidad de agentes actuando sobre un territorio segmentado hacía difícil lograr que ese destino tuviera una clara identidad territorial.

Con el Plan de Dinamización Turística se caminó en esa dirección porque la idea de unidad se consideró básica, y para ello se siguió un doble camino. En primer lugar de coordinación interna; efectivamente en los procesos de cambio que se están dando en el medio rural intervienen muchos actores, tanto externos como internos, de tal modo que se crean verdaderos escenarios de confl icto, y en el territorio que nos ocupa este hecho era evidente. De ahí el aglutinar a los distintos actores en el Plan de Dinamización Turística o de realizar acciones conjuntas con los GAL. Los grupos sociales actúan sobre un territorio transformándolo a lo largo del tiempo, de ahí que la población que lo habita lo entienda como memoria, tenga un sentido de pertenencia y se considere parte de esa herencia común; en el caso de Ribeira Sacra fue necesario crear y transmitir esa idea de unidad a los propios habitantes para lograr vencer una inercia de separación (por razones administrativas) muy arraigada; para eso desde el Plan se llevó a cabo la presentación del proyecto turístico a diferentes colectivos y a la población en general, incidiendo en transmitir el sentido de lo propio, de la perte-

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nencia al mismo, del desarrollo del producto turístico como visión colectiva. No se trataba solo de desarrollar una actividad más –la turística- sino de ir hacia una trans-formación social y territorial, tal como se entiende hoy el desarrollo local-rural. Y en segundo lugar la idea de unidad, de ”una Ribeira Sacra” se transmitió hacia fuera. Para ello se fi jó una delimitación territorial (los 20 municipios de aplicación del Plan) con el conjunto Miño-Sil –el río, el agua- como protagonista, y para incidir en esa idea de espacio unitario se fi jaron “Puertas de entrada”, lugares en los que los visitantes tuvie-ran la sensación de entrar en Ribeira Sacra; así se habilitaron centros de información en lugares como el Castillo de Castro Caldelas u otros similares en Chantada, Quiroga o Portomarín; y otro elemento que confi rió unidad fue la unifi cación del sistema de señalización.

En el Plan del Turismo español, Horizonte 2020 se destaca que los cambios que deben seguirse en el sistema turístico español tienen que ver –entre otros aspectos- con la innovación, con la identidad y singularidad del producto y con la sostenibilidad, de tal modo que se creen prototipos integrados como el de naturaleza-cultura-patrimonio. Pues bien, el Plan de Dinamización Turística sigue en esencia estas pautas ya que elaboró un proyecto innovador haciendo una relectura del territorio y reorganizando, transformando y completando lo ya existente.

Como ya señalamos, un elemento foráneo son las grandes infraestructuras de las presas y los extensos embalses del sistema Miño-Sil; pues bien, estos elementos aje-nos y con gran impacto ambiental se han convertido en factores de atracción turística. Un sistema de embarcaderos y de transporte fl uvial en catamaranes permite hacer rutas por ambos ríos, rutas que combinan el recorrido fl uvial (cañones y embalses), el paisaje de las riberas y de las laderas escarpadas ocupadas por bosque o viñedo, además de la visión del patrimonio monumental de iglesias o monasterios. Hasta tal punto se ha dado esta transformación que en el imaginario colectivo una de las señas de identidad de Ribeira Sacra son los recorridos fl uviales en catamarán.

Y en ese imaginario colectivo también están los conceptos de religiosidad o na-turaleza asociados a este destino. Ahí incide igualmente el Plan de Dinamización para crear un escenario que haga de la visita turística una experiencia en destino y que lo-gre además que los habitantes se sientan identifi cados con el territorio Ribeira Sacra.

Las actuaciones llevadas a cabo con este fi n son de varios tipos. Para transmitir esa idea de religiosidad, para lograr que el turista la viva como experiencia perso-nal, se abordaron acciones para resaltar la imbricación del binomio vida monástica-Ribeira Sacra en San Pedro de Rocas o en las Bernardas de Ferreira de Pantón; en el primer caso se trata de un centro de interpretación en donde se plasma el proceso de instalación de la vida monástica, de su evolución, de la incidencia en el territorio; en el segundo caso se centra en resaltar la importancia que el románico tiene en la zona, estilo que es otra de las señas de identidad y cuya riqueza ha de explicarse por el fl o-recimiento de una actividad económica –la explotación del viñedo- organizada por el sistema monástico, de ahí que hasta pequeñas iglesias tengan una riqueza ornamental que no es acorde con la relevancia de la edifi cación. Y ese concepto de sacro se refuer-za con intervenciones en varias iglesias: iluminación, sonido, paneles explicativos, para formar la Ruta de las Iglesias, de tal forma que el visitante perciba un espacio unitario al que lo religioso le da unidad: esa herencia, esa memoria se transforma en

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patrimonio tangible e intangible. Otras intervenciones pretenden que el visitante cap-te, aprehenda el paisaje, ese producto cultural resultado de intervenciones humanas a lo largo del tiempo, un paisaje que es una síntesis de todo lo que signifi ca Ribeira Sacra; por ello se actúa en emplazamientos privilegiados, el potencial de vistas (OR-TEGA, 2008) que son los múltiples miradores (adecuación, señalización, paneles ex-plicativos) que hay en esta zona y que permiten hacer una lectura de ese paisaje. Y en este caso hay que añadir otro recurso: la capacidad de la naturaleza para proporcionar gozo estético, renovación espiritual; es el argumento “Catedral” para justifi car la ne-cesidad de conservación de la naturaleza (WEARING y NEIL, 2000).

El otro gran elemento de confi guración de este destino es la producción vitivi-nícola que construyó paisaje y lo vuelve a hacer en la actualidad, lo que permite el mantenimiento del uso agrario a partir de las innovaciones en producción y producto. Como hemos señalado la D.O. Ribeira Sacra se aprobó en 1996, aunque previamente -1992- lo hizo el reglamento de Viños da Terra. El territorio de esta denominación forma parte de Ribeira Sacra y se emplaza en las riberas de Miño y Sil debido a los rasgos ambientales que permiten esta producción de unas determinadas caracterís-ticas; se divide en cinco subzonas: Amandi, Chantada, Quiroga-Bibei, Riberas do Miño y Riberas do Sil. La aprobación de la D.O. fue decisiva para el desarrollo de la producción vitivinícola, de tal modo que si el inicio de la recuperación de este cultivo se observa en 1992, a partir de 1996 el crecimiento es patente, y desde el 2000 prácti-camente se mantiene. Los datos refl ejan lo dicho.

Tabla 4. Denominación de Origen de los vinos de Ribeira Sacra

1992 1996 2000 2008Superfi cie (ha) 300 900 1.000 1.228Producción (miles de kg) (*) 350 2.187 3.331 4.533Nº viticultores 550 1.100 2.500 2.836Nº de bodegas 40 55 71 98

* los períodos referentes a la producción son: 1992-93; 1996-97; 2000-01; y 2007-08.

Fte.: C.R.D.O. Ribeira Sacra

En el proyecto turístico que se elabora a partir del Plan de Dinamización no puede olvidarse incluir la viticultura porque es elemento fundamental en la conforma-ción de la identidad territorial. Y así permea todo el plan, de tal forma que producto y territorio van unidos, y esta unidad se plasma en múltiples actuaciones. Por una parte, el Consejo Regulador de la D.O. y el Consorcio de Turismo promocionan con-juntamente Ribeira Sacra. Por otra, se dedican recursos a la rehabilitación de bodegas tradicionales (las de Vilachá son un ejemplo) o a la puesta en marcha de museos del vino; el último, recientemente inaugurado, es el Museo del Vino de Ribeira Sacra, en Monforte. Y otra de las actuaciones son las rutas denominadas Viño-Bus; la oferta se compone de varias rutas que cubren todo el territorio y aúnan patrimonio natural,

MONTSERRAT VILLARINO PÉREZ, ELENA DE UÑA ÁLVAREZ Y JUAN GONZÁLEZ CAÍÑA

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patrimonio monumental y la explotación vitivinícola. Las bodegas son hitos en estas rutas tanto para la explicación de los procesos, como para la degustación y la venta.

El proyecto turístico que se está poniendo en marcha por medio del Plan dinami-zador, tiene un importante apoyo en la oferta de alojamiento. Además de la hotelería tradicional, el turismo rural está muy desarrollado en Ribeira Sacra; hay 41 estableci-mientos, con más de 500 plazas, tres de ellos tienen el distintivo de calidad, y otros 16 tienen el Modelo de Aproximación a la Calidad Turística (MACT), con reconocimien-to estatal, que es un paso previo para obtener la Q de calidad. Y otro valor añadido en Ribeira Sacra es la existencia de dos Paradores Nacionales de Turismo: el Parador de Monforte de Lemos, emplazado en el conjunto del Monasterio Benedictino de San Vicente do Pino y en el Palacio de los Condes de Lemos; y el Parador Nacional de Santo Estevo de Ribas de Sil (Nogueira de Ramuín), uno de los monasterios más emblemáticos de Ribeira Sacra, tanto por su valor monumental como por su empla-zamiento a orillas del Sil.

4. CONCLUSIONES

Ribeira Sacra es un territorio de gran interés para estudiar los procesos de cambio en los que están inmersas las áreas rurales periféricas, y en las respuestas que están teniendo en un contexto de globalización y ante las nuevas demandas urbanas.

La innovación de actividades tradicionales como la viticultura y la introducción de actividades nuevas como el turismo son las estrategias de desarrollo adoptadas para invertir la tendencia continuada de decrecimiento desde las últimas décadas del pasado siglo.

Por una parte, los recursos sobre los que se apoya la actividad turística son el pa-trimonio natural, el patrimonio monumental y la particularidad de la explotación del viñedo en bancales. Por otra, las barreras a la confi guración territorial identitaria son la segmentación del territorio por razones administrativas, de gestión o naturales, y la difi cultad para asimilar unas intervenciones humanas como los embalses, elementos totalmente foráneos.

El proyecto turístico que se pone en marcha con el Plan de dinamización turís-tica se puede enmarcar en un contexto de desarrollo local-rural. Como paso previo a cualquier actuación se ocupa de crear un territorio identitario, de cohesión social. A partir de ahí se construye un producto que transmita toda la esencia del destino Ri-beira Sacra para conseguir que el visitante experimente la singularidad del territorio y la viva como experiencia. El Plan incide particularmente en conectar una estructura muy consolidada como es el Consejo Regulador de la D.O. con la actividad turística, formando una red interna y con relaciones hacia el exterior.

En los próximos años se verá el grado de consolidación de este destino, la actua-ción de los distintos agentes sobre el territorio y la capacidad del mismo para lograr la dinamización.

La confi guración y proyecto de identidad territorial: Ribeira Sacra (Galicia)

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