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El Trabajo en la Argentina del 2010

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20010n08 a07 JSchvarzer y ATavosnanska

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    Revista de tRabajo ao 6 NmeRo 8 eNeRo / julio 2010

    Modelos macroeconmicos en la Argentina: del stop and go al go and crash1

    Jorge Schvarzer* y Andrs Tavosnanska**

    Desde 1930 y al menos hasta mediados de la dcada de 1970, o sea, durante un perodo de casi medio siglo, la Argentina vivi en un sistema que se ha dado en llamar economa cerrada. O bien, puede decirse que evolucion a lo largo del proceso que los economistas deno-minaron de Industrializacin Sustitutiva de Importaciones (ISI). A partir de 1976 esa situacin comenz a cambiar y la economa nacional ingres en un proceso de apertura externa y de reforma y desregulacin de los mercados que desemboc en un nuevo sistema, al que proponemos denominar de apertura con endeudamiento externo; este nuevo modelo de funcionamiento tuvo un primer ciclo muy intenso (1976-1981), un perodo de reacomodo (1982-1988) y un renovado y profundo impulso a partir de entonces. En conjunto, su presencia se mantuvo durante casi un cuarto de siglo y culmin en la gran crisis iniciada en 1999 y que se profundiz hasta el derrumbe en 2001-2002.

    Ambos modelos fueron acompaados por distintos ritmos de crecimiento y, sobre todo, por sucesivas crisis intermedias. En el primer caso, estas fueron definidas como fenmenos de stop and go, porque el propio sendero de crecimiento generaba las condiciones para una crisis, luego de la cual se reiniciaba la marcha del producto. En el segundo caso, en cambio,

    se propone hablar de go and crash porque la evolucin del modelo provoca crisis cuya magnitud exige un cambio de rumbo, al menos en el corto plazo, y con enorme impacto nega-tivo, como ocurri con su crisis final.

    Este trabajo se propone analizar la fre-cuencia e intensidad de las crisis que ocurrie-ron en ambos modelos durante ms de medio siglo como un elemento ms para evaluar y comparar la viabilidad de cada uno de ellos. Los resultados muestran que las crisis del se-gundo modelo fueron mucho ms profundas y prolongadas que las registradas durante la economa cerrada y sugieren que esas conse-cuencias dramticas recientes no pueden de-jarse de lado en los balances respectivos. Para ofrecer un panorama histrico de referencia, el texto comienza con un breve resumen de las ca-ractersticas bsicas, o el comportamiento esti-lizado, de ambos regmenes de funcionamiento de la economa argentina.

    La economa cerrada

    La crisis de 1930 provoc un enorme impacto en la Argentina, cuya economa se basaba en las cuantiosas exportaciones agropecuarias, gene-radas por la fertilidad de la pampa hmeda, que

    * El ingeniero Jorge Schvarzer, especialista en economa argentina e internacional, falleci en el ao 2008, dejando un vasto legado de libros y artculos. Integraba el grupo de economistas, el Plan Fnix y diriga el Centro de Estudios de la Situacin y Perspectivas de la Argentina (CESPA), Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Buenos Aires.

    ** Andrs Tavosnanska, Lic. en Economa (UBA), miembro de la Asociacin de Economa para el Desarrollo de la Argentina (AEDA).

    1 Documento de Trabajo N 15, publicado por CESPA en marzo del 2008.

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    permitan comprar en el exterior todos los bienes que el pas requera y no senta la necesidad de producir. La intensa cada de la demanda mundial de bienes agropecuarios a partir del inicio de la crisis, que se reflej en una baja no menos significativa de sus precios, gener una cada de las exportaciones y una restriccin externa tan indita como inesperada. En las nuevas condiciones, no resultaba fcil superar la crisis en el corto plazo. El pas haba contado con crdito hasta entonces, que le permita reciclar sus deudas y garantizar la generacin adicional de divisas en cualquier momento de modo que los capitales externos pudieran girar de manera regular sus beneficios locales a sus matrices. Pero la crisis tambin cerr esa fuente de ingresos potenciales y oblig al gobierno a controlar las divisas disponibles para evitar que la brecha entre la oferta y la demanda generara un dao an mayor a la economa nacional.

    Las primeras medidas se tomaron con urgencia, con la expectativa de que resolvieran los problemas en el corto plazo, pero la prolongada restriccin externa transform a esas medidas en permanentes. Desde entonces, y durante medio siglo, el pas vivi fuera del sistema de tipo de cambio nico (porque se fijaban diferentes valores para distintos bienes, acompaados por una variada gama de retenciones y aranceles) y con control de divisas; ciertos mecanismos menores se modificaban pero lo esencial consiste en que la escasez de divisas apareca como un fenmeno estructural que obligaba a regular su uso. En ese perodo, la economa cerrada era una consecuencia de la evolucin externa y no de las decisiones locales.

    Luego de la crisis y la guerra, la situacin de la economa mundial tendi a normalizarse aunque en condiciones muy distintas a las cono-cidas durante la dcada de 1920. Los precios internacionales de los bienes agropecuarios se establecieron desde entonces en niveles mucho ms bajos en valores constantes, la demanda qued acotada por el deseo de las naciones

    desarrolladas de autoabastecerse, y la oferta de crdito era casi inexistente. En esas condi-ciones, la Argentina slo poda abastecerse de los bienes que necesitaba (y que no poda producir localmente) aumentando su oferta exportadora para generar las divisas necesarias. Pero los problemas persistan; la produccin agrope-cuaria no responda en la magnitud esperada y la restriccin externa sigui actuando varias dcadas ms como una variable clave de la economa nacional.

    El crecimiento econmico, acompaado por las mejoras salariales y de ingreso de amplios sectores urbanos, demandaba la importacin de bienes terminados que el pas no produca, adems de bienes de capital para expandir el proceso productivo, insumos para las fbricas ya instaladas y combustibles. Pero la evolu-cin de las exportaciones no acompaaba esa demanda de modo que el proceso alcanzaba un punto de estrangulamiento externo que llevaba a una crisis: el famoso stop and go. Cuando ese sendero de crecimiento econmico llevaba a que la demanda de divisas excediera la oferta, el sistema encontraba su lmite.

    Para resolver esa restriccin externa, los sucesivos gobiernos decidan devaluar la moneda que reduca la demanda de bienes importados y alentaba la oferta agraria; esa medida despla-zaba ingresos del sector urbano al rural mien-tras que alimentaba la inflacin local. La expe-riencia seala que no se lograba resolver definiti-vamente la restriccin externa porque la produc-cin agropecuaria no creca en las proporciones deseadas y el ciclo volva a repetirse una vez que se ajustaba el sector externo2.

    En el nterin, ante el rebrote inflacionario, la respuesta oficial era una poltica de restric-cin monetaria, que reduca los medios de pago e induca al alza de la tasa de inters. La iliquidez reinante, la suba de las tasas, el incremento de los costos industriales por el aumento de precio de sus insumos importados y la cada del salario real, provocaban una retraccin de la demanda

    2 Algunos de los mejores anlisis de la enorme serie de estudios ya existentes sobre los ciclos de stop and go son, a nuestro juicio, La estructura productiva desequilibrada argentina y el tipo de cambio de Marcelo Diamand (1972), Las consecuencias econmicas y sociales de las polticas econmicas ortodoxas aplicadas en la Repblica Argentina durante los aos de posguerra de Eprime Eshag y Rosemary Thorp (1965), Un modelo de estancamiento econmico. Estudio de caso sobre la economa argentina de Oscar Braun y Leonard Joy (1981). Los tres artculos fueron publi-cados en Desarrollo Econmico, nmeros 45, 16 y 80, respectivamente.

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    que derivaba en una recesin. El sistema quedaba dominado por un proceso de inflacin recesiva, desencadenada por la devaluacin. El sector externo encontraba de esta manera una forma perversa de equilibrarse, dado que la contraccin del nivel de actividad reduca las importaciones e incrementaba (ligeramente) los saldos expor-tables a costa de los ingresos (y la demanda de alimentos) de la mayora de la poblacin.

    Una vez que la economa se ubicaba en la etapa recesiva, se redoblaban las presiones que pondrn el ciclo nuevamente en marcha. Los trabajadores y los empresarios industriales pujaban por reconquistar sus ingresos y recla-maban subas salariales y de precios de los bienes fabriles que compensaran el incremento del costo de vida; pedan, adems, que se rela-jara la restriccin monetaria. A medida que se recuperaba la actividad y el salario real, el tipo de cambio volva a atrasarse con el avance de la inflacin y se generaban las condiciones para una nueva restriccin externa que volva a poner un tope a la fase alcista.

    La falta de respuestas positivas del agro a los aumentos de precios se deba, entre otras razones, al atraso tecnolgico del sistema produc-tivo que era muy difcil de solucionar en el corto plazo. La importacin de maquinaria agrcola no poda aumentar en la proporcin deseable por la escasez de divisas (y la escasa produccin local) mientras que se notaba la ausencia de prc-ticas modernas que permitieran aprovechar la tierra. A fines de la dcada de 1960, sin embargo, comenz a notarse una mejora en la oferta a medida que el INTA (creado recin en 1956) logr desarrollar y difundir paquetes tecnolgicos aptos para la regin pampeana. La produccin local de maquinaria agrcola fue la otra pata de la recuperacin del sistema productivo agrario que contribuy a su mecanizacin. A mediados de la dcada de 1970 esa creciente oferta poten-cial fue impulsada, del lado de la demanda, por la primera gran alza de los precios agrarios ocurrida despus de la guerra de Corea. Luego de casi medio siglo, la reaccin productiva y el alza de los precios estaban logrando que el pas comenzara a superar la restriccin externa.

    Una segunda solucin posible consista en la exportacin de bienes fabriles aunque haba nu-merosas restricciones internas y externas para

    esa salida. An as, desde mediados de la dcada de 1960 se comenz a notar una corriente alcis-ta de exportacin de productos industriales que contribua a generar las divisas necesarias para el pas. Ese flujo alcanz su mximo a mediados de la dcada de 1970, impulsada por intensas polticas oficiales al respecto, y retrocedi bru-talmente, luego, debido a las nuevas estrategias aplicadas a partir de 1976 que, irnicamente, se denominaban de apertura externa.

    La tercera solucin posible radicaba en el recurso al crdito externo que se mantuvo muy restringido durante dcadas y limitado a la oferta de algunos organismos pblicos de las naciones desarrolladas y a los internacionales, como el FMI, que imponan pesadas exigencias para otorgar sumas reducidas para las necesidades locales. Ms tarde, el aumento explosivo de la oferta de esos crditos por los grandes bancos privados, a mediados de la dcada de 1970, coin-cidi con el cambio de modelo en el pas.

    En definitiva, a mediados de la dcada de 1970 la economa cerrada se estaba abriendo al exterior, va exportaciones agrarias y fabriles crecientes que ofrecan la posibilidad de pasar de la ISI a una industrializacin apoyada en las ventas al exterior mientras se superaba la restric-cin externa. Pero la estrategia aplicada luego del golpe militar de 1976 modific esa evolucin.

    La economa abierta con endeudamiento externo

    El aumento de los precios internacionales del petrleo y las materias primas, a mediados de la dcada de 1970, coincidi con (y contribuy a) una enorme expansin del mercado del euro-dlar que implic la multiplicacin del crdito en divisas por parte de los grandes bancos internacionales. La oferta masiva de esos crditos dio lugar, por primera vez en medio siglo, a que la mayora de las naciones subde-sarrolladas pudieran superar, aunque de modo coyuntural, la restriccin externa.

    Brasil, por ejemplo, que se enfrent a una severa escasez de divisas debido al aumento del precio del petrleo (que entonces deba importar en cantidades masivas) logr superar ese problema gracias al crdito externo que

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    le permiti, asimismo, comprar numerosos bienes de capital en una apuesta al crecimiento a mediano plazo.

    La Argentina ya no tena la misma nece-sidad, ni urgencia, de crdito externo, por las razones sealadas, pero la poltica oficial opt por esa alternativa con elevado nfasis a partir de 1978. El gobierno lanz una estra-tegia de tipo de cambio con atraso programado, conocida como la tablita, que sus autores decan que estaba diseada para contener la inflacin pero que, en los hechos, implic una continua cada de las exportaciones (cada vez menos rentables por esa evolucin del tipo de cambio), una rpida suba de las importaciones (estimuladas por la baja de sus precios de moneda local) y el recurso al endeudamiento para cubrir el dficit comercial y de servicios as como las demandas de los agentes locales que queran comprar dlares baratos como mecanismo de ahorro y especulacin.

    El sistema funcion un par de aos hasta que se cort el crdito externo. La crisis se hizo pblica en marzo de 1981, con el cambio de gobierno, mientras que los compromisos deri-vados de la masiva deuda externa, acompa-ados por el dficit comercial, planteaban una coyuntura insostenible. La crisis derivada de esa situacin oblig a una devaluacin masiva, provoc una recesin tan profunda como prolongada (la mayor de las registradas desde la crisis de 1930) y oblig a modificaciones apreciables en las formas de funcionamiento de la economa argentina3.

    El pas tard en superar esa crisis, mien-tras estaba envuelto en una oleada de alta inflacin y presionado por el pago de los compromisos de la deuda. Todo eso llev a una nueva crisis a fines de la dcada que coincidi con un cambio de gobierno y una nueva apli-cacin de la estrategia de tipo de cambio atra-sado con endeudamiento externo. El Plan de Convertibilidad, aplicado en 1991, atras el

    tipo de cambio, como herramienta para frenar la inflacin, mientras que el gobierno recu-rra al crdito externo para cubrir el dficit comercial y de servicios. La crisis del tequila, en 1994-95, fue una seal de la intensa depen-dencia de los flujos de divisas que repercuti en otra crisis ms fuerte a partir de 1999, cuando los acreedores externos comenzaron a percibir que el pas no podra llegar a pagar no slo la creciente deuda externa sino que tampoco los intereses que ella devengaba. Esa crisis fue tan intensa que derrumb al modelo de la converti-bilidad y abri la puerta a un nuevo cambio de poltica econmica que queda por ahora fuera de este anlisis.

    Las crisis financieras no fueron exclusivas de la Argentina; ellas ocurrieron en casi toda Amrica Latina, donde hubo dos grandes ciclos de endeudamiento: el primero en la dcada de 1970, que culmin con la crisis de la deuda de los aos 1980, y el siguiente en la dcada de 1990, que de forma similar concluy en las crisis mexicana, brasilea y argentina. Tambin sufrieron ciclos de auge y depresin los pases asiticos, aunque provenan de situaciones radicalmente distintas y tuvieron dismiles desenlaces. Una revisin de la literatura sobre estas crisis permite ver que el caso argentino slo se diferencia en detalles de los modelos estilizados elaborados por la teora de los flujos financieros que se resume a continuacin4.

    La teora econmica estndar justifica la entrada de capitales de diversas formas a los que considera siempre benficos para el pas receptor. Los capitales, buscando las inver-siones de mayor rendimiento segn esa teora, iran hacia los pases ms pobres, ayudndolos a aumentar su inversin y su producto. Ante la escasez de capital que estos pases sufren, el ahorro externo es lo que les permite incre-mentar su tasa de inversin y crecer a mayor velocidad. La devolucin de los prstamos no sera problemtica, dado que se conseguira

    3 Ese proceso est estudiado a fondo en Jorge Schvarzer (1986) La poltica econmica de Martnez de Hoz. Hyspamrica, Buenos Aires.

    4 La descripcin de esos ciclos financieros se basa en distintos trabajos sobre el tema entre los que cabe remarcar Shock externo y desequilibrio fiscal de Mario Damill, Jos Mara Fanelli y Roberto Frenkel (1994), Globalizacin y crisis financieras en Amrica Latina de Roberto Frenkel (2003), Capital market crisis: liberalisation, fixed exchange rates and market-driven destabilisation de Lance Taylor (1998), Economic growth with foreign savings? de Luis Bresser-Pereira y Yoshiaki Nakano (2002) y Polticas para mejorar la insercin en la economa mundial de la CEPAL (1995).

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    utilizando tan slo una pequea porcin de los beneficios del crecimiento que genera la aplicacin productiva de esos recursos. En la prctica, estos argumentos no se verificaron en los pases que se abocaron a la liberaliza-cin. Diferentes estudios (como el que deriv en el famoso puzzle de Feldstein-Horioka) muestran que las tasas de ahorro e inversin estn fuertemente correlacionadas, por lo que la inversin es financiada por el ahorro local y el crecimiento parece seguir dependiendo ms de la capacidad de acumulacin de cada pas que de los ingresos que reciba del exterior.

    En la prctica, las crisis financieras explo-taron en pases que combinaron la apertura comercial con la liberalizacin de los flujos de divisas y la apertura de la cuenta de capital. Esos pases aplicaron tipos de cambio fijos o semifijos, generalmente en programas que tenan como objetivo combatir la inflacin. A pesar de que en algunos casos se logr realmente contener el alza de los precios, el mismo paquete de medidas genera una serie de dinmicas que derivan final-mente en una nueva crisis.

    El tipo de cambio fijo (que en el caso argen-tino fue establecido por ley) provee un seguro de cambio gratuito que elimina, por lo menos en teora, el riesgo de una devaluacin. En ese contexto, la diferencia entre la tasa de inters local y la internacional provee una oportunidad de obtener grandes ganancias a quienes colocan sus dlares en plazos cortos. La posibilidad de endeudarse a tasas bajas en el exterior y conse-guir rendimientos mayores en el sistema finan-ciero local se ve reforzado por la promesa del gobierno de mantener el valor en divisas de los pesos ganados en el perodo. Dada la elevada liquidez internacional, los capitales son atrados por los rendimientos que el pas ofrece.

    La entrada de capitales inaugura la fase ascendente del ciclo, pero esta ocurre con un tipo de cambio sobrevaluado. El anclaje del tipo de cambio logr en muchos casos reducir la inflacin, pero suele hacerlo con cierto rezago, y la suba de precios, que continuamente, genera una apreciacin adicional de la moneda local, responsable en gran medida de la din-mica posterior de la economa. En la primera fase, que se caracteriza por la cada de la tasa de inters, la actividad crece mientras la

    inflacin disminuye, variables que contribuyen a la ilusin generalizada sobre el supuesto xito del modelo. La abundancia de financia-miento barato se combina con la recuperacin relativa del salario real (permitida en buena medida por la disminucin de la inflacin) y en conjunto dinamizan tanto el consumo como la inversin. Dada la apertura comercial y el tipo de cambio apreciado, la demanda interna impulsa la produccin local, pero especial-mente el ingreso masivo de productos impor-tados. La avalancha de importaciones, sumada a la prdida de competitividad de las exporta-ciones, genera un dficit de la balanza comer-cial que se ampla a medida que dura la fase alcista del ciclo. La deuda externa, mientras tanto, recorre un sendero de crecimiento veloz; a medida que crece, los pagos de intereses se incrementan, poniendo una carga adicional sobre la cuenta corriente, que se vuelve rpida-mente deficitaria. El dficit de cuenta corriente y el aumento de la deuda externa hacen que la economa se vuelva ms vulnerable a un cambio de orientacin del flujo de divisas.

    Cada ao el pas requiere una nueva deuda para solventar su dficit de cuenta corriente y refinanciar los vencimientos de capital e intereses de la deuda acumulada que no tiene forma de afrontar. La vigencia de la regla cambiaria y la posibilidad de pagar la deuda externa depende entonces de la capacidad del gobierno de seguir atrayendo una masa cada vez mayor de divisas al pas. Pero mientras mayores son las necesidades del gobierno, es decir, cuanto ms se hayan expandido el dficit de cuenta corriente y la deuda externa, mayor es el riesgo de no lograr conseguir los cuantiosos recursos necesarios y, por lo tanto, mayor es el riesgo del colapso. La percepcin de la vulnerabilidad de la economa comienza entonces a verse reflejada en la prdida de credibilidad de la regla cambiaria y en el incre-mento de las posibilidades de que el pas caiga en una cesacin de pagos.

    El alza del riesgo pas y del riesgo de deva-luacin obligan a ofrecer cada vez mayores rendimientos para que los capitales sigan fluyendo y se ensancha as la diferencia entre la tasa de inters local y la internacional. En la economa local, la ausencia de crdito externo

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    origina la primera etapa de la fase contrac-tiva del ciclo. Ella provoca un alza de la tasa de inters, que genera el encarecimiento del crdito para el consumo y la inversin. Esos cambios se combinan con la baja de competiti-vidad de las exportaciones y la restriccin mone-taria que opera una vez que comienzan a caer las reservas. La contraccin de la economa se agrava mientras siguen cayendo las reservas y sube la tasa de inters a medida que se profun-diza la idea de que la cada es inevitable.

    La crisis puede acelerarse por factores exgenos: suba de la tasa de inters interna-cional, retraccin de los flujos de capital (como ocurri con la crisis del tequila) o suba del riesgo pas debido a las dudas de los inver-sores o por contagio ante la cada de un pas vecino. Cualquiera de ellos puede situar al pas en una posicin an ms vulnerable. Un dficit de cuenta corriente que aparentemente poda ser financiado, o un nivel de deuda externa que pareca controlable, pueden tornarse explo-sivos ante un shock externo de magnitud. Sin embargo, la dinmica explosiva de los ciclos de endeudamiento descriptos no depende de la posibilidad de encontrar situaciones como estas. Son las mismas caractersticas intrn-secas del proceso de crecimiento sostenido por el endeudamiento las que engendran la fase recesiva con la que culmina el ciclo, ms all de que esta pueda agravarse o aliviarse por cambios en el contexto internacional.

    En definitiva, la duracin del ciclo depende de la capacidad nacional de conseguir sufi-ciente cantidad de divisas para financiar el creciente dficit de la cuenta corriente. Dado el dficit comercial y de servicios, estas entran al pas mediante la colocacin de la deuda externa (tanto privada como pblica) en los grandes bancos internacionales o en los orga-nismos multilaterales de crdito y con la venta de empresas pblicas o privadas. De esta forma, el excedente de absorcin interna (consumo ms inversin) por sobre el producto se financia endeudando el pas y/o vendiendo el patrimonio nacional. El perodo de expan-sin puede extenderse en el tiempo mientras se cumple alguna de las siguientes variables: suficiente apetito por prestar al pas por parte de los bancos privados, voluntad del FMI, el

    BID, y el Banco Mundial de hacer lo mismo, o empresas locales disponibles para ser vendidas. Pero estas polticas generan, a su vez, una pesada carga que determina en gran medida el tamao del ajuste posterior. La deuda externa impone crecientes pagos de intereses mientras que la extranjerizacin de la propiedad acre-cienta las remesas de utilidades. As la exten-sin de la etapa de crecimiento de la economa se hace a costa de un dficit cada vez mayor de la cuenta corriente.

    En el ajuste de las crisis del stop and go, la imposibilidad de financiar los dficits comerciales llevaban rpidamente a la cada del nivel de actividad, la cual produca una contraccin de las importaciones hasta que se consegua el equilibrio de la balanza comercial. En las crisis financieras modernas, la expan-sin puede continuar a pesar del desequili-brio externo pero, al momento de la crisis, el ajuste debe ser tal que permita no slo equi-librar la balanza comercial, sino que debe provocar un supervit comercial de magnitud tal que permita solventar, adems, los pagos de intereses y utilidades comprometidos en el perodo de auge. Mientras mayor sea el dficit de cuenta corriente, ms se haya endeudado el pas y ms extranjerizada se encuentre su propiedad, mayor es el ajuste recesivo que la restriccin externa impone.

    En conclusin, las promesas que augu-raban que los ciclos del stop and go seran superados mediante la apertura y la entrada de capitales no se cumplieron. La experiencia argentina muestra que el resultado fue tan slo una prolongacin de las fases alcistas al costo de desembocar en crisis de mayor magnitud. En otras palabras, se reemplaz el stop and go por el mucho ms penoso go and crash.

    Dinmica del producto

    A los efectos de una comparacin sobre el creci-miento del producto en ambos perodos se ha decidido tomar la etapa 1952-1974 como expre-sin del primero y 1976-1998 como expresin del segundo. En ambos casos resulta imposible tomar perodos puros debido a los constantes cambios de poltica econmica al interior de

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    cada uno de ellos pero resulta evidente el predo-minio de la economa cerrada en el primero y la abierta en el segundo.

    La opcin de las fechas sealadas se origina en el inters de tomar dos perodos de duracin semejante (en este caso 22 aos) no afectados en sus extremos por crisis coyunturales que pueden modificar los resultados en el mediano plazo. En ese sentido 1952 presenta un ao normal, despus de una suave crisis en 1949, mientras que 1974 es el ltimo ao de avance de la economa cerrada y sirve para marcar el fin de dicho perodo. El segundo se inicia en 1976, en coincidencia con el golpe de estado que comenz a modificar el funcionamiento de la economa argentina, y luego de la suave crisis de 1975 con un valor del PBI similar al de 1974, de modo que el perodo tomado incluye, a su favor, la enrgica recuperacin de 1977; el perodo cierra en 1988 antes del comienzo de la crisis que va a terminar bruscamente con la convertibilidad. Cualquier ao posterior que se seleccione ofrecera resultados ms negativos para este perodo debido a la intensa cada del producto que sigui hasta 2002, de modo que se toma un perodo favorable para medir el proceso de apertura.

    Los resultados son contundentes: el producto se multiplic por 2,4 en el primer perodo y slo subi 55% en el segundo (o por un factor de 1,55). En consecuencia, el producto per cpita creci alrededor de 90% en el perodo 1952-1974 y slo subi 20% en el segundo.

    A los valores anteriores se puede agregar que en el primero el valor agregado por el sector fabril se triplic mientras que en el segundo ese avance no pas del 50%, de modo que el crecimiento del perodo de apertura estuvo ms impulsado por servicios que por la produccin de bienes.

    Las comparaciones pueden extenderse a variables como el empleo o la evolucin del salario real, siempre favorables al primero pero lo que interesa es apreciar el fenmeno de las crisis en ambos procesos.

    Efecto de las crisis

    Despus de la crisis de 1930, las estadsticas de evolucin del PBI sealan una pequea recesin en 1943 y otra en 1945, que dejamos de lado para concentrarnos en la de 1949 que se ubica en el comienzo del perodo de anlisis, y seguir con las

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    1952 - 1974:+140%

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    Grfico I Evolucin del Producto Bruto Interno 1947-2007, en pesos constantes de 1993.

    Fuente: elaboracin propia en base a datos de Cuentas Nacionales

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    de 1953, 1959, 1961, que corresponden al primer perodo, dejamos entre parntesis la de transi-cin en 1975, y tomamos las de 1978, 1981, 1988, 1995 y 1998 para el segundo perodo.

    El Grfico II presenta, en tramos verticales grisados, los aos de crisis en el perodo anali-zado de modo que se vea la frecuencia de ellas y la duracin de cada una.

    El trabajo define la duracin de la crisis como el tiempo que transcurre hasta que el PBI vuelva al valor de origen y calcula el valor de

    la prdida de producto (respecto a una evolu-cin constante) en pesos de 1993 as como en porcentaje del PBI. Entendemos que el clculo de la prdida potencial de producto es mejor en este ltimo caso porque el PBI crece a lo largo del tiempo y los pesos constantes son menos representativos del proceso5.

    El Cuadro I y el Grfico III exhiben los resultados del ejercicio.

    El resultado es muy significativo. Las crisis del perodo de stop and go duran dos aos (con

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    300.000

    250.000

    200.000

    150.000

    100.000

    50.000

    Grfico II Crecimiento y crisis del PBI

    Fuente: elaboracin propia en base a datos de Cuentas Nacionales

    Cuadro IPrdidas de producto en cada crisis desde 1949 hasta 2005, en pesos de 1993 y porcentajes del PBI

    Duracin (aos) Prdidas en millones de $ de 1993 Prdidas (% PBI)

    49-50 2 1.021 1,3%

    52-53 2 4.109 5,0%

    59-60 2 6.742 6,5%

    61-64 3 6.215 5,5%

    75-77 3 2.233 1,2%

    78-79 2 6.349 3,2%

    81-87 7 70.937 34,3%

    88-91 4 45.010 21,9%

    95-96 2 7.122 2,8%

    99-05 7 139.923 48,6%

    Fuente: elaboracin propia en base a datos de Cuentas Nacionales

    5 La prdida se podra calcular respecto a una hiptesis de crecimiento regular del PBI, de modo que el valor a alcanzar para recuperar el producto al final de la crisis sera mayor que el definido en este trabajo que, en ese sentido, es conser-vador. Tambin se podra hacer la hiptesis de que el PBI per capita sea el que debe volver a su nivel anterior que sera mucho ms desfavorable para los resultados del segundo perodo que se analiza por los resultados que surgen.

  • 127

    Revista de tRabajo ao 6 NmeRo 8 eNeRo / julio 2010

    Modelos macroeconmicos en la Argentina: del stop and go al go and crash

    la excepcin de la ltima de ellas que llega a tres) y cuestan una prdida de producto del orden de 5% a 6,5% del PBI. En cambio, de las cuatro crisis del perodo de apertura (descon-tando la primera del perodo de transicin), una dura cuatro aos y dos demandan nada menos que siete aos para que el PBI recupere su nivel anterior; esas crisis cuestan 21,9%, 34,3% y 48,6% del PBI. Obsrvese que el perodo adop-tado terminaba en 1998, pero la crisis del ao siguiente se extiende hasta el ao 2005, momento en el que recupera el PBI previo. Esa

    crisis represent una prdida de casi la mitad del PBI, es decir que destruy el equivalente a todo el excedente del producto final de una economa que hubiera crecido al 4% anual durante 10 aos. Ese resultado justifica la deno-minacin de go and crash para el perodo.

    El Grfico IV expresa las prdidas de producto en igual valor promedio por cada ao de la crisis para mejorar la presentacin. En cambio, el Grfico III expresa esa misma prdida en valores promedio anuales por crisis, que es otra manera de presentar el mismo resultado.

    Grfico III Prdidas de producto en cada crisis desde 1949 hasta 2005, en porcentajes del PBI

    Fuente: elaboracin propia en base a datos de Cuentas Nacionales

    Grfico IV Prdidas de producto en cada crisis desde 1949 hasta 2005, en porcentajes del PBI

    Fuente: elaboracin propia en base a datos de Cuentas Nacionales

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