2 facultad de humanidades y ciencias sociales. - … · al recorrer el índice del séptimo número...

168

Upload: lamtruc

Post on 14-Oct-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 2La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Misiones.

    Decana: Mgter. Gisela SpasiukVice Decano: Mgter. Rubn ZamboniSecretaria de Investigacin y Posgrado: Mgter. Ana Mara Gorosito Kramer Director: Roberto Carlos Abnzano (Profesor Emrito/Universidad Nacional de Misiones, Argentina)

    Consejo Asesor Dra. Ana Mara Camblong (Profesora Emrita/ Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Dr. Denis Baranger (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Dra. Susana Bandieri (Universidad Nacional del Comahue/Consejo Nacional de

    Investigaciones Cientficas y Tcnicas, Argentina)

    Comit Editor Hctor Eduardo Jaquet (Coordinador-Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Dbora Betrisey Nadali (Universidad Complutense de Madrid, Espaa) Esther Luca Schvorer (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Zenn Luis Martnez (Universidad de Huelva, Espaa) Marcela Rojas Mndez (UNIFA, Punta del Este, Uruguay) Guillermo Alfredo Johnson (Universidade Federal da Grande Dourados, Brasil) Mara Laura Pegoraro (Universidad Nacional del Nordeste, Argentina) Adriana Carsimo Otero (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Ignacio Mazzola (Universidad de Buenos Aires-Universidad Nacional de La Plata) Juana Elisabet Snchez (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Mariana Godoy (Universidad Nacional de Salta, Argentina) Carmen Guadalupe Melo (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Carolina Diez (Universidad Nacional Arturo Jauretche, Argentina) Pablo Molina Ahumada (Universidad Nacional de Crdoba, Argentina) Pablo Nemia (Universidad Nacional de San Martn, Argentina) Daniel Gastaldello (Universidad Nacional del Litoral, Argentina) Jones Dari Goettert (Universidade Federal da Grande Dourados, Brasil) Jorge Anbal Sena (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Mara Anglica Mateus Mora (Universidad de Tours, Francia) Patricia Digilio (Universidad de Buenos Aires, Argentina) Mabel Ruiz Barbot (Universidad de la Repblica, Uruguay) Ignacio Telesca (Universidad Nacional de Formosa, Argentina) Bruno Nicols Carpinetti (Universidad Nacional Arturo Jauretche, Argentina) Mara Eugenia de Zan (Universidad Nacional de Entre Ros, Argentina) Juliana Peixoto Batista (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Argentina)

    Consejo de Redaccin Laura A. Kostlin (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Alejandra C. Detke (Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas, Argentina) Christian N. Gimnez (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Claudia Domnguez (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Froiln Fernndez (Universidad Nacional de Misiones, Argentina) Carla Traglia (Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas, Argentina)

    Asistente EditorialAntonella Dujmovic (Universidad Nacional de Misiones, Argentina)

    Coordinador Seccin En FocoSandra Nicosia (Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas, Argentina)

    Apoyo tcnicoFederico Ramrez Domiiko

    CorrectorJuan Ignacio Prez Campos

    Diseo GrficoSilvana DiedrichDiego Pozzi

    Diseo WebPedro Insfran

    Web MasterSantiago Peralta

    Coordinador IntrainstitucionalCristian Andrs Garrido (Universidad Nacional de Misiones, Argentina)

    La Rivada. Investigaciones en Ciencias Sociales.

    Revista electrnica de la Secretara de Investigacin y

    Postgrado. FHyCS-UNaMLa Rivada es la revista de la Secretara de Investigacin y Postgrado de la Facultad de

    Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones. Es una publicacin semestral en soporte digital y

    con referato, cuyo objeto es dar a conocer artculos de investigacin

    originales en el campo de las ciencias sociales y humanas, tanto de investigadores de la

    institucin como del mbito nacional e internacional. Desde

    la publicacin del primer nmero en diciembre de 2013, la revista

    se propone un crecimiento continuado mediante los aportes de la comunidad acadmica y el

    trabajo de su Comit Editorial.Editor Responsable: Secretara

    de Investigacin y Postgrado. FHyCS-UNaM.

    Tucumn 1605. Piso 1. Posadas, Misiones.

    Tel: 054 0376-4430140ISSN 2347-1085

    Contacto: [email protected]

    Artista InvitadoFrancisco Sales Amengual Tu Guainahttps://www.flickr.com/photos/tuguaina

  • 3La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    EDITORIAL

    Tanto en la prctica de la lectura como en el ejercicio de la escritura hay continuidades que son inherentes a los procesos de produccin e interpreta-cin de sentidos; estos procesos semiticos e inevitablemente humanos, mu-chas veces conllevan deslizamientos derivas, diseminaciones que sin dar-nos cuenta establecen pasajes entre un espacio y otro, entre la palabra dicha y la palabra por venir. Se trata de espacios intermedios, intersticiales, en los cuales se acumulan y se condensan numerosas posibilidades que habilitan la creacin, la invencin, la crtica.

    De alguna manera, podemos observar esas continuidades entre los dos n-meros de La Rivada que hemos pergeado este ao, y que como decamos en la ltima editorial han puesto el foco en la memoria como espacio de re-flexin y revisin en torno a una o varias conformaciones identitarias que si bien tienen sus races en el/los pasado/s, se reconfiguran una y otra vez en las miradas y voces que estn repensndolas y resitundolas permanentemente desde el mbito acadmico-cientfico.

    Al recorrer el ndice del sptimo nmero de esta revista se hacen tangibles esos deslizamientos y continuidades. Ellos se instalan transversalmente en los distintos debates propuestos por los trabajos que componen las secciones, y aunque se acentan una vez ms en el Dossier ahora desde una mirada si-tuada en la contemporaneidad del territorio misionero, no dejan de sugerir y generar resonancias a lo largo de toda la revista.

    Los debates en torno al Bicentenario de la Independencia Argentina han ocupado, en 2016, el centro de la escena. Con la intencin de desbaratar luga-res comunes vinculados a las nociones de pasado, memoria, independencia, nosotros/los otros, el Equipo Editorial de La Rivada se ha propuesto re/to-mar la palabra y mostrar un abanico de lecturas posibles a partir de las cuales repensar las prcticas, los espacios, las identidades y las ideas y sentidos que se construyen sobre dichas cuestiones.

    En esa lnea, el Dossier de esta nueva edicin presenta algunas de las discusiones asumidas por los investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales durante las Jornadas Pensar la Independencia en el Siglo XXI. Reflexiones misioneras en el Bicentenario de la Independencia. Aportes para el debate, organizadas por la Secretara de Investigacin y Posgrado y la

  • 4La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    Secretara de Extensin y Vinculacin Tecnolgica de esta Facultad y llevadas a cabo los das 5, 6 y 7 de julio de este ao.

    Desde una participacin voluntaria que responde a una convocatoria conjunta entre La Rivada y la Secretara de Investigacin, han sumado sus voces cuatro investigadores con diferentes lneas de trabajo; cada uno de ellos pone de relieve las mltiples temticas en torno a la reflexin sobre el concepto de independencia en la actualidad y en su conjunto muestran la diversidad de voces que conviven y se potencian en el marco de esta institucin. As, los trabajos que conforman el Dossier destacan la mirada local y desde el presente reflexionan acerca del proceso histrico que rememora los 200 aos de la Independencia; se conjugan entonces dos de los ejes establecidos para las Jornadas por su condicin prioritaria en los debates locales y nacionales de la actualidad: La situacin agraria: tierra, trabajo y rentabilidad y Modelos culturales, estilos y medios de comunicacin social y su transformacin. En el primero se alinean los trabajos de Vctor Rosenfeld y Lisandro Rodrguez quienes postulan una mirada crtica en torno a la cuestin agraria en Misiones, el pas y la regin Rosenfeld aborda la problemtica vinculada a la distribucin y propiedad de la tierra en el actual territorio argentino, mientras Rodrguez centra su anlisis en la actividad yerbatera en tanto cimiento fundamental del agro en un territorio marginal y de frontera; en la segunda lnea de discusin encontramos las investigaciones de Elena Maidana y Beatriz Curtino quienes problematizan el concepto de Independencia a partir del anlisis de una serie de prcticas sociales, culturales y polticas pblicas en torno a medios de comunicacin y la nocin de desarrollo. Ambas investigadoras intentan poner en tensin los paradigmas hegemnicos para introducir, desde los mrgenes, novedosas maneras de repensar esa serie de prcticas en clave local-regional posibilitando la apropiacin/empoderamiento de actores sociales postergados.

    Por su parte, la seccin Reseas presenta dos lecturas crticas de investigaciones que abordan algunos matices de las configuraciones culturales e identitarias en el territorio argentino del siglo XX. En la primera de ellas, Laura Ebenau nos ofrece un anlisis minucioso de la Tesina de Licenciatura en Antropologa Social Educacin Intercultural Bilinge, el desafo en una comunidad Mbya-Guaran, resultado de las investigaciones de grado emprendidas por Arn Baay bajo la direccin Rita M. L. Allica y la codireccin de Yamila I. Nuez. La misma fue presentada en febrero de 2016 y defendida en marzo del mismo ao en el marco de la carrera de Antropologa Social FHyCS-UNaM. El eje central que articula el trabajo consiste en analizar las relaciones pedaggicas-educativas-sociales-culturales que se establecen entre los nios escolarizados de comunidades mbya-guaran, nios escolarizados criollos, maestros y auxiliares docentes indgenas en una escuela de la provincia de Misiones.

    Seguidamente, Gabriela Schiavoni presenta su lectura del libro Ms all de la pampa. Agro, territorio y poder en el nordeste argentino (1910-1960), publicado en la ciudad de Buenos Aires por la Editorial Teseo en 2015. Bajo el ttulo Espacios sin historia? La constitucin de provincias a partir de territorios en el nordeste argentino, Schiavoni destaca el aporte de esta compilacin, que rene una variedad de pesquisas que giran en torno a las

  • 5La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    situaciones productivas particulares de Chaco, Formosa y Misiones desde una mirada histrica sobre un tema que si bien ha sido extensamente abordado por antroplogos, gegrafos y naturalistas, an exige una interpretacin en clave histrica.

    El Homenaje de este nmero dedica su atencin a La pasin por el cine y bajo ese ttulo a explora minuciosa y detenidamente la labor persistente de dos gestores, promotores y realizadores culturales que han sido capturados, precisamente, por el arte cinematogrfico: el periodista y conductor Miguel Riquelme y el joven cineasta Guillermo Rovira. A partir de dos entrevistas, en el tono conversacional de un encuentro apacible, se aborda la problemtica del cine en Misiones; resultado de una serie de iniciativas promovidas por productores, directores, guionistas y tcnicos locales, quienes a lo largo de treinta aos han impulsado el desarrollo provincial y apostado al avance y la proyeccin futura.

    Tanto Miguel Riquelme como Guillermo Rovira son dos amantes del cine. Ambos le han dedicado gran parte de su vida a difundir y concretar esa pasin, abriendo el camino para la realizacin del cine misionero. Es por ello que este homenaje ha elegido darles la palabra a partir de dos grandes interrogantes: cmo advertir las posibilidades para crear audiencias e instalar nuevamente un lugar relevante para la promocin, la crtica y la reflexin sobre el cine?, desde qu concepciones se podra crear un cine regional con mirada propia? Interrogantes que justamente potencian sus figuras y desde all ponen en escena una mirada crtica sobre la actualidad de la produccin audiovisual en la provincia. A modo de bonus track, nos pareci ms que interesante incluir sobre el final de las entrevistas material producido por los entrevistados: programas de Morir de cine, producido y conducido por Miguel Riquelme, as como tres cortometrajes de Guillermo Rovira. De esta forma, los lectores podrn acceder al mundo creativo de ambos entrevistados a travs de fragmentos de sus producciones. Nos acercamos a Miguel y a Guillermo por medio de sus palabras, de sus relatos; pero tambin invitamos a hacerlo escuchando y mirando parte de sus universos creativos.

    Con respecto a la seccin En Foco, cabe decir que en esta oportunidad se presentan los resultados del relevamiento fotogrfico realizado por Florencia Belloni en el marco del proyecto Aprovechamiento y Revalorizacin de los Recursos Naturales y Culturales de las Comunidades Mby Guaran, Caramelito e Itapir, que concentra su labor en el rea de Reserva de la Universidad Nacional de Misiones y forma parte del Programa Social de Bosques (PROSOBO) que depende de la Secretara de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nacin.

    Para finalizar y con nimos de dar lugar al recorrido que cada lector desee emprender por las pginas de este nuevo nmero de La Rivada, slo nos resta presentar los tres Artculos que conforman la seccin homnima. En primer lugar, el texto de Nadia Molek, Lic. en Ciencias Antropolgicas y Becaria Doctoral de la Universidad de Buenos Aires, aborda los procesos migratorios e identitarios de los inmigrantes eslovenos de entreguerras en nuestro pas. Los resultados aqu exhibidos son producto de las investigaciones realizadas para su Tesina de Licenciatura en la cual se ha propuesto describir

  • 6La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    y analizar, desde el punto de vista de los actores implicados, las continuidades y discontinuidades de las adscripciones nacionales y regionales de este grupo desde su arribo al pas y hasta la actualidad.

    Seguidamente presentamos el trabajo de Gastn Kneetman, titulado Despus de la primavera alfonsinista. Disputas internas y nuevos liderazgos en la Unin Cvica Radical entrerriana y en la ciudad de Minun (1986-1991). El mismo aborda un anlisis a escala provincial y municipal de la posicin de los actores locales respecto a las modificaciones en poltica econmica y de derechos humanos, as como una reflexin en torno a los conflictos intrapartidarios y las estrategias de los actores para construir o mantener la competitividad en un contexto electoral y poltico que se tornaba desfavorable para el radicalismo nacional.

    Por ltimo, el lector podr recorrer el trabajo en coautora de los investigadores Lautaro Steibrener y Ailn Spera, quienes desde una mirada interdisciplinar proponen una interpretacin crtica del film de Michael Haneke La cinta blanca (2009), atendiendo principalmente al concepto de desprecio; desde ese enclave, indagan en la tensin entre el universo adulto masculino y el universo infanto-juvenil y reflexionan sobre el funcionamiento de este sentimiento y sus efectos en la sociedad.

    Esbozada esta presentacin, los invitamos una vez ms a recorrer las pginas de este nuevo nmero con la expectativa puesta en seguir habilitando el debate en torno a temticas y problemticas de investigacin que contribuyan a desestabilizar del statu quo. Nuestro objetivo es y seguir siendo provocar la pasin por el saber y el deseo de la escritura.

    Los editoresDiciembre de 2016

  • 7La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

  • 3

    Procesos identitarios entre los migrantes eslovenos de entre-guerras y sus descen-dientes en Argentina*Identity processes among the Slovenian

    migrants during the interwar period and their

    descendants in Argentina.

    ResumenEl presente artculo presenta parte de los resultados de la investigacin realizada

    para mi tesis de Licenciatura en Ciencias Antropolgicas, acerca de los procesos mi-gratorios e identitarios de los eslovenos a la Argentina. Durante el perodo entre am-bas guerras mundiales, 25.000 eslovenos arribaron a la Argentina en busca de mejores condiciones econmicas o por motivos polticos. El contingente se caracteriz por he-terogneos procesos de adscripcin resultante de los acontecimientos y las cambiantes pertenencias estatales de su lugar de procedencia tras la Primera Guerra Mundial, as como por presentar heterogneas identificaciones. El artculo buscar describir y ana-lizar, desde el punto de vista de los actores implicados, las continuidades y discontinui-dades de las adscripciones nacionales y regionales de este grupo desde su arribo al pas y hasta la actualidad, tanto dentro del pas de destino, Argentina, como en relacin al territorio de origen, Eslovenia.

    Palabras claves: Migracin Eslovena; Argentina; Procesos de Auto y Heteroads-cripcin.

    Nadia Molek**

    _____________

    * Una versin preliminar de este trabajo ha sido presentada con el ttulo Configuraciones iden-titarias entre los migrantes eslovenos de entreguerras y sus descendientes en las VII Jornadas Santiago Wallace de Investigacin en Antropologa Social. Seccin de Antropologa Social. Instituto de Ciencias Antropolgicas. Facultad de Filosofa y Letras, UBA, Buenos Aires, 2013. El presente texto es una versin corregida y ampliada del mismo con modificaciones sustanciales.

    Ingresado: 18/08/16 // Evaluado: 06/09/16 // Aprobado: 12/09/16

    La Rivada. Revista de investigaciones en ciencias sociales.Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    Universidad Nacional de Misiones. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.Secretara de Investigacin y Posgrado.

  • 4La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    Abstract:This article portrays part of the results of the research done for my Licentiate thesis

    in Anthropology. It consisted of an anthropological approach to migration and identi-ty processes among Slovenian immigrants and their descendants in Argentina. 25.000 Slovenians arrived to Argentina between the two World Wars. The regional origin of the immigrants and the shifting State belonging of Slovenia shaped heterogeneous adscrip-tion processes among this social group. My goal is to describe and analyze, from the invol-ved actors perspective, the continuities and discontinuities of their national and regional ascriptions through time, contextualizing this process within the country of destination, Argentina. I will also consider the transnational relations of the group with the territory of origin, Slovenia.

    Key words: Slovenian migration, Argentina, auto- and hetero-adscription processes.

    Nadia Molek

    **Licenciada en Cs. Antropolgicas; Becaria de Doctorado de la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofa y Letras. Instituto de Ciencias Antropolgicas. E-mail: [email protected]

    Como citar este artculo:

    Molek, Nadia (2016). Procesos identitarios entre los mi-grantes eslovenos de entreguerras y sus descendientes en Argentina. Revista La Rivada 4 (7), 9-27. http://larivada.com.ar/index.php/articulos/84-procesos-identitarios-entre-los-mi-grantes-eslovenos

  • 5La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    Introduccin

    La migracin desde Eslovenia ha representado un fenmeno reducido dentro del panorama de las inmigraciones internacionales a la Argentina. Nuestro pas cuenta con cuatro diversos flujos in-migratorios eslovenos. El primero se desarroll entre 1878 y 1888, el segundo desde principios del siglo XX hasta la Primera Guerra Mundial, el ter-cero durante el perodo de entreguerras, y el lti-mo entre 1947 y los primeros aos de la dcada de 1950. Especficamente, durante el perodo entre ambas guerras mundiales (1919-1939), 25.000 es-lovenos arribaron a la Argentina en busca de me-jores condiciones polticas y econmicas. El con-tingente se caracteriz por heterogneos procesos identitarios resultantes de los acontecimientos y las cambiantes pertenencias estatales de su lugar de procedencia tras la Primera Guerra Mundial, as como por presentar marcadas identificacio-nes regionales y nacionales. Esta diversidad an puede ser percibida en la actualidad. El presente trabajo se propone contribuir a la construccin de conocimiento en torno a las migraciones transo-cenicas, las cuales, si bien en nuestro pas no son un tema novedoso, en las investigaciones sobre inmigracin eslava en general y sobre la inmigra-cin eslovena en particular han sido escasas.

    El artculo se encuentra guiado por un doble propsito. En primer lugar, nos interesa recons-truir los procesos migratorios del contingente de eslovenos arribados a la Argentina durante el perodo entre ambas guerras mundiales (1919-1939) y su insercin social a grandes rasgos, a fin de comprender y analizar las identificaciones histricas desplegadas. En relacin a este punto, prestaremos particular atencin a los roles des-empeados por el asociacionismo, las polticas identitarias argentinas y las acciones concretas de la Embajada Yugoslava en el pas. Conside-ramos al respecto que los procesos migratorios, comprendidos dentro de contextos histricos, po-lticos, econmicos, sociales y trasnacionales con-forman un interesante campo donde apreciar la complejidad y dinamismo de las identidades y los

    modos en que stas interpelan y son articuladas por los actores sociales.

    En segundo lugar, daremos cuenta de recien-tes procesos de identificacin protagonizados por inmigrantes y descendientes en un contexto de in-tegracin ya establecido. En otras palabras, bus-caremos describir y analizar, desde el punto de vista de los actores implicados, las continuidades y discontinuidades de la adscripcin nacional/re-gional de este grupo desde su arribo al pas y hasta el momento.

    En este sentido, nuestra hiptesis de trabajo sostiene que los procesos de adscripcin y marca-cin identitaria histrica se encuentran principal-mente relacionados a los sucesos desarrollados en el territorio de origen, tras el desmembramiento del Imperio Austrohngaro, al cual perteneci Eslovenia hasta la Primera Guerra Mundial, y por las posteriores reconfiguraciones geopolticas en el mismo. Asimismo, creemos que las polticas identitarias de los Estados argentino y yugoslavo han tenido cierto impacto en las identificaciones de los eslovenos en Argentina. Adems, dado que las identidades son relacionales, plantearemos que se han desarrollado procesos de diferencia-cin regional intragrupales, especialmente entre las identidades primorci y prekmurci1. Final-mente, sostendremos que las identificaciones ac-tuales encuentran anclaje y legitimacin a partir de los sentidos que son asignados al pasado desde un determinado posicionamiento de los actores sociales en el presente.

    Para llevar adelante el trabajo hemos tomado como referente emprico a los inmigrantes eslove-nos de entreguerras y sus descendientes2. Reali-

    1 Si bien el contingente migratorio estuvo compuesto por una diversidad regional mayor, no se tendrn en consideracin las mismas para el presente trabajo por no contar con datos suficientes para su anlisis.

    2 Cabe explicitar tambin mi posicin singular dentro de la comunidad estudiada. Mi propia historia, es decir, ser descendiente de migrantes eslovenos arribados a las costas de Buenos Aires alrededor de 1930, ha repercutido en el inters por estudiar este tema. A su vez, mi apellido esencializa mi pertenencia a los ojos de mis interlocutores, subsumiendo mi identidad como antroploga. En relacin a esto, Bourdieu observa que los investigadores sociales no somos ajenos a la internalizacin de estructuras objetivas de

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 6La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    zamos la investigacin principalmente dentro del marco asociativo. Las asociaciones relevadas han sido la Asociacin Mutual Eslovena Triglav Bue-nos Aires en la Ciudad de Buenos Aires, la Aso-ciacin Mutual Esloveno Transmurana de Bernal en el Gran Buenos Aires, y la Asociacin Eslovena Triglav Rosario, en Rosario, Santa Fe. No obstan-te, tambin hemos contado con entrevistas a suje-tos desvinculados de las organizaciones.

    Hemos utilizado el mtodo etnogrfico basa-do en la observacin participante en actividades grupales -celebraciones conmemorativas, eventos culturales- y vida cotidiana de algunos actores, as como entrevistas abiertas en profundidad a personas interesadas en participar de la investi-gacin. Por otra parte, dada la importancia que tiene el contexto histrico para la problemtica de las identidades, el presente artculo se encuentra metodolgicamente ligado a una perspectiva plu-ral centrada en el anlisis micro-etnogrfico y la historia oral, as como a una antropologa hist-rica, que privilegia y valora el enfoque cualitativo y estudios de carcter emprico (Devoto y Otero, 2003). Hemos recurrido al anlisis de fuentes de

    representacin que reproducen modelos de realidad social, capital cultural y habitus, por lo cual el proceso de construccin de conocimiento requiere de un momento de reflexividad, a fin de objetivizar su relacin personal con el objeto (Bourdieu, 2007: 57). Por su parte, Althabe y Hernandez (2005) sealan que, ninguna lgica de investigacin es autnoma de las dinmicas sociales que estudian. Esto implica, en otras palabras, problematizar mi pertenencia al campo de investigacin, supone pensar y dar cuenta de la relacin que uno mismo construye con la comunidad estudiada (Tossounian, 2007). Hay una multiplicidad de formas en que un investigador se posiciona y es posicionado en el trabajo de campo, lo que Althabe y Hernandez denominan implicacin y es a partir de este posicionamiento que nosotros construimos nuestra perspectiva (Althabe y Hernandez, 2005: 82). Entonces, comprendo que en el trabajo de campo he ocupado un doble rol, por un lado, como descendiente y, por el otro, como investigadora. En el caso de los eslovenos de entreguerras, ser insider me implic construir una distancia metodolgica que me permitiera problematizar el objeto de investigacin, pero que a su vez que incorporara mi propia mirada y experiencia sobre el tema, comprendiendo que mi mirada es situada y posicionada desde un lugar particular (Tossounian, 2007). Este tema ha sido trabajado en profundidad en Molek, 2012.

    informacin secundaria como documentos hist-ricos producidos por la comunidad, bibliografa especializada, peridicos y semanarios, pginas web, redes sociales grupos cerrados de face-book-, y programas de radio. Asimismo, hemos consultado datos estadsticos provistos por la co-munidad.

    Consideraciones tericas

    Situaremos la problemtica que involucra a los inmigrantes eslovenos de entreguerras y sus descendientes en Argentina dentro de los plantea-mientos tericos actuales acerca de las identida-des.

    El trmino identidad es hoy en da un con-cepto recurrente. Brubaker y Cooper (2000), Cag-giano (2005), Restrepo (2007) y Grimson (2011), entre otros, lo encuentran problemtico. Sin em-bargo, como propone Lins Ribeiro, el uso de la nocin identidad no se debe descartar puesto que sirve para analizar formas en las que los grupos se perciben y son percibidos en sus modos de repre-sentar la pertenencia (Ribeiro, 2004: 165-166, en Restrepo, 2007: 32). Brubaker y Cooper (2000) proponen utilizar en cambio el concepto de iden-tificacin (Brubaker y Cooper, 2000: 18). Dado que resultara imposible abordar en este artculo las complejas discusiones tericas al respecto, nos proponemos reunir a continuacin algunas herra-mientas tericas que permitan poner en discusin el material emprico.

    Primeramente, consideraremos el aporte del modelo interaccionista, el cual resulta de utili-dad en la medida en que permite reconocer las fronteras y el mantenimiento de los lmites a partir de los cuales se organizan los procesos de autoadscripcin de un grupo y de la heteroads-cripcin por otros en un contexto especfico. Esta perspectiva plantea que las identidades son relacionales, remiten a una serie de prcticas de diferenciacin y marcacin de un nosotros res-pecto a un otros en un determinado contexto

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 7La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    de interaccin (Barth, 1976; Bartolom, 2006; Restrepo, 2007). La propuesta relacional intro-ducida por Barth manifest una ruptura crucial respecto a los lineamientos culturalistas y esen-cialistas (Bargman et al, 1992; Juliano, 1992). Los contextos de interaccin generan ms bien un de-seo por la conservacin de los lmites tnicos que amenazas de aculturacin (Barth, 1976: 10). La construccin identitaria en un contexto relacio-nal involucra la seleccin y exhibicin de rasgos diferenciadores, diacrticos o seas de iden-tidad, los cuales posibilitan la configuracin de las fronteras en un proceso dinmico e histrico. Sin embargo, los constructos identitarios no son arbitrarios. La identidad se construye a partir de repertorios objetivables (Dietz, 2002) dentro de un contexto histrico especfico donde los grupos tienen acceso a una caja de herramientas iden-titarias, es decir, un conjunto de clasificaciones disponibles con las cuales sus miembros pueden identificarse a s mismos e identificar a los otros (Grimson, 2011: 184).

    Otra propuesta importante a destacar es la constructivista, para la cual las identidades son procesuales, se encuentran histricamente situa-das y producidas y condensan, decantan y recrean experiencias e imaginarios colectivos (Bartolom, 2006; Restrepo, 2007). Esta perspectiva com-prende a la identidad como una construccin que involucra la seleccin e invencin de rasgos dife-renciadores histricos, lingsticos o culturales, en un proceso dinmico e histrico (Barth, 1976; Bartolom, 2006). No obstante, esto no significa que los actores elijan una identidad para aban-donarla tan pronto como diera lugar a inconve-nientes (Villar, 2004; Grimson, 2011). Los indivi-duos o grupos llegan a aferrarse a su identidad a modo de resistencia dentro de marcos de domina-cin (Villar, 2004; Restrepo, 2007). Esto nos lle-va a considerar el enfoque instrumentalista, para el cual la identidad es algo que se construye y se reconstruye constantemente en los intercambios sociales dando lugar a reformulaciones identita-rias y al despliegue de estrategias identitarias (Ballina, 2006; Cuche, 2007) en determinados contextos y procesos histricos. Como seala Res-trepo, una vez configuradas, las identidades no

    dejan de transformarse pero el ritmo y los alcan-ces de las transformaciones pueden alterarse en torno a variables demogrficas, sociales, polticas y de subjetivacin de los actores sociales (Restre-po, 2007: 25).

    Otras miradas abogan en pos de la descentra-lizacin del sujeto (Briones, 2006; Hall, 2013). Destacan por sobre todo la multidimensionali-dad de la identidad en los individuos y/o grupos (Cuche, 2007; Restrepo, 2007; Hall, 2013). Las identidades pueden ser abordadas desde sus di-ferentes dimensiones: personal, colectiva y social, las cuales se yuxtaponen entre s (Frigerio, 2007); es decir, una misma persona puede amalgamar mltiples identidades. Un sujeto puede pertene-cer a una nacin, un gnero, clase social, gene-racin, etc., sin que esto cause necesariamente conflicto (Cuche, 2007; Restrepo, 2007; Grimson, 2011). Como las identidades son mltiples, hay que justamente entenderlas en esas articulacio-nes, tensiones y antagonismos, y observar en qu contextos algunas dimensiones despliegan mayor relevancia que otras (Restrepo, 2007).

    Retomando lo dicho hasta aqu, estas perspec-tivas confluyen en comprender a la identidad como sentimientos de pertenencia a un colecti-vo (Grimson, 2011). Los procesos de conjuncin de los sentimientos de pertenencia pueden ser heterogneos. Mientras que personas con atri-butos distintos pueden generar identificaciones comunes o exacerbar identificaciones distintivas (Barth, 1976), personas sin ningn contacto di-recto pueden imaginarse como parte de la misma comunidad (Anderson, 1997). El sentimiento de pertenencia se genera por compartir dimensio-nes discursivas, por ejemplo, una historia en co-mn. Las identidades se encuentran constituidas discursivamente puesto que, mediante el lengua-je, los seres humanos somos sujetos atravesados por el significante (Restrepo, 2007). Pero, la dimensin discursiva es a su vez una prctica constituyente de cualquier accin, relacin, re-presentacin o disputa en el terreno de lo social (Restrepo, 2007: 27). Las formaciones discursivas en comn, insertas tanto en procesos de construc-cin de sentidos como en contextos histricos y en relaciones sociales especficas (Ballina, 2006),

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 8La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    suscitan acciones en conjunto que refuerzan este sentido de pertenencia, generando as la comu-nalizacin (Brow, 1990). Esto no significa que los sujetos sean anteriores a las identidades sino que existe un aspecto performativo de las identidades en la constitucin de los actores (Briones, 2006; Restrepo, 2007). Los sujetos no slo son afecta-dos por las cambiantes prcticas de diferenciacin y marcacin sino que se encuentran parcialmente constituidos o interpelados por ellas (Gupta y Fer-guson, 1997: 12, en Restrepo, 2007: 30).

    Finalmente, la identidad como concepto y no como fenmeno natural se ubica en dos niveles: el del anlisis desde la especificidad de las ciencias sociales y el del nativo (Eriksen, 1996:8). Por ello, considera-remos necesario no slo identificar los marcadores que los grupos establecen en relacin a los otros, sino que tambin implicar examinar la presencia de prcticas y discursos constitutivos de procesos de co-munidad y comunalizacin (Brow, 1990), es decir, el establecimiento de sentidos de pertenencia mediante acciones que vehiculizan la formacin de grupos de una determinada configuracin de agentes sociales, considerando las condiciones histricas y estruc-turales que configuran a los diversos grupos y a las relaciones dinmicas contradictorias y conflictivas que se establecen entre los mismos.

    Panorama general de los procesos migratorios de los eslovenos de entreguerras y su insercin social en Argentina

    La Repblica de Eslovenia es un pas ubicado en el lmite entre Europa central y los Balcanes de la Europa Oriental. Limita con Italia, Austria, Hun-gra y Croacia.

    Dentro de Eslovenia, lo regional funciona como un elemento identificador. Las distintas re-giones han desarrollado histricamente diversas fronteras simblicas de auto y heteroadscripcin en relacin a una historia en comn, las activida-des econmicas, los dialectos de la lengua eslo-vena, las tradiciones gastronmicas y el folklore msica, bailes, vestimenta-. De acuerdo con los objetivos propuestos, nos centraremos especial-mente en las regiones del litoral o Primorska, y de Prekmurje3.

    Primorska se encuentra situada al suroeste del territorio, en el lmite con parte del territorio alpi-no del norte Italia. A los habitantes de esta regin se los denomina primorci. El dialecto hablando en la zona, el primorsko, conforma uno de los ocho principales grupos dialectales hablados en Eslovenia.

    Prekmurje o Regin Transmurana, ubicada en la frontera noroeste junto a Austria y Hungra, conforma un rea integrada a la Monarqua de los Serbios, Croatas y Eslovenos en 1919. Es conside-rada una de las regiones ms pobres de Eslovenia y cuenta con un nmero considerable de habitan-tes de origen hngaro. A los habitantes de esta re-gin se los denomina prekmurci.

    Para comprender el modo en el que se ha ar-ticulado el sentimiento de pertenencia a una na-cin eslovena, deberemos considerar no slo una dimensin poltica sino tambin una con-formacin histrica particular, una forma en que los grupos sociales se han organizado en torno a una comunidad imaginada (Anderson, 1997: 23). En el contexto de la modernidad, las identi-ficaciones nacionales se han convertido en fuente principal de la identidad colectiva, ya sea a tra-vs del propio Estado-nacin o en oposicin a l, como ocurre con los nacionalismos de las nacio-nes sin Estado (Moraes Mena, 2008). Siguiendo estas propuestas, observamos que los procesos

    3 Asimismo, en el texto ser mencionada la regin de Bela Krajina o Carniola Blanca -regin sureste-, aun-que el proceso identitario de los belokrajnci gentilicio de Bela Krajina- no ser explorado por falta de datos empricos. Esta zona aledaa a la frontera con Croacia es an hoy un rea principalmente rural donde se pue-de percibir la confluencia cultural y lingstica del pas vecino.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 9La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    de configuracin nacional eslovena no han sido lineales sino que se han producido en relacin a escenarios de representacin poltica cambiante. Hasta su independencia en 1991, Eslovenia ha in-tegrado diferentes Estados plurinacionales: el Im-perio Austro-Hngaro hasta 1918, la Monarqua de los Serbios, Croatas y Eslovenos (1918-1929), el Reino de Yugoslavia (1929-1939) y la Repblica Federativa Socialista de Yugoslavia (1945-1991). En otras palabras, la construccin de lo esloveno se ha dado especialmente en relacin y oposicin a los Estados de los cuales form parte histrica-mente.

    Por otra parte, resultar tambin central re-tratar tanto la reconfiguracin geopoltica de Eslovenia tras la finalizacin de la Primera Gue-rra Mundial, como algunos sucesos puntuales vinculados a la Revolucin Yugoslava durante la dcada de 1940. Las negociaciones iniciadas tras el armisticio de la primera posguerra trajeron aparejada para Eslovenia una cuantiosa prdida de su territorio4. Hacia finales de la Gran Guerra, Eslovenia se vio obligada a ceder gran parte de su territorio suroeste, es decir, su regin istriano-litoral, a Italia. El norte fue anexado a Austria, y el noroeste a Hungra. Un tercio del territorio fue repartido entre las potencias vecinas vencedoras. Esta reestructuracin afect a las minoras eslo-venas -100.000 aproximadamente en Austria y 300.000 en Italia- que quedaron fuera del nuevo lmite. Los nuevos Estados especialmente fomen-taron un fuerte proceso de des-eslovenizacin, empobrecimiento (Kacin-Wohinc, 1995; Kalc, 1995; Marusi, 1995) y limpieza tnica que afecta-ba directamente a los eslovenos y a otras minoras que haban sido anexadas (Mislej, 1995).

    Tras la capitulacin de la Primera Guerra Mundial, Primorska fue separada del territorio esloveno incorporado al flamante Reino de Ser-bios, Croatas y Eslovenos. Fue anexada a Italia con el Tratado de Rapallo en el ao 1920 (Kacin-

    4 El conflicto blico desencaden una profunda rees-tructuracin del territorio europeo. El territorio ocupa-do por Eslovenia, jurisdiccin del Imperio Austrohn-garo hasta 1918, se vio afectado por el Pacto de Londres de 1915, que propona dividir el territorio esloveno en distintas regiones.

    Wohinc, 1995; Kalc, 1995; Marusi, 1995). El Par-tido Fascista profiri una fuerte persecucin tni-ca, la cual se ejecutaba a travs de la hambruna y las represalias ante el uso del idioma -primero en la escuela, luego en la iglesia y finalmente en la vida cotidiana-. Tambin elimin instituciones le-gales como las escuelas, los partidos polticos, las cooperativas, las asociaciones culturales y civiles. La creciente y violenta italianizacin de la minora eslovena de aquella zona llev a que muchas per-sonas se vieran forzadas a emigrar. Mientras que un grupo prominente opt por movilizarse hacia Yugoslavia u otras zonas de Europa como Fran-cia y Alemania-, otros tantos se organizaron en un movimiento de resistencia nacional y revolucio-nario, oponindose a la asimilacin. Otro impor-tante nmero de personas opt por la migracin transocenica hacia Australia, Canad, los Esta-dos Unidos, Brasil y la Argentina. As, este flujo arrib a Argentina junto con el contingente ms numeroso de inmigrantes eslovenos y sudeslavos.

    Es preciso comprender que el proceso migratorio de los primorci se llev a cabo mediante la estructu-racin de una compleja dispora muy comprome-tida transnacionalmente con los acontecimientos polticos en su tierra natal5. La experiencia conjunta de rechazo y persecucin marc fuertemente la me-moria social de este grupo, configurando en general una identidad fuertemente politizada y antifascista muy anclada en su pertenencia tnica regional y es-lovena. Algunos hombres regresaron para luchar en el Frente de Liberacin y la guerrilla partisana du-rante la Segunda Guerra Mundial. Luego, cuando tras la Segunda Guerra Mundial el lder de la Revo-lucin Yugoslava revolucin comunista de patrn sovitico-, Josip Broz Tito recuperara gran parte del territorio de Primorska ocupado por los italianos6, buena parte de la dispora litoral se torn leal hacia el nuevo mandatario7.

    En el caso de Prekmurje, el desarrollo hist-

    5 Sobre este tema me encuentro investigando actual-mente.

    6 Durante la dcada de 1950, Tito lograra anexar tambin la Istria eslovena y parte de la ciudad de Tries-te.

    7 Para ampliar, consultar Molek, 2012.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 10La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    rico fue distinto. Esta regin fue anexada a Es-lovenia en el ao 1919. En el ao 1920, en los acuerdos de los tratados que se hicieron al fina-lizar la Primera Guerra Mundial, el territorio que est entre los ros Mura y Raba se dividi en tres partes: una se cedi a Austria, la otra a Hungra y la zona sur se anex a Eslovenia. La reconfigu-racin de una identificacin regional prekmur-ci- hacia una nacional eslovenos- conform, en trminos de Fujs (1996) y Zawistowska (2012), un proceso ms complejo para las regiones bajo administracin hngara que para aquellas reas que pertenecieron a la administracin austraca del Imperio Austrohngaro. La adscripcin de los prekmurci se estableci en relacin a los proce-sos de nacionalismo magiar8, identificando al dia-lecto transmurano o prekmrski jezik como un elemento cultural significativo de diferenciacin identitaria respecto de los hngaros y de otros eslovenos (Zawistowska, 2012). Asimismo, resul-ta importante resaltar que, a diferencia del resto de Eslovenia donde la religin mayoritaria es el catolicismo, en Prekmurje se practica adems el luteranismo.

    El motivo de emigracin de los transmuranos fue fundamentalmente la crisis agrcola y la falta de trabajo en la regin (Cmor 2002:3). Kuzmi (1995) y Klemeni (2009) sostienen que en ge-neral los prekmurci optaron por desplazamientos estacionales. Los que decidieron movilizarse de-finitivamente lo hicieron con destino a Alemania, Francia, Norteamrica y a nuestro continente, es-pecialmente hacia la Repblica Oriental del Uru-guay (Cmor, 2002) y la Repblica Argentina.

    En sntesis, para la discusin de las proble-mticas identitarias, nos resulta importante com-prender que estos inmigrantes abandonaron sus hogares sin haber llegado a formar parte de una Eslovenia consolidada administrativamente den-tro de Yugoslavia (Velikonja, 1985: 49), por lo tanto, la procedencia regional se estableci como un importante diacrtico de identificacin y per-tenencia en el proceso de insercin en la nueva sociedad.

    Los primeros eslovenos de entreguerras co-

    8 Se denomina magiares al grupo tnico conocido en la actualidad como hngaros.

    menzaron a migrar a Argentina hacia finales del ao 1919. El flujo se cort con el inicio de la Se-gunda Guerra Mundial. Se estima que entre 1926 y 1929 lleg el grueso de la migracin eslovena a nuestro pas. El nmero final de individuos ascen-di a 25.000 aproximadamente (Rant, 2008: 16; Sjekloa 2004: 79; igon, 1998: 40). Hacia el ao 1936, el 78% de los inmigrantes provena de la re-gin litoral o Primorska. Un 12% era de Prekmur-je y otro 10% era originario de Bela Krajina y otras regiones (Sjekloa, 2004: 79)9. Si bien no existen datos estadsticos determinantes, los entrevista-dos y fuentes sealan que a Argentina llegaron alrededor de 2.500 eslovenos de Prekmurje. Para el caso de los primorci, no se han encontrado da-tos que determinen el nmero de ingresados.

    El flujo estuvo compuesto principalmente por hombres entre 15 y 50 aos, es decir, personas en edad laboral. La migracin femenina fue baja aunque su insercin laboral fue ms exitosa que la masculina (Kurini, 1981 en Sjekloa, 2004: 101). Por lo general se trat de una inmigracin de origen rural semianalfabeta que vino a radicarse definitivamente en Argentina y que consider al traslado como una estrategia de movilidad social. La gran mayora de los eslovenos sufri tres tipos de transiciones: primero, sufrieron un proceso de urbanizacin; luego, pasaron de ser trabajadores agrcolas a proletario industrial y finalmente, de la condicin de obrero a la de empleado, pequeo proletario o productor.

    Nuestro pas result un foco de atraccin tras la ampliacin de las oportunidades laborales brin-dadas por la rpida recuperacin econmica de Argentina tras la Primera Guerra Mundial (Pac-ceca y Courtis, 2008)10. Recordemos que la inmi-gracin transocenica fue promovida por funcio-narios e intelectuales argentinos desde finales del

    9 En relacin a la cantidad exacta de personas eslove-nas ingresadas a Argentina para este perodo, lamenta-blemente no se han encontrado datos precisos dado a que la mayora de los primorci ingresaron a Argentina con el pasaporte italiano y el resto con pasaporte del Reino de Yugoslavia.

    10 Asimismo, los Estados Unidos, Canad, Australia y Nueva Zelanda se haban convertido en destinos de di-fcil acceso para la mayora de los inmigrantes eslavos.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 11La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    siglo XIX, buscando modernizar y blanquear a la poblacin local (Devoto y Otero, 2003). De este modo, se proyect la configuracin de la naciona-lidad a partir de la fusin de los diversos grupos de inmigrantes. Sin embargo, si bien las clases di-rigentes argentinas apoyaban este imaginario en los europeos del norte, el puerto de Buenos Aires dio especialmente ingreso a inmigrantes italia-nos y espaoles (Devoto, 2007). Para el perodo de entreguerras se produce adems el aumento en el ingreso de inmigrantes del centro, del este y sudeste de Europa, especialmente tras la cada de los grandes imperios multinacionales de Austro-Hungra y Rusia, grupos que quedaran posicio-nados por fuera del anhelado crisol de razas11.

    El ingreso de los eslovenos de entreguerras a Argentina fue registrado bajo diversas naciona-lidades encubiertas (Mislej, 1994). Por ejemplo, los primorci fueron inscriptos como yugoslavos o italianos y los prekmurci nicamente como yu-goslavos, lo cual dej a estos inmigrantes sin la posibilidad de imponer su propia definicin de s mismos (Cuche, 2007). Sostenemos en este sen-tido que la configuracin de los procesos de iden-tidad en relacin a los Estados -de origen y de destino- ha tenido impacto en la afirmacin de la identidad. En este sentido, las autoridades argen-tinas han utilizado las nacionalidades de proce-dencia inscriptas en los pasaportes para registrar a los ingresantes. En algunos casos, los oficiales de aduana ejercan agencia en la asignacin de identidades del Estado argentino haca los inmi-grantes modificando las marcas de pertenencia, en este caso, los apellidos. En este sentido, si bien en el proceso de los primorci muchos ape-llidos ya venan italianizados debido al proceso de des-eslovenizacin en el territorio de origen, tambin encontramos ejemplos de apellidos eslo-venos argentinizados. Por ejemplo, Kosuta, en vez de Kouta [Lease: Koshuta] o Gregori [Leas Gregorch] que se transform en Grgoric, entre otros. En otras palabras, las identidades tam-bin emergen en el juego de modalidades espe-cficas de poder y por ellas son ms un producto de la marcacin de la diferencia que signo de una

    11 El tema ha sido planteado tambin por Ballina, 2006 y Monkevicius y Maffia, 2010.

    unidad naturalmente construida (Hall, 2003, en Restrepo, 2007: 27). Sin embargo, como seala-mos previamente, las identidades no constituyen mscaras impuestas, sino que implican a su vez articulaciones subjetivas de los actores sociales. As, mientras que algunos inmigrantes se vieron interpelados por sus nacionalidades formales asignadas yugoslavos, italianos-, otros prefi-rieron suscribir a la categora eslovenos a fin de diferenciarse de otros inmigrantes sudeslavos (Molek, 2012).

    El asentamiento en Argentina no fue unifor-me y se conform sobre la base de las relaciones personales, familiares o sociales consolidadas por las cadenas y redes migratorias. La concentracin en barrios especficos les permiti desarrollar un sentido de comunidad y reforzar la pertenencia tnica,12 as como desarrollar el asociacionismo.

    Asociacionismo entre los eslovenos de entreguerras: demarcaciones identitarias

    Para analizar el modo en que se cristalizaron en Argentina las diversas heteroadscripciones entre los primorci y prekmurci, procederemos a construir de modo general una visin compa-rativa que resalte tanto la heterogeneidad de las organizaciones como las fronteras de la identidad desplegada.

    Las primeras formas asociativas eslovenas se concretaron en la dcada del veinte. Al comienzo funcionaron como importantes vehiculizadores del proceso de integracin de los inmigrantes a travs de la asistencia mutual, transformndose

    12 Por otra parte, la eleccin de conglomerarse respon-da adems a la estrategia de comprar parcelas comuni-tariamente para luego subdividirlas entre los paisanos. Sobre la dispersin del grupo, consultar Molek, 2012.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 12La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    con el tiempo en instituciones de territorialidad simblica (Juliano, 1992) de las identidades. Como en el caso de otros colectivos inmigrantes, las organizaciones conformaron espacios socia-les delimitados de reafirmacin simblica de la identidad grupal con relacin a su origen comn y dieron lugar a pautas de accin que promovan un sentido de pertenencia colectiva, tales como actividades sociales y culturales varias: clases de idioma esloveno, coros, conciertos, grupos de tea-tro, grupos de danza, almuerzos, ajanke [tar-des de t] y exposiciones de arte, caracterizndose por ser un proceso continuo y profundo de la vida social (Brow, 1990: 1).

    Las asociaciones fueron espacios donde pri-maba, en concordancia con lo que afirma Juliano (1992), no slo una fuerte solidaridad de matriz nacional entre los miembros, sino tambin regio-nal. Esto puede reconstruirse tanto a travs de las modalidades de concentracin demogrfica que desarrollaron como en torno a los procesos de asociacionismo.

    Primeramente, observamos que, en los co-mienzos, los primorci se asentaron principalmen-te en el barrio de La Paternal y ms tarde en Villa Devoto (Mislej, 1994; Velikonja, 1985: 50). No obstante, tambin se produjeron reasentamientos en el interior del pas, generalmente por motivos laborales. Una importante porcin se estableci en Rosario, provincia de Santa Fe. Si bien Men-doza y Entre Ros fueron tambin provincias que acogieron a la migracin eslovena de este perodo, no se han encontrado rastros de organizacin co-lectiva.

    En la dcada de 1920 crearon los primeros centros. Podemos destacar entre otros Delavs-kokulturno Drutvo Ljudski Oder [Sociedad Cul-tural Obrera Escenario Popular]13 (1925-1974), Gospodarsko Drutvo Na Dom [Asociacin Eslovena de Socorros Mutuos Nuestro hogar] (1935-1974) en Villa Devoto, Slovensko Dela-vno Drutvo Triglav de Rosario [Asociacin de Trabajadores Eslovenos Triglav de Rosario], hoy

    13 Ljudski Oder fue una asociacin muy menciona-da por los entrevistados. Vinculaba a una gran cantidad de eslovenos afiliados al Partido Comunista Argentino. Sus miembros mantuvieron una postura pro-yugoslava.

    denominada Asociacin Eslovena Triglav de Ro-sario (1930-actualidad)14 en Rosario-Santa Fe, y Jugoslovansko Slovensko Podporno Drutvo Triglav Rosario [Asociacin Mutual Yugoslavo-Eslovena Triglav] que tras la independencia de Eslovenia fuera denominado Slovensko Podpor-no Drutvo Triglav15 [Asociacin Mutual Eslove-na Triglav] (1974-actualidad).

    Debemos decir que, si bien las asociaciones mencionadas concentraban principalmente a in-migrantes y descendientes de la regin de Primors-ka, las asociaciones tambin podan incluir a otros inmigrantes eslovenos de entreguerras tales como belokrajnci, dolenci, tajerci, o transmuranos. El trabajo de campo no identific exclusiones explci-tas, dando cuenta del universo heterogneo y com-plejo que el colectivo presenta. Esto se relaciona a la expansin de los vnculos sociales en el contexto inmigratorio, as como a las pautas matrimoniales o a las preferencias religiosas -los primorci abrazaron por lo general la religin catlica-. Como analiza-mos en otro trabajo (Molek, 2012), histricamente hubo una preferencia por cnyuges del mismo ori-gen, aunque tambin se han registrado numerosos matrimonios entre los eslovenos de entreguerras as como tambin con otros sudeslavos y otros es-lavos- sin que el origen significara un impedimento o exclusin de la colectividad16. No obstante, obser-vamos que la adscripcin regional configur distin-ciones clasificatorias sociales e histricas en relacin a otros inmigrantes eslovenos de la poca.

    Por otra parte, a diferencia de los prekmurci,

    14 A lo largo del tiempo, la Asociacin Eslovena Tri-glav de Rosario sufri resignificaciones identitarias conforme el desarrollo poltico de Eslovenia. Siendo en sus inicios una institucin mutual para trabajadores es-lovenos, despus de la Segunda Guerra Mundial inclu-y a otros componentes tnicos de Yugoslavia, trans-formando su nombre a Centro Yugoslavo de Rosario. Tras la independencia, los entrevistados afirmaron que volvi a recuperar su identidad eslovena, denominn-dose Asociacin Eslovena Triglav de Rosario.

    15 El nombre Triglav hace alusin al pico montao-so ms alto de los alpes eslovenos y significa tres picos.

    16 Distinto es el caso de la comunidad conformada por los eslovenos arribados tras la Segunda Guerra Mun-dial, donde la regla de la endogamia se impuso fuer-temente entre sus miembros, significando su ruptura, la exclusin total. Para ampliar, consultar Molek, 2012.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 13La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    podemos apreciar que las asociaciones no acen-tuaron su origen regional en las denominaciones institucionales sino que, en primera instancia, aludieron a su pertenencia nacional general eslovenos-, a la pertenencia estatal eslovena en segundo lugar yugoslavos- y de clase en casos particulares como Ljudski Oder y Slovensko De-lavsko Drutvo Triglav. No obstante, fuentes re-levadas y entrevistas a interlocutores aluden a que los miembros de este grupo se identificaban a s mismos y han sido identificados por otros bajo la categora social distinguible primorci.

    Luego, como sucedi en el caso de Ljudski Oder, la identidad se convirti en un recurso de resistencia y de promocin de intereses grupales. Interpretamos que los eventos vivenciados por los actores durante la Primera Guerra Mundial y los subsiguientes sucesos de persecucin tnica por parte de los italianos configuraron un acti-vo compromiso de los sujetos hacia su territorio y grupo de origen. Buena parte de los primorci desarroll lealtad hacia Yugoslavia de la segunda posguerra, especialmente mediante estrategias de accin en el contexto migratorio para la contienda por las tierras perdidas durante la Primera Gue-rra Mundial. Un ejemplo de ello fue el Primorski Odbor [Comit de Primorska], comit creado en 1942 que tras la capitulacin de Italia modific su nombre a Odborza Jugoslovensko Primorje v Argentini [Comit para los inmigrantes del lito-ral yugoslavo] (Mislej, m.s.)17. Hacia el ao 1947, cuando Yugoslavia recupera gran parte del terri-torio de Primorska (Deman, 2007:8), algunos primorci encontraron una buena razn para re-tornar a Eslovenia. Consideramos que la minora eslovena del litoral desarroll en general simpata por Yugoslavia y el comunismo como reaccin ante la violenta asimilacin y desigualdad que im-pona Italia, a travs de matanzas y encierros en campos de concentracin (Molek, 2012).

    Estas identificaciones polticas no slo pro-firieron espacios de lucha en el pasado sino que surcaron la memoria social y compromiso de la primera generacin de descendientes. En este

    17 El comit tena como misin informar a la opinin pblica y solicitar apoyo en relacin a la problemtica puntual del litoral esloveno, de Istria y Trieste.

    sentido, hace algunos aos, cinco miembros de la Asociacin Mutual Eslovena Triglav realiza-ron una declaracin pblica en el diario triestino Primorski Dnevnik, conmemorando el incendio intencional perpetrado por los fascistas italia-nos, del Club Nacional Esloveno en 1920. En este ejemplo, se hace presente una identificacin de un colectivo que ha sido construida polticamente y ha sido articulada a travs de la memoria ligada al territorio de origen en relacin al pasado.

    Respecto a los transmuranos, Cmor (2002) afirma que los prekmurci se asentaron principal-mente en la zona sur del Gran Buenos Aires, en las localidades de Avellaneda, Dock Sud y Berisso (Cmor, 2002; Velikonja, 1985: 50).

    El asociacionismo se concret recin hacia 1940. Slovenska Krajina [Reino Esloveno], ubi-cada en la localidad de Avellaneda, congreg al componente catlico de los prekmurci. Luego se fund en Bernal la organizacin Slovensko pre-kmursko Podporno Drutvo [Asociacin Mutual Esloveno Transmurana] (1943), la cual en un co-mienzo agrupaba al componente luterano de esta inmigracin, pero que con el tiempo y hasta la actualidad- fue ampliando sus membresa a otros eslovenos de la zona sur del Gran Buenos Aires. Como podemos apreciar en el nombre de la aso-ciacin an vigente, el sentido regional ha jugado un papel central en la identificacin de la comu-nidad, sin que esto excluyese la pertenencia a lo esloveno en el presente y a lo yugoslavo entre los aos 1945 y 1991.

    En trminos comparativos, podemos decir que la identificacin colectiva de los prekmurci evit la marcacin poltica. Resulta interesante reparar para ello en un apotegma reiterado tanto en do-cumentos y publicaciones del grupo como en las narraciones de los entrevistados, el cual exclama que la sociedad tiene el objetivo de unir a todos los eslovenos en un plano de igualdad y sin ideo-logas polticas ni religiosas18. Esta autoimposi-cin de no hablar de poltica y religin dentro de la asociacin fue interpretada por varios entrevis-tados como un modo de evitar los choques y de este forma concentrarse en la recordacin y en la

    18 http://www.slovencizvzhoda.com

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 14La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    promocin de pautas de accin que promuevan sentidos de pertenencia.

    Por un lado, tal como seal una interlocutora, esta accin se asocia a un proceso de alterizacin respecto de los primorci, identificados como ms politizados, ms problemticos. Al respecto una descendiente explic: Cuando vos queras decir-le algo a alguien para desprestigiarlo le decas vos sos de la Gorizia, eso era lo menos.Gorizia, hoy un municipio italiano situado en la frontera nacional con Eslovenia, condensa en este pasaje al componente de Primorska de los eslovenos de entreguerras, denotando en este marco de senti-dos un proceso de diferenciacin intragrupal.

    Pero por otro lado, refiere a la necesidad de imponer la invisibilizacin de ideologas nega-tivamente valoradas por la sociedad mayor. En otras palabras, podra interpretarse como una es-trategia identitaria. Sobre esto retornaremos en el prximo apartado.

    Como en el caso de los primorci, hubo histri-camente una preferencia por cnyuges del mismo origen regional, si bien los interlocutores sealan que con el tiempo tambin fueron considerados inmigrantes o descendientes de origen esloveno. Con el paso de los aos se fueron incrementan-do los matrimonios mixtos, especialmente con cnyuges de origen eslavo. En este sentido, como para el caso de los primorci, el origen regional no implic una exclusin tajante hacia otros no transmuranos.

    Si debemos reparar en el sistema de clasifi-cacin interna basado en las distintas prcticas religiosas. Algunos profesaban la religin catli-ca, mientras que otros eran luteranos. Estas dife-rencias imprimieron tensiones dentro del propio grupo. Los entrevistados vinculados al luteranis-mo perciben que los catlicos se encontraron ms a gusto en Argentina, dado el mayor imaginario social catlico de la sociedad y del Estado argen-tino. Por otro lado, los luteranos manifestaron no haberse encontrado representados religiosamen-te en la nueva sociedad.

    En sntesis, los procesos asociativos descrip-tos sistematizan el establecimiento, negociacin y mantenimiento de fronteras sociales intragru-pales. Frente a la sociedad mayor, ambos proce-

    sos muestran que ambos grupos se posicionaron como yugoslavos o eslovenos, es decir, esta-blecieron una clasificacin unificada en relacin a las cambiantes configuraciones del lugar de ori-gen. En relacin a ellos, se diferenciaron tanto regionalmente como por posicionamientos polti-cos y de clase asociacin obrera, asociacin de los trabajadores, entre otras-. Con esto queremos argumentar que los actores sociales integraron de manera sinttica una pluralidad de sus refe-rencias identificatorias que se hallan vinculadas a su historia y a categoras socialmente disponibles que cuentan con potencia identificadora (Grim-son, 2011).

    Identificaciones histricas en el contexto relacional argentino

    Resulta importante el hecho de que histrica-mente la construccin de la identidad argentina ha renegado de algunos componentes inmigratorios, especialmente de aqullos asociados a ideologas comunistas, socialistas y anarquistas. Como bien seala Cuche (2007), la heteroidentidad, en una situacin de dominacin, puede traducirse en la estigmatizacin de los grupos minoritarios y el desarrollo de una identidad negativa. En este sentido, las configuraciones identitarias de los es-lovenos en Argentina tambin se encuentran es-tructuradas por relaciones polticas, econmicas y sociales (Dietz, 2002: 11). Estos se construyen y se reconstruyen constantemente en los intercambios sociales, dentro de marcos de polticas de la iden-tidad que dan lugar al despliegue de estrategias identitarias (Cuche, 2007).

    A este respecto, resultan significativas dos cuestiones. Por un lado, la interiorizacin por parte de algunos actores sociales de la imagen de s construida desde el imaginario hegemnico, donde lo eslavo qued vinculado al comunismo

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 15La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    -desde la Revolucin Bolchevique de 1917- y con-siderado como una raza inferior, configurando as una identidad vergonzosa (Cuch, 2007). Esto se tradujo entre algunos interlocutores en un intento de invisibilizacin de ciertos marcado-res, como por ejemplo, el abandono de la lengua y otras seas de eslovenidad que dificultaran su integracin en el nuevo ambiente.

    De modo similar, el hecho de que una gran parte de los afiliados de las asociaciones mencio-nadas previamente, trabajadores industriales en su mayora, se identificaran con ideologas comu-nistas y socialistas llev a que durante la Dcada Infame y tras el advenimiento del peronismo su-frieran persecuciones polticas por parte de las autoridades argentinas19. Recordemos primera-mente que el proceso de insercin de esta corrien-te coincide en gran parte con el perodo del golpe de estado de Jos Felix Uriburu en 1930, momen-to en el que se inicia la represin de organizacio-nes sospechosas.

    De igual manera, durante el gobierno de Juan Domingo Pern y en el contexto de la Guerra Fra, se instal, por un lado, la prohibicin de visados de ingreso permanente o temporario a los nativos de Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia, Hungra, Polonia, Rumania, la U.R.S.S., alegando el peligro que implicaban desde el punto de vista ideolgico, poltico y social por los grupos afines ya radicados en el pas (Senknam, 1992). Por otra parte, se emprendi una persecucin ideol-gica disolviendo la mayora de las asociaciones as como tambin sus peridicos, que fueron interve-nidos y clausurados, sus miembros llevados por la polica y diversos libros de su biblioteca fueron quemados (Sjekloa, 2004)20. Los inmigrantes de origen eslavo vinculados a actividades sindica-les o gremiales eran presumidos de comunistas. Estos hechos llevaron a los individuos a desplegar diversas estrategias de invisibilizacin durante este perodo, evitando organizarse colectivamen-te. Las asociaciones que no haban sido censura-das prefirieron cerrar sus puertas durante algunos aos y los inmigrantes optaron por ocultar su

    19 Este tema puede ser ampliando en Molek 2012.

    20 Para casos similares, consultar Ballina, 2006.

    origen a fin de favorecer la rpida incorporacin a la nueva sociedad y al campo laboral. Aqullos que ingresaron con el pasaporte italiano aprove-charon para resguardarse bajo esta nacionalidad ms prestigiosa y menos peligrosa ideolgica-mente para la sociedad mayor. Las nuevas gene-raciones pudieron optar directamente por la ciu-dadana argentina.

    Pero, desde otro punto de vista, el caso de es-tudio tambin refiere al carcter abierto y con-tingente de las identidades. Por ejemplo, para el contexto laboral argentino21, lo esloveno im-plic, segn la percepcin de los actores sociales, una imagen ms positiva de buen extranjero. Distintos entrevistados sealaron al respecto que en comparacin a otros colectivos latinos o componentes nativos y criollos de Argentina, los eslovenos eran requeridos en las fbricas, por ser buenos trabajadores, respetuosos y cumpli-dores. Este hecho remarca el carcter dinmico de las identidades, las cuales se pueden prestar a diversas interpretaciones y manipulaciones.

    Finalmente, debemos considerar las relacio-nes de los eslovenos de este perodo con la em-bajada yugoslava en Argentina. En general, como ejemplificamos parcialmente mediante las prcti-cas matrimoniales, los eslovenos de entreguerras se mostraron abiertos para con otros componen-tes tnicos yugoslavos, as como con otros grupos de origen eslavo. Sjekloa (2004) explica que du-rante el Reino de Yugoslavia, las relaciones con la embajada yugoslava fueron tensas. Si bien haba grupos que apoyaron al Reino de Yugoslavia y por ello recibieron auspicios de la embajada (Sjekloa, 2004: 117), la mayora rechaz el sistema monr-quico, adhiriendo a la idea de revolucin socialis-ta y a la conformacin de una Yugoslavia Federal. Pero tras la Segunda Guerra Mundial la situacin se modific. La embajada yugoslava comenz a brindar su apoyo, institucional y financiero, a las asociaciones que simpatizaran con el cambio so-

    21 Respecto a la insercin laboral, Sjekloa (2004) destaca que la insercin de los eslovenos en el mercado de trabajo local no se redujo a un solo nicho laboral, sino que se diversificaron. Por falta de espacio no po-dremos explayarnos sobre este tema. El mismo puede ampliarse en Molek, 2012.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 16La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    ciopoltico en la tierra de origen. Considerando que buena parte de los refugiados anticomunistas ingresaron a Argentina a partir de 1947 (Molek, 2012), Yugoslavia desarroll en el contexto de la Guerra Fra estrategias de lucha diasprica fue-ra de su territorio (Sjekloa, 2004: 122-123). Su plataforma poltica desplegaba polticas de iden-tidad a travs de programas de vinculacin entre los inmigrantes y su territorio de origen as como tambin mediante la financiacin de actividades culturales22.

    Continuidades, discontinuidades en los procesos de identificacin entre los eslovenos de entreguerras en la actualidad

    Hasta aqu hemos buscado analizar la cons-truccin y reconstruccin de las identificaciones de los actores a nivel colectivo-institucional. Pero qu sucede hoy da, cuando el asociacionismo slo media entre las identificaciones de aquellos que an participan de la Asociacin Mutual Esloveno Transmurana en Bernal, o de la Asociacin Eslove-na Triglav en Rosario? Cul es el abanico de iden-tificaciones vigente en la actualidad?

    Estas preguntas nos llevaron a retomar algunos datos significativos recopilados durante el trabajo de campo, a fin de reflejar las heterogeneidades que se articulan mediante la agencia de algunos interlocutores. Como hemos sugerido, los proce-sos migratorios generaron en los inmigrantes de entreguerras y sus descendientes no slo diversos procesos de asociacionismo sino tambin formas cambiantes de su eslovenidad y alteridad frente a

    22 Sobre este tema me encuentro investigando ac-tualmente.

    la sociedad argentina, sedimentando diversos sen-tidos de pertenencia tnico-nacionales.

    En cuanto a la pertenencia regional, la mencin a la misma emerga por s sola en las narraciones acerca del proceso migratorio:

    Mi mam era de Prekmurje, ac se juntaban con los paisanos se iban a bailar a un restaurante, a Avellaneda. Y all se conocieron con pap. (Hija)La mayor parte de nuestros antepasados provena de la regin de Primorska, que en ese tiempo estaba ocupada por Italia. Muchos huyeron de la perse-cucin fascista y hubo quienes tambin emigraron en busca de mejores condiciones. Tambin vinieron los transmuranos y habitantes de la regin de Bela Krajina. (Hija)

    Resulta interesante que los hijos de los inmi-grantes an adscriban a los diversos componentes regionales que han constituido histricamente a la inmigracin de entreguerras. Esta seleccin cons-tituye una continuidad respecto al momento del arribo, es decir, cuando la identificacin regional se manifest como ms significativa para la cohesin social de los actores que la identificacin con una categora nacional. Como es propio de los procesos de comunalizacin, en la necesidad de generar un sentimiento de pertenencia compartido, los ac-tores recurren al pasado como medio efectivo para legitimar su identificacin actual (Brow, 1990). La utilizacin del pasado estructura a la identidad alu-diendo a procesos de diferenciacin que poseen un carcter flexible o selectivo (Monkevicius y Maffia, 2010). Pero los procesos y usos del pasado son variables en tiempo y espacio. Esto lo podemos notar, por ejemplo, entre los migrantes e hijos de la regin de Prekmurje, a comparacin de los pri-morci, cuando a pesar de que la integracin de los inmigrantes y sus descendientes es un hecho, mu-chos continan identificndose a un nivel regional:

    Eslovenia me tira, s, pero mi corazn est en Pre-kmurje. (Migrante) Me siento argentina porque nac ac, pero por mis venas corre sangre eslovena... pero primero tira Prekmurje. (Hija)Lo quiero al idioma, me cuesta aprender esloveno,

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 17La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    porque hay diferencias. Yo lo quiero al prekmurce23 (). (Hija)

    Llaman la atencin los rasgos culturales resal-tados como significativos por los propios actores para diacritizar la pertenencia identitaria. Se de-marcan por ejemplo, el dialecto transmurano as como la mltiple pertenencia identitaria de los sujetos a Prekmurje, a Eslovenia, a Argentina- sin que esto represente una disyuncin.

    En la mirada de gran parte de los actores, la vinculacin a lo esloveno se puede interpretar bajo la categora de adscripcin tnica por na-cimiento (Juliano, 1987), especialmente cuando legitiman su pertenencia apelando a que la san-gre tira, o bien mencionando a los padres y otros antepasados, as como el lugar de origen, pueblos de procedencia, etc. Ahora bien, las reconfigura-ciones geopolticas del territorio plasmadas en los pasaportes de diferentes denominaciones de los Estados a los que perteneci Eslovenia hasta su independencia han determinado diferentes iden-tificaciones en cuanto al origen nacional, lo que constituy uno de los problemas encontrados al abordar los procesos identitarios dentro de este grupo. Durante el trabajo de campo se manifes-taron dismiles variantes de adscripcin vincula-das a las nacionalidades encubiertas con las que ingresaron los inmigrantes a Argentina -yugos-lavos, italianos- o con el desarrollo como Estado-nacin de Eslovenia.

    Como ya lo hemos sugerido, durante la poca en que Eslovenia fue parte del Estado yugoslavo muchos adhirieron a una identidad paneslava. El momento de la independencia de Eslovenia en el ao 1991 representa una reorientacin identi-taria para los sujetos. A nivel general, tal como lo asevera la siguiente cita, muchos se adscribieron bajo la categora eslovenos:

    Nosotros ramos y somos eslovenos. (Hija). Las asociaciones y nosotros recuperamos nues-tra identidad cuando Eslovenia se independiz de la Federacin Yugoslava. (Hijo)

    Si bien, desde un punto de vista analtico, las

    23 Bajo prekmurce, la interlocutora refiere al dialec-to transmurano.

    identidades no se perciben como producciones completas (Caggiano, 2005), desde el punto de vista social, ambos pasajes sugieren que para es-tos interlocutores la identidad constituye una en-tidad que se preserva en el tiempo y se contina naturalmente entre las generaciones.

    Por otro lado, otros reivindicaron la identidad yugoslava o balcnica a pesar de que Yugoslavia ya no existe como Estado desde la dcada de 1990:

    Yo soy yugoslava. (Migrante)Como Eslovenia por s misma no exista, los pri-morci vieron en Yugoslavia o Tito una va para se-guir. Algunos se aferraron a su identidad eslovena pero otros vieron a la figura de Tito como aquel que los haba salvado y por eso adhirieron al yu-goslavismo. (Hijo)

    Para algunos interlocutores los sentidos que despert Yugoslavia han calado hondo en sus identificaciones. Estos imaginarios desafiaron la lectura desde el sentido comn que busca fron-teras objetivas y homogneas puesto que los di-versos regmenes de significacin de los actores se configuran de modo procesual e histrico (Res-trepo, 2007). Pero no todos los sujetos compar-ten las afirmaciones previas. Otros entrevistados plantearon la yugoslavizacin de la identidad como conflictiva:

    No nos gustaba que nos digan que ramos yugos-lavos. (Migrante)A mi pap no le digas yugoslavo porque te mata-ba (Hija)En este sentido, siguiendo a Grimson, encon-

    tramos disputas de significacin (2011: 178) dentro del campo de interlocucin y clasificacin social que propone el Estado-nacin esloveno. Aqu encontramos un ejemplo en el que los acto-res postulan una identificacin alternativa reves-tida dentro de procesos histricos y elaborados dentro de marcos de experiencias sociales alter-nativas.

    Algo similar ocurre con los descendientes que desplegaron una identificacin esloveno-italia-na. Se han encontrado casos donde los descen-dientes adscribieron formalmente a la categora

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 18La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    italiano debido al pasaporte con el que arriba-ron sus ancestros, si bien la gran mayora de los primorci y fuentes sealaron que la italianizacin profiri una profunda aversin hacia lo italiano:

    Mi padre es italiano pero de origen esloveno (Hijo)Hay muchos eslovenos que entraron como italia-nos y que despus de la Segunda Guerra no lo pu-dieron cambiar. (Hijo)

    Resulta importante repensar esta adscripcin dentro del contexto sociocultural argentino don-de, en el marco de caja de herramientas identi-tarias posibles (Grimson, 2011: 184) con la que cuentan los actores, algunos miembros prefieren utilizar la identidad nacional positiva de uno de los mayores grupos inmigratorios de Argentina aceptada por la sociedad mayor italianos- y el poder simblico de su pasaporte.

    En conclusin, dentro de la caja de herramien-tas identitarias posibles existe una pluralidad de posiciones de sujeto (Briones, 2006) histrica y contextualmente situadas. El paso del tiempo ha desarrollado diversas continuidades, discontinui-dades y resignificaciones de lo esloveno.

    A modo de cierre

    Nos propusimos reflexionar sobre los procesos migratorios del contingente de eslovenos arriba-dos a Argentina durante el perodo de entre am-bas guerras mundiales (1919-1939) y su insercin social a grandes rasgos a fin de comprender y analizar las identificaciones desplegadas. Hemos intentado vincular estas movilidades a contextos histricos, polticos, econmicos, sociales y tras-nacionales especficos. Asimismo, hemos buscado revisar recientes procesos de identificacin prota-gonizados por inmigrantes y descendientes a fin establecer las continuidades y discontinuidades en las adscripciones.

    A partir del anlisis confirmamos nuestra hi-ptesis de trabajo que sostena que el proceso histrico relacionado a los sucesos desarrollados

    en el territorio de origen ha tenido incidencia en los procesos de adscripcin y marcacin iden-titaria. En nuestro caso emprico, podemos ob-servar cmo las identidades son construcciones procesuales que se encuentran histricamente situadas, condensando, decantando y recreando experiencias e imaginarios colectivos (Bartolom, 2006; Restrepo, 2007). Las identificaciones de los actores se han visto interpeladas por las reconfi-guraciones geopolticas iniciadas tras la Primera Guerra Mundial: encontramos adscripciones de los sujetos como yugoslavos, eslovenos y hasta como italianos. Al respecto tambin buscamos sealar cmo las polticas identitarias de los Es-tados argentino y yugoslavo han tenido cierto im-pacto en las identificaciones de los eslovenos de entreguerras en Argentina. Siendo que los anlisis de las configuraciones de identidad no pueden de-jar de tener en cuenta los marcos de dominacin en las cuales se hallan insertas (Briones, 1988, en Restrepo, 2007; Cuche, 2007), hemos hallado que algunos actores han buscado remarcar a modo de resistencia tanto su origen nacional eslovenos-, tnico eslavos- como regional primorci-, arti-culando esto en procesos de construccin de sen-tido y acciones en conjunto asociacionismo, usos del pasado, programas de lucha diasprica, etc.- que refuerzan este sentido de pertenencia (Brow, 1990; Ballina, 2006; Restrepo, 2007). Asimismo, diversos contextos impusieron la reconstruccin identitaria, dando lugar a reformulaciones identi-tarias y el despliegue de estrategias identitarias (Ballina, 2006; Cuche, 2007)

    En segundo lugar, los inmigrantes de entregue-rras han tomado como referencia para su afirma-cin identitaria en Argentina procesos histricos de diferenciacin regional de su tierra de origen, diferencindose entre primorci y prekmurci. La diversificacin interna no se ha manifestado nicamente en cuanto a los modos de adscribir a la eslovenidad sino tambin en relacin con los procesos de comunalizacin y el asociacionismo diferenciados segn origen regional. En este sen-tido, reforzamos la tesis de que las identidades son relacionales (Barth, 1976) y advertimos que ambos grupos han reforzado la conservacin de los lmites tnicos en el contexto de interaccin,

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 19La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    involucrando la seleccin y exhibicin de rasgos diferenciadores asociacin transmurana, na-rraciones histricas sobre la fundacin de las aso-ciaciones-.

    No obstante, desde la perspectiva de los indi-viduos, consideramos que las identidades se han activado tambin subjetivamente a partir del ac-ceso a repertorios objetivables (Dietz, 2002) his-torias personales, vnculos primordiales, historias biogrficas particulares, prcticas familiares es-pecficas-. Para tal fin buscamos dar cuenta de re-cientes procesos de identificacin protagonizados por inmigrantes y descendientes en un contexto de integracin ya establecido. Hemos visto que los actores articulan una multiplicidad de adscripcio-nes, contradicciones y tensiones (Restrepo, 2007) que a nuestro entender son propias de las dinmi-cas actuales de descentralizacin de los sujetos (Briones, 2006; Hall, 2013) en mltiples identi-dades que se amalgaman.

    Bibliografa ALTHABE, Gerard. y HERNANDEZ, Valeria

    A. (2005): Implicacin y reflexividad en Antro-pologa. En: Hernandez, V.; Hidalgo, C. y STAG-NARO, A.: Etnografas Globalizadas. Buenos Aires, Sociedad Argentina de Antropologa. pp. 71-88.

    ANDERSON, Benedict (1997): Comunidades imaginadas. Mxico, F.C.E.

    BALLINA, Sebastin (2006): Etnicidad y es-trategias identitarias: modalidades de estructura-cin en un grupo eslavo de Berisso, Argentina. Revista del Centro de Estudios Latinoamerica-nos, Universidad de Varsovia, Centrum Studiw Latynoameryknskih. N 8. Pp. 63-86.

    BARGMAN, Daniel y otros (1992): Los grupos tnicos de origen extranjero como objeto de estu-dio de la antropologa en la Argentina. En Hidal-go, Cecilia y Tamagno, Liliana (Comp.): Etnicidad e Identidad. CEAL, Buenos Aires. Pp. 189198.

    BARTH, Friederick (1976): Los grupos tnicos y sus fronteras. Mxico, FCE.

    BARTOLOM, Miguel (2006): Los laberintos

    de la identidad. Procesos identitarios en las pobla-ciones indgenas. Revista Av, N 9. Pp. 28-48

    BOURDIEU, Pierre (2007): El sentido prcti-co. Buenos Aires, Siglo XX editores.

    BRIONES, Claudia (2006): Teoras perfor-mativas de la identidad y performatividad de las teoras. Tabula Rasa, vol. 6. Pp. 55-83.

    BROW, James (1990): Notes on community, hegemony and the uses of the past. Anthropolo-gy Quarterly N 63:1, University of Texas at Aus-tin. Pp. 1-6.

    BRUBAKER Roger y Cooper Frederick (2000): Beyond identity. Theory and Society, N 29. Netherlands, Kluwer Academic Publishers. Pp. 29:47.

    CAGGIANO, Sergio (2005): Lo que no entra en el crisol. Inmigracin boliviana, comunica-cin intercultural y procesos identitarios. Bue-nos Aires, Prometeo.

    CMOR, Esther (2002): Avellaneda, Porabl-je en Argentina?. En: Mednarodna Konferenca Sezonstvo in izseljenstvo v Panonskem prostoru, Radenci, Repblica de Eslovenija.

    CUCHE, Denys (2007): La nocin de cultura en las ciencias sociales. Buenos Aires, Editorial Nueva Visin.

    DEVOTO, Fernando y OTERO, Hernn (2003): Veinte aos despus. Una lectura so-bre el Crisol de Razas, el Pluralismo Cultural y la Historia Nacional en la historiografa Argentina. Estudios Migratorios Latinoamericanos, Ao 17, Vol. 50. Pp. 181-227.

    DEVOTO, Fernando (2007): La inmigracin de ultramar. En Torrado, S. (Comp.): Poblacin y bienestar en la Argentina del primero al segun-do Centenario. Una historia social del Siglo XX. Edhasa, Buenos Aires.

    DEMAN, Joe (2007): Slovenija 1945-1969. Narodna in univerzitetna knjinica, Ljubljana.

    DIETZ, Gunther (2002): Cultura, etnicidad e interculturalidad: Una visin desde la antropologa social. En: Arnaiz, Graciano y Gonzalez, R. (Eds.): El discurso intercultural: Prolegmenos a una fi-losofa intercultural. Biblioteca Nueva, Madrid.

    ERIKSEN, Thomas Hylland (1996): The epis-temological status of the concept of ethnicity. Anthropological Notebook, Ljubljana.

    Proc

    esos

    iden

    titar

    ios

    entre

    los

    mig

    rant

    es e

    slov

    enos

    de

    entre

    guer

    ras

    y s

    us d

    esce

    ndie

    ntes

    en

    Arg

    entin

    a.

  • 20La Rivada. Julio-Diciembre de 2016, vol. 4, no. 7, ISSN 2347-1085

    FRIGERIO, Alejando (2007): Comentarios. En: Crespo, Losada y Martn (Ed.): Patrimonio, polticas culturales y participacin ciudadana. Antropofagia, Buenos Aires.

    Fujs, Metka (1996): Oblikovanje narodne identitete pri prekmurskih in porabskih Sloven-cih en Neak, D. (Ed.): Austrija, Jugoslavija, Slovenija. Slovenska narodna identiteta skozi as. Filozofska Fakulteta, Univerza v Ljubljani, Ljubljana.

    GRIMSON, Alejandro (2011): Los lmites de la cultura. Crticas de las teoras de la identidad. Buenos Aires, Siglo XXI.

    HALL, Stuart (2013): Sin garantas: Trayec-torias y problemticas en estudios culturales. Ecuador, Envin Editores, Instituto de estudios sociales y culturales Pensar, Universidad Jave-riana Instituto de Estudios Peruanos Universidad Andina Simn Bolvar.

    JULIANO, Dolores (1987): El discreto encan-to de la adscripcin tnica voluntaria. En: Rin-guelet (comp.): Procesos de contacto intertnico. Conicet, Buenos Aires.

    JULIANO, Dolores (1992): Estrategias de ela-boracin de identidad. En: Hidalgo, Cecilia y Ta-magno, Liliana (Comp.): Etnicidad e Identidad. CEAL, Buenos Aires. Pp. 50-63.

    KACIN-WOHINZ, Milica (1995): Raznorodo-vanje primorskih slovencec Dejavnik za izselje-vanje. En: Jurak, Mirko (comp.): Kulturno us-tvarjanje Slovencev v Juni Ameriki. Znansveni intitut Filozofske Fakultete, Ljubljana.

    KALC, Aleksej (1995): Nekateri vidiki pri-morskega izseljevanja v Juno Ameriko do prve svetovne vojne. En: Jurak, Mirko (comp.) Kul-turno ustvarjanje Slovencev v Juni Ameriki. Znansveni intitut Filozofske Fakultete, Ljublja-na.

    KLEMENI, Marijan (2009): Pomurje in regionalna identiteta Prekmurja. Consultado en noviembre de 2011: //www.drustvo-geografov-pomurja.si

    KUZMI, Mihael (1995): Emigration from Prekmurje between the First and the Second World Wars: Experiences portrayed in contribu-tions to Mladi Prekmurec. Dve Domovini / Two Homelands, N 5. Zaloba Zasu, Ljubljana.

    MARUI, Branko (1995): Prispevka o slo-venskem izseljevanju v Juno Ameriko. En: JURAK, Mirko (comp.): Kulturno ustvarjanje Slovencev v Juni Ameriki. Znansveni intitut Fi-lozofske fakultete, Ljubljana.

    MISLEJ, Irene (1994): Slovenci v Novem Sve-tu. Suplemento semanal del Diario Republika entre el 8.2. hasta el 8.3 de 1994, Ljubljana, Es-lovenia.

    MISLEJ, Irene (1995): Kulturna zgodovina slovencev v JuniAmeriki. En: JURAK, Mirko (comp.) Kulturno ustvarjanje Slovencev v Juni Ameriki. Znansveni intitut Filozo