2. bilsky, edgardo - la semana trágica, capítulo 3 y 4..pdf

Upload: mariemagna

Post on 02-Jun-2018

226 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    1/37

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    2/37

    Varias son las conjeturas que se tejen alrededor del grado de

    responsabilidad del gobierno frente a los acontecimientos del 7

    de enero de

    1919. Algunos avanzan la hiptesis de que la polica

    habra actuado por cuenta propia para vengar la muerte del cabo

    muerto un da antes.

    Nunca fue publicado resultado alguno de la

    encuesta ordenada

    por

    el gobierno para deslindar responsabilida

    des. Adems, los sucesos posteriores haran olvidar los del martes 7.

    Por su parte, los socialistas responsabilizan totalmente

    al

    go

    bierno por la masacre.

    2

    Igual juicio sostienen los anarquistas. Los

    sindicalistas revolucionarios, en una declaracin dada a conocer el

    8

    por la noche, protestan contra la intervencin de

    las

    fuerzas del

    Estado .

    Pero en lo inmediato, e intentando calmar los nimos, el go

    bierno hace intervenir al Departamento Nacional del Trabajo para

    que interceda por la solucin del conflicto. Esa misma noche -del

    da 7 de enero- el jefe de polica

    y

    el presidente del D.N.T piden

    a Vasena que acepte recibir una comisin de huelguistas, y que

    1

    Carbaln, E.,

    op.

    cit.,

    p.

    35

    y Las Consecuencias , en lDiario

    (11.449),

    8/l/1919 4a ed.

    2

    El

    Gobierno y el Movimiento Obrero ,

    en

    La

    Vanguardia

    (4.943),

    9/1/1919.

    101

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    3/37

    102

    conceda ciertas demandas (12% de aumento y reduccin de

    las

    ho

    ras

    de trabajo). Por su parte, la polica toma algunas medidas para

    impedir que

    se

    produzcan nuevos enfrentamientos. Segn el jefe

    de polica, Vasena acuerda cambiar el itinerario de las chatas que

    realizan los transportes de materiales entre los depsitos de Nueva

    Pompeya y los talleres situados en Cochabamba y Rioja, que pasaba

    muy cerca del local sindical de Metalrgicos Unidos.

    3

    Las

    posiciones de los miembros del Partido Radical en

    el

    Parlamento reflejan tambin las intenciones del gobierno de no

    cerrar las puertas a la negociacin. El expositor de las posiciones

    oficiales parece ser el diputado Oyhanarte, quien -en su interven

    cin- recuerda el rol jugado por Yrigoyen como rbitro en los con

    flictos obreros anteriores.

    No

    olvida tampoco defender

    las

    activida

    des policiales, declarando responsables del tiroteo a los agitadores

    armados y al burgus Vasena''. Oyhanarte termina su discurso

    haciendo

    un

    llamado a confiar en el Presidente: Trabajadores de

    la Repblica, unos bajo la

    fe

    de nuestro destino, bajo la justicia de

    nuestra causa, bajo la sombra de nuestra bandera, unos trabajado

    res

    y sabed esperar .

    4

    Vemos aqu, que los radicales no delimitan su responsabilidad

    del accionar policial. Con esta conducta poltica, los radicales pue

    den querer mostrar que el gobierno tambin es capaz de aplicar

    mano dura'', intentando as calmar la crtica de los conservado

    res

    Por

    el

    momento, el gobierno

    se

    enfrenta a

    un

    grupo del mo

    vimiento obrero dirigido por anarquistas, y por lo tanto no afecta

    de manera directa sus relaciones con la central sindicalista revolu

    cionaria. Tambin puede ser interpretado como una advertencia

    a los sindicalistas de la F.O.R.A. IX y a la

    F.O.M. comprometida

    3

    Prosecucin de las huelgas de los obreros martimos y metalrgicos.

    Solidaridad de los Trabajadores Uruguayos .. , en

    a Razn

    8/111919.

    4

    Intervencin parlamentaria del Diputado Oyhanarte, del 8 de enero de

    1919, citado por Godio,

    J :

    La Semana

    Trgica Ed. Granica, Buenos Aires,

    1973, p 27.

    103

    en la huelga martima.

    Hay

    que recordar que circulaban rumores

    sobre una promesa de apoyo hecha por el Ministerio de la Marina

    al Centro Argentino de Cabotaje.

    5

    Por su lado, los sectores ms intransigentes de la clase domi

    nante, no estn dispuestos a retroceder. Vasena, intimidado por

    el

    gobierno, solo

    se

    compromete a dar

    un

    aumento, pero inferior

    al

    pedido por los obreros.

    En

    la maana del 8 de enero, se permite

    el

    lujo de rechazar

    una

    primera delegacin del sindicato con l

    pretexto que algunos de los integrantes de la comisin no trabajan

    en sus establecimientos. A

    una

    segunda delegacin obrera,

    les

    pro

    mete una respuesta, pero sin aceptar el pliego de reivindicaciones.

    Poco ms tarde declara a la prensa no estar dispuesto a hacer ms

    concesiones y denuncia la ingerencia de elementos extraos

    al

    es

    tablecimiento en la huelga. Solicita en cambio, mayor proteccin

    policial.

    6

    Paralelamente, los diputados conservadores en

    el

    Parlamento,

    declaran tambin responsable de los hechos al gobierno, por su

    laxismo en la represin de los agitadores y la no aplicacin de

    las

    leyes represivas?

    La

    conducta de Vasena nos parece indicativa de la importancia

    de la movilizacin de los sectores conservadores en su apoyo, lo

    cual explicara su capacidad para oponerse a la poltica del gobier

    no. La presencia de la mayora de los miembros de la direccin de

    la Asociacin Nacional del Trabajo en las oficinas de Vasena en la

    maana del jueves permite confirmar esta hiptesis.

    5Esta

    sospecha

    es

    claramente evocada en la Reunin del C

    F

    de la

    F

    O.M.

    el

    7 de enero por la noche. Cfr. Los gremios martimos - La Asamblea de

    la

    F

    O.M. , en La Nacin 8/111919.

    6

    0brerosMetalrgicos - Gestiones de Arreg lo- Los Sucesos de Ayer , en

    a Prensa

    9/1/1919.

    7

    Declaraciones del diputado conservador Luis Agote en la cmara, del 8 de

    enero de 1919, citado por Godio,

    J

    op. cit., pp. 27-28.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    4/37

    104

    Una situacin similar

    se

    presenta en

    el

    puerto.

    El

    a travs del propone su mediacin entre la F.O.M. y

    el

    Cent ro de La Asociacin del decide

    el 8 de enero,

    una

    entrevista con l Ministerio de la Marina.

    En este encuentro,

    el

    Ministro se -segn la prensa-,

    a darles

    un

    mayor apoyo, agregando que l dejara

    en

    suspenso ciertas reglamentaciones portuar ias para facilitar las tareas

    de los armadores, y finalmente que la "liber tad de , sera

    garantizada.

    8

    Vemos que el gobierno, si bien por un lado pretende guardar

    las

    formas mediante

    las

    tratativas de negociacin del D.N.T.,

    por el

    otro lado, al declarar

    el

    apoyo a los grupos patronales, condena

    al

    fracaso to da iniciativa del D.N T.

    La actitud de los agrupamientos patronales contribuye a la ge

    neralizacin de los conflictos. Poco antes de la entrevista entre la

    Asociacin Nacional del Trabajo y el Ministerio de la Marina,

    l

    Centro de Navegacin Transatlntica, integrado por

    42

    compa

    as de navegacin extranjeras y tambin socio de la Asociacin

    decide declararse en lock-out en apoyo al Centro

    Argentino de Cabotaje. En consecuencia, desde fines de la jornada

    del mircoles 8 de enero, la actividad del puerto y

    el

    trfico marti

    mo

    se paralizan totalmente. El gobierno refuerza la vigilancia.

    Los sectores ms importantes y concentrados de la burguesa

    presin sobre l gobierno a fin de librar batalla contra las

    organizaciones obreras y aplicar una poltica represiva. El gobierno

    entra en este juego, aunque

    dando

    la impresin de querer negociar.

    Por su lado,

    l

    P.S. inten ta canalizar el descontento dndole

    un

    carcter de protesta pacfica y limitada, en la perspectiva de uti

    lizar la situacin para intervenir en la Cmara de Diputados con

    vistas a obtener reformas legislativas. En este sentido interviene el

    8

    ''Agitacin Obrera - Iniciacin del

    paro

    martimo .. ", en La Nacin,

    9/l/1919.

    105

    el

    8 de enero en la Cmara. Propone

    sobre

    el

    reconocimiento de los sindicatos "re-

    u ' a ' ' ' - ~ u ~ ' o ' " " " ' ' " ' " ' v o y que objetivos normales", seme-

    a la aprobada en los Estados Unidos en 1887, para

    l desarrollo del buen sindicalismo" .

    9

    Paralelamente, el diputado

    socialista, Mario Bravo presenta

    una

    mocin

    de

    interpelacin al

    Ministerio del Interior para esdarecer responsabilidades sobre los

    hechos del 7.

    El

    ofrece sus locales para el velatorio de una de las vc-

    timas Fiorini-, y participa de la agitacin convocando a con-

    currir al entierro de los muertos.

    Mientras, la central sindicalista revolucionaria centra sus

    I Y l < . v ' - u i Y ' ' ' w - ~ en el desarrollo de la huelga martima. El nuevo

    Consejo Federal, rg

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    5/37

    106

    del da anterior.

    En

    ella, declaran su calurosa solidaridad con los

    obreros en huelga de Vasena, considerando como justas y de in

    dispensable satisfaccin sus reivindicaciones.

    11

    En la maana de la jornada del 8 de enero, la F.O.M. realiza

    una asamblea general para discutir la marcha de la huelga. En ella,

    la direccin logra convencer a los afiliados que den un carcter par

    cial

    al

    conflicto. La huelga

    se

    mantendr solo con aquellos patrones

    que no acepten firmar el pliego. Por

    el

    contrario, se ir retomando

    el trabajo con aquellos que s lo firmen. La asamblea se declara

    solidaria con los obreros de Vasena y decide movilizarse para el

    entierro.

    La

    voluntad de la direccin de la F.O.M. de parcializar

    el conflicto va en el sentido de nuestro anlisis: los sindicalistas

    revolucionarios tratan de evitar la generalizacin de los conflictos.

    La huelga martima es perfectamente seguida en el puerto de

    Buenos Aires, extendindose a los puertos de

    La

    Plata, Santa Fe y

    hacia fines de la tarde alcanza tambin a Rosario. Frente a los ru

    mores de intervencin por parte del gobierno, en favor del Centro

    Argentino de Cabotaje, la F.O.R.A. IX deja correr la versin sobre

    la posibilidad de que

    se

    declare la huelga general en caso que la

    intervencin del gobierno

    se

    confirmara.

    La

    F.O.F.

    se

    declara igual

    mente presta a solidarizarse con los marinos.

    12

    Pero

    si

    el Consejo Federal de la F.O.R.A. IX no se preocupa por

    la movilizacin activa del conjunto de sus masas en solidaridad con

    los obreros de Vasena, ciertos sindicatos integrantes de esa central

    s lo hacen. Durante

    el

    da 8, numerosos sindicatos

    se

    declaran so

    lidarios con los obreros en huelga, en particular: la Federacin de

    Obreros Metalrgicos (declara para el 9 de enero una huelga por

    24 horas), la Unin General de Obreros en Calzado, los obreros

    Vanguardia

    (4.143), 9/111919 y EO.RA.,

    Memoria y Balance

    op.

    Cit., P

    5.

    12

    Conflictos Obreros - Obreros Ferroviarios EO.RA. , en

    a

    Razn

    8/1/1919. '

    107

    curtidores, toneleros, obreros en tabaco, tapiceros, Unin de cons

    tructores de carros, obreros molineros.

    Por su parte, la F.O.R.A. anarquista enva representantes para

    llamar a sumarse a la huelga.

    La

    noche misma del da 7, pique

    tes de obreros empiezan a propagandizar el paro. El sindicato de

    Metalrgicos Unidos declara inmediatamente la huelga total. La

    prensa anarquista clama por la solidaridad de toda la clase obre

    ra: El tugurio de Vasena debe ser purificado por el sagrado fuego

    volcnico revolucionario de la poca [ .. ]

    13

    En la jornada del 8 de

    ener.o participan activamente en la manifestacin de entierro de

    una de

    las

    vctimas J. Fiorini-.

    14

    Los

    principales sindicatos liderados por los anarquistas

    se

    plie

    gan a la huelga: Federacin de Obreros de Calzado, Federacin

    Obrera de la Construccin, Unin Choferes, Federacin Obrera en

    Construcciones Navales (sta declara paro por 43 horas).

    En la reunin del atardecer

    del8

    de enero, la F.O.R.A. V decla

    ra la huelga general para el da 9 y llama a las sociedades obreras del

    interior del pas a mantenerse en contacto.

    15

    Tambin los sindicatos autnomos llaman a solidarizarse:

    la Federacin Nacional de Obreros y Empleados del Estado, la

    Unin Cocheros, lacayos y anexos. Los vecinos del barrio de Nueva

    Pompeya deciden en reunin cerrar las puertas del comercio y la in

    dustria durante la jornada

    del8,

    en seal de protesta y en homenaje

    a los obreros huelguistas.

    16

    La jornada del 8 de enero marca el comienzo de la moviliza

    cin obrera, pero sta

    es

    an limitada y sobre todo localizada. El

    da transcurre sin enfrentamientos, manifestndose cierta lentitud

    13

    Garca, E: La Huelga en lo de Vasena:

    al

    Proletariado en general , en La

    Protesta (3.610), 8/1/1919.

    14

    La manifestacin rene 4.000 trabajadores. El cadver no fue finalmente

    enterrado por orden de un juez quien exige la autopsia.

    IS EO.R.A. y EO.L.B. , en La Protesta (3.611), 9/1/1919.

    16

    En Nueva Pompeya'', en

    La

    Razn 8/111919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    6/37

    108

    en la movilizacin, la cual reviste La de

    la prensa parece El alerta contra la

    evolucin in crescendo de la ~ . . . w ~ v u obrera. Por el las

    caractersticas que parece tomar

    el

    accionar obrero

    y

    que venimos

    de sealar-, hacen decir a los periodistas de

    La

    Razn que el clima

    que reina hacia fines del da tiende hacia la conciliacin .

    17

    Mismo

    la prensa anarquista se indigna

    por

    l

    poco eco suscitado

    por

    la

    masacre en la poblacin de Buenos Aires,

    y

    lanza

    un

    clamoroso lla

    mado a la accin: El crimen de las fuerzas policiales, embriagadas

    por el gobierno y Vasena, dama una explosin revolucionaria .

    18

    Desde las primeras horas de la maana poda advertirse que

    l ambiente estaba caldeado, y a medida que avanzaba el da, los

    propagandistas que recorran la ciudad para buscar adhesiones, ex

    tremaban los recursos para conseguirlos .

    19

    s

    describe

    el

    diario La

    Prensa l inicio del da 9 de enero.

    Temprano en la maana, grupos de obreros confluyen hacia

    l

    local del P.S. de la 8 circunscripcin -cerca de los talleres de

    Vasena-, donde son veladas algunas de las vctimas; como as tam

    bin al local de Metalrgicos Unidos en Nueva Pompeya.

    De

    estos

    puntos, numerosos piquetes se separan para propagar la huelga.

    Piden el cierre de los comercios y la suspensin de la circulacin de

    vehculos, en especial de los tranvas. Se suceden las asambleas y de

    claraciones sindicales llamando a participar a la manifestacin por

    d entierro de los obreros muertos, prevista para la tarde. Algunos

    se declaran en huelga desde

    la

    maana. A los ya citados

    se

    unen

    ahora: los obreros de Alpargatas Argentina, obreros fabricantes de

    pastas, confiteros y pasteleros, ebanistas en bronce, escultores en

    17

    Agitacin Obrera , en

    l

    Diario (11.449), enero 8 de 1919,

    4

    edicin

    y Conflictos Obreros , en La

    Razn

    8/111919. La opinin de

    La Razn

    es compartida por 7he Buenos Aires Herald del 9/l/1919 p. 3 (citado por

    Herben,

    J.

    op. cit., p. 78).

    18

    LosAtropellos del Gobierno Radical , en La

    Protesta

    (3.611) 9/1/1919.

    19

    Agitacin Obrera en la Capital , en

    La

    Prensa

    10/111919.

    109

    ~ ~ ~ ~ ~

    enLa

    zoE

    r lato de los hechos fue extrado de os

    tesnmomos

    . . ,

    P

    - lO de 1919

    La Nacin

    10/1/1919;

    La Razn

    3o edKwn,

    ensa

    n o

    . .

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    7/37

    110

    En

    el resto de la ciudad la accin de los de huelga

    comenzaba a hacerse sentir. La de los transportes se iba

    haciendo y hacia las

    14

    hs. no circulaban ms vehculos

    por las calles.

    21

    Con

    el paro de los transpones, la

    dudad

    el verdadero

    ambiente de huelga general. Luego del almuerzo, la falta de trans

    portes a los empleados volver a sus trabajos. Muchos co

    mercios cerraron sus puertas, inclusive en

    el

    centro de la ciudad.

    Solo se mantuvier on abiertos las Grandes Tiendas, los correos la

    Unin Telefnica. La ausencia de medios de locomocin p rodujo

    la concentracin de personas imposibilitadas para retornar a sus

    casas. Los empleados pblicos fueron liberados ms temprano que

    de costumbre. La prensa describe estos sucesos como imprevistos ,

    destacando al da siguiente que nada hubiera permitido sospechar

    que la alcanzara tales proporciones.

    22

    Las medidas tomadas por el gobierno en el curso del da permi

    ten pensar que de su parte tampoco se esperaba una reaccin

    de

    esa

    en,verga

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    8/37

    automvil se encuentra con que haba sido

    obreros.

    de la

    rPr i ' '

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    9/37

    114

    madera, y

    uno

    de los talleres. Ms tarde llegan los bomberos, junto

    con

    refUerzos de polica y de tropas. Algunas armeras aledaas

    son

    asaltadas

    por

    los obreros.

    La

    llegada de la

    tropa

    produce una inten

    sificacin del tiroteo. Hacia las 18hs. los soldados del 2 cuerpo de

    infantera all presentes hacen uso

    de

    las ametralladoras pesadas.

    Segn el agregado militar

    de

    la embajada

    de

    Francia:

    Yo

    habl

    con

    un

    oficial argentino, quien

    me

    dijo haber visto dos secciones

    de ametralladoras tirar sin interrupcin durante ms de

    una

    hora

    y media sobre los grupos

    de

    agresores .

    30

    La

    situacin

    en

    los esta

    blecimientos Vasena,

    no

    retornar a la normalidad hast a tarde

    en

    la

    noche; pero desde las

    20

    hs. los tiroteos se calman. As los miem

    bros

    de

    la direccin

    de

    la empresa y

    de

    la Asociacin del Trabajo

    fUeron liberados

    Y

    Otro

    punto importante de enfrentamientos fUe el barrio

    de

    Almagro. Segn las versiones publicadas por la prensa, todo co

    menz cuando

    un

    grupo

    de

    obreros

    intenta

    detener

    un

    tranva.

    Los bomberos

    que

    viajaban como custodia tiran sobre la multi

    tud Resultado: el tranva fUe incendiado. Un muchacho, creyendo

    que los primeros tiros provinieron desde el convento situado

    en

    las

    3

    Capitaine Gouspy: attach militaire a Monsieur le Ministre

    de

    la Guerre.

    Etat Major de l'Arm, 2 burau Buenos Aires, 26 janvier 1919 Archives

    Diplomatiques. Amrique1918-1940

    sous srie

    Argentine

    8,

    n 186.

    31

    En declaraciones posteriores a La Prensa 10/111919),

    A

    Dell'Oro Maini

    dice

    haber estado asediado durante

    14

    horas. Segn La

    Rdzn (5a

    edicin,

    9/111919),

    el

    nmero de agresores llegara a 50.000 y los hombres armados

    de Vasena

    a 300. Pero estas

    cifras

    pueden ser

    exageradas.

    Herbert,

    J. (op.

    cit., p. 87) citando

    El Mercurio

    de Santiago de Chile (1

    O

    de enero, p. 7) y

    New York Times (lO

    de

    enero, p.

    11) avanza

    la cifra

    de

    20.000 asaltantes

    y segn

    El Da

    (Montevideo, 12 de enero, p.

    4)

    alrededor de 20 muertos

    y 60 heridos. Segn Babini

    (op.

    cit. p. 14), entre

    23

    y 28 muertos y 66

    heridos. Oddone,

    J.

    (Gremialismo Proletario Argentino Ed. Libera, Buenos

    Aires,

    1975, p. 407, nota 1), afirma que Juan D.

    Pern

    comandaba uno

    de

    los grupos de soldados all presentes. Pern afirm haber estado, pero

    al

    da

    siguiente:

    115

    calles Corr ientes y Yatay, comienza a tirarle piedras. Los sacerdotes

    responden al fUego, pero la Iglesia es atacada por la muchedum-

    bre excitada por ser blanco de los tirosY Recin a las 17.45 hs. el

    cortejo llega cerca del lugar. Unos metros ms adelante, un grupo

    de manifestantes ataca una armera.

    33

    En el momento en que

    d

    cortejo llega a la altura de la Iglesia incendiada, dos carros de bom-

    beros pasan a gran velocidad

    por

    delante de las columnas. Varios

    tiros fUeron intercambiados. Paralelamente, un grupo de policas

    que quiere acercarse al convento, vindose cortado el paso por la

    manifestacin, decide retirarse. Esta actitud es aplaudida

    por

    los

    manifestantes.

    34

    Mientras tanto los bomberos logran formar una

    lnea

    de

    fUego. Algunos intentan responder, pero el grueso de los

    manifestantes se dispersa. El tiroteo

    dura

    aqu ms de

    una

    hora,

    tirndose alrededor de 2.000 tiros.

    Otros disturbios se producen

    en

    la parte final del trayecto hasta

    el cementerio de la Chacarita, siendo el ms importante, el tiroteo

    alrededor

    de

    la comisara 21 a.

    35

    Es a las 19 hs. cuando la cabeza de

    32

    Desrdenes en Almagro , en La

    Prensa

    10/111919. Quisiramos

    destacar

    este

    testimonio, porque la mayora de las otras versiones publicadas

    en La Rdzn o en La

    Nacin (este

    ltimo retoma la versin correcta el

    11

    de enero de 1919) atribuyen al conejo finebre

    el

    asalto de la Iglesia y el

    convento. Es esta ltima falsa versin la que retoman los diputados en el

    atardecer

    del

    9 de enero, y tambin Babini, N. y Godio,

    J.

    en las obras ya

    citadas; como

    as

    tambin Piero, 0 :

    Los

    Orgenesy

    l

    Trgica

    Semana

    de

    enero de

    1919

    Tall. Grf., Bellsol', Buenos Aires, 1956.

    La

    Vanguardia

    (4.144), 10/111919, atribuye a grupos externos a

    la

    manifestacin, compuestos sobre todo

    de jvenes

    y nios,

    en

    todo caso

    de provocadores , los incendios citados.

    Sus

    relatos coinciden con los de

    La Prensa.

    34

    El diputado Repetro destaca tambin en la Cmara que miembros de

    la polica fraternizan con los huelguistas. Cmara

    de

    Diputados , en

    La

    Vanguardia

    (4.144), 10/111919. Lo mismo indica el Boletn

    de

    La

    Protesta (citado por Abad de Santilln, D., op. cit., pp. 243-244).

    3

    5Lal?dzn 5aedicin, 9/111919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    10/37

    116

    la manifestacin, o de lo que de ella entrar

    ai

    cemen-

    terio. Solamente

    uno

    o dos obreros haban hecho

    uso de la palabra, cuando sin razn aparente, la tropa que rodeaba

    el

    cementerio comienza a descargar sus armas sobre

    el

    gento

    all

    reunido, provocando una nueva matanza. Los fretros

    sobre sus tumbas,

    sin

    recibir sepultura.

    Los sucesos aqu descriptos tienen

    una

    fundamen-

    tal y muestran la voluntad del gobierno de reprimir, quizs por

    el

    pnico, quizs con premedit acin. Dos diarios informan que hacia

    las 17 hs., esto

    es, por

    lo menos dos horas antes de la llegada de la

    manifestacin, fue enviado haca la Chacarita un destacamento de

    Granaderos a Caballo. La causa: "la inminente posibilidad de

    una

    alteracin del orden" .

    36

    Esto significa que

    el

    gobierno ordena la movilizacin de

    una

    parte del regimiento que se supone garantiza su proteccin, para

    enviarlo al otro lado

    de

    la ciudad,

    donde

    todava

    no

    se

    haban

    pro

    ducido enfrentamientos de envergadura, mientras que en

    el

    cen

    tro

    de la ciudad

    -mucho

    ms cerca de la Casa de Gobierno-, los

    tiroteos se suceden. Finalmente,

    y

    segn

    el

    peridico

    l

    Diario,

    37

    el

    gobierno habra dado la orden: "de que la manifestacin quede

    disuelta en

    el

    cementerio, tras

    el

    discurso del

    Sr.

    Zaccagnini (miem

    bro del

    P.S.,

    E.B.).

    Se

    har terminantemente, cueste lo que cueste,

    a

    fin

    de prevenir atentados y desrdenes". Aunque la informacin

    de

    la

    prensa debe ser sometida a la crtica correspondiente

    -y an

    as resultara difcil utilizarla

    como prueba

    fehaciente de la actitud

    del gobierno-,

    l

    conjunto

    de relatos que presentamos permitiran

    avanzar

    la

    conclusin de que los sucesos de la Chacarita, responden

    a la voluntad del gobierno de "dar

    una

    leccin'',

    y

    de

    montar una

    nueva provocacin.

    36

    La Razn,

    5 edicin,

    9/111919 y La

    Prensa

    10/1/1919.

    37

    l Diario, l 1.450), 4 edicin, p. 12.

    117

    ' ' ~ ' ~ ' ' ' J

    a las vctimas de la masacre de Chacarita, oscilaran

    entre 3

    y

    20 muertos,

    y

    varias decenas de heridos.3

    8

    Con

    la dispersin del en diferentes puntos de la ciudad

    van a estallar pequeos posiblemente debidos a los in-

    tentos de dispersin de los grupos provenientes de la Chaca rita o de

    otras partes de la manifestacin.

    Los rganos de prensa indican que hacia

    la

    mitad

    de la tarde,

    el

    gobierno

    se

    encontraba totalmente desbordado.

    39

    La polica pide

    refuerzos de todos lados.

    El

    gobierno, reunido en sesin permanen

    te, ordena la moviHzacin de la tropa. La idea de decretar l estado

    de sitio comienza a circular en los medios oficiales. Si la decisin no

    fue tomada

    por l

    momento esto se debi a especulaciones polti

    cas de Yrigoyen.

    40

    Sin embargo, como veremos a continuaci n, las

    medidas represivas implementadas en

    el

    transcurso de la Semana

    Trgica, en poco

    se

    diferencian de las condiciones que hubieran

    existido si

    el

    decreto de estado de sitio hubiera sido adoptado.

    Hasta

    la noche del 9 de enero, as medidas del gobierno ten

    dientes a la movilizacin del ejrcito, parecen limitadas. Ellas afec

    tan

    solo a la primera divisin del ejrcito con asiento en Campo

    de Mayo. El

    comandante

    de la segunda divisin del ejrcito con

    asiento en

    Campo

    de Mayo,

    el

    General Luis J. Dellepiane, decide

    bajar con sus tropas a Buenos Aires.

    38

    Segn

    el

    testimonio de Andrs Cabona, obtenido

    por

    Rock,

    D

    (op. cit.

    p. 175 y nora 315) los muertos seran 20. Herberr,].

    op.

    cit.,

    p.

    85) cita a

    Banegas quien establece en

    18los

    muertos y

    80

    heridos. Otras fuentes dan:

    3 muertos y muchos heridos.

    39

    La Razn,

    4 edicin, 9/1/1919; l

    Diario,

    (11.450),

    4

    edicin,

    9/111919. Este ltimo dice: "El poder, pues, est en la huelga, no en el

    gobierno".

    Al

    da siguiente, la mayora de los matutinos, coinciden en

    sealar

    l

    desborde.

    40

    del Mazo, G. El Radicalismo, op. cit. p. 206) atribuye esta conducta de

    Yrigoyen a la voluntad de ste de no tomar las mismas actitudes que los

    gobiernos conservadores, y para guardar su " imagen de rbitro imparcial".

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    11/37

    118

    Esta decisin del

    ~ ' - u ' - ~ ' ~ u ~ , p o r s u s ~ ~ , d ~ - c L ' ' ~ ' - ~ ' ~ '

    los diarios de la

    de -entre la noche del

    como

    una

    de las medidas de

    : vun- >uv .

    Pero segn testimonios poste-

    u u 1 u - ' ' ' - u ~ ,

    la accin de

    no

    emanaba

    de rdenes recibidas de Para dos historiadores pertene

    cientes al radicalismo -Gabriel del Mazo y N. la accin de

    Dellepiane produjo todava ms en el gobierno, dndole la

    impresin que se trataba de

    un

    para deponerlo. N. Babini

    relata que De lepiane puso al gobierno frente al hecho consumado

    del descenso de tropas a la Capital, y

    que

    exigi ser

    nombrado

    "jefe

    militar de la Capital". Tal es as que:

    Cuando

    Dellepiane se presen

    t en los despachos del Presidente, Yrigoyen se levant diciendo,

    mitad

    en

    chiste

    mitad

    en serio: 'General, yo soy su prisionero"'.

    41

    Fuentes diplomticas francesas confirman que Ddlepiane ac

    tu sin rdenes superiores.

    En

    un

    telegrama se relata lo siguiente:

    Durante los ltimos disturbios de Buenos Aires, es gracias a la

    de

    una

    divisin del activo que se salv la situacin. Se ha

    ba atribuido el mrito de esta situacin al gobierno. Pero yo he

    sabido de boca del mismo comandante de la

    2

    divisin, que l

    tom

    la responsabilidad, sin ninguna instruccin al respecto, de

    traer las tropas a Buenos Aires desde

    el

    campo vecino en

    donde

    se

    encontraban".

    42

    d gobierno tena razones fundadas para no sentirse

    seguro de la conducta de Dellepiane.

    En una

    carta dirigida

    por

    Ddlepiane

    mismo

    al

    agregado militar britnico, ste manifies

    ta

    que poco antes de entrar en la Capital, fue contactado por

    un

    grupo

    de

    militares retirados que propona preparar una rebelin

    41

    Babini,

    N.,

    op. cit., pp.

    16

    y

    22.

    Ambassade Fran

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    12/37

    120

    En el espacio de 24 horas son concentrados en Buenos Aires

    ms de 10.000 policas, bomberos, soldados del ejrcito y de la

    marina. Inclusive se hacen venir tropas desde Salta. Todas estas

    fuerzas son confiadas a la direccin del General Dellepiane, quien

    poco despus instala su comandancia general en el Departamento

    Central de Polica.

    Volviendo a otros aspectos de la jornada del 9 de enero, cabe

    destacar que en el Parlamento la sesin se realiz bajo el clima de

    g i t d ~ ~

    y de rumores. Luego del medioda comenzaron a llegar

    las nottctas sobre los enfrentamientos, y la preocupacin respecto a

    la poltica seguida por

    el

    gobierno impide todo trabajo producti

    vo . Los diputados socialistas intentan calmar los espritus por te

    mor a que medidas como la del estado de sitio sean adoptadas. Por

    su lado, los diputados conservadores exigen ahora la presencia del

    Ministro del Interior, para as reclamar medidas tendientes a res

    taurar

    el

    orden. Pero la desesperacin termina por ganar a todo

    el

    mundo, inclusive a los diputados socialistas. Estos ltimos intentan

    hacer aprobar el pedido de interpelacin del Ministerio del Interior

    propuesto en la jornada del 8, realizndose ciertas modificaciones

    para obtener

    el

    apoyo de los conservadores. Pero no llegando a un

    acuerdo sobre lo esencial -el objetivo de la interpelacin-, los con

    servadores

    se

    abstienen de votar la mocin socialista, evitando de

    esta manera que el gobierno se haga presente en

    las

    Cmaras, dn

    de quizs hubiera tenido que informar sobre las masacres policiales

    cometidas.

    Por lo pronto, la terrible represin de la jornada provoca la

    generalizacin de la huelga y su extensin al interior del pas. Al

    da siguiente la ciudad de Buenos Aires se despierta totalmente

    paralizada.

    Evidentemente, la jornada del 9 transform totalmente la si

    tuacin existente.

    Los

    sindicalistas revolucionarios

    se

    encuentran

    sin quererlo, con una huelga general, que no solo est lejos de se;

    un conflicto localizado y limitado, sino que

    es

    ya la huelga general

    121

    ms importante en la historia del movimiento obrero de la primera

    mitad del siglo. Los socialistas comienzan a temer las consecuencias

    de esta expresin de descontento popular -que ellos hubieran prefe

    rido que sea ms controlada, pero

    por

    sobre todo ms pacfica-. Los

    anarquistas, siendo los nicos que ansiaban estos acontecimientos,

    no esconden la impresin de sentirse desbordados por esta erup

    cin que los deja estupefactos.

    n la noche del 9, el Consejo Federal de la F.O.R.A. IX, se

    decide finalmente a llamar a la huelga general en repudio de las ma

    sacres policiales. En la declaracin,

    el

    Consejo Federal

    se

    dice obli

    gado a tomar la direccin del movimiento para darle

    un

    carcter

    orgnico , poniendo

    as

    en evidencia que

    el

    inicio de la huelga no

    era producto de una decisin suyaY En su declaracin

    se

    convoca

    igualmente a todos los secretarios y delegados

    de sindicatos a una

    reunin para fijar la duracin y objetivos de la huelga.

    El

    P.S.

    toma una resolucin similar, llamando a sus afiliados

    a seguir las decisiones de sus sindicatos respectivos, y a todas las

    secciones del partido a mantenerse en contacto permanente con

    el

    secretariado.

    48

    En

    el

    mismo peridico donde aparece esta decla

    racin, el artculo editorial pide al pueblo: prudencia y sensatez .

    Se

    subraya que nada permite suponer o esperar la posibilidad de

    transformaciones bruscas, profundas y violentas .

    49

    El artculo nie

    ga la participacin de la clase obrera en los enfrentamientos que

    ella no quiso ni provoc , y lanza al gobierno una advertencia con

    tra la continuacin de la ola de violencia, amenazando con hacer

    un

    llamado a la autodefensa de

    las

    masas. Pero

    las

    amenazas no se

    harn realidad, an despus que las fuerzas represivas y grupos de

    F.O.R.A., declaracin de la huelga general , en La Prensa 10/111919

    F.O.R.A.,

    Memoria

    Balance op. cit., p. 5.

    48

    Declaracin del C.E. del P.S. frente a la huelga general , en La

    Vanguardia

    (4.144), 10/1/1919, Resolucin del

    P.S. ,

    en La Prensa

    10/111919.

    49

    Prudencia sensatez , enLa Vanguardia (4.144), 10/1/1919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    13/37

    122

    civiles armados se lancen en forma despiadada contra los obreros y

    los sospechosos

    de

    maximalismo .

    Los anarquistas, por su lado, van a sacar tambin conclusiones

    sobre la jornada

    del9

    pero en un sentido diferente: El pueblo est

    para la revolucin -escriben-. La solidaridad puesta en evidencia

    ayer con los huelguistas de Vasena lo ha demostrado .

    50

    Enumeran

    a continuacin la participacin

    de

    los diferentes sindicatos:

    La

    Federacin Obrera de la Construccin adhiere (a la huelga, E.B.)

    con una declaracin anarquista revolucionaria, tambin los obreros

    ceramistas, los tranviarios actualmente en huelga gracias a la acti

    vidad de los anarquistas que pararon la circulacin. El comercio ha

    cerrado sus puertas pero no escapar

    al

    castigo

    de

    sus infamias. Los

    choferes

    han

    dado pruebas de su conciencia revolucionaria. Los

    empleados de los ferrocarriles: el contagio se extiende a todas las

    lneas a instigacin de los talleres de Liniers. Los conductores de ca

    rros: vieja sociedad

    de

    oficios, honor de la anarqua. La Federacin

    Obrera en Construcciones Navales: unanimidad completa. Los

    obreros portuarios de la Capital

    ya

    lucharon dignamente en las ca

    lles. Los

    obreros del Estado, los obreros

    de

    los arsenales militares

    adhirieron, los proletarios no tienen miedo de nada. Los obreros

    panaderos

    y

    los pintores unidos son los primeros

    en

    la calle: impi

    den todo trfico

    y

    levantan barricadas.

    En

    otras federaciones: todas

    responden al llamado. La Federacin

    de

    Mar del Plata enva un

    telegrama dicindose dispuesta

    de

    llegar

    al

    sacrificio _ I Efectiva

    mente, los grupos anarquistas son los nicos interesados en darle

    un

    carcter activo a la huelga.

    Durante la jornada del1

    Ode

    enero sigue alargndose la lista

    de

    los sindicatos que se pliegan a la huelga.

    a

    circulacin contina

    50

    Boletn

    e La

    Protesta

    10/1/1911; citado por Abad

    de

    Santilln,

    D. op.

    cit., p.

    243.

    51

    4nalyse

    de a Protesta

    du 10

    Janvier 1919,

    coqis

    de

    mtier adhrant

    au

    mouvement

    grviste

    rvolutionnaire , en

    Annexe n V du Rapport

    de

    l Attach militaire franfaS

    Capitaine

    Gouspy,

    ibd.

    123

    paralizada, inclusive los vehculos particulares tienen dificultades

    para circular. Los piquetes de huelguistas los paran y, a veces, los

    queman. Muchos conductores particulares se dirigen a la F.O.R.A.

    IX para solicitar autorizaciones para poder circular. Estas sern da

    das a los coches transportando heridos o cadveres, los cuales deben

    llevar una bandera roja con la insignia de la F.O.R.A. El nico sec

    tor del transporte que sigue trabajando

    es

    el

    ferroviario.

    a

    F.O.F.

    se

    declarar en huelga recin

    el 11

    de enero.

    Tambin la mayor parte de la rama de alimentacin se halla

    en huelga, salvo en los frigorficos, donde segn los c o m ~ n t a r i o s

    periodsticos, se producen ciertos incidentes, pero el trabao no se

    detieneY

    Por

    el

    contrario,

    el

    9 paran los obreros

    de

    los mataderos.

    Rpidamente la ciudad se resiente por la falta de alimentos primor

    diales. A la ausencia de carnes, de pan -por el cierre de las panade

    ras-, se agrega la imposibilidad de hacer llegar los abastecimientos

    provenientes del campo por la huelga de los transportistas de carga.

    Ya

    el

    sbado 1

    O

    la falta

    de

    alimentos

    es

    notoria. Grupos de obreros

    intentan recorrer los comercios para obligar a los comerciantes a

    vender, pero sobre todo, a vender a precios razonables. q u e ~ o s

    que eran descubiertos intentando vender aumentando los precios

    -hecho que comenzaba a generalizarse-, vean sus n e ~ o c i o s cerr_ados

    por la fuerza y sus mercaderas expropiadas o vendidas a su usto

    precioY Pero en la realidad, los obreros se manifiestan incapaces

    de paliar

    las

    necesidades de consumo de la poblacin.

    a

    especu

    lacin se extiende y genera numerosos casos de violencia contra los

    comerciantes.

    Son afectadas por la huelga, la mayora de las ramas de la cons

    truccin, de la fabricacin

    de

    muebles,

    de

    obreros portuarios

    y,

    52

    La Nacin

    10/1/1919,

    seala

    la

    presencia de piquetes de

    huelga en

    La

    Negra'' y La Blanca''; y

    La

    Prensa en

    el

    " F r i g o r f i c ~ , A r ? e n t ~ o " ,

    La

    Prensa

    del12

    de enero,

    informa

    de

    enfrentamientos

    en el

    Wilson .

    5

    3

    Cfr. La

    Razn, 11/111919,

    p. 4.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    14/37

    124

    evidentemente, la

    vestido e industrias parecen menos afectados.

    Sealamos tambin la d

    1

    b

    os o reros

    dependientes del Estado: de los talleres del Riachuelo, arsenales de

    guerra, obreros municipales,

    y

    luego, de los ferroviarios de las lneas

    n a c i o n ~ l e s

    Se d e m ~ r c a n por su no-participacin: los empleados de

    comerciO, los telefonistas, los empleados de correos

    y

    telgrafos,

    por

    lo menos los de la casa central.

    o d e ~ o s

    concluir, entonces, que la casi totalidad del proletaria

    do

    ~ r g ~ m z ~ d o :

    ,desde los sectores ms tradicionales hasta aquellos

    de smdJCahzacron reciente, participan en la huelga, arrast rando con

    ellos a la poblacin de Buenos Aires.

    La huelga alcanza su

    punto

    ms lgido de desarrollo

    el 1

    O

    y l

    11 de enero

    en

    la Capital y algunas zonas del

    Gran

    Buenos Aires,

    luego de

    lo

    cual comienza a declinar a causa de la represin, pero

    sobre todo,

    por

    la desercin de los sindicatos.

    Durante

    el da O los enfrentamientos continan. Los ms gra

    ves se

    producen hacia fines de la tarde, o

    por

    la noche.

    Se

    deben

    en su mayora a encuentros

    con

    la polica o con soldados -quienes

    comienzan a patrullar las calles-, generalmente en momentos en

    que los obreros intentan hacer plegar a la huelga a tranvas

    0

    veh

    culos,

    o

    cuando

    se

    inten tan atentados c ontra instalaciones pblicas

    -por ejemplo, de aguas corrientes o de alumbrados-. Raros son los

    casos de formacin de barricadas. Las ms de las veces los tiroteos

    se

    p ~ o ~ u c e n

    por los ataques de las fuerzas represivas y de las bandas

    de

    c Vlles

    armados

    por

    el

    gobierno o la polica.

    Ya

    hacia fines de la jornada del 1

    O,

    comienza la caza del hom

    bre . Uno de los casos ms clebres, demostrativo de la brutalidad

    de la represin desatada,

    es el

    caso del asesinato de

    una nia

    italiana

    de

    13

    aos a manos de

    un

    grupo de soldados.

    El

    hecho

    se

    produce

    en la calle Cabrera y Bustamante, cuando los soldados entran en

    una.

    l v i e ~ d a

    popular haciendo fuego. Los habitantes ganados por

    el

    mredo Intentan huir, pero muchos son heridos y muertos. La

    125

    nia de 13 aos -Paulina Viviani-, fue

    v ~ ' ' ~ : > u ' . ~

    de

    un

    tiro finalmente ' ~ - ' u u . a J L o L u

    Uno

    de sus hermanos de

    21

    aos fue muerto en las mismas con

    diciones. La prensa justifica la masacre alegando que la nif1a tena

    una

    El fue tan salvaje, que

    el

    embajador

    italiano -la italiano- exigir explicaciones a

    Esa misma se los enfrentamientos que harn

    ms ruido durante la Semana Trgica: los supuestos ataques con

    tra d Departa mento de Polic2, contra

    l

    Correo Central y

    varias El gobierno y la prensa difunden la especie que

    estos tiroteos -cuyo origen no es claro y responden ms que nada

    al

    temor de la tropa-, forman parte de

    un

    plan de asalto a los estable-

    cimientos y a los cuarteles de

    En

    l

    caso del Central de Polica -que es el hecho

    de mayor importancia-, todos los testimonios de la prensa coinci

    den

    en

    sealar

    l

    caos

    y

    la que reina en

    l

    momento

    en

    que comienzan los tiros. Sobre su origen, las versiones son menos

    claras y varan de unas a otras, pero

    las

    cosas habran sucedido de

    la manera: luego de haber escuchado varios disparos, sin

    poder establecer bien su origen, la alarn" a fue dada y las fuerzas

    existentes

    en el Departamento

    Central

    se

    precipitaron sobre sus ar

    mas. La luz fue inmediatamente cortada. Nadie saba exactamente

    sobre tirar, pero

    el

    disparaba sus armas. Por

    error casi es herido el mismo general Dellepiane, qui en se hizo pre

    sente en ese momento en l Departamento. Segn los testimonios

    y as versiones recogidas por la los tiros provenan de agre-

    sores externos. Sin embargo, parece indicar que los ruidos

    de detonaciones escuchados, causantes incidente, provena de

    5

    4

    Cfr.

    La Vanguardia

    (4.146), 12/1/1919

    y

    Atropellos policiales , en

    La

    Var ww1rdia (4.143),

    14/l/1919.

    Sobre

    la versin

    oficial: En

    las

    calles Ca

    Bu:;tarnarcte ', a Prensa

    l l l l /1919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    15/37

    126

    la

    Plaza del Congreso en ese mismo momento, las tropas

    tiraban contra

    las

    de personas, en defensa ta HU''" ' ' '

    de supuestos Es recin despus que la situacin en d

    Departamento Central hubiese vuelto a ser controlada, que la po

    lica realiza varias razzias en las manzanas aledaas buscando a los

    responsables del famoso ataque. Evidentemente, hubo numero

    sos sospechosos detenidos.

    En

    el

    caso

    del

    asalto

    al

    Correo Central, aunqu e diarios

    siguen sosteniendo que fue un ataque premeditado, otros

    reconocen que fue un error de la guardia que tir sobre varios em

    pleados que haban salido

    del

    establecimiento. 56

    Otros hechos particularmente destacados son los ataques con

    tra las comisaras, ataques que

    se

    repiten en forma ms o menos

    intensa a lo largo de los

    4

    5

    primeros das (del

    9

    al13). De

    entre

    ellos, los ms importantes tienen lugar en las noches

    del 1O

    al 11 y

    del

    11 all2.

    Cul es la verdadera dimensin de estos ataques , es

    muy

    difcil establecerlo. La prensa y la polica agrandan los hechos

    para justificar la represin posterior. Es sintomtico que la prensa

    obrera desmienta la mayora de estos supuestos ataques. Muchos

    testimonios posteriores relatan que la polica tiraba contra la calle

    totalmente vaca, en la oscuridad total, asesinando de esta manera

    a gente del vecindario o muchos individuos que

    se

    encontraban

    por

    casualidad en

    las

    inmediaciones.

    En

    otros casos

    se

    tratara de

    escaramuzas producidas entre diversos elementos de las fuerzas

    represivas, que a causa de la oscuridad, se tirotean entre ellos,

    por

    55

    El

    nico diario

    que

    seala esta relacin entre los dos incidentes produc idos

    a la misma hora y a pocos metros

    de

    distancia, es el Giornale d' talia, XII

    (5.845),

    9/111919,

    en

    el artculo Al

    Dipartimemo

    Cemrale , p. 42 Por el

    resto de la prensa ver

    La

    Prensa

    11 y

    12 de

    enero;[;

    Nacin, 11

    de enero;

    La Argentina,

    11

    y 12 de

    enero.

    56

    Cfr.

    La Prensa

    de

    enero;

    La Nacin, 11 de

    enero. Sostiene la tesis

    del

    asalto:

    La Argentina, 11 y

    12

    de

    enero.

    127

    Todo lo que nos Ueva a relativizar. los

    i n f ~ r m ~ s

    sobre los asaltos a las comisaras. Si existieron, estuvieron l ~ s

    a.e

    auuJiuu.u

    descripta

    en

    la prensa,

    y en

    todo caso

    no

    mte-

    ningn . .

    interesante situar

    las

    zonas de

    la

    CapJ.tal que se veron

    prindp;;Jmente afectadas por l.os sucesos de la Semana Trgica. Si

    a Buenos Aires de la poca en

    una

    zona que comprenda

    la

    sur

    y oeste de la ciudad, tendremos reunidos aqu los ba-

    . ' b

    densamente pobla-

    rrios con mayor concentracwn o rera, y m

    d

    de

    l

    otro lado -al norte-, se sitan los sectores de

    os

    en

    - . .

    s

    mayores recursos: profesionales, empresarios,

    p r o p l e t a ~ w s

    e:c. l

    nombramos los barrios que fueron testigos de las r n a m f e s t a c ~ o ~ e s

    del

    9

    y de la mayora de los enfrentamientos, e r e m ~ s que se sttuan

    en

    la

    primera de las zonas descriptas: Parque PatnClos, Barracas,

    Nueva Pompeya, Constitucin, Boca; ms hacia

    el

    c e ~ t r o : San

    Cristbal, Balvanera (Once); y hacia el oeste: Almagro, VIlla Cres-

    po, Caballito y Chacarita. . ,

    Por todo lo dicho arriba, creemos que son errados Ciertos ana-

    lisis

    que minimizan

    la

    amplitud alcanzada por la

    hu_e iga g e ~ e r a l

    y

    los mviles que la provocaron.ss Corresponde tamblen anahzar la

    conducta seguida por otras capas de la poblacin en contacto o no

    con la clase obrera. Por su importancia numrica,

    c o r n ~

    por los la

    zos polticos que la ligan con

    el

    radicalismo, es

    ~ e c e s a n o

    detenerse

    fundamentalmente en

    el

    anlisis de

    la

    clase r n e d l ~ . .

    Dijimos

    en el

    captulo anterior que

    el

    r a d c a h s ~ o

    debe su

    triunfo

    al

    apoyo suscitado en

    la

    creciente clase media. Debernos

    . . J 114-115

    La Vtmguardia

    57

    Cfr. Los restimomos de Romanz,

    .

    op. cu.,

    ~ P

    ' (

    61 2

    )

    (4.150),

    16/111919

    y

    Los hroes

    de la 35 , en La Protesta 3. ,

    16/111919. Rad' it

    ssEn

    panicular

    la tesis sostenida

    por

    Rock,

    D. en Et zca m ~ ~ -

    0

    P

    e .,

    176

    y artculo Lucha civil en la Argentina. La Semana Tragca

    de

    enero

    1919 ,

    en Desarrollo

    Econmico

    (42-44),

    julio

    de

    1971-marzo

    de 1972,

    PP

    165-216

    (ver p. 209).

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    16/37

    128

    precisar que

    el

    radicalismo encuentra

    una

    base ms firme entre

    las

    capas medias y altas de la clase media, en especial los altos fun

    cionarios. Por el contrario, es el

    P.S.

    que encuentra su electorado

    privilegiado entre las capas inferiores de las clases medias, adems

    de los votos obreros.5

    9

    Tambin recordamos la relacin existente entre nacionalidad

    y oficio, en lo que concierne a la funcin pblica y ciertas activi

    dades intelectuales. La poblacin inmigrante representa el 50,6%

    del total en Buenos Aires, siendo mayoritaria en la industria, los

    transportes y el comercio;

    por

    el contrario, la presencia de extran

    jeros es menos sensible en las actividades no-productivas .

    60

    Los

    argentinos representan el 54 del personal hospitalario, el mismo

    porcentaje en las profesiones liberales, 79 de los funcionarios, y

    82% de los maestros.

    61

    Por consiguiente, llegamos a la conclusin que en Buenos Aires,

    en 1914, ser funcionario -maestro, empleado, etc.-, tener una

    profesin liberal,

    es

    sinnimo de ser argentino. Segn

    el

    censo na

    cional de 1914, haba en la Capital33.775 argentinos de sexo mas

    culino -esto es en condiciones de votar-, registrados como emplea

    dos de gobierno o de la administracin y ms 14.313 empleados

    del sector privado, igualmente argentinos. Sabiendo que el total de

    votos emitidos para

    las

    elecciones de diputados de 1916 se eleva a

    125.424, y en 1918 a 143.377, podemos entonces comprender la

    importancia de las relaciones privilegiadas del gobierno radical

    con estos grupos de la clase media. En consecuencia, los empleados

    representan uno de los principales bloques electorales en Buenos

    Aires; y de entre ellos, dos de cada tres son empleados pblicos.

    62

    El

    59

    Cfr. Rock

    D.: El

    Radicalismo op.

    cit.,

    pp.

    62, 77

    86.

    60

    Bourd G., op cit., pp. 190-191.

    Pero los extranjeros

    representan entre

    el 58 68% de

    la poblacin

    activa.

    6

    %d, p.

    222.

    62

    Walter

    R. J.: 7he

    Socialist Party of

    Argentine 1890-1930 Austin

    1977

    pp. 139, 148 y 240.

    Adems

    los

    votos de la

    Capital representan 115

    de

    los

    129

    Partido Radical llegar a utilizar los puestos pblicos y los favores

    del Estado para mantener su clientela electoral, sobre todo luego

    que su base de apoyo comience a reducirse como consecuencia del

    fracaso de su poltica social.

    El

    gobierno radical intenta tambin recoger

    una

    parte de los

    votos obreros,

    el

    otro bloque electoral importante.

    63

    Aqu la tarea

    result seguramente ms difcil por la tradicin abstencionista de

    la clase obrera, dirigida en su mayor parte por los sindicalistas y

    por los anarquistas y por la concurrencia del

    P.S. El

    rol jugado por

    Yrigoyen como rbitro en los conflictos laborales, y la actitud to

    mada por la direccin de la F.O.R.A. IX presentando l Presidente

    como un interlocutor vlido, permitieron al radicalismo obtener

    una

    importante victoria en las elecciones de marzo de 1918: des

    plaza al

    P S.

    en dos barrios obreros, la 1a y 3a circunscripcin.

    El

    retroceso del

    P.S.

    se debe en gran parte a

    las

    posiciones favorables

    de la guerra con Alemania tomadas por la direccin y la banca

    da

    parlamentaria del partido -que son casi las mismas personas-, y

    por la ruptura sufrida con la expulsin de los internacionalistas

    a fines de 1917. Lo cierto es que el radicalismo obtiene resultados

    favorables en barrios obreros.

    Sin embargo, el triunfo no vuelve a repetirse, y a mediados de

    octubre del mismo ao, en

    el

    momento de las elecciones munici

    pales, es el Partido Radical quien retrocede en el nmero de votos.

    La ley electoral argentina

    l

    establecer el voto obligatorio solo

    para los argentinos de sexo masculino deja abierta la posibilidad l

    gobierno radical de poder menospreciar

    el

    resto de la poblacin,

    de origen extranjero. As, durante la Semana Trgica, no dudar en

    utilizar

    un discurso xenfobo contra los extranjeros, acusndolos

    votos

    del pas

    (18%):

    Cfr.

    Cantn, D.:

    Elecciones

    y partidos

    polticos

    en

    la

    Argentina Siglo XXI, Buenos Aires 1973,

    p.

    267.

    63

    Solamente

    los obreros

    industriales

    de la

    Capital

    representan

    por

    s solos

    45.000 votantes. 3 o Censo

    Nacional op.

    cit. tomo VII,

    p.

    320.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    17/37

    130

    de ser responsables de los sucesos

    y

    de ser un factor de disolucin

    de la nacionalidad argumentos que poco diferencian al

    gobierno radical del vocabulario utilizado por os conservadores.

    La divisin que hemos hecho de Buenos Aires en dos zonas,

    nos diferenciar en trminos muy la conducta

    seguida

    por

    las capas medias y superiores, del resto de la

    cin de la Capital. Adems de la zona norte, la zona del centro co

    mercial y administrativo de la ciud ad (circunscripciones

    13

    y

    14),

    y algunos barrios de la zona oeste -como Flores-, resultan m ~ o s

    afectados por los acontecimientos. En general se trata de barnos

    ocupados por empleados, o por las capas ms altas

    de la sociedad.

    El caso de Flores es sintomtico, porque desde principios de

    sido

    se instalaron

    aH

    argentinos,

    en

    su mayora empleados.

    64

    o:rante la Semana Trgica, el barrio se organiz rpidamente para

    contribuir con

    la

    polica, formando grupos de guardias civiles.

    Adems

    el

    barrio registra pocos hechos armados o enfrentamientos.

    Podemos considerar que mantiene un nivel de fidelidad bastante

    alto al orden establecido.

    Otro aspecto de la Semana Trgica est dado por las derivacio

    nes racistas de la represin, las cuales afectaron fundamentalmente

    a la comunidad juda. La propaganda asimilaba maximlismo, es

    bolchevismo, a "ruso";

    todo

    inmigrante ruso era sospechoso

    de rpidamente judo, ruso, maximalista, y anar-

    se transforman en sinnimos, lo mismo que antes cataln

    y anarquista.

    Contribu ye a la identificacin entre ruso y

    el

    que la ma-

    yora de la poblacin proviniese de Europa Oriental. Los ba

    rrios

    donde

    se concentraba la

    comunidad

    juda eran llamados "ba

    rrios rusos". A diferencia de los italianos o de los espaoles, el grado

    de integracin de la inmigracin a la sociedad argentina era

    64

    Bourd , G. , o p. cit., p. 209 y \lValter, R. J. op. cit., p. 240.

    131

    tod8va mucho

    menor

    durante aos diez. Esto se debe quizs

    y

    en masa un poco tarda -mediados de la

    Ju .u - '

    y

    a las de costumbres con los

    u u u

    occidental. En Buenos la

    comunidad

    que

    se instalaron en las una

    Yrigoyen)

    adems

    calificados.

    65

    La inmigracin juda representa

    la tercera comunidad extranjera en

    66

    Los obreros

    dos trabajan en ciertos oficios caractersticos, como ia confeccin,

    construccin de pero tambin estaban presen-

    tes dent ro de los obreros de gas, pintores,

    ...a ~ ~ v _

    etc. Sern

    muy

    activos dentro

    del

    movimiento sindical,

    creando inclusive organizaciones especficas de los obreros judos.

    ' J ' ' l , a ' ' ' ' ~ ' - los sindicatos: Unin de Artistas Israelitas,

    Unin de sombrereros judos, obreros israelitas, sastres

    1917),

    y judos.

    Otras organizaciones si bien no llevan en su nombre la

    rptcor,,..,,...,

    al carcter nacional de la reagrupan funda-

    mentalmente obreros obreros peleteros, obreros de la fabri

    cacin de sacos, y la seccin de de la federacin textil. Todas

    las corrientes

    cuentan

    adems

    con

    ncleos de z.dherentes

    el P.S. crea un centro de propaganda yiddish, ''Avantgard";

    los anarquistas dentro de

    su

    rgano

    y por

    varios

    Historia Social del Ro e La Plata

    ~ a . u u u a . u Buenos Aires, 1955, pp. 338-339.

    B.: La

    en

    l Argentina, Alzamor Buenos Aires,

    1974, pp. 116 y 217-218. La vutJlacmn pasa de 17.795 personas en 1900

    a 126.927 en 1919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    18/37

    132

    aos en

    la

    primera

    una

    comunidad

    juda cuenta

    con

    y mutuales a escala nacKm

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    19/37

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    20/37

    Una vez declarada la huelga y teniendo en cuenta la importan

    te movilizacin alcanzada, hubiera podido esperarse una iniciativa

    enrgica por parte de la F.O.RA. IX Sin embargo, la declaracin

    misma de la huelga general en la noche del 9, fija recin para la

    noche del 1

    O

    la reunin de los delegados sindicales.

    a

    Nacin

    por

    ejemplo, concluye que la F.O.R.A. busca limitar

    el

    movimiento.

    Durante la jo rnada del lO,

    el

    Consejo Federal de la F.O.R.A. IX

    se

    declara en sesin permanente. Decide acordar subvenciones a las

    familias obreras necesitadas, y a pedir a la F O M la generalizacin

    del conflicto martimo. Publica adems un Boletn especial de

    La

    Organizacin Obrera el

    rgano oficial de la F.O.R.A.

    IX

    Ninguna

    otra decisin de importancia en

    el

    sentido de la movilizacin activa

    de los sindicatos parece haber sido tomada; por lo menos, la prensa

    no se hace eco de ello.

    El

    P S por su lado decide tomar contacto con la central sindica

    lista revolucionaria, en la noche

    del9 El

    secretario general del par

    tido -Mario Bravo-, solicita a Marotta que una representacin del

    Comit Ejecutivo del partido pueda participar en las reuniones del

    Consejo Federal de la Central. Mientras tanto, el Comi t Ejecutivo

    ~ t e

    los sucesos , en

    La Nacin

    10/1/1919.

    137

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    21/37

    138

    del

    P.S.

    se rene por

    la

    tarde, y segn el informe de

    la reunin

    publicado en La Vanguardia

    se

    hacen

    los siguientes comentarios:

    2

    Luego

    de un

    anlisis detallado

    de

    la situacin, los

    miembros

    del

    C.

    E. llegaron al acuerdo

    sobre

    el

    hecho de

    que si el

    partido

    careca

    de intervencin y control

    en

    la huelga, sus fines y sus medios, [no]

    poda aconsejarse a los trabajadores continuar en una resistencia

    desarmados

    contra

    el

    ataque armado de

    las fuerzas militares del

    gobierno. Que el partido

    no poda mantener su

    adhesin cuando

    se

    trataba de

    darle a la

    huelga

    el carcter

    de un

    acto colectivo que

    poda

    ser utilizado

    por

    el gobierno a sus fines polticos locales .

    Es decir, que en la tarde del 1 O de enero, en pleno desarrollo de la

    huelga general, el P.S.

    contempla ya su interrupcin.

    Cneo, en nombre del P.S., solicita una reunin especial entre

    el

    C.E.

    del P.S. y el Consejo Federal de

    F O R A

    IX: Esta

    ltima

    se

    niega a

    una reunin entre

    las dos direcciones, bajo el pretexto

    de

    no

    dar

    lugar a

    una mala

    interpretacin

    en

    el

    sentido de

    una

    inter-

    vencin del

    P.S.

    en los asuntos

    internos

    del

    movimiento

    obrero .

    3

    En cambio,

    solo aceptar recibir un

    informe

    sobre

    la

    visin

    que

    de la situacin

    tiene el P.S. Este ser

    dado por

    Cneo, el cual aler-

    ta

    contra

    el gobierno,

    quien

    estara

    montando

    una provocacin

    donde las escenas de represin del cementerio

    podran

    llegar a

    2

    Todos

    los

    testimonios sobre

    las

    actividades del C.E. del

    P.S.

    fueron extra-

    dos del informe publicado en: La huelga general y sus complicaciones.

    La

    intervencin del C.E. del P.S. , en La

    Vanguardia (4.162), 271111919.

    3

    Esta negativa puede interpretarse como una consecuencia lgica

    del

    pen-

    samiento de la direccin sindicalista revolucionaria que quiere mantenerse

    al margen de los partidos y

    sectas ;

    pero,

    en esa

    situacin tambin puede

    interpretarse como una actitud que cuadra bien con el tipo de relacin

    existente entre

    la EO.R.A. IX

    e Yrigoyen,

    la

    cual puede

    verse

    cuestionada

    por una reunin con el

    P.S.

    139

    reproducirse. En su informe, Cneo hace aparecer a los anarquistas

    como mezclados en la provocacin montada por el gobierno.

    4

    A

    medianoche

    del 1O, el C.E. del P.S.

    publica

    un manifiesto

    llamando a finalizar la huelga general. Dice en l que: la desna-

    turalizacin que ha sufrido un sacrosanto

    movimiento de

    protesta

    obrera

    por la intromisin de

    factores extraos a la organizacin

    regular y

    normal de

    nuestros gremios .. y

    la

    actitud

    represiva del

    gobierno,

    quien

    busca utilizar

    la

    situacin

    para

    fines propios, le

    obliga aconsejar el

    retorno

    al trabajo.5

    Esta declaracin provocar, inclusive,

    una

    respuesta del

    partido

    dirigido

    por

    Alfredo L. Palacios, el Partido Socialista Argentino.

    En

    su declaracin, ste ataca los

    conceptos

    del P.S. sobre

    la in-

    tromisin de

    factores extraos al

    movimiento

    obrero

    en

    la

    huel-

    ga, denunciando que estos

    argumentos fueron

    utilizados

    por

    los

    conservadores

    para

    sancionar las leyes represivas:

    de

    Residencia

    en

    1902, y de

    Defensa

    Social

    en 1910,

    luego de los sucesos del

    Centenario.

    Ambas

    leyes

    implicaron la

    expulsin del pas y largos

    aos

    de

    crcel,

    para

    miles de militantes obreros. Por otra parte,

    en la

    misma

    declaracin, se solidariza con los obreros

    de

    Vasena

    finalizando

    con un llamado

    a

    retomar

    el trabajo, y adoptar e i ~

    de

    reforma social.

    6

    Paralelamente,

    la F O R A

    IX realiza la reunin de delegados

    prevista para la noche del viernes 10. Se hallan presentes 34 sindi-

    catos, de los cuales 4 son secciones de la F O F y

    otro

    delegado es

    miembro

    del

    Consejo

    Federal de la F O F

    Segn

    los testimonios

    La Vanguardia (4.162), 27/111919.

    Esta actitud del

    P.S.

    hacia los anar-

    quistas, es caracterstica.

    Los

    acusa de provocadores

    al

    servicio del radica-

    lismo, y no dudar en plena represin, en denunciarlos y criticarlos: Cfr.

    No confundir , en La

    Vanguardia (4.148), 14/111919.

    5

    La Vanguardia (4.145), 11 de enero; La Prensa 11 de enero; y La Nacin

    11

    de enero.

    6

    La declaracin completa

    fue

    publicada en a

    Nacin 12/111919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    22/37

    140

    existentes sobre esta reunin,? el Consejo Federal de la F.O.R.A.

    IX, avanza una proposicin como base para dar por terminado el

    conflicto: Solucin de la huelga de los obreros de Vasena, satisfa

    ciendo sus reivindicaciones, liberacin de todos los detenidos por

    cuestiones sociales .

    8

    Tambin

    se

    exige que las fuerzas del Estado

    no sean utilizadas en apoyo del Centro Argentino de Cabotaje con

    tra la

    F.O M

    La

    reunin fue bastante agitada. Algunos sindicatos conside

    raban que haba llegado el momento largamente esperado de re

    conquistar reivindicaciones perdidas. Los ferroviarios,

    por

    ejemplo,

    piden la integracin de sus demandas en el pliego a negociar: rein

    corporacin de los despedidos en las ltimas huelgas, modificacin

    de la reglamentacin del trabajo de los ferroviarios, aprobacin del

    proyecto de ley sobre la jubilacin de los obreros del riel, ningu

    na represalia. Los delegados de los Obreros en Calzado proponen

    la incorporacin de las reivindicaciones pendientes de los obreros

    municipales, de los empleados de correos y telgrafos, la ley

    por

    las Shs. de trabajo, reduccin del costo de la vida, derogacin de

    las leyes represivas -de Residencia y de Defensa Social-. Es decir,

    que proponen canalizar este vasto movimiento de protesta, dndole

    objetivos ms profundos, ms amplios. La huelga hubiera alcan

    zado as un nivel ms avanzado de movilizacin, tras de objetivos

    polticos claros.

    F.O.RA., Memoria Balance op. cit., pp. 5-6; La Semana

    Gremial ,

    en

    La Vanguardia

    (4.156), 22/1/1919,

    p.

    4;

    Marotta,

    S.,

    op.

    cit.,

    t.

    II,

    pp.

    242-244.

    8

    En el transcurso de las negociaciones que se entablan con el gobierno por

    estas

    demandas,

    la

    direccin de

    la F.O.R.A.

    IX, cambia una de las exigen

    cias

    por:

    la libertad de los detenidos nicamente en la

    huelga

    general. Los

    diarios del sbado 11 publican: por la libertad

    de

    todos

    los

    detenidos por

    causas

    sociales -lo que incluira a

    Radowitsky

    y Barrera-,

    pero

    en los das

    siguientes

    la formulacin se cambia. Esto es sealado por Carbaln, E., op.

    cit.,

    p.

    40 (fue verificado en la

    prensa).

    141

    Pero la repuesta del Consejo Federal va en un sentido diame

    tralmente opuesto: El secretario general de la F.O.R.A. seala que

    la huelga general tiene

    por

    causa inmediata y concreta el conflicto

    metalrgico. Su carcter solidario y

    de

    protestacin podra verse

    desnaturalizado si se le agrega un programa de reivindicaciones ex

    trao a sus motivos y propsitos. Advierte que en el movimiento

    participan sindicatos autnomos que

    se

    hacen solamente solidarios

    con la masacre de Nueva Pompeya, y quieren solamente contribui r

    al triunfo de los obreros de Vasena''.

    9

    Por su parte los delegados de

    la F.O.M. destacan que su organizacin se basta a s misma, y no

    tiene necesidad de la solidaridad de otros sindicatos para triunfar.

    En

    conclusin: 19 sindicatos votan

    por

    la proposicin del Consejo

    Federal, 6 por incluir las reivindicaciones de los ferroviarios, 3

    por

    el programa ms amplio propuesto

    por

    los obreros del calzado, y

    6 se abstienen. Se resuelve, entonces, constituir

    una

    comisin en

    cargada de contactar al jefe de polica, e iniciar de esta manera

    las

    negociaciones.

    Esa misma noche, a las dos de la maana, se rene el Consejo de

    la Federacin de Obreros Ferroviarios, declarando inmediatamente

    la huelga general en las secciones bajo su control (trfico, talleres

    y servicios).

    Quedan

    a la espera de la actitud que asuma La Frater

    nidad, el apoyo de la cual era fundamental para que el movimiento

    realmente adquiriera

    un

    carcter general. Exigen como reivindica

    ciones: la libertad de todos los obreros detenidos, reincorporacin

    del personal licenciado en las ltimas huelgas, y

    las reivindicaciones

    sealadas durante la reunin en la sede de la F.O.R.A. IX. Vemos

    que el movimiento comienza a dividirse en el interior mismo de

    la central. a actitud de la F.O.F. refuerza

    el

    movimiento general.

    a resolucin de la F.O.F. se comprende fundamentalmente en el

    cuadro de la crisis interna de esta organizacin.

    Como

    consecuencia

    9

    Marotta,

    S.,

    op. cit.,

    t.

    II, p. 243.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    23/37

    142

    de las internas que sealamos la

    durante

    el

    ao 1918 y

    se

    forman fuertes ncleos

    a la direccin. Se separan de la Federacin las s e d o ~

    nes de Liniers

    al

    EC Oeste varias

    secciones en el Ferrocarril Central Campana,

    Rosario se transforma

    en el

    centro de la opo

    sicin. En setiembre de 1 se crea

    un

    "comit de relaciones de

    obreros ferroviarios". A fines de diciembre se realiza una reunin en

    la cual participan, adems de los ya

    por Buenos Aires, Villa Constitucin, Glvez, Caada de Gmez.

    Otras dos secciones de

    EO.E

    existentes en Rosario se separan de

    la Federacin NacionaL Son los anarquistas los organizadores de la

    ruptura, logrando crear

    un

    sindicato

    por

    lnea en los Ferrocarriles

    del Estado. Su influencia aumenta tambin en los ferrocarriles

    Pacfico, Oeste,

    y

    Sud.

    11

    La accin de estas fuerzas que

    se

    pliegan rpidamente a la huelga de enero, obliga a l F.O.E a

    obrar

    en

    consecuencia. La agitacin, sobre todo de la seccin de

    trae sus frutos: la seccin de

    EO.E

    de Caballito

    -una

    de

    las

    ms importantes-,

    se

    pliega a la huelga desde

    el

    9 de enero, sin

    esperar rdenes del Consejo Federal. Tambin se encontraban

    ya

    parcialmente en huelga, las lneas Oeste, la Compaa General y

    los ferrocarriles en Entre Ros.

    En tanto, La Fraternidad, informada de la decisin de la

    evita definirse respecto a las huelgas pretextando "que la mayo

    ra de los miembros de la Comisin Directiva residen fuera de la

    Capital".

    12

    Habr que esperar hasta el 14 de enero para que La

    Fraternidad tome posicin.

    Fuera de estos dos organismos centrales de los obreros ferrovia

    rios, la prensa publica el12 de enero una declaracin del Comit

    10

    Cfr. Captulo

    l

    11

    Cfr El Obrero Ferroviario y La Protesta

    de los aos 1918-1919.

    12

    "Dedaracin de la Huelga Ferroviaria", en

    La Prensa

    11/l/1919.

    143

    Nacional de Obreros Ferroviarios" y una de la "Asociacin

    Nacional Ferroviaria'' La se solidariza con la decisin de

    la denunciando al mismo la violencia. Por el contra-

    rio l desaprueba a la EO.F. caracterizando el movimiento

    de :'subversivo",

    c ~ s n d o

    a la central de fomentar la rebelin en el

    medio de

    una

    revolucionaria''.

    El

    sbado 11, la huelga comienza a extenderse de ferrocarril

    en ferrocarril, pero lentamente. Afecta en primer lugar al Central

    Oeste, Central Argentino, Compaa GeneraL Se pro

    ducen as, algunos enfrentamientos entre polica y huelguistas. La

    lnea Pacfico para solo parcialmente"

    En la tarde del sbado, la comisin nombrada

    por

    la F.O.RA.

    IX -compuesta

    por S

    Marotta, Gonzlez Maseda,

    P

    Vengut y

    J

    Cuon10-, logra entrevistarse con

    ei

    Ministro del Interior y finalmen

    te con Y igoyen. Previamente, la comisin haba hecho entrega de

    la siguiente nota al general Dellepiane: En presencia de los acon

    tecimientos ocurridos en los das de ayer y hoy de naturaleza ajena

    al movimiento huelguista el consejo de la F.O.R.A. hace pblica la

    declaracin de que solo se solidariza con la accin propia de la clase

    obrera, rechazando toda responsabilidad por actos como el asalto al

    correo y l departamento de polica, hecho con intervencin de ele

    mentos extraos, ajenos

    por

    completo a la EO.R.A. y a los propsi

    tos de protesta que persigue la clase trabajadora

    en

    huelga''

    Y En

    la

    misma tarde, son convocados a la Casa de Gobierno, los hermanos

    Vasena, quienes presionados por el gobierno, se comprometen a

    aceptar el pliego de los obreros de

    sus

    establecimientos.

    En

    segundo

    13

    La primera de estas organizaciones nos es desconocida" En cuanto a la se

    gunda es considerada por la

    EO E y

    La Fraternidad como una organizacin

    amarilla (Cfro

    Chiti,

    J B

    y

    F Agnel i,

    Cincuentenario

    de

    La Fraternidad o

    p

    cit.). Segn un artculo periodstico ("Asociacin Ferroviaria Nacional", en

    La Argentina 4.876,

    3/1/1919,

    p. 5),

    esta organizacin contara en 1919,

    16.000 afiliados. Desaparecer hacia 1926.

    14

    "Dedaracin de la F.O.R.A.", en

    La Prensa

    12/111919, p 6.

    145

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    24/37

    144

    lugar, el gobierno promete a la F.O.R.A. la inmediata libertad de

    todos los detenidos en esta huelga'' y la libertad para todos los

    obreros condenados anteriormente, a medida que sean presentadas

    las demandas correspondientes

    15

    En lo que concierne a la huelga

    martima, la F.O.R.A. afirma haber obtenido la promesa de no in

    tervencin

    por

    parte del gobierno. Sin embargo, la prensa seala

    que esta reclamacin fue dejada de lado

    por

    los delegados obreros,

    luego de una reflexin del Ministro del Interior en el sentido que

    el gobierno no puede admiti r que sea cuestionada la imparcialidad

    que siempre guard en este tipo de conflictos

    16

    Sobre esta base, y

    previa confirmacin

    por

    la asamblea de delegados de F.O.R.A. IX,

    la comisin se compromete a levantar la huelga general.

    Luego de la reunin con el gobierno, los representantes de los

    sindicatos federados dentro de la F.O.R.A IX

    se

    renen nuevamen

    te

    en

    asamblea.

    Se

    hallan presentes

    28

    delegados quienes aprueban

    lo actuado, produciendo solamente 4 abstenciones.

    17

    Segn otra

    fuentes, habran estado presentes solamente 19 sindicatos: entr

    ellos, la

    F.

    O.M. con 4 votos -obreros, patrones, conductores y cho

    feres-, la Federacin de Empleados del Estado, los obreros de Obras

    Sanitarias, la Asociacin Nacional de Empleados y Trabajadores del

    Correo, la Federacin Grfica Bonaerense, ebanistas, co n delegados

    que integran ya y representan

    el

    Consejo Federal, nico interesado

    en poner fin a un movimiento que l no inici; as como tambin

    los obreros y empleados de

    La

    Martona, empleados de comercio,

    1

    5EO.R.A,

    Memoria

    Balance

    op.

    cit.,

    p. 6. La

    Prensa

    y La

    Nacin

    12/1/1919. Aparentemente

    el

    gobierno tambin

    se

    habra comprometido

    a no tomar represalias contra los obreros del Estado que participaron de

    la huelga.

    16

    Las

    gestiones del arreglo , en

    La Vanguardia

    XXV

    (4.146), 121111919.

    La Nacin

    121111919,

    afirma que el gobierno no tuvo en cuenta

    de

    esta

    exigencia y adems

    que sern puestos

    en

    libertad solamente los huelguis-

    tas no sometidos a la accin de la justicia''.

    1

    7F.O.R.A., Memoria y Balance op. cit., p. 6.

    peluqueros de Barracas, carpinteros de La Boca, planchadoras,

    obreros molineros, sepulteros [ .. ] ; y agrega: No se encuentran

    entre stos los conductores de carros, los pintores, los estibadores

    [

    18

    Evidentemente, los ltimos sindicatos nombrados pertene

    cen a la F.O.R.A. V

    Como

    resultado de la reunin, la F.O.R.A. IX publica una de

    claracin donde, luego de informar sobre las conquistas obteni

    das, decide y ordena el fin de la huelga general, aconsejando a todos

    los huelguistas retomar inmediatamente el trabajo.

    La

    declaracin

    se

    termina, haciendo un llamado para que la misma unin man

    tenida durante

    l

    grandioso movimiento sea sostenida al volver al

    trabajo, dando la prueba elocuente de que

    el

    proletariado orga

    nizado sabe cumplir sus compromisos

    y

    tiene derecho a reclamar

    que le sean cumplidos

    19

    Esta declaracin fue entregada al jefe de

    polica. Esta nueva entrevista sirvi a los delegados de la F.O.F. all

    presentes, para solicitar la opinin del Poder Ejecutivo a travs de la

    intermediacin del jefe de polica sobre las posibilidades existentes

    para resolver

    el

    conflicto ferroviario planteado.

    20

    Nos hemos detenido en los detalles de la conduc ta seguida

    por

    la F.O.R.A. IX,

    por

    la importancia que sta tiene sobre los aconte

    cimientos posteriores.

    La prensa

    el

    gobierno aprovechan inmediatamente las decla

    raciones realizadas por la central obrera. La noche misma del 11,

    los diarios vespertinos anuncian el fin de la huelga (antes que la

    asamblea de la F.O.R.A. IX apruebe lo actuado

    por

    la comisin).

    Sin embargo, la represin contina. Toda la prensa utilizar las

    declaraciones de

    la

    F.O.R.A.

    y

    del

    P.S.,

    retomando la referencia a

    la participacin de elementos extranjeros a los trabajadores, para

    18

    Carbaln,

    E.:

    Antecedentes Histricos op. cit.,

    p.

    38.

    '

    9

    F.O.R.A., Memoria Balance

    op.

    cit., p.

    6. La

    Nacin

    y

    La

    Prensa

    12/111919.

    20

    La Prensa

    12/111919

    y

    La

    Vanguardia

    12/111919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    25/37

    146

    el

    refuerzo de la cont ra los "elementos anti-socia-

    les", contra la minora cont ra los agitadores

    etc. La Razn del 11 de enero, en su 5a edicin: "Se termi-

    n

    la

    huelga, ahora

    los

    deben buscar los promo-

    tores de la de esa rebelin cuya responsabilidad rechazan

    la

    EO.RA

    y el

    P.S.

    [ . .]" "La EO.R.A sindicalista, que no es la

    EO.R.A. del

    V

    congreso anarquista, es la entidad que ha convenido

    el cese de hostilidades. Queda ahora la resistencia anarquista [ . .]"

    La Nacin en su editorial del

    12

    de enero, atribuye a

    una

    minora

    la continuacin de los inconvenientes. La Prensa tambin se vale

    de las declaraciones del P.S. y de las organizaciones obreras -en es

    pecial de la Asociacin Nacional Ferroviaria-, para mostra r "la una

    nimidad" existente

    en

    el rechazo del caos, y exigir la continuacin

    de l represin: "conducirse con la misma o mayor severidad que

    en los das anteriores".

    Los sindicatos que responden

    al

    llamado de la F.O.R.A.

    IX

    y del

    P.S.

    de volver al trabajo, son aquellos que tradicionalmente

    se

    halla

    ban ms ligados a estas tendencias (Federacin Grfica Bonaerense,

    ebanistas, Unin General de obreros en calzado, Federacin de

    Vendedores de diarios) y otras organizaciones de constitucin ms

    reciente (obreros de Obras Sanitarias, peluqueros, obreros de arse

    nales de la marina, etc.); tambin las organizaciones de empleados

    del Estado.

    Se

    trata de sectores de cierto nivel de calificacin y/o

    ligados al aparato estatal.

    Sin embargo, pese

    al

    llamado de la F.O.R.A.

    IX

    y del P.S., la

    contina. Los mismos sindicatos adheridos a estas organi

    zaciones

    se

    vern imposibilitados de retomar

    el

    trabajo,

    ya

    sea por

    la represin o por

    el

    cierre de los establecimientos. Ese es

    el

    caso

    de sindicatos como estibadores de Diques y Drsenas, obreros de

    Obras Sanitarias (el Estado mismo declara

    el

    lockout), obreros

    del

    calzado (impedidos de reunirse, no se acuerda

    el

    levantamiento de

    la huelga), etc. Otros sindicatos deciden directamente no

    tomar

    en

    cuenta la decisin de la F.O.R.A. IX; entre ellos, las organizaciones

    147

    ~ l ~ a a . ' -

    un

    retroceso

    frente al en u momento en que la contina desa-

    rrollndose hada

    el

    interior del sino que las condicio-

    porquela de

    continan

    el paro (F.O.M., F.O.F.,

    el transporte en y los sindicatos anarquistas),

    por

    el

    ambiente que presenta la como consecuencia

    de

    la

    movilizacin de tropas, y por la generalizada. En a

    d

    llamado a volver al trabajo tiene poco eco.

    El "fin" de la que la prensa vuelva a circular.

    Hasta el sbado solo son distribuidas La

    Vanguardia

    y

    La

    Protesta.

    La Federacin Grfica Bonaerense y la Federacin de vendedores

    de se por acuerdo con la F.O.R.A de impri

    mir o distribuir otra prensa, que las obreras arriba

    citadas.

    22

    En oposicin al levantamiento de la huelga, la F.O.R.A. anar

    quista emite

    el

    sbado 11, una nueva declaracin. Esta refleja las

    decisiones tomadas en en la noche del

    1

    0-11 de enero.

    En

    el manifiesto, adems de promover la continuacin de

    la

    huelga,

    se los del movimiento:

    Continuar

    el movimiento

    como forma de protesta contra los crmenes del Estado realizados

    en la de ayer y anteayer. Fijar un verdadero fin al movi

    miento, pidiendo l salida

    de

    de todos los detenidos

    por

    cuestiones sociales. Obtener la libertad de Radowitsky y Barrera,

    21

    Segn Marotta,

    S.

    (op. cit., t. U, pp. 245-246): La vuelta

    l

    trabajo

    comienza el lunes

    13 de enero. En

    ciertos

    sectores

    se produce ell4.

    En

    otros,

    ellS. El

    retardo tiene causas

    diversas:

    malentendidos, desconocimiento de

    l resolucin del fin

    de

    la huelga, continuacin

    de

    la represin policial,

    prohibicin del derecho de reunin, clausura de ciertos locales obreros,

    de

    hecho la ciudad contina estando ocupada militarmente".

    La Vanguardia

    10

    y

    12

    de

    enero

    de

    1919.

  • 8/10/2019 2. BILSKY, Edgardo - La semana trgica, captulo 3 y 4..pdf

    26/37

    148

    posible en estos momentos porque Radowitsky es el vengador de

    los obreros cados en la masacre de 1909 [ .. ]

    En

    consecuencia, la

    huelga contina de manera ilimitada. A la clera popular, es impo

    sible ponerle un lmite.

    Lo

    contrario sera traicionar al pueblo en su

    lucha.

    Hacemos un

    llamado a la lucha. Reivindicaos, proletarios

    Viva la huelga general revolucionara ".

    23

    Firman

    el manifiesto el

    consejo federal

    de

    F.O.R.A.

    V

    sostenido

    por

    el

    Comit

    de agitacin

    por Radowitsky y Barrera.

    La

    accin anarquista, no

    se

    reduca a la actividad en los sindi

    catos. A diferencia de los sindicalistas revolucionarios, los cuales

    haban

    disuelto todo _reagrupamiento fuera de los sindicatos, los

    anarquistas se hallan divididos

    en innombrable cantidad

    de grupos,

    ligas, centros de estudio. Hacia