2 8 9 10 mayo 2017.pdf · 2017. 6. 28. · cristofobia -persecución u odio a los cristia-nos- se...
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K aren Fernández es una madre
de 5 niños pequeños que ha
reflexionado, con su propia
experiencia, de cómo lograr que los
niños pequeños se comporten durante
la Eucaristía. Son 11 consejos útiles y
prácticos que pueden ayudar a todos
los que tengan hijos en esas edades
tan tempranas.
1 – Haz de la misa dominical una rutina
completamente previsible, siempre en
el mismo horario, siempre en la misma
iglesia.
2 – Evita los horarios de sueño y los
cercanos a las comidas, pues los niños
con hambre y sueño se vuelven más
irritables.
3 – Ofrecer palomitas, galletas,
caramelos, y permitir juguetes durante
la misa proporcionan un mal hábito a
los niños, haciendo más difícil que
entiendan el valor de la misa y la
virtud del orden.
4 – Utilizar el recurso de un único
juguete silencioso para los niños
menos de 2 años, puede colaborar en
situaciones más difíciles, pero debe
evitarse. Ver punto 3.
5 – Palomitas, sorbete y caramelos,
pueden negociarse tras finalizar la
misa, y pueden hasta volverse una
rutina deseada por los niños.
6 – Caminar no es hablar, hasta los 2
años y medio aproximadamente
algunos niños aún son inquietos,
distraerlos con un paseo por el fondo
de la iglesia puede ayudar, pero ellos
ya son capaces de comprender el
silencio.
7 – Tras los 3 años de edad los niños
son capaces de mantenerse sentados
en su lugar, con pocas excepciones.
8 – Evita sentarte junto a otros niños.
9 – Cuanto más silenciosa es la misa,
mejor es la comprensión del niño
sobre su silencio, evita las misas con
demasiado ruido.
10 – De preferencia la iglesias con
adornos y condiciones de reverencia,
los niños comprenden donde están si
el medio exterior refleja las
necesidades interiores. Las iglesias
modernistas vacían el sentido de
sacralidad, y los niños captan ese
lenguaje.
11 – Habla con el niño sobre cómo
debe ser su comportamiento en la
misa. Hazlo cariñosamente, antes de ir
a misa, en la puerta de la iglesia y
cuando se acomoden en sus lugares.
Sé concreto orientaciones vagas como
decir “necesito que te comportes” no
les hacen sentido.
│ │
“Y yo pediré al Padre que les envíe otro
Consolador que esté siempre con ustedes “. (Juan14:16)
Después de vivir esta Semana Santa y la Pascua de
una manera muy intensa, y en medio del cansancio
de estos días de servicio, la Iglesia nos invita a seguir
caminando, a no detenernos, a permitir que el
movimiento que suscita cada encuentro con el
Resucitado siga haciéndonos salir de nuestra zona de
confort y nos lleve ahora hacia el encuentro con
Pentecostés: la fiesta del Espíritu Santo.
Cincuenta días después de haber celebrado la Pascua
del Señor en nuestras vidas, celebraremos la venida
del Espíritu Santo, y daremos cumplimiento al tiempo
Pascual. Cincuenta días de gracia y gozo muy
particular, porque el Señor ha vencido la muerte y
me permite resucitar, también a mí; me permite dar
el paso de la oscuridad a la luz, de las mentiras a la
verdad, del egoísmo al entregarme, del resentimiento
al perdón y la reconciliación.
Me preguntaba estos días qué sentido tienen los
cincuenta días del tiempo pascual para mí. No es más
que dar sentido auténtico a mi propia vida: los
problemas, el agotamiento cotidiano, la enfermedad,
las dificultades económicas, la tristeza, la soledad,
la insatisfacción, el desprecio de unos, las
contrariedades del día a día o cualquier sufrimiento
que surgen a lo largo del camino son pequeños pasos
que insertos en este tiempo pascual me llevan al
encuentro del resucitado.
Pero para ello, todas estas dificultades y
contrariedades diarias han de convertirse en el hilo
con el que tejer mi existencia como cristiano, el hilo
con el que coser mi vivir en Cristo y así, entre lágrimas
y risas, acoger la esperanza que trae a mi vida el
Resucitado y su promesa de enviarme “otro
consolador”. (Juan14:16)
Ese “otro” que consuela es el Espíritu Santo. El que
recibimos en el bautismo y que nos va santificando en
la vida cotidiana. Quien con sus dones y carismas
hace posible dar sentido a nuestro momentos de
angustia y soledad. Aquel que conoce muy bien “el
corazón de Dios” y trae consuelo y gracia al nuestro.
Quien lo renueva todo. Aquel que es guía y luz,
consuelo y gracia, gozo y entendimiento.
Que este sea un tiempo de encontrarnos con ese
“Otro Consolador” y le demos cada vez más libertad
de actuar en y a través nuestro.
Oremos diariamente, con esperanza y gozo: “Ven
espíritu Santo”.
¿ Qué es la evangelización digital:
compartir los tuits del Papa,
volcar contenidos católicos,
contactar con gente para hablar de
Dios...? Esta es una muy buena
pregunta. Lo resumió muy bien
Benedicto XVI cuando pidió al cristiano
que esté en las redes sociales tal y
como es, de manera íntegra.
Las redes son un entorno en que la
persona se presenta de forma
idealizada u omitiendo aspectos de su
vida que no ensalzan su imagen.
Por eso es tan acertado lo que dijo
Benedicto XVI. Si queremos redes
sociales humanas, tenemos que estar
como somos, no volcando solo
contenido profesional, o fotos de mi
gato o de mis hijos. Conviene pensar:
como cristiano, ¿cómo estoy en las
redes sociales? Ese es el vórtice
profundo de la evangelización digital.
No es un encargo para determinadas
personas, ni una profesión. En las
redes sociales, lo que cala es nuestro
ejemplo de vida. Luego se alimenta de
criterios, vídeos, reflexiones que
podemos compartir.
En el contacto online hay una
dimensión formativa, de compartir
ideas que pueden renovar mi fe o
mantenerme en ella, para la que son
útiles las redes. Pero para llegar a
gente nueva, o que ha abandonado la
fe o no está en la Iglesia, esos plantea-
mientos necesitan de conversaciones
cara a cara. El 90 por ciento de la
evangelización debe hacerse de tú a
tú, y el otro 10 por ciento, a través de
abrir nuestros círculos desde las redes
sociales.
No creo en el perfil del evangelizador
autómata que constantemente
comparte contenidos religiosos o lo
que dice el
Papa.
Aconsejo
más diálogo
y menos
emisión; si
no, se acaba
saturando a
la gente. Claro que es procedente
compartir palabras del Papa o de un
sacerdote si hacen que la gente pien-
se, pero, en la medida en que salga del
corazón de quien lo comparte,
tendrán más fuerza.
El examen hay que hacerlo de dentro a
afuera: si estoy conversando o solo
hago propaganda de mis ideas, si
transmito alegría, optimismo y
esperanza…
No se trata de una receta fácil, sino de
pensar cómo puedo servir a Dios y a
los demás a través de las redes, desde
lo que soy en realidad.
Karen Fernández
Venta, compra y alquileres.
Especialistas de Bienes Raíces para adultos de la tercera edad (SRES).
Especialistas residenciales para militares certificados.
Ejecuciones Hipotecarias y Ventas Cortas.
Las personas que han tenido Banca Rota si pueden acceder a créditos.
│ │
Un grupo de desconocidos perpetró el 18 de abril un ataque contra la Catedral de la
Asunción en la ciudad de Katmandú, en Nepal.
Según informó el párroco, P. Ignatius Rai, los vándalos entraron a las instalaciones de la
catedral y prendieron fuego a la residencia adyacente del sacerdote y a una parte lateral
del templo.
“Esto es chocante. La comunidad cristiana local ahora está viviendo bajo amenaza”,
manifestó el P. Rai.
Otro sacerdote que sirvió en la catedral, P. Silas Bogati, expresó que los cristianos
“estamos en pánico” y que nadie sabe si el motivo de ataque es por una afrenta perso-
nal o por el odio de alguna organización.
Por su parte, la Catedral de la Asunción de Katmandú publicó un comunicado donde
condenaron este ataque y piden a las autoridades investigar lo ocurrido.
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), exigió al gobierno de
Nicolás Maduro respetar el derecho del pueblo a expresarse libremente a través de las
protestas cívicas y pacíficas, como las que se realizaron este miércoles a nivel nacional.
“La protesta cívica y pacífica no es un delito. ¡Es un derecho!”, expresó la CEV a través
de un comunicado firmado este 18 de abril por su Presidente, Mons. Diego Padrón.
El texto recuerda que la Constitución garantiza las manifestaciones pacíficas y por tanto
su control “no puede ser una represión desmedida”. Las leyes amparan la protesta, “la
sociedad la reclama y la protege”, indicó.
La Corte Suprema de Estados Unidos
se negó a escuchar el caso de apelación
de un grupo de mujeres y niños
centroamericanos, que alegaron una
solicitud de asilo tras ser detenidos
cruzando la frontera sur del país.
Las familias fueron arrestadas en el
estado de Texas, tras cruzar ilegalmente
la frontera de Estados Unidos con
México. Solicitaron asilo, pero los jueces
migratorios recientemente
sentenciaron que carecían de un “temor
creíble” de persecución.
Los hermanos Jacinta y Francisco Marto,
los pastorcitos de Fátima que junto con
su prima Lucía fueron testigos de las
apariciones de la Virgen en Portugal en
1917, serán canonizados el próximo 13 de
mayo. Así lo confirmó el Papa Francisco
durante el Consistorio Ordinario Público
para la Canonización de los Beatos, que
tuvo lugar en el Vaticano. El Pontífice
canonizará a los hermanos Marto durante
el viaje que realizará a Fátima los días 12
y 13 de mayo de 2017 con motivo de la
conmemoración del centenario de las
apariciones de la Virgen María en Cova de
Iría.
L
El Centro Jurídico Tomás Moro ha lanzado
el Observatorio contra la Cristofobia ante
“el aumento de los delitos de odio contra
los cristianos en España”.
Según precisan en un comunicado, este
Observatorio pretende “denunciar los
numerosos ataques sufridos en España
contra los cristianos” y “suplir la inactividad
de los poderes públicos en la defensa de los
derechos de la mayoría social”.
De esta manera precisan que el Observato-
rio contra la Cristofobia pretende ser “un
nuevo instrumento para la promoción de
valores de respeto y el fomento de un
espíritu crítico de denuncia de los delitos
de odio por motivo de creencias o prácticas
religiosas cristianas”. En algunos países a la
cristofobia -persecución u odio a los cristia-
nos- se le conoce como cristianofobia.
El General Fernando Murillo, Director de la
Policía Antisecuestro de Colombia, señaló
que la religiosa Gloria Cecilia Nárvaez,
secuestrada en Mali hace dos meses,
estaría en poder de un frente islámico que
opera en el país africano.
Murillo dijo que la religiosa de 56 años de
las Hermanas Franciscanas de María
Inmaculada, estaría en manos del “Frente
de Liberación Macina. Hay que esperar un
pronunciamiento del grupo que la tiene
secuestrada para saber qué es lo que van a
exigir". Sin embargo precisó que los
captores “no han hecho pronunciamiento
atribuyéndose el secuestro, no han hecho
exigencias y no se han comunicado”.
Ministerio de Intercesión
Miércoles 3 de Mayo, 7:00pm
San Marcos Evangelista
7501Adelphi Rd, Hyattsville
Concierto de Alabanza
Sábado 6 de Mayo, 7 pm
Cristo Rey
2301 Colston Dr. Silver Spring
Asamblea de Servidores
Miercoles 10 de Mayo, 7:30 pm
San Martin
201 South Frederick Ave, Gaithersburg
Teen Rally
Tira la Red
Sábado 13 de Mayo
Info: 301.267.7812 - 301.346.2152
Ministerio de Intercesión
Miércoles 17 de Mayo, 7:00 pm
San Marcos Evangelista
Aniversario
Grupo de Oración San Ambrosio Vier-
nes 19 de Mayo, 7pm a 12 am
3107 63rd Avenue, Cheverly
Taller Regional
20 de Mayo
Delaware
Info: 301.339.3630
Concierto de Alabanza
Sábado 20 de Mayo, 7 pm
San Miguel Arcangel
805 Wayne Ave, Silver Spring
Reunión de Coordinadores
Miércoles 24 de Mayo 7:30 pm
San Marcos Evangelista
7501Adelphi Rd, Hyattsville
Retiro de Servidores RCC
Viernes 26 al domingo 28 de Mayo
Info: 301.339.3630
TLR Torneo Relampago
Memorial Day
Lunes 29 de Mayo
Info: 301.346.2152
│ │
E va Contador tiene tres hijos y todos
ellos con enfermedades graves y/o
raras. Sin embargo, lejos de estar
lamentándose por lo que le ha tocado vivir
da gracias a Dios por su historia y mira la
discapacidad desde el lado positivo. Esta
actitud ante la vida y el sufrimiento ha hecho
que sea premiada por el CEU con el Premio
Bárbara Castro a un corazón de madre.
Recogemos algunos apartes del testimonio
de fe de esta madre amorosa y entregada:
«Tengo los mejores hijos que Dios me ha
podido dar y nos los cambiaría por nada.
Vivimos en un mundo que busca la
perfección continuamente, lo políticamente
correcto, el 90-60-90 y los niños preciosos y
rubios. Pues no, hay que decirle a la gente
que no pasa nada por tener hijos con
capacidades distintas, que son tan válidos
como los demás».
Son más de 20 años los que llevan Eva y su
marido, Antonio, luchando por sacar
adelante a sus hijos: Antonio, con
paraparesia espástica hereditaria; Jaime, con
colesteatoma congénito, y Mario, con el
síndrome de Hajdu-Cheney, una enfermedad
rara con solo 80 casos en el mundo. En este
tiempo, Eva ha aprendido que «cada niño es
especial en sí mismo, tenga o no una
discapacidad. Un hijo siempre es una
bendición en una casa. Todos somos
válidos. Una vez que entras en el mundo de
la discapacidad te cambian los valores y ves
la vida de otra forma –dice Eva–. No te
preocupa tanto si mi hijo no puede hacer lo
que quiero que haga, o si no es un campeón
en judo. Hay cosas mucho más
importantes».
Por ejemplo, estos niños «dan una alegría y
un cariño que no se miden en palabras. Mi
hijo de 21 años al llegar a casa me dice:
“Mamá, guapa, te quiero”. Eso te sube la
moral. ¡A ver cuántos chicos con 21 años
dicen esas cosas a sus madres! Una sonrisa
de mis hijos cuando se levantan por la
mañana te llena el día».
Sin embargo, esta familia ha pasado también
por momentos duros. También cuando en el
último trimestre del embarazo de su tercer
hijo saltaron las alarmas entre los médicos:
«Vieron mis antecedentes y mi edad, y me
preguntaron por qué no me hacía una
amniocentesis. “¿Para qué?”, pensé. No
estaba en nuestros planes parar el
embarazo, así que decidimos seguir adelante
y no hacerme la prueba. Sé que mucha
gente pensó que estaba loca, pero el no
seguir adelante nunca fue una opción».
Su fortaleza –ella lo tiene claro– «viene de
mi fe. Es importantísima. Creo que si no
tuviera a Dios y no me agarrara a Él cada día
no podría llevar mi vida. Nada te llega por
casualidad, Dios está detrás de todo. Tengo
el convencimiento de que Dios tiene un
propósito para nuestra vida».
Esta mirada no la ha encerrado en sí misma,
sino que le ha hecho darse cuenta del
sufrimiento de los demás: «La gente vive con
mucho desarraigo, y cuando vienen niños
con problemas no entienden, se hacen
preguntas: “¿Por qué mi hijo?” Creo que hay
una necesidad muy grande de Dios, y
cuando pasan estas cosas, mucho más».
Eva recuerda especialmente el caso de una
chica que «me dijo que había abortado y
estaba con un psicólogo. Yo he tenido tres
niños con problemas y nunca he necesitado
un psicólogo. Entonces, ¿por qué no ayudar
a esas chicas, que no saben afrontar su
maternidad? Deben tener a su lado personas
que las orienten y que no las inciten a
abortar».
Corazón de Madre Corazón de Madre Corazón de Madre
│ │
E l día de la madre no es solamente
ofrecer, como muchos hacen, un
regalo o un detalle de cariño; sino
fundamentalmente reconocer nosotros,
como Iglesia, lo importante que es la madre
para la sociedad.
Jesús escucha ese piropo que le dicen de
María: «Bendita la madre que te trajo al
mundo». Homilía del Cardenal Juan Luis
Cipriani, Arzobispo de Lima, Perú.
Estamos hoy celebrando el día de la madre.
Hoy quisiera decirles en sus hogares como
Pastor de la Arquidiócesis: ¡Feliz Día de las
Madres! y también reflexionar con ustedes,
pues el día de la madre no es solamente
ofrecer, como muchos hacen, un regalo o un
detalle de cariño – que creo está muy bien -;
sino fundamentalmente reconocer nosotros,
como Iglesia, lo importante que es la madre
para la sociedad.
Tengamos a María como ejemplo de madre
Antiguamente se decía: «madre sólo hay
una», y pienso que es verdad. Recordemos
a la madre ejemplar de todos nosotros, la
Virgen María, quien llevó en su vientre
purísimo durante nueve meses al Hijo de
Dios. En ese tiempo surge en Ella un amor
sin límite a ese Niño, Jesús, que será infante,
joven, y finalmente Hijo suyo en la cruz.
Por eso, mamás, todas ustedes deben ser el
ejemplo y el recuerdo de esa Madre de Dios.
Mamás, ustedes nos han llevado en su vien-
tre durante nueve meses en que ya su amor,
nos acompañaba. Por todo ese cariño,
levanto mi voz haciendo eco a la voz del
Papa, y les digo: ¡mamás, cuiden a sus hijos
no concebidos todavía, cuiden a esos hijos
que acaban de ser fecundados, que están en
su vientre, y que hoy lamentablemente los
exponen al miedo del aborto!
Mamás, vean a María, vean en Ella el
ejemplo. Hoy en su casa, en su hogar,
algunas lejos de sus hijos, algunas cerca de
ellos, algunas en el lecho del dolor de un
hospital, otras privadas de su libertad.
Siempre vean a María como su ejemplo.
Hace pocos días me decían en la cárcel de
Santa Mónica: recuérdenos, señor Cardenal.
Va mi saludo para ustedes, y a todas las
mujeres madres, hoy les digo ¡cuiden de
esos niños que están en su vientre y asuman
esa responsabilidad de ser madres!
«¡Bendita la madre que te trajo al mundo!»
El ser madre es de tal categoría, es de tal
clase, es de tal maravilla, que es también tan
hermoso cuando las mujeres lo asumen con
responsabilidad. Por eso Jesús escucha ese
piropo que le dicen de María: «bendita la
madre que te trajo al mundo».
Esos piropos de amor en la época de Jesús
son los mismos que hoy también les decimos
a nuestras madres, ¡benditas mamás!, que
han sabido cumplir el rol a veces difícil, a
veces sacrificado, de ser madres, ese rol
de educar a sus hijos. Una educación que
supone cariño y ternura.
Dicen los médicos que los bebés ya
reconocen la voz de su madre cuando están
en el vientre. Ya empieza un cariño. Por eso
cuando hoy celebramos este día de la madre
no queremos solamente hablar de regalos,
queremos hablar de María, de la Virgen,
queremos hablar de las mamás a ejemplo de
María; queremos hablar de los hijos, para
que sepan querer mejor a sus madres, no
sólo de palabra, sino con actos.
El amor de madre ilumina el mundo
Qué daría una madre por ver una sonrisa
de sus hijos. Cuantas veces las madres
mendigan una palabra de cariño, de
agradecimiento, de perdón. El encuentro
de las madres y sus hijos es algo que ilumina
el mundo.
Por eso el Papa con tanta preocupación nos
dice al mundo de hoy: la familia,
la maternidad, los hijos, son realmente
grandes valores. Y yo quiero que en este
mes de mayo, que recién empezamos,
hagamos una gran cruzada del santo rosario,
porque la familia que reza unida permanece
unida.
Madre mía, a ti me dirijo, a través de estas
palabras, te pido María que te acerques a
todas estas madres que hoy te buscan, para
que tú, Madre Santa, las bendigas, las
abraces con cariño y las llenes de fortaleza.
Es el mejor momento para la reconciliación
Y a ustedes, padres, papás, les digo que si
tienen algún rencor o alguna dificultad – que
siempre puede haberlos – éste es el día de
decir: esposa, te quiero tanto… Hay tantos
modos de ser cariñoso entre el hombre y la
mujer en el matrimonio.
Busca las palabras y háblale con cariño,
dale un abrazo, dale un beso, dile que le
pides perdón, que la quieres más que nadie.
Pero que no sean sólo palabras.
Cuántas veces el marido sin querer hace
sufrir a su esposa, cuántas veces los hijos
no saben devolverle a su madre con cariño,
con obediencia, y con oración, todo su
sacrificio.
│ │
Por eso el evangelio según San Juan, nos
recuerda lo que Jesús nos dijo: «hijos míos
me queda poco para estar con ustedes y les
quiero decir que les doy un mandamiento
nuevo, el que se amen unos a otros como yo
los he amado».
Piensen en el amor de María a Jesús, el amor
de Jesús a María, el amor de José a María y a
Jesús. Este es el mandamiento que Jesús nos
deja, el que haya amor entre nosotros, entre
cada miembro del hogar.
El orgullo de ser mujer es la maternidad
Por eso en esta Gran Misión “Remar Mar
Adentro” que hemos puesto en marcha aquí
en Lima, le dedicamos a nuestra Madre esta
cruzada de oración del rosario. Madre mía
bendice los hogares, haz de las mujeres
como lo han sido siempre, hermosas
criaturas que dan cariño, ternura y
comprensión.
La mujer es más fuerte que el hombre.
Tiene los mismos derechos, los mismos
deberes, la misma dignidad, pero además
tiene un toque especial, la feminidad, la
ternura, el cariño, la agudeza, ese ser mujer,
que las hace ser diferentes -ni mejores ni
peores- algo que las hace que estén
orgullosas de ser mujeres, el ser madres.
Les digo unas palabras de San Juan Pablo II,
era un ferviente defensor de la maternidad,
del papel de María y del papel de la mujer y
de la esposa; nos decía: afirmamos que la
mujer es la que recibe amor para amar a
su vez.
Mamás, Dios las ha hecho para ser amadas,
pero no para que se queden con ese amor,
sino para dárselo a los demás, y por eso
tengan la fortaleza de saber levantar esos
hogares, cuando el hogar se tambalee,
cuando se encuentra débil, ahí esta la Virgen
con ustedes para decirte a ti mujer y madre,
ama a tus hijos.
La mujer, no puede encontrarse a sí misma
si no es dando amor a los demás. Mamá, la
mía esta en el cielo, a ti joven o anciana,
estés donde estés, serás cada día más alegre
y mejor cuando sepas amar más.
Que el Señor Jesús bendiga todos sus
hogares, en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Así sea.
│ │
E l Domingo de Ramos es la única
ocasión, en todo el año, en que se
escucha por entero el relato
evangélico de la Pasión.
Lo que más impresiona, leyendo la Pasión
según Marcos, es la relevancia que se da a la
traición de Pedro. Primero es anunciada por
Jesús en la última cena; después se describe
en todo su humillante desarrollo.
Esta insistencia es significativa, porque
Marcos era una especie de secretario de
Pedro y escribió su Evangelio uniendo los
recuerdos y las informaciones que le
llegaban precisamente de él. Fue por lo
tanto el propio Pedro quien divulgó la
historia de su traición.
Hizo una especie de confesión pública.
En el gozo del perdón encontrado, a Pedro
no le importó nada su buen nombre y su
reputación como cabeza de los apóstoles.
Quiso que ninguno de los que, a
continuación, cayeran como él,
desesperasen del perdón.
Es necesario leer la historia de la negación
de Pedro paralelamente a la de la traición
de Judas. También ésta es preanunciada por
Cristo en el cenáculo, después consumada
en el Huerto de los Olivos.
De Pedro se lee que Jesús se volvió y «le
miró» (Lc 22,61); con Judas hizo más aún: le
besó. Pero el resultado fue bien distinto.
Pedro, «saliendo fuera, rompió a llorar
amargamente»; Judas, saliendo fuera,
fue a ahorcarse.
Estas dos historias no están cerradas;
prosiguen, nos afectan de cerca. ¡Cuántas
veces tenemos que decir que hemos hecho
como Pedro! Nos hemos visto en la situación
de dar testimonio de nuestras convicciones
cristianas y hemos preferido mimetizarnos
para no correr peligros, para no exponernos.
Hemos dicho, con los hechos o con nuestro
silencio: «¡No conozco a ese Jesús de quien
habláis!». Igualmente la historia de Judas,
pensándolo bien, en absoluto nos es ajena.
El padre Primo Mazzolari tuvo una
predicación famosa un Viernes Santo sobre
«nuestro hermano Judas», haciendo ver
cómo cada uno de nosotros habría podido
estar en su lugar. Judas vendió a Jesús por
treinta denarios, ¿y quién puede decir que
no le ha traicionado a veces hasta por mu-
cho menos? Traiciones, cierto, menos trági-
cas que la suya, pero agravadas por el hecho
de que nosotros sabemos, mejor que Judas,
quién era Jesús.
Precisamente porque las dos historias nos
afectan de cerca, debemos ver qué marca
la diferencia entre una y otra: por qué las
dos historias, de Pedro y de Judas, acaban
de modo tan distinto.
Pedro tuvo remordimiento de lo que
había hecho, pero Judas también tuvo
remordimiento, tanto que gritó: «¡He
traicionado sangre inocente!», y devolvió
los treinta denarios. ¿Dónde está entonces
la diferencia?
Sólo en una cosa: Pedro tuvo confianza en la
misericordia de Cristo, ¡Judas no!
En el Calvario, de nuevo, ocurre lo mismo.
Los dos ladrones han pecado igualmente y
están manchados de crímenes.
Pero uno maldice, insulta y muere
desesperado; el otro grita: «Jesús, acuérdate
de mí cuando estés en tu reino», y se Le oye
responder: «Yo te aseguro: hoy estarás
conmigo en el Paraíso» (Lc 23,43).
Vivir la Pascua significa vivir una experiencia
personal de la misericordia de Dios en Cristo.
Una vez un niño, al que se le había relatado
la historia de Judas, dijo con el candor y la
sabiduría de los niños: «Judas se equivocó
de árbol para ahorcarse: eligió una higuera».
«¿Y qué debería haber elegido?», le
preguntó sorprendida la catequista.
«¡Debía colgarse del cuello de Jesús!».
Tenía razón: si se hubiera colgado del cuello
de Jesús, para pedirle perdón, hoy sería
honrado como lo es San Pedro.
Conocemos el antiguo «precepto» de la
Iglesia: «Confesarse una vez al año y
comulgar al menos en Pascua». Más que
una obligación, es un don, un ofrecimiento:
es ahí donde se nos ofrece la ocasión de, a
cada uno de nosotros, «colgarnos del
cuello» de Jesús.
Raniero Cantalamessa
│ │
M aría no solamente ha sido el más
grande ejemplo de Fe, sino el
modelo más perfecto del amor
humano.
San Lucas hace dos referencias al corazón
de la Santísima Virgen que llaman
poderosamente la atención. La primera
nos describe a los pastores quienes,
convocados por un ángel del Señor
encontraron a la Sagrada Familia. "…
reconocieron las cosas que les habían sido
anunciadas sobre este niño. Y todo los que
lo oyeron se maravillaron de cuanto los
pastores les habían dicho. María guardaba
todas estas cosas ponderándolas en su
corazón." (Lc 2, 19) En el mismo capitulo
del evangelista, tras el episodio del niño
perdido y hallado en el Templo,
encontramos una segunda y muy similar
referencia: "…Y su madre guardaba estas
cosas en su corazón." (Lc 2, 51)
La madre del salvador guardaba estas cosas
en su corazón. A la luz del Evangelio, valdría
la pena preguntarnos si esas cosas de Dios
que aprendemos en la Sagrada Escritura, en
algún retiro espiritual o en la Eucaristía
misma las estamos guardando en nuestro
corazón. Pero además la dulcísima Madre
de Cristo no solo las guardaba, sino que
además las ponderaba. ¿Solo María era
capaz, en su pureza y plenitud de Gracia
ponderar y guardar las cosas de Dios en Su
corazón?
Pensemos que la Virgen no solamente ha
sido el más grande ejemplo de Fe al decir
al Angel Gabriel "Hágase en mí según tu
palabra", sino que la vemos como un
modelo de amor humano. No es difícil
imaginar a la Virgen Santa con el niño Dios
en los brazos derramando amor y ternura,
entregando su corazón plenamente a esa
frágil criatura que es Dios mismo hecho
hombre. Esa Madre amorosa que abrazaba
al pequeño Niño es la misma que acogió en
su regazo el cuerpo inerte del crucificado. El
mismo corazón que se llenaba de gozo y
pronunciaba "Mi alma glorifica al Señor…" es
el que con el cuerpo exánime de Jesús en los
brazos parecía escuchar "¿A dónde se fue tu
Amado, oh la más hermosa de las mujeres?
¿A dónde se marchó el que tú quieres, y le
buscaremos contigo?" (Cant V, 17) Ese
corazón entregado enteramente a Dios, aún
antes de la anunciación, es el mismo que
gime y solloza al pie de la cruz. Ese mismo
corazón en el que se guardaban las
maravillas que ocurrían en torno al salvador
es el que se remueve con fuerza de
terremoto ante el sacrificio del Rey de
Reyes. Y era un corazón humano el que daba
tanto amor y sentía el más profundo de los
dolores. Y ese corazón, el de María, era
humano. Como el tuyo o como el mío.
Santa María no tuvo más corazón ni más
vida que la de Jesús. Una vida y un corazón
humanos pero de Jesús. ¿Podemos, acaso,
tu y yo amar y entregarnos de igual manera?
El corazón humano de María pudo hacerlo.
Tú y yo tenemos su propio corazón como un
escalón a la Puerta Santa que es Jesús. Con
el ejemplo de la Santa Madre de Dios, no
solo sabemos que podemos amar a Cristo,
debemos amarle así porque la tenemos a
Ella misma como intercesora.
Corazón generoso y tierno corazón como
por naturaleza es el de toda mujer que es
madre, el de María nos inspira
profundamente. Y podríamos admirar a la
Virgen por amar al Niño Dios, de igual
manera que admiramos a cualquier madre
que sostiene a su pequeño en los brazos.
Pero el corazón de María ya era de Dios aún
antes de la Anunciación. Había decidido
reservar su corazón a Dios sin necesitar
algún prodigio. En la Anunciación se
consuma la previa entrega que ya se había
realizado. ¿Cómo nos extraña entonces que
haya podido pronunciar esas palabras que la
han subido a la cúspide de la Fe "Hágase en
mí según tu palabra"? Pensándolo con
mayor hondura el corazón de María, sí es
corazón humano, no solo era capaz de eso,
sino de mucho más.
El corazón amoroso y entregado es, en su
generosidad, un corazón fiel: Un corazón
humano al pie de la cruz. Si con facilidad
podíamos imaginar la ternura de la escena
en el pesebre, con gran dificultad podemos
apenas hacer un esbozo en la imaginación
de la Santísima Virgen recibiendo de José de
Arimatea el cuerpo ensangrentado de su
hijo. ¿Cómo imaginar el dolor de una Madre
que limpia, con mano trémula, la sangre de
su hijo? Remueve en lo más profundo aún a
nuestro propio y durísimo corazón el pensar
en la mirada de María ante el rostro
desfigurado y atrozmente golpeado de
Jesucristo. Y su corazón dolido estaba ahí,
fiel, al pie de la cruz. ¿Dónde está nuestra
corazón? ¿Al pie de la cruz como el de la
Santísima Virgen o escondido y alejado
como el de los discípulos que abandonaron
al Señor?
El corazón de María nos muestra todas las
encontradas emociones que un corazón es
capaz de sentir. Es el corazón de la Virgen
uno tan grande y tan generoso, que es
además nuestro propio refugio.
Su corazón es, además de ejemplo y con
dignidad sobresaliente para ser admirado,
el consuelo para la aflicción. ¿Cuánto no
comprenderás nuestros humanos dolores
ella que enfrentó el dolor más profundo
que se pueda experimentar?
Pero el corazón humano de nuestra Madre
en Cristo no solo es un ejemplo de ternura
amorosa o de abyecto dolor. María en su
corazón es la Madre del buen consejo, y
quien mejor nos puede enseñar a vivir el
amor al prójimo. Poderoso corazón el de
María, que puede convertir nuestro egoísmo
y amor propio en caridad y amor a Dios.
El corazón entregado de María debería
enseñarlos a pedirle confiados a Dios:
"Padre, mi corazón puede poco ¡Haz que
te ame mas!"
Es a la Madre de Dios a quien hemos de
acudir para pedirle que nos enseñe a amar
más, a entregar más, a ser más justos, a
rogarle que con su corazón dulcísimo nos
proteja, nos enseñe, nos guíe.
El corazón humano de María. Humano.
Como el tuyo y como el mío. Madre de Jesús
y madre nuestra.
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y se quedará con nosotros
│ │
Un pequeño gusano caminaba un día en
dirección al sol. Muy cerca del camino se
encontraba un saltamontes. "¿Hacia dónde
te diriges?", le preguntó. Sin dejar de
caminar, la oruga contestó: "Tuve un sueño
anoche: soñé que desde la punta de la gran
montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo
que vi en mi sueño y he decidido realizarlo".
Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su
amigo se alejaba: "¡Debes estar loco! ¿Cómo
podrás llegar hasta aquel lugar? ¡Tú, una
simple oruga! Una piedra será una montaña,
un pequeño charco un mar y cualquier
tronco una barrera infranqueable".
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo
escuchó, y su diminuto cuerpo no dejó de
moverse. De pronto se oyó la voz de un
escarabajo: "¿Hacia dónde te diriges con
tanto empeño?". Sudando ya el gusanito, le
dijo jadeante: "Tuve un sueño y deseo
realizarlo; subir a esa montaña y desde ahí
contemplar todo nuestro mundo".
El escarabajo soltó una carcajada y dijo: "Ni
yo, con patas tan grandes, intentaría realizar
algo tan ambicioso". Y se quedó en el suelo
tumbado mientras la oruga continuó su
camino, habiendo avanzado ya unos cuantos
centímetros. Del mismo modo, la araña, el
topo, la rana y la flor le aconsejaron desistir:
"¡No lo lograrás jamás!".
Pero en el interior del gusanito había un
impulso que le obligaba a seguir. Ya agotado,
sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar
a descansar y construir con su último
esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré
mejor", fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle fueron a mirar
sus restos. Ahí estaba el animal más loco del
pueblo, que había construido como su tumba
un monumento a la insensatez. Ahí estaba un
duro refugio, digno de uno que murió por
querer realizar un sueño irrealizable.
Una mañana en la que el sol brillaba de una
manera especial, todos los animales se
congregaron en torno a aquello que se había
convertido en una advertencia para los
atrevidos.
De pronto quedaron atónitos, aquella concha
dura comenzó a quebrarse y con asombro
vieron unos ojos y una antena que no podía
ser la de la oruga que creían muerta, poco a
poco, como para darles tiempo de reponer-
se del impacto, fueron saliendo las hermosas
alas arco iris de aquel impresionante ser que
tenían frente a ellos.
Una mariposa, no hubo nada que decir,
todos sabían lo que pasaría, se iría volando
hasta la gran montaña y realizaría su sueño,
el sueño por el que había vivido, por el que
había muerto y por el que había vuelto a
vivir. Todos se había equivocado.
Dios nos ha creado para realizar un sueño;
pongamos la vida en intentar alcanzarlo, y si
nos damos cuenta que no podemos, quizá
necesitemos hacer un alto en el camino y
experimentar un cambio radical en nuestras
vidas y entonces lo lograremos.
El éxito en la vida no se mide por lo que has
logrado, sino por los obstáculos que has teni-
do que superar en el camino.
¡Con Espíritu de Alegría y servicio!
Masiel Hernández
Tel: 240-481-1965 [email protected]
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Publicación de la Renovación Carismática Católica de la Arquidiócesis de Washington
P.O. Box 14832, Silver Spring, MD 20911 Gerente: Tirone Benalcázar Director: José Cortés Jefe de Redacción: Mirtha Hunter Diseño y Diagramación: José Ignacio Ramón
Colaboradores: Padre Roberto Cortés-Campos y Edwin Méndez Publicidad y Ventas: 301-339-3630 Fotografía: Oscar González; www.123rf.com Portada: Gino Santa María e-mail: [email protected] / Fax: 301-422-2213
E n los evangelios María aparece como
mujer de pocas palabras, sin grandes
discursos ni protagonismos pero con
una mirada atenta que sabe custodiar la vida
y la misión de su Hijo y, por tanto, de todo lo
amado por Él. Ha sabido custodiar los albores
de la primera comunidad cristiana, y así
aprendió a ser madre de una multitud. Ella se
ha acercado en las situaciones más diversas
para sembrar esperanza.
Acompañó las cruces cargadas en el silencio
del corazón de sus hijos. Tantas devociones,
tantos santuarios y capillas en los lugares
más recónditos, tantas imágenes esparcidas
por las casas, nos recuerdan esta gran ver-
dad. María, nos dio el calor materno, ese que
nos cobija en medio de la dificultad; el calor
materno que permite que nada ni nadie
apague en el seno de la Iglesia la revolución
de la ternura inaugurada por su Hijo. Donde
hay madre, hay ternura. Y María con su
maternidad nos muestra que la humildad y la
ternura no son virtudes de los débiles sino de
los fuertes, nos enseña que no es necesario
maltratar a otros para sentirse importantes.
Y desde siempre el santo Pueblo fiel de Dios
la ha reconocido y saludado como la Santa
Madre de Dios.
Las madres son el antídoto más fuerte ante
nuestras tendencias individualistas y
egoístas, ante nuestros encierros y apatías.
Una sociedad sin madres no sería solamente
una sociedad fría sino una sociedad que ha
perdido el corazón, que ha perdido el «sabor
a hogar». Una sociedad sin madres sería una
sociedad sin piedad que ha dejado lugar sólo
al cálculo y a la especulación.
Porque las madres, incluso en los peores
momentos, saben dar testimonio de la
ternura, de la entrega incondicional, de la
fuerza de la esperanza. He aprendido mucho
de esas madres que teniendo a sus hijos
presos, o postrados en la cama de un
hospital, o sometidos por la esclavitud de la
droga, no se dan por vencidas y siguen
peleando para darles a ellos lo mejor.
Lunes a Viernes
7 - 8 AM
Los sábados:
8 – 8:30 a.m.
8:30 – 9 a.m.
9 – 10 a.m.
10 –11 a.m.
Y también los Domingos:
12 –1 p.m.
4–5 p.m.
Cómprelo ya en la Librería Ambulante de la Renovación Carismática
(240-505-4098)
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A pesar que existen personas que tienen
miedo a la libertad, la vocación cristiana es un
llamado a la libertad; la gloriosa libertad de
los hijos de Dios.
En este hermoso libre, José Prado nos
permite viajar por las páginas del Evangelio
encontrando en algunos de sus pasajes el
itinerario que nos conduce a la verdadera
libertad, pues “el camino ha sido delineado
por el hombre más libre y soberano que ha
vivido en este mundo: Jesús de Nazaret.”
En palabras del autor: “que ya no vea el
Evangelio como una
cruz que debo soportar
con resignación, sino
como una liberación
que me capacita para
volar”.
Una muy buena
alternativa para leer y
practicar.
Muy buena opción de lectura para este tiemo
de Pascua y Resurrección.
Este Sacerdote y misionero que con su
música, predicación, testimonio y minis-
terio sacerdotal enriquece nuestro ca-
minar hacia Cristo, nos presenta en esta
producción musical una recopilación de
doce canciones marianas que en reali-
dad vienen a ser como nuestra oración
a Ella.
Destacamos los temas “Dulce maría”,
“Fiel esclava”, “Hágase en mi tu volun-
tad”, “Tu pureza” y “Reina de la Paz”.
Ritmos muy
variados,
desde las
baladas de
meditación,
hasta los
ritmos
mexicanos
tan propios del Padre Elías hacende este
CD sin duda de los favoritos de todos.
Excelente opción para todos.
Papa Francisco
José H. Prado Padre Elías Arambula