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Primer capitulo del libro lo que la ciencia dice para adelgazar.

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  • 2

  • 3

    Lo que dice la ciencia

    para adelgazar de forma fcil

    y saludable

    L. Jimnez

  • 4

    La informacin presentada en esta obra es simple material informativo y no

    pretende servir de diagnstico, prescripcin o tratamiento de cualquier tipo

    de dolencia. Esta informacin no sustituye la consulta con un mdico,

    especialista o cualquier otro profesional competente del campo de la salud.

    El contenido de la obra debe considerarse un complemento a cualquier

    programa o tratamiento prescrito por un profesional competente de la

    medicina. El autor y el editor estn exentos de toda responsabilidad sobre

    daos y perjuicios, prdidas o riesgos, personales o de cualquier otra

    ndole, que pudieran producirse por el mal uso de la informacin aqu

    proporcionada.

    Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la

    autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones

    establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por

    cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografa y el tratamiento

    informtico, as como la distribucin de ejemplares mediante alquiler o

    prstamo pblico.

    2012 L. Jimnez

    Edicin original: Marzo 2012

    Presente edicin: Enero 2015

  • 5

    INDICE

    INTRODUCCIN 7

    PARTE 1 - PARA APRENDER, A VECES ES NECESARIO DESAPRENDER PRIMERO 23

    La nica forma de adelgazar es comer menos y gastar ms? 27

    Es la grasa la principal culpable de la obesidad? 42

    Aportan los carbohidratos energa limpia? 57

    Es malo el exceso de protenas? 65

    PARTE 2 - LOS PRINCIPIOS NUTRICIONALES QUE TODO EL MUNDO DEBERA SABER 77

    Principio 1: Los alimentos altamente procesados desajustan nuestro metabolismo 81

    Principio 2: Los carbohidratos de lenta digestin son la opcin ms saludable 99

    Principio 3: Las protenas sacian y reconstruyen nuestro cuerpo 107

    Principio 4: Hay grasas saludables y muy necesarias 117

    PARTE 3 CMO DISEAR LA DIETA PERFECTA 139

    Las cinco reglas 143

    Regla 1: Evitar carbohidratos refinados y alimentos altamente procesados 147

    Regla 2: Muchas verduras, vegetales y frutas 161

    Regla 3: Cantidad suficiente de protenas 177

    Regla 4: Aadir frecuentemente grasas, mejor las ms saludables 183

    Regla 5: La dieta no es una penitencia 197

    La dieta perfecta 207

    Buscando el cuerpo ideal 221

    Mejores costumbres para una vida mejor 231

    PARTE 4 - ANEXOS Y PREGUNTAS FRECUENTES 253

    Otros alimentos, en dos palabras 257

    Preguntas frecuentes (FAQ) 265

  • 6

  • 7

    INTRODUCCIN

    Aunque los principios del funcionamiento del metabolismo humano se

    conocieron y desarrollaron durante el siglo pasado, el proceso de

    desarrollo y civilizacin de la humanidad ha lanzado un complicado

    reto a la ciencia de la nutricin: el exceso de peso. Mientras hemos ido

    identificando con gran detalle los complejos procesos bioqumicos que

    se desarrollan en nuestro organismo, en paralelo la obesidad se ha

    convertido en un sorprendente e inesperado efecto secundario del

    aumento de la calidad de vida, llegando a extremos insospechados.

    Algunos incluso hablan de plaga o pandemia, dados los terribles

    efectos que est teniendo sobre la salud. Y, a pesar de los esfuerzos

    que expertos y gobiernos llevan haciendo desde hace dcadas, el

    nmero de personas obesas no deja de aumentar.

    Aunque con frecuencia parece que cuando se habla de obesidad nos

    referimos sobre todo a un problema esttico, desde el punto de vista

    sanitario la cuestin es muy importante. Infinidad de estudios han

    relacionado la obesidad con enfermedades de gran gravedad y coste:

    Diabetes, cncer, hipertensin, infarto de miocardio, ictus, artrosis,

    etc. Y es evidente su notable impacto en la degradacin de la calidad

    de vida de quien la sufre, tanto desde el punto de vista fsico como

    psicolgico (1).

    La sociedad evoluciona, la medicina es una ciencia que avanza como la

    que ms, pero la obesidad no se detiene. Parece que el sobrepeso

    incluso se ha convertido en una de las seas de identidad de las

    naciones desarrolladas, como si la opulencia y la gula fueran pecados

    que merecen penitencia por vivir mejor que nuestros sufridos

    antepasados. Penitencia contra la que la ciencia debera haber puesto

    remedio hace tiempo, pero que, inexplicablemente, se resiste y

  • 8

    mantiene, impasible ante las polticas sanitarias diseadas en su

    contra.

    Ante esta situacin, se nos podran ocurrir tres hiptesis que expliquen

    lo que est ocurriendo:

    1. Algo est cambiando la naturaleza humana y, en concreto, en la

    forma en la que nuestro cuerpo procesa los alimentos y obtiene

    energa de ellos.

    2. Todo el mundo se est volviendo glotn, vago e inconsciente, y slo

    piensa en comer.

    3. Algo estamos haciendo mal o de forma incompleta con los

    conceptos y directrices que seguimos mayoritariamente desde hace

    aos.

    Como se indica en el ttulo del libro, aunque sin dejar a un lado el

    sentido comn, intentaremos basarnos en los datos y en la ciencia ms

    reciente. Y los ltimos estudios parecen confirmar que el tercer

    supuesto es el ms probable, que existen variables que no estamos

    pudiendo controlar y paradigmas alimentarios que ya va siendo hora

    de derribar. Y nuevas preguntas para las que hacen falta respuestas lo

    antes posible.

    Ms ciencia y ms informacin

    La alimentacin es un acto personal, que cada uno de nosotros realiza

    varias veces cada da, de acuerdo a unos criterios que, curiosamente,

    nadie nos ha enseado. En el colegio no se aprende nutricin con la

    misma intensidad que matemticas, biologa o historia, as que

    comemos y cocinamos siguiendo una sabidura obtenida de infinidad

    de fuentes dispersas: Familiares, experiencia previa, conocidos, mitos

    La consecuencia es preocupante. A pesar de lo relevante que es saber

  • 9

    cmo alimentarse, los errores y los vacos de conocimiento son

    descomunales.

    Gracias a las nuevas tecnologas, internet ha puesto al alcance de

    cualquiera una cantidad ingente de datos y herramientas de bsqueda

    que permiten, con la dedicacin y el tiempo necesarios, encontrar

    prcticamente de todo. Es cierto que a menudo la informacin espuria

    es tanta que es complicado separar el grano de la paja, pero si se sabe

    dnde buscar y se dispone de la formacin adecuada para poder

    interpretarla, las posibilidades son infinitas. A pesar de todo, pocas

    personas se han dedicado a recopilar e interpretar lo que los estudios

    ms recientes y relevantes dicen sobre dieta, obesidad y salud, y

    divulgarlo convenientemente. Quizs la enorme cantidad de libros

    para perder peso que cada temporada inunda las libreras, la mayora

    de ellos oportunistas y poco rigurosos, cuyos autores lo nico que

    pretenden es ganar dinero sin escrpulo alguno y sin preocuparse

    realmente por la salud de sus lectores, tiene algo que ver con esta gran

    confusin.

    Quiero que el lector sepa que este no es el tpico libro de dietas. En l

    no encontrar mens detallados, recetas ni un calendario

    pormenorizado a seguir. Leyendo lo que va a encontrar en las

    siguientes pginas aprender lo que significa exactamente comer de

    forma saludable. Aunque le dar a conocer las ideas ms poderosas

    sobre alimentacin y salud, tampoco explicar con minuciosidad lo que

    debera desayunar, comer o cenar cada da. Las dietas rgidas son muy

    complicadas de mantener y tienen un ndice de fracaso muy elevado,

    ya que es muy difcil evitar su abandono con el tiempo. Adems, cada

    cuerpo, cada metabolismo y cada mente son nicos y responden con

    diferentes matices a la enorme cantidad de alimentos que tenemos

    disponible en la actualidad.

  • 10

    El objetivo de este libro es que usted aprenda lo necesario para ser

    capaz de disear su dieta perfecta. Las dietas estndar y los mtodos

    nicos no funcionan porque no hay dos situaciones iguales, dos gustos

    coincidentes, dos cuerpos idnticos ni dos metabolismos gemelos,

    pero si usted conoce los principios nutricionales bsicos, cmo y

    porqu responde y funciona su organismo cuando procesa los

    alimentos, ser capaz de tomar las decisiones adecuadas. Por eso ir

    presentando y exponiendo esas ideas fundamentales, basndome en

    lo que dicen los resultados de la investigacin ms actual y

    significativa, para que la pueda interiorizar debidamente y utilizarla

    para construir una alimentacin de forma rigurosa, pero tambin

    flexible, adaptndola a su cuerpo, a sus preferencias y a las

    circunstancias de cada momento. Y ver cmo es mucho ms fcil de lo

    que piensa.

    Quizs a veces tenga que simplificar ms de lo que me gustara una

    explicacin, pero no me temblar el pulso si con eso consigo llegar con

    mayor eficacia al mximo de lectores. Procurar mantener el equilibrio

    entre rigor e inteligibilidad, recordando siempre que este libro no est

    dirigido a los ms expertos, sino a cualquiera que est interesado en

    comer mejor.

    Pero quiero dejar claro que tampoco ste es un libro de consejos

    mdicos y no pretende sustituir a las indicaciones de un profesional

    sanitario. Mi formacin superior es la de qumica, y aunque es muy til

    para interpretar la ciencia que hay tras numerosas reas, incluida la

    nutricin y el metabolismo, no est especializada en el trato con

    pacientes ni enfermos. Por ello, si su salud requiere de la opinin de un

    experto, slo puedo recomendarle acudir a su mdico o dietista-

    nutricionista.

  • 11

    A lo largo del libro har referencia a diversas fuentes de informacin y

    herramientas de bsqueda. Los buscadores generalistas de internet

    son bastante eficaces pero poco precisos; por contra, los buscadores

    especializados permiten encontrar con relativa facilidad estudios sobre

    casi todo. Pubmed es el motor de bsqueda de la base de datos

    Medline de citas y resmenes de artculos de investigacin biomdica

    ofrecido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU, la fuente

    de informacin ms vasta disponible y la que he utilizado con ms

    frecuencia. La Biblioteca Cochrane es otro importantsimo nicho de

    conocimiento, especializado en revisiones o reviews, es decir, en

    aglutinar y comparar grupos de estudios individuales sobre temas

    concretos y extraer conclusiones que sirvan para tomar decisiones.

    Estos y otros mecanismos estn a libre disposicin en internet, por lo

    que invito a los lectores que se defiendan con el idioma de

    Shakespeare a dedicar algo de tiempo para aprender a utilizarlos.

    Todos los estudios y revisiones que se irn incluyendo en los diferentes

    captulos tienen un mnimo de rigor cientfico y se han publicado en

    medios de prestigio acadmico. Y todos ellos son de fcil acceso para

    cualquier persona que disponga de internet. Bastar con introducir en

    un buscador generalista el ttulo del estudio, para dar con numerosos

    enlaces que le llevarn al artculo completo o, al menos, a su resumen.

    Tambin he de aclarar que todava no est todo dicho y que sin duda

    las investigaciones seguirn obteniendo nuevas conclusiones durante

    los prximos aos, por eso en algunos aspectos no ser taxativo o

    dejar abiertas varias opciones. Pero creo que como autor de esta

    publicacin y por respeto a los lectores, debo mojarme y dar mi

    opinin, as que lo har cuando sea necesario, dejando claro que no es

    ms que eso, mi opinin. En este sentido, aclaro que no soy militante

    de ninguna corriente alimentaria y que siempre estoy abierto a

    cambiar a tenor de lo que los nuevos datos y descubrimientos saquen

    a la luz. Por desgracia, los innumerables libros de moda sobre el tema

  • 12

    han convertido el panorama en una guerra de diversas corrientes.

    Los autores militan en el veganismo, el vegetarianismo, el poleolitismo,

    el proteinismo, el sin-carbohidratismo, en el bajo-calorismo o en otros

    partidos nutricionales de forma inamovible, defienden sus tesis pase

    lo que pase y desprecian el resto de enfoques, queriendo hacer valer

    los suyos. Intentar no caer en este juego meditico y aunque me

    inclinar por algunas teoras ms que por otras, procurar hacerlo

    desde la humildad y la apertura de mente. Dos actitudes que,

    lamentablemente, a veces escasean en el mundo de la diettica y la

    nutricin.

    Por otro lado, al incluir en el ttulo la frase "lo que dice la ciencia",

    nicamente pretendo transmitir el espritu cientfico y escptico de

    estos textos, no resumir el consenso cientfico oficial. Aunque las

    opiniones cientficas en el mbito de la nutricin y las

    recomendaciones dietticas se van concentrando en un nico punto

    poco a poco, no existe un consenso nico y preciso. En la actualidad

    pueden encontrarse variaciones y matices en las directrices de

    diferentes asociaciones nacionales e internacionales. Puede encontrar

    informacin sobre el caso espaol en el excelente informe elaborado

    en 2011 por FESNAD-SEEDO "Recomendaciones nutricionales basadas

    en la evidencia para la prevencin y el tratamiento del sobrepeso y la

    obesidad en adultos". La Autoridad Europea para la Seguridad

    Alimentaria EFSA tambin dispone de sus propias directrices,

    pudindose encontrar ambos fcilmente por internet.

    Desde mi punto de vista, creo que el consenso oficial debe ser

    riguroso, prudente y, aunque la epidemiologa no es una ciencia

    exacta, dar recomendaciones con la casi absoluta seguridad de que

    sean las ms adecuadas. En el caso espaol, por fortuna, se cumplen

    estas premisas. La mayor parte de las ideas incluidas en este libro son

    coincidentes con las que se presentan desde la representacin de la

  • 13

    nutricin espaola o la europea, pero debo advertirle que no todas.

    Algunas de las aqu presentadas, aunque se basen en estudios y

    revisiones cientficas rigurosas y sistemticos y publicados en medios

    de reconocido prestigio, an no han llegado a recopilar una cantidad

    de evidencia cientfica suficiente para ofrecer la seguridad necesaria

    para un consenso oficial, por lo que deben ser consideradas opiniones

    personales del autor.

    El poder y las debilidades de la estadstica

    Tambin quiero dejar claro que los estudios epidemiolgicos y los

    ensayos clnicos son muy complejos por diversas razones e imprecisos

    por su propia naturaleza. En primer lugar, es muy complicado aislar el

    efecto especfico que pudiera tener una sola variable, como por

    ejemplo un alimento o un grupo de ellos. En segundo lugar, los

    mejores estudios son los de largo plazo, algo que los encarece y

    complejiza notablemente.

    Una gran parte de los estudios sobre nutricin son los llamados

    estudios observacionales. En este tipo de investigaciones se observa

    el comportamiento de gran cantidad de personas y se recopilan

    diversos indicadores durante un periodo de tiempo. Posteriormente se

    analizan estadsticamente los datos recogidos, con objeto de encontrar

    relaciones entre variables o comportamientos y los resultados

    obtenidos.

    El primer problema los estudios observacionales es la recogida de

    datos. Normalmente se hace con cuestionarios que las personas

    completan por su cuenta y no siempre son demasiado fiables

    reportando la informacin que se les pide sobre sus costumbres

    alimentarias. Sobre todo si se les pregunta cada cuatro aos, como

    ocurre en algunos casos. El aumento del tamao de la muestra

  • 14

    amortigua este problema, pero no deja de ser un aspecto que limita la

    precisin de los resultados, especialmente cuando las diferencias son

    muy pequeas.

    Por otro lado, es imprescindible entender que encontrar una

    correlacin entre un factor y un resultado no tiene por qu significar

    que exista causalidad entre ellos, es decir, que la existencia de uno sea

    la causa del otro. Por ejemplo, se sabe que en los hogares en los que

    hay ms libros, los nios obtienen mejores resultados acadmicos.

    Significa esto que llenando las casas de libros mejoraremos el

    rendimiento escolar? Evidentemente, no. Probablemente la razn es

    que los padres naturalmente tienen una mayor inquietud por estudiar

    y aprender y se la transmiten a sus hijos a travs de sus genes. O quizs

    porque en la familia existe la costumbre y cultura de leer y se traslada

    entre todos sus miembros. O porque hay un mayor nivel de vida que

    permite disponer de un ambiente ms favorable para el estudio. As

    que por muchos volmenes que adquiramos, no conseguiremos nada.

    La causa es otra.

    Mucho ms fiables (y tambin ms complejos y costosos) pueden

    considerarse el segundo tipo de estudios, los ensayos de intervencin.

    En ese caso los comportamientos no solo se observan, tambin se

    modifican premeditadamente. Dichas modificaciones se asignan

    preferiblemente de forma aleatoria, de este modo, las personas que

    cambian un hbito o toman una medicina no tienen ningn tipo de

    predisposicin o caracterstica especial previa que pueda influir en los

    resultados. Aplicando este enfoque en el ejemplo anterior, podramos

    reclutar mil familias, regalar una buena cantidad de libros a quinientas

    de ellas seleccionadas aleatoriamente (sera el grupo de intervencin),

    y observar los resultados acadmicos a lo largo del tiempo,

    comparndolos con el de las otras quinientas que no han recibido

    libros (grupo de control).

  • 15

    Por lo tanto, es importante entender que las conclusiones que pueden

    sacarse de un estudio observacional y de un ensayo de intervencin

    tienen un nivel de fiabilidad muy diferente. Los primeros encuentran

    correlacin o asociacin, los segundos pueden indicar causalidad.

    En el pasado reciente la confusin entre correlacin y causalidad ha

    provocado decisiones mdicas equivocadas y polticas de actuacin

    que ms que aportar beneficios, han acabado convirtindose en un

    problema de salud. Se lo explico con un ejemplo, lo que ocurri en la

    dcada de los 80 y los 90 con la terapia hormonal para mujeres

    menopusicas. Durante aquellos aos, varios estudios epidemiolgicos

    observacionales indicaron que las mujeres que haban decidido seguir

    dicha terapia reducan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y

    presentaban otros numerosos beneficios relacionados con la salud. Los

    mdicos se lanzaron a recomendar a millones de mujeres este tipo de

    tratamientos. Pero la sorpresa lleg al hacer un ensayo de intervencin

    aleatorio, en el que se comprob que realmente las enfermedades

    coronarias no slo no descendan sino que incluso podan aumentar

    (2).

    Cul haba sido el problema? Realmente no exista ningn problema

    en los estudios, sino en su interpretacin. Siguiendo la metodologa

    con normalidad, se extraan los resultados de mujeres que libremente

    haba decidido seguir la terapia y de otras que tambin libremente

    haban decidido no seguirla, y despus se comparaban los datos. Pero

    en la interpretacin de esos datos se cometi un error de base al

    pensar que si las mujeres que tomaban el medicamento tenan una

    inferior mortalidad, era debido precisamente al medicamento que

    tomaban. Probablemente las mujeres que decidan seguirla eran de

    clase ms elevada que las que no lo hacan y su mejor nivel de vida era

    lo que realmente les permita tener menos incidencias

  • 16

    cardiovasculares. Por eso, cuando posteriormente se realizaron

    estudios en los que de forma aleatoria se decidi suministrarles o no la

    terapia, los resultados fueron mucho ms fiables. Y no se encontr

    ninguna ventaja.

    Evidentemente, hoy en da se procura aislar estos defectos de

    enfoque, por eso la recogida de datos es mucho ms cuidadosa y

    exhaustiva, tenindose en cuenta muchas ms variables, para despus

    ir descartndolas o aislndolas. Pero en un estudio observacional

    nunca podemos estar seguros de que una correlacin entre dos

    variables suponga una causalidad. Si vemos que la mortalidad por

    cncer de pulmn de un fumador respecto a la de un no fumador se

    multiplica por quince (3), es decir, el riesgo aumenta un 1500%,

    podemos pensar que la correlacin implica causalidad porque es difcil

    imaginar alguna otra variable que pueda tener ese impacto. Pero si se

    multiplica por 1,1, es decir, aumenta el riesgo un 10%, tenemos que

    comprobar si ha sido posible aislar todas y de cada una de ellas,

    porque al menor efecto que tenga cualquier otra, el resultado no

    tendr ningn valor.

    Debido a lo limitado del espacio, he tenido que hacer una seleccin de

    las referencias incluidas al final de cada apartado, que a pesar de todo

    llegan a ser varios cientos. Esta seleccin est realizada con el objetivo

    didctico de exponer una pequea muestra de las conclusiones que ir

    evidenciando.

    Si desea profundizar o conocer con ms detalle la evidencia cientfica

    relevante de cada tema o apartado, le recomiendo mi segundo libro

    Lo que dice la ciencia sobre dietas, alimentacin y salud, ya que su

    enfoque es ms tcnico y la referencia a estudios y revisiones se hace

    de forma mucho ms exhaustiva y centrada en cuestiones ms

    concretas y especficas.

  • 17

    Aclarando trminos

    Dado que este libro es divulgativo y su pblico objetivo no tiene por

    qu tener formacin tcnica especfica, intentar en todo momento

    utilizar un lenguaje accesible y familiar. Con frecuencia hablar de los

    alimentos en trminos de sus macronutrientes principales: Grasas,

    protenas y carbohidratos. No es la forma a la que estamos ms

    habituados, ya que solemos clasificarlos en familias relacionadas con

    su naturaleza y origen, tales como la pasta, las verduras, la carne, el

    pescado o los lcteos. Pero todos estos alimentos se componen

    principalmente de estos tres macronutrientes en diferentes

    proporciones, junto con el agua. Adems, tambin mencionar,

    aunque con menor detalle, los micronutrientes o sustancias que,

    estando tambin presentes, lo hacen en cantidades mucho menores

    pero no por ello son menos importantes, ya que a menudo son

    esenciales para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo. Las

    vitaminas, la fibra o los minerales son algunos de estos compuestos. Y

    la obesidad ser el eje sobre el que rotarn todas las ideas. O mejor

    dicho, las estrategias para evitarla.

    As mismo, utilizar muy a menudo la palabra dieta, pero con el

    tercer significado del diccionario de la RAE: Conjunto de sustancias que

    regularmente se ingieren como alimento, es decir, para referirme a los

    alimentos y a su frecuencia y cantidad. En este libro no se incluyen

    estrategias alimentarias especficas y detalladas para la prdida rpida

    de peso o el adelgazamiento temporal, por lo que no utilizar el

    concepto de hacer dieta o de cambiar radicalmente la alimentacin

    por un periodo de tiempo con el nico fin de adelgazar.

    Si sufre sobrepeso, siguiendo las instrucciones que leer va usted a

    adelgazar, eso es casi seguro. Pero el objetivo que persigo es divulgar

  • 18

    los principios bsicos de una alimentacin saludable para disear

    individualmente la mejor forma de comer de por vida. Evidentemente,

    una alimentacin sana debe evitar la obesidad y, de hecho, el primer

    efecto que provoca es la prdida de peso, en algunos casos de forma

    bastante rpida y notable. Pero quienes quieran perder cinco kilos en

    una o dos semanas y comiendo de forma extravagante, para que el

    traje de bao les siente mejor, debern buscar otro libro, porque aqu

    no encontrarn la respuesta que buscan. Quien lea estas pginas

    puede esperar aprender a comer para perder peso, mantenerse

    delgado y gozar de buena salud, no milagros contraproducentes a largo

    plazo. Aprovecho para recordar que est sobradamente demostrado

    que casi en el 100% de los casos el peso que se pierde de forma rpida

    y con un inters temporal, se recupera en muy poco tiempo, y para

    colmo con unos kilos de propina.

    En caso de que usted tenga algn tipo de disfuncin o enfermedad

    metablica mi recomendacin es que acuda a un profesional sanitario

    experto que pueda ayudarle a solucionarlo. Tambin creo que debera

    hacer lo mismo si su caso de obesidad es muy grave, es decir, su ndice

    de masa corporal est muy por encima de lo recomendado.

    Tampoco en el libro se tratarn los trastornos alimentarios, ya que

    stos requieren del tratamiento especfico y urgente por parte de

    expertos. Las personas anorxicas, bulmicas, comedoras compulsivas,

    vigorxicas o con cualquier otro problema alimentario de esta

    naturaleza deben ponerse en manos de especialistas para poner

    cuanto antes tratamiento a su enfermedad, ya que las consecuencias

    de no hacerlo pueden ser muy graves y permanecer de por vida.

    Espero que disfrute de este men en forma de libro que vamos a

    compartir. Lo he dividido en entremeses, primer plato, segundo y

    postre, para que pueda deleitarse como si de una buena comida se

  • 19

    tratara. Porque, por suerte, los alimentos, adems de salud y energa,

    nos dan placer.

    Y no tienen por qu dejar de hacerlo.

  • 20

    Referencias

    (1)

    - Abdominal Obesity, Body Mass Index, and Hypertension in US Adults:

    NHANES 2007-2010. Ostchega Y y otros; Am J Hypertens. 2012

    - The obesity epidemic and its impact on hypertension. Nguyen T y

    otros;Can J Cardiol. 2012

    - Comorbidity of overweight and obesity in a nationally representative

    sample of German adults aged 18-79 years. Schienkiewitz A y

    otros;BMC Public Health. 2012

    - The Association between Obesity and Cancer Risk: A Meta-Analysis of

    Observational Studies from 1985 to 2011. Dobbins M y otros;ISRN

    Preventive Med. 2013

    - Body-mass index and risk of 22 specific cancers: a population-based

    cohort study of 524 million UK adults. Bashkaran y otros; The Lancet

    2014

    - Obesity as a risk factor for development and poor prognosis of breast

    cancer. Carmichael AR; BJOG. 2006

    - Body weight at age 20 years, subsequent weight change and breast

    cancer risk defined by estrogen and progesterone receptor status--the

    Japan public health center-based prospective study. Suzuki R y

    otros;Int J Cancer. 2011

    - Obesity and osteoarthritis in knee, hip and/or hand: an

    epidemiological study in the general population with 10 years follow-

    up.Grotle M y otros; BMC Musculoskelet Disord. 2008

    - Metabolic syndrome and all-cause mortality, cardiac events, and

    cardiovascular events: a follow-up study in 25,471 young- and middle-

    aged Japanese men. Kondo T y otros; Eur J Cardiovasc Prev Rehabil.

    2011

  • 21

    - Obesity and associated cardiovascular risk factors among

    schoolchildren in Greece: a cross-sectional study and review of the

    literature.Kollias A y otros; J Pediatr Endocrinol Metab. 2011

    - Evolving cardiovascular disease prevalence, mortality, risk factors

    (2)

    - Estrogen replacement therapy and coronary heart disease: a

    quantitative assessment of the epidemiologic evidence. Stampfer MJ y

    otros; Prev Med. 1991

    - Risks and Benefits of Estrogen Plus Progestin in Healthy

    Postmenopausal Women - Principal Results From the Women's Health

    Initiative Randomized Controlled Trial; JAMA 2002

    - The hormone replacementcoronary heart disease conundrum: is this

    the death of observational epidemiology? Debbie A Lawlor y otros. Int.

    J. Epidemiol 2004

    (3)

    - Mortality in relation to smoking: 50 years' observations on male

    British doctors. Richard Doll y otros; BMJ 2004.

  • 22

  • 23

    PARTE 1

    PARA APRENDER, A VECES ES NECESARIO

    DESAPRENDER PRIMERO

  • 24

    La nutricin es uno de esos temas en los que se acumulan los

    paradigmas, falacias, equvocos, leyendas urbanas y mitos. Las

    creencias populares, las campaas gubernamentales confusas, la falta

    de consenso mdico y probablemente la falta de coordinacin entre

    todos ellos, han dado como resultado una ignorancia notable entre la

    poblacin sobre algo que jugar un papel fundamental en sus vidas,

    hasta el punto de impactar en la salud, la calidad de vida y, en

    definitiva, la longevidad. La frase somos lo que comemos est ms

    vigente que nunca.

    Si el objetivo de este libro es transmitir unos principios bsicos que

    puedan ser tiles a cualquier persona y que le permitan disear su

    propia alimentacin, antes es necesario deshacerse de toda la

    informacin equivocada que se ha ido asimilando, para poder empezar

    a comprender todos los nuevos conceptos con la mente abierta e

    higienizada. Sorprendentemente, la nutricin es un tema en el que la

    cultura popular, los memes y las creencias campan a sus anchas, sin

    que nadie haga demasiado por evitarlo. Parte de la responsabilidad

    recae sobre los profesionales sanitarios y polticos, que no han sido

    capaces de llegar a un consenso cientfico riguroso y desarrollar

    estrategias efectivas. En algunos casos se han realizado algunos

    intentos loables, pero en mi opinin siempre se obvia un aspecto

    bsico para que las ideas arraiguen con solidez entre la poblacin:

    Aportar una visin global de todas las directrices alimentarias (y no

    solo unas pocas) y dar a conocer la evidencia cientfica que las

    soportan. Si no se explica el porqu de las cosas y el contexto que lleva

    a tales conclusiones, las personas tendemos a quedarnos con el

    mensaje superficial, que va degenerando con el tiempo.

    Recomendaciones razonables por s mismas, pierden coherencia y

    solidez si no se complementan con otras que abarquen todo el

    espectro alimentario y de la salud: Protenas, grasas, otros

    carbohidratos, ejercicio, riesgo cardiovascular, cncer, etc. En nuestra

  • 25

    poca de estudiantes lo pudimos comprobar una y mil veces: En lugar

    de memorizar, es mucho ms sencillo recordar una idea - incluso hasta

    el punto de convertirlo en algo obvio - si entendemos de dnde

    proviene, su origen y su porqu.

    Para ser conscientes de la consecuencia final de esta desinformacin

    basta con presenciar una conversacin en grupo sobre cualquier tipo

    de alimento: El pan no engorda versus el pan engorda. Las grasas

    son dainas versus algunas grasas son beneficiosas; El azcar

    provoca obesidad versus el azcar es el mejor combustible para el

    cerebro; Las protenas desarrollan msculo versus las protenas

    provocan cncer; El zumo de frutas es un desayuno sano y previene

    enfermedades versus es mejor la fruta que el zumo; Las nueces

    tienen mucha grasa y engordan versus las nueces son un alimento

    saludable; Los huevos elevan el colesterol y hay que minimizar su

    consumo versus los huevos son un alimento muy completo.

    Lo curioso es que la ciencia tiene bastantes respuestas para todas estas

    cuestiones desde hace tiempo, pero nos falta rigor y constancia en su

    difusin. En esta primera parte del libro daremos el primer paso en

    ese sentido, identificando las falacias y errores ms populares y lo que

    la ciencia ms actual dice sobre ellas. Siempre en un tono divulgativo,

    riguroso pero sin excesivo detalle tcnico, para que pueda llegar con

    eficacia a todo tipo de lectores.

    Estas son las cuestiones a las que dar respuesta durante las siguientes

    pginas; probablemente una respuesta distinta a la que usted conoce:

    1. La nica forma de adelgazar es comer menos y gastar ms?

    2. Es la grasa la principal culpable de la obesidad?

    3. Aportan los carbohidratos energa limpia?

    4. Es malo el exceso de protenas?

  • 26

    Bienvenidos al asombroso mundo de las confusiones alimentarias.

  • 27

    LA NICA FORMA DE ADELGAZAR ES

    COMER MENOS Y GASTAR MS?

    La incorrecta aplicacin del principio de conservacin de la energa y la

    ultra-simplificacin del cuerpo humano ha llevado a muchos, mdicos

    incluidos, a considerar a las personas cuando se habla de alimentacin,

    nutricin y obesidad como un sistema simple en el que entra y sale

    energa. Dado que esta energa ni se crea ni se destruye, bastara con

    reducir la cantidad que entra o aumentar la que pierde para que el

    balance energtico sea negativo y conseguir perder peso. Cualquiera

    entiende este razonamiento y es el principio fundamental en el que se

    han basado los profesionales para definir y desarrollar sus protocolos y

    campaas sanitarias durante mucho tiempo. Es el origen de la famosa

    frase que toda persona obesa ha escuchado con frecuencia como

    consejo para adelgazar: Lo que hay que hacer es comer menos y

    gastar ms.

    Sin embargo, este razonamiento es tan simple y obvio que,

    mdicamente, su utilidad es nula. Me recuerda a la ancdota del

    enfermo que acude al doctor, quejndose de que le duele el brazo al

    levantarlo, y ste le recomienda no levantarlo. Evidentemente, si se

    engorda es porque el balance energtico es positivo, pero por qu

    razn ocurre esto? La argumentacin se cierra en un crculo vicioso:

    Comer mucho o gastar poco es la causa en s misma. Y los tratamientos

    se han basado en cambiar esa supuesta causa, con directrices

    orientadas a comer menos y a aumentar la actividad fsica. Se han

    diseado y prescrito millones de dietas con menos caloras (comer

    menos), seguramente tantas como estrategias para cambiar los

    hbitos de las personas obesas, se han aplicado miles de programas de

    ejercicio (gastar ms), y cul ha sido el resultado? Ms obesidad.

  • 28

    Ante este resultado, se pueden tomar dos posturas: Quejarse y culpar

    a las personas de la falta de resultados o aceptar que el enfoque

    dominante no funciona y seguir trabajando por buscar una solucin.

    Durante dcadas muchos han elegido la primera.

    El cuerpo humano no es una caja hueca en la que entra y sale energa,

    sino un sistema muy complejo que reacciona de forma muy diferente a

    los diferentes tipos de alimentos que entran en l. No es difcil

    imaginar a alguien comindose una gran bolsa de patatas fritas chips

    mientras ve una pelcula, sentado en el silln. Para comer el

    equivalente calrico en carne de buey, debera meterse entre pecho y

    espalda un chuletn a la brasa completo de ms de medio kilo. Y si

    hablamos de brcoli, el equivalente sera comer dos kilos de este

    saludable vegetal. Evidentemente, si comemos esas cantidades el

    balance energtico global ser el mismo. Pero en la vida real es

    probable que ocurran cosas que modifiquen ese posible equilibrio.

    Muchas personas tendrn problemas para terminarse el chuletn y

    todava ms sern incapaces de comer dos kilos de brcoli de una vez,

    as que, en la realidad, estas personas casi seguro que ingieren menos

    caloras que las que se decantaron por las patatas, porque no han

    podido terminarse los alimentos, debido a cmo ha reaccionado su

    cuerpo ante su ingestin; en este caso, hacindoles sentir saciedad.

    Seguramente estar pensando que, siendo cierto lo que se afirma en el

    prrafo anterior y aceptando que la tipologa de alimentos es

    importante, una calora es una calora, y si se come menos, se pierde

    peso. La termodinmica es muy estricta en ese sentido. Es cierto, a

    corto plazo podra decirse que las normas funcionan, casi todas las

    personas obesas han perdido peso al someterse a una dieta de

    restriccin calrica. Y durante unos meses, quizs incluso algn ao,

    han mantenido esa prdida, no sin esfuerzo y dedicacin. Pero a largo

    plazo, los resultados son mucho menos alentadores. Seguramente no

  • 29

    son pocos los casos que conoce entre las personas de su entorno en

    los que, cuando el tiempo pasa, recuperan el peso perdido, adems

    con propina incluida. Quizs usted mismo lo haya vivido en ms de una

    ocasin. Y las estadsticas globales son contundentes: Cada vez ms

    personas se ponen a dieta y cada vez hay ms personas obesas. Algo

    no cuadra.

    Buscando indicios en los estudios

    Veamos qu dicen al respecto la ciencia y los estudios epidemiolgicos,

    en concreto uno de los estudios masivos ms importantes realizado

    durante los ltimos aos, el Nurses Health Study (1). Vamos a revisar a

    modo de ejemplo y con espritu de buscar pistas una investigacin

    realizada basndose en ese enorme estudio, llevada a cabo por la

    Harvard School of Public Health, haciendo seguimiento a decenas de

    miles de mujeres durante ms de una dcada. En dicha investigacin

    se pretende analizar la diferente calidad nutricional de los alimentos, a

    los cuales se les asigna un valor numrico (mayor cuanto ms

    saludables se suponen que son). Sumando los diferentes valores de

    todos los alimentos, se calcula un indicador global, llamado Healthy

    Eating Index (HEI), o ndice de Alimentacin Saludable (2), que

    representa en un solo nmero la idoneidad de una dieta desde el

    punto de vista de la salud. Si se hacen cinco intervalos de ese

    indicador, de menor a mayor, se agrupan las mujeres en cada uno de

    los grupos definidos, en funcin de lo que comen, y se comparan las

    caloras que consume cada grupo con el peso (en concreto con el

    ndice de masa corporal IMC), se obtiene un sorprendente resultado,

    que queda representado en el siguiente grfico:

  • 30

    Como puede observarse, las mujeres del grupo 5 (ms a la derecha),

    que son las que ms caloras ingieren (barra clara), son tambin las que

    menor sobrepeso presentan (barra oscura), y las del grupo 1 (ms a la

    izquierda), que son las que menor cantidad de caloras comen, son las

    que ms peso presentan. Adems se observa una clara tendencia en

    ambas variables: Segn avanzamos desde el grupo uno hasta el cinco,

    es decir, segn se aumenta el ndice HEI y por tanto la calidad

    nutricional de los alimentos, las mujeres consumen cada vez ms

    caloras y van disminuyendo su sobrepeso. Es decir, cuanto mejor

    comen, ms comen y menos pesan. Y, por el contrario, cuanto peor

    comen, menos comen pero pesan ms.

    Asombroso, verdad? Los resultados parecen contradecir el principio

    de comer menos es igual a perder peso y nos hacen volver a pensar

    que la vida real es diferente a los modelos que hasta ahora usted daba

    por buenos. Parece que hay que seguir buceando entre los datos para

    conseguir interpretarlos de forma adecuada y encontrar la explicacin

    de lo que est ocurriendo.

  • 31

    Para ser honesto, debo aadir que aunque no se visualizan en el

    grfico, la fuente de datos original tambin muestra que las mujeres

    del grupo 1 son las que menos actividad fsica tienen y las del 5 la que

    ms, por lo que el ejercicio es una variable que, de momento, tampoco

    podemos descartar y que podramos pensar que tiene la clave. Pero

    que, como veremos ms adelante, no es as.

    Otro ejemplo muy didctico que puede resquebrajar nuestras slidas y

    arraigadas presunciones sobre las caloras de los alimentos es el

    estudio realizado en 2012 Effects of Dietary Composition on Energy

    Expenditure During Weight-Loss Maintenance. Los investigadores

    aplicaron a los sujetos tres dietas diferentes: una baja en grasas, otra

    de bajo ndice glucmico (si todava no la conoce, pronto sabr con

    detalle qu tipo de dieta es esta) y otra baja en carbohidratos. Aunque

    de diferente composicin, las tres fueron diseadas para ser

    isocalricas, es decir, que en teora aportaban exactamente las mismas

    caloras. Los autores midieron el consumo energtico de cada uno de

    los participantes mientras seguan cada una de las dietas y los

    resultados de nuevo fueron sorprendentes.

    Mientras se alimentaban de acuerdo a la baja en carbohidratos,

    quemaban en reposo unas 30 kilocaloras ms que con la dieta de bajo

    ndice glucmico y unas 60 kilocaloras ms que con la baja en grasas.

    Es decir, la energa de mantenimiento del cuerpo era bastante mayor

    en la baja en carbohidratos.

    Tambin cuando midieron la energa total (la de reposo + la necesaria

    para realizar todas las actividades habituales) las diferencias fueron

    importantes, incluso bastante ms acusadas. En este caso, mientras se

    segua la baja en carbohidratos se gastaban unas 300 kilocaloras ms

    que cuando se segua la baja en grasas.

  • 32

    Este estudio parece indicar que la composicin de lo que comemos

    tambin influye en el metabolismo y la fisiologa, hasta el punto de

    hacer que nuestro cuerpo consuma ms o menos energa,

    independientemente de las actividades que realicemos. Una prueba

    ms de que el flujo energtico parece ser algo bastante ms complejo

    que una simple resta de caloras.

    Causa o sntoma?

    El modelo errneo de caja-con-energa-que-entra-y-que-sale es en s

    mismo una trampa sin salida. La nica solucin que tolera para la

    prdida de peso es ingerir menos caloras, o dicho de otra forma,

    comer menos, pero la realidad, testaruda, nos dice una y otra vez que

    esa estrategia no funciona. Los estudios epidemiolgicos dicen lo

    mismo y aquellos que han realizado intervenciones a largo plazo con

    una cantidad elevada de personas (y que han costado muchsimo

    dinero de los contribuyentes) obtienen, en el mejor de los casos,

    resultados prricos; prdidas de peso mnimas, circunstanciales y

    temporales. Y la mejora de otros indicadores relacionados con la salud

    y las enfermedades crnicas puede calificarse, en el mejor de los casos,

    como anecdtica (3).

    Por ejemplo, la intervencin ms grande y espectacular realizada para

    reducir la ingesta calrica, sobre todo sustituyendo las grasas por

    carbohidratos, se realiz en el estudio Womens Heath Initiative

    Dietary Modification Trial, cuyos resultados se publicaron en el ao

    2006 (3), controlando y asesorando a casi 50.000 personas divididas en

    dos grupos, a lo largo de siete aos y medio. Durante los primeros

    meses los resultados fueron prometedores, con pequeas prdidas de

    peso. Pero a largo plazo, cuando los aos pasaron y a pesar de que las

    mujeres participantes sobre los que se estaba actuando seguan a

  • 33

    dieta, comiendo menos grasas y ms carbohidratos, recuperaron el

    poco peso perdido. Los resultados fueron concluyentes: La media de

    adelgazamiento fue mnima, de aproximadamente medio kilo al final

    del estudio. El resultado fue tan diferente al esperado que hoy en da

    se considera uno de los mayores fiascos (y ms caros) de la medicina

    nutricional. Y el Women's Health Initiative mostr lo que se lleva

    viendo en la poblacin desde hace dcadas y lo que muchas personas

    han sufrido: Que sustituir las grasas por carbohidratos como estrategia

    para reducir las caloras no sirve para adelgazar a largo plazo.

    Las revisiones ms sistemticas de los estudios ms fiables obtienen

    resultados en la misma lnea. La revisin Cochrane Advice on low-fat

    diets for obesity, una de las ms rigurosas y masivas realizada a nivel

    mundial, en la que se comparan las dietas bajas en grasas con otras

    bajas en caloras, incluye los datos de las prdidas de peso que se

    consiguen con este tipo de dietas. Ambas obtienen resultados

    decrecientes en el tiempo, que se dividen por la mitad cada 6 meses.

    En concreto, obtienen un adelgazamiento aproximado de 5,5 kilos los

    primeros 6 meses, de 3 kilos al de 12 meses y de 1,5 kilos al de 18

    meses. De nuevo, es evidente que no son sostenibles a largo plazo. (3)

    Hemos estado durante dcadas en un callejn sin salida.

    Retornando a la argumentacin de hace unas pginas sobre la causa

    del sobrepeso, podra plantearse otra hiptesis: Que comer demasiado

    no es una causa, sino un sntoma, y que la causa est en algn otro

    factor que impulsa a comer ms de lo que se gasta.

    De hecho, ste es el planteamiento que se hace con otras patologas.

    Imaginemos que usted sufre de narcolepsia. Sus sntomas son que

    duerme demasiado, se queda dormido en cualquier momento y en

    cualquier lugar, no puede controlarlo. Siente un cansancio continuo,

  • 34

    una falta de energa que le impide rendir en su vida como le gustara. Si

    usted acude a su mdico qu pensara si ste le indica que debe

    dormir menos y estar ms despierto y atento?

    Por desgracia la narcolepsia es un trastorno nervioso que no tiene

    origen conocido, pero incluso en esta dolencia pueden tratarse los

    sntomas con medicacin (por ejemplo, es probable que le receten

    metilfenidato ya que tiene funciones estimulantes y le ayudar a

    mantenerse despierto). Aunque no sepamos el origen primordial,

    incluso para la narcolepsia se buscan remedios y tratamientos que

    actan sobre los mecanismos que la producen. Nadie aceptara nunca

    que un mdico le aconsejara para la narcolepsia menos sueo y ms

    atencin. Creo que ese supuesto mdico durara poco ejerciendo esa

    profesin

    Permtame otro ejemplo. Supongamos que tiene usted un amigo que

    bebe mucha agua. Excesiva, demasiada agua, hasta el punto que le

    sienta realmente mal. Tiene sed continuamente y no puede dejar de

    beber en grandes cantidades. Su amigo le comenta que no puede

    evitarlo, que tiene mucha sed y que no puede dejar de hacerlo y le

    transmite los problemas de salud que le est generando el exceso de

    agua. Si es un buen amigo, usted le recomendar que solicite la ayuda

    a un mdico experto. Ni se le ocurrir decirle que lo que tiene que

    hacer es beber menos y orinar ms.

    Sin embargo, al hablar de obesidad parece que todo cambia. En mi

    opinin, si un mdico prescribe a un paciente con sobrepeso comer

    menos y hacer ms ejercicio simplemente no est ejerciendo la

    medicina. Para decir eso no hace falta estudiar un montn de aos de

    fisiologa y endocrinologa y pasar otro largo periodo de prcticas para

    especializarse. Cmo deca unas pginas antes, es que la humanidad

    se ha vuelto loca? O perezosa? O hambrienta? No sera ms

  • 35

    razonable pensar que una persona obesa come ms de lo que gasta

    porque su organismo se lo est pidiendo (mediante el instinto ms

    poderoso y terrible de la naturaleza, el hambre) y que lo hace porque

    algo no funciona adecuadamente? Si as fuera, estaramos dando un

    paso de gigante en la bsqueda de la solucin, ya que habramos

    abierto la puerta a la posibilidad de que exista alguna variable previa e

    independiente. Algn agente externo a nuestro cuerpo que sea el

    origen de todo el problema. Uno o varios factores que pueden estar

    desequilibrando el correcto rendimiento y el equilibrio energtico-

    alimenticio.

    Observando el grfico del Nurses Health Study, no es difcil sospechar

    que dicho factor est relacionado con el ndice HEI, es decir, con la

    calidad nutricional de lo que comemos. En posteriores pginas

    profundizaremos en este concepto y veremos en qu se concreta esta

    calidad nutricional, pero por el momento hay una importante

    conclusin que probablemente cambie nuestro punto de vista: La

    ingestin de ms caloras de las que se gastan, es decir, el comer de

    ms, puede ser un desorden, un sntoma de algo ms trascendente

    (4).

    Objetivo: La autorregulacin perfecta

    Volvamos ahora a la oracin que da ttulo a este apartado, en concreto

    a la segunda parte de la frase, gastar ms. De nuevo durante dcadas

    se ha sealado al sedentarismo como principal responsable del

    sobrepeso, junto con el ya comentado exceso de caloras. Ciertamente,

    las nuevas formas de vivir y trabajar exigen menos esfuerzo fsico, algo

    que en ocasiones es una ventaja, pero que tambin puede convertirse

    un problema, ya que los beneficios del ejercicio se han demostrado en

    innumerables ocasiones. La actividad fsica de cierta intensidad

    aumenta la motivacin psicolgica, la salud cardiovascular, previene

  • 36

    multitud de enfermedades y la integridad musculo-esqueltica, hasta

    el punto de que, segn los estudios epidemiolgicos, las personas

    fsicamente activas son significativamente ms longevas, a veces

    incluso aos (5). Por todo ello el ejercicio debera estar en la agenda de

    todos.

    En lo que respecta a la prdida de peso, que es el tema del que trata

    este libro, en el modelo caja simple con energa que entra y que sale,

    la actividad fsica sera uno de los vectores que restan en la energa de

    salida. Por ello, en todos los tratamientos de la obesidad se incluye el

    aumento del ejercicio casi de forma obligatoria... pero sin demasiado

    xito. Parece que, de nuevo, la realidad es retorcida y se muestra muy

    diferente a los modelos tericos. Las revisiones de estudios clnicos

    aislando los efectos de la actividad fsica del resto de variables indican

    claramente que, por s misma, influye poco en la prdida de peso (6).

    Las tres revisiones ms rigurosas incluyen el anlisis de casi 70 estudios

    (que implican a varios miles de personas), realizados desde la dcada

    de los 90 hasta ms alla del 2010 y todas ellas llegan a parecidas

    conclusiones: Las diferencias de prdida de peso comparando dieta

    simple versus dieta ms ejercicio son de entre uno y dos kilos como

    mximo tras bastantes meses de aplicacin, y se mantienen invariables

    a largo plazo.

    Evidentemente, estos estudios se refieren a actividad fsica moderada

    o de intensidad razonable, en caso de actividades deportivas de alto

    rendimiento, profesionales o de lite, donde las intensidades y

    tiempos de dedicacin son muy superiores (de ms de una hora al da),

    los resultados seran bien diferentes.

    Insistiendo en la necesidad de incorporar el ejercicio en la rutina diaria,

    pero por sus beneficios en otros muchos mbitos, los estudios nos

    llevan a aceptar su poca eficacia para la lucha contra la obesidad. Por

  • 37

    otro lado, podramos pensar que si nuestros sistemas nerviosos,

    hormonales y metablicos funcionaran adecuadamente, nuestro

    cuerpo debera ser capaz de autorregularse y hacernos comer menos

    (o gastar ms) ante una situacin de baja actividad fsica. Despus de

    todo, debera estar diseado para eso, para ser flexible y adaptarse a

    los diferentes requerimientos energticos en funcin del esfuerzo

    desarrollado. Es de suponer que en nuestro pasado prehistrico, los

    periodos de alta actividad (caza, migraciones) se alternaran con los

    ms sedentarios y tranquilos. Es lo que ocurre con prcticamente

    cualquier miembro del reino animal en su entorno natural, su

    metabolismo es perfectamente capaz de regular su ingesta a las

    necesidades energticas especficas de cada situacin. Ocurre tambin

    con otros procesos fisiolgicos, como la respiracin, que se

    autorregulan en todo momento para aportar la cantidad justa y

    necesaria a las necesidades puntuales de oxgeno. Si existe una

    hiperventilacin (exceso de aire) o una hipoventilacin (defecto),

    sabemos que debe haber una razn que nos est impulsando a respirar

    de ms o de menos, quizs por un momento de ansiedad, tal vez por

    una afeccin pulmonar.

    Estas reflexiones nos llevan a la hiptesis anterior y a pensar que hay

    alguna razn que impide que esos sistemas de autorregulacin

    funcionen correctamente, que nuestro metabolismo, nuestras

    hormonas y nuestro sistema nervioso nos empujen a comer ms de lo

    que gastamos. Esta es la idea principal que guiar este libro. Comer

    ms no es la causa, sino un sntoma. Y en posteriores captulos estas

    primeras ideas irn convirtindose en evidencias.

    Resumen de lo desaprendido sobre comer menos y gastar ms

    - Comer menos no es una estrategia eficaz a largo plazo para perder

    peso.

  • 38

    - Hacer ms ejercicio tampoco.

    - El comer ms podra ser un sntoma, no la causa del sobrepeso.

    - La causa de la obesidad y del comer ms de lo necesaria podra estar

    relacionada con la calidad nutricional de los alimentos

  • 39

    Referencias

    (1)

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    chronic disease in women; Walter Willet y otros; The American Journal

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    epidemiological review 2000-2003. Bauman AE.;J Sci Med Sport. 2004

    - Independence: a new reason for recommending regular exercise to

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    - Physical activity in aging: changes in patterns and their relationship to

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