19º domingo del to

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1 1 DOMINGO 19º DEL T.O. 7 de agosto de 2011 1. MONICIÓN DE ENTRADA Bienvenidos, hermanos, dispongámonos a celebrar unidos esta fiesta de la eucaristía. Venimos aquí a aumentar nuestra fe y, como el apóstol Pedro, a mitigar nuestros miedos y temores. Y así juntos iniciar nuestra cercanía absoluta a Dios por medio de este portento que es el milagro del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Traemos al altar nuestras penas, alegrías, cansancios y sufrimientos que atravesamos en la prisión. Venimos en busca de ánimo y luz. Jesús con su presencia nos confortará como hizo con los apóstoles cuando su barca estaba zarandeada por las olas. Confiemos en Él. 2. PETICIONES DE PERDÓN - Tú que conoces nuestros miedos y nuestra falta de confianza. Señor, ten piedad. - Tú que conoces las dificultades que estamos atravesando. Cristo, ten piedad. - Tú que siempre nos acompañas con tu amor providente. Señor, ten piedad. 3. ORACIÓN Señor, te pido que, como a Pedro, me digas que mis pasos se dirigen siempre hacía ti, pasando por encima de las aguas de la muerte, del pecado, de los criterios del mundo. Ah, pero sólo podré ir a ti cuando confíe en tu poder, no cuando me fíe de mis fuerzas. ¡Que mis ojos estén siempre fijos en ti! .Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu, por los siglos de los siglos. Amén 4. PALABRA DE DIOS PRIMERA LECTURA Comentario Elías espera a Dios y este se le presenta como un susurro, sin prueba alguna de su poder. Es el gran secreto de Dios que nos narró Jesucristo que se acerca como Padre bueno a sus criaturas. LECTURA DEL PRIMER LIBRO DE LOS REYES 19, 9a. 11-13a En aquellos días, al llegar Elías al monte de Dios, al Horeb, se refugió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: -- Sal y aguarda el Señor en el monte que el Señor va a pasar

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DOMINGO 19º DEL T.O.7 de agosto de 2011

1. MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos, hermanos, dispongámonos a celebrar unidos esta fiesta de la eucaristía. Venimos aquí a aumentar nuestra fe y, como el apóstol Pedro, a mitigar nuestros miedos y temores. Y así juntos iniciar nuestra cercanía absoluta a Dios por medio de este portento que es el milagro del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Traemos al altar nuestras penas, alegrías, cansancios y sufrimientos que atravesamos en la prisión. Venimos en busca de ánimo y luz. Jesús con su presencia nos confortará como hizo con los apóstoles cuando su barca estaba zarandeada por las olas. Confiemos en Él.

2. PETICIONES DE PERDÓN - Tú que conoces nuestros miedos y nuestra falta de confianza. Señor, ten piedad. - Tú que conoces las dificultades que estamos atravesando. Cristo, ten piedad. - Tú que siempre nos acompañas con tu amor providente. Señor, ten piedad.

3. ORACIÓN

Señor, te pido que, como a Pedro, me digas que mis pasos se dirigen siempre hacía ti, pasando por encima de las aguas de la muerte, del pecado, de los criterios del mundo. Ah, pero sólo podré ir a ti cuando confíe en tu poder, no cuando me fíe de mis fuerzas. ¡Que mis ojos estén siempre fijos en ti! .Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu, por los siglos de los siglos. Amén

4. PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA

⇒ Comentario Elías espera a Dios y este se le presenta como un susurro, sin prueba alguna de su poder. Es el gran secreto de Dios que nos narró Jesucristo que se acerca como Padre bueno a sus criaturas. LECTURA DEL PRIMER LIBRO DE LOS REYES 19, 9a. 11-13a En aquellos días, al llegar Elías al monte de Dios, al Horeb, se refugió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: -- Sal y aguarda el Señor en el monte que el Señor va a pasar

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Pasó antes del Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos; pero en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto; pero y en el terremoto no estaba el Señor. Después vino un fuego; y en el Señor no estaba en el fuego. Después se escuchó un susurro; Elías al oírlo se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL (SALMO 84) R.- MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA Y DANOS TU SALVACIÓN. Voy a escuchar lo que dice el Señor: Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos. La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R.- La misericordia y la fidelidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R.- El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R.-

LA JUSTICIA Y LA PAZ SE BESAN Justicia Que en sus días florezca la justicia, que revienten sus flores encendidas y que adornen vestidos y balcones perfumando este mundo intensamente. Ya no hablamos de leyes y derechos, no pintamos espadas ni balanzas, hablamos de respeto y dignidad, de lluvia generosa de la gracia. Mesías Se ha vestido de carne la justicia, se acerca palpitante, solidaria, proclamando amnistías y perdones, el año jubilar que nunca acaba. Consuela al afligido, al indigente, y se apiada del pobre que clamaba. Defiende al oprimido y marginado, ofrece al inmigrante su morada.

Paz Que en sus días la paz nos ilumine como aurora de Pascua perfumada, con abrazo y colores del arco-iris; que vuelen sus palomas liberadas. Paz y justicia La paz y la justicia ya se besan, caminan por lo pueblos hermanadas, reparten generosas bendiciones, regalan sus sonrisas y esperanzas. Exaltadas La Paz y la Justicia, tan unidas, son el cielo y la tierra que se abrazan; en el hombre, hecho Paz, hecho Justicia, que proclama en el monte la esperanza. Cargado con el odio y la injusticia sube de la crueldad al Himalaya; extiende ya sus brazos desgarrados, convertido en pacífica balanza. Abrazo permanente a nuestro mundo, perdón y amor en todas sus palabras; su corazón en fuente convertido de la misericordia y de la gracia.

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SEGUNDA LECTURA ⇒ Comentario

En la segunda lectura, de la carta de San Pablo a los Romanos, describe el misterio inquietante de la infidelidad de los judíos a Jesús. Nada, ni nadie, parece que pudo evitarlo. Pero subyace en el relato de Pablo un mensaje de esperanza para el pueblo del que nació Jesús de Nazaret. LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 9, 1-5 Hermanos: Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza y sangre, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según lo humano, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén. Palabra de Dios. EVANGELIO

⇒ Comentario La barca de Pedro es la Iglesia. Los miedos de Pedro son las tribulaciones lógicas de esa Iglesia de Cristo. Pero, tras la tempestad llega la calma y tras el momento duro en que Pedro parece que se hunde en las aguas llega la calma de la mano del Señor Jesús. El Evangelio de Mateo nos narra este hecho Escuchemos con atención.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 14, 22-33 Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.

De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: -- ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo! Pedro le contestó: Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. Él le dijo: Ven. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: -- Señor, sálvame. En seguida Jesús extendió la

mano, lo agarró y le dijo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: Realmente eres Hijo de Dios. Palabra del Señor.

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Reflexión

Los milagros de Jesús, además de dar testimonio del poder de Dios, pretenden provocar o aumentar la fe de quienes los contemplan. El pasaje de este domingo es un magnifico ejemplo de ello. Jesús muestra cómo el poder de Dios actúa en él, y los discípulos se debaten entre una fe todavía endeble y su confesión final: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”. Hoy en el evangelio hemos visto como tras la multiplicación de los panes, Jesús ordena a sus discípulos que suban a la barca y vayan a la otra orilla. Él, después de despedir a la gente, sube al monte para orar. Con esta breve introducción se inicia el relato del encuentro con los discípulos cuando, estando mar adentro, Jesús se les acerca caminando sobre las aguas. Es un pasaje cargado de simbolismo. La barca estaba lejos de la orilla azotada por el viento. Como sabemos, la barca es una imagen utilizada para referirse a la Iglesia; la tempestad, el agua y la noche evocan, en la mentalidad bíblica, las fuerzas del mal, la angustia y la muerte. Así se representa, de manera simbólica, la situación que vivía la comunidad de Mateo muchos años después de la resurrección de Jesús: el Señor parece estar lejos y ellos se encuentran a merced de poderosos vientos contrarios que amenazan su supervivencia. Aplicando este relato evangélico a nuestra realidad, podríamos decir que este episodio de Jesús nos pone ante la confianza y el miedo. Dos actitudes que se entremezclan continuamente en la existencia cristiana. Esto deja traslucir el evangelio de Jesús caminando sobre las aguas. El miedo: una barca amenazada por el oleaje, el viento contrario, la noche. ¡Y un fantasma! Aquellos hombres gritan de espanto. La confianza: la noche pasa, se reconoce a Jesús. ¡Camina sobre el mar! Les habla: “¡Soy yo! ¡No tengáis miedo!” Y a Pedro: “¡Ven!”. Pedro tiene miedo y se hunde: “¡Sálvame!”. Jesús les agarra: ¿Por qué has dudado? La respuesta será la confianza total hacia la que se dirige el texto: “Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios”. En este evangelio están simbolizados nuestros miedos más hondos que hoy vivimos en la prisión y las cimas de nuestra confianza, cuando nuestra fe es vivida como una experiencia personal. Grabémonos las palabras de Jesús: “¡No tengáis miedo!”. Porque él sigue navegando con nosotros.

5. ORACIÓN

TUS OJOS ME MIRAN, SEÑOR TUS OJOS ME MIRAN, SEÑOR Y, se me miran, nunca fracasaré Para que no me ahogue Y, si me siguen, nunca me apartaré de Ti en mis debilidades Y, si me miran, no tendré miedo Para que no tenga miedo frente a las dificultades TUS OJOS ME MIRAN, SEÑOR Para que, mirándote, como Tú me miras Porque me quieres y me proteges no mira al fondo sino al horizonte. Porque me guías y me alcanzas Amén. Porque me proteges y me diriges