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EL PORVENIR ANO XXVII DiñRia inDEPEnpiEnilE, DE cñRTñOEnn I Kúmeroooir1«iit!elOct*. ktrtMdoSd f MARTUS «JULIO DE 1927 I iJBAl?QU£0 C0NG8BTAD0 Suscripción mensual 2 pesetas Miaiii I UiiililtacMi Cuatro Santos, 36 Teléfono núm. iSt NTTM. 8672 Asamblea de Mineros para ^ ^"' constituir ei Sindicato ', (Conclusión) Hernández Ros lee el documento enviado por la Mancomunidad Za- pata, en el que muestra la adhesión al Sindicato, pidiendo la sindicación provisional y aviniéndose a no go-' zar do la plenitud de los derechos que este soncede, en tanto no cese la iauompatibilidad que supone el poseer fundición de plomo. Tam- bién se solicita poder intervenir en la Asamblea a pesar de dicha in- compatibilidad. Arrojo. Todo lo que no esté en pugna con el R D. la ponencia lo dora, dicha dispoaioióo, a la que no se puede faltar, la excluye total- mente. Maestre. Apoya la solicitud, fun- dándose: 1.° lün haber sido requeri- do, por el Ingeniero sefior Arrojo, sobre si estaría dispuesto a ceder su fundición, y haber contestado que e!. 2.° Ha que se trata de un pro- ductor importantísimo, que pudiera ' reportar grandes ventajas en el se- no del Sindicato. Y 3.°, en que él se obliga desde aquel momento a no . intervenir en los asuntos que perso- nalmente le afecten. No debe, no puede negarse, la ra- zón que asiste a la importante enti- dad que representa, para ser tenida en cuenta al crearse el Sindicato i \ca8o no ha estado pendiente la ponencia, de la nacionalización de una importante compafiia, lo que demuestra la trascendencia que se concede a las grandes aportacio- nes?. Además, ocurre que hay un fun- didor que no funde y es admitido, mientras la Mancomunidad Zapata no es admitida por que sigue fun- diendo. Martínez Conesa (O. Juan).—No he fundido plomo desdj el año 1.921. Maestre. Gl Ingeniero Sr. Arrojo nos visitó a los dos. Yo le di oondí- ' clones para ceder la fábrica si esta oonven;ía, y al ser asi dejarla la- ii'Mancomundidad de ser fandidora. ¿asomos, pues, dos caaos iguales, sal ;';Vo la diferencia dé estar hoy uno parado y el otro en actividad. Tapia. Pero ec ella estriba, termi- nante, la diferencia e incompatibili- dad que establece el R. D. al negar el derecho de sindicación a quienes funden el mineral. Miestre. Dada la importancia del negocio que representa cree que el caso merece consultarse a la Supe- rioridad, mucho más tratándose de la única fundicién de £spaña que trabaja con capital espafiol. Entiende que la Mancomunidad Zapata debe ser admitida aunque sea condicíonalmente, y que la po- nencia debió tener un espirita más amplio, máxime cuando se afirma que se han abolido los antiguos procedimientos. Ckinesa (don Alfonso) Qrita, en pie y desaforado: |Debe admitirse al primer productor de la sierra de Cartagenal (Algunos concurrentes inician ru- mores de adhesión, y el sefior Ta- pia, visiblemente molesto ante el conato que viene a interrumpir la ecuanimidad de la Asamblea, se en- cara con el explotador don Alfonso Conesa, que es de los que no pue- den sindicarse por tener comprome- tido el mineral a la fábrica Zapata, y le dice: Sr. Conesa: ¡que asaba, de decirse que se han abolido los anti; guo^ procedimientos!) (Qrandes ri- sas) Maestre. Debe concederse nuevo plazo para sindicarse, y tratar des- pacio sobre el reglamento, cuyos 90 artículos no pueden ser aprobados en una sesión. Lo oportuno, conveniente y dis- creto, seria otorgar un plazo para estudiar dicho Reglamento y el de Linares, inclusive imprimiendo y repartiendo este último. Desearla tratar con la ponencia, .«naiMMM»át«eiit^MMMr-«obr»»*!- proyecto redactado. Recuerda que el Ministro de Fo- mento y el Qobernador Civil le han otorgado el honor de instarle a que intervenga en el asunto. Repite que al obtener el puesto que cree le correeponde en el Sindi- cato, no ha de intervenir en los asuntos que afecten a él o a los ele< montos afines a la Mancomunidad. Pero el puesto debe concederse, porque lo pide un industrial al que está unida mucha gente que él tie- ne el deber de procurar salvar. Tapia. Contesta, en nombre de la ponencia, al sefior Maestre, y dice que además del Ministro y del Qo- bernador fué la propia ponencia quien recurrió a él, reconociendo su innegable importancia dentro de nuestra Minería. Gosalza la significación industrial de la Mancomunidad, elogiando la personalidad del señor Maestre, pe- ro reitertndo que la ponencia no ha podido aceptar su siodicación por que el R. D. prohibe vayan a ella los fundidores. La enorme importancia de la Man- comunidad Zapata es innegable, la del Sindicato dependerá de la de los minerales que se aporten por los sindicados; pero si aquella ca- sa minera no aporta mineral de plomo a la sindicación ¿que dá la Mancomunidad al Sindicato? Aún faltando al R. D., lo que no se puede hacer, la sindisación no se beneficiaría en -nada, y en cambio se estaUeceria un precedente que podrían invocar todos. Seria una fórmula, fijar plazo pa- ra oesar<«n el carácter de entidad fundidora, y figurar en la sindica- ción desde aquel momento y con la plenitud de ventajas que ofrece el Sindicato. Termina diciendo que la mayor prueba de la consideración, que no ya a la ponencia sino a todos, mere- ce el sefior Maestre, es el deteni- miento que a la solicitud firmada por élite está dedicando la Asam- blea, contando con la benevolencia de la Presidencia, que por ello es merecedora de elogio. Maestre. El plazo que se pide, de- pende de cuando se acepte o recha- ce la propuesta de venta que hice contestando al requerimiento del sefior Arrojo. (Este aclara que, por indicación del Ministro, consultó a los duefios de todas las fundiciones, extranje- ras inclusive) Prosigue el sefior Maestra, dicien- do que si todos reconocen la impor- tancia de la Mancomunidad Zapata j^or que nó incluirla en el Sindica- to? Si ello constituía una extralimi- tación, ya el Ministro la corregirla. Zapata Pardo (don Franci80o)abo- ga por 18 siuo^^si^D de la Manco- muiiidnd y do todos los corladores. (.\l afiadir quo <él podía decir ciertas cosas» se promueve un inci dente, exigiendo el Sr. Tapia que se diga cuanto se pudiera decir ya que sí asi no se hace habrá derecho a dudar de la buena fé del Sr. Za- pata Pardo. Media el Gobernador, explica Zapata que no habla inten- ción en sus palabras, y Tapia retira su protesta). Maestre. Pide se den primas a to- dos los productores, entendiéndose el Sindicato hasta con los que solo produzcan contadas toneladas. La sindicación, debe ser amplia, con el lema que él recuerda de uu organismo agrícola que preside <Uno para todos y todos para elSiu- dioato>. Insiste eo, qae se admita en el •Biodicato a li|cM»m>omanidad, que lleva más de'éo afios trabajando in- tensamente en e.ta zona minera. Por su parte, y para probar el inte- rés general en que se inspira, re- nuncia a los beneficios que pudie- ran corresponderle. 3e impone la solución rápida de la crisis minera, que pur la carestía de la vida no admite baja de sala- rios para conllevarla. Ea sus negó cios ha prohibido se disminuyan los jornales y que sé aumente la jor- nada. Termina dioíendo que si por sus razonamientos; no ha convencido, por razones da consideración per- sonal hacia él no quiere que se atíen da lo que pide^ Tupia. £1 scfoiír Maestre debiera fijiir plazo, par/t, condicionar «u sin- dicacióu, y espera* a quo cesase la incompatioilídttd como fundidor, pe- ro comprometiéndose a sindicarse en ca^o dé no fi(udir. No comprendepor que no espe- rar, evitando qué al salimos de las normas del R. D. al Reglamento sea devuelto. Además, si la Maooomunidad re- nuncia a sus beneficios de sindica- do, y no vá a intervenir en los asun- tos que afecten a ella o sus amigos, y renuncia también a la interven- ción electoral, ségiin se nos ha ma- nifestado aquí, ipor qué esa insis- tencia en pertenecer al Sindicato? Maestre. Puede darse como pla- zo hasta fin de aflo, para quedar li; bre del carácter de fundidor. El Gobernador hace el resimen del debate. Tapia dice que la ponencia enten- dió, al tratar este asunto, que el se- fior Maestre podría, por derecho propio, sindicarse tan pronto ven- diera la fábrica, fuera cuando fue- ra. Pero ahora, en la constitución del Sindicato, el R. D. no le autori- za a intervenir, y con razón, porque ¿como va a mediar en el Sindicato quien no da sns minerales al mis- mo? Maestre. No órela yo que el sefior Tapia tuviera tanto miedo a mis artas electorales (grandes risas). Tapia contesta que las conoce y que hasta se ha servido de ellas (si- guen las risas). Maestre dice que en Linares se han nombrado asesores, y pregunta ¿no serviría yo para asesor en la ponencia? Ofrezco no utilizar votos afectos ni intervenjf eii el nombra- ^miento de personal, pues solo quie- ro mediar por tratarse de un asunto como éste de la minería que tanto me ha preocupado ^empre. Tapia, por la ponencia, acepta di- cha asesoría, que dióe estaba acep- tada de antes, ya q](ie en algún caso se había acudido a consultar la va- liosa opinión del Slr. Maestre. Oarrido preseotnan proyecto de estatutos, y el Oolinirnador finaliza la Asamblea, anunt^ndo que vol- tos "Bienvenida" w HmnM llnn (piíinrnilo esplcndldaiiiente Un despacho do .Nueva York se- fiala el enorme triunfo iilcaí z<do en su debut por lúa hijos do 'Bienve- nida». El gran Stadium donde actuaron Manolito y Joselito Mejias, hallába- se ab irrot'ido de público. La fiestii tauíina que í^e celebra- hn por piiinera vez en loa Estados Uuiíioí, hübií despertado verdade- ra explotación. En el Stadium dióronye cita los numerosos ek'mPDtos de la colonia esp«ñ')la. El famoso ci>m|i(6n de bo- xeo Uzcudun ocupaba una localidad preferente. Al aparecer los grandi^s tororitos españoles estalló una clamorosa ovación. Las maniftístacionei! do rntusias- mo se suoedit-ron durante la lidia do lo3 bravos novillos. Manolo y Peplllo i-imularon colo- salmente todas l;<8 suertes de la (motiva fiestii española, maravillan- do al público cüc EU arte, sttronidad )• valor. No se recuerda un acontecimíer io artstiizo concitador do mayores en- tusiasmos. Las sefloras, emocionadas, agita- ban sus pañuelos y aplaudían la cu- cesión ininterrumpida de aquel ie- rroche de arte y gracia. Al finalizar lu fiesta los toreiitos salieron tríunfalmente del Stadium, siendo paseados por las calles en- tre delirantes aclamaciones. Uzcuduu abrazó a los chavales, exclamando: ¡Viva el arta y la gracia de mi pa- tria! La prensa neoyorkina refleja el éxito alcanzado por la fiesta nacio- nal espafiola, caüCicando de prodi- gioso el arte y el valor de que ha- cen gula Manolito y Joselito. LH repetición de la fiesta taurina promete ser un acontecimiento nún may(>r qoe el registra lo el domingo al debutar los niños toreros. I.ad artistas españolas en Nueva Yuik y otros elem!.'ntos, orgauizan ui humecítje a los «üieuvenida». Sierra España Ciiiiiiinntcnf <> de Exitloi-udores (Por telégrffi) Los Exploradores de Cartagena iigueni-iii novedad. Ayer dio una conferencia en ple- no bosque el capitán aviador sffiür Saujuán, sobre el tema •Interven- ción do la aviación en U campaña de África». Fué una disertación elocuente y documentada, que se escuchó con religio.''o silencio y que arrancó muchos aplausos y no pocas lágri- mas al referir el heroico conferen- ciante los actos de abnegación y de sacrificio realizados por amor a la Madre Espafia. En un inspirado periodo dedica- do a ensalzar la institución escultís' ta.dijo que como en el aeroplano es el alma, antes que el cuerpo, la que se eleva, él había visto con loa ojos de ella, sin estar en Espuña, la obra patriótica, que por la raza y la cul- tura, se desarrolla en los Campa- mentos de Exploradores de Sierra Espufia. Luego se real'zaron brillantes ejercicios por los Exploradores, que al final do-filaron ante el Infan- te don Alfonso, el aviador coufa- renciaute, el senador señor Cierva, y los jefes de las tropas que asisten al Campamento. Eco; de sociedoil NOTAS rARiAS Ante el justifícalo temor de que la Autoridad superior de la Her- mandad deSiu Vicent) de Paul de- termine el cese-como Superiora de esta Casa de Expósitos de Sor Ma- ría Mailhán, la Madre venerada en Cartagena por sus virtudes extraor- dinarias, una nutrida comisión de señoras ha visitado hoy al Alcalde a fin de que interponga su influen- 7!ia, pidiendo en nombre de la ciu- dad la continuación en su puesto de la ilustre religiosa. El señor Torres prometió hacer cuanto estuviera de su parte, inter- pretando el sentir de todos. —Se encuentra enferma la hija de nuestro amigo don Alfonso Mar- tínez Oaroía. —Para nuestro amigo don José Pagan Brú y por sus padres el pri- mer Maquinista de la Armada don José, y doña Carmen, ha sido pedi- Tcrá a reunirse el en el mismo salón, nufiana. irooles dia 20, a las 10 de la Séptimo aniversario DELSEÑOR D. Fio Wandosell au Que falleció el dia 21 de Julio de 1920 habiendo recibido los Santos Sacramentos y la B. de S. S. ». I. P. Todas las misas que sé celebren el día 21 del corriente, de siete a doce, en la Iglesia de Nuestra Sefiora del Carmen de esta y las misas que se celebren en la Iglesia del Hospital de la Caridad y en la de Nuestra Sefiora del Rosario de La Unión asi como las que se celebren en la Ermita del Molino de la' Ciudad y las del Hospital de Orihuela (Alicante) serán aplica- das por su alma. Su viuda dofia Franoissa Calvache, hijos, hijos políticos, nietos, biznietos y demás parientes, suplican a usted le tengan presente en sns oraciones y asistan a tan piadosos actos por lo que quedarán eternamente agradecidos. Varios Sres. Prelados han concedido indulgencias en la for- ma acostumbrada.

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EL PORVENIR ANO XXVII

DiñRia inDEPEnpiEnilE, DE cñRTñOEnn I Kúmeroooir1«iit!elOct*. ktrtMdoSd f MARTUS « J U L I O DE 1927 I iJBAl?QU£0 C 0 N G 8 B T A D 0

Suscripción mensual

2 pesetas Miaiii I UiiililtacMi

Cuatro Santos , 36

Teléfono núm. iSt

NTTM. 8672

Asamblea de Mineros para ^ "̂' constituir ei Sindicato

', (Conclusión) Hernández Ros lee el documento

enviado por la Mancomunidad Za­pata, en el que muestra la adhesión al Sindicato, pidiendo la sindicación provisional y aviniéndose a no go-' zar do la plenitud de los derechos que este soncede, en tanto no cese la iauompatibilidad que supone el poseer fundición de plomo. Tam­bién se solicita poder intervenir en la Asamblea a pesar de dicha in­compatibilidad.

Arrojo. Todo lo que no esté en pugna con el R D. la ponencia lo

dora, dicha dispoaioióo, a la que no se puede faltar, la excluye total­mente.

Maestre. Apoya la solicitud, fun­dándose: 1.° lün haber sido requeri­do, por el Ingeniero sefior Arrojo, sobre si estaría dispuesto a ceder su fundición, y haber contestado que e!. 2.° Ha que se trata de un pro­ductor importantísimo, que pudiera

' reportar grandes ventajas en el se­no del Sindicato. Y 3.°, en que él se obliga desde aquel momento a no

. intervenir en los asuntos que perso­nalmente le afecten.

No debe, no puede negarse, la ra­zón que asiste a la importante enti­dad que representa, para ser tenida en cuenta al crearse el Sindicato i \ca8o no ha estado pendiente la ponencia, de la nacionalización de una importante compafiia, lo que demuestra la trascendencia que se concede a las grandes aportacio­nes?.

Además, ocurre que hay un fun­didor que no funde y es admitido, mientras la Mancomunidad Zapata no es admitida por que sigue fun­diendo.

Martínez Conesa (O. Juan).—No he fundido plomo desdj el año 1.921.

Maestre. Gl Ingeniero Sr. Arrojo nos visitó a los dos. Yo le di oondí-

' clones para ceder la fábrica si esta oonven;ía, y al ser asi dejarla la-

ii'Mancomundidad de ser fandidora. ¿asomos, pues, dos caaos iguales, sal ;';Vo la diferencia dé estar hoy uno

parado y el otro en actividad. Tapia. Pero ec ella estriba, termi­

nante, la diferencia e incompatibili­dad que establece el R. D. al negar el derecho de sindicación a quienes funden el mineral.

Miestre. Dada la importancia del negocio que representa cree que el caso merece consultarse a la Supe­rioridad, mucho más tratándose de la única fundicién de £spaña que trabaja con capital espafiol.

Entiende que la Mancomunidad Zapata debe ser admitida aunque sea condicíonalmente, y que la po­nencia debió tener un espirita más amplio, máxime cuando se afirma que se han abolido los antiguos procedimientos.

Ckinesa (don Alfonso) Qrita, en pie y desaforado: |Debe admitirse al primer productor de la sierra de Cartagenal

(Algunos concurrentes inician ru­mores de adhesión, y el sefior Ta­pia, visiblemente molesto ante el conato que viene a interrumpir la ecuanimidad de la Asamblea, se en­cara con el explotador don Alfonso Conesa, que es de los que no pue­den sindicarse por tener comprome­tido el mineral a la fábrica Zapata, y

le dice: Sr. Conesa: ¡que asaba, de decirse que se han abolido los anti; guo^ procedimientos!) (Qrandes ri­sas)

Maestre. Debe concederse nuevo plazo para sindicarse, y tratar des­pacio sobre el reglamento, cuyos 90 artículos no pueden ser aprobados en una sesión.

Lo oportuno, conveniente y dis­creto, seria otorgar un plazo para estudiar dicho Reglamento y el de Linares, inclusive imprimiendo y repartiendo este último.

Desearla tratar con la ponencia, .«naiMMM»át«eiit^MMMr-«obr»»*!-proyecto redactado.

Recuerda que el Ministro de Fo­mento y el Qobernador Civil le han otorgado el honor de instarle a que intervenga en el asunto.

Repite que al obtener el puesto que cree le correeponde en el Sindi­cato, no ha de intervenir en los asuntos que afecten a él o a los ele< montos afines a la Mancomunidad.

Pero el puesto debe concederse, porque lo pide un industrial al que está unida mucha gente que él tie­ne el deber de procurar salvar.

Tapia. Contesta, en nombre de la ponencia, al sefior Maestre, y dice que además del Ministro y del Qo­bernador fué la propia ponencia quien recurrió a él, reconociendo su innegable importancia dentro de nuestra Minería.

Gosalza la significación industrial de la Mancomunidad, elogiando la personalidad del señor Maestre, pe­ro reitertndo que la ponencia no ha podido aceptar su siodicación por que el R. D. prohibe vayan a ella los fundidores.

La enorme importancia de la Man­comunidad Zapata es innegable, la del Sindicato dependerá de la de los minerales que se aporten por los sindicados; pero si aquella ca­sa minera no aporta mineral de plomo a la sindicación ¿que dá la Mancomunidad al Sindicato?

Aún faltando al R. D., lo que no se puede hacer, la sindisación no se beneficiaría en -nada, y en cambio se estaUeceria un precedente que podrían invocar todos.

Seria una fórmula, fijar plazo pa­ra oesar<«n el carácter de entidad fundidora, y figurar en la sindica­ción desde aquel momento y con la plenitud de ventajas que ofrece el Sindicato.

Termina diciendo que la mayor prueba de la consideración, que no ya a la ponencia sino a todos, mere­ce el sefior Maestre, es el deteni­miento que a la solicitud firmada por élite está dedicando la Asam­blea, contando con la benevolencia de la Presidencia, que por ello es merecedora de elogio.

Maestre. El plazo que se pide, de­pende de cuando se acepte o recha­ce la propuesta de venta que hice contestando al requerimiento del sefior Arrojo.

(Este aclara que, por indicación del Ministro, consultó a los duefios de todas las fundiciones, extranje­ras inclusive)

Prosigue el sefior Maestra, dicien­do que si todos reconocen la impor­tancia de la Mancomunidad Zapata j^or que nó incluirla en el Sindica­to? Si ello constituía una extralimi-tación, ya el Ministro la corregirla.

Zapata Pardo (don Franci80o)abo-

ga por 18 siuo^^si^D de la Manco-muiiidnd y do todos los corladores.

(.\l afiadir quo <él podía decir ciertas cosas» se promueve un inci dente, exigiendo el Sr. Tapia que se diga cuanto se pudiera decir ya que sí asi no se hace habrá derecho a dudar de la buena fé del Sr. Za­pata Pardo. Media el Gobernador, explica Zapata que no habla inten­ción en sus palabras, y Tapia retira su protesta).

Maestre. Pide se den primas a to­dos los productores, entendiéndose el Sindicato hasta con los que solo produzcan contadas toneladas.

La sindicación, debe ser amplia, con el lema que él recuerda de uu organismo agrícola que preside <Uno para todos y todos para elSiu-dioato>.

Insiste eo, qae se admita en el •Biodicato a li|cM»m>omanidad, que lleva más de'éo afios trabajando in­tensamente en e.ta zona minera. Por su parte, y para probar el inte­rés general en que se inspira, re­nuncia a los beneficios que pudie­ran corresponderle.

3e impone la solución rápida de la crisis minera, que pur la carestía de la vida no admite baja de sala­rios para conllevarla. Ea sus negó cios ha prohibido se disminuyan los jornales y que sé aumente la jor­nada.

Termina dioíendo que si por sus razonamientos; no ha convencido, por razones da consideración per­sonal hacia él no quiere que se atíen da lo que pide^ •

Tupia. £1 scfoiír Maestre debiera fijiir plazo, par/t, condicionar «u sin-dicacióu, y espera* a quo cesase la incompatioilídttd como fundidor, pe­ro comprometiéndose a sindicarse en ca^o dé no fi(udir.

No comprendepor que no espe­rar, evitando qué al salimos de las normas del R. D. al Reglamento sea devuelto.

Además, si la Maooomunidad re­nuncia a sus beneficios de sindica­do, y no vá a intervenir en los asun­tos que afecten a ella o sus amigos, y renuncia también a la interven­ción electoral, ségiin se nos ha ma­nifestado aquí, ipor qué esa insis­tencia en pertenecer al Sindicato?

Maestre. Puede darse como pla­zo hasta fin de aflo, para quedar li; bre del carácter de fundidor.

El Gobernador hace el resimen del debate.

Tapia dice que la ponencia enten­dió, al tratar este asunto, que el se­fior Maestre podría, por derecho propio, sindicarse tan pronto ven­diera la fábrica, fuera cuando fue­ra. Pero ahora, en la constitución del Sindicato, el R. D. no le autori­za a intervenir, y con razón, porque ¿como va a mediar en el Sindicato quien no da sns minerales al mis­mo?

Maestre. No órela yo que el sefior Tapia tuviera tanto miedo a mis artas electorales (grandes risas).

Tapia contesta que las conoce y que hasta se ha servido de ellas (si­guen las risas).

Maestre dice que en Linares se han nombrado asesores, y pregunta ¿no serviría yo para asesor en la ponencia? Ofrezco no utilizar votos afectos ni intervenjf eii el nombra-

^miento de personal, pues solo quie­ro mediar por tratarse de un asunto como éste de la minería que tanto me ha preocupado ^empre.

Tapia, por la ponencia, acepta di­cha asesoría, que dióe estaba acep­tada de antes, ya q](ie en algún caso se había acudido a consultar la va­liosa opinión del Slr. Maestre.

Oarrido preseotnan proyecto de estatutos, y el Oolinirnador finaliza la Asamblea, anunt^ndo que vol-

tos "Bienvenida" w HmnM l l n n (piíinrnilo e sp l cnd lda i i i en te

Un despacho do .Nueva York se-fiala el enorme triunfo iilcaí z<do en su debut por lúa hijos do 'Bienve­nida».

El gran Stadium donde actuaron Manolito y Joselito Mejias, hallába­se ab irrot'ido de público.

La fiestii tauíina que í̂ e celebra-hn por piiinera vez en loa Estados Uuiíioí, hübií despertado verdade­ra explotación.

En el Stadium dióronye cita los numerosos ek'mPDtos de la colonia esp«ñ')la. El famoso ci>m|i(6n de bo­xeo Uzcudun ocupaba una localidad preferente.

Al aparecer los grandi^s tororitos españoles estalló una clamorosa ovación.

Las maniftístacionei! do rntusias-mo se suoedit-ron durante la lidia do lo3 bravos novillos.

Manolo y Peplllo i-imularon colo­salmente todas l;<8 suertes de la (motiva fiestii española, maravillan­do al público cüc EU arte, sttronidad )• valor.

No se recuerda un acontecimíer io artstiizo concitador do mayores en­tusiasmos.

Las sefloras, emocionadas, agita­ban sus pañuelos y aplaudían la cu-cesión ininterrumpida de aquel ie-rroche de arte y gracia.

Al finalizar lu fiesta los toreiitos salieron tríunfalmente del Stadium, siendo paseados por las calles en­tre delirantes aclamaciones.

Uzcuduu abrazó a los chavales, exclamando:

¡Viva el arta y la gracia de mi pa­tria!

La prensa neoyorkina refleja el éxito alcanzado por la fiesta nacio­nal espafiola, caüCicando de prodi­gioso el arte y el valor de que ha­cen gula Manolito y Joselito.

LH repetición de la fiesta taurina promete ser un acontecimiento nún may(>r qoe el registra lo el domingo al debutar los niños toreros.

I.ad artistas españolas en Nueva Yuik y otros elem!.'ntos, orgauizan ui humecítje a los «üieuvenida».

Sierra España Ciiiiiiinntcnf <> d e Exitloi-udores

(Por telégrffi)

Los Exploradores de Cartagena iigueni-iii novedad.

Ayer dio una conferencia en ple­no bosque el capitán aviador sffiür Saujuán, sobre el tema •Interven­ción do la aviación en U campaña de África».

Fué una disertación elocuente y documentada, que se escuchó con religio.''o silencio y que arrancó muchos aplausos y no pocas lágri­mas al referir el heroico conferen­ciante los actos de abnegación y de sacrificio realizados por amor a la Madre Espafia.

En un inspirado periodo dedica­do a ensalzar la institución escultís' ta.dijo que como en el aeroplano es el alma, antes que el cuerpo, la que se eleva, él había visto con loa ojos de ella, sin estar en Espuña, la obra patriótica, que por la raza y la cul­tura, se desarrolla en los Campa­mentos de Exploradores de Sierra Espufia.

Luego se real'zaron brillantes ejercicios por los Exploradores,

que al final do-filaron ante el Infan­te don Alfonso, el aviador coufa-renciaute, el senador señor Cierva, y los jefes de las tropas que asisten al Campamento.

Eco; de sociedoil NOTAS rARiAS Ante el justifícalo temor de que

la Autoridad superior de la Her­mandad deSiu Vicent) de Paul de­termine el cese-como Superiora de esta Casa de Expósitos de Sor Ma­ría Mailhán, la Madre venerada en Cartagena por sus virtudes extraor­dinarias, una nutrida comisión de señoras ha visitado hoy al Alcalde a fin de que interponga su influen-7!ia, pidiendo en nombre de la ciu­dad la continuación en su puesto de la ilustre religiosa.

El señor Torres prometió hacer cuanto estuviera de su parte, inter­pretando el sentir de todos.

—Se encuentra enferma la hija de nuestro amigo don Alfonso Mar­tínez Oaroía.

—Para nuestro amigo don José Pagan Brú y por sus padres el pri­mer Maquinista de la Armada don José, y doña Carmen, ha sido pedi-

Tcrá a reunirse el en el mismo salón, nufiana.

irooles dia 20, a las 10 de la

S é p t i m o a n i v e r s a r i o DELSEÑOR

D. Fio Wandosell a u Que falleció el dia 21 de Julio de 1920

habiendo recibido los Santos Sacramentos y la B. de S. S. » . I. P.

Todas las misas que sé celebren el día 21 del corriente, de siete a doce, en la Iglesia de Nuestra Sefiora del Carmen de esta y las misas que se celebren en la Iglesia del Hospital de la Caridad y en la de Nuestra Sefiora del Rosario de La Unión asi como las que se celebren en la Ermita del Molino de la' Ciudad y las del Hospital de Orihuela (Alicante) serán aplica­das por su alma.

Su viuda dofia Franoissa Calvache, hijos, hijos políticos, nietos, biznietos y demás parientes,

suplican a usted le tengan presente en sns oraciones y asistan a tan piadosos actos por lo que quedarán eternamente agradecidos.

Varios Sres. Prelados han concedido indulgencias en la for­ma acostumbrada.