1802011 primera serie tomo 1 2

246
-fe. BiBiiowAGiERALi memos. 1 raincnn, SERIII TOMO I. LAS EDADES DE LA VIDA. PROGRAMA D. F. FERNANDEZ VILLABRII.IE. . CEGCNPA. EDICIÓN , 4DHESXADA. MADRID: ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE UELLAOO» callo do Sia. Teresa, num. 8 '

Upload: f-blanco

Post on 18-Dec-2014

1.037 views

Category:

Self Improvement


7 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

• -fe.

BiBiiowAGiERALi memos. 1 raincnn, SERIII

T O M O I.

LAS EDADES DE LA VIDA.

P R O G R A M A

D. F. FERNANDEZ VILLABRII.IE. .

CEGCNPA. EDICIÓN , 4DHESXADA.

MADRID:

ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE UELLAOO» callo do S ia . Teresa, num. 8 '

Page 2: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2
Page 3: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

ВИНИТИ GEIRAL1 PBIMBSA SESIB.

T O M O 1.

LAS EDADES DE LA VIDA. P B O G R A M A

POK

D. F . FERNANDEZ VILLABRILLE.

SEGUNDA EDICIÓN, AUMENTADA.

K A D R I D : 1 8 6 2 .

ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE MELLADO,

calle de Sia. Teresa, núra. 8-

Page 4: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2
Page 5: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

A LOS NIÑOS.

A vosotros, niños, seros amables y sensibles de quienes penden los luluros deslinos do l a pat r ia , á vosotros dedicamos todas nues t ras tareas , y el pensanúento g rande y g-Mieroso que las an ima. Corlo es su inéi'itíi y grandi! su dií icultad; pero vosotros con la s inceridad de vues t ra alma juzgáis ya nuestra intención y comprendere i s bien pronto el amor y desvelo que en ella se enc ie i ra . Personas us i 'odearán m a s ins t ruidas ; jieru no mejor in tencionadas , n i en mejor posición, tal vez, pa ra erigir á la educación nacional el monumento mas g r a n dioso, si no el mas perfecto que hasta ahora so lia in tentado. A conseguirU» consai ;raremos to dos nuestros esfuerzos", contando con vuestra l isongera aprobación, y si en nuestras humi l des producciones halláis la p rueba del t ierno y constante afecto que os profesamos, conservad p o r única recompensa en vuestra memor ia un gra to recuerdo de nuestro n o m b r e .

F . FERNANDEZ VILLABRILLE.

Page 6: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2
Page 7: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

Kullmii niunuK reipublicK affen-p mayus ineliusve p n s s u m u s , q u a m si d o c e m u s eru-íiDiuKciue juviintutein.

C I C E R O O H A T . 2. IN V E U R E M .

Sentamos como principios fijos y fuera de toda discusión, como verdades que no necesitan prueba y como base de todas nuestras tareas en la vasta empresa que acometemos:

1.° Que la educación es la primera causa, y la mas eficaz también, de la felicidad de los individuos, de las familias y de las naciones.

2 . 0 Que la nación mas instruida y mas sabia es en este hecho mismo y en igualdad de circunstancias la mas acatada y poderosa.

3 , " Que la educación y la instrucción deben ir siempre unidas, pues solo de esta manera pueden conseguir su grandioso objeto.

4 . 0 Que la educación del hombre debe empezar desde su mas tierna edad, puesto que de la dirección que entonces recibe, pende toda la perfección á que después puede aspirar.

5 . 0 Que la educación no debe proponerse un

Page 8: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

objeto parcial у limitado, sino que, proponiéndose la completa perfección del hombre , le ha de se

guir en toda su carrera. 6 . 0 Por consiguiente, que la educación del

hombre, empezando desde sus primeros años, se ha de continuar en todas las edades de la vida.

7 . 0 Oue cuando menos, la educación y la instrucción se han de continuar hasta la época en que hayan procurado al individuo los conocimien

tos indispensables para la carrera que siga ó el estado que abrace.

8 . 0 Que es un deber sagrado para todos los hombres que se hallan en posición y tienen a u t o

ridad de hacerlo, el contribuir del mejor modo que sepan y puedan á propagar la instrucción y la educación en todas las clases de la sociedad.

Si los principios que acabamos de establecer son tan generalmente admitidos como deben ser

lo, si particularmente nuestros lectores están acor

des con ellos, mucho tenemos andado para en

tendernos. Por otra parte , de estos principios se infiere toda la utilidad, necesidad é importancia de nuestras tareas sin necesidad de encarecerlas. Efectivamente, por inclinación, por convenci

miento, por haber sido esta la principal y casi es

clusiva ocupación de nuestra vida creemos que la educación es el asunto mas importante de que los hombres pueden ocuparse y el mas ventajoso á la prosperidad de su patria. Cuando se trata de la nuestra, donde á pesar de repetidas providen

cias del gobierno, algunas muy importantes en

Page 9: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 9 —

favor de la educación, todavía se carece de un sistema completo, que satisfaciendo todas las exigencias tenga aquel carácter de estabilidad fundado, no en la autoridad de quien le impone, s i no en la misma bondad de la obra reconocida y aceptada por todos ¿quién podrá poner en duda la utilidad é importancia de esta obra, cuando su necesidad es tan urgente y tan incalculables sus beneficios?

Antes, pues, de ofrecer á los padres y m a dres de familia, á los profesores y á todas las personas encargadas de la educación, la serie de obras que han de formar un cuerpo de doctrina normal y completo, apropiado á las edades de la vida, se necesitan indispensablemente dos cosas.

1.* Fijar bien los principios generales é i n variables en todo género de educación, y definir aquellas palabras que han de ser de uso mas frecuente en toda la obra, para transmitir los conocimientos bajo el aspecto físico, moral é intelectual,

2.0 Presentar con la estension posible el plan y tipo de clasificación de dichas obras, entrando en pormenores incompatibles con los reducidos límites de un prospecto, sin omitir nada de lo que pueda guiar é ilustrar á los lectores.

La primera parte va destinada á los padres y maestros de los niños: la segunda se dirige á estos esclusivamente. Por esta causa, el estilo será diverso en estas dos partes que juntas han de constituir, no solo el prólogo, sino el manual indispensable de toda la Biblioteca.

Page 10: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 10 —

LA EDUCACIÓN Y LA IIISTRUCCIOR-

La educación y la instrucción son palabras que andan siempre juntas y que algunos suelen confundir; pero que realmente espresan dos cosas muy distintas. Si se conviene en que la educación en general tiene por objeto perfeccionar las facultades morales é intelectuales del hombre, entonces la instrucción viene á ser una parte de la educación: es decir, aquella que tiene por objeto el entendimiento, y con cuyo auxilio el hombre adquiere y perfecciona los conocimientos que le son necesarios. Mas cuando se establezca la d e bida division entre la parte que se dirige al espi-

La parte primera quedará completamente de-sempeDada, acertando á esplicar y definir que se entiende por

—Instrucción y educación. —Educación física, morale intelectual. —Educación primaria, secundaria y superior. —Educación popular en todos sus grados. —Educación pública, privada y mista.

Además, como que la educación es una ciencia, cuando establece los principios fundamentales y un arte cuando indica los medios de ejecución, debe completarse esta parte con una ¡dea de los

—Métodos dertisenanza y muy particularmente de los tres mas usuales, individual, simultáneo y mutuo.

Page 11: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 11 —

G É N E R O S DE EDUCACIÓN'

EDUCACIÓN FÍSICA es la que se ocupa de las facultades del cuerpo; la que tiene por objeto la perfección en los movimientos y en las acciones

ritu y la que se dirige al corazón, la que proporciona al hombre rariados y útiles conocimientos y la que le infunde sentimientos generosos, entonces la distinción se hace palpable, siendo el h o m bre moral objeto de la educación, asi como lo es dé la instrur.citm cuanto pertenece à los esludios que han de hacerle sabio. Entendidas de esta manera la educación y la instrucción, no pueden marchar l auna sin la otra. Poco importa que el h o m bre sea instruido, si al mismo tiempo no es v i r tuoso, si esq\ ie puede haber verdadera instrucción sin virtud. La educación es todo el hombre, es la regla de toda su vida, es la que graba en su alma los sanos é inalterables principios que han de hacer su felicidad en todas las edades de su vida . Siendo ia educación una como lo es el alma humana, la instrucción viene à refundirse en ella ó cuando masa ser una parte suya.

Importaba desde el principio de nuestras ta reas fijar bien la significación de estas dos palab ras , porque habiendo de usarlas con frecuencia en lo sucesivo, protestamos que nunca en tenderemos la instrucción, sino acompañada de la educación, y e n el sentido que se acaba de espresar.

Page 12: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

_ 12 _

naturales del hombre. Es de suma importancia, no solo porque procura al cuerpo el mas alto grado de salud y de fuerza, sino porque es la base natural de todo género de educación. El que no disfruta salud, no puede dedicarse con gusto y utilidad á las tareas intelectunles.

Se cifra este género de educación en tres cosas indispensables para el desarrollo de las facultades y gracias del cuerpo, y son:

La fuerza, no solo de resistencia, sino la que se necesita para soportar otra especie de fatigas; para correr, t repar , e tc .

La agilidad para servirse con desembarazo de los pies y de las manos, para ejecutar con la mayor soltura y aun elegancia los movimientos mas penosos y difíciles.

La destreza para sacar todo el partido posible dé la fuerza y la agilidad: para servirse también de los sentidos, particularmente la vista y el o/do, que se pueden ejercitará grandes distancias.

Todos los ejercicios que tienden á dar al cuerpo vigor, agilidad y destreza, son de l dominio de la Gimnástica, arte tan apreciado por los pueblos de la antigüedad y del que nos ocuparemos á su debido tiempo, t odos estos ejercicios que son muy variados, tienen además la ventaja de presentarse como un juego y de servir de distracción en una edad que tanto la necesita.

LA EDUCACIÓN MORAL ya tiene por objeto el a l ma; ya cultiva y desarrolla aquellas facultades que distinguen á un ser dotado de razón, y dirige su voluntad hacia el bien. Sin esta dirección, sin

Page 13: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 13 —

este correctivo de la educación moral, el hombre abandonado desde su primera edad á las pasiones, se rebajaría al nivel de los animales privados de razón.

La educación moral, para ser propiamente digna de este nombre, se ha de fundar en los principios religiosos. Todos ios preceptos del honor, las niáximas de buena conducta y los deberes peculiares à cada edad y á cada estado se derivan de los preceptos evangélicos. Lo que principalmente caracteriza al hombre de bien, lo que constituye la base de toda la moral, es el no hacer mal, y aun el pagar con bien el mal que se nos hace: no hacer en fin à otra persona lo que no queremos que hagan con nosotros. Pues este principio fecundo y esta base de toda la moral se derivan sencillamente del precepto del Decálogo: amaá tu prógimo como á U mismo.

Cuando la educación moral se ocupa principalmente de cultivar y dirigir los sentimientos del corazón, entonces se llama educación esthelica.

LA EDUCACIÓN INTELECTUAL no consiste precisamente en la instrucción que reciben los niños, ni en el estudio de las ciencias y las artes, sino en la aplicación d e los medios mas conducentes para cultivar y desarrollar las facultades intelectuales. La naturaleza indica cuales son estos medios, con los que así que las facultades intelectuales se van desarrollando, se cultivan, fortificando las menos pronunciadas y conservando las que se presentan como superiores à las demás.

Así como la educación física e s la quedoajina

Page 14: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 14 -

en los primeros meses de la vida, cuando solo se trata de la conservación del individuo, así como la educación moral solo empieza cuando el niño sea capaz de recibir impresiones que determinen sus costumbres buenas ó malas, así también la educación, ó si se quiere la instrucción intelectual, se ha de reservar para la edad en que el ni-íio tenga ya algún discernimiento, para la edad en fin, que se llama de juicio ó de uso de razón. Así eomopara la educación moral nunca será demasiado pronto, atendida la viveza con que se imprimen y la constancia con que se conservan Jos sanos principios inculcado^ en la niñez, así también para que la educación intelectual produzca sus frutos, es indispensable que haya no solo robustez física, sino cierta inteligencia y reflexion que con raras escepciones nunca falta á los niños.

En resumen, el objeto que se propone la educación bajo su triple aspecto físico, moral é intelectual es cuidar del desarrollo de las fuerzas físicas del nillo, haciéndole diestro, ágil y robusto; incplcarle los buenos principios de moral y religion, ó sea de moral cristiana que le han de d i r i gir en el resto de su vida, cuyo estudio debe ir distribuido en todos los periodos de cualquier plan de enseñanza que se forme; y por último

Eroporcionarle útiles y sólidos conocimientos en is ciencias, literatura y a r tes .

Si se descuida la educación física, no tendrá él Estado jóvenes sanos y ágiles; si se descuida la educación moral, tampoco se mejorarán las costumbres , oi el carácter particular de los ¡adivi-

Page 15: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— It) —

duos, у рог ultimo, si no hay elsufi^ente esmero en promover y fomentar la educación intelectual, tampoco podrán aquellos progresar en sus respec

tivas carreras y profesiones en términos de ser útiles á sí mismos y á sus conciudadanos.

He aquí trazado el fin de todo género de edu

cación, formar hombres robustos, inteligentes, sensibles y, sobre todo, virtuosos.

EDUCACIOH POPULAR. Entendemos por educa

ción popular, la que atiende con preferencia á la generalidad del pueblo, comunicándole con una tendencia filosófica y social aquellos conocimien

tos en las ciencias, artes é industria, indispensa

bles para la cultura general de una nación civiliza

da . Objeto de esta educación debe ser el formar buenos ciudadanos y padres de familia, comer

ciantes entendidos, artesanos y jornaleros, que manejándola herramienta de su oficio, tengan alguna idea de la teoría ó de los principios mecá

nicos que en él presiden. Esta educación, que ni puede ni debe aspirar á la formación d e literatos, médicos, legistas, ni á alguna de aquellas faculta

des superiores, que tienen reservado otro rumbo y medios de adquisición, es la que hace mas fal

ta en España, donde se están sintiendo dolorosa

mente los efectos de una larga serie d e calamida

des , del atraso de muchos años, y de guerras crueles dé nuestros dias. Tal vez en haber d e s

cuidado este género de educación, consistirá el que habiendo en nuestro pais un número de uni

versidades, institutos y colegios, mayor de lo que parece exigir el estado de su población, re*

Page 16: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 16 —

lativamente á lo que acontece en reinos estrange-ros, no haya adquirido la generalidad del pueblo los conocimientos que mas interesan á su bienestar . La educación popular, tal cual la reclama el pais, no se encuentra consignada, ni aun en el sistema vigente de educación é instrucción, y ahora que en este sistema se prepara una reforma general, seria la ocasión mas oportuna de poner en práctica, protegidos por un plan de instrucción primaria, los principios que sirven de base á la educación popular. Principios son estos que constituyen un género especial de educación que ha de darse en establecimientos especiales y bien enlazados unos con otros, sin que esto sea un obstáculo para conservar la debida a rmonía con la genera idad de las escuelas.

Una simple enumeración de dichos establecimientos, y del orden con que ha de darse este género de educación, bastará para conocer cuan posible seria combinarlos en un plan general de escuelas; pero constituyendo un ramo destinado con preferencia á la educación popular.

Escuelas de párvulos. Estos nuevos establecimientos, que recogiendo á los tiernos niños de los mismos brazos de su madre, los ocupan y ea-tretjenen de un modo tan interesante y ventajoso, son en los que debe comenzar la educación de las clases inferiores. Los buenos efectos que ya ha producido su aplicación entre nosotros, los recomiendan eñcazmente en todo sistema de enseñanza que se ba de ocupar mas de la educacioo que de la instraccioo.

Page 17: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 17 —

Escuelas primarias de niños y niñas. Bajo el punto de vista social que lleva este artículo, estas escuelas á las que han de pasar los niños á su salida de la escue a de párvulos, son las que mas reforma necesitan, si no se ha de perder el fruto precioso de los gérmenes que en aquellas adquirieron. Será preciso cimentar estas escuelas en los mismos principios que las de párvulos, si la enseñanza ha de ser uniforme.

Escuelas de adultos. En las que los llegados á esta edad puedan terminar su educación y repasar lo que antes aprendieron, mientras que p r o porcionarán á otros un medio fácil de subsanar el descuido ó impedimento que para educarse t u vieron en sus primeros anos.

Escuelas industriales. Complemento de la educación del pueblo, al que proporcionan algunos conocimientos indispensables para las necesidades de la vida, y susceptibles en sus vastas ap l i caciones, de hacer á los artesanos hábiles en el oficio en que cifran la subsistencia de susfamihas»

El método que en cada uno de estos establecimientos debe seguirse, no es matèria de este a r tículo preliminar. En su debido tiempo nos ocuparemos de ello con la importancia que se merece; pero no podemos menos de repetir aquí , que lo principal consiste en que vayan eslabonados unos con otros, estendiendo los mismos principios de educación en todos ellos, para que puestos en armonía reporten la utilidad que se desea.

Además de todos los géneros de educación 2

Page 18: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 18 —

que dejamos mencionados, se citarán con frecuencia en la Biblioteca, y aun es muy posible que nos ocupemos de ellos directamente, los géneros siguientes:

Educación especial. La que depende de las circunstancias, localidad y condición futura de los discípulos. Aunque los principios de educación sean universales, los grados de aplicación no son los mismos para todos los hombres, y estas modificaciones son lasque constituyen la educación especial.

Educación doméstica. La que se da privadamente en el seno de la familia.

Educación pública. La que se recibe en común en los establecimientos del gobierno ó de part i culares; pero abiertos à todo gi 'mero de personas.

Aquí se presenta ocasión de decir cual de estos dos últimos péneros de educación es mas útil y recomendable. Sin perjuicio de tratar detenidamente est;i cuestión en lo sucesivo, diremos de paso, que según el testimonio de los mas ac red i tados autores, la educación para que sea buena, necesita empezaren el seno mismo de la familia, continuarse en los establecimientos públicos y terminarse en la sociedad, ó sea en la vida activa y positiva del mundo.

La educación doméstica presenta ventajas incontestables en cuanto permite mejor que otra alguna conocer el carácter y las inclinaciones del nino; el género de estudios á que tenga mas afición, y aun aprovecharlos momentos mas favorables para este estudio. La educación doméstica

Page 19: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 19 —

permite inspeccionar y guiar los trabajos y tareas del niño; solo le consiente la compañía de otros de su edad, que á juicio de los padres nunca puedan perjudicarle, ni con su ejemplo, ni con sus palabras. Esta preferencia que parece damos aquí á la educación doméstica, se ha de entender sola y precisamente en el caso en que los padres puedan proporcionarla, cuando tengan los conocimientos y requisitos necesarios para ella. En el caso contrario, las ventajas estarán de parte de la educación pública, que á lo menos presenta la garantía de ser dada por profesores conocidos, que han dado en previo examen prueba de sus conocimientos y han adquirido crédito y espe-riencia en el ejercicio de su profesión. Sucede en esto y en el orden moral lo mismo que en el orden físico: solo aprobaremos que el niño se confie á una nodriza, cuando la madre no téngala salud y robustez necesarias para criarle.

Educación misla. La que se recibe en parte en el seno de la familia ó en la casa paterna, y en parte en un colegio ó establecimiento público.

Estaeducacion, como su título indica, participa de la doméstica y de la pública: no aleja completamente al niño de la familia: no le sustrae al cariño de aquellas personas que tanta induencia pueden ejercer en é l , infundiéndole nobles sentimientos, y al mismo tiempo le hace participar de las lecciones de un establecimiento público. Participa también este género de educación de las ventajas y desventajas de la pública y de

Page 20: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— s o la privada; puede ser conveniente á un gran número de niños, atendidas las circunstancias de su familias, y es de todo punto necesaria á los que mal dirigidos desde sus primeros años hayan adquirido resabios difíciles de corregir.

Page 21: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

INSTRUCCIÓN PUBLICA.

sus GRADOS \ SISTEMA. ACTUAL.

INSTRUCCIOH P R I M Ü R U -

LA. INSTRUCCIÓN PRIM.VRIA es aquella que tiene este nombre, no precisamente por ser la primera que se recibe, sino por ser la mas útil, la mas necesaria; casi indispensable. Comprende aquellos conocimientos tan de primera necesidad, que ni al simple jornalero ó menestral es permitido ignorar. Esta instrucción primaria que también se llama elemental es el fundamento de toda la que después se recibe, y por estas y otras importantes razones, es una deuda del Estado para con los individuos que no pueden propor cionársela.

La instrucción primaria, elemental, para ser completa, ha de comprender las materias siguientes.

1 .0—Principios de relicion v moral. a . ^ - L e c t u í a . 3."—Escritura. 4 .0—Nociones de aritmética en números abs

tractos y denominados.

Page 22: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 22 —

INSTRUCCIÓN S E C U H D U R I t

La INSTRUCCIÓN SECUNDARIA Ó mcjor dicho, la segunda enseñanza, para evitar una do las a c e p ciones que tiene la palabra secundaría, es aquella instrucción indispensable á los que hayan de estudiar facultades mayores, ó como se dice vulgarmente, que hayan de seguir carrera, y necesaria también á cuantos, debiendo figurar en la sociedad por su nacimiento, posición ú otras circunstancias, no quieran hacer un papel r i dículo, por su ignorancia revelada á cada paso. La segunda enseñanza es por lo tanto una continuación de la primaria elemental completa y un término entre ella y la superior, que comprende los estudios de facultad mayor, y los que con

5.°—Elementos de gramática castellana, dando toda la estension posible á la ortografía.

Constituyen un grado superior de esta misma instrucción primaria los conocimientos siguientes, cuando á ella pueden añadirse.

6 . 0 — D i b u j o lineal y elementos de geometría en PUS aplicaciones mas usuales.

7 .0—Nociones i^cnerales de física é historia natural, acomodadas á las necesidades de la vida.

8.°—Elementos de gcoíírafía y de historia, dando en ambas materias ia debida preferencia á las que tratan del pais.

Page 23: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 23 —

arreglo al último plan se llaman superiores, no porque realmente sean superiores á los otros, ni de mayor importancia que ellos, sino porque sirven á obtener el grado de doctor.

La segunda enseñanza se divide en elemtnlal y de ampliación, que perfecciona los conocimien

tos adquiridos en la elemental ó prepara al es tu

dio de carreras determinadas. La segunda enseñanza elemental comprende

los estudios siguientes: 1.°—Gramática castellana, terminada y per

feccionada con elementos de retórica y poética. 2.o_Gramát ica latina hasta la traducción de

los autores clásicos. Ejercicios de composición. 3 .0—Moral y religión, continuando y ampli

ficando los ¡jrincipios recibidos en la instrucción primaria.

4.0—Mitología y ritos de los pueblos an

tiguos. 5."—Idioma francés. 6 . 0 Nociones generales de historia.—Historia

de Espana en particular. 7."—Elementos de geografía. 8 .0—Ideología y lógica. 9 . 0—El cálculo aritmético en toda su ostensión

ООП nociones de geometría.—En otro período de esta segunda enseñanza se continúan estos estudios hasta completar las matemiiticas puras elementales.

lO.o—Elementos de física y química, como preparación al estudio de las ciencias na tu

rales.

Page 24: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 2 4 —

11 .0—Primeras nociones de historia natural . 12 .0—Dibujo lineal y de figura.

La segunda enseñanza de ampliación, es así llamada, no solo por l o q u e amplifica y perfecciona estas materias, sino por. las nuevas que añade, según las necesidades de la instrucción pública en las respectivas localidades, según los medios de que los diversos establecimientos pueden disponer para aumentar sus enseñanzas, y según los conocimientos preparatorios que el individuo pueda necesitar para su carrera, porque ambas enseñanzas, la elemental y de ampliación, constituyen juntas la facultad de filosofía, en la que hay que sujetarse á grados académicos.

En cuanto á las materias que se amplifican, hay que citar la perfección de la lengua latina, complemento de las matemáticas, y estudio detenido de la zoologia, botánica, mineralogia, geologia y astrímomía.

Las materias que la enseñanza de ampliación añade son:

Lenguas, hebrea, griega y árabe. Idiomas modernos, inglés, italiano y alemán. Literatura y particularmente la española. Filosofía con las nociones preliminares de su

historia. Economía política, Derecho político y administración.

Page 25: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

INSTRUCCIÓN SUPERIOR-LA iKSTRucciON SUPERIOR cs la quo comprende

los estudios necesarios para seguir las cuatro carreras ó facultades mayores de teología, jurisprudencia, medicina y farmacia. La facultad de fa

nones del antiguo sistema universitario, se halla actualmente refundida en las facultades de teo-^<^8'a y jurisprudencia.

El estudio de las tres primeras facultades se hace en siete años ó cursos académicos, y el de la última, ó sea la de la farmacia, en cinco. En cuanto á las asignaturas de cada año, omitimos el hacer particular mención, mediante à que son de una esfera superior, à la que por ahora no se estenderán nuestras publicaciones.

Gomo estas cuatro facultades, se hallan su jetas á cierto orden de grados académicos, hay en ellas ciertos estudios' l lamados superiores, m-dispensables á los que hayan de recibir el grado de doctor, y necesarios á los que se hallen animados del noble deseo de perfeccionarse en alguno de los conocimientos humanos.

Por último, todos aquellos estudios, de mas ó menos elevada esfera, que habilitan para vanas profesiones ó carreras que no se hallan sujetas á la recepción de grados académicos, se comprenden bajo el nombre de estudios especiales. K esta clase de estudios pertenecen los relativos á

Page 26: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 20 —

agricultura, artes, comercio, enseñanza de sor do-mudos y de ciegos, náutica, veterinaria, minería, tecnologia y otras varias asignaturas, costeadas por el gobierno é incorporadas en el sistema general de instrucción pública.

La instrucción en sus tres grados de primaria, secundaria y superior se recibe en establecimientos púft/ícos <//)r!üarfo.s', entendiéndose por los primeros, aquellos que están bajo la dirección del gobierno de la nación, y sostenidos con las cantidades que han votado sus repre-sentantes reunidos en cortes, y también con los fondos particulares que algunos de dichos establecimientos poseen. Los establecimientos privados, aunque sostenidos por el interés particular, están su jetos, sin embargo, á la inspección del gobierno, y no pueden fundarse sin espresa autorización suya.

Para la instrucción primaria en sus dos grados están fundadas las escuetas elementales y superiores. Así por la poca complicación de estos establecimientos, como porque la enseñanza que en ellos se recibe es la destinada á la generalidad del pueblo, ni aun la mas ínfima aldea d e biera carecer de ellos.

La enseñanza secundaria tan indispensable á la clase media, se recibe en los Colegios y en los Institutos. De estos establecimientos debe haber uno por lo menos en cada provincia, pues las tres clases en que ios institutos se dividen, permiten fundarlos con arreglo á los recursos y circunstancias particulares de cada localidad.

Page 27: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 27 —

ME'iüDÜS.

La instrucción puede comunicarse por medio de tres métodos generales, que son, el individual, el simultáneo y mutuo, fundados estos nombres en el número de discípulos á quienes se enseña á la vez.

Método de enseíianza individual. Esta enseñanza es la que se comunica directamente por el profesor á un solo discípulo, ó á dos, ó cuatro e tc . , pero de los cuales pueda él ocuparse por separado, sin tener cuenta con la atención de los demás. Este método se halla abandonado, no porque sea malo, pues lo desmentirían los progresos rápidos que hacen los niños que pueden tener un director esclusivamente para ellos, sino porque no es de útil aplicación en la mayor parte de las escuelas, donde hay muchos d i s cípulos para un solo profesor y este necesita repartir el tiempo en beneficio de todos. Hay,

La instrucción superior ó sea enseñanza de \as facultades mayores, pertenece esclusivamente á las Universidades.

El título de Escuela que paréce^destinado á los establecimientos de mas corta é inferior enseñanza, se aplica sin embargo á los de un orden mas elevado, y así se dice Escuela, de arles^ de comercio, de minas, etc.

Page 28: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— a s siri embargo, ciertas enseñanzas, v. gr. la de sordo-mudos, que por su especialidad hacen indispensable el método individual en casi todas las ocasiones.

Método de enseñanza simultánea. Consiste en hacer partícipes de una lección á todos los ni-í5os de una escuela que se hallen en estado de recibirla. Para esto el profesor forma las secciones convenientes de todos los niños que ven gan á estar al mismo nivel de conocimientos, y esplica una misma cosa á todos ellos, guardando con todas las secciones el turno y el orden correspondientes, conforme al régimen establecido en la escuela. Este sistema aprobado por Washington, Pestalozzi, Gaullier y Barnsloff, está generalmente introducido, desde que estos hombres célebres enseñaron los medios de sostener la curiosidad y emulación de muchos niños á la vez, y por el puede un solo profesor dirigir una escuela bastante numerosa, con adelanto sensi ble de sus discípulos.

Método de enseñanza mutua. Es así llamado porque mutuamente se la transmiten los discípulos entre sí, formando una cadena desde el maestro director que tiene los primeros eslabones, hasta las clases mas ínfimas de la escuela. Para esto es preciso dividirla y subdivirla en secciones al cuidado inmediato de uno de los d i s cípulos mas adelantados al que ha instruido d i rectamente el profesor. Las escuelas de enseñanza mutua fueron erigidas en Inglaterra para instrucción de los niños pobres, en el año de 1798 ,

Page 29: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— s o

por Josef Lancaskr, у de ahí les viene el nom

bre de Lancasteriams. En un principio fueron muy protegidas por el rey y los grandes de la córte, y es indudable que en las escuelas donde sea muy crecido el número de discípulos, d o n

de es imposible que el maestro atienda á todos, ofrece mayores ventajas la enseñanza mutua en la que todos los niños, según su clase, aprenden y enseñan.

En cuanto al sistema que debe seguirse de los tres que van anunciados, aunque los maes

tros se declaran ya por uno ya por otro, lo que sucede en la práctica es que se combinan todos ellos entre sí. Esto no puede menos de suceder, porque sin que el profesor se ayude de algunos discípulos de confianza, para el repaso á lo me

nos de las lecciones, no podrá seguir con la en

señanza simultánea, al paso que en la mutua tam

poco puede tener seguridad de que sus monito

res enseñan como se debe, sin recorrer y tomar parte en las secciones. Para instruir con fruto es preciso, no solo estar instruido á fondo y con muchos mayores conocimientos que aquel á quien se enseña, sino también saber el arte de comu

nicar à los demás lo que se sabe, de un modo claro, inteligible y adecuado á las circunstancias del sugete. ' Todo esto es poco menos que im

posible lo puedan hacer los niños entre sí, sm estar asistidos de cerca por el profesor mismo.

Pudiéramos haber citado otros muchísimos métodos de enseñanza generales y particulares que se conocen, algunos de los cuales van autori

Page 30: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 30 —

zados con el nombre de respetables profesores, pues no hay ninguno de estos que no se haya formado su metodo particular; pero nos basta haber indicado los que están mas en uso, ó á los que forzosamente tienen que venir á r e d u cirse los demás, y esto para cumplir la promesa que hemos hecho de hablar alguna cosa de los medios de ejecución. Circunscribiendo la significación de la palabra método puramente al orden de ejercicios necesarios para adquirir ó comunicar la enseñanza, no tenemos predilección marcada por ninguno de ellos. Manifiéstese uno por el que mas segura y prontamente se pueda llegar al fin propuesto y e adoptaremos desde luego. La misma diversidad de métodos que se conoce es la mejor prueba de que no hay todavía uno fijo y universal sobre el que estén de acuerdo todos los profesores. Por esta causa, y aunque en el transcurso de nuestras tareas pueda aparecer la esposicion de diversos métodos, no será para prescribir uno directamente. A nosotros nos toca proponer y á los lectores elegir.

Page 31: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LAS laìADES DE LA VIDA.

Una clasificación fundada en la misma naturaleza es el tipo mas inalterable que pudiéramos haber buscado para nuestros trabajos, y por esa razón, todos ellos irán clasificados según laseda-des de la vida, adecuados á la inteligencia que las caracteriza y apropiados á las necesidades que cada una esperimenta.

EDADES son aquellos periodos de número d e terminado de años en que se divide la vida del hombre. Los fisiólogos distinguen generalmente cinco edades ó periodos en la vida.

LA INFANCIA. Desde que el hombre nace hasta los doce años. Está edad puede cómodamente dividirse en dos periodos; empezando el segundo desde los cinco ó seis años y concluyendo en la adolescencia.

2.a LA ADOLESCENCIA. Esta edad comprende un periodo de años, desde los doce á los diez y siete, y exige ya estudios mas serios y d e tenidos que en la primera edad.

3.» LA JUVENTUD. Desde los diez y siete años hasta la edad adulta ó de madurez. Esta edad en que el cuerpo adquiere todo su desarrollo, puede prolongarse hasta los treinta años.

4.a LA VIRILIDAD. Epoca estacionaria en

Page 32: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 32 —

LA INFANCIA-

Nace el hombre, y apenas sale á este m u n do desde el seno materno, ya le cercan los d o lores y las miserias propias de la debilidad h u mana. Reclinado en la cuna, desprovisto de a m paro y de defensa, sin poder ejercitar sus sentidos, ni mover sus miembros, anunciando con su llanto los dolores que le esperan, presenta la imAgen mas perfecta de la debilidad de la especie humana, y comprueba que esta, al nacer, es inferior á la de todos los animales.

En tan lamentable estado, en el que sobrevendría la muerte sino se le prodigasen los d e s velos que exige, la Providencia puso áe l lado del niño á la tierna y cariñosa madre, y su cuidado

cuanto al desarrollo físico; pero de progreso intelectual y moral. Comprende un período desde los treinta hasta los setenta años.

5.^ LA VEJEZ. Edad de disminución gradual de las facultades físicas é intelectuales del hombre . Empieza el decaimiento en los setenta años, sigue à este la decrepitud y se termina con la muerte .

Por este motivo se clasifican también las edades; la infancia, adolescencia y juventud como edades de crecimiento, la virilidad como edad estacionaria y la vejez como edad de decrecimiento y ruina.

Page 33: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 33 —

ahuyenta las incomodidades y los pesares de la cuna donde reposa su inocente hijo. Desde e n tonces aquel ser débil y menesteroso ya se nos presenta regalado con el pecho materno y m e recido en blanda cuna, acompañado, para venir al mundo, de la dulzura y la esperanza. A el lado de una madre t ie rna , el candor , la inocencia y las gracias naturales de la infancia, parecen otros tantos tesoros de los cielos de r ramados sobre el niño.

La infancia nace como tierna flor que á los primeros rayos de la aurora abre sus pétalos r e camados de vistosos colores, y embelesando al mundo con los primeros encantos de su gracia nativa, embalsama el ambiente con los perfumes que desprende. Los cefirillos vienen á mecer blandamente su corola, arrebatándole parte de sus esquisitos aromas; los pajaritos de los aires revolotean sobre ella cantando sus amores, como embelesados al contemplarla. A. veces ¡ah! esta flor se marchita prematuramente , y los fieros aquilones tronchan su erguido tallo antes de que haya adquirido toda su consistencia; pero otras, que son las mas, se alza lozana y vigorosa, p r o mete ya en primavera los sazonados frutos que dará en el otoño, y empieza á formar ese frondoso árbol que se llama árbol de la vida.

No en vano se ha simbolizado la vida humana, por medio de la imagen de un frondoso vegetal; sus diferentes edades, por las diversas épocas de su desarrollo. El vegetal como el hombre , dará sazonados frutos según el cuidado que

3

Page 34: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 34 —

de él hayan tenido en su infancia, y asi como desde el humilde germen parte el tallo que transformará el vegetal en magnífico y frondoso á r bol, para que cumpla las leyes que le impuso el Supremo Hacedor, así desde la cuna parte el sendero que conduce hasta el sepulcro , luego que el hombre haya cumplido su destino sobre ¡a tierra.

Por esta razón, así como el inteligente agricultor protege el desarrollo del tierno vastago, arrancando los abrojos que pudieran sofocarle, y preservándole de cuanto pudiera marchitar su lozanía, así la cuidadosa madre dirige los primeros pasos de su hijo, forma su corazón á la virtud y dirige las inclinaciones que empiezan á manifestarse, en medio de las gracias y placeres dé la infancia, en los inquietos y bulliciosos juegos con otros compañeros de su edad, y en el seno de la vida doméstica, cuyas \entajas para la educación solo la madre es capaz de apreciar.

Pronto los desvelos de la madre ceden á los cuidados de un maestro que reasume toda su autoridad. La sabiduría acude bajo la forma de un preceptor, que en sus meditadas lecciones prepara los progresos de su alumno, cambia el estudio en placer y fomenta su propensión al bien, haciendo adquirir cada dia nuevas ideas, y p r o porcionando la marcha de la educación á la s i tuación del niño y á los progresos de su inteligencia.

En este último y precioso período de la infancia, ya se manifiesta el niño con toda la viveza y

Page 35: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

- 3U —

travesuras propias de la edad. Su corazón se e n grandece y su carácter se ostenta en el lleno de su nobleza: esta es la única ocasión de darle d i rección conveniente. Las primeras impresiones de la infancia suelen decidir de la felicidad de la vida, y á la manera que el tierno arbolito sube luego derecho, si desde que era tierno se corrigió su viciosa inclinación, así se han de imprimir y grabar indeleblemente en el alma de los niños las saludables máximas que han de hacer la felicidad de su vida.

Vosotros, niños, apresuraos desde ahora á escuchar á los que os revelan cuanto es preciso para ser felices; vosotros los que os ocupáis mas de los juegos que del sentido de serias palabras, si os parece seria ocupación desentrañar su sentido, pensad que seréis viejos algún dia, y que entonces sentiréis no haber escuchado mejor en v u e s tra infancia á los que os tendían una mano amiga y os acompañaban con sus saludables consejos en el camino que conduce á la adolescencia.

LA ADOLESCENCIA-

Esta edad es la que , empezando en la época de la pubertad, continúa hasta que el cuerpo ha adquirido todo su crecimiento y vigor. El periodo de años que hemos asignado no es tan fijo que deje de sufrir algunas variaciones, especialmente en las mugeres, cuya puber tad , según algunos autores, dura has ta los diez y ocho anos.

Page 36: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 36 —

En esta época de la vida, ya el niño, abandonando losjuegos de la infancia, empieza á ocuparse de estudios serios, ya empieza á conocer la dignidad del hombre y tiene que elegir carrera, decidiéndose por aquel género de estudios á que tenga mas inclinación, ó por aquel género de vida para el que tenga una vocación marcada.

Mas en esta edad que en otra alguna, es n e cesario el apoyo de un profesor ó de una persona instruida que dirija al niño en el círculo de sus estudios, que aliente su timidez natural, y que le acompañe en su entrada en el mundo, donde su inesperiencia le hace creer á los hombres, no-tales como son, sino como debian ser. ¿Por qué estando el niño durante los primeros años de su vida, tan rodeado de padres, nodrizas, ayas, amigos y defensores, se ha de ver casi privado, y á veces hasta muy dis tantede estas personas de su cariño, al llegar á la época de la adolescencia? E n tonces, sin embargo, es cuando las pasiones le conmueven mas vivamente, cuando mas útiles pudieran serle el consejo y guia, y cuando se vé solo é inesperto lanzado en un mundo casi desconocido para él.

Los estudios que con tanto talento como celo,, emprenden los jóvenes al llegar á esta edad, no producen á veces los necesarios y saludables efectos que eran de esperar, solo por falta de dirección y por no haber á el lado de los niños quien supla en ellos la esperiencia que no se aprende en los libros.

Pero la adolescencia no es solamente la edad

Page 37: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 37 —

LA JUVEHTUO-

Salimos ya de aquella edad débil aunque interesante, en que la naturaleza solo trata de robustecer el cuerpo del hombre. Ya está perfectamente organizado, y no solo puede completamente subsistir, sino que se desarrolla, crece y como que quiere comunicar su existencia á los demás. La juventud es la primavera de la naturaleza y también la primavera de la vida: así como en la primavera, la savia que se pone en movimiento en las entrañas de los vegetales, circula y al fin hace que broten en la superficie tiernos retonos y delicadas hojas, así la superabundancia de vida y robustez que se ostenta en los jóvenes, procura manifestarse esteriormente en su inquietud, en su ardor enemigo del descanso y el sueno, y en todos ios caracteres de la pubertad. También la p r i mavera de la naturaleza nos seduce con su hala-SUeño aspecto, frescas flores y odoríferos perfu-

d e los estudios, l o e s también de fundar sobre sólidas bases los principios que ban de dirigir nuestra conducta, y de fomentar los sentimientos del corazón. Ellos son los que ayudándonos en el cumplimiento de los deberes de que depende nuestra felicidad, y guiándonos por la senda de ¡a vir tud, nos han de favorecer mas part icularmente cuando al entrar en la juventud, suframos en toda su furia el rudo embate de las pasiones.

Page 38: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— a s

mes , у del mismo modo en la juventud ó prima

vera de la vida, nos parece que nunca hemos de apartar de nuestros labios la encantadora copa de la felicidad!

En esta edad es en la que el hombre empieza á sentir su existencia, y sus progresos son rápi

dos. Su pensamiento toma un libre vuelo y el jo

ven se lanza á la carrera que con su atractivo le llama. Todo lo quiere hacer , todo lo quiere emprender; su audacia no le deja reconocerlo limitado de sus facultades, y sus des^'os r econo

cen por límite el universo, porque aspira desde esta edad á ocupar el puesto que le conviene en el orden de la creación. El talento, la virtud, la gloria inmortal son otras tantas ilusiones que le seducen con su grata esperanza, presentándole la felicidad que ansia. La sangre le hierve en las venas, y en esta época en que tan peligroso pu

diera ser el estravío de las pasiones, en la que el joven esperimenta nuevas é imperiosas sensacio

nes , el amor viene á ser el arbitro de su destino y el encanto de sus ocios, y cuando va á e n c o n

trarse solo y desgraciado en medio de la t ierra, la naturaleza le presenta una companera adornada de mil atractivos, una mitad d e s i mismo necesa

ria á su existencia, para ayudarle á sobrellevar sus penas y sus placeres.

Cuando llega la época de la juventud, es por estremo notable el contraste que se observa en los individuos de uno y otro sexo. ¡Mientras que el joven, cuya voz fuerte y sonora ha perdido ya el timbre infantil, se manifiesta mas audaz, mas i m

Page 39: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 39 —

pàvido у hasta temerario; mientras que con i m

previsión muchas veces funesta, se lanza tras placeres fugaces y engañosos, la joven doncelli

ta, antes tan risueña y juguetona, se convierte enseria y circunspecta. A su indiscreta curiosi

dad sucede la prudente reflexión, y la adolescen

cia es para la joven la época de la reserva y del pudor: ¡dichosa edad cuando á las gracias de la infancia se agregan las virtudes de la juventud, y cuando se llega á comprender la inmensa in

fluencia que se h a d e ejercer como esposa y co

mo madre! Este ser amable á quien se han de dar tan

dulces nombres, subyuga completamente el alma del joven con el poder de sus gracias y su her

mosura. De todo se siente capaz por agradar á su amada, ella es el único ser que contempla con gusto en el universo: su ausencia le impacienta, su presencia le enagena; ella en fin es la que era

bel eciendo los momentos de su existencia, satis

face todos los deseos de su corazón. La juventud es la edad de los placeres; pero

estos pueden ser culpables y traer consecuencias funestas, sino van dirigidos por la recta razón, siempre superior al incentivo de las pasiones. Es también la época de los dorados ensueños y de las seductoras ilusiones, que á impulsos del des

engaño, rápidamente desaparecen con los últi

mos dias de la primavera de la vida.

Page 40: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LA VIRILIDAD-

Si hemos de reconocer en el hombre al dominador del universo, si hemos de acatar en él, al ser inteligente á quien el Supremo Hacedor concedió el imperio sobre todas las criaturas, hay que considerarle en la época de su edad viril. Su cuerpo ya está en todo su incremento, bien pronunciadas las facciones de su rostro, espejo fiel de las pasiones de su alma, y todo anuncia en el es-terior del hombre y la muger, las gracias de la hermosura y seductores atractivos en esta, la r o bustez y la magostad en aquel.

Mientras todos los seres irracionales dirigen S I vista é inclinan su cuerpo hacia la tierra, el hombre , erguido sobre sus dos pies, parece que se desdeña de mirarla. La huella con paso firme, aire magestuoso y andar resuelto; su rostro, cuyas facciones parecen animadas por el fuego y energía de su alma, se eleva hacia el cielo, y fijando sus ojos en su azulada bóveda, contempla su patria, en cuya comparación le parecen mezquinos y secundarios los goces de la t ierra.

No obstante, en esta edad madura es cuando el hombre recoge aquí abajo el fruto de sus fatigas, y así como el árbol cuyo tronco y d e más partes sólidas han adquirido el suficiente incremento para dnr sazonados frutos en el oto-no, así el hombre, cuyo cuerpo á manera del ve -

Page 41: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 41 —

getal ha llegado á todo su desarrollo, produce en esta edad, que es el otoño de la vida, los opimos frutos de su virtud y de su saber. Su ciencia cual astro brillante, difunde sus benéficos rayos sobre sus contemporáneos, y el genio presta á sus concepciones literarias y artísticas el atractivo que los seduce. El inmarcesible laurel ciñe la frente del guerrero que combatió v a lientemente por salvar el estandarte de su pais , y otro laurel no menos brillante ciñe al que por sus beneficios y su virtud, es dado enumerar entre los reparadores del linage humano.

Mas ¡ah! en esta edad en la que el hombre se recrea en contemplar su vida que tiende á la inmortalidad, es también cuando la envidia le persigue en sus trabajos, y cuando sus r ivales se aprestan contra él. Dichoso, cuando estos obstáculos no son mas que la piedra de toque de su constancia, y el estímulo de su valor.

Mas pronunciadas las facciones del rostro, y crecida la barba que tan magestuoso suele h a cerle, se cambian á consecuencia las bellas formas de la juventud en otras, cuya principal h e r mosura consiste en la robustez física que reve lan, y en el aire varonil con que se re t ra tan . La imaginación pierde su brillo juvenil , el sano juicio corrige sus estravíos, y si las pasiones conservan bastante fuerza, no es tanta que puedan amortiguar la de la razón, cuya voz poderosa ha de ser su guia. Ya desapareció la inconstancia, la ligereza d é l o s primeros años,para dar lugar á la moderación, à la prudencia y á

Page 42: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 42 —

L A A N C I A N I D A D

La Ke/ez, esta época tan t r is te , se caracteriza por la disminución gradual de las facultades físi

cas y morales del hombre. A cada instante p a

rece que va perdiendo una parte de su subs tan

la sabiduría con que acomete у lleva á el an

siado término las mas grandiosas empresas. Di

choso cuando, sostenido en los límites de una n o

ble ambición, sabe graduar sus deseos por los medios lícitos de conseguirlos, y huye á la vez, así de la necia é insoportable vanidad, como del vergonzoso egoismo.

En esta época de la vida tienen para el hom

bre mayor atractivo los placeres del hogar do

méstico, la grata conversación de los amigos y los amorosos desvelos de la familia. Estos goces son mucho mayores cuando unido á una m u

ger querida, halla en esta sensible compañera de su vida el desahogo de sus pesares y el consue

lo en sus aflicciones, satisfaciendo todos los de

seos de su corazón. Así como el niño cobra ca

riño á las personas que le rodean y cuidan en su infancia, para luego después amar á sus her

manos y á sus compañeros de estudio y juegos, así como en la juventud es la afición dominante la que nos inclina al sexo opuesto, así en la vi

rilidad es el amor de la familia y particularmente de los hijos, conforme en la vejez será el de nues

tros nietos.

Page 43: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 43 —

cia mortal, y la mano del tiempo hace profundos estragos en su agoviado cuerpo y en su ma-«iiento semblante. Su árida piel forma arrugas que le desfiguran, y van cayendo uno á uno los encanecidos cabellos que todavía resguardaban su cabeza. Los movimientos son mas pausados y dificultosos; porque todos los huesos y ternillas adquieren mas solidez, y asi como las partes de madera que están en el centro del árbol, llegan á endurecerse en términos de impedir la circulación del jugo que le sostenía, por lo que sigue inmediatamente su desorganización, asi los huesos, ternillas y fibras del cuerpo del hombre , llegan en la época de su vejez á aquel grado de consistencia que produce irremisiblemente su destrucción y su muer te .

El anciano se apoya en su báculo, se inclina mirando hacia la tierra, de donde salió y á donde ha de volver. Allí es donde ha de buscar su reposo, á la manera de las hojas del árbol consumido de vejez, que caen marchitas hacia el suelo de donde salieron. Así vuelan en la vejez las ilusiones de la juventud , como las hojas nacidas en primavera y ya arrebatadas antes que acabe el otofio. Los ancianos saben mejor que nadie, porque lo saben por su propia esper ien-cia, que todos los pomposos discursos de la sa biduría humana, que todos los deslumbradores placeres, que todas las bellas promesas de felicidad hechas por el m u n d o , no son mas que mentira y vanidad. Ya han perdido sus mejores amigos, ya no les quedan mas que recuor-

Page 44: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 4 4 —

dos tristes del tiempo que pasó: conocen que pocos dias embellecerán su vida, visitan las t u m bas que han de habitar dentro de poco, y sienten la imperiosa necesidad de reparar el tiempo perdido y hacer que la religión suavice al menos las ideas de muerte con su bálsamo consolador, para que llegando triunfantes al término de su carrera, Ja muerte no sea para ellos mas que un apacible tránsito desde las penalidades de esta vida á otra mejor,

Pero fijado está el término de la vida humana: la muerte llega con callados pasos, levanta su implacable guadaña y descarga sobre el hombre su golpe, conforme el despiadado leñador levanta el hacha fatal y hace caer el árbol pomposo que habia sido el ornato de lasciva; pero no, el árbol no murió: de su semilla brotarán otros nuevos que volverán lozanos y vigorosos á poblar la selva, así como en la humanidad pronto vendrá una nueva generación á llenar los huecos de la que desapareció.

El hombre todavía, ni aun en lo material perece como el árbol: cuando pierda lo que tenga de mortal, cuando su cuerpo vuelva al polvo de donde salió, el alma tomará su vuelo hacia el cielo, y cual hijo que busca á su padre , se presentará ante el arbitro del universo á dar cuenta de sus acciones. Solo remontándose á este divino origen y perdonadas que le sean las flaquezas con que su corazón acreditó que p e r tenecía á la humanidad, es cuando el hombre encontrará su verdadero reposo y su felicidad.

Page 45: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

O T R A S ÉPO CA S DE LA VIDA-

La vida del hombre se puede dividir en tres épocas.

1.a Época de la esperanza. En esta época el hombre se peina el cabello

hacia atrás. En ella no piensa en nada. Si en filia sucumbe, se evita muchas pesa

dumbres . 2.a Época del desengaño.

En ella el hombre se echa el pelo hacia adelante.

En ella el hombre piensa lo que puede h a cer y ser.

Si en ella sucumbe, va al otro mundo lleno de ilusiones.

3 .* Tlpoca del indiferentismo. En ella el hombre se queda calvo. En ella se lamenta de no haber hecho cosa

alguna. Si en ella fallece, el hombre va solo, absolu

tamente solo.

F A S E S DE LA VIDA-

Los cuatro primeros años se pasan gimiendo; los ocho siguientes trasteando; de doce á diez

Page 46: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 40 —

y seis forjándose placenteras ilusiones; de diez y seis á veinte y cuatro amando à toda vela; de veinte y cuatro á treinta sufriendo desengaños; hasta los cuarenta en la indiferencia; de cuarenta á los sesenta con placer y penas; desde esta edad hasta la de setenta anos se vive para retroceder y empezar á contar de nuevo sus fases.

Las cuatro estaciones de la vida se dividen así mas exactamente:

La primavera hasta los quince anos; de quince á treinta y cinco verano; desde treinta á cincuenta otoño, y desde cincuenta en adelante invierno.

Sin embargo, esta division no es exacta para todos los paises.

En tres hojas, puede encerrarse la historia del mundo, á saber:

La hoja del árbol, la hoja del acero y la hoja del libro.

La primera.—La hoja del árbol. Emblema de la edad primitiva, de la infancia de la humanidad. Las tribus nómadas, las costumbres p a triarcales, la agricultura, primera ocupación del hombre desde el paraíso terrenal . Todo lo sintetiza una de esas hojas que mecen las brisas de julio, y que arrancan los vientos de octubre.

La segunda.—La hoja del acero. Símbolo de la edad guerrera; personificación de Gartago y Roma; divinidad de alguna de aquellas tr ibus del Norte que invadieron el Mediodía de Europa; emblema de la discordia; ley de fuerza, etc .

La tercera .—La hoja del libro. Gloria de

Page 47: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 47 —

u VIDA muu-

La vida del hombre está, como su nacimiento, llena de dolores. Las enfermedades, las pasiones, los escesos, las desgracias atormentan al hombre durante su vida y hacen que su du ra ción sea bien corta. Conviene, pues, hacer que nuestra vida sea lo mas larga y feliz posible y sobre un asunto de tanto interés, como que en él nos va la vida, hemos procurado reunir cuantos datos pudiesen ser úti es .

C O S A S QUE ALARGAN LA VIDA-

Beber agua pura .—Evi tar las enfermedades inflamatorias.—Renunciar à los alimentos escitantes.—No dejarse dominar por las pasiones. —Conservar despejado el espíritu.—^Trabajar bastante, pero no demasiado.

Guttemberg; arma del pensamiento; pedestal del mundo moderno; hacienda del escritor; recreo del misàntropo; ventura nuestra, y rico panorama para las ardientes fantasías.

Page 48: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

COSAS QUE ACORTAN LA VIDA.

Según el sabio persa Attar, son las siguientes: 1.» La miseria en la vejez. 2.» Una enferme

dad larga. 3.*Un viageprolongado. 4.«Pensar de continuo en la muerte . 5 . " El miedo.

El miedo, sobretodo, es una especie de Ángel esterminador. El miedo acorta la vida del hombre ; en tiempo de epidemia mata mas gente que la misma pestilencia reinante.

A pesar de las agitaciones de una existencia en que abundan los sufrimienles físicos y los m o rales, las mugeres viven mas que los hombres. A los sesenta arlos están en mayoría, á los ochenta en doble número que nosotros, de noventa á ciento en cuádruple. En el espacio de diez aRos no se contaban en París mas que veinte y nueve hombres de noventa y cinco á cien arlos; en cambio babia cincuenta mugeres .

Un libro antiguo en que se puede tener confianza, nos presenta el siguiente lamentable ejemplo de la brevedad de la vida humana, sobre un ciento de personas que nacieron á un mismo t iempo . Al cabo de diez y seis años quedaban solamente sesenta y cuatro; al cabo de veinte y seis quedaban veinte y seis; al cabo de treinta y seis, diez

Page 49: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 49 —

y seis; al cabo de cuarenta y seis, diez; al cabo de cincuenta y seis, seis; al cabo de sesenta y seis t r es , y al cabo de setenta y seis años, solo quedaba [una persona de las que nacieron al mismo tiempo.

Suponen algunos que la vida humana va siendo mas corta, á medida que la civilización avanza. La estadística demuestra todo lo contrario: según dice Duvillard, la vida media era en Francia de veinte y ocho años y nueve meses antes del año de 1789; en 1817 era de treinta y un año y tres meses; en 1837 de treinta y seis años, y ac tualmente de treinta y nueve años y ocho meses. Se entiende por vida media la suma del número de años que viven las personas que componen una población, dividida por el número de personas . En Ginebra, la vida media era de diez y ocho años y cinco meses en el siglo XVl; de veintitrés años cuatro meses en el XVll; y de treinta y dos á treinta y tres afios en el XVUl; desde 1815 á 1826 ha subido á veintiocho años diez meses.

El término medio de la duración de la vida en la aristocracia, de un siglo á esta parle, es sesenta y siete años y tres meses; en la parte e scogida del estado llano, sesenta y ocho años y n u e ve meses; en el ejército y marina, sesenta y siete años seis meses; en la clase de literatos y sabios, sesenta y siete años seis meses, y en la de los artistas sesenta y seis años. En todas estas clases la duración de la existencia de los casados fué de

4

Page 50: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— í)0 —

sesenta y tres años nueve meses, y la de l o s c é

litjes sesenta y dos años.

Descritas ya las edades de la vida en que se funda nuestro principio de clasificación, debemos advertir, que para nuestro propósito y con el o b

jeto de comunicarla in^tп]ccioп, solo nos corres

ponde ocuparnos de las tres primeras edades. No se crea por esto que las otras dos edades no necesitan instrucción, ni deben com[)renderse en el círculo (le los estudios pedagógicos, fia educa

ción de la edad madura es tan importante como la délos primeros años y su indispensable com

plemento, aunque no sea mas que para no retro

gradar, para no abandonar el buen camino y pa

ra marchar por él siempre á la perfección digna del hombre y de su elevada naturaleza.

Pero las tres primeras edades constituyen el período mas propio para la instrucción, y en ellas puede asegurarse queda ya el hombre constituido en lo físico, intelectual y moral, tal como será por toda su vida, y mas particularmente, según dice el ilustre Jovellanos, c u m d o terminada esta época de instrucción, entremos en la de acción, abrazando alguna carrera ó eligiendo algún esta

do en que seamos útiles á la sociedad.

Con arreglo á estos principios, podemos dar una idea familiar de nuestros trabajos del modo siguiente:

Page 51: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

PROGRAMA.

Una de las necesidades que mas se hacen sentir en el seno de las familias numerosas y en las casas donde se reúnen niños y niñas de corta edad, es la de tenerlos entretenidos agradablemente, de modo que se estén quietos y en silencio. Por fin en los hermosos dias de la estación templada, es cosa mas fácil proporcionar á los niños distracción y el ejercicio que les es tan n e cesario, en las enarenadas calles de un jardín ó en una verde campiña á orillas de un arroyo ó de una fuente. Vienen después los cortos y desapacibles dias del invierno, y entonces es problema bastante arduo en las familias numerosas, el ocupar á la pequeña prole del modo que dejamos in dicado. La inquietud y viveza de los primeros años no permiten á los muchachos que se fijen por largo rato en una misma cosa, así es que el j u guete mas favorito les cansa pronto, y el juego

Page 52: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— S2 —

mas sorprendente pronto les aburre . Es por tanto absolutamente indispensable en las noches de in

vierno, después de haber invertido todo el dia en las tareas del estudio, tener organizadas las di

versiones de modo que se sucedan con variedad. Asícreia yo tenerlas organizadas en la reunion

de niños, parientes y no parientes, discípulos y no discípulos, que acostumbran concurrir á mi casa y que han formado en ella su pequeña ter tu

ha con entera independencia de la que forman los padres y las personas adultas en otra sala distin

ta. Mas que los vínculos de parentesco, une á la mayor parte de estos niños una tierna simpatía, así es que á pesar de la diferencia de edad y de sexo, se hallan tan unidos por la conformidad de su situación y caráct .т, que por lo regular siem

pre tienen iguales deseos y gozan con los mismos placeres. Si acontece alguna vez que las volunta

des no estén acordes, en esta reunion embelleci

da por el candor y la inocencia, al punto lo com

pone todo el mayor de ellos, al que por razón de su edad y de su juicio, se le ha concedido auto

ridad suficiente, no solo para proponer y dirigir los juegos, sino para resolver las dificultades y acallar las contiendas que pudieran sobrevenir. A mayor abundamiento, cuando mis ocupaciones me lo permiten, acudo yo á inspeccionar y aun á tomar alguna parte en la diversion, con gran contento de los niños, especialmente si es para contarles ó leerles alguna historia interesante ó algún cuento divertido, cosas á que ellos son en estremo aficionados.

Page 53: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 83 —

De esta afición me dieron una prueba tan imprevista como evidente en una de las últimas noches de este invierno, y en ocasión en que trabajos de urgente premura me tenian encerrado en mi gabinete. De improviso fué este invadido por la risueña y bulliciosa turba de niños y niñas que rodeando mi mesa, comenzaron con el mayor desenfado á dirigirme vivas interpelaciones.

Yo. ¡Silencio! y vamos pocoá poco. . . ¿Qué es lo que me queréis?

ELLOS. Una historia. — Que nos cuente vd, una historia muy bonita.—Que se venga vd. un ratito con nosotros.

Yo, ¿Pues qué, va os habéis cansado de ju gar?

UNO DE ELLOS. No señor; pe ro . . . nos gustan mas las historias que vd. nos cuenta.

Yo. ¿Pues y los libros de estampas? ELLOS. Ya los hemos visto todos. Yo. ¿Pues y las charadas en acción? ELLOS. Ninguna nueva se nos ocurre . Yo. ¿Pues y los juegos de prendas? UNA DE ELLAS. Ya nos cansan á todos. Solo

queremos una historia. ¿Nos la promete vd? Yo. Seguramente que os la prometo. Pero

ahora en este momento. . . ELLOS. Ahora, si señor, ahora. [Si vd. siem

pre las tiene dispuestasl UNA DE ELLAS. Mire vd . , yo no la quiero de

duendes y brujas, que me dan miedo. Yo. ¿Y cuando os he hablado yo de .semejan

tes tonterías?.. . ¡Pero esto si que está bueno! ¿Con

Page 54: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 84 —

que ya no os contentáis con venirme á pedir cuentos é historiáis, sino que me venis poniendo condiciones? Lo mejor es que me dejéis en paz . . .

ELLOS, ¡Oh! no, por favor... No se haga vd . de rogar. . .

Y al decir esto, me rodeaban por todas p a r tes y me instaban con ademanes zalameros.

EL MAVORCITO DE FJ.LOS. En fin, si vd. no quiere molestarse, d e m e v d . la historia manuscrita y yo se la leeré en voz alta á todos estos.

Yo. ¿Y adonde tengo yo ahora preparada la historia que tú deseas?

E L . ¡Allí, en aquella papelera! (Al decir esto la señalaba en ademan profetice.) Toda aquella papelera, está llena de cuentos é historias preciosas para nosotros. ¿No es esta la verdad? ¿Me parece que estoy bien enterado?

Yo. Efectivamente que allí hay alguna cosa de lo que vosotros pedis. Y no solo historias y cuentos, sino todo cuanto en algunos años de t r a bajo he podido reunir como útil á los niños, y capaz de inspirarles afición á la lectura: todo en fin cuanto puede recrear instruyendo.

Aldeci res to me levanté para abrir la pape-Jera, y al volverme admirado del silencio que reinaba en el gabinete, no fué poca mi sorpresa al encontrarme con los niños que se hablan agolpado callandito detrás de mí, y que formando un magnífico grupo de cabezas apiñadas, fijaban en los legajos y manuscritos sus ojos animados por la impaciencia y el deseo. Este espectáculo acabó de ablandarme, y resuelto ya á tener un rato

Page 55: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

de coloquio con ellos, saqué y puse sobre el bufete tres grandes carpetas, señaladas ton los títulos de LA INFANCIA, LA ADOLESCENCIA, y LA JUVENTUD, diciéndüles en seguida:

—Ved aquí algunos materiales que pueden proporcionaros muy buenos ratos de agradable entretenimiento: aquí no íiiltan historias, cuentos y novelitas morales de todas clases, y lo mejor de todo es, que tengo la satisfacción de anunciaros, como dentro de muy poco tiempo, todos estos materiales y aun otros mas importantes, estarán á vuestra disposición y aim á la de todas las niñas y niños.

TODOS. ¡Bueno! ¡Bueno! Esto es lo que nosotros queremos.

¡Ya nonos faltarán cuentos divertidos! Yo, No les quitaré yo su mérito á los cuentos

y á las historias; pero me parece que hay otras cosas mas útiles todavía. Hay entre vosotros quien tiene edad para ocuparse ya de cosas mas interesantes.

EL MAVOBCITO DE KILOS. Nosotros estamos prontos á ocuparnos de lo que vd. disponga, y ahora mismo, antes que escuchar un cuento, nos gustarla mas saber qué es lo que para nosotros tiene vd. guardado en esas carpetas.

Yo. No hay inconveniente: casi, casi, tengo una necesidad de haceros esta manifestación. En esas carpetas se contienen cuantas materias de enseñanza y agradable entretenimiento abraza la educación de los niños; y estas materias, como lo indican los títulos de las carpetas, se iiallan d is -

Page 56: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 86 —

tribuidas у clasificadas según los períodos de alios en que naturalmente se divide la vida del hombre, y muy particularmente en los primeros años de su existencia. Son por consiguiente, tres distintas secciones que abrazan las tres edades la Infancia, la Adolescencia y la Juventud, y en caso de publi

carse, pneden formar tres series de tomos, en que se contenga con la debida distinción lo relativo á cada edad, precedida cada serie de un tomo i n

dispensable en que se describa cada edad, así en la parte de fisiología...

UNA DE ELIAS. Yo no entiendo lo que significa esa palabra fisiología.

Yo. La fisiología es un ramo muy importante de la medicina; pero nosotros la hemos de con

siderar para nuestro objeto como ciencia de ob

servación: no fijándonos en la estructura y fun

ciones del cuerpo humano, sino en los hechos, en los resultados, en las particularidades que sir

van para distinguir y caracterizar las edades de la vida. Esta parte es muy importante en la primera edad, cuando el niño se halla todavía en el regazo de la madre, y cuando su educación es puramen

te física. Aquí tengo yo el curioso Diario de une madre, en el que dia por dia ha ido anotando los progresos de su niña, su crecimiento, y el des

arrollo de sus sentidos y de sus facultades inte

lectuales; observaciones que se pueden aplicar siti inconveniente á todos los niños. Pero veamos lo demás que hay preparado para la serie de la in

fancia. Lo mejores que uno de vosotros vaya le

yéndolos títulos de los cuadernos, y yo responde

Page 57: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— S7 —

ré á las preguntas que me hagáis ó haré las aclaraciones que me parezcan.

Acercóse á la mesa uno de los muchachos, desató las cintas de la carpeta, dándose la mayor importancia, y leyó en voz alta:

LAS CUNAS. ¿Qué significa este ti'tuio? Yo. Es el de una obrita destinada á dar á co

nocer por primera vez en España, una de las ingeniosas formas que la caridad ha adoptado en este siglo; para mitigar las miserias sociales y proporcionar alivio á las clases indigentes. La fundación de las cunas [aeches), de tan reciente origen en el estrangero, es el pensamiento filantrópico que mas beneficio puede producir á los parvulitos, en la época en que mas necesarios les son los cuidados maternales, y aun mucho antes de que puedan entrar en la escuela de párvulos.

E L . Precisamente ese es el título del cuaderno que sigue aquí: LA ESCUELA DE PÁRVULOS, ó LA SALA. DE ASILO.

UNA DE ELLAS. Ya he ido yo con mamá á ver una de esas escuelas.

Yo. Las madres son las que á la verdad d e bieran haber tomado una parte mas activa en la fundación y patronato de estas escuelas, sin d e jar á los hombres el cuidado de su inspección. Ya habrás visto como en las salas de asilo están los niños preservados de los peligros de la calle, y como se les prepara á la primera enseñanza que han de recibir, sin descuidar sus necesidades físicas: de todo esto se ocupará ese librilo: vamos á otro. EL VICIO Y VIRTUD, Ó LOS CONTRASTES.

Page 58: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 88 —

Yo. Ese tomito es puramente de los cuentos que tanto os agradan, y en el que se presenta la moral en acción, contraponiendo á los efectos del vicio los de la virtud opuesta.

EL . ¡Este que viene ahora si que es bonito! Los JUEGOS DELA INFANCIA, y ya he mirado yo en la última hoja el índice qu»i dice: Zos corros, las muñecas, el escondite, las cuatro esquinas, el aro, las

Yo. Poco á poco: que no se le ha dado á vd. permiso mas que para leer el título de las obras y no el índice de ellas. Tras de ese volumen, que se refiere á la parte amena, deberá según mi plan, seguir otro que se refiera á la séria é instructiva, para que haya en las séries la mayor variedad.

E L . Si señor, así es: el que ahora sigue tiene por título: LA INFANCIA DE LOS HOMBRES CELEURES.

Yo. No será menos interesante. En él veréis con los ejemplos de muchos santos, de sabios ilustres, de artistas, de guerreros, y de hábiles políticos, que ya en los primeros años de la vida se ha manifestado el germen dé las grandes acciones con que se han distinguido los hombres célebres de todos los paises, y no precisamente aquellos que por su nacimiento han podido recibir una educación esmerada, sino aquellos que por su genio, su laboriosidad y su constancia se han elevado á las primeras dignidades desde la humil-jde condición de hijos del pueblo.

En la série de la infancia pueden cómoda y naturalmente establecerse dos períodos: el uno desde que el niño nace, hasta los cinco años; y el

Page 59: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— «9 —

otro desde los cinco hasta ios doce. Este segundo período, al que algunos autores dan el nombre de niñez y los franceses el de segunda infancia, es ya mas importante, y en él, necesitan los niños recibir una instrucción mas sólida, como que en este período se adquieren todos los conocimientos que constituyen la instrucción primaria elemental. Han de figurar por tanto en esta serie los respectivos tratados de lectura, escritura, aritmética, geometría, gramática, religión, urbanidad, y todas las materias, en fin, á que se estiende la instrucción pr imaria , incluyendo la historia y geografía. El modo de comunicar todos estos c o nocimientos, poniendo por decirlo así en escena la enseñanza, se indica en el cuaderno que ahora sigue.

E L . Por esta razón sin duda lleva el título de LA ESCL'ELA, y á este sigue otro que se titula LAS VACACIONES.

Yo. Porque enseña el modo de aprovechar hasta el sosiego de la vida del campo, y el d e s canso después del estudio. Vamos adelante.

EL. DIOS Y SUS OBRAS. Introducción al estudio de la historia natural .

Yo. En este ramo de instrucción también pienso describir en obsequio vuestro todas las CURIOSIDADES Y MARAVILLAS DE LA NATURALEZA.

E L . ¿Y esto que viene ahora? Los NIÑOS EN LOS DIFERENTES PAÍSES DEL MUNDO.

Yo. Esos son unos variados cuadros de costumbres que tengo traducidos, y en ellos se des cribe cuanto hacen los niños hasta en la China y

Page 60: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 60 —

América. Ahora la parte de biografía, ó sean Los KiÑos cELíBBES, tieoo en esta serie su tomito e s pecial así como en las demás, y lo mismo sucede con Los JUEGOS DE LOS mSos.

LA MAYORCITA DE ELLAS. ¡Siempre los niños! ¿Y á nosotras qué es lo que nos queda? ¿Acaso no somos tan capaces de estudiar y entender las cosas como los muchachos?

Yo. Me guardaré yo muy bien de decir eso. Digo y aseguro que sois tan capaces de todos los géneros de instrucción como los hombres. Por consiguiente, siempre que se diga, los niños, por acomodarse al uso común que así abraza los dos sexos, no os habéis de tener por escluidas vosotras. La educación de las mugeres que tan desatendida ha estado por muchos años, debe ser ob jeto de especial cuidado, no solo de los que se ocupan de educación, sino del gobierno mismo, puesto que de ellas depende el bienestar de las familias, y por consiguiente el de toda la sociedad.

ELLA. Si, pero lo cierto es que entre todos esos cuadernos que vd. tiene, no hay uno espre-samente dedicado á nosotras.

Yo. Por eso no hemos de formar queja, y mucho mas cuando bajo el nombre de un objeto aue os es tan favorito, es decir «t ESPEJO, tengo aeterminado presentaros á la vista de todos, con vuestras malas y buenas cualidades; de modoque en este espejo no serán las facciones del rostro, sino la fisonomía moral la que se reflejará.

Aquí llegábamos de nuestro coloquio, cuando

Page 61: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 6i —

"vinieron á llamar á los niños para que part icipasen de un pequeño agasajo que se les tenia dispuesto; y , forzoso es decirlo, á pesar del interés con que escuchaban la lectura de los cuadernos, á pesar de la atención que prestaban á mis palabras , todos, incluso el lector de los manuscritos, fueron destilando bonitamente, aunque p r o m e tiendo volver dentro de breve rato. Tan solo el mayor de todos no seguia este movimiento, y preguntándole yo, como no iba con sus compañeros, contestó:

—Prefiero el quedarme con vd. y el seguir r e visando las carpetas.

Siempre me ha lisonjeado á mí est raordina-riamente la mas pequeña deferencia de parte de los niños, así es que al instante puse á su disposición los manuscritos, diciéndole:

—Nos falta revisar la segunda serie, ó sea la de la Adolescencia, y la tercera y última, ó sea la de la Juventud. En ambas series, según mi propósito, encontrarás, ademas del cuaderno en que se describe la edad, el respectivo á biografía, que en la última serie alcanza hasta la de Los AMIGOS DE LOS NIÑOS, y el respectivo á los juegos, que en la , uventud ya son de carácter serio y pertenecen á uA GIMNÁSTICA.

Hay ademas que escribir E L COLEGIO Y LA UNIVERSIDAD, como los establecimientos en que se recibe la instrucción correspondiente á estas dos series, y para que tengan analogía y uniformidad con las dos anteriores en que se describen LA E S CUELA y LA SALA DE ASILO. Porque es de notar que

Page 62: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 62 —

nuestras tres series están en armonía con los tres grados en que según la ley vigente se halla dividida la instrucción pública: asi es que á los dos períodos de la Infancia, corresponden los dos grados de la instrucción primaria elemental; á la Adolescencia, corresponde la instrucción secundaria ó media, y á la Juventud, corresponden los estudios de la facultad mayor de la su{)rema en señanza. Por esta causa, lo que hará en estremo interesantes y voluminosas estas dos series, será la multitud de tratados elementales sobre filosofía, ciencias naturales, idiomas y literatura, y en general, sobre todas las materias que abraza el plan de estudios: tratados que serán escritos por c a tedráticos y hombres acreditados en sus respectivos ramos.

E L . ¿Con qué según eso vd. no se va á encargar de todas esas materias?

Yo. ¡Yo haré lo que pueda! Toda temeridad mia parece que sería disculpable en un tiempo en que tan escasos son los libros acomodados á las necesidades de la enseñanza, á nuestras costumbres y á nuestro estado de civilización, cuando los libros de educación tan poca proporción guardan hoy dia con las innumerables producciones de la prensa, y cuando el mismo Consejo de Instrucción pública acaba de declarar la escasez de estos libros de una utilidad incontestable. Estas circunstancias parece que deberían animar al mas modesto; pero yo reconozco demasiado mis fuerzas, y solo me atreveré á escribir algún tratadito de lo puramente indispensable, sobre al-

Page 63: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 63 —

gun ramo del saber, cuyos principios nniversal-mente reconocidos ya, no admitan controversia: lo que ademas de dar cierta estabilidad á la obra, hace su ejecución mas accesible á aquel cuya s u ficiencia sea siempre inferior á sus deseos.

E L . Por lo que hemos leido, y por lo que hemos visto de lo que tiene vd. guardado, se infiere que vd. tiene mas afición á la parte amena y recreativa.

Yo. Sin duda alguna, y e s o consiste en que esos trabajos han sido para mí distracciones d e otros mas serios á que mis deberes me llaman d u rante el dia. De todos modos, si no está en mi mano el enseñarlo todo, lo está el indicar los medios de instrucción y las fuentes donde, los que deseen un estudio mas profundo, puedan adquirir lo que echen de menos. Fuera tan infundada como ridicula la pretension de abarcarlo todo, y es todavía mas satisfactorio reunir y utilizar trabajos y hacer un llamamiento general á todos los que han consagrado su inteligencia á los progresos de la educación. En lo que si tendré un cuidado espe- ' cial, porque esa es cuestión de amor propio para mí, será en que todos los trabajos tengan el debido enlace con el vasto sistema de educación y con el plan que me he propuesto. Es indispensable que alguno tenga este cuidado, si es que la obra ha de tener unidad y método. Porque ha llegado el ansiado momento en que las tres series van á publicarse alternativamente.

EL. Ya me lo figuraba yo así, y lo que me admira es que hasta ahora no haya vd. tratado de eso.

Page 64: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 64 —

Yo. Esta clase de obras, amigo mio, no p u e den anunciarse ai público, sino bajo la garantía de un editor de ilustración y de crédito; de uno en quien la satisfacción de intentar y fomentar empresas útiles sea mas poderosa que la incierta perspectiva de los resultados materiales, y que tenga dada alguna prueba de llevar por norma en sus empresas, antes que un objeto de especulación, el noble deseo de hacer algún bien al pais . Mas todavía, y esto felizmente sucede en este caso, que teniendo concebido casi el mismo plan, simpatizase conmigo hasta en ideas, y tuviese en la obra la suficiente confianza para aven turarse á emprenderla. Ya ves tú, que todas esas cosas es hasta providencial el que se encuentren reunidas .

EL. Me alegro yo como el que mas de que así se verifique, y ahora permítame vd. que le haga una observación que me ocurre . Si las tres series se han de publicar á la vez, pero siendo distinto el orden de los tomos, ¿cómo podrá ser esto sin producir confusion, y cómo se podrá luego clasificar toda la colección en los estantes de una b i blioteca?

Yo. Esa es la cosa mas fácil del mundo. Cada serie ha de tener distinto grado ó carácter de let ra , y los tomos de cada serie distinto número de pliegos, que serán 8 en la primera, 16 en la segunda, y 24 en la tercera. Todos los tomos, ade más de su portada especial, en que se esprese lo que contengan, nombre de autor, e tc . , llevarán una anteportada con el epígrafe Bihliokca general

Page 65: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

- 6S —

de educación, y debajo la serie á que pertenezcan, por consiguiente, no puede haber duda respecto ^ la clasificación. Si esto mismo se pone en el t e juelo de los tomos al tiempo de encuadeinavlo?, resultará que, sin perjuicio de la uniformidad y simetría que tanto hermosean las bibliotecas, se podrán tener á un golpe de vista todas las series, y tomar en el acto el tomo que nos haga falta. Si los tomitos de la primera serie, por ser solo de ocho pliegos, parecieren de escaso volumen, se pueden encuadernar dos ó tres juntos, y así se igualan con los de la segunda y tercera serie, en las que el número de pliegos es múltiplo de ocho, de modo que dos tomos de la primera serie hacen tanto como los diez y seis pliegos de un touio de la segunda, ó los veinte y cuatro de uno de la tercera. \ a ves que todo está previs to. . . Pero ya vuelve la familia menuda y es preciso recoger estos papeles. Mas os pudiera todavía revelar y decir, pero tamo comprometerme á mas de lo que pueda cumplir, y mayormente á los niflos no es tan fácil dejar de cumplir lo prometido. No todo se ha de decir, pues algo se ha de reservar á el grato placer de la sorpresa.

Iban entretando volviendo los niños, cuya alegría no fué escasa, cuando el que se había q u e dado conmigo se apresuro á participarles, como se iban á imprimir y publicar todas las obras de que se ha hecho mención, pudiendo desde entonces contar cada uno con una biblioteca como la que tantas veces hablan deseado tener. Aumentóse la alegría cuando yo les dije, que la publica-

Page 66: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

~ 60 —

clon de la biblioteca iba á coincidir con la de un periódico, que era el complemento del plan, y en el que se habian de insertar particularmente to das las materias de interés momentáneo, con c a rácter de actualidad, que en aquella no deberían tener catiida, y por último, que se baria mérito en ambas obras de los niüos y niñas que mas se distinguiesen por su aplicación y buena conducta, con virtiéndolos también en héroes y heroínas de cuentos y novelitas, que en este hecho mismo tendrían un fondo de verdad y un motivo de interés para los que estuvisen en los antecedentes.

Todo esto estaba muy bien, y los niños lo escuchaban llenos de satisfacción, mas cuando vieron quetra taba de recoger y guardar los manuscritos, empezó á turbarse su alegría y me dirigieron vivas reclamaciones.

—¿Pues qué, ya no nos cuenta vd. la historia? —¡La historia, la historia prometida! — ¡ L O prometido se cumple! — ¡La palabra es palabra! Yo. No trato de negar mis compromisos y

puesto que os empeñáis, voy á referiros propiamente una historia: es decir , un suceso verdadero , porque vosotros llamáis impropiamente h i s torias á cuentos de todas clases. Elegiré un asunto que tengo traducido, pues aunque en otra de nuis obras le tengo publicado ya original, esta t raducción ofrece mayores detalles y está acomodada á las edades de la vida. En ella se prueban los buenos resultados que producen á su tiempo la

Page 67: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 67 —

LA INFANCIA-

1533.

El sol doraba con sus primeros rayos el hermoso cielo de Italia, y todo en la nnturalc/.a r e s piraba felicidad, porque un dia sereno de la estación templada es un dia feliz. Las flores se mecen graciosamente á impulsos deuna brisa ligera, cada hojita de yerba sostiene su gota de rocío, y la mariposa, desprendiéndose del cáliz de las r o sas, continúa alegre su incierta carrera.

Un rebaño estaba vastando en la verde campiña de Roma, y el guarda de este rebaño era un niño que estaba leyendo, sentado á la sombra de un árbol. Veíanse también á lo lejos otros pas to res dirigiendo su ganado, aldeanos que iban á la ciudad con cestos atestados de fruta, y se escuchaba también el sordo mugido de las vacas, que de vez en cuando pasaban por el fondo del paisa-ge. Era en fin la vida italiana con sus escenas variadas, y si el pintor Claudio de Lorena se hubiera encontrado allí, hubiera tenido gusto especial en reproducir aquella naturaleza á la vez

aplicación y la perseverancia desde los primeros años.

Dichas estas palabras, cogí uno de los manuscritos y les leí lo siguiente:

Page 68: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 68 —

sencilla у espléndida, á la vez melancólica y r i

sueña. Venia por el lindero del camino un venerable

fraile francisco en actitud pensativa; de vez en cuando dirigía miradas inquietas alrededor, y al fin se paró en medio del camino con aire indeci

so. El pastorcillo, que habia abandonado su libro por mirar al buen religioso, se levantó y fué cor

riendo hacia él para decirle: —Padre mio, me parece que no sabéis bien el

camino. . . ¿Si queréis que yo os le enseñe? —Con mucho gusto, amiguito, yo voy á pre

dicar la cuaresma en Ascoli. El pastorcillo llamando á uno de sus camara

das , le pidió por favor que cuidara de! rebaño por una hora poco mas ó menos, y después volvién

dose al fraile francisco, le dijo: —Ahora fíese su paternidad de mí. ¿Vais á

predicar la cuaresma en Ascoli? Pues bien, yo os acompañaré hasta el mismo pueblo.

A pesar de que el religioso lo rehusaba, Fe

lix Peretti, queeste era el nombre del pastorcillo, se empeñó en servirle de guia. Por el camino, como era natural, tra varón conversación, y Felix contó al religioso, que su padre, que no pasaba de ser un cavador de viñas de la Marca de Ancona, tenia además muchos hijos, por lo que habia t e

nido que ponerle á él á guarda de los rebaños de un rico labrador, y concluyó diciendo, que él se alegraría mucho mas de que su padre fuese un gran ssñor que no un simple jornalero.

Esta ingenua manifestación hizo sonreír al

Page 69: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 69 —

fraile francisco, que dijo afectuosamente al niño: —Tus inclinaciones no me admiran, amiguito,

porque en tu edad todo lo que brilla, seduce. Tú envidias á los niños ricos sus hermosos vestidos y sus placeres, dia llegará en que conozcas que e s tas cosas engañadoras no constituyen la felicidad. No se puede llamar feliz ai que viste suntuosamente y no carece de ninguna diversión. Estas cosas que tanto alucinan desde lejos, se hacen una costumbre para las personas que viven en el seno de la opulencia y esta costumbre degenera bien pronto en fistidio. Créeme, los paseos á pié y en campo raso son mas provechosos á la salud que los paseos en coche por la ciudad, y un almuerzo frugal compuesto de leche y de frutas, menos perjudicial al estómago que todas las golosinas de la repostería. ¿Será regular que los ni-fios anden con jubón de terciopelo y calzas atacadas? ¡Cuánto mejor les está el llevar un vesudo holgado y sencillo con el que puedan trepar impunemente á los árboles, saltar de un lado á otro de las zanjas y entregarse á todos los ejercicios que fortalecen el cuerpo!

—Si, padre mio, todo eso es verdad, contestó respetuosamente Felix; pero esto no quita el que yo desee ser hijo de un gran señor, no para ir muy majo y para comer golosinas, sino para t e ner maestros que me enseñasen á escribir en esas grandes hojas de pergamino, y me contasen la historia de los tiempos pasados.

—¿Tanto te gusta estudiar? —¡Qué si me gusta! ¿Si supierais la vergüen-

Page 70: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— T o za que tengo de ser tan ignorante, y la pesadumbre que me da cada vez que me acuerdo de que toda nú vida se ha de pasar entre las ovejas? Ya he procurado instruirme y utilizar lo poco que entiendo de lectura; pero todo se reduce á leer todos los días de Dios el único libro que tengo.

¿Queréis que os le diga de memoria? — ¡I'obre niño! Tus buenos sentimientos me in-

teresiin y así desde ahora en adelante considérame como á tu protector. Vuelve á casa de tus padres y pídeles la licencia para entrar en el convento de San Francisco, y si te la conceden, no tienes mas que ir y preguntar por el padre Antonio, seguro de que serás bien recibido. Adiós, Felix, te doy las gracias por el favor que me has hecho, y te pronostico que no se quedará sin premio, porque una buena acción nunca queda sin recompensa. Adiós, y hasta la vista.

Al decir estas palabras, el fraile francisco despidió á su guia, y se dirigió á su convento que ya estaba á la vista. Félix, dando gracias á Dios por el protector que le enviaba, se volvió muy contento á cuidar de su rebaño, hasta la hora de ir á casa de sus padres.

Poco tiempo después, un niño llamaba en la portería del convento de San Francisco. Fué recibido con L1 mayor entusiasmo y desde e n tonces fué el discípulo favorito de los buenos re -

Page 71: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

U J U V E N T U D -

El tio Gerónimo, hábil maestro de obra prima, se hallaba una tarde tomando el fresco á la puerta de su tienda, cuando vio acercarse hacia él un pobre estudiante de la orden de San Francisco, Era Félix Peretti que ya era un joven muy aplicado. Saludó al zapatero y le dijo con timidez:

—Maestro, queria un par de zapatos. El tio Gerónimo que no deseaba mas que

despachar su obra, introdujo cortesmente al joven en la tienda, le hizo sentar en un taburete , y sacando de la anaquelería varios pares de zapatos se los presentó i ara que escogiese, Félix no tardó en probarse unos que le venian pintados,

—¿Cuánto valen? preguntó. —Siete julios, (especie de moneda del pais.) —Seis julios os daré y negocio concluido. —Siete julios, es precio fijo. —Pues , si os he de hablar francamente, yo no

tengo mas que los seis. Dejadme llevar los zapatos en ese precio, que el otro yo os prometo que no os faltará.

—Me conformo: creo que no tengo mi dinero perdido y aguardaré por él, aunque tenga que esperar hasta que seáis papa,

Al oir esta espresion, la sonrisa se pintó en

Page 72: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— l i ei semblante de Félix, que al salir de la t ienda, dijo al zapatero:

—Si , os pagaré vuestro julio cuando sea papa, y me comprometo á ¡ agar esta deuda lo mas pronto posible.

Cuarenta años hibian pasado después de esta aventura. El papa Gregorio XIII habia muerto, y acababan de elegir para sucederle, al hábil cardenal de Montalto, que tomó el nombre de Sixto V, y de anciano y achacoso que parecía, se transformó desde el momento de su elección en un hombre en todo el vigor de su madura edad. El nuevo papa se acordó de que tenia una deuda que pagar , y llamando á uno de sus mas inmediatos servidores, le habló algunas palabras en voz baja.

Pocos dias habian pasado cuando presentaron delante de Sixto V á un pobre maestro zapatero, todo trémulo, pues temia haber dado involuntariamente algún motivo de disgusto á Su Santidad.

—Vamos, hombre, al fin te han encontrado, exclamó el papa. Acércate, que tenemos que hablar; pero antes de todo, ¿me reconoces?

—No, santísimo padre . —¿Estás seguro de lo que dices? —Esta es la verdad. —Consulta bien tu memoria. ¿Mi rostro, te es

enteramente desconocido? —^Es la primera vez que contemplo vuestra

augusta persona.

Page 73: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 7 3 —

u V I R I L I D A D -

1585.

Las salas del palacio pontificio se iban l le nando con la muchedumbre que acudía ansiosa do todas partes para rendir homenage al pr imer soberano de la tierra. El nuevo pontífice de na -

—Te engafsas: me has visto otra vez hace ya mucho tiempo. Yo soy aquel pobre estudiante que te quedó á deber un julio, y que te prometió que te le pagaría cuando fuese papa.

Volviéndose en seguida hacia su mayordomo, le dijo:

—Entregad á este buen hombre un julio y además los intereses que ha devengado durante cuarenta años. Pero esto no basta, he sabido que * tienes hijos.

—Santísimo padre, tengo uno que quiere ser sacerdote.

—Díle de mi parte , que si tiene talento y o b serva buena conducta, le reservo un obispado. Así es como Sixto V paga las deudas de Félix Peretti . Yo era un pobre guardador de ovejas, y un buen religioso se convirtió en protector mió por un pequeño favor que le hice. Otro p e queño favor que tú me has hecho, va á labrar la fortuna de tu hijo. Ya ves como una buena acción no queda sin recompensa.

Page 74: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 74 —

die se olvidaba; con una palabra benevola colmaba de alegría el corazón del rico, y con palabras de consuelo bacia renacer la esperanza en el corazón del pobre. La facilidad de sus modales, y la nobleza de su presencia, excitaban el entusiasmo univcr.-al, y todos consideraban con admiración y respeto á un hombre, que ya era el representante de Dios en la tierra.

• Al través de la muchedumbre y sin cuidarse de sus sordos murmullos, una muger llegó hasta los pies de Sixto V. Dicha muger estaba suntuosamente vestida; pero su aire ridículo y su fisonomía vulgar, contrastaban de tal modo con la brillantez de sus adornos, que á pesar del r e s peto debido al pontífice, los señores que le rodeaban no pudieron reprimir una sonrisa bur lona. La desconocida traia un vestido de damasco, formando enorme tontillo alrededor de su grueso talle; el cuello vuelto y las boca-mangas de fino encage, hacian estraño contraste con sus manos callosas y su pecho tostado por el sol, la toca ó mas bien casquete de terciopelo n e gro que llevaba en la cabeza, formaba una punta exagerada en medio de la frente, y se sostenía con mucha dificultad sobre los altos tacones de sus chapines bordados de perlas. En fin, á la legua se conocia en ella una muger ordinaria, que se empeñaba en imitar los modales y remedar á las grandes señoras, lo mismo ni mas ni menos que una mona que se pone los vestidos de su ama.

Al presentarse tan estraña figura, el pontífi-

Page 75: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 7S —

ce permaneció inmóvil y silencioso, de modo que la desconocida viendo que no decia una palabra, tomó por su cuenta el hablar, creyendo que disimulaba la vulgaridad de su lenguaje, con algunas palabras que en él introducía á estilo de corte.

—Santo padre , esclamaba, ¿no me conocéis? Yo soy Teresa Peretti, vuestra hermana, y v e n go á daros la enhorabuena porque os han elegido Padre Santo.

—En efecto, respondió Sixto V, tengo una hermana que se llama Teresa; pero esta no es una gran señora, todo al contrario, es una s e n cilla aldeana acostumbrada al humilde vestido y á la vida modesta del campo, y tiene demasiado juicio para querer disfrazar su honrada posición, con los vanos adornos de la opulencia.

—Yo me habia figurado que la hermana del papa no debia afrentarle presentándose en trage de aldeana, y además, ¿no soy yo noble y rica en el hecho mismo de ocupar mi hermano un puesto tan elevado?

—Señora, os empeñáis en que sois he rmana mia y yo no os reconozco como tal: i d a decir á Teresa Peretti , que su hermano nunca se avergonzará de ella, mientras permanezca en la humilde posición en que Dios la colocó. La verdadera nobleza es la nobleza del corazón. No me han elegido papa para que vierta los tesoros de la Igiesia en os cofres de mi familia; si así lo hiciera, abusarla de mi soberano poder y merecería la desaprobación de loe hombres. Así como

Page 76: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 76 —

creo que sin ser vi tuperado, puedo pedir á Dios el permiso de asegurar la suerte de mis parientes así también creo que sería digno de vituperio, si con imprudentes liberalidades fomentase su orgullo.

—Fingis no conocerme, contestó la muger con despecho, porque os recuerdo nuestro humilde origen. Félix, sois un mal hermano, y si os creéis superior á todos los hombres, en el cielo hay quien os pedirá cuentas y os juzgará.

—Luego que hayáis meditado lo que acabo de decir, ya os avendréis á la razón. Acordaos que abriré mis brazos á Teresa Peretti, cuando se presente á mí como siempre la he conocido.

La fingida sefiora se retiró llorando. Al dia siguiente el pontífice se paseaba por las vastas galerías del Vaticano, escuchando las súplicas de los unos y los cumplimientos de los otros, cuando un page llegó á decirle, que una aldeana porfiaba extraordinariamente por presentarse á Su Santidad.

—Que entre al instante, dijo Sixto V, mislhijos son iguales á mis ojos, y lo mismo recibiré á una aldeana, que auna gran señora.

Presentóse entonces la muger de la víspera; pero ya no venia llena de ridículos adornos, y su modesto pañuelo de lino y su humilde saya de lana, la sentaban mil veces mejor que el vestido de damasco y todos los diges de la víspera.

—Santo padre, dijo adelantándose con t imi dez, vengo á pediros perdón por las imprudentes palabras que dije ayer; confieso que fueron mal

Page 77: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 77 —

dichas у sufriré con gusto el castigo que por ellas merezca.

Púsose en seguida de rodillas delante de Six

to Y. pero éste levantándola al instante y abra

zándola con efusión, esclamó: —Si, hermana mia, estás perdonada: nada t ie

nes que temer, porque yo te amo, y nadie es rigo

roso con la persona que ama. Ahora si que te co

nozco y estoy contento de ti , porque eres una digna y honrada muger :has comprendido que las virtudes son un adorno que todo el mundo admi

ra; un adorno que lo mismo embellece al pobre que al mas rico, al paso que las galas mundanas solo convienen á los que se han acostumbrado á ellas.

LA V E J E Z -

1590.

Abrióse una mañana una puerta eseusada del palacio pontificio, y por ella saheron dos ancianos en trage de pastores. Estábales esperando un bor

riquillo con un pellejo de vino, y con este equi

page se dirigieron hacia la montaña. En la fiso

nomía de uno de los dos ancianos se pintaba la inteligencia y el valor; pero en la del otro no se pintaba mas que el miedo. Su agitación crecía por momentos á medida que caminaban, y des

pués de mucho titubear, se aventuró á decir estas palabras.

Page 78: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 78 —

—Me temo que Su Santidad va á esponer su preciosa vida en esta empresa.

—¿Qué es lo que decis, Pedro? contestó el otro pastor con voz severa, si hubiera creido la e m

presa ind'gna de mí, no la hubiera acometido: siempre es glorioso hacer bien. Esos bandidos in

festan mis estados, roban y asesinan й mis s u b

di tos . . . ly nadie consigue pillarlos! Hoy hemos de ver si el papa es mas hábil que sus soldados.

Pedro no replicó una palabra y siguió a n d a n

do con visible temblor, lamentándose interior

mente de los proyectos ile su ilustre señor. En cuanto á Sixto V, no manifestaba la mas mínima inquietud: sut rage rústico y los sitios por donde pasaba, letraian á la memoria los años de su in

fancia y la época en que siendo pastorcillo dirigía su rebaño por medio de las praderas, y al verse tan encumbrado, después de haber estado tan ba

jo, sonreia con aire de satisfacción. De improviso agudos silbidos resonaron en la

montaña, y varios ladrones de mala catadura é imponentes armas se presentaron delante de los viageros. Pedro se quedó pálido y estático; pero el papa no se alteró.

—¿Adónde vais vosotros? preguntó ásperamen

te uno de aquellos facinerosos. —Somos unos pobres aldeanos que llevamos á

vender esa carga de vino de Falerno. —¡Hola! ¿con que es vino falerno? pues haced

cuenta que ya le habéis despachado, y aun el borrico va á quedar agradecido, porque le alivia

mos del peso que lleva. Vamos pronto, á desear

Page 79: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— v o

gar el burro у s ino. . . El bandido enseñó sus ar

mas en señal de amenaza y los dos pastores t u

vieron que hacer sin rechistar cuanto los ladro

nes mandaron y seguirlos á su caverna. Apenas aquellos miserables se creyeron en parage seguro, empezaron á comer y á emborracharse con el es

quisito vino. Sentados en un rincón de la cueva Sixto V y Pedro su confidente, estaban atentos á cuanto pasaba.

— Por mucho que se afane Sixto V, deciael ca

pitan, nunca logrará cogernos. Nosotros cornos ya zorros viejos y no nos dejamos coger en el lazo que nos tiende el cazador.

—A mí me parece, decia otro, que el papa no tiene tanto talento como le atribuyen.

—¡Bah! Rodolfo, ¿cómo quieres tú que el papa sepa tanto como un ladrón? Este es nuestro ofi

cio, engañar al mundo. —A la verdad que no hay vida como la nues

tra. Aquí no hay que trabajar para ganar la ren

ta, sino aprovecharse del caudal de otro, y en nuestras manos los diamantes de los señores se transforman en oro. ¡Esta si que es transforma

ción! ¡Viva nuestro ilustre capitan y su cuadrilla no menos célebre! Camaradas, se os permite brin

dar á nuestra salud con vuestro esquisito vino. El papa y su confidente hicieron que bebian,

pero arrojaban por detrás de la espalda cuanto contenían los vasos. Poco á poco cesó la conver

sación, los ladrones solo articulaban de vez en cuando palabras ininteligibles, y á medida que el suéñese iba apoderando de ellos, ó se tendían

Page 80: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— s o

por el suelo, ó fijando los codos sobre la mesa apoyaban la cabeza en sus anchas y nervudas manos. Cuando el papa estuvo bien seguro de que todos quedaban durmiendo, se levantó di

ciendo: —Ya nada hay que temer y es seguro el r e

sultado de mi proyecto: una buena dosis de opio que he mandado echar en el pellejo de vino, los pone en mi poder. El negocio está bien empezado y la justicia le terminará, porque la policía está avisada y va á llegar de un momento á otro.

Efectivamente, presentóse en breve un pelo

tón de gente armada, que despertando á los la

drones de un modo poco agradable, los ató codo con codo, llevándoselos á la ciudad donde fue

ron juzgados y castigados.

Concluida la historia proseguí de esta ma

nera. —Ya veis, queridos niños, los resultados que

consigue el que desde su primera edad, que es la época mas propicia, se aficiona al estudio, fun

da en él sus esperanzas y sigue con perseveran

cia un noble designio. No solo con el ejemplo de Sixto V, sino con el de otros muchos hombres cé

lebres os pudiera probar lo que dice Cicerón, á saber, que las letras nos forman en la juventud, nos sirven en la edad madura y nos deleitan y re

crean en la vejez. Шо BE ELLOS. Bien conocemos nosotros las

ventajas del estudio. . . pero sus fatigas son las que suelen cansar.

Page 81: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 81 —

U UTILIQ&O D E I E S T U D I O -

Hubo en cierto tiem )o un príncipe que era á la vez inteligente como os sabios del reino y bueno como heredero presuntivo del trono. Jamas habia el sol iluminado un rostro mas bonito que el suyo: era un nino lleno de gracia y gentileza, con los ojos negros y rasgados, dientes de nácar, boca fresca como la flor querida del ruiseñor, voz suave como la brisa dé la tarde, y en fin con unos modales tan afectuosos que causaba tanta pesadumbre el separarse de él, como placer el estar en su compañía.

El rey su padre mandaba en la mitad de la India. Juzgúese cuan amable debia parecer á los ojos de los cortesanos el joven príncipe Abdim. Este empleó sus primeros años en correr entre las

6

Yo. No hay rosa sin espinas, amigo mió. Es decir, que vosotros quisierais que Dios hiciese un milagro y que sin trabajo ninguno de vuestra parte, os hallaseis con la ciencia infusa: que sin abrir un libro siquiera, os hallaseis con la lección aprendida. Y á propósito de eso, ahora me r e cordáis un bonito cuento de Mr. Desscsart, que estoy tentado por referiros.

ELLOS. ¡Oh! si, cuéntenosle usted. Yo. Lo haré de buena gana, por que es una

narración fantástica que hace contraste con la historia anterior.

Page 82: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 82 —

lilas y los bananos, en danzar sobre las alfombras, en cazar gacelas, y ocupándose en fin de las mil bagatelas que constituyen toda la vida cuando se empieza á vivir. El rey Mirgang dijo un dia à sus ministros:

—¡Brahma (dios de la India) sea bendito! Ha hecho que descienda sobre mi estirpe el rocío de sus favores. Os pronostico que mi sucesor será digno de mí; que sabrá esterminar á sus enemigos con valor y exigir los impuestos con habilidad. ¿No es verdad, ministros mios?

Los ministros contestaron á una voz: —Seguirá noblemente las huellas de su padre .

Pero el anciano Neboussan, antiguo filósofo, y por consiguiente gruFlon en demasía, no pudo menos de criticar el prematuro contento del monarca.

—¿No conocéis, señor rey , que vuestro heredero es bueno á lo mas para coger flores y correr por el jardin? Si vos fallecieseis en estei m o mento, podría formar un ejército de mariposas y exigir un impuesto sobre las naranjas de los jardines .

El rey frunció sus negras cejas; pero se contuvo al instante, y aun sonriendo con cierta especie de desden, preguntó al ministro:

—¿Pues qué es lo que le falta á mi hijo? —La ciencia que le haga pasar suavemente

desde el estado de la infancia á la condición de hombre .

'•—A la verdad aue tienes razón , contestó el rey, jamas me había ocurrido hacer de mi hijo

Page 83: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 83 —

un sabio, y creia que le bastaba con pagar la ciencia de otro. Instruyele por tí mismo, pero con esmero: de lo contrario, tu cabeza me responderá de esta infracción dé mi voluntad.

¡Pobre Abdim! Adiós risas, adiós el prolongado sueflo y los juegos de la infancia. Hasta entonces su mas grave ocupación habia sido la de jugar y bailar, pero en lo sucesivo tendría que encerrarse en un kiosco, (templete ó pabellón de jardín) y pasar la mitad del dia descifrando los abultados manuscritos de los brahmanes, (sacerdotes de la India) y la otra mitad del dia copiándolos. Era preciso que diese cuenta á su profesor de lo que significaban aquellas malditas páginas negras, y que se acordase de lo que hablan hecho y dicho gentes muertas hacia mas de dos mil aRos; que indicase la s i tuación de países de que ni siquiera habia oido hablar, y que refiriese exactamente el número de soldados muertos en una batalla, dada por motivos que él no comprendía. A nadie veia mas que á Neboussan, y aun en las horas de descanso, cuando le permitían jugar con sus com-pafíeros, todavía le inquietaba la imagen austera del viejo preceptor, estremeciéndose solo con distinguir la punta de su turbante . ¡Oh! ¡estu dio! ¡qué áridos son tus principios! pero d e s pués , ¡qué frutos tan bellos como inesperados ofreces á los que no renuncian á tí!

Por desgracia Abdim no era capaz de esta paciencia, ni de esta reflexión. En vano Neboussan le repetía todos los dias que en el es tu-

Page 84: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 84 —

dio'solo los principios eran penosos; se lamentaba, lloraba, y desahogaba en los libros la r a bia que no podia desahogar en otra par te . No pensaba mas que en los medios de no estudiar, ya quemando sus cuadernos . . . pero se acordó de que le darian otros, ya escapándose. . . . pero se acordó de que ic alcanzarían: en fin, no sa bia como hacer para tener hecha la obligación sin trabajo y aprendidas las lecciones sin estudiar. Meditando sobre esto, se acordó de una tía suya , especie de hechicera ó sibila á quien todos iban á consultar, y que era célebre por los medios que proporcionaba para salir de apuros. Una mañana bien temprano se escapó para ir á consultar á esta buena tía.

Ya estaba el sol en medio de su carrera cuando el príncipe Abdim llegó al valle de Tog-Togru!, donde debía infaliblemente encontrar á su tía; pero nada indicaba que allí habitase persona humana. Los lirios y los nenuphars (planta acuática) elevaban sus corolas; la mas risueña vegetación producía efectos mágicos de verdor, elevándose en el centro una palmera solitaria como la reina de aquel valle apacible: mil pajaríUos de oro y azul cantaban y correteaban entre los árboles. Un anchuroso rio formaba el plateado límite del delicioso paisage en que difundía una frescura saludable.

Preciso es confesar que Abdim, como muchacho lleno de dulces ilusiones, se olvidó completamente del motivo de su venida, y basta des pués de haber cogido un buen manojo de flores.

Page 85: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

no se acordó de que tenia que volver à casa del maestro, y sobre todo de que tenia que es tudiar .

Dio tres palmadas gr i tando: —¡Dala! ¡reina Dala! ¡queridaDala! ¡ven, ven!

tu sobrino te llama. Percibióse un ligero ruido : agitáronse las

matas, y por entre un florido rosal apareció una muger de pequeña estatura, pero de lindas facciones y suntuoso trage. Fijaba en el muchacho unas miradas en que ia benevolencia iba mezclada con cierta malicia.

—¿Con que es decir, esclamó, que fe fastidia estudiar? ¿Crees que las primeras dificultades nunca se vencerán y desesperas antes de haber intentado vencerlas?

—Querida tia, ¿cómo es que sabéis.. . .? —Yo sé todo cuanto pasa, y conozco muy

bien el motivo que aquí te trae. Cansado dé la s lecciones de tu maestro quieres pedirme la ciencia infusa. Sea, puesto que tú lo quieres. No tengo mas que decir una palabra y sabrás mas de loque quieras: tú mismo has de quedar asombrado; ni tendrás necesidad de meditar para hablar, ni de estudiar para aprender . Todo esto te será tan fácil como á ese rio el correr hacia el mar.

—¡Qué felicidad! —Pronto has de conocer si eso es una fe

licidad. —Ese rio de que te hablaba, tal vez desea d e

tenerse en su carrera y detener el tributo de

Page 86: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 8 6 —

SUS aguas, pero no puede. Tú también cuando seas sabio ¿podrás tener la misma sencillez d e ideas? ¿Podrás conservar las puras alegrías de tu infancia?

—Lo que yo sé, tia mia, es que no hay cosa tan agradable como el responder á una pregunta sin haber estudiado la respuesta.

—Si, y tú ignoras, pobre Abdim, que todo aquí abajo puede hacerse y conseguirse POCO A ГОСО, por parte de los que enseñan, como de los que aprenden. Ya te arrepentirás algún dia de no haber fundado tus ideas sobre aquel p r e

cepto. Poco á poco se vencen todas las dificul

tades, y «e goza con mayor satisfacción lo que mas trabajo ha costado adquirir. Pero yo estoy predicando en desierto, y tú en lugar de aten

der, te estás mirando á todos lados. Pues bien, voy á satisfacer tus deseos. ¡Que tus ojos per

ciban todas las cosas, y que tu espíritu sea ilu

minado lo mismo que tus ojos! Abdim cayó al suelo, como deslumhrado por

un gran resplandor, y cuando volvió en sí, sería muy difícil esplicar los sentimientos que llena

ban su corazón, porque eran un conjunto d e alegría, de asombro y de tristeza. Delante de él se presentaba un nuevo mundo: ya conocia por su nombre todos aquellos árboles y todas aque

llas flores que le rodeaban, ya sabia cual era la profundidad del rio, la corriente del agua y la formación de los guijarros del fondo. Poseia la clave de los mil enigmas que la naturaleza nos presenta: en una palabra, ya lo sabia todo. Ya

Page 87: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 87 —

no mas velo, mas misterios у dudas, el universo era para él un alfabeto familiar.

Semejante estado no fué muy duradero, y el príncipe no tardó en conocer que los rayos del sol eran peligrosos, y que hiriéndole de p la

no podían causarle un tabardillo. Por esta cau

sa, bajándose el turbante, se dispuso á partir lo mas pronto posible, ¿mas por cual camino? De dos que habia, el uno estaba costeado por lagunas de pestilentes vapores, y el otro linda

ba con precipicios, por junto á los cuales no tuvo reparo en correr la víspera. Pero entonces temia el respirar aires inficionados ó el romperse los huesos cayendo por algún despeñadero. Iba ya á decidirse por uno de los dos caminos, cuan

do vio llegar á su padre el rey Mirgang, con el filósofo Neboussan y toda la comitiva de los que venian á buscarle.

Abdim avergonzado de que anduviesen de aquella manera en busca suya por tan corta es

capatoria, salió al encuentro de la comitiva que lanzó gritos de alegría al reconocerle. Hubo gi

netes que hicieron salva en señal de alegría, cosa que hizo estremecer á Abdim, pues con la vista penetrante que entonces gozaba, vio pasar un taco á poca distancia de su cabeza.

Resolvió dar en el acto una prueba brillan

te de sus talentos, y colocándose sobre un p e

ñasco en actitud de orador, empezó á derramar raudales de elocuencia, reconviniendo á su pa

dre por haber temido por un príncipe protegi

do de Brahma, citando enseguida á todos los de

Page 88: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

su estirpe real-á quienes los dioses habian salvado. De aquí p i só á las reglas de gobierno á los deberes numerosos de presunto heredero y á Jos que el cielo le impondría cuando llegase á ocupar el trono.

El rey Mírgang escuchaba con la boca abierta. —¡Brahma! esclamó, tú has hecho un gran

milagro. Mí hijo es tan sabio como Neboussan. Abdim se encogió de hombros con aire de

suficiencia, y cuando montado á caballo volvía á la ciudad á la izquierda de su padre , hizo que Neboussan se llegase á su lado para hacerle preguntas sobre el mundo, el origen de los pueblos, los peces que viven en el agua y las aves que vuelan por el a i re , las variedades de minerales, los idiomas de Occidente etc. etc. Juzgúese del asombro y de los apuros de Neboussan que sabia mucho, pero que no tenia una tia como la de Abdim. Durante esta discusión, chocaba á todo el mundo el tono pedantesco del príncipe, y el ver que habia perdido la gracia, el abandono y vivacidad que eran el encanto de todos. Los caballeros del séquito se decían en voz baja:

—Nuestro príncipe era mas amable antes . —Será un medio filósofo, mas nunca será un

noble guerrero. Por des.gracia, Abdim con su esquisito oido

percibió estas palabras, y quejándose al rey su padre , mandó éste que azotasen á los dos caballeros, antes de llegar á la ciudad. Esto le puso de malísimo humor y lanzó su caballo á ga lo pe , pero Abdim empezó á gritarle:

Page 89: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 89 —

—¡Señor, padre! ¿no sabéis lo dañoso que es correr con el calor que hace? Si después de agitarnos se retira el sudor, puede causar la muerte.

—¡Ah! ¡ah! dijo el rey, muy prudente te has hecho. Caminaremos, pues, al paso.

Grandes fiestas se verificaron en la corte para celebrar el regreso y la sabiduría del príncipe. Solo Neboussan devoraba su humillación en un parage retirado de palacio, donde nadie se acordaba de irle á visitar. Los sabios se reunieron para convenir en los títulos que se hablan de a d judicar al príncipe, y que fuesen dignos de su ciencia. Se cree que en esta memorable sesión sé inventaron los títulos de bachiller, de licenciado y de doctor, gracias á los cuales, si no hay ciencia, por lo menos se supone.

Abdim habia solicitado los dones de su tia, para eximirse del estudio, y lo que vino á suceder es que tuvo mas sujeción que antes, pues el reino entero queria disfrutar de aquellas maravillas, proporcionando cada cual sus exigencias al talento que manifestaba el príncipe; pero á él muy poca gracia le hacían todas estas pretensiones. Ya habia conocido que era estraño á cuanto en él pasaba; cogia un papel y un pincel y sin meditar siquiera, escribía de corrido cuanto deseaba, y á veces se encontraba con toda la palabra escrita sin mas que haber trazado la primera letra: los versos ya forjados y limados se sucedían unos á otros y tras de un poema otro poema. Abdim se levantaba m u chas veces como asustado de aquella fecundidad estraordinaria, pero al leer sus poesías se quedaba

Page 90: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 90 —

muy triste, conociendo cuan pocas cosas eran producto de su ingenio.

í landó traer lienzo y colores y los artistas de la corte, sabiendo que no entendía el dibujo, se presentaron á darle lección, pero él sonriéndose, tomó el pincel y la paleta, trazó y dí6 colorido á las figuras con admirable armonía y sorprendentes efectos de luz. Era aquella una obra maestra que hubo que esponer á vista del público, que la recibió con gritos de admiración. Solo el príncipe no era feliz. ¿Aquel cuadro , era él verdaderamente quien le había pintado? ¿No habia él sentido su mano como impe ida por un poder invisible?

—^Emprenderé, dijo, una tarea mas penosa, y cogiendo el martillo y los cinceles se puso á des bastar un gran trozo de mármol. Apenas dio el primer golpe, cuando pedazos enormes empezaron á desprenderse de la piedra, que iba tomando formas regulares. Siguió con el mayor ardor dando golpes á la casualidad y una íigura humana iba apareciendo como por encanto, Al fin la estatua entera de Brahma se manifestó con sus mas bellas proporciones, completa y pulimentada.

Todo el pueblo aplaudió y se prosternó ante la estatua; pero .\bdim lanzando un gemido, fué á esconderse en lo mas recóndito de su palacio. Allí permaneció sin hacer nada, pues solo conabr i run libro, ya le entendía desde la primera página hasta la última. El rey su padre fué el que vino á sacarle de aquella soledad, para que compusiese un discurso de contestación á los embajadores del rey de Persia, que habian de llegar al dia siguiente.

Page 91: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 91 —

Llegó la hora en que los sabios, después de haber hecho sus abluciones, comen su arroz ó mascan gravemente el betel (hojas de una planta del pais y Mirgang salió de su palacio, montado en un e efante blanco con mantdia de seda y oro. Veinte pages agitan sobre su cabeza abanicos dé plumas, puestos en la estremidadde largos bastones dorados. Las cimitarras brillan, las líechas resuenan en las aljabas de losginetes, mil penachos de diamantes brillan á los rayos del sol; pero nada es tan bello como Abdim tendido en su palanquín de cortinas de color de rr sa. P&ra arengar á los embajadores, se bajóde el y montó en un soberbio caballo árabe.

¡Qué hermosas frases salieron de los labios de Abdim! ¡Qué de metáforas floridas, de esclamacio-n e s y de antítesis! Los embajadores, confusos, no sabian de donde provenia tanta elocuencia; pero el mismo Abdim tampoco lo sabia. Hablaba y mas hablaba, pero cómo si se viese precisado á hablar, viniéndole las palabras á la boca antes que las ideas á la mente. Notó de improviso que su padre fruncía las cejas, y meditando si habría dicno alguna cosa desagradable, se acordó de que habia dicho muchas veces nuestro pueblo, nuestros s u b ditos. Se le representó al instante la desconfianza

aue tienen los reyes de sus herederos. Así el hijo e un monarca anciano debe por delicadeza disi

mular una parte de su energía y sus cualidades, para no inquietar ni entristecer al que siente que su corona se le escapa.

Hubo un banquete espléndido en el que Ab-

Page 92: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 92 -

dim olvidaba su tristeza, cuando creyó sorprender una mirada sombría que le dirigía el gefe de los embajadores persas. Su malhadada ciencia le re cordó al instante las muchas conspiraciones t ramadas contra los príncipes herederos en su mismo palacio, y por enemigos ocultos, con el carácter y disfraz de embajadores. Por desgracia aquel mismo estrangero, creyendo obsequiar á Abdin le presentó un sorbete; pero el joven figurándose que estaba envenenado, echó á rodar de un empellón el plato de oro y el esclavo negro que se le presentaba. ¡Juzgúese la indignación de los embajadores! Se levantaron arrojando sus p i pas de ámbar, rasgando sus pellizas de honor y jurando guerra eterna al rey Mírgang.

Abdim, desesperado, salió maldiciendo su fatal conocimiento de todas las cosas, cruzó el palacio fuera de sí y gritando:

—i Desdichado de mí! ¿como podré yo evadirme de esta ciencia precoz? Sé mucho para mi edad y » 0 he adquirido á fuerza de trabajo una sabiduría que pueda utilizar mas adelante. ¡Dala! ¡Dala! mi querida tia, venid á recobrar vuestro funesto beneficio.

Presen lósele su tía al llegar al jardin y le dijo: —¿Conque ya te fatigan los frutos de tu c i e n

cia? Tú aspirabas á saberlo todo, y no hacías caso de mí cuando le recomendaba que estudiases con calma y con método. Yo te curo de tu sabiduría anticipada, y te restituyo á los dulces goces de la primera edad. Vuelve á ser el afortunado niño d e otras veces.

Page 93: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 93 —

Esto dicho, describió con la mano un círculo sobre la cabeza de Abdim, que se quedó dormido profundamente.

Al otro dia de mañanita llamaba à la puerta del viejo Neboussan y abrazándole, le decia:

—¿Dónde están mis libros? Vamos á dar lección.

—¡Cómo es eso! ¿Pues no tenéis la ciencia infusa?

—Nada tengo; pero soy capaz de tenerlo todo con ayuda vuestra. . . ¿no Cs así? y me tendré por muy dichoso en estudiar y trabajar, porque solo lo que con trabajo se aprende, cs útil y grato en lo sucesivo.

—Tenéis razón, dijo Neboussan muy alegre, vamos, pues, á continuar el estadio.

Quedáronse los niños, después de haber escuchado esta narración, suspensos un breve rato, como meditando el sentido de ella.

Yo. Ahora que habéis oido esta historia, ¿queréis vosotros tener la ciencia infusa como el pr íncipe Abdim?

ELLOS. NO señor.—Do ningún modo. Yo. ¿Luego reconocéis que es mejor y mas

útil el estudio?.. . Perfectamente: en ese caso na da tengo que deciros acerca de la moralidad de la fábula.

La aplicación y la constancia todo lo vencen y tarde ó temprano, producen las mas gratas satisfacciones. ¡Animo, pues, al estudio, que un vasto y fértil ca mpo nos espera !

Page 94: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 9 4 • -

Hemos espuesto , según estaba prometido, nuestro plan con todos susdetalles, y manifestando el interés y celo que nos animan en favor de la educación. Dispuestos á trabajar por ella con e n tusiasmo y á hacer quesea una verdad lo ofrecido en este programa, contamos para una empresa tan superior á nuestras fuerzas, con el auxilio d e los padres de familia, los profesores, Ios|amigos de los niños y todas las personas ilustradas, capaces de elevar nuestro p a n á su mayor perfección. Aprovecharemos gustosos y en beneñcio del p ú blico, todas las indicaciones que se nos hagan; t o da opinion motivada y observación sólida que tiendan á mejorar nuestros trabajos. Antes que hacer un vano alarde de erudición, es mas glorioso y también mas útil para nosotros, reunir en un centro común los trabajos parciales, aislados,

Escucharon los niüos con tanta atención como placer esta historia interesante, con la que se t e r minó la reunion, quedando muy satisfechos, asi de las noticias que anticipadamente habian sabido, comode los goces intelectuales que les esperaban, cuando aquellas revelaciones llegaran á realizarse. Animados por una emulación honrosa, obedientes á el mandato de sus padres y dóciles á la voz de sus maestros, es positivo que se harán acreedores á mayores atenciones y recompensas, por muchas que sean las preparada s e n su obsequio.

Page 95: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 9й —

У рог lo mismo ineficaces, de muchos hombres beneméritos, y hacer un llamamiento general á todas las personas que consagran su inteligencia á Ja primera de las ciencias, á la que trata de la perfección física, moral é intelectual del género humano.

DICHOS. HECHOS Y AVENTURAS DE L O S NIÑOS-

Los NIÑOS y I.A.S NIÑERAS. No haccmucho tiem

po que estuvo espuesta á ser atropellada por un coche en la plazuela de Oriente una criatura que apenas sabia andar , debiendo el haberse librado de aquel peligro á la agilidad con que el cochero detuvo los caballos, pues la niñera, á quien iba confiada, estaba á la sazón distante de alU, h a

blando muy distraída con un joven. Algunas p e r

sonas que lo hablan presenciado preguntaron á la espresada sirvienta quiénes eran sus a m o s á fin de darles el aviso oportuno; pero ella, ni quiso decirlo ni dar las senas de su casa, ausentándose inmediatamente.

—Un doctor muy ocupado en su gabinete, vio entrar una nina que le pedia lumbre. El doctor viendo que no tenia nada en que llevarla, fué á buscar una vasija para dársela, cuando vio á la niña acercarse á la chimenea, tomar en la mano un poco de (leniza fria, y colocar encima algunos carbones que se llevó, dándole gracias por su

Page 96: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 96 —

complacencia: el doctor sorprendido, tiró el libro, al suelo, diciendo:—Con toda mi ciencia no h u biera encontrado jamás un espediente tal.

Los siÑos Y LA ASFIXIA. El periódico The Lancet refiere el caso de una familia compuesta del matrimonio y cuatro hijos, que dormían en uno sola cama en un cuarto pequeño y sin ventilación, habiendo por esta causa perecido en una noche dos criaturas de ocho meses launa y tres años la otra y esperimentado los demás un principio de asfixia, que con dificultad pudo dominarse esponiendo á dos al aire libre. Dicho periódico añade que hay en Inglaterra muchísimas familias que se asfixian, si no tan rápidamente, á lo menos de una manera lenta, contrayendo afecciones croe nicas de los órganos respiratorios, por encerrars -en viviendas estrechas y mal ventiladas.

ABANDONO CULPABLE. Todavía no hace mucho tiempo que en cierta mañana habia á la entrada de la calle del Príncipe una multitud de gente alzando la vista al balcón de un piso tercero, desde donde un niño, que tenia metida la cabeza entre dos hierros, escítaba con sus gritos la compasión d é l a s gentes. Ségun nuestros informes, el niño, se habia quedado en casa con otros de m e nor edad. Pasaron dos hombres por los balcones dé las casas inmediatas, y después de haber ensayado Varios medios, consiguieron separar uno de los hierros y sacar la cabeza del pobre niño, que estaba poco menos que accidentado.

Page 97: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 97 —

E t PROTEGIDO DE LA REINA. He aquí como su magestad suele justificar ese título de madre que le han dado los españoles.

Parece que al salir S. M. á paseo, se presentó delante de su carruage un niño de diez años, gritando en alta voz, Señora^ señora... Aloir leS. M. mandó parar el coche y le preguntó que queria. «Que V. M. pase por la vista este memorial y se digne socorrerme,» repuso el niño. La reina alargó entonces 1» mano, tomó la solicitud y le dijo: «¿Quién eres?—Soy, señora, un pobre huérfano sin padre ni madre ni amparo ninguno en la tierra.» Conmovida S. M. por el acento lastimero de aquella tierna criatura, mandó que al dia siguiente se presentara en palacio. Efectivamente, un dia á la hora prefijada, fué introducido el niño en la cámara real, donde se hallaban la reina y su augusto esposo, los cuales le oyeron con agrado tocar el piano y le vieron bailar con la mayor desenvoltura una polka y un rigodón. SS. MM. quedaron tan satisfechas del pobre niño, que des pués de enterarse de sus circunstancias, le dijeron: «Desde boy ya tienes padres, pero es necesario que te apliques y seas hombre de bien.» En seguida mandaron que ingresara en el colegio d e Escolapios tan luego como se le hiciera el uniforme, y que hasta tanto comiera y durmiera en palacio.

El niño es hijo de don Felipe Reguera, c a pitán de ejército, muerto á consecuencia de las ocurrencias de Galicia en 1846.

Page 98: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 98 —

Los SAPOS VENENOSOS. Generalmente es indicio de perversidad de carácter, )a inclinación que tienen los chicos á mortificar y esterminar á los animales. Esta costumbre debe reprimirse, y no valga decir que hay animales dañinos y perjudiciales y que es preciso acabar con ellos; porque aun este esterminio tiene inconvenientes como el que se espresa á continuación.

Un niño de seis años se entretenía con otros muchachos de su edad en apedrear á un sapo grande, cuando de repente sintió saltar ai ojo una cosa. Inmediatamente después fué acometido de un dolor espasmódico en el mismo ojo que úni camente aparecía algo inyectado de sangre. Como á las dos horas tuvo comezón, bostezos continuos, imposibilidad de mantener abiertos los párpados y saltos de tendones. Se llevaba á la boca los ob jetos para morderlos con frecuencia, siendo las orinas abundantes y de color natural; las cámaras eran escasas, tenia pandiculaciones, aversión á la bebida y se llevaba las manos á los órganos genitales. Levantado, presentaba una fisonomía profundamente alterada, la cabeza y los brazos en una continua agitación. Tan pronto gritaba como se quejaba, cayendo en seguida en Ja cama. Este estado duró dos dias, al cabo de los cuales se obtuvieron algunas cámaras, en las que se encontraron algunas lombrices.

Al sesto dia de la enfermedad, se le notaba cierta apatía y una especie de estupidez; el puLso regular. Al cabo de algún tiempo de calma, se salió de la cama y echó á correr como un loco por la

Page 99: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 0 0 —

casa, dando ahullidos continuos, con los ojos inyectados de sangre, la lengua seca, el pulso irregular, y el calor del cuerpo no febril. A los diez dias no quedaba mas que cierto estupor é imposibilidad de hablar, cuyo estado aun persiste desde hace mucho tiempo.

NIÑOS AEREONAUTAS. Nunca be podido mirar esos globitos henchidos de gas que se venden en los paseos para recreo de los niños, sin recordar este tan singular como terrible suceso que no hace mucho tiempo leí en un periódico.

E n América ha ocurrido últimamente un suceso cuyo relato inspira bastante interés. Un hombre llamado Wilson, subió en un globo, y á las pocas horas descendió á diez y ocho millas, junto á la casa de un tal Harvey. Q u e i iendo este en t re te ner á sus hijos, q u e e r a n u n n iñodecua t ro aRosy una nina de ocho, los metió dentro de la barquita é hizo subir el globo varias veces, todo lo que permitía una cuerda con que le sujetaba. En una de las ascensiones el globo dio un fuerte bote y la cuerda se le e f capó á Harvey, cuya desesperación n o tuvo límites al ver desaparecer en el espaciólas prendas de s u corazón. Las gentes de todas las aldeas vecinas corrieron e n todas direcciones para seguir la marcha del globo; pero este se per dió completamente de vista. Al amanecer del dia siguiente u n labrador de las inmediacioues de Nue-va-Cartago, descubrió el globo suspendido e n el a i re , y sujeto á u n árbol e n cuyas ramas s e habia enredado la cuerda que pendía de él. El labrador

Page 100: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 100 —

avisó á sus convecinos, y al dirigirse todos allá, encontraron alniBo dormidito en la barquilla, y á su hermanita cuidando de él. Cuenta la niña que durante la noche el globo habia tomado diferentes direcciones, y no habia parado hasta pocos momentos antes de ser visto por el labrador; que al ver ella que el globo subia mucho, gritó á su padre para que los bajara porque les daba miedo; que pasando por encima de una ciudad donde habia mucha gente, llamaron muy fuerte y nadie Jes oyó; que su hermanito lloraba porque tenia frió y miedo, y ella le tapó con el de antal y le cantó el duerme niño mió, hasta que se quedó dormido; aue agarrándose á una de las cuerdas que pea -aian del globo, notó que este bajaba; y que cuando su hermanito se quedó bien dormido, ella tiró muy fuerte de aquella cuerda, y el globo fué bajando hasta el árbol. Los niños habian vagado en el espacio mas de trece horas. La ciudad que dicen haber visto era Centraba , cuyos habitantes vieron en efecto atravesar un globo, bien distantes desospechar que llevaba en su barquilla inocentes aeroenautas, y como es de suponer, la cuerda á que se había asido la niña era la de la válvula.

E L AROMA DB LAS FLORES. Una niña de seis años, hija de un cerrajero, murió últimamente después de haber arrojado por las narices, pocos dias antes de espirar, una enorme oruga. Se presume que oliendo un ramo de rosas habria aspirado algunos huevecillos de aquel insecto, Segua la opinion de los médicos, es probable queex is -

Page 101: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 101 —

tiesen otras orugas en el cerebro d é l a niña, cuya agonía fué larga y dolorosa. La oruga arrojada se ha sometido al examen de la facultaa de medicina de Montpelier, que si confirma las apreciaciones de los médicos que asistieron á la niña, el funesto accidente que indicamos demostrará lo peligroso que es aspirar el aroma de las flores.

E L GEOGRAFO. Un niño que se instruía en un acreditado colegio, fué proclamado en los exámenes del establecimiento como acreedor al premio de geografía.

¡Orgullo del padre , contento de la familia, , (<(̂ envidiado los vecinos! Se verifica una reunion / ' para celebrar tan fausto acontecimiento. En los postres se le antojó decir á uno: ' ;

—He leido en un periódico que se temia una ^ erupción del Vesubio. '

—¿Una erupción del Vesubio? esclamó con aire importante el alumno premiado; ¡diantre! ¿Y no se dice en qué pais?

Los convidados se miran. ¡Estupefacción y risas en las sillas! ¡vergüenza del hijo! ¡cólera sorda del padre! ¡chasco general! El padre exasperado, esclama:

—¡Esto es horrible! ¡engañar asi á los padres! entablaré un pleito contra el director; me ha ro bado el dinero que le h'» pagado.

•—Lo ha robado sin duda, esclamó uno de los presentes; pero en compensación, tu hijo le ha robado el premio de geografía. ¡Vayase lo uno por lo otro!

Page 102: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 102 —

mesa á sus mas allegados, cierto dia en que su primogénito, niflo de seis afSos, salía del colegio por ser domingo. No revelaba el chico grandes dotes para poseer en ningún tiempo todo l o d e Salomon, aun cuando á su padre se le caia la baba, presagiándole que habia de ser otro Séneca. AI terminarse la comida, le pareció oportuno hacer público alarde de las felices disposiciones del muchacho: hízole poner en pie, preguntándole entre serio y jocoso:—iQuién hizo el cielo y la tierral Por toda contestación cruzó el chico los brazos é inclinó la cabeza sobre el pecho. «¿Quién hizo el cielo y la tierra?» volvió à preguntar el padre con inquietud y con vehementes síntomas de en fado; su tierno vastago se estremeció de susto: solo sus labios permanecieron inmóviles, (f ¿Quién hizo el cíelo y la tierra?» preguntó por tercera vez en ademan amenazador y furibundo. «Papá, y o n o be sido,» contestó trémulo y lloroso.

—Unos muchachos se quejaban á su padre de que no les daba de almorzar, á tiempo que entraba un amigo de la familia, quien reconvino á aquel porque no accedía á la petición de los chicos.—No les haga vd. caso hombre, le respondió el padre de estos; si tienen cada uno una asadura en el cuerpo. Entonces el forastero rifió á los muchachos por su glotonería, sin caer en la cuenta de que la asadura que tenían en el cuerpo era la que tenemos todos.

-Un honrado padre de familias convidó á la

Page 103: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

- - 103 —

A TODOS ó A NINGUNO. Un maestro de escuela formaba en corro á sus discípulos y les advertía que cada yér rese graduaba á cogotazo por barba; pero tenia presente que algunos de sus educandos eran chicos do buena familia, de personas pudientes, de responsabilidad y arraigo, y á estos aunque dijeran que, injustamente era nombre sustantivo propio, del género plural y número neutro, se guardaba muv bien de hacerles probar la percusión de sus dedos sobre el colodrillo. Un dia, formada la decuria de gramática, el dómine p r e guntaba: «¿Qué parte de la oración es chorizo?— Verbo, contestó un pipiólo, y el maestro le agració con el cogotazo de ordenanza.—Preposi ción, replicó un predilecto, y quedó ileso á p e sar de la barbaridad de su respuesta.—Conjunción, repuso otro nino mimado, y tampoco recibió el castigo de ordenanza.—Nombre epiceno, respondió un alumno gratuito.» El dómine alzó la mano furioso, en ademan de abatir c o n e i p s o de un tremendo bofetón al discípulo improductivo; pero el nino dio un salto atrás, e scamando con energía. —«Señor don Bruno, á todos ó á ninguno.»

Page 104: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

P Á G S ,

Dedicatoria. 8 Introducción 7 La educación y la instrucción 10 Géneros de educación 11 Instrucción primaria 21 Instrucción secundaria 22 Instrucción sujierior 25 Métodos de enseñanza 27 Las edades de la vida 31 La infancia 32 La adolescencia 35 La juventud 37 La virilidad 4Q La ancianidad 42 Otras épocas de la vida 45 Fases de la vida id. La vida humana 47 Cosas que alargan la vida id. Cosas que acortan la vida 48 Programa 51 Sixto V (historia) 67 La utilidad del estudio 81 Conclusión 94 Dichos, hechos y aventuras de los niños 95

Page 105: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

O B R A S

DE D3N FRANCISCO FERNANDEZ V I I I A B R I L I E ,

PRIMER PROFESOR E S LAS CLASES DE SORDO-MUDOS Y P E CIEGOS

DEL COLEGIO DE MADRID.

E n e l e l o p c d l a M o d e r n a . Aduniits de varios artículos traducidos, son en ella originales, todos los pertenecientes á instrucción ])ública y cstablecimienlos de ense-flanza.

O r i B r n . p r a v r e a o a 7 r i a s i f l c a c l o n d e l o s r o n o e l -•n l en«oa h n n i B u o a . Introducción i la Enciclopedia Moderna.—Madrid 1851. Un folleto de 32 páginas.

HISTORIA NATURAL.

Kl v n l T e r s o ó l a a o b r a a d e » l o a . Dos tomos reunidos en un grueso volumen en folio, siendo el segundo esclusivamente destinado al hombre, y adornada toda la obra con mas de dos mil grabados.

H I a t o r l a f í a l e a , p o l í t i c a y n a t u r a l d e l a l a i * d e C o b a . En esta grande obra del señor don Ramon de la Sagra, es del señor Villabrille la traducción al castellano de muchos tratados de la botánica de Richard y de Montagne y de los moluscos y todas las foraminíferas de AJ-eides de Orbigni.

Page 106: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 2 —

EDUCACIÓN EN GENERAL.

l i M e d a d e s d e l a v i d a . Programa de una Biblioteca general de educación, distribuida según las edades de la vida.

I , a I n f a n c i a ; destinada ¡l describir la primera edad de la vidi del hombre. Primer tomo de la Biblioteca general de educación; primera edición, 1847. Un tomo en 8.»

edición, aumentada, 18G2.

I ,a E n c n e l a d e p á r v u l o s ; con grabados, un tomo en 8." Primera, edición, Wn.—Segunda edición, 18(52.

I . O S J u e g o s d e l a p r i m e r a e d a d . Un tomo en 8." con grabados y el 3." de la Biblioteca general de educación. Primera edición, 18i7. Segunda id. aumentada, 18(12.

• . a I n f a n c i a d e l o s h o m b r e s c é l e b r e s , con grabados: un tomo en 8.», y el 'i.» de la Biblioteca general do cduc.icion. Primera edición, 184". Segunda id. aumentada, 18Ü2.

* l c l o y v i r t n d ó l o s c o n t r a s t e s . Un tomo en 8.»^ y el 5." de la Biblioteca general de educación. Primera edición, 1847. Segunda id. aumentada, 1862.

A b e c e d a r i o d e l a I n f a n c i a , con letras de adorno y una lumina del alfabeto manual de sordo-rnudos, en 8.».

D i a r l o d e In I n f a n c i a . Ejercicios religiosos y ocupaciones de los niños: 16 marquilla con muchos grabados. Primera edición, I8i7. Segunda id., corregida y aumentada, 1862.

• e m a n a r l o d e l a I n f a n e l a ; Siete diaS de lectura para los nnios. Un tomo en 8.» con 22 grabados.

L o s n i ñ o s d e l a B i b l i a . Serie de artículos publicado» en el A/useu de los Aiños, estimulando con los ejemplos de la Biblia á la práctica de la virtud.

Page 107: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

L a l u v e n t u d d e IOA h o m b r e a e é l e b r e s . Strie de biognifias anecdóticas, luiblicadas en ci Museo de los Mños.

l a n i f t cz . Primer tomo de la segunda sèrie de la Biblioteca general de educación (en prensa). A este seguirán inmediatamente la /escuela, lo- Juegos y los demás anun-•ciados en el programa y prospectos.

« n l v e r a l d a d c a — i n a t r u r e l o n p ú b l i c a . Tratitdo Ui de la Instrucción para el pueblo.

G i m n & a t i e a t tratado 6.3 de la Instrucción para el pueblo.

O c a e u b r i m l e n t o a é I n v c n c i o n e a . Tratado 91 de la Instrucción para el pueblo.

K l e e e l o n d e o f l c lo ó p r o f e a l o n . Tratado 9!) de la instrucción para el pueblo.

l o a e a t a d o a d e l a v i d a . Serie de artículos para to-' las las condiciones y clases sociales (en prensa).

• l a f a m i l i a , su origen, organización é individuos que

la componen. Un tomo en 8.» de esmerada impresión, adornado con litografías.

l o a e l e n p r o v e r b i o * , ó la sabiduría de las naciones, obra iuiitada del francés adornada con diez caricaturas, copia de Cavami, tiradas aliarle del testo.

ENSEÑANZA DE SOKDO-MUDOS Y DE CIEGOS.

C a r a o e l e m e n t a l d e I n a t r o c e l o n d e a o r d o - m a -(parle prúclica). Esta obra, la piimcia publicutla en

EspaiSa sobre lodos los medios de couiuniciciun que se emplean en la enseñanza, y enriquecida con grab.idos, cuadros sinópticos, etc. forma un elegante tomo en 8." prolongado de esmerada imiiresion.

i n a t r a e e l o n p o p u l a r . Para uso de los nutcstros y ami-

Page 108: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— i —

gos (le los sordo-mudos, con el resumen de las lecciones normales que de enseñanza de los mismos se dan en e! colegio de Madrid. Obrita impresa con esmero, y á la que acom()ana el cuadro sin(iplico de la enseñanza, con las posturas del abecedario manual.

B l e e l o n a r l o a a a a l de mímica y dactilología. Un tomo en 8.« con grabados que representan las posturas de la dactilología.

A b e c e d a r i o d e l o s s o r d o - m a d o s , con las primeras nociones elementales para los mismos. En 8.» con muchos grabados.—1861.—Hoja suelta de abecedario manual y cuadro sintíjitico de la enseñanza.

P r a s e s p a r a s o r d o - m a d o s . Un cuaderno en 4.° con algunos grabados.

I . e e t u r a s p a r a s o r d o - m a d o s . Un cuadernito eja S.» con grabados.

A l b u m d e l o s s o r d o m u d o s . Doce litografías con testo de esplicacion formando un cuaderno en 4.

A l b u m d e 1« e n s e a a n a a d e s o r d o - m u d o s . Colección de cincuenta litografías, ejecutadas por los alumnos del colegio de sordo-mudos de Madrid, con aplicación á la enseñanza de los mismos y con testo de esplicacion, en mío, 1862.

T o e a b n l s r l o d e l o s s o r d o - m u d o s , dedicado á los del colegio de Madrid. Un tomo en 8.».

F o r m u l a r l o d e l o s s o r d o - m u d o s . Ejercicios gramaticales, para los alumnos del colegio de Madrid, 1854, en 8.» prolongado y con algunos grabados.

D e v o c i o n a r i o d e l o s s o r d o - m u d o s . Obra aprobada por la autoridad eclesiástica. Un tomo en i2." con grabados.

D i a r l o d e l o s s o r d o - m a d o s , que contiene toda la

Page 109: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

parte religiosa necesaria á los mismos. Un tomo en 8.» con grabados.

C a l e n d a r l o d e lo« « o r d o - m u d o * . Un cuaderno en 8." con una lámina y un mapa emblemático.

M a n u a l d e e l a s e a para uso de los sordo-mudos del colegio de Madrid. Un tomo en 8." con láminas, 1860.

C u r s o e l e m e n t a l d e I n s t r u c c i ó n d e c lc fcos , ([)arte f)ráctica) Esta obra, la [irimera publicada en España sobre este ramo e.siiecial de educación, va adornada con láminas y forma un lomo en 8." prolongado de esmerada impresión.

A b e c e d a r i o g e n e r a l d e los>cle«oM, Cn forma apaisada, y con las corresimdienles hojas en relieve, que representan los diversos caracteres que se emiilean en la enseñanza.

• I l a b a r l o u s u a l y c o n v e n c i o n a l d e l o a c l e c o s . Obra 'mpresacon los caracteres convencionales de puntos de relieve.

l i b r o p r i m e r o d e l o s e i e i r o s , obra impresa en relieve para la lectura de los ciegos. Un tomo en 4.»

l i b r o aesnndo d e l o s e l e s o s , obra cn relieve COmo la anterior, y ambas las primeras impresas en España, con toda la variedad de caracteres y de signos que exige la ortografía.

l i b r o t e r c e r o d e l o s c l e g o a . Impreso cn relieve como los dos primeros. Un tomo en 4.» rústica, i860.

• n a u B u r a c l o n d e l a e a c u e l a a u p e r l o r n o r m a l , para inslrucciun de los aspirantes al pi ofesoraúo en la enseñanza especial de sordo-mudos y de ciegos y discurso leido en dicho acto solemne. Un cuaderno en folio.

E l c o l e g i o d o a o r d o - m n d o a y d e c l e g o a d e M a d r i d . Su origen, organización y estado actual. Un cuaderno en 8.«

Page 110: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

prolongado.—Primeia edición, 1856. Segunda edición muy aumentada y con láminas, 1861.

fiiordemudea y c o l e x i o d e loa m l a m o a . Artículos correspondientes en el Diccionario de edu(;acion y métodos de enseñanza de don M. Carderera.

A e a d e m i a d e p r o t e a o r e a d e l c o l e g i o d e a o r d o

m a d o a d e M a d r i d . Kesumen de las actas (ic dicha corporación, desde su origen hasta el dia.

P r o g r a i n a a g r n e r a l e a , y distribución por años de la ensenanzíi de sordonmdos y de ciegos. Cuadernos sueltos en 8.» prolongado.

• .oa p r o g r a m o a , colección de programas de los exámenes generales en los últimos doce años, y que marcan el eslado y los progresos de la enseñanza de los sordomudos y de los ciegos en el colegio de Madrid.

i n r o r i u r e t se han impreso varios sobre diferentes puntos de la enseñanza, ya [lor orden del Gobierno, ya do la Academia de profesores.

E s t a d o a e t n a l y o r g a n l s a c l o n d e l a e n a e k a p s a d e s o r d o m o d o s y d e c i e g o s . Memoria dirigida al Excmo. Sr. Ministro de Fomento, aprobada y mandada imprimir de real drden.

B I b l l o g r a r i a d e l a e n s e f t a n a a d e l o s s o r d o m n

d o s y d e l o s c i e g o s . Catálogo de todos los escritores españoles que se han ocupado de esta enseñanza esi)ec¡al.

H e v l a t a d e l a e n s e f t a n a a d e l o s m a d o s y d e loa e l e g o s . Publicada en unión con don J. M. Ballesteros y destinada á popularizar esta enseñanza especial. Un tomo de 24 pliegos de impresión en 8.» prolongado, con mapas, abecedarios, hojas en relieve, etc.

• I l a e r T a d e l a J n v e n t a d e s p a f i o l a , publicada en unión del señor don J. M. Ballesteros: obra recomendada por real tírden á los establecimientos de enseñanza. La со

Page 111: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

lección completa consta de 6 lomos en 8.» regular, con 24 laminasen cobre y varios mapas.

HISTORIA.

( i l o r l u e d e E a p a ñ a . Hazañas, conquistas, triunfos y empresas caballerescas de los españoles en todas las partes del mundo. Esta serie de cuadros históricos se viene publicando en el Museo de ¡as familias desde su fundación, y estí destinada Á presentar bajo una forma interesante y drama tica, pero sin fallar á la verdad en el fondo de los sucesos, lodo cuanto glorioso y memorable ¡ircsenta nuestra historia,

B I f i t a r l a d e l d e H c a b r I m I c n t o т l a c o n q u i e t a d e A m é r i c a , por С;ш1(,е, traducida y aumentada con una introducción y un apéndice q\ic marca la division y estado actual de América; edición de todo lujo, cn i." con 125 grabados en el testo y 10 lirados aj)arte.

D i c c i o n a r i o n n l v e r a a l d e h i s t o r i a y s e o g r a f l a . En esta grande obra, única de su especie en nuestro pais, y que consta de 8 tomos en 4.°, son debidos al seftor Villabrille lo-<<os los artículos de la historia general de Espafia, de Madrid, ciudades princi|ialcs y todos los jiueblos que ofrecen interés histórico: las batallas, acciones de guerra, derrolas, sitios, espediciones, tírdenes militares y religiosas.

E s t a d o a c t u a l d e l m u n d o p o l í t i c o . Apéndice al Dic

cionario universal, cn el que so describe la situación actual (KSíiO) del mundo áconsecuencia de la gran conmoción europea de 1848.

A r e h i c o r r a d l a s s c r a m e n t a l d e l l a n t a M a r i a 1« I l e a l d e l a A l m u d e n a y d e l h o s p i t a l g e n e r a l . Noticia histórica del origen y progresos de dicha corporación, que Aia impresa al frente do los estatutos de la misma.

INDUSTRIA.

M a r a v i l l a s d e l a r t e y d e l a I n d u s t r i a h u m a n a . Serie de artículos, con sus grabados correspondientes, publicados en el periódico el Universo Pintoresco.

Page 112: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

M e m o r i a яоЬге l a i n d a n t r l n t I p o g r á O e a , premiada por la Sociedad economica matritense en el concurso de 1Я16, y mandada imprimir por acuerdo de la coriioracion.

TIEMPO.

Kl Ilirro d e l t i e m p o , Un cuaderno en folio con grabados. Es una especie de introducción general á todos los calendarios.

1.a p r i m a v e r a , bellezas de la estación, sus placeres, atractivos é instrucciones que nos ofrece; un tomo en 8.» menor de 200 páginas.

E l e n t i o . Otro tomo de 208 páginas como el de la primavera, dedicado á la descripción del estio y de los abundantes dones que nos ofrece.

Kl oto f lo , placeres y utilidades de esta grata estación. Un tomo de 210 páginas, de la misma edición de los anteriores.

E l I n v i e r n o . Ultimo tomo de los consagrados á la descripción de las cuatro estaciones é igual á los tres anteriores.

E l а й о e e l e e l á n t l c o . Fiestas religiosas, ceremonias, procesiones, etc. de la Iglesia durante el ano. Un tomo grueso en 8.»

A l m a n a q u e p a r a ( o d o o , con calendario perpetuo, re

vista de actualidad, y otras noticias curiosas con muchos grabados intercalados en el testo.

A n s a r l o p o p o l a r , profético у pintoresco. Un tomo en 8.» regular con varios grabados.

Page 113: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

^ BIBLIOTECA GENERAL

D E E D U C A C I Ó N .

T O M O I I .

L A I N F A N C I A .

POR

D . F . F E B M A M I f f i Z V I L L A B R I L L E .

SECCNDA EDiaOM, AUMEUTÁDA.

MADRID: 1861.

ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE MELLADO, calle de S ia . Teresa, nim. 8 .

Page 114: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2
Page 115: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

BlBLlüTElli ШШШ m йШАйШ.

Page 116: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2
Page 117: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

BIBLIOTECA GENERAL

D E E D U C A C I Ó N PRIMERA SERIE.

TOMO I I .

L A I N F A N C I A

D. F. FERNANDEZ VILLABRILLE.

M A D R I D : 18 (11 .

KSTAÜI.UCIMIE.NTO Tll'OGUAFlCO M. Mlil.l.ADO,

cali»! de SUI. Tcresii, ni'iin. 8.

Page 118: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2
Page 119: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LA INFANCIA.

Según nuestro principio de clasificación fundado cn las edades de la vida, principio suficientemente esplicado en el Programa de nuestros trabajos, y al cual hemos de arreglar todos los concernientes á la Biblioteca general de educación, ha llegado el momento de empezarlos, tratando de la infancia.

LA. INFANCIA, esta preciosa y risueíia edad de la vida, comprende en su primer período, desde que la criatura sale al mundo del seno materno, hasta los seis aíios de su existencia. A este primer p e ríodo de la infancia y de la vida del hombre , se refiere este primer tomo de la Biblioteca, en lo que no hacemos mas que ser fieles á lo prometido, dando un tomo, cabeza de serie, en el que se incluya cuanto contribuye à caracterizar de un modo general la edad que á dicha serie da título.

Dando por supuesto y conocido el artículo del programa en que tratábamos de la infancia en general , rimsideraremos en este tomo á los nifSos,

Page 120: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

flesde el p r i m e r m o m e n t o d e su ex i s t enc ia , s igu iéndolos d e s d e el s e n o d e la m a d r e e n t odas las é p o cas d e su c r ec imien to y p r o g r e s o físico é in te lect u a l .

íja p a r t e fisiológica é h ig iénica d e esta e d a d , las g r a c i a s , v i r t u d e s , i nc l inac iones y c a r a c t e r e s d e los n i ñ o s , la s i tuac jon y e s t a d o en q u e p u e d e n e n c o n t r a r s e , y los d e b e r e s d e las p e r s o n a s q u e d e ellos se o c u p a n , son ma te r i a s q u e h e m o s t r a t a d o , si no s e g ú n su i m p o r t a n c i a , á lo m e n o s (y a t e n d i -fla la os tensión fijada á los tomos) s e g ú n l o q u e h a b l a m o s p r o m e t i d o , d e j a n d o el c a m p o p r e p a r a do p a r a el c o m p l e m e n t o q u e es ta e d a d ha d e r e c ib i r en los tomos suces ivos . Todos ellos no son m a s q u e p a r t e s d e u n t o d o , d e u n plan i m p o r t an t e V c o n c i e n z u d a m e n t e t r a z a d o .

R l A M O R M V T E R X A l .

El d u l c e s e n t i m i e n t o del a m o r m a t e r n o , no solo c o n s t i t u y e las del ic ias y embe l l ece la ex i s tencia d e la m u g e r q u e p u e d e h o n r a r s e con el t í tulo d e m a d r e , s ino q u e e s al m i s m o t i e m p o el m a s eficaz p r e s e r v a t i v o d e los males q u e p u e d e n s o b r e v e n i r al hi jo. En los p r i m e r o s d i a s do la inf anc ia , cuandí j la c r i a t u r a t an débi l y de l i cada m a s e s p u e s t a se mira á p e r e c e r , solo el c a r i ño d e la m a d r e es capaz d e c o n s e r v a r l a y p r o t e g e r l a .

Todo el afecto d e una m a d r e s e c o n c e n t r a en el obje to d e su c a r i ñ o ; en a(}uel fruto d e sus e n -

Page 121: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

¡ r a ñ a s , fiarte d e su s e r , q u e tía d e coiuple tar su e x i s t e n c i a , y a u n la ha d e p e r p e t u a r con gra ta memor ia mas allá d e la t u m b a . La s a l u d , la r o -b u s f e z , el b i enes t a r d e su h i j o , h e aqu í io q u e cons t i tuye la ocupac ión c o n t i n u a d e u n a m a d r e : d e n o c h e , d e d í a , n o pasa u n a h o r a , ni u n in s t a n t e s iqu ie ra , sin q u e se o c u p e d i rec ta ó i nd i r ec -famente de l fruto d e s u s e n t r a ñ a s .

Es tan s ingu la r y tan ac t iva la prev is ión de la m a d r e en favor d e la débi l c r i a tu ra q u e acaba d e n a c e r , q u e le h a c e ha s t a a d i v i n a r s u s deseos V leer en s u s m i r a d a s la e sp res ion d e los do lo res (jue la afligen 6 d e las s ensac iones q u e le son g ra t a s . Los m e n o r e s m o v i m i e n t o s d e la c r i a t u r a . la? inflexiones m a s o m e n o s e n é r g i c a s , mas o mono;-do lo r idas d e su v o z , son o t ro s t an tos caractère.-» p a r a la m a d r e , son o t ros t a n t o s s ignos q u e solo ella sabe c o m p r e n d e r . Resu l t a d e esta c o n s t a n t e so l i c i t ud , d e esta celestial t e r n u r a , aquel la s i m pa t í a , aque l la c o m u n i d a d d e ex is tenc ia q u e hay e n t r e el hijo y la m a d r e , y aquel los m o m e n t o s inefables en q u e el afecto c o n s t a n t e y la t ie rna sol ici tud d e la u n a , son a b u n d a n t e m e n t e r e c o m p e n s a d o s con el c a n d o r y g rac ia s infanti les dei o t r o , y mas q u e t o d o , c u a n d o la c r i a tu ra ya es capaz d e p r o d i g a r s u s car ic ias y s u s i nocen te s ha lagos c o n o c i e n d o à la q u e le ha d a d o el s e r . l ina m a d r e p r o t e g i e n d o con su e n t r a ñ a b l e d e s v e lo el t i e r n o objeto d e su c a r i ñ o , es u n o d e los es pec tácu los mas i n t e r e s a n t e s q u e i iuedcn ofrecer la na tu ra leza y la s o c i e d a d .

Si es te a m o r d e la m a d r e es tan a c e n d r a d o en

Page 122: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

el orden natural de las cosas ¿qué será cuando algún peligro amague al tierno niño ó cuando la enfermedad haga en él sentir sus destructores efectos? Entonces ya no hay un momento de reposo para la madre : el menor grito la inquieta, la mas pequeña lágrima la sobresalta, acude al menor movimiento, se halla en todas par tes , y sin desanimarse por la fatiga, justifica la espresion de <jue la providencia de un hijo es su madre.

No hay pluma capaz de describir los afectos de dolor y de alegría que conmueven el pecho de una madre. ¿Quién es capaz de pintar su desvelo por el objeto de su ternura , su alarma y su angustia cuando se halla en peligro de perderle y su desesperación cuando le ha perdido ? Todos estos sentimientos se hallan enérgicamente espresados en la respuesta que dio una señora veneciana á un religioso que procuraba consolarla de la muerte de su hijo único. Viendo los estremos con que s(! abandonaba al dolor, la decia :

—Acordaos, señora , del patriarca Abraham, á quien Dios mandó hundir por su mano el cuchillo en el seno de su hijo y obedeció sin murmurar.

—Padre mio, respondió impetuosamente la s e -flora , Dios no hubiera mandado semejante sacrificio á una madre.

Page 123: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

DIARIO DE V I V A MADRE.

La Providencia ha satisfecho el deseo mas grato a m i corazón... ¡Ya soy madre ! Desde el momento en que tuve fundadas esperanzas de serlo, mi alegría fué sin igual ; pero comprendí también que mi estado exigía cuidados y precauciones en favor del ser que llevaba en mi seno, y que este ser me imponía nuevos deberes : estos los he procurado cumplir, evitando con el mayor esmero cuanto pudiera influir dañosamente en la criatura que llevaba en mis entrañas. Bien sé yo que el cuidado físico de un niño debe empezar antes de que nazca.

Ahora mis deseos ya están cumplidos; todos los padecimientos que he sufrido ya están olvidados y nada valen en comparación de la dicha inefable que esperimento al sostener en mis brazos á la hija que Dios me ha dado, á mi Antonia tan bella y tan robusta. ¡ Ah ! el estrechar una madre contra su corazón el fruto de sus entrañas, es uno de los goces mas puros que Dios concede sobre la tierra.

Me han asegurado que las facultades intelectuales se desarrollan mas pronto en las niñas que en los niños: tanto por esta razón , como por el placer que me causa el observar todos los movimientos de mi hija, he de notar cuidadosamente las sensaciones que me haga esperimentar y los

Page 124: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 10 —

progresos físicos é intelectuales que en ciia vaya notando. Estas observaciones, que nadie sé hava hecho, podrán ser útiles á otras madres.

Mi primer cuidado ha sido hacer que un facultativo inteligente recono7.ca á mi nina, para ver-si tiene algún defecto de conformación , de aquellos que tan fáciles son de corregir, cuando los miembros se encuentran tan tiernecitos y los huesos tan reblandecidos. Todos me pronostican que mi hija gozará una constitución robusta.

Entretanto, todo en ella anuncia la debilidad, y ciertamente que el contemplar una criatura recien nacida, iio da idea siquiera de la supremacía y grandeza de la especie humana.

Desnuda, sin defensa, espuesta á todas las incomodidades, y revelándolas en las quejas que exhala, parece la criatura humana, mas estúpida todavía que el último de los animales, que al menos sabe buscarse el sustento. ¿Qué seria de mi niña, si no me tuviese á su lado? ¿Qué seria de los niíios todos, si no tuviesen una madre cariñosa que los alimente á su pecho , y los envuelva en blancos pañales, enjutos y perfumados?

Mi niña ya cuenta ocho dias y abre bien los ojos; mas parece que no ve distintamente ó que los objetosesteriores no hacen impresión en ella. Todo cuanto la rodea parece que le causa sensaciones dolorosas, y solo halla abrigo y consuelo en mi pecho , donde encuentra alimento, y un calorcilo que la consuela.

Ya son quince dias los que cuenta m i hija, y iun parece que están embotados sus sentidos. Si

Page 125: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 11 —

algo p e r c i b e d e c u a n t o la r o d e a , es c o n f u s a m e n t e : todavía no s e nota en ella n i n g ú n destel lo d e i n te l igencia , y ha s t a el m a m a r lo e jecuta po r u n m o v i m i e n t o ins t in t ivo . S i e n t e , sin e m b a r g ó , las s ensac iones g r a t a s ó d e s a g r a d a b l e s del ca lor y del frió y l o s e s t ímulos del h a m b r e . A p e n a s le s a t i s face y se e n c u e n t r a l avada y envue l t a en l ienzos h o l g a d o s , l impios y ca l i en t e s , c u a n d o se d u e r m e al i n s t a n t e . Su s u e ñ o es m u y p r o l o n g a d o , y p a rece un le ta rgo ; pe ro es to no m e i n q u i e t a , p u e s d e b e s e r u n a consecuenc i a d e q u e sus sen t idos todav ía no es t án ági les , y d e q u e su in te l igencia no t i ene en q u e e j e rc i t a r se . El s u e ñ o d e b e ser p a r a los n iños tan necesa r io c o m o el .TÜmcnto , 3or c o n s i g u i e n t e , e s t a n d o c u i d a d o s c o m o cs d e -) i d o , de jar los d o r m i r c u a n t o q u i e r a n , q u e esta

e s b u e n a señal d e su s a l u d : no m e t e r bul la a l r e d e d o r d e su c u n a , y al d e s p e r t a r l o s q u e sea sin sob resa l to .

No solo h e c o n s e g u i d o a c o s t u m b r a r á mi niña a c i e r t o o r d e n d e h o r a s p a r a su s u e ñ o , s ino lo q u e es m a s t o d a v í a , q u e se a c o s t u m b r e á d o r m i r sin a c u n a r l a . S i e m p r e h e c r e í d o q u e el m o v i m i e n t o d e la c u n a e r a moles to p a r a todos y a u n per jud ic ia l pa ra la c r i a t u r a , quo confiada á m a nos i m p r u d e n t e s , sue le sufrir las osc i lac iones de u n m o v i m i e n t o b a s t a n t e e s t r e p i t o s o .

Sli Antoñ i ta ya t i ene un mes y cada dia va s i e n d o m a s i n t e r e s a n t e p a r a m í . T e n g o la d i c h a d e pode r cr iar la á mis p e c h o s y no verme p r e c i -sadn .ñ en t r egá r se l a á u n a m u g e r e s t r a ñ a , c u y a cons t i tuc ión lisie;! y c u y o c a r á c t e r me sean e n l e -

Page 126: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 12 —

ramente desconocidos. Siempre me han causado lástima las mugeres que por necesidad y aun por comodidad rompen el lazo de tierno afecto que mas fas une сон los hijos y que se desentienden de los vínculos morales, mas poderosos todavía que los físicos.

Mi nina, hasta ahora , solo daba indicios de sensibilidad, manifestando que tenia hambre y sed, y satisfechas estas dos necesidades se aca

llaba, mas á cada dia que pasa , las sensaciones del dqior, de la pena y del placer, ya se advierten en ella, Hay ciertos movimientos que le son des

agradabies: ya rie y llora distintamente, en lugar de los gritos inarticulados que antes proferia. Nada es comparable al placer que me hace espe

rimentar cuando se manifiesta de algún modo sensible á mis caricias.

Dos meses. Mi niña ya no es indiferente á lo que pasa alrededor suyo, y los objetos esteriores ya hacen en ella alguna impresión. La luz sobre to

do, es cosa que le gusta muchísimo, y siempre la si

gue con la vista. Esta es la causa por que yo pro

curo que la luz artificial no esté en posición obli

cua respecto á la niña cuando esté acostada, para evitar que tuerza la vista, mirando siempre hacia aquel lado. Evito también el que pase repentina

mente de una oscuridad profunda á un lleno de luz , asi como el esponerla á la claridad cuando acaba de despertar .

La luz , e calor y ciertos movimientos son las cosas que en ella hacen mayor efecto.

Tres meses. La niña va tiene una idea vaga

Page 127: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 13 —

de los objetos y fija en ellos sus miradas, como s i quisiera distinguirlos unos de o t ros , sobre todo cuando son crecidos y de un vivo color. Los sonidos también ios percibe y se vuelve hacia el sitio de donde vienen. Le gustan las modulaciones de la voz humana y se duerme con gusto al son de los cantares. También se vuelve hacia el reloj y escucha con placer cuando da la hora.

Ue dia en dia va mi inocente hija dando señales de sus progresos físicos y de su inteligencia. Cada vez le llaman mas la atención ciertos objetos y estiende hacia ellos sus manos , aunque sin calcular las distancias. Se sirve de las manos para manejar los objetos, y sobre todo para hacerlos pedazos y examinarlos en detalle con atención y curiosidad.

Medio año. Ya mi hija me conoce, ya distingue mi voz entre las de otras personas y ya responde á mis caricias. ¡Ahí su dulce sonrisa de inteligencia me paga con usura todos mis afanes y desvelos. Yo me complazco en dirigir la palabra á mi niña, en prodigarle mil títulos afectuosos, y ella, no hay que dudarlo, me entiende y recibe un placer estraordinario con las agradables inflexiones de mi voz. Manifiesta evidentemente la alegría y un afecto hacia mí muy p a r e cido á la gratitud.

Ocho meses. Ya los sentidos de mi niña han adquirido la perfección suficiente para trasmitir á el alma las sensaciones. No podré decir hasta qué punto sean exactas; pero si puedo asegurar que son muy vivas. Su entendimiento empieza á fun-

Page 128: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 14 — ' :íonar, aunque las sensaciones no puedan pro

ducir ideas claras. Sin embargo, se nota en mi' nina una cosa admirable para su corta edad, y es que ya analiza, por decirlo asi, los objetos, los compara unos con otros ó por lo menos las impresiones que de ellos recibe.

Hay cierta armonía entre sus sentidos : asi es ]ue cuando la vista escita primero en ella la ad

miración, presentándole alguna cosa que le cho

que sobremanera, se sigue inmediatamente el deseo de tocarla y de cogerla y aun de llevarla á la boca, para probarla ó esperimentarla por medio del (justo. Esta armonía entre los sentidos, que tam

bién he observado en los demás niüos , me pare

ce muy admirable y me convence, de que mas Íes enseña á ellos ahora la naturaleza en un solo dia, que después la educación en todo un año.

Ha cumplido ya los diez meses, y todas las potencias de su alma están en ejercicio. Ya dis

tingue y яип juzga los objetos, apeteciéndolos ó desechándolos, según son agradables ó r e p u g

nantes. Ya juzga también del presente por lo pasado:

asi es que se acuerda de todo lo que le ha cau

sado una grata sensación : llora por que la paseen ó la den el pecho, y deja de llorar cuando ha con

seguido lo que desea y sabe le ha causado grata sensación en otro tiempo : por consiguiente tiene memoria. También se maniüesta su voluntad y de un modo bastante enérgico, por lo regular. Se apodera del objeto que desea y le defiende con

tra el que trata de quitársele. Cuando mama con

Page 129: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

ansia y placer no es fácil distraerla, y agarra el pecho cual si quisieran quitársele. En sus lloros y terquedad da señales que no me atrevo á llamar de egoísmo , pero que anuncian por lo menos una voluntad independiente.

Un año. Llegó el dia en que hemos celebrado el primer cumpleaños de mi hija. Ha sido un dia delicioso para todos, pues á los sonidos vagos é maríiculados que antes proferia , á los signos y ademanes con que de algún modo nos manifestaba sus necesidades , ha sucedido la palabra. Los inteligibles y significativos acentos de mi hija, esparcen en nuestro corazón un inesplicable con-.suelo, cuando las palabras papá y mamá salen de su boca , como las primeras demostraciones de su amor.

II] crecimiento y el desarrollo físico de mi n iña . corre parejas con su inteligencia. Ella es la que trae entretenidos á todos los de la casa, y la que sabe hacer uso con mucha gracia de los j u guetes que se la confian. Muy adelantada su dentición que ha de ir coincidiendo con el destete, me t ' s forzoso separarla de mí algunos ra tos , y confiarla á mis amigas y personas de confianza con quienes la niña empieza á simpatizar.

Desde que mi hija cumplió el a ñ o , ya empezó á hacer ensayos para tenerse derechita y aventurar sus primeros pasos. Yo he tenido una complacencia en estimular y dirigir estos ejercicios, ayudando á la naturaleza, y por fin, antes del año y medio, mi hija anda enteramente sola.

Su imaginación ha adquirido una viveza es

Page 130: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 10 —

traordinaria : su atención se fija de un modo sor

prendente en los objetos, distingue su color, sus formas у su numero , у los seres animados de los inanimados. Su inteligencia concibe mas de In que por palabra puede espresar , y las impresio

nes que recibe, se conoce que la hacen reflexio

nar. ¡Cuan curioso seria observar todo el trabajo interior de los niños y la formación de sus ideas! ¡ Cómo reciben las impresiones de ios objetos, las combinan y forman sus juicios ! Trabajo es este superior á este sfencillo bosquejo trazado por una madre y que hombres sabios deben completar.

HIGIEKE DE Lü I1VFMCÍ&.

Desde que el niño viene al m u n d o , ya reve

la en sus gritos y en su llanto que está destinado á padecer , sujeto á las enfermedades, y por el pronto gravemente incomodado, hasta por el aire atmosférico que ejerce una dolorosa impresión en sus miembros tan tiernecitos y tan delicados. Solo estas circunstancias, bastarían para consi

derar á el hombre , como el mas débil entre to

dos los seres llamados á disfrutar del beneficio de la vida.

En estos primeros momentos de la existencia, solo la cariñosa madre puede rodear á su reoien nacido de todas las precauciones que aseguren su bienestar, y muy particuftrmente el reposo que resulta de una nutrición abundante y con

tinuo aseo.

Page 131: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 17 —

Los huesos del cráneo tienen en el recien na-4íido tan poca consistencia, que es de todo punto indispensable que la cabeza no esté muy apretad a , ni recargada de abrigo, sin entender por esto que haya de estar espuesta á las corrientes del aire.

Todo el abrigo de la cabeza , no ha de ser mas que el suficiente para fomentar una ligera transpiración.

Los vestidos han de variar según la estación c;aliente ó fría, según la edad y la complexion de los niños; pero por regla general , los vestido.»; han de ser flojos y holgados , que nunca puedan sofocar ni entorpecer los movimientos de los niños, y que apenas hayan adelantado algo en edad , les dejen libres los pies y las piernecitas, cosa que es muy conveniente para fortalecerlap.

La cuna ó camita se les ha de poner en parage donde no haya mucha luz , y donde no se perciba ruido ni agitación. Son todavía mas necesarias la pureza y la ventilación del a i r e , que los niños han de respirar. El movimiento de la cuna solo puede ser útil cuando se ejecuta sin abusar. La postura para dormir tampoco es indiferente, pues se ha de evitar el acostarlos siempre de un mismo lado , para que no les resulte vicio de conformación.

A los siete meses ó antes , las encías del niño se inflan y aplastan hacia los bordes , y una baba continua destila de el las , mientras que la cr ia tura en continua agitación, grita, lleva las manilas y cuanto agarra con ellas á la boca, y masca con-

' i

Page 132: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 18 —

vulsivamente los objetos: esta es la época pel igrosa de la dentición.

Entonces nada mas na tura l , que el que las criaturas se hallen continuamente desasosegadas, aun las de mas apacible carácter , y son indispensables con ellas mayor esmero y" precaución.

Desde que al niño e empiezan á crecer los dientes, ya se debe ir disminuyendo lenta pero constantemente el darle de mamar , acostumbrándole á los alimentos sencillos que están en uso y cuidando de no cargarle demasiado el estómago, para evitar indigestiones que en esta edad suelen acarrear la muerte . La época del destete es desde los doce á los diez y seis meses, atendiendo siempre al estado de la criatura y do la madre .

En toda ocasión es la limpieza una condición indispensable para la salud de los niños, y en este particular nunca se peca por esceso, para evitar las escoriaciones v otras incom,odidades que suelen padecer si se descuida su aseo.

Sufren además las criaturas otras varias enfermedades, como retortijones de vientre , lombr ices , relajaciones, sarampión, viruelas, e tc . , cuyos preservativos y medios de curación no pertenecen á la esfera de nuestros trabajos. Aconsejaríamos , sin embargo, á los padres de familia, y á las personas encargadas de los niños, que en asunto tan importante no descuidasen de consultar las obras especiales que tratan de la materia.

Page 133: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

VAGINA.

Se da este nombre al pus que se inocula á los niños у á la operación que se ejecuta para inocu

larle como el mejor preservativo de las viruelas. Se deriva de ganndo vacuno, porque en los p e

zones de las tetas de las vacas es donde se ha descubierto dicho pus. El doctor inglés Jenner fué el primero que notó , que algunas personas á quienes al ordeñar las vacas se les introducía este virus por las grietas ó cortaduras que casualmen

te tuviesen en las manos, no eran atacadas de las viruelas, de las que al parecer les preservaba la e.upcion que causaba aquel virus singular. Luego que se confirmó en esta idea, corroborada por multitud de esperiencias, sacó partido de su descubrimiento para librar de la muerte ó de quedar horriblemente desfiguradas, à una multi

tud de personas, y mas particularmente en los primeros años de la vida.

—José y Juan eran muchachos que hablan sido educados del mismo modo. Los dos eran pacífi

cos , sumisos y dóciles en sus primeros años, aunque Juan se distinguia mas que su hermano por su obediencia à las órdenes de sus padres, no juntándose con otro muchacho, mala cabeza, con el que José se acompañaba sin que sus pa

dres lo supiesen. Esta desobediencia fué el or í

gen de sus desgracias, porque cuando andaban

Page 134: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 20 —

juntos no discurrian cosa buena. Ya iban á robar fruta á las posesiones, ya apedreaban á los perros y aun insultaban á los pasageros. José al fin fué castigado por s\i mala conducta. Por efecto de su desobediencia, no habia querido dejarse vacunar , y cuando le dieron las viruelas, no per mitió tomar las medicinas recetadas por el médico , asi es que se puso enfermo de gravedad, padeció mucho, y al fin murió. Juan que mas obediente y juicioso se habia dejado vacunar , no solo no tuvo las viruelas, sino que mejoró de conducta escarmentado con el ejemplo y castigo de su hermano.

Page 135: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LAS CUNAS.

s e ORIGEN. DESCRIPCIÓN. CONDICIONES DE ADMI

SIÓN. HORAS DE ASISTENCTA.—GASTOS V RECtllSOS.—

ADMINISTRACIÓN.

La institución de las cunas, nombre que adoptamos para sustituir al francés creches, con que estos establecimientos son conocidos en el vecino re ino, no es tan nueva como se supone. Es nuevo s i , y de pocos anos, el haberse constituido definitivamente en términos de prestar los importantes servicios que están prestando; pero la primera idea de tan útiles asilos, data de hace medio í'iglo.

Fué una seíiora , llamada madama Pastoret, la que en 1800 , al ver un niño abandonado enfrente de las ventanas de su casa, y que pasaba todo el dia guarecido en el recodo que formaba un edificio, concibió la primera idea de remediar males de esta especie. Informada de que la madre de aquel n iño , no tenia mas remedio que abandonarle asi á la caridad de los que pasaban.

Page 136: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 22 —

si habia de acudir al trabajo en que fundaba su subsistencia, determinó desde luego abrir á sus espensas una sala en que se admitiesen y fuesen cuidados con el mayor esmero, los hijos de aquellas madres tan escesivamente pobres , que tuviesen que dejarlos abandonados para acudir á su trabajo. Esta señora era amiga de algunas damas inglesas de distinción, las que al regresar á Londres , llevaron la idea consigo, de modo que estos establecimientos se propagaron bien pronto en las principales ciudades de Inglaterra. Pero las cunas no eran entonces mas que pequeños ensayos muy distantes de io que son hoy , hasta que un hombre filantrópico, conociendo su utilidad, les ha dado el impulso que necesitaban para He • nar el humanitario objeto de su creación.

El que ha tenido la habilidad y paciencia de llevar á cabo este generoso designio, ha sido Monsieur Marbeau, magistrado del primer distrito de París. Entre las sociedades de maternidad que prestan sus auxilios á las mugeres pobres durante su alumbramiento, y la sala de asilo ó escuela de párvulos, donde son admitidos los niños á los dos años, faltaba una mano protectora, un establecimiento para estos infelices. Notorio es el abandono en que se crian los niños de la clase mas indigente, en aposentos de poca l impieza y ventilación, donde sus madres carecen de lumbre, de envoltura y á veces hasta de alimento. Si á estas privaciones se agrega la de impedir á la madre el trabajo en que funda su subsistencia, fácil es conocer cuánto debe influir en la salud v

Page 137: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 23 —

VISITA A LAS CGIVAS.

La sala dormitorio en que estas se hallan colocadas , ha de ser ventilada y espaciosa. Las cunas están fijas todo alrededor de la pared , ya seguidas y en forma de pesebre , de donde pro-

bienestar de las clases pobres , un establecimiento destinado á remediar aquellos inconvenientes.

Mr. Marbeau que tenia esta íntima convic-c ien , puso manos á la obra , y á poco se vio ayudado en ella, por los médicos, por los ministros de la religión, el prefecto y otras autoridades. El primer ensayo se hizo en el cuartel mas pobre de su distr i to, allí donde las madres podían a p r e ciar mas pronto las ventajas que las cunas podian reportar á ellas y á sus hijos, y el resultado fué el mas completo : los buenos efectos, materiales y morales de esta institución, fueron evidentes para todas las personas caritativas que acudieron á examinarlos.

Fundáronse inmediatamente otras dos cuna.'; en el mismo distri to, las que bajo la protección de señoras de alta categoría, han servido de modelo á las que se fueron fundando en los demás distritos de París. Las demás ciudades de Francia siguieron el ejemplo, pasando ya de cien poblaciones las que tienen establecidas cunas , y hallándose en otras varias formado el proyecto de establecerlas.

Page 138: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 2 4 —

viene la denominación francesa creck, ya aisladas unas de otras. Aunque las cunas estén seguidas , hay, sin embargo, entre cada una de ellas, una red de mallas apretadas para evitar todo contacto entre los niños. Las cunas ó armaduras de las camitas son de h ie r ro , preferible siempre á la madera , no solo por su duración, sino por que ofrece menos abrigo á los insectos. La cortina ó si se quiere colgadura de las camas , nunca se corre enteramente y solo está dispuesta para preservar á las criaturas, durante su sueño, de las corrientes de aire. La forma de las cunas es graciosa, y en este y todos los muebles del establecimiento se sustituyen á los ángulos rectos, las líneas curvas y contornos redondeados. En cada una hay su colchita, su almohada y su colchón. El grueso de la colcha varía según la es ta ción , y debajo del colchoncillo se pone siempre un encerado. Nunca están á la vez ocupadas todas las cunas , ni aun después de la comida pr incipal en que se lleva á todos los niños á dormir la siesta. Fuera de este rato, que viene á durar una hora , solo se encuentra en las cunas á las criaturas que se han dormido en brazos del ama ó en la sala de juego. En algunas cunas, donde los niños se quedan también por la noche, después de haberles dado el alimento y colocado en su cuna, se les empieza á adormecer para que lo hagan lo mas simu táneamente posible, con la suave melodía de un organillo á la que acompañan las voces concertadas de las amas. Va disminuyendo esta melodía y se van durmiendo tranquilamente las

Page 139: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 2S —

criaturas, siendo casi increible el silencio que algunas veces reina en la sala.

Estas amas de cria ó mugeres encargadas de cuidar á los niños, están en la proporción de una jara s ie te , son escogidas de preferencia entre as madres de familia, para que sepan manejar y cuidar á los niños, y todas ellas están bajo la jurisdicción de una, que es la de mas confianza y la única que reside continuamente en el establecimiento. Cuando este se halla bien dotado, se da á estas mugeres un trage uniforme y aun una medalla distintiva, lo que además de la uniformidad, produce que nunca sean confundidas con las madres.

El esmero y cuidado constante con que estas mugeres asisten á los niños es lo que no deja de sorprender al visitar las cunas , causando admiración, cómo una muger asalariada es capaz de aquella solicitud afectuosa que suele faltar à las madres. Este buen resultado consiste en que nunca están á el lado de los niños tanto tiempo que les produzca abatimiento y fatiga, sino que alternan la asistencia á los niños, con sus demás faenas en la cocina, en el lavadero y en el jardi-nillo, donde entretienen el trabajo con un poco de conversación y hallan, durante una corta a u sencia, la distracción necesaria para volver á el lado de la pequeña prole , en aquella disposición de ánimo que necesitan para mantener siempre viva su ternura.

Además del dormitorio ó verdadera pieza de cunas , ha de haber en estos establecimientos

Page 140: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 26 —

una cocina para tener siempre agua caliente у para preparar el alimento á los niños. Entre los que ya están destetados, hay algunos que traen su costilla de provisiones como en la sala de asilo, pero á otros también se les dan sopas de caldo, de leche, y otros alimentos sencillos. Hay tam

bién preparados jarabes y alguna tisana pectoral que recetan los facultativos.

Otra piera sirve para lavar y secar la envoltu

ra, celchoncillos e t c . , y en otra contigua que sir

ve de guardaropa, es donde se halla lá muger que preside á todas las amas , que reside siempre en el edificio y que es responsable de todos los muebles y utensilios.

En las cunas peor dotadas es una misma la sala de comer y la de juegos ; pero otras tienen para distracción y ejercicio de los niños un cor

redor ó jardinillo. La mesa del comedor es una de las cosas que

mas chocan en las cunas , por la forma y la dispo

sición. La referida mesa es larga y estrechay consta de semici'rculos que se unen los unos con los otros en sentido inverso, formando una S seis veces repetida. En el hueco de cada semicírculo se coloca el ama y al rededor de cada semicírcu

lo ó herradura se colocan por la parte de afuera seis , ocho ó mas niños , solo separados del ama por el ancho de la t ab la , formando el conjunto de la mesa y comensales un espectáculo bastante curioso. Alli no hay privilegio ninguno: todos los niños y niñas comen á la vez, sin impacientar

se en tener que esperar á que les llegue su tur

Page 141: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 27 —

no. En cada semi-círculo se coloca una sopera de varios compartimentos con sus cucharas, y el ama va dando por su turno cucharaditas á toda su sección, cuyo buen apetito la hace andar bien ligera hasta que se acaba el alimento. Acabada la comida se entona un cántico ú oración á cuatro voces por cuatro de las amas, y antes de que la oración se acabe , la mayor parte de los niñss ya dan indicios bastante perceptibles del profundo sueño con que suelen terminar este agradable momento del dia.

El jardini to , aunque no contenga mas que algunos arbustos , siempre \ e r d e s , no en todas las cunas se puede proporcionar ; pero no sucede lo mismo con el patio enarenado ó con la sala de juego. La agitación, la alegría y algazara que hay en esta bastan para desarrugar la frente al hombre mas pesaroso. Alli no hay un momento de ociosidad ni de fastidio, merced á las ocupaciones tan variadas como ingeniosas que se han dispuesto en favor de los niños.

Los que son tan pequeñitos que todavía no pueden andar solos, están sentados sobre una alfombra ó tapete en el centro de un óvalo ó círculo de r e d , al través de cuyas mallas pueden seguir con la vista los movimientos de los demás y asociarse á ellos con el pensamiento.

Otros se entretienen en dar golpes con unos macitos en una serie de campanitas de reloj, cuyos tonos corresponden á los de la escala de las siete notas de la música, mientras que otros son llevados en un carretón del que tiran algunos ni-

Page 142: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 28 -

ñ o s , mientras que otros le empujan por detrás. Otros están muy divertidos alrededor de un

montón de bolas de diversos colores, separando y clasificando en unos cestitos las de cada color. En cosas tan sencillas como estas encuentran los niños el mayor interés y las ejecutan con cierta solemnidad.

Ni faltan allí soldados de veinte meses que llevan tambalpando el paso militar con su trompeta y su capitan al frente, mientras que otros niños sea por inclinación, sea por su temperamento, huyen del bullicio y de la muchedumbre para estar en un rinconcito, donde disfrutan calma y soledad.

En ningún parage del establecimiento se encuentran escalones ; el desnivel del terreno que generalmente se encuentra para bajar á el patio enarenado ó á el j a rd in , está disimulado por medio de una rambla de suave mclinacion. En todas las piezas, en los muebles, en los vestidos de las amas , en las cubiertas y colgaduras de las camas, se nota aquel aseo que revela la mano de la muger, y aquella igualdad y armonía de colores que nunca puede disonar á los sentidos, vírgenes todavía, de la infancia.

En todas las cunas se fija algún cuadro religioso , y alguna se pudiera c i tar , que ha recibido de mano augusta el magnífico regalo de un cuadro original, representando á el Salvador y los niños , para que contemplando estos aquella divina imagen, se predispongan á el a m o r d e aquel que les prodigó tanto cariño.

Page 143: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

€0VD[G[0VE8 DE ADMISIO!V.

1." Los nifios solo son admitidos antes de que hayan cumplido los dos afios. El permanecer después de esta edad , será por efecto de una gracia estraordinaria, que solo se concede cuando el nino está muy atrasado para pasar desde las cunas á la sala de asilo.

2.» La segunda condición e s , que la madre sea absolutamente pobre. Sin esta condición inútil seria guardar al niño en el establecimiento, dejando à la madre disponer con libertad de todo su t iempo, si no le habia de emplear en el trabajo. Como la pobreza adopta tantas formas diferentes, las damas inspectoras toman varios informes para que la caridad solo aproveche á la madre verdaderamente necesitada.

3.» Qué la madre trabaje fuera de su c;!sa. Cuando la madre lleva la labor á su casa, no solo le sirve de consuelo el tener á su hijo á la vista, sino que es mas conveniente que en casa esté el niño también. Las cunas solo se han instituido en favor de las madres que trabajen fuera de domicilio ó que, aunque en él trabajen, se ven obligadas á frecuentes ausencias. También se hace una escepcion en esta regla, cuando el local en que la madre se ve precisada à vivir , es evidentemente nocivo á la criatura.

Page 144: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 30 —

HORAS DE ADMISIÓN.

El establecimiento solo está abierto en los dias de t rabajo: de ningún modo en los domingos y dias feriados en que las madres no tienen escusa legítima que las separe de sus hijos.

Se admiten las criaturas desde las cinco y media de la mañana en adelante y se recogen

4.^ Que la madre del niño observe buena conducta. Como toda buena institución, las cunas tienden á la mejora de las costumbres, puesto que la inmoralidad es una de las causas principales de la miseria. Rehusar á la madre á causa de su mala conducta, el beneficio de su hijo, no es castigar en ¡a ¡nocente criatura las faltas de la m a d r e , sino hacer que en ésta, sea el sentimiento de amor materno el mas eficaz motivo de su enmienda.

5.^ Se exige á las madres una retribución de 20 céntimos cada dia. Si tuviese dos criaturas en el establecimiento, solo pagará 30 céntimos por cada dia que en él los deposite. Se ha creido conveniente fijar esta cant idad, que si es insignificante para rendir el menor producto al establecimiento, no lo es para aficionar á la madre á el trabajo. Además , previo el informe de una dama inspectora y á petición de la interesada, se c o n cede la asistencia gratuita á la madre que nada puede pagar.

Page 145: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 31 —

GASTOS Y RECURSOS.

No dejan de ser de alguna consideración los gastos necesarios para instalar un establecimiento de esta especie. El alquiler del local, mueblage, a lumbrado, vestido de las amas , alimento para los niüos , lavado etc. causan un gasto mensual de unos mil reales en un establecimiento dispuesto para cuarenta niños: cantidad infinitamente superior a la que pudiera producir la pequeña cuota que por la razón arriba dicha se hace pagar á

después de anochecido, para que á las ocho y media á mas tardar se halle cerrado el establecimiento. Estas horas están arregladas según la mayor duración del trabajo de las operarlas.

Todas las madres, á horas convenidas, pueden ir á dar de mamar á sus hijos: si traen en-voltura para mudarlos, se admite, s ino , el establecimiento la suministra.

Hay un diario de entradas y sahdas en el que se anota por el médico el estado del niño á su ingreso y á la sal ida, asi como las novedades que hayan podido ocurrir durante su perma-nencia.

Se ha observado que generalmente falta todos los dias una tercera parte del total de niños matriculados. Por esta razón se admiten los nifios en número muy superior al de las cunas que hay en ol establecimiento.

Page 146: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 32 —

las madres ; pero la caridad cristiana, que tan ingeniosa es en asuntos de esta especie, encontró bien pronto medios de ocurrir á estas necesidades. El asunto principal era fundar las cunas y manifestar palpablemente sus buenos efectos y para esto bastaron lassuscriciones voluntarias, los donativos particulares, las colectas y las funciones á beneficio de la naciente institución. Agregáronse después las pruebas de la munificencia de la familia real y de aquellas personas de e l e vada gerarquía que mejor pueden socorrer al infortunio, tomando parte en las obras de beneficencia, y por último el gobierno, después de haber dejado todo el mérito de la fundación á la caridad de los particulares, la sostiene de un modo estable y eficaz por medio de la renta fija que destina todos los años.

.1DMI\ISTR\C10X.

La administración de las cunas está á cargo de una junta superior de la que forman parte el corregidor ó un magistrado del distr i to, el cura de la parroquia , el médico presidente de un consejo de sanidad que forman todos los facultativos que gratuitamente visitan las cunas , y por último, un secretario. Hay también una señora presidenta, otra vice-presidenta y otra tesorera, aunque en las atribuciones de las señoras , está mas particularmente todo lo relativo á los cuidados maternales.

Page 147: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 33 —

A las damas inspectoras es á las que verdaderamente pertenecen la administración y buen gobierno de las cunas. Solo ellas pueden á todas horas ejercer una activa vigilancia no solo en el establecimiento , sino hasta en casa de las madres de los nifíos, para tomar informes y para ver si continúan sujetas á las condiciones bajo las cuales sus hijos han sido admitidos. La ejecución del reglamento y de lo que prescriben los facultativos, pende principalmente de las damas inspectoras, las que tienen un libro para consignar todas sus observaciones.

En las cunas no se reciben los niños enfermos, y se despide al instante á los que enferman después de admitidos; y sin embargo, ninguno de estosestablecimientos puede pasarse sin el auxilio de los médicos. Son tantos los que han ofrecido gratuitamente su ministerio, que ha sido preciso establecer turno para sus visitas, líllos son los que adoptan las precauciones generales de h i giene , atienden á cualquiera indisposición repentina y advierten si puede ser de consideración 6 contagiosa. También se hace la inoculación de la vacuna en los niños que no han sido vacunados. Los médicos tienen también su libro de observaciones, y además todas las reglas que ellos prescriben relativas á la temperatura, aseo, alimento y precauciones sanitarias se hallan cu un car te l , fijado en el establecimiento.

Ha parecido oportuno, antes que dar por s e parado, intercalar en este tomito de LA INFANCIA las noticias que hablamos prometido, para dar á

Page 148: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 34 —

E L O B R A D O R .

Para sostener y fomentar la admirable institución de las cunas , obra de una beneficencia ilustrada, se han discurrido varios medios y se han inventado varios recursos, estimulando principalmente á las clases opulentas y privilegiadas para que acudan al socorro de los pobres. Esta invitación ha producido el mejor efecto y una emulación tan activa como generosa se ha suscitado entre las personas que mejor pueden socorrer à la desgracia. Las personas reales han dado el ejemplo de pagar de las primeras la deuda s a grada que la opulencia contrae con la miseria y la desgracia. Los ministros del altar han prestado no solo su personal cooperación, sino toda la in-

conocer en todos sus detalles la bellísima institución de las cunas. No serán infructuosas estas noticias cuando se t ra te , no de copiar , sino de imitar con arreglo á las particulares circunstancias de nuestro pais, esta institución que tan buenos resultados produce en los estrangeros. Forman además , parte de nuestro vasto plan de educación, fundado en las edades de la vida y en el que tomando al niño desde la cuna, le hemos de seguir en la sala de asilo, y le hemos de acompañar en la escuela, en el colegio, en la universidad y cn las escuelas especiales de artes é industria.

Page 149: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— ЗУ —

'luencia que su ministerio ejerce desde el pulpi

t o , y cuantiosos donativos han sido el fruto de sus predicaciones. Y no han sido solo los ricos los que han contribuido, también las personas de mediana fortuna han acudido á fomentar esta obra ;egun sus medios, siéndoles mas agradable el ejercicio de la caridad , por lo mismo que se ha

; jaban mas cerca de conocer y apreciar la pobre

za, y por lo mismo que para remediarla, tenian tal vez queimponerse algunas privaciones.

Pero las mugeres han sido las mas 1пйеп1о8а.ч en inventar medios de concurrir á tan buena obra , y de atender á muchas necesidades no pre

vistas en los reglamentos. Uno de estos medios ha sido establecer un obrador ó salón de costura, en ( 1 que ciertos dias de la semana , se reúnen yarias seüoras y señoritas, y transformándose en costureras, pasan algunas horas muy entretenidas en hacer blusas, gorritos y envolturas para los hijos de los pobres que asisten á las cunas, y mas particularmente á las establecidas en el barrio ó distrito á que dichas señoras pertenecen y á las que, como es natural, tienen mas predilección. ISo se crea que en estos vestiditos se emplean te

las nuevas y compradas á propósito, nada menos i^ue eso , generalmente se emplean los mismos vestidos viejos y ropas de desecho de las señoras que concurren al obrador.

La reunión de trabajadoras está presidida por una hermana de la caridad , que es la que corta ios vestidos, arregla la obra y distribuye á cada una su t a r ea , siendo notable 11 emulación qne

Page 150: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 36 —

reina entre las señoras concurrentes por terminarla cuanto antes. Al decir, señoras, no es porque todas las que asisten al obrador pertenezcan á la primera nobleza, también son muy bien recibidas todas las que no disfrutan de una alta posición de nacimiento y de fortuna, pero que abundan en deseos de contribuir á tan bueua obra. Como que la religion es la que inspira este pensamiento, también reina en la asamblea el espíritu de igualdad que la misma religion inspira, y que de ningún modo escluye la finura de los modales y la urbanidad entre personas de distintas clases.

listas reuniones semanales, además de la grata satisfacción de hacer bien , procuran ratos del i ciosos de agradable entretenimiento. Siempre es muy puro el placer que resulta de una buena acción, pero hay además alli el que resultado atender á una lectura interesante. Para evitar las conversaciones y diálogos particulares, que serian de mal tono, y para impedir una conversación general que pudiera distraer á las operarlas , se ha dispuesto que una de ellas alternativamente lea en obras escogidas de religion , moral , historia , literatura , y muy p rticularmente en libros llenos de novelitas interesantes, y cuentos morales que solo á las madres es dado escribir. De esta especie es el siguiente de M." Eugenia Foa, que sirvió un dia de agradable entretenimiento á Ja reunion.

Page 151: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LA LLAVE DE ORO.

Era en ci mcs de noviembre y bacia bastante irio: ya estaba bien entrada la noche y la plaza del odeon en París, se iba quedando "cada vez mas desierta. En las gradas del teatro estaba sentado un nifSo que á lo mas tendría unos seis años de edad, y no habia perdona que pasara que no lo mirase con asombro y compasión, porque aquel pobrecito parecía que estaba alli abandonado.

Su frage era decente y aseado: no lloraba, pero volvía lentamente á un lado y á otro so linda carita con muestras de tristeza c inquietud, v al fin una gruesa lágrima brillaba en sus ojos azu-ies. Cuando por casualidad se paraba alguno cerra del sitio en que estaba sentado, abria la boca como para decir alguna cosa, y al fin no se atrevía el pobre niño.

—¡Es posible que dejen asi solo á un pobre niño! dijo una vieja y pasó de largo.

—¡Qué imprudencia! esclamo el aya de dos niñas á quienes llevaba de la mano delante de su mamá.

—¡Pnra fiarse de las .-lyas! dijo el ama. —Es menester saberla? escoger, contestó el

aya; y las niñas, el aya y la niadrc siguieron su camino.

Page 152: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 3 S —

Pasaron después dos jóvenes y uno de ellos dijo al niño:

—¿Qué haces tú ahí, amiguito? —Estoy esperando á la niñera, y entonces fué

cuando se desprendieron de los ojos del niño aquellas lágrimas que retenia con trabajo.

—¿Y adonde está tu niñera? —Yo no lo sé. —¿Pero va á venir pronto tu niñera? —Si: si señor. —¿Entonces por qué lloras? —Porque ya es de noche y tengo miedo de

pstar solo. —¡Qué vergüenza! un muchacho no debe llo

rar. Vamos, toma estos bombones y no llores. El niño tomó los bombones pero sin catarlos,

y con ojos llorosos estuvo mirando á los dos j ó

venes hasta que se perdieron de vista. La plaza estaba entonces completamente de

sierta, y al verlo el pobre niño, empezó primero á llorar muy quedito. después mas fuerte, y j)or último á grito tendido, mientras que las lágrimas corrían abundantemente por sus megillas. Pero nadie enjugaba las lágrimas, ni hacia caso de los gritos del niño.

Pasó en este tiempo una silla de posta y la señora que iba dentro, al oir los gritos del niño, mandó parar al postillón.

—Л ver que es eso, dijo asomando la cabeza por la portezuela, yacercándose entonces una po

bre muger, dijo: —Es un pobre niño perdido ó abandonado, y

Page 153: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— з п —

alargando en seguida la mano, pidió á las del coche:

—¡Una limosnita por Dios, mi buena s e

ñora! —Haced que se acerque aquí, contestó la s e

ñora, dando una moneda á la pobre. Acudió el niño y al verle tiritando de frió, la

señora le hizo subir al coche y se puso á arropar

le con su paletina de piel. —¡Pobrecito! ¿Qué hacias tú aquí? —Esperando á la niñera, y empezaron de nue

vo los lloros y los gritos. —¿Pero dónde está? —Yo no lo sé. —No llores, amiguito, que ya la buscaremos y

encontraremos á tu niñera. ¿Cómo te llamas? —Alfredo. —¡Es el nombre de mi hijo! esclamó aquella

señora, abrazando tiernamente al niño. —Y dime. ¿Cómo se llama tu padre? —Papa. —¿Y tu madre? —Mamá. —Qué duda tiene, ¿pero dónde está tu madre? —Dentro de una cajita y aqui está la llave.

Y al decir esto, enseñaba el niño una llavecita de oro pendiente de una cinta que llevaba al cue

llo, guardándola en seguida en el pecho, por d e

bajo del chaleco. —¿Qué hemos de hacer? preguntó la dama,

volviéndose hacia su compañera de viage. A la verdad, Justina, que no sé que partido tomar.

Page 154: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 40 —

¡Pobre madre que tal vez á estas horas esté llorando la pérdida de su hijo!

—Es preciso dejar al niño donde estaba, contestó la doncella: está bien vestido y debe per te necer á familia pudiente, por lo que es seguro que dentro de poco vendrán á buscarle.

—¡Oh! no me dejéis solo, llevadme, empez/) á decir el n iño, echando los brazos al cuello de la señora, yo tendré mucho juicio. No quiero quedarme aqui , es de noche y tengo mucho miedo.

El niño volvió á gritar y llorar con mas fuerza y la señora le hizo inútilmente mil preguntas. A todo respondía:

—No me dejéis aqui sólito, es de noche y tengo miedo.

La señora era buena y caritativa y no podia resolverse á dejar al niño abandonado. Se decidió á llamar de nuevo á la pobre y la preguntó:

—¿No podréis darme algunas noticias mas acerca de este niño?

—Ninguna, señora, yo no soy de este barrio. —¿Por veinte francos, pasaríais la noche bajo

el peristilo del Odeon? —Y por mucho menos, caritativa señora. —Pues bien, aqui están los veinte francos. No

os meneéis de ahí en toda la noche, y como no hay duda en que vendrán por el niño, diréis al que se presente, que se halla en casa de la baronesa de Estival, calle de Artois, número 22 . Ahí tenéis mi tarjeta. La mendiga tomó el dinero y las señas, echando muchas bendiciones á la seño-

Page 155: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

ra, mucho mas cuando ésta, al tiempo de partir el carruage. dijo:

— La noche está muy fria, tomad ese pañueio mantón y mañana por la mañanita á mi casa.

Partió el carruage en seguida, llevándose á la señora, á la doncella y al niño. La baronesa de Estival era una muger joven y hermosa que tenia un hijo de la misma edad que Alfredo, y que entonces se hallaba en Nantes, en casa dn la abuela. La baronesa que habia tenido que acompañar á su marido en sus viages, hacia ya cinco años que no habia visto á su hijo. Entonces que venia á París, donde su marido la habia mandado le esperase, tuvo buen cuidado de escribir á su madre para que viniese con el niño á reunirse con ella.

Escrita la carta y enviada al correo, llamó para que le trajesen el desayuno, preguntando al mismo tiempo por Alfredo.

—¿Puedo entrar ya? preguntó una voz de niño, y como la baronesa contestase que si, al instante corrió Alfredo á abrazarla.

—.Ahora, amiguito, dijo la señora, te vas á sentar alli en aquella sillita y me vas á contar todo lo que hacían en tu casa y á dónde viven (tis padres.

Alfredo se puso á reflexionar y después habló así :

— Lo primerito de todo, yo tengo una abuela que vive muy lejos... muy íejos. Después tengo un papá y una mamá á los que doy u n beso todas las mañanas y que están dentro de una caja

Page 156: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 42 —

(le la que yo tengo la llave. Después, un dia, mi abuela, la niñera y yo hemos ido en coche, por mucho tiempo.. . lo menos por todo un dia y una noche. Después hemos llegado á una casa muy grande, donde habia mucha gente y muchos cria-dos. Después la abuela se durmió y^no ha querido levantarse mas . . . aunque la hablaba nome respondía y después. . . ¡ah! ya no me acuerdo de mas.

—Vamos, amiguito, acuérdate de alguna otra cosa, dijo la baronesa, conociendo que aquel niño habia hecho algún viage y habia llegado á alguna posada.

—La abuela no quería levantarse. —¿Estaba enferma, tu abuela? —No señora, estaba muerta, contestó el niño,

con la mayor tranquilidad. Después la metieron en una caja muy grande y se la llevaron. Yo lloré mucho y me sacaron à paseo; pero la niñera dijo, que vendría pronto y todavía no ha vuelto, y yo quiero irme con mi abuela, porque esta mañana todavía no he rezado mis oraciones, ni he besado á papá y á mamá.

—¡Pobre niño! sin duda serian los retratos de sus padres, los que él besaba todas las mañanas.

—Aqui tengo la llave, dijo Alfredo, pero no tengo la caja."

—¿Veamos tu llave? —¡Oh! no señora, A nadie doy yo la llave,

porque la abuela me decia, y de eso si que me acuerdo yo bien: » Alfredo ten mucho cuidado con esa llave, pues solo con ella se puede abrir la caja en que está el acta de tu nacimiento. Í>

Page 157: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 43 —

_ —;Ау! [Dios mió! esclamó la baronesa,,' y d e

cir que no se ha de saber á quien pertenece este niño, ni adquirir algún dato acerca de su familia!

Volvió la mendiga, asegurando que nadie habia venido en toda la noche á reclamar niños en la plaza del Odeon.

— ¿Con tal que, dijo la baronesa, sin acordarse de que el niño escuchaba, esa niñera no haya sido una bribona, que haya robado cuanto ha podido después de la muerte de esa pobre señora y luego haya abandonado espresamente al niño? ¡Si á lo menos le hubiera dejado esa caja con la llave que tiene!

—¡Oh! no tengáis cuidado, señora, que no po

drán abrir la caja sin mi llave, y la llave no me la cogerán, porque yo tengo mucho cuidado. La abuelita me dijo que no me la quitase un instante ni de dia ni de noche. Una vez me la quiso co

ger la niñera y empecé á dar tales gritos que al instante tuvo que soltarla.

—¿Pues qué, tanto te gusta esa llave? —No es por eso, señora, sino porque es preci

so obedecer lo que mandan los padres y mayores pues cuando asi se hace. Dios recompensa á los niños.

La baronesa se enternecía al oir estas respues

tas del niño, admirando su talento en una edad tan tierna. Dos dias después de este coloquio l la

mó á Alfredo y le dijo: —Te vas á poner muy contento, Alfredo. W\

hijo llega mañana; será un compañero tuyo y le querrás mucho ¿no es verdad?

Page 158: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

. — 44 —

—No señora, yo no lo querré . —¡Cómo es eso, caballerito! Por qué no ama

reis á mi Alfredo. —Porque yo no amo á los niños.

La baronesa no pudo menos de echarse á reir, por la seriedad cómica del niño, al que contestó también con gravedad:

—Pues bien, amiguito, supuesto que no amáis á mi niño, tampoco yo os amaré.

—Me es igual, porque el dia en que vuestro niño entre, me marcharé yo .

—¿Y á dónde iréis? —iré por todas las casas hasta que encuentre

á mi abuela que no siempre ha de estar dur miendo.

Aquella misma noche vio Alfredo que preparaban un lindo gabinetito á el lado del aposento donde él dormía. Preguntó para quien era aquel cuartito y como le contestasen que para el hijo de la baronesa, ya esto le puso pensativo. Después vio que ponían en aquel aposento una gran caja de juguetes . Preguntó para quien eran aquellos juguetes, y como le respondiesen que para el hijo de la baronesa, el corazón se le oprimió y tuvo ganas de llorar. Después, oyó á la misma señora que decia:

—¡Dios mío! ¡cuánto deseo que llegue mañana para ver y abrazar á mí Alfredo, á mi hijo querido!

Entonces el pobre niño abandonado, para quien no había un recuerdo, se puso á suspirar luciendo:

Page 159: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 45 -

—Dios mió, que desgracia es no tener madre que se acuerde de mí, que me compre bonitos juguetes, ysobre todo, que me abrace como abrazarán mañana á ese Alfredo. Desde que no tengo madre, nadie me abraza á mí, pobrecito infeliz.

El pobre niño gemía que daba compasión; pero nadie hacia caso de él. Todos en la casa estaban tan ocupados con la venida del otro Alfredo, que dejaron al niño olvidado en una silla de la cocina. Este abandono indignó de tal manera al desconsolado niño, que resolvió salir en aquel mismo instante de la casa é irse por todas partes á buscar á su abuela. No sabia el pobre niño lo que era la muerte , y aun tenia esperanzas d e q u e su abuela habia de volver.

Tomada su resolución, miró sí la llavecita de oro estaba en su lugar y la ocultó con el mayor cuidado entre el vestido y la camisa. En seguida se dirigió á la escalera, la bajó con precipitación, y se plantó en la calle. Como que la noche estaba oscura, tuvo miedo al principio; pero acordándose de su abuela y del gusto que tendría en verle, se animó, y mirando á un lado y á otro, para ver si venian coches ó caballos, dio una carrera y se pasó á la acera de enfrente. Habia alli una casa muy grande y parecida en un todo á aquella en que él se habia apeado con su abuela y con su niñera, por lo que creyendo que pudieran estar alli, entró gritando:

—¡Abuela! ¡Abuela! Al dia siguiente, al despertar la baronesa por

la mañanita, preguntó si habían llegado su madre

Page 160: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 40 —

y su hijo, Dijéronla que no; pero al instante se empezó á vestir, creyendo que no tardarían en llegar. Entraron entonces diciendo como el niño Alfredo faltaba desde la noche anterior y que no .se sabia su paradero.

Esta noticia hizo poca impresión en la baronesa, alegre é impaciente con la venida de su h i jo; pero de todos modos, mandó á Andrés, su ayuda de cámara, que fuese por todas partes á preguntar por el niño. En seguida se asomó á la ventana para acechar si en todos los coches que pasaban, llegaban su madre y su hijo.

Llegó la hora de la distribución de las cartas y entregaron una á la baronesa. Era del conser-ge de su casa de Nantes y estaba concebida en estos términos.

SEÑORA.

Vuestra madre la señora Delangle, juntamente con el niño y su aya han salido para París. Tenian intención de ir á parar á el Hotel de los Principes, calle de Richelieu, después no hemos vuelto á saber nada de ella.

La baronesa mandó al instante poner los caballos al coche y se presentó en el punto indicado, pero alli nadie daba razón. No habia semejante señora Delangle en todo el Hotel.

Se llamó á el ama de casa, la que abriendo su libro de registros, halló efectivamente que la señora de aquel nombre habia llegado una noche

Page 161: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 47 —

en compañía de un niño y de una criada. Que se liabia a ojado en el número 10, pero que á poco tiempo habia muerto de resultas de un accidente repentino, y que la criada y el niño habían desaparecido poco después,

—¡Muerta! esclamó la baronesa traspasada de dolor, ¡muerta! ¡mi pobre madre!

—Si, señora, contestó la patrona, un accidente cs cosa que se lleva á las personas en un i n s tante y no es por falta de cuidado. . . Mas puesto que sois la hija de esa señora, os voy á entregar una cosa que se han dejado aqui.

Al decir estas palabras salió la patrona y volvió á poco rato con una cajita que presentó á la baronesa, diciendo:

—Tomad, señora, siento mucho no poderos entregar también la llave, pero el niño que venia con aquella señora la llevaba siempre co gada del cuello.. .

La baronesa no pudo contener un ademan de sorpresa y se quedó suspensa, mirando á la p a trona.

—Si, señora, continuó ésta, pero lo mas chocante es c]ue el tal niño no queria dar la llave á nadie de este mundo. Cuando murió Mme. De-langie, la criada quiso quitársela, y entonces fué cosa de ver, pues el chiquillo ponía el grito en el cielo.

—¡Dios mio! esclamó la baronesa fuera de sí: ¡Dios mío! era mi hijo el quo encontré abandonado una noche. ¡Era mi hijo y yo no lo he conocido y mi corazón no ha palpitado de alegría y

Page 162: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

nada ha habido que me gritase:—«Madre, ese es tu hijo.»—¡Oh! Dios mió, ¿qué tiabrá sido dei pobre niño? ¿Donde estará en este momento?

Y sin escuchar mas palabra bajó corriendo hasta el coche, gritando al cochero:

—Juan, á casa corriendo. Ya estará allí mi hijo, y si no está le buscaremos por todas partes. Preguntaremos por mi Alfredo, que ya debe hat)er contado á todo el mundo su historia de la llave de oro. Preguntando en todas partes por un niño que lleva una llavecita de oro colgada del cuello, es imposible que no le encontremos ¿no es verdad, Juan?

Pero Juan no respondía, ocupado en arrear los caballos desde el pescante. El coche partió y la baronesa no cesaba de repetir :

—¡Estaba alli cerca de mí y no le he conocido! ¡He tenido en casa á mi hijo y le he dejado escapar! ¡Dios mió! ¡Dios mió!

Al llegar á su casa, asi que distinguió á la doncella, empezó á gritar:

—Justina, ¿está ahí mi hijo? Y la muchacha sin comprender bien lo que

decia su ama, contestó: —No, señora, pero aqui hay un criado que os

está esperando. —¿Qué me quiere? ¿Es para hablarme de mi

hijo? —Señora, dijo el lacayo acercándose, anoche

entró en nuestra casa un niño. —¿Rubio? interrumpió vivamente la baronesa. —Si, señora.

Page 163: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 49 — —¿Con una llavecita de ого colgada del

cuello? —Si,senora . —¡Mi hijo! ¿Y dónde está? Hablad. —En casa del señor barón de Bancourt, mi

amo, alli en la casa de enfrente. Mi amo os supli

ca que le permitáis tomar parte en esa buena acción, pues parece que es un niño abando

nado. —¡Es mi hijo! No es un niño abandonado.

¿Pero le habéis traído aqui? ¡Ah! hablad: ¿dónde está?

—Alli, señora. Y el criado señaló á el cortinage de una v e n

tana detrás del cual se habia escondido Alfredo, avergonzado de su escapatoria.

—¡Hijo miol gritó la baronesa corriendo hacia él y dejando caer con la precipitación la caja que le hablan entregado en el hotel. La caja fué ro

dando hasta Alfredo, que se precipitó á cogerla gritando:

—¡Mi cajal ¡mi caja! Abrid la caja, señora, abrid la caja que aqui está la llave. Gracias á Dios que voy á ver á papá y á mamá.

Abierta la caja, la baronesa lanzó un grito de inesplicable felicidad al reconocer su retrato y el de su esposo. Ya no habia duda ninguna, por lo que tomando en sus brazos y cubriendo de besos al niño que la miraba con ojos asombrados, le dijo con efusión:

—Alfredo, hijo mio, llámame tu mamá. Hazme olvidar con tus caricias y con ese nombre querido,

Page 164: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— s o que pronunciado por un hijo, llega derecho al corazón de una madre, las angustias que acabas de causarme. Consuélame también, añadió llorando, de la pérdida de mi pobre madre .

—jAl fin tengo una mamá! decia Alfredo dando palmadas y arrojándose después al cuello de la baronesa:

—¡Oh! mi llavecita de oro, ¡qué bien he hecho yo en haberte conservado con tanto cuidado! ¡Qué bien he hecho en obedecer lo que me mandaron!

Porque si Alfredo no hubiera conservado la llave, si no se hubiera distinguido por su empeño en guardarla y en ejecutar lo que su abuela le habia mandado. . . ¿quién sabe? Tal vez su madre hubiera tardado en reconocerle. La caja era de secreto y sin la llave solo rompiéndola podian abrirla: rompiéndola, probablemente hubieran hecho pedazos los retratos, y Dios sabe cuanto hubiera perjudicado esta circunstancia al pobre Alfredo.

Esto prueba que nada pierden los niños en obedecer sin reflexión lo que mandan los padres.

EL PADBI.YO Y EL AHIJADO.

Padrino es el que tiene á una criatura en la pila, durante la ceremonia del bautismo, sirviéndola de padre espiritual. El padrino y la madrina

Page 165: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— !)i —

contraen con ella parentesco espii itual, que es impedimento del matrimonio. Antiguamente el padrino y la madrina tenian que asistir al sacramento de la confirmación. El parentesco espiritual del padrino y la madrina con la criatura bautizada, es el que sirve de impedimento para el matrimonio , pues ha caido en desuso el rigor de las leyes canónicas, respecto al que los padr i nos contraían entre sí. No es solo para el acto solemne del bautismo y en los primeros dias de la vida, para lo que son llamados los padrinos, también se da este nombre á los que intervienen como testigos en los desafios y actos de empeño, asi como se daba antiguamente á los que asistían al que iba á recibir la orden de caballería. En todos estos casos se llama ahijado, á la criatura que se tiene en la pila, ó á la persona que se asiste en lances de honor y de lucimiento.

A principios de este siglo habia en San German en Laye, un acreditado colegio de niños, situado en ia calle de las Ursulinas, á el lado de otro colegio de señori tas, dirigido por la célebre madama Campan. Todas las celebridades militares de la época, colocaban sus hijos á pupilo en el uno ó ql otro de los establecimientos. Sucedió que el director del colegio de niños tuvo una hija, y al tiempo de ir á bautizarla, cayó súbitamente enfermo el amigo de casa que habia de servir de padrino. Un niño que jugaba á los soldados con sus camaradas , dejó de pronto sus evoluciones y presentándose al director, le dijo:

—Yo quiero ser el padrino de vuestra hija.

Page 166: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 82 —

—¿De veras? dijo el maestro, ¿sabes bien la doctrina?

—Si, señor. —Pero ignoras que un padrino tiene graves

deberes que cumplir respecto de su ahijada. Qué en caso de necesidad debe servirle de tutor, de consejero, de amigo

— Pues bien, yo seré todo eso. La invitación fué aceptada, y este padrino de

que hablamos, este niño que jugaba à los solda-(ios, era Eugenio Beauharnais, hijo de Josefina y adoptivo de Bonaparte, entonces general. Después Eugenio, siendo virey de Italia, enviaba cada aniversario del bautismo un regalo á la hija del director del colegio.

No solo se da el nombre de ahijado á la criatura que se tiene en la pila, también se da, y con propiedad, á la que se recibe en vez de hijo, al tierno niño ó desventurada niña que, habiendo perdido á sus padres ó abandonados por estos, encuentran, sin embargo, personas compasivas que ios admiten entre sus hijos, y aun les dan este nombre, cuando á ellos directamente no se los ha concedido la Providencia. Elijamos un ejemplo entre muchos que se citan de estos actos generosos.

Un sencillo labrador, que siguiendo el tardo paso de sus bueyes, se hallaba arando unas tierras á orilla del camino real, suspendió de repente su trabajo, para ver pasar un elegante carruage, que por el dicho camino venia. Contemplaba con la boca abierta, como sucede al sencillo habitante

Page 167: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 83 —

de los campos, el lujo del coche y el brio de los caballos, cuando advirtió, que parándose el c o che, le hacian desde la portezuela señas para que se llegase. Hízoloasi, y un caballero, dándole una moneda de oro, le propuso si queria llevar un canastillo cubierto que le mostró, al dueño de una granja ó caserío que se divisaba á lo lejos, y cuyo nombre le dijo también. Convenido el labrador, cogió la cestiila y partió muy gozoso; pero á poco rato sintió que una cosa se movía dentro de la cesta y en breve escuchó el grito de un recien nacido. Suspenso el buen hombre depositó el canastillo sobre una piedra del borde del camino, y levantando una punta de la cubierta, se halló efectivamente con un niño muy lindo que sonreía y le alargaba los bracitos.

—¡Pobre criatura! esclamó ¡qué hermosa es! Espera, espera, que voy corriendo á que te den de mamar.

Y volviendo á coger su cesta, aceleró el paso en términos que llegó casi corriendo y sofocado á casa del otro labrador, á quien contó todo el lance y entregó el depósito. Pero tanto aquel hombre como su muger, se pusieron muy furiosos y se negaron á recibir la criatura, d ic iendo:

—Nosotros no tenemos por qué, ni para qué encargarnos de ese chiquillo.

—¿Pues qué he de hacer yo con la pobre cr iatura?

—Volverte con ella por donde has venido. Anda, bobo, llévala á la inclusa.

—¡A la inclusa!.. . eso si que no, contestó el

Page 168: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— B4 —

honrado labradoi-. Mi muger está ahora dando de mamar á uno de nuestros hijos. También guar dará algo para este y Dios ios ha de sacar a d e lante.

Marchóse con el canastillo á su casa, y entregó aquel regalo á su pobre muger, que no menos sensible y caritativa que él, consintió desde aquel momento en distribuir la leche de sus pecnos, entre su hijo y el ahijado. Sacaron á este del canastillo y ¡oh sorpresa!. . . se encontraron una buena envoltura y debajo de todo una bolsa con valor de cien ducados y una carta. Jamás habian visto aquellas pobres gentes tanto dinero j u n t o , y sin embargo, lo que mas les llamaba la a t e n ción, era aquella carta á la que daban vueltas y mas vueltas, pues ninguno sabia leer. El marido no fiándose de nadie, fué á buscar al señor cu ra , el que leyó el papel en estos términos :

«Guíaese á este niño con el mayor esmero. Ahí va una cantidad para los primeros gastos que se originen, y ya se irá enviando mas, s u c e sivamente, sin perjuicio de la buena recompensa que se entregará, cuando Dios quiera que se pue da ir por la criatura.»

Los aldeanos dieron gracias i Dios por aquel favor inesperado, y la noticia corrió prontamente de boca en boca. Lo mas notable es, que el labrador que primeramente habia rehusado recibir al niño, asi que supo la chiripa que habia dejado escapar, vino á reclamarle como una cosa que le pertenecía. Hubo hasta pleito, pero los pobres aldeanos saheron libres y sin costas, adjudican-

Page 169: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 8S —

LA NODRIZA.

Renunciar una madre al grato deber que le puso la naturaleza y rehusar á su hijo el jugo de sus pechos, para confiar este deber á una muger á quien no conoce, cuya complexión no sabe si es adecuada á la de su hijo, y de cuyas costum

bres é inclinaciones acaso no tiene seguros infor

mes, es una acción que solo puede disculpar una estrema necesidad, y sin embargo, no faltan ejemplos de personas que por la falsa preocupa

ción de que el dar de mamar debilita á la madre y destruye su salud, confian este cuidado á el ama de cria ó sea á la nodriza.

En el supuesto de que solo se ha de recurrir á este estremo por urgente necesidad, son indis

pensables las mayores precauciones para asegu

rarse de la moralidad y del buen carácter de la nodriza, pues sabido es que ios niños están e s

puestos á la influencia de los vicios, genio é in

clinaciones de la muger que les da do mamar, y юг esto es necesario que sea de buenas costuna

)res. genio apacible y humor alegre. Gomo que las enfermedades físicas se t rasnu

doles el niño la justicia, y mas todavía sus verda

deros y ocultos padres, que con la primera can

tidad que enviaron á aquel honrado matrimonio, acompañaron su consentimiento para que le cria

sen y la promesa de mayor recompensa.

Page 170: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— s o ten fácilmente c o n la l eche , es indispensable en la nodriza la buena salud y la robustez, cuando el niño á quien ha de criar sea grande y vigoroso; pero es de advertir que la misma robustez y abundancia de leche de la nodriza seria un mal, cuando la criatura fuese endeble y enfermiza.

Es mas difícil de lo que se cree el encontrar una muger, cuya leche tenga aquel punto de p re paración que mas conviene á una criatura á quien no ha dado el ser y con quien nada la asimila; que tenga una complexión o mas idéntica posible á la de la madre . A veces por la diíicultad de combinar estas circunstancias, las criaturas se desmejoran visiblemente, sin que en la nodriza se advierta defecto notable ó falta de cuidado. Otras v e c e s también, el interés hace ocultar á las amas algún defecto que pudiera perjudicar á su colocación.

Según los facultativos, la mejor edad de las nodrizas es entre los veinte y los treinta y cinco años. La leche debe ser de cuatro ó cinco meses después del parto, blanca, abundante, ni muy acuosa, ni muy espesa: los pechos medianos, con venas gruesas"^y elevadas y el pezón moreno, son n n indicio de la abundancia y sanidad de la leche.

Las morenas, de pelo negro ó castaño oscuro, de medianas carnes, encías frescas, dentadura hmpia y aliento puro , son reputadas como las mejores amas de c r i a ; pero no basta que estas y las demás cualidades de la nodriza las posea al encargarse del niño, sino que es menester las posea

Page 171: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 87 —

durante todo el tiempo que le dé el pecho. La lactancia artificial de que tantas maravillas

se cuentan, es un procedimiento todavía en mi concepto de dudosos resultados, y que en todo caso debe exigir mucho mas esmero y mas precauciones que la lactancia natural. Los ingeniosos medios que para la artificial se proponen, no s e rán aplicables á todas las ciiaturas y noescluyen las dudas que pueden ocurrir , acerca de la cantidad y la calidad del alimento que se les suministra.

En fin, la época de la lactancia es la mas importante y peligrosa para los nifios, asi como muy difícil encontrarles ama con todos los requisitos necesarios; pero una vez conseguido esto, por una feliz casualidad, parece que se trasmiten á la nodriza los lazos de tierno afecto que unen al niño con la madre, no siendo único el ejemplo que vamos á referir de niño que ha dado el dulce nombre de madre, no á la que le ha concebido y le ha tenido cn su vientre, sino á la muger estraña que , en vez de la verdadera madre, ha suplido en él la obligación de la naturaleza.

En una mañana o&cura, y nebulosa del mes de noviembre de 1717, lloraba y daba quejidos lastimeros un niño recien nacido, abandonado en las gradas del pórtico de la iglesia de San Juan Lerond, situada en el centro de París y no lejos de la catedral de Nuestra Señora.

Allí hubiera perecido yerta de frío la pobre criatura, que era en estremo delicada; si sus gr itos no hubiesen atraído en rededor suyo á varias

Page 172: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 58 —

mugeres, casi todas ellas porteras ó sirvientas en las casas inmediatas.

—¡Qué hermoso y qué finito es! decian. —¡Qué crueldad! esclamaba otra, yo no sé co

mo hay mugeres que tengan valor para una cosa semejante.

—'Y debe ser de buena familia: vea usted que panales tan ricos tiene.

Después de haber charlado mucho, después de haber mirado y remirado á la criatura, apurando todas las conjeturas acerca de ella, y aun después de haber murmurado sin caridad de t o das las personas de quienes sospechaban pudieran ser padres de aquel niño, viendo que su de bilidad era cada vez mayor, le llevaron al comisario de poUcía del cuartel, y le contaron de que manera le habian encontrado.

El primer pensamiento fué llevarle á la casa de espósitos ; pero atendido el estado del niño y su delicada complexión, esto hubiera sido para él una muerte segura. Felizmente estaba allí una pobre muger, esposa de un vidriero llamado Re-naud, la que cogiendo el niño en sus brazos, esclamó con ternura:

—¡Jesús! ¡Si no tiene alientos para llegar allá! Señor comisario, yo me hallo en estado de criarle á mis pechos, y si usted es gustoso, no tengo inconveniente en encargarme de este pobrecito.

—Soy gustoso, y además doy á usted mi palabra de que su buena acción no quedará sin recompensa.

- - S e a lo que Dios quiera: el pobrecito está mas

Page 173: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— »9 —

muerlo que vivo y si consigo sacarle adelante, bien puede decir que yo soy su verdadera madre ¿Lo oyes? si: ¡tu madre!

Y al decir esto, besaba y abrazaba con efusión á la pobre criatura.

líl comisario hizo estender el acta de todo lo ocurrido, según resultaba de las declaraciones de los testigos é hizo entrega formal del nifio á la buena muger, diciendo:

—En virtud de que no han dejado con el niño ninguna señal, ni escrito que esprese su nombre, y mediante á que ha sido hallado en el pórtico de San Juan Lerond, el santo tutelar de la iglesia será el santo de su nombre y le llamareis Juan Lerond.

La vidriera tomó tan á pechos la crianza del niño, que á fuerza de cuidados y de un esmero verdaderamente maternal, consiguió asegurar su existencia, que tan incierta parecía, y que se criase robusto y alegre. Cada inocente caricia del niño era mas que suficiente recompensa para aquella buena muger, que pensó perder el juicio de alegría la primera vez que escuchó al niño que la llamaba mamá.

—Gracias ¡Dios miol esclamaba y gracias á tí quien quiera que seas la verdadera madre de este niño, porque me has cedido tan precioso títu lo .

Esta alegría se turbó cuando un desconocido, sin esperar respuesta, entregó un dia en su casa unos títulos de 1,200 libras de renta á favor de Juan Lerond; porque la compasiva nodriza cono-

Page 174: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 60 — ció que habia quien velaba sobre aquel niSo y que seria muy posible le arrebatasen algún dia la prenda de su cariño. Hubiera querido que fuese pobre como ella, para que asi nunca se apartase de su lado, pero al fin convino en que aquel di nero no venia del todo mal, pues le proporciona-ria dar á su niño lan brillante educación como pudiera recibir el mejor señorito de París.

Puesto en un colegio desde los cuatro años de edad, fué recorriendo todos los estudios con tal aptitud y tan feliz memoria que los maestros estaban asombrados. Todas las materias abarcaba, aun las mas serias, hasta que llegó á fijarse en el estudio profundo de las matemáticas, cuyas demostraciones tanto satisfacían á su entendimiento. Los descubrimientos que hizo de dia en dia ensancharon notablemente el dominio de esta ciencia: las academias de Europa premiaron sus trabajos y le abrieron sus puertas, y en breve Juan Lerond de Alembert fué tenido por el primer matemático del siglo diez y ocho.

Entretanto ¿cuál era la conducta de Alembert con !a pobre muger que le habia criado á sus pe-chost Todos sus triunfos á ella los referia, todos sus honores en ella r edundaban , y bs mismas cartas que le escribía Federico 11 de Prusia, t e nian que venir con el sobre á Madama Renaud, v idr iera , de cuya compañía no habia querido Alembert s epa ra r s e , rehusando por esta causa las ventajosas ofertas de Catalina 11 y de Federico n de Prusia.

En fin, la prueba mas brillante que dio Juan

Page 175: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— CI -

LA m U u .

Se da este nombre á la m u g e r , joven por lo regular, encargada de cuidar á los niños, de entretenerlos, cuando todavía están al pecho, y de sostener y dirigir sus primeros pasos , cuando empiezan"'à andar.

El cargo de niñera no es, sin embargo, para confiarse á la primera inesperta muchacha que llega, llevada mas de la utilidad que le pueda reportar su ocupación, que de un verdadero afecto á los niños. Muchos de estos, por descuido de las niñeras, contraen malos hábitos, difíciles de desarraigar, ó suficn lesiones que los desgracian para toda la vida. ¡So cumplen, pues , las madres, dando meramente el pecho á su niño, y luego con motivo de sus ocupaciones ú otro peor, con-

Lerond de Alembert del cariño entrañable que tenia à su madre adoptiva, fué cuando Madama de Tencin, en cuyo salon se reunían todos los hombres célebres de la época, le invitó á sus reuniones, y después de haberle hecho mil obsequios y de haber elogiado altamente su talento, se arrojó á sus pies , y llorosa y arrepentida declaró que era su madre.

Alembert se levantó con la mayor frialdad y haciendo un saludo contestó:

—La señora Renaud, vidriera en la Cité, esa . . . es mi madre .

Page 176: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 62 —

EDVG\C10N UE F\M1LU.

En el primero y segundo año de la vida, antes que el tierno niño tenga fuerzas para andar so lo , y para no exigir una persona que vigile

fiándole al cuidado de una muger estraHa , sino que es menester ejerzan sobre esta, continua y activa vigilancia; de lo contrario incurren en grave responsabilidad.

De las niñeras unas son torpes y distraídas, otras son indiferentes, y aunque el niño se d e s pepite á llorar, permanecen como insensibles, y no faltan otras que para hacerle callar, le asustan ó intimidan con ruidos espantosos, con voz bronca, con amenazas del coco, y otras tonterías que producen á las tiernas criatiaras sueños fatigosos y convulsiones.

El modo de llevar en brazos á los niños, ya de un l ado , ya de otro ; el de mecerlos en la cuna con suavidad y sin a turdidos; el de l levarlos de los andadores sin violencia, sin llevar el cuerpo caido hacia delante, y sin que adquieran vicios de conformación en ía espalda y en las piernecitas; la exposición al sol y ta intemperie; el uso de los alimentos y otras mil cosas que no se ocultan á las madres, no están al alcance de una muchacha inesperta, y sin instrucción y sin vigilancia, mal las podrá desempeñar .

Page 177: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 63 —

constantemente á su lado, la educación que ha de recibir, debe ser de familia.

Proporcionar esta educación, se halla al alcance de todos, porque no tratándose todavía, por la corta edad del niño, de la instrucción in-leleclual, propiamente dicha, todo se reduce á los cuidados físicos que el niño requiere, y á la buena dirección moral que necesariamente reclama. Por lo tanto, esta importante educación en el seno de la familia, nunca puede estar fuera del alcance de los padres, hermanos, y muy pa r t i cularmente de las madres.

jLa madre! ¿Quién como ella puede ejercer mejor y mas saludable influencia en el niño? Ella es la que después de haberle criado á sus pechos y de haberle prodigado sus primeras atenciones, ha recibido también sus primeros halagos, y ha observado los primeros destellos de la razón en aquel ser tan querido.

Las graves atenciones que distraen á los padres, y el cuidado de sostener la familia que sobre elios gravita, no les dejan ejercer la misma influencia que las madres, y aun dado caso que así sucediese, el tiempo les faltarla para ello; pero las madres , todo su tiempo lo consagran á los niños; en todas ocasiones los tienen á su lado: ellas les comunican las impresiones que han de ser indestructibles en el resto de la vida, y el entendimiento y el carácter de los niños, allí se forma por ellas y á vista de ellas.

La Providencia, pues, ha confiado á los padres de familia el cuidado de la primera educa-

Page 178: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 64 — cion de sus hijos. A la madre, el cuidado de fortalecer su cuerpo, protegiendo su existencia con toda la prevision, con todo el celo que su amor es capaz de inspirar. Al pad re , aquella sever i dad y firmeza que no están reñidas con el cariño, y que son tan indispensables para dirigir al niño desde sus primeros años, por la senda del bien, para reprimir los defectos nacientes y para estir-par , en fin, el germen de cualidades vergonzosas que seria difícil, si no imposible, estirpar en lo sucesivo. A los hermanos, por último, corresponde inspirar aquel sentimiento afectuoso que estrecha los lazos de la familia y que tanto embellece sus inocentes juegos. ¡Dichosa la familia donde reina este sentimiento de fraternidad, y donde se halla reunido tan feliz conjunto de c i r cunstancias!

Todo cuanto se pudiera decir, respecto de la educación familiar, se cifra en una cosa muy sencilla, en una regla que es de la mayor importancia observar. Lo que decide del porvenir de un n iño; lo que forma la base de su carácter , es aquello á que se va acostumbrando desde los primeros dias de su existencia; por consiguiente, la fuerza de la costumbre, ha de ser mas poderosa para él que todos los preceptos que en lo sucesivo se le impongan. He aquí por qué es de la mayor importancia, el prevenir los defectos, para no tener luego que corregirlos, y esta es la sencilla regla de que depende el que el niño sea el consuelo de sus padres y grato á todas las personas que le rodeen.

Page 179: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— t )S —

eRÜGMS DE LA INFANCIA.

La edad de la infancia, con el candor y la ternura que la caracterizan, y con la belleza física de los que en ella se encuentran, tiene un atractivo irresistible. Todos los que han querido r e presentar bajo una forma material los seres inmateriales de singular belleza, han acudido para ejecutarlo á la graciosa forma de un nifio. Los espíritus puros que rodean el trono del Altísimo, los amores que tanto dominio ejercen en todos los seres criados, los ceQrillos que dan vida á las plantas y á las flores, todos han sido representados por medio de nifios. La infancia ha sido siempre la risueña imagen de la inocencia, de la pureza y de la felicidad: su ternura nos conmueve.

Tanto para precaver los defectos, como para estirparlos en el caso que lleguen à manifestarse, es indispensable que haya docilidad en el niflo, ó mas bien que se le haya acostumbrado á ella: sin este requisito es imposible dar una buena di rección á sus inclinaciones, precisamente en la época en que es mas fácil dirigirlas á la perfección, (luardémonos de contrariar la naturaleza, de sofocar toda buena inclinación que se manitiesto, y fomentémosla por el contrario, antes que descuidada degenere en vicio. Si fomentamos las buenas, en ese mismo hecho, debilitamos ó estin-guimos las perjudiciales.

Page 180: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— Üt í —

su lonfiauza nos interesa, su sonrisa nos encanta, su voz y sus movimientos nos agradan.

¿Qué será cuando á estas gracias natiu-ales, añaden ios niños las de su buen comportamiento como los que ahora voy á citar?

(LECTURAS FACILES).

ADELA era una niña tan graciosa como condescendiente con sus compañeras, y sin embargo de la deferencia que con ellas tenia, jamás ejecutaba lo que ellas proponían, cuando era contra lo que habia mandado su mamá. Era muy amiga de cumplir con su obligación, y aunque resistia á las malas insinuaciones de sus compañeras, no por eso las dejaba disgustadas. Por eso Adela era tan querida, porque la condescendencia en los niños es la señal de otras muchas gracias.

PABLO. Yendo un niño de visita con su mamá á casa de unos amigos, entró en la sala donde habia un papagayo. El amo de la casa le tenia en la mano y le estaba acariciando. El niño, que era muy vivo de genio, s e acercó para acariciarle también.—¡Cuidado, le dijo el amo de casa, que te va á dar un picotazo!—¿Pues cómo á tí no te le dá?—Porque á mí me conoce.—Pues bien, dile que yo m e llamo Pablo. /

LuisrrA era una niña muy bonita, con ios ojos negros y las mejillas encarnadas; pero era aun mas bonita porque era modesta, humilde y ca-

Page 181: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

l iada. Las o t ras n iña s r evo l tosas la e n f a d a b a n , p e r o Liiisita p e r d o n a b a s u s in ju r ias , p r o c u r a b a hace r felices á t odas s u s a m i g a s , y las a m a b a m u c h o á t o d a s . Mas a m a b a á sus p a d r e s y á s u s h e r m a n o s . Luisi ta es taba s i e m p r e j u n t o á su mad r e . ¡Oh! por eso Luis i ta e ra t an b u e n a . El m o delo del a m o r es el co razón d e u n a m a d r e .

HAMON e ra u n n iño tan l impio q u e d a b a gus lo \ e r l e . C u a n d o pasaba por la cal le t o d o s los v e c inos sallan á s u s p u e r t a s y d e c i a n . — ¡ M i r a q u é s e ñ o r i t o ! — ¡ Q u é bon i to e s ! — ¡ Q u é l impio va! — . \ s í m e g u s t a n á mí los n i ñ o s . — U n d ia q u e se p a s e a b a por el Re t i ro con su p a p á , q u e le l levaba ( l e l a m a n o , se e n c o n t r a r o n con la R e i n a . Como le vio t an a s e a d o y tun b o n i t o , le l lamó y le e s t u v o h a b l a n d o c o m o si fuese su m a d r e , y al d e s -j i ed i r se , c u a n d o su p a p á q u e r i a q u e besase á la i leuia la m a n o , la Reina le besó en la f ren te .

J u A M T A p o n e s i e m p r e el m a y o r e s m e r o en el aseo d e su p e r s o n a , s i e m p r e se la vé con la cara v las m a n o s b ien l impias , n u n c a hay m a n c h a s en sus ves t idos ni e n s u s l ib ros . C u a n d o va po r la calle e l ige los sit ios mas l impios , d o n d e no p u e da coger polvo ni l o d o ; c u a n d o se acues t a por la n o c h e , de ja toda su ropa a r r e g l a d i t a e n u n a s i lla. En la mesa c o m e con t a n t o a seo y con t a n t a g r ac i a , q u e s u s p a d r e s , solo p o r ve r l a , hacen (¡ue se s i e n t e m u c h a s v e c e s á su l ado .

EDUARDO salia d e casa d e su abue la l l e v a n d o en s u s m a n o s u n l indo pa jar i to q u e es ta le habia r e g a l a d o . El pajari l lo e s t aba t u d o a z o r a d o y E d u a r do senl ia en s u s m a n o s los l a t idos del corazón de !

Page 182: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 08 —

pobre animal que todo se lo temia de su nuevo poseedor. Este sin embargo no era de aquellos niños que se complacen en hacer daño á los animales, y abrigaba por el contrario tan buenos y piadosos sentimientos, que sentándose en uno de los bancos de piedra que habia en la calle de árboles que venia atravesando , habló así á su prisionero:

—No tengas miedo, pobre pajarillo, que ningún daño te voy á hacer. ¡Ah! estás tan inquieto porque sabes que tus hijitos te están esperando en el nido, que están piando por tí y que se morirán de hambre, si no vas á socorrerlos. Tal vez tu compañera llora tu ausencia, te llama y te busca por todas partes. Vas á recobrar tu libertad, querido pajarillo, y ten cuidado de no dejarte engañar por el pérfido reclamo ó el cebe» seductor. Ahora, vuela, vuela, pajarillo feliz.

No esperó el pajarillo que se lo repitiesen dos veces, y así que Eduardo abrió su mano voló al árbol inmediato, y de allí sin tardanza se remontó por los aires. Eduardo siguió regocijado con la vista á el pajarillo, muy satisfecho de lo que acababa de hacer, y otros muchos pajarillos, como si quisieran festejará su libertador, vinieron á posarse en los árboles inmediatos, ejecutando en aéreo concierto sus trinos mas armoniosos.

Page 183: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

Desde los primeros años de la vida han descubierto muchos niños una inclinación á los ejercicios propios de la carrera que hablan de recorrer con triunfo. Se ha adivinado cuál seria el porvenir de los niños, a! ver los estudios é inclinaciones de su infancia. Parece que conocedores do su talento y disposición . para un determinado ramo de saber, se ven atormentados por ejercitarse en él y arden en deseos de manifestar de lo que son capaces.

—Leibnitz perdió á su padre á la edad de seis años; pero su madre, muger de talento, cuidó de su educación; desde luego manifestó una disposición general para toda clase de estudios, que r e veló el genio inmortal, que habia de sobresalir en todas las ciencias.

—Candiac aprendió desde la cuna á distinguir las letras, á los treinta meses ya las conocía, y á los tres años leia perfectamente en latin y francés, impreso y manuscrito.

—Üzanam á los diez ó doce años se pasaba las noches enteras en el jardin de su padre , contcm-)lando los astros, y á la edad de quince años ya labia escrito el primer tratado que reveló su saber en la astronomía.

—El marqués de L' Hôpital tenia siendo niño muy poca afición al estudio del latin y de las hu-

Page 184: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

inanidades, uno de sus maesíros estudiaba pr i vadamente las matemáticas en ios ratos que su destino se lo permitía, y por una casualidad e'¡ niño vio un dia los triángulos, círculos y demás figuras de la geometría. Desde entonces se declaró en él aquella disposición natural que revela un gran talento, y estudió con pasión las matemáticas, basta ponerse en estado de resolver algún dia los problemas mas difíciles de Pascal.

Las disposiciones natui-ales son las que revelan mas pronto estas inclinaciones de los primeros años, y las que producen resultados mas ventajosos que los obtenidos á fuerza de trabajo. Así se vio en el célebre V'icencio Viviani, tan hábil en geometría, el cual anunció desde pequeñito en la escuela del grande Galileo los progresos que habia de hacer en esta ciencia.

—Mr. Varignon, hojeando, cuando era pequeño, varios libros en la tienda de un librero, se encontró con unos elementos de Euclides y apenas miró las primeras páginas, cuando se reveló en él aquella inclinación á las verdades geométr icas, que tanta influencia habia de ejercer en el resto de su vida. Tan cierto es que las disposiciones é inclinaciones naturales se manifiestan así que hay un objeto que las determina.

—Kl célebre Fagon, tan conocido por sus de.s-cubrimientos en botánica, por sus viages científicos y por las mejoras que introdujo en el jardin de plantas ó sea el jardin botánico de París, habia nacido en este mismo jardin; por consiguiente, los primeros objetos que .se presentaron á su

Page 185: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

71 —

VIRTUDES DE LA INFANCIA.

En U t e m p r a n a e d a d d e la v i d a , es fácil d e s c u b r i r ya el g e r m e n d e las v i r t u d e s q u e m a s a d e lan te han d e ' e m b e l l e c e r nvieslra ex i s t enc i a .

El t i e rno n iño mani í ies ta p r i m e r o u n a tiniide;-y u n a v e r g ü e n z a q u e le i m p i d e c o m e t e r f i l t a s , v le hace a v e r g o n z a r s e d e e l las . La a m i s t a d y la b e nevolenc ia ie hacen b u s c a r la soc iedad ' d e los o t ros n iños d e su e d a d y c i r c u n s t a n c i a s para r e c r e a r s e con ellos, al m i s m o t i e m p o q u e lo b o n d a d

\ i s l ì fueron las p l a n t a s , y las p r i m e r a s pa l ab ras q u e a r t i cu ló , n o m b r e s d e p l a n t a s , d e modo q u e !a bo tán ica fué, p o r dec i r lo as í , su l engua m a t e r n a l .

— D a n i e l T a u v r y , q u e t an to bril ló en la Acade mia d e Cienc ias , no t u v o m a s m a e s t r o q u e s u p a d r e , q u e le e n s e ñ ó , casi d e s d e la c u n a , las lenguas s ab i a s , ha l l ando tan felices d i spos ic iones en el d i sc ípu lo , q u e á los n u e v e a ñ o s y m e d i o , ya le hizo s o s t e n e r p ú b l i c a m e n t e conc lus iones d e ló;j;i-ea , y |)ocos a ñ o s d e s p u é s conc lu s iones genera le- ; d e filosofía. Como el p a d r e d e Daniel ora m é d i c o , le l levaba cons igo á la visita d e los hosp i ta les , y aun le d a b a a l g u n a s lecc iones d e m e d i c i n a . Es to bas tó p a r a q u e á los q u i n c e a ñ o s fuese g r a d u a d o d e d o c t o r en med ic ina po r la u n i v e r s i d a d d e An-ge r s y para q u e á los d iez y ocho pub l i ca se en. Par í s las o b r a s q u e le han i n m o r t a l i z a d o .

Page 186: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 72 —

LA OBEDIENCIA.

Yo conocí una niña llamada Olalla, á la que nunca era preciso mandar dos veces una misma cosa. Obedecía al instante sin hacerse de rogar, sin dar una mala respuesta, cuando la pedían que ejecutase alguna de las habilidades y monerías de su infancia. Jamás deseaba lo que tenian las otras niñas; se contentaba sin replicar con lo que le daban, y cuando le negaban alguna cosa, no por eso se ponia triste y de mal humor. Bien vela ella las rabietas que tomaban otras niñas por esta causa, las lágrimas y gritos con que procuraban alcanzar lo que apetecían; pero este mal ejemplo nunca fué unitadopor la juiciosa niña. Es verdad que de poco le hubiera servido con su madre, (jue sabía que las condescendencias en este caso solo sirven para hacer á los niños mas incómodos y caprichosos. Todo al contrario, algunas veces se complacía de intento en probar la obediencia •Je Olalla que nunca dio motivo de queja. Acos-^

le inspira afecto hacia tojos los seres sensibles, y la compasión le hace interesarse por los que sufren .

Vamos á presentar en acción algunas de estas virtudes, formando lecturas fáciles y sencillas para uso de los niños, y alternando con otras materias que no van tan espresamente destinadas para ellos.

Page 187: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 73 —

LA COMPASIÓN.

Carlos, trepando por un árbol y montando encima de una gruesa rama, pilló un nido de pajaritos. El nido era de tierra y de pajas, y por dentro de plumitas blandas. Los pajaritos eran tres muy chiquitos y abrian el p ico , porque tenian mu 'ha hambre. Garlos bajó poco á poco del árbol muy contento con sus pajaritos, pero otros dos mayores venian volando detrás de Carlos y dando piadas muy tristes. Los pájaros mayores era el papá y la mamá de los chiquitos, y lloraban porque aquel niño les robaba sus hijos. Carlos entendió lo que pedían los padres, y como era muy compasivo, volvió á poner el nido en el á r bol, lo mismo que antes estaba. Entonces todos los pajaritos cantaron de alegría.

lumbrada de antemano al sufrimiento, cesaba de ejecutar una cosa á la menor insinuación de que no convenia hacerla, cediendo antes que disgustar á los demás. Cuando la preguntaban alguna cosa respondía al instante, sin hablar entre dientes, ni refunfuñar como otros niños. En vista de tal conducta, ¿qué maravilla es que todaslas amigas de su mamá quisiesen mucho á Olalla y la llevasen todos los dias à jugar con sus niños?

Page 188: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LA URBANIDAD.

No hay cosa que tanto guste en los niños, ni que tanto prevenga á su favor, como el esmero que algunos ponen en aparecer corteses y bien educados. A este desvelo debía la niña Úrsula el estar bienquista en todas las visitas, tertulias y concurrencias , aun de personas mayores , y el ser citada como modelo á las otras niñas de su misma edad. Por supuesto, siempre se presentaba con su vestido aseado, la cara y las manos limpias , conociéndosele el cuidado que en esto ponia, cuando iba por la calle ó se sentaba en alguna visita. En ninguna parte se conoce mejor la urbanidad y finura de una persona como en la mesa, y por esta razón, callando otras recomendables circunstancias de Úrsula, solo referiré lo que hizo un dia que la convidaron á comer fuera de su casa. Sí en todo tiempo cuidaba Úrsula mucho de la urbanidad, al verse en medio de una reunión de personas de elegante cortesanía, (que son entre las que mejor se aprende) redobló su atención, procurando observar cuanto ejecutasen. No se fué á encaramar en el sitio que mas le gustaba, sino que esperó á que colocados los sugetos en sus respectivos asientos, la designase el suyo el dueño de la casa. Bien colocada en su asiento, desdobló la servilleta, puso á la derecha el tenedor y la cuchara y empezó á servirse de ellos sin

Page 189: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

m a n o s e a r , ni m e t e r m u l o . Comía con d e l i c a d e z a sin a t a s c a r s e la boca , ni engu l l i r á dos car r i l los , sin mani fes ta r ans i a , ni m i r a r á los p la tos a g e -n o s . C u a n d o ten ia q u e b e b e r , d e s o c u p a b a p r i m e r o y se l impiaba la b o c a , t o r n a n d o el vaso con u n a sola m a n o ; a u n q u e con p r e c a u c i ó n . Asi l l e gó con toda felicidad has ta los p o s t r e s , c r e y e n d o q u e n a d i e la o b s e r v a b a , mas no s u c e d i ó as i , p o r q u e el duefio d e la casa q u e hacia los h o n o r e s del f e s t i n , hab i a e s t ado al d i s imulo o b s e r v a n d o s u s m o v i m i e n t o s , y n o t a n d o e n t o n c e s q u e Ursu la dir igía Oleadas d o c o m p l a c e n c i a hac ia la fruta q u e hab lan s a c a d o , s in a t r e v e r s e à t o m a r ni á | )edir n a d a , á p e s a r d e ia t e n t a c i ó n , escogió u n a p e r a e squ i s i t a , q u e m o n d a d a y p a r t i d a p o r él , sirvió en u n pla to à la n i n a , h a c i e n d o con m o t i v o d e esta fineza e logio púb l i co d e s u s p r e n d a s .

L O S C A R A C T E R E S .

EL GLOTÓN.

Gabr ie l e ra un n iño m u y bon i t o y muv amab le ; pe ro q u e afeaba t an b u e n a s c u a l i d a d e s po r su e s t r e m a d a g lo toner í a . No sat isfecho con las c o m i d a s r e g u l a r e s , r obaba a z ú c a r , f ru tas , b izcochos y c u a n t o pod ia t o m a r en la coc ina y d e s p e n s a d e su casa . Como t o m a b a m u y bien s u s p r e c a u c i o n e s , y a d e m a s nad i e c re ia q u e a n d u v i e s e en e s tas r a t e r í a s u n n iño á q u i e n n a d a faltaba jun to

Page 190: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 7e —

LA CURIOSA.

Una niña llamada Carlota, no solo incurría muy á menudo en un esceso de curiosidad, sino que tenia el vicio de tocar , revolver y escudriñar todo lo que vela capaz de escitar sus curiosos deseos. Ya habia conocido por su propia esperiencia cuan peligroso podia ser en algún caso

á sus padres, vinieron á sospechar en !a pobre criada á la que riñeron y aun amenazaron con despedirla de la casa. La pobre muger que no sentía tanto esto, como el ser tratada de ladrona siendo inocente, viendo ademas que Gabriel no tenia valor para declararse culpable, aunque co-ruDcia muy bien los daños que resultaban, le anduvo siguiendo los pasos y cuando le pilló en el garlito, fué corriendo á dar aviso á los padres. Acudieron estos y por el agujero de la cerradura vieron á su hijo mascando á dos carrillos, y entretanto atestándose los bolsillos de fruta, pasteles y otras cosas que habia guardadas en la alhacena. Esperáronle á la salida y en tonces , á pesar de la mamá que se puso de por medio, le sacudió el padre unos buenos zurriagazos, diciendo que le iba á llevar á donde solo comiese lentejas á medio cocer; pero como el niño temia mucho separarse de sus padres, prometió puesto de rodillas que no volverla á las andadas. Hasta ahora ha cumplido su palabra.

Page 191: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

_ Г7 —

este deseo, у mas de una vez habia llevado un fuerte coscorrón en la cabeza al abrirse de im

proviso una puerta, detrás de la que ella se ha

llaba escuchando ó atisbando por la cerradura. Todavía peor fué lo que sucedió un dia en que habiendo encontrado abierta la entrada de un gabinetillo, en que su padre tenia reunidas sus colecciones de objetos de historia natural, á cuyo estudio era en estremo aficionado, empezó á r e

volverlo y á manosearlo todo. Aconteció que en

cima de la mesa habia una cajita cerrada, y Car

lota fué allá y la abrió sin precaución ninguna. Inmediatamente salió una linda mariposa que des

plegando sus matizadas alas empezó á revolotear por la estancia: suspensa se quedó la nina al ver una mariposa tan bonita; pero conociendo al ins

tante la indiscreción que habia cometido, trató de pillada para volveda á la caja. Lo que hizo con esto fué espantar á la mariposa que escapó al instante por la ventana. Llorosa la nina y co

nociendo su falta, tuvo el buen pensamiento de ir en el acto á confesársela á su papá , y solo es

ta franca declaración con visos de arrepentimien

to, pudo librarla del castigo, porque el padre sin

tió mucho la pérdida de aquella mariposa que era de una especie muy rara.

EL ESTUDIOSO.

Eduardo era un niño que en los primeros años de su vida no tenia afición alguna al estudio. A

Page 192: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

io que si tenia una aiicion decidida, era á cor

rer por el campo, á juiíar у A trepar á los árbo

les para coger ios nidos ó la iruta. Л'о f odia él concebir cómo otros niños de su edad tenian pa

ciencia para estarse muclio tiempo estudiando con los ojos clavados en un libro, ni se figuraba r e

motamente el placer que en ello encontraban, porque Eduardo aun no sabia leer. Aconteció que un dia vino á sus manos un libro lleno de viñe

tas y grabados de mucho gus to , que represen

taban asuntos muy interesantes. Eduardo fué <;onsiderando los dibujos hoja por hoja muy di

ver t ido; pero le ocurrió una reflexión que no pudo menos de entristecerle. Hubiera él querido en el acto saber la significación de aquellas his

torias, y qué era lo que decian y hacian aquellos personages. Esta esplicacion tan deseada se ha

llaba en aquellas páginas cubiertas de letras ne

gras, él lo sabia y por mas vueltas que daba al libro no lo podia adivinar. Entonces le vino el deseo de aprender á leer, y sin dejar aquel libro de la mano, buscó quien le ayudase en su tarea. Fué tanta su aphcacion, queá poco ya leia de cor

rido y entonces la lectura fué su embeleso, su pa

satiempo favorito: empleaba en ella hasta sus momentos de recreación, y creciendo así su amor al estudio, ha llegado hoy dia á ser el primero de su clase.

Page 193: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

LA PEREZOSA.

Petra era una niña que habia que sacaría à ia fuerza todas las mañanas de ia ñama. Cuando iba á la maestra, en lugar de aplicarse al trabajo como sus compañeras, soltaba la labor y se estaba con la boca abierta, hasta que la hacian fijar la atención en su tarea. Siempre estaba rodeada de otras niñas tan ociosas como ella, y cuando estaba .sola, se moria de fastidio y aburrimiento, pues no sabia en qué ocuparse. De aquí resultó, que no habiendo aprendido á hacer maldita la cosa por sí sola, tuvo luego que valerse de todo el mundo. Si recibía una car ta , tenia al punto que buscar quien se la leyese, con peligro y recelo de confiar un importante secreto á la indiscreción de cualquiera. Como que tampoco sabia escribir, ni entendía de cuentas, tenia que valerse de un estraño, y lo que es peor, sufrir á cada paso crueles engaños, porque hay en el mundo personas tan viles y astutas que no buscan mas que su provecho á costa de los demás. Por esta causa, Petra llegó á verse tan desacreditada, que fué objeto de hablillas y murmuraciones y cuando se hallaba en una reunion, no se atrevía á decir una palabra, por miedo de escitar una sonrisa burlona en los labios de los que la miraban. La fortuna de Petra fué el haber heredado de sus padres algunos bienes de fortuna que ella supo di-

Page 194: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 8 0 —

ESTADO DE LOS NIIVOS.

LOS GEMELOS.

Se dti el nombre de gemelos, derivado tal vez de uno de los signos del Zodiaco, á los niños nacidos en un mismo parto. Generalmente es dos el número de los gemelos, pero no faltan ejemplares de madres fecundas que han dado á juz, tres, cuatro y aun cinco criaturas á la vez.

Los gemelos, como es natural, tienen mucha semejanza en la complexión, en la fisonomía, y su estatura discrepa muy poco. Los padres se complacen en aumentar esta semejanza, vistiéndolos con uniformidad, y evitando todas las s e ñales que tiendan á anular la igualdad que estableció naturaleza.

Mas estraño es, aunque no imposible, el que los hermanos gemelos tengan el mismo carácter, inclinaciones y costumbres y sean, por decirlo asi, un alma en dos cuerpos.

sipar, que de otro modo hubiera sufrido la miseria mas horrorosa. Sin embargo , le acontecía muchas veces que desesperada por verse hecha el juguete de su misma ignorancia y de la intriga agen a , lamentaba el no haber aprovechado los primeros años de su vida ; pero esto no era ya mas que un recuerdo inútil, porque aquellos aFios habian pasado para nunca volver.

Page 195: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— S I

D O S niños gemelos volvían juntos de la escuela. El uno por tirar á los pájaros, rompió un cristal de una ventana y escapó á esconderse en un portal. Salió colérico el dueño de la casa y cogiendo al niño que no huia, le tiró fuertemente de las orejas, sin que el muchacho dijese una palabra acerca de su hermano. Además, al otro dia. el dueño de la casa se presentó en la del padre de los niños, para que le pagasen su cristal. Sin replicar á las reprimendas de su padre , uno de los dos gemelos fué á buscar todo el dinero que tenia y pagó el cristal. Este hermano no era el que le habia roto.

EL ESPOSITO.

Asi se llama el niño infinitamente desgraciado, al que sus padres abandonan desde el primer dia de su existencia. La indigencia es la que les obliga generalmente á este penoso sacrificio, que hoy dia no es tan fatal á los niiios como lo ha sido durante muchos siglos. Horroroso era el abandono en que se encontraban las infelices criaturas, sentenciadas á una muerte segura, antes que la caridad cristiana fundase asilos en que recogerlos.

Entre los griegos no era delito el esponer á los hijos, y los romanos no solo podian esponerlos, sino quitarles la vida. Pero esto no solo no llegaba á verificarse, sino que los padres á quie-

Page 196: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— s e ries las ciicLiDslancias obligaban á abandonar á sus hijos, les ataban al cuello ó á un brazo una señal que les sirviese para reclamar al niño cuando las circunstancias hubiesen variado: entretanto el niño era una propiedad del que le habia recogido, y aun en algunos paises lo era siempre, cuando los padres no le habian recogido y reclamado dentro de cierto plazo. La primera providencia en favor de los niños espósitos, data desde los tiempos de Justiniano, que prohibió en el año de 530 que se los considerase y tratase como esclavos. En la edad media era obligatorio para los señores poderosos el mantener á los niños espuestos en su territorio, aunque generalmente la esposicion se hacia en las puertas de las iglesias. En todos tiempos han existido persjnas caritativas que han mantenido y prohijado á los ¡niños abandonados en su puerta; pero la fundación de asilos para recoger y cuidar indistintamente ñ los espósitos es debida A San Vicente de Paul, prolector nato de estos infelices, Merced á sus <:ar¡tativos esfuerzos, muchos asilos para los es-pósitos se fundaron, no solo en Francia sino en los demás paises de Europa, que fueron imitando el piadoso ejemplo. En España, sin embargo, no era esto una novedad, pues desde muy antiguo hubo en Madrid y en el derribado convento de la Victoria, una cofradía en cuyo instituto entraba •-•I recoger y cuidar á los espósitos. Para honra de la humanidad, un espósito es ya hoy dia un ser protegido por todas las almas sensibles y bené-licas, al que nadie puede e c h a r e n cara la ilegiti-

Page 197: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— S3 —

iniciad ó miseria de su origen, á quien se pone en disposición de no depender de nadie, atendiendo por sí mismo á su decente subsistencia. Es en fin el niño espósito un objeto de interés para todos los corazones generosos, y para los mismos formidables guerreros, que han suspendido los efectos de su venganza y su resentimiento à vista de estas infelices criaturas, como le sucedió á Napoleón en la toma de Moscou.

En setiembre de 1812, se acercaba Napoleón al frente de sus victoriosos ejércitos á Moscou, la antigua capital de Rusia. Impaciente por tomar posesión de la ciudad de los Czares y por alojarse bajo las doradas cúpulas del Kremlin, se adelantó entre la vanguardia de su ejército y subió rápidamente á una colina desde donde se daba vista á la ciudad. Alli tiró de las riendas al caballo, atónito con el espectáculo que se le ofrecía. Bien sabia él que los rusos noticiosos de su llegada hablan abandonado la ciudad que estaba convertida en un vasto desierto; pero estaba muy lejos de imaginarse, que llegaran á prenderla fuego para dar Un terrible ejemplo de su venganza y de su patriotismo. Efectivamente, los rusos al r e tirarse hablan puesto tuego al Kremlin, y las llamas que devoraban aque soberbio edificio, cun dían ya y se propagaban por toda la ciudad.

Napoleón, triste y silencioso, contemplaba aquel funesto incendio, lleno de pesadumbre, porque la destrucción de Moscou, no solo era una pérdida incalculable, sino una calamidad europea que desconcertaba todos sus planes.

Page 198: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 84 —

Entretanto iban llegando sus ayudantes, tra-yéndole cada vez mas noticias de la incendiada ciudad. Napoleón, dirigiéndose á uno de ellos, que era al mismo tiempo su secretario, y estaba muy enterado de las cosas de Rusia, le p re guntó:

—¿Qué palacio es aquel? Al decir esto, señalaba con el dedo el e m p e

rador, un edificio notable por su ostensión y su arquitectura, el que se elevaba en un estremo de la ciudad.

—Señor, le contestó, aquella es la casa de los niños espósitos, y por cierto queno son pocos los que alli se recogen. Parece que han sacado á los mayorcitos; pero todavía quedan como unos trescientos á quienes no faltará que sufrir, si vuestra magestad no los protege. Bueno seria poner una -guardia al cuidado de la casa, señalando vuestra entrada en Moscou con una buena acción.

Altamente conmovido Napoleón, adoptó el consejo de su secretario, y éste que era muy amante de los niños, se encargó de amparar á los espósitos enviando fuerza armada que los protegiese. El emperador entró al fin en aquella c iu dad, donde permaneció muy poco tiempo; pero al volver por alli tuvo buen cuidado de informarse de la suerte de los niños espósitos, y con satisfacción supo que habian sido protegidos y que estaban bajo la salvaguardia de su nombre.

Y no fueron solo los niños recogidos dentro de la casa, los que esperimentaron los efectos de esta protección, sino que otros muchos que

Page 199: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 8!) — habían perdido á sus padres en el incendio ó que habían sido abandonados y se hallaban por consiguiente sin asilo y sin pan, venian alli á calentarse y á participar de la sopa que se daba á los espósitos. Dos de estos nlilos, y de los que con mayor asiduidad concurrían, dejaron de improviso de venir, asustados sin duda por los soldados de la guardia, que, mudándose todos los dias, constaba alguna vez que otra de veteranos poco condescendientes; pero el secretario de Napoleón que se habia constituido en protector de aquella casa, adquiriendo algunas noticias del paradero , de estos nifios, fué à buscarlos à un rincón de una miserable boardilla, donde al verle se pusieron de rodillas temblando de miedo y de frió.

—No tengáis miedo, queridos míos, les dijo, que no vengo à haceros ningún daño. ¿Sois her-manitos?

—Si señor, y no tenemos padre n\ madre. —Yo seré vuestro padre . Venid, venid con

migo. Los dos niños que eran muy pequeñitos y de

semblante agraciado, siguieron á su protector A la casa de espósitos, donde recomendados y visitados diariamente por él, nada les hizo falta.

Cuando llegó el momento de la memorable retirada de Moscou, que tan funesta fué para la Francia, el protector de los niños dejó á cada uno de ellos una moneda de oro, la que el gefe de la casa hizo agujerear, para que la llevasen al cuello pendiente de una cadenilla de metal, como un testimonio de que Dios que protege la inocencia.

Page 200: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 8(5 —

EL HUÉRFANO.

Un niño generalmente inspira piedad, mas si tiene la desgracia de ser huérfano, entonces es digno de la mas profunda compasión. Para el huérfano son nulos todos los interesantes placeres de familia, porque él no tiene familia, á él le faltan todas las personas predilectas que tanto bien pudieran hacerle. Niño aun, ta! vez desde los pechos de su madre, se vio abandonado, solo en el mundo, sin mas amparo que la caridad del prójimo. Sin socorro, sin apoyo, sin protección tal vez, será despreciado, aun siendo inocente, y será víctima de las faltas que no ha cometido. Dichoso mil veces, si puede hallar cabida en alguno de los asilos que los gobiernos y las personas caritativas han abierto á la desgracia: de lo contrario vivirá errante y vagabundo y cuando le pregunten donde están sus padres, guardará un triste silencio ó responderá con pena y rubor .—«no los tengo.»

El huérfano es también parte de la familia y no es raro ver alguna por numerosa é indigente que sea, donde se hayan compadecido del huer-fanito, imponiéndose con placer las privaciones necesarias en obsequio del hijo de su adopción.

habia hecho interesarse en favor de aquellos niños, á los enemigos mas (leclaracJos de so? padres.

Page 201: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 87 —

Hay una época de el año, en la que se va despojando la tierra de todas las galas que la cubrían; el sol pierde la actividad regeneradora de sus rayos; la vegetación ya no se muestra en toda su lozanía, y Tas amarillas hojas de k»s árboles, cayendo una á una á impulso del viento, revelan que la rigorosa estación se apr xima. A la calda de la tarde de uno de estos opacos dias que tan tristes reflexiones inspiran, vagaba yo, alejándome del recinto de la ciudad, cuando hirieron mi vista los fúnebres emblemas que decoraban la entrada de la mansión de los muertos. Conociendo que una visita á tan lúgubre albergue estaba muy en armonía con mis ideas melancólicas, empujé blandamente la puerta y en breve me hallé solo entre los muertos. Por todas partes las paredes estaban guarnecidas de sepulcros: urnas funerarias, atributos de la muerte, lápidas masó menos fastuosas, mas ó menos recientes, se ofrecían á mi vista por todas parles. Crucé rápidamente el patio, sin detenerme á leer aquellas inscripciones funerarias, grabadas en los mármoles con mucho énfasis en el primer momento del dolor; pero en-tonces^de nadie visitadas. Pronto me hallé dentro de otro cercado donde la naturaleza sola se habia encargado de embellecer el tan modesto como ignorado sepulcro del indigente. La tierra cubierta de verde césped, en el que descollaban algunas flores, los arbolitos que se balanceaban con el viento y los erguidos cipreses siempre verdes, constituían el único ornato de aquella mansión solitaria.

Page 202: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— на — De improviso advertí qne no estaba solo en

aquel asilo del dolor. Un niño de rodillas sobre una sepultura de césped, estaba rezando con sus manitas juntas y tan embebido en la oración cou que invocaba el consuelo de los afligidos, que no me sintió llegar. Advertí entonces qne habia cla

vada en la sepultura una tosca cruz de madera, de cuyos brazos pendía una guirnalda algo mar

chita de silvestres flores. El niño estaba vestido con una sencilla túnica blanca, que hacia contras

te con sus negros cabellos que rizados bajaban hasta su cuello. Parecía en aquella actitud reve

rente y tan poseído por su dolor profundo, un ángel elevando sus ardientes súphcasal trono del .\ltísimo, ó velando sobre la turaba de algún ser virtuoso. Todo le daba un aspecto celestial, hasta su inocente fisonomía cuya belleza pude contem

plar, cuando el niño se alzó del suelo, y volvió los ojos hacia donde yo estaba embebecido. Advertí entonces que se sonrojaba y que gruesas lágri

mas corrían por sus megillas. —No te desconsueles, querido mío, le dije, y

le ofrecí una moneda de plata que saqué d e mi bolsillo.

—Señor, yo no pido limosna. Entonces me tocó el avergonzarme de mí ac

ción, maquinalmente sugerida por un buen d e

seo, pero indiscreta tal vez. Resuelto á reparar

la, entablé al instante conversación. —¿Cuántos años tienes? —Ocho años, —¿No tienes padre?

Page 203: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 80 -

EL LAZARILLO.

La edad de la infancia, á pesar de su debih-dad, viene á ser el báculo de la vejez, cuando los dos estremos de la vida parece que se jun tan . El lazarillo va identificado con el débil anciano á quien sirve de báculo viviente, le guia v aun

—No señor. —¿Y madre? —¡Ah! la he perdido también, á poco de yo

nacer. No la he conocido. AI decir estas palabras, dirigió el niño una

dolorosa mirada hacia la sepultura que cubria los restos de los autores de sus dias.

—¡Eres huerfanito! esclamé yo poseído del mayor interés en favor de aquel niño. No has conocido á tu madre, ni has escuchado sus risas y cantares alrededor de tu cuna. ¡Pobre niño! bien digno de lástima e res ; pero yo la tendré de tí, yo . Ven conmigo, ven á mi casa donde me contarás tu historia y ya que no puedas decir mamá, podrás llamarme tu protector y tu amigo. Si yo no puedo enjugar tus lágrimas y aliviar tus dolores como una madre, podré á lo menos aconsejarte, defenderte, y prevenir los estravíos de tus pasiones.

Además aun tu madre existe para tí y vela bajo esa sepultura, porque las madres ni aun en la otra vida se olvidan de sus hijos.

Page 204: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 00 —

ayuda à buscar arbitrios para ganarse la vida. Piero la principal ocupación del lazarillo es servir de ojos al que carece de ellos, como lo hacia la siguiente niña.

Una tarde serena y apacible habia sucedido á un caloroso medio dia del mes de mayo, cuando lo avanzado de la primavera hace ya sentir los calores del estío. Ya cuando los rayos dei sol desaparecían hasta de los mas altos tejados de las calles, sallan las gentes á disfrutar del aire puro y fresco del crepúsculo. Con igual objeto me dirigí yo hacia la plazuela de Santa Ana ,que por su situación ofrece un saludable y ameno des ahogo á los habitantes de uno de los barrios mas poblados de la capital. Muchas gentes habian acudido á pasear en aquellas reducidas calles de árboles, pero principalmente se notaban niños y niñas de todas edades, que detenidos en casa durante el dia por el escesivo calor, ó entregados en sus respectivas escuelas á útiles ocupaciones, venian llegada la noche á desquitarse de su inac clon. Solos ó acompañados de sus ayas corrían por entre los árboles con toda la inocente alegría propia de la primera edad, y disfrutaban muy á su sabor de las delicias de la primavera. Las acacias en flor ofrecían un hermosísimo punto de vista con sus ramilletes blancos entre lo verde, y embalsamaban el ambiente con su aromático perfume. El ruido del agua que resonaba en el pilón de la vecina fuente, era á veces interrumpido por los gritos de alegría y los cánticos de los niños, que distribuidos en corros jugaban y

Page 205: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 31 —

bailaban asidos de las manos. No muy lejos de uno de aquellos bulliciosos corros tomé yo asiento en uno de los bancos d e piedra, y me hallabí distraído en observar los movimientos de las ninas, cuando observé que algunas de ellas separándose del corro se dirigían hacia el banco donde yo estaba. Era el caso que estaba también allí sentada una nina como de unos seis anos, junto á una señora mayor y de las que yo no habia hecho aprecio. Entonces sí noté , que llegándose á la niña las que venían del corro la instaron eficazmente á que fuese á tomar parte en sus j u e gos. Por el interés con que la niña miraba á las otras y á los que jugaban, era fácil adivinar que de muy buena gana las hubiera acompañado; pero con sorpresa mia vi que se resistió á todas su.« instancias y agarrando con sus manitas el vestido de la muger anciana que estaba á su lado, dijo con resolución:—Yo no debo separarme de la abuelita.

Admirado de su respuesta, tomé yo también la palabra para animarla á que fuese á jugar; pero ella no me contestó, hasta que la buena muger, que hasta entonces no habia desplegado sus labios, volviéndose hacia mí, me dijo:

—Mi nieta es una muchacha muy juiciosa, y aunque yo misma la mandase ir á jugar , sé que no lo haría por no dejarme abandonada. Ha de saber vd. , señor, que yo soy una pobre que he quedado ciega de resultas de unas cataratas que ha sido imposible curar. En el cruel estado de piivaciones en que me encuentro, y en medio de

Page 206: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 92 —

los dolorosos recuerdos que sin cesar me atormentan, no tengo mas consuelo que esta niüa que es mi guia en esta perpetua noche y mi ángel de salvación. Tampoco ella tiene en la tierra otro apoyo que esta débil muger, porque tuvo la desgracia de p e r d e r á sus padres en su mas temprana edad, d e modo que ni aun conserva idea de las facciones de unos padres arrebatados tan prematuramente. Nosotras dos vivimos sólitas en una bohardilla no muy lejos de[este sitio, y vd. se maravillaría de ver lo útil que me es esta niña, lo bien que se penetra de mis leves insinuaciones y io bien que ha comprendido so piadoso destino. Ella me lleva á todas partes y me acompaña á las casas de unos pocos amigos que habiéndome conocido en dias mas felices, son los que me socorren hoy, que me veo desgraciada. Dificulto que se encuentren en todo Madrid dos personas mas íntimamente unidas por el afecto y la necesidad. Si ella me guia á mí por entre los peligros del mundo material, yo la guio á ella por entre los riesgos no menos fatales del mundo moral, ilustrando su entendimiento y dirigiendo su corazón con las saludables máximas, que fruto en mí, mas de la esperiencia que del estudio, podrán algún dia hacerla muy feliz. Al decir esto, la pobre ciega acariciaba con su mano la rubia cabellera de su nietecilla, y yo sintiendo un cierto respeto hacia aquella muger, no pude menos de elogiary acariciar por su loable conducta á la interesante nina.

De alli á poco rato las vi partir, y al conside-

Page 207: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

- 93 -

EL SABOYANITO.

Entre esa multitud de niños, que ya desde los primeros años de su vida se hallan en una lucha constante con el infortunio, merece ser citado et saboyanito, porque procura adquirirse el sustento y hacerse agradable á ios demás por medio de la industria y del trabajo.

Entre nosotros solo se conocen aquellos sabo-yanitos que con el sonido de su gaita saben avivar los torpes y perezosos movimientos de la marmota, que espuesta fuera de su cajón á la curiosidad de los niños, les proporciona el recoger algunos cuartitos; pero en las ciudades mas próximas á su pais, y particularmente en París, centro de sus escursiones, se ocupan en mil pequeñas faenas para ganar su vida. No solo bailan y enseñan la marmota por las calles, sino que se dedican á barrerlas en tiempos de lodos y de nieves, á limpiar las chimeneas, á vender varias cosas, afilar cuchillos y navajas, siempre contentándose con la escasa retribución que suelen ob tener. Cuando llega la noche todos los saboyani-tos se reúnen en su vivienda común, bajo la dirección de uno mayor de edad, que hace cabeza

rar de que modo se evitaban recíprocamente sus disgustos, formé el juicio mas ventajoso de una niña que en tan tierna edad daba ya tales pruebas de resignación y constancia.

Page 208: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— u — (lo familia, que dirige todas las comidas y al que suelen entregar sus pequeñas economías. Bajo su dirección también marchan las tropas de saboya-nos al principio de la primavera, para regresar á su pais natal, dar un abrazo á sus padres y descansar de las fatigas del invierno. Mas cuando el saboyano es ya un hombro hecho y derecho, vuelve alguna primavera á su pais, para no salir mas de él. El producto de sus continuos ahorros, empleado en la adquisición de algunas tierras, le proporciona ya en su pais una posición decente, y un medio de subsistencia, fundado en recursos propios, sin tener que acudir á tanta costa y lejos de sus hogares, à implorar los de los demás.

LA VUELTA DEL SABOYANITO.

(TRADOCCIOH.)

Era el anochecer de un ardiente dia de verano: la atmósfera estaba muy cargada, y el sol, como un globo rojizo, desaparecía lentamente por detrás de las heladas cimas de los Alpes, cuando todavía sus últimos rayos doraban las rocas del contorno y se reflejaban en las tranquilas aguas del valle. En el fondo de este se divisaban algunas de aquellas cabanas pobres, pero de aspecto agradable por su blancura y por estar rodeadas de graciosos grupos d e árboles. A la puerta de la mas pobre, de la mas mezquina, estaba hilando

Page 209: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— níí —

una muger, y aun después de haber acabado su tarea, permanecía pensativa y manifestando en la palidez de su rostro que los pesares hablan acibarado su existencia. ¡Oh! si; no habia dolor que no hubiese despedazado el alma de María, la viuda del valle; no habia pasado un solo dia en que no hubiese llorado. En otro tiempo era rica: en otro tiempo tenia parientes y amigos; pero en el dia, cuando le asaltaban los recuerdos de lo pasado, María miraba hacia la tierra, porque para ella parientes y amigos todos estaban alli.

Mas no todos enteramente, porque entonces ya hubiera muerto la pobre muger, hubiera olvidado las lágrimas vertidas y las amarguras de la vida; pero existia aun un lazo que unía á la pobre viuda á la tierra. ¡María era madre! y las madres sufren todas las penas de la vida, mientras la voz de un niño viene á decirlas: «yo te amo» mientras que una cabecita de rizados cabellos viene á ocultarse en su seno, diciendo: ¡Madre mia!

Desgraciadamente para la pobre viuda, su hi-jo no estaba alli para enjugar sus lágrimas y para volver á BUS descoloridos labios aquella sonrisa tan dulce y tan afectuosa. No: estaba sola ¡enteramente sola, hacia ya seis meses! Su hijo, su buen Andresito, á pesar de sus pocos años, habia visto brillar las lágrimas en los ojos de su madre y habia querido enjugarlas; q u e n a , ver á su m a dre rica y feliz, y á pesar de las súplicas de la viuda, el saboyanito habla salido á correr el mundo v buscarse la vida.

Page 210: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— Об —

—Ya volveré, madre mia, habia dicho. Dentro de seis meses verás y abrazarás á tu Andrés; pe

ro entonces no habrá por qué llorar, ni habrá in

quietudes por el porvenir. Voy á trabajar, y Dios que vé mis intenciones, nos protegerá para que seamos dichosos.

Y una mañanita la viuda y su hijo se dirigie

ron hacia el camino real. Alli debajo de un árbol el saboyano se puso de rodillas y su madre le echó la bendición antes de separarse. Después Andresito partió lloroso, pero con el corazón lle

no de esperanza y María se volvió á su cabana, preguntándose cómo habia consentido en que se marchase su hijo.

Pasaron los seis meses y María aun estaba sola. Todas las tardes permanecía sentada en su 1юуо de piedra, aun mucho después de puesto el sol, sin quitar los ojos del camino y esperando á su hijo. Asi fué como en aquella tarde, distraída con sus temores y sus esperanzas, y absorta en

teramente en sus recuerdos de madre, no advir

tió la mudanza que se verificaba en la naturaleza. La oscuridad casi completa solo era interrumpida por la siniestra luz del relámpago, que surcando las nubes, lanzaba lúgubres resplandores sobre las vertientes tapizadas de musgo de todas las ro

cas de las inmediaciones. Los pajarillos se refu

giaban debajo de las hojas, los rebaños se acogían á los establos, y habia cesado el ruido de los cas

cabeles y campanillas de las acémilas que cruza

ban por el camino. El viento en su furor, brama

ba, tronchaba ios arboles y arrebataba las espi

Page 211: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 97 —

gas que tanta abundancia habian prometido al pobre labrador.

Vuelta en sí por aquel desencadenamieoto de la naturaleza, trató María de recogerse, dirigiendo antes la última mirada.

—¡Nadie! esclamó: todavía no llega hoy. ¡Cómo ha de ser ! . . . ¡hasta mafiana!

—¡Hasta mañana, pobre madre! Quien hay en el mundo que pueda decir con seguridad: ¡hasta mañana!

Asi que María entró en su cabana, se a r rod i lló para rezar por su Andrés, y mas de una vez la antigua estampa de la Virgen, hacia la que se elevaban sus miradas, se iluminó con la luz de los relámpagos: mas de una vez el ronco estampido del t rueno, confundido con el silbido del viento, hizo estremecer á la pobre viuda del valle. Sin embargo, seguia rezando mientras que la tempestad redoblaba á cada paso en términos de echar abajo la cabana. La puerta se abrió con estrépito y al volverse María, vio todo el cielo como despidiendo llamas. Entonces tuvo miedo de aquella fuerza invencible que destruía cuanto encontraba al paso, y tuvo miedo, no precisamente por sí misma, sino por su hijo.

—¡Dios mío! ¡Tened piedad de mí! Proteged á mi Andrés, salvad. . .

La palabra se ahogó en sus labios y la viuda cesó de rezar. El huracán habia encontrado al paso su pobre cabana.

Dos dias después, cuando el cielo estaba en calma y las hojas inmóviles, un niño venia cor-

7

Page 212: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 98 — riendo y: saltando por el camino con su morralito á la espalda. Era un niño con las megillas sonro-saáss, ia boca risueña, ojos grandes y azules, en Jos que ée vez en cuando brillaba una lágrima de alegría: era un verdadero saboyanito con su tosco gorro de lana caido sobre la oreja, dejando flotar sus rizados cabellos. Venia tan alegre, porgue habia trabajado y ya estaba rico: mas rico de lo que él podia esperar, puesto que en una bolsita oculta junto á su corazón; traia nada menos que diez escudos.

¡Diez escudosi ¡qué tesoro! Y todo esto es para su madre... ¡su madre que es tan pobre!

El saboyanito tira el gorro á el aire, porque ya está en Saboya: ya están allí las montañas, alli está su feHcidad. Quiere cantar la tonada del pais que ha cantado por las ciudades con voz llorosa; pero su corazón está demasiado oprimido, y al dia siguiente la cantará al lado de su madre. Al dia siguiente vuelven para él las veladas, las danzas del pais y los besos maternales. Ya no hay privaciones ni esclavitud, porque ya está alli su pais, alli esté el valle y alli está su cabana.

El nino se lanza con rapidez á aquel valle donde ha de recibirle su madre y en cuyo estremo se Italia su ansiada cabana. Corre impaciente, admirado de no divisarla, hasta que al cabo, su pié tropieza en algunos escombros. Detiénese entonces y mira por todas partes en derredor suyo con sus ojos despavoridos, y al fin oculta la ca» fceza efttre sus manos.

Andrés... pues era él, Andrés lo habia com-

Page 213: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 99 —

RKeUERBOS DE U INFANCIA.

POR MAD. L. COLÍN.

Yo tenia cinco años y era una niña de rubios y rizados cabellos, megillas sonrosadas y boca risueña. Viva de genio y de buen humor, siempre andaba solicitando caricias, quedando muy contenta cuando me las hacian. Gustaba mucho de correr por un verde prado, de balancearme en Jas inclinadas ramas de un sauce llorón ó en el columpio del jardín, y también me gustaba dar de comer á los pajaritos que no tenian madre. Pero lo que mas me gustaba era estar sentada, aunque pequeñita, entre mi papá y mi mamá, cuando en las noches de invierno referían algún cuento interesante. Muchas veces durante la narración, mi mamá me hacia una caricia; yo me volvía para besarla, y mi papé que notaba todo

prendido todo y lloraba. Ruinas, paredones enne^ grecidos, y sobre un terrazo de césped una cruz «legra con el nombre de María, he aquí la cabana del pobre saboyanito!

—¡Madrel... ¡Madre miat esclamá y no puede articular mas palabra.

—¡Tu madre! ¡pobre Andrés! ¡tu madre ya no existe! Pero Dios ha tenido presente la súplica de la viuda, y al huérfano le queda la Providencia.

Page 214: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 100 —

Yo tenia una paloma blanca como la nieve; pero se me murió. Mi dolor fué tan profundo, tan verdadero, que todos cuantos fueron testigos de él, no pudieron menos de conmoverse. L egaba la hora de comer sin que yo me arrimase á la mesa; de la merienda tampoco hacia caso y mi llanto no cesaba. Mi pena fué mayor todavía, cuando enterraron mi paloma en un terrazo del jardin. Mis sollozos se aumentaron; mi corazón estaba oprimido: me pasé suspirando toda la noche, dando muestras de seguir lo mismo al otro dia. Entonces mi mamá me di jo:

—Basta ya de lloros por un pájaro, hija mia. ¿Qué barias entonces si te llegara á suceder una verdadera desgracia?

—¿Y qué mayor desgracia puede sucederme que la muerte de mi paloma? ¡No puede sucederme cosa mas terrible!

—Dios lo quiera, hija mia.

Ücho dias después, al levantarme una mañana, no vino mamá, según su costumbre, á hacer -

esto, se apresuraba á besarme en la frente, como para arrebatarme ia caricia que hacia á mi mam á . . . ¡Oh! ¡qué feliz era yo entonces! Si alguna vez me regañaban, era con tal suavidad que solo lloraba por la pesadumbre de haberles disgustado: todos me divertían, me obsequiaban y daban á entender lo que me querían.

Page 215: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— iOl — me rezar mis oraciones. Esperé un buen rato y nadie vino: llegué hasta la sala, y me encontré á un señor cura que venia muchas veces á casa y que algunas me daba caramelos. Corrí hacia él muy risueña, pero estaba triste, me miró con mucha compasión y cogiéndome en brazos y apre

tándome contra su pecho, esclamó: —¡Pobre niña, pobrecita niña!

Las lágrimas le corrían por las megillas, y со

ню le llamasen á este tiempo, me dejó sola y llo

rando también. Pasó mi aya, para ir á la a coba de mamá y yo quise seguirla, pero me rechazó y cerró las puertas vidrieras del gabinete. Entonces lloré mas todavía y me puse á gritar: '. ;

— ¡Mamá! ¡Mamá! Yo quiero ver á mamá. Todos iban y venian sin hacer caso de m í , ' i

por lo que viéndome sola y como abandonada en aquella gran sala, fui á acurrucarme llena de • miedo en un rincón, hasta que vi venir á mi pa

pá. Corrí hacia él llena de gozo, y á pesar de su consternado aspecto que me dejó como helada, me abracé á él gritanuo:

—Quiero ver á mi mamá. —Ven, puesto que tú lo quieres, dijo mi pa

dre , llevándome de la mano.

¡Dios mío! nunca olvidaré el cuadro que p r e

sentaba la alcoba de mi mamá en aquella hora solemne. . . Mi buena madre acostada, pálida, desfigurada y moribunda: una mesa con un cru

Page 216: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— IOS —

Desde este dia ya no gustaba yo de jugar y de correr por el jardín, ni de escuchar las histo

rias que contaba mi papá, porque eran muy t r i s

tes. Ya no me besaba al concluirlas, y cuando yo arrimaba hacia él mí rubia cabellera, espresamen

te para que pasase su mano por ella, me retiraba con suavidad y salía sin mirarme. Ya no se cult i

vaban flores en el jardin, ni se hacían ramilletes para la sala, ni se escuchaban los cantares de las mugeres que hacian labor. Por las mañanas en

traba el sol en mi cuarto щисЬо antes que mi aya

cifijo, velas encendidas y a g u a bendita: el ancia

no señor cura rezando en voz baja y todos los criados contestando de rodillas. Tantas cosas nuevas para mí, me asustaron, y arrojándome sobre la cama, incliné mi cabeza sobre la de mi madre, cubriéndola de besos. ¡Ab! sus megillas estaban frías y húmedas, y su boca ya no podia sonreír. Fijó en mí sus apagados ojos, diciendo con voz balbuciente, «hija querida» pero al es

tender su mano hacia mí, se quedó sin movimien

to. Todos lanzaron entonces un grito penetrante y me sacaron de allí á pesar de mi resistencia y de mis clamores repitiendo:

—Quiero ver todavía á mi mamá. Mí padre me dijo entonces:

—¿Sabes cuando la volverás á ver , . .? Cuando la lleven á enterrar como á esa paloma que tanto has l lorado.

Page 217: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 10 3 — viniese á levantarme: muchas veces me penia vestidos manchados, y cuando le enseñaba nais vestidos de luto rotos y sucios, me reñia por haberlos manchado y me dejaba con ellos puestos. Me daban de comer en un rincón de la cocina y me fastidiaba todo el dia, porque nadie hacia ca so de mí, y porque cuando acudía á el aya para que me tomase la lección, contestaba que no tenia tiempo para ello. ¡Oh qué digna d e lástima era yo entonces!

Pasó un año y ya iba yo á la maestra, porque al aya habia dicho á mi padre , que yo era des obediente y terca. Esto fué por haberla dicho un dia llorando:

—¡Si , si mi mamá no estuviese debajo de tierra, ya tendríais mas cuidado de mil

Habia muchas niñas de mi edad en la maestra, y me querían mucho. Jugábamos juntas de buena gana, ¡pero qué severidad tenian conmigo cuando no sabia la lección ó cuando decia que me fastidiaba! Sin embargo, yo no decia mas que la verdad, pues comparaba el gusto que tenia en estudiar y trabajar delante de mi mamá con el aburrimiento de entonces.

Una mañana no me llevaron á la maestra y todo el dia me estuvieron probando vestidos nuevos, sombreros muy bonitos, y aun me dieron dulces y juguetes, por lo que estuve muy contenta.

Al día siguiente, cuando me acerqué á mis compañeras con semblante risueño, las mayorci-tas, mirándome con aire de compasión, me dijeron:

Page 218: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 104 —

Poco tiempo después se celebraron las bodas. Me presentaron á una señora joven y agraciada, con una voz tan suave y un ademan tan afable, que cediendo á mi primer impulso, me precipité á abrazarla. Ella unió su linda cabeza con la mia, esclamando:

—¡Amable niña! ¡Cuánto debia amarte tu mamá!

—Pobre Camila, ¿no sabes lo que te va á suce der? Vas á tener madrastra.

—¿Y qué es una madrastra? —Otra muger con quien tu padre se va á

casar. —¡Ahí tanto mejor, así no estará tan triste la

casa, me contarán cuentos divertidos y mi nueva mamá me querrá tanto como la otra.

—No te pongas tan contenía ¡si tú supieras lo que es una madrastra! Te castigará y hará que tu papá no te quiera, te hará trabajar todo el dia de Dios, regañándote mucho y te obligará á servir á los hijos que ella tenga. Te digo la verdad, pero mas quisiera morirme que tener una madrastra; ¿y tú , Enriqueta?

—Yo lo mismo. —¿Y tú, Adela? —Yo también.

Aquel dia me separé yo muy triste de mis compañeras.

Page 219: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 105 —

Ya iba yo siendo mayorcita y cx)mprendiendo las ventajas de ser aplicada y juiciosa. Mis padres me trataban con cierta formalidad y hablaban delante de mí, aun de las cosas mas serias é

—¿Ves á esta señorita? dijo entonces mi pad re . . . pues bien, esta es tu nueva mamá.

Yo me aparté al instante; acordándome de cuanto me habian dicho mis compañeras; pero ella me detuvo diciendo:

—Querida niña, tú me amarás como una buena hija. ¿No es así?. . . Porque yo quiero ser la mejor de las madres.

Desde el siguientedia, la sala estuvoadoroada y volví á escuchar palabras cariñosas, tuve quien me diese lección, pues mi nueva mamá no queria enviarme á la maestra, y volvieron en fin los b e sos, los cuentos divertidos, las delicadas a tenciones y la felicidad. Poseída de gratitud y de ternura, decia á mi querida mamá:

—¡Y me habian dicho que seríais tan mala! Al contrario, sois digna de todo mi amor.

Como era una niña, hubiera olvidado tal vex á la que me dio el ser, si la joven que la r eemplazaba no me hubiera llevado algunas veces á visitar su sepulcro y á coronarle de siemprevivas. Habia escrito con letras chiquitas en el mármol .— «Enséñame á ser como tú»—alo que yo añadí después:

—¡Y como tú también!

Page 220: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— Í06 — importantes, contando con que yo seria discreta y capaz de comprender cuáa fea cosa es el ir á relatar en otra parte lo que se ba oido en la p ro pia casa. Todas estas cosas me infundían mayor ánimo para corregir mis defectos.

Vivíamos en una ciudad de provincia y jamás se me habia ocurrido que pudiéramos salir de aquel pais, cuando hé aquí que una mañana me anuncia mi padre como vamos á partir para Madrid, donde se habia de completar mi educación. Mi primer movimiento fué un brinco de alegría, porque ya se sabe que los niños gustan de la agi tación y de la variedad; pero al acordarme de las cosas que tendría que abandonar, no pude menos de verter lágrimas.

—¡Lloras! dijo mi papá. ¿No sabes que Madrid es una de las mas bonitas capitales del mundo? ¿Qué hay edificios magníficos y paseos deliciosos? Debías, por el contrario, estar muy contenta pensando en que vas á ver todas esas maravillas.

—¡Ah! esclamé yo , no habrá én Madrid una campiña tan risueña como la que aquí nos rodea, y en esos paseos no habrá árboles cargados de fruta que se pueda alcanzar con la mano. Estoy segura que todos esos edificios magníficos no me han de gustar tanto como la casita blanca adonde vamos á tomar leche y donde yo juego tanto con los corderos.

Mi papá me abrazó para consolarme, prometiéndome que me llevaría á los teatros y á las diversiones; pero esto no me quitó el que derramase abundantes lágrimas, cuando tuve que despe-

Page 221: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 107 —

Enfrente de la casa donde vivíamos en Madrid, habia una tienda perteneciente à una prendera de viejo y llena por consiguiente de muebles carcomidos, piezas de porcelana y de china rajadas, relojes descompuestos y otros objetos á este te nor . Casi siempre estaba al cuidado de esta t ienda una nina de mi edad, pero tan linda y tan curiosità, que la amaba sin conocerla.

Algunas veces detrás de las vidrieras del balcón, me complacía yo en verla como animaba á los parroquianos y limpiaba sus antiguallas para que pareciesen mas nuevas, casi siempre risueña y alegre. Guando me levantaba por la mañana, ya estaba ella en su puesto, y allí permanecía por todo el dia, sin mas distracción que leer algún rata en un rincón de la tienda ó hablar con una vecinita; pero lo mas regular era el estar haciendo calceta, y aun así, su madre que era vieja y

dirme de mis aaiiguitas, de los corderitos y dejar unos sitios tan gratos para mí. Durante el viage se me fué pasando la pena, y me puse de buen humor, cuando me llevaron á ver las curiosidades de la capital. Me compraron vestidos nuevos y bonitos y me llevaron al teatro; pero en medio de mis nuevos placeres me ponia triste algunas veces, y no podia menos de acordarme de mis amiguitas, de los corderitos que crecerían sin es tar yo á su lado, y de mis plantas, tal vez m a r chitas, por no haber quien las cuidara.

Page 222: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 108 —

gruñona, la regañaba muchas veces cuando no babia concluido la tarea. Al ver esto, me acordaba yo de las horas que malgastaba sin que nadie me dijese una palabra.

Una mañana del mes de diciembre, nebuloso y sombrío, entró la criada á las ocho de la mañana para despertarme y ayudarme á vestir. P r e sintiendo yo el tiempo que hacia, me hice la re molona, de modo que costó no poco trabajo á la doncella el conseguir que me levantase. Era tal la ventisca que corría, que las gentes iban por la calle mas que de paso, y sin embargo, mi prenderi-ta ya estaba en su puesto, sin mas abrigo estra-orainario, que un pañuelo echado por la cabeza y anudado debajo de la barba. Estaba arreglando el puesto y limpiando los muebles, pero lentamente y metiendo á cada paso las manos debajo del de lantal para calentárselas un poco. A pesar de eso el frío que sentía era cruel, pues lloraba y tiritaba al parecer. No pude menos de avergonzarme de mi pereza, comparándome con aquella niña y viéndome en mi habitación bien abrigada y con la chimenea encendida.

—¡Ah! ¿tendría yo valor para quejarme? ¿Qué diría entonces esa pobre niña? Tal vez tiene envidia de mí, cuando mira bacía el balcón.

Aquí llegaba con mis reflexiones, cuando fui interrumpida por un grito que dio la pobre niña. ¡Ah! el entorpecimiento de sus dedos habia sido causa de que se le escurriese y cayese al suelo, haciéndose mil añicos, un jarrón de porcelana, tal vez el único objeto sano que habia en la tienda.

Page 223: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— i 0 9 —

А vista de los fragmentos esparcidos por el suelo, se quedó la nina estupefacta, siguiéndose á este rato de suspensión amargos sollozos y suspiros Los que pasaban por la calle, se encogieron de hombros por única señal de compasión, y pasaron de largo, pues el frió no permitía detenerse un momento. La niña, siempre llorando, recogió los pedazos del jarrón, y luego se acurrucó en su si

lla para calentarse un poco. Me trajeron entonces el café con leche y tos

tadas de manteca, y á pesar de todo puse mal gesto, pues hubiera querido mejor el tomar cho

late. Me estaba desayunando, cuando vi llegar á la prendera , trayendo á su hija un vaso de leche y un pedazo de pan moreno, lo que la niña cogió con alegría y con indicios de buen apetito. Pare

cía que se dilataba su semblante á medida que su madre iba encendiendo un poco de lumbre en un barreño, donde podria al menos calentarse los pies.

Al ver aquel mezquino desayuno tomado con tanta alegría, me acordé de todas las golosinas, confituras y otros regalos que estaban siempre de sobra en la mesa de mis padres, lo que no me im

pedía el desear precisamente la cosa que no era servida en aquel dia; estas consideraciones me causaron algún remordimiento. Entretanto la pren

dera después de haber mirado á todas partes sin ver su jarrón, vino á preguntar á su hija si lo h a

bia vendido. Oscurecióse al punto el semblante de la desgraciada niña, y'por sus signos comprendí que estaba refiriendo el suceso, toda trémula y

Page 224: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— lio — llorosa. La prendera pálida y furiosa fué á contemplar los pedazos del jarrón, lamentándose del dinero que podia haber ganado vendiéndole. Aumentándose su cólera á cada reflexión que le ocurría, concluyó por arrojarse sobre su hija, sacudiéndola fuertemente del brazo, y á pesar de sus protestas, sus ruegos y sus lágrimas, la dio dos ó tres bofetones, un puñetazo en Ja cabeza que hizo pedazos el peine, y un empujón tan violento, que la pobre criatura cayó de espaldas haciéndose mucho daño.

—¡Oht qué mala madre, esclaraé yo horrorizada por aquel espectáculo. ¿Es posible el tener tan mal corazón? Pobre... pobrecita niña, ¿qué culpa tiene ella de que el frió haya entorpecido sus manos? ¡Harto digna de lástima es por haber roto el jarrón, sin irla todavía á castigar!

Me acordé entonces de todos los vestidos que habia destrozado desde que era niña, de todos tos juguetes y objetos que babia echado á perder por mi atolondramiento, de todo el dinero que habia malgastado inútilmente, sin que jamás fuese castigada, sin que nadie me dijese una palabra: todo al contrario, era yo la que murmuraba cuando me negaban el menor capricho..., y sin embargo, no tenia mas que madrastra.

Me sentí apesadumbrada, ¡yo la hija querida de la Providencia!... yo que nada habia hecho para ser preferida á aquella niña tan linda, tan interesante, y sin embaído, privada de todas las dulzuras de la vida y aun'de las caricias de una madre.

Page 225: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— ili —

Estas reflexiones me hicieron avergonzar de mis caprichos, de mi pereza, de mis deseos des

arreglados, y sobre todo de mi costumbre de r e

plicar. Formé la resolución de corregirme y desde entonces, cuando he tenido impulsos de quejar

me, me he acordado de la hija de la prendera , y he reprimido al instante aquel primer movimiento de injusticia.

EL DIA DE m ШШ.

l.

—Vamos, niño, ya es hora de levantarse: abra vd. los ojos, amiguito, que ya es de dia claro.

—Buenos dias, aya ¿cómo has pasado la no

che? —Muy bien, ¿y el niño cómo ha dormido? —Todfa la noche de un sueño; ¡estaba tan can

sado del paseo de ayeri —Bien, pues ahora es preciso levantarse; los

niños no deben tener pereza: —Si, si, quiero levantarme; traeme la ropa. —Aqui está ya, toda preparada. —Espera á ver si me pongo yo solo mis pan

talones. —•Perfectamente; ¡caramba y como crece el

niño! pronto será un hombre hecho y derecho. Vamos, ahora que ya está vd. vestido, é rezar el

Page 226: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 112 —

himno. De rodillas, asi, juntas las manitas: ea, empiece vd.

Señor de los cielos, Que dulces consuelos Derramas benéfico En mi corazón.

En ofrenda pura De amor y ternura, Te ofrezco mi candida Primera oración.

Lleno de alegría, . \ 1 nacer el dia, Elevo mi súplica Al Dios de bondad.

;Oh! ¡Dios poderoso! Bendice piadoso Mi canto de júbilo. Bendice mi edad.

Mí alma ilumina, Mis pasos iBclina De virtud angélica Hacia el Sumo bien.

Hasta que propicio, F-.xento del vicio, En mansión seráOca Te goce también.

—¡.Muy bien, guapo niño! Ahora á lavarse y á peinarse.

11.

A lavarse las manos y la cara en esta agua tan fresquita. ¡Qué!. . , ¿tiene el niflo miedo á el agua? Será vd. como otros niños que gritan y lloran cuando su aya los lava y los peina. El que no se lava la cara y las manos, nunca parece bo-

Page 227: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 113 —

nito: al contrario muy feo, muy feo. Nadie qu ie re acercarse á él, nadie le acaricia, ni aun su mamá quiere darle un beso! Todos dicen al verle ¡qué asco! . . . ¡Jesús! ¡qué niño tan cochino! sin duda será muy malo cuando no deja que le layen la cara. \ bien ¿qué quiere vd. mas, estar limpito ó estar cochino?

—No, no, mira como me lavo. —Asi me gusta: ahora póngase vd. aquí en

frente de mí, para irle atusando el pelo. Asi, bien derechito. Yo quiero que mi niño esté siempre muy limpio, su vestido aseado, las manos y la cara bien lavadas y relucientes como la cera. ¡Oh! ¡qué bien parece un niño curioso! ¡qué amable! todos quieren besarle y todos los otros niños desean jugar con él .

Ahora vamos á dar los buenos dias á la mamá y saludarla con mucha cortesía, sin bajar la cabeza, ni murmullar las palabras: pero antes es preciso arreglar un poco la habitación, y poner cada cosa en su sitici: las ropas á un lado, los juguetes al otro, asi lo tendremos todo á la m a no cuando queramos buscarlo. Si todo anda re vuelto, se busca inútilmente lo que nos hace falta y ni aun se acuerda uno siquiera del sitio en que lo dejó. Es preciso acostumbrarse desde pequeñito á ejecutar este arreglo por sí mismo. ¡Tal vez no podrá vd. tener siempre á su lado una aya que le sirva y tanto le quiera como yo!

Page 228: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 114 —

I I I .

—¡Buenos dias, mamá! ¿cómo ha pasado usted i a noche!

— Bien, hijo mió; ¡Oh! ¡quó bonito estás y que aseado!

—Ven sobre mis rodillas y dame un abrazo; asi, asi, muy apretado. ¿No es verdad que me quieres mucho?

—Mucho, mucho, á vd. y á papá los quiero mas que á nadie de este mundo.

—Si lo creo: arrima aqui tu sillita y siéntate á mi lado, que te voyá hablar como si fueses una persona formal. Mira, todos los niflos quieren mucho á su padre y á su madre, porque los cuidan cuando son chiquititos, los mecen en la cuna, los llevan en sus brazos, los alimentan, les dan educación. . .

— \ les compran juguetes m u y bonitos. —Les proporcionan todo cuanto puede conve

nirles, en una edad en que ellos son incapaces de conocerlo; por eso los niíios cuando van siendo mayorcitos, van amando cada vez mas á sus padres , porque conocen el cuidado que han tenido de ellos en la niíSez y procuran pagarles de l mismo modo cuando los papas van ya siendo viejos. Siempre los obedecen con respe to . . .

—Mamá, yo siempre haré muy contento lo que vd me mande.

—Pues quiero que ames y obedezcas como á

Page 229: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— l i s — mí, á tu aya, á la pobre María, que te quiere tanto y tiene el mayor cuidado de tí . Ella me suple á mí en todo y debes estarla muy agradecido, porque hace por tí mas que lo que es de su obligación.

—No tendrá vd queja de mí, mamá. —Pues bien, para eso es preciso no pretender

salirte con tus caprichos contra lo que ella te d i ga, ni ponerte á lorar porque te lleve temprano á la cama, ni mandarla las cosas con altanería: mira que tiene orden de no ejecutar las cosas que la mandes sin buen modo. Mírala; ya viene alli para llevarte á desayunar; pero antes vuélveme á dar otro abrazo.

IV,

Ya está el desayuno dispuesto: siéntese vd. á la mesa. Cuidado con verter la leche, ni arrojar por el suelo migas de pan. Se come muy despacito, sin meter ruido con la cuchara, y si la leche está aun muy caliente, se va despacio, esperando que se enfrie. Los niños que no tienen paciencia para comer, se suelen abrasar el gaznate.

—Calla, mira el perro por donde se ha entrado. Toma, Milord, vamos aquí: yo no le tengo miedo, porque nunca me ha hecho mal.

—El perro es un animal muy cariñoso y gusta de jugar con los niños: algunos hay que le tiran piedras y le dan con un palo, pero mi niño no

Page 230: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 116 —

V.

—Pepito, tenemos que dar la lección. —Ya lo sé, querida aya. —Acerque vd. su siila á esta mesa, que ya

tengo el libro preparado y el puntero en la mano para ir marcando las sílabas. Pronto leerá vd. palabras enteras, y entonces ya casi sabrá vd, leer como su papá , como su mamá, como yo, como

será de ese número. Ahora lo que el animal quiere , bien se deja conocer; déle vd. una sopa del almuerzo.

—¡Hola; te gusta! . . . ¡ehl . . . meneas la cola: raya, toma otra: mira como me lame la mano.

—El pobre animal no tiene otro modo de manifestaros su agradecimiento.

—Aya, ¿qué es lo que hace aquella chica asomándose por la reja?

—¡Ah! es una pobrecita que pide limosna: todavía no habrá comido nada hoy y está llorosa: parece que está diciendo;—«SeiVorito, tengo hambre .»

—Ábreme la vidriera que voy á darle un p e dazo del panecillo. Toma, pobrecita. . . ¡Caramba! qué contenta se ha puesto! Se marcha corriendo sin catar el pan

—Puede que vaya á llevárselo á sus hermani-tos. ¿Quién sabe? El hecho es que ella se marcha muy alegre y vd. debe estarlo aun mas por haberla socorrido.

Page 231: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 117 —

todo el mundo. ¡Qué placer es el de la lectura? ¡Si vd. supiera cuánto instruye y divierte!

—¿Es muy divertido el leer? —Muchísimo, como que se encuentran en los

libros historias muy bonitas, que algunos hombres amantes de los niños han compuesto para su recreo é instrucción, acomodándolas á la capacidad y costumbres de sus amables lectorcitos. E s te que yo tengo aquí es cabalmente uno de esos libros; tiene historias muy lindas, y cuando le lea vd. todo, encontrará en él las cosas mas interesantes á su edad.

—Entonces me daré mucha prisa á aprender, y no seré como mi primo Luis, que se pone triste cuando le mandan leer y se duerme de fastidio sobre el libro.

—Eso consiste en que no han sabido inspirarle gusto á la lectura y la mira como una ocupación enfadosa; pero si él supiera que no hay cosa que mas agradablemente entretenga, no se fastidiarla tanto. Pero empecemos ya:

Una mañana temprano entró Felipe en la habitación de su hermana Anita, apenas esta acababa de vestirse. Al ver aquel niño rubio y colorado, con el semblante afligido, y al ver que con la manga de la camisa se enjugaba las lágrimas que se desprendían de sus hermosos ojos, acudió Anita sobresaltada y cogiendo al niño en sus brazos, le preguntó:

—¿Qué tienes, Felipe? ¿Por qué lloras? —Lloro porque padre me ha pegado.

Page 232: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

- 118 -

—¿Y рог qué te ha pegado? —Porque estaba llorando. —¿Pero entonces por qué llorabas? —Porque el gato se ha comido mi conejo. —¿Qué conejo? —Un conejo muy bonito que me dieron ayer

en casa de los primos. ¡Tan bonito! Blanco cen manchas negras y de color de canela. Yo dije para mí: este se le voy á regalar á mi hermanita y le escondí anoche para que no le vieras, porque te le iba á dar cuando viniese á darte los b u e

nos dias; pero ha ido el picaro del gato y en

contrando el escondite ha matado al pobre cone

jo. Cuando yo fui á buscarle, ya se le estaba c o

miendo. —¡Pobre cone ito! —Yo que estaba tan contento por hacerte ese

regalo, cuando le he visto entre las uflas del gato he llorado tanto, que padre que estaba escribien

do, al ver que yo no callaba, me ha dado un bo

fetón diciendo que me fuese á llorar á otra parte . —Pobrecito Felipe, y por mi causa has tenido

ese disgusto. Al decir esto Anita, enjugaba con la punta de

su delantal de seda las lágrimas que se des

prendían de los ojos de su hermano, y sentán

dole sobre sus rodillas le daba besos en la frente. —¡Yaya! ¡vaya! ¿y dices que era blanco con

manchas negras y de color de canela? Entonces era un conejo de Indias. ¡Qué lástimal

Al oir esto Felipe; volvió á llorar con mas fuerza.

Page 233: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 119 —

—No, no te desconsueles. Mira, si hemos perdido ese conejitOi no tengas cuidado, porque yo traeré á casa otros tan bonitos y mas útiles. Te prometo que he de traer una coneja blanca como la nieve que parirá de una vez doce hijitos. Ya verás entonces qué gusto es verlos salir y correr tan chiquitos y tan monos, cuando vayamos á llevarles las hojitas de su comida.

Felipe se habia olvidado de llorar y escuchaba á su hermana atentamente , fijando en ella sus rasgados ojos negros. Para entretenerle y que no se acordase del l lanto, continuó ella diciendo:

—El conejo es uno de los animales que mejor cuidan de sus hijitos. Los que se crian en las casas, se ven ayudados por los dueños que les p roporcionan camas y madrigueras; pero los que se crian en el campo, tienen que escavar una cueva con muchas revueltas para conservar la prole. La madre recoge provisiones para el tiempo del parto en que no podrá salir, y se arranca pelos del vientre para cubrir la cama de sus hijuelos. No los deja salir de la madriguera, hasta que ya están fuertecitos y pueden roer las yerbas y raices, y íiun entonces el padre los va acompañando para sostenerlos y defenderlos. La madre también concurre á la faena, acariciando al padre cual si le agradeciese el bien que hace á los hijitos.

—¿Con que los conejitos ya conocen á su padre y á su madre?

—Los conocen y los siguen y aun nos pueden servir de ejemplo de como los respetan. Para que

Page 234: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 12J -

VI.

—Asi me gusta, que mi niño estudie y repase su lección: le he. estado escuchando detrás de

veas que no te engaño, te voy á leer aquí un poco en este libro y verás lo que dice:

Sacó Anita de su papelera un tomito de la obra del conde de Buffon, le abrió por donde habia una estampa con los conejos, y después que se los enseñó á su hermano, leyó asi:

«Mis conejos han tenido siempre la mayor deferencia para con su progenitor. Aunque la familia se aumentase, todos le estaban subordinados. Cuando reñían por la comida ú otra causa, el abuelo al sentir el ruido, acudía corriendo, y al verle todos se aquietaban porque si no, los daba castigo en el momento mismo. Al entrar en la madriguera aunque el abuelo llegase el primero, dejaba que todos desfilasen delante de él, para entrar el último.»

He aqui como dirigido el estudio de la historia natural hacia un objeto filosófico puede ofrecer hasta lecciones de moral.

No era necesario advertir que para completa satisfacción de Felipe, Anita dejó el libro en sus manos hasta que hubo mirado todas las estampas.

—Muy bien, amiguito: quedo satisfecha de la lección de este día .—¡Ahí el papá nos estaba e s -cuchandol

Page 235: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

- m — aquella puerta y merece un abrazo y un beso. Mira, Pepito, ven aquí: estoy muy contento porque te aplicas. Antes no conocías mas que las letras sueltas, hace muy poco solo pronunciabas las sílabas, y ahora veo que no solo entiendes palabras, sino que puedes ir leyendo poquito á poco historias enteras. Asi, asi me gusta; tu papá te quiere mucho.

— y o también á vd. , papá. —Allora, dime, ¿quieres alguna cosa? —Nada, papá: mi aya me da todo lo que n e

cesito. — n o deseas tampoco algún juguete? —Lo que es eso tampoco. Lo que yo deseo

tener cs una escopeta para tirar tiros como vd. é ir al campo, y apunten . . . . ¡puum! alli cayó una liebre y traérsela luego á mamá.

—Poco á poco, que aun no tienes tú edad para eso. Yo te aseguro que te cansarías, porque yo voy allá muy lejos; pero cuando seas mayoreito y puedas seguirme, yo te prometo que si sigues aplicándote, tendrás escopeta y sombrero y b o tines de cazador, y te llevaré conmigo á la caza y mataremos liebres y gazapos. ¿Estarás contento entonces?

—¡Oh! si señor, mucho, muchísimo! —Vaya pues, adiós Pepito. Aya, esta tarde

llevará vd . al niño á dar un paseo muy largo, y además quiero que hoy coma con nosotros á la mesa.

Page 236: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

VII.

—i Ah! es una friolera, comer con sus papas á la mesa.

Sabe vd. querido, que esa es una gracia muy especial y que debe vd. estar muy agradecido. No todos los niüos comen con sus papas á la mesa, no , porque siempre hay amigos y personas de fuera, y es menester que haya mucho juicio para no molestar ala compañía. Allá veremos como vd. se porta. Ahora mientras tanto que llega la hora, vamonos hacia el gallinero á dar de comer á los animalitoB, que nos estarán esperando con impaciencia. ,

—Mira como nos salen á recibir. —Se conoce que tienen buen apetito. Mire

usted la llueca donde viene con todos sus pollitos, cómo los cuida, cómo da vueltas alrededor y se olvida ella de comer, porque ellos coman con segur idad. Eso solo lo nacen las buenas madres por sus hijitos. Alli también está el gallo vigilando lo que pasa y olvidándose de comer por obser varnos.

—¡Si , cómo me mira de medio lado! Creerá que le voy á pillar alguna gallina. Pero espanta ese pavo, que él solo lleva trazas de engullírselo todo.

—Echele vd. alli aparte esos dos puñados de grano.

—^Toma, pavo, cébate. Bien, ahora que ha en-

Page 237: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 123 —

guljido, hace la rueda y arrastra las alas porque ve que le estoy mirando. [Mira qué abanico forma con la cola I

—Asi hacen algunos necios que se engríen cuando creen cautivar la atención de los demás, ostentando sus frivolas cualidades. Cuidemos ahora de las palomitas, que aqui traigo algarroba que echarles. Ya vienen todas volando. ¡Mire vd. los pichoncitos que monos sonl

—¡Ay! yo quisiera atrapar uno. Toma. . . . ven aqui . . . nada, se me escapa. . . atájale tú por ahí. ¡Ah! ya te pillé.

—¡Mirévd . qué precioso es! Ahora está muy azorado; pero á poco que le tenga vd. en la mano, ya se irá tranquilizando. Cuidado, no le apriete vd. asi. No le haga vd. daño; porque no hay cosa que mejor pruebe tener mal corazón, como el hacer daño á los animalitos.

vm. —Ya está la comida en la mesa. Acercad una

silla alta, para el niño. Dadle su cuchara y su t e nedor, que queremos ver como los maneja, Ea , ya está corriente y con servilleta prendida.

—Mira, aya , nunca se meten Jas maaos en eJ plato ¿no es verdad?

—¡Jesús! quién pregunta una cosa-como esa! Nunca, y ande vd. con cuidado para no dar que decir á los que nos miran. Vaya vd . comiendo despacito sin dar golpes con la cuchara, ni mor-

Page 238: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— m — derla; pero mejor será que yo me siente aqui á d lado de vd. para irle diciendo algunas cosas.

Si la comida está muy caliente, se espera que se enfrie para no abrasarse la boca, como les sucede á algunos nifios que son muy tragones. El que come mucho y precipitado, se espone á que le baga daño. No tenga vd. asi el tenedor en el aire: no mire vd. asi á los platos d o l o s demás, que eso es muy feo, además que yo le iré alargando á vd. un poquito de todo lo que sirvan á la mesa.

—Tengo sed. —Desocupe vd. bien la boca y limpíese los

labios antes de beber . Ahora tome vd. el vaso con las dos manos, para no echarle á rodar por el mantel.

—¿No me darán vino? —¡Qué disparate! Los niños no beben mas que

íigua clara. En fin, veremos lo que ordena papá . — \ o voy á coger una manzana de aquellas

que están en aquel platito. —¿A dónde va vd? Cuidado con eso, que los

niños no toman nada de la mesa sin licencia de sus padres .

—Ya no quiero manzana. Viene alli otra cosa mejor. Mira, mira, las natillas. ¡Cómo me gustan á mí las natillas!

—¿Qué dice mi niño, que le gustan las n a tillas?

—Si , mamá. —Pero el caso es que no le podremos dar de

ellas, porque se le caerán los dientes.

Page 239: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— m — —No mamá, que los tengo muy firmes. —¿Sí? pues entonces haremos la prueha. Toma

ese platito por mí. ¿Estás contento? —Si, mamá mia. Muchas gracias. —En cuanto acabe vd, vamos á despedirnos

de estos señores, porque ellos aun se quedan aquí mucho tiempo en conversación.

—Pues bien, vamos á despedirnos de papá, —^El niño se ha portado muy bien en la mesa.

Aya, llévele vd. ahora á descansar un poquito y luego á dar un buen paseo.

—Con Dios, papá. —Adiós, querido.

I X ,

—Vamos ahora á paseo. A correr por el campo, que eso da salud y fuerzas á los niños. Los que se están todo el dia sentados en una silla no son buenos para nada, y se hacen muy perezosos y estúpidos. Ahora no debe vd. pensar mas que en divertirse alegremente; cuando se juega, se juega, y cuando se estudia, se está con la menor distracción posible.

—Hé alli un caballero que va paseando con aquel niño. Aquel niño es su hijo y es preciso que sea muy bueno y muy aplicado, cuando su pa d r e le lleva asi á su lado como si fuese una persona formal.

—Yo también quisiera ir asi junto á mi papá. —Para eso es preciso tener mucho juicio.

Page 240: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 126 —

amigo mió, y entonces estoy segura de que no solo irá vd. con su papá, sino de que éste le concederá otras muchas cosas.

—¡Qué hermoso está el campol Las flores se ostentan con todo su brillo y las praderas con todo su verdor. La lluvia de ayer ha refrescado Ja tierra y las nubecillas que aun han quedado por el cielo, tienen un bello color causado por los rayos del sol. Los pajaritos cantando, cruzan los aires á bandadas.

—Pero ¿dónde va vd? siga vd. derecho delante de mí.

— Voy á coger algunas flores. —¿Para qué? —Para llevárselas á mamá. —Bien; pero cuidado con arrimarse á los e s

pinos y las zarzas del lindero, que pueden hacer algún desgarrón en la ropa 6 en la carne .

—¿Volveremos ya hacia casa? —¿Qué se cansa vd. ya? —No; pero quería llevar las flores á mamá. —^Vamos: y si vé vd. por el camino alguna

(íosa que le llame la atención, dígamelo vd . al instante, para que yo le diga lo que es . Yo t engo mucho gusto en aprovechar las preguntas de los niíios.

—^Mira; ¿qué hace alli aquel hombre sentado en el suelo?

—Está pidiendo limosna, porque no puede trabajar y tal vez ni aun tenerse en pié, porque le falta una pierna. ¡Pobre hombre!

—Ya nos ha visto y se quita el sombrero

Page 241: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 127 —

X .

—Vamos, nino, ya es hora de recogerse: ya estará vd. cansado de jugar , pues no ha hecho otra cosa desde que acabó de merendar, después del paseo. ¡Y luego metiendo tanta bulla y dando tales carreras á pesar de mis encargos! Es menester que no sea vd. tan loco.

—Yo no quisiera acostarme tan pronto. —Lo manda la mamá y es preciso obedecer:

ahora vamos á despedirnos de ella. —Ya me despedí antes, pues me dijo mamá

que luego no podria, por estar en la sala con papá y otros señores.

—Pues entonces vamonos desnudando. Esta noche la va vd. á dormir toda de un sueño, tanto es lo que ha jugado y corridb hoy.

para pedirnos limosna. Llévele vd. esta moneda. —¡Oh! yo, no. —¿Porqué? —Porque le tengo miedo. ¿No ves que mala

figura tiene? —No está en su mano el tener otra mejor. La

caridad se ha de ejercer con el verdadero necesitado, aunque tal vez nos repugne. Venga usted conmigo y verá, como de agradecido, le colma de bendiciones.

Page 242: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

DICHOS Y HECHOS DE Ail.%OS.

Se acostumbra celebrar mucho en los niños, algún rasgo de agudeza, algún dicho notable, ó respuesta que anuncie en ellos una precoz penetración y una inteh^encia prematura. Algunos nifios se han distinguido por dichos de esta c la se, y la historia, que hace mención de todo lo que sale del círculo vulgar, nos los ha conservado para que los vayamos trasmitiendo á nuestros lectores.

Habiendo llegado á la edad de doce anos Alejandro, llamado después el Grande, y manifestando grande inclinación á las cosas de guerra, i n dicio de su ánimo belicoso, le preguntaron un dia, que si disputaría con gusto el premio del certamen olímpico, (pues era veloz en la ca r re ra ) .— Lo baria con gusto, respondió el muchacho, si fuesen hijos de reyes los que hubiesen de competir conmigo.

Trataba Arístágoras d e comprometer á Gleo-menes rey de Lacedemonia en una guerra contra la Persia. Viendo que á pesar de sus fuertes razones no podia convencerle, le ofreció diez talentos; como estos fuesen rehusados, le propuso

Page 243: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 129 —

Dijo un dia á su maestro el rey de Suecia Carlos XII, que deseaba parecerse á Alejandro el Grande; pero el maestro ie hizo observar, que su vida habia sido muy corta.—No fué tan corta, contestó el joven, cuando le bastó para conquistar tantos reinos. A este Carlos XII, le llamaron después por sus conquistas, el Alejandro del Norte.

Un niño muy instruido y muy modesto, se hallaba á el lado de su padre cn compañía de otras personas que disputaban sobre diversas materias. Como el niño habia guardado un p r o fundo silencio, su padre le dijo después:

—¿Por qué no has tomado parte en la conversación, para lucir lo que has aprendido?

—Porque tenia miedo, contestó el niño, de que hablando sobre lo que he estudiado, me llegasen á preguntar sobre o que no sabia.

Alejandro el Grande tuvo por maestro en sus primeros añosa! célebre filósofo Aristóteles. Muer-

9

quince. Una cantidad tan considerable hubiera apartado al rey de su deber, sin su hija, nina de nueve años, que estaba presente: chocándole la bajezade Aristágoras, esclamó:—Huid, padre mio, ó este estrangero os vá á seducir.—El padre obedeció á la niña y el enviado no obtuvo el resultado que apetecía.

Page 244: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 130 —

Alcibiades siendo m u y n i ñ o se hallaba jugando en la calle con otros de su edad, cuando acertó á venir por allí un carretero guiando su carro. Como se empeñaba en pasar, y esto estorbaba el juego, le suplicó se esperase un poco hasta que concluyera: pero el hombre sin hacer caso hizo ademan de pasar. Entonces Alcibiades se arrojó al suelo'delante de los caballos diciendo al carretero que pasase, pero él se guardó muy bien de hacer o y tuvo que esperar hasta que acabó el juego.

I ' Í N .

to este sabio, Alejandro manifestó tanto ó mas sentimiento que por la pérdida de su padre , y como los cortesanos no pudiesen menos de estra-nar esta conducta, Alejandro respondió:

—Si mi padre me ha dado el ser, Aristóteles me ha enseñado lo que sé.

Page 245: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

ÍNDICE.

PAGS.

LA INFASCIA В El amor maternal С Diario de una madre , . . . 9 Higiene de la infaíicia j6 Vacuna 19 LAS CUNAS 21 Visita á las cunas 53 Condiciones de admisión 2 9 Horas de admisión 3 0 Gastos y recursos 31 Administración 3 2 El obrador •. . Zi La llave de oro 37 El padrino y el ahijado 6 0 La nodriza 55 La niñera 61 Educación de familia 6 2 Gracias de la infancia 6 6 Lecturas fáciles • • • • 66 Inclinaciones 69 Virtudes de la infancia 71 La obediencia J 2 La compasión 7 8 La urbanidad Los caracteres.—El glotón •• • • 75

Page 246: 1802011 Primera Serie Tomo 1 2

— 131 —

P A C S .

La curiosa ~c> El estudioso " La perezosa ''J Estado de los niños.—Loa gemelos 80 Elespdsiio 81 El huérfano 8S El lazarillo 89 El saboyanito "3 La vuelta del,saboyanito 'J^ Kecuerdos de* la infancia 'J^ El dia de un niño Dichos y hechos de niflos 128