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a la nostalgia y se volcó en el voluntariado. De ese empeño, y de su amistad con Rafael del Río –presidente saliente de Cáritas Española– y con el arzobispo castrense, Juan del Río, nació Cáritas Castrense, que en tres años de vida no ha dejado de darle satisfacciones, entre ellas, el reconocimiento que de la iniciativa le hizo el propio papa Francisco. Ahora, tres meses después de que la Conferencia Episcopal ratifica-se su nombramiento, si hay un dato del que se siente orgulloso es del de los 85.000 voluntarios de Cáritas, ese que marca “la generosidad de nuestra gente”.Usted es militar de carrera. ¿Qué batalla le gustaría ganar al frente de Cáritas Española?Lo realmente importante es ga-nar la guerra contra la pobreza, contra el hambre, contra la in-justicia, contra el desamparo y la discriminación. Cáritas maneja una gran can-tidad de datos sobre su acti-vidad y el impacto de esta en la sociedad. ¿De cuál de ellos está más orgulloso y cuál le preocupa más?Para mí no es una cuestión de números. De esos se encargan los grandes especialistas que tenemos en Cáritas, que nos confeccionan cada cuatro años el Informe FOESSA. Para mí, la preocupación es que siempre que haya alguien que nos ne-cesite, estemos a su lado. Cáritas es una de las organi-zaciones más valoradas por la sociedad y más respetada por las distintas fuerzas políticas. ¿De qué nos habla esto?Es la labor del día a día durante años, con un ideario muy claro y determinado, y es el prestigio adquirido por una organización que siempre ha hecho lo que ha podido por los demás. Ese es el secreto de la valoración que hace de Cáritas la sociedad. Y lo mismo puede decirse con res-pecto a los partidos políticos.

IGLESIA EN ESPAÑA ENTREVISTA

dependencias y va saludando a la gente. Debe ser su particular pase de revista, un gesto que diferencia a las entidades que tienen alma de las que solo tienen objetivos.

Su carrera ha sido intensa, y con cargos de responsabilidad. Secretario personal del rey Juan Carlos y jefe de gabinete con los ministros de Defensa Federico Trillo y José Bono, cuando llegó la jubilación no le dejó hueco

M ilitar de carrera, Ma-nuel Bretón Romero (Madrid, 1946), nuevo

presidente de Cáritas Española, desarma al interlocutor con una afabilidad que no parece puesta para la ocasión. Luego le ve-mos deambular por la sede de esta organización y los saludos y sonrisas se reproducen por aquí y allá. Todos los días, antes de llegar a su despacho, en la última planta, recorre todas las

“La economía está creciendo, pero a base de precariedad”

BRETÓNManuel

PREsiDEnTE DE CáRiTas EsPañola

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Mi mayor preocupación es que, cuando alguien nos necesite, seamos capaces de estar allí

“La obtención de recursos es también uno de nuestros desafíos”Manuel Bretón acaba de llegar de Arteixo (A Coruña), de encontrarse con el fundador de Zara, Amancio Ortega, quien hace unos meses donó 300 millones de euros en material médico a la sanidad pública española. Y es que, como reconoce el nuevo presidente de Cáritas, “nuestros desafíos son atender el grito que nos lanzan desde el mundo de la pobreza y la precariedad, de la movilidad humana y las migraciones, pero la obtención de recursos también es importante para nosotros. Tanto en el ámbito privado, de seguir sensibilizando a nuestra gente, como, además, por supuesto, del apoyo de las administraciones públicas, que sigue siendo importantísimo para nosotros”. De hecho, de los más de 300 millones de euros invertidos por Cáritas en sus proyectos sociales, más del 70% procede de donativos privados.

Con todo, tampoco se libra de críticas y los hay que dicen también que lo que hace Cá-ritas es puro asistencialismo…Eso sería quedarse únicamente con una parte de la realidad del trabajo que llevamos a cabo. Precisamente, uno de los ejes de las acciones que realiza-mos contra la pobreza es el del acompañamiento individuali-zado de las personas, que se recuperen en su autoestima, en su autonomía personal y laboral, además de ofrecer res-puesta puntual a las demandas de emergencias que nos plan-tean muchísimas personas. Y gracias a nuestros 85.000 vo-luntarios y más de 4.500 tra-bajadores contratados, que se dejan la piel para transformar estas circunstancias personales de precariedad en oportunida-des para recuperar la dignidad y la autonomía. Mala praxis del Evangelio estaríamos haciendo en Cáritas si nos limitásemos a repartir peces y no nos preocu-pásemos de enseñar a pescar al que lo necesita, para que pueda salir a faenar o a comercializar sus productos y asegurarse así su sustento.El de 85.000 voluntarios es uno de eso datos importan-tes que maneja Cáritas, más afiliados de los que tienen al-gunas formaciones políticas…[Ríe abiertamente] No nos preocupa solo la presencia del voluntario, que es importante, sino sus características, su es-píritu, su estar al día en todo lo que desarrolla Cáritas, en mejorar su formación… Ade-más, hay que destacar que en estos años de la crisis, se ha incrementado el número de voluntarios, lo que habla de la generosidad de nuestra gente. Este año se cumple el 10º ani-versario de la crisis de las hi-potecas ‘subprime’ en Estados Unidos, desencadenante de la recesión económica que afectó a todo el mundo, y a España

de una manera muy fuerte. ¿Hemos aprendido la lección de lo que sucedió? Desde la irrupción de la crisis, Cáritas viene insistiendo en la necesidad de cambiar un mo-delo económico, basado exclu-sivamente en el crecimiento económico, para que sean las personas el verdadero centro de cualquier política económica, es decir, un modelo auténti-camente social, volcado en la protección de los derechos y la dignidad de todos, especial-mente de los más vulnerables. Es verdad que se está creando empleo y que las cifras econó-micas siguen evolucionando positivamente, y cada vez más. Y es una noticia muy buena que se reduzca el número de hogares sin ingresos o que tie-nen a sus miembros activos en paro. Pero debería preocupar-nos que el discurso vuelva a centrarse en el crecimiento, sin prestar atención a que lo hace-mos gracias a empleos preca-rios, y con unos índices de des-igualdad que, en buena parte, siguen siendo los mismos. En Cáritas apostamos por un mo-

delo de economía solidaria, una realidad de la que están dando muestra nuestras Cáritas dio-cesanas, con varios proyectos que están funcionando muy bien. Gracias a este modelo, el año pasado, más de 16.000 per-sonas acompañadas por Cáritas han conseguido acceder a un empleo digno. Es un dato que nos llena de orgullo. España da por cerrada la cri-sis. Y hay elementos econó-micos que certifican la mejo-ría, como usted apunta. Pero, ¿puede darse por cerrada una situación que, según Cáritas, deja “una pobreza más ex-tensa, más intensa, más cró-nica y una convivencia que se asienta cada vez más en una sociedad dual”?La realidad con la que nos en-contramos cada día en la red de Cáritas nos dice que la salida de la crisis sigue descartando, por usar las palabras del Papa, a mucha gente, y seguimos sin vencer la pobreza. Si no vamos a las raíces del problema y abordamos de manera radical la asignatura pendiente, que en España sigue siendo la de la justicia social, esta dualidad de quienes están a este lado del bienestar y de quienes si-guen en las cunetas, continua-rá siendo cada vez mayor. La macroeconomía nos indica el cese de la crisis, pero somos conscientes de que todavía nos quedan años, y ojalá llegue el día en que Cáritas no sea nece-saria. Pero el futuro es incierto.

José loREnzo

FoTos: JEsús G. FERia

Bretón, a la entrada de la sede de la organización eclesial, en Madrid