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  • SIERVOS REPARADORES, PORCIN AMADA DE MI DIVINO CORAZN

    Agustn del Divino Corazn.

  • SIERVOS REPARADORES, PORCIN AMADA DE MI DIVINO CORAZN

    Escuchad mis palabras Noviembre 2/10 (6:10 a. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amados: abrid vuestros odos, escuchad mis palabras. Palabras que van dirigidas para vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn. Siervos que se esforzarn en el cumplimiento de mi Divina Voluntad. Siervos que se encontrarn conmigo diariamente en mi Tabernculo de Amor Divino. Siervos que en el silencio me percibirn, escucharn mis mensajes de Amor. Siervos que repararn con sus vidas, los pecados de una humanidad indolente, ingrata, alejada de mis caminos. Siervos que morirn a s mismos. Siervos que por donde pasen dejarn huella, impregnarn con el aroma de mi nardo pursimo los ambientes ms putrefactos, ms nauseabundos. Siervos que llevarn escritas, con la tinta indeleble de mi Sangre preciosa: mis palabras, mis mensajes. Siervos que sern palabra encarnada, Evangelio vivo. Llegad a M, como buenos discpulos. Discpulos que quieren crecer en Sabidura Divina. Discpulos que se deleitan conmigo, porque mis mensajes son coloquios espirituales de amor. Discpulos que practican mis virtudes; virtudes que, si son vividas, les elevarn a un alto grado de santidad. Discpulos que meditarn en mis lecciones de Amor Divino; lecciones que les cuestionar a un cambio, a una radicalidad de vida, a una conversin perfecta y transformante. Vosotros, hijos amados: que decidisteis dejar vuestras familias, vuestros pases, ciudades y pueblos de origen; vosotros que decidisteis apartaros del mundo: dejad a un lado vuestras posesiones materiales; dejad a un lado vuestros trabajos, vuestros quehaceres cotidianos, porque un da escuchasteis mi llamado; llamado que hizo eco en la profundidad de vuestro corazn, llamado que insistentemente retumbaba en la profundidad de vuestro ser y no descansasteis, no recobrasteis la paz, hasta el momento que decidisteis subir conmigo a la barca y remar mar adentro; y llegasteis a este oasis de paz, a este manantial de aguas vivas, aguas reposadas. Vosotros que estis viviendo la virtud del desprendimiento (porque lentamente vais muriendo a vuestros gustos, a vuestras apetencias, a vuestros deseos, me entregis todo vuestro ser) para que yo obre en vosotros de acuerdo a mi Divina Voluntad, para que yo os vaya dando forma, os vaya tallando,

  • puliendo, para que Yo os tome como greda blanda entre mis manos y haga de vosotros vasijas de barro consistentes; para que Yo trace en vuestras vidas nuevos planes, nuevos proyectos; vosotros que decidisteis caminar tras mis huellas imborrables de amor, vosotros que decidisteis saliros de vuestro seno familiar, vosotros que os apartasteis del mundo: recibiris recompensa; recibiris el ciento por uno: por vuestros sacrificios, por vuestras renuncias, por vuestras luchas interiores, por vuestras batallas. Vosotros que caminasteis tras mi perfume, perfume embriagador, perfume seductor, perfume que os llev al lugar donde vivo: alivianar un poco vuestras cargas; har que sintis dicha, al cargar con una parte del peso de mi cruz; har que sintis anhelos de limpiar mi Divino Rostro: maltratado, abofeteado por los pecados de los hombres. Vosotros que habis tomado la decisin de ser mis discpulos: entregar en vuestras manos mis remos, mis redes, para que juntos, en tiempo de subienda (abundancia de peces) pesquemos almas para el Cielo. Vosotros que empezasteis a sentir tedio por las cosas del mundo, vosotros que empezasteis a buscar lo eterno, lo trascendental, lo que verdaderamente s es valioso ante mis ojos: quitar vuestros viejos harapos, os vestir con tnicas blancas resplandecientes, para que seis como ngeles en la tierra; vosotros que tenis como primaca la santidad, os dar: fuerzas, tenacidad, temple para que no os dejis derrumbar, amilanar, derribar, frente a las tentaciones y hostigamientos del enemigo. Vosotros que os deleitis ante mi presencia Eucarstica: har que mis palabras caigan en vuestro corazn, como susurros de brisa suave; har que mis palabras sean dulce miel para vuestros labios, nctar exquisito que os sumerja en un xtasis de amor, que os sumerge en la ms profunda y genuina contemplacin, os har sentir mi amor desbordante, despertar celo por vuestra salvacin. Vosotros, mis siervos reparadores: sed dciles a la accin del Espritu Santo, escribid junto conmigo un nuevo captulo en vuestras vidas, enterrad a los pies de mi cruz vuestro pasado que os sanar. Entregadme vuestros recuerdos tristes; entregadme vuestras heridas abiertas y an purulentas, que con mi leo bendito, os sanar, os limpiar. Entregadme vuestras flaquezas, que os fortalecer. Entregadme vuestras ataduras que os dar libertad para que emprendis vuelo en esta nueva experiencia de amor, en esta aventura maravillosa en la cual os recrearis, os regocijaris, os sentiris plenos; porque entre millares y millares de personas,

  • fij mi mirada en cada uno de vosotros, pronunci vuestros nombres. No fuisteis vosotros, los que llegasteis a esta mi pequea porcin del cielo en la tierra. Fui yo, quien os seduje. Fui yo, quien os at al cordel que sostiene mi tnica. Y llegasteis a M, caminasteis tras mis huellas de sandalias desgastadas y os encontrasteis conmigo. Vosotros, mis siervos reparadores: sed dciles, maleables; respondedme con presteza, con ligereza, porque sois almas privilegiadas, almas que habrn de gozarse ante mis palabras, ante mis mensajes, ante mis insinuaciones de amor; almas que debern esforzarse por cumplir una a una mis peticiones, mis mandatos, mis leyes divinas. Vosotros, siervos reparadores: presentaos ante los ojos de mi Padre Eterno como ofrendas vivas de amor; consumos como se consume un cirio, en el Santsimo. Vosotros, siervos reparadores: embriagaos de amor en el silencio; en el silencio os hablar, en el silencio os dar perfeccin de vida, en el silencio acrecentar las virtudes; en el silencio os aleccionar, os amonestar, os mostrar: vuestras debilidades, vuestras imperfecciones; en el silencio podris escuchar mi voz. Cmo pretendis escucharme, si os sumergs en el ruido mundanal? Cmo pretendis encontraros conmigo, si an sois distrados, si an sois vacilantes? El silencio es ms elocuente que mi palabra y mi palabra, calar en la profundidad de vuestros corazones. Mi palabra, os har suspirar de amor por M. Mi palabra, os llevar a una postracin, a una reverencia total a mi verdadera y real presencia en mi Sagrada Eucarista. Vosotros, siervos reparadores, que sents la necesidad de conversin, que sents la necesidad de dejar vuestros pecados: habis comprendido que con vuestros actos de desamor, fueron muchas las lanzas que traspasaron mi Corazn agonizante; habis comprendido que algunas veces, abusasteis de mi misericordia; habis comprendido que muchas veces despreciasteis mi amor, por dar gusto a vuestras apetencias, a vuestros bajos instintos; instintos que os llevaban a caminar por caminos densos, oscuros; caminos ausentes de M, caminos que os abran puertas al abismo, a la condenacin, a la destruccin de vuestras vidas. Vosotros entendisteis, que estabais jugando con lo ms sagrado, que estabais poniendo en alto riesgo vuestra salvacin. Por eso, os acercasteis a M. Escuch vuestra voz de auxilio, de ruego, de splica y me compadec de cada uno de vosotros.

  • Reconoced, que no tenis mritos. Reconoced: que, an, sois pequeos; an, os falta crecimiento en la fe; an, os falta mucho qu darme, qu entregarme. Pero en, sta, mi escuela: aprenderis, creceris, naceris de nuevo, porque soy vuestro Maestro, soy vuestro gua, soy vuestra brjula; brjula que os guiar, y os llevar a andar por caminos pedregosos y estrechos, pero caminos seguros de entrada al Cielo. Vosotros, mis siervos reparadores: tatuar en vuestros corazones el Fiat, el S, para que ya no seis vosotros sino Yo, en vosotros.

    Permanecer a mi lado, es hallarlo todo Noviembre 2/10 (12:49 p. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amados, hijos predilectos, capullos selectos del jardn del Cielo: cmo os amo; cmo me glorificis en el Sagrario cuando vens hacia M dispuestos a adorarme, a glorificarme; cuando vens hacia M queriendo limpiar, recoger, en el cliz de oro de vuestros corazones, mi Sangre preciosa desperdiciada, derramada; porque busco adoradores del silencio y no los encuentro; llamo a muchas almas a una vida de perfeccin, a una vida consagrada, a una vida de renuncia, de entrega total y definitiva a mi Divina Voluntad y rechazan mi voz, rechazan mi llamamiento de amor, les da temor comprometerse conmigo, sienten inseguridad de sustraerse del mundo, de cortar: con sus familias, con sus trabajos, con sus posesiones materiales y por eso se les dificulta caminar tras mis huellas de amor; se les hace un poco difcil porque, an, tienen apegos, ataduras; an, se hayan anclados, amarrados y no se han dado cuenta que yo les dara verdadera libertad, que yo les dara dicha, paz, alegra indescriptible. Porque permanecer a mi lado, es haber encontrado el tesoro que da riqueza. Permaneced a mi lado: es haber descubierto misterios divinos, misterios insondables e inescrutables. Permanecer a mi lado: es hallarlo todo, porque he de ser el todo para vuestras vidas. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: si os sents tristes, si miris hacia atrs y sents apegos por vuestras familias, por vuestros seres queridos; si miris hacia atrs y sents nostalgia de las cosas que dejaste: venid a mi dulce prisin; en el Tabernculo de mi Amor Divino os esperar, para hablaros en la profundidad de vuestro corazn, para derramaros gotitas de alegra, gotitas de paz; os har sentir bien, os levantar ese nimo cado, os har sentir mis besos, mis abrazos y os conceder la gracia de encontrar en M, sentido a vuestras vidas.

  • Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: si alguna vez os entran las dudas, la inseguridad de si sois llamados a esta vida de oracin, a esta vida de entrega, a esta vocacin especial: venid hacia M. Os abrir el libro de vuestras vidas, os mostrar vuestro pasado, vuestro trasegar y caminar, el recorrido completo de vuestras vidas; os har sentir la gran misericordia que he tenido para con vosotros. Me fij en vosotros. Os llam por vuestros nombres; lanc en la alta mar las redes vivas y os atrap dulcemente. El eco de mi voz cal en vuestro corazn y me respondisteis; no estis por casualidad, la casualidad en el contexto espiritual no existe. Fui yo quien obr un gran prodigio de amor, en cada uno de vosotros. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: no busquis lo que no se os ha perdido; ya me encontrasteis a M. No divaguis ms en una vida sin sentido, no seis como barcas en la alta mar a punto de naufragar, sentad vuestras vidas en M. Os consolidar, os robustecer en la fe, os dar lecciones de Amor Divino, para que seis santos, para que no seis ms volubles, inconstantes. Ya os lleg el momento de tomar decisiones serias en vuestras vidas; ya os lleg el momento de construir juntos, vuestro proyecto de vida. Os encaminar por las sendas de la felicidad, por las sendas de la paz, de la alegra verdadera de corazn; jams os sentiris defraudados porque mi amor es ilimitado, mi amor es incomparable con el amor de cualquier creatura. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: si alguna vez os encontris encerrados, encapsulados en la melancola, en la indecisin; si os sents solos, abandonados porque os hace falta el amor de vuestras familias, el amor de vuestros amigos de infancia, de juventud: os recuerdo que soy vuestro Padre que os ama, que soy vuestro amigo que os acepta tal y como sois, que soy vuestro hermano que os sirve de bculo, de sostn, de apoyo. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: no pongis ms resistencia al gran amor que os tengo, al llamado que os he hecho a cada uno de vosotros. De manera particular os he hecho la invitacin de seguirme, la invitacin de hacer de vosotros pescadores de hombres, mis discpulos, mis mensajeros, mis enviados. Sed como barro dcil entre mis manos; sed dciles a la accin del Espritu Santo; no pongis obstculos; pedidme discernimiento y os mostrar cul es mi Divina Voluntad, en vuestras vidas. Pedidme discernimiento y os sealar el camino que debis de andar. Mis Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: encuentro en cada uno de vosotros consolacin. Encuentro en cada uno de vosotros regocijo, alegra, paz y contento, porque s que en vuestro corazn hay un

  • deseo infinito de amarme, hay un deseo de donaros por entero a M; sois mis hijos amados, sois las nias de mis pursimos ojos, sois el encanto de mi Madre y mo. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: si estis decididos a ofrendarme vuestras vidas: os pido santidad, os pido mortificacin, os pido penitencia, os pido ayuno, os pido una vida profunda de oracin, una vida de ascesis, de desprendimiento. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: haced de vuestras vidas, himnos de adoracin y de alabanza, salmodia perpetua de reparacin; menguad el sufrimiento de mi agonizante corazn y los dolores acerbsimos del Corazn Inmaculado de mi Madre, para que recibis premio de gloria, para que habitis en una de las moradas que os tengo dispuestas, para el da que os llame.

    Qu privilegiados sois Noviembre 2/10 (6:26 p. m.) Locucin del Seor Jess: Sois almas privilegiadas, porque os llam en determinada poca de vuestras vidas; vidas que transformo, vidas que renuevo, vidas que purifico y limpio, en el Sacramento de los Ros de la Gracia. Qu privilegiados sois, porque pronunci vuestros nombres; nombres que he escrito en el libro de vuestras vidas. Qu privilegiados sois, que haya lanzado mis redes y os haya atrapado suave y dulcemente, os haya sumergido en las fuentes inagotables de mi Divino Corazn. Fuentes en las que os recrearis, fuentes en las que hallaris delicias, gozo y paz. Qu privilegiados sois, que seis mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: siervos que cumplirn con el sublime oficio de los Santos ngeles; me adoraris en espritu y en verdad, me glorificaris con vuestro testimonio de vida. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: siervos que harn en todo mi Divina Voluntad, aspiraris habitar, morar en uno de los aposentos de mi Sagrado Corazn. Qu privilegiados sois, que os haya arrebatado del mundo, que os haya sustrado de los placeres banales, de las cosas efmeras, pasajeras y caducas. Aqu en mi escuela de amor: aprenderis a conocerme, a amarme.

  • Aqu en mi escuela de amor: aprenderis a ser un buen discpulo; discpulo que se esforzar en acrecentar sus conocimientos en Sabidura Divina; discpulo que da a da cumplir con sus quehaceres, con sus tareas; aprender a hacer de su trabajo, oracin constante. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: siervos que sern lmparas de mi Amor Divino; lmparas que habrn de arder las 24 horas del da, porque soy poco frecuentado, poco visitado; padezco soledad en la mayora de los Sagrarios del mundo. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: os he susurrado a vuestro odo, palabras de amor, palabras que os han hecho suspirar, palabras que os han hecho cambiar de vida, Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: siervos que dejaron sus barcas a la orilla del mar; decidisteis seguirme, decidisteis dejar vuestro trabajo, dejad vuestras familias, dejad vuestra profesin u oficio. Estis viviendo una aventura maravillosa, estis escribiendo un nuevo captulo en vuestras vidas. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores porcin amada de mi Divino Corazn: habis actuado de acuerdo a mi Divina Voluntad, segn mi santo querer. No os dejis desviar de camino; buscadme en el silencio de mi Sagrario y os hablar. Buscadme en el silencio de mi Sagrario y os aquietar. Buscadme en el silencio de mi Sagrario y os adentrar en los remansos de paz. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: habis sido incorporados a una gran obra; obra que tiene como tarea la salvacin de todas las almas del mundo; estis aportando para vuestra propia salvacin; estis construyendo sobre la roca firme, vuestro proyecto de vida; ya no podis seguir caminando sobre arenas movedizas. Os lleg la hora, de tomar muy en serio la decisin de optar por M, de elegir una vida de perfeccin, de acuerdo a unos consejos evanglicos, a unas promesas. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: os salisteis del ruido del mundo, os adentrasteis en el espesor del Cielo. En los silencios de Dios, no necesitis del ruido exterior. Necesitis oxigenaros con mi palabra, necesitis beber de agua viva para que saciis la sed de infinito, la sed de Dios. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: en mi escuela os formar, en mi escuela os instruir, en mi escuela os revelar misterios, secretos que an tengo escondidos; secretos y

  • misterios que dar a conocer slo a los sencillos, a los pequeos, a los que tienen corazn de nio. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: ser vuestra ruta, ser vuestra direccin; donadme por completo vuestras vidas. Rendos por entero a M que actuar, os mover, aligerar vuestros pasos, os seducir. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: cosechad frutos abundantes: viviendo en santidad, practicando virtudes heroicas. Vivid el desprendimiento; no os aferris ni os apeguis a nada ni a nadie; ya no os pertenecis, me pertenecis por entero a M. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: siervos a los cuales les hablo con amor, les amonesto con ternura de padre, os muestro mi grandeza, mi omnipotencia; os hago sentir emocin, vibracin espiritual de ser mis discpulos, de ser mis mensajeros. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: vuestra oracin ha de ser una oracin sosegada, calmada, meditada; interiorizando, saboreando, disfrutando cada palabra como manjar exquisito y como dulce miel. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: siervos que harn vida, en sus vidas, mi Palabra. Palabra que debis llevar escrita en vuestros labios y en vuestro corazn. Siervos que vivirn en coherencia, con mi Evangelio. Siervos asiduos a la Lectio Divina (lectura divina, lectura orante). Leccin que os lleva a la a salvacin y vida eterna. Leccin que os abre las puertas y compuertas del Cielo. Leccin que os hace santos, receptivos a mis mensajes, receptivos a mi voz, abiertos y dciles, a la accin del Espritu Santo. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: os muestro el camino angosto, el camino pedregoso, algunas veces escarpado; os muestro el camino de la cruz: debis de sobrellevar vuestras cruces con amor, no reprochis la prueba, ganad bendiciones y gracias mediante el sufrimiento. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: inscribos en la escuela del silencio, en la escuela de la asctica, en la escuela de la contemplacin, en la escuela de la adoracin y de la reparacin; seris almas espirituales, aventajadas, ya no seris los mismos;

  • porque aqu os haris santos, aqu recibiris directamente mis rayos y destellos de luz. Aqu recibiris fuerza especial, para no dejaros tentar, para no caer en las astucias del enemigo. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: presentaos en el Sagrario con un corazn abierto, limpio, difano, cristalino; evitad ofenderme, agredirme; rechazad todo pecado; comportaos como lo que sois: hijos de la luz, mis llamados, mis elegidos a una vocacin perfecta y sublime. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: os llamo al monte Calvario, al monte Glgota; sois mrtires del Amor Divino. He esculpido mi rostro sangriento, mi rostro desfigurado y maltratado de mi Sagrada Pasin. En el monte Calvario os esperar diariamente, para que con el lienzo perfumado, puro y blanco de vuestro corazn: enjuguis mis lgrimas, recojis mi Sangre preciosa derramada y desperdiciada. En el monte Calvario os esperar diariamente, para que me acompais y mengis mi soledad, para que me ayudis un poco con el peso extenuante de mi cruz. Qu privilegiados sois, de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: disfrutad, gozad de mi amor, gozad de mi presencia en el Sagrario; sois los contemplativos, los misioneros que cumplen su misin en mi Tabernculo de amor: ofreciendo sacrificios silenciosos, mortificaciones que solamente yo conocer, mis reconstructores de una Iglesia semidesmoronada. Seris columnas que sostendrn mi iglesia, hijos amados.

    La vida perfecta la alcanzis con las virtudes Noviembre 2/10 (8:33 p. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amantsimos: como estis llamados a una vida de perfeccin, a una vida de gracia: debis responderme con generosidad, con gratitud por todo el bien, que os he hecho. La vida perfecta, la alcanzis en el cumplimiento heroico de las virtudes; no seis vacilantes en vuestro caminar, andad con pasos firmes, seguros. Como estis llamados a una vida de perfeccin: permaneced atentos, vigilantes, para que no seis seducidos y engaados, para que no os desviis de camino; camino que os podra llevar a una ruptura con mi amistad, con mi

  • amor; camino que os podra llevar al precipicio, al sufrimiento, a la muerte en vida. Estis llamados a una vida de perfeccin; por ende, sed sumamente celosos en el cumplimiento de los mandamientos, en el cumplimiento de mi Palabra; haced de mi Palabra, instruccin y manual de vuestras vidas; estis llamados a una vida de perfeccin. Haced un examen de conciencia profundo, antes de iros al descanso; evaluad vuestro proceder durante todo el da. Bajad vuestras miradas al corazn y reconoced vuestros errores, reconoced vuestras culpas, y pedidme perdn, que os arropar con el manto de mi misericordia. El examen de conciencia, os lleva a caminar en la virtud. El examen de conciencia, os lleva a rechazar las obras de las tinieblas. El examen de conciencia os lleva a purificar, a limpiar, vuestros corazones. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: deben ser almas orantes, sacrificadas, penitentes; almas de corazn: difano, puro, cristalino como el agua; almas en las que no hay doble vida, fingimientos, engaos e hipocresas; almas que actan con veracidad, porque nadie tiene que esconder, que ocultar. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, se presentan al final de la jornada, pidindome perdn por los desvaros, por las faltas de desamor presentadas durante el da. No dejis esta prctica laudable para vuestras vidas. Debis crecer en gracia, debis avanzar en vuestro caminar espiritual. Cmo es posible, que os entreguis al descanso nocturno, omitiendo, el examen de conciencia? Conciencia que habr de permanecer en paz, en armona, en concordia con mis leyes. En el silencio de mi Sagrario: bajad vuestras miradas al corazn y sopesad las acciones del da; entregadme vuestro cansancio que os dar descanso, os arrullar entre mis brazos paternales; entregadme las tristezas, los desengaos, las dificultades que tuvisteis durante vuestra jornada: os dar consuelo; os alentar para que prosigis vuestra marcha, alegres; convencidos que en el ocaso de vuestras vidas: recibiris el premio, el galardn de oro, pasaris a gozar en una de las moradas del Cielo. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: aprended a descubrir mi presencia en cada uno de vuestros hermanos; aceptad sus diferencias, sus limitaciones; aceptad que cada persona

  • es un mundo distinto; sed tolerantes unos con otros, aprended a llevar las cargas con amor, perdonaos mutuamente. Vivid el mandamiento del amor, amndoos unos a otros como yo os he amando. El amor es cura para el alma, medicina para la enfermedad. El amor es desahogo para el corazn herido, convulsionado, agitado. El amor es dulce miel que dulcifica vuestra amargura. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: orad unos por otros; elevad muchas plegarias al Cielo. Pedid siempre que seis asistidos por el Espritu Santo para que obtengis la luz, el discernimiento. Cuando estis en mi Tabernculo, durante la noche, amadme con todo el mpetu de vuestro corazn, no vengis a dormir frente a mi presencia; os necesito en vela, despiertos, amndome por los que no me aman, adorndome por los que no me adoran. Qu sentido tendra vuestra oracin, si llegaseis adormilados, somnolientos? Acaso no os impresiona mi invencin de amor, mi presencia real y perpetua en la Santa Eucarista? Los siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: son almas eucarsticas, son hostias vivas de amor. Por tanto, demostradme profundo respeto, suma admiracin y reverencia cuando estis en mi mansin eterna de Amor. En el Sagrario recibiris toda la Ciencia Divina que necesitis para vuestro crecimiento espiritual. En el Sagrario os haris soldados valientes, aguerridos; soldados que no tendrn miedo para enfrentar al adversario (satans), soldados seguros de la victoria.

    Debis saber que Noviembre 3/10 (6:50 a. m.) Locucin del Seor Jess: Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, escuchad lo que tengo por deciros: an, sois pequeos, en vuestro caminar espiritual; an, os falta crecimiento en la virtud. An, os falta perfeccin en vuestra vida cristiana. Os llam por vuestros nombres, os seduje, os atraje al aprisco me mi Divino Corazn. No resististeis, frente a mis galanteos divinos. Por eso estis aqu, en mi Tabernculo de Amor Divino. Os entresaqu de las cosas del mundo. Suscit en vuestro corazn: ansias de Cielo, lucha por alcanzar una vida de santidad; santidad que est al alcance de todos vosotros. No necesitis de

  • cosas extraordinarias para alcanzarlas; slo vivid mi Evangelio, practicad mi Palabra. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: sed humildes de corazn, abajaos, disminuid, menguad para que Yo reine en vuestras vidas. Evitad la soberbia, el orgullo espiritual. Un siervo habr de reconocerse el ms mnimo entre los pequeos. Recordad que a los soberbios y orgullosos, difcilmente les resisto. Si algn da, os vieseis tentados por el orgullo y la vanagloria: venid hacia M, que os dar una leccin de Amor Divino. Os hablar en la profundidad de vuestro corazn, os mostrar vuestra imperfeccin, vuestra debilidad, vuestro barro, vuestro lodo para que disminuyis, para que os reconozcis obras imperfectas, obras inacabadas. Vuestra vida espiritual, los dones, los carismas que os haya regalado: no habrn de convertirse en una competencia; no caigis en la gula espiritual. Os he embellecido, os he agraciado de acuerdo a mi Divina Voluntad. El mayor de los dones que debis aspirar, es el de la caridad. Trataos con amor, mutuamente; entendeos en vuestras debilidades y sobrellevad las cargas. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: entended que un siervo, atiende las rdenes y los mandatos de su amo. Por ello, os pido total obediencia, total sumisin para que seis revestidos con las tnicas de la docilidad, de la santidad. No caminis por sendas contrarias, a mis enseanzas: caminad en lnea recta, para que os encontris conmigo. Caminad en lnea recta, para que evitis tropiezos, cadas. Sed sumamente prudentes; demostrad, que sois almas recogidas, almas abstradas por el gran amor que os profeso; que por donde andis, impregnis cada sitio, cada lugar con mi aroma, con mi nardo pursimo de celestial perfume. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: evitad la ociosidad, la pereza. No le abris las puertas a la tentacin, socavaras vuestra tumba en vida; seriis desgraciados, caerais en las sutilezas y trampas del adversario. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: vivid en plenitud vuestro carisma. Sed almas hostias, almas vctimas, almas reparadoras; presentaos ante M como holocausto perenne de amor; tened celo por la salvacin de las almas, tened celo por el cumplimiento perfecto y exacto de mi Evangelio, tened celo por vivir las santas virtudes; virtudes que os ceirn corona de hroes, virtudes que os entregarn cetro de vencedores.

  • Mis Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: si algn da os viereis tentados, si algn da os sintieseis acosados, si algn da vuestro corazn estuviese a punto de reventar: venid a M, depurar vuestros pensamientos, vuestras emociones, vuestros sentimientos; os dar candor, os dar luz, os dar pureza; os ensear la manera para que miris con mis ojos, para que escuchis con mis odos, renovar vuestro corazn. Comprended: que ya no sois los mismos, que he trazado un proyecto, un plan de amor en vuestras vidas. Comprended: que he de ser la nica razn de vuestro existir. En vuestra vida no puede haber ambivalencias. Vuestro proceder ha de ser tan ntido y tan claro como la luz del sol a pleno da. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: si os cuesta cargar con la cruz de cada da, si entris en desolacin, en angustia; si vuestra vida va perdiendo sentido: pedid mi auxilio, os abastecer con mi amor, os inflamar con mi presencia; alivianar vuestras cargas, os adentrar en la llaga abierta de mi Sagrado Costado; sentiris mi paz desbordante, mi ternura, mi gran amor; vuestra turbacin de espritu, desaparecer; alejar de vuestro caminar: toda insidia, toda tentacin que el maligno os ponga; seris revestidos de una fuerza sobrenatural y seris congraciados de mis dones. Si alguna vez queris desandar el camino andado: fijad vuestra mirada hacia delante; os falta mucho camino qu recorrer. No destruyis, en un santiamn, lo que habis construido. Tomad decisiones en momentos de paz, de calma. No tomis decisiones de manera apresurada: caeris en la bancarrota espiritual. Pedidme que os muestre el sendero, pedidme que os muestre el camino de mi Divina Voluntad: derramar gotitas de mi ternura, os sentiris regocijados, os sentiris dichosos de ser mis siervos, mis discpulos, mis elegidos.

    La vida espiritual, la vida consagrada es exigente Noviembre 3/10 (7:08 a. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amados: la vida espiritual, la vida consagrada exige renuncias, vaciamiento de corazn; exige: morir a vosotros mismos, morir a vuestros caprichos, a vuestros deseos e ilusiones. La vida espiritual, la vida consagrada exige: morir al hombre viejo y nacer al hombre espiritual. La vida espiritual, la vida consagrada, exige: heroicidad, tenacidad, fortaleza para enfrentar duras batallas.

  • La vida espiritual, la vida consagrada exige: coherencia con mi Palabra, coherencia en vuestro proceder; vuestras acciones han de ser claras, nada oculto debe haber en vosotros. La vida espiritual, la vida consagrada os lleva a un martirio de amor; porque voluntariamente dejasteis todo, por ir en pos del Todo. Voluntariamente entregasteis vuestras vidas, os donasteis por entero a mi Divina Voluntad; voluntariamente caminis tras mis huellas, no hallabais consuelo, paz hasta no haberos encontrado conmigo; voluntariamente seguisteis mi suave perfume, perfume que os ha embriagado de amor, os ha llevado a suspirar en ansias de dejaros poseer; voluntariamente soltasteis vuestras antiguas esclavitudes, pedisteis que os diese libertad; voluntariamente dejasteis vuestros pueblos, ciudades, familias; quisisteis seguirme, cambiar vuestro estilo de vida; voluntariamente me entregasteis vuestra memoria, entendimiento y voluntad; me disteis toda la autoridad para yo obrar en cada uno de vosotros.

    Sois hijos de la luz, no de las tinieblas Noviembre 4/10 (6:46 a. m.) Locucin del Seor Jess: Guardad vuestros sentidos de todo pecado. El pecado infesta vuestro corazn, el pecado deforma vuestra alma. Sois hijos de la luz y no de las tinieblas. Estis llamados a vivir una vida de perfeccin, una vida de total coherencia con mi Palabra. Os llam por vuestros nombres, mi voz cal en la profundidad de vuestros ser; no soportasteis tanto amor y por eso me respondisteis, decidisteis dejar la barca en la orilla del mar y remar mar adentro; hallasteis el reposo, hallasteis la calma; os encontrasteis con mi paz infinita; pudisteis llegar a uno de los Aposentos de mi Divino Corazn. Por eso os recreis conmigo, por eso me rends sentidos homenajes de adoracin, de alabanza y de gloria. Si sents que la barca de vuestra vida naufraga en la alta mar, si caen sobre vosotros tormentas impetuosas; si el sol os golpea, os maltrata; si vientos fuertes chocan contra vosotros: adentraos en la herida abierta de mi Sagrado Costado, podris llegar a mi Sagrado Corazn y recobraris la armona, recobraris el sosiego; os mostrar la ruta, la direccin, os llevar a puerto seguro. Si ves que vuestra oracin se os hace rutinaria, que va perdiendo sentido, sabor: pedidme que os ayude y har que vuestra oracin sea manjar exquisito, nctar suave; os ensear la forma de disfrutarla, de saborearla.

  • Haced propsitos serios en vuestras vidas, iniciad ya el proceso de conversin perfecta y transformante. Ya no sois del mundo, os saqu del mundo y como tal, estis en el deber de responder a mi llamado de vida de perfeccin; dejad el pecado, vivid en permanente estado de gracia. Alejaos de la superficialidad del mundo. Sed almas trascendentales: de profunda oracin, recogimiento y penitencia; estis matriculados en mi escuela. Sacad provecho de cada una de mis lecciones, esforzaos en ser cada da mejores. Aspirad a una vida de perfeccin y de santidad.

    Sed transparentes en vuestro proceder Noviembre 4/10 (6:53 a. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amados: no seis como soldados sin fusil, en medio de la guerra; armaos con mi armadura divina, para que no seis derrotados, amilanados, derrumbados; armaos con mi armadura divina, para que resistis los combates y embates que os esperan. S que an, las cosas del mundo os atraen; s que an, hay herrumbre, lastre de pecado en vuestros corazones; s que an, os falta ms conversin, ms perfeccin, mayor virtud; s, que muchas veces habis planteado propsitos en vuestras vidas, pero ante la menor tentacin colapsis; ante la menor tentacin, os lanzis al precipicio, a pozos oscuros sin salida; s, y he escuchado de vuestros labios splicas, ruegos, porque muchas veces no hacis lo que debis hacer y lo malo que debis evitar es lo primero que realizis. Evitad la ambivalencia, la incoherencia. Un siervo reparador, habr de caracterizarse por la trasparencia en su proceder; nada oscuro ni profano debe haber en su corazn. No os llam porque tenis mritos. No os llam porque sois buenos. Os llam precisamente, porque sois un cmulo de debilidades. Os llam precisamente, porque sois obras inacabadas, imperfectas. Ante tal gesto de amor, respondedme con generosidad. Os llevar a verdes pastizales, os tomar sobre mis hombros como ovejas dbiles, como ovejas heridas y Yo mismo os sanar. Yo mismo limpiar vuestras heridas. Yo mismo os restaurar. Yo mismo os dar la fuerza, dndoos a comer del alimento que jams perecer, os dar salvacin y vida eterna. No deis pasos en falso, podrais caer en una vida de desgracia, en una vida de desazn; podrais morir en vida. No deis pasos en falso, permaneced vigilantes, orantes con las lmparas encendidas de vuestro corazn y con suficiente reserva de aceite,

  • Al que mucho se le ha dado, muchsimo se le exigir. Vosotros, mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: ya tenis conciencia de lo que es pecado, las consecuencias nefastas que pueden acarrear en vuestras vidas; hoy, estis bien, maana podis estar en situaciones difciles y complejas. No abusis de mi misericordia. Amadme con la profundidad de vuestro corazn; amadme con mpetu, con frenes. Respondedme de acuerdo al llamado que os he hecho: viviendo santamente y cumpliendo con mi Palabra y con mi Evangelio. Os doy, voz de alerta. Voz de alerta para que no hiris mi agonizante Corazn. Voz de alerta para que no agrandis las llagas de mis manos y de mis pies. Voz de alerta para que no ciis de nuevo, la burda corona de espinas que me impusieron sobre mi delicada cabeza, cierto da. Si sois llamados a una vocacin celestial: comportaos como ngeles en la tierra; no aparentis santidad cuando verdaderamente no la tengis, no actuis camufladamente; a los hombres les podris aparentar, pero yo os conozco, yo leo vuestras conciencias, yo leo vuestro corazn, vuestros sentimientos. Las almas a las que les he dado muchsimo, a las que les he mostrado el camino de la virtud, el camino angosto y pedregoso que les lleva al cielo, las almas a las que les he bendecido inconmensurablemente: tienen gran responsabilidad frente a mi presencia. Os recuerdo: os juzgo con misericordia, pero el da que seis llamados os juzgar slo con justicia.

    Vuestra misin: adorar y reparar en el Sagrario Noviembre 4/10 (4:38 p. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos queridos, que os esforzis en darme gloria, que deseis vivid santamente, que buscis el silencio, porque queris encontraros conmigo, que queris descubrirme, sentirme, escucharme: cmo no hablaros, cmo no pensar en vosotros y alentaros a proseguir vuestro camino; camino de renuncias, de sacrificios; caminos con algunos tropiezos y dificultades, caminos algunas veces difciles de trasegar. Como sois el develo de mis ojos: os animo, os regalo dosis abundantes de mi amor, para que vivis en plenitud la vocacin a la cual os he llamado, para que luchis con tesn en vuestra perfeccin, para que en vida cosechis frutos abundantes. Mirad que hay muchos halagos a vuestro alrededor, muchos atractivos y muchas falsas seguridades; quiero ser el atractivo de vuestras vidas, quiero ser la nica razn de vuestro existir, quiero ser la fijacin de vuestros pensamientos; quiero ser

  • vuestro estandarte, vuestro sostn; desbocaos de amor por M. Sanad las heridas de mi Cuerpo Santsimo con la reparacin; para eso os eleg: para que permanezcis la mayor parte de vuestro tiempo, en mi pequea celdita de Amor Divino; para que juntos nos recreemos, para que entablemos un coloquio espiritual, para que os desfoguis de amor por M, para que me adoris por los que no me adoran, para que me reconozcis como vuestros Seor, como al Rey de ms alto linaje que est en medio de vosotros. Sentos dichosos de ser mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn. Siervos que habrn de levantarse, en la alborada de cada maana: alegres, con una sonrisa en los labios, con un brillo especial en los ojos porque me llevis dentro; porque podris sentirme, escucharme; porque lo dejasteis todo para seguirme. Siervos reparadores, hijos amantsimos: alimentad vuestra vida espiritual con la oracin, con el ayuno, con el sacrificio, con la mortificacin, con la austeridad de vida. Alimentad vuestra vida espiritual con la meditacin diaria de mi Palabra. Palabra que debis vivir en plenitud. Palabra que habr de ser vuestra consigna, porque vuestros pensamientos y actitudes han de ser semejantes a mis pensamientos y a mis actitudes. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, capullos selectos de uno de los jardines del Cielo: cuando os sintis ridos, cuando hayis perdido el gusto por la oracin: venid al Sagrario y entregadme el cntaro de vuestro corazn vaco; lo sumergir en las fuentes de mi Divino Corazn y saldris rebosante con el agua viva de mi amor; remojar vuestra tierra estril, sembrar semillas, frutos para que recojis una cosecha abundante para el Cielo. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, mis delirios de amor: aceptad las pruebas con resignacin; por el hecho de ser mis elegidos, mis discpulos no estis exentos de la cruz; la cruz es necesaria para adentraros al Cielo; la cruz es necesaria para acrisolaros, para refinaros como oro y plata; la cruz es necesaria para purificaros, para lavar el barro del pecado; la cruz es necesaria para dar brillo a vuestra alma; la cruz es necesaria para, en el ocaso de vuestras vidas, poderos llevar a habitar en una de mis moradas. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: sois la locura de mi amor. Por vosotros, decid quedarme hasta la consumacin de los siglos, en el Tabernculo, en el Sagrario. Por vosotros vivo en soledad en mi dulce prisin.

  • Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, rosas y claveles perfumados del vergel florecido del Inmaculado Corazn de mi Madre: aspirad mi fragante nardo, embriagaos y extasiaos de amor; sentos agradecidos conmigo; estis cumpliendo el oficio de los Santos ngeles en la tierra; estis tocando las liras, las arpas, las flautas con vuestra oracin de corazn. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: fijo mi mirada en vosotros; os llam para ser almas eucarsticas, almas de profundo respeto y admiracin frente a mi Augusto Sacramento; almas que pierden la nocin del tiempo cuando estn en mi Sagrario; almas que se olvidan de los asuntos de afuera, porque en M: lo encuentran todo, lo hallan todo; almas que quieren permanecer en vigilia constante, para reparar por sus propios pecados, y los pecados de la humanidad. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, mis lirios esbeltos: recibid ptalos de bendiciones, recibid mis palabras como roci fresco en el amanecer. Vivid cada da, en continua accin de gracias. Vivid cada da, en un continuo Pentecosts porque mi Espritu Santo aletea sobre vosotros, porque mi Espritu Santo transverbera vuestros corazones con sus rfagas de fuego. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: llevad tatuado en vuestro pecho el signo de mi Cruz. Sois mis mrtires de Amor Divino. Enjugad mi Divino Rostro con vuestra oracin; recoged mi Sangre preciosa, adoradla con vuestra reparacin. Largo camino os queda por recorrer; experiencias nuevas os sobrevendrn. La eleccin divina que he hecho sobre vosotros, ha sido un gesto de amor y de misericordia infinita. La eleccin divina que he hecho en vosotros ha sido un derroche de amor que no tiene precio. La eleccin divina que he hecho en vosotros, os habr de llevar a una conversin perfecta, a una entrega total y decidida a mi Divina Voluntad. No caminis en direccin opuesta a mis enseanzas, a mi Palabra. Caminad rectamente y me dejar encontrar por vosotros; no os importe que algunas veces tengis que padecer, no os importe que algunas veces sintis el cansancio del da, o el peso de vuestros aos; no os importe que algunas veces tengis que llorar: secar vuestras lgrimas y os dar aliento para continuar vuestra marcha. Sois peregrinos en busca de la Patria Celestial. Vuestra misin est en la adoracin y reparacin, vuestro campo de accin est en el Sagrario: rogando, intercediendo por el mundo entero

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    Enderezad vuestras sendas

  • Noviembre 4/10 (5:01 p. m.) Locucin del Seor Jess: Imitad mi vida. Profundizad en mi Palabra, en mi Evangelio. No podis decir que conocis de m, si desconocis las Sagradas Escrituras. Cmo hablar de lo que no conocis. Descubrid mis encantos en el libro Sagrado que os llevar al gozo, en la vida eterna. Cmo mantener vuestra conciencia tranquila, cuando algunas veces vuestras acciones ocultas, traspasan mi agonizante Corazn. Cmo mantener vuestra conciencia tranquila, si en vuestro corazn hay manchas, barro de pecado. Cmo mantener vuestras conciencias tranquilas, si os he escuchado tantas veces: promesas de cambio y no sois fuertes en la tentacin; fcilmente cais, fcilmente os desplomis, fcilmente cais en el fuego ardiente de vuestras bajas pasiones. Cmo mantener vuestras conciencias tranquilas, si de apariencia sois hijos de la luz, pero frente a mis ojos sois hijos de las tinieblas. Cmo mantener vuestras conciencias tranquilas, si en cualquier momento, vendr por vosotros para juzgaros en justicia. Enderezad vuestras sendas; volved vuestros ojos y vuestro corazn a M. Os perdonar, os declarar inocentes frente a mi Padre Eterno; borrar del libro de vuestras vidas, vuestros pecados; os regenerar, os renovar, os restaurar; os ceir alas de ngeles para que pasis por alto, trabas y tropiezos en vuestro camino. Depurad todo lo que llevis dentro. En el Sagrario os purificar, os lavar y quedaris tan blancos como la nieve. Desde el mismo instante que escuchasteis el eco imperceptible de mi voz, os seal un nuevo camino; suscit ansias de seguir mis huellas, os quit la mscara que llevabais puesta y acentu con perfeccin mis rasgos divinos; condon vuestra deuda, os declar libres e inocentes, os justifiqu. Algunas veces, os visteis empujados por vuestros mpetus. Algunas veces, os acercasteis al fuego y os quemasteis. Algunas veces me rechazasteis, me excluisteis de vuestras vidas para dar rienda suelta a las concupiscencias, a vuestros sentimientos lascivos; deformasteis vuestra alma; vuestro corazn qued saturado de la hediondez del pecado; pero me dej encontrar nuevamente, porque no quiero perderos, no quiero que seis trofeos de satans; me present a vosotros como Padre de Misericordia; sentisteis mis besos y mis abrazos, os prest mi hombro para que lloraseis, para que descansaseis en M, y escuch de vuestros labios un perdn sincero. Os doy tantas oportunidades de salvacin; y esta leccin, este llamamiento, es un nueva oportunidad en vuestras vidas; oportunidad que no debis rechazar,

  • oportunidad que ser asediada por el espritu del mal, porque l pretender sacaros de mi Divina Voluntad; l os presentar otros caminos distintos a los sealados por M. Y en esta fuente de misericordia, mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: os purificar, os limpiar; vendar las heridas de vuestro corazn; quitar vuestros viejos andrajos de mendigos y os vestir con el sayal penitencial, para que reparis ahora que estis vivos; para que aspiris, siempre, llegar a la meta, habitar en el Cielo que os tengo prometido.

    El Llamado Noviembre 5/10 (7:04 a. m.) Locucin del Seor Jess: Cuando os despertis en la maana: que el primer pensamiento del da sea, Yo. Cuando abris vuestros ojos, miradme con los ojos del alma. Cuando lleguis a mi Sagrario: sumos en adoracin profunda; oracin que os llevar a contemplar mis Misterios Divinos. Misterios que os revelar, os los dar a conocer porque sois sencillos, humildes, porque sois pequeos. Unid vuestras tres potencias: cuerpo, alma y espritu y elevad plegarias al Cielo. Salmodiad con vuestros labios y con vuestro corazn. Unos a la adoracin de la Iglesia Militante y Triunfante. Vaciad todo lo que llevis dentro: preocupaciones, miedos, dudas, inseguridades. Postrad a los pies de mi Santa Cruz: vuestras tentaciones, vuestros pecados y debilidades, y bebed sorbo a sorbo la Sangre preciosa que brota de mis Sagradas llagas. Mirad, de vez en cuando, el Santo Crucifijo: meditad en mi dolorosa pasin y pensad en las veces que habis sido mis verdugos, cmplices de satans. Pensad en las veces que (recibiendo tanto amor, tanto derroche de ternura, tanta misericordia desbordada para con vosotros) me rechazasteis, caminasteis por caminos amplios, espaciosos, caminos laxos, caminos de perdicin. Si hubiese sido mi Divina Voluntad: os pude haber llamado en el momento ms crtico de vuestras vidas, os pude haber llamado en el acto ms deplorable frente a mis pursimos ojos; pero no ces de llamaros, no ces de derramar: bondad, comprensin para con todos vosotros. Os mostraba una luz en vuestro caminar, pero os encontrabais enceguecidos. Os hablaba, pero no escuchabais mi voz, porque vuestros odos se hallaban taponados. Tocaba las fibras ms profundas de vuestro ser, pero vuestro corazn se hallaba encapsulado en la costra del pecado. Pero sal a vuestro paso, me dej encontrar; me he dejado ver, sentir; me he dejado escuchar y llegasteis a M con vuestro cuerpo llagado, con vuestro corazn deformado por el pecado. Me pedisteis perdn;

  • tomasteis la decisin de empezar de nuevo, de hacer mortificacin, penitencia, reparacin, por vuestros pecados; me entregasteis vuestras vidas. Clamasteis en vuestra afliccin y os escuch, os acog con amor, sin reproches, ni censuras; os cubr con mis besos y con mis abrazos y os sentisteis perdonados. En una etapa de vuestras vidas: empezasteis a sentir vacos, inconformidades; lo que antes apetecas, ha perdido el encanto, el sabor. Empezasteis a ver las trivialidades del mundo; observabais, cmo los hombres se afanan ms por los bienes temporales, descuidando los bienes espirituales y eternos. Os cuestionasteis y decidisteis buscar lo perenne, lo trascendental; escuchasteis mi voz y caminasteis tras mis huellas. No os import dejar: vuestras familias, vuestros pueblos, ciudades, veredas, pases; os separasteis de vuestros amigos. Renunciasteis: a ser vosotros mismos, a construir desde vuestro propio yo y egosmo, y os donasteis por entero a M. En M, encontrasteis lo que buscabais. En M, descubristeis que era el Todo, la nica razn de vuestro existir. En M, hallasteis reposo, paz, seguridad. En M, vislumbrasteis un futuro promisorio y esperanzador. Optasteis por consagraros a M, por salir del mundo. Optasteis por vivir radicalmente mi Evangelio, mi Palabra. Optasteis ser mis discpulos, mis siervos reparadores. Optasteis ofrendaros como hostias vivas y almas vctimas de amor, por la conversin de todas las almas del mundo entero. Optasteis por un camino de sacrificios, de renuncias diarias. Optasteis abrazar mi Cruz, sanar mis llagas con vuestra adoracin y reparacin. Optasteis, ser los peregrinos del amor; peregrinos, que aspiran habitar en una de las moradas del Cielo. Optasteis por morir a vosotros mismos y nacer de nuevo. Optasteis en arder, como cirio encendido, en el Santsimo. Optasteis ser almas contemplativas, almas con vida de ascesis, almas que slo piensan en dar gloria a mi Santo Nombre. Amn.

    La reparacin tiene mayores mritos, cuando Noviembre 5/10 (10:21 p. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos mos: impregnaos de mi aroma celestial, extasiaos ante el gran milagro que ven vuestros ojos. Abajad vuestras cabezas, reconocedme como vuestro

  • Seor; reconocedme como al Rey de reyes que habita en todos los Tabernculos del mundo entero. En este silencio: escuchadme, sentid mis palabras como barullo de ngeles. Sentid mis palabras como lluvia fresca, sentid mis palabras como balbuceo de amor. Vosotros, que ya no os preocupis por las cosas del mundo, porque vuestra mxima preocupacin son los asuntos del Cielo; vosotros, que no os fatigis por los bienes efmeros: queris cansaros, desgastaros por los bienes eternos: os seduje, sal a vuestro paso, os encaden de amor; vuestro corazn pareca estallar de gozo; vuestro corazn palpitaba de amor frenes, porque: al fin pudisteis verme, al fin pudisteis escucharme, al fin pudisteis reconocerme. Vosotros que os rends ante mis galanteos: haced caso a mis splicas, llamados angustiosos que hago a toda la humanidad, porque muchos hombres de corazn estulto, caen en la profundidad del infierno, porque su arrogancia les encegueci, su prepotencia les ensordeci, su altivez endureci sus corazones y por eso: rechazaron mis gracias, mis bendiciones. Reparad: para que los pecadores se acerquen a M con corazn contrito y humillado, para que lleguen a M con el lodo de sus bajezas, que Yo les sumergir en las fuentes de aguas vivas y quedarn limpios, quedarn puros. Vosotros, que respondisteis a mi llamado, que optasteis por la cruz, por el martirio; que optasteis por seguir mis pisadas de amor: tenis la gran tarea de la reparacin, tenis la gran misin de ser mis coadjutores en la salvacin de las almas. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn: llegad a uno de los jardines del Cielo y regad con vuestra oracin, las rosas y las flores que le embellecen. Dejaos perfumar con mi nardo pursimo. Dejaos arrebatar en vida, porque os profeso gran amor y gran ternura. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn: que pasis largas horas en el silencio de mi Sagrario, que os asemejis a un cirio encendido; vosotros que os vais consumiendo de amor, en deseos desbocados de dar gloria y honra a mi Santo Nombre: no os dejis contagiar por filosofas llamativas y extraas; bebed en las fuentes fidedignas de las Sagradas Escrituras y del Magisterio de la Iglesia. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn, si estis encadenados al Corazn Inmaculado de mi Madre: dejaos arropar bajo los pliegues de su sagrado manto, dejaos abrazar en la llama de su Amor Santo, dejaos tomar de sus virginales manos y caminad sin nunca cansaros; caminad seguros, porque no tropezaris; caminad seguros, porque no encontraris obstculos; caminad seguros, porque hallis la senda de encuentro conmigo.

  • Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn: agitad los incensarios de la adoracin y de la reparacin. Amadme, por los que no me aman; adoradme, por los que no me adoran; rendidme tributos que soy vuestro Dios, rendidme homenajes que soy el misterio escondido. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn: id a la via y trabajad bajo el ardor del sol; trabajad bajo la lluvia impetuosa; os pagar el justo jornal. No os iris con vuestras manos vacas; a cada cual le pago el justo salario. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino corazn: ved en la Hostia Consagrada, el libro abierto de mi Sagrado Corazn. Venid y meditad en l, para que os hagis sabios. Venid y meditad en l, para que os hagis dciles a la accin del Espritu Santo. Venid y meditad en l, para que os asemejis a los Santos ngeles. Venid y meditad en l, para que os impregnis del aroma de la santidad, del aroma del Cielo. Venid y meditad en l, para que cosechis virtudes; virtudes que os harn hijos de la luz, virtudes que den fin a vuestro hombre viejo. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: caminad con vuestras sandalias de suelas desgastadas, andad ligeros de equipaje, nada os faltar; os proveer; seris asistidos, seris resguardados en uno de los Aposentos de mi Divino Corazn. El da que seis probados, el da que decida pasaros por el cedazo de la tribulacin, el da que decida pasaros por el fuego, refinaros y acrisolaros como oro y plata: no pensis que ya no os amo, no pensis que os estoy cobrando los errores y cadas de vuestro pasado, no pensis que os he dejado solos, que me he apartado de vuestro camino; pensad ms bien, que mi amor por vosotros es inmenso, incomparable. Jams les podr pesar: vivir, llevar con amor la cruz de cada da; porque, mediante el Misterio de la Cruz, os dar luz, os har radiantes, os despojar de vuestras cadenas oxidadas, os quitar vuestras amarras, vuestros lazos opresores y os dar libertad; y una vez hallis resistido la prueba: ceir en vuestras cabezas coronas de prncipes o de princesas; entregar en vuestras manos un cetro de oro finamente tallado; os sentar en un puesto de honor, porque os asociasteis a mi Sagrada Pasin, porque fuisteis mis cirineos, llevasteis libremente parte de mi cruz, fuisteis mis vernicas porque no tuvisteis miedo frente a las turbas, llegasteis a M y enjugasteis mi Rostro sangrante y sudoroso, secasteis mis lgrimas. Si estis en crisis: en mi dulce prisin, en mi pequea porcin del Cielo en la tierra: os har ver mi magnificencia de amor; os har sentir: uno a uno, los

  • latidos de mi Eucarstico Corazn; os sentiris impulsados en ofrendaros como hostias vivas de amor, hostias vivas de reparacin, hostias vivas de expiacin. Fijad vuestras miradas al Cielo. Ved las escaleras de oro que se desprenden de uno de sus prticos; intentad caminar en pos de ella, intentad caminar para que subis sus peldaos; sed valerosos, intrpidos y pretended llegar al escaln ms alto, porque una de las puertas del Cielo se os abrir de par en par; podris disfrutar por adelantado la gloria que se vive en la eternidad, os haris el firme propsito de llevar una vida santa, vida sin tacha, sin reproche y repararis vuestros pecados, porque al Cielo nada manchado entrar. Una vez hallis subido, el escaln ms alto de oro: sacad la ctara que llevis guardada en vuestro corazn y entonadme un himno de adoracin, cantadme un cntico de alabanza. Os pido perfeccin de vida, os pido honestidad en vuestros actos, os pido rectitud en vuestro proceder. La reparacin tiene mayores mritos, cuando se vive en estado de gracia. La reparacin tiene mayores mritos, cuando se adquiere templanza: a travs de los sacrificios, ayunos, mortificaciones, penitencias. La reparacin tiene mayores mritos, cuando se hacen serios propsitos de conversin, serios propsitos de dejar el pecado, serios propsitos de dar muerte y de enterrar el hombre impo, el hombre viejo. Si os sents fatigados, melanclicos, obnubilados: venid a M que os sumergir en un remanso de paz, os hablar muy quedo a vuestro odo, entraris en un xtasis mstico de amor. No pensis en las cosas que dejasteis atrs. Corresponded a mi llamado; el enemigo os querr sacar, sembrar desazn a vuestro corazn, inquietud para que caminis hacia atrs, para que volvis al vmito, como lo hacen lo perros. No deis rienda a vuestra imaginacin, sutil engao de satans. Recobrad la paz, recibid palabras de consolacin y permaneced firmes en vuestra vocacin, en mi eleccin. Si sois casados, vivid como casados pero santamente. Si sois religiosos, comportaos como religiosos, siendo fiel reflejo y copia fidedigna de mi presencia en vosotros. Si sois clibes, comportaos como clibes pero viviendo en coherencia con mi Palabra, respetando vuestro cuerpo como templo y morada del Espritu Santo. Llevad una vida espiritual: ordenada, sacrificada; abajaos, humillaos para yo glorificarme en vuestras vidas. Sed humildes y apeteced las cosas sencillas. Evitad exhuberancias, excentricidades; pasad desapercibidos frente a los ojos del mundo. Slo sed, mis siervos reparadores vestidos con las tnicas de la mortificacin, ceidos con las sandalias del arrepentimiento, amarrados al cngulo de la castidad perfecta.

  • Una vez, hallis respondido a mi llamado de amor: no os cuestionis, no pongis obstculos; sed como nios y dejaos guiar por los concejos de mi Madre. Sed como nios y acatad mis mandatos, mis leyes. Sed abiertos, receptivos a mis palabras; abrid vuestros ojos, permaneced despiertos, porque el enemigo podr llegar de improviso y destrozaros, como el ave de rapia se abalanza sobre su presa. Que, stas, mis palabras os den: paz, os suman en profunda contemplacin y adoracin. Que mis palabras no caigan en el vaco de vuestros corazones. Que mis palabras os aviven, os lleven a la generosidad, porque me lo entregasteis todo, os donasteis en plenitud. Firmamos un pacto de amor con la tinta imborrable e indeleble de mi Sangre preciosa. No busquis ms la felicidad en el mundo. Escudriad mis Misterios Divinos; os haris sabios, experimentaris la dicha verdadera, el regocijo y la paz que el mundo jams os podr dar. Permaneced mucho tiempo en mi celda de adoracin y de reparacin, cumpliendo con el oficio de los Santos ngeles, unindoos a la Iglesia Triunfante Que el silencio de la noche, os sumerja en un xtasis; que la vigilia nocturna, os lleve a morir a vuestras viejas apetencias y deseos; en vuestro pasado, os desvelasteis en las cosas del mundo; en vuestro presente, desvelaos en reparacin; para qu sumiros en la somnolencia, cuando an, os falta mucho camino por recorrer; cuando, an, os faltan muchas dificultades qu superar; cuando, an, os falta mucho camino para llegar a la meta, para recibir el premio de gloria; pero tambin recordad que el tiempo pasa, los aos llegan y cuando menos pensis: estaris en mi Tribunal Divino, rindindome cuentas; estaris siendo juzgados en justicia y pasaris a recibir el trofeo de gloria o el pasaporte que os llevar directo al infierno. Llevad escritas, stas, mis palabras en vuestro corazn con letras de oro; dadles brillo con vuestra oracin y reparacin; acicalad vuestra vida espiritual: con el ayuno, la mortificacin y la penitencia. Es Jess el que os ha llamado; y ante Jess presentaris vuestros talentos, entregaris cuenta detallada y minuciosa de cada uno de los dones que puse en vuestras manos; os llevo tatuados en las palmas de mis manos; soplo mi Hlito Divino en vuestras conciencias, para que comprendis lo caducos que sois, para que emprendis vuestra marcha hacia la patria celestial.

    Deseo ser arropado con vuestra oracin

  • Noviembre 5/10 (11:43 p. m.) Locucin del Seor Jess: En esta noche de fro, arropo vuestros corazones; en esta noche de fro, deseo ser arropado bajo la mantilla de vuestra oracin y reparacin. Deseo escuchar de vuestros labios palabras de amor, palabras que sean alivio para mi Cuerpo Santsimo, mal herido. Son muchas las almas que rechazan mi amor; por eso, deseo recibir de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: todo el amor que no recibo de las criaturas. Dejadme hacer de vuestro corazn, un nidito de amor. Dejadme hacer de vuestro corazn, recinto de santidad y celda de adoracin. No me busquis ms afuera; abajad vuestra mirada y me encontraris en la profundidad de vuestro ser. Vuestra vida ha de ser ofrenda eterna de amor, holocausto perenne, porque la Vctima Divina padece sufrimientos msticos, porque la Vctima Divina dio su vida por todos vosotros. Os pido, oracin reparadora; responded a mi llamado. Suscitad en el corazn de vuestros hermanos, deseo de unirse a este apostolado de reparacin; propagadlo. Os queda la misin de involucrar muchas almas, a este loable y santo ejercicio de piedad. Ahora que estis anonadados con mis palabras y enternecidos con mi amor: haced silencio exterior e interior y adoradme con vuestro espritu; poned vuestras tres potencias en sintona con mi Misterio de Amor. Vuestra oracin penetrar, en la profundidad de vuestro ser, como lluvia abundante cae sobre la tierra rida y reseca. Vuestra oracin producir, el mejor de los vinos: el vino de una vida de santidad y de gracia.

    Has dejado todo, por seguir al Todo Noviembre 6/10 (8:05 a. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amantsimos: hijos que estn muriendo lentamente a ese hombre viejo; hijos que han enterrado, a los pies de mi santa cruz, vuestro pasado; hijos que se han adherido a mi leo victorioso; hijos, a los cuales miro con complacencia, porque vuestra oracin reparadora es alivio, descanso a mi sufrimiento; sois mis mrtires de Amor Divino; por eso, aceptad con beneplcito: las diversas pruebas, los diversos sufrimientos por los que os haga pasar; son nada, en comparacin con la dicha que os espera en el Cielo. Si estis agobiados, si estis cansados; si os sents atribulados por vuestras enfermedades, por vuestros padecimientos morales y espirituales: venid hacia

  • M, soy el Mdico Divino que os sanar. Soy el siclogo del Cielo que har una terapia de amor en vuestro corazn y de inmediato sonreiris, cobraris nuevo brillo a vuestros ojos; vuestro rostro se iluminar, porque os he cubierto en plenitud con mis rayos de luz. Respondedme generosamente, cumpliendo a cabalidad con vuestros deberes; deberes que os llevarn a escalar las cimas de la santidad; deberes que irn menguando vuestro yo, vuestro egosmo. Si os mandan a hacer aquellas cosas que no os gustan; si os sirven en la mesa, aquel alimento que os produce desnimo, porque no es agradable a vuestro gusto: comedlo y ofrecedlo en reparacin por vuestros pecados; pensad en aquellos hermanos vuestros que no tienen alimento. A vosotros, os alimento como a las aves del cielo: os proveo, os abastezco. La renuncia se ejercita en el morir diariamente, a vuestro propio ser, al dejaros moldear, pulir, tallar. No hablis ms de la cuenta, hablad slo lo necesario. Un siervo reparador, porcin amada de mi Divino Corazn: habr de internarse en los silencios de Dios; habr de conservar un espritu sosegado, calmado; habr de identificarse por ser mi siervo adorador, por ser alma contemplativa; por ser alma de vida: austera, penitente, mortificada. Por qu pensis tanto en daros ciertos gustillos a vuestro paladar? Pensad ms bien en darme toda la gloria y la honra que me merezco por ser vuestro Dios: Uno y Trino. Os debe identificar un mismo espritu, os debe identificar un mismo carisma: adoracin y reparacin. Desde el mismo instante que decidisteis soltar vuestros remos y subiros a mi barca: debis de compenetraros con esta espiritualidad, debis de comprometeros a vaciar todo aquello que llevis dentro, todo aquello que no es de mi agrado, todo aquello que me produce repugnancia; porque lo oscuro, lo profano, lo mundano, no debe existir en vosotros. Estis cumpliendo con el santo oficio de los Santos ngeles; por eso, salmodiad con vuestra vida, cantad bellos cnticos de alabanza, porque fui yo quien os eleg, fui yo quien os llam. Un siervo reparador: no camina en contrava a mi Palabra; se complace en ella: la disfruta, se deleita porque mi Palabra es como dulce miel, es como roci fresco. Un siervo reparador: ha dejado las falsas seguridades del mundo; lo ha dejado todo, por seguir al Todo.

    Vivid la gran virtud del desprendimiento

  • Noviembre 6/10 (8:15 a. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amantsimos: vivid siempre de acuerdo a mi Divina Voluntad. No tomis decisiones precipitadas. No tomis decisiones a la ligera. Acaso, no os habis dado cuenta que estoy vivo, que soy el Rey de ms alto linaje que est en medio de vosotros? Vuestra vida ser plantada como rbol frondoso: si me tenis en cuenta en vuestras decisiones, si llegis a M con el libro abierto de vuestro corazn, si tomis mi parecer, si me peds: consejo, luz. Soy el Dios Omnipotente, el Dios Verdadero, el Dios: Uno y Trino que se ha quedado hasta la consumacin de los siglos en la Hostia Santa. Soy vuestro timn, vuestra brjula, vuestra direccin. No os desviis ni a derecha ni a izquierda; permaneced quietos, apaciguados, embriagndoos del remanso de mi paz; porque en mi Tabernculo os acariciar con mis rayos de luz, os perfumar con el nardo de mi santidad, os alentar en vuestro caminar. Slo, haced en todo mi Divina Voluntad; vivid la gran virtud del desprendimiento: despojndoos de vosotros mismos, dando muerte a vuestro egosmo, dando muerte a vuestra vanagloria; a ese yo que quizs impera, reina en vuestras vidas; desapareced totalmente, para que yo aparezca en vosotros; para que todo lo que hagis, sea slo para dar gloria a vuestro Amo y Seor. Sed dciles a mis mensajes, sed cautelosos; porque el enemigo querr distraeros, el enemigo querr arrebataros de las sendas de mi santo querer. La tristeza no debe opacar el brillo de vuestros ojos, no debe ensombrecer la luz de vuestro rostro. La tristeza no os podr sumir en melancola, en depresin; confiad en M, abandonaos por entero a M y hablad conmigo, como se habla con uno de los mejores amigos; no tengis secretos; abrid vuestro corazn que os conozco en profundidad; contdmelo todo, desfogaos de amor frente a mi Misterio de Amor, que sin pronunciar palabras sentiris el barullo de mi voz, sentiris el suave oleaje de mi presencia y saldris de mi dulce prisin, de mi Sagrario: abastecidos, recogidos, animados en esta marcha, en este caminar que os llevar al disfrute y gozo que os espera en el Cielo.

    Estis llamados a una vida de perfeccin Noviembre 6/10 (6:04 p. m.) Locucin del Seor Jess: Estis llamados a una vida de perfeccin. Estis llamados a responder generosamente entregndoos por completo a M, donndoos sin reserva.

  • Si estis llamados a una vida de perfeccin: debis dejar todo pecado, debis cortar de raz con el mundo; el mundo os saca: de mis gracias, de mis bendiciones; el mundo os confunde, os sumerge en una vida sin sentido. Si estis llamados a una vida de perfeccin: debis incorporaros en las filas del Ejrcito Victorioso. Ya llevis en vuestras manos el Santo Rosario, con el cual derrotaris a Satans; meditadlo, llevadlo escrito: en vuestros labios, en vuestros pensamientos, en vuestro corazn. Haced lo que hicieron los santos, cuando estuvieron ac en la tierra: oraban esta oracin predilecta a los odos de Mara, mi Madre, con frecuencia; cuando iban de camino, se extasiaban: meditando y saboreando cada Ave Mara en sus largas caminadas, en sus largos viajes. Vosotros: haced lo mismo, para que seis santos como ellos y para que disfrutis de las delicias que se os tienen prometidas, en una de las moradas del Cielo. Si estis llamados a una vida de perfeccin: caminad por los caminos del bien; caminos de renuncias diarias, caminos de vencimientos constantes, caminos de cruz; porque la cruz nunca os faltar; la cruz es un medio divino que suelo utilizar, para pasaros por el fuego de la purificacin. Si estis llamados a una vida de perfeccin: vivid en plenitud los consejos evanglicos, diademas de oro que cio en vuestras cabezas, cetros de diamantes que pongo en vuestras manos, fajones de plata que cio en vuestras cinturas para que vivis resplandecientes. Si estis llamados a una vida de perfeccin: vivid en constante y continua comunicacin conmigo; vuestro corazn es una celda de adoracin, un recinto de santidad; vuestro corazn es mi Tabernculo, en el cual habito y resido: si se halla apto para recibirme, si se halla limpio, difano, cristalino. Si estis llamados a una vida de perfeccin: calzad vuestros pies con las sandalias de la mortificacin, de la penitencia; caminad: seguros de hallarme, seguros de encontrarme; caminad seguros de llegar a la meta, a la consecucin del premio que os tengo prometido. Si estis llamados a una vida de perfeccin: vivid en coherencia, vivid en sana doctrina, sed obedientes: a mi Palabra y al Magisterio de la Iglesia. Si estis llamados a una vida de perfeccin: no os dejis desviar por doctrinas extraas, centrad vuestra fe en las fuentes fidedignas de las Sagradas Escrituras; haced de ellas, el manual de vuestras vidas. Si estis llamados a una vida de perfeccin: internaos en mi silencio, para que recibis Sabidura Divina; os hablar en la profundidad de vuestros corazones y os haris sabios, doctos en temas del Cielo. Hijos carsimos: sentid en vuestro corazn el eco de mi

  • voz; sentid mi clida mirada, percibid mi exquisito perfume, mi nardo pursimo; os he embriagado de amor en este da; os he arrebatado del mundo en que yacais, os he dado un nuevo corazn, por eso estis aqu. Postraos a mis divinos pies como Mara Magdalena: mujer de corazn abierto, mujer con conciencia plena de lo que es pecado, mujer vestida de sayal; porque en nuestro encuentro opt por una vida de renuncias, por una vida de mortificacin y sacrificios; mi mirada auscult su corazn. Mara Magdalena: la mujer de la contemplacin, la mujer que dej su vida de pecado y se visti con ropajes nuevos; y vosotros, haced lo mismo: revestos con ropajes penitenciales, porque para eso os he llamado, para eso pronunci vuestros nombres: para que dejis el mundo, para que dejis vuestras familias, vuestros bienes materiales, temporales. En M, hallasteis la verdadera riqueza y os pido desprendimiento, os pido abandono en mi Divina Voluntad. Ya no sois los mismos, desde aquel da que os encontrasteis conmigo; ya no sois los mismos: si miris hacia atrs, os encontraris con un hombre de corazn deforme, con un hombre de corazn empecatado, maloliente; si miris hacia atrs, veris un hombre cubierto por la lepra del pecado. Y aquel da, cuando os encontrasteis conmigo: os san de la lepra, os d un nuevo corazn, sopl mi Hlito Divino y respirasteis profundamente y os sumergisteis en un oasis de paz; por eso, mirad siempre hacia delante; en el ocaso del da: podris descansar, reposar en M. En el ocaso del da, cuando ya estis fatigados, cansados: os esperar en el Sagrario; os conceder la gracia de recostar vuestras cabezas en mi pecho, sentiris el palpitar de mi Divino Corazn; percibiris mi respiracin; vuestras manos se entrelazarn con las mas; os sentiris plenos, dichosos. Ya no os importar: el padecer, el sufrir; vuestra mxima aspiracin ser la santidad, sobrellevando la cruz de cada da, aceptando cada prueba que me digne enviaros. Aprended a hacer de vuestra vida, una aventura maravillosa, una nueva historia; escribid con vuestra propia vida, un nuevo captulo; captulo esperanzador y lleno de luz; captulo con un final feliz, porque por fin hallasteis lo que buscabais, por fin conocisteis cules eran vuestros vacos; vencisteis vuestros miedos, enfrentasteis al enemigo que os impeda llegar hacia M, y le derrotasteis; porque mi Madre, os guard en uno de los aposentos de su Inmaculado Corazn y San Miguel Arcngel, os cubri bajo su capa celestial.

    En mi Divino Corazn, lo hallaris todo Noviembre 7/10 (7:09 a. m.)

  • Locucin del Seor Jess: Hijos mos: en mi Divino Corazn hallaris la paz, la quietud y el reposo que necesitis en vuestros momentos de turbacin. En vuestros momentos de duda: en mi Divino Corazn hallaris una fuente de agua viva; agua que os purificar de vuestras inmundicias, agua que os lavar, agua que os renovar y avivar en el espritu. En mi Divino Corazn, hallaris consuelo a vuestras penas. No dudis en venir hacia M: os arropar con mi mantilla, os dar a beber del mejor de los vinos para que dulcifiquis vuestra tristeza, vuestra desolacin, amargura; os abrazar para que mitiguis vuestra soledad. En mi Divino Corazn hallaris la luz; luz que alumbrar vuestro camino; camino con algunos tropiezos, con algunas piedrecillas que se incrustarn en la parte profunda de vuestro corazn; pero una vez, imploris mi auxilio: os levantar y proseguiris con una sonrisa en los labios, con una alegra profunda en vuestro ser. En mi Divino Corazn hallaris todo lo que afuera no habis recibido; me veris como al mejor de vuestros amigos, como al mejor de vuestros hermanos; me veris como al padre dadivoso, padre misericordioso y sumamente tierno. En mi Divino Corazn hallaris la sabidura que, an, no habis encontrado en los libros. Es un libro de oro siempre abierto. Pedidme que os d sabidura y os har sabios. Pedidme que os d prudencia y os la regalar abundantemente. Pedidme que os haga fuertes y os har invencibles, para que os enfrentis directamente a vuestro adversario. Pedidme que os regale de mi paz y vuestro corazn sobreabundar en mi paz infinita, en mi oasis de amor. En mi Divino Corazn hallaris alivio a vuestras enfermedades, descanso cuando os sintis fatigados. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: estis llamados a rendir culto a mi Divino Corazn. Corazn siempre abierto. Corazn con aposentos vacos, porque muchos de mis hijos actan de acuerdo a sus propios intereses, a sus propios gustos y no se mueven de acuerdo a mi Divina Voluntad. Mi Divino Corazn, arde en la llama de mi Amor Divino. Dejaos abrasar, dejaos quemar: har cenizas vuestro pasado, har cenizas vuestras debilidades, har cenizas aquellos actos pecaminosos que os llevan a la ruina espiritual, a la muerte en vida.

  • Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: contadle a mis hijos, que en mi Divino corazn habis descubierto un manantial de aguas reposadas; cuando sientan sed, vengan a beber del agua viva. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: para llegar a mi Divino Corazn, pedidme que os adentre en la llaga abierta de mi Sagrado costado, es el canal que os conduce a M. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: consolad mi agonizante Corazn, porque recibo muchos desprecios, infinidad de ingratitudes; es mucho el desamor que recibo de la mayora de los hombres; y a vosotros os llam para ser mis vernicas; os llam para que seis como Juan, siempre al lado de mi cruz, reparando por vuestros pecados y los pecados del mundo entero. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: mi Divino Corazn es prenda segura de salvacin. Salvacin, que est al alcance de todos vosotros si sois dciles a mi voz, dciles a mis mensajes, si actuis de acuerdo a mi santo querer. Hijos carsimos: os llam, os eleg, os seduje y os traje al Getseman de mi Sagrario. Si supierais como hieren mi agonizante Corazn, cuando llegan a M y se presentan irreverentemente: hombres que no han comprendido que el Dios Verdadero habita en esta pequea parcela del Cielo en la tierra. Vosotros, que habis sentido un toque de mi Amor Divino en vuestro corazn, que habis sentido el barullo de mi voz, mi perfume embriagador; vosotros que, sin verme con vuestros ojos fsicos, aprendisteis a verme con los ojos del alma; vosotros, que dejasteis todo para seguir mis huellas; vosotros, que os inclinabais a lo terreno, a las cosas efmeras: habis sido renovados, porque aquel da, cuando sal a vuestro paso: hallasteis en M una mirada pura, descubristeis el gran aprecio que os tengo y no dudasteis en contrmelo todo; llorasteis, porque en nuestro encuentro sentisteis gran dolor de haber despreciado mis gracias, de haber rehuido y cerrado vuestros odos a mi llamamiento, a mi invitacin de haceros mis siervos, mis discpulos; pero os entregasteis, os donasteis, fuisteis barro blando entre mis manos; y hoy, que tenis este tesoro en vuestras manos: degustad mis palabras, saboreadlas; es un manjar exquisito, plato suculento. En este pequeo tesoro, que he depositado en vuestras manos: sentiris paz, sentiris mi amor infinito de padre, sentiris deseos acrrimos de santidad; pero como siervos reparadores: pedidme que os adorne con la virtud de la humildad; consideraos siempre los ms pequeos; consideraos siempre los

  • ltimos; no apetezcis los primeros puestos; trabajad con alegra y al final de la jornada: venid hacia M, entregndome la ofrenda del da. La soberbia es gangrena para vuestro corazn. La soberbia os roba mis gracias, mis bendiciones. La soberbia os enceguece, la soberbia os ensordece, la soberbia os hace creer que sois perfectos; que siempre, siempre tenis la razn. La soberbia os hace mirar a vuestros hermanos por debajo de vosotros. La soberbia oscurece vuestra alma, haciendo de vuestro corazn un corazn denso, duro como el pedernal. Revestos, pues, con la tnica de la humildad y buscad siempre los bienes del Cielo y os dar el premio que buscabais. Amados hijos: sed ms atentos al S. Sembr en vuestro corazn la semilla del amor para que amis a vuestros hermanos, para que los aceptis en sus diferencias, para que no pongis obstculos en las relaciones fraternales; no os aislis, compartid alegremente; que vuestro dilogo, sea un dilogo profundo, constructivo, edificante. Como siervos reparadores, estis llamados a guardar: palabras, palabrera, socarronera. Siempre os he invitado: al silencio, al recogimiento. Cmo pretendis escuchar mi voz, si permanecis agitados? Cmo pretendis escuchar mi voz: si no cesis de hablar, si se os dificulta poner aldaba, mordaza en vuestros labios? Hablad, slo lo necesario; as evitaris dificultades, malos entendidos, tropiezos en vuestro camino. Jams, hablis a espaldas de vuestros hermanos. Debis ser sinceros, caritativos; descubriendo en vuestros hermanos: sus limitaciones, sus defectos, sus debilidades. Pero hacedlo con amor, evitando altercados, evitando herir susceptibilidades. Siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn, os queda prohibido: toda murmuracin; an, la murmuracin interior. Os pido ser vasos cristalinos, sin manchas; vasos traspasados solamente por mi luz, por mis destellos de luz. Aceptaos los unos a los otros, compartid en amor gape conservando siempre el recogimiento, la reverencia absoluta a mi Misterio de Amor. Siempre permanecer con vosotros, jams os dejar solos.

    Vuestro cuerpo es templo santo de Dios Noviembre 9/10 (7:07 a. m.) Locucin del Seor Jess: Os llamo, a hacer de vuestro cuerpo: templo santo de Dios. Templo en el que me recree, me goce; templo puro, limpio. Nada manchado debe haber en vosotros; conservad la pureza de vuestro templo, llevando vida de ascesis,

  • vida mortificada, vida penitente y austera; llevando vida sacramental, siendo asiduos en la oracin. Haced de vuestro corazn: templo de adoracin y de reparacin; conservadlo radiante, difano, traslcido; no debe existir ningn punto negro dentro de vosotros, puntos que ensombrecen mi luz, mis rayos potentes de luz; no hagis del templo de vuestros cuerpos plazas de mercados. Haced de vuestros cuerpos: recintos de santidad.

    Os doy todo un plan de amor Noviembre 9/10 (7:57 p. m.) Locucin del Seor Jess: Me extraabais, sentais necesidad de M, sentais necesidad de mis besos de mis abrazos. Me buscabais y no me hallabais; llegasteis a mi Sagrario y con los ojos abiertos os admirasteis de este gran Misterio de Amor Divino. Os aquietasteis, abajasteis vuestra mirada y os sumisteis en oracin, en adoracin y en alabanza. Yo os mir con gran ternura, salpiqu vuestros corazones con mis destellos de luz; mi corazn palpitaba de ardor, porque os amo con amor inconmensurable, con amor ilimitado. Sentid la necesidad de mis palabras: porque mis palabras os dan paz, son medicina para vuestra enfermedad fsica y espiritual, son aliento en vuestro caminar. Cmo no manifestarme en medio de vosotros, si sois mis delirios de Amor Divino, si sois como antorchas de luces encendidas; luces fulgurantes que con vuestra oracin reparadora menguan mi salud y mi sufrimiento. Os he dado tanto! Os he abierto vuestro entendimiento, os he dado una gracia muy especial: la gracia de conocerme, la gracia de ahondar y descubrir mis Misterios Divinos. Al que mucho se le ha dado, muchsimo se le exigir. Tenis gran responsabilidad. No podis presentaros, el da que os llame a la vida eterna, con vuestras manos vacas; preocupaos en cosechar frutos abundantes, preocuparos en llevar una vida: de santidad, de mortificacin, de penitencia, de austeridad. Preocupaos en ser lmparas de mi Amor Divino. Arded, como arde un cirio en el Santsimo. Dejad que os consuma de Amor, dejad que os arrebate, que os sustraiga del mundo; porque os eleg como mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn. Os d una vocacin especial: la vocacin del amor, la vocacin del martirio, la vocacin de ser almas eucarsticas. Extasiaos de amor, cuando entris a mi Tabernculo Divino. Soy el Dios Verdadero, el Dios: Uno y Trino que se ha perpetuado hasta la consumacin de los siglos en la Hostia Santa.

  • Como siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: estis abocados a ofrecerme los mayores tributos de adoracin, en mi dulce prisin; ya sabis de los vejmenes, de la dureza con que algunas veces soy tratado por los hombres; vosotros, sanad las heridas de mis llagas: amndome por los que no me aman, rindindome todo el tributo que no recibo de toda la humanidad. Os doy todo un plan de amor, para que lo desarrollis de acuerdo a mi Divina Voluntad. Os doy todo un proyecto, os lo entrego en vuestras manos. Sed mis constructores, sed columnas de mi Iglesia: columnas firmes, columnas bien cimentadas; ya no busquis ms, me habis encontrado. Madurad en vuestra vida espiritual: profundizad en mi Palabra y vivid en serio vuestro proceso de conversin perfecta y transformante. Mirad, cmo se comportan los que son del mundo: son hostiles, vacilantes, tambaleantes, materialistas, hedonistas; buscan insaciablemente el placer por doquier; les llamo y no me escuchan, les salgo al paso en su camino y no me ven, no me sienten, no me perciben; se afanan y trabajan en cosas que, frente a mis ojos, son infructuosas, intiles y cuando terminan su misin en la tierra, cuando les llamo al Tribunal Divino: no traen nada consigo. Y a vosotros, que os formo, os revelo mis secretos celestiales, os matriculo en la escuela de mi Madre, os trato con amor, os corrijo con dulzura y os muestro el camino del bien: reparad por la indolencia y apata de muchos de mis hijos. Entregadme ya, vuestras vidas; firmad un pacto de amor conmigo, leed sus clusulas, no pongis obstculos; pedidme que os lo firme y de inmediato estampar la rbrica de mi cruz, de inmediato guardar este contrato en una de las gavetas del Cielo y os lo mostrar el da en que decida llamaros. Mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: buscad siempre los bienes de arriba, los bienes del Cielo; porque los bienes de la tierra, finiquitan, mueren; soportaos los unos a los otro, amaos con amor puro. No fuisteis vosotros los que llegasteis por vuestra propia cuenta. Fui yo quien os llam, fui yo quien os plant en este pequeo terruo de amor; sed dciles. Haced de cada da: una leccin, un aprendizaje constante. Aprended de vuestros errores y proponeos cambios, metas. Ved, en cada uno de vuestros hermanos, mi presencia, evitad herirle; comprended que no le hers a l, me agreds a M directamente, porque habito en cada corazn que tiene como fin amarme, habito en cada corazn que soy la mxima razn de su existencia. Sed parcos en el hablar. Aprovechad mejor el tiempo en la oracin, en la reparacin. Buscad espacios para la lectura espiritual: lectura que os

  • informar, instruir; lectura que os perfilar como mis hijos amados, como mis seguidores, como mis discpulos. Comportaos siempre como hijos espirituales. Hablad como hablaron los santos que estuvieron en la tierra y ahora gozan en el Cielo de mi presencia beatfica. Pretended siempre habitar en una de mis moradas. Sed santos para que recibis el cetro de vencedores.

    Espero conversin de corazn, entrega total Noviembre 9/10 (8:16 p. m.) Locucin del Seor Jess: Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Conversin de corazn, entrega total. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Coherencia total con mi Palabra. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Vivir en la verdad, en la honestidad, en la transparencia de vuestros actos. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Dilogo de corazn a corazn conmigo, adoracin y reparacin constante. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Amor gape, amor fraternal, solidaridad, entrega incondicional de unos con los otros. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Espritu contemplativo, espritu de silencio, espritu de mortificacin, de renuncia, de penitencia. Os quiero ver, cargando con la cruz de cada da con amor; os quiero ver trenzando en vida, la corona de rosas que os ceir mi Madre, el da en que os llame. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Total identidad con mi carisma, docilidad a la accin del Espritu Santo; caminar siempre buscando mis huellas, querindome encontrar. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Vivencia perfecta de los tres consejos evanglicos: pobreza, castidad y obediencia, ms las dos promesas de: inmolacin y reparacin. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que os sintis orgullosos de mi eleccin, plenos de ser: mis discpulos, mis mensajeros, mis enviados, mis anunciadores.

  • Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que seis hijos de la luz. En vuestras vidas jams podr haber ambivalencias, confusin. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Vencimiento propio, renuncia cotidiana. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que siempre caminis por los caminos angostos, pedregosos y escarpados que os llevan al Cielo. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que seis heraldos de mi Evangelio, palabra viva, palabra encarnada. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que dejis plasmar mis virtudes en vuestras vidas, que terminis viendo con mis ojos, escuchando con mis odos, hablando con mis palabras, tocando con mis manos y caminando con mis pies. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Anonadamiento, respeto profundo frente a mi presencia Eucarstica, ser ejemplo de vida para vuestros hermanos. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que siempre os consideris los ms humildes, los ms pequeos, los ms simples y los ms pecadores. Evitad todo espritu de soberbia y de orgullo; no seis jactanciosos, no seis engredos, no seis soberbios. Llevad la tnica de la humildad con amor. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Vida de santidad; que seis mis misioneros, pero en el Sagrario; mis contemplativos, mis reparadores. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que seis hostias de pureza. Nada putrefacto, nada manchado, nada malsano puede haber en vuestros corazones. Sed sumamente celosos y cautelosos, antes de llegar hacia M, para recibir las especies consagradas del Pan y del Vino. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que crucifiquis en el madero de la cruz: vuestras pasiones, vuestras liviandades, vuestras debilidades. Qu espero de vosotros, siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn? Que seis almas vctimas por todos los sacerdotes y consagrados del mundo entero, que seis pequeos pararrayos en la tierra.

  • Os amo y os bendigo.

    Os pido, docilidad a mis Palabras Noviembre 11/10 (10:18 p. m.) Locucin del Seor Jess: Hijos amados, mis siervos reparadores, porcin amada de mi Divino Corazn: sed cautelosos con las palabras que salen de vuestros labios; no pequis por exceso. Sed silenciosos, sed parcos en vuestro hablar. Fijad, slo vuestra mirada en M, adherid vuestro corazn al mo, y embriagaos de amor. Si habis sido seducidos por mis palabras, si habis sido flechados por mi amor: sed prudentes en vuestro hablar, estad atentos de no denigrar de vuestros hermanos, de no sealarle, de no resaltarle sus defectos. Quines sois? Obras imperfectas, obras inacabadas, estis en el camino de la conversin pe