13. parte 4. huaorani. mundos paralelos, mundos... iván narváez q

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Resumen El presente estudio constata que el Yasuní es un espacio sometido a la extraccción petrolera y en el cual coexisten categorías de áreas físico-espa- ciales, jurídica y políticamente diferentes que se superponen, generando niveles de conflictividad respecto a: la integración del espacio, explotación petrolera, políticas empresariales de relacionamiento comunitario asumi- das únicamente desde la lógica y racionalidad del capital extractivo y del Estado. Se hace referencia a tres momentos que caracterizan la historia del pueblo huaorani: el de los mundos paralelos en condición de libertad e igualdad entre pueblos originarios de la selva y solamente diferentes por sus especificidades culturales; el de los mundos superpuestos mayormen- te visibles a partir de la presencia de actores que pueblan la Amazonía en condiciones hegemónicas de dominación; y el de los sub-mundos, para enfatizar las condiciones de exclusión e inequidad a las que ha sido forza- do a vivir, por parte del Estado, empresas petroleras, explotadores de flora y fauna. Se ubican elementos que pueden coadyuvar a la implementación de la “política nacional de los pueblos en situación de aislamiento volun- tario”, y que pasan por el fortalecimiento socio-organizativo del pueblo huaorani, en cuanto sujeto cultural con las condiciones menos adversas para la interrelación con los pueblos tagaeri y taromenani. Palabras clave: proceso extractivo, Yasuní, territorio, indígenas, huao- rani, derechos colectivos. 257 Huaorani: mundos paralelos, mundos superpuestos y submundos Iván Narváez Q. * * Profesor Investigador Asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Sede Ecuador)/Programa de Estudios Socioambientales.

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  • Resumen

    El presente estudio constata que el Yasun es un espacio sometido a laextracccin petrolera y en el cual coexisten categoras de reas fsico-espa-ciales, jurdica y polticamente diferentes que se superponen, generandoniveles de conflictividad respecto a: la integracin del espacio, explotacinpetrolera, polticas empresariales de relacionamiento comunitario asumi-das nicamente desde la lgica y racionalidad del capital extractivo y delEstado. Se hace referencia a tres momentos que caracterizan la historia delpueblo huaorani: el de los mundos paralelos en condicin de libertad eigualdad entre pueblos originarios de la selva y solamente diferentes porsus especificidades culturales; el de los mundos superpuestos mayormen-te visibles a partir de la presencia de actores que pueblan la Amazona encondiciones hegemnicas de dominacin; y el de los sub-mundos, paraenfatizar las condiciones de exclusin e inequidad a las que ha sido forza-do a vivir, por parte del Estado, empresas petroleras, explotadores de floray fauna. Se ubican elementos que pueden coadyuvar a la implementacinde la poltica nacional de los pueblos en situacin de aislamiento volun-tario, y que pasan por el fortalecimiento socio-organizativo del pueblohuaorani, en cuanto sujeto cultural con las condiciones menos adversaspara la interrelacin con los pueblos tagaeri y taromenani.

    Palabras clave: proceso extractivo, Yasun, territorio, indgenas, huao-rani, derechos colectivos.

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    Huaorani: mundos paralelos,mundos superpuestos y submundos

    Ivn Narvez Q. *

    * Profesor Investigador Asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (SedeEcuador)/Programa de Estudios Socioambientales.

  • Las nacionalidades y pueblos, a lo largo de la historia de la Repblica, han sido excluidos, ya sea como ciudadanos con derechos individuales o

    como grupos sociales especficos; ello se ha visto reflejado en varios campos,entre ellos la poltica de Estado [] La ausencia de equidad, entendida

    como igualdad y unidad en la diversidad, es un problema estructural, histrico e integral que se manifiesta en las tres condiciones

    ntimamente relacionadas (de la realidad indgena): inequidad econmica, discriminacin cultural y exclusin poltica.

    (CODENPE, 2004, en: Metz, 2006: 20)

    Introduccin

    La defensa de los derechos fundamentales y colectivos, la proteccin delterritorio de los pueblos indgenas y de los recursos naturales estn alorden del da. Ms an, existen sistemas de carcter nacional e internacio-nal de proteccin de derechos. Pero son dos los ms relevantes y polmi-cos: el de la autodeterminacin de los pueblos indgenas erigido sobre labase del territorio, los recursos naturales y los procesos identitarios comovalores esenciales inscritos dentro de un conjunto de acciones con unenfoque explicito de derechos humanos; y el de la consulta previa e infor-mada conforme al Convenio 169 de la OIT (Organizacin Internacionaldel Trabajo), directamente relacionada a la participacin ciudadana con-forme al Reglamento del artculo 28 de la Ley de gestin ambiental delEcuador, por ejemplo. En lo expuesto se constata que la dialctica indge-na amaznica a ms de jurdica y socio-ambiental, es fundamentalmentepoltica, considerando las relaciones de poder1 que establecen el Estado,

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    1 Al tratarse de un espacio en el que se da una superposicin de categoras espaciales que coexistenen condiciones de conflicto: territorios indgenas, reas protegidas (parque nacional, reserva debiosfera, zona intangible), bloques petroleros, la dimensin de que se trata es el medio ambiente,y ste es asumido como un espacio de ejercicio de posiciones de poder, en tales condiciones: Elpoder es una relacin: no se puede desarrollar ms qua a partir del intercambio de los actores com-prometidos en una determinada relacin, pues en la medida en que toda relacin entre dos partessupone intercambio y adaptacin entre ambas, el poder est inseparablemente ligado a la nego-ciacin: es una relacin de intercambio por lo tanto de negociacin (Cf. Groizier y Friedberg,citados en: Lapalma, 2001). Efectivamente, pero al darse entre actores polticos y econmicoshegemnicos y sujetos culturales en niveles de contacto diferenciado, sometidos a relaciones depoder asimtricas, el resultado es que se profundizan las desigualdades e inequidades.

  • el capital transnacional y otros agentes endgenos respecto a los sujetosculturales, dentro de condiciones de interrelacin asimtricas incontrasta-bles.

    En lo que tiene relacin a la Regin Amaznica Ecuatoriana (RAE),adems de ser parte constitutiva de la cuenca continental, es poseedora deuna diversidad cultural conformada por 9 pueblos indgenas que repre-sentan 1/3 de la poblacin regional y adems, de una reserva bio-genti-ca inconmensurable preservada a travs del Sistema nacional de reas pro-tegidas (SNAP) conforme a la Constitucin Poltica de la Repblica (Art.86, numeral 3), Ley forestal (Art. 67), Convenio sobre la diversidad bio-lgica, etc. En su conjunto, la RAE ha sido sometida a procesos intensi-vos y extensivos de extraccin de recursos renovables y no renovables,generadores de impactos socioambientales; en el peor de los casos, irrever-sibles.

    Y es precisamente en este escenario y bajo las circunstancias descritas,que se trata de entender la problemtica actual del Yasun, en la RAE, apartir de preguntas y respuestas relacionadas a la integracin de este espa-cio, a la explotacin petrolera y polticas de relacionamiento comunitarioempresariales, a las estrategias de conservacin y desarrollo asumidas porla lgica y racionalidad del capital extractivo y del Estado, y tambin a lasestrategias indgenas adoptadas como instrumentos de resistencia, encuanto forma de ejercer su libertad.

    La aproximacin metodolgica del tema es sencilla y se diferenciansucintamente tres momentos histricos huaorani2: antes del contacto(mundos paralelos); a partir del contacto (mundos superpuestos); y el

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    Huaorani: mundos paralelos, mundos superpuestos y submundos

    2 Esta categorizacin es arbitraria y nicamente pretende ilustrar de forma sucinta tres momen-tos histricos por los que pasan comunidades huaorani: mundos paralelos, refiere la condicinde libertad e igualdad entre pueblos originarios de la selva, solamente diferentes por sus especi-ficidades culturales; mundos superpuestos, a partir de la presencia de los colonizadores y demsactores que pueblan la Amazona en condiciones hegemnicas de dominacin; y los submundos,para enfatizar respecto a las condiciones de exclusin, iniquidad, a las que han sido forzados avivir, por parte de la sociedad nacional, el Estado, empresas petroleras, madereros furtivos, entreotros actores. Este proceso ha sido asumido por el pueblo huaorani sin resignacin, y actual-mente esgrime un discurso vindicativo lleno de contenido poltico, exigiendo la autodetermi-nacin, la territorialidad y la inclusin en la toma de decisiones trascendentes que afecten a supueblo y sociedad en general.

  • post contacto (sub-mundos). Para el desarrollo del tema, se parte de laspremisas enunciadas a continuacin.

    El Yasun es un ecosistema emblemtico sometido a cuatro categorasde reas fsico-espaciales, jurdica y polticamente diferentes que se super-ponen, generando niveles de conflictividad y hasta contradicciones anta-gnicas en la gestin del espacio. A partir de ah se configura una crisisque est inserta en un contexto de anomia ambiental, caracterizada comoun estado-situacin que obstruye la eficacia del sistema legal formal, pro-piciando condiciones de inobservancia de la norma, regulaciones y pol-ticas ambientales pblicas contradictorias, debilitamiento institucional ycorrupcin, en la cual el dispositivo anti-tico radica en hacer lo que estprohibido, en funcin de sacar provecho de ello, antes de que otro se anticipe.

    La poltica nacional de los pueblos en situacin de aislamiento volun-tario es un instrumento tcnico-poltico, cuya implementacin eficaznecesariamente requiere del fortalecimiento socio-organizativo del pueblohuaorani, en cuanto sujeto cultural con las condiciones menos adversaspara la interrelacin con los pueblos del entorno.

    Del anlisis surgen ms que respuestas preguntas referidas a la pro-blemtica socioambiental del Yasun, desde la perspectiva de la racionali-dad ambiental y de la accin normativa. Se concluye con proposicionesque pueden ser insumo para el debate sobre las polticas socio-ambienta-les por parte de la administracin pblica.

    La Regin Amaznica Ecuatoriana (RAE)

    La RAE est circunscrita en un entorno ecolgico complejo y alcanza unaextensin de 130.802 km2; tiene yacimientos hidrocarburferos en canti-dades comerciales, una reserva bio-gentica inconmensurable y una diver-sidad cultural importante. A partir de la explotacin de yacimientoshidrocarburferos en 1972, cobra mayor importancia econmico-polticay en un perodo relativamente corto se convierte en espacio estratgicopara la economa nacional. De esta regin en 35 aos se ha extrado cercade 3.700 millones de barriles de petrleo y tiene reservas probadas calcu-ladas en 4.630 millones de barriles (Fontaine, 2007: 11). Adems ha esta-

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  • do sometida a intensos procesos de integracin y el principal actor ha sidoel propio Estado. En consecuencia, el proceso colonizador encuentra supunto de apoyo en una fuerza que a la vez dispone del poder poltico paradecidir y de los instrumentos tcnico-administrativos para implementar-lo. As por ejemplo, las empresas petroleras transnacionales operan enbase a concesiones de bloques otorgados mediante licitacin convocadapor el Comit Especial de Licitaciones. 17 contratos cubren un total de3,4 millones de hectreas (Narvez, 2006: 1).

    El proceso de integracin amaznica a la vida nacional ha generadouna complicada interaccin entre los diversos actores que cumplen rolesespecficos e inciden en diferente grado a nivel social, econmico, polti-co y ecolgico. Sin embargo, el de mayor preocupacin actual es el socio-ambiental, en la medida en que tiene relacin a los cambios suscitados alinterior de los pueblos indgenas por efectos de la extraccin de recursosnaturales, colonizacin y ampliacin de la frontera extractiva bajo losparmetros de la expansin capitalista, cuyos impactos en los ambientesfsico, bitico y social han acelerado el deterioro regional, con nfasis enla crisis de gobernanza ambiental poniendo en riesgo el orden establecido.

    El estudio de los procesos integracionista y colonizador de la RAE evi-dencia el rol del Estado en dichos procesos y fundamentalmente de laspolticas socioambientales aplicadas en funcin de sus fines estratgicos;lo que equivale a decir que su protagonismo marca la direccionalidad delas polticas ejecutadas por el propio Estado y dems agentes: empresaria-les, misionales, institucionales, burocrtico administrativos, militares, etc.No obstante, el Estado ha delegado gran parte de su responsabilidadsocial a las empresas petroleras sin considerar: la nula especialidad de lasempresas en este campo ni el slo inters crematstico o geopoltico queles anima, y menos tomando en cuenta la cosmovisin indgena en la for-mulacin e implementacin de los proyectos que afecta a estos pueblos.Conforme los relata Ziegler (2004: 4), la explotacin petrolera a granescala en territorio huaorani se incrementa a partir de los aos 1980, aun-que todo el Oriente se ha sido dividido en bloques para la exoploracin yexplotacin petrolera a travs de diferentes compaas.

    En definitiva, la ausencia de un verdadero plan de desarrollo de laAmazona ha dado lugar a una mayor ingerencia de las empresas petrole-

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    Huaorani: mundos paralelos, mundos superpuestos y submundos

  • ras, pero este hecho ha motivado a los pueblos indgenas a adoptar estra-tegias adaptativas y otras tendentes a exigir que el Estado cumpla con sufin ltimo, mejorar la calidad de vida de sus asociados. Para el efecto, hanrecibido el apoyo de grupos ambientalistas nacionales (Accin ecolgica,Amazona por la vida, y otros); e internacionales como la Danish IbisFundation, y ambientalistas como John Kane, Andy Drumm y JudithKimerling (Ziegler, 2004: 5).

    reas protegidas en la RAE

    El Ecuador tiene establecido desde 1976 un sistema de manejo del terri-torio en funcin de la conservacin, a travs del SNAP, conforme a laConstitucin Poltica (Artculo 86 numeral 3) y la Ley forestal (Artculo67). Desde las instancias oficiales los objetivos de conservacin tienden agarantizar la preservacin de la diversidad biolgica y la oferta de bienesy servicios ambientales en el contexto del desarrollo y dinmicas regiona-les, provinciales y municipales, adems, mejorar la calidad de vida de lapoblacin humana a travs del mantenimiento de los procesos ecolgicos,y culturales asociados; adems garantizar la oferta de bienes y serviciosambientales que demanda la sociedad. La misin del SNAP es generar unproceso de interacciones armnicas y efectivas entre actores sociales y lanaturaleza, consolidando el ordenamiento ambiental del territorio.Conforme a la evolucin de las polticas de conservacin a nivel interna-cional, el Ecuador asumi el proceso de construccin del SNAP, que se haido perfeccionando en el tiempo aunque con magros resultados debido ala deficitaria gestin institucional y debilitada masa crtica ambiental.

    El parque nacional Yasun (PNY) fue creado en 1979, con 679.730ha. En 1990 se redefinieron sus lmites mediante Acuerdo Ministerial No.192, R.O. 408, y el 2 de abril del mismo ao se dej el bloque 16 fueradel PNY, porque dicha rea al siguiente da pas a formar parte del terri-torio huaorani. En 1989, la UNESCO declar la Reserva de biosferaYasun, con la misma delimitacin que el parque. En 1992 fue modifica-do a una extensin de 982.000 ha. mediante D.E. No. 552, R.O.Suplemento 121 del 2 de febrero de 1999, se establece la Zona intangible

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  • tagaeri - taromenani, en la zona sur del parque, esto significa que esta reaest vedada a perpetuidad para operaciones extractivas de recursos natu-rales. En el 2007 se concluy la delimitacin de la zona intangible, conaproximadamente 758.051 ha. y consta en el R. O. No. 1 del 16 de enerodel 2007, D. E. 2187.

    En el PNY se extiende en las cuencas de los ros Napo, Yasun,Cononaco, Nashio, Tiputini y varios afluentes del ro Curaray. Es unode los lugares con mayor diversidad de aves en el mundo y donde se hanregistrado 567 especies: tiene 173 de mamferos, 79 de murcilagos, 105de anfibios y 83 especies de reptiles, documentadas; adems alberga el 46% de todas las especies de mamferos del Ecuador. Posee 10 de primates,y cabe tener en cuenta que siendo su rea de slo 9.082 km2, protegecerca del 40 % de todas las especies de mamferos de la cuenca amazni-ca que tiene un rea de 6.683.926 km2. El PNY es el rea con el nmeroms alto de herpetofauna en toda Sudamrica (Oilwatch, 2005: 7). A suinterior viven los pueblos indgenas quichuas, shuar y huaorani y los cla-nes tagaeri y taromenani (Cf. Mapa 1).

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    Mapa 1Lmites actuales del parque nacional Yasun

    Fuente: Ecociencia (2005).

  • Impactos socioambientales del proceso extractivo petrolero en el Yasun

    De la crisis ecolgica en el PNY an no existen datos oficiales que cuan-tifiquen en trminos exactos los daos causados, nicamente la expe-riencia negativa de lo que ha sucedido en el nororiente por la explota-cin petrolera y colonizacin, hace presumir que las consecuencias delos impactos sern iguales o peores, en base a los siguientes datos: en losltimos 35 aos las compaas han extrado aproximadamente 3.700millones de barriles de petrleo de la RAE, casi sin ningn controlambiental o de salud pblica (Kimerling, 1993; Narvez, 2006; Misinde verificacin del parque nacional Yasun, 2004) no se puede extrapo-lar as los impactos que se observaron en un rea y un perodo distintoy al margen de reconocer que actualmente existe una normativaambiental rigurosa, instrumentos de evaluacin ambiental, tecnologaapropiada para una extraccin limpia, en la prctica la contaminacinsigue su rumbo inalterado y el proceso de devastacin biofsica pareceirreversible y estn presentes en las fases de ssmica, exploracin, perfo-racin, produccin, almacenamiento, transporte, industrializacin, dis-tribucin de derivados.

    Huaorani (mundos paralelos)

    El huaorani, al igual que otros pueblos amaznicos dispone de una formade organizacin social y de relacionamiento con la naturaleza sustentadaen principios bsicos que establecen una visin del ser humano, no comodueo, sino como parte integrante de aquella, a la que pertenece pero nola domina. La supremaca de la comunidad sobre el individuo, la recipro-cidad y la redistribucin antes que la acumulacin de bienes y recursos,los valores ticos y espirituales en relacin con el entorno natural le sonfundamentales. Su racionalidad econmica no es de acumulacin sino deuso respetuoso de los recursos naturales en funcin de los intereses colec-tivos. En consecuencia, la economa indgena se rige por principios dereciprocidad y de igualdad para acceder a los recursos que requiera(Franco, 2002; Ziegler, 2004. 9).

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  • La historia del pueblo huaorani es an poco explorada, por lo que suorigen tnico y familia lingstica continan siendo materia de especula-cin. Lo concreto tiene relacin a estudios antropolgicos realizados porcientficos sociales a partir de la segunda mitad del siglo XX, y particular-mente por el Instituto lingstico de verano (ILV). Toral y Crespo (1989)resean que este pueblo en pocas remotas habra sufrido el empuje de lasmigraciones internas que avanzaban desde el Brasil, motivadas por laexplosin demogrfica de los tupi-guarani y de los arawak, razn por lacual habra ascendido por los ros hasta la ceja de selva.

    Sin embargo, tambin de estas zonas posteriormente habra sido reple-gado hacia lugares inter fluviales ms bajos, ubicndose definitivamenteen un territorio comprendido entre los ros Napo al norte y Curaray alsur, al este la lnea divisoria del meridiano 76 y al oeste la regin del roArajuno ms especficamente entre el Tigeno y Ogln al oeste delNapo y al norte del Curaray a partir de las estribaciones orientales de lacordillera de los Andes.

    Santos Ortiz (1984) argumenta que su entronque racial y lingsticocon los guaranes clsicos es muy improbable por razones de gentica ylingstica y que varios autores han llegado a pensar que estos huaoranison actualmente pequeos grupos islas dentro de la gama de los pueblosamaznicos. El huao est consignado como sin clasificacin; aunquepara Steward y Faron y Swadesh puede agruparse segn filos ms com-prensivos. El Ministerio de Educacin (1975: iii) enfatizan que los descu-brimientos realizados por investigadores del ILV no han dado ningunaindicacin a la direccin que el grupo huao podra tomar, con relacin alas siete familias lingusticas representadas en el Ecuador, y concluyen afir-mando que este es un hecho de: diferencias dialectales resultante de uncaso raro de aislamiento social (Ministerio de Educacin, 1975: ix, cita-do en: Narvez, 1996).

    Rival (1994: 258) sostiene que las descripciones hechas en los siglosXVI, XVII y XVIII de los pueblos que habitan esa regin son confusas ynada fidedignas, y que un trmino no derogatorio para designar a los hua-orani pueblo cuya filiacin lingstica no se ha determinado era aus-hiri y se supona que este trmino era etnogrficamente correcto, ya queapareca frecuentemente en los escritos misioneros sobre la regin del

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    Huaorani: mundos paralelos, mundos superpuestos y submundos

  • Napo-Curaray; concluye afirmando que los aushiri no eran huaoranisino zparo.

    El nombre huaorani, castellanizacin del autctono waodadi (fonti-camente [waorni], gente es plural de la palabra wao persona, que seescribe huao en la ortografa castellana (Peeke, 1979: 5).3 El concepto msamplio de relacin social est definido por el trmino huaorani, en opo-sicin a cowode. Dada la diversidad de fuentes respecto al origen huaora-ni, nicamente referiremos a Rival (1992: 129), para quien el sistema tra-dicional huao, se refiere a aproximadamente 100 aos de su historia, 1850porque los primeros datos confiables sobre ellos no van ms all de media-dos del siglo XIX, y 1960, porque los aceptaron la presencia de los misio-neros desde ese ao en adelante, y entraron en la era del post-contacto.

    Sostiene que los huaorani pertenecan a la categora de indios salvajes cuyo epteto generalizado es aucas 4 no contactados hasta mediados delsiglo XIX, quienes en su feroz aislamiento, se recluan en el interior de laselva. Slo en la poca del auge cauchero se encuentran datos especficossobre esta etnia, principalmente en informes de ataques e incursiones, ode raptos de nios huaorani. poca de grandes movimientos demogrfi-cos en la regin del Napo y del Curaray, en la que la apropiacin de cau-chales, creacin de haciendas y destacamentos militares intensific lanecesidad de mano de obra indgena e incentiv la migracin hacia el estede los indgenas quichuas de la montaa (Rival, 1994: 258). De loexpuesto se deduce que:

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    3 Aunque al contrastarse con los animales o los seres sobrenaturales, cada ser humano es un wao,la primera aplicacin del trmino es a una persona indgena de la tribu huao, o sea un auca(Peeke, 1979). Auca es un trmino derogatorio quichua para los brbaros de la selva y que seha popularizado. Toda vez que los aucas creen que el suyo es el nico mundo de verdad, ellosse llaman a s mismos huaorani, o gente. Cualquier otra persona es un cowode - Cuwudi -un ser extrao de un mundo forneo no aprehendido (Seilder-Baldinger y Broennimann, 1981).Segn Rival (1992: 129): aucas era el nombre comn para los huaorani en los comienzos delsiglo, usado por misioneros y viajeros para referirse a todas las tribus rebeldes.

    4 Durante el perodo de la dominacin incsica, el Inca Tupac Yupanqui (1418 -1482) se supone queintent subyugar a los aucas, lo indios salvajes de la selva al otro lado de la Cordillera Oriental. Fueen vano. Su campaa militar, sin embargo, promovi la extensin del idioma inca, el quichua, queconsecuentemente reemplaz los idiomas de algunas tribus de la Amazona para siempre. De ahen adelante, la palabra auca, que significa guerrero, salvaje, hostil en quichua, fue utilizado porlos espaoles como un trmino colectivo para todas la tribus no cristianizadas del Oriente. Estehecho ha impedido la identificacin de los grupos mencionados en las fuentes espaolas con loshuaorani -aucas de hoy en da (Seilder-Baldinger, Broennimann, citados en: Narvez, 1996).

  • [...] es debido a la violencia generada por las invasiones expansionistas ensu territorio que los huaorani fueron identificados, a la larga, como ungrupo cultural distinto y temido []. Sin embargo, no fue sino en 1940al comienzo de la exploracin petrolera y en las reas prximas a laspoblaciones de Shell Mera y Arajuno, que los huaorani monopolizaron laatencin de los misioneros. Hasta 1956 en realidad, nada se conoca sobresu cultura o su sociedad.

    (Rival, 1994: 258).

    Huaorani (mundos superpuestos)

    Este pueblo tradicionalmente ha sido un pueblo igualitario. De acuerdoa varios estudios antropolgicos, la huaorani era la sociedad indgena conmenos divisin del trabajo dentro de las familias. A la cacera salan hom-bre y mujer que convivan juntos y compartan las tareas de la casa, de lachacra y de la crianza de los nios. Estos patrones culturales se modifica-ron partir del contacto con la civilizacin occidental y por la incidenciadel proceso extractivo que alter drsticamente la organizacin socio-cul-tural. En consecuencia, la pacificacin iniciada por el ILV y el procesopetrolero marcan la consumacin de los mundos superpuestos.

    A partir de 1937 aproximadamente, con las primeras exploraciones dela compaa Royal Dutch Shell para explotar hidrocarburos en Arajuno,provincia de Pastaza sitio enclavado en uno de los puntos estratgicosdel territorio huaorani tienen lugar los primeros contactos violentos(Narvez, 1996). En la dcada de los aos 70, la ofensiva capitalista a tra-vs de la industria petrolera los sitia por todos los frentes. En 1964, laTexaco y Gulf reiniciaron las actividades abandonadas por la Shell y hacia1971 las intensifican. En 1976, la Compagnie gnrale de gophysique(CGG) establecida en Paacocha a 150 km del Coca, ro abajo, realizabatrabajos de prospeccin en su territorio. A partir de entonces otras com-paas como la Esso Hispano Oil (bloque 8), Petrocanad (bloque 9) y elConsorcio Braspetrol-Aquitaine-Britoil (bloque 17), y debido a la seden-tarizacin y pacificacin de los grupos huaorani impuestas por el ILV, larelacin empresarial con la etnia ha sido ms viable.

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    Huaorani: mundos paralelos, mundos superpuestos y submundos

  • En 1986 se firma un contrato de prestacin de servicios con la empre-sa estadounidense Conoco para la exploracin y explotacin de petrleoen el bloque 16. En 1991, el Ministerio de Energa y Minas autoriza latransferencia de derechos y obligaciones de Conoco a Maxus.

    En 1996, Maxus sale del pas y queda la empresa argentina YPF comooperadora. A finales del ao 1999 se conforma el consorcio argentinoespaol YPF-Repsol y es responsable legal de la operacin del bloque 16.Otra empresa petrolera que oper dentro del parque Yasun fue la Vintageque desde 1999 reemplaz a la compaa francesa Elf en el bloque 14 yen el 2004 la empresa Encana se incorpora a la operacin del bloque 17,Perenco-OMV estuvo en B-21. En la octava ronda de licitaciones en1996, se le concedi a la empresa Prez Companc la operacin del bloque31 que se encuentra totalmente dentro del parque nacional Yasun.

    En el 2002 transfiri sus acciones a Petrobras (brasilea) en el gobier-no de Gutirrez se comprometi los ltimos territorios huaorani entre-gando concesiones a Petrobras y a EnCana (Canadiense) en el B-31(Misin de verificacin del parque nacional Yasun: 2004: 21-22). Otraempresa que operaba en el rea de amortiguamiento del PNY fue la com-paa estadounidense Occidental que ingres al pas con la primera rondapetrolera en 1982 y oper en el B-15 hasta el 2006, cuando fue declara-da la caducidad del contrato por inobservancia del mismo y dicho bloquese transfiri al Estado. Se constata que alrededor del 60 % del parquenacional Yasun est concesionado a empresas petroleras transnacionales.

    Otro proyecto pendiente que involucra al parque nacional Yasun abar-ca los campos Ishpingo, Tambococha, Tiputini (ITT) ubicados al este delrea protegida. Segn Petroecuador, empresa estatal que realiz la prospec-cin de estos campos en 1992, se encontraron reservas de alrededor de700 millones de barriles de un crudo pesado de entre 15 y 18 API. Al2004, segn el Instituto francs del petrleo, una vez interpretada la infor-macin de la ssmica 3 D, las reservas probadas y probables del ITT alcan-zaron los 920 millones de barriles de petrleo. Segn el Ministerio dePetrleos (El Comercio, del 19 de agosto del 2007, pgina 11) el potencialdel campo ITT podra llegar a 1.531 millones de barriles.

    En consecuencia, se le superponen otros mundos: el de las misiones5,aquel del ILV, el de las transnacionales petroleras y el del Estado, pero

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  • aunque su realidad social continuaba siendo crtica, la madurez socio-poltica y organizacional huaorani empezaba a emerger. Este procesoascendente de relaciones permite observar la existencia de una asintonaentre las acciones del ILV, misiones y la Compaa Maxus, y permitendiferenciar la intensidad del nuevo modelo de intervencin empresarial,ya que para la transnacional petrolera el terreno no era virgen y ella extra-pola su intervencin con base en instrumentos administrativos-jurdicos,polticos y una mayor disponibilidad de informacin que los anterioresagentes. Actualmente se puede observar que debido al proceso de integra-cin la estructura socio-econmica huaorani ha sido objeto de profundastransformaciones.

    En todo caso, las empresas petroleras son estructuras de poder que gene-ran relaciones de dominacin y dependencia y debido a la intensificacinde dichas relaciones, muchos son los individuos huaorani que de indge-nas libres, han pasado a convertirse en trabajadores asalariados.6 Sin embar-go, al margen del carcter de dominacin inherente a toda empresa, hacia1993, segn Kimerling (1993: 116) les sirven para que les entreguen obse-quios, aunque en un primer momento, eso no significa que los huaorani

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    5 Los misioneros, intencional o no-intencionalmente actan como agentes del capitalismo, y elEstado ecuatoriano con la adopcin del paradigma del desarrollo regional, incluyendo educacine infraestructura, inculca la ideologa capitalista, logrando prcticas socio econmicas caracters-ticas de las relaciones econmicas capitalistas (Ziegler, 2004: 10). Por su parte Kimerling (1996:180) enfatiza que las compaas petroleras extranjeras trabajando en el Ecuador, Texaco entreotras, tiene una larga historia de colaboracin con los misioneros evanglicos para pacificar tantoa los huaorani como a los otros pueblos amaznicos. Existe una clara concordancia de intereses,no slo entre las compaas petroleras y los misioneros, sino entre estos dos grupos y el gobiernoecuatoriano, que ha permitido y a veces ha participado en las actividades de pacificacin, una acti-tud consistente con su punto de vista general, segn el cual, la Amazona es una frontera que tieneque ser conquistada y los pueblos indgenas deben ser asimilados a la cultura nacional dominante.

    6 Efectivamente en la etapa anterior a la Maxus, tres compaas que operaban dentro de la reser-va huao, haban modificado su forma habitual de planificar su trabajo, y sus equipos estaban casiexclusivamente compuestos de trabajadores huaorani. Laura Rival ha estudiado los problemasque salieron a la superficie cuando las compaas de petrleo comenzaron a trabajar en la reser-va (Rival, 1992), aunque no es posible establecer en trminos especficos cuntos huaorani hantrabajado para las empresas petroleras, durante cerca de tres dcadas de explotacin de hidrocar-buros en la regin; se puede informar que Maxus contrataba perentoriamente cada tres meses,entre 30 y 40 individuos, para la ejecucin de actividades como vigilancia, desbroce, guas. etc.Actualmente, las empresas han incorporado a huaorani como trabajadores de planta en activi-dades que ya no slo son de vigilancia.

  • consintieron la exploracin petrolera dentro de su territorio. Pues, un con-sentimiento implica consultas previas, un entendimiento del desarrollo delas actividades petroleras y de lo que stas significan para su futuro. Comomiembros de sociedades igualitarias los huaorani exigen un reparto mutuode los bienes personales, no obstante, las empresas impusieron sus condi-ciones y ello consuma la configuracin de los mundos superpuestos.

    En este contexto la Confederacin de nacionalidades indgenas de laAmazona ecuatoriana (CONFENIAE), conociendo que tras las petrole-ras viene la destruccin de los pueblos amaznicos, inici un proceso deacercamiento al pueblo huaorani y promovi la adjudicacin y legaliza-cin de su territorio; posteriormente trat de organizar a la etnia bajo lamatriz adoptada por las dems pueblos indgenas amaznicos, y legal-mente establecida por el Estado a travs de la Ley de comunas; a fin deque sus planteamientos reflejen una postura poltica orgnica que tras-cienda lo meramente material. En efecto, hacia 1989, con su respaldo seorganiz la ONHAE, pero la nueva organizacin no cumpla el rol pro-tagnico buscado (Narvez, 1999: 46).

    Con la intervencin de la empresa petrolera Maxus auspiciada por elEstado, se impulsa y consolida orgnicamente la ONHAE. La empresadecide una agenda de actividades y fija la realizacin de un Congreso,financia todos los gastos y contrata avionetas para trasladar a los delega-dos al punto de encuentro. Para entonces, ya existe un sobredimensiona-do equipo de tcnicos sociales al servicio del Departamento de relaciona-miento comunitario de Maxus, con la suficiente confianza y amistad conlos principales lderes de las comunidades huaorani. En este sentido, laONHAE fue impulsada por la necesidad de la empresa petrolera, en fun-cin de tener un interlocutor poltico, y tal como lo previ la transnacio-nal le sirvi para aprobar el Plan de relacionamiento comunitario y parasu aprobacin y suscripcin se desplaz a la comunidad huaorani deKiwado el 13 de agosto de 1993, el Presidente de la Repblica. Si tradi-cionalmente los lderes comunitarios eran los ancianos y las decisiones lastomaba la comunidad en su conjunto, en la nueva modalidad organizati-va impuesta en la ONHAE participan jvenes que hablan espaol y conms propensin a las negociaciones dado su mayor entendimiento conlos/las relacionadores/as empresariales. En esa poca las decisiones ya no

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  • fueron adoptadas conforme a la tradicin. Con el tiempo los huaorani se han dado cuenta que las empresas uti-

    lizan las demandas de las comunidades como un dispositivo para fomen-tar el clientelismo y mantener dividido al pueblo. Observan que los nue-vos lderes son ms cercanos a las empresas y que disponen de innovadasestrategias para transar aspectos que han variado sustancialmente y quetienen connotaciones diversas: econmicas, sociales, polticas, etc., desdeuna perspectiva ms bien pragmtica e inmediatista.

    De lo expuesto se deduce que los huaorani han sido duramente golpe-ados por el modelo extractivista, en el cual las empresas hasta se arroganfunciones del Estado, como la de planificar el desarrollo de la nacionali-dad desde la lgica y racionalidad empresarial hidrocarburfera. Adems,haciendo donaciones comunales e individuales en forma discriminatoria,suscriben convenios de desarrollo local, salud o educacin, sin criteriosintegrales y menos respetando la cultura huao. Conforme los sustenta laONG ecologista Oilwatch:

    [] estos proyectos se utilizan para convencer a las comunidades arenunciar a sus derechos, por la expectativa de recibir donaciones. Perocuando las empresas incumplen, como sucede por regla general, lasempresas responsabilizan al Estado de cualquier problema. Esto provocaun escenario de carencias, conflictos y de limitaciones que el Estado nopuede solucionar.

    (Oilwatch, 2005:37)

    En el proceso de superposicin (petrleo-huaorani) es relevante destacary analizar el impacto de la construccin de carreteras por las petroleras.En primer lugar, la Va Aucas (115 km. desde la ciudad de Coca hasta elro Tigino), fue abierta por Texaco (USA) y el Gobierno ecuatorianohacia finales de los aos 60 y desde su comienzo fue de trnsito libre, esdecir de responsabilidad del Estado. En segundo lugar, la Va Maxus (100km., abierta por Conoco (USA) y concluida por Maxus, ahora al cuida-do de YPF -Repsol), parte de Pompeya en tierras kichwas, en la margenderecha del Napo y se interna, durante su mayor extensin, en el parqueYasun. Est controlada por la propia petrolera que impide el acceso aquienes no sean habitantes tradicionales kichwas o huaorani dentro de la

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  • zona. All no han ocurrido invasiones, muertes, o atropellos; pero si tieneun fuerte impacto desculturizador e impresiona el atrevimiento de lapetrolera al haber hecho de esta va una propiedad privada.

    (Brackelaire, 2006: 37).

    Superposicin de espacios en el territorio indgena huaorani

    El Estado ecuatoriano reconoci derechos ancestrales y otorg ttulos detierras al pueblo huaorani por primera vez en el gobierno de Rolds-Hurtado en 1983, con la entrega de la reservacin de Ogln o protec-torado, en una extensin de 66.570 hectreas, ubicadas al sureste de suterritorio tradicional. En abril de 1990, el gobierno de Rodrigo Borjaadjudic 612.560 ha que no representaban sino la tercera parte de suterritorio tradicional. En la adjudicacin consta un literal expresando:los adjudicatarios no podrn impedir o dificultar los trabajos de explo-racin y/o explotacin minera e hidrocarburfera que realice elGobierno nacional y/o personas naturales o jurdicas legalmente autori-zadas.

    Sin embargo, dadas las condiciones de iniquidad e inequidad genera-das por el proceso integracionista, y debido al funcionalismo del que esobjeto la economa amaznica, pretendiendo paliar o superar la crisissocioeconmica de la que son vctimas, implementan estrategias de usodel recurso como la siguiente (Cf. Figura 1).

    Al margen del esfuerzo huaorani por consolidar su autodetermina-cin, lo palpable es la superposicin de dos mundos: el occidental(empresario-estatal) hegemnico y neocolonialista; sobre el mundo ind-gena, socio-culturalmente vulnerable, polticamente excluido y econmi-camente subordinado al asistencialismo empresarial petrolero, al merca-do, al consumo, al submundo que tambin entraa la modernidad.

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  • Huaorani (sub mundos)

    La etno-historia registra que el huaorani era un pueblo libre, itinerante yguerrero eficaz, por lo que es imposible comprender la cultura huao sin elreferente de la guerra. De hecho, sta es una expresin cultural enraizadaen su cosmovisin, una ptica que asume a la muerte no como el final dela vida, sino como el medio para alcanzar una dimensin suprema, elnanicabo superior, al cual slo acceden quienes han muerto en guerra,por causa de la lanza. En este sentido, la muerte en s no es motivo detemor, sino de cmo una persona muere y hacia donde va despus(Franco, 2002: 7).

    No obstante, su aislamiento en la profundidad de la selva y el contac-to fue violento y gir en torno a la extraccin del caucho a finales del sigloXIX e inicios del XX. Entonces, los caucheros sometieron infrahumana-mente a miembros de este pueblo para integrarlos a la explotacin de esterecurso como mano de obra esclavizada; as empez su insercin a los sub-mundos de la pobreza, marginacin y dependencia.

    A finales de la dcada de los aos treinta, se reproduce la historiadando lugar a nuevos contactos con las petroleras que hacan prospeccinssmica en las reas que ahora se conocen como Shell, Mera y Arajuno.

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    Figura 1Estrategias de desarrollo econmico

    Economaindgena

    Economade mercado

    Fortalecer subsistencia. tierras. productividad. tecnificacin

    Mecanismosalternativos definanciamiento

    Desarrollo de nichos de mercado. ecoturismo. manejo patrimonio. manejo reas protegidas. artesana. plantas medicinales

    Discriminacin. mercados laborales. mercados productivosEmpresas indgenas. forestacin, comercio, transporteEducacin, capacitacin, etc.

    Economaintercultural

  • Posteriormente en 1956 con la muerte de los misioneros evanglicos enPalm Beach riveras del ro Curaray se marca el inicio del proceso deoccidentalizacin huaorani. A partir de entonces se consolida la relacincon el ILV en su afn evangelizador y civilizatorio de los salvajes, conlingistas de la Universidad de Oklahoma expertos en estudiar culturasprimitivas, con otras misiones religiosas y dems agentes aculturadores.Se acelera su integracin a la sociedad nacional, cuyas secuelas, por laforma en que se dio dicho proceso, relegaron a los huaorani a condicio-nes sociales denominadas de ltimo nivel y stas fueron elemento pro-piciatorio para ser calificados como salvajes, canbales e inciviliza-dos, tanto por actores interesados en que eso suceda, como por sectoresindgenas amaznicos que mantenan diferencias culturales y disputabanrecursos de los mismos espacios a los que acudan aquellos.

    En la dcada de los aos 1970 alrededor de siete empresas petrolerasincursionaban en territorio huaorani, lo que se traduce no slo en el mon-taje de infraestructura tcnica para la exploracin y explotacin hidrocar-burfera, sino en la intensidad del contacto a partir de la construccin decarreteras y de la apropiacin de formas culturales ajenas como fuentes deconsumo (Franco, 2002: 4).

    El itinerario del pueblo huaorani ha sido tortuoso y ha estado signadopor la violencia (no slo por la de carcter cultural sino por aquella tpi-ca de la frontera extractiva en proceso de ampliacin), por la ausencia delEstado como ente garantizador de derechos y por la inexistencia mismade un marco normativo que establezca las condiciones jurdico-polticasbsicas, dentro del cual deba desarrollarse el proceso extractivo, en fun-cin de evitar la agresin y en el peor de los casos el etnocidio. Basta conrecordar que a la regin amaznica se la asuma como balda o tierra denadie, y esta fue la dimensin que marc la transgresin de los derechoshumanos y polticos que haban de reconocerse a los pueblos ancestrales.

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  • Los aos 1990: el inicio del fin (relacionamiento comunitario, cooptacin de dirigentes indgenas, manipulacin empresarial)

    La extrema fragilidad socio-organizacional huaorani lo haca un pueblomayormente vulnerable al impacto de las acciones de agentes externos, delas transnacionales que operaban en su territorio, en particular deCONOCO desde 1986 y luego de Maxus hasta 1996, posteriormenteRepsol-YPF, interesadas en implementar un inusual Plan de relaciona-miento comunitario que por su magnitud y particulares objetivos cons-tituy el primero de esa naturaleza en Amrica Latina; el objetivo era apli-carlo a todo el pueblo, a toda la nacionalidad. Para el efecto se establecila necesidad de elegir un interlocutor vlido que garantice la relacindirecta empresa transnacional - huaorani y la exclusin de cualquier otroactor que pretenda representar a la etnia interfiriendo en la relacin ydebilitando el control hegemnico empresarial sobre aquella. En conse-cuencia, el paso inmediato fue direccionar el proceso socio-organizativohuaorani conducido por Maxus, auspiciado por el Estado, y que signifi-c la consolidacin de la ONHAE, como organismo poltico formal quelegitim el Plan comunitario y la presencia de la transnacional en el terri-torio indgena, y que adems sirvi para deslegitimar la posicin de otrosactores excluidos de dicho proceso y que cuestionaban drsticamente lasoperaciones petroleras en la RAE, precisamente por los impactos negati-vos que generan y por la carencia de una poltica socio-ambiental queincorporase la cosmovisin indgena, fundamentalmente holstica7, comosigno rector del proceso socio-cultural indgena y huaorani en particular.

    La implementacin del Plan, gener procesos acelerados de cambiosponiendo en riesgo la sobrevivencia del grupo, debido fundamentalmen-

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    7 Desde el punto de vista de Nitsch el concepto holstico u holismo: de la palabra griega: holos(total, completo) se denomina hole, globalmente, en un discurso ecolgico, representa la necesi-dad de ver problemas en su contexto, abordar soluciones llevando en cuenta todas las consecuen-cias, y no ignorar ningn detalle, porque puede ser que se muestre decisivo para los procesosdesencadenadores y, muchas veces, desconocidos. Pero un discurso holstico fcilmente llevainsinuaciones analticas y polticamente muy problemticas, siempre y cuando la naturaleza, elhombre y la sociedad humana sean interpretados como un conjunto total, hermtico,organicista y casi indisoluble. De esta forma se eliminan las diferencias que son fundamentalespara la filosofa moderna y generalmente para la vida y el discurso moderno, entre el ser y eldeber, entre el anlisis, decisin tica y poltica.

  • te a que las acciones realizadas no tendan a satisfacer las reales necesida-des socio-culturales huaorani, sino que eran instrumentos para viabilizarlos objetivos estratgicos empresariales: reforzando las estructuras dedominacin para la apropiacin de recursos naturales, para la ejecucinde planes de bio-prospeccin, estableciendo instancias de mediacin con-troladas por las empresas en funcin de subordinar social, cultural, pol-tica y econmicamente a los huaorani y viabilizar sin obstculos el proce-so extractivo en el Yasun, en el bloque 16 en particular, posteriormenteen otros bloques que el Estado iba adjudicando.

    Esta concertacin (transnacional-huaorani) implic la captacin delpoder indgena por parte del departamento de relacionamiento comuni-tario de Maxus y que lleg a tener 45 especialistas entre antroplogos,socilogos, filsofos, abogados, y otros de menor especializacin, que aco-saron y cooptaron a no ms de 15 huaorani que conformaban la directi-va de la ONHAE y otros potenciales lderes ya identificados. Las estrate-gias del relacionamiento se soportaban en mecanismos de cooptacin delpueblo huaorani y de su organizacin an incipiente, lo que permiti uncontrol empresarial omnmodo que anul la autonoma del pueblo ind-gena, en la decisin sobre su propio destino. Finalmente pas dicha deci-sin a la empresa petrolera transnacional Maxus-YPF-Repsol, hasta laactualidad.8As es como, con la anuencia del Estado, la modalidad de rela-cionamiento comunitario establecido por el capital transnacional se insti-tucionaliz y fue asumido por las dems empresas que operan en elYasun.

    El Plan de relacionamiento aludido prevea un gasto de 4 millones deUSD anuales (que no se lleg a dar), la incorporacin de hombres huao-rani a actividades petroleras, que no pasaron de actividades de guardiana(ficticia), de guas de selva, y de persuasin a quienes se resistan a esapoltica empresarial. As es como se inici la conversin de guerreros hua-

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    8 El tipo de relaciones establecidas por Repsol con las comunidades huaorani que son de control,vigilancia - dominacin, implican una violacin al derecho de este pueblo a la autodetermi-nacin; afectan a la cultura, valores y conocimientos que determinan su estilo de vida, y supo-nen una ausencia de la proteccin de este derecho que debera ser ejercido por el Estado. Repsolviolenta la soberana tanto del Estado como del pueblo huaorani (Misin de verificacin del par-que nacional Yasun, 2004: 21-22).

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  • orani en asalariados petroleros. Es decir, la compra de la fuerza de traba-jo huao por parte de las transnacionales, transforma la condicin socio-cultural de guerreros a servidores de los designios del capital, sin que elloshayan dispuesto de los elementos expeditos para decidir esa transicin.

    Con la adjudicacin del bloque 31 ubicado en el PNY y territoriohuaorani a Prez Companc, posteriormente a Petrobras, cuya licencia deexplotacin fue otorgada por el depuesto presidente Lucio Gutirrez enagosto del 2004, se cierra la primera etapa del crculo extractivista en elYasun. Este complejo proceso de interrelacin asimtrica entre actoreshegemnicos (empresas-Estado) y subalternos (comunidades indgenas)ha generado condiciones de dominacin y dependencia con impactossocio-ambientales y culturales negativos e irreversibles. De ah se asumeque la lgica extractivista del capital transnacional es la puerta abierta quelleva a los submundos que se crean en torno a la explotacin irresponsa-ble de recursos naturales renovables y no renovables: submundos degra-dantes en los que imperan la delincuencia, la prostitucin, el alcoholismo,la mendicidad, la pobreza extrema, el trfico ilegal de especies de flora yfauna, la explotacin clandestina del bosque primario, el comercio ilcitode madera, la corrupcin institucionalizada que emerge de la condicinanmica de la sociedad ecuatoriana y que a la vez refleja la crisis legal -institucional producto de un ordenamiento jurdico contradictorio, ine-ficaz, que hace que aquellas condiciones trituren a cualquier ser humano,denigrndolo, alienndolo.

    Todos estos elementos conforman y nutren los submundos a los queno es fcil eludir, y adems tejen las redes que enmaraan la posibilidadde conductas antpodas a las que propicia la anomia. En este sentido, lospueblos indgenas amaznicos son objeto de la metstasis anmica delsubmundo, conforme lo enfatiza Brackelaire:

    [] las petroleras para los huaorani han sido desde su contacto otrocampo de caza por los bienes que distribuyen, y han atrado a variosgrupos huaorani a sus orillas. Como testigo, Cabodevilla insiste en que laconvivencia cercana entre estos dos grupos humanos tan opuestos ha sidoterrible para los huaorani: aunque sin violencia fsica, no hubo encuentro,(no puede haberlo) sino choque terrible; los huaorani se han corrompido

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  • literalmente [] Los departamentos de relaciones comunitarias de laspetroleras slo buscan la pacificacin, es decir la domesticacin [].

    (Brackelaire, 2006:37).

    Otro mundo, mundos diferentes, mundos diversos

    Conforme lo sugiere Boaventura de Sousa Santos, s es posible otromundo, pensando en un desarrollo que considere lo que l llama una eco-loga de temporalidades, es decir, plantendose como objetivo estratgico:

    [] crear una posibilidad, una racionalidad que trabaje con diferentestiempos y con distintas concepciones del tiempo, donde se puedan crearcondiciones para modelos de desarrollo contextualizados, y que puedenser formas de desarrollo alternativo o alternativas al desarrollo. Solamenteas los pueblos pueden formular sus propias opciones. Pero para ello hayque crear espacios y para crear espacios son necesarias nuevas condicionesde racionalidad, de tiempo, de saberes, e incluso de Estados []. Estasnuevas concepciones se hacen urgentes en la medida en que el modelo dedesarrollo occidental se transform en un modelo de desarrollo global quedescalifica, por ser locales, todos los modelos o prcticas alternativas dedesarrollo.

    (de Sousa Santos, 2004: 102).

    En esta perspectiva, la implementacin de la poltica de los pueblos enaislamiento voluntario, constituye una alternativa, y en funcin del an-lisis se puede partir de las siguientes preguntas: cmo no excluir de esteproceso al pueblo huaorani reconociendo su naturaleza histrica en cuan-to sujeto cultural dotado ms que cualquier actor empresarial privado opblico, del conocimiento de s mismo y de los otros pueblos en aisla-miento voluntario?

    Y lo que es tan importante: es posible garantizar la ejecucin de lapoltica de los clanes tagaeri y taromenani en situacin de aislamientovoluntario, sin pasar por dar respuesta a la situacin que vive el pueblohuaorani y el complejo entorno socio-ambiental y poltico del Yasun,tomado en cuenta dentro de la problemtica de la Amazona ecuatoriana?

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  • es posible garantizar la ejecucin de la poltica de los pueblos ocultos, sinconsiderar la autodeterminacin y potenciamiento socio-organizativo delpueblo huaorani?

    En este sentido, la condicin de libertad que expresan los pueblos ocul-tos y la de contacto que expresa el pueblo huaorani, no vislumbran eladvenimiento de una sntesis que tiene relacin a la nueva realidad concre-ta que ha de surgir de la aplicacin de un conocimiento-emancipacin quelo dispone nicamente el sujeto cultural indgena huaorani, antes que delconocimiento-regulacin de los actores exgenos como las empresas petro-leras transnacionales, la institucionalidad internacional o el propio Estado?

    A partir de las inferencias anteriores procede otra pregunta es viableel plan de los pueblos en aislamiento voluntario, con las reglas de juegodel poder impuestas, donde es visible la incompatibilidad de destinos his-tricos de los actores en disputa, y considerando que la interaccin de losdos poderes antagnicos (capital extractivo y Estado versus pueblos ind-genas) en un espacio restringido y violento como el Yasun, no puededesarrollarse debido a la condicin hegemnica del primero?

    La poltica de los pueblos en situacin de aislamiento voluntario estcondicionada por una resignificacin del espacio amaznico y expresa lanecesidad de transformaciones estructurales tanto de la sociedad regionaly de la nacional, en funcin de un nuevo modelo de desarrollo que privi-legie la racionalidad ambiental. En este sentido categoras filosfico-pol-ticas como otredad, alteridad no pueden estar ausentes de la referen-cia a los pueblos excluidos9, a los pueblos ocultos, a fin de precisar comodicha otredad ha sido asumida por quien expresa su reconocimiento, ycomo este reconocimiento del alter implica un (re)conocimiento de smismo. De aqu se desprende un objetivo ms, y es el de fortalecer lasdiferencias respecto al ejercicio de los derechos y las responsabilidades, apartir de viabilizar la vigencia de los otros saberes y en consecuencia de lasotras prcticas jurdicas consuetudinarias ejercidas por los de ah, paralos de ah antes que hostilizarlas, como si se tratara de una estupidez o

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    9 Tericamente la exclusin social se refiere a la situacin experimentada por las personas (pri-vacin econmica y aislamiento social) y tiene relacin tambin a un proceso social que aparececomo la fragmentacin social, los dualismos (pocos ricos muy ricos y muchos pobres muypobres) y la ruptura de la cohesin social.

  • ignorarlas y considerarlas como no relevantes. En este reconocimiento dela igualdad en la diferencia estriba la posibilidad del dilogo con los otrossaberes, como la nica salida posible contra la violencia y la opresin cul-tural, poltica y econmica, ejercida contra los pueblos indgenas y loshuaorani, tagareri y taromenani en particular.

    Existe un marco jurdico-institucional internacional y nacional quegarantiza los derechos colectivos a favor de los pueblos indgenas y de losen aislamiento voluntario, como el derecho a mantener, desarrollar, forta-lecer su identidad y tradiciones; a mantener la posesin ancestral de sustierras comunitarias; a conservar y desarrollar sus formas de convivencia yorganizacin social, a no ser desplazados de sus territorios como pueblos,a disfrutar de la plena efectividad de los derechos econmicos, sociales yculturales y polticos. Pero conforme lo refiere Brackelaire (2006: 38)infelizmente, no hay ninguna instancia que se encargue de hacer cumplirel cuerpo legislativo existente.

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