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VOTOS DA MARINA NO SEGUNDO TURNO

LOS VOTOS DE MARINA SILVA, CLAVE DE LA VICTORIA EN LAS PRESIDENCIALES BRASILEÑAS

11 de octubre de 2010

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1.SERRA TIENE ANTE SÍ UNA TAREA SEIS VECES MAYOR 2. EL PV SE INCLINA HACIA EL PSDB 3. EL PT, CON LA MAYORÍA DEL SENADO Y DE LOS GOBERNADORES 4. EL PT REFUERZA EL HISTORIAL EN COMÚN DE MARINA 5. EL CONGRESO, FAVORABLE A DILMA

1. SERRA TIENE ANTE SÍ UNA TAREA SEIS VECES MAYOR

Durante la campaña de la primera vuelta, Dilma Rousseff (PT) y José Serra (PSDB), ya habían empezado la disputa por el electorado de Marina Silva (PV). Ahora, el reto para Serra consiste en atraer a la mayoría del electorado que otorgó casi 20 millones de votos a la ecologista Marina Silva, que se ha consagrado como tercera vía con el 19,33% de los votos válidos. Si consigue repetir los resultados del 3 de octubre, Serra necesitaría captar, en menos de un mes, un mínimo de 17,6 millones de los votos que recibió Marina. Es decir: si se mantienen los índices de abstención, voto nulo y en blanco del primer turno, el tucán (ave que simboliza al PSDB y a sus miembros) tendrá que conquistar casi el 85% de los votos del PV y de otros candidatos residuales para vencer el día 31 de octubre. Por su parte, Dilma necesita algo más de 3 millones de esos electores (aproximadamente el 15%, casi seis veces menos), si se da por sentado que la candidata petista ha alcanzado su límite mínimo de votos y que ya no perderá más electores, tal y como ocurrió durante los quince días previos a los comicios.

La esperada victoria de la candidata del presidente en la primera vuelta no llegó a producirse, pero el propio Lula ya aceptaba esa posibilidad antes del cierre de los colegios. No en vano, él mismo, que ha logrado marcas históricas en los índices de popularidad, tuvo que llegar a la segunda vuelta en las dos ocasiones en que salió vencedor en las elecciones presidenciales.

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El desafío para Serra será todavía mayor que para Dilma no sólo por la distancia numérica que le separa del 50% de los votos válidos. Y es que la mayoría de los votos perdidos por la candidata gubernamental fue a parar a Marina Silva, ex ministra del gobierno de Lula, algo que refleja una resistencia grande del electorado a votar al candidato del PSDB.

El PT y el PSDB ya están luchando por el apoyo de Marina y del PV. Se cree que Marina, personalmente, sea propensa a optar por la neutralidad (lo cual no significa dejar de participar en las discusiones políticas sobre el proceso electoral, incluso dialogando a propósito de proyectos con los dos candidatos). Pero la decisión se tomará en un plenario del Partido Verde en los próximos días. Es importante resaltar, sin embargo, que el apoyo oficial del PV o de la propia Marina a uno de los candidatos no significa traspaso de votos. Gran parte de su crecimiento en los últimos días se debe no tanto a méritos propios, sino a electores descontentos a raíz de las recientes denuncias contra Dilma, sus asesores y el propio PT, pero que no aceptan votar a Serra, que llega al 40% de índice de rechazo en los últimos sondeos electorales. También hay una parte considerable de evangélicos que habían descartado votar a Dilma debido a los rumores que aseguran que estaría a favor del aborto o que habría dicho que ni siquiera Jesús le quitaría votos a ella.

Como es sabido, la candidata petista estaba cayendo en intención de voto según las encuestas más próximas a los comicios. Es posible que esa caída no haya cesado, de manera que la distancia que hoy separa a Dilma de la segunda vuelta sea mayor que los cerca de 3 millones de votos que le faltaron en el primer turno. Es más: también es posible que la distancia continúe aumentando, en caso de que el PT no consiga revertir esa tendencia. En cualquier caso, por más que importe el apoyo de la tercera candidata, lo que estará en juego en la segunda vuelta de estas presidenciales será la capacidad de traspaso de votos lulistas. En las encuestas, Dilma hoy destaca con gran diferencia pues oscila entre el 53% y el 55% en la segunda vuelta, mientras que el candidato de la oposición se queda entre el 32% y el 39%.

Además, Dilma, si resulta elegida, contará con mayoría en el Senado y en el Congreso de los Diputados, aparte de los gobernadores aliados. Algo que podrá ayudar a la candidata de Lula no sólo en los próximos días de campaña sino también de cara a una mejor gobernabilidad en caso de victoria. Conviene recordar, asimismo, que en las elecciones presidenciales de Brasil el candidato situado en segundo lugar nunca ha conseguido invertir las posiciones en la votación definitiva.

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2. EL PV SE INCLINA HACIA EL PSDB

Las negociaciones por el apoyo del PV empezaron antes incluso de que concluyera el recuento de votos. En la noche del domingo, ya circulaban rumores de que el PSDB estaría dispuesto a sustituir al vicepresidente de Serra, Indio de Costa (DEM), por el candidato derrotado del PV al gobierno del estado de Río de Janeiro, Fernando Gabeira. Pero al día siguiente, poco después de reacciones tensas de los caciques del partido, el PSDB se apresuró a descartar esa posibilidad. A pesar de ello, Gabeira confirmó rápidamente su apoyo al candidato tucán sin esperar a que el PV tomara alguna decisión. "Tengo cierta independencia. Recibí el apoyo de Serra y di a entender que lo apoyaría. Voy a honrar mi palabra", dijo el diputado.

Serra confía en lograr el apoyo verde: “Yo siento mucha cercanía con el PV. Hay elementos de acercamiento y espero sinceramente que se produzca”. De hecho, casi dos semanas antes de las elecciones, ya venía manteniendo discretos contactos con representantes de la dirección nacional del PV. Igualmente, el candidato derrotado del PV al gobierno del estado de Minas Gerais, José Fernando Aparecido, confirma que la tendencia de su partido es apoyar al candidato tucán. “Gabeira apoya al PSDB en Río, tenemos alianzas en São Paulo y en Minas Gerais. Tenemos ya una colaboración regional

en tres grandes estados. Pero vamos a esperar a la reunión de la Ejecutiva Nacional”, dijo. El presidente del PV, José Luiz Penna, tampoco esconde su simpatía por el PSDB y cree que ese apoyo es el camino natural. Si la decisión fuese tomada sólo por la cúpula del partido, prevalecería la posición de Penna, que tiene la mayoría de los votos. El gobernador electo de São Paulo, Geraldo Alckmin (PSDB), llegó a defender que el programa de Marina se incorpore al de Serra. La sugerencia de Alckmin sintoniza con el discurso de Marina tras conocer el resultado del primer turno. En rueda de prensa declaró que la discusión se planteará siempre a partir del programa de gobierno que presentó en la campaña. Añadió que su partido sólo va a tomar un acuerdo tras consultas y debates internos —un proceso que puede prolongarse varios días. En este contexto, el candidato tucán ha insistido en recordar que, cuando gobernaba São Paulo, firmó un acuerdo de colaboración con el partido de Marina en un proyecto ecológico en el estado. “Nuestra ley de cambio climático se considera la más avanzada del hemisferio austral. Así que para mí el área medioambiental es prioritaria. No es como un apéndice”, dijo Serra. Rápido en el pronunciamiento tras el recuento de los votos, dedicó elogios a Marina por una campaña expresiva, por haber contribuido “al juego democrático de Brasil" y por su capacidad de estimular la participación política de los jóvenes. A su vez, el mismo día de las elecciones, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso publicó en el diario Estado de S. Paulo un artículo en el que afirmaba que Serra y Marina tienen en común "el rechazo al camino personalista y autoritario" y que el PSDB "sabe que no hay desarrollo a largo plazo sin sostenibilidad".

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3. EL PT REFUERZA EL HISTORIAL EN COMÚN DE MARINA

Uno de los coordinadores de la campaña de Dilma, el diputado José Eduardo Cardozo (PT de São Paulo) se basa en la historia de Marina para garantizar su apoyo. "Hasta hace unos días Marina era del PT. ES natural que se dé ese acercamiento. Hay sectores muy próximos a Marina", afirmó Cardozo. Marina Silva, miembro fundador del PT, dejó el partido de Lula el 13 de mayo de 2008, a resultas de unos desacuerdos que generaron resentimientos que pueden continuar. Pero este diputado tiene razón al creer que Marina se siente más cercana al PT que al PSDB. Si ella lo proclama, Dilma saldrá más fortalecida todavía porque la palabra personal de Marina tiene más prestigio que el apoyo oficial del PV —un partido que, a pesar de todo, sigue siendo prácticamente inexpresivo. Además, hay afinidades regionales entre los dos partidos. Por ejemplo, en Bahía, a diferencia de lo que ocurre en Río y São Paulo, históricamente los verdes resultan más simpáticos a los petistas que a los tucanes. El gobernador electo de Río Grande del Sur, Tarso Genro (PT), dijo que está convencido de que Marina apoyará a Dilma. Algo que justificó con estas palabras: “Tiene más afinidad con el proyecto que representan el presidente Lula y Dilma”, para añadir que él mismo puede hablar con ella si la coordinación de campaña del PT le asigna esa tarea. Por su parte, Marina aseguró tras la primera vuelta que “nuestra decisión será una decisión que no tiene nada que ver con la vieja política que se apresura en manifestar una posición tan sólo por vislumbrar puntos de contacto a lo lejos”, en un claro recado a la dirección del PV, de quien se mantuvo distante durante la campaña. Además, sus críticas a Dilma y Serra, sobre todo cuando los comicios se acercaban, dificultan un apoyo personal ahora.

4. EL CONGRESO, FAVORABLE A DILMA

En el Senado, los candidatos gubernamentales conquistaron 40 de los 54 escaños en disputa. Como resulta que los otros 27 no se renuevan hasta 2014, a partir de 2011 habrá 55 senadores aliados de Lula y Dilma (el 68% del total de la cámara legislativa), 24 opositores y 2 independientes. Igualmente, nombres fuertes de la oposición no han logrado escaño, como Artur Virgilio y Tasso Jereissati del PSDB o Marco Maciel y Cesar Maia del DEM.

En el Congreso de los Diputados habrá 402 parlamentarios aliados de Lula y Dilma frente a 111 opositores, según un informe de la web Congresso em Foco. De resultar elegido, por tanto, Serra tendría dificultades para aprobar proyectos en el Congreso. Por su parte, Dilma contaría con una base aliada un 13% mayor que la del gobierno Lula, que alcanza el 78% del Congreso de los Diputados.

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De los 18 gobernadores elegidos en el primer turno, 11 son aliados de Lula y Dilma (Río Grande del Sur, Río de Janeiro, Espíritu Santo, Bahía, Sergipe, Pernambuco, Ceará, Marañón, Mato Grosso, Mato Grosso del Sur y Acre) mientras que 7 pertenecen a la oposición (Santa Catarina, Paraná, Río Grande del Norte, Tocantins, Amazonas y en los dos mayores distritos electorales del país –São Paulo y Minas Gerais).

En el Distrito Federal y los ocho estados restantes, las elecciones a gobernador concluirán en la segunda vuelta, con ventaja también para los partidos aliados del PT que, además de presentarse en todas las unidades federativas, en el primer turno quedaron en cabeza en seis. En cambio, la oposición se presenta sólo en cuatro estados y logró el primer puesto en tres de ellos. Con respecto a las elecciones presidenciales por estados, Dilma venció en 17: Minas Gerais, Espíritu Santo, Río de Janeiro, Río Grande del Sur, Goiás, Amazonas, Pará, Amapá y los nueve estados del nordeste de Brasil.

Serra logró la victoria en 8 estados: São Paulo, Santa Catarina, Paraná, Mato Grosso, Mato Grosso del Sur, Roraima, Acre y Rondonia. Finalmente, Marina fue la más votada en el Distrito Federal, donde está Brasilia, la capital del país.

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