1. valor de la bendición

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LA BENDICIÓN DESDE LOS ESCRITOS DE LA S.D, LUISA PICCARRETA Y EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA Vol. 15. Abril 2, 1923. Modo de orar con la palabra Después estaba diciendo a mi dulce Jesús: “Rezo en tu Querer a fin de que mi palabra, multiplicándose en Él, tenga por cada palabra de cada una de las criaturas una palabra de oración, de alabanza, de bendición, de amor, de reparación; quisiera que mi voz elevándose entre el cielo y la tierra, absorbiera en sí todas las voces humanas para dártelas a Ti en homenaje y gloria, de acuerdo a como Tú quisieras que la criatura se sirviera de la palabra.” Marzo 19, 1924. La Bendición de Jesús inviste nuestros actos de virtud divina “Hija mía, bendigo tu corazón, tus latidos, tus afectos, tus palabras, tus pensamientos y hasta tu más pequeño movimiento, a fin de que todos, con mi bendición, queden investidos de una virtud divina, de manera que entrando en mi Querer lleven con ellos, en virtud de mi bendición, esta virtud divina y tengan el poder de difundirse en todos, darse a todos, multiplicarme por cada uno para darme el amor, la gloria, como si todos tuvieran mi Vida en ellos; por eso entra en mi Querer, penetra entre el Cielo y la tierra, gira por todos. Vol. 24 Julio 29, 1928. Significado de la bendición y de la señal de la cruz. “Hija mía, te bendigo de corazón en el alma y en el cuerpo, mi bendición sea la confirmación de nuestra semejanza en ti, ella te confirma lo que la Divinidad hizo en la creación del hombre, esto es, nuestra semejanza, por eso tú debes saber que en el curso de mi Vida mortal, en cada cosa que Yo hacía bendecía siempre, era el primer acto de la Creación que Yo llamaba nuevamente sobre las criaturas, y para confirmarlo, bendiciendo invocaba al Padre, al Verbo y al Espíritu Santo. Mira entonces qué significa bendición: ‘Confirmación de nuestra obra creadora, porque la obra que Nosotros hacemos una vez, está tan llena de sabiduría, de sublimidad y belleza, que amamos el repetirla siempre.’ Y si nuestra bendición no es otra cosa que el suspiro de nuestro corazón de ver reintegrada nuestra imagen en las criaturas, y la repetición nuestra confirma lo que queremos hacer; la señal de la cruz que la Iglesia enseña a los fieles, no es otra cosa que impetrar por parte de las criaturas nuestra semejanza, y por eso haciendo eco a nuestra bendición repite: ‘En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.’

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Page 1: 1. Valor de la Bendición

LA BENDICIÓN DESDE LOS ESCRITOS DE LA S.D, LUISA PICCARRETA Y EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Vol. 15. Abril 2, 1923. Modo de orar con la palabra

Después estaba diciendo a mi dulce Jesús: “Rezo en tu Querer a fin de que mi palabra, multiplicándose en Él, tenga por cada palabra de cada una de las criaturas una palabra de oración, de alabanza, de bendición, de amor, de reparación; quisiera que mi voz elevándose entre el cielo y la tierra, absorbiera en sí todas las voces humanas para dártelas a Ti en homenaje y gloria, de acuerdo a como Tú quisieras que la criatura se sirviera de la palabra.”

Marzo 19, 1924. La Bendición de Jesús inviste nuestros actos de virtud divina

“Hija mía, bendigo tu corazón, tus latidos, tus afectos, tus palabras, tus pensamientos y hasta tu más pequeño movimiento, a fin de que todos, con mi bendición, queden investidos de una virtud divina, de manera que entrando en mi Querer lleven con ellos, en virtud de mi bendición, esta virtud divina y tengan el poder de difundirse en todos, darse a todos, multiplicarme por cada uno para darme el amor, la gloria, como si todos tuvieran mi Vida en ellos; por eso entra en mi Querer, penetra entre el Cielo y la tierra, gira por todos.

Vol. 24 Julio 29, 1928. Significado de la bendición y de la señal de la cruz.

“Hija mía, te bendigo de corazón en el alma y en el cuerpo, mi bendición sea la confirmación de nuestra semejanza en ti, ella te confirma lo que la Divinidad hizo en la creación del hombre, esto es, nuestra semejanza, por eso tú debes saber que en el curso de mi Vida mortal, en cada cosa que Yo hacía bendecía siempre, era el primer acto de la Creación que Yo llamaba nuevamente sobre las criaturas, y para confirmarlo, bendiciendo invocaba al Padre, al Verbo y al Espíritu Santo.

Mira entonces qué significa bendición: ‘Confirmación de nuestra obra creadora, porque la obra que Nosotros hacemos una vez, está tan llena de sabiduría, de sublimidad y belleza, que amamos el repetirla siempre.’

Y si nuestra bendición no es otra cosa que el suspiro de nuestro corazón de ver reintegrada nuestra imagen en las criaturas, y la repetición nuestra confirma lo que queremos hacer; la señal de la cruz que la Iglesia enseña a los fieles, no es otra cosa que impetrar por parte de las criaturas nuestra semejanza, y por eso haciendo eco a nuestra bendición repite: ‘En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.’

Page 2: 1. Valor de la Bendición

Vol. 24. Noviembre 10, 1928

Después de esto se daba la bendición con el Santísimo Sacramento, la cual tengo el bien, en este último periodo de mi vida acá abajo, y que espero que termine cuanto antes este mi largo exilio, de recibirla todos los días, y mi amable Jesús, en el acto en que se daba la bendición se ha movido en mi interior y me ha dicho:

Por eso quiero que también tú te regocijes junto conmigo, y haciendo eco a mi bendición, bendíceme en el sol, en el agua, en el viento, en el aire que respiras, en el latido que te palpita en el corazón, y Yo sentiré en todas las cosas creadas que tú me bendices.”

Vol 5. Octubre 3, 1903. Jesús continúa su Vida en el mundo no sólo en el Santísimo Sacramento, sino también en las almas que se encuentran en gracia.

Mientras estaba pensando en la hora de la Pasión cuando Jesús se despidió de su Madre para ir a la muerte y se bendijeron mutuamente, y estaba ofreciendo esta hora para reparar por aquellos que no bendicen en cada cosa al Señor, sino más bien lo ofenden, para impetrar todas aquellas bendiciones que son necesarias para conservarnos en gracia de Dios y para llenar el vacío de la gloria de Dios, como si todas las criaturas lo bendijeran. Mientras esto hacía lo he sentido moverse en mi interior y decía:

“Hija mía, en el acto de bendecir a mi Madre intenté también bendecir a cada una de las criaturas en particular y en general, de modo que todo está bendecido por Mí: Los pensamientos, las palabras, los latidos, los pasos, los movimientos hechos por Mí, todo, todo está avalado con mi bendición. También te digo que todo lo bueno que hacen las criaturas, todo fue hecho por mi Humanidad, para hacer que todo el obrar de las criaturas fuera primero divinizado por Mí. Además de esto, mi Vida continúa todavía real y verdadera en el mundo, no sólo en el Santísimo Sacramento sino también en las almas que se encuentran en mi Gracia, y siendo muy restringida la capacidad de la criatura, no pudiendo tomar una sola todo lo que Yo hice, hago de manera que un alma continúe mis reparaciones, otra las alabanzas, alguna otra el agradecimiento, alguna otra el celo de la salud de las almas, otra mis sufrimientos y así de todo lo demás, y según me correspondan así desarrollo mi Vida en ellas.

Así que piensa en que estrechuras y penas me ponen, pues mientras Yo quiero obrar en ellos, ellos no me hacen caso.”

Dicho esto ha desaparecido y yo me he encontrado en mí misma.

Page 3: 1. Valor de la Bendición

Vol 12. Noviembre 28, 1920. Cuando Jesús quiere dar, pide. Efectos de la bendición de Jesús.

Estaba pensando cuando mi Jesús, para dar principio a su dolorosa Pasión quiso ir con su Mamá a pedirle su bendición, y el bendito Jesús me ha dicho:

“Hija mía, cuántas cosas dice este misterio, Yo quise ir a pedir la bendición a mi amada Mamá para darle ocasión de que también Ella me la pidiera a Mí. Eran demasiados los dolores que debía soportar, y era justo que mi bendición la reforzara.

Es mi costumbre que cuando quiero dar, pido, mi Mamá me comprendió inmediatamente, tan es verdad, que no me bendijo sino hasta que me pidió mi bendición, y después de haber sido bendecida por Mí, me bendijo Ella. Pero esto no es todo, para crear el universo pronuncié un Fiat, y con ese solo Fiat reordené y embellecí cielo y tierra. Al crear al hombre, mi aliento omnipotente le infundió la vida. Al dar principio a mi Pasión, quise con mi palabra creadora y omnipotente bendecir a mi Mamá, pero no era sólo a Ella a quien bendecía, en mi Mamá veía a todas las criaturas, era Ella quien tenía el primado sobre todo, y en Ella bendecía a todas y a cada una, es más, bendecía cada pensamiento, palabra, acto, etc., bendecía cada cosa que debía servir a la criatura, al igual que cuando mi Fiat Omnipotente creó el sol, y este sol sin disminuir ni en su luz ni en su calor continúa su carrera para todos y para cada uno de los mortales, así mi palabra creadora, bendiciendo quedaba en acto de bendecir siempre, siempre, sin cesar nunca de bendecir, como jamás cesará de dar su luz el sol a todas las criaturas.

Pero esto no es todo aún, con mi bendición quise renovar el valor de la Creación, quise llamar a mi Padre Celestial a bendecir para comunicar a la criatura la Potencia, quise bendecirla a nombre mío y del Espíritu Santo para comunicarle la Sabiduría y el Amor, y así renovar la memoria, la inteligencia y la voluntad de la criatura, restableciéndola como soberana de todo. Debes saber que al dar, quiero, y mi amada Mamá comprendió y súbito me bendijo, no sólo por Ella sino a nombre de todos. ¡Oh! si todos pudieran ver esta mi bendición, la sentirían en el agua que beben, en el fuego que los calienta, en el alimento que toman, en el dolor que los aflige, en los gemidos de la oración, en los remordimientos de la culpa, en el abandono de las criaturas, en todo escucharían mi palabra creadora que les dice, pero desafortunadamente no escuchada: ‘Te bendigo en el nombre del Padre, de Mí, Hijo, y del Espíritu Santo, te bendigo para ayudarte, te bendigo para defenderte, para perdonarte, para consolarte, te bendigo para hacerte santo.’ Y la criatura haría eco a mis bendiciones, bendiciéndome también ella en todo.

Estos son los efectos de mi bendición, de la cual mi Iglesia enseñada por Mí, me hace eco, y en casi todas las circunstancias, en la administración de los Sacramentos y en otras ocasiones da su bendición.”

Vol 14. Julio 6, 1922. Bendición de Jesús a su Mamá. Quien vive en la Divina Voluntad es depositaria de la Vida Sacramental de Jesús.

Page 4: 1. Valor de la Bendición

Estaba pensando y acompañando a Jesús en la hora de la Pasión cuando fue ante la divina Mamá para pedirle su santa bendición, y mi dulcísimo Jesús en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, antes de mi Pasión quise bendecir a mi Mamá y ser bendecido por Ella, pero no fue únicamente a mi Mamá a quien bendije, sino a todas la criaturas, no sólo animadas sino también inanimadas; vi a las criaturas débiles, cubiertas de llagas, pobres, mi corazón tuvo un latido de dolor y de tierna compasión y dije:

‘¡Pobre humanidad, cómo estás decaída, quiero bendecirte a fin de que resurjas de tu decaimiento; mi bendición imprima en ti el triple sello de la Potencia, de la Sabiduría y del Amor de las Tres Divinas Personas y te restituya la fuerza, te sane y te enriquezca, y para circundarte de defensas bendigo todas la cosas creadas por Mí, a fin de que las recibas bendecidas por Mí: te bendigo la luz, el aire, el agua, el fuego, el alimento, a fin de que quedes como abismada y cubierta con mis bendiciones; pero como tú no las merecías, por eso quise bendecir a mi Mamá, sirviéndome de Ella como canal para hacer llegar a ti mis bendiciones.’ Y así como me correspondió mi Mamá con sus bendiciones, así quiero que las criaturas me correspondan con sus bendiciones; pero, ¡ay de Mí!, en vez de correspondencia de bendiciones, me corresponden con ofensas y maldiciones, por eso hija mía entra en mi Querer, y poniéndote sobre todas las cosas creadas sella todas con las bendiciones que todos me deben y trae a mi doliente y tierno corazón las bendiciones de todos.”

Después de haber hecho esto, como para recompensarme me ha dicho:

“Amada hija mía, te bendigo en modo especial, te bendigo el corazón, la mente, el movimiento, la palabra, el respiro, toda y todo te bendigo.”

Vol 16 . Marzo 19, 1924 . El Querer Divino es pasaporte para entrar en todo, en las fibras más íntimas, y con su virtud multiplica la Vida de Jesús.

Me estaba fundiendo en el mar inmenso del Querer Divino y mi dulce Jesús ha salido de dentro de mi interior en acto de bendecirme, y después de haberme bendecido me ha rodeado el cuello con sus brazos y me ha dicho:

“Hija mía, bendigo tu corazón, tus latidos, tus afectos, tus palabras, tus pensamientos y hasta tu más pequeño movimiento, a fin de que todos, con mi bendición, queden investidos de una virtud divina, de manera que entrando en mi Querer lleven con ellos, en virtud de mi bendición, esta virtud divina y tengan el poder de difundirse en todos, darse a todos, multiplicarme por cada uno para darme el amor, la gloria, como si todos tuvieran mi Vida en ellos; por eso entra en mi Querer, penetra entre el Cielo y la tierra, gira por todos.

Page 5: 1. Valor de la Bendición

Mi Querer es Luz purísima y esta Luz contiene la omnividencia, el pasaporte para poder penetrar en los más íntimos escondites, en las fibras más secretas, en el abismo de las profundidades y en el espacio de las alturas más altas. Este pasaporte no tiene necesidad de firma para ser válido, sino que contiene en sí mismo este poder, porque siendo Luz que desciende de lo alto ninguno le puede impedir el paso ni la entrada, y además es rey de todo y tiene el dominio en todas partes. Por eso pon en giro en mi Voluntad tus pensamientos, tus palabras, tus latidos, tus penas, todo tu ser, no dejes nada en ti misma a fin de que con el pasaporte de la luz de mi Voluntad y con mi virtud divina, entres en cada acto de criatura y multipliques mi Vida en cada una de ellas. ¡Oh, cómo estaré contento al ver que la criatura, en virtud de mi Voluntad, llena Cielo y tierra de tantas Vidas mías por cuantas criaturas existen!”

Entonces yo me he abandonado en el Querer Supremo y girando en Él hacía correr mis pensamientos, mis palabras, mis reparaciones, etc., en cada inteligencia creada y en todo lo demás del obrar humano, y conforme hacía mis actos quedaba formado Jesús, ¡cómo era bello y encantador ver tantos Jesús por doquiera que pasaba el pasaporte de la Luz de la eterna Voluntad! Después me he encontrado en mí misma y he encontrado a Jesús que estaba agarrado a mi cuello y estrechándome toda me parecía que hacía fiesta, como si yo fuera la causa de multiplicar su Vida para darle el honor y la gloria de otras tantas Vidas Divinas. Entonces le he dicho:

“Amor mío, no me parece cierto que yo pueda multiplicar tu Vida para darte el gran honor de tantas Vidas Divinas, además Tú te encuentras por todas partes, por tanto es en virtud de Ti mismo que surge a cada acto esta Vida, no en virtud mía, yo quedo siempre la pequeña niña que no es buena para nada.”

Y Jesús: “Hija mía, todo lo que tú dices es verdad, Yo me encuentro por todas partes, pero es mi Potencia, Inmensidad y Omnividencia lo que me hace encontrar, no es el amor y el obrar de la criatura en mi Voluntad lo que me hace encontrar y me multiplica; en cambio cuando el alma entra en mi Querer, es el amor de ella, son sus actos que llenándose de virtud divina hacen surgir mi Vida, según que sus actos más o menos se extienden y sean hechos. He aquí por qué mi fiesta al ver que la criatura toma de lo mío y me da mi Amor, mi gloria y hasta mi misma Vida, es tanto mi contento que a la criatura no le es dado comprenderlo mientras vive en el exilio, pero lo comprenderá en la patria celestial cuando se vea correspondida con otras tantas Vidas Divinas por cuantas ha formado en la tierra.”

CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA

2626 La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la fuente de toda bendición.

Page 6: 1. Valor de la Bendición

2627 Dos formas fundamentales expresan este movimiento: o bien la oración asciende llevada por el Espíritu Santo, por medio de Cristo hacia el Padre (nosotros le bendecimos por habernos bendecido; cf Ef 1, 3-14; 2 Co 1, 3-7; 1 P 1, 3-9); o bien implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo, desciende de junto al Padre (es Él quien nos bendice; cf 2 Co 13, 13; Rm 15, 5-6. 13; Ef 6, 23-24).

Diversas formas de sacramentales

1671 Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre "con toda clase de bendiciones espirituales" (Ef 1,3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.

1672 Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las que están destinadas a personas —que no se han de confundir con la ordenación sacramental— figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes y de viudas, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.

1673 Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf Mc 1,25-26; etc.), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar (cf Mc 3,15; 6,7.13; 16,17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne llamado «el gran exorcismo» sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante, asegurarse , antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de un presencia del Maligno y no de una enfermedad.

1077 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado" (Ef 1,3-6).

Page 7: 1. Valor de la Bendición

1078 Bendecir es una acción divina que da la vida y cuya fuente es el Padre. Su bendición es a la vez palabra y don ("bene-dictio", "eu-logia"). Aplicado al hombre, este término significa la adoración y la entrega a su Creador en la acción de gracias.

1079 Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, toda la obra de Dios es bendición. Desde el poema litúrgico de la primera creación hasta los cánticos de la Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian el designio de salvación como una inmensa bendición divina.

1080 Desde el comienzo, Dios bendice a los seres vivos, especialmente al hombre y la mujer. La alianza con Noé y con todos los seres animados renueva esta bendición de fecundidad, a pesar del pecado del hombre por el cual la tierra queda "maldita". Pero es a partir de Abraham cuando la bendición divina penetra en la historia humana, que se encaminaba hacia la muerte, para hacerla volver a la vida, a su fuente: por la fe del "padre de los creyentes" que acoge la bendición se inaugura la historia de la salvación.

1081 Las bendiciones divinas se manifiestan en acontecimientos maravillosos y salvadores: el nacimiento de Isaac, la salida de Egipto (Pascua y Éxodo), el don de la Tierra prometida, la elección de David, la presencia de Dios en el templo, el exilio purificador y el retorno de un "pequeño resto". La Ley, los Profetas y los Salmos que tejen la liturgia del Pueblo elegido recuerdan a la vez estas bendiciones divinas y responden a ellas con las bendiciones de alabanza y de acción de gracias.

1082 En la liturgia de la Iglesia, la bendición divina es plenamente revelada y comunicada: el Padre es reconocido y adorado como la fuente y el fin de todas las bendiciones de la creación y de la salvación; en su Verbo, encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por él derrama en nuestros corazones el don que contiene todos los dones: el Espíritu Santo.

1083 Se comprende, por tanto, que en cuanto respuesta de fe y de amor a las "bendiciones espirituales" con que el Padre nos enriquece, la liturgia cristiana tiene una doble dimensión. Por una parte, la Iglesia, unida a su Señor y "bajo la acción el Espíritu Santo" (Lc 10,21), bendice al Padre "por su don inefable" (2 Co 9,15) mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la consumación del designio de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre "la ofrenda de sus propios dones" y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el mundo entero, a fin de que por la comunión en la muerte y en la resurrección de Cristo-Sacerdote y por el poder del Espíritu estas bendiciones divinas den frutos de vida "para alabanza de la gloria de su gracia" (Ef 1,6).

Page 8: 1. Valor de la Bendición

La señal de la cruz es un signo, un sacramental, por el cual manifestamos nuestra fe que Cristo nos redimió por Su Cruz. Como todo signo, vale en cuanto se hace como expresión auténtica del corazón. Al señalarnos con la cruz decimos "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

Catecismo #2157

"El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, 'en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén'. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades."